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Jeremías 18.

1-6

Allí te are oír mis palabras. Dios nos habla, Dios nos llama, Dios nos escogió para
que seamos sus testigos pero para esto tenemos que ser humildes, dejar el
orgullo, el odio, egoísmo, resentimiento, hacer todo esto es dejar de ser el hombre
viejo y renacer de nuevo como Nicodemo con un corazón nuevo, renovado y
dejarnos moldear como la greda o el barro. Porque el barro somos nosotros y Dios
es el alfarero a través de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santos da la forma, es
la obra que el alfarero o Dios quiere hacer con el barro o con nosotros,
transformarlos en un cántaro nuevo a su gusto y a transformados el ve un corazón
limpio, un corazón humilde, es en este instante que el ve la realidad de el cambio y
el da las diferentes vocaciones de servicio, estamos llamados a dar frutos y frutos
en abundancia.

Paz y bien a todos que Dios nos bendiga.

Fuertes a plausos a la Santísima Trinidad y a nuestra madre Virgen maría.

Amén.
Tú y Tu Esposa

1) Atravesamos entonces el umbral de esta casa serena, con su familia


sentada entorno a la mesa festiva. En el centro encontramos la pareja del
Padre y de la Madre contada su historia de amor. En ellos se realiza aquel
designio primordial que Cristo mismo evoca con intensidad, no habéis leído
que el criador en el principio los creó hombre y mujer Mateo 19-4, por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá el hombre a su
mujer y serán los dos una sola carne.

2) Dios creo al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer


los creo y con él hay una compañera divina. Con ello se preserva la
trascendencia de Dios pero que es al mismo tiempo el creador, la
fecundidad de la pareja humana es signo visible del acto creador.

3) Los padres tienen el deber de cumplir con seriedad su misión educadora,


como enseñan a menudo en la iglesia, de esto se desprende honra a tu
padre y a tu madre, Ex 20-12.

El evangelio nos recuerda también que los hijos no son una propiedad de la
familia sino que tienen por delante su propio camino de vida. Donde
encontrara su vocación cristiana, o no Jesús a los 12 años responde a
María y a José que tiene otra misión más alta que cumplir. Los hijos son
sujetos y no objetos.

4) UN SENDERO DE SUFRIMIENTO Y SANGRE

El idilio que manifiesta el salmo 128 no niega una realidad amarga que
marca todas las sagradas escrituras. Es la presencia del dolor, del mal, de
la violencia que rompe la vida de la familia.

¿Dónde está mi hijo? no pensamos = ¿Con quién está mi hijo?


Tus hijos como brotes de olivos

1) Retomemos el canto del salmista: Allí aparecen dentro de la casa donde el


hombre y su esposa están sentados a la mesa los hijos que los acompañan
como brotes de olivo es decir llenos de energía y vitalidad. Si los padres
son como los fundadores de la casa, los hijos son como las piedras vivas
de la familia.
2) Los hijos son imagen de Dios y de la familia en el Nuevo Testamento se
habla de la iglesia que se realiza o se reúne en la casa. 1 Col. 16-19, Rom.
16-5, Col. 4-15, Flem. 2.
El espacio vital de una familia se podría transformar en iglesia doméstica,
hablando de Dios en oración que Dios te bendiga desde Sión.
La biblia considera también a la familia como sede o lugar de catequesis de
los hijos, por lo tanto la familia es el lugar donde los padres se convierten
en los primeros maestros de la fe para sus hijos en una tarea artesanal de
persona a persona.
3) Y no es una soledad si no una familia que lleva en sí mismo paternidad y
filiación, el matrimonio, la inquietud del varón que busca una ayuda capaz
de resolver esa soledad, con un tu refleja el amor divino y es el comienzo
de la fortuna una ayuda es una columna de apoyo.
4) Es la mujer del cantar de los cantares en una estupenda profesión de amor
y de donación de amor, Mi amado es mío y yo suya, yo soy para mi amado
y mi amado es para mí, y quizás en el hijo que nacerá de los dos es cual
llevará en si uniéndolas no solo genéticamente si no también
espiritualmente las dos carnes.

Pan y bien.
Ave María Purísima.

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