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PREVENCIÓN,DETECCIÓN E

INTERVENCIÓN DE CONDUCTAS
SUICIDAS EN PERSONAS
ADOLESCENTES QUE INFRINGIERON
LA LEY PENAL

Academia Nacional de
Administración Penitenciaria

Academia Nacional de Administración Penitenciaria 2021


CONTENIDO TEMÁTICO
OBJETIVO GENERAL DEL CURSO ............................................................................................ 3
OBJETIVOS ESPECÍFICOS ...................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 4
1. SUICIDIO.. ....................................................................................................................................... 5
1.1 EPIDEMIOLOGÍA DE SUICIDIO................................................................................................ 5
1.2 DEFINICIÓN DE SUICIDIO ....................................................................................................... 6
1.3 CONCEPTOS SOBRE SUICIDIO ................................................................................................ 6
1.4 MITOS SOBRE SUICIDIO ......................................................................................................... 8
1.5 CONDUCTAS AUTOLESIVAS NO SUICIDAS ............................................................................. 8
1.6 CONDUCTAS CON INTENCIONALIDAD SUICIDA..................................................................... 9
2. ASPECTOS GENERALES DEL DESARROLLO DEL ADOLESCENTE...................................................... 10
3. FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO ................................................ ¡Error! Marcador no definido.
3.1 FACTORES DE RIESGO MODIFICABLES .............. ¡Error! Marcador no definido.
3.2 FACTORES DE RIESGO NO MODIFICABLES ......... ¡Error! Marcador no definido.
3.2 FACTORES PREDICTIVOS DE REPETICIÓN DE INTENTO SUICIDA ............. ¡Error!
Marcador no definido.
3.4 FACTORES DE RIESGO DE COMSUMAR EL SUICIDIO¡Error! Marcador no
definido.
3.5 FACTORES ASOCIADOS A LA PROTECCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA……………………….14

3.6 ¿CÓMO IDENTIFICAR UN SUICIDA? ................................................................................... 16


3.7 CIRCUNSTANCIAS QUE SUGIEREN ALTA LETALIDAD.......................................................... 16
3.8 PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA ASOCIADA AL RIESGO SUICIDA.............................................. 17
4. EVALUACIÓN DE LA PERSONA ADOLESCENTE CON RIESGO SUCIDA ............................................ 20
4.1 ATENCIÓN SEGÚN LA CLASIFICACIÓN DEL RIESGO SUICIDA............................................. 21
5. EL PROCESO DE INTERVENCIÓN ................................................................................................... 24
6. MEDIDAS DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIOEN LOS CENTROS DE INTERNAMIENTO ....................... 28
7. MANEJO GENERAL DEL ADOLESCENTE CON RIESGO SUICIDA ..................................................... 29

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................................................... 32

OBJETIVO GENERAL DEL CURSO

Al finalizar el curso, los participantes habrán adquirido conocimiento acerca del suicidio y
estrategias para la prevención, detección y manejo de conductas suicidas en los
adolescentes que infringieron la ley penal.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. Identificar la problemática del suicidio internacional y nacional


2. Identificar la problemática del suicidio en los adolescentes
3. Identificar factores de riesgo y protectores del suicidio
4. Identificar las características de una conducta suicida.
5. Reconocer los pasos para una adecuada intervención.
6. Identificar la importancia del autocontrol para brindar un adecuado manejo a
personas adolescentes c on riesgo suicida.

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INTRODUCCIÓN

Las personas adolescentes que han infringido la ley penal tienen responsabilidad penal o
son imputables a partir de los doce años, aquellos que tienen más de 16 y menos de 18
años, si su delito es grave, pueden recibir medidas de sanción en internamiento por hasta
cinco años, los demás pueden recibir medidas de sanción o medidas cautelares en
externación . La gran mayoría de esta población tienen historias de vida en las que se han
expuesto a una serie de factores, que como veremos en los temas de este curso,
representan un riesgo para desarrollar problemas de salud mental, entre ellos, el riesgo
de conductas suicidas, de tal forma que el sistema de justicia para adolescentes requiere
procurar la salud del adolescente para prevenir el suicidio y orientar su labor hacia la
adecuada reinserción social. Así lo señala la Ley Nacional del Sistema de Justicia Penal
para Adolescentes (LNSJPA).

El artículo 46 de la mencionada ley, sobre “Derechos de las personas sujetas a medidas


cautelares o de sanción privativa de libertad”, en el párrafo VI señala lo siguiente: “Recibir
asistencia médica preventiva y de tratamiento para el cuidado de la salud, atendiendo a
las necesidades propias de su edad y sexo en, por lo menos, centros de salud que
brinden asistencia médica de primer nivel en términos de la Ley General de Salud; en el
Centro Especializado y, en caso de que sea insuficiente la atención brindada dentro de
reclusión o se necesite asistencia médica avanzada, se podrá solicitar el ingreso de
atención especializada a dicho Centro o bien, que la persona sea remitida a un Centro de
salud público en los términos que establezca la ley”.

En el Artículo 52. Sobre “Equivalencia para el acceso al derecho a la salud”, señala lo


siguiente: “Para el ejercicio de su derecho a la salud, a las personas adolescentes
privadas de la libertad se les deberá aplicar el principio de equivalencia. El principio de
equivalencia consiste en proveer servicios de salud de calidad a las personas
adolescentes privadas de libertad, equivalentes a los servicios públicos a que tendría
derecho en externamiento”.

Además, esta ley señala que los Centros para Adolescentes de externación e
internamiento deben garantizar la aplicación de un plan individualizado, que de acuerdo a
la LNSIJPA se entiende como: “Organización de los tiempos y espacios en que cada
adolescente podrá realizar las actividades educativas, deportivas, culturales, de
protección al ambiente, a la salud física y mental, personales y para la adquisición de
habilidades y destrezas para el desempeño de un oficio, arte, industria o profesión, de
acuerdo con su grupo etario, en los términos de la medida cautelar de internamiento
preventivo impuesta por el Órgano Jurisdiccional”

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1. SUICIDIO

El suicidio es la muerte que resulta de un acto positivo o negativo realizado por la víctima
misma sabiendo ella que debía producir ese resultado. Para conocer la magnitud de este
fenómeno a nivel internacional y nacional es necesario analizar los siguientes datos
epidemiológicos.

1.1 EPIDEMIOLOGÍA DEL SUICIDIO

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el suicidio como un problema


grave de salud pública a nivel mundial, representa más del 50% de todas las muertes
violentas notificadas en los hombres y el 71% en las mujeres. Cada año aproximadamente
800 000 personas se quitan la vida, una cada 40 segundos; y se estima que, por cada
suicidio ocurren entre 10 y 20 tentativas. (OMS, 2014; OPS 2016).

Los números varían según los países, pero aquellos de ingresos bajos y medianos
sobrellevan la mayor parte de la carga mundial de suicidio, ya que en ellos se registra un
76% del total de esos casos. El suicidio representa la segunda causa de muerte entre las
personas de 15 a 29 años de edad (OMS, 2014).

La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento, el uso de armas de fuego y arrojarse desde


un lugar elevado, se encuentran entre los medios más frecuentemente utilizados para el
suicidio a nivel mundial, pero también se recurre a muchos otros métodos, que varían
según el grupo de población. Se ha encontrado que las mujeres lo intentan con mayor
frecuencia, pero los varones tienen mayor riesgo debido a la letalidad del método utilizado
(OMS, 2014).

En México, a pesar de que la tasa de suicidios es menor que la de otros países con
similar o mayor nivel de desarrollo que el nuestro, se ha observado una tendencia
creciente en los últimos 50 años, principalmente entre los jóvenes en edades activas y
entre los hombres adultos mayores. En 2015 se registraron 6,285 suicidios, lo que
representa una tasa de 5.2 fallecidos por cada 100 mil habitantes; por sexo, la tasa
registrada fue de 8.5 por cada 100 mil hombres y de 2.0 por cada 100 mil mujeres.
(Hernández-Bringas y Flores-Arenales, 2011; INEGI, 2016).

En el caso de los adolescentes se ha encontrado gran variabiliadad de datos según los


países, pero en general las mujeres intentan el suicidio dos veces más que los hombres.
Los hombres tienen 3 veces más riesgo de muertes por suicidio (Kõlves & de Leo, 2017).

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Los adolescentes pertenecientes a la comunidad LGBTTTQIA presentan mayor riesgo de
realizar un intento suicida y suicidio por dicha causa (Hass et al., 2010). Los métodos
principales en adolescentes es el ahorcamiento, intoxicación con pesticidas en las
mujeres y arma de fuego en los hombres (Kairi K. & Diego de Leo, 2017).

Entre un 5,1% y un 24% de las personas que se autolesionan reportan haber iniciado esta
conducta antes de los 11 años. (Vega y cols.2018).

Si bien no hay una relación directa entre psicopatología y suicidio, si hay una fuerte
asociación. En el caso de adolescentes, de acuerdo a datos de la UNESCO y LA OMS,
más del 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren trastornos mentales.

También señalan que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a
19 años y alrededor del 15% de los adolescentes de países de ingresos medios y bajos
se ha planteado el suicidio.

1.2 DEFINICIÓN DE SUICIDIO

En su obra “Religio medici”, sir Thomas Browne (1642) acuñó por primera vez la palabra
“suicidio”, basándose en los términos del latín “sui” (sí mismo) y “caedere” (matar). La
nueva palabra fue utilizada por la necesidad, en el ámbito judicial, de distinguir entre el
“homicidio de uno mismo” y el asesinato de otro (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez,
2015).

El suicidio ha sido tema central de diversos autores, entre ellos, E. Stengel, Jean
Baechler. Sin embargo, la definición de suicidio más reconocida es la del sociólogo
francés Émile Durkheim: “se llama suicidio a todo caso de muerte que resulte, directa o
indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo
ella que debía producir este resultado” (Ibidem).

El suicido es definido por la OMS (2007), como: “acto con resultado letal deliberadamente
iniciado y realizado por el sujeto sabiendo o esperando el resultado letal y la muerte”.

Se entiende por suicidio la muerte auto-infligida con evidencia, implícita o explícita de que
la persona quería morir para dejar de sufrir.

1.3 CONCEPTOS SOBRE SUICIDIO


En su tesis doctoral Argudo mencionado por Lorente (2008) refiere el proceso completo
del comportamiento suicida como un proceso continuo que está conformado por la
ideación de autodestrucción en sus diferentes grados: las amenazas, el gesto, el intento y
el hecho consumado, sin embargo abarca un amplio campo de pensamiento que puede
adquirir diferentes formas de representación.

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Cabe detallar las siguientes definiciones:

Ideación suicida:

Es el pensamiento, la idea, el deseo de quitarse la vida; los pensamientos varían desde el


deseo de muerte hasta la planeación completa del intento. El espectro de la ideación
suicida abarca típicamente cuestionamientos existenciales que progresan sucesivamente
a ideas de muerte, ideas de suicidio hasta planes de suicido.

Intento de suicidio:

Es el acto contra la integridad de una persona, iniciado por ella misma, que no termina en
la muerte. Diremos que cualquier intento de suicidio, por leve que parezca (tomarse un
frasco de vitaminas) reviste suma gravedad.

Al respecto Pérez (2002) aporta los primeros cuatro pasos del proceso de la ideación
suicida que a continuación se describe.

1. El Deseo de Morir

Representa la inconformidad e insatisfacción del sujeto (sic) con su modo de vivir en el


momento presente y puede manifestarse en frases como: ¨La vida no merece la pena
vivirla¨, ¨Lo que quisiera es morirme¨, ¨Para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto¨
y otras expresiones similares.

2. La Representación Suicida

Constituida por imágenes mentales sobre el suicidio del propio individuo (sic).

3. Idea Suicida.

A diferencia de la ideación suicida señalada anteriormente, en este concepto además del


elemento cognitivo relacionado al pensamiento, planeación o deseo de cometer el suicidio
de manera ya sea prolongada, permanente, impulsiva o planeada, el autor enfatiza la
presencia o no de un método.

Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse pero al
preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: "no sé cómo, pero lo voy a hacer".

Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo expone


sus deseos de matarse y al preguntarle cómo ha de hacerlo, usualmente responde: "De
cualquier forma, ahorcándome, quemándome, pegándome un balazo."

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Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto
desea suicidarse y ha elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún no
ha ideado cuándo lo va a ejecutar, en qué preciso lugar, ni tampoco ha tenido en
consideración las debidas precauciones que ha de tomar para no ser descubierto y
cumplir con sus propósitos de autodestruirse.

4. Planeación Suicida.

El individuo que desea suicidarse ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar


donde lo realizará y el momento oportuno para no ser descubierto (Argudo, 2013)

Todas estas manifestaciones de la ideación de autodestrucción deben explorarse ya que


la comunicación y el diálogo abierto sobre el tema no incrementa el riesgo de
desencadenar el acto, como erróneamente se considera al contrario es una valiosa
oportunidad para su intervención.

Otras definiciones:

Intencionalidad suicida:
Franco deseo de morir al momento de cometer el intento.

Auto-lesión con intento suicida:


Autoagresión profunda con el propósito de concluir con la vida.

Comunicación suicida:
Acto interpersonal, se transmiten pensamientos, deseos o intencionalidad.

a) Amenaza suicida: Acto interpersonal que podría predecir


conducta suicida
b) Plan suicida: Propuesta de un método con el cual llevar a cabo
conducta suicida.

Parasuicidio: Acto no mortal en el que una persona, de forma deliberada, se autolesiona.


Se elimina la intencionalidad de morir (conciencia de la acción).
Conseguir cambios deseados en la conciencia o condiciones sociales.

1.4 MITOS SOBRE EL SUICIDIO


Existen falsos tópicos o creencias erróneas sobre el suicidio que pueden afectar la
prevención del suicidio y el manejo de personas que están en riesgo de conductas
suicidas. Algunas de las creencias erróneas más comunes son las siguientes:

Mito Realidad
El que se quiere matar no lo dice Conduce a no prestar atención a las personas que
manifiestan sus ideas suicidas o amenazan con
suicidarse.
·
De cada diez personas que se suicidan, nueve

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manifestaron claramente sus propósitos y la otra
dejó entrever sus intenciones de acabar con su
vida.

El que lo dice no lo hace Conduce a minimizar las amenazas suicidas, que


pueden considerarse erróneamente como
chantajes, manipulaciones, alardes, etc.

El que se suicida pudo expresar lo que ocurriría


con palabras, amenazas, gestos o cambios de
conducta.
Todo el que se suicida es un enfermo Intenta hacer sinónimo el suicidio y la enfermedad
mental mental.

Los enfermos mentales se suicidan con mayor


frecuencia que la población general, pero no
necesariamente hay que padecer un trastorno
mental para hacerlo. No hay duda de que todo
suicida es una persona que sufre.
El suicidio se hereda Lleva a creer erróneamente que lo que está
determinado por la herencia es imposible
modificarlo.

Aunque el suicidio pueda tener influencia genética,


existen una serie de factores protectores que es
preciso potenciar (habilidades en la resolución de
los problemas, tener confianza en uno mismo,
integración social, etc.…).
Hablar sobre el suicidio con una Infunde temor a la hora de abordar el tema del
persona que está en riesgo le puede suicidio en quienes están en riesgo de consumarlo.
incitar a que lo realice
Está demostrado que hablar del suicidio reduce el
riesgo de realizarlo y puede ser la única posibilidad
que ofrezca a esa persona para el análisis de sus
propósitos autodestructivos.
El suicida desea morir Con frecuencia el suicida está en una posición
ambivalente, desea morir si su vida continúa de la
misma manera y desea vivir si se produjeran
pequeños cambios en ella.
“Algunos intentos son para llamar la Con frecuencia el suicida está en una posición
atención.” ambivalente, desea morir si su vida continúa de la
misma manera y desea vivir si se produjeran
pequeños cambios en ella.
Acercarse sin preparación, solo con Cualquiera puede ayudar en la prevención:
sentido común, a una persona en mostrando interés, cercanía y comprensión,
riesgo es perjudicial para ella.. además de motivar a la persona a pedir ayuda
profesional.

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Sólo los viejos se suicidan Pretende evadir el suicidio como causa de muerte
en edades tempranas de la vida como son los
niños y los adolescentes.

Los ancianos realizan menos intentos autolíticos


que los jóvenes, pero utilizan métodos más
efectivos al intentarlo, lo que lleva a una mayor
letalidad.

1.5 CONDUCTAS AUTOLESIVAS NO SUICIDAS

Estos comportamientos no van acompañados de intencionalidad suicida, sin embargo no


dejan de representar un factor de riesgo para el suicidio.

Las formas más comunes de lesiones autoinflingidas son las siguientes:

Cutting (cortes superficiales de la piel)


Quemaduras
Autogolpearse
Quitarse las costras
Tirar o jalar el cabello
Morderse
Descamarse capas de la piel
Ingerir objetos cortantes

Funciones de estas conductas son las siguientes:

Regulación de la emoción: alivia intensidad de emociones negativas.


Autocastigo
Comunicar dolor
Asegurar y afirmar el sentido de símismo
Estrategia antisuicida.
A pesar que no hay intensionalidad suicida, representa un factor de riesgo para el
suicidio.

1.6 CONDUCTAS AUTOLESIVAS CON INTENCIONALIDAD SUICIDA

Estos comportamientos van acompañados de intencionalidad suicida.

Pueden presentarse con elevada intención suicida y puede realizarse con un método de
baja o moderada letalidad o viceversa.

El método puede ser violento o no, puede ser único o múltiple.

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La letalidad del método puede ser de la siguiente forma:

Alta: precipitación, suspensión, arma de fuego


Mediana: ingesta de medicamentos, cortes profundos
Baja: cortes superficiales, ingesta de medicamentos

Lesiones que ponen en peligro la vida: Lesiones cerebrales, cardiacas, en arterias


principales, médula espinal y obstrucción de vías aéreas.
Producto de lesiones profundas: Hemorragia masiva.

2. ASPECTOS GENERALES DEL DESARROLLO DEL


ADOLESCENTE
La adolescencia representa una etapa de desarrollo caracterizada por desajustes
internos, interpersonales y sociales, lo que repercute en la salud mental y en la presencia
de comportamientos desadaptativos, entre ellos el suicidio.

De Acuerdo a la Organización Mundial de la salud (OMS) la adolescencia es un “Periodo


de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la
edad adulta, entre los 10 y 19 años”.

Como se mencionó, es un período expresado en una etapa de desarrollo que refleja


grandes cambios biopsicosociales. Derivados de estos cambios el adolescente se ve
vulnerado ante diversos problemas en donde la impulsividad, la falta de consideración de
las consecuencias de sus decisiones, la labilidad emocional, la necesidad imperante de
situaciones placenteras, entre otras características propias del adolescente están
presentes.

Los cambios profundos a los que se ve expuesto el adolescente se pueden clasificar de


la siguiente forma:

Físicos y fisiológicos: aceleración crecimiento, morfológicos, falta de desarrollo de lóbulos


frontales del cerebro (relacionados a la regulación emocional y comportamental y otras
funciones psicosociales); Cambios puberales (hormonales acompañados con cambios
físicos); aparecen los caracteres sexuales secundarios (femeninos y masculinos);
crecimiento de los órganos genitales; estatura adulta y la mayoría de las proporciones
físicas adultas. Estos cambios se asocian al desajuste psicosocial y la impulsividad.

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Psicológicos: Cambios radicales en el estado de ánimo; rebeldía contra figuras de
autoridad; incremento del nivel de energía; aumento de deseo sexual, ambivalencia
emocional, necesidad de autonomía e independencia, conflicto por nuevas
responsabilidades y deseos de ser tratado como adulto y como menor a la vez
(ambivalencia); incremento de la capacidad intelectual, impulsividad, baja autoestima,
sentimientos de inadaptación social, búsqueda de sensaciones placenteras.

Sociales: Desequilibro social entre padres e hijos, necesidad de aceptación por grupos de
pares, influenciables por grupos de pares, cuestiona los valores tradicionales, interés en el
sexo opuesto, tendencia a cuestionar, confrontar, refutar, discutir, exponer a la autoridad.

Un trabajo para la prevención del suicidio en contextos de ejecución de la pena


debe realizarse por personal capacitado y especializado en el tema de la
adolescencia

3. FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO


Las causas del suicidio son complejas. Existen personas que aparentemente son más
vulnerables al suicidio cuando deben enfrentar eventos difíciles de la vida o diferentes
factores de estrés.

Por tanto la OMS (2017) propone que para prevenirlo es necesario identificar quienes son
más propensos, en cuáles circunstancias, y posteriormente intervenir en forma efectiva.
Existen una serie de factores que interactúan para colocar a un individuo en mayor riesgo,
incluyendo factores socioculturales, condiciones psiquiátricas, biología, genética y estrés
social. Las formas en que interactúan estos factores para producir el suicidio y las
conductas suicidas son complejas y no bien comprendidas. Dichos factores representan
grupos con tasas más altas de suicido (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).

La Organización Mundial de la Salud define a los factores de riesgo como “las condiciones
o características que aumentan la posibilidad de que las personas atenten contra su vida”.

Se pueden dividir de la siguiente manera:

• Modificables
• No modificables.

3.1 FACTORES DE RIESGO MODIFICABLES

Estos factores modificables son el blanco de las intervenciones para disminuir el riesgo de
suicidio.

Los factores de riesgo modificables son aquellos en los que existe la posibilidad de
cambiar:

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• Ansiedad
• Desesperanza (factor de mayor riesgo)
• Acceso a medios para cometer suicidio
• Interrupción del tratamiento
• Trastorno psiquiátrico
• Aislamiento social
• Enfermedad médica

Entre los factores de riesgo modificables para el suicidio en jóvenes que infringieron la ley
penal se encuentra la impulsividad (Bender y Cols, 2011).

La impulsividad se identifica como facilitador entre la transición de la ideación suicida y el


acto suicida ante situaciones estresantes, traumáticas y dolorosas. Esta transición se
incrementa cuando el sujeto ha realizado intentos previos de suicidio.

En adolescentes se ha encontrado relación entre la impulsividad, consumo de tabaco,


alcohol y drogas y el consumo de drogas y alcohol influyen en la relación entre
impulsividad y riesgo de suicidio (Chuang-Wei y cols, 2017).

Para las y los jóvenes que infringieron la Ley Penal al encontrarse privados de la libertad,
se observó que no tener apoyo familiar es un factor de riesgo para el suicidio.

Si las y los adolescentes generan redes de apoyo durante su internamiento, se está en la


posibilidad de reducir el riesgo de suicidio Santana-Campas y cols. , 2019).

3.2 FACTORES DE RIESGO NO MODIFICABLES

Los factores de riesgo no modificables son aquellos en los cuales no existe la posibilidad
de cambio:

Intento suicida previo


Factores genéticos
Género
Edad
Estado civil
Situación económica
Orientación sexual
(Población de riesgo fijo: hombres enfermos, adolescentes homosexuales, hombres
desempleados)

Otros factores de riesgo en adolescentes se pueden clasificar en historia de trastornos


mentales, historia familiar problemática, historia de mal funcionamiento en distintas áreas.

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HISTORIA DE TRASTORNOS MENTALES

Depresión o manía
IdeacIón suicida
Trastornos de conducta
Consumo de alcohol o drogas
Amenazas o intentos de suicidio previos
Psicosis

HISTORIA FAMILIAR PROBLEMÁTICA

Ausencia de uno o ambos padres


Trastorno psiquiátrico de los padres
Antecedente de conducta suicida en la familia
Maltrato o abandono
Consumo de alcohol y drogas por familiares

HISTORIA DE MAL FUNCIONAMIENTO EN DISTINTAS ÁREAS

Fracaso escolar
Ausentismo escolar
Aislamiento social
Problemas legales

Existen diversos factores de riesgo específicos para el suicidio en contextos de


internamiento o reclusión para adolescentes, los cuales deben ser conocidos para llevar a
cabo una prevención primaria.

Adolescentes en internamiento

La experiencia de estar internados puede ser especialmente difícil para


delincuentes juveniles que son separados de sus familias y amistades.

Por lo tanto, la separación y aislamiento de las personas adolescentes puede


conducir a un riesgo adicional para acciones suicidas, las cuales pueden suceder
en cualquier momento después de su confinamiento.

3.3 FACTORES PREDICTIVOS DE REPETICIÓN PARA UN INTENTO


SUICIDA

• Historia previa de hospitalización por autolesiones


• Deficiente capacidad de adaptación personal y social
• Tratamiento psiquiátrico anterior
• Internamiento psiquiátrico anterior
• Trastorno de personalidad

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• Alcoholismo/drogadicción
• No estar viviendo con la familia

3.4 FACTORES DE RIESGO DE CONSUMAR EL SUICIDIO

a) Sexo masculino
b) Ausencia de factor precipitante asociado al intento
c) Método usado de alta letalidad
d) Diagnóstico de trastorno afectivo o psicótico.

3.5 FACTORES ASOCIADOS A LA PROTECCIÓN DE LA CONDUCTA


SUICIDA.

Los factores de protección son todos aquellos que intervienen, bloquean, atenúan o
disminuyen la posibilidad de que se presente este evento, conocerlos permite elaborar un
programa de intervención adecuado (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).

Dichos factores protectores en la literatura científica se clasifican en individuales,


familiares y sociales (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015) a continuación se

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mencionan:

3.6 ¿CÓMO IDENTIFICAR UNA PERSONA ADOLESCENTE CON RIESGO SUICIDA?


“Señales que pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio:”1

1. Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales

2. Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales

3. Enfermedad psiquiátrica

4. Uso de drogas o de bebidas alcohólica

1
Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias OMS. (2007). Prevención del Suicidio. (recuperado el 13/01/ 2017),
de Asociación Internacional, recuperado de:
http://www.who.int/mental_health/prevention/suicide/resource_jails_prisons_update_spanish.pdf; American Academy of
Child & Adolescent Psychiatric, recuperado de:
https://www.aacap.org/AACAP/Families_and_Youth/Facts_for_Families/Facts_for_Families_Pages/Spanish/El_Suicidio_en_
los_Adolescentes_10.aspx

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5. Abandono fuera de lo común en su apariencia persona

6. Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su


trabajo escolar

7. Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: los dolores de cabeza, de estómago
y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven

8. Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones

9. Poca tolerancia de los elogios o los premios

10. Ansiedad o pánico

11. Cambio en la personalidad, mostrando irritabilidad, pesimismo, depresión o apatía

11. Cambio en los hábitos alimenticios o del sueño

12. Intento de suicidio anterior

13. Odio por sí mismo, sintiéndose culpable, falto de valor o avergonzado

11. Una pérdida importante reciente – muerte, divorcio, separación, etc.

10. Historia familiar de suicidio

11. Deseo súbito de arreglar sus asuntos personales, despedida, entregar sus cosas
personales, etc.

12. Sentimientos de soledad, impotencia y desesperanza

13. Notas de suicidio

14. Carácter impulsivo

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3.7 CIRCUNSTANCIAS QUE SUGIEREN ALTA LETALIDAD
1. Comunicación previa de que se iría a matar
2. Mensaje o carta de despedida
3. Precauciones finales
4. Planes detallados
5. Precauciones para no ser descubierto
6. Ausencia de personas que pudieran ayudarle
7. No buscar ayuda después del intento de suicidio
8. Método violento, o uso de drogas más peligrosas
9. Creencia de que el acto será irreversible y letal
10. Afirmación clara de quererse matar
11. Arrepentimiento por haber sobrevivido en caso de que haya cometido
intento suicida previo

3.8 PSICOPATOLOGÍA ASOCIADA AL RIESGO SUICIDA

Según la OMS (2017), el 90% de la personas adolescentes con intento suicida padecen
un trastorno psiquiátrico.

Depresión: 40-50%
Esquizofrenia: 10%
Consumo de sustancias: 20-25%
Otros

Las personas adolescentes con trastornos mentales constituyen una población con alto
grado de afectaciones entre ellas el suicidio. Cerca del 90% de los que comenten un
suicidio presentan un diagnóstico psiquiátrico (Bedoya y Montaño, 2016).

Depresión. Conforme al Manual de Diagnósticos y estadísticos de los trastornos


mentales (DSM-V) la depresión es un período en el que se presenta un cambio del
funcionamiento previo, estado de ánimo decaído, pérdida de interés o placer, cambios de

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apetito, sueño, actividad motora, sentimiento de inutilidad o culpa, dificultad
para concentrarse y “pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas
suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para
llevarlo a cabo.

En adolescentes la prevalencia de depresión es de 4 al 8%, siendo más prevalente en


mujeres (1:2). El riesgo de depresión se multiplica por 2-4 después de la pubertad, sobre
todo en mujeres y la incidencia acumulada al alcanzar los 18 años puede alcanzar el 20%
(Royo, Martínez, 2012).

En niños y adolescentes con intentos suicidas se ha encontrado que los diagnósticos


psiquiátricos, de acuerdo al CIE-10, asociados más frecuentemente son los trastorno
depresivos graves (72.5%) (Zelaya de Migliorisi, Piris de Almirón y Migliorisi, 2012).

Ansiedad. El DSM-V los trastornos de ansiedad se caracterizan por miedo excesivo ante
amenazas reales o percibidas y ansiedad como anticipación de amenazas futuras.

Se calcula que el 4,7% de todos los niños de 3-17 años están afectados, y la mayoría
comienza antes de los 25 años, con una prevalencia creciente (15-20%) en adolescentes
de 13-17 años 26-28. Los niños pueden desarrollar nuevos trastornos de ansiedad con el
tiempo, y tienen más riesgo de sufrir trastornos depresivos y ansiosos que los adultos.
También están en riesgo de presentar deterioro social, familiar y académico.

Muchos adolescentes manifiestan temor o preocupación, y no reconocen que su miedo es


irracional. Con frecuencia refieren quejas somáticas de cefalea y dolor de estómago.
Puede afectar al rendimiento escolar con posible rechazo a acudir al colegio. El llanto, la
irritabilidad, estallidos de ira y conductas dañinas son otro tipo de expresiones frecuentes
de temor y de esfuerzos por evitar estímulos que les desencadenan ansiedad.

Baca y Aroca (2014) encontraron que quienes presentaban ansiedad y depresión eran
más impulsivos, realizaron más intentos suicidas, y tenían antecedentes familiares de
conducta suicida, abuso sexual y emocional en la infancia (Bedoya y Montaño, 2016).

Abuso de sustancias psicoactivas. Según el DSM-V las condiciones clasificadas como


inducidas por uso o abuso de sustancias son: “intoxicación, abstinencia y otros trastornos
(psicóticos, bipolar y relacionados, depresivos, de ansiedad, obsesivo-compulsivos y
relacionados, del sueño, disfunciones sexuales, delirio, y neurocognitivos)” (p. 481). En
general, el riesgo para todos los trastornos relacionados con sustancias se asocia con
sobredosis accidentales y deliberadas. “La repetida intoxicación y abstinencia pueden

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estar asociadas con depresiones severas lo suficientemente intensas como
para dar lugar a intentos y suicidios.

Algunos autores explican la asociación entre consumo de sustancias y suicidio,


proponiendo que la intoxicación puede reducir la inhibición y aumentar el riesgo de un
acto de suicidio impulsivo, alterar la capacidad de juicio y potenciar la disforia
(Santamarina et al., 2004 citado en Bedoya y Montaño, 2016 ), generar disfunción cere-
bral, cambios neuropsicológicos, cambio en estado de ánimo y conducta violenta, que son
potenciados cuando se consume más de una sustancia (Conner, Beautrias, y Conwell,
2003 citado en Bedoya y Montaño, 2016).

Trastorno psicótico agudo (esquizofrenia). En el DSM-V se define la esquizofrenia


como una “alteración con síntomas como delirios, alucinaciones, discurso y
comportamiento desorganizados, y síntomas negativos (p.54). Y el DSM-IV señalaba que
aproximadamente el 10 % de los sujetos con esquizofrenia se suicidan.

Los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia que presentan aislamiento social y


familiar, falta de apoyo y dificultades económicas tienden a cometer más suicidios, al igual
que los más jóvenes, de sexo masculino, con historia de suicidios en la familia y abuso de
sustancias. Usualmente se ven afectados por estados de desesperanza y desesperación,
frecuentes recaídas, sintomatología grave, pobre funcionamiento social, deterioro mental,
poca adherencia al tratamiento o excesiva dependencia del mismo. Tal y como reporta
Williams (1992 citado en Bedoya y Montaño, 2016), el 40% de personas con esquizofrenia
que se suicidan presentaban impulsividad, depresión, tensión y estrés grave y constante
(Bedoya y Montaño, 2016).

De acuedo a la OMS (2007), en contextos de internamiento son tres las condiciones más
frecuentes:

I. Depresión

II. Impulsividad

III. Trastornos por uso de sustancias

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4. EVALUACIÓN DE LA PERSONA ADOLESCENTE
CON CONDUCTA SUICIDA
La evaluación debe incluir aspectos como realizar un contacto empático, examinar las
dimensiones del problema, explorar las posibles soluciones y orientar hacia una acción
concreta y llevar acabo seguimientos para evaluar la evolución de la conducta suicida y
determinar el plan de acción (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015) .
La evaluación del riesgo suicida puede consistir esencialmente de tres partes:

(1) La exploración de la ideación suicida de la persona (corroborar las fuentes es también


importante);

(2) La exploración del cúmulo de datos concernientes a los factores que incrementan el
riesgo suicida, ejemplo: edad, sexo, uso de alcohol, presencia de psicósis, etc. y

(3) La toma de decisión clínica, en la cuál el clínico valora el peligro agudo de acuerdo a la
ideación suicida y la presencia de factores de riesgo.

La Sociedad Americana de Psiquiatría citada por Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez


(2015) propone efectuar una evaluación que va de lo general a lo específico.

A) EVALUACIÓN GENERAL

• Identifique signos y síntomas psiquiátricos específicos (depresión, ansiedad, psicosis,


etc.).

• Evalúe antecedentes de intentos de suicidio y conductas de riesgo.

• Revise la historia de tratamientos previos y repercusiones.

• Identifique historia familiar de suicidio, enfermedad mental u otros.

• Valore la situación psicosocial actual y el origen de la crisis que genera los síntomas.

• Reconozca otros factores de riesgo para conducta suicida.

• Evalúe factores protectores y red de apoyo.

B) EVALUACIÓN DE PENSAMIENTOS, PLANES Y CONDUCTAS SUICIDAS

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• Determine la presencia o ausencia de ideación suicida.

• Determine la presencia o ausencia de plan suicida.

• Evalúe el riesgo de suicidio.

C) EVALUACIÓN Y CLASIFICACIÓN DEL RIESGO DE SUICIDIO

Se determina mediante la evaluación conjunta de los siguientes puntos:

• La presencia, magnitud, y persistencia de la ideación suicida.

• La presencia y estructuración de un plan suicida y la disponibilidad de medios para


concretarlo.

• Los intentos suicidas previos y la letalidad de los métodos utilizados.

La clasificación del riesgo suicida de acuerdo a la Asociación Americana de Psiquiatría

A continuación se presentan algunas preguntas para la evaluación de la conducta suicida


igualmente propuestas por la Sociedad Americana de Psiquiatría.

Estas preguntas se deben adaptar al nivel de confianza desarrollado con la persona


adolescente.

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4.1 ATENCIÓN SEGÚN LA CLASIFICACIÓN DEL RIESGO SUICIDA

De acuerdo a la clasificación del riesgo suicida Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez (2015)
proponen una atención para cada nivel.

A) Persona adolescente con riesgo bajo

• Brindar los primeros auxilios psicológicos (técnicas basadas en la evidencia


destinadas a ayudar a todo tipo de población afectada por un incidente crítico cuya
aplicación buscará reducir el nivel del estrés y fomentar la adaptación y el
adecuado afrontamiento a los estresores a corto y mediano plazo).

• Evaluar y descartar un trastorno psiquiátrico.

• Trabajar la comunicación de sentimientos e ideación suicida

• Centrarse en los aspectos positivos de la persona y hablar sobre las habilidades


de solución de problemas aplicadas en el pasado.

B) Persona adolescente clasificada como riesgo indeterminado

Mantener en observación durante 6 a 12 horas al paciente, definir si es necesario medicar


y revaluar al término de este plazo.

Utilizar la ambivalencia para fortalecer el deseo de vivir.

C) Persona adolescente con clasificación de riesgo alto

• Priorizar la estabilidad orgánica.

• Aplicar los primeros auxilios psicológicos según la estabilidad emocional de la


persona.

• Hospitalizar bajo vigilancia estrecha 24 horas e iniciar tratamiento para el trastorno


psiquiátrico diagnosticado incluyendo atención psiquiátrica y psicológica.

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5. EL PROCESO DE INTERVENCIÓN

La prevención del suicidio no es exclusiva del personal de salud, implica una intervención
de todas las instituciones y sociedad en general. Todo personal de cualquier institución
que albergue personas tiene la responsabilidad de estar preparado para el manejo de una
persona adolescente con conducta suicida y evitar la consumación del acto.

Por tanto se requiere de una labor de escucha, comprensión y concientización de que en


ningún momento se debe ignorar una amenaza o intento. Si un paciente está alterado
emocionalmente, con pensamientos suicidas vagos, expresar sus pensamientos y
sentimientos ante un profesional que le demuestre interés, puede ser suficiente, claro
dejando abierta la posibilidad de un seguimiento posterior (Vargas, Vásquez, Soto y
Ramírez, 2015).

Por lo general una persona adolescente con conducta de riesgo suicida es una persona
con un dolor psicológico insoportable, con sentimientos de desesperanza que piensa en
suicidarse por no tener otras formas de adaptarse a acontecimientos vitales estresantes
(Mansilla, s.f.).

La evaluación de la persona con conducta suicida es necesaria y tiene que realizarse de


forma inmediata.

Slaikeu (1996) propone dos fases en el proceso de la Intervención en crisis:

a) Intervención de primera instancia:

Primeros auxilios psicológicos. Se trata de la asesoría y el acompañamiento que el


profesional brinda, en el primer contacto, a la persona adolescente afectada, para aliviar
el dolor emocional y el sufrimiento que está pasando; tiene el propósito de reducir las
posibles consecuencias emocionales, sociales, familiares y personales del sufrimiento.;
lograr la contención y de ser posible evitar que una ideación o conducta suicida se vuelva
un hecho real (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).

Los primeros auxilios psicológicos representan una forma de intervención psicológica en


el momento de crisis, significan una ayuda breve e inmediata de apoyo y rescate a la
persona para recuperar su estabilidad emocional y favorecer las condiciones de un
continuo equilibrio personal, implican reducir síntomas pero no quiere decir que se
resuelve la situación que originó la crisis (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).

Dura minutos o, como mucho, horas. El objetivo es restablecer el enfrentamiento


inmediato al evento:

Otorgar apoyo (escucha activa).


Reducir el peligro de muerte.

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Enlace con recursos de ayuda (canalización al área correspondiente).

Egozcue (2010) con respecto a esta primera fase comenta lo siguiente:

1. Realización del contacto psicológico


Este componente se define como empatía o sintonización con los sentimientos de una
persona adolescente durante una crisis. En este contexto significa escuchar lo mismo los
hechos que los sentimientos (qué pasó, tanto como qué es lo que la persona siente al
respecto), y la utilización de lineamientos reflexivos, para que la persona sepa que de
manera real escuchamos lo que ha dicho. Por lo tanto es necesario invitar a la persona a
hablar.

Lo primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan entienden y apoyan, lo que
a su vez conduce a una disminución en la intensidad de las emociones. El contacto
psicológico reduce el dolor de estar solo durante una crisis.

2. Examen de las dimensiones del problema

El segundo componente implica la evaluación de las dimensiones o parámetros del


problema. La indagación se enfoca en tres áreas: pasado inmediato, presente y futuro
inmediato. El pasado inmediato remite a los acontecimientos que condujeron al estado de
crisis en especial el incidente específico que desató o precipitó la crisis.

La indagación acerca de la situación presente implica las preguntas de “quién, qué,


dónde, cuándo y, cómo”. Necesitamos hallar quién está implicado, que pasó, cuándo, y
demás. Esto contempla la mayoría de las veces simplemente al tener la narración de la
persona.

En cuanto al futuro inmediato se debe encaminar a las posibles salidas, los factores
protectores y las redes de apoyo, de tal manera que la persona vea diferentes
perspectivas.

El objetivo principal de este segundo aspecto de los primeros auxilios es trabajar hacia un
orden jerárquico de las necesidades de la persona, dentro de dos categorías: 1) Conflictos
que necesitan manejarse de manera inmediata; 2) Conflictos que pueden dejarse para
después. Muchas veces existe una pequeña conciencia de lo que debe ser tratado ahora
mismo y lo que puede esperar unos días, semanas, o aun meses.

3. Análisis de posibles soluciones


Auxiliar a la persona para actuar a partir de una fortaleza antes que de una debilidad. Esto
puede evolucionar a partir de hacerle preguntas acerca de cómo ha tratado problemas

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previos. Se revisan opciones no intentadas y desechadas prematuramente, otra cuestión
sería analizar los obstáculos para la ejecución de un plan en particular.

Ejecución de la acción concreta.

El objetivo es dar el primer paso. Esto significa la ejecución de lo aprobado acerca de las
soluciones inmediatas encaminadas a tratar con las necesidades inmediatas.

Según los principales factores (letalidad y capacidad de la persona adolescente en crisis


para actuar en su propio beneficio), el asistente toma una actitud facilitadora o directiva en
la ayuda al paciente para tratar con la crisis.

Si la situación tiene una alta letalidad (peligro para el paciente, para el asistente o para
alguien más), o si la persona no es capaz de cuidar de sí misma entonces la actitud del
asistente es directiva. Y tendrá que tomar decisiones en beneficio de la persona.

4. Respuestas a las amenazas de suicidio: evaluación del nivel del riesgo

Como en el primer contacto de ayuda a la persona adolescente en crisis, los primeros


auxilios psicológicos incluyen una valoración de si la persona está o no trastornada,
desesperada o desorganizada como para que el suicidio pudiera ser uno de los resultados
eventuales de la crisis.

Por lo anterior la primera ayuda psicológica es una intervención inmediata de apoyo que
tiene la finalidad de reestablecer una cierta estabilidad emocional y que la puede realizar
cualquier profesional.

Conforme a Matusevich y Pérez, 2009 mencionado por Mansilla, s.f. esta primera ayuda
se caracteriza por:

1. Una actitud empática, comprensiva y firme, pero sin crítica (no se juzga, interroga,
aconseja, opina). Es importante hacerle saber que es entendida y que su sufrimiento tiene
un valor y una razón de ser. Es importante recordar que cuando una persona está en
crisis generalmente no tiene la claridad suficiente para expresar lo que le está
sucediendo, lo que en realidad le molesta.

2. Favorecer un clima de confianza, creando un ambiente de apoyo y aceptación,


recogiendo los sentimientos de la persona con riesgo de suicidio y mostrando interés por
ella. Siempre que una persona exprese ideas o pensamientos suicidas es necesario
prestarle atención.

3. Formular preguntas abiertas para facilitar la expresión de los sentimientos y los


pensamientos. El que la persona exprese abiertamente sus sentimientos o sus intentos
suicidas disminuye la probabilidad de que un evento se agrave o se lleve a cabo.

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4. Generar alternativas y estrategias ante los problemas que plantee.

5. No expresar confidencialidad. Posiblemente existirá la necesidad de informar a otras


áreas para tomar las medidas pertinentes.

6. Evaluar el peligro suicida y preguntar directamente si es necesario, no se puede ignorar


o no explorar el peligro suicida.

7. Tomar las decisiones prácticas y necesarias para proteger a la persona con riesgo
suicida, siendo directivo y utilizando medios sanitarios incluso coercitivos.

b) Intervención en segunda instancia:

Terapia para crisis. Puede durar semanas o meses. Ya es realizada por personal
especializado y el objetivo es la resolución de la crisis:

Translaborar el incidente de crisis.


Integrar el incidente en la trama de la vida.
Establecer la apertura/disposición para encarar el futuro.

La persona puede encontrarse en muchas situaciones de emergencia por lo que la in-


tervención psicológica en crisis se orienta hacia la expresión de los sentimientos y expe-
riencias internas que se relacionan con el acontecimiento que ocasionó el desajuste.

La intervención en crisis consiste en un tratamiento intensivo que demanda la habilidad


para la creación de un clima óptimo de comunicación que facilite:

a. La libertad de expresión por parte de la persona adolescente en crisis.


b. La aceptación de la persona adolescente y de su situación.
c. La expresión de la capacidad para escuchar de manera empática.
d. La búsqueda de soluciones realistas.
e. La expresión natural de afecto y cercanía. Se trata de propiciar una situación de
seguridad psicológica que permita la exploración de los eventos críticos en un
contexto de realidad.

No existe un abordaje terapéutico único del acto suicida, pero se han confirmado los
efectos beneficiosos de la terapia farmacológica (antidepresivos serotoninérgicos,
neurolépticos y estabilizadores del ánimo) y de la terapia cognitivo-conductual o la
combinación de las dos (Mansilla, s.f.).

La terapia cognitivo-conductual está destinada a modificar los comportamientos y


pensamientos y se vale de técnicas como la asertividad, la relajación, la reestructuración
cognitiva, la resolución de problemas, el entrenamiento en habilidades sociales y el
manejo de contingencias, que pueden reducir la depresión, la ansiedad, y la falta de
habilidad social (Ibídem).

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6. MEDIDAS DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO EN CENTROS DE
INTERNAMIENTO

A continuación se presentan algunos componentes para un programa para la prevención


del suicidio basados en la OMS (2017):

• Especial atención en días festivos o fines de semana.

• La atención debida a cualquier modificación en la situación procesal o penal de la


persona adolescente que puede ser vivenciada por estos de forma negativa.

• Tener vigilancia con los conflictos que puedan desarrollarse ya sea con las
llamadas que realice o visitas que pueda tener de un familiar u otra persona.

• Cuando ya se detectó un posible riego se recomienda tener a la persona


adolescente en una estancia compartida (que no sustituye una vigilancia
estrecha).

• Evitar los tiempos de permanencia en solitario de la persona adolescente.

• Considerar facilitar llamadas a familiares.

• Teniendo en cuenta que un intento de suicidio por ahorcamiento puede tomar solo
tres minutos para causar daño cerebral permanente y de 5 a 7 minutos para ser
letal, aun las rondas a intervalos de cada 10-15 minutos podrían no ser suficientes
para una persona privada de la libertad agudamente suicida por lo que se debe
proporcionar supervisión ininterrumpida.

• Deberá tener en cuenta o valorar las posibles alternativas que las personas
adolescentes puedan tener en el exterior y las relaciones que estos puedan tener
en el exterior ya que puede ser un punto muy importante para un posible riesgo.

• En el dormitorio que se coloque a la persona privada de la liberad con algo riesgo


suicida se debe minimizar dentro de lo posible el acceso no supervisado a
materiales letales.

• De ser necesarios recurrir al uso de dispositivos de contención utilizando primero


medidas menos restrictivas.

• Tratamiento psicofarmacológico para aquellas personas adolescentes con


trastornos mentales que representan un riesgo suicida.

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• Los adolescentes que manipulan con un intento suicida no deben ser ignoradas,
ya que muchos intentos terminan en muerte aun cuando esa no era la motivación
inicial. Aquellos intentos con menos intención de suicidio también están
expresando una problemática que requiere de atención, supervisión y apoyo
social.

7. MANEJO GENERAL DEL ADOLESCENTE CON RIESGO


SUICIDA
Riesgo inminente de autolesión/suicidio Riesgo de autolesión/suicidio

» Elimine los medios de autolesión/suicidio.

» Cree un entorno seguro y propicio; si es posible, ofrezca un área tranquila y separada


para esperar el tratamiento.

» NO deje sola a la persona.

» Supervise y asigne a un miembro del personal o a un familiar para garantizar la


seguridad de la persona en todo momento.

» Atienda el estado mental y la alteración emocional.

» Proporcione psicoeducación a la persona y a sus cuidadores.

» Ofrezca y active el apoyo psicosocial.

» Ofrézcales apoyo a los cuidadores.

» Consulte a un especialista en salud mental, si es factible.

» Mantenga contacto regular y seguimiento periódico.

Guía Clínica MhGap –OMS-

INTERVENCIONES PSICOSOCIALES

Active el apoyo psicosocial

— Movilice a la familia, los amigos, personas interesadas y otros recursos disponibles


para garantizar que se vigila estrechamente a la persona mientras persista el riesgo de
autolesión/suicidio.

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— Recomiende a la persona y los cuidadores que restrinjan el acceso a medios de
autolesión/suicidio (por ejemplo, sustancias plaguicidas o tóxicas, medicamentos de
prescripción, armas de fuego, etc.) cuando la persona tiene pensamientos o planes de
autolesión/suicidio.

— Optimice el apoyo social de los recursos disponibles en la comunidad. Estos incluyen


recursos informales, como familiares, amigos, conocidos, colegas y líderes religiosos; o
recursos formales de la comunidad, si los hay, como los centros de crisis y centros locales
de salud mental.

Brinde apoyo a la persona

— Investigue las razones y las formas para permanecer con vida.

— Concéntrese en los puntos fuertes de la persona y aliéntela a hablar sobre cómo se


resolvieron problemas anteriores.

— Si cuenta con recursos humanos suficientes, considere la orientación para la resolución


de problemas para ayudar a las personas que han cometido actos de autolesión en el
último año. Vaya a “Atención y prácticas esenciales de salud”.

Apoyo a los cuidadores

Informe a los cuidadores y los miembros de la familia que preguntar acerca del suicidio a
menudo ayudará a la persona a sentirse aliviada, menos ansiosa y mejor comprendida.

Los cuidadores y los familiares de las personas en riesgo de autolesión con frecuencia
presentan estrés grave. Présteles apoyo emocional si lo necesitan.

Informe a los cuidadores que, aunque puedan sentirse frustrados con la persona, deben
evitar manifestar hostilidad y críticas severas hacia la persona vulnerable en riesgo de
cometer autolesión/suicidio.

Mensajes fundamentales para la persona y los cuidadores

— Si tiene pensamientos de autolesión/suicidio, busque ayuda de inmediato recurriendo a


un familiar confiable, un amigo o un prestador de atención de salud.

— Está bien hablar del suicidio. Hablar del suicidio no provoca el acto de suicidio.

— Los suicidios son prevenibles.

— Tener un episodio de autolesión/suicidio es un indicador de sufrimiento emocional


grave. La persona no ve una opción o una solución. Por consiguiente, es importante
hacerle llegar a la persona apoyo inmediato

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para afrontar los problemas emocionales y los factores estresantes.

— Se deben retirar del hogar los medios de autolesión (por ejemplo, plaguicidas, armas
de fuego, medicamentos).

— La red de relaciones sociales, que incluye a la familia y otras personas pertinentes, es


importante para proporcionar apoyo social.

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