Padre Todopoderoso. Solo Dios puede hacer posible lo que para el hombre es inalcanzable. Creador del cielo y de la tierra. Dios arquitecto de todo lo creado.
Segunda parte del Credo
Creo en Jesucristo. Imagen Dios, es luz benemérita del Padre.
Su único Hijo. Entregado por nosotros para librarnos de nuestros pecados. Nuestro Señor. Dios lo hizo deidad y salvador. Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo vendrá sobre una joven virgen de cuyo vientre inmaculado nacerá el Hijo de Dios” Nació de Santa María Virgen. Lo ocurrido fue necesario para que se cumpliera lo dicho por el ángel de Señor y lo que guardaban las escrituras de los antiguos profetas.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Pilato apresó a Jesús,
ordenó a sus soldados azotarlo, le tejieron una corona de espinas y luego lo cubrieron con un manto rojo. Fue crucificado. Jesús caminó con su cruz a cuestas al lugar del calvario, donde le crucificaron junto a otros dos hombres. Muerto y sepultado. Se encomendó al Padre y exhalando su último aliento pereció. Lo cubrieron con sábanas de lino y lo llevaron a un sepulcro nunca antes usado. .
Descendió a los infiernos. Como hombre falleció y regreso a la vida, y
por ese poder se dirigió a los espíritus presos y les predicó la verdad. Al tercer día resucitó de entre los muertos: Cristo se entregó por nosotros, y como resultado del poder de Dios, volvió a la vida al tercer día de su muerte. Subió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Jesús resucitado ascendió al cielo y reposa a la derecha del Dios Padre Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Es el único que puede decidir nuestro destino en la vida y en la muerte.
Tercera parte del Credo
Creo en el Espíritu Santo. Dios inunda nuestros corazones con su amor
a través del Espíritu Santo. La santa Iglesia católica. En ella se congregan todas las almas que desean ser salvas y que creen firmemente en la palabra de Dios. La comunión de los Santos. Dios congrega a sus hijos en un solo lugar para adorarle y glorificarle en la vida y en la muerte. El perdón de los pecados. Absolución y perdón de nuestras culpas. La resurrección de la carne. Cristo renovará las vidas de los aquellos, que verdaderamente permanecen en la tierra. Y la vida eterna. Los que mueren en la paz de Cristo no morirán ni vivirán en las tinieblas.