Está en la página 1de 14

TRES COMPROMISOS FUNDAMENTALES DE

LOS TEÓLOGOS Y LAS TEÓLOGAS EN AMÉRICA LATINA

Jonathan Hanegan
Buenos Aires, Argentina

28 de octubre 2017

Fraternidad Teológica Latinoamericana

Hace rato vengo preguntándome: ¿cuál es mi papel en América Latina? ¿Soy

teólogo o misionero, o teólogo-misionero? Hace diecisiete años comencé a enseñar la

Biblia en castellano, primero a inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos, luego

en Venezuela y ahora en Argentina. Sirvo a Dios, caminando con Jesús y su cuerpo,

dando testimonio del evangelio a las personas que me rodean. Siempre me ha

apasionado el estudio de las sagradas escrituras y de la teología. En un principio, mi

sueño fue dedicarme a la teología (léase la academia) y no tanto a la iglesia. Por su

gracia, Dios me reveló un mejor sueño y me trajo a Sudamérica.

Cuando era más joven pensaba que la teología, como la verdad, era universal.

Todavía no entendía el valor de la teología contextualizada. En realidad, toda teología

es contextual; si estamos conscientes o no de esta realidad, es otra cuestión. ¿En cuál

contexto, entonces, hago teología ahora? Para entender mejor nuestro contexto actual,

viene bien un pequeño recorrido histórico.

Joel M. Cruz sugiere tres periodos del cristianismo en América Latina.

Primero, el periodo colonial y su mayor inquietud teológica, la antropología: ¿son o

no son seres humanos los indígenas? Segundo, los movimientos de independencia y

su mayor inquietud teológica, la iglesia y la sociedad: ¿cuál es la relación apropiada

entre la iglesia y el estado? Y ¿cómo sería una sociedad cristiana? La tercera etapa

surgió cuando el intento de imponer una sociedad cristiana fracasó e irrumpieron en

escena las dictaduras militares y la injerencia extranjera. Según Cruz, la mayor


2

inquietud durante esta etapa era la soteriología: ¿qué es el cristianismo? ¿Qué es el

pecado? ¿Cómo puede uno salvarse?1 Cruz no ofrece un paradigma para entender la

actualidad de la iglesia o la teología.

Asimismo, René Padilla escribió un ensayo perceptivo sobre las cuatro etapas

sucesivas de la teología evangélica latinoamericana.2 Buscaba relacionar la teología

con el factor predominante de cada etapa. La primera etapa giraba en torno al

Catolicismo Romano. La iglesia evangélica de aquel entonces intentaba distinguirse

de la Iglesia Romana al formular una cristología bíblica.3 La segunda etapa era de la

«situación revolucionaria»4 cuando los países latinoamericanos comenzaron a

enfrentar el aumento de la pobreza, la urbanización, la industrialización, la corrupción

interna y la explotación externa. Todos estos factores, según Padilla, sirvieron como

semillas para una revolución socialista. La tercera etapa se centraba en el crecimiento

numérico de las iglesias evangélicas. Este crecimiento presentaba desafíos y también

1
Joel M. Cruz. (2014). The Histories of the Latin American Church: A Brief
Introduction. Minneapolis, MN: Fortress Press, 56.
2
C. René Padilla. «Evangelical Theology in Latin American Contexts» en Timothy
Larsen y Daniel J. Treier, eds. (2007). The Cambridge Companion to Evangelical
Theology. Cambridge: Cambridge University Press, 259-273.
3
Una gran obra de teología protestante que es representativa de esa búsqueda de una
cristología bíblica en Latinoamérica sería Juan A. Mackay. (1988). El otro Cristo
español. Buenos Aires: Ediciones La Aurora. Luego, Samuel Escobar en dos obras
actualiza y desarrolla los esfuerzos de Mackay: (2012). En busca de Cristo en
América Latina. Buenos Aires: Ediciones Kairós. (2013). Imágenes de Cristo en el
Perú. Desde Guamán Poma hasta nuestros días. Lima: Sociedad Bíblica Peruana.
4
Esta frase específica hace referencia a la obra de José Míguez Bonino que fue escrito
en inglés, «Doing Theology in a Revolutionary Situation» en castellano publicado
como (1977). La fe en busca de eficacia. Una interpretación de la reflexión teológica
latinoamericana de liberación. Salamanca: Ediciones Sígueme. Como referente de la
teología católica de esa etapa sería las obras más reconocidas del teólogo peruano,
Gustavo Gutiérrez (2012). Teología de la liberación. Perspectivas. Lima: Centro de
Estudios Peruanos. y del teólogo brasileño Leonardo Boff. (2012). Jesus Cristo
Libertador. Ensaio de cristologia crítica para o nosso tempo. Petrópolis, RJ: Vozes.
3

grandes oportunidades para influir en la sociedad.5 La cuarta y última etapa que

menciona Padilla es la de la globalización.

Enrique Dussel dice que la globalización mundial resulta en la negación de sus

víctimas, los dominados: obrero, indio, esclavo africano o explotado asiático del

mundo colonial; como corporalidad femenina, raza no-blanca, generaciones futuras

que sufrirán en su corporalidad la destrucción ecológica; como viejos sin destino en la

sociedad de consumo, niños abandonados de la calle, inmigrantes refugiados

extranjeros, etc.6 Según Padilla, la globalización es un elemento constitutivo del

contexto socioeconómico y político con la cual la teología latinoamericana tendría

que lidiar.7 Los teólogos y las teólogas que no toman en cuenta el mundo en que

vivimos, perderán su relevancia y voz profética.

Para muchos ministros, pastores e incluso para muchos teólogos y teólogas,

nuestra tarea de evangelizar y hacer discípulos no cambia jamás, sea cual sea nuestra

situación. En cierto sentido, tienen razón. La gran comisión expresada tanto en Mateo

28:18-20 como en Juan 20:21 sigue impulsando una iglesia en misión. No obstante,

las matices de esta misión cambian no sólo según el lugar y la cultura sino también

según la necesidad de la gente. Y en América Latina, hay muchísima necesidad.

No hace falta que yo escriba sobre los efectos la globalización capitalista para

convencer a mis hermanos y hermanas latinoamericanos que debemos hacer teología

según nuestro contexto. No soy quien para dar cátedra sobre la necesidad de los

5
Entre muchos escritos que se destacan de esta etapa de reflexión teológica, el escrito
de Samuel Escobar, «La responsabilidad social de la iglesia» sigue siendo muy actual.
Se puede leer en su totalidad acá:
https://www.tallerteologicolatinoamericano.org/ttl/la-responsabilidad-social-de-la-
iglesia
6
Enrique Dussel. (2009). Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la
exclusión. Madrid: Editorial Trotta, 309.
7
Padilla, 270.
4

pueblos latinoamericanos. Pero sí me gustaría proponer una postura sobre el quehacer

de la teología latinoamericana principalmente para abrir un diálogo y tratar, en lo

posible de discernir a mi propia vocación de misionero-teólogo en estos pueblos

donde me he sentido a gusto y he ido dejando raíces.

Me gustaría sugerir que alguien que hace teología en Latinoamérica debe

tener, por lo menos, tres compromisos fundamentales: Cristo en sí, Cristo en la iglesia

y Cristo en el rostro de los pobres.

CRISTO EN SÍ

¿Es necesario un compromiso con Cristo para hacer teología? Hacer teología

es hablar de Dios. No hace falta una fe verdadera y cristocéntrica para hablar acerca

de Dios y su revelación escrita. Pero una cosa es saber de Dios y otra es conocer a

Dios. Hay muchos teóricos que han dejado su huella en el mundo teológico, sin

embargo, aquellos que han hecho los aportes más significativos son aquellos que no

sólo investigan y comunican su erudición sino aquellos que plenamente participan de

la vida de Dios (theosis).

Por otro lado, tenemos varios ejemplos de teólogos que han hecho aportes

significativos a la teología universal y a pesar de ello, su espiritualidad contradice

muchos de sus postulados teológicos. Gerhard Kittel, lexicógrafo y editor del

Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, el Diccionario teológico del Nuevo

Testamento, apoyó abiertamente el nazismo y utilizó la teología para oprimir a los

judíos en Alemania.8 Karl Barth cometió adulterio durante décadas con su asistente

personal y legitimaba sus acciones empleando su propia teología existencial.9 John

8
Para más información, véase: https://bulletin.equinoxpub.com/2012/05/the-curious-
case-of-gerhard-kittel/
9
Para más información, véase: https://www.christianitytoday.com/ct/2017/october-
web-only/what-to-make-of-karl-barths-steadfast-adultery.html
5

Howard Yoder a través de muchos años había abusado sexualmente a varias

mujeres.10 La falta de coherencia en las vidas de estos teólogos hace que

cuestionemos sus aportes a la gran conversación que es la teología universal. A fin de

cuentas, debemos preguntarnos, ¿de qué sirve tanto conocimiento sin virtud? No

debemos desligar la búsqueda del conocimiento con la búsqueda de la virtud, de la

vida abundante que nos promete Jesús.

Una vida con Jesús en el centro, una vida en plena participación con la vida

del Dios trino debe dar testimonio de la transformación que produce el Espíritu Santo

en nuestras vidas. Ningún teólogo o teóloga es perfecto. Sin embargo, si Cristo

realmente vive en nosotros, tendremos la oportunidad para superar las contradicciones

que debilitan nuestra producción teológica y aún más importante, nuestro testimonio

del Jesús resucitado.

Los teólogos y las teólogas hoy en América Latina enfrentan varios desafíos.

Rubem Alves cuenta una anécdota en que se presentaba como teólogo y le miraban

confusamente pensando que había dicho geólogo.11 Es difícil asumir una vocación

cuando la sociedad como tal no reconoce el valor de nuestro aporte o ignora

completamente nuestra existencia. En otras épocas, los teólogos y los cléricos tenían

un lugar respetado en la sociedad. Con el desvanecimiento de la cristiandad, este

supuesto lugar también ha desvanecido. Todos estos factores pueden llevarnos a

cuestionar nuestra vocación, o por lo menos el valor de nuestros aportes a la iglesia y

el mundo.

10
Para más información, véase: http://www.nytimes.com/2013/10/12/us/john-howard-
yoders-dark-past-and-influence-lives-on-for-mennonites.html. Lo grave de estos tres
casos no es que hayan pecado sino que hayan justificado sus conductas pecaminosas
reiterativas usando su producción teológica. Cf. la nota anterior de Christianity
Today.
11
Rubem Alves. (1982). La teología como juego. Buenos Aires: Ediciones La Aurora,
9.
6

Hay una obra de teatro y dos novelas que narran esa lucha que padecen las

personas consagradas al servicio del Señor: La tentación de San Antonio de Gustave

Flaubert, El poder y la gloria de Graham Greene y Silencio de Shūsaku Endō.12 Cada

obra trata de la realidad de las tentaciones a causa de la concupiscencia, presiones

internas y externas que todos experimentamos y en algunos casos, la abierta y

descarada persecución política religiosa. Al leer estas obras y meditar sobre la

vocación de los siervos y las siervas de Dios, mi conclusión ha sido que sólo un

intencional y constante caminar con Jesús puede ayudarnos a superar las

contradicciones internas y externas con las cuales lidiamos a diario.

Caemos en un falso dualismo cuando creemos que el conocimiento y la virtud

no van de la mano. Según el pedagogo cuáquero, Parker J. Palmer, existen por lo

menos tres acercamientos a la epistemología: 1). la curiosidad, 2). el control o 3). la

compasión. Palmer nota que la «curiosidad a veces mata y nuestro deseo del control

ha puesto un poder mortal en algunas manos inestables». La compasión, en cambio,

busca el conocimiento para el bien del mundo.13 De la misma manera, la búsqueda de

Dios debe nacer del amor al Dios y del amor al prójimo. Es la única forma de

asegurar un intelecto íntegro y virtuoso.14

12
Gustave Flaubert. (1999). La tentación de San Antonio. Buenos Aires: Editorial
Losada. Graham Greene. (2001). El poder y la gloria. Barcelona: Edhasa. Shūsaku
Endō. (2017). Silencio. Buenos Aires: Edhasa.
13
Parker J. Palmer. (1993). To Know as We Are Known: Education as a Spiritual
Journey. New York: HarperOne, 7-10.
14
Noll, historiador del cristiansmo sugiere una epistemología cristocéntrica en su
libro, Mark A. Noll. (2011). Jesus Christ and the Life of the Mind. Grand Rapids, MI:
Eerdmans, 23-64. Para la conexión entre la fe, el intelecto y la virtud, cf. Laura
Frances Callahan y Timothy O’Connor. (2014). Religious Faith and Intellectual
Virtue. Oxford: Oxford University Press.
7

Este caminar con Jesús debe incluir sí o sí la contemplación y oración en

silencio a solas con Dios,15 un acercamiento a la Palabra que nos permite asombrarnos

constantemente16 y una entrega plena y sacrificada a la continuación del ministerio de

Jesús en la iglesia.17 Los teólogos y las teólogas deben concebir su fe como un

caminar con Cristo a solas y un caminar en comunidad que repercuta en el mundo.

Sin la base que es el caminar con Cristo, la participación en la obra de Jesús como

miembro de su cuerpo y un activismo contemplativo en el mundo carecerían de

sentido.

CRISTO EN LA IGLESIA

La profesionalización del estudio teológico ha arrojado diversos desafíos a los

teólogos y las teólogas de hoy.18 Algunos anhelan espacios de investigación e

integración que brindarían un mayor sentido a su quehacer teológico. Otros anhelan el

respaldo y la legitimación que ofrecen las instituciones teológicas, sean institutos,

seminarios o grupos de estudio. Muchos teólogos, incluyendo referentes históricos de

15
Henri Nouwen. (2005). El camino del corazón. Buenos Aires: Editorial Guadalupe.
16
«¡El objetivo de toda esa prodigiosa antología de libros y cartas que llamamos la
Biblia es justamente suscitar asombro! Su meta es la transformación (theosis), no la
comodidad intelectual ni la molicie del “pequeño yo”.» de Richard Rohr. (2012). La
Biblia y su espiritualidad. Cantabria: Editorial Sal Terrae, 7.
17
Lo que enriquece la teología de Bonhoeffer es precisamente su compromiso con la
iglesia. Cf. Dietrich Bonhoeffer. (2005). Vida en comunidad. Salamanca: Ediciones
Sígueme.
18
Los tres siguientes libros dan testimonio de la razón de ser de la profesionalización
de la teología, el rol de la teología en la iglesia y en la academia: Robert Banks.
(1999). Reenvisioning Theological Education: Exploring a Missional Alternative to
Current Models. Grand Rapids, MI: Eerdmans. Edward Farley. (2001). The
Fragmentation and Unity of Theological Education. Eugene, OR: Wipf and Stock
Publishers. D.G. Hart. (2005). A Student’s Guide to Religious Studies. Wilmington,
DE: ISI Books.
8

la Fraternidad Teológica Latinoamericana han cumplido con sus labores teológicas no

al margen de la iglesia, ni a pesar de ella sino por amor a ella.

Los teólogos y las teólogas que apuestan por un Jesús Libertador y el proyecto

de su reinado que hacen teología a pesar de la iglesia pierden el respaldo de una

comunidad que vive, dentro de sus posibilidades, lo que los teólogos y las teólogas se

esfuerzan por comunicar. Existen teólogos que critican con lengua filosa las falencias

de la iglesia (que no me parece fuera de lugar), pero tampoco señalan el camino a

seguir. Noam Chomsky abiertamente critica la política exterior de los Estados Unidos

y no siente ningún afán por proponer un modelo alternativo. Sus convicciones

anarquistas le sientan como crítico, no como líder de la oposición. Los teólogos y las

teólogas, no obstante, no sólo deben criticar a la iglesia sino entenderse como parte

del problema y también parte de la solución. La crítica se vuelve constructiva cuando

criticamos a la iglesia desde adentro y llamamos con voz profética a volver al camino

de Dios.19

Antonio Gramsci escribía sobre la necesidad por los intelectuales orgánicos

dentro de los diferentes movimientos socialistas de Europa. La idea es que pueden

haber teóricos, pensadores, una especie de intelectuales públicos que podrían alentar y

ayudar a organizar las masas para cumplir con éxito sus objetivos.20 Podríamos

concebir el trabajo de los teólogos y las teólogas latinoamericanos también como una

19
La obra de Brueggemann transformó radicalmente mi forma de entender el papel del
ministro o el teólogo en la iglesia y en el mundo. Cf. Walter Brueggemann (1986). La
imaginación profética. Cantabria: Editorial Sal Terrae.
20
Antonio Gramsci. (2013). «La formación de los intelectuales» en Antología. Buenos
Aires: Siglo Veintiuno Editores, 388-396.
9

especie de intelectuales orgánicos o para usar el lenguaje bíblico, profetas o

profetisas.21 La iglesia debe ser una sociedad contraste y para eso a veces hacen falta

teólogos y teólogas que alumbren el camino.

CRISTO EN EL ROSTRO DE LOS POBRES

Es inconcebible hacer teología en América Latina sin pensar en los pobres y

los oprimidos. De hecho, la biografía de Jesús «ha quedado para siempre unida a la

odisea de los parias de su tiempo».22 Sería difícil defender una cristología que obvia la

misión de Jesús: llevar el evangelio a los pobres, anunciar libertad a los cautivos, dar

vista a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos y pregonar el año del favor del

Señor (Lucas 4:18-19). Si el punto de partida de la teología es la revelación de Dios

en la Palabra escrita y en la Palabra hecha carne, ¿cuál sería el teatro o «lugar

teológico» en el cual se encuentra la praxis?

Melchor Cano (1509-1560) presentó diez lugares teólogos de importancia para

la Iglesia Romana: la autoridad de la Sagrada Escritura, la autoridad de las

Tradiciones de Cristo y de los Apóstoles, la autoridad de la Iglesia Católica, la

autoridad de los Concilios, la autoridad de la Iglesia Romana y de los Canonistas, la

Razón Natural, la autoridad de los Filósofos y la autoridad de la historia humana. Jon

Sobrino e Ignacio Ellacuría presentan un lugar teológico obviado por Cano, el lugar

social: «el mundo de los pobres y de los oprimidos como lugar privilegiado de la

21
Apoyándose en Brueggemann, David Suazo bosqueja el uso de la imaginación
profética en América Latina en David Suazo Jiménez. (2012). La función profética de
la educación teológica evangélica en América Latina. Barcelona: Editorial CLIE.
Para el rol de la educación teológica en América Latina también véase: Oscar
Campos, ed. (2004). Teología evangélica para el contexto latinoamericano. Buenos
Aires: Ediciones Kairós.
22
Manuel Fraijó. (1985). Jesús y los marginados. Utopía y esperanza cristiana.
Madrid: Ediciones Cristiandad, 52. La siguiente obra demuestra lo anteriormente
dicho en forma narrativa: Néstor Míguez. (2015). Jesús del pueblo. Para una
cristología narrativa. Buenos Aires: Ediciones La Aurora.
10

revelación y, consecuentemente, de la fe (praxis teologal) y de su intelecto (teoría

teológica). Para la cristología latinoamericana, el lugar teológico es, antes de todo,

algo real, una determinada realidad histórica en la cual se cree que Dios y Cristo

siguen haciéndose presentes; por eso es lugar teologal antes que lugar teológico y

lugar a partir del cual se pueden releer más adecuadamente de los textos del pasado. Y

ese lugar no es otro si no «los pobres de este mundo».23

Si no leemos la Biblia en una mano y el diario en la otra, fácilmente caeremos

presos del imperialismo teológico, la imposición de agendas desde el Norte. Apenas

hace falta una lectura concienzuda de los evangelios para darnos cuenta que habría

que negar el Cristo de la historia para terminar con un Cristo de la fe que no amara a

los pobres.24

En el mundo evangélico, la Fraternidad Teológica Latinoamericana ha

contribuido para la difusión de la misión integral. La misión integral es un esfuerzo

para articular la fe de tal modo que responda a los nuevos desafíos e interrogantes que

surgen de la situación del mundo contemporáneo.25 Mateo 25:31-46 deja claro que

Jesús se hace presente en los rostros de los pobres y oprimidos. Hablar de Jesús sin

involucrarse con aquellos en quienes Dios se manifiesta sería perder el encuentro tan

esperado con el Señor.

23
Francisco de Aquino Júnior. (2012). Teoria teológica. Práxis teologal. Sobre o
método da Teologia da Libertação. São Paulo: Paulinas, 152-155. Cf. Leonardo Boff.
(1986). Teología desde el lugar del pobre. Santander: Editorial Sal Terrae.
24
Cf. la teología narrativa de José Antonio Pagola. (2013). Jesús. Aproximación
Histórica. Buenos Aires: PPC Cono Sur, 189-220.
25
C. René Padilla. (2009). ¿Qué es la misión integral? 2da ed. Buenos Aires:
Ediciones Kairós, 22. Cf. C. René Padilla. (2012). Misión integral. Ensayos sobre el
Reino de Dios y la Iglesia. 3ra ed. Buenos Aires: Ediciones Kairós. C. René Padilla,
ed. (2015). Bases bíblicas de la misión. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires:
Ediciones Kairós. C. René Padilla y Harold Segura, eds. (2006). Ser, hacer y decir.
Bases bíblicas de la misión integral. Buenos Aires: Ediciones Kairós.
11

CONCLUSIÓN

Capaz el mejor punto de partida para no sólo discernir los tiempos sino

también para trazar un plan de acción sería la oración. En una hermosa poesía, Luis

Cruz-Villalobos plasma una oración muy necesaria para todas aquellas personas que

hacen teología, no sólo en el continente americano pero en el mundo entero.

Ay Señor del cielo y de la tierra


Ten piedad de estos funcionarios de tu reino
Que tantos malos y buenos momentos
Te han hecho pasar

Ten piedad de estos escribas


Que han escrito en tu nombre
Para bien y para mal

Apiádate buen Dios


De sus ideas pequeñas
Frágiles o punzantes
Sobre tu esencia inaprensible

Acaricia con tu clara pasión


Sus cabezas acaloradas por tratar
De contener tu mar

Acaricia sus frentes sudorosas


Por tratar de resolver
La raíz cuadrada y el algoritmo
De tu nombre

Besa sus ojos


Ciegos de tanta luz

Besa sus manos limpias


Y arrójalos a tu camino polvoriento
E impreciso

Lleno del lodo miserable


De la historia de este mundo

Ay Señor perdónalos
Porque sí saben lo que hacen

Límpialos con hisopo


Y serán más blancos que la nieve
12

Abrázalos y tómalos en tu regazo


Y que nadie impida que vengan a ti
Para que Tú con tu mano de albañil
Los bendigas por siempre.26

Los tres compromisos fundamentales que he propuesto: Cristo en sí, Cristo en

la iglesia y Cristo en los rostros de los pobres forman una triada que nos convida a

volver siempre a Jesús en nuestro quehacer teológico. Nuestra hermenéutica y nuestra

producción teológica fácilmente podrían servir otros intereses si no volvamos al

centro de nuestra fe: Jesucristo, el Hijo de Dios. Hacer teología en Latinoamérica

implica una espiritualidad,27 un caminar con Jesús. Esa espiritualidad naturalmente

nos lleva a una activa participación en el cuerpo de Jesús y un compromiso concreto

con los pobres y oprimidos de nuestro mundo.

BIBLIOGRAFÍA

Alves, Rubem. (1982). La teología como juego. Buenos Aires: Ediciones La


Aurora.

Banks, Robert. (1999). Reenvisioning Theological Education: Exploring a


Missional Alternative to Current Models. Grand Rapids, MI: Eerdmans.

Boff, Leonardo. (1986). Teología desde el lugar del pobre. Santander:


Editorial Sal Terrae.

_____. (2012). Jesus Cristo Libertador. Ensaio de cristologia crítica para o


nosso tempo. Petrópolis, RJ: Vozes.

Bonhoeffer, Dietrich. (2005). Vida en comunidad. Salamanca: Ediciones


Sígueme.

26
Luis Cruz-Villalobos. (2013). Adioses retornos y cierra. Poesía. Santiago de Chile:
Hibel Ediciones, 17-18.
27
C.B. Samuel, «Misión integral, humildad y estilo de vida» en Tim Chester, ed.
(2002). Justicia, misericordia y humildad. La misión integral y los pobres. Buenos
Aires: Ediciones Kairós, 239-243.
13

Brueggemann, Walter. (1986). La imaginación profética. Cantabria: Editorial


Sal Terrae.

Callahan, Laura Frances y Timothy O’Connor. (2014). Religious Faith and


Intellectual Virtue. Oxford: Oxford University Press.

Campos, Oscar, ed. (2004). Teología evangélica para el contexto


latinoamericano. Buenos Aires: Ediciones Kairós.

Chester, Ted, ed. (2002). Justicia, misericordia y humildad. La misión integral


y los pobres. Buenos Aires: Ediciones Kairós.

Cruz, Joel M. (2014). The Histories of the Latin American Church: A Brief
Introduction. Minneapolis, MN: Fortress Press.

Cruz-Villalobos, Luis. (2013). Adioses retornos y cierra. Poesía. Santiago de


Chile: Hibel Ediciones.

de Aquino, Francisco Júnior. (2012). Teoria teológica. Práxis teologal. Sobre


o método da Teologia da Libertação. São Paulo: Paulinas.

Dussel, Enrique. (2009). Ética de la liberación en la edad de la globalización


y de la exclusión. Madrid: Editorial Trotta.

Endō, Shūsaku. (2017). Silencio. Buenos Aires: Edhasa.

Escobar, Samuel. (1969). «La responsabilidad social de la iglesia».


https://www.tallerteologicolatinoamericano.org/ttl/la-responsabilidad-social-de-la-
iglesia

_____. (2012). En busca de Cristo en América Latina. Buenos Aires:


Ediciones Kairós.

_____. (2013). Imágenes de Cristo en el Perú. Desde Guamán Poma hasta


nuestros días. Lima: Sociedad Bíblica Peruana.

Farley, Edward. (2001). The Fragmentation and Unity of Theological


Education. Eugene, OR: Wipf and Stock Publishers.

Flaubert, Gustave. (1999). La tentación de San Antonio. Buenos Aires:


Editorial Losada.

Fraijó, Manuel. (1985). Jesús y los marginados. Utopías y esperanza


cristiana. Madrid: Ediciones Cristiandad.

Gramsci, Antonio. (2013). Antología. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Greene, Graham. (2001). El poder y la gloria. Barcelona: Edhasa.


14

Gutiérrez, Gustavo. (2012). Teología de la liberación. Perspectivas. Lima:


Centro de Estudios Peruanos.

Hart, D.G. (2005). A Student’s Guide to Religious Studies. Wilmington, DE:


ISI Books.

Larsen, Timothy y Daniel J. Treier, eds. (2007). The Cambridge Companion


to Evangelical Theology. Cambridge: Cambridge University Press.

Mackay, Juan A. (1988). El otro Cristo español. Buenos Aires: Ediciones La


Aurora.

Míguez, Néstor. (2015). Jesús del pueblo. Para una cristología narrativa.
Buenos Aires: Ediciones La Aurora.

Míguez Bonino, José. (1977). La fe en busca de eficacia. Una interpretación


de la reflexión teológica latinoamericana de liberación. Salamanca: Ediciones
Sígueme.

Noll, Mark A. (2011). Jesus Christ and the Life of the Mind. Grand Rapids,
MI: Eerdmans.

Nouwen, Henri. (2005). El camino del corazón. Buenos Aires: Editorial


Guadalupe.

Padilla, C. René y Harold Segura, eds. (2006). Ser, hacer y decir. Bases
bíblicas de la misión integral. Buenos Aires: Ediciones Kairós.

Padilla, C. René. (2009). ¿Qué es la misión integral? 2da ed. Buenos Aires:
Ediciones Kairós.

_____. (2012). Misión integral. Ensayos sobre el Reino de Dios y la Iglesia.


ra
3 ed. Buenos Aires: Ediciones Kairós.

_____, ed. (2015). Bases bíblicas de la misión. Perspectivas


latinoamericanas. Buenos Aires: Ediciones Kairós.

Palmer, Parker J. (1993). To Know as We Are Known: Education as a


Spiritual Journey. New York: HarperOne.

Rohr, Richard. (2012). La Biblia y su espiritualidad. Cantabria: Editorial Sal


Terrae.

Suazo, David. (2012). La función profética de la educación teológica


evangélica en América Latina. Barcelona: Editorial CLIE.

También podría gustarte