Está en la página 1de 3

48 Laura Neira

mantener la presión aérea pareja y firme sobre las cuerdas para que sostengan su
tensión hasta el final.

Pasaje de la voz hacia el registro agudo

La voz disfónica tiene tanto la extensión como la tesitura acortadas, es decir,


que el sujeto no puede emitir todos los tonos que podría con su voz normal. Esta
limitación depende del grado de disfonía que presente cada sujeto y del estado
laríngeo y cordal.
La extensión vocal normal consta de tres subregistros del registro principal:
grave, medio y agudo.
Se denomina registro a todo el grupo de notas que una voz puede emitir en for-
ma cómoda o incómoda, o sea, que abarca tanto la tesitura como la extensión.
El objetivo del trabajo vocal es que, una vez disipada y corregida la patología
o el defecto, ese registro se amplíe homogéneamente, tanto hacia la zona grave
como hacia la aguda.
Generalmente, el subregistro medio no presenta tanta dificultad de emisión,
pues es el último en deteriorarse.
La dificultad aumenta hacia los tonos graves, aunque la voz del disfónico está
generalmente agravada, porque estos graves están completamente descolocados.
Pero la mayor dificultad se encuentra, en todas las patologías, en el abordaje de
la zona aguda.

Existen dos caminos incorrectos para llegar a la zona aguda cuando se lo hace
sin técnica. Estos son el grito y el falsete.
El grito presenta una clara constricción laríngea que hiere las cuerdas vocales
provocando, a veces, cenestopatía.
El falsete es menos perjudicial que el grito, pero incorrecto de todos modos.
El registro de falsete (falsetto) es un registro falso en el que, fisiológicamente, se
unen solo los bordes libres de las cuerdas vocales en un modo casi completamen-
te vertical, contrario a la emisión natural o plena.
La musculatura glótica queda descontraída y, como consecuencia, es imposi-
ble producir una presión subglótica efectiva, por lo que la intensidad de esa voz
es débil y el sonido carece de brillo.
Su resonancia es muy diferente a la de la voz natural. Carece de armónicos; es
soplada, ya que permite el paso del aire entre los repliegues; es monótona, des-
pareja y de mala calidad. En esa emisión, es imposible realizar las intensidades
fuerte o muy fuerte.
El falsete supone no usar la voz en su integridad, debido a que inhibe la ejecu-
ción y relaja la cobertura del sonido.
TEORÍA Y TÉCNICA DE LA VOZ. El Método Neira de Educación Vocal 49

Su uso excesivo puede causar fatiga vocal llevando al sujeto a una hipotonía
cordal pura, con una laringe generalmente en hipertonía, debido a la fuerza que
debe hacer para que se lo oiga.
La magnitud de la disfonía causada irá en relación con la miopatía (distonía
cordal y laríngea).

Sonidos cubiertos

El único camino natural y correcto que existe para el abordaje de la zona agu-
da es la cobertura.
A medida que se va ascendiendo hacia las notas agudas con una voz sin
técnica, se comienza a sentir dificultad a una cierta frecuencia para seguir este
ascenso.
Aparecen sensaciones molestas y desagradables de tensión y constricción en
la región faringo-laríngea, ya que, en esta frecuencia límite de excitabilidad mus-
cular, se produce la contracción máxima de la musculatura glótica, por lo que
puede aparecer el crac vocal. Se distorsiona la emisión hasta el punto de no poder
sostener lo que se venía realizando.
Entonces, cuando se llega a esta frecuencia crítica (de fusión tetánica), se
debe cubrir el sonido haciendo intervenir gradualmente la contracción del mús-
culo cricotiroideo. El fundamento de este mecanismo de cobertura consiste en la
intervención activa de este músculo que, cuando se contrae, permite la bascula
del cartílago tiroides, movimiento que provoca el alargamiento de las cuerdas
vocales.
La cobertura de los sonidos logra un mecanismo homeostático que mantiene
la laringe en eutonía. Para realizar la cobertura, es necesario ir modificando la
posición de los órganos fonoarticulatorios a fin de atravesar y realizar el pasaje
correctamente. Dos o tres tonos antes de la zona crítica se debe comenzar a diri-
gir la energía vocal hacia el velo palatino, procurando que este se vaya elevando
y redondeando paulatinamente a fin de redondear, también, el sonido y mantener
la voz colocada correctamente.
Esta cobertura debe ser exacta para evitar el entubamiento y el oscurecimiento
sonoro, lo que puede favorecer la engoladura. Pero, por el contrario, si no se efec-
túa la cobertura, los sonidos saldrán demasiado abiertos, chatos o desbordados.
La obtención del punto justo de emisión no es tarea fácil, pero, con un oído
entrenado por parte del educador vocal y un control exhaustivo del sujeto, esto
se irá logrando correctamente. La emisión será, de esta manera, sencilla, fácil y
libre como si la zona de pasaje no existiera.
El trabajo de impostación vocal debe siempre hacerse sobre la base de la voz
cantada, ya que, al ser la máxima expresión vocal, no solo es la manifestación en
50 Laura Neira

la que más se perciben todas las sensaciones interoceptivas del sonido colocado
—como así también sus defectos y vicios—, sino que es en la cual se trabajan a
pleno todas las básculas y movimientos de la laringe como órgano emisor del so-
nido y todos los contactos de las cuerdas vocales en su gama tonal completa; de
acuerdo con la gama de la que se trate, la acción de los repliegues será diferente.
La emisión cantada permite lograr una acabada conciencia del recorrido del
sonido, desde su sostén en la zona costodiafragmática hasta su colocación supe-
rior, de acuerdo con la nota que se esté emitiendo. El trabajo, en toda su exten-
sión, permite que se perciban todas las zonas y recovecos que se deben estimular
para la correcta formación del Esquema Corporal Vocal.
Se debe buscar, en todo momento, la eutonía laríngea y cordal, y esto solo se
obtendrá por medio de la eufonía; entonces, es gracias a la correcta y equilibrada
emisión sonora que se desarrollará y se automatizará un ECV permanente.

El uso de la cobertura en la terapéutica vocal

El concepto del trabajo con la voz cantada para la impostación del sonido,
durante el tratamiento, tiene dos objetivos, a saber:
1. Disipar la patología que tiene un origen funcional (mal uso y/o abuso de la
voz) y que deberá corregirse desde lo vocal.
2. Lograr la automatización del ECV, que se hará en forma conjunta con el
primer objetivo (solo lo estamos dividiendo a los fines pedagógicos para
clarificar los conceptos).

Por eso, consideramos que se debe trabajar con la voz desde el primer momen-
to del tratamiento, sea cual fuere la patología, y precisamente, porque hay patolo-
gía. Esa patología es producto de una disfunción laríngea (distonía laríngea), que
trajo aparejada una disfonía. Entonces, en la recuperación de ese tono muscular
laríngeo y, por ende, cordal, se encierra la recuperación de esa voz. Gracias a la
emisión cantada, se puede trabajar con todos esos tonos musculares (laríngeos y
cordales) para lograr la eutonía del órgano emisor.
El diagnóstico más auténtico y verdadero del especialista es el perceptual-
auditivo, y por eso debe trabajar sobre lo que escucha y corregir defectos y vicios
fonatorios desde ese lugar, para que, también, desaparezca el signo visible en
las cuerdas como es la alteración de su estructura, por ejemplo en la patología
nodular.

También podría gustarte