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ee Wy as 4 5 Descubra las batallas que cambiaron el destino de las ae fail ibaa Ceo ues rll Ae PRC eee aan rerl-lalce RETA r telble: 116-8 (e ta ee omg Rees at BC reag okey Nenana ipcios contra hititas, grieges contra persas, romanos contra dacios: iI aes as foes pe Bes decidieron el Sree a cad el BREVE HISTORIA DE LAS BATALLAS DE LA ANTIGUEDAD ieee Eun teniel neta sstesjesa(a nee il choad ra Par contra dacios; la trepidante hi Indice Introduccidin LEgipto y Préximo Oriente 1 De Egipto al exterior: la batalla de Megido Tutmosis |I|, ef feradn guerrero La batalla de Megido Politicas y situacién tras |e batalla de Megido 2, Oadesh: La mentira de un faraén Ramsés |I, el inicio de un réeinado Qadesh, la batalla por un imperio Controversias en |a Batalla de Oadesh I Grecia 3. Las suerras médicas: La puerra para salvar‘Grecia Los inicios de la guerra, la revuelts jonia La primera guerra médica La batalia de Maratén Segunda guerra médica La batalla de las Termopilas La batalla de Satamina Platea, e] fins! de una guerra 4. Las guerras del Peloponeso: reine contra democracia ProlegSmenos del conflicto, Atenas contra Esparta La primera guerra. ¢uin antecedente mas? la batalla de Tanagra La guerra arquidadmica La batalla de Esfacteria La batalla de Anfipolis Expedicion a Sicilia, el periodo entreguerras La tercera glierra del Peloponeso: la guerra de Decelia §_Tebas ¥ le conquista det poder Tebas, aspiraciones de poder la batalia de Leuctra. 37.3. © La hegemonia de Tebas La batalla de Mantines Filipo Illy la conquista de Grecia La batalla de Queronea, el fin de la Grecia Clasica 6. Alejandro Magno: ung cultura, un imperio Las campafias contra Persia, el inicio de fa leyenda La batalls del Granico La batalla de lsos Tiro, !s isla que se convirtié en peninsula Egipto, ta tierra que io encumbré Gaugamela, estrategia o suerte? as capitales de Persia, cludades de Alejandro Campafias en la India, la batalla de Hidaspes UL. Roma: nacimient Roma El rapto de las Sabinas, la primera batalla de Roma El conflicto con Alba-Longa La monarquia etrusca en Roma Los enfrentamientos de Tarquinio Prisco, los problemas en la regidn del Lacio 2 es Los etruscos y el intento de recuperacién de Fidenae Los sabinos y los ditimos conflictos contre ellos Servio Julio, la primera gran reforma militar-de Roma Jarguinio el Soberbio, el fin dela monarquia Los inicios de la Republica Enfrentamientos contra los etruscos, asedio y batalla contra Veyes El enfrentamiento contra los galos, la batalla de Alia Guerras samnitas y conflicto con los latinos, la conquista de le peninsula ité- hice Pirro y los primeros enfrentamientos extraitslicos 8. La expansion por el Mediterraneo Primera puerra plinica. la batalla de las islas Esadas Régulo en Africa Nuevo giro en la guerra, Cartago contrataca Baiaila delas islas Egadas Periodo de entreguerras, Cartago mira recelosa hacia Roma Segunda guerra pdinica, la suerra por salvar Roma la batalla de Trebia ka batalle del lazo Trasimeno Cannas, dia funesto para Roma Latoma de Qart Hadasht La batalla de Adriandpolis, el fin de una era Baecula e llipa: fin de los cartagineses en Iberia Fina! de una era. final de un imperio Metauro, el final de Asdnibal Barca Bibliogratia Zama, el final de una guerra La conquista de Grecia, ja batalla de Pidna-146 a. C La guerta de Yuguria, el ascenso de Cayo Mario Los cimbrios y Ja batalla de Arausto Cinco consulados de Mario Las guerrss de los alisdos Mario contra Sila, la primera guerra civil a 20) jing yo. César y el final de la democracia Guerra en Hispania, la traicidn de Sertorio La guerra servil, Espartaco contra Roma La batalls del rio Silario Pompeyo acapara las campafias militares Elauge de julio César. la suerra de las Galias Campafia contra los -helvecios La batalia del Arar La batalla de Bibracte Campafia contra los suevos La batalis de Vosgos Campsfia contra los belgas, la batalla del rio Axona Campefias del 56-552. C César y la fachada etlantica mos afios dela conquista, Vercingétorix se rebela La baiall a Guerras civiles, el ocaso de la Repdi la batalla de Farsalia Octavio y Marco Antonio, una guerra por el poder uu. Apogeo de un imperio El desastre de'Varo Las guerras dacias 12_ Fl fin de Roma: descomposicién de un imperio El fin. de Roma Prolegémenos del conflicto, |a Nlesada del visigodo INTRODUCCIGN Los conflictos armados son, y han sido,.un tema recurrente en la legitimacion de reinos, imperios o, incluso, de regimenes politicos de la Antigtiedad o de la-actua- lidad. Estos combates marcaron el destino de las civilizaciones antiguas, transfor- mandoias o empujéndolas hacia nuevos cambios. Desde Egipto, cuyas relaciones con el Préximo Oriente parecian pacificas y de amistad, se tienen noticias de gran- des movimientos: militares para la legitimacion y grandeza-de-algunos faraones; estos ejemplos los encontramos en la batalla de Megido {1479 a. C} 0, siglos mas tarde, en Qadesh (1274.6. C.) Sin embargo, no siempre son batallas por la ambicién de sus soberanos, en ecasiones son guerras y conflictos por proteger la cultura y la libertad de los pue- blos contra sus invasores. E| mundo griego tuvo que defender sus libertades y su modus vivendi de las persas durante las guerras médicas, una serie de batallas entre los afios. 490 y 478 a. C. donde se contuvo y se vencid al invasor orental en los combates de Piatea, Termépilas y MaraiGn..A pesar de la union de todos los pue bios de una cultura contra un enemigo comin, siempre hay un grupo que observa como puede impulsarse hacia la hegemonis; este proceso de acumulacidn de poder y dinero desembocé en otra guerra entre los helenos, las guerras del Pelo- poneso. Este conflicto no es sino la respuesta del resto de los griegos ante el creci- miento exponencial del Atica y su Liga de Delos. Durante los afios 437-404 a. C. se lev a cabo’ una guerra por la hegemonia de Grecia entre sus dos polis mas impor- tantes, Atenas y Esparta. No obstante, a pesar de ‘a victoria de Esparta en la guerra, su poder duré poco; pues algunas Ge las polis que estabanen segundo plano se alzaron contra el control espartano. Tebas consiguid derrotar a Esparta en la batalla de Leuctra (371 aC) y el poder cambid de una polis a otra hasta la llegada de Macedonia, dirigida primero por Filipo ||. La importancia de la guerra para el desa- rrollo de estas ciudades-Estado /lego.a su fin cuando Macedonia, una regidn nor- tefia del Peloponeso, se alzd con el poder reiindicando su pertenencia al mundo heleno y venciendo a sus vecinos en la batalla de Queronea (338 a. (C), tras la que impuso la paz entre los griegos bajo su mandato. Sin embargo, su reinada fue breve y le sucedié su heredero Alejandro. Las campafias del joven macedonio le lle waron @ acabar con la amenaza constante que sufria Grecia con los persas; la liber- tad y la unidn de todos los pueblos bajo una misma keiné solo se podia conseguir através de las armas. El argéada consiguid derrotar a los persas en Tiro (332 aC}, Issos (932 2 C) y Gaugamela (331 2. C), legando-a enfrentarse contra el reino de Paura, dirigido por su gobernante Poros. Pero-a pesar de las victorias y sus conquistas, Alejandra murié y el mundo heleno qued6 fragmentado entre sus generales. Paralelamente al mundo griego, en la peninsula itdlica nacié la ciudad que dominé todo el mundo mediterrdneo, Roma. La historia de Roma es la histona de un pueblo en armas, de la conquista como métedo de proteccion para una ciudad qué aparecié én un territorio completamente hostil. Las primeras guerras que man- tuvo la ciudad tiberina fueron para convertirse en la cabeza hegemonica de la peninsula, y consiguid la victoria en las batallas decisivas de Lautulae o de Sentino (za5 a. C}, contra fos samnitas. No obstante, pronto se tuvo que enfrentar a ene- migos extranjeras que observaban c3m6 la Urbs se convertia paca a poco en un Estado formalizado, y en este contexto ocurrieron las guerras pirricas, donde Pirro, uno de los reyes helenisticos, fue llamado por las colonias griegas de la Magna Grecia. A pesar de los esfuerzos helenos por parar el avance de Roma, fueron derrotados en la batalla de Benevento (275 a. C.), donde los romanos se impu- sieron en toda la peninsula. Esta situacién provocé un estallido entre las grandes potencias del Mediterréneo occidental, Cartago y Roma, que durante més de cien afios combatirfan por la hegemonia del impenalismo maritimo. Las guerras puni- cas en este siglo (primera guerra pinica 264-241 a. C, segunda guerra punica 218- 207 a, C} fueron tos enfrentamientos mas duros para la Repiblica de Roma, donde los cartagineses les pusieron en mds de una ocasidn al borde de la derrota-y la pér- dida de influencia maritima, aunque Roma pudo vencer tras las batallas de las islas Egadas (241 a. C.) a los cartegineses 0, tras Ja derrota de Cannas (216 a. C) de manos de Anibal, fueron capaces de recuperarse y vencer en Zama (202 a. C) al general mas temido de Cartago. Con la derrota del mundo punico, Roma empren- dia la conquista y anexién de Grecia, con su momento. 4lpido en la batalla de Co- rinto (146 aC), y la convertia asien una provincia tras afios de conquista. Sin em- bargo, la anexidn del mundo helénico vino junto a la derrota y. conquista de la ciu- dad de Cartago en [a tercera guerra ptinica (146 a.\C)}. Tras esta serie de victorias y conquistas Roma se convertia en un elemento politico corrupto, pero eficiente mili- tarmente. Un general como Mario reformaba el ejército y se enfrentaba a su competidor politico, Sila, quien consiguid derrotar-a los ejércitos populares de Mario en la batalla de Porta Collina (83 a. C) y se convirtid en dictador de Roma. A pesar de la inestabilidad creada por la primera guerra civil de la historia de la Urbs, un joven julio César se promocionaba:en la politica, hasta el punto de llevar a:cabo la guerra contra la Galia y su posterior anexidn tras la batalla de Alessia (52 a..C.}- Esta victoria de Julio César provoce el temor entre las Clases mas nobles del Sena- do, lo que 4 su vez provocd una segunda guerra civil en la que vencieron los ejérci- tos populares de julio, dejdndole como dictador perpetuo: A pesar de sus victorias y su popularidad, fue asesinado por sus enemigos politicos (44 aC), lo que lleva ata Urbs a otra guerra civil, comandada por su sobrino nieto Octavio contra Marco Antonio, a quien derroto en la batalla de Actium (31 @..C.). Tras estas guerras civi- les, Octavio fue acumulando poder y convirtiéndose en el primer emperador de Roma (27 a. C). Observamos una nueva dindmica en las guerras de Roma contra sus vecinos con la anexidn de territorios y la legitimacién y poder de sus empera- dores. Como la anexidn de la Dacia y los pactos por Trajano. A pesar de que con los emperadores hispanos se llegase a su esplendor, los siguientes conflictos fue- fon internos: varias guerras civiles entre los diferentes candidatos a emperadar; y debilitaron mas y mas ala Lirbs. Esta situacién de inestabilidad llevd a Roma a la pérdida de! control territorial y administrativo, y éstas luchas intestinas fueron constantes y favorecieron fa entrada de los pueblos germdnicos, quienes derro- taron a los romanos en ia batalla de Adriandpolis, el ultimo gran desastre de Roma. El libro tiene la intencién de ser completamente divulgativo, para un publica que tenga la necesidad de conocer los diferentes: conflictos de la antigtiedad sin que sea una lectura pesada. Sin embargo, la redaccion de este libro se ha realizado a través de las lecturas de bibliografia actualizada, asi como articulos de investi- gacién que promueven nuevas teorfas sobre la guerra antigua. No obstante, para aquellos lectores inquietos que deseen ampliar sus conocimientos, se ha reco- pilado una ingente cantidad de bibliografia que, ademas de ser usada para la redac- cién-de este libro, puede servir de ayuda en caso de que se quiera profundizar en estos conflictos. Esipto y Préximo Oriente 1 De Egipto al exterior: la batalla de Megido La historia de esta civilizacién se remonta hasta el cuarto milenio antes de Cristo y, sin-embargo, en el panorama militar se ha visto poco estudiada. No fue preci- samente una civilizacién belicosa en cuanto a expansidn fuera de sus fronteras naturales, aunque si consiguid establecerse como una cultura fuerte en los domi- nios det Nilo, manteniendo unas luchas histéricas enia regidn de Nubia {el pais.al sur de Egipto), de donde consiguieron materiales valiosos, asf como metales. pre- ciosos. La historia de Egipto registra numerosos combates para frenar invasores en eso que la Investigacion ha llamado periodos intermedios, donde parece que Is in- fluencia centralista del faradén se debilita y se forman diferentes frentes armados En algunos casos provienen de invasiones asidticas y en otras provienen de eta- ques 4 si mismos. Sin embargo, en estas lineas explicaremos céme no fue hasta la XVII| dinastia que empezaron a tener grandes conquistas y batallas. Aunque en épocas. anteriores los egipcios se habian enfrentado a los nubios, contra otros invasores y contra sf mismos, no fue hasia la llegada de un joven faradn de nom- bre Tutmosis Ill cuando se empezaron a tener en cuenta las habilidades de los egipcios para el combate. TuTMosis III, EL FARAON GUERRERO Ada muerte de Tutmosis || en'el 1479 4..C., ia esposa y hermanastra de este, Hats- hepsut, se‘encargo del hijo y heredero Tutmosis Ill y del reino en calidad de corre- gente. Sin embargo, esta corregencia duré poco: a los tres afios de reinado la reina tegente Hatshepsut decidié cambiar la forma de Gobierno y se convirtid en una reina con la titulacién completa. Tutmosis Ill dejo de ser su corregente y, para justificarse, la nueva reina decidié transformar e inventarse una corregencia.ante- rior con su padre, por lo que modificd y afadié textos que explicasen esto en el templo de Karnak. Con este cambio, la poderosa reina de Egipto empezé a gobernar sin su hijo, pero no lo mantuvo al margen. Hatshepsut comenzé a gobernar gracias al apoyo de numerosos cargos y personalidades del reino, como.el gran sacerdote de Amon, Hapuseneb, o el canciller Nehesy, quien cirigiéd las expediciones militares de la reina hacia el Punt. Esta expedicion no tuvo una importancia militar como la que se Nubia o hacia el Sinai Sin embargo, este Gobierno de {a reina, apartando al legt- tima heredero del trona y compartandose como una regente con plenos derechos, hizo que Tutmosis ||| tuviera que enfrentarse a numerosos problemas tras su muerte en el 1458 a: 7. Representacion escultorica de Tutmosis. lll, Museo de Luxor, mosis ||| fue uno de los grandes faraones que se recuerdan a lo largo de los tiempos, al menos en lo que a conquistas militares se refiere. E| joven faradn egip- cio sucedio en el trono a su padre en 1479 3. C cuando solamente contaba con diez afios de edad. Desde esta edad tan temprana gobernd, pero bajo la tutela de madrastra Hatshepsut, la cual goberné en su lugar como corregente y, al poco mosis Ill, cuando co: tiempo, come un faradn de pleno derecho. Ti uid acabar con la regencia de su madrastra, compensé todo el tiempo perdido que habia ocu- pado este reinado en cuestién de conquistas. Estos. primeros afios de gobierno estén profundamente marcados por las campafias militares, un total de diecisiete, en Siria-Palestina, en tan solo veinte sfios. mas ma. TER nitta on ot era. Sen Mapa de la dominacién de Egipto siglos xwi-xv. Fuente: Duby, G_ (2011): Atlas histdrico mundial, Larousse. Los primeros problemas a los que se tuvo que enfrentar el joven faradn fueron las revueltas de los principados asiaticos, coaligados por el principe de Qadesh y la. ciudad de Mitanni. Durante esta primera campafia (1457 4. C.}, Tutmosis III cul- mind con la captura de la ciudad de Megido; esta fue sin duda la campafia mas importante y la mas documentada de este tiempo: Lavhistoria del ataque de los egipcios hacia los territorios de los cananitas se habia dado durante mucho tiempo en los diltimos reinados de los faraones anteriores, pero no fueron tan importantes’ como la campafia que Tutmiosis || iba 2 comenzar. LA BATALLA DE MEGIDO Megido es la primera batalla de la historia en la cual tenemos cualquier tipo de detalle en los anales que mandé escribir Tutmosis Ill en el templo de-Amén en Kar- nak La historia de la toma de Megido fue transcrita por su escribano real, Tjaneni, quien escribié en un diarié toda la campafia egipcia. Los anales estan escritos como una serie de pdrrafos concretos que mds tarde se convirtieron en prosa lite- raria y, finalmente, se transcribieron en los muros de los templos. La informacion de estos anales, que han sobrevivido a los azares del tiempo, se ha completado con las inscripciones que aGn perviven en Armant y Karnak, en Egipto. Finalmente, Tutmosis ||| acabdé consiguiendo el trono de Egipto sobre su ma- drastra, Hatshepsut. Mientras gobernaba la faraona, los cananeos de Siria y Pales- tina que se ubicaban en el suroeste eran vasallos del vaste Imperio egipcio y page- ban un tributo a los sefiores egipcios de la zona. Cuando advirtieron la debilidad de Qadesh (muy cerca del ria Grontes, en Siria} se rebeld contra los sefiores egipcios, au- del reing con los distintos cambios en el trono, el reyezuelo canani nando algunos jefes.y reyeruelos de la zona. Una vez se hubieron rebelado y reu- nido-sus tropas en un gran ejército, se congregaron en la ciudad de Megido, cerca del valle de Jezree!. Aqui se habian concentrado muchos gobernantes, hombres de la regién de Mesopotamia (los modernos Irak e Iran), el norte de Siria y el sur de Anatolia (Turquia). No se sabe con exactitud cuan grande era el ejército reunido por los cananitas junto con sus aliados mesopotaémicos y anatolios, pero se ha estimado que pudieran ser entre diez mil y quince mil hombres, mcluyendo tanto la caballerfa como la infantera En respuesta a la rebelién de los cananitas, Tutmosis ||| reunid a todo su ejérci- to en Tjaru, una fortaleza en la-zona del delta oriental del Nilo, ubicado en la fron- tera natural de Egipto con Asia’ Una vez concentradas sus tropas en el delta, el joven faraén decidid maschar con tedo.su ejército hacia Gaza y recorrid. doscientos cuarenta kilémetros en poco mas de diez dias. Este camino y la velocidad de Tut- mosis Ill se ha de tener en cuenta por el escaso espacio de tiempo que tardd, la distancia recorrida y el nUmero de hombres que llevd, entre quince mil y veinte mil. Una vez en Gaza, los egipcios decidieron dirigirse hacia las ciudades mas meridio- nales de la cordillera del Carmelo y llegaron probablemente el 6 de mayo del 1479 al. a le cludad de Yehem. Las fuentes antiguas nos describen cOmo el camino fue recorrido en el mismo.tiempo. Sin embargo, la distancia del recorrido desde Gaza hasta esta ciudad es de solo ciento veintiocha kildmetros, por lo que la investigacién cree que pudo'tardar mas debido a que el joven faradn estuvo pacifi- cando ciudades rebeldes como joppa o.Gézer ntras se dirigia hacia Yehem_ Las fuerzas egipcias descansaron unos dias en fa ciudad de Yehem, mientras continuaban las operaciones de exploracién por estos territorios que les eran hos- tiles. Cinco dias después,-el 11 de mayo, los consejeros de Tutmosis III junto a-€l decidieron que lo mejor para el avance de la guerra era tomar una ruta mas rapida hacia la ciudad de Megido. Las posibilidades de cémo llegar desde Yehem hasta Megido eran diversas y a cada cual mas peligrosa: la primera de ellas era atravesar una ruta en el norte que se acerca hacia Mishmar HaEmek y aparecer por el no- roeste de la ciudad de Megido; ia otra era una ruta sur a través del valle de Dothan que. acababa apareciendo en una llanura-al sureste de la ciudad; y la principal ruta central atravesaba el paso Musmus y salia en wna llanura-cerca de ta propia ciudad. La cuesti6n de tomar el paso central que conduce directamente a Megido era una de las opciones que tuvieron muy en cuenta los consejeros del joven faraén. Los asesores militares de Tutmosis ||| aconsejaron que era mejor tomer la ruta norte o'la ruta sur, ya que la ruta central era muy estrecha y atravesar un valle con numerosas tropas no era lo mas indicado para un ejército. Sin embargo, el faraon descarté los consejos que le habian proporcionado, ya que, como se ha recogida en los muros de Karnak, sus enemigos esperaban que su ejercito tomase !a ruta norte, Ia ruta sur o ambas, y, en’ un alarde de valentia y temerosidad, decidié que to mas improvisto-era lo mds adecuado, y tomd'ta ruta central_ La travesia y la llegada del monarca a Megido se realizo al dia siguiente, el 13.de mayo; los ejércitos egipcios marcharon hacia la ciudad de Aruna, donde pasaron la noche, y, de madrugada, comenzaron a atravesar el paso Musmus. La marcha iba encabezada por Tutmosis Ill, quien dirigid a través del valle a sus tropas. Este paso era una forma directa de llegar hasta Megido, sin embargo, la travesis era muy estrecha y, aunque sea muy escasa en distancia (veintidds kilémetros), hay zonas donde el ejército no pudo pasar por la anchura dela misma: El viaje parece que ocurrié sin apenas. incidentes, mas alld de una pequefia escaramuza que pudo haber en la salida del paso. La noche del 14 de mayo acamparon cerca del arroyo Qina, donde descansaron. El ejército cananeo no se esperaba la temeraria mantobra de Tutmosis l/l; las tropas cananeas se habian apostado en los pasos norte y sur, esperando encontrar al ejército egipcio cansado por la travesia. No obstante, aunque habfan concen- trado la. mayoria de Jas tropas en estos dos pasos, no desguarnecieron el paso de Musmus. La madrugada del 15 de mayo Tutmosis ||| salid del valle y atacd a los rebeldes, extendiéndose hacia la llanura de Megido. Entonces“el faradn envio un ala de su ejército, incluyendo carros de combate, hacia el noroeste de la ciudad de Megido, mientras que la otra ala cargaba hacia los alrededores de la zona sureste de fa ciudad. Tutmosis ||| se instalé con el grueso de sus tropas en el centro, comandandolas desde un carro dorado. El combate comenzd cuando las fuerzas cananeas se vieron atacadas desde ambos lados y amenazadas por las alas egip- cias. Los cananeos, 4! verse con el grueso de las tropas de Tutmosis Ill, salieron huyendo del panico que les entré. No obstante, el ejército en vez de perseguir a los cananitas fugados se dedicé a saquear lo que pudo del campamento enemigo, incluyenda la tienda dei principe de Qadesh. Esto provocd que los habitantes de la ciudad de Megido cerrasen las puertas una vez que los fugados ya estaban dentro. de sus muros..Los egipcios habian conseguido derrotar 2 las tropas de los cana- nitas en el campo de batalla, pero les habi: dad de Megido_ Los. egipcios se pusieron inmediatamente a sitiar la ciudad y el faradn ided un n permitido huir y refugiarse.en la ciu- plan para conseguir rendir Megido; su estrategia consistid en cavar un foso alre- dedor de toda la ciudad y construir una pequefia empalizada de madera. Pero, seguin la estela de Yebel Barkal, se nos describe cOmo este acto tarda mas de siete meses antes de que la ciudad cayera, lo que le permitio.al principe de Qadesh esca- par del asedio a la ciudad. Megido finalmente cayé con el tiempo y los egipcios capturaron un botin dentro de la ciudad que compenss la duracion de la campafia. No estd claro, a nivel arqueolégico, cudl de todas las ciudades de Megido sufrid el asedio de Tutmosis |!| y sus ejércitos en-el 1479 a. C.,.ya que existen diferentes evidencias arqueolégicas que, por haberse dado en poco tiempo —como el asedio y la posterior reconstruccién de la cudad—, no se han deiado ver claramente. Sin. embargo, la Universidad de Chicago ha expuesto sus resultades y dejado clara que son las ciudades de los estratos [IX y VIII. Pero no solamente podemios achacar un combate para una campafia durante los meses de asediova la ciudad de Megido. Los egipcios conquistaron varias cludades del valle de Jezreel, como Shimon, Taa- nach, Geba-Shumen, Ophel, Shunem y Yoqneam. Tutmosis Ill y sus hombres finalmente regresaron a Egipto en octubre de ese mismo. afio, concluyendo asi la primera camipafa que realizé este faradn en terri- torio cananita y la mds importante, porque supuso restablecer la autoridad egipcia en el drea y demostré que Egipto podia enfrentarse a otras civilizaciones mas alld de sus fronteras, algo que no habia ocurrido-con mucha frecuencia en los reinados anteriores. Tutmosis II! designé a un gobernador egipcio para Canaan que pudo estar establecido en Megido, ya que esta presencia egipcia permanecid inalterada durante los doscientos siguientes afios Sin embargo, quedan atin diversas cuestiones alrededor de los misterios que rodean |a conquists de Megido por Tutmosis |||. Come se ha sefislado en diversas publicaciones, no se han descubierto restos de la destruccién de Megido ven nin- guna de las excavaciones, y aunque haya evidencias de reconstruccién no se ha en- contrado un verdadero asedio que finalmente rindiera Ja ciudad, por Io que la in- vestigacion se cuestiona si los habitantes de la ciudad abneron las puertas para rendirse y evitar la destruccién de sus muros, 0 cOmo Tutmosis Ill pudo sitiar una ciudad que no estaba muy fortificada durante mds de siete meses. Se han dado diversas soluciones a las preguntas que los investigadores plantean: ‘Tal vez las anteriores fortificaciones que se databan en la mitad de la Edad del Bronce fueron construidas alrededor del emplazamiento de Megido y siguieron funcionando hasta el final de la Edad del Bronce, de modo qué no hubo una néce- sidad arquitectonica para crear un muro alrededor del emplazamiento. Otra posibilidad puede ser que Megido no estuviera fortificada y, en ese caso, el ejército egipcio no tuvo que asaltar ningun muro, pero tendria que atacar la ciu- dad y a sus defensores. La Ultima propuesta plantea que el asedio puede ser que solamente durase un mes en lugar de siete. Los registros de Tutmosis ||| podrian indicar que estos siete meses fueran empleados durante el comienzo del asedio en eventuales regresos hacia Egipto, come también la conquista de ciudades que hemos mencionado antes o algunas en el Libano, y los ejércitos de Tutmosis habrian regresado tras someter ¥ conquistar estas plazas en la costa sirio-palestina, por lo que toda fa campafia debié de durar siete meses, y solamente un mes el asedio de Megido. Una. curiosidad acerca del habil movimiento de cruzar por el paso Musmus és Edmund que no solamente Tutmosis Ill realizé esta maniobra: siglos después, Allenby, un -mariscal de canipo britdnico, realizé la misma operacidn que el faraén egipcio en el contexte de la Primera Guerra Mundial. El botin obtenido por los egipcios en esta primera campafia fue muy satis- factorio; aparte de los frutos que en un futuro dieron las nuevas tierras conquis- tadas, consiguieron 340 prisioneros Vivos y 83 esclavos, 2041 yeguas, 191 potros y 6 caballos, mds de 1900 cabezas de ganado y 20 500 ovejas. En lo que respecta a la indumentaria de guerra, consiguid el carro de oro del principe de Megido, asf como 924:carros de combate, armaduras de bronce, arcos y varas de madera traba- jadas en plata. En esta campafia, Tutmosis III consiguié acabar con la dinamica que llevé Hatshepsut en su reinado, se atrevid a romper con lo que’se habia esta- blecido y comenzé a mostrarse ambicioso con los territorios que circundaban a Egipto. Tras esta campafia, Tutmosis Il manddé grabar en el templo de Karnak diversas partes de su conquista, asi como un gran ejemplo de la descripcidn de la fauna y la flora de Punt. Afios mas tarde, el faradn comenzo a plantear diversas campafias hacia Djahy y Qadesh: Para ello lo primero qué hizo fue consolidar los territorios dela fachada maritima del Mediterraneo tomando la ciudad de Ullaza, en Ja des- embocadure del Nahr el-Barid_ Esta ciudad tuvo una importante repercusién por- que consiguié quitar los territorios al principe Tunip, aliado de Qadesh y de Mi- tanni, acto seguido Tutmiosis Ill consigue la plaza de Ardata al suroeste de Tripoli. Tras vencer en los territorios de Ardata, las tropas de Tutmosis consiguen ocu- par el objetivo de Djahy. En las fuentes se describe como un lugar con un monton de fruta y de trigo, abundantes viveres y cercano al mar, como si de una gran civ dad se tratara, con un monton de recursos, los cuales sirvieron al faradn para conseguir abastecerse, aunque no avanzo durante ese afio. Las ofensivas comenzaron al afio siguiente, en 1449 a. C, cuando las tropas de. Tutmosis [Il desembarcaron en Biblos, una ciudad en la costa sirto-palestina. Los ejércitos. de Tutmosis: ||| desencadenaron una gran sacudida en estos terri- torids, quemanda y dewastando la region en su paso hasta Qadesh, Esta incursién sirvié para calmar los animos en este lugar, ye que algunas ciudades habian sida conquistadas en Ardata, como la ciudad de Simyra. POLITICAS ¥ SITUACION TRAS LA BATALLA DE MEGIDO La politica que llevd a cabo Tutmosis II] fue la de tomar jévenes rehenes de las ciu- dades sirias y llevarselos:consigo a Egipto; cuando tuvieran la edad para volver, su lealtad con el pais egipcio. habria aumentado y asi no deberia haber tantas rebe- liones en estos territorios. Sin embargo, al afio siguiente de esta campafia se val- vieron-a rebelar fas ciudades sirias:y, en esta ocasién, las tropas de Tutmosis Ill tomaron la cludad de Ullaza junto con unos cuantos puertes fenicios mas peque- fios. E| plan contra las rebeliones no estaba funcionando como deberia y, en ese momento, el faraGn decidid que todo e] exceso de grano que sé produjera en las tierras recién conquistadas debia enviarse a los puertos para servir de apoyo a las tropas que se apostaban en Siria El faradn Tutmosis || no dudé en volver'a hacer la guerra en estos territorios y, en 1447 a. C., decidié plantear un nuevo enfrentamiento con Mitanni, que habia ayudado al principe de Qadesh en la batalla de Megido. Para ello, el faradn se atre- vida enfrentarse.en los territorios de este pueblo. La estrategia del faraén consistié en el desembarco masivo de sus tropas en Bi- blos y la construccidn de barcos que llevaria consiga en su travesia hacia el norte. La campafia contra Mitanni comenzé como las anteriores, con el saqueo de las tie. ras de Siria hasta conquistar los territorios de Alepo y Karkemish. Una vez conse- guida la ciudad de Karkemish, las tropas egipcias cruzaron el Orontes por la altura del Niya y marcaron la frontera mas septentrional de la influencia egipcia, con Alepo como ta ciudad con influencia egipcia mas avanzada. Al volver de estos terri- torios se dedicé a recaudar el tribute de estas'tierras. Hay-tearias que dicen que las ciudades de Assur, Babilonia y los hititas estaban condicionados a los tributos de Tutmosis ||. Las siguientes campafias de Tutmosis Ill se muestran claras y con un nico objetivo: reducir las fuertes: influencias que los mitanos tenian en Mitanni y los territorios colindantes. Alrededor de 1446 a. C. el faradn volvid a los terntorios de Djahy para sofocar las rebeliones que eran recurrentes en estos territorios; sin em- bargo, no solo marché para sofocar la sedicién de esta ciudad. sino que también tom la ciudad de Nugés. Al affo siguiente, los mitanos no pararon su ayance y su agresion contra los territorios egipcios, atacando los territorios de la ciudad de Alepo, en el extremo noroeste de la influencia egipcia. Sin embargo, esta campaiia parece ser decisiva, ya que los hititas. se ven obligados al pago de un tributo anual alos egipcios. Los afios siguientes de! reinado de Tutmosis' ||| estan menos claros, pero pa- rece razonable pensar que se enfrenté.a nuevas revueltas en los territarios que habia anexionado. La ditima:campafia que realizé el faradn en los territorios sirios fue alrededor del 1437 antes de Cristo. En esta ocasién, los principes fenicios se habian rebelado contra el poder egip- cio-y comenzaban a inclinarse por las actitudes de los reyes‘de Mitanni. La ofen- siva del faraGn fue decisiva para sofocar estos territorios. Las primeras acciones militares fueron apoderarse de Arcata y de las proximidades de Tripoli, destru- yendo la ciudad de Tunip. Mas tarde, comenzo a dirigirse hacia Qadesh con un gran ejército, y alll tomé las tres principales cludades y ejecutd a ios rebeldes que nabian apoyado a los mitanos. Es a partir de entonces cuando parece que se consolidaron, durante un breve perfodo de tiempo, las influencias de Egipto en este territorio, ya que se ha visto acrecentada la influencia y los tributes de esta zona con respecto al monarca égipcio, tal y como demuestran los tributes de Cili- cia.y Adana. Tutmosis Il derrotando a sus enemigos. Este faradn tuvo una gran importancia en la histona militar, no solo por'su bri- llante primera campana en la llanura de Megido; sino también por romper con la dindmica egipcia de las invasiones cercanas a sus fronteras naturales, demosirando que podian ser unos buenos: militares. Tutmosis III inicid, con la batalla de Megido, una infiuencia importante en los territorios de Siria-Palestina, y consiguid una frantera de sus «territarios+ mas al norte de Alepo, en el cruce del Grontes. Por lo tanto, debemos de comprender la importancia de fa victoria de Me- gido, tanto por plantear las bases de una serie de campafias practicamente conse- cutivas en estos territorios como para observar como los egipcios consiguieron de mas alld de sus fronteras forma flagrante vencer 4 sus vecinos fenicios y amplia naturales, su influencia, lo que reporté numerosos beneficios. que han quedado registrados en las paredes de los templos de Tutmasis, como por ejemplo, en Kar- nak y los maravillosos relieves qué narran esta primera campafia. A partir de este momento, Egipto se-convirtid en una gran potencia, no solo dentro de los iimites que el desierto les proporcionaba, sino también fuera de estos. Se ha abservado como los terriforios de la costa sirio-palestina comienzan a caer cuando Tutmosis ||| vence al principe de Qadesh én la batalla de Megido, y, tras esta, los egipcios consiguen consolidar su influencia en estos territorias, que queda demostrada por los numerosos tributos que repercutieron en Egipto. La batalla de Megido cuenta con un hueco dentro de las grandes batallas de la Antigiedad por su estrategia y su planteamiento: un faradn,; que en-un principio ca- rece de formacion militar, actla de manera brillante y permite no solo la victoria de su ejército sino Is implantacién de ta influencia egipcia en estos territorios Qadesh: La mentira de un faraén Los tiempos han cambiado. Egipto, esa potencia que consiguid estremecer a los habitantes de la costa sirio-palestina, ya noes lo que-era. Tras los reinados de Ake- natén y el brevisimo reinado de Tutankaman, las fronteras se habian debilitado y los territorios que Tutmosis III habia conseguido tras muchas campafias comen- zaban a cambiar de postura. Ahora no-era Egipto la cabeza hegermdnica de la costa sirio-palestina, sino los diversos imperios: que habian surgido en Mesopotamia. Hacia los siglos xiv-xin a. ©. la regidn de Canadn que habian conquistado los @gipcios sé vio en peligro porta poca capacidad militer de los descendientes de Tutmosis Ill para defenderla. Bajo los reinados de. Tutmosis IV y Amenhotep III, Egipto acabé perdiendo todo el territorio de Mitanni en el norte de Siria. Cartas de Amara, escritura en cuneiforme. Durante el final de la dingstfa XVIII egipcia, tal y como demuestran Jas tablillas de arcilla denominadas cartas de Amarna, los del Nilo comenzaron a perder in- fluencia en estos territorios. Estas cartas nos explican cémo los faraones dejan de tener influencia a través de su correspondencia con los distintos principes y reye- zueios de estas zonas, donde cada vez mas son recurrentes los desprecios que les hacen estos gobernantes alos faraones. Esta pérdida de influencia gradual se-acre- centé cuando llegaron fos mandatos de Akenatén y de Tutankamon, que no reali- Zaron précticamente ninguna campafia militar por mantener estos territorios Horemheb, uno de los generales bajo estos gobiernos, decidié dar una especie de golpe de Estado a la muerte de Tutankamion para proclamarse como gobernante de esta dinastia y realizd campafias militares en estas regiones, con renovado interés por mantener estos territorios:de ta mano egipcia. Horemheb fue un habil militar, pero, al morir, en vez de sucederie su hijo le su- cedié Ramsés |, que comenzd una nueva dinastia denominada como XIX, la mas conocida porla importancia de los ramésidas. Tal y:como hizo Horemheb, Ramsés | y mds tarde su hijo Seti | se propusieron continuar con el legado que dejd Tut- mosis Il| y restaurar el Imperio egipcio en los territorios de Canaan y Siria. Existen diversas fuentes de este periodo' en las paredes del templo de Karnak donde se registran todos los ataques de estos faraones en territerios sirio- palestinos, asf como la conquista de divérsos puestos que habjan sido arrebatados 4 los egipcios tiempo atras. Seti | consiguid que los hititas y los egipcios mantu- wieran Ja paz, conservando fa influencia egipcia en las tonas costeras del Medite- rrdéneo. oriental. No solamente consiguié establecerse de nuevo donde Tutmosis III tuve muchisimas victorias, sino que consiguid capturar la ciudad de Qadesh y la ciudad de Amurru, donde su hijo Ramsés Il participd como oficial a su mando. Sin embargo, las influencias egipcias en este territorio volvieron a desaparecer en favor de los hititas, quienes hablan conseguido volver a implantar su control y su in- fluencia en los territorios de Canadn y de Siria. Ramses Il, ELINI DE UN REINADO Ada muerte de Seti | le sucedid en ef trono su hijo Ramses || con veinticuatro afios (280-1279 4. C.). Sin embargo, el faradn se habia formado en las artes bélicas, ya que particip6 en numerosas batallas como oficial de su padre, asi como en.algunas campafias (que ya eran tradicionales) contra los paises nubios. En un principio, el faradn comenzé a suprimiralgunas revueltas de los nubios y se hizo cargo de algu- mas campafias que estaban empezando.a dar forma en los territorios de !a actual Libia_ El primer enfrentamiento de gravedad al que tuvo que enfrentarse Ramsés || fue alos dos afios-de tomar el poder; en el 1278 a. C los egipcios tuvieron que enfren- tarse en sus'costas alos piratas shardanos. Estos habian comenzado a realizar pi- ligje en las costas mediterrdneas y habian atacado varias embarcaciones de buques cargados de provisiones que se dirigfan-hacia el pais de! Nilo. Estas gentes, segiin los investigadores, provenian de la costa de lona o de la isla de Cerdefia. Los pira- tas y los egipcios tuvieron un enfrentamiento en el mar, donde los del Nilo gana- ran gracias a sus barcos: Ramsés, para evitar un mal mayor, comenzé colocanda tropas y barcos en puntos estratégicos por toda la costa; esto provoce que las pira- tas no pudieran stacarla, aunque en un momente dado llegaron a entablar combate y, una vez en la mar, consiguieron derrotaries capturando a todos los piratas en un solo enfrentamiento. capital tundaca rona © Aerenctis 1V (Ajnaton) GREY frie ritien yepvcion GEL iewpodo mypcic orien. bv wn caeiniaida (1) tea roel do Rtas ye puetlon det mar ‘angstia conta de Bator instalouie de los thsloos GEE) frecipescols kvtisse.cy PF [erecrionipceAsria = 77 Sane on of 6, xv 0.6, expanse tite ssw. SS com iss. awa.) Fe vata Mapa de la situacion de Egipto con Ramsés Il. Fuente: Duby, G. (2011): Atlas histdrice mundial, Larousse. Existen varios documentos que narran los hechos.acontecides contra los shar- danos, que han pasado a la historia con la denominacién de «pueblos del mare. Los shardanos fueron uno de los pueblos del mar que sternorizé las costas del Mediterrdneo en estas épocas: En la estela de Tanis aparecen numerosos testi- monios acerca de estos piratas y su representacién iconografica. Tras la batalla naval contra los pueblos del mar, Ramsés Il los incorpard come parte de su guar dia personal, ya que encontramos esas mismas representaciones de personas ata- viadas como ellos en multitud de relieves donde acompafian al faradn: las repre- sentaciones iconogrdficas de estas personas: con yelmos cornudos, escudos redondos y¥ grandes espadas aparecen en otros muchos relieves. Durante el transcurso de esa batalla, los egipcios consiguieron mantener sus costas libres:de los pueblos.del mar. Sin embargo, aunque esta fuera la primera Campanha militar del gobierno de Ramsés Il, no desembocé en la expedicién por la que la batalla de Qadesh fue conocida. No obstante, estos. enfrentamientos permitieron:al faradn egipcio asen- tar el dominio en las costas del Mediterraneo y, con él, poder plantear campafias en Siria, tal y como hicieron sus predecesores. La primera campafia militar en te- treno sirio fue Hevada a cabo durante el cuarto afio de su reinado, lo que constata la inscripcién que se ha descubierto en Nahr el-Kalb, donde solamente se puede leer en lo referente al faradn ramésida «4 afiom. Al parecer, ia primera campafia del joven Ramsés en los territorios cananitas pasé por Tcharu, donde cruzé hasta el pais de Canaan y después a Tiro y a Biblos. Por esta ruta, el faraon y su ejército consiguieron adentrarse hasta el pais de Amurru, donde sorprendio al principe Benteshina, quien éra aliado de los hititas, obligdndole 4 rendirse. Tras esta vic- toria, el faradn egipcio-se llevd consigo varios rehenes.a Egipto y consiguid que los nuevos territorios conquistados, como el Estado vasallo de Amurru, le rindiesen tribute, QADESH, LA BATALLA POR UN IMPERIO Ramsés || se fue tras haberse forjado una gran reputacidh como estratega y militar; sin embargo, fue la batalla de Qadesh la que hizo que su nombre se escribiera en los anales dela historia, ya fuera por la cantidad de propaganda que realizo una vez acabada la batalla, o por ser la mejor conservada de toda Ja civilizacion egipcia Muwatalli (rey hitita), al enterarse de que los egipcios habian recuperado el pais de Amurru, decidié declararles la guerra y marché hacia el sur para enfrentarse 2 ellos, mientras que Ramsés || lo haria al afio siguiente. La segunda campafia de Ramisés || en territorio sirio fue la mas importante, ya que fue directamente una amenaza a los territorios de influencia egipcia por parte de los hititas. En ef quinto afo del reinado de Ramses !| (1274 a. C.}, las fuerzas egipcias salieron desde ja capital de los rameésidas, Pi-Ramseés, situada en el delta oriental, y avanzaron desde alll hasta la fortaleza de Tjel. Las fuerzas del faradn fue- ron recorriendo la costa que conduce a Gaza en cuatro divisiones, la primera deno- minada AmGn, la segunda P'Ra, la tercera Seth y la cuarta la divisidn Ptah. Hubo otras divisiones que acompafiaban al ejército egipcio coma las tropas agrupadas en la Ne‘arin, de mercenarios militares. Esta dltima se estacioné en el puerto de Sumur la cual tuvo un importante papel en la guerra y la posterior batalla de Qa- desh. En esta campaiia, algunos de los soldados que habian sido derrotados.en la batalla contra los pueblos del mar aparecen acompafiando al faraén Ramsés || en su incursi6n hacia Siria. Este ejército egipcio tuvo que enfrentarse a una lista de diecinueve-aliados de los hititas y de Muwatalli, congregados todos ellos en Qa- desh. Esto hizo que el conflicto llegara a ser una gran batalla entre los. dos Estados mas importantes de la zona oriental del Mediterréneo. Las fuentes que nos narran la batalla son los relieves llamados Poema de Pen- taury el Boletin.de Guerra. Estos nos narran tanto fas-unidades que llevo Ramseés. || —algunas de las unidades fueron los mencionados pueblos del mar— como tam- bién la ruta que siguid-el faraén para realizar ia incursién a los territorios cananitas. En un primer momento, Ramsés entrd desde la fortaleza de Sile hasta los terri- torias de Canaan. Hizo pasar'a su ejército por los estrechos pasos hasta /legar al valle del Cedro. Una vez alli, las fuerzas del faradn cruzaron el Oronies. Primero cruzd la divi- sidn de Amon, que llego practicamente hasta la ciudad de Qadesh: la divisidn de Amon estaba en marcha detrés de él, mientras que la divisién de P’Ra estaba cruzendo’el vado del Orontes; la division de Ptah adn no habia cruzado el Orontes y estaba situada en la ciudad de Arnaim, mientras que la de Seth marchaba adn de- tras. Las fuerzas de Ramsés || que le acompafiaban estaban a unos once kildmetros de Qadesh, al sur-de la ciudad de Shabtuna, donde conocieron @ unos némadas shasu. Estes le dijeron al faradn que el rey hitita estaba en Is tierra de Alepo, al norte dé Tunip, y por tanto muy lejos de las intenciones del faradn. Esto parece ser que fue preparado por Muwatalli, que habia mandado a estos némadas al faradn de Egipio. para que no se preparase para el combate, con lo que conseguia una clara ventaja tdctica. Los egipcios no se fiaban de sus informantes y comenzaron:a tortu- rarios; tras un tiempo de intenss agonia, los: enviados del rey Muwatalli comen- zaron a hablar hasta que no pudieron mas y revelaron la posicién del monarca hi- tite. Revelaron que no estaba al norte de Alepo, sino que ya habia llegado a Qadesh y que estaba formando un gran ejército con el resto de reyezuelos que apoyaban su causa, armados con carros y con infanteria. No se nos expone en los documentos que narran fa batalla el ndmero de enemigos, sino que se describe como una meta- fora de la cantidad ingente de soldados que habian estado en el lado de Muwatalli, aunque estudios posteriores cuentan mas de tres mil setecientos carros de com- bate y cuarenta mil infantes entre todas las tropas que apoyaban ia causa hitita. Tras conocer las intenciones del rey de los hititas y saber que la posicion de Alepo fue un engafio, Ramsés || reunié a sus consejeros y discutieron sobre la cuestién de la guerra. El faradn contaba con sus guardaespaldas y la divisién de Amon, la cual se habia acercado ya a la posicidn del rey de Egipto. Se ordend que las unidades Ptah y Seth se acercaran con mas rapidez a la posician del faradn, mientras que la divisién P’Ra ya estaba llegando_ Sin embargo, el rey hitita habia establecide distintos puestos de vigilancia en la ladera noreste de la colina que se levantaba en Qadesh, y desde alli tenia una ventaja tactica sobre ios del Nilo: Ram- sés,al tiempo, decidié que era mejor liberar a los prisioneros que habia capturado para que fuéren.de nuevo con su rey. El wisi, encargado de establecer contacto con las divisiones que estaban retra- sadas, decidid poner en marcha a las diferentes divisiones. Como el tiempo apre- miaba, el consejero:rea! fue cambiando los caballos de su carro: para poder ir mas répido sin tener que parar a que los animales bebieran. El visir comenzé a dar orde- nes a las.divisiones:retrasadas y fue, en-este momento, cuando la division de P’Ra apretaba el paso hacia el norte, casi en el campamento de Ramses en ei rio Al-Mukadiyah (afluente del Orontes). Los egipcios se encontraron con una wisibi- lidad muy mala por el paso de los soldados, los cuales levantaban mucho polva que tardaba en asentarse. En los mérgenes de este rio les sobrevino una masa de carros de guerra hitita que se arrojaron sobre |a colummma de marcha egipcia. E| resultado de este primer combate fue un éxito hitita: destruyeron practicamente la totalidad de la divisién, los carros y los caballos fueron destrozados. Las columnas y las tropas egipcias no podian vencer a los carros hititas debido al cansancio de la marcha forzada, asi como la emboscada que Muwatalli habia preparado: De este combate solamente unos pocos infantes consiguieron sobrevivir y ponerse en fuga. Los egipcios hab/an perdido ante el ataque de los hititas, los supervivientes de la divisién de P’Ra consiguieron llegar-al campamento de Ramsés, todo lo que quedaba de la segunda division habia llegado al campamento de Ramsés o a la ter- cera division en el sur. Los hititas, en vez de replegarse y tomar la victoria sobre una de las columnas de Ramsés, decidieron atacar el campamento de! faradn Tras !a derrota-de Ja divisidn de P’Ra, el faradn dispuso las tropas de su campa- mento en orden de combate, listas para acometer un enfrentamiento dentro del re- cinto campamental, que fue cercado con sus escuidos. Ramsés esperaba que el resto de las divisiones, incluidas las que habie dejado atras, pudiesen llegar en un lapso de dos dlas y asf poder formar un gran ejército para combatir a los hititas. Sin embargo, los vigias llegaron desde el sur y el oeste, donde observaron cdma muchos carros hititas se‘habian lanzado contra ellos. Antes de que las tropas de P'Ra entrasen en el campamento, todos estaban enzarzados.en un combate y en minutos los carros hititas entraron sobre el noroeste de fa pared de escudos que habia formado Ramsés. Las fuerzas de Muwatalli entraron en el cammpamento por ese lado y, los carros, los cuerpos de los muertos, la fila de escudos, los fosas y las tiendas impidieron que la inercia del combate siguiera dentro de ellos_ El asalto pasé rapidamente a un combate de infantes, los carros hititas se empujaban, no habia espacio suficiente para todos los que combatian, de modo que muchos de ellos tuvieron que combatir fuera del campamento desde el foso y el muro de escu- dos. Ramsés |! castigando a sus enemigos. Muchos egipcios cayeron en esta ofensiva, asf como muchos hititas que habian sido presa del espacio reducido-y habian caido bajo fas armas egipcias. En este momento, la guardia personal del faradn, los guerreros shardanos, protegieron al rey con sus vidas y fueron organizados por el propio faradn_ La situaciin de! mo- marca egipcio estaba ubicada en el fondo del campamento yen el lado oriental. Sin embargo, aunque se pusieran a salvo los hijos de Ramses y sus soldados, el faraon se colocd la corona y se dirigid montado en su carro de guerra hacia la batalla. Ramses || partid hacia el combete con su carro y su arco; conducida por su subordinada Menna, salid del campamento por el este y se puso ala cabeza de los carros.de combate egipcios para llegar hasta el norte, donde los carros hititas estaban embotellados por el espacio reducido y por la confusidn del combaie y por tanto eran un objetivo facil de atacar Ramseés.|| se abalanzd. sobre ellos, pero, los hititas, en vez de atacar los carros egipcios, siguieran en su empefio:de entrar en el campamiento egipcio para conseguir saquear todas las riquezas que llevaba e! fa: radn_consigo. Esta ambicién de las tropas hititas:les llevé.a perder la vida-a manos de los carros egipcios y sus flechas. Los carros de Muwatalli final mente reaccior ron y comenzaron a abandonar ei combate hacia la llanura oeste, en sentido opuesto al que habian seguido para ata- car el campamento. Los caballos de los hititas estaban muy cansados, pues habian combatido dos veces en el mismo. dia, y, por lo tanto, eran mds lentos que los egipcios y ofrecieron combate-en la planicie, aunque acabaron por huir. La victoria egipcia de este primer combate fue clara, los egipcios consiguieron defender su posicién, aunque perdieron muchas vidas, sin contar la mencionada divisién P’Ra que habla desaparecido practicamente sin ofrecer una defensa efec- tiva. Los-egipcios comenzaron a rematar a los muertos y mutilados del campo-de batella, amputdndoles las manos derechas para hacerles inservibles para la guerra. Los planes de Muwatalli no pasaban por perder esa unidad de carros que ha enviado.@ destrozar las lineas egipcias que atin no habian llegado al campamento: Esto hizo que tuviera que ganar otra ventaja tactica. En este casa, los hititas deci- dieron que era mejor distraer a las tropas egipcias que habian salido a perseguir a los carros que huian hacia Qadesh; para ello, mandaron un cuerpo del ejército a hacer frente a Ramsés ||, para que regresara a su campamento. Sin embargo, el rey hitita ordend que se organizaran las tropas y que cruzaran el rio cercanoa la ciudad de Qadesh para atacar ef campamento egipcio desde el lado oriental. La respuesia de los nobles que acompafiaban a Muwatalli, asi como sus hijos, hermanos y per- sonal que les acompafiaba fue clara, y acabaron por concentrarse en una escuadra que tras muchas dificultades consiguié cruzar el Orontes hacia poniente. La fuerza de Muwatalli parecla que estaba ganando, asaltaron con fiereza ef campamento de los egipcios, pero, entonces, llegd desde e! norte una gran fuerza egipcia, la divisién de los ne‘orin que habia estado vigilando uno de los puertos egipcios. En este momento, parece que los mercenarios egipcios le salvaron la vida al faradn y a sus tropas,tras llegar el combate y auxiliar el campamento. Como ocurrid en-el primer combate, los carros hititas intentaban ingresar en el campa- mento de los egipcios sin éxito, mientras que los mercenarios egipcios destruian con sus flechas este contingente de tropas. Sin embargo, la suerte de los hititas co- menz6 a cambiar, las fuerzas de Muwatalli se batieron en retirada hacia el Orontes cuando, de improviso, aparecieron en da onlla los carros dela divisidn Ptah, que asestaron un golpe a los supervivientes hititas én el borde del rio. Ramsés || hizo que se volviese a ocupar el campamento de los hititas que ha- bian vencido, no obstante, muchos carros hititas se habian puesto 2 salvo al otra lado del Orontes. E| faradn una vez acabado el:combate contra sus enemigos se retird a meditar qué haria con fos prisioneros nobles que habia capturade en el combate. Parece ser que, 4 la mafiana Siguiente, el monarca egipcio castigé dura- mente a las tropas supervivientes de les divisiones de AmGn y de P'Ra, ya que no habian sido capaces de ayudar al faradn cuando estaba en peligro y fueron los mercenarios fos que le ayudaron en el combate. La version que da el faradn en los textos del Rameseum es diferente: da gracias a la ayuda del dios Amon, quien le dot6 de una fuerza sobrehumana con la que consiguio exterminar a sus enemigos. Sin embargo, lo que ocurrid fue el auxilio de los mercenarios desde el norte. Por lo tanto, el faradn decidic realizar |o que los ramanos posteriormente llamaron la decimatio, es decir, ejecutar a un hombre de cada diez. Los prisioneros hititas presenciaron el acto de «justicia» que el faradn habia realizado con sus tropas. No obstante, como decimos, no creemos que fuera por incapacidad de sus tropas, sino porque estas no estaban con é! cuando los hititas ataceron el campamento, y hubo de ser salvado por los mercenarios del norte. Muwatalli recibid a los prisioneros hititas que habian sido liberados y sopesd las opciones de los. egipcios, que, aunque habian vencido en el campo. de batalla, fabian perdido muchisi a5 tropas y no era sostenible el asentamiento de estas en los'territorios sirios. Muwatalli observé la ventaja tactica de un armisticio entre ambos bandos, por lo que realmente el rey hitita cedid la ciudad de Qadesh a sa- biendas de que los del Nilo no podian mantenerla con el tiempo, ya que debian volver a Egipto para restaurar las numerosas tropas que habian perdido. La mis a del armisticio se envidé y Ramses || decidid aceptar, algo que revela que los egipcios habian derrotado en combate a los hititas, pero no. habian podido ver las conse- cuencias de una victoria con muchisimas bajas. Tratados de Qadesh. Museo del Antiguo Oriente, Turquia. En el retorno de las tropas del faradn egipcio hasta el pais del Nilo fueron escoltados por las tropas de los hititas: esto parece una derrota que no estd regis- trada en las fuentes, por lo que la victoria egipcia estuvo mas en el campo de bata- lla que en la guerra. Los egipcios, al tiempo de firmar este armisticio, comenzaron una relacién con los hititas que fue algo inestable. Los esfuerzos de Egipto por mantener el territorio fueron inexistentes, y volvieron los problemas en estos terri- torios; sin embargo, a4 la muerte de Muwatalli, se produjeron unos conflictos entre el hermano y su hijo por el trono, momento que aproveché de nuevo Ramsés para atacar los territorios y poner guarniciones en algunas ciudades. No obstante, cuan- do Hattusili Ill, el sucesor de Muwatalll, llega af trono, quiso firmar un tratado con Egipte-conocido como Tratado de Qadesh. El Tratado de Qadesh estd escrito en varios idiomas, en acadio y en jeroglifica egipcio, y en él parece que se ponen por escrito las fronteras de ambos imperios y se deja claro que Ramsés renuncia a Qadesh, Amurru y las tierras limitrofes con el rio Orontes, asi como-a los tributes de todos estos pueblos. Por lo tanto, parece adecuado pensar que la batalla la gand Ramses [|, pero la guerra la ganaron los hiti- tas, ya que finalmente se quedaron con el territorio dé Qadesh y con los tributes de esta zona: Al contrario que Megido, la batalla de Qadesh fue el principio del fin de las pre- tensiones egipcias en los territorios sirios. Durante mds de tres sigios los del pais del Nilo intentaron permanecer de forma estable en estos territorios, manteniendo una relaci6n de rey y suibdita.con la realeze cananita, tal y.como demuestran aigu- nos textos como el que nos trasmite las idas y venidas de Sinuhé el egipcio o las cartas que $e enviaban los faraones con estos, cuyo trato parece ser mas de her- manamiento y de subdito que de igual a igual. Con ei paso del tiempo, en el trigésimo cuarto afio de reimado de Ramses ||, se sellé otro pacto, en el que el rey hitita daba-a su hija para casarla con el faradn de cincuenta afios de edad. Sin duda, @ partir de la batalla de Qadesh, también se fijo una paz.con la ciudad de Hatti, la cual fue destruida por los pueblos del mar en el 1190 antes de Cristo. CONTROVERSIAS EN LA BATALLA DE QADESH Existen diferentes controversias en la victoria egipcia de Qadesh. Ramses || se re- tira tras una victoria que no es tal en realidad, ya que segdin algunos investigadores como Nicolas Grimal detallan que fue una salvacién del ejército y un abandons de los territories, cuando Muwatalli consigue hacer que este territorio sea comple- tamente antiegipcio, lo que es mas que una victoria. Otra de las controversias que @parecen-en esta batalla es fa ayuda de los me‘anh. La divisidn de estos mercenarios que estaban en el norte acudid en ayuda de su rey cuando los carros hititas estaba’ sobre los egipcios. Muwatalli és posible que ni siquiera supiera de la existencia de esta division, ya que no formaron parte de esa columma de soldados que mar chaban junto al rey. pero pudiera ser que fuera una divisién de los mejores sol- dados del faradn. Una de las cosas que mds se ha discutido acerca de la batalla de Qadesh fue en qué momento del dia resultd ese primer ataque de los carros. En muchas publica- ciones se ha hablado de la noche, ya que sorprendié a la divisi6n de P’Ra; sin em- bargo, recientes investigaciones explican que no pudo ser en ese momento, debido 4 que cruzar un rio con carros y con numerosas trapas por la noche hubiera su- puesto un Suicidio tactico. Unide a esta idea, también se expone que el tiempo que tardaron en cruzar el rio era demasiado como para hacerlo solo en una noche y ata- car inmediatamente despues, por lo que parece ser que se produjo al dia siguiente. Con el final de la batalla dé Qadesh y el posterior Tratado de Qadesh, Egipto dej6 de tener interés en el frente asidtico: se dejaba de iado una influencia que se hizo fuerte con Tutmosis Ill y que se abandond con Ramsés ||. No obstante, aun- que Ramsés tuvo esta «victoria» y abandons estos territorios, este faradn fue uno de los més brillantes y mds longevos de todo el antigua Egipto, ya que llegé a ame nazar diferentes posiciones de Libia,.asi como a-establecer una reforma en el ejército tras la batalla de Qadesh. No es tema de este libro entrar en las construc clones y en el brillante gobierrio de Ramsés'||, sin embargo, cabe mencionar que en los miltiples templos que é/ edifica estd el templo del Rameseum, en el Valle-de los Reyes, donde dejé en sus paredes la historia de la batalla de Qadesh. Ramsés || dirigiendo a sus tropas en Qadesh, templo de Abu Simbel. ‘Grecia Las guerras médicas: La guerra para salvar Grecia LOS INICIOS DE LA GUERRA, LA REVUELTAJONIA A principios.del siglo v a. C., los griegos comenzaron a aparecer en el dmbito in- ternacional y no solo por sus’ colonias, en todo el aémbite occidental, sino porque se iban a embarcar en un mundo agresivo y hostil del que no podrian desprenderse jamas. Enel 4gg-a. C. los persas, en su polftica de expansién, enviaron numerosos barcos hacia Naxos, la polis mds floreciente de las islas. Cicladas. En este mo- mento, la poblacién y la dase mds noble de la isla comenzaron a tener problemas internos que se saldaron con la expulsidn de la oligarquila aristocratica, Estas fami- lias se exiliaron a Mileto, donde estaba el tirano Aristagoras, que; en secreto, plan- ted recuperar ef poder de sus homGnimos en laisla de Naxos. Mileto tuvo el privilegio de-ser la polis mds importante de Ia Jonia continental, obiuvo su: autonomia bajo los reyes lidios, y fue respetada después con las inva- siones. persas. Al tirano Aristagoras le parecié una buena oportunidad devolver a su isla a los aristOcratas de Naxos, esperando conseguir unas ventajas favorables para la ciudad de Mileto. Sin embargo, Mileto no tenia un ejército lo suficien- temente grande como para afrontar las fuerzas de la isla de Naxos, por lo que su ti- fano se entrevisté con Artdfanes, el sdtrapa (gobernante) persa de Lidia. Tras varias misivas con Dario, el rey de Persia, el gobernante persa obtuvo su permiso, por lo que Mileto obtuvo una gran flota de doscientos trirremes y un gran ejercito que di- rigié hacia la isla de Naxos. Las fuerzas de Mileto y de Lidia (Persia) estaban diri- gidas por Aristégoras, que asumidé el coste de esta expedicidn militar con las inten- ciones de recuperar todo ello tras el saqueo de la ciudad. Cuando esta gran fuerza entrd en Naxos. se encontraron al pueblo unido preparado para acometer la de- fensa contra ellos. Los ciudadanos de Naxos se refugiaron en el muro y, durante cuatro meses, estuvieron bajo asedio. Sin embargo, no fueron estos los que per- dieron e| asedio, sino que los persas se quedaron sin viveres para mantener al @jército én la isla y decidieron volver al continente para abastecerse. En este instante, ef tirana de Mileto creyé conveniente provocar una suble- wacién a gran escala en la zona de jonia (actual costa mediterranea de Turquia) contra los persas. Al parecer las intenciones de Aristagoras se debieron al enfado con Escilax, comandante persa, que habia maltratado a un almirante jonio. No obs- tante, aunque Herddoto [historiador griego que narra las guerras médicas) nos narre esto, no parece muy conveniente que, por el maltrato de un oficial, los de Mi- leto se rebelaran contra fos persas. Lo mas razonable es que al ser Mileto la ciudad que sufragé toda la expedicion, y tras perder la oportunidad de saquear la ciudad de Naxos, no pudo conseguir pagar todo aquelio que le habia costado. Los persas favorecieron a los tiranos en la Jonia y, tras ef descontento dentro de Mileto, su tirano debia mover ficha para no perder su poder, por lo que se abanderd como libertador del yugo persa Una vez planteada la liberacidn de las ciudades-Estado de Eretria, Teos, Samos y Quios, ya que sus tiranos marcharon hacia Sardes en busca de |a proteccién de los persas, los jonios decidieron escoger seis generales para el enfrentamiento militar por la liberacién de estas ciudades, en busca de !a isonomia figualdad ante la ley). £l entusiasmo de derrotar al invasor, que habia dominado con sus politicas gran parte de fos territorios griegos, viene dado por la idea de la democracia que se habia creado en |a Grecia continental. Sin duda los jonios buscaron rapidamente el apoyo de las ciudades del conti- nente, por ejemplo Esparta'o Atenas. En‘el caso de Esparta, no recibieron mas que la negativa, ya que estaba envuelta en un conflicto con Argos; la-segunda opci Atenas, resultaba mucho mas favorable a los intereses de los jonios. ra los Atenas decidié enviar algunas naves para combatir del lado griego cor persas en la region: de Jon ..No solamente Atenas participo en esta expedicién, sino que también se unieron a ella los griegos de Eretria, que enviaron algunos bar- cos hacia alli. La participacién de Atenas en este conflicto viene determinada par el asilo que los persas habian proporcionado al tirano Hipias, el cual habia sido ed- liado de esta polis. La asamblea de Atenas decididé enviar a Melancio al mando de veinte naves, que marcharon inmediatamente hacia las costas de la fonis. En el 498 @ C. el contingente griego se unid en Efeso al ejército de los jonios. Desde esta posicion, la coalicién helena avanzé tierra adentro para atacar la ciudad de Sardes, donde se refugiaban los tiranos y los persas. La fuerza conjunta con- siguid destrozar las defensas persas y tomar la ciudad en muy poco tiempo; el sétrapa Artafrenes tuvo que refugiarse en la acrdpolis de la ciudad y, desde alli, aguanté hasta la llegada de refuerzos persas. Cuando. parecia que todo estaba per- dido aparecié ja caballeria persa al rescate de su satrapa, y los griegos que estaban tomando la ciudad decidieron huir hacia la polis de Efeso, pero fueron inter ceptados por esta caballeria aqueménida, que los diezmo. La toma-de la ciudad fue efectiva durante poco tiempo, los griegos continentales decidieron que era una mi- sién muy costesa y abandonaron la expedicidn; ahora los jonios estaban solos frente al rey de Persia. Aristagoras. el tirana de Mileto, no se contenté con la simple huida y decidié buscar nuevos’ aliados en las regiones del Helesponto y Caria, como también en Chipre. En el 497 a. C los persas enviaron un gran ejército hacia la zona fenicia, donde los tiranos de Chipre se aliaron con los aqueménidas al ver tal fuerza de combate. Dario, rey de los persas, decidié enviar nuevos ejércitos para recuperar el control del Helesponto y de Caria. El ejército mas importante dirigido por el yerno del rey, Daurises, fue emboscado por los carios en Pedaso, lo que résulto en una victoria aplastante para los griegos. Al ver Dario que su ejército mas grande habia sido derrotado, decidid, afios después (4g4 a. C_), enviaruna ofensiva, tanto por tierra como por mar, contra la polis. de Mileto, el verdadero centro de la rebelién Durante estos afios de victorias griegas, antes del 494 a.C., los cludadanos de Mileto habian expuisado a su tirano Aristdgoras y sumido fa cludad en una incerti- dumbre e indisciplina politica que solamente fue sofocada con la Ilegada de His- tieo, un nuevo tirano. Sin embargo, los milesios decidieron expulsar a los tiranos y finalmente instaurar una «pseudodemocracia», Las polis griegas de Jonia se unieron en una liga, denominada come la Liga jd- nica, que estaba dirigida por una asamblea religiosa que se reunia cada afio en el santuario de Poseidén, en Priene. Estos reunieron un gran ndmero de barcos frente alas costas de Mileto, en la isla de Lade. Para evitar problemas dentro de la: organi- zacién de estas fuerzas conjuntas, los jonios decidieron entre todos que el. coman- dante de la flota debja ser Dionisio de Focea, por ser ia polis que menos contin- gentes contribuyé al ejército: Esta decisiém evitéd un problema entre las’ grandes polis. La fuerza conjunta de los griegos no llegaba a superar las trescientas cincuenta naves, mientras que los barcos persas alcanzaban los seiscientos efectivos. Los aqueménidas, expertos en la negociacion con otros territorios, decidieron enviar musivas Ge paz y promesas de riquezas para provocar deserciones en el lado grie- go. Al parecer, seguin nos cuenta Herdédoto (principal escritor de las guerras médi- cas), los primeros en desertar fueron los samios, mas tarde los lesbios, y la cludad de Mileto quedé asi como la mas importante. Esta fuerza.conjunta no pudo sopor- tar el envite de las tropas persas, muchas ciudades-Estado fueron sometidas y castigadas por la participacion en esta Liga. De nuevo, los griegos habian sido derrotados por los. persas, !a ciudad de Mi- leto habia sido arrasada, las tropas persas habian entrada tirando la puerta de la ciudad con arietes, la primera rebelidn habia sido un gran fracaso. Al afio siguiente, el sdtrapa Artairenes tomdé medidas. para la pacificacidn de esta zona, que tantos quebraderos de cabeza le estaba dando. El sdtrapa decidid que ere mejor reunir a todos los representantes de las ciudades de Jonia y hacerles jurar que se some- terfan a él. No obstante, este no fue el fin de los conflictos entre griegos y persas, sino el principio de una gran guerra que se solucionaria en la parte continental de Grecia. Los helenos comenzaron a defenderse de las pequefias incursiones. que los ejércitos persas hacian desde la Jonia hacia el interior de! continente; se estaba preparando un gran conflicto para los préximos afios.

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