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SHIBUI/SHIBUMI

La belleza de la ceremonia del té, y las cualidades artísticas del ritual y sus preciosos objetos, no se
entienden a cabalidad si no es a través de un nuevo concepto estético: shibumi (渋み). Aunque
frecuentemente se le encuentra escrito de este modo en los libros de historia, esta es la forma
sustantiva del adjetivo shibui (渋い), que era como se le utilizaba pues claramente señalaba una
característica poseída por cierto tipo de objetos.

Shibui, como suele suceder con las nociones estéticas japonesas, es un concepto difícil de definir.
Se le ha caracterizado como una “sencillez aristocrática”, fundamentada en seis pilares
fundamentales: lo simple, lo implícito, lo modesto, lo silencioso, lo natural, lo cotidiano y lo
imperfecto.

Shibui es una cualidad estética, no una emoción. No obstante, es de un carácter más universal que
otros conceptos de belleza tradicional japonesa (wabi-sabi e iki) en tanto que puede expresarse no
solo del arte o el artefacto sino también de eventos, personas o la ejecución de ciertos actos
(servir el té)

Con frecuencia se dice que los mejores ejemplos de objetos shibui se encuentran entre las
artesanías, ya que, al ser producidos de manera anónima y masiva, posee una belleza más
contenida y menos explicita que la de los objetos artísticos.

Sus rasgos típicos son:

1-Los objetos shibui aparecen sencillo a primera vista, pero incluyen detalles sutiles, como
texturas, que les dotan de balance y una complejidad implícita.

2- Esta mezcla de simplicidad y complejidad permite siempre descubrir nuevas facetas y


significados para los objetos dotándoles de un valor estético que crece con los años, a medida que
la relación con el objeto se torna más intima.

3-La estética shibumi se encuentra siempre a caballo entre conceptos opuestos como lo elegante y
lo rústico, lo espontáneo y lo controlado.

3-La estética shibui está muy relacionada con el wabi-sabi, pero ambos conceptos no deben ser
confundidos y menos considerados idénticos. Si bien es cierto que muchos objetos shibui son
wabi-sabi, lo inverso no es necesariamente cierto. La estética wabi-sabi en ocasiones exagera las
imperfecciones de un objeto al punto de que este se revela como artificial, lo que va claramente
en contra de los ideales del shibui. Así mismo lo objetos shibui pueden no ser asimétricos o
imperfectos.

El concepto de shibui se deriva del término Shibushi que aparece en el vocabulario japonés cerca
del periodo Muromachi y que originalmente cargaba el significado de agrio o astringente, como el
sabor del caqui sin madurar. Algo de este significado original se conserva, pues era de sentido
antónimo a amai “dulce”, refiriéndose hoy lo edulcorado a algo artificioso o innaturalmente bello.

Para el principio del periodo Edo el término había adquirido el significado de un cierto buen gusto.
Un tipo de belleza que se manifiesta de manera directa y sencilla sin necesidad de exhibicionismos
exagerados o despliegues innecesarios de elocuencia visual. Solo un verdadero maestro a través
de la madurez que le han dado los años puede crear de este modo, produciendo una belleza que
no necesita de artificios para expresarse.

El filosofo y esteta Yanagi Sōetsu afirmaba que shibui “No es una belleza que el creador exhibe
frente al espectador. Crear significa acá realizar una pieza que llevara al observador a extraerla por
sí mismo. Shibui, como la belleza de la ceremonia del té, es una belleza que hace del observador
un artista”.

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