Está en la página 1de 17

| Usuario

TURQUIA
Turquía ha sido históricamente un país tanto de emigración como de inmigración. La dinámica interna
del país, los acuerdos bilaterales, los conflictos y las guerras, y los intereses políticos y económicos han
llevado a la aparición de diferentes movimientos migratorios en distintas épocas. Algunos de estos
movimientos han sido regulares, mientras otros han tenido un carácter irregular. La emigración de
trabajadores turcos hacia Europa; la emigración de refugiados a partir de finales de la década de los
setenta del siglo XX, que continuó durante los ochenta y que ha seguido hasta hoy; la emigración de
estudiantes y la emigración de personas altamente cualificadas han sido, y son, los principales
movimientos migratorios desde Turquía a distintas partes del mundo. Los principales movimientos de
inmigración hacia Turquía comprenden: la inmigración búlgara a Turquía entre 1923 y la década de
1990 que alcanzó su punto máximo en 1989; la inmigración de solicitantes de asilo y de refugiados;
personas que son objeto de tráfico humano y que entran clandestinamente en el país; (ampliar)
inmigrantes irregulares y; recientemente, la migración al revés de los “euro turcos” que son los hijos
de segunda y tercera generación de los trabajadores turcos en el extranjero.
Turquía es también un lugar de paso para los emigrantes procedentes de Oriente Medio y Asia Central
que pretenden llegar a los países prósperos de la Unión Europea. Ello se debe a la ubicación geográfica
de Turquía, entre Europa y Asia. De este modo, Turquía y sus políticas migratorias son fundamentales
para los países de la UE que quieren que Turquía controle sus fronteras contra los emigrantes
irregulares y en tránsito en cumplimiento de la Convención de Ginebra. Este es el principal motivo de
que la política migratoria de Turquía se centre en los solicitantes de asilo, en los refugiados y en los
emigrantes irregulares. En este sentido Turquía ha hecho progresos en el campo de la política
migratoria, tratando de adecuar sus actuales políticas a los estándares internacionales y de la UE.
Otra importante pauta migratoria determinante de la estructura social de Turquía es la dinámica
migratoria interna que todavía puede observarse desde las zonas rurales orientales y sudorientales del
país hacia la Turquía occidental urbana. Una parte importante de este proceso migratorio fue la
población internamente desplazada debido al conflicto armado en el sudeste de Anatolia, entre 1984 y
1999.
En este mismo contexto, la industrialización y la modernización turca estuvieron marcadas desde el
comienzo de la década de 1950 por un movimiento desde las áreas rurales hacia las grandes ciudades,
concretamente Estambul, Ankara e Izmir.
En la década de 1950 el 75% de la población turca era rural y en solo sesenta años esta situación se ha
revertido.
En 2010 la población urbana turca ha llegado al 70%. Precisamente, ha sido la migración interna la que
ha desempeñado un papel fundamental en esta transformación demográfica y societal. Además, la
migración del campo a la ciudad adquirió una dimensión diferente entre los años 1984 y 1999 con el
fenómeno del desplazamiento interno de muchas personas de origen kurdo. Estas personas se vieron
obligadas a dejar sus aldeas debido al conflicto político y militar en el este y el sudeste de Turquía.
Emigraron a las grandes ciudades, también, principalmente a Estambul y han cambiado
considerablemente la estructura social de la ciudad.

Turquía: el floreciente negocio del tráfico de personas


El contrabando en Turquía sigue siendo un negocio floreciente pese a la presión de las autoridades. El
viaje de miles de refugiados hacia Europa.

El viaje de miles de refugiados hacia Europa comienza a menudo en Aksaray, un barrio de Estambul,
concretamente en una plaza que todos conocen como “la de los contrabandistas”. Cada puesta de sol,
decenas de personas se reúnen aquí con bolsas de basura llenas de chalecos salvavidas. Entre los
contrabandistas hay muchos sirios.
Los contrabandistas se ponen de acuerdo para aparcar el autobús en un sitio y piden a la gente que
vayan hasta allí para evitar que la policía les pare. Los llevan a lugares donde no hay agentes. Primero
unos vigilan la zona y cuando ven que no hay policía, se comunican por teléfono con sus compinches y
empiezan el viaje. En 15 minutos todo está listo y el autobús en camino.
Pese a todo, a veces son interceptados en pleno trayecto y tras pagar una multa vuelven al punto de
partida. Pero la mayoría de los viajes terminan en ciudades costeras de Turquía, que están a un corto,
pero potencialmente mortal, viaje en barco de las islas griegas.
Hay presión principalmente en las salidas al mar porque los guardacostas turcos han extremado la
vigilancia. Por supuesto, hay contrabandistas a los que no les importa si hay olas o no. En el momento
en que le llegan los inmigrantes, lo que quiere es deshacerse de ellos cuanto antes.
Para las autoridades turcas, controlar una frontera terrestre y marítima de más de 10.000 kilómetros
es una misión casi imposible. La costa del mar Egeo está llena de calas y bahías donde los
contrabandistas se mueven a sus anchas.
Ankara ha intensificado sus esfuerzos para aplicar las leyes ya existentes contra la inmigración ilegal y
ha adoptado una nueva serie de medidas en cooperación con la UE.
Bahadir Yesiltepe, del departamento de lucha contra el contrabando de la policía de Izmir:
“Ahora estamos en invierno y entre enero y febrero pese a las malas condiciones climáticas, ha habido
muchas más incautaciones de barcos, y muchas más detenciones de contrabandistas y rescates de
inmigrantes que en el mismo período el año pasado.”
Según cifras de las autoridades turcas, el año pasado fueron detenidos 146.000 inmigrantes ilegales y
4.800 contrabandistas.1

1
http://es.euronews.com/2016/03/07/turquia-el-floreciente-negocio-del-trafico-de-personas
Turquía: El negocio del contrabando de refugiados y el tráfico sexual

Organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado abusos graves perpetrados por
bandas contra los cerca de tres millones de sirias que han huido a Turquía.
Un informe sobre las refugiadas, las solicitantes de asilo y las inmigrantes sirias en Turquía, publicado
en 2014 por la Asociación por los Derechos Humanos y la Solidaridad con los Oprimidos, habla de
matrimonios infantiles y matrimonios forzosos, poligamia, acoso sexual, trata de personas, prostitución
y violación infligidos por los criminales a la migración siria en Turquía.
Según el informe, los sirios son explotados sexualmente por quienes se aprovechan de su miseria. Los
menores, y especialmente las niñas, son los que más sufren.
Las pruebas forenses y los testimonios presenciales indican que, en todas las ciudades donde se han
establecido los sirios, la prostitución ha aumentado drásticamente. Las jóvenes de entre 15 y 20 años
son las que más se prostituyen, pero también son explotadas niñas de tan sólo 13 años, a veces sus
clientes les pagan con comida u otros bienes que ellas necesitan desesperadamente.
Las mujeres que han cruzado ilegalmente la frontera y llegan sin pasaporte corren un alto riesgo de ser
secuestradas y vendidas como prostitutas o esclavas sexuales. Las bandas criminales llevan a los
refugiados a las localidades cercanas a la frontera o a las terminales de autobuses, donde el "tráfico de
refugiados" se ha convertido en una gran fuente de ingresos.
Los profesionales del crimen convencen a los padres de que sus hijas tendrán una vida mejor en
Turquía. Se les da a los padres entre 2.000 y 2.500 liras turcas (entre 700 y 1.700 dólares) como "precio
de la novia" –una enorme suma para una familia siria pobre–, para llevar a sus hijas ilegalmente al otro
lado de la frontera.
Muchos hombres en Turquía practican la poligamia con las niñas y mujeres sirias, pese a que la
poligamia es ilegal en Turquía. Algunos hombres en Turquía toman a segundas o terceras esposas sirias
sin siquiera inscribirlas en los registros oficiales. La escasez económica es uno de los factores
principales de este sufrimiento, pero también es un fenómeno religioso y cultural, ya que la religión
permite el matrimonio infantil.
Las mujeres y niños sirios en Turquía también sufren acoso sexual en el trabajo. Los que consiguen un
trabajo ganan muy poco, acaso lo justo para comer, pero trabajan muchas horas y muy duro por ese
poco dinero.
Si son kurdos, son doblemente discriminados, primero como refugiados y después como kurdos. Las
organizaciones de ayuda humanitaria están aquí para ayudar únicamente a los refugiados árabes;
cuando se enteran de que son kurdos, se marchan, o les dan muy poca cosa, y después no vuelven.
La Red contra la Explotación Sexual Infantil y Adolescente (ECPAT, por sus siglas en inglés) ha
elaborado un detallado informe sobre "La situación de las acciones contra la explotación sexual de los
menores en Turquía". El informe de la ECPAT cita el Índice de Esclavitud Global de 2014,
que calcula que la incidencia de la esclavitud en Turquía es la mayor de Europa, a causa sobre todo de
la prevalencia de la trata de personas con fines sexuales y el matrimonio infantil.
Turquía es un país de destino, tránsito y fuente de menores sometidos al tráfico sexual.
Las pruebas indican que el tráfico de menores también se está produciendo entre Siria y Turquía, por
"facilitadores" que trafican con chicas no refugiadas de Siria que han sido precompradas por su edad. A
las chicas de entre 12 y 16 años se les llama pistachos, y a las que tienen entre 17 y 20, cerezas; a las de
entre 20 y 22, manzanas, y a partir de esa edad, sandías.
Al parecer, el 85 por ciento de los refugiados sirios viven fuera de los campos de refugiados, y por lo
tanto no pueden ser monitoreados por una agencia internacional.
Muchas refugiadas en Turquía, son obligadas a prostituirse fuera e incluso dentro de los campos para
refugiados.

El número de refugiados en Turquía ha llegado hasta los 2,8 millones. Turquía tiene 26 centros de
acogida, donde viven unos 300.000 refugiados. Esos centros son vigilados con regularidad por la ONU,
y algunos oficiales de la ONU están destinados en ellos.
La cultura –la islámica– no tiene la menor consideración hacia los derechos de las mujeres, sino que es
una cultura de violación, esclavitud, abuso y discriminación que a menudo explota incluso a los más
vulnerables.
Lo terrible es que Turquía es el país en el que se está apoyando la UE para "resolver" el grave problema
de los refugiados y los migrantes.
La comunidad internacional tiene que proteger a los sirios y acordonar partes del país para que haya
más gente que no quiera abandonar sus casas y convertirse en refugiados o solicitantes de asilo en
otros países. Tal vez muchos sirios incluso volverían a sus casas.
Las mujeres y las niñas no son, para muchos, seres humanos que merezcan ser tratados con
humanidad. Son solamente objetos sexuales cuyas vidas y dignidad no tienen valor. Los sirios están allí
para que se abuse de ellos y se los explote. Sólo piensan en las mujeres para "casarse" con ellas. 2

EMIGRANTES DE TURQUÍA

En la segunda mitad del siglo XX, mientras se estaba produciendo un movimiento desde las áreas
rurales a los centros urbanos, proceso iniciado en la década de 1950, ya en 1961 Turquía firmó su
primer acuerdo bilateral con Alemania. En esta fecha había empezado la emigración de trabajadores
turcos hacia Europa. El estado turco consideró que este era un movimiento necesario para resolver el
problema del desempleo mediante la emigración al extranjero del excedente de la mano de obra.
Además de con Alemania, se firmaron acuerdos con Austria, Francia, Bélgica, Países Bajos y Suecia.
Pero la emigración del trabajo turco no se dirigió solamente al continente europeo, ya que también se
firmó un acuerdo laboral con Australia. Ya en los años setenta, y aunque se habían interrumpido los
reclutamientos laborales, la emigración turca continuó gracias al proceso de la reunificación familiar y
2
https://es.gatestoneinstitute.org/7853/turquia-refugiados-trafico-sexual
en forma de un flujo de refugiados y solicitantes de asilo. Debido a la densa atmósfera política
existente en el país durante las décadas de 1970 y 1980, muchas personas abandonaron Turquía y se
convirtieron en refugiados, sobre todo en países europeos. Después de la década de 1990, la
emigración turca a Estados Unidos (tanto legal, básicamente en forma de emigración estudiantil, como
irregular), a Arabia Saudí y a Libia fueron las principales dinámicas de emigración.
Turquía se ha ocupado de los emigrantes turcos a través de sus embajadas y consulados, de manera
que no existía un organismo estatal específicamente responsable de los expatriados. Sobre la atención
al colectivo emigrado y sobre los problemas con que podían encontrarse en sus países de residencia se
han encargado el ministerio de Asuntos Exteriores y el ministerio de Trabajo y Seguridad Social. No fue
hasta el año 2010 cuando se creó la Dirección General de Expatriados Turcos, que desde entonces es la
responsable de gestionar el servicio a los emigrantes y a sus demandas. La emigración turca ha sido
siempre una importante fuente de ingresos para la economía turca gracias a las remesas de fondos
enviadas por los turcos que trabajan en el extranjero. El Banco Mundial considera el corredor de
remesas Turquía-Alemania como uno de los diez primeros corredores de remesas del mundo.
De acuerdo con las estadísticas del ministerio turco de Trabajo y Seguridad Social y del ministerio de
Asuntos Exteriores, a finales de 2009 el número total de ciudadanos turcos que vivían en el extranjero
era de 3.765.175.
Si bien más de 3 millones de estas personas viven en países europeos, un porcentaje considerable de
ellas reside en EEUU, Canadá, Australia y los países de Oriente Medio.
Aunque en Turquía el número de emigrantes es mayor que el de inmigrantes, la tendencia es hacia un
incremento en el número de personas que emigran a Turquía y en la intensificación de la elaboración
de políticas de emigración por parte del Gobierno de Ankara.

INMIGRANTES EN TURQUÍA

Aunque es más conocido como país de emigración a otros destinos, especialmente a Europa, Turquía
también ha sido un país receptor de inmigración y un país de asilo. A lo largo de la historia, ciudadanos
de otras partes del mundo han emigrado a Turquía, especialmente de países vecinos en los que había
un clima social, económico y político inestable. Por ejemplo, a mediados de la década de 1920 se
produjo un intercambio forzoso de población entre Grecia y Turquía que afectó a medio millón de
musulmanes turcos en Grecia y a más de un millón de griegos en Turquía. Durante este forzoso
intercambio de población, muchas familias fueron separadas y muchas personas dejaron atrás
familiares y amigos.
Entre 1923 y 1927, más de 1,6 millones de personas emigraron a Turquía, en su mayor parte
procedentes de los países balcánicos. Este flujo inmigratorio procedente de la región balcánica
continuó también en 1989, 1992-95 y 1999.
En tercer lugar, durante la Guerra Fría, miles de solicitantes de asilo procedentes de los estados del
antiguo bloque comunista de la Europa del Este y de la Unión Soviética entraron en Turquía.
A finales de la década de 1980 hubo un número aún mayor de solicitantes de asilo, pero esta vez
procedentes de Irán e Irak. Mientras los iraníes buscaron refugio en Turquía en los años ochenta
después de la revolución, entre 1988 y 1991 hubo una entrada masiva de refugiados, sobre todo
kurdos.
Desde la década de 1990 ha habido flujos de refugiados procedentes de países como Somalia, Sudán,
Afganistán y Etiopía. Además del movimiento de refugiados y de solicitantes de asilo, también se ha
producido una inmigración irregular. Sin embargo, no es fácil definir qué se entiende por inmigración
regular-irregular o legal-ilegal debido a que la migración de tránsito, el tráfico de seres humanos, la
migración de refugiados y los flujos de solicitantes de asilo son realidades interconectadas. Lo más
sorprendente es la amplitud de los flujos de refugiados y solicitantes de asilo y la inmigración irregular
hacia Turquía, que ha aumentado en un grado considerable y que ha hecho que la UE obligase a
Turquía a introducir cambios en su política migratoria.

Los dilemas de la inmigración y la emigración que enfrenta Turquía ante las puertas de la Unión
Europea

En Turquía el nexo entre migración y desarrollo es complejo e inestable. Los factores de empuje, que
motivan a las personas a irse, son los bajos estándares de vida, la falta de oportunidades económicas y
la represión política. Los factores de atracción, que cautivan a los migrantes, son la necesidad de
empleo, disponibilidad de la tierra, libertades políticas y buenas oportunidades económicas.
Los resultados del modelo de empuje-atracción son ambiguos tanto para los países de rigen y como
para los receptores.
El papel de las asociaciones migrantes turcas y sus vínculos con Turquía tienen una importante
implicación política para ese país y los receptores. Muchos migrantes se involucran en actividades
políticas que influyen y trascienden a Turquía y los países en los que viven. Algunos migrantes turcos o
sus descendientes prestan servicios como miembros de los parlamentos en los ámbitos locales o
nacionales de los países europeos o en el Parlamento europeo. En algunas ocasiones, los migrantes
participan en acti- vidades políticas que tienen una influencia directa en la transformación política de
Turquía.
La emigración turca hacia Europa occidental constituye un ejemplo típico de la manera en que se
transforman los trabajadores huéspedes “temporales” a pe queña escala en una población inmigrante
de mayor envergadura y permanencia.
En la actualidad viven en Europa unos 5 millones de turcos, de los cuales cerca de dos y medio millones
viven en Alemania. La mayoría de los migrantes turcos proviene de pequeños pueblos de la región
central o de la costa del Mar Negro, y los que provienen de las grandes ciudades son una minoría.
La reunificación familiar en los años setenta permitió que se diera un equilibrio más equitativo entre
los migrantes turcos en Europa. En un principio había más varones que mujeres. Sin embargo, en la
actualidad hay una proporción relativamente más equilibrada entre los dos géneros. La migración de la
fase de reunificación familiar de los turcos a finales de los sesenta y los setenta continuó con una fase
en la que se dio una migración de formación familiar en los ochenta. A partir de entonces, la cantidad
de turcos que han llegado por medio de los programas de reunificación familiar ha disminuido,
mientras que la formación de familias tiende a superar la reunificación familiar.
En Europa, de manera parecida a la experiencia norteamericana, el autoempleo entre los inmigrantes
ha crecido de manera constante. Esto suele verse como un signo positivo. Los inmigrantes de
ascendencia turca también han recurrido cada vez más al autoempleo. Sin embargo, hay que ser muy
cuidadosos con el autoempleo de los turcos: a pesar de existir una tasa de fracaso descendente y
una pequeña tendencia hacia la diversificación, los inmigrantes todavía tienen una representación
excesiva en las áreas de limpieza, venta al menudeo y restaurantes, ya que tienden a reproducir las
estrategias empresariales de sus compatriotas.
Las tasas de naturalización de los ciudadanos turcos reflejan la diversidad de las políticas de los países
receptores. De tal modo que el “déficit democrático” que experimentan algunos ciudadanos turcos se
magnifica con la continuada integración europea. Además de la falta de reconocimiento a sus derechos
políticos, también existe el problema de la protección en relación al racismo o simple discriminación,
en especial en donde no existe legislación en relación con esos problemas (por ejemplo, en Alemania).
Muchos migrantes optan por conservar los lazos con su país de origen por medio de la doble
nacionalidad. Técnicamente esto les permite influir en las políticas de ambos países.
Con el paso del tiempo, el gobierno turco ha adoptado distintas medidas para incentivar a los
emigrantes para que transfieran sus ahorros. Turquía ha considerado las remesas como un
importante elemento de su política de empleo debido a que la inversión de los ahorros de los
emigrantes hace posible que se creen nuevos puestos en Turquía. El gobierno ha buscado maximizar
las remesas con una diversidad de programas y políticas que van desde permitir las importaciones sin
pago de tarifas si los retornados convierten sus ahorros a la lira turca, hasta establecer compañías
de trabajadores turcos para canalizar los ahorros hacia fábricas que generaran empleos en las
regiones de origen de los migrantes.
La migración es vista como un factor significativo para determinar los roles de género entre las mujeres
turcas. El empleo de las mujeres inmigrantes conduce a un declive notorio en la estructura de roles de
las familias extensas y a un notable aumento en la estructura correspondiente a las familias nucleares.
El empleo de las mujeres y un cambio frente a los patrones familiares tradicionales afecta
principalmente la división de tareas correspondiente a la provisión de alimentos, el establecimiento de
ahorros conjuntos y la apertura de cuentas bancarias.
Sin embargo, el trabajo fuera del hogar no cambia su estatus dentro de la familia, en lo que se refiere a
su responsabilidad del quehacer doméstico, cocinar, limpieza y cuidado de los hijos, y dentro de la
sociedad en lo que concierne a su potencial como fuente de deshonor el violar cierto conjunto de
reglas, valores y lealtades.
Las mujeres que migran mostraban un comportamiento más independiente, pero conservaban su
responsabilidad tradicional en el ámbito doméstico. Las mayores diferencias entre las mujeres con
trabajo asalariado y aquellas mujeres con o sin esposos migrantes. Las que seguían a sus maridos y
no tenían trabajo asalariado eran las que padecían más desventajas.
Puede afirmarse que algunas mujeres turcas logran una mejora en su calidad de vida por medio de
la migración. Las mujeres que tienen sus propios empleos e ingresos con frecuencia gozan de
posiciones de poder. Su ingreso en la fuerza laboral les proporciona oportunidades que habrían sido
inconcebibles en sus comunidades de origen.
Los inmigrantes turcos tienen una reputación de larga data de llevar una vida asociativa muy vívida.
Pero por un periodo largo esta vida reflejó las divisiones políticas de Turquía, además de las líneas
étnicas, religiosas, culturales e ideológicas. Ello se manifestaba particularmente en el caso del
problema kurdo en Turquía. Las organizaciones estrechamente vinculadas con el Partido Popular del
Kurdistán estaban muy activas entre los inmigrantes kurdos provenientes de Turquía. Sus actividades y
el uso de la violencia con frecuencia tornaban más tensas las relaciones entre Turquía y los países
receptores.
Los inmigrantes turcos también han participado en la política dentro de los ámbitos local, nacional y
europeo y se han unido a partidos políticos con perfiles que van desde el Demócrata Cristiano hasta el
Socialdemócrata. Muchos de estos políticos participan activamente en la nueva propuesta de
integración de Turquía como miembro de la UE. El Estado turco también ha intentado configurar la
vida asociativa. El mejor ejemplo de ello lo constituye la Unión Islámica Turca que está bajo la estrecha
supervisión del Directorio de Asuntos Religiosos del gobierno turco.
El Ministerio Turco de Asuntos Exteriores ofrece servicios consulares básicos para estos inmigrantes;
servicios que van desde la emisión de pasaportes al registro de matrimonios, nacimientos, etcétera.
Los consulados también aceptan solicitudes de doble nacionalidad, aun cuando la autorización final ha
de provenir del Ministerio del Interior. La dirección general de Relaciones Exteriores y los Servicios para
los Trabajadores en el Extranjero del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social es responsable de
abordar los problemas de empleo y bienestar social de los ciudadanos turcos en el extranjero.
El Ministerio de Educación y la Dirección de Asuntos Religiosos son dos instituciones públicas con
programas para los inmigrantes turcos. Ambas instituciones envían, con base en acuerdos bilaterales,
maestros y funcionarios religiosos para atender a las comunidades de inmigrantes turcos.
La Asamblea Nacional Superior de Turquía se interesa cada vez más en los problemas de los nacionales
turcos que viven en el extranjero.
Los vínculos étnicos y culturales han determinado el fundamento de las políticas turcas de inmigración.
La inmigración hacia Turquía típicamente se componía de personas procedentes primordialmente de
los países situados en los Balcanes y estuvo regida por legislación y prácticas que reflejaban en mucho
las preocupaciones por construir un Estado-nación expresadas por los “padres fundadores” de la
República turca. Se dio prioridad a estimular y aceptar la entrada de inmigrantes musulmanes que
hablaran el turco o que fueran percibidos por los funcionarios como gente perteneciente a grupos
étnicos capaces de fundirse con facilidad en una identidad turca.

Tras la caída del comunismo en los países de los Balcanes, el gobierno turco ha estimulado a las
comunidades que hablan turco y asociadas estrechamente con Turquía a que permanezcan en sus
lugares de origen.

También existe una forma de migración irregular en tránsito en la que participan los nacionales de
países vecinos como Iraq e Irán al igual que los nacionales de países más distantes como Afganistán,
Paquistán, etcétera. Se trata de personas que con frecuencia acuden a los servicios de contrabandistas
de personas y que pagan grandes cantidades para ser introducidos clandestinamente hacia los países
de Europa occidental. En el caso de Turquía es más probable que entren al país por sus fronteras
orientales, atraviesen Turquía y traten de ingresar ilegalmente a Grecia por la frontera terrestre o el
Mar Egeo. Ocasionalmente también hay embarcaciones que intentan el contrabando de personas
directamente por Italia y Francia.
En la actualidad Turquía es candidata a la membresía en la UE y ha comenzado a negociar los términos
de la membresía. No obstante, la candidatura de Turquía se enfrenta a numerosos desafíos
relacionados con la migración. Primero y sobre todo, está el tema de si un número considerable de
turcos migrará o no a la UE. Quienes se oponen a la membresía de Turquía alegan que, dado que la
membresía le permitiría a los nacionales turcos el gozar del derecho de “libre tránsito de la mano de
obra y de las personas”, millones de turcos de hecho emigrarán a los países de la UE en busca de em-
pleo.
Atribuyen los problemas de integración a que muchos inmigrantes turcos experimentan diferencias
culturales y religiosas fundamentales. Estas diferencias se emplean luego para reforzar el argumento
más amplio de que Turquía es básicamente “no europea” y que no debe convertirse en miembro de la
UE.
Turquía, durante mucho tiempo consideró a los inmigrantes turcos en Europa como “trabajadores
huéspedes” y esperaba que algún día retornaran.
Resulta importante en el contexto del lugar y el estatus de las mujeres en las comunidades de
inmigrantes turcos. Las relaciones de género dentro de la comunidad de inmigrantes turcos impactan
profundamente las percepciones de la sociedad receptora acerca de Turquía, así como de los
inmigrantes turcos. La relación entre integración y género es multifacética. El aislamiento de las
mujeres frente al resto de la sociedad, en especial entre los inmigrantes turcos más conservadores,
además del tema de los matrimonios arreglados, tiene serias consecuencias para la integración. Esto se
manifiesta especialmente por medio del impacto que tiene en la educación y en la socia- lización de los
hijos de inmigrantes. Además, provoca una percepción pública negativa de los propios inmigrantes
turcos, agravando aún más el problema de la integración al complicar la relación entre los inmigrantes
y el resto de la sociedad.3

EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN

Hasta comienzos del año 2000, tres eran los pilares legales de la política migratoria en Turquía: la Ley
de Asentamiento (1934), la Convención de Ginebra sobre Refugiados (1951) y la Regulación del
Derecho de Asilo (1994). En el contexto de los procesos de armonización con la UE, Turquía inició un
trabajo legal con el objetivo de efectuar cambios en las leyes y políticas migratorias. Desde la fundación
de la República Turca en 1923, la élite de la nueva república quería construir una nueva identidad
étnica turca pura, y para llevar a cabo este objetivo dio prioridad a la aceptación de inmigrantes que
fueran o bien musulmanes o que fueran oficialmente considerados como pertenecientes a grupos
étnicos que podían fundirse fácilmente en una identidad turca, como albaneses, bosnios, circasianos,
pomaks o musulmanes de lengua búlgara, y tártaros de los Balcanes. Según la Ley de Asentamiento
promulgada en 1934, solamente las personas de ascendencia y cultura turca pueden migrar y
establecerse en Turquía.
3
file:///C:/Users/PC%20-%20Fabi/Downloads/c8.pdf
El segundo pilar de la política migratoria de Turquía es la Convención de Ginebra de 1951 sobre los
refugiados y el derecho de asilo. Turquía ha sido siempre un país de asilo como resultado de su
proximidad geográfica a áreas inestables del mundo. Históricamente, durante el período otomano,
hubo judíos que huyeron de la Inquisición española hacia el Imperio Otomano. Desde entonces,
diversos flujos de solicitantes de asilo han continuado entrando en Turquía. La historia del asilo actual y
las actuales políticas de asilo en Turquía empiezan con la Convención de 1951 sobre el estatus de los
refugiados.
Turquía fue uno de los veintiséis países que participaron en dicha convención. Durante la Guerra Fría
entraron en Turquía ciudadanos refugiados del antiguo bloque comunista.
La situación actual del asilo en Turquía, resulta que la mayoría de los solicitantes de asilo proceden de
países no europeos. Según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a
finales de 2009 el número de refugiados y de solicitantes de asilo oficialmente reconocidos se elevaba
a 10.350 y 5.987 personas respectivamente. La mayor parte de los solicitantes de asilo y de los
refugiados proceden de Irán, Irak, Somalia y Afganistán. En realidad, este flujo de solicitantes de asilo
no europeos hacia Turquía no es un fenómeno nuevo.
Turquía tiene una política de asilo de dos niveles. El primer nivel es el relativo a los solicitantes de asilo
procedentes de Europa, a los que Turquía concede el estatus de refugiados y a los que se les garantizan
todos los derechos que tienen los refugiados. Sin embargo, el segundo nivel de la política de asilo de
Turquía, que se centra en los solicitantes de asilo de fuera de Europa, no contempla ningún tipo de
disposiciones que regulen su estatus. Si los refugiados iraníes pudieron entrar fácilmente en Turquía,
no puede decirse lo mismo del flujo masivo de refugiados kurdos que entraron en Turquía en 1991.
Después de este flujo Turquía empezó a cambiar su política e impidió la entrada a muchos irakíes que
se dirigían a Turquía. En 1994 el gobierno turco introdujo una Regulación del derecho de Asilo que
trajo consigo una estricta regulación del acceso a los procedimientos para solicitar asilo. Los
solicitantes de asilo no europeos reciben un trato diferente del que se da a los europeos. Los
solicitantes de asilo tienen un plazo de diez días para registrarse cuando entran en Turquía y disponen
de quince días para presentar un documento de identidad válido. Mientras que a los europeos se les
concede estatus de refugiados, los no europeos son enviados a la delegación del ACNUR de Turquía.
Esta regulación nacional ha sido criticada por varios gobiernos europeos y por organizaciones
internacionales de defensa de los derechos humanos. A consecuencia de estas críticas, Turquía empezó
a suavizar su política de asilo.
En el contexto de las negociaciones entre Turquía y la Unión Europea acerca de los procedimientos
para el ingreso a la Unión, los países miembros ejercieron presión para que Turquía revisase de nuevo
su política de asilo. La razón es que probablemente Turquía sea el primer país de asilo para los
solicitantes de asilo o para los refugiados que quieren entrar en países de la Unión Europea. De
acuerdo con las prioridades de la UE sobre política migratoria, Turquía ha aprobado varios proyectos
de ley relativos a los inmigrantes.
El año 2002 el tráfico y el contrabando de seres humanos fueron definidos como delitos y se
introdujeron en la legislación penas severas para los traficantes.
El año 2003 las actividades laborales de los inmigrantes fueron reguladas en contra de cualquier
posible actividad ilegal por su parte con una ley sobre permisos de trabajo a los extranjeros. Todavía
quedan regulaciones por establecer en lo que respecta a la firma de acuerdos de readmisión con los
países de origen de los inmigrantes (Departamento de Migración y Asilo del Ministerio del Interior).
Aunque la UE presiona a Turquía para que concluya los acuerdos de readmisión, Turquía prioriza la
posibilidad de moderar los costes de estos acuerdos.

RETOS DE LA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN

Pese a los cambios ya introducidos en Turquía en el área de la política migratoria, al país le quedan
todavía muchas cosas por hacer. El reto más importante al que tiene que hacer frente es el problema
de la inmigración irregular, que como hemos comentado anteriormente es difícil de distinguir de los
flujos de solicitantes de asilo y de refugiados, de la migración en tránsito y del tráfico de seres
humanos.
Desde la década de 1990 ha habido en Turquía una inmigración irregular cada vez mayor. La forman
básicamente los inmigrantes irregulares procedentes del antiguo bloque soviético que trabajan en
Turquía ilegalmente.
Turquía permite a los ciudadanos de países vecinos como Armenia, Georgia, Azerbaidzhán, Irán,
Federación Rusa, Ucrania y otros países del Asia Central entrar en Turquía libremente o con unos
visados que pueden obtenerse fácilmente en las fronteras o en los aeropuertos. Esta política de
puertas abiertas fue realmente diseñada para alentar a un número mayor de turistas a visitar el país.
Dado que Turquía está en el proceso de adopción del sistema de visados de la UE vigente desde los
acuerdos de Schengen, su actual política laxa en este sentido está empezando a ser modificada y
Turquía está ya aplicando requisitos para obtener visado a varios países de Asia Central y Oriente
Medio.
Los inmigrantes irregulares de los países más arriba mencionados entran en el país y en muchos casos
desarrollan su actividad laboral en la economía. Una de las actividades económicas informales a las que
se dedican estos inmigrantes irregulares es el llamado “comercio de maleta”. Esta actividad comercial
informal la llevan a cabo sobre todo inmigrantes procedentes de los países de la antigua Unión
Soviética: comerciantes de la Federación Rusa y de países de la Europa del Este entran en Turquía
como turistas, compran productos textiles y se los llevan a su país en la maleta como si fueran efectos
personales de viaje. De esta forma evitan pagar aranceles.
Otras actividades económicas importantes a las que se dedican los inmigrantes irregulares en Turquía
son el trabajo doméstico y el comercio sexual, la construcción y diversos trabajos del sector turístico.
Algunos inmigrantes procedentes sobre todo de Ucrania y Moldavia trabajan como asistentas del
hogar para las familias de clase alta de Estambul, y otras lo hacen como trabajadoras sexuales. El
tráfico de seres humanos también está presente en este proceso migratorio.
Es imposible estimar el número de inmigrantes irregulares que hay en Turquía, puesto que no están
registrados y trabajan en la economía sumergida.
La situación geopolítica de Turquía, a medio camino entre los países de Oriente Medio y el antiguo
bloque soviético, por una parte, y los países de la Unión Europea por otra, determina y complica
extraordinariamente su política migratoria. Concretamente, en el contexto del proceso de la adhesión
de Turquía a la UE, las autoridades turcas tienen que tener en cuenta las necesidades y las prioridades
de la UE en el momento de elaborar sus políticas migratorias. Además, el solapamiento de la
inmigración irregular y de los flujos de solicitantes de asilo y refugiados complica todavía más el
establecimiento de una política migratoria. Pese a que son muchos los problemas y dificultades
existentes y a que todavía quedan muchas cosas por hacer, Turquía ha recorrido un largo camino en su
enfoque de la inmigración y en la implementación de las políticas pertinentes. 4
El impacto de los movimientos migratorios en la economía

Los movimientos migratorios y los flujos de refugiados, originados por varias razones como la


diferencia de ingresos entre los países, las guerras o desastres, surgieron en muchos períodos de la
historia. La migración laboral significa el traslado de los individuos al extranjero para trabajar por no
encontrar un trabajo en su país o con miras a trabajar con salarios más altos. Los sistemas de
inmigración controlada están relacionados especialmente con la transferencia de fuerza laboral barata
por los países desarrollados debido a los crecientes salarios de obreros en estos países. Los países
permiten de manera controlada la inmigración de los ciudadanos de los países menos desarrollados a
fin de impedir el aumento de salarios y la continuación de la producción en el país. De esta manera,
pretenden un sostenible crecimiento económico a través de los movimientos migratorios.
Adicionalmente, es posible el flujo migratorio por los sucesos políticos y a consecuencia de algunas
causas como guerras o desastres Turquía es un país que emigró en especial a Alemania en los años 70 y
80. Por lo tanto, los ciudadanos turcos que se inmigraron a Alemania, contribuyen a la economía
alemana al mismo tiempo contribuyeron y siguen contribuyendo a la economía turca. Los ciudadanos
turcos, que trabajaron como obreros, realizaron numerosas inversiones mobiliarias e inmobiliarias en
Turquía con las divisas que ahorraron. De esta manera, desempeñaron un importante papel en el
desarrollo de la economía de país y el aumento de inversiones y empleo. Por otro lado, los
movimientos migratorios son el abandono temporal o permanente de un país por sus ciudadanos por
los sucesos políticos, desastres y las guerras. La guerra civil en Siria, que surgió en 2011, afectó mucho
también a Turquía, que tiene una frontera común de 900 kilómetros con Siria. Cerca de 3 millones de
ciudadanos sirios (*), que abandonaron su país debido a la violencia de la guerra, intentan sobrevivir
en los campamentos de refugiados o en algunas zonas que no son campamentos en Turquía. A partir
de finales de 2015, Turquía gastó aproximadamente 10.500 millones de dólares para compensar las
necesidades de salud, educación, alimentación, vestido y viviendas de los ciudadanos sirios. El impacto
en la economía turca de los ciudadanos sirios es similar al de los países industrializados a pesar de que
tienen el estatuto de refugiados. La necesidad de alojamiento y trabajo fuera de campamento de los
refugiados sirios causó algunos efectos económicos adversos en la vida social. Por este aspecto, los
refugiados presentan un medio de fuerza laboral más barata, pero por otra parte ya es más difícil
encontrar un trabajo para los ciudadanos turcos. Además, se aumentó la demanda por las viviendas y
el precio de alquilares en el país por la necesidad de vivienda de los refugiados. Los flujos de refugiados
causaron graves cargas sobre la economía turca a causa de los gastos hechos por Turquía para ellos y
sus efectos en el mercado.
En conclusión, las políticas migratorias hacen contribuciones económicas a los países desarrollados. Sin
embargo, los movimientos y flujos migratorios tienen impactos negativos en los países en vías de
desarrollo, como Turquía. No escatimó gastos en compensar las necesidades de los refugiados. A pesar
de ello, los flujos migratorios causan un intenso gasto en la economía emergente de Turquía y también
la inestabilidad de empleo en el país. Hay que apoyar material y moralmente a Turquía sobre la crisis
de refugiados en la plataforma internacional. Los países desarrollados y en vías de desarrollo deben
4
file:///C:/Users/PC%20-%20Fabi/Downloads/244780-328090-1-PB.pdf
destinar un fondo financiero para que la economía y los ciudadanos de Turquía no sufran daños en
este asunto. Turquía tanto asegurará el desarrollo de su economía como será sólida de manera
financiera para entregar ayuda a los refugiados en los próximos períodos dotando de sus fondos a las
inversiones.5

(*)Más de tres millones de sirios viven refugiados en Turquía: Apenas el 0,2% de los refugiados sirios
fueron enviados a Europa en virtud del acuerdo de refugiados sellado en marzo de 2016 con la Unión
Europea (UE)
Un total de 3.049.879 ciudadanos sirios viven en Turquía bajo el estatus de "protección temporal",
luego de haber huido de su país por la devastadora guerra de más de seis años que ya dejó cientos de
miles de muertos y causó la huida o desplazamiento de 12 millones de personas, la mitad de la
población de Siria.
 De esos más de 3 millones de refugiados sirios, el 20% vive en campamentos de refugiados con ayuda
del Estado y el 80% restante lo hace por su cuenta, mezclado con la población local, indicó el informe,
publicado por el diario Birgün. Estambul es la ciudad que alberga a más sirios, unos 485.000, que
suponen un 3,3 % de la población de esta metrópoli de 14,8 millones de habitantes, mientras que en la
pequeña provincia fronteriza de Kilis, los 126.000 sirios registrados ya prácticamente equivalen a la
población nativa, de 130.000 personas. Los hombres son una ligera mayoría entre los refugiados, con
1,6 millones, frente a 1,4 millones de mujeres. Casi la mitad del total, unos 1,4 millones, son menores
de edad, y hay 800.000 niños que no han cumplido aún 10 años. 6

Posición de ACNUR sobre el acuerdo UE-Turquía: deben prevalecer las garantías en materia de asilo

ACNUR reconoce la necesidad compartida por parte de los países de encontrar soluciones para


que esta situación se gestione adecuadamente. De hecho, ACNUR ha ofrecido a Europa en varias
ocasiones a lo largo de los últimos meses sus propias recomendaciones específicas sobre esta
cuestión. El caos que ha prevalecido durante 2015 y hasta ahora, en lo que llevamos de 2016, no
5
http://www.trt.net.tr/espanol/programas/2016/04/06/el-impacto-de-los-movimientos-migratorios-en-la-economia-465781
6
http://www.telam.com.ar/notas/201706/193647-siria-refugiados-turquia-tres-millones-acurdo-union-europea.html
responde ni a los intereses de las personas que huyen de la guerra y necesitan seguridad, ni a los de la
propia Europa.
El acuerdo de hoy clarifica varios elementos. Además, señala explícitamente que cualquier modalidad
de implementación del acuerdo respetará la legislación internacional y europea. Según la
interpretación de ACNUR, a la luz de la jurisprudencia pertinente, esto significa que las personas en
necesidad de protección internacional serán entrevistadas de forma individual para determinar si sus
solicitudes pueden ser estudiadas en Grecia, y tendrán derecho a interponer un recurso antes de que
tenga lugar cualquier readmisión a Turquía. Esto también supondría que una vez retornadas, las
personas que necesitan protección internacional tendrán la oportunidad de solicitar y tener acceso de
forma efectiva a protección en Turquía. Ahora tenemos que ver cómo funcionará en la práctica,
manteniendo las garantías establecidas en el acuerdo, muchas de las cuales en la actualidad no están
operativas.
La forma en que este plan sea puesto en marcha será, por tanto, crucial. En última instancia, la
respuesta debe centrarse en abordar las necesidades apremiantes de las personas que huyen de la
guerra y la persecución. Los refugiados necesitan protección, no rechazo.
En primer lugar, se deben reforzar con celeridad las condiciones de recepción en Grecia y sus sistemas
para estudiar las solicitudes de asilo y para atender a las personas que sean aceptadas como
refugiadas. Las garantías en el acuerdo tienen que ser establecidas e implementadas. Esto supondrá un
enorme reto que tiene que ser abordado de manera urgente.
En segundo lugar, las personas retornadas a Turquía y en necesidad de protección internacional deben
tener acceso a un procedimiento justo y adecuado de determinación de su solicitud, y en un plazo
razonable. Deben existir garantías frente al refoulement (devolución de una persona a un lugar donde
su libertad, su vida o su integridad física pudieran correr peligro) o el retorno forzado. Asimismo, en
Turquía deben haberse establecido la capacidad de recepción y otros aspectos antes de que cualquier
persona sea retornada desde Grecia. Las personas que sean reconocidas en necesidad de protección
internacional tienen que poder disfrutar del asilo, sin discriminación y de acuerdo con los estándares
internacionales aceptados, incluyendo el acceso efectivo al trabajo, salud, educación para los niños y,
en la medida en que lo necesiten, asistencia social.
En tercer lugar, si bien ACNUR toma nota del compromiso que establece este acuerdo para
incrementar las oportunidades de reasentamiento para refugiados sirios desde Turquía, es crucial que
estos compromisos sean significativos y predecibles. El incremento del reasentamiento desde Turquía
a la Unión Europea no puede ser a expensas del reasentamiento de otras poblaciones de refugiados en
todo el mundo que también tienen grandes necesidades, especialmente en el contexto actual en el que
se registran las mayores cifras de desplazamiento a nivel mundial. 7

La protección al refugiado en Turquía

Cada año llegan a Turquía miles de personas procedentes de más de 40 países que solicitan asilo. Sin
embargo, dado que el Estado impone una “limitación geográfica” a la Convención sobre el Estatuto de
los Refugiados de 1951, el gobierno no ofrece protección internacional a quienes no provienen de
países europeos que deben dirigirse a ACNUR para solicitarla.
7
http://www.acnur.org/noticias/noticia/posicion-de-acnur-sobre-el-acuerdo-ue-turquia-deben-prevalecer-las-garantias-en-
materia-de-asilo/
Además, los refugiados deben obtener un “asilo temporal” de las autoridades turcas que les permita
permanecer en el país mientras el Alto Comisionado evalúa su solicitud. En ese plazo de tiempo, deben
vivir en una de las 30 “ciudades satélite” que existen en el país y precisan autorización de la policía
para desplazarse fuera de ellas. Cuando se alcanza una determinación sobre cada caso, o bien se
concede la condición de refugiado y se les reasienta en otro país (como Estados Unidos, Canadá o
Australia) o se deniega la solicitud y deben abandonar Turquía.
Los procesos de asilo que aplican paralelamente ACNUR y el gobierno son complejos y muchos
solicitantes esperan durante meses o años hasta que se procesa su petición. Mientras tanto, muchos se
ven empujados por sus condiciones difíciles y peligrosas a arriesgar la vida por entrar en Europa de
forma ilegal. Si se les detiene mientras intentan abandonar el país, corren sobre todo el riesgo del
retorno forzado ya que existen muchos impedimentos para contar con asistencia letrada.
El sistema estatal de asistencia jurídica no cubre la atención al refugiado debido a sus numerosas
limitaciones. Por tanto, los pocos abogados capacitados para seguir estas causas bien cobran
honorarios que muchos refugiados no pueden pagar, o bien tienen que trabajar de forma gratuita, lo
cual limita inevitablemente el tiempo y el esfuerzo que les pueden dedicar; asimismo, son pocos los
profesionales turcos que hablan los idiomas de los refugiados y apenas hay intérpretes. En
consecuencia, la mayoría de los refugiados detenidos no pueden disponer de ningún tipo de asistencia
jurídica. Para empeorar las cosas, normalmente se prohíbe a las ONG el acceso a los centros de
detención; incluso ACNUR debe esperar semanas para que se le permita entrar y entrevistar a los
solicitantes de asilo. Asimismo, ni ACNUR ni las ONG locales pueden contactar con los solicitantes de
asilo retenidos en las “zonas de tránsito” de los aeropuertos del país. A pesar del compromiso
adoptado por el gobierno para acercar la política de asilo nacional a la normativa europea, los
legisladores y políticos turcos no han mostrado hasta ahora mucha voluntad por aplicar una legislación
integral que sea coherente con las normas internacionales. Aunque se está desarrollando un plan para
establecer siete “centros de recepción” de solicitantes de asilo -proyecto financiado por la Comisión
Europea con el apoyo de los gobiernos británico y holandés- los avances han sido muy lentos. Mientras
tanto, la tasa de retornos forzados sigue aumentando de forma alarmante y es habitual que se
produzcan disturbios en las “pensiones de extranjeros” en protesta por las detenciones indefinidas y
las condiciones de vida infrahumanas. La asistencia jurídica La Asamblea de Ciudadanos de Helsinki –
Turquía (HCA, por sus siglas en inglés) estableció un Programa de Asistencia Letrada al Refugiado en
2004 para ofrecer atención jurídica gratuita. Dos años después se amplió su alcance y pasó a
denominarse Programa de Apoyo y Defensa del Refugiado (RASP, por sus siglas en inglés). El RASP
sigue brindando asistencia letrada a los refugiados (incluso a los que están detenidos) tanto en los
procedimientos de asilo que lleva a cabo ACNUR, como en los gestionados por el gobierno. Además,
ofrece atención en salud mental, realiza programas públicos de formación jurídica para ONG y
abogados locales, controla las prácticas gubernamentales y promociona la asistencia jurídica. El RASP
tiene previsto iniciar un programa en 2009 de formación y autorización de tres años de duración para
abogados de todo el país en materia de legislación sobre refugiados. Disponer de asistencia letrada
independiente entre los solicitantes de asilo en Turquía resulta esencial para mejorar los
procedimientos de determinación de la condición de refugiado Estadísticas sobre los solicitantes de
asilo.8

8
http://www.fmreview.org/sites/fmr/files/FMRdownloads/es/pdf/RMF32/27.pdf
Inmigración turca en Argentina

El ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, reveló los datos sobre los refugiados y inmigrantes en
Turquía.
La inmigración turca en Argentina es el movimiento migratorio desde Turquía hacia la República
Argentina. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima 635 inmigrantes turcos en
Argentina hacia el año 2015.
La comunidad turca es pequeña y desciende principalmente de turcos llegados durante la Gran
Inmigración en Argentina de fines del siglo XIX y principios del siglo XX provenientes del
entonces Imperio Otomano, principalmente durante la Primera Guerra Mundial. Otra segunda ola
arribó durante la Segunda Guerra Mundial. Algunos descendientes de tercera generación dominan el
idioma turco. La colectividad, que es muy activa, suele verse en la celebración del Día del Inmigrante en
Buenos Aires, gracias a una invitación de la Dirección Nacional de Migraciones.
La mayor parte de los inmigrantes llegados desde el entonces Imperio Otomano
eran árabes (principalmente sirios y libaneses), mientras que otro número eran judíos
sefarditas y armenios. Pese a ello a los árabe-argentinos erróneamente se los apoda popularmente
como «turcos». Un ejemplo de ello es el apodo del expresidente Carlos Saúl Menem. Esto se debe a
que al arribar los inmigrantes eran anotados como «turco-otomanos», apareciendo de la misma forma
en los primeros censos argentinos. En 1914, los «turco-otomanos» representaban el 1,9% de la
población extranjera, siendo la quinta mayor inmigración.
Al inicio de los años 1900 se desarrolló un barrio «turco-otomano» en la zona de Catalinas Norte del
barrio porteño de Retiro, que se extendía por 200 metros sobre la Calle Reconquista. El sector
concentraba a la mayor parte de los 8.000 otomanos de Buenos Aires. Muchos de ellos eran
comerciantes y tenían su propio periódico y bar.
Unas de las asociaciones culturales turcas es la Fundación de la Amistad Argentino Turca, que ofrece
clases del idioma turco y árabe, como así también clases de gastronomía turca y sobre el Islam. Desde
2006, la pequeña colectividad que radica en Buenos Aires, cuenta con el Colegio Hércules (dependiente
de la fundación y ubicado sobre la calle Bogotá al 4300, en el barrio porteño de  Flores). También existe
un restaurante de comida turca en la misma ciudad.9

9
https://es.wikipedia.org/wiki/Inmigraci%C3%B3n_turca_en_Argentina

También podría gustarte