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Terremoto de 1985
El terremoto ocurría en una época cuando menos complicada en el país, ya que a pesar de
que el país había sido elegido para la copa mundial de 1986, el país atravesaba la crisis
económica del 82 y el presidente de la Republica Miguel de la Madrid Hurtado había
implementado el Programa Inmediato de Reordenación Económica. Esto con el fin de
combatir la inflación la cual llegaría a 117% en el 83, y con una cotización de la moneda
nacional en el 84 de $148.5 y en el 85 de $450.00, definitivamente no era una época buena
en el país que seria azotado ese mismo año por el terremoto.
En esa época tampoco se contaba con el Sistema Nacional de Protección Civil, ya que este
se formaría en el año siguiente al terremoto y el Fondo de Desastres Naturales se crearía
hasta 1996. La ausencia de estas y las declaraciones del gobierno federal en las cuales
trataban de minimizar el desastre, se vivieron en los dos días siguientes un completo
desastre y caos, la cual como en otros eventos ocurridos actualmente se lograron superar
solo gracias a los civiles que se auto organizaban para el rescate y asistencia de las víctimas
y damnificados.
En definitiva, una mala época para el país, sin embargo, ocurriría el desastre. Luego de que
ocurriera el sismo, el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado realizaría un
sobrevuelo en helicóptero del entonces Distrito Federal para poder evaluar y tener una
imagen clara de lo ocurrido. Después tendría una reunión y según testimonios el presidente
intervendría en el plan de rescate del Ejercito y la Marina de Mexico para el asumir el mando
y la coordinación de los esfuerzos. Mas tarde el presidente decolaría que Mexico tenia los
suficientes recursos y que unidos pueblo y gobierno saldrían adelante, agradeciendo las
buenas intenciones pero que el país en ese momento era autosuficiente para salir de la
adversidad. Este tipo de declaraciones y las casi nulas acciones tomadas por el gobierno
federal, le traerían el apodo del “presidente ausente”. El entonces secretario de Gobernación
Manuel Bartlett declararía que la situación estaba bajo control por el gobierno y animaban a
las personas que quisieran ayudar a que volvieran a sus casas.
No fue hasta el día siguiente del terremoto en el que ocurría la mayor replica que el
presidente daría un mensaje a la nación televisado, en el que manifestó que la tragedia los
había rebasado en muchos casos. Sin embargo, este mensaje ocurrió hasta la noche del día
siguiente, en total 36 horas después del sismo lo cual seria sumamente criticado dando la
sensación de que el gobierno actuó con lentitud.
La ayuda humanitaria llegaría al país, entre víveres, ropa y equipos de auxilio, etc., pero las
versiones apuntaban a que esta ayuda seria acaparada por parte de miembros del gobierno
federal y que nunca llego completa a la Cruz Roja Mexicana o directamente a la población.
Seria hasta el 3 de octubre de ese año, en el que el presidente publicaría el acuerdo por el
que se crearía el Comité Supervisor de los Donativos Destinados a la Atención de los
Damnificados y Reconstrucción de las Zonas Afectadas. En ese acuerdo se creó el comité
para vigilar el destino de las donaciones recibidas por el gobierno federal.
El presidente también ordenaría implementar el plan DN-III-E a los 10 minutos después del
terremoto, lo cual daría al inicio de operaciones del plan en su fase de protección que incluye
rescate, evacuación, control y seguridad de la ciudadanía y de las áreas afectadas en la
Ciudad de Mexico, Colima, Jalisco, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Estado de Mexico y
Michoacán.
Un gobierno que intentaba organizarse hizo contraste con una población que inmediatamente
se organizaría desde los grupos de scouts que mantuvieron a damnificados durante meses.
Estudiantes de ingeniería y medicina formaban cuadrillas para prestar ayuda y estaciones de
auxilio. Todo aquel que podía realizaba donaciones en especia o trabajo, llegando incluso a
remover escombros con sus propias manos. Los que podían habilitaron sus autos para servir
para el traslado de las victimas ya que los servicios en las ambulancias estaban saturados.
Campamentos de voluntarios en las cercanías de los edificios colapsados se implementaron
para el auxilio y atención de los sobrevivientes, heridos y familiares de los que aun se
encontraban entre los escombros. Los estudiantes de la UNAM se unirían a las brigadas de
auxilio y en ese esfuerzo generado nacería un grupo ampliamente conocido en todo el país,
la Brigada de Rescate Topos, la cual hasta el día de hoy presta su ayuda en el país y en los
países donde se les necesite y está formada completamente por civiles voluntarios en su
afán de prestar su ayuda y experiencia ante este tipo de desastres.
Aun teniendo esa investigación, no se abriría proceso legal en contra de los responsables por
su negligencia, ni siquiera en el caso de la constructora CAPFCE la cual seria la encargada
de construir escuelas, las cuales resultarían dañados, destruidos y con estudiantes muertos.
Al final se concluiría que hubo entre 20 mil y 40 mil fallecidos, además de más de 130 mil
empleos perdidos, todo eso sin contar a los damnificados, los cuales incluso aun hoy día
quedan algunos que nunca les fue dada la ayuda para recuperar sus hogares y hasta el día
de hoy viven en tiendas de campaña.
Hoy día no es de extrañar que los reglamentos y leyes para la construcción en Mexico se
estén modernizándose incluso al día de hoy, ya que el problema de la corrupción en Mexico
aun se mantiene. Ha habido eventos no tan catastróficos como en el 85, pero se sigue
viendo la solidaridad del pueblo y el trabajo en conjunto para organizarse tan rápido como se
puede y aun antes que el propio gobierno, demostrando que el pueblo se sabe organizar y
se sabe apoyar en las horas mas oscuras. Lo mejor del país al final termina siendo siempre
su gente y esperemos que esa humanidad que sale a relucir en cualquier tipo de desastre
natural nunca se pierda. Sobre la reacción del gobierno ante el desastre del 85, creo que
incluso hoy se puede juzgar al gobierno por su lenta acción antes desastres y ante la poca
transparencia en la destinación de recursos y en los gastos que se generan. Un problema de
corrupción y de enriquecimiento ilícito que será muy difícil de arrancar en el país y en el que
a mi parecer no bastará con unos años para poder limpiar ese problema.
Bibliografía