Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PREVENCIÓN DEL SUICIDO 2020 2-Con Modificaciones ORIGINAL 2
PREVENCIÓN DEL SUICIDO 2020 2-Con Modificaciones ORIGINAL 2
INTERVENCIÓN DE CONDUCTAS
SUICIDAS EN PERSONAS
ADOLESCENTES QUE INFRINGIERON
LA LEY PENAL
Academia Nacional de
Administración Penitenciaria
Al finalizar el curso, los participantes habrán adquirido conocimiento acerca del suicidio y
estrategias para la prevención, detección y manejo de conductas suicidas en los
adolescentes que infringieron la ley penal.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Las personas adolescentes que han infringido la ley penal tienen responsabilidad penal o
son imputables a partir de los doce años, aquellos que tienen más de 16 y menos de 18
años, si su delito es grave, pueden recibir medidas de sanción en internamiento por hasta
cinco años, los demás pueden recibir medidas de sanción o medidas cautelares en
externación . La gran mayoría de esta población tienen historias de vida en las que se han
expuesto a una serie de factores, que como veremos en los temas de este curso,
representan un riesgo para desarrollar problemas de salud mental, entre ellos, el riesgo
de conductas suicidas, de tal forma que el sistema de justicia para adolescentes requiere
procurar la salud del adolescente para prevenir el suicidio y orientar su labor hacia la
adecuada reinserción social. Así lo señala la Ley Nacional del Sistema de Justicia Penal
para Adolescentes (LNSJPA).
Además, esta ley señala que los Centros para Adolescentes de externación e
internamiento deben garantizar la aplicación de un plan individualizado, que de acuerdo a
la LNSIJPA se entiende como: “Organización de los tiempos y espacios en que cada
adolescente podrá realizar las actividades educativas, deportivas, culturales, de
protección al ambiente, a la salud física y mental, personales y para la adquisición de
habilidades y destrezas para el desempeño de un oficio, arte, industria o profesión, de
acuerdo con su grupo etario, en los términos de la medida cautelar de internamiento
preventivo impuesta por el Órgano Jurisdiccional”
El suicidio es la muerte que resulta de un acto positivo o negativo realizado por la víctima
misma sabiendo ella que debía producir ese resultado. Para conocer la magnitud de este
fenómeno a nivel internacional y nacional es necesario analizar los siguientes datos
epidemiológicos.
Los números varían según los países, pero aquellos de ingresos bajos y medianos
sobrellevan la mayor parte de la carga mundial de suicidio, ya que en ellos se registra un
76% del total de esos casos. El suicidio representa la segunda causa de muerte entre las
personas de 15 a 29 años de edad (OMS, 2014).
En México, a pesar de que la tasa de suicidios es menor que la de otros países con
similar o mayor nivel de desarrollo que el nuestro, se ha observado una tendencia
creciente en los últimos 50 años, principalmente entre los jóvenes en edades activas y
entre los hombres adultos mayores. En 2015 se registraron 6,285 suicidios, lo que
representa una tasa de 5.2 fallecidos por cada 100 mil habitantes; por sexo, la tasa
registrada fue de 8.5 por cada 100 mil hombres y de 2.0 por cada 100 mil mujeres.
(Hernández-Bringas y Flores-Arenales, 2011; INEGI, 2016).
Entre un 5,1% y un 24% de las personas que se autolesionan reportan haber iniciado esta
conducta antes de los 11 años. (Vega y cols.2018).
Si bien no hay una relación directa entre psicopatología y suicidio, si hay una fuerte
asociación. En el caso de adolescentes, de acuerdo a datos de la UNESCO y LA OMS,
más del 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren trastornos mentales.
También señalan que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a
19 años y alrededor del 15% de los adolescentes de países de ingresos medios y bajos
se ha planteado el suicidio.
En su obra “Religio medici”, sir Thomas Browne (1642) acuñó por primera vez la palabra
“suicidio”, basándose en los términos del latín “sui” (sí mismo) y “caedere” (matar). La
nueva palabra fue utilizada por la necesidad, en el ámbito judicial, de distinguir entre el
“homicidio de uno mismo” y el asesinato de otro (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez,
2015).
El suicidio ha sido tema central de diversos autores, entre ellos, E. Stengel, Jean
Baechler. Sin embargo, la definición de suicidio más reconocida es la del sociólogo
francés Émile Durkheim: “se llama suicidio a todo caso de muerte que resulte, directa o
indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo
ella que debía producir este resultado” (Ibidem).
El suicido es definido por la OMS (2007), como: “acto con resultado letal deliberadamente
iniciado y realizado por el sujeto sabiendo o esperando el resultado letal y la muerte”.
Se entiende por suicidio la muerte auto-infligida con evidencia, implícita o explícita de que
la persona quería morir para dejar de sufrir.
Ideación suicida:
Intento de suicidio:
Es el acto contra la integridad de una persona, iniciado por ella misma, que no termina en
la muerte. Diremos que cualquier intento de suicidio, por leve que parezca (tomarse un
frasco de vitaminas) reviste suma gravedad.
Al respecto Pérez (2002) aporta los primeros cuatro pasos del proceso de la ideación
suicida que a continuación se describe.
1. El Deseo de Morir
2. La Representación Suicida
Constituida por imágenes mentales sobre el suicidio del propio individuo (sic).
3. Idea Suicida.
Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse pero al
preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: "no sé cómo, pero lo voy a hacer".
4. Planeación Suicida.
Otras definiciones:
Intencionalidad suicida:
Franco deseo de morir al momento de cometer el intento.
Comunicación suicida:
Acto interpersonal, se transmiten pensamientos, deseos o intencionalidad.
Mito Realidad
El que se quiere matar no lo dice Conduce a no prestar atención a las personas que
manifiestan sus ideas suicidas o amenazan con
suicidarse.
·
De cada diez personas que se suicidan, nueve
Pueden presentarse con elevada intención suicida y puede realizarse con un método de
baja o moderada letalidad o viceversa.
Sociales: Desequilibro social entre padres e hijos, necesidad de aceptación por grupos de
pares, influenciables por grupos de pares, cuestiona los valores tradicionales, interés en el
sexo opuesto, tendencia a cuestionar, confrontar, refutar, discutir, exponer a la autoridad.
Por tanto la OMS (2017) propone que para prevenirlo es necesario identificar quienes son
más propensos, en cuáles circunstancias, y posteriormente intervenir en forma efectiva.
Existen una serie de factores que interactúan para colocar a un individuo en mayor riesgo,
incluyendo factores socioculturales, condiciones psiquiátricas, biología, genética y estrés
social. Las formas en que interactúan estos factores para producir el suicidio y las
conductas suicidas son complejas y no bien comprendidas. Dichos factores representan
grupos con tasas más altas de suicido (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).
La Organización Mundial de la Salud define a los factores de riesgo como “las condiciones
o características que aumentan la posibilidad de que las personas atenten contra su vida”.
• Modificables
• No modificables.
Estos factores modificables son el blanco de las intervenciones para disminuir el riesgo de
suicidio.
Los factores de riesgo modificables son aquellos en los que existe la posibilidad de
cambiar:
Entre los factores de riesgo modificables para el suicidio en jóvenes que infringieron la ley
penal se encuentra la impulsividad (Bender y Cols, 2011).
Para las y los jóvenes que infringieron la Ley Penal al encontrarse privados de la libertad,
se observó que no tener apoyo familiar es un factor de riesgo para el suicidio.
Los factores de riesgo no modificables son aquellos en los cuales no existe la posibilidad
de cambio:
Depresión o manía
IdeacIón suicida
Trastornos de conducta
Consumo de alcohol o drogas
Amenazas o intentos de suicidio previos
Psicosis
Fracaso escolar
Ausentismo escolar
Aislamiento social
Problemas legales
Adolescentes en internamiento
a) Sexo masculino
b) Ausencia de factor precipitante asociado al intento
c) Método usado de alta letalidad
d) Diagnóstico de trastorno afectivo o psicótico.
Los factores de protección son todos aquellos que intervienen, bloquean, atenúan o
disminuyen la posibilidad de que se presente este evento, conocerlos permite elaborar un
programa de intervención adecuado (Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez, 2015).
3. Enfermedad psiquiátrica
1
Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias OMS. (2007). Prevención del Suicidio. (recuperado el 13/01/ 2017),
de Asociación Internacional, recuperado de:
http://www.who.int/mental_health/prevention/suicide/resource_jails_prisons_update_spanish.pdf; American Academy of
Child & Adolescent Psychiatric, recuperado de:
https://www.aacap.org/AACAP/Families_and_Youth/Facts_for_Families/Facts_for_Families_Pages/Spanish/El_Suicidio_en_
los_Adolescentes_10.aspx
7. Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: los dolores de cabeza, de estómago
y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven
11. Deseo súbito de arreglar sus asuntos personales, despedida, entregar sus cosas
personales, etc.
Según la OMS (2017), el 90% de la personas adolescentes con intento suicida padecen
un trastorno psiquiátrico.
Depresión: 40-50%
Esquizofrenia: 10%
Consumo de sustancias: 20-25%
Otros
Las personas adolescentes con trastornos mentales constituyen una población con alto
grado de afectaciones entre ellas el suicidio. Cerca del 90% de los que comenten un
suicidio presentan un diagnóstico psiquiátrico (Bedoya y Montaño, 2016).
Ansiedad. El DSM-V los trastornos de ansiedad se caracterizan por miedo excesivo ante
amenazas reales o percibidas y ansiedad como anticipación de amenazas futuras.
Se calcula que el 4,7% de todos los niños de 3-17 años están afectados, y la mayoría
comienza antes de los 25 años, con una prevalencia creciente (15-20%) en adolescentes
de 13-17 años 26-28. Los niños pueden desarrollar nuevos trastornos de ansiedad con el
tiempo, y tienen más riesgo de sufrir trastornos depresivos y ansiosos que los adultos.
También están en riesgo de presentar deterioro social, familiar y académico.
Baca y Aroca (2014) encontraron que quienes presentaban ansiedad y depresión eran
más impulsivos, realizaron más intentos suicidas, y tenían antecedentes familiares de
conducta suicida, abuso sexual y emocional en la infancia (Bedoya y Montaño, 2016).
De acuedo a la OMS (2007), en contextos de internamiento son tres las condiciones más
frecuentes:
I. Depresión
II. Impulsividad
(2) La exploración del cúmulo de datos concernientes a los factores que incrementan el
riesgo suicida, ejemplo: edad, sexo, uso de alcohol, presencia de psicósis, etc. y
(3) La toma de decisión clínica, en la cuál el clínico valora el peligro agudo de acuerdo a la
ideación suicida y la presencia de factores de riesgo.
A) EVALUACIÓN GENERAL
• Valore la situación psicosocial actual y el origen de la crisis que genera los síntomas.
De acuerdo a la clasificación del riesgo suicida Vargas, Vásquez, Soto y Ramírez (2015)
proponen una atención para cada nivel.
La prevención del suicidio no es exclusiva del personal de salud, implica una intervención
de todas las instituciones y sociedad en general. Todo personal de cualquier institución
que albergue personas tiene la responsabilidad de estar preparado para el manejo de una
persona adolescente con conducta suicida y evitar la consumación del acto.
Por lo general una persona adolescente con conducta de riesgo suicida es una persona
con un dolor psicológico insoportable, con sentimientos de desesperanza que piensa en
suicidarse por no tener otras formas de adaptarse a acontecimientos vitales estresantes
(Mansilla, s.f.).
Lo primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan entienden y apoyan, lo que
a su vez conduce a una disminución en la intensidad de las emociones. El contacto
psicológico reduce el dolor de estar solo durante una crisis.
En cuanto al futuro inmediato se debe encaminar a las posibles salidas, los factores
protectores y las redes de apoyo, de tal manera que la persona vea diferentes
perspectivas.
El objetivo principal de este segundo aspecto de los primeros auxilios es trabajar hacia un
orden jerárquico de las necesidades de la persona, dentro de dos categorías: 1) Conflictos
que necesitan manejarse de manera inmediata; 2) Conflictos que pueden dejarse para
después. Muchas veces existe una pequeña conciencia de lo que debe ser tratado ahora
mismo y lo que puede esperar unos días, semanas, o aun meses.
El objetivo es dar el primer paso. Esto significa la ejecución de lo aprobado acerca de las
soluciones inmediatas encaminadas a tratar con las necesidades inmediatas.
Si la situación tiene una alta letalidad (peligro para el paciente, para el asistente o para
alguien más), o si la persona no es capaz de cuidar de sí misma entonces la actitud del
asistente es directiva. Y tendrá que tomar decisiones en beneficio de la persona.
Por lo anterior la primera ayuda psicológica es una intervención inmediata de apoyo que
tiene la finalidad de reestablecer una cierta estabilidad emocional y que la puede realizar
cualquier profesional.
Conforme a Matusevich y Pérez, 2009 mencionado por Mansilla, s.f. esta primera ayuda
se caracteriza por:
1. Una actitud empática, comprensiva y firme, pero sin crítica (no se juzga, interroga,
aconseja, opina). Es importante hacerle saber que es entendida y que su sufrimiento tiene
un valor y una razón de ser. Es importante recordar que cuando una persona está en
crisis generalmente no tiene la claridad suficiente para expresar lo que le está
sucediendo, lo que en realidad le molesta.
7. Tomar las decisiones prácticas y necesarias para proteger a la persona con riesgo
suicida, siendo directivo y utilizando medios sanitarios incluso coercitivos.
Terapia para crisis. Puede durar semanas o meses. Ya es realizada por personal
especializado y el objetivo es la resolución de la crisis:
No existe un abordaje terapéutico único del acto suicida, pero se han confirmado los
efectos beneficiosos de la terapia farmacológica (antidepresivos serotoninérgicos,
neurolépticos y estabilizadores del ánimo) y de la terapia cognitivo-conductual o la
combinación de las dos (Mansilla, s.f.).
• Tener vigilancia con los conflictos que puedan desarrollarse ya sea con las
llamadas que realice o visitas que pueda tener de un familiar u otra persona.
• Teniendo en cuenta que un intento de suicidio por ahorcamiento puede tomar solo
tres minutos para causar daño cerebral permanente y de 5 a 7 minutos para ser
letal, aun las rondas a intervalos de cada 10-15 minutos podrían no ser suficientes
para una persona privada de la libertad agudamente suicida por lo que se debe
proporcionar supervisión ininterrumpida.
• Deberá tener en cuenta o valorar las posibles alternativas que las personas
adolescentes puedan tener en el exterior y las relaciones que estos puedan tener
en el exterior ya que puede ser un punto muy importante para un posible riesgo.
• Los adolescentes que manipulan con un intento suicida no deben ser ignoradas,
ya que muchos intentos terminan en muerte aun cuando esa no era la motivación
inicial. Aquellos intentos con menos intención de suicidio también están
expresando una problemática que requiere de atención, supervisión y apoyo
social.
INTERVENCIONES PSICOSOCIALES
Informe a los cuidadores y los miembros de la familia que preguntar acerca del suicidio a
menudo ayudará a la persona a sentirse aliviada, menos ansiosa y mejor comprendida.
Los cuidadores y los familiares de las personas en riesgo de autolesión con frecuencia
presentan estrés grave. Présteles apoyo emocional si lo necesitan.
Informe a los cuidadores que, aunque puedan sentirse frustrados con la persona, deben
evitar manifestar hostilidad y críticas severas hacia la persona vulnerable en riesgo de
cometer autolesión/suicidio.
— Está bien hablar del suicidio. Hablar del suicidio no provoca el acto de suicidio.
— Se deben retirar del hogar los medios de autolesión (por ejemplo, plaguicidas, armas
de fuego, medicamentos).
• Bender, et al. (2011). Impulsivity and suicidality: The mediating role of painful and
provocative experiences. Journal of Affective Disorders, 129(1-3), 301–307. doi:
https://doi.org/10.1016/j.jad.2010.07.023
• Gómez Del Campo Estrada, J.F. Intervención en las crisis: Manual para el
entrenamiento. Departamento de Psicología. Plaza y Valdés Editores, México,
1994. P. 10.
• Haas, A. P., et al. (2010). Suicide and suicide risk in lesbian, gay, bisexual, and
transgender populations: Review and recommendations. Journal of homosexuality,
58(1), 10-51.
• Kairi K. & Diego de Leo, (2017 ). Suicide at very advanced age—The extremes of
the gender paradox.. The Journal of Crisis Intervention and Suicide Prevention, Vol
38(6), 363-366.
• Vargas, G., Vásquez, C., Soto, G. y Ramírez, L. (2015). Atención con calidad a las
personas que presentan conducta suicida. Manual para profesionales de la salud.
Secretaría de Salud, Medellin. Consultado el 30 de julio del 2020, recuperado de:
http://portal.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/3c1578f0-4a77-4472-a91a-
ce08bcec0fd1/0605-Manual-atencion-Suicidio.pdf?MOD=AJPERES