Periodista Si hay algo a lo que los peruanos estamos acostumbrados desde hace ya un buen tiempo es a vivir en un clima de crisis política permanente cuya incertidumbre tiene efectos en el campo social y económico. La más reciente crisis la vienen protagonizando varios personajes del gobierno de turno que parece hicieran el esfuerzo por hundir más el barco donde un día se subieron pero que hoy se lanzan al mar para buscar refugio en alguna isla. Sin ir muy lejos, tenemos acusaciones a la hija de un ministro por haber filtrado una prueba de evaluación a docentes; funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones que ostentan récords en papeletas graves, o la fila de personas que se reunieron en Breña con el mandatario cuya lista hasta ahora no ha sido publicada. También tenemos legítimas protestas contra cambios que atentan a la reforma universitaria que tanto esfuerzo le costó al país. Lo cierto el interior del partido político Perú Libre es un campo de batalla donde se traicionan entre sí o renuncian. ¿En qué terminará todo esto? Millones de peruanos exigimos que dejen de usar al Estado como un botín y que se corte de raíz cualquier acto de corrupción.