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Calavera
Dr. Ingeniero de Caminos
MUROS DE CONTENCION
Y
MUROS DE SOTANO
2.a edición
A Eduardo Torroja (t), Juan Batanero (t),
Carlos Fernández Casado (t), Alfredo Páez
y Florencio del Pozo, a los que debo mi vo-
cación y mi primera formación en los temas
estructurales.
PROLOGO A LA l? EDICION
Los muros, como algunas otras estructuras tales como las cimentaciones y los
depósitos para líquidos, presentan la particularidad de que son elementos que impli-
can dos especialidades diferentes de la Ciencia de la Construcción. Quizá por eso la
normalización sobre ellos es escasa y la dispersión de los criterios aplicados en la
práctica profesional resulta mayor de la habitual. Por otro lado los muros, como los
depósitos para líquidos, presentan aspectos muy particulares desde el punto de vista
de la consideración de la seguridad en los cálculos.
El presente libro intenta desarrollar en forma completa el proyecto tanto de los
diversos tipos de muros de contención como de los muros de sótano. En el caso parti-
cular de los muros pantalla, por la extensión del tema resulta imposible hacerlo en
el espacio disponible. De todas formas el Capítulo ll proporciona una visión general
de su campo de aplicación, métodos de cálculo y proceso constructivo.
Estando la geotecnia fuera del campo de mi práctica profesional, me he concen-
trado fundamentalmente en los problemas del cálculo estructural, aunque he dedica-
do el Capítulo 3 a realizar un resumen de los métodos habituales de cálculo de empu-
jes, con una atención específica a la exposición de los casos de sobrecargas y cargas
sobre el relleno que con más frecuencia se presentan en la práctica, así como a las
acciones del oleaje y a las derivadas del sismo.
El Capítulo 13 se ha dedicado al tema de los detalles constructivos, siempre im-
portante, pero que en los muros resulta verdaderamente fundamental.
Se han incluido como Anejos siete colecciones de muros ménsula hasta 10 m.
de altura y de muros para uno y dos sótanos, que proporcionan soluciones comple-
tas, incluso medición de hormigón y armaduras, para los casos más frecuentes.
Debo expresar mi agradecimiento a los Ingenieros de Caminos, D. Enrique
González Valle, Subdirector General de INTEMAC, y D. José Tapia Menéndez, Jefe
del Departamento de Geotecnia y Cimentaciones de dicho Instituto, por sus críticas
y sugerencias sobre el manuscrito y al Ingeniero Técnico de 0. P. D. Fernando Blan-
co García, Director de la División de Asistencia Ténica de INTEMAC por su colabo-
ración en la redacción de las Tablas de Muros. También al Ingeniero de Caminos
D. Javier Rodríguez Besné, Jefe del Servicio de Proyectos y Obras de la Dirección
General de Puertos del M.O.P.U., por su información y revisión de la parte de empu-
jes producidos por el oleaje, y a los Ingenieros de Caminos D. Jorge Ley Urzaiz y
7
i
Agotada en un plazo muy breve la primera edición de este libro, al preparar esta
segunda, he mantenido su plantearnieto general, si bien introduciendo algunas modifi-
caciones y ampliaciones.
En particular, toda la documentación, incluso los gráficos y tablas de cálculo y
las siete colecciones de muros ya calculados, ha sido revisada de acuerdo con la Ins-
trucción EH-88.
En el apartado 6.3.2, correspondiente al dimensionamiento de la puntera, he tra-
tado el tema de la diferencia entre mayorar los esfuerzos o los empujes, tema impor-
tante que he tratado con más amplitud en otro trabajo que allí cito.
El el Capítulo ll se han añadido dos ejemplos, que clarifican el cálculo de esfuer-
zos en pantallas en voladizo y con apoyos, respectivamente.
También el Capítulo 12 ha experimentado algunas adiciones correspondientes a
nuevas soluciones de muros prefabricados.
9
NOTACIONES DE REFERENCIAS
10
CAPITULO 1
TIPOLOGIA GENERAL DE MUROS
1.1 INTRODUCCION
b)
Figura IrI
ll
Sin embargo, en ocasiones el muro desempeña una segunda misión que es la de
transmitir cargas verticales al terreno, en una función de cimiento. La carga vertical
puede venir de una cubierta situada sensiblemente a nivel del terreno (Fig. 1-lb), o
puede ser producida también por uno o varios forjados apoyados sobre el muro y
por pilares que apoyen en su coronación transmitiéndole las cargas de las plantas
superiores. (Fig. 1 - 1 c).
Las formas de funcionamiento del muro de contención (Fig. 1 - 1 a), y del de sóta-
no (Fig. 1-lb y c), son considerablemente diferentes. En el primer caso el muro se
comporta como en voladizo empotrado en el cimiento, mientras que en el segundo
el muro se apoya o ancla en él o los forjados, mientras que a nivel de cimentación
el rozamiento entre cimiento y suelo hace innecesaria casi siempre la disposición de
ningún otro apoyo. El cuerpo del muro funciona en este segundo caso como una losa
de uno o varios vanos.
1.2 DESIGNACIONES
TALON
PUNTERA
Figura l-2
(*) En lo que sigue utilizo información de mi libro «Proyecto y Cálculo de Estructuras de Hormigón
Armado para Edificios» (1.1).
(**) No se incluyen en lo que sigue los muros anclados con tirantes, que constituyen una técnica específi-
ca que se sale del alcance de este libro.
12
1.3.1 MUROS DE GRAVEDAD
Son muros de hormigón en masa (Fig. l-3) en los que la resistencia se consigue
por su propio peso. Normalmente carecen de cimiento diferenciado (Fig. l-3a),
aunque pueden tenerlo. (Fig. l-3b).
aI b)
Figura 1-3
Son los de empleo más corriente (Fig. l-4) y aunque su campo de aplicación de-
pende, lógicamente, de los costes relativos de excavación, hormigón, acero, encofra-
dos y relleno,
Figura 1-4
13
puede en primera aproximación pensarse que constituyen la solución económica has-
ta alturas de 10 ó 12 m.
al b)
Figuru I-5
14
a) b)
Figura l-b
Figura l-7
El tipo más elemental se indica en la Fig. 1-8 y recibe como única carga vertical,
aparte su peso propio, la reacción de apoyo del forjado de techo.
15
Figura l-8
Dentro de la tipología general, el caso más frecuente es que sobre el muro apo-
yen pilares que transmiten cargas de las plantas superiores y que existan además va-
rios sótanos, tal como se indica en la Fig. l-9.
Figura l-9
BIBLIOGRAFIA
(1.1) CALAVERA. J.; «Proyecto y Cálculo de Estructuras de Hormigón Armado para Edifi-
cios)). Tomo II. INTEMAC. Madrid, 1985.
16
CAPITULO 2
INTRODUCCION DE LA SEGURIDAD
17
c) Deslizamiento profundo de muro (Fig. 2-3). Es debido a la formación de una
superficie de deslizamiento profunda, de forma aproximadamente circular.
Este tipo de fallo puede presentarse si existe una capa de suelo blando en una
profundidad igual a aproximadamente a vez y media la altura del muro, conta-
da desde el plano de cimentación de la zapata (2.1). En ese caso debe inves-
tigarse la seguridad frente a este estado límite, por los procedimientos clásicos.
Véase por ejemplo la referencia (2.2).
Figura 2-3
d) Deformación excesiva del alzado. (Fig. 2-4). Es una situación rara salvo en
muros muy esbeltos, lo cual es un caso poco frecuente.
Figura 2-4
e) Fisuración excesiva. (Fig. 2-5). Puede presentarse en todas las zonas de trac-
ción, y se trata de una fisuración especialmente grave si su ancho es excesivo,
ya que en general el terreno está en estado húmedo y la fisuración no es ob-
servable.
18
Figura 2-5
3
a) b)
Figura 2-6
Figura 2-7
19
h) Rotura por esfuerzo rasante. La sección peligrosa suele ser la de arranque del
alzado, AB (Fig. 2-X), que es una junta de hormigonado obligada, en zona
de máximo momento flector y máximo esfuerzo cortante.
Figura 2-8
Figura 2-9
20
2.2.1. SEGURIDAD DEL MURO COMO ESTRUCTURA DE HORMIGON
EN MASA
De acuerdo con la Instrucción EH-88 rigen los valores siguientes para los coeli-
tientes de seguridad.
El valor Y’~ correspondiente a hormigón armado es igual a 1,2 yc, de acuerdo con
EH-88 siendo yc el valor general de la citada Instrucción para estructuras de hormi-
gón armado.
Mayoración de acciones. Rigen los valores de la tabla T-2.1 para el coeficiente y,.
TABLA T-2.1
VALORES DEL COEFICIENTE y,
I I I
Acción favorable
Nivel de Daños Acción de carácter
Control de previsibles desfa-
Ejecución (1) vorable Permanente Variable
A 1,70
Reducido B 180
A 1,50
Acciones yr
Normal B 1,60 079 0
C 1,80
A 1,40
Intenso B 1,50
C 1,70
21
TABLA T-2.2
COEFICIENTES DE SEGURIDAD ‘//
Intenso
22
Conviene hacer algunas matizaciones en relación con la aplicación de la tabla
T-2.1, establecida en EH-88 con carácter general, al caso de los muros de hormigón
en masa.
En primer lugar, como ya se ha dicho, esta solución, por razones fundamental-
mente económicas, sólo suele aplicarse a muros de pequeña altura, por lo que en ge-
neral y desde el punto de vista de los daños previsibles, se estará en caso A o B y
muy raramente en el caso C, aunque ello queda a criterio del proyectista.
En segundo lugar, al comprobar las tensiones de tracción, el peso propio será
en general una acción permanente de carácter favorable, por lo que le corresponderá
el valor ‘I’/ = 0,9. (*)
Para comprobación a sismo, de acuerdo con P.D.S.-1 (1974) (2.4) se toma-
rá y/ = 1.
No existe una normativa española concreta. Es práctica usual aceptar una segu-
ridad de 1,8 para las acciones frecuentes y reducir este valor a 15 para combinaciones
que incluyan acciones infrecuentes 0 excepcionales.
En el caso particular de comprobación a sismo, el valor suele reducirse a 1,2.
(*) En sentido estricto, esto debería hacerse asi. Como los errores en densidad y dimensionales son pe-
queños en el caso de los muros, no lo haremos pues complicaría innecesariamente el cálculo.
23
Consideremos el muro de la figura 2-10 sometido a un empuje E, siendo N la re-
\ultante de todas las cargas verticales.
Figura 2-10
a-N
G’ = h,E P.11
es decir
WI
v.31
es decir
12.51
24
En ambos casos por tanto los coeficientes de seguridad se han reducido en la
misma proporción que han aumentado los empujes.
Si consideramos en cambio la presión máxima bajo la puntera, al mayorarse E
hasta E* = yp E la presión resultante c* no es, ni mucho menos, y~. sino que puede
exceder grandemente este valor.
Resulta de ello que, dependiendo de la configuración del conjunto muro-suelo,
a incrementos dados, incluso moderados del empuje, pueden corresponderles muy
desiguales incrementos de la presión bajo la puntera y por tanto muy diferentes segu-
ridades del muro.
Esta sensibilidad al incremento de empuje es, a nuestro juicio, esencial en el pro-
yecto de muros, y será estudiada en detalle en los Capítulos siguientes. Véase (2.5).
BIBLIOGRAFIA
25
CAPITULO 3
EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES
SOBRE EL TERRENO
La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por la de-
formabilidad del muro, entendiendo por tal no sólo la deformación que el muro expe-
rimenta como pieza de hormigón, sino también la que en el muro produce la defor-
mación del terreno de cimentación.
Si el muro y el terreno sobre el que se cimenta son tales que las deformaciones
son prácticamente nulas, se está en el caso de empuje al reposo. Algunos muros de
gravedad y de sótano pueden encontrarse en ese caso.
Si el muro se desplaza, permitiendo la expansión lateral del suelo se produce un
fallo por corte del suelo y la cuña de rotura avanza hacia el muro y desciende (tig. 3-
la). El empuje se reduce desde el valor del empuje al reposo hasta el denominado
valor de empuje activo, que es el mínimo valor posible del empuje.
Por el contrario, si se aplican fuerzas al muro de forma que éste empuje al relle-
no, el fallo se produce mediante una cuña mucho más amplia, que experimenta un
ascenso. Este valor recibe el nombre de empuje pasivo y es el mayor valor que puede
alcanzar el empuje. El empuje al reposo es por tanto de valor intermedio entre el em-
puje activo y el empuje pasivo.
La figura 3-2 muestra la variación de presión p a una profundidad z, para un
relleno de densidad y, en función del giro y/H del muro, para una arena suelta, según
TERZAGHI (3.1). Como puede verse, bastan deformaciones muy pequeñas para
movilizar el empuje activo.
27
al b)
Figura 3-1
R E L A C I O N VH
Figura 3-2
28
donde a es el valor de la adhesión, 0 la presión normal del terreno sobre el muro
en el punto considerado y 6 el ángulo de rozamiento entre terreno y muro, que de
nuevo a falta de ensayos directos se tomará como 20” para el caso de muros de hormi-
gón. Para la adhesión no deben considerarse valores superiores a 5 t/m*.
-,...ax.
I l l
! 1
!
El I !H IF
Figura 3-3
29
TABLA T-3.1
A, = Ah ’ cotg (a - 6) L3.51
siendo y la densidad seca del suelo (*).
La presión total p, viene dada por
p=Jpí:+d
(*) La presencia de agua en el relleno será considerada más adelante, así como las correspondientes varia-
ciones en el valor dey.
30
y sustituyendo [3.2] y [3.3]
ci‘ ll Figura 3-4
TABLA T-3.2
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO
-
“tz \OgUlO
.“gUlC Coeliciente Ah de empuje activo horizontal Coefieien~e 1 y de empuje activo vertical
IC ua- d e roza-
del siendo la inclinación del muro: siendo la inclinación del muro:
ie oto I niento
talud cota = cota =
te1 1710 de
del
d e! I t
:mxc
mno )
B 0.8 0,6 0.4 0.2 0 0.2 0.8 0.6 0,4 0,2 0 02
<c ,
0,7l 0,67 0,62 0,56 0,49 0,42 0,57 W 0,25 0,ll O,oO - 0,OI
0,78 0,73 0,67 O,@J 0,52 W 0,62 09 0,27 O,l2 O,M -O,o!
IPIO 0,88 0,8l 0,74 0,65 0,57 0,48 0,70 0,49 0,29 O,l3 400 -O,l(
l,Ol 0,92 0,83 0,74 O,@ 0954 0,8l 0,55 0,33 0,IS ON -0,ll
(47 1,31 l,l6 l,O2 0,88 0,76 l,l8 0,79 446 0,20 O,@J -O,l!
0,63 WI 0,56 0,5l 0,45 0,39 0364 0.46 0,28 0.16 0,05 - 0,o:
ip= 0,62 0,56 0,48 0,42 0.71 0,5l 0.31 O,l8 - 0,o:
0,70 0266 f-406
3
0,80 0,75 0,68 0,6l 03 04 0,8l 0,58 0,34 0,20 O& -0,01
0,95 0,87 0,79 0,70 0,6l 0,52 0,96 0,67 0,39 0,23 0,07 - O,@
6”40 l,47 1.21 l,l6 l,O2 0,88 0,76 (49 l,Ol 0,58 0,33 OJO - 0,ot
2 1P -
r 0,56 0354 0,52 0948 0,42 0,37 0,72 0,53 0,36 0,22 OJO 40
‘yv=
0.63 0,6l 0,57 0,52 0,46 W 0,8l WJ 0,40 0,24 0,ll 40
3
0,73 0,69 0364 0,58 0,5l 0944 0,93 0,67 0,45 0,27 O,l2 0,o:
0,88 0,82 0,75 0,67 0,59 W l,l3 0,8l 0,53 0,3l O,l4 0,o:
l3”20’
1,47 l,3l l,l6 l,O2 0,88 0,76 l,88 l,28 0,82 0,47 0,2l 0,o.
0,49 0,49 0,47 04 W 0,35 0,80 460 0,42 0,27 0,IS 40
0,56 0,55 0,53 0948 04 0,38 0,92 0,69 0,47 0,29 O,l6 401
rp= 0966 0364 0360 0,55 0,49 0,42 I,O8 0,78 03 0,33 O,l8 W
20”
0,82 0,77 0,7l 0764 0,57 09 l,35 l,Ol 0,69, 0,39 0,2l 40
1,47 l,3l l,l6 l,O2 0,88 0,76 2,42 l,62 L@l O,@ 0,32 41
31
TABLA T-3.2
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)
AI lgul0
flgd0 Coeficiente Ah de empuje ac11vo horizontal Co&iente 1, de empuje ac1ivo vertical
de rOn-
del siendo la inclinación del muro: siendo ka inclinanón del muro.
ln iellt0
alud co1 z = cota =
im temo de
del
del
Te”0
te3 Té”0
B 0.8 0.6 0.4 0 0,2 0.8 0.6 0.4 0 0.2
cp
0” 0.65 MO ),55 0,48 0,4l ),33 0.52 0,36 ),22 3.10 0.07
lo” 0.79 ),12 1.64 0.55 0,46 ),37 D,63 0.43 j.26 0.11 0,07
0” 15” 0,89 ),80 3,70 uo 0,50 1.41 0.71 0,48 ),28 D,l2 -0.08
20” 1.03 ),92 3,80 0.69 0,57 ),4 0.82 0.55 ),32 D,l4 .0,09 ,
25” l,55 1,35 1.16 0.98 0.82 ),68 1.24 0,8l ),46 0,20 -0.14 I
0” 0.56 1.53 3.49 0,37 3,30 0,43 1.28 0.16 0,05 0,o; ,
0.4 0.60
P= lo” 0.70 ),65 0.58 0.51 0,43 3,34 0,75 0,53 1.34 II,18 0.0; ,
W
3 ,
15” 0.80 ),73 0.65 0.56 0,47 3,38 0,86 O,@ ),38 0,20 0,07 0,o;
20” 0.96 ),86 0.76 0.65 0.55 1.03 0.70 1.4 0.23 0.08 0.0; ,
WJ
3” 20 25” 1.55 1.35 l,l6 0,98 0,82 3,68 l,ti 1.10 ),67 0,35 O,l2 0,oi I
25”
0” 0.48 ),47 o,u W 0,35 D,29 0.69 0,5l 3,35 0.21 0,lO 0,o: I
Yi!= lo” 0.61 ),58 0.53 0,47 0.40 D,33 0,88 0.64 3,42 0.25 O,l2 0.0: I
3
15” 0,72 3.67 o,QJ 0.53 0,45 0,37 Lo4 0,73 3,48 0.28 O,l4 0.0: I
20” 0.88 3.80 0,7l 0,62 0,52 ll,42 1.27 0.88 0,56 0,33 0.16 O.@ I
6” 40’ 25” 1.55 l,35 l,l6 0,98 0.82 LI,68 2,24 l,47 D,92 0.52 0,25 o,ot 5
0” 0.4 3,4l 0.39 0.37 0.32 0,27 0,Sl 0.60 0,42 0.27 O,l5 0.01
lo” 0,53 0,52 0.48 0.4 0,38 0,3l l,O7 0,77 0.51 0.32 O,l8 0,o 1
<p= 15” 0,63 MJ 0.56 0,50 0.43 0,35 l,27 0,89 0.60 0,37 0,20 0,OI ì
25”
20” 0,79 Ll,74 0.67 0.59 0,50 0,4l 1.60 1.10 0,7l 0,43 0,23 0.H 1
25” l,55 1.35 l,l6 0,98 0,82 0,68 3,13 l,W 1.23 0,72 0.38 0,l’ 1
0” WJ 0,54 0,48 0.41 0,33 0,26 0,48 0.33 0.19 0.08 W - 0,o: 5
lo” 0,71 0.64 0,55 0.46 0.37 0,28 0,57 0,38 0,22 oS@ 0.00 - 0,Ol 5
0” 20” 0,89 0,78 0.67 0,55 444 0,33 0,7l 0,47 0,27 0,ll O,M - 0,o 7
25” W 09 0,77 0.63 0,50 0,38 0,83 0,54 0,3l O,l3 O,oO - op 8
30” UO l,36 l,l4 0,93 0,75 0,59 l,28 0,82 0.45 0.19 O,oO -0,l 2
0” 0,50 0,47 0,42 0,37 0,30 0,24 0,57 0,4l 0,26 O,l4 0,05 - 0,o I
s!T=
lo” 0.61 0.56 0.50 0,42 0.34 0,27 0,69 0,49 0.31 O,l6 WJ - 0,o I
3
20” 0.79 0,7l 0,6l 0.51 0,4l 0.32 0.90 0,62 0,38 0,20 0,07 - 0,o 1
25 0.95 0.84 0.72 0.60 0,48 0,37 LO8 0,73 0.45 0,23 0.08 -0,Ol
lo” 30” 1.60 l,36 1.14 0.93 0.75 0,59 0,82 l,l8 0,7l 0,36 O,l3 - 0,Ol
30”
0” 0,4l 0.40 0.37 0,33 0,28 0,22 0,68 0,49 0,33 0.20 OJO 0,03
yyP=
lo” 0,52 0,49 O,M 0.39 0,32 0,25 0,85 O,@ 0.39 0,24 O,l2 0.04
3
20” 0,69 0,63 0,56 0,48 0,39 0,30 1313 0,78 0,50 0,29 O,l4 0,05
25” 0,86 0,77 0,67 0.57 0,46 0.35 l,4l 0,96 0,60 0,35 O,l7 0,05
200
30” 1960 l,36 (14 0,93 0,75 0,59 2,63 l,68 (02 0,57 0,27 0.09
OO 0,32 0,3? 0,33 0,30 0,26 0.21 0,82 O,@ 0,4l 0,26 0,IS 0,07
lo” 0,42 0,4i 0,39 0,35 0,30 0,24 LO7 0,76 09 0,3l 0.17 0,os
<p=
30” 20” 0.58 0,sc 0,5l 04 0,37 0,29 L@ l,Ol 0,65 0,39 0,2l 0,lO
25” 0,75 0,7( 0,62 0,53 OY 03 l,92 l,26 0,79 0,47 0,25 0.12
30” L60 1,3t l,l4 0.93 0,75 0,59 4,lO 2,45 1.44 0,82 0,43 0,20
32
TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)
0” W 0,49 0,42 0,35 0,27 0,20 0,43 0,29 O,l7 0.07 O,oO ~ 0.04
15” 0,70 0,6l 0,5l 0,42 0,32 0,23 0.56 0,37 0,20 0,08 O,oO ~ 0,OI
0” 25” 0,88 0,75 0,62 W 0,38 0,27 0.70 0,45 0,25 0.10 040 - O.O?
30” 404 0.88 0,72 0,57 04 0,3l 0,83 0,53 0,29 0.11 0.00 -O,(H
35” l,63 l,35 l,lO 0,87 0,67 0,50 l,3l 0,SI 04 O,l7 O,oO -0.N
0” 04 0,4l 0,37 0,3l 0,25 0.18 0.53 0,38 0,24 O,l3 0,05 O.o(
!?= 15” O,@ 0,53 O,& 0,38 0,29 0,2l 0,72 0,49 0,30 O,l6 0,06 O,M
3
25” 0,77 0,67 0,57 0,4fJ 0,35 0,25 0,93 0,62 0,38 O,l9 0,07 W
30” 0,94 0,Sl 0,67 0.54 0,4l 0,30 l,l3 0.75 04 0,23 0,08 O.o(
ll”40 35” l,63 1.35 IJO 0,87 0,67 W l,96 l,24 0,73 0.37 O,l4 0.K
15” -
0” 0,35 0,34 0,32 0,28 0,22 O,l7 0,Sl 0,47 0,32 0,19 0,lO 0.04
-= 15” 0,49 0746 0,4l OY 0,27 0.20 0,92 0764 0.41 0.23 0.12 O,M
3 25” 0366 O,@ 0,52 0,43 0,33 0,24 l,24 0.83 0,52 0,30 O,l4 O,O!
30” 0,83 0,73 0,62 0,5l 0,39 0,29 l,56 l,O2 0,62 0.35 O,l7 O,ot
23” 20’ 35” l,63 l,35 (10 0,87 0,67 0,50 3,07 l,88 IJO 0.60 0,29 0,II
0” 0,25 0,27 0,27 0.24 0,2l O,l6 0,85 O@ 0,41 0,26 O,l4 0,oi
15” 0.36 0.37 0,35 0,3l 0,25 O,l9 l,23 0,83 0,53 0,30 O,l7 0.08
cp= 25” 0,52 0,5l 0.39 0,3l 0,23 l,77 1.14 0,70 0.37 0,22 O.IC
35” 0.46
30” 0.69 O,@ 0,57 0,48 0,37 0,27 2,35 l,43 0,87 0.46 0,26 O,l2
35” l,63 l,35 l,lO 0,87 0,67 0,50 5,57 3,03 l,68 0,9l 0,47 0,22
0” 0,49 044 0,37 0.29 0,22 0.15 0,39 0,26 O,l5 0906 O.@J - 0,03
15” 0,63 0,53 44 OY 0,25 O,l7 0.50 0,32 0,lS 0,07 WJ - 0,03
0” 25” 0,76 O,M 0,52 WJ 0,29 0.19 0,6l 0,38 0,2l 0,08 O,oO -0,04
35” l,O2 0,84 0,67 0,51 0,37 0.24 0,82 0.50 0,27 0,lO 400 - 0,05
40” 1364 l,32 I,O5 0,80 0,59 0,4l l,3l 0,79 0,42 O,l6 @oO - 0,08
0” 0,40 0.36 0,3l 0,26 0,20 O,l4 0,5l 0.35 0,22 0.12 0.05 0.00
‘PT 15” 0.52 04 0,39 0,3l 0.23 O,l6 466 0,45 0.27 O,l4 0,05 0,Ol
3
25” 0.65 0,56 046 0.36 0,27 0,lS 0,83 0,55 0.32 O,l6 0,06 0,Ol
35” 0,92 0,77 0,62 0.48 0,35 0,23 1.18 0.76 04 0,22 0,08 0,Ol
l3”20’ 40” W l,32 l,O5 0,80 0,59 0,4l 2,lO l,30 0,74 0,37 O,l4 0,Ol
10” -
0” 0,30 0,29 0,27 0,23 0,lS O,l3 0,65 W 0,30 0,lS O,@ O,@l
‘yP=
15” 0.41 0,38 0.33 0,28 0,2l 0,IS 0.89 0,60 0,37 0,22 0.10 W
3 25” 0,52 0,48 0,4l 0,33 0,25 O,l7 l,l3 0,76 0.26 0.12 0.05
0.46
35” 0,79 0,69 0.58 0,45 0.33 0.22 l,72 Lo9 0,65 0,35 O,l7 0,06
26” 40 40” L@ l,32 1,05 0,80 0,59 0,4l 3.57 2,08 1.19 0,62 0,30 011
0” 0,lS 0,2l 0,22 0,20 O,l6 O,l2 0,89 0,6l 0340 0,25 O,l4 0,07
15” 0,26 0,29 0,28 0,24 O,l9 O,l4 l,30 0.84 0,52 0.30 O,l6 0,08
<p= 25” 0,35 0,37 0,35 0,29 0,23 O,l6 l,74 l,O7 0,65 0,36 0,19 409
40”
35” 0,59 0,58 0,5l 0.42 0,3l 0,21 2,94 I ,68 0,95 0,52 0,26 0,II
40” W l,32 l,O5 0,80 0,59 0,4l 8,17 3,83 l,95 IN 0,49 0.22
33
TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)
1
,
'nen 0.6 0 0.2
0.8 0.6 0.4 0.2 0 0.2 0.8 0.4 0.2
'p
0" 0.45 0,38 0,32 0,24 O,l7 0,II 0,36 0,23 O,l3 0,05 0.00 - O,O?
15" 0,56 0,47 0,37 0,28 O,l9 0,12 0,45 0,28 O,l5 0,06 0.00 - 0.02
0” 30” 0,73 WJ 0,47 0,34 0,23 O,l4 0,58 0,36 0,19 0,07 OJO - 0.03
40” 0,99 0,79 0,61 0,45 0,30 O,l8 0,79 0,47 0,24 0,09 0.00 - 0,04
45” l,62 l,28 0,98 0.72 0,50 0,32 l,30 0,77 0,39 O,l4 0.00 - 0.06
0” 0,35 0,32 0,27 0,2l O,l4 OJO 0,48 0,33 0,20 OJO 404 0,Ol
9: 15 0,45 0,39 0,32 0,25 OJ8 0,ll 0,6l 04 0,24 0.12 0,05 0.01
3 30” 0,55 0,52 0,42 0,3l 0,22 O,l3 0,75 0.54 0,3l O,l5 0,06 0.01
40” 0,88 0,72 0,57 0,42 0,29 O,l7 l,20 0.74 0,43 0,2l 0,08 0.01
15” 45” l,62 1.28 0.98 0,72 0.50 0,32 2.20 1,32 0.73 0,36 O,l3 0.02
0” 0,25 0,25 0,22 0,19 O,l4 O,@ 464 O,M 0,28 O,l6 0,08 0,oi
*= 15” 0,33 0,3l 0,27 0.22 O,l6 0,lO 0,84 0,56 0,34 O,l9 0.09 0,oi
3 30” 0,48 0,43 0,36 0,28 0,20 O,l3 l,23 0,77 0,46 0,25 0,II W
40” 0,74 W 0,52 0,39 0,27 O,l7 l,89 1.15 0,66 0.34 0.16 o.ot
30” 45” 1.62 1.28 0.98 0.72 0.50 0.32 4.15 2,3l 1.25 0,63 0.29 0.11
0” 0,ll O,l6 0.17 0.16 0.13 0.09 0.97 0.63 0.40 0.24 O,l3 o.ot
15” O,l6 0,2l 0,22 0.19 0,IS 0.10 l,M 0.84 0,51 0.28 O,l5 0.0
cp= 30” 0,25 0,3l 0,30 0,25 0.18 O,l2 2325 1.24 0,70 0.37 O,l8 0.01
45”
40” 0.45 0,50 0.45 0,35 0,25 OJ6 4,05 2.00 l,O5 0.52 0,25 0.1
45” 1.62 1.28 0,98 0.72 0,50 0.32 l4,60 5.12 2,29 1.08 0.50 0.2
Los componentes Eh, E,, horizontal y vertical respectivamente, del empuje total
E, por unidad de longitud de muro, vienen dadas por las expresiones
13.71
El punto de aplicación del empuje total E = JE,f + E:, está situado a una pro-
fundidad y desde la coronación del muro, dada por la expresión
i3.91
34
y el empuje es horizontal, está situado a profundidad 7 y tiene como valor
H21 -sencp
E=E,,=y- [3.1 l]
2 l+sen<p
Figura 3-5
35
en el cual presenta dos series de superficies planas de rotura, formando ángulos de
45 f 2 con la horizontal (*).
Para el caso particular de trasdós vertical (fig. 3-5) las componentes ph, pv de
la presión a profundidad z vienen dadas por las expresiones
Ph = yzA’,
Pv = YZA’,
-
2T
1 H
~-1
Figura 3.6
siendo
cos b - Jcosz fi - cos’ cp
xh = coti~ [3.12]
cos/.l+ cos /3 - cos cp
cosp - cos p - cos cp
1’” = sen fl cos j?
cos #I + Jcos2 /Y? - cos2 q
El empuje varía linealmente con la profundidad y sus valores vienen dados por
Eh = ,$t?‘h [3.14]
(*) Para una exposición del tema puede verse JIMENEZ SALAS (3.7).
36
Obsérvese que si además de a = 90” se supone /? = 6, las expresiones [3.4] y [3.5]
se transforman en las [3.12] y [3.13]. Si /3 = 6 = 0, se tiene
II, =l-sencp
h
1 + senfq [3.16]
siendo ñ’, = 0.
Es decir, que la teoria de COULOMB para trasdós vertical y superficie de terre-
no de ángulo /? igual al 6 de rozamiento del terreno con el muro conduce al mismo
valor del empuje que la de RANKINE. En particular ambas teorías coinciden para
trasdós vertical y superficie de relleno horizontal si 6 = 0.
Sin embargo, si el muro en lugar de carecer de talón, como ocurre en los casos
indicados en las figuras 3-3, 3-4 y 3-5, lo tiene como se indica en la figura 3-7, que
es caso frecuente en muros ménsula y muros de contrafuertes, la situción es distinta
ya que la masa de tierra ABCD descansa sobre el talón y de hecho si el muro gira
o desliza, lo hace con él.
al b)
Figura 3- 7
El cálculo del empuje en este caso no está resuelto satisfactoriamente (*) y lo nor-
mal es calcularlo de acuerdo con lo expuesto en 3.2.1 ó 3.2.2. Sin embargo el CODE
OF PRACTICE «EARTH RETAINING STRUCTURES» de la Institution of
Structural Engineers británica (3.2) recomienda un método interesante que resumi-
mos a continuación.
(*) JIMENEZ SALAS, SERRANO y ALPAÑES, en la referencia (3.7), tomo II, recogen esta dispersión
de criterios y señalan como frecuente el cãlculo por la teoría de RANKINE, aunque con algunas
reservas.
37
Para el cálculo del muro como cuerpo rígido, a vuelco y deslizamiento, el empuje
se calcula también según 3.2.1 pero actuando sobre un trasdós virtual AB, pasando
por el extremo del talón, pero en este caso la presión se calcula para un valor 6 = <p.
(Fig. 3-7b).
El método puede suponer un ahorro importante en aquellos casos en que las
condiciones de vuelco o deslizamiento sean críticas en el proyecto, pero como vere-
mos más adelante, esto precisamente no es frecuente en los muros con talón.
Un método más riguroso de cálculo de empujes en muros con talón es el que
exponemos en 9.2.
No existe un método satisfactorio de cálculo de los empujes en este caso. Una dis-
cusión detallada puede verse en la referencia (3.7). La Norma NBE-AE- (3.5) reco-
mienda que si no se realizan determinaciones directas de las características del terreno
se suponga, conservadoramente, que la cohesión es nula, y se utilicen por tanto las
tablas T-3.2 y T-3.3. La publicación (3.2) contiene recomendaciones prácticas, que
no se recogen aquí por su extensión, pero que distinguen los casos de arcillas no fisu-
radas, limos y arcillas parcialmente saturadas y arcillas rígidas fisuradas.
Tanto en Edificación como en Obras Públicas son frecuentes los casos de sobre-
cargas de tipos muy variados, que a continuación se estudian.
Figura 3-8
38
1
El peso de la cuña MNC, a profundidad H, incluida la sobrecarga correspon-
diente, es
E = f iy,H’
donde
H2
o bien
sen a
E=flyH2+IqH [3.18]
sen (a + /?)
La fórmula [3.18] indica que el empuje producido por una sobrecarga q por uni-
dad de longitud de talud es el mismo que el producido por una altura adicional de
tierras tal que
sen a
yhe=q sen (u + /?)
de donde
h, = !! [3.19]
y sen”;a”T j?) (*)
Si fi = 0, h, = 4 [3.20]
Y
(*) Debe prestarse atención a que la Norma NBE-AE- (3.5) da h, = 5 (q’es la sobrecarga por uni-
dad de proyección horizontal), lo cual como hemos visto sólo es cierto para superficie de terreno
horizontal, o para muro con trasdós vertical, como puede verse haciendo fl = 0 h, = ; o
, c 1
a=90 (he=*=5 siendo q’ la carga por unidad de proyección horizontal), en [3.19]. (La nor-
ma NBE-AE- es una reedición literal de la MV-101 publicada en 1962).
39
De acuerdo con [3.18], la presión adicional debida a la sobrecarga es
sen a
Ph = ihq
sen (a + /?)
sen a
PY = A”4 [3.21]
sen (a + b)
sen a
P =Aq sen (a + fl)
siendo E. = JAí:+x
y su diagrama es rectangular tal como se indica en la figura 3-8. El diagrama total
de presiones es por tanto trapecial.
La profundidad del punto de aplicación del empuje total es de deducción inme-
diata, resultando
sen a
2yH+3q
sen (a + /?)
Y, = H [3.22]
sen a
3yH+6q
sen (a + p)
Si /? = 0,
y =H2YH+3q * [3.23]
R 3yH+6q( )
De acuerdo con TENG (3.3), y según la figura 3-9, para el caso de trasdós verti-
cal y superficie de terreno horizontal, llamemos:
pq presión horizontal en el punto A
q carga en la banda, por unidad de superficie
La presión real contra un muro rígido es doble de la obtenida por la aplicación
de la teoría de la elasticidad.
(*) De nuevo NBE-AE- adopta [3.23] como expresión general, cuando sólo es válida para 0 = 0 o
bien para <y = 90” si q es la sobrecarga por unidad de proyección horizontal.
(**) Este caso puede ser resuelto también dividiendo la carga en banda en varias cargas lineales parale-
las y aplicando el método simplificado que se expone en 3.3.3b.
(***) Para muros no rígidos, como es lo frecuente, el valor 2q puede sustituirse por 1,5q.
40
:”/r
.-’ 9q
La distribución de presiones varía de acuerdo con lo que se indica esquemática-
mente en la figura 3-9t 1.
al b)
Ap = = B¿
MN=-- P-
MP=p
cos w (‘os 0 co.+ <o
b)
Figura 3-10
Deberá cumplirse
Bz
N=qMP=q&
de donde
N cos o
48 = [3.25]
z
Para p Ñ sen /? Ñ 0, [3.24] toma la forma
[3.27]
Figura 3-11
42
corte al trasdós del muro. Si el corte se produce en el trasdós por debajo de la base
del muro, el efecto de la carga N, puede ser despreciado.
El método tiene la ventaja de su sencillez pero presenta el inconveniente de que
al sustituir la distribución continua de presiones a lo largo de la altura, por una carga
lineal única, Ah N, no permite calcular los esfuerzos a que está sometido el muro más
que en su arranque.
, x=mH IN
al b)
Figuru 3-12
N mz n2
Si m > 0,4 p “0 = 1.777i;, l (m2 + n2)3 [3.29]
La distribución a lo largo del muro en cualquier plano horizontal puede ser cal-
culada mediante la fórmula
PN = PNo cos $ [3.30]
El significado de + se indica en la figura 3-l 2b.
43
b) Método simplificado del CIVIL ENGINEERING CODE OF PRACTICE
(3.2)
El método anterior aparte de las incertidumbres de la aplicación de la teoría de
la elasticidad a los suelos, presenta el inconveniente de corresponder únicamente al
caso de carga puntual. En el caso de cargas repartidas sobre áreas de una cierta exten-
sión, como es el caso de zapatas cuando existen edificios próximos a la coronación
del muro, el método no es aplicable, salvo que se proceda a la división del área carga-
da en pequeñas áreas, cuyas cargas puedan asimilarse a otras puntuales, operando
entonces por superposición, lo cual es muy trabajoso.
El Código de Práctica citada, adopta un método simplificado, derivado del ex-
puesto en 3.3.3b). De acuerdo con ello se determina el punto A trazando por el centro
0 de la aplicación de la carga la recta OA formando 40” con la horizontal.
tINu-- 4 - ~---__
17
,&
4o” fLoJ
/
/ b
‘ A
* - lr’:
Aa N
.;’ I-
II’ -r
x2
al
-k -4
b)
Figura 3-13
al b)
Figuru 3-14
p” = yq (1 - e j,, ) [3.32]
donde
A
zo = ~ [3.33]
U 2,
45
siendo:
A: Sección horizontal, igual a la separación entre muros multiplicada por la lon-
gitud de la pareja de muros. I
U: Doble de la suma de la separación entre muros más la longitud de la pareja
de muros.
Ah, 2,: Tienen los significados vistos anteriormente.
Si la longitud de la pareja de muros es muy grande respecto a su separación d, ’
d
zo = ñ-Y
Si el trasdós del muro forma con la horizontal un ángulo ~1, se está en el mismo
caso que en las tolvas de los silos y la presión normal vale
pn = p’ sen2 a + p” co.9 a [3.34]
La tabla T-3.4, tomada de (3.5) proporciona los valores de 1 - e-$ .
TABLA T-3.4
FUNCION DE PRESION EN SILOS
46
3.5 EMPUJE AL REPOSO
Como ya hemos dicho este valor del empuje puede producirse cuando la defor-
mabilidad del muro es extremadamente pequeña.
El valor de 3, en la fórmula [3.6] es diticil de evaluar, pero en arenas suele variar
entre 0,4 y 0,6. Frecuentemente en terrenos granulares se estima por la fórmula
A = Z - sen <p. En terrenos cohesivos alcanza valores de 0,5 a 0,75.
Un método aproximado de uso frecuente es el indicado en la figura 3- 15. Para
el caso en que no hay carga sobre el relleno el diagrama triangular de presiones (tig. 3-
15a) se sustituye por uno rectangular de valor dos tercios de la presión máxima de
empuje activo pero calculado con A = 2 - sen cp. Para el caso en que existe carga so-
bre el relleno (fig. 3- 15b), se opera análogamente.
X= l - s e n !Y
a) b)
Figura 3-1.5
47
a) Si el material del relleno es muy permeable como es el caso de las gravas y
de las arenas gruesas e incluso medias, la aportación de agua será evacuada por el
sistema de drenaje(*) mediante el establecimiento de una red de filtración de direc-
ción predominantemente vertical. Mientras el sistema de drenaje sea capaz de eva-
cuar el agua filtrante, el nivel de agua no rebasará la cota inferior del sistema de
drenaje y las fórmulas vistas hasta ahora para calcular las presiones y empujes siguen
siendo válidas sin más que reemplazar en ellas la densidad seca y por la densidad
aparente yh. Esta última densidad varía naturalmente con el grado de humedad del
suelo y la falta de ensayos directos puede ser estimada a partir de los datos de la tabla
T-3.5.
TABLA T-3.5
DENSIDADES APROXIMADAS DE DISTINTOS SUELOS GRANULARES (3.2)
7-- DENSIDAD
APARENTE
DENSIDAD
SUMERGIDA
MATERIAL ?h
/ (tim’) (&)
48
d) En cualquier caso, la presión hidrostática debe ser considerada siempre para
niveles inferiores al más bajo del sistema de drenaje. Este es un caso particular del
más general indicado en el apartado siguiente.
En el caso general indicado en la figura 3- 16, con relleno de ángulo b y una so-
brecarga q por unidad de longitud de talud, las presiones a profundidad z resultan:
Ph =
1 $(z - ZO) + YZO + q
sen a
sen (a + /?) 1
Ah + ya (z - za) sen a [3.37]
py =
1
y’ (z - zo) + yzo + q
sen a
sen (a + /?) 1 i, + ya (z - z(,) cos a [3.38]
En [3.37] y [3.38] y debe ser sustituida por yh si el terreno puede estar húmedo.
Si z d za, en [3.37] y [3.38] debe hacerse za = z.
- -/ jjjj;
i:.::::.
fi::i;.;li
, :: .,.;
i! j$;;$:;;, P
/.,... .:.,.:
, :::::.
i i;;;;jj;;j;j;l
NIVEL FREATICO !.~.‘.~.~.~.~.~.~
. .
+::jf::F:,:,.
!:I:I:]:j:i:i:j:I:_::,,
d R.-
;:::.
‘.‘.‘... :::: ,~.~.~.~.~;:.
:.::::::::.:., :.:.::::;:.
::: ~::;:: :::::;...
<_.. .:.
.:.:.:.: ‘.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.
~~~
;:::.
Figura 3- 16
49
Figura 3-17
En algunos casos los probables asientos futuros del relleno debidos a su propio
peso carecen de importancia pero frecuentemente no ocurre así, y para controlar tales
asientos se recurre a la compactación del relleno.
Esta compactación, en toda la zona correspondiente a la cuña de deslizamiento,
debe realizarse con especial cuidado, empleando medios ligeros. El empleo de com-
pactadores pesados puede conducir a una sobrecompactación que produzca presio-
nes superiores a las correspondientes al empuje activo.
50
F t'
a) b)
Figura 3- 18
3.12 E M P U J E P R O D U C I D O P O RL E L O L E A J E
La evaluación del empuje producido por las olas contra un muro no puede hoy
hacerse con buena precisión y la experiencia práctica sigue aún siendo la guía princi-
pal. La presión ejercida es la suma de la presión hidrostática y de la presión dinámica
debida al movimiento de las partículas de agua.
CRESTA DEL
CLAPOTIS
_---- - -
-~L-L;H~L~oELAG”A
EPOSO
S E N O PC’
CLAPO
\ PRESION
HIDROSTATICA
L = Longitud de ola
P2 =
LH
rosll z"L"
H + h.
p1 = ( &qd + ‘2’ H + h + d
0
Figura 3-1 Y
51
Es esencial distinguir el caso de olas que se reflejan contra el muro, de aquel en
que las olas rompen contra el propio muro, en cuyo caso la estructura ha de absorber
un empuje mucho mayor. La presencia de uno u otro caso, depende, como es sabido
de la relación de la profundidad junto al muro a la altura de ola.
a) Ola rejlejada en el muro. La teoría clásica para ondas estacionarias es debida
a SAINFLOU (3.8) y se resume en la figura 3-19, que corresponde al diagrama de
presiones debido al paso de la cresta. (Valor máximo). Téngase en cuenta la carrera
de marea para el nivel del agua en reposo. En la figura no se indica la subpresión.
I
PRESION OINAMICA
Figura 3-20
donde:
Hb = Altura de la ola rompiente
Ld, = Longitud de ola
d, = Profundidad a la distancia Ldl del muro
d, = Profundidad junto al muro
= Densidad del agua
[longitudes en pies y fuerzas en libras)
52
Como área dentro del diagrama de presiones dinámicas toma
Fd = ~már Hh
[3.40]
2
que da por tanto la fuerza dinámica total actuando a cota d,.
c) Método de GODA válido simultáneamente para ondas estacionarias y en rotu-
ra. El método, más moderno que los anteriores y basado en investigaciones experi-
mentales evita la discontinuidad que presentan los mismos según la ola rompa o no.
El método puede seguirse en detalle en la obra de SUAREZ BORES (3.1 l), en la
de DEL MORAL y BERENGUER (3.12) y en la referencia (3.13).
Figura 3-21
Pr = PI [3.42]
cosh @!’
L
donde
Yn = Densidad del agua
L = Longitud de ola de cálculo
HD = Altura de ola de cálculo
ai = 0,6 + ; [3.43]
[3.44]
2d
I HLJ
[3.45]
53
d = Profundidad de coronación de la berma
h = Profundidad en el pie de la escollera
hh = Profundidad a una distancia del pie igual a cinco veces la altura de ola
significante junto al muro, HI,+
Como valor de HD se toma el menor de los valores:
HD = 1,8 Hli3 si el muro está situado en zona donde no rompen las olas
HD = Hh, siendo Hb la altura de ola correspondiente a la profundidad hb, si el
muro está situado en zona donde rompen las olas.
A la ley de presiones dinámicas indicada hay que sumar la hidrostática (hg. 3-21).
El método de GODA considera además una subpresión variando de pz a 0, (ver
figura 3-21), donde
P3 = ala3ywHD [3.46]
donde
[3.47]
Esta Norma, vigente en España, (3.14), a falta de estudios más refinados se limi-
ta a multiplicar las componentes E, y Eh del empuje por un coeficiente K, (tig. 3-22)
de valor
K,=l+c [3.48]
donde el valor de c viene indicado en la tabla T-3.6.
TABLA T-3.6
COEFICIENTE SISMICO BASICO, c
V 0,02
VI 0,04
VII 0,08
VIII 0,15
IX 0,30
54
Figuru 3-22
Figura 3-23
El método adolece del defecto, entre otros, de considerar que la acción sísmica
mantiene el ‘punto de aplicación del empuje, aparte de infravalorar considerablemen-
te el propio valor de la acción.
55
3.13.2 METODO DE SEED
Este método desarrollado por SEED (3.19, es una simplificación del de MO-
NONOBE-OKABE que exponemos más adelante.
Es siempre útil como mktodo de anteproyecto y para terrenos granulares ordina-
rios, puede emplearse en lugar del de MONONOBE-OKABE, ya que las diferencias
en los resultados son despreciables y en cambio el cálculo es extraordinariamente sim-
ple.
Figura 3-24
56
Llamando s al coeficiente sísmico horizontal y v al vertical (seguimos la notación
de P.D.S.-1), se define el ángulo 8 (fig. 3-25), de la resultante de las fuerzas aplicadas
a una masa m.
Figura 3-25
El empuje total Ed, incluido el debido a la acción sísmica, viene dado por la fór-
mula (tig. 3-26).
[3.50]
donde
sen”(q -8 + a)
t Co
[3.51]
Figura 3-26
57
Los ensayos en modelo reducido han mostrado una buena concordancia con los
resultados obtenidos con este método de cálculo. Conviene recordar la conveniencia
de tomar para el ángulo 6 de rozamiento entre relleno y muro valores muy modera-
dos, e incluso nulo, debido a la vibración que acompaña al sismo.
A partir de [3.50] se puede definir el incremento de empuje debido a la acción
sísmica.
Figura 3-27
Conocido AE,,, el empuje activo Ese supone actuando, como se vio anteriormen-
te, a una cota T por encima del plano de cimentación y el AE,T a una cota i H de
acuerdo con SEED (lig. 3-27).
Obsérvese que para que [3.5 13 esté definida, es necesario que
(p-p-030
0 lo que es lo mismo
p<q-0 * [3.53]
lo cual limita en zonas sísmicas el máximo talud posible para el relleno.
El método de MONONOBE-OKABE ha sido perfeccionado por RICHARDS
y ELMS (3.18) a base de admitir un cierto corrimiento del muro bajo la acción sísmi-
ca, lo cual es aceptable en muchos casos. Puede verse un resumen del método en el
trabajo de CORTE, ISNARD y SOULOUMIAC (3.19) incluido en la referencia
(3.20):
58
3.13.4 MUROS EN CONTACTO CON LIQUIDOS
[3.54]
Figura 3-28
En este caso (lig. 3-29) falla una de las hipótesis básicas del método de MONO-
NOBE-OKABE.
59
Figuru 3-29
donde
& coeficiente de empuje dado por [3.51].
& coeficiente de empuje al reposo.
1, coeficiente de empuje activo.
De [3.56] se deduce que el incremento de empuje debido al sismo es
[3.58]
60
Figura 3-30
Mm& = - [3.59]
71
61
Figuru 3-31
BIBLIOGRAFIA
(3.1) TERZAGHI, K.; «Theoretical Soil Mechanics». New York. John Wiley & Sons. 1943.
(3.2) «Earth Retaining Structures». Civil Engineering Code of Practice. The Institution of
Structural Engineers. London. 1975.
(3.3) TENG, W. C., Foundation Design. Prentice-Hall. New York. 1962.
(3.4) COULOMB, Ch. A.; «Essai sur quelques problemes de statique relatits a l’architectu-
re». Paris. 1773.
(3.5) NBE-AE-88. Norma Básica de la Edificación. «Acciones en la edificación». MOPU.
Madrid. 1989.
(3.6) RANKINE, W. J. M.; «On the stability of loose earth». Philosophical Transactions of
the Roya1 Society. 1857.
(3.7) JIMENEZ SALAS et al.; «Geotecnia y Cimientos». Tomo II. Editorial Rueda. Ma-
drid. 1980.
(3.8) SAINFLOU, G.; «Tratado de muelles verticales». Annales des Ponts et Chaussees. Pa-
ris. 1928.
(3.9) SHORE PROTECTION MANUAL. U.S. Army. Coastal Engineering Research Cen-
ter. 1977.
(3.10) MINIKIN, R. R.; «Winds, Waves and Maritime Structures». Charles Griffin, Co.
London. 1963.
(3.11) SUAREZ BORES, P.; «Obras Marítimas Exteriores)). Análisis de Fiabilidad de los
Sistemas de Diseño. 1980.
(3.12) DEL MORAL, R. y BERENGUER, J. M.; «Obras Marítimas». Madrid. 1980.
62
(3.13) TECHNICAL STANDARDS FOR PORT AND HARBOUR FACILITIES IN JA-
PAN. 1983.
(3.14) P.D.S.-1 (1974). Norma Sismorresistente. Parte A. Normativa. Boletín Oficial del Es-
tado. Madrid. 1974.
(3.15) SEED, H. B.; «Dynamic lateral pressures on retaining structures». Berkeley. 1969.
(3.16) MONONOBE, N.; MATSUO. H.; «On the determination of earth pressure during
earthquakes)). Proc. World Engineering Congress. Tokyo. 1929.
(3.17) OKABE, S.; General theory of earth pressure». Journal of the Japanese Society of Ci-
vil Engineers. Vol. 12. 1926. .
(3.18) RICHARD, R.; ELMS, D. G.; «Seismic Behaviour of gravity retaining walls». Geo-
technica, Engineering Division. Vol. 105. 1979.
(3.19) CORTE. J. F.; ISNARD, A.; SOULOUMIAC, R.; «Designs of Earth Retaining
Structures. State of the Practice». Contenido en la referencia (3.20).
(3.20) DAVIDOVICI, V.; «Genie parasismique)). Presses de la Ecole Nationale des Ponts et
Chaussees. 1985.
(3.21) «Recomendaciones del Comité para Obras en Puertos y Riberas». Norma Alemana
EAU- 1970.
(3.22) ROWE, R. E.; «Concrete Bridge Desigm. John Wiley & Sons. New York. 1962.
(3.23) «Ship Collision with Bridges and Offshore Structures)). International Association for
Bridge and Structural Engineering. Colloquium of Copenhagen. 1983.
(3.24) «Defensas Portuarias de Atraque». Ministerio de Obras Públicas. Madrid. 1967.
63
CAPITULO 4
MUROS DE GRAVEDAD
4.1 INTRODUCCION
65
~ La seguridad a vuelco.
~ La seguridad a deslizamiento.
-Las tensiones sobre el terreno de cimentación en condiciones de servicio.
- Las tensiones sobre el terreno de cimentación bajo el empuje mayorado.
~ Las comprobaciones resistentes del muro como estructura de hormigón.
Si alguna de las comprobaciones consignadas en c), no resulta satisfactoria, el
muro debe ser redimensionado y en definitiva las etapas a), b) y c) deben ser repetidas
hasta conseguir un diseño que sea a la vez económico y suficientemente seguro.
Esto puede exigir la repetición de los cálculos varias veces y de ahi el interés de
los métodos de predimensionamiento que eviten repeticiones o las reduzcan a un mi-
nimo.
En el Capitulo anterior hemos visto lo referente a la etapa b) correspondiente
al cálculo del empuje del terreno. En el apartado siguiente, para mayor claridad en
la exposición, veremos primeramente los métodos de comprobación, correspondien-
tes a la etapa c), y posteriormente desarrollaremos un método de predimensionamien-
to para resolver la etapa a). Por supuesto en el proyecto real las etapas deben abor-
darse en el orden a), b) y c).
4.2 COMPROBACION
Figura 4-1
66
4.2.1 SEGURIDAD A DESLIZAMIENTO
donde
TABLA T-4.1
COEFICIENTES DE ROZAMIENTO p
(Tomada de la Ref. (4.1))
Tipo de suelo
1 Coeficiente p
(*) En lo que sigue se supone horizontal el plano de contacto entre cimiento y suelo, como es usual.
Si no ocurre así, las fórmulas son inmediatamente generalizables trabajando con las componentes
de las fuerzas perpendiculares y paralelas al plano de contacto. (Téngase en cuenta que aparece
en ese caso una componente vertical del empuje pasivo frente al muro).
(**) En terrenos cohesivos debe considerarse ademls la adherencia. Obsérvese que como E, es concomi-
tante con Eh, colabora siempre en impedir el deslizamiento.
(***) El efecto de la cuña de terreno situada verticalmente sobre el trasdós, ya está incluido en el cálculo
de empuje y no entra por tanto en el cómputo del valor N’.
67
El valor de Ep puede ser estimado conservadoramente mediante la fórmula de
RANKINE
1 + sen <p
Ep = ; yh; L4.21
1 - sen cp
y su resultante es horizontal y situada a profundidad : Ir, por debajo del nivel del te-
rreno frente al muro.
Sin embargo, la inclusión en [4. l] del valor de Ep requiere consideración deteni-
da. Por un lado, dicha inclusión nunca debe adoptarse sin un estudio cuidadoso del
suelo. Independientemente de lo anterior, la movilización del empuje pasivo requiere
corrimientos apreciables del muro, que pueden ser incompatibles con sus condiciones
de servicio (*). Finalmente, si se decide tenerlo en cuenta, no debería considerarse
el empuje pasivo correspondiente a los primeros 50 cm de profundidad en los que
la posibilidad de movilizar el empuje pasivo es siempre dudosa (**). De acuerdo con
ello, el valor de E,, dado por [4.2] se reduciría a
1 + sen<p
E, = ; y (hf.- 0,.5’)
1 - sen cp
L4.41
&= N’ ’
E,, - p E,
(*) Por tanto, en ese caso, en estado de servicio. es decir para C,,, = f, el no deslizamiento debe quedar
asegurado sin contar con el empuje pasivo, salvo que en servicio puedan tolerarse corrimientos im-
portantes.
(**) Por lo tanto la cara superior de la zapata debe quedar a no menos de 50 cm de profundidad si SC
quiere aprovechar todo su frente para movilizar el empuje pasivo.
68
lizada si bien con alguna mayor complejidad de ejecución de la excavación de cimien-
tos, y en el caso de muros de hormigón armado con complicación también de la ferra-
lla.
Normalmente la consideración exigida desde el punto de vista del deslizamiento
es
viniendo C,T, dada por [4.4] o [4.5] según sea el caso. Para el caso de sismo, suele adop-
tarse C, >, 1.2.
Momento estabilizador:
+ E,m***) 14.71
c.s,. = L4.81
h, = 2 h;- 0,125
L4.91
3 hf - 0,25
La excentricidad ep es la correspondiente a la resultante N’.
(*) Realmente los escasos ensayos disponibles indican que el giro se produce alrededor de un punto
situado por debajo del plano de cimentación.
( * * ) Eh y Ev son concomitantes. La expresión [4.6] equivale, naturalmente, al momento volcador del em-
puje total E respecto al punto A.
( ***) Recuérdese que las distancias horizontales se consideran positivas hacia la puntera.
69
Como ‘en el caso de la seguridad a deslizamiento, y por las mismas razones allí
expuestas, lo usual es despreciar el empuje pasivo:
[4. lo]
70
y se obtiene
N’e, + Eh h, + E,f
e, = [4.12]
N
N 6Ne,
oB=----- [4.13]
B B’
N 6Ne,
Cr,=-+- f4.141
B B’
La validez de [4. lo] queda por tanto condicionada a que (r B > 0, en la hipótesis
de e, 3 0, lo que equivale, a partir de [4.13] a
N 6Ne
--@>O [4.15]
B
es decir que para que toda la base esté comprimida, la resultante de empujes y pesos
debe pasar por el tercio central de la base.
Si la resultante pasa fuera del tercio central, la fórmula de NAVIER y por tanto
[4.13] y [4.14] no son aplicables, pero el vblor de la tensión máxima
Figura 4-2
71
õA es de deducción inmediata (fig. 4-2) ya que la condición de equilibrio conduce
a que si je,, 1 > +
AC = 3AD
siendo AD = 3 - Ie, 1
y también
l__
-UA’ AC= N
2
de donde
ZN
[4.16]
Debe verificarse en ambos casos que ãA < oah, si bien en general la tensión admi-
sible en los casos de distribución tanto trapecial como triangular de presiones suele
incrementarse del 25 al 33 % respecto al valor admisible en el caso de distribución
constante. En España la Norma NBE-AE- (4.2) permite un incremento del 25% siempre
que la presión en el c.d.g. de la superficie de apoyo no exceda la admisible.
Suele imponerse a veces algún límite a la excentricidad e,. En España no existe
normalización alguna referente a muros, pero es frecuente adoptar la limitación
( e, ( ,< B que es lo mismo que exigir que el punto de paso de la resultante no diste
3’
menos de g del borde del muro. La intención de una limitación de este tipo es evitar
6
el hecho, realmente peligroso, de que si la resultante está muy cerca del borde del
cimiento, un ligero aumento de empuje, y por tanto de la excentricidad, provoque
un fuerte incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como veremos más ade-
lante, el riesgo indicado se controla de manera más lógica mediante la comprobación
que se expone en el apartado siguiente.
72
Figbra 4-3
N* 6 N*e*
CT*B---2
- [4.17]
B B’
N* 6 N*e*
0.4*=-+n [4.18]
B BJ
(*) Véase J. CALAVERA y A. CABRERA (4.3).
73
[4.19]
(*) El método es una derivación de lo expuesto en la referencia (4.3), que desarrollé en 1%9 en colabora-
ción con A. CABRERA para muros de ménsula.
(**) La lectura de este apartado no es necesaria para la aplicación del método. El lector interesado exclu-
sivamente en su aplicación puede pasar directamente al apartado 4.4.
74
H
c_B-( *
T I P O - A T I P O - B
al b)
!-J--l L-Q
cl d)
Figura 4-4
a) Seguridad a deslizamiento
Resultante de las cargas verticales.
(Se desprecia la pequeña cuña de terreno que reposa frente al muro sobre el pro-
pio muro. Ver figura 4-4~).
Empuje del terreno. De acuerdo con [3.14]
1 - sen 30”
E=;l,S .H2=0,3H2
1 + sen 30’
75
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando [4.5] con N = N
[4.22]
1
12,3BH-;B
y operando
[4.23]
- f 2,3 BH ; + 0,3 HZ ;
e, =
1
j 2,3 BH
y operando
en
-= B 0,087
[4.25]
H - 0p167E + BIH
que es la condición para que la distribución de tensiones sea trapecial, ello puede sig-
nificar
B 0,087
- 0,167H + BIH >-IB
/ 6 H
76
0,087 > 0 que se cumple siempre para todo valor de 8.
BIH
Que se cumpla, siendo e, > 0
0 lo que es lo mismo
El valor frontera que separa los valores positivos de e, de los negativos se obtiene
al hacer e, = o en [4.25] de donde resulta
B
H = 0,72
[4.27]
y en definitiva se obtiene:
1
z 2,3 BH
(T mu \ -
B + B’
y operando
(T mo\- 0x3
~ [4.28]
H = z30 - cBIHJJ
1
T 2,3 BH B - 0,087 ;’
ì
~rnrir = ~ B BJ
77
y operando
0,600
~rnur = 0’ [4.29]
2 x ; 2,3 BH
CJrná, =
B+O167B-O,087fff
2 ’ B
y operando
~móx
~ = BIH [4.30]
H
0,87 ; - ‘g
E?= 1,5E=0,45H2
se tiene
~;2,3BH+0,45H2.;
e*” =
I
; 2,3 BH
y operando
y en forma adimensional
78
-Que se cumpla, siendo en < 0
-0,167+# +;.;
y operando
; 2 0.62 [4.33]
El valor frontera que separa los valores positivos de ei de los negativos se obtiene
al hacer ei = 0 en [4.32], de donde resulta
B
p = 0,857 [4.34]
y en definitiva se obtiene:
d-l) Si a = 0.88, 1,d resultante tiene excentricidad negativa o nula, es decir está
situada a la derecha o en el punto medio de la base y la distribución es siempre trape-
cial. El valor de CT,,,~, se obtiene aplicando [4.13] y sustituyendo en ella [4.30].
1
z *2,3 BH 6. ; - 2,3 BH 0,167 B - 0,13
+ i
dlh =
B B’
y operando
elck 0,897
__ = 2,30 - cBIHj2 [4.35]
H
79
-Si i 3 0,62, se tiene distribución trapecial y aplicando [4.14] y [4.3 l]
1
T * 2,3 BH 6. f - 2,3 BH 0,167 B - 0,13 ;’
I ì
cir = - [4.36]
B B2
y operando
2 x f 2,3 BH
a$& = _-
3 ; + 0,167B - 0,13 ;
! ì
y operando
B
dIó.r = [4.38]
0.870 gH- 0%
a) Seguridad a deslizamiento.
Resultante de las cargas verticales
N’ = 2,3 BH(**)
Empuje del terreno. De acuerdo con [3.14] ’
(*) La lectura de este apartado no es necesaria para la aplicación del método. El lector interesado única-
mente en su aplicación puede pasar directamente al apartado 4.4.
(**) Se considera el conjunto del muro y las tierras que descansan sobre él con densidad 2.3 t/m.‘.
80
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando [4.5] con N = N’
[4.39]
y operando
[4.40]
J operando
4 n =O044K’
> B [4.41]
y en forma adimensional
0,044 [4.42]
2 = (BIH)
es decir que la excentricidad es siempre positiva.
Para que la distribución sea trapecial
0,044 <LE
(BIH) ‘6H
y operando
B [4.43]
H > 0,51
6 - 2,3 BH * 0,044 g’
2,3 BH + -
ãIr3á.x = B BJ
81
y operando
y en forma adimensional
~már 0,61
~ [4.45]
H = 2,3 + (B,H)2
2 * 2,3 BH
CJmáx =
3
i
y operando
BH
(-JI& = [4.46]
0,326 B - 0,029 ;’
y en forma adimensional
E* = 1,5 E = 0,45 H2
se tiene
0,45H’+ s
(3n Zr
2.3 BH
y operando
82
y en forma adimensional
0,065 IB
yzpp6H
y operando
y operando
y operando
BH
6L = [4.52]
; 326B - 0,042;'
83
y en forma adimensional
GL = BIH
-
H 0,042 [4.53]
0,326 B - ~
H (BIH)
Con las fórmulas obtenidas en 4.3.1 y 4.3.2 se han realizado los ábacos de predi-
mensionamiento GT-1 y GT-2 que resuelven directamente el problema. El ejemplo
4.1 aclara su manejo.
y sustituyendo E = 0.3 H’
y a un esfuerzo cortante
vd = yfE
v, = 0.3 yf H2 [4.55]
Md5 6M
fJc, = ~ = - B2d
; B3
84
y teniendo en cuenta [4.54] y expresando la fórmula en unidades t y m, excepto fck
que viene en kp/cm?.
; >.0,365 [4.56]
[4.57]
con H en m, requisito que resulta mucho menos exigente que otras condiciones ante-
riormente expuestas, por lo que la comprobación a flexión nunca es crítica en muros
de gravedad, salvo que los vuelos de la puntera o el talón sean importantes.
[4.58]
(*) En sentido estricto deberia considerarse el esfuerzo de compresión debido al peso propio del muro
y eventualmente de las zonas de terreno situadas verticalmente sobre la base, y estudiar el problema
como un caso de flexión compuesta. Como la influencia del esfuerzo de compresión es siempre des-
preciable, no será tenida en cuenta. Por otra parte, y de acuerdo con la tabla T-2.1 debería venir
afectado de y, = 0.9 en vez 1.8 ya que es favorable, lo que reduce aún más su influencia.
85
y para yfc = 2,04
vd
~nrd = -
B
y sustituyendo [4.55]
t,d = 02 Yf H2 [4.61]
B
de donde
86
; 3 0,015 H
Figura 4-5
EJEMPLO 4.1
87
como en ejecución. Daños previsibles en caso de fallo, exclusivamente materiales.
Tensión admisible en el terreno (ya tenido en cuenta el incremento del 25 %) 2 kp/cm?.
Tensión admisible bajo empujes mayorados 4kp/cm2. Seguridad a deslizamiento ZJ.
Seguridad a vuelco 1,80. Despréciese el empuje pasivo frente al muro.
- Predimensionar el muro.
~ Comprobarlo calculando el empuje por la teoría de COULOM B.
De acuerdo con los datos, el perfil del muro tiene como condicionantes fijos los
indicados en la figura 4-6, siendo por tanto necesario seleccionar la dimensión B de
la base.
I
LL------l
050
I
n
Figura 4-6
1 500
; 3 0.35 + B 3 1.75 m
B
jj 2 0,40 + B > 2,OO.m
B
- 2 0,60 B 3 3,00 m
H
88
d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Para c&,,, = 40 t/m’ y H = 5 m,
*
5@~ = 8 t/m-’ y entrando en el ábaco GT-2, se obtiene
H
B
H 3 0946 B 3 2,30 m
0.50
Figuru 4- 7
y su punto de aplicación está a una altura ; = 1,67 m por encima del plano de cimen-
tación.
89
N’ = 0s
~ + 3 x 5 x 2,3 = 20,13 t/m
2
y aplicando [4.4]
x
G= 20,13 0 , 5 7 7 = 2,87 > 1,5
8,33 - 0,577 x 7,43
Seguridad a vuelco.
El momento volcador vale
La resultante del empuje pasa a la derecha del punto A y no produce por tanto
momento volcador.
27,.56 + 6.27,56.0,49
OA = ~ = 18,19 t/m2
3 32
90
luego estamos en caso de distribución triangular y de acuerdo con [4.19] siendo
se tiene
BIBLIOGRAFIA
91
CAPITULO 5
PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS MENSULA
5.1 INTRODUCCION
En 1.2 y 1.3.2 vimos las designaciones y los aspectos generales de los muros mén-
sula.
Las características del muro son unas tijas y otras seleccionables por el proyectis-
ta, tal como se expuso ya en 4.1.
Por las mismas razones expuestas allí y para los muros de gravedad, el proyecto
de los muros ménsula comprende las etapas siguientes:
93
/
5.2 ASPECTOS GENERALES DE LOS METODOS I
Los métodos que se describen a continuación permiten al proyectista una liber-
tad completa en la elección de todas las variables de forma que puedan ser selecciona-
das bien’por condicionamientos existentes en cada caso pakicular, bien por criterios
de mínimo coste o de sencillez constructiva.
En particular los métodos permiten asegurar el muro contra el deslizamiento por
uno cualquiera de los tres procedimientos siguientes:
a) Por sólo el rozamiento entre cimiento y suelo. (*)
b) En parte por rozamiento entre cimiento y suelo y en parte por empuje pasivo
del suelo sobre el frente de la puntera.
c) Por empuje pasivo frente a la puntera, y un tacón introducido en el terreno
de cimentación, mas la fuerza debida al rozamiento.
El problema es complejo, y se resume en los cuatro casos analizados en las tigu-
ras 5-l a) a d).
- Si se coloca el tacón en la puntera (fig. 5- 1 a), puede contarse con el empuje
pasivo frente a la puntera y el tacón, mas la fuerza íntegra proporcionada por
el rozamiento, actuando en la base del tacón y del muro.
-Si se coloca el tacón en el extremo trasero del talón (tig. 5-l b) el empuje pasi-
vo frente al tacón producirá una cuña de inclinación AB de acuerdo con la
teoria de RANKINE. Puede contarse con el empuje pasivo frente a la puntera
y frente al tacón, pero la fuerza debida al rozamiento debe calcularse exclu-
yendo las presiones sobre la zona BC.
--Si el tacón se coloca en posición intermedia, pero la cuña AB corta a la base
del muro, (fig. 5-l c), la situación es la misma del caso anterior.
-Si la cuña no corta a la base, (fíg. 5-l d) puede contarse con el empuje pasivo
frente a la puntera y el tacón, pero la fuerza debida al rozamiento debe calcu-
larse excluyendo las presiones sobre la zona A’C.
Todo lo anterior es un tratamiento simplificado, pues la situación real es comple-
ja ya que tal como se indica en la figura 5-l e) la resistencia a empuje pasivo frente
al tacón, dependiendo de su posición, puede estar incrementada de forma importante
por las presiones verticales D del cimiento sobre el terreno, por lo que realmente a
la altura de tierras h, debería añadirse la altura equivalente a la ley CJ de presiones.
En lo que sigue se ha despreciado el efecto beneficioso de las presiones 0, aunque
por supuesto puede ser tenido en cuenta si se desea. Es evidente que si se desprecia
el valor de O, la posición preferible del tacón sería’ el frente de la puntera (fig. 5-l
a), con objeto de no perder fuerza de rozamiento en la zona BC (tig. 5-l c). Sin em-
bargo es recomendable, estimando tg (45 ,+ 3) z 2, retrasar el tacón en la dimensión
(*) En todo lo que sigue. se sobreentiende que en terrenos cohesivos además del rozamiento debería con-
tarse con la adherencia.
94
rllllri^.!,
al b)
d) el
Figura S-l
2c (fig. 5-1 e), lo que si bien reduce algo la fuerza de rozamiento a considerar, supone
una seguridad adicional importante.
95
la para pasar posteriormente, en 5.4 y 5.5 a desarrollar métodos análogos para los
muros sin puntera y los muros sin talón.
Con objeto de reducir el número de variables en el problema a estudiar, introdu-
ciremos las siguientes simplificaciones: (tig. 5-2) (*)
E* E
H
r 3
c Ll
E . C 0 A-
(*) El método que se expone para los muros con puntera y talón lo desarrollé en colaboración con
A. CABRERA y fue publicado en 1969 en la Revista Informes de la Construcción (5.1). El trabajo
citado contiene una exposición más extensa que la que aquí se hace. Los métodos desarrollados en
5.4 y 5.5 los desarrollé con F. BLANCO y han sido publicados en diversas monografias (5.3) (5.3).
(**) En lo que sigue, mientras no se indique otra cosa se suponen como unidades m y t.
96
e) Para el cálculo del empuje emplearemos la fórmula de RANKINE
15.41
e
-= K
+ os Bg - os
B 5 582.8
’ HH
trada y por lo tanto a reparto uniforme de presiones sobre el suelo, y i = 0,333 que
suele considerarse, como dijimos en el Capítulo 4, un límite superior práctico, aunque
como veremos es,te concepto de límite quedará mejor controlado como más adelante
se indica
Considerando mayorado el empuje desde el valor de servicio hasta E* = 13 E,
como hicimos en el Capítulo 4 para los muros de gravedad, llamaremos e* a la nueva
excentricidad
97
e* = AD-B L5.71
2
v.H
AD=BD++J.;.,+_2=2+); L5.81
~=K++ 15.91
3,72y 2
,*-KCLB [5.10]
3,72y 2 2
e* K
-= + 0,5* g - 0.5 [S. Il]
B 372.X-B
H H
2 x 1,86H*y
C-I= [5.14]
3 B-KH2-!
5S8y 2
y en forma adimensional
ã 1.24
[5.15]
H BIH -
- K
- os
YlH 5S8(.YlH,J2
õ 1.24
-= [5.16]
H e
B
-1
98
En este caso para E* = 1,5 E la distribución de tensiones es siempre triangular,
y operando análogamente, se tiene
o*-
--2p
[5.17]
3 ED
v-H
j?jD = B-z=B- $- ~ [5.18]
2
y sustituyendo
o* 1,24
[5.19]
H BIH _ K
- os
.YlH 3972 (y/H)’
cs* 1.24
[5.20]
H
[5.21]
o bien:
[5.22]
y en forma adimensional:
CJ
- = 1,86% (1 + 6.;) [5.23]
H
ã* -- 2p -
b-l)Sig 2: [5.24]
3 ED
y en forma adimensional
CT* 124
H [5.25]
99
e* I
b-2) Si B < 6 [5.26]
y en forma adimensional
[5.28]
[5.29]
G = [5.30]
E-H
3
G = [5.31]
K-H3
[5.32]
*P+F [5.33]
csd = ’ E
Fijando c,d = 1.5 y sustituyendo los valores [5.1] y [5.2] en [5.33], se obtiene:
100
La fórmula anterior, fijado el valor 5 para un muro y dado también el valor
de p, nos proporciona el valor F de la fuerza a transmitir directamente a otra estruc-
tura o por empuje pasivo sobre el frente de la puntera.
(*) Se recuerda que de acuerdo con MV-101 la tensión máxima en el borde puede superar
en un 25 % la tensión admisible con carácter general, siempre que la tensión en el c.d.g.
de la superficie de apoyo no supere la admisible.
101
saria ni suficiente y la comprobación de la tensión bajo el empuje mayorado
es mucho más segura y real. Por otra parte, y de acuerdo con [2.2] si
C,, >, 1,5 para ye = 1,.5 resulta C Sy > 1, es decir que la comprobación bajo
empuje mayorado conduce, desde el punto de vista de la seguridad a vuelco
a una condición límite, hasta la cual no se produce el vuelco. Análogamente
y de acuerdo con [2.2] ocurre con la seguridad a deslizamiento.
la figura 5-3 se ha supuesto el caso 5 < 2, $ < 4 y todos los muros posibles
de la figura.
102
103
caso -LT = 071 y p = tg 39’. obteniéndose $ = 0,32, que de acuerdo con la
zar;i sombreada por raz2n de tensiones conduce . 11 punto D como solución
miiuc ecorí2mica.
I
m) 5 2; seguridad a deskur:: iento estci garantizada ktegramente sin contar con
B
el r: <smiento, existe hbertad completa en la elección de los valores E
H’H
‘.!4C,,~1 +“i? Ce ;y. .7^
-,,.x defi~(da por 1~s condiciones de tensiones CT y CT*. La solu-
ckrt mas barah. 5: se atiende excluwamente al coste del muro en sí, es la
r?
de inenor valo; de 13 . iA“-.mto C‘ de la figura S-7). Sin embargo si se atiende
H
ita CUS~U totai, es de& a, del conjunto muro-excavaciones-relleno, es claro
qke resulta posible que otro muro con F.ayor wlor de B, pero con menor
1:’ ;~:uI .V i-e taión, al ahorrar excavhhn y rellerig en el trasdós, resulte más
econhnico Co hico ~?~.re puede asegurarse es qué la solución más económi-
ca está en la i‘flrv:i Iir-’ F inferior izquierda de ic z .ma sombreada. Averiguar
cien I’ :* de T p~~;:)s de esa curva, cual correspcqde al muro de coste míni-
Y.i , 6, ? gc. -.-
, L : -i-de-,,
1i IL’ ., <1 t-t: sólo el coste del pr “?p(> muro. (que es mínimo para
t <rmu* ta i“i. ;!ii(: +! r:~te de excavación del trasdós (si es necesario), coste
&; ;F;yy,¿
- CT:<:, 5 ti la publicación (5.1) incluimos un método para la solución
& C”‘C ;;r>+-jempL
n) La tigura $3 muestra claramente lo erróneo de la tendencia a emplear valo-
re:; rnLy rtducidos dc: -6 , con el fin de disminuir la excavación del trasdós,
1.0
0.9
0.8
0.7
0.6
%rl 0.5
umax
0.4
0.3
0.2
0.1
Figura 5-4
104
pues tales soluciones, si no se estudian adecuadamente, pueden corresponder
a muros en los que los valores de $ son extraordinariamente altos.
Esta zona corresponde, prácticamente a los muros sin talón, que como pue-
de verse en la figura 5-2, son muy tranquilizadores respecto a las tensiones
sobre el terreno en condiciones de servicio, pero pueden ser enormemente
sensibles a la mayoración del empuje.
o) En cada uno de los gráficos GT está superpuesta una serie auxiliar de curvas
que proporciona los vahes $ . Conocido CJ,,,~~ y s , la figura 5-4 proporcio-
na el valor de a,,,, si 5 < 0,167, ó de F si$ > 0,167 que corresponde a distri-
bución triangular.
Estos datos son necesarios para el cálculo posterior de los esfuerzos en pun-
tera y talón.
TIPO- 0
Figura S-5
TIPO A:
- Muros con pequeña dimensión de puntera.
- Relación B/H alta.
105
-Relación y/H alta.
-Excentricidad pequeña.
- Resultante poco inclinada respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, $ , de medias a altas.
TIPO B:
-Muros con dimensiones de puntera y talón comparables.
- Relación B/H media.
- Relación y/H media.
-Excentricidad grande.
- Resultante de inclinación media respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, G , altas.
TIPO C:
-Muros con dimensión de puntera apreciable y talón claramente mayor que
la puntera.
-Relación B/H alta.
- Relación y/H media.
-Excentricidad baja.
- Resultante poco inclinada respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, 5 , bajas.
TIPO D:
~ Muros con pequeña dimensión de talón.
-Relación B/H alta.
-Relación y/H muy baja.
-Presión relativa en servicio, 6 , baja.
106
En el manejo de los gráficos GT-3 a GT-5 debe tenerse en cuenta que están cons-
truidos para muros con puntera y tal&. Si las dimensiones de la puntera o el talón son
despreciables, es mejor utilizar los procedimientos y gr$kos expuestos en 5.4 ó 5.5.
107
ABACO PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN PUNTERA
ANGULO DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE
RELLENO:
y=300
COEFICIENTE OE ROZAMIENTO
ENTRE TERRENO V CIMIENTO:
ptg300
I
LOS VALORES ACOTADOS SOBRE LAS CURVAS INDICAN EXCENTRICIDADES RELATIVAS l,!%*
B 8
Figura 5-6
108
5.5 METODO DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS SIN TALON
dos valores de g . El mayor valor es el que rige para la selección de la base B, salvo
que sea más estricta la condición de seguridad a vuelco.
En estos muros la seguridad a deslizamiento requiere casi siempre la considera-
ción del empuje pasivo frente a la puntera, y para alturas apreciables esto no suele
ser suficiente y es necesario recurrir al empleo de tacones. Los gráficos, en función
de a proporcionan el valor de & del que se deduce el de F, fuerza que ha de oponerse
al deslizamiento para tener C,, = 1,s. Si el rozamiento no es suficiente para propor-
cionar esta fuerza, debe recurrise al empuje pasivo y si hace falta al tacón. Por supues-
to el apoyo del cimiento en otra estructura puede ser una solución alternativa.
BIBLIOGRAFIA
(5.1) CALAVERA, J., CABRERA, A.; «Un método para el proyecto de muros de conten-
ción». Informes de la Construcción. N.” 210. Mayo, 1969.
(5.2) «Prontuario de Hormigón Armado». Tetracero. Anejo n.O 9. Madrid, 1979.
(5.3) «Muros de contención». Macsa. Publicación n.O 6. Madrid, 1978.
109
ABACO PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN TALON
O.lOH I
l I ANGULO DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE
RELLENO:
y=300
nH COEFICIENTE DE ROZAMIENTO
PC= tg30o
0
E
“E 9
L O S V A L O R E S A C O T A D O S S O B R E L A S C U R V A S I N D I C A N E X C E N T R I C I D A D E S R E L A T I V A S ?,c*
B 8
Figura S- 7
110
CAPITULO 6
MUROS MENSULA (*)
6.1 INTRODUCCION
6.2 COMPROBACION
De acuerdo con las notaciones de la figura 6-1, la fuerza que puede producir
el deslizamiento es la componente horizontal del empuje Eh - pE, (**).
(*) Parte del desarrollo que aqui se hace para la comprobación de los muros mensula, es idéntica a
la realizada en el Capitulo 4 para muros de gravedad. Se ha preferido la repetición de algunos con-
ceptos, con objeto de permitir al lector la lectura independiente de ambos Capitulos.
(**) En lo que sigue se supone horizontal el plano de contacto entre cimiento y suelo, como es usual.
Si no ocurre así las fórmulas son inmediatamente generalizables, trabajando con los componentes
perpendiculares y paralelas al plano de contacto. (Téngase en cuenta que aparece en ese caso una
componente vertical del empuje pasivo frente a la puntera).
Obsérvese que como E, es concomitante con Eh, colabora siempre en impedir el deslizamiento
111
Figura 6-1
R=N’xp+E,(*)
donde
N’ = Resultante de los pesos, P,, del muro y de las zonas de terreno situadas
verticalmente sobre la puntera y el talón (Zonas 1. 2 y 3 de la figura 6-
1) (**).
p = Coeficiente de rozamiento entre suelo y hormigón. En general será el resul-
tado del correspondiente estudio geotécnico. Para terrenos granulares pue-
de tomarse ,V = tg q, siendo q el ángulo de rozamiento interno, aunque ello
pueda resultar conservador. La tabla T-4.1. del Capítulo 4 contiene datos
al respecto.
E, = Empuje pasivo frente a la puntera del muro.
Le.11
112
La resultante N (positiva en sentido descendente) es de cálculo inmediato en su
magnitud y su posición, definida por la distancia e,, excentricidad respecto al punto
medio de la base, considerada positiva hacia la puntera.
El valor de E, puede ser estimado conservadoramente, como ya dijimos en el
Capítulo 4, mediante la fórmula de RANKINE
1 + sencp
Ep = trh;
1 - senq WI
.
y su resultante es horizontal y situada a la profundidad $h, por debajo del nivel del
terreno frente al muro.
Como ya dijimos la inclusión de I$, en [6.1] debe ser objeto de detenida conside-
ración, pues la movilización del empuje pasivo puede requerir corrimientos impor-
tantes del muro, frecuentemente incompatibles con sus condiciones de servicio.
Una posible solución es garantizar el valor C,, > Z suponiendo Ep = 0 en [6.1],
es decir no considerando el empuje pasivo en el estado de servicio y garantizar
Cd, > 1,.5 contando con Ep en estado límite último.
El cualquier caso, no se debe considerar el empuje pasivo a nivel superior a la
puntera, ya que ese terreno ha sido excavado para la ejecución de la misma. De acuer-
do con ello el valor de E, dado por [6.2] se reduce a
b.31
Figura 6-2
113
Si el empuje pasivo frente a la puntera no es suficiente, junto con el rozamiento,
para garantizar el muro contra el deslizamiento, puede recurrirse al empleo de un
tacón (fig. 6-2) lo que conduce a aumentar el valor de h,-a introducir en [6.3]. En cuan-
to a la consideración del empuje pasivo sobre el tacón, véase lo dicho en 5.2.
+ Ep (h; - h’) WI
siendo eP la excentricidad de N’ (positiva hacia la puntera), de donde
G” = P3.61
donde h’, despreciando el espesor h’, superior al suelo, viene dado por
L6.71
h’ = 2 x h;- h;’
3 hj - h;’
Como en el caso de la seguridad a deslizamiento, es frecuente despreciar el em-
puje pasivo y si se considera valen las advertencias allí hechas.
Usualmente se pide
c.w 3 13
(*) Eh y E, son concomitantes. La expresión [6.4] equivale, naturalmente. al momento volcador del empu-
je total E respecto al punto A.
114
Para el caso de sismo suele adoptarse
c,, 2 12
De acuerdo con la figura 6-l y con las notaciones allí indicadas, las tensiones
del cimiento sobre el terreno vienen dadas (ver 4.2.3), por
w31
L N’ . e, + Eh. h, + E, . f
e, = 16.91
N
Las tensiones en los bordes resultan
N 6Ne,
0 ix=--- [6.10]
B B’
N + 6Ne,
CT* = -
8 B’
N 6Ne,
---r>O
B
es decir que para que toda la base esté comprimida la resultante de empujes y pesos
debe pasar por el tercio central de la base.
Si dicha resultante pasa por fuera del tercio central, la fórmula de NAVIER
y por tanto [6. lo] y [6.11] no son aplicables, pero el valor de la tensión máxima 0,
115
(fig. 6-3) es de deducción inmediata ya que la condición de equilibrio conduce a que
si le,1 > +
AC = 3AD
siendo
Figuru 6-3
y también
de donde
[6.12]
116
del borde del cimiento. La intención de una limitación de este tipo es evitar el hecho,
realmente peligroso, de que si la resultante pasa muy cerca del borde del cimiento,
un ligero aumento del empuje y por tanto de la excentricidad, provoque un fuerte
incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como vimos en el Capitulo 5, este
riesgo se controla de manera más lógica mediante la comprobación de la tensión bajo
el empuje mayorado.
N* 6N*.e,
fJB*=-- [6.14]
B B2
*= N
OA
* 6N*e*
x+2 [6.15]
B2
2N*
*=
fJA
debiendo verificarse
*
aA<o* [6.17]
El alzado del muro constituye una losa, en general de canto variable, sometida
a la ley de presiones del terreno. La directriz AB de la losa, no es en general vertical,
117
pero su inclinación, respecto a ella es tan pequeña en la práctica en los muros mtinsula
que puede suponerse vertical y considerar que la flexión del alzado esta producida
sólo por la componente horizontal de las presiones del terreno. Para relleno incluso
con sobrecarga uniforme, la ley de momentos flectores es una parábola de tercer gra-
do y la de esfuerzos cortantes es de segundo grado (fíg. 6.4) (*).
Figura 6-4
a) Dimensionamknto u,jlesicín
El cálculo de la armadura tipo 1 (fig. 6-4) puede hacerse con los gráficos GT- 12
y GT-13 (***) para aceros de dureza natural y deformados en frío respectivamente.
Las tablas GT-14 y GT-15 permiten la distribución en barras de la armadura obteni-
da. En muros de altura reducida, hasta 5m por ejemplo, lo usual es llevar toda la
*
118
armadura tipo I hasta la coronación. Para alturas mayores es frecuente cortar el 50 %
de dicha armadura, a ia altura en que ello resulte posible. A partir del punto en que
dicho 50 % deja de ser necesario, la armadura debe prolongarse una longitud
0 1
a) b)
Figura 6-5
[6.19]
119
TABLA T-6.1
LONGITUDES DE SOLAPE EN TRACCION
VALORES DE a (BARRAS CORRUGADAS)
I I 1
Figura 6-6
Los solapes se hacen disponiendo las barras en parejas de forma que el plano
que contiene a sus ejes sea paralelo al de trasdós del muro, con objeto de no perder
canto.
Una solución posible es la indicada en la figura 6-7a), en la que se solapa el
100 % de la armadura en la misma sección, con a = 1,4 ó 2 según corresponda, para
el cálculo de lS. Aunque este solape siempre es delicado, por estar en zona de máximo
momento flector, máximo esfuerzo cortante y junta de hormigonado, la experiencia
práctica ha sido satisfactoria en cuanto a su uso.
al b)
Figura 6-7
120
Otra posibilidad es organizar con solape las barras m que continúan hasta la
coronación y disponer enteras las n que constituyen el 50 % que se corta, en cuyo
caso para el solapo se toma a = 1,3 ó 1,8 según corresponda (tig. 6-7b).
Además de la armadura vertical tipo 1, debe disponerse otra horizontal del
tipo 2, que absorba un 20 % del momento flector del alzado a su altura, lo que equi-
vale sensiblemente a disponer como armadura horizontal una de área igual al 20 %
de la vertical estrictamente necesaria a la altura considerada. Además la armadura
horizontal no debe ser inferior a la que por razones de retracción y temperatura se
indica en el Capítulo 13.
En cualquier caso, la armadura transversal comprendida en la zona de solape
será no menor que 1/3 del área de una de las barras solapadas, si se solapa no más
del 50 % de la armadura y no menos que 2/3 si se solapa más del 50 %.
En la otra cara del alzado deben disponerse las armaduras verticales y horizonta-
les que por razones de retracción y temperatura se especifican en el Capítulo 13.
[6.20]
Vd x d
No se tomará para M un valor superior a 1.
d
121
Jonde las unidades son kp y cm, p es la cuantía de la armadura de tracción, fvd el lí-
mite elástico de cálculo del acero y cx el ángulo del eje de la armadura con el plano
de junta. En muros usualmente cr = 909
d) Comprobación a fisuración
Al ser el muro una estructura superficial Ves obhgatorio íomprobar en ella la fisu-
ración de acuerdo con EH-88. Debe considerarse con especial atencion este aspecto
pues cualquier problema de corrosión de armaduras en mures es siempre grave, ya que
el daño no es observable y podría conducir a un fab sin asiso.
Los gráficos GT-17 y 18 contienen el resume2 de las comprobaciones de fisursción
establecidas por EH-88 para el caso de aceAb rq AG!3-4@O, en 12s casos de rel:e5.o seco
o con impermeabilización no garantizada del t;zsb5s y de re?Zeno hE,medo e i-per-
meabilización no garantizada del trasdós Los gráficos GT19 y 2ti contienen informa-
ción análoga para aceros AEH-500. En cualquier caso, debe prestarse atencien a no
emplear recubrimientos inferiores al diáme!ro ni a 25 mm, pues ello podría x~nduclr
a una reducción del ancho de fisuras, pero también a posible corrosión directa de las
armaduras.(*)
e) Comprobación de adherencia
Sólo es necesaria cuando se emplean diámetros iguales c superiores a 32 mm y
esta comprobación no reviste ningún carácter particular er. m~r’;s.
(*) Si el muro, en lugar de encofrarse, fuera hormigonado contra el terreno, un mínimo ahs3luto para e\
recubrimiento es 50 mm.
122
El tema lo he estudiado en colaboración con J. LEY en la referencia’(6.4) de la
que se ha tomado la figura 6-8. En ella se expresa la relación R = ‘YI M
Md (r/ E) en
función de las relaciones adimensionales. Como puede verse la diferencia entre ambos
métodos puede estar considerablemente del lado de la inseguridad para valores B/H
inferiores a 0,575.
br M
CURVAS DE INS’ÉGURIDAD R =
Md(ffE)
1.0 -
0.9 -
@/
0 . 8 -1
0 . 7 -’
0
0.4 0.5 0.6 0.7 0.0 0.9 1.0
VH
Figura 6-8
123
6.3.3 DIMENSIONAMIENTO DEL TALON
a) b)
Figura 6-9
Figura 6-10
124
origina tracciones en la cara superior. El dimensionamiento se hace de acuerdo con
lo expuesto en 6.3.1 y la armadura debe anclarse en una longitud l,+ Además y de
acuerdo con la figura 6-loa), la longitud de armadura en el talón no debe ser inferior
a i,,. En el caso de talones cortos (fig. 6-1Oc) esto puede obligar a emplear diámetros
finos o a completar la longitud de anclaje doblando la armadura y disponiendo un
tramo vertical (*).
Vale lo dicho en 6.3.1. respecto al no cumplimiento estricto de EH-88.
En la figura 6-11 se representan los esquemas de armado de los tres tipos de mu-
ros mensula.
Se ha representado también la armadura de retracción y temperatura en la cara
expuesta. Esta armadura basta con que arranque desde el nivel de cara superior de
cimiento, anclándose en éste su longitud &, correspondiente, para lo cual debe dispo-
nerse la armadura de espera adecuada. Frecuentemente y por razones de apoyo du-
rante el hormigonado, se arranca desde el fondo del cimiento
y%?Yy--
1
b
@
t
70
-0 -0
4 2
i YYc!l
63
Figura 6-11
En caso de que se necesite este elemento su cálculo se realiza como el de las res-
tantes piezas, teniendo en cuenta que está sometido a una fuerza de resultante (fig.
6-12a):
1 + sen <p
1 1 - sen íp [6.22]
(*) Debido a la junta de hormigonado entre cimiento y alzado, al anclaje le corresponde posición 11
125
b)
Figura 6-12
6.3.6. TABLAS.
Las tablas de los anejos 1,2 y 3 contienen muros ya proyectados para alturas hasta
10 m.
EJEMPLO 6.1
Proyectar un muro mensula de 10 m de altura, para contener un relleno horizon-
tal granular, de cp = 30”. Coeficiente de rozamiento entre cimiento y suelo p = 0,577.
Densidad del relleno 1,8 t/m3. Rozamiento nulo entre relleno y muro. Relleno seco.
Presiones admisibles sobre el suelo (T,~~ = 2 kp/cm’. &,“, = 4 kp/cm’. Hormigón H-
175. YJ = 1,s. yc = Acero AEH 400 F. C,Y, = 1.8. CYd = 1s. c’,rd = I,O.
1s. ys = 1,15.
a) Predimensionamiento
La presión en punta puede llegar a
u* 50
u* = 1,25 UU‘/,,, = 5 kp/& - = -- = 5
H 10
; = 0,13
126
de donde $ = 3,8
.Y = 10 x 0,42 = 4,20 m.
B = 10 x 0,54 = .5,40 m que s e redorha z. 5,.50
e = 0,13 x 5,40 = 0,70m.
<i* = 3.8 x 10 = 38 tlm’
flrni”
~ = c,;s
0 maï
b) Comprobación
Cálculo de los empujes, Siendo 6 = 0 y talud vertical
Empuje activo
127
Resultante a 3,33 m por encima de la base
Empuje pasivo frente a la puntera
DISTANCIA
VOLUMEN DENSIDAD PESO del c.d.g. MOMENTO
ZONA al PUNTO A
(m’) (tim’) 0) (mt)
04
RELLENO
TALON SOBRE 9 , 0 0x 3,20 138 51,84 3,90 202,18
Seguridad a deslizamiento
268
De acuerdo con [6. l] se tiene: e = __ = 3.32
80.84
En condiciones de servicio
80,84 x 0,577
@sd = = 1,5s
30
x +
c,.d = 80,84 0,577 5,4 = 1,73
30
Seguridad a vuelco
Momento volcador M, = 3 0 x 3,33 = 1 0 0 m.t.
128
Momento estabilizador M,. ti 268,21 + 5,4 (1,5 - I,OK) = 270,48
c = 270,48
5, ~ = 2,7
100
xP = X8,21 = 3 32
X0.84 ’
B
(’ I’ = - - X, = 2,75 - 3,32 = -0.57
2
en _ 0,67
H 5.50
2 x SO,84
oA = 3 (2,75 _ 1,28, = 36,7 tlm’
129
Dimensionamiento del alzado
1.750
Entrando en el gráfico GT- 13 con d Ñ 0,96 y fcd = Is = 1.167 tlm’
9
116,64
’ = = 0,109
1.167 x 1,00 x 0,962
se obtiene
0 = 0,103 = u.5
1.167 x 1,OO x 0,96
lJs = 11.5,4 t.
-IU
Como la altura del muro es importante, cortaremos la mitad de la armadura.
Esta mitad con U, = 57,7 t. y por tanto o = 0,052 cubre un momento (ver GT-13)
p = 0,055.
In!:\
/=0,055
/L4 -0,104
0,104 *J
p = 729
130
Llamando s a la profundidad a que deja de ser necesaria la armadura y aceptan-
do que el momento es p z U x 0,9d, lo cual es suficientemente aproximado para las
cuantías bajas empleadas en muros, se puede plantear la ecuación
U x 0.9 x 0,l H
0,5 U x d, = X3
729
0,5 x 64 + 80 = 1.12 m
1 - sen30
El esfuerzo cortante a un canto es Vd = 1,6 x i 2,8 x ¿? I + sen 3. = 30,72 t y de
131
Dimensionamiento de la puntera. Como el momento es menor que el obtenido
para el alzado y el canto es el mismo, se prolonga la armadura del alzado, con la
misma armadura transversal. (Recuérdese lo dicho en 6.3.2.).
Dimensionamiento del tafón. La distribución de presiones sobre el talón se indica
en la figura 6-l 5.
5.50
i
Figura 6-15
86,62
’ = 1.167 x 1 x 0.962 = oro’1
132
UT
o = oso78 = 1 . 7 6 7 x 1 . 0 0 x 0,96
U,=87,39t+@20al3cm
0.25
Figura 6-16
(*) Recuérdese que la sección de arranque del muro ha sido junta de hormigonado y por tanto se está
en posición II.
133
BIBLIOGRAFIA
134
CAPITULO 7
METODO SEMIEMPIRICO DE TERZAGHI Y PECK ’
PARA EL CALCULO DEL EMPUJE ACTIVO
EN MUROS DE PEQUEÑA ALTURA
135
Por otro lado, la hipótesis de que las presiones de filtración son despreciables
no sólo requieren un material adecuado para el relleno del trasdós. sino también la
ejecución cuidadosa de un sistema de drenaje y de la compactación del relleno. Estas
condiciones no se dan, con frecuencia, en el caso de muros de pequeña importancia.
Todo ello hace que resulten de gran interés práctico los métodos simplificados
que a costa de una menor precisión, permiten el proyecto simple de las pequeñas
obras y no exigen una construcción muy cuidadosa.
En el caso particular de carreteras y ferrocarriles el número de muros de pequeña
altura a construir es muy elevado y a priori es difícil saber el tipo de relleno a emplear,
por lo que puede ser interesante tener soluciones preparadas para distintos tipos de
relleno, de acuerdo con lo que se indica en este Capítulo, seleccionando la adecuada
en el momento de la construcción.
El método que se describe fue publicado por TERZAGHI y PECK en 1948 en
su libro de referencia (7.1) y desde entonces ha sido ampliamente empleado en condi-
ciones muy variadas. Los empujes a que conducen son, por supuesto, mayores que
los que resultan de la aplicación de los métodos de COULOMB y RANKIN E vistos
en el Capitulo 3, y por tanto, la aplicación de este método conduce a un muro de
mayores dimensiones, pero en cambio el conocimiento del relleno a contener no exige
ensayos, bastando una simple clasificación basada en la identificación visual, y el
drenaje y la compactación pueden no ser tan cuidados como en dicho Capitulo se
supone.
La aplicación del método presupone el cumplimiento de las siguientes condicio-
nes:
a) La altura del muro no supera los 5 m.
TABLA T-7.1
TIPOS DE SUELO DE RELLENO
.~.
TIPO N.” DESCRIPCION DEL SUELO
3 Suelo residual con bolos, gravas y arena fina limosa, con una cantidad visi-
ble de arcilla.
136
b) El muro sostiene un relleno. El método no es aplicable al caso de muros que
soportan el empuje de taludes que se han sostenido, por si mismos, durante
la construcción.
c ) El relleno pertenece a uno de los cinco tipos incluidos en la tabla T-7.1.
d) Aunque los empujes calculados de acuerdo con este método incluyen el efecto
de las presiones de filtración, debe disponerse un drenaje que evite la acumu-
lación de agua en el relleno, y la superficie del relleno debe ser impermeabili-
zada con una capa de arcilla y dispuesta para evacuar el agua superficial (Ver
Capítulo 13).
El suelo de relleno se clasifica de acuerdo con los cinco tipos indicados en la ta-
bla T-7.1.
Eh = f K,,H-’ L7.11
Ev = f K,.H? L7.21
se supone actuando sobre un plano vertical ah que pasa por el extremo del talón.
Los valores de K,, y K,. vienen dados por los gráficos de la figura, en función
del ángulo /I de inclinación de la superficie del relleno y del tipo de suelo de dicho
relleno, clasificado de acuerdo con la tabla T-7.1. La variación de la presión se supo-
ne lineal con la altura, por lo que la resultante del empuje actúa a una altura r por
encima del plano de la base.
En el caso de que el material de relleno sea del tipo 5, el valor de Ha introducir
H - 1,20
en [7.1] y [7.2] es el real reducido en 1,20 m. y la resultante actúa a la altura 3
siendo H la altura en rn.
Caso h). Terraplen con superficie inclinada un ángulo p hasta llegar a una cierta
altura a partir de la cual se transforma en horizontal, sin actuación de sobrecarga.
Los gráficos de la figura 7-2 proporcionan, análogamente, los valores de K,, y K,. en
137
1400
1200
1000
800
600
600
200
0
260017--
2 LOO
7w
2200
2000
E 1800
n’
E 1600
p 1*00
3.
NOTA :
z 1200
w
- L O S NUMEROS SOBRE k 1000
LAS CURVAS SE REFIEREN
800
A LOS TIPOS DE SUELO IN
600
DICADOS EN LA TABLA T-7.1
000
TALUDES
6:1 3:l 2:l 1 l/g :1
DEL TERRAPLEN
Figura 7-l
función de la relación 5 (ver fig. 7-2) del talud correspondiente al ángulo p y del
tipo de suelo.
Si el suelo del relleno es del tipo 5, el valor de H a introducir en [7.1] y [7.2]
es el real reducido en 1,20 m., pero la resultante actúa a una altura r, donde H es
la altura real, sin reducir.
Caso c) Superficie de relleno soportando una sobrecarga de valor q por unidad
de superficie (fig. 7-3).
Puede corresponder al caso de la figura 7-3a) que corresponde a un relleno hori-
zontal o al de la tig. 7-3b) de terraplen con superficie inclinada un ángulo /? hasta
llegar a una cierta altura a partir de la cual se transforma en horizontal, con actua-
ción de sobrecarga desde un cierto punto B.
138
S U E L O T I P O 1 S U E L O T I P O 2 S U E L O T I P O 3
0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1:o 0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0
V A L O R E S D E L A R E L A C I O N H,/H
S U E L O TIPO 4 S U E L O T I P O 5
2600
2100
2200
2000
1600
1600
1400
1200
1000
000
600
400
200
0
0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0 0 0 2 0.4 0.6 0.6 1.0
GRAFICO PARA DETERMINAR EL EMPUJE POR m.t. D E MURO SOBRE MUROS QUE
SOSTIENEN UN RELLENO, CUYA SUPERFICIE LIMITE FORMA UN PLANO INCLINADO QUE
VA DESOE LA CORONACION DEL MURO HASTA CIERTA ALTURA S03RE ELLA DESDE DONDE
SE MANTIENE HORIZONTAL.
Figura 7-2
139
4
b b
aI b)
Figura 7-3
P‘, = cq [7.3]
donde C viene dada en función del tipo de suelo del relleno por la tabla T-7.2
TABLA 7.2
VALORES DEL COEFICIENTE C
1 0.27
2 0,30
3 0,39
4 1 ,oo
5 1 ,oo
140
Figura 7-4
donde C viene dado en la tabla T-7.2. Si A cae por debajo del plano de cimentación,
la influencia de la carga Q sobre el muro puede despreciarse.
Para el cálculo de la presión p sobre el talón, se acepta el reparto a 60”, viniendo
dada la presión por
e L7.51
p=MN
BIBLIOGRAFIA
141
.’ .
3-4
CAPITULO 8
MUROS DE CONTRAFUERTES
8.1 INTRODUCCION
Cuando la altura del muro rebasa los 10 ó 12 metros, el canto del alzado es im-
portante y por tanto lo es también su volumen de hormigón. Surge entonces el interés
de aligerar el alzado cambiando de la solución de losa maciza a la solución de losa
nervada. (Fig. g-la y b).
La solución más lógica es la que sitúa los contrafuertes en la zona del trasdós
ya que en ella la losa frontal funciona como cabeza de una sección en T para resistir
los momentos flectores producidos por los empujes, disponiéndose la armadura de
tracción correspondiente en el borde del contrafuerte.
Figura 8-I
143
La solución de disponer los contrafuertes en el intradós, desde el punto de vista
mecánico tiene peor rendimiento, ya que la cabeza comprimida situada en los bordes
de los contrafuertes es muy escasa, salvo que se les dote de un gran espesor, lo cual
es antieconómico. Por otra parte, esta solución suele presentar problemas estéticos,
aunque cambiando las leyes de variaciones de cantos de los contrafuertes de la lineal
a otras más ceñidas a las leyes de momentos pueden conseguirse soluciones estética-
mente interesantes aunque de ferralla más complicada. (Fig. 8-2 a) y b)).
Es obvio que el muro de contrafuertes representa una solución muy ligera desde
el punto de vista estructural, pero conviene considerar los dos puntos siguientes:
-Como la diferencia de densidades del hormigón y del suelo no es muy grande.
desde el punto de vista de la relación a de base a altura y de las dimensiones
de puntera y talón, vale lo dicho para muros ménsula, y en particular el méto-
do de predimensionamiento expuesto en el Capitulo 5.
~ El importante ahorro de hormigón que supone la solución de muros de con-
trafuertes, se consigue a base de una mayor complicación de encofrado y fe-
rralla y de una mayor dificultad de hormigonado.
A la vista de lo anteriormente dicho el proyectista debe sopesar las ventajas e
inconvenientes de este tipo de solución y en la mayoría de los casos sera el estudio
económico el dirimente. En todo caso, a partir de los 10 ó 12 m. de altura esta solu-
ción representa una alternativa que debe ser considerada en los estudios previos.
Como en el caso de los muros ménsula, el cimiento suele disponerse con un canto
de & a & de la altura H del muro. El ancho de la base se selecciona de acuerdo
con los métodos de predimensionamiento expuestos en el Capítulo 5
144
La separación entre contrafuertes viene generalmente fijada por razones de coste
y suele oscilar de i a i de la altura H. El espesor no debe ser inferior a 25/30 cm
por razones de facilidad de hormigonado. Por otra parte el contrafuerte se ve someti-
do a esfuerzos cortantes apreciables y ha de alojar en su borde la armadura de trac-
ción. Todo ello requiere unos mínimos prácticos que no deben ser olvidados al pro-
yectar.
La losa de alzado tampoco debe tener un espesor inferior a 25/30 cm por razones
de hormigonado, pero convieneSademás tantear su canto en función de los empujes
y de la separación elegida para los contrafuertes.
Un aspecto que afecta considerablemente al proyecto de los muros de contra-
fuertes es la disposición de las juntas de dilatación. Aunque este punto será estudiado
en el Capítulo 13, dentro de los detalles constructivos, la posición de tales juntas nece-
sita ser considerada ahora porque afecta a la distribución de esfuerzos en la losa del
alzado.
Dos soluciones posibles son las indicadas en la figura 8-3, que representa las dis-
posiciones en planta. En la variante de la figura S-3a) se duplican contrafuertes en
la junta, con lo cual las luces libres entre contrafuertes, son todas iguales. La disposi-
ción indicada en la figura X-3b) no presenta la duplicación de contrafuertes, pero para
que los momentos de la losa en su apoyo en los contrafuertes debidos a la flexión
horizontal de la misma sean iguales, obliga a que la luz entre contrafuertes en los
vanos de junta sea del orden de 0,82 1. Volveremos sobre esto más adelante. Es fre-
cuente, dado que se trata de muros altos y la separación entre contrafuertes es de
1 1
a - de la altura, disponer juntas de dilatación cada tres o cuatro vanos.
3 2
t -0.82 l t I t L t L t -0.82 L t
I I I ,
b)
Figuru 8-3
145
8.3 CALCULO DEL EMPUJE
Este tipo de muros presenta diferencias muy importantes con los de gravedad
y ménsula, vistos anteriormente. Se trata de una estructura altamente hiperestática
y existen diferentes caminos para su cálculo, sin que con ninguno de ellos pueda pre-
tenderse un gran rigor en el análisis de los esfuerzos. El método que se expone a conti-
nuación es debido a HUNTINGTON (*) y se ha mostrado como eficaz durante mu-
chos años.
I) P. ’ , \DISTRIEUCION GENERAL
-L -’ 1 \DE PRESIONES
Figurtr K-4
(*) Ver W.C. HUNTINGTON «Earth Pressures and Retaining Wallw (8.1).
146
a) Cálculo de la losa de alzado. Comenzaremos por el cálculo de losa del alzado.
En la parte alta de la losa, ésta se apoya en zonas de contrafuerte de escaso canto
y tiene su borde superior libre. En la zona inferior la situación es considerablemente
diferente y la losa está fuertemente coaccionada por su unión a los contrafuertes y
a la losa del cimiento. Si bien en la parte alta la distribución de presiones debe supo-
nerse que sigue la ley general, es evidente que no ocurre así con la zona inferior.
HUNTINGTON, mediante un estudio de todo el campo habitual de dimensiones de
los muros de contrafuertes y asimilando el caso al de una placa con análogas condi-
ciones de borde, establece, para el cálculo de los momentos de vano en la flexión en
dirección horizontal de la losa, (figura 8-4), una distribución trapecial de presiones
tal como se indica por la zona rayada de la figura, y cuyo valor máximo es la mitad
de la presión máxima p a nivel de cara superior del cimiento, que se obtendría por
la aplicación de la teoría normal de RANKINE.
Para los momentos de apoyo sobre contrafuertes, correspondientes también a
la flexión horizontal de la losa, se adopta un diagrama diferente, tal como se indica
por la zona rayada de la figura 8-5. La zona ABC punteada en la figura 8-6 en el
diagrama de presiones, se acepta que se transmite verticalmente a la losa de cimiento.
I
H-h
4
H-h
4
H H-h
L
-- -
A
BL C
Figurar K-6
147
HUNTINGTON, a partir de las leyes de presiones expuestas, adopta las distri-
buciones de esfuerzos que a continuación se exponen.
Para el caso pésimo de sólo tres contrafuertes, en la disposición de la figura S-3a),
la distribución de momentos se indica en la figura S-7a). Los valores de los momentos
negativos en los apoyos se adoptan como valores para el cálculo (fig. 8-7b). Para los
PP se aumenta a Z.
momentos positivos en vano, el valor teórico 24 pl’
Recuérdese que
p es la carga por unidad de altura tomada del diagrama de la figura 8-4 para los mo-
mentos de vano y del diagrama de la figura 8-5 para los momentos de apoyo.
- PI2 -PI2 -
42 42
al b)
Figura 8- 7
PV24 PIz/2&
b)
Figura 8-8
148
En la parte baja de la losa, los contrafuertes presentan una elevada rigidez al
giro, por su gran canto y por su cercano empotramiento en la losa de cimiento y la
flexión de la losa de alzado se aproxima a la de una losa continua con empotramien-
tos extremos (tig. S-8b). A efectos de cálculo se adoptan los momentos indicados en
la figura 8-k), considerando para el cálculo de p las leyes expuestas en las figu-
ras 8-4 y 8-5 según se trate de momentos de vano o apoyo, respectivamente.
En todos los casos los esfuerzos cortantes pueden calcularse con sus valores isos-
táticos 2, siendo 4 la presión según el diagrama general de presiones y no según los
convencionales adoptados. El cálculo a esfuerzo cortante se hace de acuerdo con lo
--
expuesto en 6.3.1 .b).
De los estudios citados de HUNTINGTON se deduce que los momentos debi-
dos a la flexión vertical de la losa pueden ser estimados con suficiente precisión por
los valores indicados en la figura 8-9, de acuerdo con la cual pueden despreciarse los
momentos verticales en el cuarto superior de la losa.
M =0,0075P,k! (H-h)
-tl-
Id--
H-h
4
H-h
-
2
H-h
-
4
M,=-0.03 P,t ( H - h)
149
el tercio central de la distancia entre contrafuertes y se suponga que se reducen lineal-
mente hasta anularse en ellos. En los paneles extremos de la disposición indicada en
la figura 8-3b), puede adoptarse análoga distribución.
El esfuerzo cortante en el arranque de la losa de alzado en el cimiento, puede
expresarse por la fórmula
v = 0,4p,l i8.31
siempre que la separación entre contrafuertes no supere la mitad de la altura.
El valor de V según [8.3] es también máximo en la sección intermedia y decrece
hacia los contrafuertes, pero dado que el esfuerzo cortante en la losa debe absorberse
sin necesidad de armadura transversal, tal distribución carece de interés. El cálculo
a esfuerzo cortante se hace de acuerdo con lo expuesto en 6.3.1 .b).
Con lo expuesto en este apartado puede dimensionarse y armarse el alzado. La
armadura horizontal del intradós suele organizarse en tres zonas, una superior y otra
H - h
inferior de altura ~
8 y la tercera correspondiente al resto del alzado, de acuerdo
con la distribución de presiones dada en la figura 8-4. La armadura del trasdós suele
H - h
organizarse también en tres zonas, una superior de altura -,4 otra inferior de altu-
raHPh
~ y la tercera correspondiente al resto del alzado.
8
H=h
La armadura vertical se organiza en el trasdós con altura 4 a partir de la
cara superior del cimiento, y sección correspondiente al momento M, dado por [8.1].
En el intradós se dispone la armadura correspondiente al momento 1!4~ dado por
[8.2], hasta una altura 3’H4- h’ más la longitud de anclaje correspondiente.
(*) Recuérdese que de acuerdo con la teoría de RANKINE las presiones resultan paralelas a la superficie
del terreno. (Ver fórmulas [3.12] y [3.13]).
150
As w2
Figura 8-10
b)
Figura 8-11
F, = Su peso propio
F2 = El peso del terreno sobre el talón.
F3 = Componente vertical de las presiones sobre AB producidas por el trapecio
de presiones variando de p, a p2 sobre CD. Para una presión p, la presión
vertical unitaria tal como se indica en la figura 8-l 1 b) es p sen/? tg fl y por
lo tanto las presiones verticales actuantes por este motivo sobre la cara AB
varían de pI sen/3 tg/? en el punto A hasta p2 sen p tg /? en el punto B.
F4 = Componente horizontal de las presiones sobre AB producidas por el trape-
cio de presiones variando de p, a p2 sobre CD. Su valor, de acuerdo con
lo visto es f @, + p2) sen /?.
151
Fj = Componente vertical de las presiones sobre BC producidas por el trapecio
de presiones variando de pJ a p3 sobre CD.
F6 = Componente horizontal de las presiones sobre BC producidas por el trape-
cio de presiones variando de p2 a p3 sobre CD.
F, = Reacción ascendente debida a las presiones cr de respuesta del suelo sobre
el cimiento.
F8 = Par de cargas equivalente al efecto del momento Mp transmitido por la
puntera al talón.
F9 = Peso del relleno de tierras sobre la puntera.
La componente vertical Fs, actúa en la cara vertical extrema del talón y su efecto
es transmitido al interior de la losa mediante los correspondientes esfuerzos cortantes
y momentos flectores.
El valor de FJ viene dado por
y aceptando una distribución triangular con valor p.: en B y nulo en A (*), se obtiene
El valor de Fn resulta
F = P’+
~ P3
heos /l
6
2
Los efectos de las fuerzas F3, F4 y F,-, son nulos si ,8 = 0 y en los demás casos
generalmente pueden ser despreciados en la práctica.
En cambio, el efecto de la fuerza F8 es muy importante y debe ser cuidadosamen-
te estudiado.
El efecto del momento M,, de la puntera, es transmitido al talón y a través de
éste a los contrafuertes, produciendo en el talón corrimientos descendentes, excepto
en los tres bordes que lo unen a los contrafuertes y a la losa del alzado.
HUNTINGTON asimila el efecto producido por M,, a una carga ficticia, de dis-
tribución parabólica, de eje vertical pasando por el extremo del talón.
De acuerdo con ello
(*) HUNTINGTON calcula el talón como losa continua apoyada exclusivamente en los contratùertes
152
y por tanto
pn = 2.4 3 18.71
a)
153
La fuerza R solicita al alzado como viga de gran canto, pero usualmente su in-
fluencia es despreciable.
d) Cálculo de los contrafuertes. El cálculo del contrafuerte se reduce, en esencia,
al de un voladizo, pero debido a su fuerte variación de canto, se presentan algunos
problemas particulares.
hf
M- V
t I t L t
I I I 1 I ,
b)
Figura 8-13
(*) Se desprecia el hecho de que parte de la presión no se ejerce sobre la losa sino sobre el talón del
propio contrafuerte.
154
comprimida. El problema no es contemplado por EH-88 para el caso de piezas en
voladizo como el que nos ocupa, por lo que seguiremos el MODEL CODE CEB-FIB
(8.2) que toma como ancho eficaz b,, el ancho t del contrafuerte más O,.? (H-h)
(fig. 8-l 3 a) sin exceder el ancho real S.
Conocido el ancho eficaz b,, y el momento correspondiente a la sección M-M
considerada, el cálculo a flexión se realiza como el de una sección rectangular de an-
cho 6, y canto d (tig. 8-l 3a), para lo cual, se emplean los gráficos GT-12 ó GT-13,
segun la clase del acero empleado. Al manejar dichos ábacos, debe comprobarse que
el valor $ anotado en ellos no rebasa la relación d4 del espesor de losa a canto del
contrafuerte (*). La entrada en el ábaco se hace con
F3.81
pero al ser la pieza de canto variable, la capacidad mecánica real de la armadura nece-
saria viene dada (fig. 8- 13 a)) por
Esta armadura usualmente necesita ser colocada en varias capas por razones de
espacio y debe ser anclada en el talón (tig. 8-13 a)).
Para el cálculo a esfuerzo cortante, al ser la pieza de canto variable, con el canto
creciendo en el mismo sentido que el momento, el esfuerzo cortante efectivo se reduce
al valor