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La Estrella Alquímica

La estrella de seis picos es el símbolo de la alquimia

Estrella de David y los 4 Elementos

En el 800 al 600 antes de nuestra era, la estrella de seis picos fue usada como símbolo
para representar el arte de la alquimia. La estrella Alquímica o estrella de los Magos,
simboliza la unión de los opuestos. El orden del cosmos.
Según los expertos en simbología, el signo del hexagrama posee un significado similar al
del ying y el yang, como representación de los opuestos, así como de nexo entre el cielo
y la tierra o plasmación ideográfica de la sabiduría sobrehumana.

En su Diccionario de símbolos tradicionales (1958), Juan Eduardo Cirlot explica la


estrecha relación que existe entre la Estrella de seis picos y la idea de conjunción,
entendiendo por esta última la “unión de los opuestos” Ambos triángulos unidos son la
fusión de elementos opuestos, la conciliación, la armonía, el entrelazado de contrarios en
una unidad indisoluble. Equilibrio de fuerzas opuestas pero complementarias.
Símbolo alquímico (emblema de la unión del fuego y el agua)
Podemos ver de forma simple como el triángulo de fuego y el triángulo de agua de
la alquimia fueron unidos en una estrella de seis picos para establecer el símbolo de
la alquimia.

El triángulo inferior del hexagrama hace concordancia a los elementos: agua y tierra, estos
elementos están inseparablemente vinculados con el mundo material, su principio hace
que sea hacia abajo, hacia la regresión. El triángulo invertido en la parte superior
representa los dos elementos espirituales, aire y fuego, dos elementos que representan la
evolución del espíritu, basta pensar en el fuego que significa “Espíritu Santo” en el
cristianismo o el fuego purificador en cientos de otras culturas.

Ahondando en el apasionante simbolismo hermético de la Estrella de los Magos o Estrella


Alquímica, veremos que si desde fuera nos presenta sus seis puntas (símbolo del hombre
exterior, creado el sexto día según la tradición cabalística y cuyas puntas deben ser
‘limadas’ o ‘pulidas’16), en su interior se encuentra el hexágono, símbolo de la abeja, en
hebreo Dbrah, que, según la cábala alude a Dabar (la Palabra), de ahi su relación con
David , la Estrella de David es la Palabra Abandonada o Perdida, el Verbum Dimissum,
aquel Verbo del cual el Evangelio de San Juan (I-14) afirma que se hizo carne y habita
entre los hombres.

Por otra parte, los dos triángulos, que corresponden como hemos visto a lo fijo y a lo
volátil, al azufre y al mercurio filosóficos, al unirse, realizan la unión integral de los
cuatro elementos.
Otras lecturas que podemos hacer de los dos triángulos equiláteros serían las
siguientes:
 Triángulo con el vértice hacia arriba: mundo invisible y espiritual, masculino,
divinidad, fuego, inspiración, pirámide, montaña, espíritu, inconsciente, órgano
sexual masculino.
 Triángulo con el vértice hacia abajo: mundo visible y material, tierra, femenino,
materia, agua, espiración, gruta, cueva, cuerpo, consciente, órgano sexual
femenino.
Con la intersección de los dos triángulos se crea el hexágono central que es el equilibrio
perfecto, el corazón del hombre como material de envase del alma espiritual, aquí se
puede volver a conectarlo con el significado esotérico del corazón que fácilmente nos
lleva de al Santo Grial y su contenido, la “luz coagulada” la Luz Suprema Materializada.
Cuando hay un punto en el interior del centro de hexágono, esto simboliza la unión de
todos los elementos existentes, probablemente la iluminación/ sabiduría universal
/gnosis que simboliza la quinta esencia, la comprensión de todos los elementos del
cosmos,

Los egipcios, en quienes según los mismos alquimistas hay que ver a los precursores de
la ciencia hermética, opinaban que hay en los rayos solares un fluido vivifico, dador de
la inmortalidad. Serán sin embargo los alquimistas medievales quienes declararán más
abiertamente que dicho fluido debe ser captado y su estado volátil fijado o ‘coagulado’
para poder ser aprovechado. Como podremos apreciar a continuación, todos o casi todos
los símbolos fundamentales de la Ciencia Hermética aludirán a esta misteriosa fijación.

Wayne B. Chandler nos dice:

“Fue el anciano Egipto donde la estrella de seis picos residió en su completo esplendor.
Proclamada como la Estrella de la Creación por los egipcios, esta representaba la unión
entre el macho y la hembra energía en naturaleza y en todos los planos de la existencia;
pero es también proclamada [en Egipto] como el símbolo la Ley Hermética de la
Correspondencia. El triángulo apuntando hacia arriba indica el macrocosmos y el
triángulo apuntado hacia abajo indica el microcosmos; dos formas idénticas enclavadas
pero independientes, cada parte representando un todo”
Las figuras de los triángulos contrapuestos, representan varias simbologías, entre ellas el
sentido de lo femenino y masculino, señalando la armonía y la unidad, entre la sexualidad
masculina, que personifica el triángulo hacia arriba y la sexualidad femenina
simbolizando el triángulo contrario. Otro significado dado a este hexagrama es la de los
elementos del agua y fuego que juntos, representan la conciliación de los opuestos.
También está representando las dos naturalezas, la divina y la humana

La Estrella resulta de la conjunción de los triángulos del Agua y del Fuego (otro modo de
hablar del cielo y de la Tierra o del Arriba y del Abajo del Hermetismo de Toth), que
muchos autores relacionan con la Estrella de los Reyes Magos, que les anunció y condujo
hasta el nacimiento de Cristo, símbolo para ellos de la Piedra, el Lapis Philosophorum.

La Estrella Alquimica dentro de un circulo de renovación


El perímetro del círculo evoca el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza
(tal como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros
En las representaciones hindúes, egipcias o griegas, será la serpiente la que se coloque
en círculo y signifique así la vida universal cuyo agente mágico, agente motor; es la luz
suprema Se trata de la vasta enroscadura de la naturaleza divina, universal, con sus reglas,
sus géneros, sus especies, en el círculo formidable e ineluctable de la vida. Esta serpiente
enroscada será denominada en la Edad Media ouroboros, y lo mismo que la circunferencia
que rodea las cruces templarias herméticas, representará, para los alquimistas, la unidad
de la materia y a la vez el fluido universal o la renovación perpetua de la Naturaleza,

Así pues, no es el círculo en sí mismo lo que tiene una profunda significación sagrada y
naturalista, sino el círculo en movimiento, el corro o la rueda. En este caso estamos
hablando de la Estrella Alquimica como instrumento de transformación y no del Simbolo
de Salomon que representa un sello de contención, en sí mismo.
El arcano “El Ermitaño”, quien porta en su mano una lámpara cuya “luz” es una
estrella hexagonal. La estrella de 6 puntas es el símbolo de la Luz – Iluminación
Suprema, el Oro de los alquimistas.
Dos de las preocupaciones mayores que han obsesionado al hombre desde que el mundo
es mundo, son la de la inteligencia y la de la riqueza.

“Cuando el oro fue extraído de la tierra por primera vez, hace ya más de cinco mil años
(hacia el año 3500 a. C. en Nubia) era algo sagrado; era el sol sobre la tierra, y el sol
era Dios”

– Nicolás Federmann –
El oro es la imagen de la luz solar y por consiguiente de la inteligencia
divina.Consecuentemente el oro simboliza todo lo superior, la glorificación. Todo lo que
es de oro constituye también el elemento simbólico del tesoro escondido o difícil de
encontrar, imagen de los bienes espirituales y de la sabiduría o iluminación suprema que
era la auténtica búsqueda de los gnósticos alquímicos: “La transmutación”
“El oro es la inmortalidad” afirma un famoso aforismo de los Brâhmana y tanto para
los hindúes como para nuestros alquimistas medievales, el oro es algo así como la `luz
mineral’ o la ‘luz coagulada’ de la estrella.
Los científicos llevan décadas intentando averiguar el origen de elementos del oro. Y
ahora, por fin, creen haberlo conseguido: los investigadores piensan que todo el oro, que
utilizamos en la Tierra procede, probablemente, de una única unión (colisión) de estrellas
sucedida cerca de nuestra galaxia.

Las imágenes alquímicas muestran la ciencia del encuentro de la naturaleza con Dios
mediante el símbolo del hombre. No son meras ilustraciones de los textos.
El símbolo principal del Arte hermético lo constituye, como hemos ido viendo, una unión
en la que tras la disolución de lo fijo tiene lugar la fijación de lo volátil. Son las Bodas
Químicas, el matrimonio del Rey y de la Reina. Trasponiendo este simbolismo a otro
plano, es nuestra unión iniciática con el ángel, con nuestra contraparte celeste que ha de
disolver nuestra mugre y coagular y exaltar cuanto de divino hay en nosotros; es el
Despertar de la Palabra Perdida, o enmudecida o, dicho de otro modo, de la Bella
Durmiente del Bosque, del mismo Bosque del cual nos habla Dante al principio de su
Divina Comedia que constituye el principio de la Obra de la Regeneración.

El mejor ejemplo lo forma la serie de grabados del Rosarium philosophorum. El texto


contiene veinte imágenes que describen simbólicamente el “verdadero Arte”, la verdadera
alquimia, que consiste en una suerte de iluminación, la experiencia de niveles de la
realidad normalmente inaccesibles. El proceso es imaginado como una “unión sagrada”
(hieros gamos) cuyo fruto es el lapis philosophorum.
Lámina II del Rosarium philosophorum. El rosario de los filósofos es un
manuscrito ilustrado de carácter anónimo conteniendo un tratado alquímico
fechado en 1550.

CONCLUSIONES:
El sueño de los alquimistas, la transmutación de los elementos, a la que dedicaron tanto
tiempo y esfuerzo durante la Edad Media, en realidad venía ocurriendo en el cielo todo el
tiempo y desde hace miles de millones de años, ya que este fenómeno es parte del ciclo
vital de las estrellas y la transmutación del oro es un proceso que solo se da en las estrellas.

A menudo, los escritos relativos a la alquimia se han hecho muy difíciles de entender,
intencionadamente. Muchos alquimistas –y también Paracelso– fueron tratados con
hostilidades de diversos tipos por ello, la alquimia emplea un lenguaje propio cargado de
símbolos, muchas veces poco claros, que hay que descifrar. Aunque la mayor parte de
ellos hayan recurrido a un lenguaje manifiestamente químico, son ellos mismos quienes
nos avisan de que nunca debemos tomar sus palabras “al pie de la letra”:
“Es sabido, escribe uno de ellos, que nuestro arte es un arte cabalístico, es decir que sólo
puede ser revelado oralmente y que rebosa misterios… el que trate de explicar lo que
han escrito los filósofos mediante el sentido ordinario y literal de las palabras, se
encontrará encerrado en los meandros de un laberinto del que nunca podrá salir”.
Imagen de un manuscrito medieval y representa a un breuer (un cervecero
alemán).
La imagen de arriba procede de un manuscrito medieval y representa a un breuer (un
cervecero alemán). La estrella de los magos tenía para este gremio, al parecer, un
simbolismo alquímico relacionado con el proceso de creación de la cerveza., otro
simbolismo del oro y muchos diran de la Iluminación. Quizás su producción fue el origen
de la alquimia , pues es la producción de la cerveza es tan antigua como el uso del

hexagrama
Y volviendo al tema del oro, señalemos que para los alquimistas había oro y oro. No sin
razón Juan Bautista Beckeri, que no hay que confundir con Daniel Beckeri, autor de una
farmacopea espagírica, escribía en su Physica Subterranea (1669):

“Los falsos alquimistas sólo buscan hacer oro; los verdaderos filósofos sólo desean la
ciencia; los primeros sólo hacen tinturas, sofisticaciones, ineptitudes y los otros
inquieren sobre el principio de las cosas”.
La Estrella de los Magos o Estrella Alquinica es confundida a menudo con el complejo
Sello o Símbolo de Salomón o la sencilla Estrella de David que, como la cruz para los
cristianos, es el emblema religioso del pueblo judío. Cada nombre es una variación de la
Estrella de 6 puntas y poseen por su simbolismo añadido connotaciones y utilidades
distintas.

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