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Consejos y consideraciones a la hora de

hacerse un tatuaje

Una de las razones que con más frecuencia esgrimen los detractores del tatuaje es
que mucha gente que se tatúa, tarde o temprano se arrepiente de haberlo hecho.
Esto es una realidad constatable: todos o casi todos conocemos a alguien “no
demasiado contento” con su tatuaje que lo oculta de la vista de los demás porque se
avergüenza; o alguien que está pensando en eliminarlo con láser, o incluso cubrirlo
con otro diseño (lo que en la terminología del tatuaje suele denominarse un
“cover”, palabra inglesa que significa “cubrir” o “tapar”).

Si estás pensando en hacerte un tatuaje unos simples consejos o recomendaciones


pueden ayudar (o al menos eso esperamos) a evitar que tú también acabes por engrosar
las filas de los “tatuados arrepentidos”.

La mayor parte de las cosas a tener en consideración son muy sencillas o caen dentro
del sentido común, pero como sucede muchas veces en la vida, a veces olvidamos lo
más obvio y finalmente terminamos arrepentidos, o dándonos cuenta de que “podríamos
haberlo hecho mejor”.

Estas son algunas de las cosas que no debemos olvidar antes de hacernos un tattoo:

1. Normas de higiene.
La salud debe ser siempre lo primero; este es el punto básico que nunca debes olvidar.
Realizar tatuajes sin las correspondientes medidas de higiene o con materiales
inadecuados (tintas que no sean apropiadas, por ejemplo) puede acarrear problemas
realmente graves para tu salud, desde infecciones o intoxicaciones, hasta enfermedades
incurables como la Hepatitis C o el SIDA. 
 
Evita siempre a tatuadores que no tengan un local acondicionado, no dispongan de
licencia, o te propongan hacerte el tatuaje en su casa. Exige siempre materiales
desechables y que esté en posesión de un permiso de las autoridades sanitarias
pertinentes. Ningún profesional con los papeles en regla se ofenderá porque preguntes
por las medidas de higiene; los buenos profesionales son los primeros preocupados por
su propia salud y la de sus clientes.
 
Las precauciones sanitarias no terminan en el local de tatuaje. Nunca debes olvidar que
un tatuaje básicamente es una herida abierta en tu piel, una herida realizada de manera
voluntaria, pero una herida al fin y al cabo, por lo que todas las precauciones que debes
tomar con una herida también deberás tomarlas con tu tatuaje. Sigue las indicaciones de
tu tatuador, y en caso de duda consulta siempre a un médico si crees que la curación de
tu tatuaje no está siendo normal.

2. ¿Y qué tatuaje me hago?


Ha llegado el momento de la gran pregunta: una pregunta que sólo tú debes contestar. Si
no tienes claro qué es lo que te quieres hacer, es que aún no ha llegado el momento de
tatuarte, y aunque creas que lo tienes claro quizá sea el momento de que reflexiones con
tranquilidad una última vez antes de que la máquina de tatuar se ponga en marcha.

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¿Por donde empezar a buscar una idea? Comienza pensando que un tatuaje es para toda
la vida, así que es una buena estrategia es empezar eligiendo un tema que estés bastante
seguro de que siempre te vaya a gustar. Por poner ejemplo, si te gusta la Gran Esfinge
egipcia, es bastante probable que dentro de 30 años te siga gustando; o si eres fan del
flamenco, lo normal es que este estilo de música te guste toda la vida y que nunca te
arrepientas de haberte tatuado una guitarra española.

Cuestiónate la idea que has elegido.


¿Realmente me siento representad@ por un conejito de Playboy?
¿Qué significado especial tiene este símbolo para mí?
¿Me veo luciendo este diseño dentro de 10 años?
 
¿Qué temas resultan muchas veces una mala elección para un tatuaje?
Todos deseamos que nuestro amor dure para siempre, pero desgraciadamente no
siempre es así. Ésa es la principal razón por la que siempre es desaconsejable tatuarse el
nombre de una persona amada. Este es el tipo de tatuaje del que más gente se arrepiente
a lo largo de los años, y hay miles de casos, muchos de ellos sobradamente conocidos,
como el famoso “Winona forever” de Johnny Deep, o el “Billy Bob” de Angelina Jolie.
 
Otro error común es elegir el mismo tatuaje que una persona que admiras (músico,
deportista). Los tatuajes de esa persona tienen un significado especial para ella, no para
ti. Aunque creas compartir su significado no suele ser una buena idea. Con el tiempo
terminarás cansado de oír: “como el tatuaje de fulanito” y acabarás por sentir que en
realidad el tatuaje es de “fulanito” y no tuyo.
 
También pueden ser una mala elección temas relacionados con la política, equipos
deportivos, u otras filiaciones colectivas. La vida da muchas vueltas y nunca se sabe,
imagina que Figo se hubiese tatuado un escudo del Barça: ¿quién iba a decirle que en
poco tiempo iba a terminar jugando en el Madrid?.
 
3. Asegúrate de que lo que has elegido significa lo que crees
Una vez hemos elegido el tema o motivo, nunca viene mal profundizar un poco más en
su significado, lo que puede ayudarnos a sentirnos más identificados con nuestra
elección. Esto incluso puede ayudarnos a elegir mejor una idea de la que no nos
vayamos a arrepentir, buscar matices que luego pueden servir de inspiración al tatuador,
etc.
 
Puedes consultar libros, ir a la biblioteca y, cómo no, buscar en Internet. Una de las
webs con la que yo colaboro está orientada específicamente a recopilar significados de
símbolos y diseños http://www.tatuarte.org.
 Por poner un ejemplo sencillo, si vamos a tatuarnos una frase en un idioma que no
dominamos (chino, japonés, árabe, sánscrito, o incluso inglés) es siempre aconsejable
consultar con una o varias personas que dominen el idioma en cuestión a fin de evitar
llevar toda la vida un tatuaje con faltas de ortografía, o un significado erróneo.
4. ¿De qué tamaño me lo hago?
Esta es otra de las grandes dudas a las que se enfrenta la persona que afronta su primer
tatuaje. La gente tiende a hacerse un primer tatuaje de tamaño pequeño y generalmente
muchas veces terminan lamentando no haberse hecho uno de tamaño mediano o grande. Los
tatuajes pequeños tienen que ser necesariamente más sencillos, ya que no pueden realizarse
con tanto detalle, lo que limita un poco al tatuador a la hora de desarrollar su técnica. Además
los tatuajes pequeños suelen tener una peor vejez, al ser los trazos más finos o acumular
detalle en una superficie menor. Con frecuencia, con el paso de los años estos tatuajes
terminan adquiriendo un aspecto ligeramente borroso.
 
Los tatuajes muy pequeños solo tienen una ventaja: si en el futuro te arrepientes, serán más
baratos de eliminar; o más sencillos de cubrir con otro diseño de mayores dimensiones.
Pero estamos hablando de hacer las cosas bien para no llegar esos extremos, ¿no?.
 
La mejor elección suele ser un tatuaje de tamaño mediano. Esto da al tatuador más libertad
técnica para realizar un trabajo más cómodo donde pode lucirse. El tatuaje mediano brinda
además normalmente la posibilidad de ser ampliado más fácilmente en un futuro.

Normalmente la gente contenta con sus tatuajes, con el tiempo siente el deseo de hacerse
más o ampliar los que tiene. Hay personas que lo comparan incluso con una adicción. Es una
buena idea ser previsor y elegir un diseño que podamos continuar en el futuro; y si no lo
ampliamos pues tampoco habrá pasado nada.

5. ¿En qué lugar del cuerpo me lo hago?


Afortunadamente en nuestros días el tatuaje ya no es considerado algo propio de maleantes,
marineros o gente de ambientes sórdidos, y poco a poco está volviendo a recuperar un estatus
de normalidad como tuvo en muchas épocas pasadas (no olvidemos que es una técnica que
cuenta con más de 4.000 años de historia y una gran tradición de respetabilidad en muchas
culturas; pero ése es otro asunto).
Su popularidad actual no evita que siga habiendo personas que no lo consideren apropiado o
de buen gusto, por lo que un tatuaje en una zona visible del cuerpo puede llegar a suponer un
problema en ciertas situaciones de la vida cotidiana, como por ejemplo, buscar un empleo.
 
Aún hoy en día muchos empleadores evitan seleccionar a personal con tatuajes visibles para
puestos de trato con el público y algunos cuerpos militares o fuerzas del orden imponen
límites en la superficie de las zonas tatuadas visibles a los aspirantes a incorporarse a ellas.

Como recomendación general, ante la duda, siempre es recomendable hacerse un tatuaje que
sea posible ocultar si en algún momento de nuestra vida nos hace falta. Nunca se sabe.

6. ¿A dónde voy? ¿Dónde encuentro un tatuador?


Afortunadamente hoy en día no hace falta viajar a la otra punta del mundo para hacerse un
tatuaje de calidad. En cualquier ciudad grande o mediana se pueden encontrar varios estudios
profesionales donde se realizan trabajos de alto nivel. Infórmate antes de elegir y vete a verlos
personalmente, estarán encantados de enseñarte muestras de sus trabajos y ayudarte a
encontrar lo que buscas.
 
Algunos tatuadores están más especializados en ciertos temas o estilos (temas orientales
tradicionales, tatuajes “old school”, retratos), lo que puede ser también una variable a tener
en consideración a la hora de elegir a nuestro artista.

7. ¿De dónde saco un diseño?


La gente muchas veces se obsesiona con llevarle al tatuador una idea exacta de lo que quieren
y buscan en revistas de tatuaje o en colecciones de diseños en internet el dibujo preciso que
quieren para su tatuaje. Mucho mejor que intentar encontrar el diseño exacto, es buscar
referencias para el artista y emplear más tiempo en hablar con él. ¿Por qué?:
 
Primero: Si nos hacemos exactamente un tatuaje sacado de internet, es más que probable que
muchas otras personas se hayan hecho exactamente el mismo motivo, lo hace que el tatuaje
pierda uno de sus valores fundamentales, el de ser único e irrepetible y una expresión genuina
de nuestra personalidad.
 
Segundo: Estamos prescindiendo de una de las mejores bazas a nuestro alcance: el propio
tatuador. Un buen tatuador además de una persona con grandes habilidades técnicas para el
dibujo es también un artista, que normalmente está deseando expresarse a través de su
trabajo. Si contamos con su opinión, podrá aportar su experiencia y creatividad a nuestro
tatuaje, mejorándolo, adaptándolo a nuestro cuerpo y nuestros gustos, y haciendo que sea
exclusivo y personal.
 
Para el artista es tan grato realizar un buen tatuaje como ser capaz de plasmar en el diseño su
inspiración y los deseos del cliente. Ningún profesional se molestará por trabajar en un boceto,
hacer retoques o modificaciones sobre él; es una parte fundamental de su trabajo.

8. ¿Cuánto me va a costar? ¿Cómo me puedo ahorrar dinero?


Hace poco encontré en internet un artículo que hablaba de cómo ahorrar dinero a la hora de
tatuarse. La respuesta es sencilla: si estás pensando en ahorrar, no te hagas un tatuaje. Es la
mejor manera de ahorrar, en dinero y en disgustos.
Los tatuajes, no son especialmente caros. Los tatuadores profesionales ganan dinero, pero
salvo un puñado de super-estrellas todos tienen unos honorarios razonables. Por norma
general, un tatuador desarrolla un trabajo que podría considerarse por horas, es decir, cuanto
más trabajo (y más horas) les lleve la pieza, más dinero tendrá que cobrar. No se puede cobrar
lo mismo por una pequeña mariposa en un tobillo, que por un dragón ocupando toda la
espalda.

Otra vez la solución es sencilla: pedid presupuestos. Los tatuadores experimentados suelen dar
presupuestos cerrados, a pesar de que algunos trabajos les lleven un poco más de lo que
habían pensado inicialmente. Normalmente se suele incluir en el precio una sesión después de
un tiempo, para hacer “pequeños retoques” o “repasos“. Concreta todos los detalles con el
tatuador, antes de comenzar el trabajo.
Si te parece muy caro, puede que el tatuador te permita “financiar” tu tatuaje, pagándolo en
“plazos” (la mayoría de los tatuajes que no sean muy pequeños requerirán de varias sesiones
de trabajo).

Si aún así no te llega el dinero, solo puedo darte uno de los consejos más antiguos del mundo
para reunir dinero: ahorra. El tatuador seguirá en su estudio dentro de 6 meses, y tu tatuaje
también puede esperar un poco si hace falta, ¿no?, ¿Qué son unos meses cuando estamos
hablando de algo que es para toda la vida?
Piensa además, que si a causa de escatimar dinero con el tiempo lo que consigues es tener un
tatuaje del que te arrepientes, te estará saliendo muy caro, ya no solo a nivel “emocional”,
también a nivel económico: borrar tatuajes es muchísimo más caro que hacerlos.

Eso es todo, como puedes ver todo tiene bastante lógica y está basado en la aplicación del
sentido común. Haz las cosas con calma y meditando cada uno de los pasos y terminarás con
un estupendo tatuaje, que probablemente sea el primero de una larga serie.

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