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Es decir, obedece al atributo de la Constitución de servir como la norma jurídica positiva superior
que da validez y unidad a un orden jurídico nacional.
Este principio deriva de la concepción jerárquica de las leyes, ya que la Constitución tiene
importancia básica como Ley Fundamental del Estado, constituye el originen y sostén único de
todas la demás disposiciones jurídicas.
Ahora bien en relación a los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados
por el país y cuyo ámbito de aplicación pueda ser también sobre las relaciones jurídicas internas, el
artículo 46 de nuestra Constitución Política de la República de Guatemala establece que éstos
tienen preeminencia sobre el derecho interno.
Bajo este principio la Constitución establece normas fundamentales, las cuales aseguran
estabilidad y certeza, y son necesarias para la conservación y la existencia del Estado de Derecho,
ya que todo el ordenamiento jurídico se encuentra condicionado por la Constitución.
La supremacía de la Constitución presupone que esta debe ser rígida, pues ningún sistema
jurídico es válido que cualquier poder constituido modifique la Constitución, ya que implicaría
destruir ese orden jurídico y el ordenamiento supremo que le sirve de fundamento.
La rigidez se apoya en que ninguno de los poderes puede modificar la constitución por los
medios ordinarios.
Control de la Constitución:
En todo régimen constitucional debe existir un sistema o medio para protegerlo contra las
violaciones a su organización y postulados fundamentales, ya sea que dichas transgresiones sean
producto de un entendimiento equivocado, o bien de la intención malsana de quebrantarlo, de lo
contrario las disposiciones constitucionales carecerían de fuerza coercitiva y no pasaría de ser
principios teóricos o normas morales de conducta.
La historia de los regímenes jurídico-políticos nos demuestra que podemos encontrar los
siguientes:
Órgano Político:
Órgano Jurisdiccional:
En este sistema corresponde al Poder Judicial preservar el orden constitucional En este sistema se
entabla una verdadera controversia entre la persona que se considera agraviada y la autoridad
responsable de quien emanó la ley o el acto violatorio de algún postulado constitucional.
La sentencia solo tiene efectos relativos a la cosa juzgada, es decir, limita su protección al caso
especial planteado.
Cuando la preservación del orden constitucional se le confía a un órgano jurisdiccional, este puede
realizarse:
Vía acción:
La declaración de inconstitucionalidad del acto se plantea ante la misma autoridad judicial que
conoce el caso, ya sea como mera defensa alegada por una de las partes litigantes en el mismo
juicio.