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UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA

FACULTAD DE INGENIERÍA, CIENCIAS Y ADMINISTRACIÓN


DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA DE OBRAS CIVILES

“SUELOS RESIDUALES EN INGENIERÍA GEOTÉCNICA”

TRABAJO DE TÍTULO PARA OPTAR AL TÍTULO


DE INGENIERO EN CONSTRUCCIÓN

PROFESOR GUÍA: SR. JUAN PABLO CÁRDENAS RAMÍREZ


INGENIERO CONSTRUCTOR

OSCAR MATÍAS GONZÁLEZ ASENCIO


- JUNIO DE 2008 -
UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA
FACULTAD DE INGENIERÍA, CIENCIAS Y ADMINISTRACIÓN
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA DE OBRAS CIVILES

“Suelos Residuales en Ingeniería Geotécnica”

TRABAJO DE TÍTULO PARA OPTAR AL TÍTULO


DE INGENIERO EN CONSTRUCCIÓN

PROFESOR GUÍA: SR. JUAN PABLO CARDENAS RAMÍREZ


INGENIERO CONSTRUCTOR

OSCAR MATÍAS GONZÁLEZ ASENCIO


- JUNIO DE 2008 -
A mi familia
A mis padres Oscar y Gladys
A mis hermanos Vitoco y Felipe
Y a todos los que me acompañaron siempre
Gracias…
Reseña.

“El siguiente trabajo de titulo esta basado en la traducción de las distintas cátedras e
investigaciones del Ingeniero Civil Neocelandés Laurie Wesley, que actualmente es profesor de
la Universidad de Auckland de Nueva Zelanda. Para él mis agradecimientos, por su labor
investigativa, que me permitirá entregar una herramienta bibliográfica que ayudara a conocer,
entender y clasificar los suelos del sur de Chile.”
ÍNDICE DE CONTENIDO

Pag.

Capítulo 1. Introducción.

1.1. Descripción del problema …………………………………………………......1


1.2. Objetivos………………….……………………………………........................2
1.2.1. Objetivo general………………………………………………………..............2
1.2.2. Objetivos específicos…………………………………………………...............2

Capítulo 2. Procesos de Degradación y Formación de Suelos.

2.1. Procesos de degradación………………………………………………………..3


2.2. Perfiles de la degradación………………………………………………………5
2.3. Erosión, transporte y re-deposición……………………………………….........6

Capítulo 3. Factores que Controlan las Características y el Comportamiento


de Suelos (Tres Grupos Principales).

3.1. Comentarios Generales…………………………………………………………9


3.2. Suelos Sedimentarios…………………………………………………….........12
3.3. Suelos residuales……………………………………………………………...13
3.4. Suelo remoldeado……………………………………………………………..14

Capitulo 4. Esquemas de Agrupaciones y Clasificaciones para los Suelos.


Residuales.

4.1. Introducción………………………………………………...............................15
4.2. Actuales sistemas de clasificación…………………………………………….15
4.2.1. Métodos basados en perfil de degradación……………………………………15
4.2.2. Métodos basados en grupos pedológicos…………………………..................18
4.2.3. Métodos específicos destinados a uso local…………..………………............21
4.3. Un amplio enfoque a la agrupación o clasificación de suelos residuales……..21
4.3.1. Base…...………………………………………………………………………21
4.4. Discusión…………………………………………………………………...…29
4.4.1. General…………………………………………………………………..........29
4.4.2. Lugar de clasificación de ensayos convencionales…………………………...3
Capitulo 5. Aguas Subterráneas, condiciones de filtración y el valor del estado de tension en
suelos residuales (Ko).

5.1. Algunas observaciones generales…...……………………………………...…31


5.2. Presión de poros y condiciones de filtración encima y debajo de la napa……31
5.3. Influencia climática sobre condiciones de filtración y estado de presión
de poros…………………………………………………………………….....35
5.4. Implicaciones del agua subterránea y del estado de la filtración en
situaciones practicas……………...…………………………………………...35
5.5. La influencia de filtración asumida, sobre estimaciones
de estabilidad de la pendiente…...…………………………………………….37
5.6. Ko, estado de tensión en suelos residuales……………………………………39

Capitulo 6. Características Geotécnicas de Suelos Residuales.

6.1. Algunos comentarios generales sobre la medida y la


determinación de características……………………………………………...41
6.1.1. Dificultad de tomar muestras inalteradas……………………………………..41
6.1.2. Ventajas del muestreo en bloque……………………………………………...41
6.1.3. Prueba in situ………………………………………………………………….44
6.1.4. “Back anályisis” para estimar parámetros del suelo…………………………..45
6.1.5. Tratamiento previo adecuado, antes de la prueba
de laboratorio…….…………………………………………………………...45
6.2. Clasificación o índices de pruebas…………………..…………………..........46
6.2.1. Tamaño de partículas………………………………………………………… 46
6.2.2. Limites de Atterberg…………………………………………………………..46
6.2.3. Indice de liquidez, estado de densidad y porosidad……………..……………48
6.3. Permeabilidad……………………………………………………...……........ 49
6.4. Compresibilidad y comportamiento de la consolidación…………...…….…..50
6.4.1. Magnitudes…………………………………………………………..………..50
6.4.2. Tiempo promedio…………………………………………………….……… 59
6.4.3. Armazón para la comprensión del comportamiento de la deformación
de suelos residuales……………………………………………………………61
6.5. Resistencia al corte, resistencia no drenada y parámetros
de la tensión efectiva…………………………………………………….…….69
6.5.1. Resistencia al corte no drenado………………………………………….……69
6.5.2. Características de esfuerzo efectivo…………………………………………..71
6.6. Comportamiento de la compactación…………………………………………79

Capitulo 7. Ingeniería Geotecnia en Suelos Residuales.

7.0. Algunos comentarios………………………………………………………….82


7.1. Diseño de cimientos…………………………………………………………..82
7.1.1. Cimientos superficiales……………………………………………………….82
7.1.2. Valor de consolidación………………………………………………………..83
7.1.3. Cimientos profundos………………………………………………………….86
7.2. Estabilidad de la inclinación…………………………………………………..87
7.2.1. Comentarios generales………………………………………………………...87
7.2.2. Métodos de falla………………………………………………………………87
7.2.3. Limitaciones del método analítico……………………………………………88
7.2.4. Mecánica de métodos analíticos……………………………………………...96
7.2.5. Rocas ígneas, especialmente granito………………………………………....97
7.2.6. Areniscas……………………………………………………………………...97
7.2.7. Arcillas de ceniza volcánica…………………………………………………..97
7.2.8. Método back análisis………………………………………………………….97
7.2.9. Métodos analítico y no analítico para determinar la estabilidad…………….100
7.2.10. Trabajos remediales para establecer inclinaciones……………………..........101
7.3. Terraplenes y compactación…………………………………………………105
7.3.1. Suelo más húmedo que el contenido optimo de agua…………………….....105
7.3.2. Suelos altamente variables sin valor…………………………………………106
7.3.3. Suelos derivados de cenizas volcánicas……………………………………..110
7.3.4. Suelos sometidos a la pérdida de resistencia por remoldeo o compactación..110
7.3.5. La compactación de Materiales granulados y materiales no plásticos………111
7.4. Paredes de tierra reforzadas usando suelos residuales……………………....112
7.4.1. Observaciones Generales……………………………………………………112
7.4.2. Parámetros de la resistencia del suelo……………………………………….114
7.4.3. Dificultades de compactación……………………………………………….117
7.4.4. Posible desarrollo de la presión de poro durante la construcción…………...118
7.4.5. Provisión de medidas de adecuado drenaje………………………………....122
7.4.6. Deformaciones con rellenos de arcilla………………………………………124

Capitulo 8. Otros Grupos Especiales de Suelos.

8.1. Suelos parcialmente saturados……………………………………………….130


8.1.1. Acontecimiento…………….…..…………………………………………….130
8.1.2. Medición de los grados de saturación……………………………………….132
8.1.3. Mecánica para los suelos parcialmente saturados…………………………...133
8.2. Arcillas expansivas…………………………………………………………..141
8.2.1. Conceptos básicos para funcionamiento expansivo……...………………….142
8.2.2. Estimación de la presión y magnitud de la expansión…...………………….144
8.2.3. Estimación de la magnitud de expansión………...………………………….147
8.3. Suelos colapsados……………………………………………………………149
ÍNDICE DE TABLAS.

Pag.

Tabla 4.1: Grupo distintivo de suelo, tropical, residual…………………………………..19


Tabla 4.2: Sistema de clasificación para suelos residuales.…………………...………….28
Tabla 4.3: Características de los grupos de los suelos residuales…..…………………….29
Tabla 6.1: Coeficiente de valores de permeabilidad de varios suelos……………………49
Tabla 6.2: Parámetros de la compresibilidad para una gama de suelos residuales.............57
Tabla 7.1: Las respuestas típicas del piezómetro a
los cambios estacionarios y eventos de tormenta en Hong Kong…………….95
Tabla 7.2: Detalles de las muestras y resultados de las pruebas………………………...115
ÍNDICE DE FIGURAS.

Pag.

Figura 2.1: Relación entre la Topografía y el proceso de Degradación…………......……..5


Figura 2.2: Perfil Degradado y clasificación del Suelo……………………………….........5
Figura 2.3: Proceso de la formación del suelo……………………………………………..6
Figura 3.1: Factores que influyen en la formación del suelo………………………….......10
Figura 3.2: Principales factores que controlan las características de los
Suelos residuales, sedimentarios y remoldeados………………...……………11
Figura 3.3: Ensayos de consolidación de una arcilla blanda “Normalmente
Consolidada” (Estuario de Thames)…………………………………………..12
Figura 4.1: Categorías de degradación de suelo de roca fresca o parental…………..........16
Figura 4.2: Variaciones en perfiles residuales del suelos…………………………………18
Figura 5.1: La presión de poros en lo que concierne a la napa freática………………...…32
Figura 5.2: Presión de poros, el estado en clima seco y húmedo…………………………33
Figura 5.3: Zona, encima o debajo de la napa freática……………………………………34
Figura 5.4: Red de flujo y napa freática en una pendiente ………………………….........34
Figura 5.5: Modelos de filtración posibles, dependiendo de condiciones divisorias…......38
Figura 5.6: Niveles piezometricos………………………………………………………...39
Figura 6.1: Ajuste y transporte de muestra en bloque ……………………………………40
Figura 6.2: Resultados de las muestras en bloque y de tubos ………………………........43
Figura 6.3: Grafico de plasticidad y suelo residual……………………………….............47
Figura 6.4: Estados de la densidad para la arcilla y la arena……………………………...48
Figura 6.5: Ensayo de consolidación en tres muestras de arcillas tropicales…………......51
Figura 6.6: Resultado del ensayo de consolidación de la
arcilla de ceniza volcánica (escala logarítmica)…..………………….............52
Figura 6.7: Resultado del ensayo de consolidación de la
arcilla de ceniza volcánica (escala lineal)…………………………….............52
Figura 6.8: Resultados del ensayo de consolidación de la arcilla de Piedmont
EEUU, escala lineal y logarítmica...…………………………………………..54
Figura 6.9: Pruebas de las arcillas de cenizas volcánicas….………………………….......55
Figura 6.10: Placa de carga de las pruebas que demuestran la evidencia de tensión…........56
Figura 6.11: Coeficiente de compresibilidad para varios suelos residuales....…………......57
Figura 6.12: Grafico raíz de tiempo de suelo residual………………………………...........60
Figura 6.13: Influencia del remoldeado en la consolidación………………………….........60
Figura 6.14: Tensión-volumen, cambio de conceptos para arcillas sedimentarias…............62
Figura 6.15: Relación inicial de vacíos-tensión-volumen, cambio de conceptos
para arenas sedimentarias………………….………………………………….62
Figura 6.16: Compresibilidad del suelo relacionado con los de la densidad…….…………64
Figura 6.17: Compresibilidad de la arcilla roja tropical (diag. Logarítmico)………............65
Figura 6.18: Compresibilidad de la arcilla roja tropical (diag. Lineal)…………….……….66
Figura 6.19: Compresibilidad de la arcilla de ceniza volcánica (diag. Logaritmico)............66
Figura 6.20: Compresibilidad de la arcilla de ceniza volcánica (diag. Lineal)……..………67
Figura 6.21: Compresibilidad de un suelo degradado de arenisca, Auckland………...........68
Figura 6.22: Esfuerzo de corte no drenado…………………………………………............69
Figura 6.23: Esfuerzo de corte no drenado contra el índice de liquidez……………............71
Figura 6.24: Prueba triaxial en una arcilla residual derivada de la piedra arenisca…...……72
Figura 6.25: Resultados de pruebas en arcillas de cenizas volcánicas………………….…..73
Figura 6.26: Angulo de fricción relacionado con la posición respecto al grafico de
plasticidad…………………………………………………………………….74
Figura 6.27: Pruebas triaxiales en muestras imperturbadas y remoldeadas………………...75
Figura 6.28: Trayectorias de la tensión de las pruebas triaxiales…………………………...75
Figura 6.29: Pruebas triaxiales en muestras imperturbadas de limo residual…………........76
Figura 6.30: Trayectorias de la tensión de las pruebas triaxiales en el limo………………. 76
Figura 6.31: Fuerza residual contra el índice de plasticidad..………………………............78
Figura 6.32: El Angulo de fricción relacionado con la posición respecto al grafico
plasticidad………………..……………………………………………..…….78
Figura 6.33: Curvas de compactación de suelos residuales…….…………………..............80
Figura 6.34: Resultado de la prueba de compactación de un suelo volcánico………...........81
Figura 7.1: Estados posible de presión de poros sobre la napa freática…….…………......85
Figura 7.2: Factores tiempo Tc para la consolidación circular 3-D……………………….85
Figura 7.3: Factor tiempo Ts para consolidación 2-D………………………….……….....85
Figura 7.4: Deslizamientos……………………………………………………….……….88
Figura 7.5: Perfil asumido de la pendiente y análisis inicial de la napa freática………….91
Figura 7.6: Factor de seguridad después de 7 meses de lluvia intensa……………...…….91
Figura 7.7: Factor de seguridad después de 4 días de lluvias intensas………………...….92
Figura 7.8: Presión en el perfil a mitad de la pendiente………………………………..…92
Figura 7.9: Precipitación y factor de seguridad…………………………………………...93
Figura 7.10: Valores de c y Ø obtenidos de análisis de un
número de deslizamientos en arcilla de Londres……………………………..98
Figura 7.11: Ajustes de curvas a la altura/inclinación datos
para determinar los valores de c´ y Ø…………………………………...........99
Figura 7.12: Influencia de los contornos de los terrenos en la estabilidad……………..…101
Figura 7.13: Disminución de las fuerzas perturbadoras…………………………………...102
Figura 7.14: Drenaje arriba y abajo de la pendiente………………………………………103
Figura 7.15: Drenes agujereados horizontales…………………………………………….103
Figura 7.16: Instalación de drenes………………………………………………………...104
Figura 7.17: Control de la compactación utilizando esfuerzo de corte no drenado……....107
Figura 7.18: Veleta de corte manual para determinar el esfuerzo corte
que se mide in situ………………………………………………………...…108
Figura 7.19: Prueba de Censor Standard para compactación mostrando
medidas de resistencia sin drenar……………………………………………109
Figura 7.20: El penetrometro manual que puede ser usado para controlar
la compactación……………………………………………………………...112
Figura 7.21. Resultado típico de un ensayo triaxial, dos muestras……………….….……115
Figura 7.22: Peak típico, "tensión alta", y parámetros residuales del
esfuerzo de corte…………………………………………………………….116
Figura 7.23: La presión de poros versus la presión confinada para arcilla
compactada en contenidos de agua variada…….…………………………...118
Figura 7.24: Gráficos de los parámetros Br versus la presión confinada
en los contenidos de agua variada……………….…………………………..120
Figura 7.25: Parámetro de presión de poro para salidas de aire variadas
y fuerza de deslizamiento sin drenar…….………………………………….121
Figura 7.26: Filtración y estado de presión de poro para un dique
al nivel de la tierra…….……………………………………………………..123
Figura 7.27: Los requerimientos del drenaje cuando la pared
retiene la inclinación de la ladera…….……………………………………..124
Figura 7.28: Influencia del módulo del suelo con revestimientos "suaves"………………125
Figura 7.29: Influencia de los módulos para un revestimiento rígido…………………….125
Figura 7.30: La presión vertical en el revestimiento y el suelo…………………………...127
Figura 7.31: Tensión vertical en la base y la mitad de la altura de la pared………………128
Figura 8.1: Grados de saturación en granito degradado…………………………………132
Figura 8.2: La relación entre la presión de poros y la tensión efectiva………….………134
Figura 8.3: Ejemplos de las curvas del contenido de agua volumétrica…………………136
Figura 8.4: Contenido de agua volumétrica y conductividad hidráulica versus
presión de agua…………………….………………………………………..138
Figura 8.5: La falla extendida Mohr-Coulomb cubre los suelos no saturados…………..140
Figura 8.6: Comparación de expresiones de resistencia al deslizamiento…………........141
Figura 8.7: Sistema de aguas subterráneas………………………………………………143
Figura 8.8: Modelo de ondulación o expansión del suelo…………………………….....145
Figura 8.9: Relación entre presiones de ondulaciones y presión de poros……………....146
Figura 8.10: Medida de la presión de ondulación y su magnitud…………………...........147
Figura 8.11: Funcionamiento de un suelo colapsado…………………………………......151
Figura 8.12: Funcionamiento de limo arcilloso…………………………………………..152
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
1.1. Descripción del problema

En Chile se ha formado una gran cadena montañosa de volcanes debido a que la placa de
Nazca subducta la placa continental. Estos volcanes han depositado una gran cantidad de cenizas
volcánicas que generan partículas que preceden la formación de arcillas. Estas partículas son
denominadas alofanes e imogolitas.
Se encuentran desde Talca a Temuco paralelos a la cordillera de Los Andes, y de Temuco
a Chiloé se ubican en los valles centrales paralelos a la cordillera. Incluso se han encontrado
estos suelos en la cordillera de la costa posiblemente retransportados por acción del viento
“Puelche” que soplan de oriente a poniente de Temuco al sur. Se puede decir de lo anterior que
estos suelos se encuentran en casi todo nuestro territorio.
Los alofanes e imogolitas producen características inusuales en estos suelos, generando un
comportamiento geomecánico diferente al convencional de la mecánica de suelos siendo esta otra
característica especial de estos suelos.
Dentro de una clasificación del punto de vista de la formación de los suelos, los suelos del
Sur de Chile, pueden considerarse dentro del grupo de los suelos residuales, debido a su alta
degradación química que lo ha formado.
Tomando en cuenta todo lo expuesto anteriormente acerca de las características especiales
que poseen estos suelos y su ubicación en casi todo nuestro territorio, es necesario investigar más
acerca de estos suelos y recopilar todos los antecedentes disponibles que nos permitan estudiar
estos suelos y comprender su comportamiento de forma integral, este es el objetivo del presente
trabajo.
La región de la Araucanía posee tipos de suelos que en la actualidad aun se están
estudiando, sin embargo, estudios realizados en el extranjero han analizado algunos suelos en
distintos países que poseen características similares a los suelos del sur de Chile, estos estudios
han profundizado un poco más en el conocimiento de este tipo de suelos, denominados suelos
residuales.

Los suelos residuales se originan cuando los productos de la meteorización de las rocas no
son transportados como sedimentos sino que se acumulan en el sitio en que se van formando. Si
la velocidad de descomposición de la roca supera a la de arrastre de los productos de la
descomposición se produce una acumulación de suelo residual. Entre los factores que influyen en
la velocidad de alteración de la naturaleza de los productos de la meteorización están el clima
(Temperatura y lluvia), la naturaleza de la roca original, el drenaje y la actividad bacteriana.

1.2. Objetivos

1.2.1. Objetivo General


Aportar material bibliográfico que nos permita entender más los suelos del Sur de Chile,
mediante la traducción de las cátedras del Ingeniero Civil Neocelandés Laurie Wesley, docente
de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda.

1.22. Objetivos Específicos


Detectar factores que controlan las propiedades y el comportamiento de los suelos.
Identificar las propiedades geotécnicas de suelos residuales.
CAPÍTULO 2
PROCESOS DE
DEGRADACIÓN
Y
FORMACIÓN DE
SUELOS
2.1. Procesos de degradación.

Los procesos de degradación, que convierten la roca en suelo, son generalmente una
combinación de procesos físicos y químicos.

La degradación física puede ser de dos tipos:


Erosión - por la acción de glaciares, agua proveniente de lluvias y fuertes vientos.
Desintegración - causada primeramente por humedecimiento y secado o por congelación y
deshielo de grietas en la roca.

Estos procesos producen partículas de varios tamaños, que se componen del mismo
material que la roca parental. Cuando los glaciares se muelen se produce un material de grano
muy fino conocido generalmente como polvo de roca.
Los procesos químicos de la degradación son mucho más complejos e implican cambios
químicos al contenido mineral de la roca parental, debido a la acción del agua que se infiltra,
oxigeno y dióxido de carbono. El proceso será acelerado si el agua que se infiltra contiene rastros
alcalinos o ácidos, la degradación química da lugar a la formación de grupos de partículas de
tamaños y de características que varían, conocidas como minerales de la arcilla. Estas partículas
son generalmente cristalinas en su forma y de tamaño coloidal de 0.002mm. Los minerales más
comunes de la arcilla son identificados con el nombre de caolinita, ilita y montmorilonita, pero
los minerales menos conocidos de la arcilla y de importancia especial en áreas volcánicas son
haloisita y alofanicos/imogolita.
Los procesos químicos son complejos y no de interés o de preocupación directa de los
ingenieros geotécnicos, las características del producto final son las que tienen interés directo. El
mineral particular de la arcilla que se producirá en cualquier situación dada parece ser
dependiente de la roca parental y del ambiente de la degradación, particularmente si el sitio está
bien drenado y si el agua que se infiltra es ácida o alcalina. La caolinita por ejemplo es formada
del feldespato por la acción del agua y el dióxido de carbono. El cuarzo es uno de los minerales
más resistentes a la degradación, de modo que los suelos de granito degradados tienden a tener
una proporción substancial de partículas gruesas de cuarzo dentro de una matriz de un material
más fino.
La solución y la lixiviación son componentes importantes del proceso de degradación en
la mayoría de las situaciones. El proceso de degradación, que casi convierte la roca en suelo,
significa siempre una reducción en la densidad del material, dejando vacíos que en su lugar son
ocupados por agua .Un ejemplo extremo de la solución es la degradación de la piedra caliza; la
piedra caliza “no se degrada realmente” como otras rocas – se disuelve simplemente en el agua
que se infiltra a través de ella. Con algunas rocas, especialmente las formaciones sedimentarias,
los procesos de degradación pueden implicar simplemente la solución y el retiro del “material de
enlace” entre las partículas y la conversión de un material cementado en un material no
cementado. Con algunas piedras areniscas o arcilla cementada, el retiro del material de enlace
puede también activar la liberación de minerales de arcilla que ya existían en el material parental.
Es decir los minerales de la arcilla eran “bloqueados” en la roca por los enlaces entre las
partículas y no podían comportarse de su manera normal. El proceso de degradación que ocurre
en los países tropicales conocidos como “lateritizacion” es también esencialmente solución y
lixiviación.
La degradación de los depósitos volcánicos de la ceniza es un caso especial que no se
conforma con la comprensión normal del proceso degradación (es decir, como proceso que
empieza en la superficie de la roca y progresa verticalmente hacia abajo). Porque los depósitos
volcánicos de la ceniza se acumulan en capas de una serie de erupciones y se forman en áreas
bien drenadas, el proceso de degradación puede continuar ocurriendo en las grandes
profundidades. La degradación puede ser más avanzada en la profundidad que en la superficie,
simplemente porque los depósitos más profundos han estado experimentando la degradación por
un período de tiempo más largo que los depósitos más frescos en la superficie.
Vale observar que el proceso de degradación es diferente en áreas montañosas bien
drenadas a las áreas mal drenadas del plano. La degradación en áreas bien drenadas tiende a
producir suelos con buenas características de la ingeniería mientras que el la degradación en áreas
mal drenadas tiende a producir suelos con características indeseables de la ingeniería. Esto se
ilustra en la figura 2.1.
Figura 2.1. Relación entre la topografía y el proceso degradación.

2.2. Perfiles de la degradación.

El perfil más conocido de la degradación es el que fue propuesto por Little (1969). Esto se
demuestra en el cuadro 2.2.

Figura 2.2. Perfil degradado y clasificación del suelo


basados en el grado de degradación.
Este perfil es típico de muchas rocas ígneas degradadas en un ambiente tropical,
especialmente granitos, donde la degradación comienza y progresa a lo largo de las
discontinuidades en la roca parental. Sin embargo, es importante darse cuenta que este perfil no
se debe esperar con todas las formaciones. Con algunos tipos de roca, el límite entre la roca
parental y la roca totalmente degradada puede ser absolutamente abrupto. Incluso con algunas
rocas ígneas la zona de la transición puede ser muy delgada; éste parece ser el caso con las rocas
básicas, tales como flujos de lava o lahares basalticos. La cuestión de los perfiles de degradación
será discutida más adelante en otra sección que se ocupa de la descripción y de la clasificación de
suelos residuales.

El termino saprolita es utilizado por algunos geólogos e ingenieros geotécnicos para


describir la zona de degradación entre la roca y el suelo; esto incluiría probablemente de la zona
III a la V en la figura 2.2. Los criterios para que un suelo sea descrito como saprolita son los
siguientes:

- Corresponde a un suelo bajo el punto de vista geotécnico.


- Exhibe las características estructurales claramente heredadas que hacen posible la identificación
de la roca paternal.
- Es auténtico residual, significando que está derivado directamente de la degradación de la roca
debajo de él. Es decir forma la parte del perfil degradado de la roca paternal.
Estos criterios son propuestos por el comité sobre los suelos tropicales del ISSMFE
(1985)

2.3. Erosión, transporte, y re-deposición.

La acción de la precipitación es erosionar la superficie de la roca degradada y transportar


el material degradado por la corriente y el río hasta que “todavía” alcanza regar, bajo la forma de
océano o lago grande. Aquí decidirá y formará un depósito en capas en el mar o en capas en el
lago. El proceso se ilustra en el cuadro 2.3. El suelo formado directamente por la degradación de
la roca subyacente se llama un suelo residual, y el suelo acumulado en capas por la deposición en
el mar o un lago se llama un suelo sedimentario o transportado.
Figura 2.3. Procesos de la formación del suelo.

Los suelos sedimentarios pueden experimentar la compresión o la “alta consolidación”


mientras que las capas adicionales se depositan sobre ellas; pueden también experimentar el
levantamiento como resultado del movimiento tectónico y terminar arriba otra vez como suelo
seco, muchos metros sobre nivel del mar. Un segundo ciclo de la erosión puede ocurrir y gran
parte de las capas superiores pueden ser removidas. Como sabemos muy bien, los suelos que no
han tenido ningún retiro del material de sobrecarga se llaman “normalmente consolidados”,
Mientras que los que han sufrido la descarga se conocen como "suelos sobreconsolidados".
Es quizás bueno mencionar que una parte muy pequeña de la degradación química
continúa después de que se haya depositado el suelo; los minerales que la componen son el
resultado del proceso original de degradación que convirtió la roca paternal en suelo.
La mecánica de suelos creció en Europa y Norteamérica, y la mayoría de sus conceptos en
relación con el comportamiento del suelo han sido desarrollados en el estudio de los suelos
sedimentarios. De hecho, la mayoría de los primeros conceptos vinieron de estudios de suelos
remoldeados y son parte de la investigación de la influencia de la tensión histórica en su
comportamiento, éste simulaba la influencia de la secuencia de la tensión a la cual el suelo estaba
sometido durante su proceso de formación. La mayoría de los textos y de los cursos de la
universidad en mecánica de suelos ponen énfasis considerable en la tensión histórica y los suelos
se dividen en normalmente consolidados y sobre consolidados, sobre esta base y los armazones
del comportamiento, se desarrollan alrededor de este concepto de la tensión histórica.
Esto podría ser apropiado si todos los suelos fuesen sedimentarios. Claramente no es el
caso. Las grandes áreas de tierra consisten en suelos residuales, y el uso de los conceptos que
vienen de suelos sedimentarios puede o no puede ser relevante a estos suelos. Es interesante
observar que muy pocos textos, y probablemente muy pocas universidades cursan en mecánica de
suelos los suelos residuales, aún menos da cuenta de sus características.
CAPÍTULO 3
FACTORES QUE CONTROLAN LAS
CARACTERÍSTICA Y EL
COMPORTAMIENTO DE SUELOS (TRES
GRUPOS PRINCIPALES)
3.1. Comentarios generales.

Los suelos se pueden dividir en diversas categorías basadas en varios criterios. Pueden por
ejemplo ser divididos en imperturbados y remoldeados, o pueden ser divididos en suelos
normalmente consolidados y suelos sobre-consolidados. Pueden también ser divididos en suelos
completamente saturados y parcialmente saturados. Éstos son todos criterios válidos y responden
a propósitos que varían. Esta tesis se refiere sobre todo a los suelos residuales, y por lo tanto una
división en suelos residuales y suelos sedimentarios será útil. Sin embargo, es útil también incluir
una tercera división, denominada suelos remoldeados. Esta es una división útil pues la
comprensión del comportamiento del suelo imperturbado se realza generalmente si también
sabemos como se comporta el suelo remoldeado, y parte de esta tesis considerará la
compactación de los suelos residuales, que por su naturaleza, son esencialmente suelos
remoldeados. Por lo tanto los tres grupos que serán analizados en esta tesis serán suelos
sedimentarios, suelos residuales, y suelos remoldeados. A menos que estén indicados de otra
manera los términos sedimentario y residual se referirán al suelo en su estado imperturbado.
La figura 3.1, ilustra los factores implicados en la formación de suelos residuales y
sedimentarios, y que determinan en última instancia las características y el comportamiento del
suelo.
Figura 3.1. Factores que influyen en la formación del suelo.

Los suelos sedimentarios se ven para experimentar varios procesos, más allá del la
degradación física y químico inicial de la roca parental. Puede ser que aparezca de este diagrama
que los factores implicados en la formación de suelos sedimentarios son más complejos que ésos
implicados en la formación de suelos residuales. Hay una cierta verdad en esto, pero dos factores
importantes conducen en la práctica a un grado de homogeneidad y de la previsibilidad con los
suelos sedimentarios que está ausente en los suelos residuales. Estos factores son:
(a) El proceso de clasificación que tiene lugar durante la erosión, el transporte y deposición
de los suelos sedimentarios tienden a producir depósitos homogéneos.

(b) La tensión histórica es un factor prominente en la determinación de las características del


comportamiento de suelos sedimentarios y conduce a la división conveniente de estos
suelos en los materiales normalmente y sobre consolidados.
La ausencia de estos factores en los suelos residuales significa que son generalmente más
complejos y menos capaces de ser dividido en categorías o grupos ordenados.
La figura 3.2, es un intento de destacar los principales factores que controlan el
comportamiento de suelos residuales, sedimentarios imperturbados y suelos remoldeados.

Figura 3.2. Principales factores que controlan las características de suelos residuales,
sedimentarios y remoldeados.

La diferencia principal entre los dos grupos imperturbados es la ausencia de la tensión


histórica como factor que influencia el comportamiento de suelos residuales. Esto es pasado por
alto a menudo por los ingenieros geotécnicos, que aplican los conceptos desarrollados de la
influencia de la tensión histórica en suelos sedimentarios a los suelos residuales con resultados
engañosos. El punto importante a recordar es que las características del suelo pueden estar ligadas
de cerca a su composición y a los procesos que los forman, y ser consientes de que estos procesos
son aplicables a cualquier suelo en particular.
Los comentarios sobre cada uno de estas categorías del suelo son los siguientes:
3.2. Suelos sedimentarios:

Estos tipos de suelos se estudian bien en la mayoría de los textos de mecánica de suelos.
Sin embargo, hay avances en la comprensión del comportamiento de estos suelos que no están
descritas en los textos. Uno de los más importantes es que la tensión histórica, probablemente, se
ha exagerado como un factor que rige el comportamiento del suelo, ya que hay otros procesos de
igual o mayor importancia. Estos procesos se denominan "envejecimiento" o "endurecimiento",
que significan un aumento constante de la fuerza a través del tiempo después de la formación
original de los suelos. La investigación cuidadosa de arcillas normalmente consolidadas muestra
una pre-consolidación, significativamente más altas que la presión de la sobrecarga. Son por lo
tanto ligeramente sobre-consolidados aunque pruebas geológicas demuestran que nunca han sido
sometidos a tensiones más altas que las que comúnmente actúan en ellos. El suelo implicado es
una arcilla blanda encontrada a lo largo de la costa del norte del estuario de Thames, cerca de
Londres. Fue depositado en el mar hace unos diez mil años atrás, en la clausura de la última edad
de hielo.
La presión eficaz de la sobrecarga era cerca de 27 kPa; sin embargo la forma de la curva
de la compresión demuestra una presión de pre-consolidación cercana a 55kPa, es decir un
coeficiente de sobre-consolidación cercano a 2.

Figura 3.3. Ensayos de consolidación de una arcilla blanda “normalmente consolidada” (Estuario
de Thames).
3.3. Suelos residuales:
Los suelos residuales son el producto de los procesos de la degradación en su material
parental, que es normalmente roca. Debido a la variedad amplia de este material, junto con una
variedad amplia de ambientes de degradación, la gama de los tipos de suelo que vienen dentro de
este grupo residual es muy grande y diversa. Mientras que muchos suelos residuales contienen los
mismos minerales de la arcilla que suelos sedimentarios, hay algunos suelos residuales que
contienen los minerales de la arcilla no encontrados en arcillas sedimentarias. Éstos son suelos
derivados de la degradación de suelos volcánicos y los minerales de la arcilla referidos son
haloisita y alofanes. Estos minerales de la arcilla tienen características (incluso extraordinarias)
inusuales y los suelos que contienen una parte elevada de estos minerales pueden comportarse de
maneras que no se encuentran en todos los suelos sedimentarios.
Además de la influencia de los minerales inusuales de la arcilla, los suelos residuales
tienden también a ser influenciados fuertemente por la estructura impartida a ellos por su material
parental y la acción del proceso de degradación.
Esta estructura tiene generalmente la forma de enlaces o de “cementación” entre las
partículas que existieron en la roca parental antes del inicio de degradación. El proceso de
degradación continuado normalmente tiende a debilitar estos enlaces de modo que la fuerza del
suelo disminuya muy lentamente con el tiempo. Al menos hay situaciones donde el proceso de
degradación puede implicar el efecto opuesto. La degradación del material volcánico da lugar a
menudo al desarrollo de los enlaces que llegan a ser más fuertes con el tiempo.
Las características más significativas de suelos residuales pueden ser resumidas de la
siguiente manera:

(a) Variabilidad y heterogeneidad


(b) Estructura - (a) de características de la roca parental (b) nueva, del proceso de
degradación.
(c) El suelo no puede ser “de partículas”, es decir, no una colección de partículas
individuales, sino una forma de “esqueleto del suelo” o “marco”.
(d) Ausencia de la influencia de la tensión histórica.
(e) Presencia de los minerales inusuales de la arcilla.
(f) La zona del interés para los ingenieros geotécnicos puede estar principalmente sobre la
napa freática.
3.4. Suelos Remoldeados:
Esta categoría incluye los suelos preparados por la sedimentación de una mezcla artificial,
así como compactada. El término “desestructurado” es con frecuencia usado para señalar tales
suelos. Las características de estos suelos no son regidas por ninguna forma de estructura, como
probablemente es con la mayoría de los suelos imperturbados. Las arcillas compactadas pueden
ser una excepción a esta afirmación, pues es posible que el proceso de compactación cree una
cierta forma de estructura en el material compactado.
CAPÍTULO 4
ESQUEMAS DE AGRUPACIÓN Y
CLASIFICACIÓN PARA SUELOS
RESIDUALES
4.1. Introducción:

Varios han sido los intentos realizados a lo largo de los años para elaborar métodos para la
descripción o la clasificación de los suelos residuales. Sin embargo, a pesar de estos intentos, en
general no se aceptan los métodos que se han establecido. Esto no es en absoluto sorprendente, en
vista de la muy diversa naturaleza de los suelos residuales, y es poco probable que un régimen
universal sea una posibilidad práctica. En las siguientes secciones se da cuenta de la clasificación
descriptiva o planes que se han utilizado hasta la fecha, y se sugiere otra agrupación o división de
los suelos residuales, no con el fin de crear una clasificación sistemática de los suelos residuales,
sino para permitir a los ingenieros identificar los tipos de suelos residuales, que pertenecen al
mismo grupo y que se puede esperar que tengan propiedades de ingeniería similares.

4.2. Actuales sistemas de clasificación:


Los métodos actuales que se usan para la agrupación de suelos residuales se clasifican en
tres grandes tipos, estos son:

4.2.1. Métodos basados en el perfil de degradación.


4.2.2. Métodos basados en la clasificación pedológica.
4.2.3. Métodos destinados para uso local en tipos de suelos específicos.

Estos métodos se consideran y analizan en las secciones siguientes:

4.2.1. Métodos basados en perfil de degradación:


Basándose en los trabajos de Moye (1955) y Little (1969) se presento un ejemplo típico de
un método para la clasificación de los suelos residuales tropicales sobre la base del grado de
degradación evidente en un perfil típico de este tipo de suelos. El concepto y el perfil de las seis
categorías del tipo de material se muestran en la Figura 4.1. Sistemas similares han sido
propuestos por algunos autores, a veces, de manera general y a veces, relacionadas a una
determinada formación o localidad. Fookes y Saunders (1970) examinarán y describirán algunos
de estos sistemas.
Little (1969) indicó que el sistema de clasificación que él propuso fue pensado en cubrir el
residuo que resulta de la degradación de rocas ígneas en las zonas tropicales húmedas. Esto limita
significativamente la utilidad de tales métodos. Una limitación más importante en sistemas como
estos es que miente en el hecho de que no proporcionan ninguna información comparativa en la
naturaleza de la capa superior, que es la verdadera capa del suelo, esto a menudo es del interés
más grande del ingeniero. Estos sistemas son útiles sobre una base localizada, donde un ingeniero
intenta describir o clasificar las características de una formación en particular, pero no son útiles
para comparar las características de formaciones totalmente diversas.

Figura 4.1. Categorías de degradación de suelos de roca fresca o parental.

Estos métodos se miran mejor como sistemas para describir perfiles degradados de la roca
que, como sistemas de clasificación para los suelos residuales verdaderos. Los métodos
proporcionan la información en el estado in situ del suelo solamente; no proporcionan ninguna
información en la composición real del suelo. Se piensa que probablemente son utilizados como
suplementos a los sistemas que describen la composición o la naturaleza del suelo tal como el
sistema de clasificación unificado del suelo.
La utilidad y las limitaciones de este tipo de sistema de clasificación parecen haber sido
reconocido bastante bien, y el método se está utilizando directamente para las situaciones locales
específicas y se está adaptando. Pender (1971) por ejemplo, describe el uso de una versión
levemente rectificada usada en la clasificación de la roca degradada del greywacke en
Wellington, Nueva Zelandia.
Debe ser precisado que el perfil demostrado en la Figura 4.1 es relevante solamente a
ciertos tipos de suelos residuales, tales como las rocas ígneas mencionadas. Según lo
representado en la figura 4.1, el perfil consiste en una serie de zonas desarticuladas que no se
diferencian notablemente. Con algunos suelos residuales, éste no es el caso, el límite entre el
suelo y la roca es muy brusco, con solamente una zona muy fina del material de la transición.
Éste con frecuencia es el caso de los suelos degradados del basalto encontrado en la isla
del norte de Nueva Zelandia, y también el caso de las arcillas rojas derivadas de roca basáltica en
Java, Indonesia. Los suelos volcánicos pueden también demostrar un límite brusco entre el suelo
y la roca subyacente, que probablemente es basáltica, andesite o roca. Esto no es causado por el
proceso natural de degradación, sino porque la ceniza fue depositada encima de la roca y del
suelo se deriva la ceniza fresca y no de la roca subyacente. Townsend (1985) indica que el
proceso de degradación es diferente en rocas ácidas y básicas, él comenta: “una diferencia
importante entre las rocas básicas y ácidas es que la mayoría de los pedologicos sugieren que las
rocas básicas resisten rápidamente en los suelos que provienen de una zona de contacto aguda
con la degradación de los minerales que ocurren dentro de una capa de algunos milímetros. Al
contrario, la zona de la alteración en rocas ácidas ricas en cuarzo parece ser absolutamente
gruesa”.

Figura 4.2. Variaciones en perfiles residuales del suelo.


Con las rocas sedimentarias, el cuadro es aún más complejo, en el perfil del suelo, encima
de la roca, se refleja la secuencia de la degradación y las diferencias en las rocas parentales.
Cuando la roca parental esta compuesta por piedra arenisca entre capas y piedra lodo (mudstone),
por ejemplo, esto se puede reflejar en el suelo que resulta, que consistirá en la arena y la arcilla
barro entre capas. Éste es el caso de los suelos residuales en el área de Auckland de Nueva
Zelandia, derivados de la degradación de una formación de la piedra arenisca y de piedra lodo
(mudstone) conocida como serie de Waitemata. La figura 4.2 muestra los tres tipos posibles de
perfil de degradación para los materiales residuales.

4.2.2. Métodos basados en grupos pedológicos:


Los ingenieros geotécnicos han usado el término pedológicos para señalar los varios
grupos de suelos por muchos años. El término laterita o suelo lateritico fue uno del primeros que
se usaron y volvió por lo menos a Bee (1948). Ranganathan (1961) hizo una de las aplicaciones
más tempranas del término arcilla “black cotton”. El autor (Wesley, 1974) utilizó los términos
latosol y andosol para señalar dos grupos de suelos en Indonesia. El uso de estos términos fue
tomado directamente del sistema de clasificación pedológico que era utilizado en aquel momento
por los científicos de Indonesia (Junas Dai y Driessen, 1972, Lenvain y otros, 1972). Lohnes y
Tuncer (1977) también utilizaron el término andosol para describir suelos de cenizas volcánicas
en Hawaii.
Varios términos adicionales se han agregado desde entonces a la literatura geotécnica y
diversos términos son utilizados para los grupos antedichos en diversos países. Los oxisols, los
andepts y los vertisols son de uso común en los suelos lateriticos (latosols), los andosoles y los
“black cotton” respectivamente. Mitchell y Sitar (1982) presentan una tabla que demuestra la
variedad de nombres usados por tres sistemas pedológicos, a saber el francés, F.A.O. y la
taxonomía de los E.E.U.U. Uehara (1982) da cuenta útil de varios grupos pedológicos, y sus
características asociadas. Los tres tipos del suelo mencionados anteriormente, los suelos
lateriticos, andosoles y suelos “black cotton”, siguen siendo los tres tipos tropicales más
distintivos del suelo, y parecen ser del interés de la mayoría de los ingenieros. La tabla 4.1
resume varios de los nombres usados para estos grupos.
Tabla 4.1. Grupos distintivos de suelo, tropicales/residuales, de interés para los ingenieros
geotécnicos.
Nombre usado Nombre Pedológico Minerales Características
comúnmente FAO US Francés predominantes importantes
Taxonomía de la arcillas
de suelos
Suelo lateritico Haloisita Grupo muy
Latosols Ferralsoles Oxisoles Suelo Caolinita grande con
Cáliz Rojo Ferralítico Gibsita grandes
Goethita variaciones en
sus
características.
Arcilla Volcánica Suelos de Caracterizada por
Andosoles Andepts ceniza Alofanes un muy alto
volcánica contenido de
Andosoles de Haloisita agua y cambios
regiones irreversibles
tropicales cuando se seca
Suelo “Black Smectita Problema de
cotton” Vertisoles Vertisoles Vertisoles suelo, alta
Arcillas Negras (montmorilonita) retracción e
Tropical Negro hinchazón, fuerza
Grumusoles baja

La tabla 4.1 también muestra los minerales predominantes de arcilla asociados a cada
grupo, y sugiere que la composición mineralógica es una influencia fuerte en las características
de cada grupo.
El uso de nombres pedológicos no han sido hechos en general con la intención de
establecer sistemas de clasificación rigurosos. Los nombres se han pedido prestados simplemente
como manera de identificar los grupos particulares de suelos.
Desafortunadamente, una cierta confusión ha sido creada por el uso poco metódico de
estos términos. Mitchell y Sitar (1982) por ejemplo incluyen los suelos rojos de Foss (1973) y los
suelos lateriticos derivados del basalto de Tuncer y de Lohnes (1977) en los andosoles del grupo
(tabla 7 de Mitchell y de Sitar, 1982), aunque no hay sugerencia por los autores originales que los
suelos pertenecen a este grupo, y ninguna evidencia que contienen alofanes, el mineral
característico de andosoles. Morin (1982) también incluye andosoles como parte del grupo arcilla
roja tropical. Los andosoles son un grupo distintivo y aunque en las zonas tropicales pueden ser
asociados a las arcillas rojas, hasta cierto punto, su composición y las características son
diferentes y para los propósitos geotécnicos de la ingeniería no deben ser confundidas con las
arcillas rojas. Los Andosoles existen en países como Japón, Chile, y Nueva Zelandia, que no son
países tropicales, y no se asocia en todos a las arcillas rojas.
Se debe hacer mención a una clasificación y a un sistema descriptivo propuestos por la
Sociedad Geológica Británica (1990). Estos han intentado usar una base pedológica para este
esquema de clasificación. Este sistema es muy complejo y parece no haber ganado la aceptación
de la comunidad geotécnica. Aparte de su complejidad, también sufre de la desventaja de que no
hay un acoplamiento claro entre los grupos de la clasificación y las características de la
ingeniería.

4.2.3. Métodos específicos destinados a uso local:


En vista de la complejidad de los suelos residuales, y la casi total ausencia de rasgos
comunes entre algunos grupos de suelos residuales (por ejemplo los suelos “black cotton” y los
suelos de granito degradado) no es de extrañar que la clasificación descriptiva o estos métodos
han sido desarrollados para uso local, en formaciones especificas. Tuncer y Lohnes (1977) por
ejemplo, describen un sistema propuesto para los suelos lateriticos de Hawaii y de Puerto Rico.
Pender (1971, 1981) describe las correlaciones empíricas para el “greywacke” degradado de
Wellington, Nueva Zelandia. Wirth y Zeigler (1982) describen un sistema desarrollado
específicamente para el proyecto del subterráneo de Baltimore.

4.3. Un amplio enfoque a la agrupación o clasificación de suelos residuales.

4.3.1. Base:
Las características específicas de los suelos residuales, que los distinguen de suelos
sedimentarios, se pueden atribuir generalmente a la presencia de una estructura particular, como
la presencia de roca no degradada o parcialmente degradada y planos de debilidad, entre los lazos
de partículas. Estas influencias se pueden agrupar bajo títulos generales de la composición y de la
estructura.
La composición incluye tamaño de partícula, forma y especialmente la composición
mineralógica.
La estructura se puede subdividir en dos categorías principales:

(a) Macroestructura o estructura perceptible: Esto incluye todas las características


perceptibles a la vista, como las capas, los planos débiles, grietas, poros, la presencia de
estructuras no degradadas o degradadas parcialmente de la roca.

(b) Microestructura o estructura no-perceptible: Esto incluye la vinculación de las partículas


o la cementación, el grupo de las partículas etc.

El primer método de clasificación discutido arriba (es decir, el perfil de degradación), se


basa esencialmente en la macroestructura del suelo. Por la examinación visual de la
macroestructura, es posible dividir el perfil degradado de arriba en una serie de capas.
El segundo método de clasificación (es decir los sistemas pedológicos), por otra parte,
parecen estar relacionado mucho más de cerca con la composición mineralógica que con la
macroestructura o a la microestructura. Las características distintivas de la ingeniería de los tres
grupos del suelo se enumeraron en la tabla 4.1 surgen principalmente de su propia composición
mineralógica.
Así realmente tenemos dos sistemas paralelos que describen diversas características del
suelo. Los dos sistemas vienen juntos esencialmente en la capa superior del perfil degradado, es
decir, de la capa verdadera del suelo. Sin embargo, con los tres tipos de suelos, enumerados en la
tabla 4.1, el ingeniero puede no estar interesado en cualquier material subyacente parcialmente
degradado, ya sea debido a que la capa de suelo es tan densa que el material que figura a
continuación es irrelevante para la geotécnicos o porque la zona intermedia es demasiado fina
para ser de importancia para la ingeniería.
Los métodos de clasificación y de descripción que se usan actualmente en los suelos
sedimentarios constan de dos partes. La primera parte es la clasificación del material propiamente
tal y no hace ninguna referencia al estado imperturbado en el cual el suelo se encuentra. El
tamaño de las partículas y los límites de Atterberg forman las bases de tal clasificación; el
sistema unificado probablemente es el más conocido de estos métodos. La segunda parte es la
descripción del suelo en su estado imperturbado, cubre los aspectos tales como dureza (para los
suelos cohesivos), densidad relativa (para los suelos granulares) y las características estructurales.

4.3.2. Una agrupación propuesta de suelos residuales:

A consecuencia de la consideración antedicha, un primer paso útil para agrupar los suelos
residuales es dividirlos en grupos de acuerdo a su composición solamente, sin referencia a su
estado imperturbado. Se sugieren los tres grupos siguientes:

Grupo A: Suelos sin una fuerte influencia mineralógica.

Grupo B: Suelos con una influencia mineralógica fuerte que viene de la arcilla convencional,
minerales encontrados normalmente en suelos sedimentarios.

Grupo C: Suelos con una influencia mineralógica fuerte que viene de los minerales especiales de
la arcilla no encontrado en suelos sedimentarios.

Grupo A: Suelos Residuales sin una fuerte influencia mineralógica.


Eliminando esos suelos que son influenciados fuertemente por los minerales particulares
de la arcilla, hay posibilidades de identificar a un grupo de suelos de los que se puede esperar que
tengan propiedades similares. Los suelos que entran en este grupo serán generalmente los de una
naturaleza bastante gruesa, con una fracción relativamente baja de arcilla. Los suelos residuales
de Hong Kong parecen ser un buen ejemplo de los suelos que pertenecen a este grupo. Se derivan
de la degradación de los granitos o riolitas y los datos del tamaño de partícula dados por Lumb
(1965) demuestran que la fracción de arcilla posee un promedio solamente cercano al 20%.
Incluso la capa totalmente degradada del suelo, clasificada como “tierra roja” por Lumb tiene una
fracción máxima de arcilla de solamente 40%. Lumb y Lee (1975) demuestran que el mineral
principal de la arcilla es el haloisita pero cree que éste hace que tenga poca influencia en el
comportamiento desde el punto de vista de la ingeniería de los suelos y sugiere que el
comportamiento “es controlado esencialmente por las fracciones más gruesas del limo y de la
arena”.
En general los suelos que tienen un perfil degradado del tipo ilustrado en la figura 4.1
vendrán dentro de este grupo. En casos relativamente raros, la capa superior (es decir la capa del
suelo) quizás este lo suficientemente avanzada para convertirse en una arcilla verdadera, con
características fuertemente influenciadas por los minerales distintivos de la arcilla.
El Grupo A puede ser subdividido sobre la base de la medida y la forma en que su
comportamiento está influenciado por efectos estructurales. Es conveniente separar los efectos
estructurales en los dos amplios grupos mencionados antes, como macroestructura y
microestructura.

Grupo A, puede dividirse en dos grandes subgrupos:


Sub-grupo (a):
Éstos son los suelos en los cuales la macroestructura desempeña un papel importante en el
comportamiento de la ingeniería del suelo. Las capas más bajas de los suelos que se degradan
según el patrón demostrado en la Figura 4.1.
Sub-grupo (b):
Éstos son suelos sin macroestructura, pero con una influencia fuerte de la microestructura. La
forma más importante de las microestructuras es la unión entre las partículas o cementación y
aunque esto no se puede identificar por la inspección visual, se puede deducir de aspectos
bastante básicos del comportamiento del suelo. La sensibilidad particularmente es una medida
muy buena de la microestructura, la alta sensibilidad se debe a la presencia de una estructura
distintiva (que implica una cierta forma de enlaces) que se destruye en el proceso de remoldeado.
Se debe prestar mas atención al valor de la sensibilidad con los suelos residuales, pues la
sensibilidad se relaciona de cerca con el índice de la liquidez que alternadamente se relaciona con
los efectos estructurales tales como la vinculación entre las partículas. Los suelos residuales que
tienen un alto índice de la liquidez (o existir en un estado análogo a este concepto) son también
los que demuestran la vinculación pronunciada o efectos estructurales. Es la presencia de la
vinculación específica o de los efectos estructurales similares que permite al suelo existir en un
estado cerca del límite líquido.
Como Vaughan (1985) ha precisado, la presencia de material grueso considerable en
muchos suelos residuales, hace que determinar los límites de Atterberg y el índice liquidez sea
algo problemático. El centrarse en la sensibilidad del suelo evita esta dificultad.
Sub-grupo (c):
Los suelos que no son influenciados de gran forma por efectos macro o microestructurales
se incluyen aquí como tercer subgrupo. Sin embargo, este subgrupo es de menor importancia,
pues muy pocos suelos residuales del grupo A caerán en esta categoría.

Grupo B: Suelos residuales influenciados fuertemente por los minerales convencionales de


la arcilla.
Componen este grupo los suelos que son influenciados fuertemente por los minerales
convencionales de la arcilla tales como ésos encontrados normalmente en suelos sedimentarios.
El miembro más significativo de este grupo es el suelo “black cotton” o “vertisoles”, cuyas
propiedades son de alto potencial de retracción, de alta compresibilidad y baja resistencia. Estas
características se relacionan directamente con su componente mineralógico predominante, que es
montmorilonita o minerales similares del grupo de smectita.
La información en la literatura dice que no muchos otros suelos residuales pertenecen a
este grupo, aunque hay algunos suelos derivados de las rocas sedimentarias (las piedras areniscas
y los limos de roca) que tienen características que son influenciadas bastante fuertes por la
composición mineralógica. Los suelos en el área de Auckland de Nueva Zelandia, derivados de la
degradación de la piedra arenisca de Waitemata, entran en esta categoría. Algunos de los suelos
tienen características de alta retracción e hinchazón debido a la presencia del montmorilonita; en
otros, sus características y la composición mineralógica parece tener menor influencia en su
comportamiento.

Grupo C: Suelos residuales influenciados fuertemente por los minerales especiales de la


arcilla no encontrados en suelos sedimentarios.
Éstos son los suelos que son influenciados fuertemente por la presencia de los minerales
de la arcilla que no se encuentran en arcillas sedimentarias. Los dos minerales más importantes
implicados aquí son el haloisita y el alofan de los minerales de la arcilla del silicato. Haloisita es
un mineral cristalino de forma tubular y se asocia normalmente al mismo grupo que la caolinita.
Alofan es un mineral extremadamente inusual en la arcilla. Fue pensado inicialmente para ser un
mineral amorfo, pero la investigación reciente ha demostrado que consiste en partículas muy
finas con una estructura cristalina débil. Además de estos minerales del silicato, los suelos
tropicales no pueden contener los minerales de silicato (o los minerales del “óxido”),
particularmente las formas hidratadas de gibsita y de goethita, del óxido de aluminio y de hierro
(los sesquioxidos).
La influencia del haloisita y del alofan en las características del suelo está bastante clara
en los estudios de casos registrados en la literatura. La influencia de los sesquióxidos está menos
documentada. Es conveniente, sin embargo, subdividir a este grupo en tres subgrupos:

(a) Suelos compuestos por Haloisitas.


La influencia principal del haloisita parece ser que las características de la ingeniería del
suelo son buenas, a pesar de tener una fracción alta de arcilla, un tamaño de partícula muy
pequeña y valores bastante altos del contenido natural de agua y los límites de Atterberg. Las
buenas características de la ingeniería parecen ser el resultado directo de su composición
mineralógica, o en algunos casos cementación que se presenta de la presencia de los sesquióxidos
(Wesley 1973). Terzaghi (1958), Matyas (1969) y Wesley (1974) han dado cuenta del buen
funcionamiento de la ingeniería de estos suelos.
(b) Suelos Alofanicos.
La influencia que el alofan tiene en el comportamiento del suelo la han descrito Lohnes y
Tuncer 1977, Wesley 1974, 1977, 2002, y será cubierta en mayor detalle más adelante. Es preciso
tener en cuenta no obstante que la influencia del alofan es a la vez dramática y desconcertante, en
el sentido de que los resultados en suelos que tengan contenido de agua que van de alrededor de
80% a 250%, pero se desempeñan muy satisfactoriamente como materiales de la ingeniería. A
menudo es muy superior a los suelos con contenido de agua de sólo una fracción de los valores
anteriores.
(c) Suelos influenciados por la presencia de Sesquióxidos.
El papel principal de los sesquióxidos parece ser actuar como agentes de cementación que
aten los otros componentes mineral en racimos. Con la suficiente concentración de sesquióxidos,
se forman los materiales duros conocidos comúnmente como laterita. El cuociente de la
silicona/alúmina (SiO2/A12O3) y el cuociente de la silicona/sesquióxido se han utilizado como
indicadores del grado de lateritización. Este subgrupo podría quizás ser llamado el grupo
lateritico, pero el término laterita se utiliza generalmente muy libremente, a veces para incluir el
haloisita y alofan y cuyo comportamiento no es influenciado significativamente por los
sesquioxidos.
De los grupos antedichos, especialmente los grupos haloisita y alofanes, pueden ser
subdivididos más a fondo en base a su estructura. Los suelos alofanicos (que parecen ser
asociados siempre a la ceniza volcánica como material parental) demuestran la variación
considerable en su estructura. Los suelos Alofanicos en Indonesia son generalmente de baja a
moderada sensibilidad, mientras que en Japón es probable que sean de moderada a muy alta
sensibilidad (Kuno y otros 1978), indicando un componente estructural fuerte en su estado
imperturbado. Los suelos haloisiticos de Java, Indonesia, no parecen tener microestructura o
macroestructura significativa. Son de muy baja sensibilidad y su comportamiento en el estado
remoldeado e imperturbado es, a menudo, casi similar. Esto no ocurre necesariamente en el caso
de otros suelos haloisita.
La tabla 4.2 presenta este sistema de agrupación, e indica la información descriptiva
necesaria para justificar su colocación en un grupo en particular. La tabla 4.3 da ejemplos de los
suelos que pertenecen a cada uno de estos grupos, y da algunas pautas para su identificación. En
general la degradación de rocas ígneas, tales como el granito, y muchas formaciones
sedimentarias degradadas, producirán generalmente los suelos que pertenecen a la categoría (a).
Según lo indicado anterior los granitos degradados de Hong Kong y de Malasia no son
influenciados fuertemente por la composición mineralógica, pero su comportamiento es
influenciado fuertemente por la estructura macro y micro, así que pertenecen claramente a la
categoría (a).
Por otra parte, los suelos de ceniza volcánica (andosoles, o las arcillas alofanicas) son
influenciados muy fuertemente por el alofan, mineral inusual de la arcilla y pertenece claramente
a la categoría (c). Ellos a veces no muestran pruebas de la macroestructura, pero puede ser de
moderada a muy sensibles, lo que indica una fuerte influencia de la microestructura.
Tabla 4.2. Sistema de clasificación para Suelos Residuales.
Tabla 4.3. Características de los Grupos de Suelos Residuales.

4.4. Discusión

4.4.1. General
Como ya se ha mencionado anteriormente, la agrupación de los suelos residuales tiene
como objetivo proporcionar una base para la identificación de grupos de suelos residuales, que se
puede esperar que tengan similares propiedades de la ingeniería. Al parecer, para proporcionar
una mejor base para esto, se deben usar términos pedologicos.
Los términos, arcilla roja, o suelo laterítico, por ejemplo, se utilizan para cubrir una
amplia gama de materiales que son casi inútiles para el ingeniero. Los minerales predominantes
de la arcilla en algunas arcillas rojas (o suelos lateriticos) son caolinita y montmorilonita; estos
suelos están sobre la línea-A en el gráfico de plasticidad. El mineral predominante en otras
arcillas rojas, como ya se ha mencionado, es el haloisita; estos suelos se encuentran por debajo de
la línea-A y tienen propiedades de ingeniería muy diferentes.
Una desventaja de usar la composición mineralógica como base de la clasificación es
saber que los ingenieros geotécnicos tienen raramente el acceso necesario para la identificación
de los minerales. Sin embargo, la mayoría de los países tienen instituciones que pueden
emprender estudios mineralógicos y la cooperación entre los ingenieros geotécnicos y estas
instituciones no debiera ser difícil y es de esperar que sea de mutuo beneficio.

4.4.2. Lugar de la Clasificación de los ensayos convencionales


La utilidad de los sistemas convencionales de clasificación como el Sistema Unificado de
suelos residuales ha sido discutido en varias ocasiones (por ejemplo, De injerto contra Johnson,
1969), principalmente a causa de la dependencia del tamaño de las partículas y mediciones de
plasticidad en el método de preparación de muestras.
Hay algo de cierto en esos argumentos y al mismo tiempo es de interés señalar que hay
mucho más datos sobre el tamaño de las partículas y los limites de Atterberg de los suelos
residuales, también hay datos sobre el esfuerzo cortante, compresión y de otras propiedades de
interés directo para el ingeniero. El tamaño de las partículas convencionales y limite Atterberg de
las pruebas son muy útiles en los suelos residuales. El argumento de que los resultados se ven
influenciados por los procesos de secado no es un argumento para rechazar las pruebas, ya que no
existe dificultad para evitar que el suelo se seque. Frost (1967) en llamar la atención sobre esta
cuestión, pidió corregir los procedimientos de verificación, en lugar de rechazar las pruebas.
Los problemas se presentan cuando se hacen las tentativas de relacionar características
específicas del suelo, o los límites de la clasificación a uno u otro de los límites líquidos y
plásticos. Por ejemplo, el sistema de clasificación británico (BS 5903:1981) divide suelos en un
número de categorías basadas en el límite líquido. Tal división no es muy relevante a los suelos
residuales. Es la posición por encima o por debajo de la línea-A que da la mayor importancia,
especialmente con los suelos residuales tropicales.
Cabe señalar que el aumento de la influencia de la mezcla de los suelos en el limite de
Atterberg es mover, en el grafico, el punto de la plasticidad paralelo a la línea-A (Morin y Todor
1975); Por lo tanto, si utilizamos la distancia por encima o por debajo de la línea-A.
CAPÍTULO 5
AGUAS SUBTERRÁNEAS,
CONDICIONES DE FILTRACIÓN
Y EL VALOR DEL ESTADO DE
TENSIÓN EN SUELOS
RESIDUALES (Ko)
5.1. Algunas Observaciones Generales:
Una de las diferencias significativas entre ingeniería geotécnica en suelos residuales y
suelos sedimentarios es que con suelos residuales el mayor interés para ingenieros geotécnicos
ocurre encima de la napa freática. Esto quiere decir que la presión de poro es negativa, y en
algunos casos el suelo será menos que totalmente saturado. Si la filtración ocurre, ocurrirá tanto
encima como debajo de la napa freática.

5.2. Presión de Poro y Condiciones de Filtración Encima y Debajo de la Napa freática:


Ahí con frecuencia se entiende mal entre estudiantes, y también entre la práctica de
ingenieros geotécnicos, sobre la naturaleza y la importancia de la napa freática. Comúnmente se
piensa que la napa freática separa una zona donde la presión de poro es cero y bajo esta zona la
presión de poros es positiva, con un valor gobernado por la presión hidrostática. Este sólo será el
caso en condiciones particulares, a saber que el sitio y la napa freática son horizontales y el
material que se trata es la arena, o algún otro material grueso libre de drenaje (grava o rocas).
Con suelos de grano fino, que contiene principalmente limo y arcilla, el agua no puede drenar
libremente, y el suelo sigue siendo totalmente saturado a cierta distancia por encima de la napa
freática. Con arcillas de granos muy finos, sobre todo aquellas de alta plasticidad, el suelo puede
permanecer totalmente saturado por muchos metros encima de la napa freática. La figura 5.1
ilustra dos estados de presión de poro posibles en lo que concierne a la napa freática.

Figura 5.1. La presión de poro en lo que concierne a la napa freática.


La figura 5.1 (a) ilustra el estado que a menudo se asume que existe, a saber que la
presión de poro es cero encima de la napa freática e hidrostática debajo de ella. Si el suelo es
arcilla y totalmente saturada sobre la napa freática, esto implicaría un gradiente hidráulico encima
de la napa, y el agua, por lo tanto, se filtran hacia abajo verticalmente hacia la napa freática. Tal
condición no puede mantenerse a largo plazo, ya que la napa freática se elevaría, debido a la
afluencia de las aguas se filtran hacia abajo desde arriba.
La figura 5.1 (b) ilustra la única condición de presión de poro posible si el suelo consiste
en arcilla. En este caso la presión de poro es hidrostática tanto encima como debajo de la napa
freática; tiene un valor positivo debajo de la esta regida por la distancia debajo de la napa, y tiene
un valor negativo encima de la napa regida por la distancia encima de esta. Este concepto hace
caso omiso de los efectos en la superficie del terreno y de hecho implica que la superficie actúa
como un límite impermeable.
En la práctica, probablemente siempre hay movimiento de las aguas en el suelo o en la
superficie. Durante el calentamiento en tiempo seco habrá pérdida de agua por evaporación, y
durante los períodos de lluvias, el agua fluirá en el suelo. El estado de presión de poro encima de
la napa freática por lo tanto fluctuará dependiendo de condiciones estaciónales meteorológicas.
La figura 5.2. ilustra el estado de presión de poro probable en la arcilla durante el tiempo seco y
húmedo.

Figura 5.2. Presión de poros, el estado en clima seco y húmedo.


La figura 5.2. muestra un cambio del nivel de la napa freática entre el verano y el
invierno. El grado de esta variación dependerá de la severidad del cambio meteorológico entre el
verano y el invierno y también sobre la permeabilidad del suelo.
Las figuras descritas anteriormente ignoran la probabilidad de que hay una parte de la
zona saturada del suelo cerca de la superficie. La profundidad de esta zona será regida
principalmente por la condición climática y el tamaño de las partículas, la mineralogía y la
permeabilidad del suelo. En climas templados es poco probable que esta zona tenga un espesor
mayor a uno o dos metros. Por lo tanto, existen tres zonas, como se indica en la figura 5.3. La
existencia de esta zona saturada se debe principalmente a la pérdida de agua, cerca de la
superficie, por evaporación.

Figura 5.3. Zonas, encima y debajo de la napa freática.


Figura 5.4. Red de flujo y napa freática en una pendiente donde las presiones de poro son
negativas cerca de la superficie.

Figura 5.4, se incluye aquí para acentuar el hecho que en declives de arcilla la napa
freática no es una frontera que separa una zona de donde ocurre la filtración de otra donde no la
hay. La filtración ocurrirá encima de la napa freática, y será regida según las mismas leyes que
gobiernan su comportamiento debajo de la napa freática. La única diferencia es que encima de la
napa las presiones de poro serán negativas y el estado real de filtración más variable y menos
dóciles con la definición debido a efectos superficiales como la evaporación o las precipitaciones.
La Figura 5.4 representa una ladera donde la precipitación y la evaporación intermitentes
mantienen una zona de la presión de poros negativa en la parte superior de la pendiente. Este
programa genera la red de flujo que ha sido producida por el establecimiento de una serie de
presiones de poros negativas como la condición divisoria en la parte superior de la superficie de
la pendiente. El programa traza correctamente la napa freática como la línea de presión cero.

5.3. Influencia Climática sobre Condiciones de Filtración y Estado de Presión de Poro:


No hay mucha información en la literatura sobre las variaciones en la profundidad de napa
freática y la presión de poro encima de la napa que proviene de variaciones estacionales en
condiciones meteorológicas. Con arcillas de permeabilidad muy bajas, como la arcilla de
Londres, parece que hay una pequeña variación debido a cambios meteorológicos, mientras que
en muchos suelos residuales, que tienden a tener la permeabilidad más alta, puede haber cambios
significativos entre el verano y el invierno. En Hong Kong, la Oficina de Control Geotécnico ha
tomado una gran cantidad de registros a los cambios de la presión de los poros en la pendiente de
granito degradado. Este es un material de muy alta permeabilidad y los cambios de presión de
poros ocurren rápidamente. Es cierto que en la mayoría de los suelos residuales la presión de poro
responde con bastante rapidez a los efectos meteorológicos, que se cree que las fuertes lluvias son
el detonante de los deslizamientos de tierra en los suelos residuales.
5.4. Implicaciones del agua subterránea y del estado de la filtración en situaciones
prácticas:
Hay varias publicaciones prácticas que se derivan del hecho de que en arcillas existe una
presión de poro negativa encima de la napa freática y está sujeta a variaciones estacionales. Los
siguientes son algunos ejemplos importantes:
Errores en la estimación de la fundación de asentamientos utilizando los métodos
convencionales:

El procedimiento normal para estimar el resultado de la construcción de un edificio apoyado


sobre fundaciones superficiales que están sobre una base de arcilla, implica dos pasos básicos. El
primero es medir la compresibilidad característica de los suelos mediante pruebas de laboratorio
o en terreno y el segundo es estimar el aumento de la tensión efectiva en el suelo usando la teoría
elástica. El último paso no es tan simple como parece. Si la napa freática es profunda entonces la
presión de poro inicial sobre la napa freática es desconocida y puede ser negativa durante el
verano y cercano a cero durante el invierno. La construcción del edificio probablemente
amortigua las variaciones, ya que esta tiende a actuar como una frontera impermeable en la
superficie del terreno. El cambio, de la tensión efectiva, estará compuesto de dos partes, la
primera será el aumento de tensión debido a la carga de fundación y la segunda es el cambio de la
tensión efectiva causada por el cambio de la presión de poro en el suelo. Esta última es, a
menudo, ignorada en la práctica. El cambio neto en la tensión efectiva puede ser positivo o
negativo.
Asentamiento del terreno, resultado de la reducción de las aguas subterráneas:

Puede ocurrir también que actividades humanas como la explotación de canteras o


excavaciones profundas para carreteras (u otras estructuras subterráneas) dé lugar a la
permanente disminución de la napa freática en la zona circundante. Esto a su vez provoca un
aumento de la tensión efectiva del suelo y el arreglo de la superficie del terreno. Dependiendo de
la naturaleza del terreno esta solución puede ser de poca importancia, o podría ser una de las
principales preocupaciones. Es importante tener en cuenta que la solución dará como resultado,
no sólo de la compresión del suelo debajo de la napa freática, sino también la compresión de las
aguas por encima de la napa freática. Es probable que la presión de poros se reduzca, con el
consiguiente aumento de la tensión efectiva.
Asentamiento del terreno debido a la hinchazón de la capa que cubre la superficie del
suelo:

Es posible que simplemente colocar algún tipo de barrera en la superficie del terreno puede
dar lugar a asentamiento del terreno. Esto se produce porque dicha barrera tenderá a cambiar la
presión de poros actual y avanzara al estado hidrostático. La construcción de un pavimento de
alta calidad con un sello de asfalto en la superficie, es probable que actúe como una barrera
impermeable.
Las Estimaciones de estabilidad de las pendientes del suelo haciendo caso omiso a la
“succión”:

Muchos de los suelos residuales son estables en las pendientes, debido a que gran parte de la
pendiente se encuentra por encima de la napa freática. Esto significa que el esfuerzo cortante de
los suelos se debe a la "succión" en el agua. Este efecto no es reconocido y rara vez es tenido en
cuenta en el análisis de la estabilidad. Veremos más adelante que las precipitaciones pueden
influir en la estabilidad de una pendiente, incluso si el nivel freático está por debajo del pié del
talud.

5.5. La influencia de filtración asumida, sobre estimaciones de estabilidad de la pendiente:


Comúnmente es asumido en el análisis de estabilidad de la pendiente que la presión de
poro puede ser determinada directamente por la profundidad de la napa freática. Para muchas
situaciones, sobre todo aquellas que implican pendientes relativamente suaves, esta es una
aproximación razonable. Sin embargo, para fuertes pendientes, como puede ser el caso de suelos
residuales, la aproximación puede implicar errores significativos, sobre todo si la "recarga" son
precipitaciones que caen directamente sobre la ladera.
(a) Fuente externa "de recarga" el agua

(b) Recarga, solo de la precipitación.


Figura 5.5. Modelos de filtración posibles, dependiendo condiciones divisorias (es decir, sobre l
fuente de infiltración de agua).

La figura 5.5 muestra dos modelos de filtración posible en una pendiente natural, uno
suponiendo recargas externas (esto es de una captación conectada a la pendiente) y otro sobre la
precipitación directa sobre la superficie de la pendiente. Las presiones de poros en la parte
superior de la pendiente son bastante diferentes, e influirán en cierta medida en el factor de
seguridad obtenido del análisis de estabilidad.
En la siguiente figura se indica la diferencia en la presión de los poros en tres lugares de
acuerdo al modelo de filtración de la Figura 5.5 (b). La diferencia en los niveles en el mismo
lugar no debe ser asumido para indicar la napa freática.

Figura 5.6. Niveles Piezométricos de acuerdo con la red de flujo de la


Figura 5.5 (b).

5.6. Estado de Tensión en Suelos Residuales (Ko):


No hay mucha información sobre el estado de tensión Ko en suelos residuales. Es posible
hacer algunos comentarios basados en la intuición y el entendimiento del proceso de degradación.
Generalmente, el proceso de degradación esta acompañado por alguna pérdida de material y
alguna reducción de la rigidez y la fuerza del material. El retiro de material tiende a revelar
algunas tensiones bloqueadas en el suelo. Las tensiones verticales probablemente no son
bloqueadas pero bien puede haber tensiones horizontales que han sido aumentadas por el proceso
de deposición y sobreconsolidaciónes que sean el resultado del retiro de carga vertical. En
algunas situaciones el movimiento tectónico también puede haber creado altas tensiones
horizontales. Los procesos de degradación, probablemente reducen cualquier tensión horizontal y
los mueven hacia el valor mínimo compatible con la fuerza del suelo. En otras palabras ellos
tenderán a moverse hacia el estado de presión activa de Rankine.
Por otra parte, si el proceso de degradación en el que participan la eliminación de material
de cementación y la liberación de los minerales de arcilla activa, la tendencia opuesta podría
ocurrir. Los minerales de arcilla activos pueden tomar el agua y se hinchan, causando un aumento
de la tensión horizontal.
Vaughan y Kwan (1984) sugieren un método de análisis teórico para investigar la posible
influencia de la degradación sobre la tensión horizontal. Ellos postulan una disminución en la
rigidez y la fuerza del material como progresos de la degradación y analizan la influencia de esto
sobre el estado de tensión, aprovechando principalmente o conceptos de la teoría elástica. En el
resumen esto sugiere que la influencia de la tensión horizontal inicial en la roca parental
desaparece bastante temprano en el proceso de degradación y el estado de tensión tiende hacia "el
reposo" Ko el valor dado según la teoría elástica, es decir, de acuerdo a la siguiente relación:

Ko donde es la relación de Poisson.


1

Como la relación de Poisson probablemente es bastante baja, sobre todo en el material


débilmente enlazado, pueden esperar un valor bajo de tensión horizontal.
CAPÍTULO 6
CARACTERÍSTICAS GEOTÉCNICAS DE
SUELOS RESIDUALES
6.1 Algunos comentarios generales sobre la medida y la determinación de características.
6.1.1 Dificultad de tomar muestras inalteradas:
Tomar las muestras inalteradas convencionales usando tubos de paredes delgadas en
perforaciones puede ser muy sencillo, pero también puede ser virtualmente imposible. Los
depósitos homogéneos firmes como las arcillas volcánicas se muestrean fácilmente usando los
tubos en perforaciones, pero otros materiales tales como granitos degradados que contengan los
cantos rodados clasificados como grava de roca fresca pueden ser excesivamente difíciles de
muestrear. Los tubos para muestrear no podrán penetrar tales materiales y se pueden dañar
durante intentos de empujarlas en los materiales. El uso de barriles sofisticados en manos de los
perforadores expertos puede permitir obtener muestras de la calidad con un mínimo de
perturbación. Sin embargo, la presencia de roca no degradada en ellas puede significar que
todavía no sea posible llevar a cabo pruebas de laboratorio apropiadas para medir las
características mas representativas del suelo. Por esta razón, a menudo es necesario recurrir a
otros medios para medir las características del suelo, tales como muestreo en bloque, pruebas in
situ.
6.1.2 Ventajas del muestreo en bloque:
Las muestras en bloque tienen ventajas enormes sobre las muestras tomadas en tubos,
aunque también tienen algunas limitaciones bastante severas. Sus ventajas son:
(a) Pueden ser obtenidos con un mínimo de perturbaciones.
(b) Pueden ser mucho más grandes que las muestras de tubos.
(c) Su localización puede ser seleccionada cuidadosamente después de una inspección visual del
sitio, para asegurarse de que están siendo obtenidas del material correcto.
Ellos tienen la desventaja de la dificultad del acceso para tomar tales muestras, excepto
cerca de la superficie. Solamente cuando un excavador mecánico está disponible o una
excavación ha sido hecha para una carretera o un emplazamiento de la obra, es posible conseguir
el acceso a las capas profundas del suelo. Sin embargo, es frecuente que el suelo mas cercano a la
superficie sea el de mayor interés. Entonces el difícil acceso puede no ser un problema.
Figura 6.1. Ajuste y Transporte de muestras en bloque.

En el muestreo en bloque de suelos residuales se hace normalmente un ajuste a mano en el


suelo para formar un bloque cúbico de dimensiones laterales lo mas cercano a los 30cm. Un
bloque de este tamaño pesará cerca de 40 kilogramos así que es importante tener algún medio
para llevarlo, desde el sitio de donde se obtiene la muestra, al vehículo que lo transportará. La
figura 6.1 explica una muestra en bloque lista para ser extraída y un tablón de madera adecuado
para transportarla.
Para evitar que el suelo se seque fuera, es muy importante tener listo un plástico o paño
que envuelva en forma hermética la muestra, esto ayudará a evitar que se caiga y también
previene que se seque. Es buena práctica colocar la muestra en una caja correctamente preparada,
poner el material de embalaje alrededor de ella para protegerla y sostenerla. Una vez que la
muestra esté de vuelta en el laboratorio debería estar mas protegida de secarse afuera
envolviéndola en trapos húmedos sobre la punta de la envoltura plástica y luego aplicarla además
de una capa de papel plástico.
Figura 6.2. Resultados de las muestras en bloque y de tubo, mostrando la influencia de la
perturbación de la muestra.

La figura 6.2 ilustra la diferencia del comportamiento en pruebas de laboratorio entre las
muestras en bloque ajustadas a mano y las tomadas en tubos. La Figura 6.2 (a) arroja resultados
de pruebas triaxiales en una arcilla noruega sensible, mientras que en la figura 6.2 (b) se
muestran resultados de pruebas de edómetro de un suelo residual de Auckland derivado de la
degradación de una formación de arenisca/barro. Es evidente que las muestras de tubo se vuelven
más "plásticas" como consecuencia del procedimiento de muestreo. Con algunos suelos es
conveniente tomar muestras en bloques cilíndricos de acero o de cobre grandes. Éstos se pueden
hacer con un filo agudo en un extremo y empujar en el suelo mientras que el suelo se corta a
mano delante del filo del cilindro.
6.1.3 Prueba In Situ:
Las pruebas in situ generalmente son parte de las investigaciones de cualquier suelo,
incluyendo suelos residuales. Los siguientes puntos se deben tener presente al llevar a cabo las
pruebas in situ, especialmente la prueba del cono de penetración en suelos residuales.
1) La presencia de los pedazos de reliquia de la roca parental dentro del perfil del suelo puede
significar que los dispositivos tales como el penetrómetro estándar del cono (CPT) pueden no
poder penetrar más allá de estas obstrucciones.
2) La permeabilidad relativamente alta de algunos suelos residuales puede significar que suponer
un comportamiento no drenado durante el ensayo no sea siempre válido. En particular, las
cenizas volcánicas son arcillas de alta permeabilidad en su estado no imperturbado de manera que
el drenaje puede ocurrir mientras que el ensayo se realiza.
3) Algunos "suelos residuales" se componen de una proporción grande de partículas gruesas; sin
embargo estas partículas pueden ser altamente degradadas y relativamente débiles. En algunos
casos se analizan fácilmente a mano. La extremidad de un penetrómetro puede moler estas
partículas cuando penetra, dando valores relativamente bajos de la resistencia del cono.
4) Un ejemplo especial de un material granuloso suave es la arena de la piedra pómez (no
realmente un suelo residual), que consiste en granos comprimibles, con el resultado de que los
valores de la resistencia de cono son bastante bajos y no indican la verdadera densidad de la
arena.
5) La tensión histórica y el coeficiente de sobre-consolidación no son conceptos válidos con
suelos residuales.
6) Los factores antes mencionados significan que la interpretación de los ensayos in situ hechos
en suelos residuales son inciertos. Muchas de las correlaciones actuales entre la resistencia del
cono y otros parámetros del suelo se basan en el comportamiento de suelos sedimentarios, e
implican suposiciones de comportamientos no drenados, la existencia de un coeficiente de sobre-
consolidación y ningún desglose de granos individuales. Como se indicó, estas hipótesis pueden
no ser válidas en algunos suelos residuales y las correlaciones estándares pueden ser de dudoso
valor.

6.1.4. “Back Análisis” para estimar parámetros del suelo:


A veces es posible determinar parámetros de resistencia del suelo o parámetros de
deformación por un procedimiento denominado “back análisis”. Esto implica examinar los
deslizamientos que se han producido y han determinado los valores de c` y y que darán un
factor de seguridad. Por supuesto, es necesario conocer la geometría de la pendiente y la presión
de poros en el momento en que la falla ocurrió. Es también posible examinar las laderas que no
han fallado, y recopila la mayor cantidad de datos como sea posible sobre alturas y ángulos
existentes en la pendiente. Estos datos se pueden trazar en un gráfico de altura versus pendiente y
por un procedimiento de ensayo y error encontrar los valores de c` y que mejor se ajusten a los
datos. Esto no es exacto, pues los factores de seguridad reales de las pendientes, que son
resultado de los datos obtenidos no serán conocidos además del hecho de que son más grandes
que el factor de seguridad. Los valores de c` y , por lo tanto, serán más bajos que los valores
reales.

6.1.5. Tratamiento previo adecuado, antes de la prueba de laboratorio:


Durante mucho tiempo se ha sabido que algunos suelos residuales son sometidos a
cambios químicos irreversibles cuando son secados al aire o en horno. Esto es cierto en el caso de
los suelos que contienen, ya sea, alófano o haloisita.
Las arcillas Alofanicas pueden ser completamente plásticas, por su contenido natural de
agua, pero después de secarla en horno puede dejar de serlo. Las arcillas de Halosistas sufrirán un
cambio menos drástico cuando son secadas al aire o en horno. Es más importante, por lo tanto,
que estos suelos se probarán sin ser secados más allá de lo necesario para llevar a cabo los
ensayos. Para las pruebas de límite de Atterberg el suelo no se debe secar más de lo necesario
para realizar la prueba. Las medidas del tamaño de partícula se deben también realizar sin secar.
La prueba de la compactación debe también ser realizada solamente secando el suelo de su
contenido en agua natural al contenido en agua necesitado para cada punto en el gráfico de la
compactación. Es muy conveniente que a los suelos residuales se evite secarlos más de lo
necesario para poder realizar cada prueba en particular.

6.2. Clasificación o índices de pruebas.


6.2.1. Tamaño De Partícula:
Las medidas del tamaño de partículas se pueden hacer en la mayoría de los suelos
residuales de la manera habitual. Se deben mencionar dos excepciones:
1. Los suelos que contienen cantidades importantes de partículas gruesas altamente degradadas.
Estas partículas se pueden romper fácilmente durante la preparación de la prueba y los tamaños
de partículas medidos pueden reflejar el tratamiento del suelo y las características reales del
suelo, antes de la prueba. Con tales materiales, las medidas de las partículas son menos
importantes que con el material granuloso duro, pues las características serán regidas más por la
fuerza de las partículas que por su distribución de tamaño.
2. Arcillas que contienen una alta concentración de alofan probablemente para flocular si los
métodos de la sedimentación se utilizan para la medida del tamaño de partículas. Los agentes de
dispersión normales no son a menudo eficaces con tal material. Esto probablemente es una gran
desventaja, pues el conocimiento del tamaño de sus partículas no es de mucha significación.

6.2.2. Límites De Atterberg:


Éstos se pueden realizar de la manera normal, pero es útil para darse cuenta de que
algunos suelos residuales no son muy plástico en su estado natural. En apariencia pueden ser
como areniscas. Sin embargo, la manipulación y el remoldeado pueden destruir la estructura y
romper partículas de modo que el material llegue a ser de moderado a altamente plástico.
La utilidad de los límites de Atterberg, como una guía de comportamiento probable de
ingeniería, se encuentra en la posición que ocupan en el Grafico de Plasticidad.
No hay correlación directa entre el comportamiento y el límite líquido o el índice de
plasticidad, es la posición respecto al grafico de la plasticidad la que es importante. Los suelos
que se trazan muy por debajo de la línea-A tienden a comportarse como sedimentos, mientras que
los que se trazan muy por encima de la línea-A se comportan como arcillas. Los que se trazan
debajo de la línea-A, en general, tienen buenas propiedades de ingeniería y de los que se trazan
por encima de la línea-A, es probable que tengan propiedades de ingeniería muy pobres.
La figura 6.3 muestra la posición respecto al grafico de plasticidad de tres suelos
residuales distintos, los suelos "black cotton", las arcillas rojas tropicales (de haloisita), y las
arcillas de cenizas volcánicas (alofanicos).
Figura 6.3. Grafico de Plasticidad y Suelos Residuales.

Los suelos “black cotton” se trazan bien sobre la línea-A y tienen características pobres de
la ingeniería, mientras que las arcillas rojas y las arcillas de cenizas volcánicas se trazan debajo
de la línea-A y tienen buenas características de la ingeniería. Algunas organizaciones crean un
número de sub-grupos en el grafico de plasticidad dibujando líneas verticales, es decir, los sub-
grupos se crean en base de los valores del límite líquido. Esto no parece ser un enfoque adecuado
para los suelos residuales o de los suelos en general. Es solamente válido para los grupos de
suelos de composición similar que se encuentran a igual distancia de la línea-A.
En lugar de una subdivisión basada en el límite líquido, una subdivisión en la línea que se
muestra en la figura 6.2 sería más pertinentes para suelos residuales. Las líneas dibujadas en
paralelo a la línea-A dividen los suelos en tres tipos, arcilla, arcilla limosa y limo. Muchos suelos
residuales se comportan como arcillas limosas para fines de ingeniería. Los tipos de suelos
residuales más distintivos, tales como, suelos "black cotton" y arcillas alofanicas, serán
clasificados como arcillas y sedimentos respectivamente.
Se desprende de lo que se ha dicho anteriormente que las correlaciones entre límites de
Atterberg y otras propiedades del suelo, sobre la base del límite líquido o del límite plástico, solo
pueden no ser válidas para los suelos residuales y debe tratarse con precaución.
Otras aplicaciones para los límites de Atterberg son que junto con el contenido de agua
natural del suelo, nos dice algo sobre el "estado de la densidad" o la porosidad del suelo.
6.2.3. Índice de liquidez, "estado de la densidad" y porosidad:
Hay dos métodos usados para expresar la densidad de los suelos en las que se hace uso de
estados de la densidad de referencia. Cada uno son una medida de la posición que el suelo ocupa
en relación a estas referencias "estado de densidad", límites de Atterberg en el caso de las
arcillas y las densidades máximas y mínimas en la caso de las arenas.

Figura 6.4. Estados de la densidad para la arcilla y la arena.

Estos dos conceptos se ilustran en la figura 6.4 La manera de la cual se define la densidad
es diferente entre los dos métodos. Un índice de la liquidez de 0 o 1 indica una arcilla densa o no
densa respectivamente, mientras que una densidad relativa de 0 o 1 indica una arena no densa o
densa respectivamente.
Estos índices han resultado muy valiosos como indicadores de probables
comportamientos de la arcilla y la arena, por lo que parece muy conveniente que también se
apliquen a los suelos residuales. Este será el caso de muchos de esos suelos, pero como señaló
Vaughan (1985), muchos suelos residuales son de tamaño de grano mixto y puede no encajar
fácilmente en cualquiera de la categoría de arena o arcilla.
Cabe señalar, de paso, que el índice de liquidez es especialmente útil si se contemplan
obras en tierra, ya que, es un indicador de dificultades y cuanto es necesario secarlo. El límite
plástico está considerablemente cerca del contenido de agua óptima de un ensayo estándar de
compactación.

6.3. Permeabilidad.
Las generalizaciones son siempre aventuradas en mecánica de suelos, pero es verdad que
los suelos residuales tienden a tener una permeabilidad substancialmente más alta que suelos
sedimentarios. Esto es debido a las características microestructurales, como la agregación de
partículas de arcilla en conglomerados y la capacidad de los enlaces entre las partículas de crear
una estructura muy abierta. Remoldear y compactar los suelos residuales tiende a destruir esta
estructura y da lugar, generalmente, a una disminución significativa de la permeabilidad. Debe
ser observado también que la permeabilidad no correlaciona generalmente bien con el tamaño de
las partículas como pasa en los suelos sedimentarios.

Tabla 6.1. Coeficiente de valores de la permeabilidad de varios suelos residuales.


Tipo de Suelo Coeficiente de Permeabilidad (m/seg)
Roca Parental Descripción joven (saprolitico) Maduro(suelo remoldeado
real)
Granito 4x10-3 a 5x10-9 4x10-6 a 5x10-9 -
Gneis 5x10-6 a 1x10-7 5x10-6 a 1x10-6 -
Basalto 3x10-6 a 1x10-9 - -
Areniscas Arcilla grey
Andesitic lahar/ Arcilla tropical 1 x 10-9 0.3 –3 x 10-10
ceniza volcanica roja
(haloisita)
Ceniza volcanica Arcilla de ceniza 10-6 a 10-7 5 x 10-7 a 10-8 10-10 a 5x10-10
volcanica
(alofan)
6.4. Compresibilidad y comportamiento de la consolidación.
6.4.1. Magnitudes:
Ensayo de Consolidación.
Los resultados de una serie de ensayos de consolidación convencionales se presentan en
esta sección para ilustrar el comportamiento de compresibilidad de los suelos residuales.
La figura 6.5 demuestra resultados a partir de tres muestras de arcilla roja tropical. Se
trazan usando escala logarítmica y las escala lineal para la presión. La razón de hacer esto es que
el uso de la escala logarítmica conduce fácilmente a la interpretación falsa de lo que revelan
exactamente las curvas sobre el comportamiento del suelo. Las curvas en el gráfico logarítmico
parecen tener la forma típica de un suelo sobre-consolidado y sería posible aplicar el
procedimiento normal para determinar presiones de la pre-consolidación.

Figura 6.5. Ensayo de Consolidación en tres muestras de arcilla roja tropicales, se trazan
utilizando escalas de presión lineal y logarítmica.
Figuras 6.6 y 6.7 muestran los resultados de las pruebas de consolidación de seis muestras
de arcilla de ceniza volcánica, respectivamente dibujan usando escala logarítmica y lineal de
presión. Si las curvas en la Figura 6.6 se examinan por su cuenta, que sería fácil llegar a la
conclusión de que todas las muestras se comportan de manera similar. Parece que todos se
muestran antes de la consolidación. Sin embargo, el examen de la figura 6.7 muestra que este no
es el caso. La forma de los gráficos no es coherente. Algunos gráficos son cóncavas hacia abajo,
mientras que otros son cóncavas hacia arriba. De ahí que sólo algunos de los gráficos muestran
una "presión de preconsolidación". La muestra I6 muestra la presion de “preconsolidacion” mas
distinta, en un valor de alrededor de 250 kPa.

Figura 6.6. Resultados del ensayo de consolidación de la arcilla


de ceniza volcánica (escala logarítmica).
Figura 6.7. Ensayo de Consolidación de la arcilla de ceniza volcánica (escala lineal).

Los resultados dados en las figuras 6.5 a 6.7 demuestran que el uso del gráfico tradicional
e-log p puede presentar fácilmente un cuadro engañoso de la compresibilidad del suelo y se
deben tratar con precaución. La única manera de conseguir un cuadro verdadero de las
características de la compresión es trazar los datos sobre un gráfico logarítmico y un gráfico
lineal. Esto no es sorprendente, pues no hay razón para asumir que el gráfico logarítmico es
apropiado para los suelos residuales. El uso del gráfico logarítmico para presentar resultados del
ensayo de consolidación viene como resultado del estudio de los suelos sedimentarios,
especialmente muestras artificiales de la "mezcla" preparadas en el laboratorio. Para suelos
consolidados suaves o "mezcla" indica que la línea de la consolidación es aproximadamente
lineal cuando la presión se traza en una escala lineal. El diagrama del e-log p se ha establecido
firmemente en la práctica de los mecánicos de suelos y continúa siendo utilizado casi en forma
universal. El resultado es que se utiliza, con frecuencia, en forma inadecuada. Un ejemplo de tal
uso se demuestra en la figura 6.8.
Figura 6.8. Resultados del ensayo de consolidación de la arcilla de Piedmont, en los E.E.U.U.
(escala logarítmica y escala lineal).

El gráfico e-log p se ha utilizado para determinar presiones de la pre-consolidación y para


calcular los coeficientes del sobre-consolidación para su utilización en el desarrollo de las
correlaciones entre los parámetros del suelo. Cuando los mismos datos se presentan en un gráfico
lineal es muy claro que no hay presiones en la pre-consolidación. Todos los resultados muestran
curvas cóncavas suaves.
Varios autores han señalado a través de los años la necesidad de trazar los datos de la
compresibilidad usando escalas lineales de presión, por ejemplo Janbu & Senneset (1979),
Vaughan (1985), Wesley (1983), y Verdugo (1992). Sin embargo, la profesión sigue utilizando el
grafico e-log p. El estudio de una amplia gama de suelos residuales muestra que algunos suelos
muestran evidencia de una "pre-consolidación", mientras que otros no muestran pruebas de ello
en absoluto. Debe ser entendido claramente que esta presión supuesta de "pre-consolidación" no
es realmente una presión de la pre-consolidación en todos, pues no tiene ninguna conexión con
las tensiones a las que el suelo ha estado anteriormente sometido, es decir, que no es el resultado
de la tensión histórica. Es el resultado de la estructura creada en el suelo por el proceso de
degradación que lo formó de su roca parental. Esta presión de "pre-consolidación" en suelos
residuales ha generado diversos términos, tales como "presión aparente de pre-consolidación" o
"seudo presión de pre-consolidación". Probablemente es mejor llamarlo la "presión vertical de
rendimiento". Este término se puede utilizar para todos los suelos, aunque el origen de la tensión
de rendimiento variará. En algunos casos será el resultado de la "pre-consolidación verdadera",
mientras que en otros casos será el resultado de la acción lenta y débil desarrollado de los enlaces
entre las partículas después de la deposición de los suelos, y con los suelos residuales resultará la
estructura desarrollada durante el proceso de degradación.
Debe estar claro también de los resultados en las figuras 6.5 a 6.8, que el comportamiento
de la compresibilidad de suelos residuales es absolutamente variable. Algunos suelos residuales
demuestran presiones de rendimiento distintas, mientras que otros no lo hacen, y el
comportamiento dentro de un grupo geológico particular puede no ser constante. Por ejemplo, las
arcillas de cenizas volcánicas no demuestran comportamiento constante, algunos muestran una
clara presión de rendimiento y otras no. Este hecho se acentúa en el cuadro 6.9. Un ejemplo
muestra un límite de elasticidad de unos 250 kPa, la Curva B muestra un comportamiento lineal,
por lo menos hasta una tensión de 500 en kPa, mientras que la muestra C, muestra una constante
reducción de compresibilidad con el nivel de tensión.
Figura 6.9. Pruebas de las arcillas de cenizas volcánicas – ensayo de consolidación ilustra tres
tipos básicos de un comportamiento dimensional de la compresión.

Los suelos residuales se degradaron de una formación de areniscas/barro en el área de


Auckland de Nueva Zelanda pero no demuestran un comportamiento consistente. Algunas capas
demuestran tensiones de rendimiento distintas mientras que otras demuestran comportamientos
virtualmente lineales.
La existencia de una tensión de rendimiento en algunos suelos residuales ha sido
confirmada por registros de establecimiento de la fundación. Un ejemplo se da en la figura 6.10,
que demuestra los expedientes del establecimiento del material de la fundación debajo de la presa
de Guri (Prusza et el al, 1983)
Figura 6.10. Placa de carga de las pruebas que demuestran la evidencia de tensión de
rendimiento. (Prusza y otros 1983)

Los gráficos muestran una tensión de rendimiento a cerca de 20m del terraplén, que sería
una tensión vertical cercana a 350 kPa. El suelo implicado fue “gneis” degradado.
Para concluir esta sección, la tabla 6.1 enumera algunos valores representativos del
módulo de Young (e) y el coeficiente de la compresibilidad (mv) para una gama de suelos
residuales. Éstos se representan gráficamente en el cuadro 6.11.

Figura 6.11. Coeficiente de compresibilidad para varios suelos residuales.


Tabla 6.2. Parámetros de la compresibilidad para una gama de suelos residuales.
Tipo de suelo Modulo de Coeficiente de compresibilidad Fuente de
Young (MPa) mv (10-4 kPa-1) referencia
Roca Descripción Ensayo de Ensayo de la
parental del suelo consolidación placa de carga
0-300 kPa
Andesitic Arcilla 1a2 Autor (Wesley)
lahar/ tropical roja
ceniza
volcánica
Ceniza Arcilla de 0.7 a 2 Autor (Wesley)
volcánica ceniza
volcánica
(alofanes)
Arenisca Arcilla grey 1a2 Autor (Wesley)
Basalto Basalto 0.7 a 3.3 De Mello (1972)
saprolita
Granito Granito 0.5 a 5 Lumb (1962)
saprolita
Granito Granito 0.4 a 1.0 Hui (1972)
saprolita
Gneis Gneis 47 a 84 0.1 a 0.17 Sandroni (1981)
saprolita
Gneis Gneis 10 a 13 0.7 a 0.9 Werneck et al
saprolita (1979).
Gneis Gneis 20 a 60 0.13 a 0.42 Garga & Costa
saprofita (1977)
Gneis Gneis 9 a10 0.8 a 0.9 Napoles Neto
saprolita (1954)
Gneis Gneis 28 0.30 Vargas (1979)
saprolita
Gneis Gneis 0.30 a 0.45 Azevedo (1972)
saprolita
Gneis Gneis 0.9 Campos (1980)
saprolita
Gneis Gneis 0.6 a 2.5 Werneck et al
saprolita (1979)

6.4.2. Tiempo Promedio.


El parámetro de interés en la estimación de la tasa de asentamiento en la que se llevará a
cabo, o la velocidad a la que los poros disipan las presiones, es el coeficiente de consolidación
Cv. Este es, comúnmente, estimado de los resultados de los ensayos de consolidación, utilizando
la raíz cuadrada del grafico del tiempo. En tal gráfico, la parte inicial de la curva de la
consolidación será una línea recta, permitiendo a una estimación de t90 que será utilizado para
calcular el Cv.
La figura 6.12 muestra los gráficos típicos de tres diferentes tipos de suelo, para un
incremento de carga de 100kPa a 200kPa. Se considera que la velocidad de consolidación es muy
rápida y no hay ninguna sección lineal bien definida en ninguna de las curvas. Este
comportamiento se debe a la relativamente alta permeabilidad de muchos, si no la mayoría, de los
suelos residuales, que se debe a la alta porosidad impartida a ellos por su estructura. Se encuentra
generalmente que en tensiones más altas los gráficos llegan a ser más lineales; la tensión más alta
tiende a destruir la estructura original y bajar la permeabilidad. Remoldeando también se destruye
la estructura y se conduce generalmente a una reducción de la permeabilidad. Los ejemplos de
este fenómeno se ilustran en la figura 6.13, lo que demuestra las curvas de la consolidación en el
suelo imperturbado y remoldeado para el mismo incremento de la tensión, es decir de 100kPa a
200kPa.
Figura 6.12. Grafico raíz de tiempo de
suelos residuales.
Figure 6.13. Influencia del remoldeado en la
consolidación.

Se debe reconocer que hay un límite superior al valor del coeficiente de consolidación que
pueden ser medidos en una prueba de consolidación convencional. El valor más alto del cv que se
puede medir confiablemente con una muestra 20mm de espesor, alrededor de 0.1m2/dia (=
0.012cm2/seg.). Los suelos con el cv mayor que éste no demostrarán líneas rectas distintas en una
compresión convencional versus diagrama de raíz del tiempo.
Si los valores confiables del cv se requieren para los suelos que se comportan de esta
manera, es mejor usar un método diferente de medición, como una prueba de disipación de
presión de poros en una celda triaxial.
Los valores de Cv para los tres tipos de suelo en la figura 6.12 abarcan una amplia gama,
de la siguiente manera:

Waitemata sedimentos y arcillas: 0.01 a 10m2/día


Indonesia arcillas rojas: 0.07 a 0.7m2/día
Suelos de cenizas volcánicas: 0.01 a 200m2/día

Estos valores se encuentran por encima y por debajo del valor de 0.1m2/día que puede
medirse en el ensayo de consolidación estándar.

6.4.3. Armazón para la comprensión del comportamiento de la deformación de suelos


residuales.
Vaughan (1985, 1989) ha discutido la conveniencia de los armazones conceptuales
existentes para explicar el comportamiento de suelos "normales" y ha sugerido las versiones
enmendadas para los suelos residuales. Su resumen de los armazones más simples, que
actualmente se utilizan para arcillas y arenas, se muestra en las figuras 6.14 y 6.15.
Figure 6.14. Tensión-volumen, cambio de Figure 6.15. Relación inicial de vacíos-
concepto para arcillas sedimentarias. tensión-volumen, cambio de conceptos para
(Vaughan, 1985) arenas sedimentarias. (Vaughan, 1985)

El suelo se asume que es depositado con su contenido máximo de agua y entonces es


comprimido dimensionalmente. Su coeficiente de vacío posterior es regido completamente por su
tensión histórica. Sus características importantes de la ingeniería, tales como fuerza y
compresibilidad alternadamente son gobernadas por su coeficiente de vacíos.
La situación con las arenas es absolutamente diferente. Su coeficiente de vacío en ningún
estado de tensión en particular se puede relacionar con su tensión histórica, pues es muy
dependiente del coeficiente de vacío inicial, cuando ocurre la deposición. Para las arenas hay una
amplia gama de curvas posibles, dependiendo de la densidad cuando se formaron y es de más
interés para los ingenieros geotécnicos que estas curvas no convergen en una línea recta común,
como es el caso de arcillas.
Estos conceptos no son de importancia directa para los suelos residuales. Las
características actuales de suelos residuales no se pueden relacionar directamente con la tensión
histórica o la densidad impartida al material por el proceso de degradación que lo formó.
Hay un segundo concepto, relacionado de cerca, "marco conceptual" también usado para
las arcillas y las arenas, el índice de liquidez para las arcillas y la densidad relativa para las
arenas. Estos parámetros son una medida de la densidad del suelo en lo referente a estados de la
densidad y dan indicaciones muy útiles del probable comportamiento. Vaughan precisa las
limitaciones de aplicar éstos a los suelos residuales y sugiere que una modificación de estos
parámetros se podría idear para los suelos residuales.
Vaughan (1985) hace las siguientes observaciones y sugerencias:
Ni el índice de la liquidez ni la densidad relativa es ideal para los suelos residuales.
Los suelos residuales no son materiales granulares no cementados limpios, de modo que
la densidad relativa no sea aplicable.
Muchos suelos residuales contienen una cantidad substancial de material grueso que se
elimina antes de que las pruebas de límite de Atterberg puedan ser realizadas, de modo
que el índice de la liquidez basado en pruebas de límite de Atterberg no pueda dar una
indicación verdadera de la densidad de todo el suelo.
es deseable encontrar pruebas análogas para tomar el lugar de los límites de Atterberg o
de las densidades máximas y mínimas.
La densidad máxima seca de la prueba estándar de la compactación Proctor sería un
substituto conveniente para el límite plástico.
Una prueba de esfuerzo cortante podrían desarrollarse para ocupar el lugar del Limite
Liquido, medir el contenido de agua no drenado, esfuerzo cortante de 2kPa, que se cree es
el valor medio de esfuerzo cortante cuando un suelo esta en su Limite Liquido.
se sugiere un coeficiente de vacío relativo definido como:

e e opt
eR
eL e opt

Donde está el coeficiente de vacío, eL es el coeficiente de vacío en el límite líquido y el


eopt es el coeficiente de vacío en la densidad máxima seca en la prueba estándar de compactación
(análoga al coeficiente de vacío en el límite plástico). Un valor de eL igual a cero indica un suelo
en un estado denso (de porosidad baja), mientras que un valor de eL cercano a uno indica un
estado muy poroso.
El cuadro 6.16 ilustra este concepto en lo referente a cuatro suelos residuales. Los estados
de la densidad de referencia se demuestran en la escala del coeficiente de vacío. Los suelos (a) y
(c) demuestran comportamiento similares con una tensión de rendimiento definida
razonablemente bien. También parecen tener bastante alta la compresibilidad una vez que el
límite de elasticidad es excedido. Suelos (b) y (d) muestran un comportamiento muy diferente.
No muestra un límite de elasticidad y ambos parecen ser de muy baja compresibilidad. La
reexaminación de las posiciones que estos suelos ocupan entre los estados de la densidad de
referencia demuestra que su comportamiento es constante.

Figura 6.16. Compresibilidad del suelo relacionada con los estados de la densidad (después de
Vaughan, 1985).
Los suelos (a) y (d) tienen coeficientes de vacíos naturales mayores que el coeficiente de
vacío que corresponde al límite líquido. Esto es solamente posible si son suelos altamente
estructurados, probablemente con algún tipo de enlaces entre las partículas. Cuando la tensión
vertical alcanza un cierto nivel, la estructura comienza a romperse, provocando el aumento de la
compresión. El límite de elasticidad es el punto en que la estructura comienza a romperse. Los
suelos (c) y (d), por otra parte, son materiales muy densos, especialmente el suelo (d), que existe
en un estado denso que corresponde a la densidad máxima de la prueba estándar de
compactación. Por lo tanto, es de esperar que estos dos suelos sean de baja compresibilidad y es
poco probable que muestre un límite de elasticidad.
La comprensión adicional del comportamiento puede ser adquirida realizando ensayos de
consolidación en el suelo después de remoldearlo a fondo y también sobre el mismo suelo
preparado a partir de una mezcla, es decir, poner en el ensayo de consolidación un contenido de
agua cercano al límite líquido. Los resultados de tales pruebas se demuestran en los cuadros 6.17
a 5.4.16, usando la escala logarítmica y la escala lineal para la presión.

Figura 6.17. Compresibilidad de la arcilla roja tropical (diagrama logarítmico).

Figura 6.18. Compresibilidad de la arcilla roja tropical (diagrama lineal).


Figura 6.19. Compresibilidad de la arcilla de ceniza volcánica (diagrama logarítmico).

Figura 6.20. Compresibilidad de la arcilla de ceniza volcánica (diagrama lineal).


Resultados de la demostración de los cuadros 6.17 y 6.18 de una arcilla roja tropical. Los
puntos siguientes deben ser observados:
Este suelo considera que existe con un coeficiente de vacío natural más bajo que el que
corresponde al límite plástico. Es así naturalmente un material muy denso.
Remoldeando el suelo no se produce ningún cambio significativo en su compresibilidad.
La curva después de remoldearlo es idéntica a la curva imperturbada.
La curva “virgen” de consolidación (la curva de la mezcla) se encuentra muy por encima
de la curva de inalteradas.
No hay ninguna indicación de un límite de elasticidad.
Está claro que esto es un material "no estructurado".

Figuras 6.19 y 6.20 muestran el resultado de una arcilla de ceniza volcánica. Este suelo
muestra un comportamiento muy diferente a la de la arcilla roja, como se indica en los siguientes
puntos:
Este suelo existe con un coeficiente de vacío natural perceptiblemente sobre el límite
líquido. Esto implica que probablemente es un material muy "poroso".
Remoldear el suelo produce una disminución muy dramática de la fuerza y aumento en
compresibilidad.
La curva “virgen” de consolidación (la curva de la mezcla) se encuentra muy por debajo
de la curva inalterada y de hecho, no es muy diferente a la curva remoldeada.
Hay un límite de elasticidad cercano a 700 kPa.
Este es claramente un material altamente estructurado.

Según científicos, estos dos suelos se relacionan de cerca. Se cree que la degradación de la
ceniza volcánica sigue una secuencia que implica primero la formación de las arcillas alófanicas
(arcillas de cenizas volcánicas) y en segundo lugar la formación de las arcillas de haloisita, que
incluye las arcillas rojas tropicales. Por consiguiente esta comprensión del suelo en los Cuadros
6.17 y 6.18 es otra etapa de la degradación del suelo en los cuadros 6.19 y 6.20. Esto parece
sorprendente, pues la arcilla roja es un material mucho más denso (e = 1.5) que la arcilla de
ceniza volcánica (e = 3.5).
Figura 6.21. Compresibilidad de un suelo degradado de piedra arenisca, Auckland, Nueva
Zelandia (diagrama logarítmico)

La figura 6.21 muestra los resultados de pruebas similares en la arcilla derivada de la


piedra arenisca degradada. Este suelo es de alta sensibilidad y cuando se remoldea se convierte en
una mezcla, de modo que la curva remoldeada es igual a la curva de la mezcla. Claramente, en su
estado imperturbado, es un suelo altamente estructurado.

6.5. Resistencia al corte – resistencia no drenada y parámetros de la tensión efectiva.


6.5.1. Resistencia al corte no drenado.
Para los suelos sedimentarios finos hay algunas correlaciones empíricas que relaciona
resistencia no drenada con otros parámetros del suelo. Por ejemplo, (Skempton, 1957) ha
relacionado esfuerzos de corte no drenado de suelos normalmente consolidados con la presión de
consolidación efectiva y a los límites de Atterberg.
Figura 6.22. Esfuerzo de corte no drenado relacionado con la tensión de confinamiento e índice
de plasticidad (Skempton, 1957).

Su relación se muestra en el cuadro 5.5.1, y se resume en la expresión:


Su
0.11 0.0037 PI

Dónde: Su es esfuerzo de corte no drenado.


Es la presión efectiva de la sobrecarga.
PI = índice de la plasticidad.
Para suelos completamente remoldeados, es también posible relacionar esfuerzo no
drenado con los límites de Atterberg y el índice de la liquidez del suelo. El esfuerzo de corte no
drenado es considerado cercano a 170kPa y 1.7kPa en el limite plástico y límite líquido
respectivamente (Sharma y Padma, 2003). Valores levemente distintos han sido propuestos por
otros autores. Estos valores y la curva que relaciona esfuerzo de corte no drenado con índice de
liquidez, se muestran en el cuadro 5.5.2. Esta curva representa el límite más bajo del esfuerzo de
corte en el cual un suelo puede existir. La mayoría de los suelos existirán en la naturaleza con un
más alto esfuerzo de corte no drenado que lo dado por esta curva. Solamente los suelos
imperturbados que no demuestran ninguna pérdida de fuerza en el proceso de remoldeado, es
decir, los suelos no sensibles, se encuentran en esta línea.
También se muestran en el cuadro 6.23 los límites aproximados para esfuerzos de corte no
drenados y el índice de liquidez para tres suelos residuales. Como era de esperar no existe una
relación entre estos valores y los de los suelos remodelados. El esfuerzo de corte no drenado de
suelos residuales imperturbados generalmente se encuentra muy por encima de los suelos
completamente remoldeados - un hecho que se presenta debido a la contribución que la estructura
del material hace al esfuerzo de corte. Parece que la resistencia al corte no drenado de suelos
residuales finos rara vez es menor a 75 kPa, con la posible excepción de las arcillas “black
cotton” que normalmente están por encima de 100 kPa.

Figura 6.23. Esfuerzo de corte no drenado contra el índice de liquidez para varios suelos
residuales y para suelos completamente remoldeados.

Incluso las arcillas negras no son particularmente suaves, aunque probablemente más
suaves que la mayoría de los suelos residuales. El problema con los suelos “algodón negro” es
que son propensos a cambios muy grandes de volumen con los cambios del contenido de agua y
también sus parámetros de esfuerzo efectivo son generalmente muy bajos.

6.5.2. Características de Esfuerzo Efectivo.


Es evidente que a partir de la observación de las pendientes naturales de los suelos
residuales en que el esfuerzo de corte de estos materiales es en general mucho más elevada que la
de los suelos sedimentarios. Su alto esfuerzo cortante efectivo surge de varios factores, como los
siguientes:
1) La mayoría de los suelos residuales contienen minerales de la arcilla que tienden a tener
buenas características fricciónales. La excepción notable es en los suelos “black cotton” que
contienen el montmorilonita.
2) La mayoría de los suelos residuales tienen efectos microestructurales absolutamente
significativos, que contribuyen muy positivamente al esfuerzo de corte del material.
3) La microestructura contribuye generalmente un componente cohesivo significativo al esfuerzo
cortante del material, es decir, un valor de c` importante.
En contraste con estos factores positivos, hay influencia negativa de discontinuidades
dentro del suelo que se presenta en la roca parental. Estos constituyen planos débiles, y hacen que
la determinación de los valores representativos de c y sea muy dificil. La figura 6.24 muestra
resultados de pruebas triaxiales en una arcilla derivada de la piedra arenisca degradada que
contiene discontinuidades. Se ve que hay una variación amplia en la fuerza que refleja la
influencia de discontinuidades en el suelo.
Algunos suelos residuales contienen raramente discontinuidades. Las arcillas de cenizas
volcánicas son un ejemplo; la figura 6.25 muestra resultados de pruebas triaxiales sobre un
número muy grande de muestras de ceniza volcánicas. Se ve en este caso que hay una dispersión
bastante estrecha en los resultados.

Figura 6.24. Prueba triaxial en una arcilla residual derivada de la piedra arenisca degradada (que
contiene discontinuidades).
Figura 6.25. Resultados de pruebas en arcillas de cenizas volcánicas (Nueva Zelandia e
Indonesia).

Para los materiales intactos y no influenciados por la presencia de discontinuidades, la


posición de los suelos en el Gráfico de plasticidad ofrece una buena guía probable al valor de
de los materiales, por lo menos para los suelos predominantemente de grano fino.
Según lo indicado anteriormente, es la posición del punto en relación con la línea A que
proporciona la mejor indicación de características probables de la ingeniería. El valor tiende ser
bajo para los suelos que se encuentran sobre la línea-A y alto para ésos que se encuentran debajo
de la línea-A. Algunos datos limitados para los suelos residuales se muestran gráficamente en la
figura 6.26. Esto muestra valores de trazados contra la distancia del suelo debajo o sobre la
línea A. es evidente que existe una marcada disminución en el valor de a medida que el suelo se
acerca y se eleva por encima de la línea-A.
Los suelos etiquetados como sedimentarios en esta figura no son probablemente
sedimentarios su material parental se cree que es sedimentario, pero el proceso de degradación al
que han sido sometidos ha producido suelos con las características de los suelos “black cotton”,
que se consideran generalmente como suelos residuales. El tipo real de suelo no parece ser muy
importante - es probable que la tendencia mostrada en el cuadro 5.5.5 se aplique a todos los
suelos, sin importar si son sedimentarios o residuales. Sin embargo, mucho más datos son
necesarios para confirmar esta declaración.
Figura 6.26. Angulo de la fricción ( ) relacionado con la posición respecto al grafico de
plasticidad.

Las figuras siguientes ilustran el comportamiento de dos suelos residuales particulares en


pruebas triaxiales. Los resultados de la demostración de las figuras 6.27 y 6.28 de pruebas en
muestras imperturbadas y remoldeadas de la arcilla roja y los cuadros siguientes 6.29 y 6.30
muestran los resultados similares para un limo derivado de la degradación de la piedra arenisca.
Éstos son los mismos suelos para los cuales las pruebas del edómetro fueron presentadas
anteriormente (figuras 6.18 y 6.21).
Figura 6.27. Pruebas triaxiales en muestras imperturbadas y remoldeadas de la arcilla roja
tropical.
Figura 6.28. Trayectorias de la tensión de las pruebas triaxiales antemencionadas en la arcilla
roja tropical.

Figura 6.29. Pruebas triaxiales en muestras imperturbadas y remoldeadas de limo residual.


Figura 6.30. Trayectorias de la tensión de las pruebas triaxiales en el limo.

Estas pruebas muestran las siguientes características:


1.- El comportamiento de la arcilla roja es similar en su estado imperturbado y remoldeado.
Cuando se acercó la falla, la tensión desviadora sigue aumentando, sólo ligeramente, pero de
manera constante. La curva de presión de poro muestra una disminución constante que indica que
el suelo se está comportando de una manera dilatante, es decir, que tiende a aumentar de
volumen. Esto quizás no es sorprendente pues es un material denso en su estado natural y
remoldeado. Es una pequeña sorpresa como es una arcilla de grano muy fino moderadamente
plástica, tales arcillas no muestran normalmente un comportamiento dilatante.
2.- El comportamiento del limo parece similar en la primera ubicación, pero es perceptiblemente
distinto. En su estado imperturbado, su fuerza llega a su punto máximo y luego disminuye a un
ritmo lento pero constante. La presión de los poros muestra un leve aumento o permanece
constante. Cuando se moldea otra vez el comportamiento es diferente ahora se comporta de una
manera típica del limo, mostrando un comportamiento dilatante en todos los niveles de tensión.
3.- Las trayectorias de la tensión indican que ambas arcillas se comportan más bien como suelos
sobreconsolidados. En niveles bajos de tensión se comportan como materiales sobre
consolidados, pero sus cambios de comportamiento graduales, como el nivel de tensión es
levantado y tienden a tener un comportamiento normalmente consolidado.
La fuerza residual de suelos residuales varía extensamente, como hace en suelos
sedimentarios, pero de ello no se siguen algunas de las correlaciones con los límites de Atterberg
o de fracción de arcilla derivada de suelos sedimentarios. La figura 6.31 muestra un diagrama de
contra el PI, que se utiliza a menudo para ilustrar una correlación entre los dos, según lo
indicado por la línea punteada en el diagrama. Sin embargo, está claro que si las arcillas de
cenizas volcánicas se incluyen en los datos, la correlación ya no es aplicable.

Figura 6.31. Fuerza residual contra el índice de la plasticidad para una amplia gama de suelos.
Podemos volver a examinar los datos de la figura 6.31 y trazarlos nuevamente versus la distancia
del suelo debajo o sobre de la línea-A. Esto se hace en la figura 6.32.

Figura 6.32. El ángulo de fricción ( r) relacionado con la posición respecto al Grafico de


Plasticidad.
Esto muestra una correlación mucho mejor, aplicable a los suelos residuales y
sedimentarios.
6.6. Comportamiento De la Compactación:
Una última propiedad de los suelos residuales que ha causado dificultades a los ingenieros
se relaciona con el comportamiento de la compactación. Hay varios problemas, de la siguiente
manera:
(a) La variabilidad de suelos residuales puede significar que una gran y rápida variación en el
contenido óptimo de agua dentro de distancias cortas en cualquier foso.
(b) Algunos suelos residuales son altamente estructurados y tienen contenidos de agua natural
muy por encima de su contenido de agua óptimo obtenido de una prueba estándar de
compactación Proctor. En su estado natural, debido a la estructura consolidada, pueden ser firmes
y de materiales duros. Sin embargo, sobre el terreno compactado se puede destruir lentamente su
estructura natural y posiblemente también romper granos individuales, de modo que como
producto de la compactación el suelo llegue a ser progresivamente más suave.
(c) Algunos suelos residuales pueden tener contenido natural de agua muy alto. Esto significa que
la sequedad substancial puede ser necesaria antes de que la compactación eficaz pueda ser
realizada.
(d) Algunas curvas de compactación de los suelos residuales, en particular los suelos de ceniza
volcánica no muestran los puntos altos normales esperados de las pruebas de la compactación,
que indican densidades máximas secas y contenidos de agua óptimos.
Ningunos de los anteriores "problemas" son problemas verdaderos en el sentido de que
indica que los suelos residuales son más difíciles de compactar que suelos sedimentarios. Si hay
un problema, está generalmente en la evaluación de los suelos y del método que se adoptarán
para especificar y controlar la compactación. Muchos suelos de cenizas volcánicas se pueden
compactar efectivamente con contenidos de agua en el rango de 100% a 180%, un hecho que los
ingenieros geotécnicos a menudo se rehúsan a aceptar.
Figura 6.33. Curvas de compactación de suelos residuales en dos sitios cercanos a Auckland.

Dos de los puntos antedichos se ilustran en las figuras siguientes. La figura 6.33 muestra
los resultados de las pruebas de compactación realizadas en un número de diversas muestras a
partir de dos sitios que implican suelos residuales (los sitios están en el área de Auckland de
Nueva Zelanda). Es evidente que hay una gama muy amplia de contenidos de agua óptimos y de
densidades máximas secas, de modo que usar el método normal de control de compactación
basado en el contenido de agua y la densidad seca sea extremadamente difícil de aplicarse.
La figura 6.34 muestra el resultado de una prueba de compactación en una muestra de
ceniza volcánica de Java, Indonesia. La prueba primero ha sido realizada secando el suelo en las
etapas de su contenido de agua natural. El suelo entonces ha tenido el agua agregada a él después
de varios grados de sequedad, y pruebas más futuras de la compactación realizadas. Los
resultados muestran la curva de compactación obtenida del suelo natural muy plana y también la
influencia muy significativa que la sequedad tiene en las características del suelo. Cualquier valor
del contenido de agua óptimo puede ser obtenido variando el grado de presecado.
Figura 6.34. Resultado de la prueba de compactación de un suelo volcánico (Indonesia).

El comportamiento ilustrado en las figuras 6.33 y 6.34 significa que el control de la


compactación por el método convencional, de especificar los límites de la densidad seca y del
contenido de agua, basados en pruebas estándares de la compactación sea muy difícil. Los
métodos alternativos de control de la compactación se han desarrollado para tales suelos que
superan las dificultades antedichas. El método más simple es el que se basa en la fuerza no
drenada y en vacíos de aire y es descrito por Pickens (1980).
CAPÍTULO 7
INGENIERIA GEOTÉCNICA EN SUELOS
RESIDUALES
7.0. Algunos comentarios generales.
La Ingeniería geotécnica en suelos residuales es, en muchos aspectos, similar a la
Ingeniería geotécnica en suelos sedimentarios. Sin embargo, la ingeniería geotécnica debería
tener en cuenta dos grandes diferencias. En primer lugar, las propiedades de los mismos suelos
tienden a ser significativamente diferentes. En segundo lugar las condiciones de filtración y
porosidad también tienden a ser diferentes. La presión de poros que interesa será negativa y
reconociendo y entendiendo que este estado negativo de presión de poros es esencial para el
diseño. Algunas observaciones acerca del estado de filtración y porosidad de la presión mas allá
de la napa freática fueron realizados en el capitulo 5 y serán ampliamente discutidos en este
capitulo.

7.1. Diseño de Cimientos.


7.1.1. Cimientos Superficiales - Capacidad de Carga:
La capacidad de carga de suelos residuales es comparada con muchos suelos
sedimentarios, así que el uso de superficies extendidas sobre suelos residuales es muy común.
Las Teorías de la capacidad normal de carga son igualmente aplicables a los suelos residuales
como a otros suelos, aunque los siguientes puntos deberían tomarse en cuenta.
1.- Como se menciona anteriormente, la permeabilidad de los suelos residuales es a
menudo mas alta que la de los suelos sedimentarios y a razón de que la unión puede a menudo
ser tan alta que la carga de los cimientos es esencialmente una carga drenada, por ejemplo, la
presión de los poros disipará mientras la carga es aplicada. Sin embargo, es probable que el caso
de capacidad de carga que la mayoría estima sea hecho sobre la base del esfuerzo sin drenar. Esto
probablemente no sea ilógico ya que la determinación de la fuerza sin drenar es generalmente
más fácil que los parámetros de fuerza efectivamente medidos y también es un acercamiento
conservador.
2.- Algunos suelos residuales son más bien heterogéneos así que la determinación de los
parámetros de la capacidad de carga estimada no es directa. Hay de este modo argumentos
indagados para usar pruebas de carga, o alguna otra forma de pruebas en el lugar de origen para
tratar de determinar de manera confiable la capacidad de carga estimada.
3.- La influencia de la discontinuidad en las forma de niveles de debilidad de la capacidad
de carga parece ser mucho menor sobre la estabilidad de la ladera. Esto es esperado, ya que, la
superficie defectuosa asociada con la capacidad de carga es restringida en ubicación e
inclinación, considerando que la falla puede ocurrir sobre cualquier nivel de debilidad.
4.- La construcción de proyectos en suelos residuales es a menudo en áreas escarpadas y
los cimientos son construidos sobre plataforma cortada dentro de la ladera. La capacidad de carga
estimada debe por lo tanto ser hecha tomando en cuenta la inclinación de la ladera.

7.1.2 Valor de Consolidación:

Es cierto que la mayoría de los asentamientos estimados de los cimientos de la superficie


son hechos usando los resultados de las pruebas de consolidación en muestras “inalteradas”. La
experiencia sugiere que los cimientos hechos de esta manera son poco conservadores, ya que, el
actual cimiento es normalmente menor que el valor pronosticado. Existen varias explicaciones
para esto:
La primera es que la muestra ablanda el suelo delicadamente con el resultado que los
parámetros se obtienen de las pruebas de consolidación que indican que el suelo será más
comprimible de lo que actualmente es.
Una segunda explicación es que las fallas, estimadas para tomar en cuenta los cambios de
la presión de poros en la zona de presión negativa de los poros sobre la napa freática, son
originadas por la construcción de los cimientos y estructura asociada. La presión de poros sobre
la napa freática probablemente sea negativa y varía sustancialmente entre verano e invierno. La
hipótesis es a menudo hecha de que la presión de poros sobre la napa freática es cero, y que
solamente los cambios efectivos en la tensión que ocurren como resultado de la construcción de
los cimientos son causados por la carga aplicada desde los cimientos.
Figura 7.1. Estados posibles de presión de poros sobre la napa freática.

No se ha dado el caso que con arcilla no exista presión de poros sobre la napa freática.
Generalmente serán negativos, pero su actual magnitud variará con cambios de cada estación
como de lluvias y temperatura.
El efecto de construir un edificio en la superficie es efectivamente crear una barrera en la
superficie por lo que el agua de lluvia no puede entrar y el agua no puede ser perdida por
evaporación. Esto tiende a estabilizar la compresión de poro en valores negativos
correspondientes a la condición hidrostática como se indica en la figura. 7.1. A fin de tomar en
cuenta la instalación (o levantamiento) que resulta desde este factor es necesario conocer el
estado de la compresión de poros antes que los cimientos sean construidos. En muchos casos esto
solamente puede ser supuesto.
En lo que respecta al valor de consolidación, debe apreciarse que este valor con la base
aislada no puede ser estimado usando gráficos o tablas convencionales porque esto solo se aplica
a una dimensión de consolidación. Con bases extendidas sobre arcillas residuales profundas (u
otro tipo de arcilla), la compresión de los poros se disipará fuera de los cimientos, así la filtración
estará mas alta en dirección horizontal que en dirección vertical. Davis y Poulos (1972) han
producido soluciones para esta situación para bases circulares y desmanteladas sobre la superficie
de un suelo comprimible. Dos de estas soluciones, diseñado en una forma de gráfico diferente
para Davis y Poulos, son presentados en las Figuras 7.2 y 7.3.
Figura 7.2. Factores tiempo Tc para la consolidación circular 3-D (modificada por Davis y
Poulos, 1972).

Figura 7.3. Factor tiempo Ts para consolidación 2-D. (modificada por Davis y Poulos, 1972).
La representación en las figuras 7.2 y 7.3 son para cimientos impermeables sobre suelos
comprimibles limitados por una dura capa impermeable debajo de ellas. El tiempo del factor T
ha sido redefinido en estas gráficas desde el punto de vista de la dimensión de los cimientos antes
que el drenaje máximo en la extensión de un sendero.
El uso de las gráficas de arriba con los típicos valores de Cv para suelos residuales
muestra que el tiempo para el 90% de la consolidación puede bien ser solamente unos pocos
meses para pequeñas bases extendidas.
Considerar lo siguiente:
-Una base circular con un radio de 1 m.
-Un suelo con un Cv de 0.1 m2/ día
-Una capa de suelo relativamente profunda extendida sobre una base impermeable.
Asumiendo un valor h/a de 20, el valor de T90 es cerca de 20, así que t90 es cerca de 200
días, o 6 meses. Muchos suelos residuales tienen valores Cv mas altos que encima del valor así
que el valor t90 puede se sustancialmente menor que 6 meses. La mayoría de las construcciones
de tamaño significativo tendrán periodos de construcción de cerca de 6 mese o mas así que la
mayor parte de la consolidación ocurrirán durante el periodo de construcción.
Si el asentamiento ocurre mientras la carga es aplicada, entonces no es posible dividir el
asentamiento en asentamiento inmediato (elástica) y asentamiento primario. Tampoco es posible
dividir el asentamiento en primario y secundario, las compresiones de poros son generadas y la
proporción del asentamiento no es gobernada por la disipación de la compresión de los poros.

7.1.3 Cimientos Profundos.


Los cimientos profundos incluyen conductor convencional o pilas perforadas además de
cimientos de un gran cajón hidráulico, existe un rango de métodos para construir tales cimientos.
Grandes pilas perforadas tienden a tener una ventaja sobre pilas conductoras en situaciones donde
el material no es uniforme, así es posible inspeccionar directamente el material, siempre que el
agujero sea revelado y este siendo perforado en seco, ejemplo. Si el material es de suficiente baja
permeabilidad que pueda mantenerse seco por bombeo. En algunas situaciones la base de la pila
puede estar sobre la napa freática, en tal caso mantener el agua fuera del agujero no es un
problema.

7.2 Estabilidad de la Inclinación y la Ingeniería de la Inclinación.


7.2.1 Comentarios generales:
Las inclinaciones en suelos residuales (excluyendo los suelos “black cotton”)
generalmente permanecen estables en muchos ángulos empinados que aquellos en la mayoría de
los suelos residuales, tales como las arcillas alófanicas, los cortes pueden a menudo ser hechos
tan impregnados como un desplazamiento sin peligro de 60º. La extensión en la cuál la
estabilidad de las inclinaciones en los suelos residuales puede ser evaluada por métodos analíticos
es a menudo muy limitada, por parámetros de resistencia inciertos en el suelo y en las
condiciones de filtración.
7.2.2 Métodos de Fallas:

Fallas de pendientes en suelos residuales, especialmente cuando las inclinaciones


empinadas son comprometidas, es poco probable que sean establecidas como fallas profundas
circulares. Es más probable que sea relativamente superficial, con fallas de la superficie
absolutamente planas. En grandes inclinaciones con una profundidad limitada de material
inclinado cubriendo la roca, son probablemente derrumbes de traslación esenciales. También no
es común que en áreas volcánicas deslizar material volcánico en la interfase entre los depósitos
volcánicos y los suelos sedimentarios sobrepuestos. La superficie deslizada en este caso puede
ser alineada así que el derrumbe es esencialmente un derrumbe de traslación. Sin embargo, el
volumen del material envuelto puede ser muy grande.

Figura 7.4. Deslizamientos.

7.2.3 Limitaciones del Método Analítico:

Las limitaciones de la aplicación de los métodos analíticos en las inclinaciones de los


suelos residuales aumentan desde los parámetros indefinidos de la resistencia del deslizamiento y
en las condiciones de filtración. Con respecto a los parámetros de resistencia, es conveniente
dividir las inclinaciones en tres categorías, son las siguientes:
1.- Inclinaciones que consisten de materiales homogéneos y uniformes.
2.- Inclinaciones que consisten en distintos planos continuos de debilidad.
3.- Inclinaciones de material homogéneo, pero sin distintos planos de debilidad, como por
ejemplo en un perfil inclinado del tipo “pequeño”.

Inclinaciones que consisten en materiales homogéneos y uniformes.


El comportamiento de la resistencia del deslizamiento de suelos residuales ya ha sido
cubierta adecuadamente antes. Los siguientes puntos son reiterados:
El valor de Ø Puede ser usualmente determinado con precisión razonable usando
métodos de medición normales, tales como la prueba triaxial.
El valor de c´ es a menudo muy significativo, (debido a algunas formas de ataduras
débiles entre partículas) pero no pueden ser determinadas con el mismo grado de
fiabilidad de Ø. Es necesario para determinar con precisión realizar la prueba triaxal
sobre tensiones con baja limitación.
La resistencia residual es probablemente sea muy cercana al peak de esfuerzo,
especialmente en arcillas duras de alofan o halosita.

Inclinaciones que contienen superficie de debilidad diferente y continua.


El comportamiento de muchos declives en suelos residuales es probable que sean
dominados por la presencia de discontinuidad accidental en las distintas formas de las superficies
de debilidad, así que esta es una situación bastante diferente que la descrita arriba. El perfil del
suelo contendrá zonas remanentes de la roca parental y zonas completas de material inclinado
(suelo). La determinación de los parámetros de resistencia aplicables al material tales como en
conjunto la inmovilidad es muy difícil, pero no es imposible, por una muestra convencional o una
prueba de laboratorio, esto no es completamente desechado de los métodos analíticos. Esta
inmovilidad es posible para determinar los parámetros de resistencia para volver a los métodos de
análisis de existencia de deslizamientos o inclinaciones.

Condiciones de Filtración y Presiones de poro.


Los desplazamientos en suelos residuales ocurren durante periodos de lluvias fuertes, y
son el resultado de aumentos temporales en la presión de poros de agua en el declive. Esta es una
importante diferencia en el comportamiento entre arcilla residual y sedimentaria. Con las arcillas
sedimentarias y baja permeabilidad (como la arcilla de Londres), la presión de poros puede ser
medida y las hipótesis sin riesgos hechas que permanecerán aproximadamente igual por un largo
tiempo. Con los suelos residuales, cualquier medida de presión de poro es válida solo por el
tiempo que fue realizada, no es bastante relevante por largos periodos de estabilidad estimada.
Para tales estimaciones, la peor condición de filtración que puede ser contada es la intensidad de
la tormenta, ejemplo una tormenta de 10 años o una tormenta de 100 años.
Una razón importante (la cual seria claramente reconocida) es que las inclinaciones en
suelos residuales permanecen estables en los ángulos escarpados es porque la superficie freática
es a menudo profunda, y la presión de poros sobre la superficie es negativa (succión o tensión del
poro del agua). Esta zona de la presión de poro de agua puede incluir la mayoría de la pendiente.
Esto ha sido el efecto del aumento de la tensión normal efectiva a través de cualquier falla
potencial de la superficie, al incrementar el factor seguridad de la inclinación. La influencia de las
lluvias intensas sobre esta zona es aumentar la presión de poros desde su valor negativo hasta
cero. (Ejemplo: reducir o destruir la “succión” sobre la napa freática), o posiblemente volver al
valor positivo del levantamiento de la superficie freática.
La influencia reguladora de los cambios en la presión de poros sobre la estabilidad de la
inclinación en suelos residuales significa que los análisis de estabilidad deben ser llevados a cabo
desde el punto de vista de la presión efectiva. La única excepción a esto puede ser el caso de una
presa construida sobre un suelo residual, este caso es parecido a la situación firme y de
resistencia. Sin drenar así un análisis de presión total seria apropiado.
No existen realmente vías confiables de referirse a la condición de la presión de los poros
en un declive para intensidad de la lluvia, así conociendo la peor condición de presión de poros
del agua, o la condición correspondiente a la intensidad de una tormenta particular que no es
posible. Es probable que sea cierto que nunca habrá métodos confiables universalmente
aplicables sobre una base general, porque los factores envueltos son también diversos y
complejos para tales análisis. Sin embargo, varios métodos han sido propuestos, y actualmente
están siendo aclarados y “mejorados” estos parecen ser una combinación de aproximaciones
teóricas y empíricas. Aquí entregamos una breve descripción de estos métodos.
La siguiente figura muestra un método disponible en los programas de software SEE/W y
SLOPE/W. Las figuras son tomadas desde el sitio web ilustrando las capacidades de los
programas. También ilustra acerca de los cambios de estado de la presión de poros sobre la napa
freáticas influenciando el factor de seguridad. Nótese que la napa freática no se levanta sobre la
base del deslizamiento. Este es el cambio en la presión de poros sobre la napa freática que ha
causado el deslizamiento.
Figura 7.5. Perfil asumido de la pendiente y análisis inicial de la napa freática.

Figura 7.6. Factor de seguridad después de 7 meses de lluvia intensa.


Figura 7.7. Factor de seguridad después de 4 días de lluvias intensas.

El programa SEEP/W es usado para determinar los cambios en el estado de filtración y la


presión de poros a los 58cm de lluvia sobre un periodo de siete meses, seguido por 23cm en
cuatro días, las presiones de poros se obtiene usando SEEP/ W que se transfirió entonces al
programa SLOPE/ W para analizar el factor seguridad como una función de la caída de lluvia y la
presión de poros.

Figura 7.8. Presión en el perfil a mitad de la pendiente.


Figura 7.9. Precipitación y factor de seguridad.

Las figuras se auto explican. Los programas hacen uso de dos “modelos” de suelo. El
primero, en Seep/w usa un modelo de grúa de resistencia que toma en consideración la saturación
parcial e incluye la influencia de la presión de poro negativa sobre la napa freática. La
aproximación es razonable, pero envuelve un número de hipótesis o aproximaciones
simplificadas. Miraremos mas cercanamente estos modelos en la sección 8 abordaremos el tema
de suelos parcialmente saturados. Las dificultades de las mediciones confiables de muchos
parámetros de suelo usados son formidables, así también las dificultades de establecer
confiablemente las condiciones de estratigrafía y suelo en el terreno. Nótese que en el ejemplo
sobre el análisis ilustrado de la posibles diferencias en la influencia de un largo periodo de lluvia
relativamente moderada comparada con un corto y riguroso periodo de intensa lluvia.
El lugar donde la mayoría del estudio ha sido entregado en respuesta los deslizamientos
de periodos de lluvia fuerte es Hong Kong. Conjuntamente con muchas partes del Lejano Este, es
supeditado a las lluvias extremadamente intensas desde que el tiempo es tiempo, porque está en
el camino de los tifones, estos tifones han sido el blanco de muchos grandes derrumbes,
resultando con severos daños a la propiedad e incluso con perdida de vidas humanas. Alrededor
de las últimas tres décadas, Hong Kong ha tenido una unidad geotécnica responsable para la
investigación de las fallas de deslizamientos y establece principios para el acercamiento de todos
los nuevos desarrollos, o actualmente en los sitios de declives. Una fecha considerable ha sido
obtenida desde el campo de monitoreo de las maneras presión de agua en inclinaciones en
respuesta a los periodos de caída de lluvia, y este ha sido usado para el desarrollo de los métodos
empíricos o semiempíricos para predecir la presión de poros correspondiente al retorno de los
periodos de tormenta.
La respuesta de la presión de poros medida en piezometros, fue encontrada bastante
variable, y podría ser considerada de dos tipos, respuesta a los cambios estacionarios (ejemplo: la
estación húmeda a la estación seca) y respuesta a la duración de las tormentas de corta intensidad.
Las formas de respuesta son mostradas en un diagrama debajo, sacado del Manual de Hong Kong
para deslizamientos (2000). Esta información es muy interesante, porque muestra que los
regimenes de agua del terreno o “capas freáticas” responden de forma bastante diferentes al
mismo evento de tormenta, así que cualquier modelo de respuesta para la presión de poros de
eventos de lluvia requiere un entendimiento muy bueno de los factores que gobiernan las
condiciones de filtración (o las características de la capa freática).
Estos gráficos muestran que algunas respuestas del piezómetro solamente son efectos
estacionarios, y algunas responden los eventos de tormenta, y hay una extensión de respuestas
que completan las combinaciones de estas.
Tabla 7.1. Las respuestas típicas del piezómetro a los cambios estacionarios y eventos de
tormenta en Hong Kong.
Los comentarios sobre los diferentes comportamientos incluyen lo siguiente.
Los piezómetro que no muestran respuestas de ningún tipo pueden ser ubicados en lugares
donde la superficie freática esta determinada por la cercanía de condiciones limítrofes.
También es posible que ellos puedan ser materiales de baja permeabilidad.

El Piezómetro que muestra respuesta estacionaria pero no responde a la tormenta es


probable que sea ubicado en capas de baja permeabilidad, donde un largo periodo de
condiciones limítrofes cambiantes es necesaria antes de que el sistema de aguas
subterráneas muestre algún cambio.
Es difícil explicar algunas respuestas del piezómetro en la tormenta sino por cambios
estacionarios. Posiblemente la posición normal de una superficie freática está determinada
por condiciones limítrofes cercanas, pero una intensa afluencia de agua desde el evento de
una tormenta desplegada con moderación, aunque solamente sea por un corto tiempo.

Cualquiera que sea la explicación del comportamiento diferido, claramente muestra las
dificultades envueltas en cualquier intento para modelar la presión de poros responde a los
cambios estacionarios y climáticos y los eventos de tormenta.

7.2.4. Mecánica de métodos Analíticos:


La influencia reguladora de los cambios en la estabilidad de la presión de poros del agua
en suelos residuales quiere decir que el análisis de estabilidad debe ser llevada a cabo desde el
punto de vista de la tensión efectiva. La única excepción para que esta pueda ser un caso de dique
construido sobre un sitio plano que consiste en suelos residuales, este caso es similar a la
situación firme o la presión total de la resistencia sin drenar. La mayoría de los softwares hacen
uso de los ya bien conocidos métodos de Bishop, Morgensten y Price, Sarma de Spencer, quienes
tienen la obligación de producir resultados confiables que no significan gran diferencia unos de
otros.

7.2.5. Rocas ígneas, especialmente granito (La situación de Hong Kong):


Algunas opiniones de la situación de Hong Komg, la cuál comprende principalmente
declives de granito, han sido hechas arriba. Alguna información adicional desde el “Manual del
declive” en la cuál el interés es el valor de factor de seguridad recomendada en relación a la
intensidad de la tormenta y riesgo de aceptabilidad.

7.2.6. Piedras de Arena (Arenisca):


Esta es una amplia categoría de materiales. El comportamiento de algunas areniscas está
fuertemente influenciado por la estabilidad del declive. Otras areniscas pueden ser influenciadas
por las grietas y zonas falladas.

7.2.7. Arcilla de Ceniza Volcánica:


El papel sobre las arcillas alofanicas cubiertas en alguna parte por cantidades de cenizas
volcánicas las cuáles su comportamiento esta regulado por la presencia de arcilla mineral alófana.

7.2.8. Método “Back análisis” para determinar los parámetros de suelo:


Análisis de un deslizamiento único.
Es posible obtener un valor único de c y Ø que forma un deslizamiento único en un
material homogéneo. La clave principal para estos métodos es reconocer los valores específicos
de c y Ø. La falla circular del deslizamiento ocupará una única posición. Ninguna otra
combinación de c y Ø puede dar el mismo factor de seguridad, pero no la misma posición de
círculo crítico de deslizamiento.

Análisis de un número de deslizamientos en el mismo material:


Es una gran ventaja cuando más de un deslizamiento está disponible en el mismo material,
en el cuál el análisis puede ser aplicado para determinar c y Ø.
Figura 7.10. Valores de c y Ø obtenidos de análisis de un número de deslizamientos en arcilla de
Londres.

Un ejemplo de esto es dado por Skempton y Chandler para arcilla de Londres. Para cada
deslizamiento, el promedio de los valores de la presión normal efectiva y la presión del
deslizamiento sobre la falla de la superficie están determinados, y estas son entonces colocadas
sobre un gráfico de la presión del deslizamiento en contra de la presión normal. Esto está
ilustrado en la figura 7.10.
Las líneas horizontales dibujadas a través de algunos de los puntos de la fecha refleja
ciertamente la condición de filtración y la presión de poros en el declive. La línea indica la
extensión de la posible presión normal efectiva que aumenta con esto inciertamente.

Análisis del Declive intacto (sin deslizamiento previo):


Es posible recolectar datos sobre el ángulo y la altura del declive para una formación de
suelo, por ejemplo: si cualquier material es razonablemente homogéneo, y utiliza este dato para
deducir los parámetros de resistencia por una curva de un procedimiento adecuado. Los datos
deberían ser recolectados de aquellos declives considerados por ser más cercanos a la falla.
Ejemplo los declives mas empinados para una altura en particular. Los datos pueden ser
mostrados en forma gráfica como se muestra en la figura 7.11. Una curva puede ser entonces
dibujada definiendo el límite más alto de combinaciones, la altura y el ángulo del declive que
permanecerán estables, como es indicado en la figura.
Este procedimiento puede ser bastante tedioso, pero los métodos sistemáticos pueden ser
usados para evitar el tiempo de consumo del procedimiento de error. Además a la curva se debe
adecuar el campo de datos, dos curvas también se están mostrando en la figura 7.11 para indicar
la forma en las cuales la forma de la curva varía la magnitud relativa de c y Ø.

Figura 7.11. Ajuste de curvas a la altura/inclinación datos para determinar los valores de c´ y Ø.

Fuerzas de la determinación de la retención para cortar en Declives empinados:


A veces es necesario hacer cortes en lados de la colina empinados para la construcción de
caminos u otras facilidades de infraestructura, Esos declives pueden ya haber tenido márgenes en
contra de las fallas de seguridad.
Estos necesitan ser apoyados de alguna manera para prevenir que ocurran fallas en el
deslizamiento. Así como pueden ser hechos en materiales bastante homogéneos, así como las
medidas precisas de los parámetros de resistencia pueden ser muy difíciles si no imposibles. Esta
situación donde el análisis tiene mérito considerable.

7.2.9. Métodos analíticos y no analíticos para determinar la estabilidad de la inclinación:


No se debería imaginar que esa fijación de la estabilidad natural de la inclinación sea
esencialmente un ejercicio analítico. Con optimismo será claro que lo que se ha dicho sobre que
existen severas limitaciones sobre la extensión la cuál los métodos analíticos puede ser aplicado a
inclinaciones naturales. Ellos pueden o no pueden ser una parte importante del avalúo de la
estabilidad, dependiendo de la naturaleza de la inclinación, su geología, topografía, condiciones
de suelo, etc. Otros, métodos no analíticos, sin embargo, siempre son una parte esencial de
cualquier fijación de la estabilidad de la inclinación. Estos métodos pueden parecer “primitivos”
y no satisfactoriamente técnicos, pero eso no altera su importancia. Ellos incluyen lo siguiente:
a) Inspección visual de la inclinación.
b) Estimación Geológica de la inclinación y el área que la rodea.
c) Inspección de fotos atmosféricas.
d) Inspección de la existencia de inclinaciones en materiales similares que la inclinación en
cuestión.

Una inspección cuidadosa de las inclinaciones, a lo largo del conocimiento geológico


puede entregar una guía muy buena para deducir si una inclinación particular es estable o no. Una
inclinación con los contornos parejos indica que han sido formados por un proceso de erosión de
la superficie, sin el movimiento del desplazamiento.

Figura 7.12. Influencia de los contornos de los terrenos en la estabilidad.

La inspección del área atmosférica a menudo puede mostrar fallas de un sitio que no son
evidente de una inspección visual directa. Ellas pueden mostrar líneas escarpadas o cambios de
vegetación indicando un antiguo movimiento del desplazamiento. La inspección de cualquier
existencia que corta en el área de interés puede decirnos dos cosas, cómo el corte del
desplazamiento es desarrollado, y de que tipo de material está hecho.
7.2.10. Trabajos remédiales para establecer inclinaciones:

La participación de la ingeniería con preguntas sobre la estabilidad de la inclinación


frecuentemente aumenta después que la falla ha ocurrido. El ingeniero debe ser requerido para
determinar la causa de la falla, su rol mas importante, sin embargo, es determinar medidas
remédiales para estabilizar la inclinación.
Para estabilizar un desplazamiento después que ha sucedido, o incrementar el factor de
seguridad de una inclinación marginalmente constante podemos:

1. Disminuir las fuerzas perturbadoras:


a) aplanar la inclinación
b) disminuir la altura
c) añadir el peso al pie (berma)

2.- Aumentar la resistencia del deslizamiento:


a) Bajar la presión de poro del agua. (Drenaje)
b) usar llaves mecánicas como el piling.
c) sedimentar el suelo.

Es difícil generalizar lo que deberíamos usar en un caso en particular. Bajo todas las
posibilidades 1) son usualmente prácticas y relevantes si la geometría de la inclinación es
satisfactoria, 2) la primera (a) es lejos la mas relevante y practicable 2 (b) y 2 (c) solamente
puede ser rara vez utilizada. La medida escogida para usar es muy dependiente por el tipo de
deslizamiento.
Existen dos tipos básicos de desplazamientos:
1.- Rotación - diques y cortes típicos – usualmente en inclinaciones de moderada a baja
altura.
2.- Translación – inclinaciones naturales típicas – a menudo una gran inclinación de
extensión “indefinida”.

Desplazamientos de Rotación
Es generalmente posible y efectivo disminuir las fuerzas perturbadoras.
Figura 7.13. Disminución de las fuerzas perturbadoras.
También es posible aumentar la resistencia compartida instalando las medidas de drenaje
a la presión de poro mas baja. Dos tipos de drenajes son comunes:

Figura 7.14. Drenaje arriba y debajo de la pendiente.

Figura 7.15. Drenes agujereados horizontales.

Desplazamiento de Translación
En este caso usualmente no es posible reducir las fuerzas perturbadoras por aplanamiento
de la inclinación o por añadir un peso al pie, por el tamaño de la inclinación y del deslizamiento.
Generalmente la instalación de las medidas del drenaje y drenar el canal es lejos el
método más efectivo de hacer esto. Es importante revisar que el nivel del suelo del agua en el
deslizamiento esté alto y que los drenajes serán por lo tanto mas bajos que la presión de poros.

Figura 7.16. Instalación de drenes.

Idealmente, los drenajes deberían ser tomados debajo de la falla de la superficie pero esto
no es esencial. El ancho y el espacio del drenaje son arbitrarios. Como una guía del espacio no
debería estar en el rango de 3 a 5 veces la profundidad.
No debería ser notado que en muchas situaciones remédiales, especialmente esos grandes
deslizamientos incluidos en la translación. El factor de seguridad es a menudo muy bajo, y
usualmente es impracticable para aumentar el valor por mas de 0.1 o 0.2, ejemplo solo podemos
esperar aumentar el factor de seguridad de 1.0 a un valor de 1.1 o 1.2. En un sitio de un embalse
en la Isla Sur de Nueva Zelanda (el Clyde Dam) medio millón de dólares fueron gastados
estabilizando derrumbes, en la mayoría de los casos los factores de seguridad fueron aumentado
solamente 0.1 o 0.2.
Los métodos mecánicos como el Pilling o grouting rara vez son usados.
Las fuerzas comprometidas en la mayoría de los deslizamientos son muy grandes en
comparación a la resistencia la cual puede ser entregada por la instalación de la pila.
El cementar no puede generalmente ser usada sobre desplazamientos de arcilla, porque las
cementadas convencionales no fluyen dentro del espacio de poros de la arcilla. El cementar no
debería ser una posibilidad sobre materiales arenosos o gravosos.

7.3. Terraplenes y compactación.

Las obras de compactación del suelo puede ser un procedimiento simple y directo con
muchos suelos, pero existen factores que a veces pueden hacer que sea una operación difícil y
problemática. Estos pueden incluir lo siguiente:
1) El suelo es más húmedo que el contenido de agua óptima y los factores climáticos hacen
la aridez difícil o imposible.
2) El suelo es altamente variable, así el contenido óptimo de agua no es consistente.
3) El suelo es derivado de ceniza volcánica y su curva compacta no muestra un contenido
óptimo del agua y la densidad máxima de aridez.
4) El suelo es sensible y llega a ser firmemente más suave como el procedimiento de
compactación.

Las siguientes observaciones discuten a su vez los problemas:

7.3.1. El suelo considerablemente más húmedo que el contenido óptimo de agua:

No hay formas fáciles de superar este problema, pero los siguientes son requerimientos
esenciales:
Adecuado intervalo de un clima muy soleado
Lleno de espacio ampliamente abierto para extender afuera el suelo para secarse. Ese
espacio debería ser creado u obtenido para así exponer al máximo la luz del sol
directamente, y también al máximo de viento.
Buen sitio para manejar. Esto significa organizar toda la operación para maximizar los
intervalos finos de clima para el secado, y también estando listo para “obturación” de la
superficie de cualquier material sin compactar o una reserva de pilas si la lluvia se está
acercando. Esta “obturación” puede ser hecha por configuración de cualquier superficie
expuesta así la lluvia no puede hacer charcos sobre ella, y girando la superficie con un
rodillo suave creado por una capa de superficie impermeable ajustada.

7.3.2. Suelos altamente variables sin valor consistente de contenido de agua óptima:

Así como ya fue mencionada anteriormente no es inusual para los suelos residuales variar
grandiosamente sin sitios bastante pequeños así que los intentos para controlar la compactación
usando una base especificada sobre un contenido Standard de agua óptima y maximizar la
densidad del secado llega a ser muy difícil si no imposible. Es virtualmente imposible llevar a
cabo un control de compactación confiable con suelos tan variables como este, usando métodos
convencionales. Un método alternativo el cuál ha sido encontrado para ser efectivo en esta
situación es utilizar un criterio alternativo, denominado Fuerza del deslizamiento sin drenar y un
vacío de aire en lugar de secar la densidad y el contenido de agua. EL concepto es ilustrado en la
figura 7.17.

Figura 7.17. Control de la compactación utilizando esfuerzo de corte no drenado.

Para asegurar que el suelo sea compacto se ha requerido la tensión a un límite bajo, es
ubicado en una fuerza de deslizamiento sin drenar. Para asegurar que el llenado no sea demasiado
seco, quebradizo y propenso a ablandarse cuando el agua esté disponible desde la lluvia o
filtraciones de aguas subterráneas, un límite más alto es ubicado sobre las salidas de aire. Esto
significa que el suelo no puede ser compactado demasiado húmedo, o las salidas de aire
especificadas serán excedidas.
La forma que este criterio opera en relación a los límites convencionales de densidad seca
y los contenidos de agua es ilustrada en la figura 7.17. El criterio de la fuerza de desplazamiento
de hecho pone límite mas arriba el contenido de agua no es muy diferente de los valores
especificados en relación a los contenidos óptimos de agua de una prueba de compactación. El
criterio de las salidas de aire pone un límite mas bajo sobre el contenido de agua el cuál también
vuelve a no ser muy diferente del valor especificado en la manera convencional. Si el suelo está
demasiado seco será imposible reducir las salidas de aire al valor especificado.
Los límites aconsejables para los dos parámetros de control son los siguientes:
Resistencia del deslizamiento sin drenar: No menos de 150 kPa (promedio de 10 pruebas)

Valor mínimo único: 120 kPa.

Salidas de aire: Para la mayoría de los suelos normales: no mas de 8%.

Para arcilla de ceniza volcánica ( allofana): No mas de 12%.

Estos valores han sido ser muy satisfactorios en la producción de rellenos firmes de alta
calidad. En algunas situaciones otras propiedades pueden ser importantes, y el criterio puede ser
ajustado adecuadamente. La resistencia al deslizamiento sin drenar puede ser medida in situ por
una hélice manual para resistencia, o para tomar muestras para pruebas de comprensión
ilimitadas. Las salidas de aire solamente pueden ser determinadas mediante la medida de la
densidad del contenido de agua de la manera usual. Este es a menudo el caso de que el suelo esté
demasiado húmedo y el criterio de la resistencia del deslizamiento sin drenar es difícil de
encontrar mientras las salidas de aire requeridas son fácilmente logradas. Esto significa que el
control de calidad consiste esencialmente en revisar la resistencia al deslizamiento. Esto puede
ser hecho muy fácilmente usando una paleta de mano de deslizamiento. Figura 7.18 ilustra la
veleta:
Figura 7.18. Veleta de corte manual para determinar el esfuerzo corte que se mide in situ.

Una ventaja para el uso de la resistencia al corte no drenado y las salidas de aire como
parámetros de control de compactación es que ellos pueden variar fácilmente para adaptarse a
requerimientos particulares. Por ejemplo en el centro de una represa de tierra construida sobre
cimientos comprimibles o en una zona sísmica, puede necesitar ser plástica o dúctil para permitir
posibles deformaciones en la represa. Esto puede ser logrado adoptando una resistencia al
deslizamiento sin drenar mas baja, un valor entre 70kpa y 90kpa producirían un material plástico
razonable, provisto de curso que la arcilla usada sea de moderada a alta plasticidad.
Figura 7.19. Prueba de Censor Standard para compactación, mostrando medidas de resistencia
sin drenar.

La Figura 7.19 muestra los resultados de una prueba de compactación y las medidas de
resistencia al deslizamiento de arcilla de medio a alta plasticidad derivada de inclinaciones de
areniscas en Auckland, Nueva Zelanda. La resistencia del deslizamiento ha sido medida por
ambas: la hélice de manos para deslizamiento y las pruebas de compresión ilimitada. Se ha visto
que los dos métodos de medidas dan valores no muy diferentes, aunque en ambos casos la
resistencia al deslizamiento sin drenar en el contenido de agua óptima es de 150 kpa.
Para un dique de arcilla siendo construido para una nueva carretera, puede ser deseable
que las capas más cercanas a la superficie (sobre la cuál el mismo pavimento será construido)
tenga un resistencia mas alta que aquellas mas profundas. Esto podría ser logrado por el aumento
de la resistencia al deslizamiento sin drenar requerido y sea 200 kpa.

7.3.3. Suelos derivados de ceniza volcánica, con una curva de comparación que no muestra
una clara densidad de secado máximo y un contenido de agua óptimo:

La compactación de todos los suelos derivados de la ceniza volcánica probablemente sea


mejor controlada por medio de la resistencia al deslizamiento sin drenar y los límites de salida de
agua. Con frecuencia es difícil de alcanzar vacíos de aire tan bajos como el 8% y un valor de 10%
o posiblemente tan alto como 12% podría ser aceptable.

7.3.4. Suelos sometidos a la perdida de resistencia por remodelado o compactación:

Es importante reconocer que muchos suelos residuales están “estructurados”, que tienen
algunas formas de lazos de cementación débil entre sus partículas. Cuando remodelan esta
estructura se quiebra y el suelo llega a ser más suave. Así es importante reconocer por lo tanto
que la compactación de un suelo puede tener dos efectos:

a) “Densifica” el suelo, ejemplo: empuja las partículas mas juntas, las oprime y
atrapa el aire entre las partículas.
b) Destruye la estructura del suelo y causa que sea más suave. Esto usualmente es
acompañado por el escape del agua atrapada entre las partículas.
Cuando se trata de suelos de este tipo, es importante comprender sus propiedades, y llevar
a cabo ensayos de compactación para determinar un nivel adecuado de esfuerzo de compactación.
Repetidamente la compactación puede simplificar progresivamente la suavidad del suelo y no
hacerlo mas compacto o mas fuerte.

7.3.5. La compactación de Materiales granulados y materiales no plásticos:

Los materiales granulares muestran de este modo las diferentes características de


compactación de suelos cohesionados. La prueba de compactación del censor convencional
puede o no mostrar una clara densidad de secado máximo y un óptimo contenido de agua.
También con los materiales granulados limpios, el agua se drena desde el material rápidamente y
en muchos casos el contenido de agua es “arbitrario” y no influencia la densidad. A pesar de
estos factores, la prueba puede ser usada para entregar una indicación razonable de la intensidad
es necesario ser logrado por los métodos de compactación convencional en el campo. Sin
embargo, esto puede devolverse para que una considerable densidad más alta pueda fácilmente
ser lograda en el terreno. Por esta razón es que es generalmente preferible llevar los ensayos de
compactación para determinar un “objetivo” de densidad razonable para ser especificada para el
terreno de compactación.
Figura 7.20. El penetrometro manual que puede ser usado para controlar la compactación.

Para controlar la compactación de los materiales granulados, cada vez es más común usar
una simple prueba con penetrometro en terreno. Estos penetrometros son usualmente operados de
forma manual y los parámetros se miden la distancia penetrada. La conducción de tales pruebas
sobre un ensayo de compactación de relleno con valores apropiados puede ser establecida para
controlar el resto del proyecto. La figura 7.20 muestra los principios de tales penetrometros. Para
el relleno cohesionado es también posible ganar una medida empírica de resistencia usada sin
drenar usando los penetrometros de cono estáticos mostrado en la figura 7.20 (b). Estos son
empujados dentro del suelo en un valor continuo y el cono de resistencia medido sobre la esfera
calibradora. Este puede ser correlativo con la grúa de resistencia sin drenar del suelo.

7.4. Paredes de tierra reforzadas usando suelos residuales.

7.4.1. Observaciones Generales:

Las paredes de tierra reforzada son una parte bien establecida de la


ingeniería geotécnica y ha sido ampliamente tratada a lo largo del mundo, habiendo sido pionero
Gore Vidal en los 60. Ellos han estado tradicionalmente construyendo usando relleno granular
(arena normalmente limpia) y fajas de metal reforzadas, aunque no hay razones teóricas y
prácticas porque ellas no pueden ser construidos usando material cohesionado. El uso de fajas de
metal estrecho para presumiblemente reforzar significa que el contacto de fricción máximo entre
el suelo y los reforzadores es crítico para la realización de la pared, y esto es mejor logrado con
relleno granular. Sin embargo, la ventaja de los nuevos materiales reforzados tales como los
geotextiles y geogrillas ha cambiado dramáticamente esta situación. Su relativamente bajo costo
significa que ellos no necesitan ser restringidos en lo amplio como las fajas de metal, y puede ser
expandida para cubrir completamente la zona reforzada. El área de contacto entre el suelo y el
reforzamiento es de este modo mucho más grande y la resistencia de fricción adecuada puede ser
lograda aún si el valor del material es relativamente bajo. Esta situación ha hecho posible el uso
de relleno de arcilla para reforzar las paredes de la tierra. Las reducciones del costo asociados con
el uso de arcilla ha hecho su uso muy atractivo. Los suelos residuales aparecen para ser
generalmente mejores que el relleno de suelos sedimentarios, porque sus valores son mas grandes
y son de alguna manera mas permeables.
Hay, sin embargo, resultados envueltos en el uso de la arcilla que se necesitan para
reconocer y tomar en cuenta en el diseño reforzado de paredes con arcilla. Estos resultados
incluyen lo siguiente:
Los parámetros apropiados de resistencia del suelo para ser usados en el diseño. Ej.: la
elección del mayor valor el estado crítico o el valor de volumen constante, o de valores
residuales.
Las dificultades de compactación y el posible desarrollo de la presión de poros durante la
construcción.
La provisión de las adecuadas medidas de drenaje posiblemente detrás y encima de la
pared.
Las deformaciones esperadas que pueden ocurrir en la cara de la pared, o además,
incluido durante la construcción o después de la terminación, por la rigidez mas baja de la
arcilla comparada con el material granular.
Los posibles efectos adversos desde el excesivo arrastre hacia debajo de los elementos de
revestimiento. La diferencia aumenta en la rigidez entre el revestimiento y la arcilla de
relleno podrían guiar a una carga vertical excesiva sobre el revestimiento.
7.4.2. Parámetros de la resistencia del suelo:
Existen diferentes opiniones entre los ingenieros geotécnicos, el estado crítico o que la
fuerza residual debería usarse para el diseño de las paredes y declives reforzados. Por ejemplo,
Zornberg en (1998) describe los modelos de prueba con los cuales mostrar que la falla está
claramente regulada por el valor peak, y argumenta fuertemente (Zornberg 2000) por su uso en
diseño. Leshchinsky (2000) propone un procedimiento de diseño híbrido en el cuál el valor peak
es usado para determinar el deslizamiento crítico de la superficie, pero el valor residual es usado
en determinar la longitud del soporte de la rejilla. El contemporáneo Netlon (1996) se guía por el
diseño de estructuras de tierra reforzadas usando geogrillas que sugieren el estado de parámetros
críticos cv es el parámetro apropiado. (El sufijo cv denota “volumen constante” y el término
“ crítico” o crit es también usado para designar el ángulo del estado crítico, y es lo mismo que
cv).

Cuatro muestras fueron obtenidas de sitios locales, todas eran suelos residuales. Tres
vinieron de areniscas degradadas y la cuarta de cenizas degradada. Las pruebas de compactación
y clasificación fueron las primeras llevadas a cabo, seguida por la prueba triaxial. Consolidación
no drenada y ensayo triaxial drenado fueron llevadas a cabo sobre cada material; ellas fueron
continuadas grandes tensiones axiales, alrededor del 30% en la espera o expectación que guiaría
al comportamiento del estado crítico y definir los parámetros del estado críticos cv. Además de
las pruebas triaxiales, la prueba de anillo cortante fueron llevadas a cabo en tres de las muestras
para determinar el ángulo de fricción residual r.

Los resultados de las pruebas son descritos completamente por Wesley y Davidson (2000)
y solamente un resumen es dado aquí. La muestra de los detalles y resultados son encontrados
en la tabla 7.21, y los típicos resultados triaxiales mostrados en las figuras 7.21 y 7.22. La figura
1 muestra que ambas pruebas drenadas y sin drenar se consolida por la muestra número 1.

Tabla 7.2. Detalles de las muestras y resultados de las pruebas.


Muestras Limites de Atterberg Contenido ESFUERZO DE CORTE
L.L. P.L P.I. natural de parámetro Peak Valores de Residual
agua % tensión
1. ARCILLA; moderada 65 32 33 49.5 c (kPa) 20 0 0
plasticidad, gris pálido (deg.) 28.2 30.5 15.0
2. ARCILLA; alta 84 27 57 45.5 c (kPa) 11.2 0 0
plasticidad, gris oscuro. (deg.) 26.8 25.1 10*
3. ARENA BARROSA; - - N.P 26.2 c (kPa) 14.5 0 0
amarilla (deg.) 35.6 33.3 27.0
4. ARENA; con algún 104 60 44 61.5 c (kPa) 22 0 0
material grueso. (deg.) 35.8 36.8 34.1

Muestra 1 Muestra 2
Figura 7.21. Resultado típico de un ensayo triaxial, dos muestras.
En las pruebas consolidadas sin drenar la presión divergente aumenta rápidamente sobre
las deformaciones de 2 a 3% y entonces disminuye tenuemente pero de inmediato aumenta a la
deformación máxima de 20 y 30%, la presión de poro inicialmente aumenta y entonces muestra
rápidamente un descenso, seguido generalmente por un tenue pero rápido aumento.
Ninguna presión divergente sin presión de poro (o cambio de volumen) ha elevado a
constante valores al término de estas pruebas, el estado crítico no ha sido claramente alcanzado y
el volumen constante no ha sido establecido. Esto tal vez no sea una sorpresa, como existe una
duda real sin el estado crítico puede ser arcilla creada, especialmente en pruebas normales
triaxiales. De una vez la presión peak divergente ha sido alcanzada, las arcillas tienden a
desarrollar planos de fallas específicos, el movimiento es entonces concentrado sobre estos
planos y la deformación no es uniformemente mas grande. Además el movimiento hacia el estado
crítico, la resistencia puede simplemente declinar desde el peak hacia los valores residuales. La
figura a continuación muestra los resultados diseñados como presión de caminos sobre un diseño
q/p donde:

1 3 1 3
q p
2 2

Figura 7.22. Peak típico, "tensión alta", y parámetros residuales del esfuerzo de corte (de la
muestra 1)

Las líneas “mejor adecuadas” han sido adaptadas para los resultados mostrados, dando los
parámetros peak de Mohr- Coulomn. Además las líneas han sido dibujadas a través de puntos de
término de los senderos de presión para definir los parámetros del final o de gran deformación.
La tabla 1 muestra el peak, y el final de los parámetros de resistencia residual de todas las
muestras. Es evidente que la disminución de la resistencia de la falla posterior es bastante
pequeña, y ninguna de las pruebas se aproxima al valor residual, excepto por la muestra de
ceniza volcánica. Este material muestra el típico comportamiento de las arcillas alófanas, con una
alta fuerza residual no mas allá del peak.
La dificultad para medir el parámetro de estado crítico (vc) para arcillas desde pruebas
triaxiales convencionales es claramente un fuerte razón pragmática para no usarla en este diseño.
Sin embargo este no es solo un ejemplo de pragmatismo, la dificultad de crear el estado crítico en
arcillas sugiere que no es un concepto teórico usado para tales materiales. Si el material falla en
las pruebas triaxiales pasando desde la fuerza peak progresivamente hacia la fuerza residual luego
el mismo puede ser esperado en situaciones de terreno. Existen si razones para que ambas la
pragmática y la teórica no sean usadas.
Como es mencionado anteriormente, algunos códigos recomendados que cuando la arcilla
es usada en reforzar la tierra, la fuerza residual deberían ser usados en el diseño. Esto parece una
aproximación excesivamente sobre conservadora, sin ninguna justificación teórica. No existen
otras situaciones en la ingeniería geotécnica donde la fuerza residual es usada sobre un material
intacto.

7.4.3. Dificultades de compactación:

La compactación de arcilla es más difícil que la compactación de material granular. Esta


última puede ser compactada en casi cualquier clima, donde las áreas de arcilla solamente pueden
ser compactadas razonablemente durante climas secos.

7.4.4 Posible desarrollo de la presión de poro durante la construcción:


Existe un importante factor que aumenta en la construcción de paredes de tierra reforzadas
usando arcilla, el cuál no es generalmente reconocido o tomado en cuenta en el diseño. Es que
siempre habrá presión de poro sin relleno de arcilla, y la hipótesis hecha en diseño que la presión
de poro es cero nunca puede ser correcta, excepto en el caso de una afortunada coincidencia. La
presión de poro siempre tendrá un valor, el cuál esperanzadamente siempre será negativo así la
hipótesis de presión de poro cero será conservadora. Cuando la arcilla esté compacta en su
contenido óptimo de agua, esto puede ser esperado para tener un deslizamiento de fuerza sin
drenar de no menos de 150kPa, a pesar de si este es medido in situ o por una prueba de
compresión ilimitada sobre una muestra tomada del relleno. Esto implica que el suelo debe estar
sujeto a una presión efectiva razonablemente alta, y solamente la fuente de esta presión efectiva
es la presión de poro negativa en el suelo.
Cuando grandes diques son construidos, no es común para la presión de poros positiva
aumentar, represas de tierra en particular son instrumentos para monitorear estas presiones de
poros positivas. Así la pregunta aumenta a si esto podría también suceder en una pared, y que
medidas son necesitadas para protegerse en contra de este resultado. Esto es ilustrado en las
siguientes figuras.
Figura 7.23. La presión de poros versus la presión confinada para arcilla compactada en
contenidos de agua variada.
La figura muestra giros esperados, por bajo los contenidos de agua no hay presión de
poros positiva hasta que la presión confinada alcance cerca de 550kpa, mientras que por el
contenido de agua alta la presión de poro llega a ser positiva casi tan pronto como la presión
confinada es aplicada y el parámetro B alcanza un valor cercano a la unidad en la presión
relativamente baja. La curva para el contenido de agua óptimo que ha sido interpolada entre las
otras curvas es mostrada. Esto muestra que la presión de poro positiva solamente aumenta cuando
la presión confinada alcanza cerca de 350kpa. Esto implica una presión de poros negativas en el
suelo cuando se compacta con no menos de este valor.
El parámetro B, no es adecuado en si mismo, por la actual presión de poros estimada en
un dique por propósitos diseñados, como están regulados por la presión de poros inicial en el
suelo compactado tan bien como el aumento debido a la sobre carga. Un parámetro mas lejano
Br por lo tanto ha sido adoptado para presentar la fecha experimental en una forma más usada
para el diseño, definido como:
u = Br v

Esta expresión toma en cuenta de la presión de poro inicial en la arcilla cuando se


compacta mas el cambio aumentando desde la condición de relleno encima. Este parámetro B
puede por lo tanto ser usado directamente para obtener el parámetro de presión de poro definido
por Bishop (1954). Los datos en la figura 7.23 han sido trazados de nuevo para producir los
gráficos de Br mostrado en la figura 7.24.
Figura 7.24. Gráficos de los parámetros Br versus la presión confinada en los contenidos de agua
variada.

Podemos ver directamente desde este gráfico que para el suelo compacto en o cerca del
contenido óptimo de agua, sin presión de agua no aumentará la presión confinada excediendo
500kpa. Ni siquiera para el suelo compactado al 2% más húmedo que lo óptimo no resultará en
presión de poro positiva hasta alcanzar la tensión confinada cerca de 200kpa. Esto corresponde a
la altura de relleno de cerca de 12m para una arcilla típica con un peso de unidad de volumen de
17 o 18kN/m3.
Algunas pruebas adicionales fueron llevadas a cabo para tratar de establecer la relación
entre la respuesta de la presión de poro, la fuerza de deslizamiento sin drenar y las salidas de aire.
El propósito de esto fue proveer algunos datos más usados sobre la probable presión de poro
cuando la compactación es controlada por una fuerza de deslizamiento sin drenar y salidas de
aire. Los resultados son presentados en una forma gráfica en la figura 7.25.
Figura 7.25. Parámetro de presión de poro para salidas de aire variadas y fuerza de
deslizamiento sin drenar.

Los puntos individuales muestran los valores del parámetro Br cuando la presión
confinada alcanza 500kpa. Las líneas de igual valor de Br, han sido establecidas por interpolación
entre los puntos. Los límites de fuerza de deslizamiento sin drenar (150Kpa) y las salidas de aire
(8%) comúnmente son usados para controlar los trabajos en la tierra que también son mostrados.
Los resultados de las pruebas son más bien disipados, y las pruebas adicionales aparecen
para mejorar y establecer curvas. Sin embargo, ellas son adecuadas para ilustrar los siguientes
puntos importantes:
1.- El valor de Br es muy dependiente de la fuerza de deslizamiento sin drenar y de las salidas de
aire, como es esperado. Esta es solo otra forma de decir que la presión de poros es regulada por el
contenido de agua y el grado de compactación.

2.- Para el relleno compacto conocer una especificación “normal” requiere Su para ser mas grande
que 150kpa, y las salidas de aire deben ser menor que el 8%, el valor de Br es alrededor de 0.15.
Este es un valor que cuando la presión confinada alcanza 500 kpa. Para la tensión mas baja
confinada el valor de Br será menos, o negativo.
Es quizás mas bien un pensamiento cómodo reconocer que cuando diseñamos una pared
usando relleno de arcilla, nuestro diseño casi nunca es teóricamente correcto, porque un
importante parámetro, la presión de poro, no es conocido y no entra en el diseño del proceso. Por
otra parte, si entendemos como se comporta el suelo, deberíamos ser capaces de asegurar si
nuestro diseño es conservador.

7.4.5. Provisión de medidas de adecuado drenaje.

Cuando el relleno granular es usado en las paredes, la pared misma es un material


drenable, y proveyendo agua puede escapar desde la pared si hay una pequeña posibilidad de
presión positiva de poro desarrollando sin el relleno. Con las arcillas este claramente no es el
caso. La arcilla de relleno es de muy baja permeabilidad, y actuará como una barrera al flujo de
cualquier agua que llegue desde el suelo retenido. Esta claramente es una de las desventajas de
usar arcilla, pero puede ser superado en la estación de diseño. Es necesario asegurar que (a) no
aumenta la presión de poro en el mismo material y (b) la pared no actúa como barrera y causa un
aumento en la superficie freática en el material retenido detrás de la pared.
Con respecto a las condiciones de drenaje, dos situaciones muy diferentes pueden existir,
requiriendo de medidas de bastantes diferencias. Además hay un rango de condiciones entre los
dos, requiriendo juicio individual.
La primera de estas condiciones está ilustrada en la figura 7.26. Esto muestra paredes de
tierra reforzadas reteniendo rellenos construidos sobre un sitio nivelado con una napa alguna
distancia bajo la superficie de tierra. Si el relleno es de una permeabilidad similar al suelo firme,
cualquier superficie de agua proveniente de la lluvia o de cualquier otra fuente causara filtración
descendente hacia la napa freática. En esta situación la presión de poro será cero, y no hay
posibilidad real de presión de poro construyendo sobre el relleno retenido o el terreno reforzado.
Si el suelo usado en la construcción de la pared y el suelo retenido es el mismo, es altamente
probable que el suelo moldeado sea de una permeabilidad más baja que la del suelo inalterado,
haciendo que probablemente no existirá presión de poro para construir el relleno. Así la
necesidad para medir el drenaje es mínima, al menos en teoría. Puede aun ser prudente instalar
medidas de drenaje limitada para añadir seguridad.
Figura 7.26. Filtración y estado de presión de poro para un dique al nivel de la tierra.

La segunda situación es ilustrada en la figura 7.27. La pared está siendo usada para retener
una ladera después del pie que ha sido removido para hacer espacio para una autopista o un
proyecto similar. En este caso es probable que sea un estanque sustancial de lluvia más alta que
la inclinación, y la filtración hacia la pared. Un drenaje blanket debe ser instalado en el respaldo
de la pared para hacerla aun mas segura de la construcción de posible presión de poro.

Figura 7.27. Los requerimientos del drenaje cuando la pared retiene la inclinación de la ladera.
7.4.6. Deformaciones con relleno de arcilla:

Un argumento a veces creado en contra de uso de relleno de arcilla es la probabilidad que


guiará a excesiva deformaciones. Un estudio teórico de este ensayo ha sido tomado usando un
análisis de elemento limitado de una pared hipotética. La pared era de 6m. de alta con
propiedades típicas y espaciosas del reforzamiento geogrilla. El análisis fue llevado para un
revestimiento de igual módulo al del suelo, y un revestimiento rígido con módulos similares al
del concreto, en cada caso un rango de los módulos de valores del suelo fue investigado. Los
resultados están resumidos en las figuras 7.28 y 7.29.

Figura 7.28. Influencia del módulo del suelo con revestimientos (flexibles)"suaves".
Figura 7.29. Influencia de los módulos para un revestimiento rígido.

Para el relleno de arcilla el Módulo de Young (Es) probablemente este en el rango de 10 a


20Mpa, mientras que un relleno granulado bien compacto es probable que sea de un rango de 30
a 50MPa o posiblemente más alto. La figura 7.28 (revestimiento suave) sugiere que el relleno de
arcilla puede resultar sobre dos veces la deformación de un relleno granular. Sin embargo con el
revestimiento rígido las deformaciones son tan pequeñas que probablemente no tenga
consecuencia. Incluso con el revestimiento no rígido las deformaciones son pequeñas y solo serán
de preocupación en situaciones especiales. Las paredes reforzadas que actualmente se usan en
Nueva Zelanda están siendo construidas usando revestimiento de bloques cementados. La
mayoría de los bloques son conocidos como bloques “keystone”. El Revestimiento de este tipo
tendrá una alta rigidez vertical pero una rigidez baja en flexión, así las deformaciones serán
preveen como se muestran en las figuras 7.28 y 7.29. Un número de paredes usando relleno de
arcilla y reforzamiento geogrilla han sido construidas en Nueva Zelanda en los años recientes. La
arcilla ha sido de origen residual, incluyendo roca parental volcánica y sedimentaria (piedra
rasgada/arenisca). La altura de las paredes ha sido desde 4m a cerca de 12m.
Un efecto que ha sido observado en una o dos paredes recientemente construida en Nueva
Zelanda usando arcilla de relleno y revestimiento segmentado “keystone” es menor el
fraccionamiento en un número de bloques de keystone. Estas grietas no están afectando el
rendimiento de la pared, pero claramente no son deseables, solamente por razones estéticas. La
pared es cerca de 12m de alto, y construida de arcilla como lo indica la muestra 1(ver tabla 7.4.1).
La diferente rigidez del relleno de arcilla y el revestimiento de concreto significa que el
revestimiento atraerá la tensión mas alta que el peso de la gravedad y el suelo en las partes
cercanas de la pared tendrán menos presión que el peso de su gravedad.
Este efecto también ha sido investigado como parte del estudio de elementos límites. Una
pared revestida de 20cm de grosor con un valor típico E de concreto (25,000 MPa) fue adoptado.
Los valores del módulo del suelo de 10 y 100 MPa, fueron seleccionados, representando el
relleno de arcilla absolutamente plástico, una muy alta calidad, densidad, relleno granular. Los
resultados de los análisis son resumidos en las figuras 7.30 y 7.31.

Figura 7.30. La presión vertical en el revestimiento y el suelo.

Figura 7.30 muestra los resultados como el trazo de tensión vertical sobre la altura de la
pared en las tres ubicaciones, denominada en la pared como si mismo, 10cm. y 10m. desde la
pared. Esto ilustra muy claramente la forma en la cuál la pared atrae tensiones más altas que el
peso de su gravedad. La tensión de la “gravedad” en la base de la pared debería ser cercana a
150KPa, en vez de sobre 800KPa. Inmediatamente adyacente a la pared de la tensión es casi cero,
y 10m lejos del valor de su gravedad (6m de suelo en 20kN/m3=120KPa). EL suelo
inmediatamente adyacente a la pared es apoyado por los geogrillas y su peso es transferido al
revestimiento de concreto.
Figura 7.31. Tensión vertical en la base y la mitad de la altura de la pared.

La figura 7.31 muestra la tensión vertical sobre planos horizontales, las curvas son dadas
para la base y la mitad de altura de la pared. Esto otra vez ilustra la forma en la cuál la pared atrae
la presión alta y el suelo inmediatamente adyacente a la pared tiene una tensión muy baja. La
tensión virtualmente alcanza el valor del peso de la gravedad a una distancia de 4m. Esta es la
longitud de las geogrillas asumidas para el análisis, aunque los resultados en la figura 7.30 y 7.31
no son influenciados por los valores de los módulos del suelo desde 10 a 100MPa, solamente
cuando la aproximación de los módulos de concreto que el dibujo presenta en la figura 7.30 y
7.31 comenzará a cambiar.
La figura 7.30 muestra la tensión vertical máxima en el revestimiento cercano a 800kPa.
Esta es para una pared de 6m de altura. Aunque esta es muchas veces mas grande que la tensión
debido al peso de la gravedad de los bloques, esta es solamente un pequeña fracción de la
resistencia esperada de los bloques “keystone”, los cuáles están alrededor de 20MPa. Desde aquí
la tensión adicional en si misma no es suficiente para tomar en cuenta por la grieta observada en
los bloques. Es probable que la instalación diferencial debido a las condiciones de los cimientos
no uniformados que ha inducido la tensión de flexión a lo largo de la pared, y que una
combinación de estas tensiones y la carga vertical adicional ha causado el quiebre.
Ninguno de los factores investigados y discutidos en este artículo presenta unos
obstáculos reales para el uso del relleno de arcilla en paredes de tierra en geogrillas reforzadas.
Solamente la necesidad de mantener deformaciones a tolerancias muy apretadas, o la inhabilidad
para secar la arcilla para un apropiado contenido de agua, podría descartar el uso de arcilla.
CAPÍTULO 8
OTROS GRUPOS
ESPECIALES DE SUELOS
8.1. Suelos parcialmente saturados.
Estos datos han sido recopilados basados en mi propia experiencia de suelos residuales, la
cual es en el clima de Nueva Zelanda temperado y húmedo, o el húmedo clima tropical del
Sureste Asiático. El material presentado refleja este fundamento, y es principalmente relevante
ir de lleno a los suelos saturados. El clima de Chile es bastante diferente y no encaja en ninguna
categoría en particular. Este varia desde lo caluroso y muy seco en el norte del país, a fresco y
húmedo en el sur, por consiguiente los grados de saturación de los suelos variara desde muy bajo
a completamente saturado. Santiago parece ser situado en suelos gruesos con una baja napa
freática, y los grados de saturación son probablemente bastante bajos. Por eso es apropiado hacer
algunos comentarios acerca de los suelos parcialmente saturados. Se entiende el comportamiento
de los suelos residuales que generalmente compromete dos factores básicos:
(a) Entendimiento de las propiedades del material.
(b) Entendimiento de la filtración y el estado de presión de poro en la cuál existan,
especialmente el que está encima de la napa.

Entender estos factores es muy importante en el caso de suelos parcialmente saturados.


Son similarmente importantes en consideración los suelos colapsados, los cuáles son cubiertos
brevemente en las siguientes secciones.

8.1.1. Acontecimiento.
Los principales factores que regulan la existencia de suelos parcialmente saturados son:
El tamaño de la partícula (grano) del suelo.
El Clima.
La profundidad de la napa freática.
La topografía.

Con suelos de grano fino, especialmente aquellos compuestos mayoritariamente con


sedimento de lodo, el agua no puede entrar libremente drenada desde el suelo bajo gravedad,
porque se previene haciendo que la tensión de la superficie afecte el límite del aire/agua. Los
suelos, como piedras porosas, tienen una “entrada válida de aire” ej. La presión necesitada por el
aire para entrar al suelo. Esto es muy elevado para la arcilla. El límite entre grano fino y grueso,
0.06mm, parece estar bajo el tamaño límite de la partícula por lo cuál no puede ser fácilmente
drenada desde el suelo bajo gravedad. Estos suelos solo llegan a ser no saturados por el proceso
de evaporación superado por la evaporación del terreno de la superficie, o cualquier otra
superficie expuesta, como el corte de un declive. El proceso de evaporación supera la inhabilidad
del agua para drenar desde el suelo en la fase líquida.
La influencia del clima es de dos clases. Si el clima es cálido y húmedo, promueve la
intensidad de la degradación de las rocas parentales y por lo tanto favorece la formación de los
suelos de granos finos. También significa un aporte abundante de lluvia, inhibiendo la
evaporación. Estos factores significan que sea probable que el suelo se sature completamente,
excepto aquellos que estén cerca de la superficie del terreno. Si el clima es seco, se aplica lo
opuesto. A pesar de la temperatura, el proceso de degradación será mucho menos intenso y
probablemente los suelos residuales serán relativamente gruesos. Este hecho, además de reducir
la disponibilidad de agua significa que probablemente los suelos estarán parcialmente saturados.
La profundidad del agua y la topografía son cercanamente relacionadas. Claramente, es
probable que los suelos sean completamente saturados en áreas de baja extensión y pobremente
drenadas (con napas freáticas poco profundas) que en terrenos escarpados y empinados donde el
drenaje puede posesionarse mas fácilmente y que la napa freática sea profunda.
Estos comentarios son generalizados, y no toman en cuenta la influencia de la roca
parental o del tipo de suelo. En Hong Kong, por ejemplo, es cálido y húmedo, y puede ser
razonable esperar que los suelos aquí sean completamente saturados. Sin embargo, la roca
parental en Hong Kong es granito, y el cuarzo es un componente relativamente resistente a la
degradación. Esto quiere decir que los suelos residuales derivados del granito tienden a ser
relativamente gruesos, y por lo tanto no es probable que sean completamente saturados. Además,
Hong Kong es un lugar muy empinado, lo cuál contribuye al hecho que mucho de sus suelos son
parcialmente saturados.
La no uniformidad de los suelos residuales también ha influenciado sobre sus grados de
saturación. Rupturas, quiebres y además planos de capas gruesas, pueden proveer “caminos” a lo
largo donde la evaporación puede ocurrir, induciendo al suelo adyacente a ser menos que
completamente saturado. Esto también entrega canales por lo cuáles el agua puede reingresar y
permitir que la presión de poro se aumente durante los periodos de lluvias intensas.

8.1.2 Medición de los grados de saturación


Existen sorpresivamente pocas medidas comprensivas de los grados de saturación en
suelos residuales. Las medidas realizadas en las arcillas rojas tropicales y las arcillas alófanicas
(Wesley, 1973) muestra que los suelos son completamente saturados excepto en la superficie de 1
a 2m. Lumb 1962) entrega algunos datos limitados para los suelos de granito degradados de
Hong Kong, muestra debajo en la figura 8.1, la cuál ilustra una situación bastante diferente:

Figura 8.1. Grados de saturación en granito degradado de Hong Kong.

Los grados de saturación en el granito degradado de Hong Kong en los dos sitios
investigados varían entre 40% y 90%.

8.1.3 Mecánicas para los suelos parcialmente saturados


La aplicación de conceptos mecánicos para suelos convencionales, especialmente al
principio de la tensión efectiva, a suelos parcialmente saturados, no es directa, porque los suelos
parcialmente saturados no son más grandes que dos sistemas de fase. Existen claramente tres
fases, solida, agua y aire. Porque los efectos de la tensión de superficie en la interfase aire/agua,
la presión de aire no es la misma que la presión de poro y agua. Esto complica la relación entre la
presión total, presión de poro y la presión efectiva, y la expresión convencional para la presión
efectiva no es más allá válida. Varias formas de una tensión equivalente efectiva y equilibrada
para los suelos parcialmente saturados han sido propuestas, vea por ejemplo Fredlund y
Morgenstern (1977). La primera y probablemente más conocida es la de Bishop, la cual tiene la
forma:
= ( - ua) + (ua – uw) ……8.1
Donde = tensión efectiva
= tensión total
ua = presión de poro aire
uw =presión de poro agua
= Parámetro dependiendo de los grados de saturación, con valores desde 0 a 1.

El término (ua – uw) es usado normalmente para designar la “succión” (comúnmente


llamada succión matriz) en el suelo. En suelos inclinados ua usualmente aproximará a la presión
atmosférica, mientras la presión de agua poro será negativa.
Para ayudar a entender esta ecuación, considere un suelo natural cerca de la superficie de
terreno. La fase de aire es considerada para ser continua a través del suelo y por lo tanto en la
presión atmosférica. La presión de aire (atmosférica) es de este modo cero, así la ecuación llega
a ser:

= - uw Normalmente la ecuación sería:

= – uw

El efecto del aire en el suelo es por lo tanto para reducir la influencia de la presión de poro
sobre la tensión efectiva en el suelo (desde es menos que uno). Esto es esperado porque la
presión de poro no es más grande que los actos sobre la sección de cruce total de la masa del
suelo. La figura 8.2 ilustra la manera que la presión de poro se relaciona a la presión efectiva
sobre la mesa de agua, dependiendo del grado de saturación y por lo tanto del valor del
parámetro .
Figura 8.2. La relación entre la presión de poro y la tensión efectiva para variar los grados de
saturación.

Los intentos para aplicar ecuaciones como esa 8.1 para analizar problemas prácticos desde
el punto de vista de tensión efectiva no han encontrado mucho éxito. Existen claramente dos
principales dificultades en aplicar esta ecuación a situaciones prácticas. La primera es que los
suelos parcialmente saturados son muy improbables que existan en constante estado de
saturación. Es probable que su grado de saturación aumente y caiga con efectos climáticos, y
relacionando grados de saturación a los efectos de degradar es muy difícil. La segunda dificultad
es la medición del parámetro y relacionándola a los grados de saturación. Dificultad y pruebas
que consumen tiempo son necesarias para hacer esto.
La dificultad de analizar suelos no saturados usando procedimientos rigurosos ha guiado
al desarrollo del mas simple procedimiento “ad hoc” (semi-empírico)
Algunos de los cuales aparecen para ser encontrados limitando el uso de las aplicaciones
en ingeniería.
El principal interés en el tratamiento analítico de los suelos parcialmente saturados
aparece para aumentar en relación a la estabilidad de la inclinación, en particular capaz de tomar
en cuenta la variación del estado de la presión de poro con tiempo, así regulado con las
condiciones climáticas. Dos comportamientos “modelos” para el manejo de los suelos
parcialmente saturados son, por lo tanto, requeridos, uno se relaciona al estado de la presión de
poro. El primero de estos claramente incluye un análisis momentáneo del estado de la filtración, y
el segundo un modelo que toma en cuenta de las variaciones en el grado de saturación.
Lam, Fredlund y Barbour (1987) han propuesto un modelo para distribuir con filtración en
suelos parcialmente saturados y saturados, los cuales indirectamente incorporan cambios en el
grado de saturación con tiempo. Ellos hacen uso de la forma momentánea convencional de la
ecuación continua, expresándolo de la siguiente forma:
2 2
h h h
k 2 2
Q mw w
x y t

Q es el valor del flujo en el elemento de una fuente externa, mw es la inclinación del


contenido del agua volumétrica con cambio en la presión de poro u.
El contenido volumétrico de agua ( ) es el volumen del agua por la unidad de volumen de
suelo.

En consecuencia: m w
u
El parámetro es simplemente una expresión para el volumen de agua que fluye en, o
fuera de, el suelo con un cambio de presión de poro u. Está suplido por dos componentes, uno es
el agua que fluye fuera como un resultado de compresión del elemento del suelo y el otro es el
agua que fluye fuera y que es reemplazada por aire. Para un suelo saturado completamente mw
llega a ser idéntico a lo mejor conocido como parámetro mv , la compresibilidad del suelo. En
práctica, cuando analizamos los suelos parcialmente saturados, de acuerdo a Lam et al, el
volumen del agua desde la compresibilidad del suelo es muy pequeño comparado con el volumen
de la corriente que sale, siendo reemplazado por aire. Los ejemplos del parámetro para varios
suelos son mostrados en la figura 8.3.
Figura 8.3. Ejemplos de las curvas del contenido de agua volumétrica para varios suelos.

Los suelos permanecen completamente saturados hasta que la presión de poro llega a ser
negativa, la posibilidad aumenta al entrar aire al suelo. Con arena ocurre relativamente fácil- el
agua deja el espacio vacío y el contenido de agua volumétrica cae rápidamente. Como el tamaño
de la partícula se convierte en más pequeño, llega a ser más difícil para el aire entrar a la muestra
y el contenido del agua volumétrica no gotea rápidamente. Con la arcilla verdadera el valor de
entrada del agua (la succión necesita dibujar aire en el suelo) es tan grande que el aire no puede
mas tiempo se dibujado en el suelo por la presión de poro negativa y no existe un anguloso
cambio de gradiente del gráfico del contenido del agua volumétrica. El suelo permanece
completamente saturado a menos que sea expuesto a la evaporación, en este caso puede llegar a
ser parcialmente saturado.
El parámetro puede ser considerado como tomando el lugar de la compresibilidad del
suelo en situaciones familiares tales como la consolidación de la teoría Terzaghi. La ecuación
Terzaghi 1- D es un simple caso de flujo momentáneo y es fácilmente derivado de la ecuación de
arriba.
2 2
h h h
k 2 2
Q mw w
x y t

Por un flujo dimensional en la dirección vertical el término x desaparece. Tampoco hay


una fuente externa de agua así Q también desaparece, esto deja:
2
h k h
t mw w y2

El segundo parámetro del suelo (además de la mv o el parámetro ) es el coeficiente de la


permeabilidad, k, (o conductividad hidráulica como es comúnmente llamado en los estudios de
aguas subterráneas). En una segura situación de estado completamente saturado, k no cambia
mucho con el nivel de tensión, o cambios en la presión de poro. Sin embargo, con suelos
parcialmente saturados, la situación es bastante diferente como la rápida disminución de la
permeabilidad así el grado de saturación cae. El siguiente diagrama (Figura 8.4) ilustra la manera
de que y k con presión de poro en un limo arcilloso:

Figura 8.4. El contenido del agua volumétrica y la conductividad hidráulica versus la presión de
agua.

Sería reconocido que el análisis sobre el método, el aire en el suelo es asumido para estar
en un estado continuo, así tiene solamente un valor, el cuál normalmente es cero. El
procedimiento de arriba provee una solución para el valor de la cabeza (h) en el suelo, el cuál la
presión de poro (u) esta directamente relacionado. El análisis incorpora la influencia de la
saturación parcial al relacionar el contenido de agua volumétrica y la permeabilidad de la presión
de poro. Estas relaciones son reguladas por el grado de saturación. Este método de Lam et al se
incorpora en el programa Seep / w.
Con respecto al segundo comportamiento de modelo requerido, denominado de una forma
de tener en cuenta la influencia de la succión del suelo sobre la resistencia de la deformación del
suelo, el trabajo de Fredlund y sus colaboradores parece estar muy lejos de ser mas conocido, y
su propuesta es incorporada en el programa Slope / W.
Fredlund y Rahardjo (1993) tratando de defender las dos variables de la tensión de
estado:
( - ua), y (ua – uw)
Separadamente e independientemente evaluando su contribución al comportamiento del
suelo. En otras palabras, sin intentar determinar la verdadera tensión efectiva de los valores de
( - ua) y (ua – uw) la cuál era la propuesta de Bishop. Fredlund ha propuesto la siguiente
expresión para la resistencia del deslizamiento:

b
= c + (ua – uw)tan + ( - ua)tan …………….8.2

b
Donde = ángulo de cohesión aumenta la intercepción con el aumento de la succión.
La ecuación 8.2 provee un significado semi empírico de tener en cuenta la influencia de la
succión y el hecho de que el suelo no esta completamente saturado. En efecto, el componente de
fricción de la resistencia del deslizamiento esta siendo dividido en dos componentes, uno
primeramente elevado de la tensión total y uno de la succión del suelo. El mas tardío esta siendo
expresado como un aumento en componente cohesivo de la resistencia del deslizamiento. El
concepto es ilustrado en la figura 8.5.
Figura 8.5. La falla extendida Mohr – Coulomb cubre los suelos no saturados.

b
De acuerdo con Fredlund y Rahardjo, el valor de está usualmente encontrado entre 15 y
20 grados pero teóricamente podría igualar 45 grados. Esto varía con el grado de saturación, sería
45 grados en saturación completa (ej., la tensión efectiva podría relacionar la estabilidad del
análisis de las inclinaciones saturadas, para tomar en cuenta de la contribución que proviene de la
succión sobre la napa freatica. Este procedimiento forma parte del programa SLOPE / W, para
permitir ser aplicado en los suelos parcialmente saturados.
La expresión de Fredlund parece insatisfactoria de un punto de vista teórico porque esto
implica que el aumento en la resistencia del deslizamiento de la presión de poro negativa es una
contribución cohesionada más que un componente de fricción. Las propuestas de Fredlund y
Bishoop son ilustradas en la figura 8.6.
Figura 8.6. Comparación de expresiones de resistencia del deslizamiento de Fredlund y Bishop.

b
Como indica el valor varía con el grado de saturación, así que en cualquier situación
real es probable que varíe con la profundidad en el suelo, así también con el tiempo, dependiendo
de las variaciones del clima, para tomar en cuenta apropiadamente que esta variabilidad sería
extremadamente difícil. El programa Slope / W no incorpora la función la cuál automáticamente
b
cambia los valores de como el grado de cambios de saturación.

8.2 Arcillas expansivas.

En algunas partes del mundo, las construcciones pueden sufrir daños severos desde un
grupo de suelos conocidos arcillas expansivas u ondulantes. Las estructuras comúnmente dañadas
son casas y otros tipos de construcciones elevadas tales como almacenes (depósitos). Esto es
porque sus cimientos son normalmente cercanos a la superficie, y las construcciones tienen una
pequeña rigidez estructural. La arcilla sobre las cuales la construcción está cimentada empieza
irregularmente con agua y ondulaciones, causando distorsión de las construcciones y daños
asociados. El daño puede ser bastante severo. Las arcillas expansivas son usualmente asociadas
con climas áridos o semi áridos, particularmente en Sud África, Australia y partes de Sud
América
8.2.1 Conceptos básicos para funcionamiento expansivo.

La literatura sobre arcillas expansivas a veces implica que este problema aumenta
solamente por el tipo de suelo pero esto no es realmente cierto. Dos factores básicos deben ser
presentados para que el problema surja:
1.- La existencia de suelos arcillosos que contengan una significativa proporción de minerales de
la arcilla, especialmente aquellos de la familia esméctica (ej. Minerales de arcilla activos)
2.- Un clima totalmente seco, con largas estaciones secas y algunos periodos de lluvias.
En otras palabras “arcillas expansivas” reflejan su composición y medio ambiente en los
cuales existen. Es equivocado pensar que las arcillas expansivas son simplemente un particular
tipo de arcilla. Existen bastantes tipos de arcillas en otras partes del mundo que no dan
elevaciones para problemas de expansión, porque existen en diferentes condiciones climáticas.
Es mejor pensar en términos de condiciones de arcilla expansiva, que en arcillas
expansivas. Las arcillas expansivas tienden a ser encontradas en áreas relativamente planas,
donde las condiciones de drenaje favorecen el proceso de degradación guiando a la formación de
minerales pertenecientes a la familia esméctica (montmorillonitas, etc) los cuales son inclinados
por un gran volumen de cambios con contenido de agua cambiante.
El mecanismo de “explicación” para la expansión es que durante largas temporadas de
sequía el suelo se seca afuera y se contrae debido a la alta succión (tensión) que desarrolla en los
poros. Cuando el agua llega a estar disponible al suelo, este literalmente “succiona” hacia arriba
el agua y la aumenta. Empezando el agua significa que la succión disminuye y la tensión
efectiva en el suelo disminuye, acompañada por un cambio positivo de volumen (ej. Un aumento
en el volumen). En muchas situaciones de arcilla expansiva, el suelo es parcialmente saturado, y
los grados de saturación aumentan como las ondulaciones toman lugar. Sin embargo no es
necesario para la arcilla estar parcialmente saturada, el problema aún podría aumentar con un
suelo completamente saturado, aunque no sería probable. En un número de países o áreas
alrededor del mundo, el clima es esencialmente seco la mayoría del tiempo, así el suelo existe
permanentemente en un estado de “alta succión”, y solamente intervención externa en alguna
forma puede alterar este estado.
Los estados de Blight (1997) dicen que el perfil del suelo se seca afuera de los 15 a 20m
de profundidad durante una larga y seca estación. Desplazarse sobre 70 mm ha sido medido en
marcadores embutidos en el suelo a un profundidad de 7.5 m, lo cual significa que el suelo debe
haber experimentado sequía a una profundidad considerablemente más alta que esto.
La causa del aumento de disponibilidad del agua al suelo es usualmente un cambio en la
tierra usada en la superficie. Este cambio puede incluir construcción de pavimentos o estructuras,
conversión de la tierra a terrenos ganaderos, agrícolas o de producción de maíz, o para desarrollar
jardines o parques. Estas actividades pueden tener el efecto de proveer agua adicional de fuentes
externas, tales como la irrigación o ellos pueden simplemente cortar avenidas para el escape de
agua, tales como una superficie de evaporación.
La construcción de una casa o edificio, o simplemente la construcción de un parque
cerrado o un aeropuerto, pueden causar severas expansiones, simplemente porque se corta la
evaporación y se perturba el balance natural del agua. Una posible situación donde esto podría
ocurrir es ilustrada esquemáticamente en la figura 8.7.

Figura 8.7. El sistema de aguas subterráneas donde la construcción es cubierta con la tierra de la
superficie puede molestar la existencia de situaciones de equilibrio y causar expansiones.
Esto no es necesariamente así, que exista una fuente externa (hecha por el hombre) para
causar un aumento en el contenido de agua del suelo, y por consiguiente expansiones.

8.2.2 Estimación de la presión y magnitud de la expansión.

Varios métodos han sido propuestos para estimar la “presión de ondulación o expansión”
de una arcilla expansiva, y mas importante que la magnitud de la ondulación puede ocurrir en una
situación particular. Esta es la potencial magnitud de ondulación que le concierne a los
diseñadores de cimientos. Los procedimientos han sido propuestos por el rango de ondulación
estimada desde los métodos completamente empíricos basados en una simple prueba indicadora,
a métodos que hacen uso de los principios de la tensión efectiva.
Los métodos que hacen uso del principio de tensión efectiva incluyen lo siguiente:
1.- La estimación de las tensiones efectivas iniciales y finales, y además el cambio de presión
efectiva a través de la capa del suelo.
2.- la determinación de las características de las ondulaciones del suelo.
3.- El cálculo de la ondulación de subcapas a través del perfil del suelo, en muchos de la misma
manera que esta hecho para estimar los cimientos en suelos completamente saturados.
La figura 8.8 ilustra un estado de tensión efectiva total en un suelo cuando la presión de
ondulaciones, o la magnitud del desplazamiento son medidas. Considera que las dos muestras
idénticas sin perturbar han sido obtenidas y puestas en edometros convencionales, y la existencia
sobrecarga la tensión aplicada (usando piedras porosas secas). El punto A representa este estado,
es decir una relación de vacíos y tensión total. La tensión efectiva en el suelo es desconocida.
Las dos pruebas pueden entonces ser llevadas a cabo. En la primera prueba la tensión
vertical es mantenida constante, al agua se le permite acceder a la muestra y la magnitud de la
expansión es medida. Las expansiones del suelo desde el punto A al punto C. La presión de poro
en el punto C es ahora cero y las tensiones totales y efectivas son las mismas.

La figura 8.8. Modelo de Ondulación básica del suelo (Frydman, 1992)


En la segunda prueba, la ondulación del suelo es prevenida cuando el agua es añadida, y
las mediciones hechas de la presión necesarias para prevenir las expansiones. Esta presión es
dada en el punto B. En movimiento desde el punto A al punto B, ningún cambio de volumen ha
ocurrido, lo cual significa que no ha habido cambio en la tensión efectiva actuando sobre el
suelo. En el punto B la presión de poro es ahora cero y las tensiones total y efectiva son iguales.
La tensión vertical puede ahora ser reducida en una manera controlada, y la ondulación
medida. El suelo seguirá entonces la línea BC, si la tensión vertical es reducida a la que
actualmente actuó en la muestra. La línea BC es por lo tanto la ondulación normal o la línea
“rebotada” obtenida cuando las cargas son reducidas en la prueba convencional del edómetro, y
su inclinación es dada por los parámetros de ondulación Cs.
Este procedimiento puede ser usado por suelos parcialmente saturados y completamente
saturados, y el mismo concepto de funcionamiento se aplica. Sin embargo, con un suelo
completamente saturado, la inicial succión igualará exactamente la presión de poro, y el estado de
tensión no es complicado por la presencia de aire. Cuando no hay deformación vertical permitida,
y el agua se añade al edómetro, la presión de poro aumentará desde el valor de succión a cero, y
la tensión total aumentará por exactamente la misma cantidad. En otras palabras, en un suelo
completamente saturado, la presión de poro negativa en el suelo y la presión de ondulación son
idénticas. En un suelo parcialmente saturado, la succión no va más allá de la tensión efectiva en
el suelo de la misma magnitud que la succión. De este modo la tensión será aplicada para
prevenir que el suelo de la ondulaciones será correspondientemente menor que la succión.
Estos conceptos son ilustrados en la figura 8.9 mostrada abajo. Esta ilustra primeramente
el estado de tensión del suelo cuando esta en su estado natural, libre y sin agua disponible. En
segundo lugar ilustra el estado de tensión después las muestras serán insertadas en un aparato
como el edómetro, y el agua permitirá la entrada libremente en él, mientras el volumen se
mantenga constante. La tensión necesitada para mantener este volumen constante es medida.
Porque ningún cambio de volumen es permitido, el estado de tensión efectiva debe ser el mismo
en cada condición. Esto conduce a las expresiones dadas para la presión de ondulaciones.
Figura 8.9. La relación entre presión de ondulaciones y la presión de poros para suelos completa
y parcialmente saturados.

Existen varias otras maneras usadas para medir la presión de la ondulación. El


procedimiento de arriba no es directo como aparece, ya que requiere un sistema extremadamente
rígido para asegurar que los movimientos verticales no ocurran. Un método alternativo es
ilustrado en la figura 8.10.
Una serie de muestras idénticas son preparadas y la tensión vertical diferida es aplicada
antes de que el agua esté permitida en el aparato. Esto puede ser hecho convenientemente usando
el aparato edómetro convencional. Después de que la carga sea aplicada, el agua es añadida al
aparato y la ondulación de cada muestra medida. Si la carga añadida excede la presión de
ondulación, entonces el aparato se apretará y la suma de agua no tendrá efecto.
Figura 8.10. Medida de la presión de ondulación, y la magnitud potencial de la ondulación
aplicando diferentes tensiones y midiendo ondulación.

Para dibujar una línea “mejor ajustad” la presión de expansión puede ser determinada. La
línea establecida en esta forma, si una escala logarítmica para presión es usada, debería la línea
ondulada corresponder al índice de expansión.

8.2.3 Estimación de la magnitud de expansión.


Un resultado experimental de la forma mostrada en la figura 8.10 puede ser usada
directamente para estimar la magnitud potencial de la expansión en un suelo si el agua está
libremente disponible.

Ejemplo:
Considerando una capa de arcilla potencialmente expansiva de 8m de grosor sobre una
roca dura. Un tanque de almacenamiento de 80m de diámetro está para ser construido sobre él, el
agua almacenada a una profundidad de 6m. Hay una preocupación de si podría ser dañado por la
expansión del suelo. Las muestras tomadas del centro de la capa de arcilla son testeadas usando el
procedimiento de arriba. El peso de la unidad del suelo es medido a 17.5 kN/m3.
Estimando el potencial desplazamiento de la superficie de la tierra en el centro del tanque.
Para simplificar consideraremos la capa como una capa única. Dividiéndola en subsuelos darían
una respuesta más certera.
Tensión total existente en el centro de la capa de arcilla=
Aumento en la presión=
Tensión total aplicada=
Porcentaje en ondas=
Por lo tanto desplazamiento total del terreno=

Este cálculo es directo, y entrega un procedimiento simple para estimar el desplazamiento


“potencial” del terreno. Sin embargo, esto incluye más que hipótesis, las cuales no pueden ser
justificadas sobre bases generales:
Las hipótesis son:
(1) El tipo de gráfico mostrado en la figura 8.10 es representativo del suelo sobre una base
general. Este no es el caso ya que el gráfico probablemente dependerá del tiempo de
años cuando al suelo le fue tomada la muestra. El gráfico será diferente si las muestras del
suelo fueron tomadas al final de un largo periodo seco que podría ser después de un
periodo o un clima húmedo.
(2) La “humedad” del suelo es suficiente para causar la succión que desaparece enteramente,
ej. La presión de poro llega a ser cero. En algunos casos esto puede ser cierto; sin
embargo, es probable que en la mayoría de las situaciones prácticas la succión no se
reduce a cero. En situaciones donde la napa freática es profunda y en clima es mas seco.

Si la muestra del suelo es obtenida en el estado mas seco, entonces el desplazamiento


calculado usando el método arriba será un límite mas arriba y así será conservador. Será un
estimativo de un “potencial” desplazamiento, y no necesariamente un estimado realista de lo que
pueda ocurrir en la práctica.

8.3 Suelos colapsados:


El término suelo “colapsado” es usado preferentemente con libertad en la literatura en
suelo mecánicos, pero generalmente es utilizado para significar un suelo que experimenta una
repentina disminución en el volumen cuando el agua esta disponible. Generalmente, el término
es utilizado en relación al desempeño de los cimientos, ej. Una situación donde una carga externa
ha sido aplicada al suelo anterior y el agua se convierte en disponible y causando que ocurra un
colapso. Sin embargo, al menos en algunos casos, el colapso puede ocurrir bajo la existencia de
sobre carga de presiones. Los siguientes tipos de suelo pueden resultar en funcionamiento
colapsado:
(1) Tipo de suelo “Loes”. Estos son los que consisten en depósitos de viento que sopla que
predomina el limo y las particular formados de arena. El método de deposición resulta en
una estructura muy abierta y suelta, y la degradación subsiguiente puede producir
pequeñas cantidades de minerales de arcilla, los cuales tienden a actuar sobre agentes
unidos débiles entre las partículas. Estos depósitos generalmente existen en condiciones
secas y semi desérticas.
(2) Los suelos residuales altamente degradados. En algunos medio ambientes, la
degradación de la roca resulta muy abierta, en suelos porosos. Esto ocurre por el proceso
de lixiviación asociado con la degradación. Parece que el proceso puede ocurrir en una
amplia variedad de rocas. Blight (1997) asocia esto con el granito, pero Vargas (1976)
menciona una amplia variedad de tipos de rocas, desde areniscas y basaltos hasta granito
y rocas metamórficas, encontradas en varias partes de Brasil. En Brasil, el proceso de
degradación ha producido una capa en la superficie con una alta relación de vacíos y
contenido de agua bajo, conocido localmente como “arcilla porosa”.
(3) Suelos salinos. En algunos medio ambientes áridos, incluyendo partes del norte de Chile,
las concentraciones de sal ocurren el cementar agentes entre partículas de suelo. Esto
ocurre en situaciones donde el agua subterránea esta cambiada por el flujo de capa
freática de distintas fuentes, y la evaporación estable está ocurriendo, guiando a un
pequeño pero estable aumento en la sal en el suelo.

Los suelos anteriormente nombrados generalmente tienen resistencia y estabilidad en su


medio ambiente natural. Sin embargo, si el sujeto se carga con la suma de agua, es probable que
experimente una repentina disminución en el volumen, al cual se refiere el colapso.
El funcionamiento de un suelo colapsado es ilustrado en un diagrama en la figura 8.11
Este muestra los resultados de tres pruebas de consolidación llevadas a cabo en muestras
inalteradas de un suelo colapsado. La curva (a) es para el suelo probado con su contenido natural
de agua sin acceso a otra. La curva (b) es el mismo suelo probado después que el agua ha sido
añadida a la célula del edómetro, y el tiempo permitido para que la muestra empiece con el agua
antes de que las primeras cargas sean suministradas. La curva (c) es una prueba comenzada sobre
suelo natural, pero el agua es añadida en un nivel de tensión particular, mientras la carga es
mantenida constante en el valor.
Figura 8.11. Funcionamiento de un suelo colapsado.

La curva (a) para el suelo natural muestra que el suelo es esencialmente inestable en este
estado con respecto a la influencia del agua. La curva (b) ilustra el funcionamiento convencional
“estable”, como es esperado, después que el agua es añadida. La muestra no es mayormente
susceptible para un colapso o expansión debido a la suma de agua. Es probable que el grado de
saturación sea bastante alto al añadir agua.
El cambio de volumen que ocurre en suelos colapsados no puede ser predicho o explicado
sobre las bases de consideración de tensión efectiva. En el diagrama de arriba, el suelo en su
contenido natural de agua es probable que sea sujeto a alta succión de agua de poro, y de este
modo a una alta tensión efectiva. La suma de agua reducirá esta succión y de este modo reduce
la tensión efectiva en el suelo. A pesar de esto, el volumen disminuye.
Algunos suelos parcialmente saturados muestran que los funcionamientos expansivos y
colapsados, son ilustrados en la figura 8.12.
Figura 8.12. El funcionamiento de limo arcilloso (cuarzo residual degradado) al conducir el
contenido de agua natural y después de la saturación.

Si este suelo es cargado a tiempo cuando su contenido de agua es alto, se apretaría sin
colapsar. Si, por otra parte, es cargado cuando el contenido de agua es bajo (en este caso su
contenido natural de agua) y entonces por consiguiente húmedo, se desplazaría delicadamente en
nivel de tensión debajo de 100kPa, y colapsará en niveles de tensión sobre este valor. Este suelo
exhibe un espectro entre un funcionamiento expansivo y colapsado.
CAPÍTULO 9
CONCLUSIÓNES
CONCLUSIONES.

La intención ha sido realizar una traducción de las investigaciones hechas por Laurie
Wesley, que nos permiten ayudar a entender y conocer los distintos tipos de suelos que se posee
en la zona sur de nuestro país.

Según lo indicado anteriormente no es el propósito de esta tesis proporcionar un


procedimiento sistemático de la clasificación para los suelos residuales, la intención ha sido
conocer los sistemas que se han propuesto en el pasado y proponer una base para dividir suelos
residuales en los grupos que pueden esperar tener características geotécnicas similares y asi poder
entender y conocer los suelos del sur de chile. El esquema propuesto trata de satisfacer este
objetivo pero sufre la desventaja de que la composición mineralógica es uno de sus componentes
y la información de ésta, no es un punto de investigaciones geotécnicas.

Algunas de las conclusiones propuestas por Laurie Wesley son las siguientes:

La Ingeniería geotécnica en suelos residuales es similar a la Ingeniería geotécnica en


suelos sedimentarios. Sin embargo se logran identificar dos grandes diferencias; la primera es que
las propiedades de los mismos suelos tienden a ser diferentes y en segundo lugar las condiciones
de filtración y porosidad también tienden a ser distintas.

En la evaluación de las propiedades de ingeniería de suelos, en primer lugar se debe


observar cómo se comportan en terreno, antes de analizar los resultados de las pruebas.

Algunos procedimientos bien establecidos, como el uso de la escala de registro para


trazar la consolidación los resultados de las pruebas, no es necesariamente apropiados para los
suelos.
Las arcillas alofanicas son generalmente buenos como materiales de ingeniería (siempre
que las propiedades se entiendan y sean tomadas en cuenta).

Los problemas con arcillas alofanicas por lo general han surgido durante trabajos en
terraplenes, especialmente en el control de la compactación.
Según los objetivos propuestos puedo decir que se cumplieron. El objetivo general, que
trato en realizar la traducción de cátedras del ingeniero neocelandés Laurie Wesley y de aportar
un material bibliográfico, se cumplió, éste trabajo de titulo será una herramienta que nos
permitirá comprender aun más los suelos del sur de Chile.
BIBLIOGRAFÍA
Textos.

“Geotechnical Engineering in Residual Soil”, Cátedras de Laurie Wesley, para alumnos


de Magister de la Universidad de Chile. Santiago, 2006.

Paredes, M. (2004):”Comportamiento geomecánico de cenizas volcánicas”, Tesis de


Magíster en Ingeniería Geotécnica, Dpto. de Ingeniería Civil, Universidad de Chile.

Wesley Laurie D. 1990, “Residual Soil-an over view of origins broad group an
Engineering” University of Auckland, Auckland, New Zeland.

Cárdenas J.P. 2006, “Determinación de Alofan y correlación con parámetros


Geomecánicos en suelos del sur de chile”, Universidad de la Frontera, Temuco.
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