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LA PERUANIDAD

TU PAIS
<Escrita antes de las elecciones presidenciales de la 2da vuelta del 6 de junio 2021>

Patricia del Rio


Periodista

Tal vez sea hora de que empieces a preguntarte qué te hace peruano. ¿Qué te une a
esta tierra? ¿Qué compartes con ese vecino al que saludas todos los días y no conoces?
(…)

Hemos tratado en los últimos años de escoger algunos hitos nos hagan sentir a todos
vamos en el mismo cargo. La comida, el futbol, han sido catalizadores de una sociedad
que tiene ganas de sentirse unida, pero que carga con siglos de diferencias
irreconciliables, con largas de diferencias irreconciliables, con largas vidas de
desarraigos y divisiones. La diversidad que nos define ha funcionado tradicionalmente
como una fuente de discriminación. No hablamos las mismas lenguas, no vivimos en
espacios geográficos parecidos, no enfrentamos los mismos climas, no bailamos las
mismas danzas. Más de 40 idiomas que conviven en un mismo territorio nunca han
sido considerados un regalo que da cuenta de la riqueza de una nación para expresarse
de modos originales; han sido tratados como un obstáculo, un signo de su
subdesarrollo. La variedad nos gusta para mostrarla en un catálogo de Marca Perú,
pero en la realidad se mira al otro, a ese distinto que no habla, baila o viste como uno,
con sospecha. Con temor.

Y esa diferencia que decanta en discriminación a veces sutiles, otras veces groseras, se
traduce también en un Estado que no logra establecer bases mínimas para todos los
peruanos formemos parte de un proyecto común. El gran educador Constantino
Carvallo. Decía que los espacios donde los peruanos pueden encontrarse son mínimos:
la escuela pública alberga a los unos, la privada a los otros; los que toman las
decisiones trascendentales para el país jamás han usado el transporte público ni se han
atendido en hospitales, algunos peruanos viajan a lugares, donde viven otros
peruanos, en calidad de turistas y solo se toman fotos ahí donde no se ve el niño
vendiendo artesanías detrás de la quinta maravilla del mundo. Unos gritan por ser
protagonistas de la foto y los otros continúan cerrando el encuadre para que la imagen
de un país próspero y rico no se empañe con la evidente pobreza y desigualdad.

Llegamos hoy divididos. Cada candidato alberga bajo su manto a peruanos que afirman
votar por el Perú ; sin embargo, las visiones del país que cada opción ofrece dan
cuenta que no todos entendemos por “el Perú “lo mismo. Donde unos ven
posibilidades, otros ven desastre, donde unos encuentran estabilidad , los otros
perciben continuidad de un sistema que los excluye. Y, sin embargo, cuando ae declare
un granador, todos seguiremos viviendo aquí y seremos gobernados por el/ la que
eligió la mayoría.

Claro que necesitamos un Estado que incluya y haga sentir a todos los ciudadanos con
dignidady respeto; pero también necesitamos, nosotros, cada uno, evaluar en que
hemos contribuido para perpetuar esta brecha, que nos está echando en la cara este
final electoral que resulta incómodo, pero al mismo tiempo, más elocuente que nunca.

Si no sale tu candidato/a y estás evaluando irte del país, no votaste por el Perú, si no
sale tu opción y ya estás preparando protestas y presiones para derrocar al ganador/
ganadora, entonces te estarás negando a encontrar eso que te define como peruanoy
les estarás enseñando a tus hijos que solo vale la pena sentirse parte de una nación
cuando las cosas salen a su manera.
“No es este tu país porque conozcas sus linderos, ni por el idioma común , ni por los
nombres de los muertos. Es este tu país , poque si tuvieras que hacerlo, lo elegirías de
nuevo, para construir aquí, todos tus sueños” (Marco Martos, “El Perú).

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