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ETIOPIA
Grupo: 2653
El conflicto de Tigray tiene sus raíces en una tensión de larga duración, entre el
Gobierno central de Etiopía y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF),
que era la fuerza política dominante en todo el país, hasta la llegada en 2018 del
primer ministro, Abiy Ahmed. Este artículo tiene como propósito explicar, si el
conflicto de Etiopía puede ser explicado desde la teoría del realismo, además de
exponer cómo la guerra ha desencadenado una profunda crisis humanitaria en el
Estado etíope, situación que podría desestabilizar a toda la región del Cuerno de
África.
Contexto
En 2018 el primer ministro, premio nobel de la paz, Abiy Ahmed, comenzó la
reestructuración política en Etiopía, a través de la creación de reformas nuevas.
Sin embargo, esto también conllevó a la intensificación de los conflictos de poder,
entre el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) y el gobierno de Ahmed.
Posteriormente, en 2020 se celebraron las elecciones regionales por el TPLF, las
cuales no fueron reconocidas por el gobierno federal, llevándolos a tomar la
medida de una ofensiva militar contra el Frente de Liberación Popular de Tigray,
hecho que marcó el inicio oficial de los enfrentamientos armados entre ambos
bandos.
"El gobierno de Abiy no reconoció la legitimidad de las elecciones de Tigray, cortó
relaciones y congeló los presupuestos federales, a lo cual también les acusó de
incitar a la violencia en el país. El FLPT ha llegado incluso a amenazar con
independizarse citando un artículo de la Constitución federal que permite "el
derecho incondicional a la autodeterminación, incluyendo la secesión" (Soliman,
2020).
Crisis humanitaria
La situación crítica del norte de Etiopía es abarcada por múltiples denuncias de
asesinatos en masa, muchos calificados de limpieza étnica, genocidio, violencia
sexual y una situación alimentaria de emergencia. El Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos (20201) declaró que “múltiples
acciones del conflicto, pueden haber cometido graves violaciones del derecho
internacional, posiblemente equivalentes a crímenes de guerra y crímenes de lesa
humanidad”.
Por otra parte, Médicos Sin Fronteras (MSF), denunció que hospitales y centros de
salud de la región de Tigray, en Etiopía, han sido saqueados, vandalizados y
destruidos en una serie de ataques deliberados y generalizados contra los
servicios médicos. Estos ataques indiscriminados contra los civiles, están en todas
partes del conflicto, arrasando con todo en su camino y utilizando la violencia
contra la población como arma de guerra (Federico, 2021).
Por otro lado, la población más vulnerabilizada requiere ayuda urgente para la
protección de sus derechos, ante los abusos perpetrados sobre ellos(as), asì
como apoyo escolar para seguir con la educación en clases, debido la destrucción
y daños generados en colegios, que de acuerdo a datos de la ONU (2021) màs de
2.7 millones de niños(as) han sido afectados(as).
“No hay tantas crisis en el mundo que necesiten mil millones de euros y la de
Etiopía es una de ellas”, (Oficina de Ayuda Humanitaria de la UE, 2021)
Las fuerzas de Amhara ocupan los territorios de Gichew y Gobe, como reclamo a
las anexiones por decisión unilateral del TPLF en los años noventa, dicha
ocupación es acusada por realizar una limpieza étnica en el Tigray occidental,
expulsando, violentando y matando a miles de habitantes, que viven en dicho
territorio. Asimismo, otro de los factores que aumentan la tensión en esta región,
son las diferentes religiones que se contraponen (ONU, 2021).
Por otro lado, la relación entre las Fuerzas Eritreas de Defensa (FDE) en el
conflicto militar del Tigray, así como la participación de tropas extranjeras en la
disputa, cuyo fin ha sido derrotar al TPLE, ha llevado a un inesperado
acercamiento de paz entre el gobierno de Eritrea y Etiopía. En marzo de 2021, el
primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció la retirada de las tropas eritreas,
reconociendo ante esta acción a Addis Abebea, quienes fueron acusados por
organismos de derechos humanos, así como por la TPLF.
Por otra parte, Turquía representa un actor importante en las interacciones del
Cuerno de África, al proponer liderar una mediación para solucionar las diferencias
de delimitación de fronteras entre Sudán y Etiopía, problema que se agravó tras la
crisis de Tigray. La propuesta fue aceptada por Sudán (AGO, 2021). Los intereses
de Turquía en este conflicto, residen con el objetivo de preservar las crecientes
relaciones económicas. En 2019, las exportaciones turcas a Etiopía se elevaron a
los 380 millones de dólares (el 95 % del intercambio comercial) con 2000 millones
de dólares en inversiones, a través de más de 200 empresas turcas.
Los contextos históricos actuales, no son los mismos que cuando surgió la teoría
del realismo, hace màs de veinte años. Si bien, esta teoría sitúa al Estado-Nación
como principal actor, es claro que con la globalización y el surgimiento de
múltiples actores internacionales, los análisis coyunturales internacionales, en este
caso Etiopía, no se pueden visualizar sólo desde la óptica del Estado, que como
se mencionó, en el conflicto en Etiopía participan otros actores que influencian en
gran medida el orden y desarrollo de los hechos.
Conclusiones
En cuanto al análisis de este conflicto, desde el realismo político, afirmo que esta
teoría aporta bases interesantes como el poder y los intereses, para la
comprensión de lo que sucede en Etiopia, sin embargo no ofrece los elementos
completos, así como una total visión para realizar un análisis y una respuesta
coyuntural, debido a los diferentes actores y elementos de las actuales Relaciones
Internacionales.
Referencias
José Carlos Cueto. (2020). 5 claves para entender por qué Etiopía está "al borde
de una guerra civil" un año después del Nobel de la Paz de Abiy Ahmed Ali.
21/05/2022, de BBC News Sitio web: https://www.bbc.com/mundo/noticias-
internacional-54917885
Federico Muiña. (2021). Etiopía: entre la sangre y las urnas. 2022, de Nueva
Sociedad Sitio web: https://nuso.org/articulo/etiopia-urnas-y-sangre/