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J.

Calavera
Dr. Ingeniero de Caminos

MUROS DE CONTENCION
Y
MUROS DE SOTANO
2.a edición
A Eduardo Torroja (t), Juan Batanero (t),
Carlos Fernández Casado (t), Alfredo Páez
y Florencio del Pozo, a los que debo mi vo-
cación y mi primera formación en los temas
estructurales.
PROLOGO A LA l? EDICION

Los muros, como algunas otras estructuras tales como las cimentaciones y los
depósitos para líquidos, presentan la particularidad de que son elementos que impli-
can dos especialidades diferentes de la Ciencia de la Construcción. Quizá por eso la
normalización sobre ellos es escasa y la dispersión de los criterios aplicados en la
práctica profesional resulta mayor de la habitual. Por otro lado los muros, como los
depósitos para líquidos, presentan aspectos muy particulares desde el punto de vista
de la consideración de la seguridad en los cálculos.
El presente libro intenta desarrollar en forma completa el proyecto tanto de los
diversos tipos de muros de contención como de los muros de sótano. En el caso parti-
cular de los muros pantalla, por la extensión del tema resulta imposible hacerlo en
el espacio disponible. De todas formas el Capítulo ll proporciona una visión general
de su campo de aplicación, métodos de cálculo y proceso constructivo.
Estando la geotecnia fuera del campo de mi práctica profesional, me he concen-
trado fundamentalmente en los problemas del cálculo estructural, aunque he dedica-
do el Capítulo 3 a realizar un resumen de los métodos habituales de cálculo de empu-
jes, con una atención específica a la exposición de los casos de sobrecargas y cargas
sobre el relleno que con más frecuencia se presentan en la práctica, así como a las
acciones del oleaje y a las derivadas del sismo.
El Capítulo 13 se ha dedicado al tema de los detalles constructivos, siempre im-
portante, pero que en los muros resulta verdaderamente fundamental.
Se han incluido como Anejos siete colecciones de muros ménsula hasta 10 m.
de altura y de muros para uno y dos sótanos, que proporcionan soluciones comple-
tas, incluso medición de hormigón y armaduras, para los casos más frecuentes.
Debo expresar mi agradecimiento a los Ingenieros de Caminos, D. Enrique
González Valle, Subdirector General de INTEMAC, y D. José Tapia Menéndez, Jefe
del Departamento de Geotecnia y Cimentaciones de dicho Instituto, por sus críticas
y sugerencias sobre el manuscrito y al Ingeniero Técnico de 0. P. D. Fernando Blan-
co García, Director de la División de Asistencia Ténica de INTEMAC por su colabo-
ración en la redacción de las Tablas de Muros. También al Ingeniero de Caminos
D. Javier Rodríguez Besné, Jefe del Servicio de Proyectos y Obras de la Dirección
General de Puertos del M.O.P.U., por su información y revisión de la parte de empu-
jes producidos por el oleaje, y a los Ingenieros de Caminos D. Jorge Ley Urzaiz y

7
i

D. Fernando Rodríguez López, colaboradores en mi Cátedra de Edificación y Prefa-


bricación de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, por su revisión general
/ del texto.
Gracias también a las Srtas. María José Giménez y Carmen Bardon, que meca-
l nografiaron el original, a D. Antonio Machado y D. Fernando Marcos, que delinea-
ron las figuras, gráficos y tablas, así como a INTEMAC por su ayuda en la edición
de este libro.
~ Madrid, enero de 1987
J. CALAVERA
PROLOGO A LA 2.a EDICION

Agotada en un plazo muy breve la primera edición de este libro, al preparar esta
segunda, he mantenido su plantearnieto general, si bien introduciendo algunas modifi-
caciones y ampliaciones.
En particular, toda la documentación, incluso los gráficos y tablas de cálculo y
las siete colecciones de muros ya calculados, ha sido revisada de acuerdo con la Ins-
trucción EH-88.
En el apartado 6.3.2, correspondiente al dimensionamiento de la puntera, he tra-
tado el tema de la diferencia entre mayorar los esfuerzos o los empujes, tema impor-
tante que he tratado con más amplitud en otro trabajo que allí cito.
El el Capítulo ll se han añadido dos ejemplos, que clarifican el cálculo de esfuer-
zos en pantallas en voladizo y con apoyos, respectivamente.
También el Capítulo 12 ha experimentado algunas adiciones correspondientes a
nuevas soluciones de muros prefabricados.

Madrid, diciembre de 1989


J. C A L A V E R A

9
NOTACIONES DE REFERENCIAS

1. Las referencias a otros apartados del libro se realizan por su número.


P. ej.: «Véase 10.7...»
2. La notación entre corchetes indica fórmulas.
[los]
3. La notación entre paréntesis indica referencias bibliográficas.
(10.2)
es la segunda referencia bibliográfica del Capítulo 10.
Las referencias bibliográficas de cada Capítulo figuran al lina1 del mismo.
4. La notación GT- indica gráficos o tablas situados al final del libro.

10
CAPITULO 1
TIPOLOGIA GENERAL DE MUROS

1.1 INTRODUCCION

El carácter fundamental de los muros es el de servir de elemento de contención


de un terreno, que en unas ocasiones es un terreno natural y en otras un relleno artifi-
cial. (Fig. l-la).
En la situación anterior, el cuerpo del muro trabaja esencialmente a flexión y
la comprensión vertical debida a su peso propio es generalmente despreciable.

b)

Figura IrI

ll
Sin embargo, en ocasiones el muro desempeña una segunda misión que es la de
transmitir cargas verticales al terreno, en una función de cimiento. La carga vertical
puede venir de una cubierta situada sensiblemente a nivel del terreno (Fig. 1-lb), o
puede ser producida también por uno o varios forjados apoyados sobre el muro y
por pilares que apoyen en su coronación transmitiéndole las cargas de las plantas
superiores. (Fig. 1 - 1 c).
Las formas de funcionamiento del muro de contención (Fig. 1 - 1 a), y del de sóta-
no (Fig. 1-lb y c), son considerablemente diferentes. En el primer caso el muro se
comporta como en voladizo empotrado en el cimiento, mientras que en el segundo
el muro se apoya o ancla en él o los forjados, mientras que a nivel de cimentación
el rozamiento entre cimiento y suelo hace innecesaria casi siempre la disposición de
ningún otro apoyo. El cuerpo del muro funciona en este segundo caso como una losa
de uno o varios vanos.

1.2 DESIGNACIONES

Tomando el caso más común de muro, emplearemos las designaciones que se


indican en la Fig. l-2 (*).

TALON

PUNTERA

Figura l-2

1.3 TIPOS GENERALES DE MUROS DE CONTENCION

A continuación se describen en líneas generales los más frecuentes. En capítulos


sucesivos se analiza en detalle cada uno de ellos (**).

(*) En lo que sigue utilizo información de mi libro «Proyecto y Cálculo de Estructuras de Hormigón
Armado para Edificios» (1.1).
(**) No se incluyen en lo que sigue los muros anclados con tirantes, que constituyen una técnica específi-
ca que se sale del alcance de este libro.

12
1.3.1 MUROS DE GRAVEDAD
Son muros de hormigón en masa (Fig. l-3) en los que la resistencia se consigue
por su propio peso. Normalmente carecen de cimiento diferenciado (Fig. l-3a),
aunque pueden tenerlo. (Fig. l-3b).

aI b)

Figura 1-3

Su ventaja fundamental es que no van armados, con lo cual no aparece en la


obra el tajo de ferralla. Pueden ser interesantes para alturas moderadas y aun eso,
sólo si su longitud no es muy grande, pues en caso contrario, y en definitiva siempre
que el volumen de muro sea importante, la economía que representan los muros de
hormigón armado justifica la aparición del tajo de ferralla.

1.3.2 MUROS MENSULA

Son los de empleo más corriente (Fig. l-4) y aunque su campo de aplicación de-
pende, lógicamente, de los costes relativos de excavación, hormigón, acero, encofra-
dos y relleno,

Figura 1-4

13
puede en primera aproximación pensarse que constituyen la solución económica has-
ta alturas de 10 ó 12 m.

1.3.3 MUROS DE CONTRAFUERTES

Constituyen una solución evolucionada de la anterior, en la que al crecer la altu-


ra y por lo tanto los espesores de hormigón, compensa el aligerar las piezas. Esto
conduce a ferralla y encofrados más complicados y a un hormigonado más dificil y
por lo tanto más costoso, al manejarse espesores más reducidos. Sin embargo, a par-
tir de los 10 ó 12 m. de altura es una solución que debe tantearse para juzgar su inte-
rés. Pueden tener los contrafuertes en trasdós (Fig. l-5a) o en intradós (Fig. l-Sb),
aunque la primera solución es técnica y económicamente mejor, por disponer el alza-
do en la zona comprimida de la sección en T que se forma. La segunda solución,
al dejar los contrafuertes vistos produce además, generalmente, una mala sensación
estética.

al b)

Figuru I-5

1.3.4 MUROS DE BANDEJAS

Su concepto es muy diferente del que origina el muro de contrafuertes. Aquí no


se trata de resistir el mismo momento flector, aumentando el canto y aligerando la
sección, sino de reducir los momentos flectores debidos al relleno mediante los produ-
cidos por la carga del propio relleno sobre las bandejas. (Fig. l-6).
Su inconveniente fundamental radica en la complejidad de su construcción. Pue-
de resultar una alternativa al muro de contrafuertes para grandes alturas.

1.3.5 MUROS CRIBAS Y OTROS MUROS PREFABRICADOS

El concepto de muro criba de piezas prefabricadas tiene su origen en muros análo-


gos realizados antiguamente con troncos de árboles (Fig. l-7a). El sistema (Fig. l-7b)
emplea piezas prefabricadas de hormigón de muy diversos tipos que forman una red
espacial que se rellena con el propio suelo.

14
a) b)

Figura l-b

Figura l-7

Existen además varios sistemas de muros prefabricados que ne general correspon-


den a los sistemas de muros ménsula o muros de contrafuertes, y que se analizan en
el Capítulo 12.

1.4 TIPOS GENERALES DE MUROS DE SOTANO Y CONTENCION

El tipo más elemental se indica en la Fig. 1-8 y recibe como única carga vertical,
aparte su peso propio, la reacción de apoyo del forjado de techo.
15
Figura l-8

Dentro de la tipología general, el caso más frecuente es que sobre el muro apo-
yen pilares que transmiten cargas de las plantas superiores y que existan además va-
rios sótanos, tal como se indica en la Fig. l-9.

Figura l-9

Dependiendo de que el terreno contenido sea o no de propiedad ajena y de la


relación entre empujes y cargas verticales, el cimiento va o no centrado respecto al
muro.
La ejecución de este tipo de muros puede ser con encofrados (Capítulo 10) o rne-
diante el pr.ocedimiento de muros pantalla (Capítulo ll).

BIBLIOGRAFIA

(1.1) CALAVERA. J.; «Proyecto y Cálculo de Estructuras de Hormigón Armado para Edifi-
cios)). Tomo II. INTEMAC. Madrid, 1985.

16
CAPITULO 2
INTRODUCCION DE LA SEGURIDAD

2.1 FORMAS DE AGOTAMIENTO

En general el muro puede alcanzar los siguientes estados límites, de servicio o


últimos.
a) Giro excesivo del muro considerado como un cuerpo rígido (Fig. 2-l).
b) Deslizamiento del muro. (Fig. 2-2).

Figura 2-l Figura 2-2

17
c) Deslizamiento profundo de muro (Fig. 2-3). Es debido a la formación de una
superficie de deslizamiento profunda, de forma aproximadamente circular.
Este tipo de fallo puede presentarse si existe una capa de suelo blando en una
profundidad igual a aproximadamente a vez y media la altura del muro, conta-
da desde el plano de cimentación de la zapata (2.1). En ese caso debe inves-
tigarse la seguridad frente a este estado límite, por los procedimientos clásicos.
Véase por ejemplo la referencia (2.2).

Figura 2-3

d) Deformación excesiva del alzado. (Fig. 2-4). Es una situación rara salvo en
muros muy esbeltos, lo cual es un caso poco frecuente.

Figura 2-4

e) Fisuración excesiva. (Fig. 2-5). Puede presentarse en todas las zonas de trac-
ción, y se trata de una fisuración especialmente grave si su ancho es excesivo,
ya que en general el terreno está en estado húmedo y la fisuración no es ob-
servable.

18
Figura 2-5

f) Rotura porflexión. (Figs. 2-6 a, b y c). Puede producirse en el alzado, la pun-


tera o el talón. Como las cuantías en muros suelen ser bajas, los síntomas
de prerrotura sólo son observables en la cara de tracción, que en todos los
casos esta oculta, con 10 cual no existe ningún síntoma de aviso.

3
a) b)

Figura 2-6

g) Rotura por esfuerzo cortante. Puede presentarse en alzado. puntera, talón 0


tacón (Fig. 2-7).

Figura 2-7

19
h) Rotura por esfuerzo rasante. La sección peligrosa suele ser la de arranque del
alzado, AB (Fig. 2-X), que es una junta de hormigonado obligada, en zona
de máximo momento flector y máximo esfuerzo cortante.

Figura 2-8

i ) Rotura por &allo de solape. La sección peligrosa suele ser la de arranque de


la armadura de tracción del alzado, donde la longitud f, de solape (Fig. 2-9)
debe ser cuidadosamente estudiada, ya que por razones constructivas el sola-
pe se hace para la totalidad de la armadura en la zona de máximos esfuerzos
de flexión y corte.

Figura 2-9

2.2 INTRODUCCION DE LA SEGURIDAD

En algunos aspectos, en general los correspondientes al muro como estructura


de hormigón, los coeficientes de seguridad están claramente establecidos, de acuerdo
con la Instrucción EH-88 (2.3).
En otros aspectos, tales como la seguridad al vuelco y a deslizamiento, no hay
normativa española concreta.

20
2.2.1. SEGURIDAD DEL MURO COMO ESTRUCTURA DE HORMIGON
EN MASA

De acuerdo con la Instrucción EH-88 rigen los valores siguientes para los coeli-
tientes de seguridad.

Control reducido ~~1 = 2,04


Resistencia del hormigón a compresión Restantes casos y; = 1,8
Control reducido ri = 2,04
Resistencia del hormigón a tracción Restantes casos y(: = 1,8

El valor Y’~ correspondiente a hormigón armado es igual a 1,2 yc, de acuerdo con
EH-88 siendo yc el valor general de la citada Instrucción para estructuras de hormi-
gón armado.
Mayoración de acciones. Rigen los valores de la tabla T-2.1 para el coeficiente y,.

TABLA T-2.1
VALORES DEL COEFICIENTE y,

I I I
Acción favorable
Nivel de Daños Acción de carácter
Control de previsibles desfa-
Ejecución (1) vorable Permanente Variable

A 1,70

Reducido B 180

A 1,50
Acciones yr
Normal B 1,60 079 0

C 1,80

A 1,40

Intenso B 1,50

C 1,70

(1) Daños previsibles:


A) Muros cuyo fallo sólo puede ocasionar daños minimos y exclusivamente materiales.
B) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños de tipo medio.
C) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños muy importantes.

21
TABLA T-2.2
COEFICIENTES DE SEGURIDAD ‘//

Valor del coeficiente de seguridad

&iones (3) ‘yr


Normal

Intenso

(1) No se adoptará en el cálculo una resistencia de proyecto mayor de 150 kp/cm2.


(2) Hormigón para elementos prefabricados en instalación industrial permanente con control in-
tenso.
(3) Se podrá reducir el valor y,en un 5 por 100 cuando la hipótesis y el cálculo sean muy rigurosos,
se consideren todas las combinaciones de acciones posibles y se estudien con el mayor detalle
los anclajes, nudos, apoyos, enlaces, etc.
(4) Daños previsibles:
A) Muros cuyo fallo sólo puede ocasionar daños mínimos y exclusivamente materiales.
B) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños de tipo medio.
C) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños muy importantes.

22
Conviene hacer algunas matizaciones en relación con la aplicación de la tabla
T-2.1, establecida en EH-88 con carácter general, al caso de los muros de hormigón
en masa.
En primer lugar, como ya se ha dicho, esta solución, por razones fundamental-
mente económicas, sólo suele aplicarse a muros de pequeña altura, por lo que en ge-
neral y desde el punto de vista de los daños previsibles, se estará en caso A o B y
muy raramente en el caso C, aunque ello queda a criterio del proyectista.
En segundo lugar, al comprobar las tensiones de tracción, el peso propio será
en general una acción permanente de carácter favorable, por lo que le corresponderá
el valor ‘I’/ = 0,9. (*)
Para comprobación a sismo, de acuerdo con P.D.S.-1 (1974) (2.4) se toma-
rá y/ = 1.

2.2.2 SEGURIDAD DEL MURO COMO ESTRUCTURA DE HORMIGON


ARMADO

Rigen los valores indicados en la tabla T-2.2.


Rige, respecto al carácter favorable de la carga permanente, lo dicho en el apar-
tado anterior y tampoco en este caso emplearemos el coeficiente 0,9.
Para comprobación a sismo, de acuerdo con P.D.S.-1 (1974) (2.4) se tomará
?r)r= 1.

2.2.3 SEGURIDAD A VUELCO

No existe una normativa española concreta. Es práctica usual aceptar una segu-
ridad de 1,8 para las acciones frecuentes y reducir este valor a 15 para combinaciones
que incluyan acciones infrecuentes 0 excepcionales.
En el caso particular de comprobación a sismo, el valor suele reducirse a 1,2.

2.2.4 SEGURIDAD A DESLIZAMIENTO

Tampoco existe normativa española concreta, aunque suele adoptarse un valor


mínimo de 15, excepto para las comprobaciones a sismo, en que dicho valor suele
reducirse a 1.2.

2.2.5 SENSIBILIDAD AL INCREMENTO DE EMPUJE

En el Capítulo 3 se resume el cálculo de empuje producido por el terreno, sus


variaciones de humedad y los distintos tipos de sobrecargas de posible actuación y
quedará claro su carácter fuertemente aleatorio.

(*) En sentido estricto, esto debería hacerse asi. Como los errores en densidad y dimensionales son pe-
queños en el caso de los muros, no lo haremos pues complicaría innecesariamente el cálculo.

23
Consideremos el muro de la figura 2-10 sometido a un empuje E, siendo N la re-
\ultante de todas las cargas verticales.

Figura 2-10

Su seguridad a vuelco será

a-N
G’ = h,E P.11

Si por causas cualesquiera el empuje se incrementa hasta un valor E * = yt,. E,


el nuevo valor del coeficiente de seguridad a vuelco será

es decir

WI

Análogamente la seguridad a deslizamiento será

v.31

siendo p el coeficiente de rozamiento entre muro y terreno de cimentación y al incre-


mentarse Ea Er = y,E, resultará

c*,.\d =LN ~2.41


YJ

es decir

12.51

24
En ambos casos por tanto los coeficientes de seguridad se han reducido en la
misma proporción que han aumentado los empujes.
Si consideramos en cambio la presión máxima bajo la puntera, al mayorarse E
hasta E* = yp E la presión resultante c* no es, ni mucho menos, y~. sino que puede
exceder grandemente este valor.
Resulta de ello que, dependiendo de la configuración del conjunto muro-suelo,
a incrementos dados, incluso moderados del empuje, pueden corresponderles muy
desiguales incrementos de la presión bajo la puntera y por tanto muy diferentes segu-
ridades del muro.
Esta sensibilidad al incremento de empuje es, a nuestro juicio, esencial en el pro-
yecto de muros, y será estudiada en detalle en los Capítulos siguientes. Véase (2.5).

BIBLIOGRAFIA

(2.1) TENG, W. C.; «Foundation Design». Prentice-Hall. New Jersey. 1962.


(2.2) JIMENEZ SALAS, J. A. et al. «Geotecnia y Cimiento». Editorial Rueda. Madrid.
1980.
(2.3) xlnstrucción para el proyecto y la ejecución de obras de hormigón en masa o armado))
(EH-88). MOPU. Madrid. 1988.
(2.4) P.D.S.-1 (1974). Parte A. Normativa. Separatas del Boletín Oficial del Estado. Madrid.
1974.
(2.5) CALAVERA, J.; CABRERA, A.; <<Un método para el proyecto de muros de contención)).
Informes de la Construcción. NP 210. Mayo, 1969.

25
CAPITULO 3
EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES
SOBRE EL TERRENO

3.1 CONCEPTOS GENERALES

La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por la de-
formabilidad del muro, entendiendo por tal no sólo la deformación que el muro expe-
rimenta como pieza de hormigón, sino también la que en el muro produce la defor-
mación del terreno de cimentación.
Si el muro y el terreno sobre el que se cimenta son tales que las deformaciones
son prácticamente nulas, se está en el caso de empuje al reposo. Algunos muros de
gravedad y de sótano pueden encontrarse en ese caso.
Si el muro se desplaza, permitiendo la expansión lateral del suelo se produce un
fallo por corte del suelo y la cuña de rotura avanza hacia el muro y desciende (tig. 3-
la). El empuje se reduce desde el valor del empuje al reposo hasta el denominado
valor de empuje activo, que es el mínimo valor posible del empuje.
Por el contrario, si se aplican fuerzas al muro de forma que éste empuje al relle-
no, el fallo se produce mediante una cuña mucho más amplia, que experimenta un
ascenso. Este valor recibe el nombre de empuje pasivo y es el mayor valor que puede
alcanzar el empuje. El empuje al reposo es por tanto de valor intermedio entre el em-
puje activo y el empuje pasivo.
La figura 3-2 muestra la variación de presión p a una profundidad z, para un
relleno de densidad y, en función del giro y/H del muro, para una arena suelta, según
TERZAGHI (3.1). Como puede verse, bastan deformaciones muy pequeñas para
movilizar el empuje activo.

27
al b)

Figura 3-1

-0 002 0 0.002 0.004 0.c 06

R E L A C I O N VH

Figura 3-2

Como se ha indicado anteriormente, al producirse el fallo del terreno se produce


un corrimiento vertical relativo entre terreno y muro,‘que moviliza la fuerza de roza-
miento entre ambos.
Si no hay información procedente de ensayos directos, para terrenos granulares
puede aceptarse que el ángulo 6 de rozamiento con muros de hormigón es 6 = 20”.
Este valor no se ve afectado por el grado de humedad del suelo. (3.2).
Para terrenos cohesivos puede suponerse que la resistencia a corte a lo largo del
trasdós del muro (3.3), viene dada por la expresión
z=a+atgd f3.11

28
donde a es el valor de la adhesión, 0 la presión normal del terreno sobre el muro
en el punto considerado y 6 el ángulo de rozamiento entre terreno y muro, que de
nuevo a falta de ensayos directos se tomará como 20” para el caso de muros de hormi-
gón. Para la adhesión no deben considerarse valores superiores a 5 t/m*.

3.2 CALCULO DEL EMPUJE ACTIVO

En el estado actual de conocimiento podemos calcular los empujes del terreno


con razonable precisión en el caso de suelos granulares. Para otros tipos de suelo des-
graciadamente la precisión es poco satisfactoria.

3.2.1 TEORIA DE COULOMB PARA SUELOS GRANULARES

Este caso, el más frecuente en muros, especialmente si se quiere drenar el suelo


del trasdós por razones económicas y/o estéticas, fue resuelto por COULOMB en
1773. (3.4).

-,...ax.
I l l
! 1
!
El I !H IF

Figura 3-3

Para un terreno de forma cualquiera (fig. 3-3) la mejor solución es el procedi-


miento gráfico. Suponiendo una línea de rotura recta, habrán de estar en equilibrio
el peso p, de la cuña de suelo comprendida entre el muro y la línea de rotura, la reac-
ción E, del muro contra el suelo, igual y contraria al empuje activo sobre el muro,
y la reacción F del terreno sobre la cuña, que formará con la normal a la línea de
rotura un ángulo igual al de rozamiento interno del terreno, cp. Los valores de cp,
a falta de ensayos directos, pueden tomarse de la tabla T-3.1 que contiene también
valores orientativos de las densidades secas de los distintos terrenos.

29
TABLA T-3.1

DENSIDAD ANGULO DE ROZAMIENTO


CLASE DE TERRENO SECA y INTERNO
(t/m’l cp

Grava arenosa 24 39-45”


Arena compacta 270 3945”
Arena suelta 197 30”-35”
Pedraplen 13 350-45”

El método consiste en proceder por tanteos sucesivos. Elegido un punto 1 como


posible origen de una cuña de deslizamiento, se calcula el peso P, de la cuña, y en
el polígono vectorial de la figura se trazan los vectores Ea y F correspondientes, am-
bos de direcciones conocidas. El valor de E,, se lleva a partir de un origen EF conven-
cional. El cálculo se repite para varios puntos 1, 2, 3 . . . . Tres tanteos suelen ser smi-
tientes para determinar el punto G correspondiente a la cuña de empuje máximo, que
es el empuje activo. Con ello se tiene el punto C y la posición NC de la superficie
de rotura de la cuña correspondiente.
La posición de la resultante de las presiones sobre el muro, es decir el empuje
activo, puede obtenerse con suficiente aproximación trazando por el c.d.g. de la cuña
MNC la parela a NC hasta cortar al trasdós del muro.
Este empuje, conocido en posición y magnitud, permite, como veremos, compro-
bar la estabilidad a vuelco y deslizamiento del muro y calcularlo como estructura de
hormigón.
Para el caso de relleno limitado por una línea recta (fig. 3-4) son fáciles el plan-
teamiento analítico y la tabulación de los resultados.
Los valores de las componentes ph y pv de la presión en un punto A del trasdós
situado a profundidad z bajo la coronación vienen dados por las expresiones:
Ph = y& 13.21
PI, = YZA 13.31
donde

A, = Ah ’ cotg (a - 6) L3.51
siendo y la densidad seca del suelo (*).
La presión total p, viene dada por
p=Jpí:+d

(*) La presencia de agua en el relleno será considerada más adelante, así como las correspondientes varia-
ciones en el valor dey.

30
y sustituyendo [3.2] y [3.3]
ci‘ ll Figura 3-4

p = yzJ$ + 1: = ylz 13.61


que forma un ángulo 6 con la normal al trasdós.
La distribución de presiones varía linealmente con la profundidad, con valor
nulo en coronación. Las tablas T-3.2 y T-3.3 tomadas de (3.5), proporcionan los coe-
ficientes A-,, y A, para diferentes valores de rp, 6, /I y a.

TABLA T-3.2
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO
-
“tz \OgUlO
.“gUlC Coeliciente Ah de empuje activo horizontal Coefieien~e 1 y de empuje activo vertical
IC ua- d e roza-
del siendo la inclinación del muro: siendo la inclinación del muro:
ie oto I niento
talud cota = cota =
te1 1710 de
del
d e! I t
:mxc
mno )
B 0.8 0,6 0.4 0.2 0 0.2 0.8 0.6 0,4 0,2 0 02
<c ,

0,7l 0,67 0,62 0,56 0,49 0,42 0,57 W 0,25 0,ll O,oO - 0,OI
0,78 0,73 0,67 O,@J 0,52 W 0,62 09 0,27 O,l2 O,M -O,o!
IPIO 0,88 0,8l 0,74 0,65 0,57 0,48 0,70 0,49 0,29 O,l3 400 -O,l(
l,Ol 0,92 0,83 0,74 O,@ 0954 0,8l 0,55 0,33 0,IS ON -0,ll
(47 1,31 l,l6 l,O2 0,88 0,76 l,l8 0,79 446 0,20 O,@J -O,l!

0,63 WI 0,56 0,5l 0,45 0,39 0364 0.46 0,28 0.16 0,05 - 0,o:
ip= 0,62 0,56 0,48 0,42 0.71 0,5l 0.31 O,l8 - 0,o:
0,70 0266 f-406
3
0,80 0,75 0,68 0,6l 03 04 0,8l 0,58 0,34 0,20 O& -0,01
0,95 0,87 0,79 0,70 0,6l 0,52 0,96 0,67 0,39 0,23 0,07 - O,@
6”40 l,47 1.21 l,l6 l,O2 0,88 0,76 (49 l,Ol 0,58 0,33 OJO - 0,ot
2 1P -
r 0,56 0354 0,52 0948 0,42 0,37 0,72 0,53 0,36 0,22 OJO 40
‘yv=
0.63 0,6l 0,57 0,52 0,46 W 0,8l WJ 0,40 0,24 0,ll 40
3
0,73 0,69 0364 0,58 0,5l 0944 0,93 0,67 0,45 0,27 O,l2 0,o:
0,88 0,82 0,75 0,67 0,59 W l,l3 0,8l 0,53 0,3l O,l4 0,o:
l3”20’
1,47 l,3l l,l6 l,O2 0,88 0,76 l,88 l,28 0,82 0,47 0,2l 0,o.
0,49 0,49 0,47 04 W 0,35 0,80 460 0,42 0,27 0,IS 40
0,56 0,55 0,53 0948 04 0,38 0,92 0,69 0,47 0,29 O,l6 401
rp= 0966 0364 0360 0,55 0,49 0,42 I,O8 0,78 03 0,33 O,l8 W
20”
0,82 0,77 0,7l 0764 0,57 09 l,35 l,Ol 0,69, 0,39 0,2l 40
1,47 l,3l l,l6 l,O2 0,88 0,76 2,42 l,62 L@l O,@ 0,32 41

31
TABLA T-3.2
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)

AI lgul0
flgd0 Coeficiente Ah de empuje ac11vo horizontal Co&iente 1, de empuje ac1ivo vertical
de rOn-
del siendo la inclinación del muro: siendo ka inclinanón del muro.
ln iellt0
alud co1 z = cota =
im temo de
del
del
Te”0
te3 Té”0
B 0.8 0.6 0.4 0 0,2 0.8 0.6 0.4 0 0.2
cp

0” 0.65 MO ),55 0,48 0,4l ),33 0.52 0,36 ),22 3.10 0.07
lo” 0.79 ),12 1.64 0.55 0,46 ),37 D,63 0.43 j.26 0.11 0,07
0” 15” 0,89 ),80 3,70 uo 0,50 1.41 0.71 0,48 ),28 D,l2 -0.08
20” 1.03 ),92 3,80 0.69 0,57 ),4 0.82 0.55 ),32 D,l4 .0,09 ,
25” l,55 1,35 1.16 0.98 0.82 ),68 1.24 0,8l ),46 0,20 -0.14 I

0” 0.56 1.53 3.49 0,37 3,30 0,43 1.28 0.16 0,05 0,o; ,
0.4 0.60
P= lo” 0.70 ),65 0.58 0.51 0,43 3,34 0,75 0,53 1.34 II,18 0.0; ,
W
3 ,
15” 0.80 ),73 0.65 0.56 0,47 3,38 0,86 O,@ ),38 0,20 0,07 0,o;
20” 0.96 ),86 0.76 0.65 0.55 1.03 0.70 1.4 0.23 0.08 0.0; ,
WJ
3” 20 25” 1.55 1.35 l,l6 0,98 0,82 3,68 l,ti 1.10 ),67 0,35 O,l2 0,oi I
25”
0” 0.48 ),47 o,u W 0,35 D,29 0.69 0,5l 3,35 0.21 0,lO 0,o: I
Yi!= lo” 0.61 ),58 0.53 0,47 0.40 D,33 0,88 0.64 3,42 0.25 O,l2 0.0: I
3
15” 0,72 3.67 o,QJ 0.53 0,45 0,37 Lo4 0,73 3,48 0.28 O,l4 0.0: I
20” 0.88 3.80 0,7l 0,62 0,52 ll,42 1.27 0.88 0,56 0,33 0.16 O.@ I
6” 40’ 25” 1.55 l,35 l,l6 0,98 0.82 LI,68 2,24 l,47 D,92 0.52 0,25 o,ot 5

0” 0.4 3,4l 0.39 0.37 0.32 0,27 0,Sl 0.60 0,42 0.27 O,l5 0.01
lo” 0,53 0,52 0.48 0.4 0,38 0,3l l,O7 0,77 0.51 0.32 O,l8 0,o 1
<p= 15” 0,63 MJ 0.56 0,50 0.43 0,35 l,27 0,89 0.60 0,37 0,20 0,OI ì
25”
20” 0,79 Ll,74 0.67 0.59 0,50 0,4l 1.60 1.10 0,7l 0,43 0,23 0.H 1
25” l,55 1.35 l,l6 0,98 0,82 0,68 3,13 l,W 1.23 0,72 0.38 0,l’ 1

0” WJ 0,54 0,48 0.41 0,33 0,26 0,48 0.33 0.19 0.08 W - 0,o: 5
lo” 0,71 0.64 0,55 0.46 0.37 0,28 0,57 0,38 0,22 oS@ 0.00 - 0,Ol 5
0” 20” 0,89 0,78 0.67 0,55 444 0,33 0,7l 0,47 0,27 0,ll O,M - 0,o 7
25” W 09 0,77 0.63 0,50 0,38 0,83 0,54 0,3l O,l3 O,oO - op 8
30” UO l,36 l,l4 0,93 0,75 0,59 l,28 0,82 0.45 0.19 O,oO -0,l 2

0” 0,50 0,47 0,42 0,37 0,30 0,24 0,57 0,4l 0,26 O,l4 0,05 - 0,o I
s!T=
lo” 0.61 0.56 0.50 0,42 0.34 0,27 0,69 0,49 0.31 O,l6 WJ - 0,o I
3
20” 0.79 0,7l 0,6l 0.51 0,4l 0.32 0.90 0,62 0,38 0,20 0,07 - 0,o 1
25 0.95 0.84 0.72 0.60 0,48 0,37 LO8 0,73 0.45 0,23 0.08 -0,Ol
lo” 30” 1.60 l,36 1.14 0.93 0.75 0,59 0,82 l,l8 0,7l 0,36 O,l3 - 0,Ol
30”
0” 0,4l 0.40 0.37 0,33 0,28 0,22 0,68 0,49 0,33 0.20 OJO 0,03
yyP=
lo” 0,52 0,49 O,M 0.39 0,32 0,25 0,85 O,@ 0.39 0,24 O,l2 0.04
3
20” 0,69 0,63 0,56 0,48 0,39 0,30 1313 0,78 0,50 0,29 O,l4 0,05
25” 0,86 0,77 0,67 0.57 0,46 0.35 l,4l 0,96 0,60 0,35 O,l7 0,05
200
30” 1960 l,36 (14 0,93 0,75 0,59 2,63 l,68 (02 0,57 0,27 0.09

OO 0,32 0,3? 0,33 0,30 0,26 0.21 0,82 O,@ 0,4l 0,26 0,IS 0,07
lo” 0,42 0,4i 0,39 0,35 0,30 0,24 LO7 0,76 09 0,3l 0.17 0,os
<p=
30” 20” 0.58 0,sc 0,5l 04 0,37 0,29 L@ l,Ol 0,65 0,39 0,2l 0,lO
25” 0,75 0,7( 0,62 0,53 OY 03 l,92 l,26 0,79 0,47 0,25 0.12
30” L60 1,3t l,l4 0.93 0,75 0,59 4,lO 2,45 1.44 0,82 0,43 0,20

32
TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)

4ngLi Coeliaente Ah de empuje activo horizontal Coeticiente iv de empuje activo vertical


roza- (
del siendo la inclinación del muro: siendo la inclinación del muro:
lento
talud cota = cota =
enlo de
del
del
terren
TenO y mnrc
B 038 036 ti4 0.2 0 0,2 038 0.6 64 0.2 0 0.2
<p 6

0” W 0,49 0,42 0,35 0,27 0,20 0,43 0,29 O,l7 0.07 O,oO ~ 0.04
15” 0,70 0,6l 0,5l 0,42 0,32 0,23 0.56 0,37 0,20 0,08 O,oO ~ 0,OI
0” 25” 0,88 0,75 0,62 W 0,38 0,27 0.70 0,45 0,25 0.10 040 - O.O?
30” 404 0.88 0,72 0,57 04 0,3l 0,83 0,53 0,29 0.11 0.00 -O,(H
35” l,63 l,35 l,lO 0,87 0,67 0,50 l,3l 0,SI 04 O,l7 O,oO -0.N

0” 04 0,4l 0,37 0,3l 0,25 0.18 0.53 0,38 0,24 O,l3 0,05 O.o(
!?= 15” O,@ 0,53 O,& 0,38 0,29 0,2l 0,72 0,49 0,30 O,l6 0,06 O,M
3
25” 0,77 0,67 0,57 0,4fJ 0,35 0,25 0,93 0,62 0,38 O,l9 0,07 W
30” 0,94 0,Sl 0,67 0.54 0,4l 0,30 l,l3 0.75 04 0,23 0,08 O.o(
ll”40 35” l,63 1.35 IJO 0,87 0,67 W l,96 l,24 0,73 0.37 O,l4 0.K
15” -
0” 0,35 0,34 0,32 0,28 0,22 O,l7 0,Sl 0,47 0,32 0,19 0,lO 0.04
-= 15” 0,49 0746 0,4l OY 0,27 0.20 0,92 0764 0.41 0.23 0.12 O,M
3 25” 0366 O,@ 0,52 0,43 0,33 0,24 l,24 0.83 0,52 0,30 O,l4 O,O!
30” 0,83 0,73 0,62 0,5l 0,39 0,29 l,56 l,O2 0,62 0.35 O,l7 O,ot
23” 20’ 35” l,63 l,35 (10 0,87 0,67 0,50 3,07 l,88 IJO 0.60 0,29 0,II

0” 0,25 0,27 0,27 0.24 0,2l O,l6 0,85 O@ 0,41 0,26 O,l4 0,oi
15” 0.36 0.37 0,35 0,3l 0,25 O,l9 l,23 0,83 0,53 0,30 O,l7 0.08
cp= 25” 0,52 0,5l 0.39 0,3l 0,23 l,77 1.14 0,70 0.37 0,22 O.IC
35” 0.46
30” 0.69 O,@ 0,57 0,48 0,37 0,27 2,35 l,43 0,87 0.46 0,26 O,l2
35” l,63 l,35 l,lO 0,87 0,67 0,50 5,57 3,03 l,68 0,9l 0,47 0,22

0” 0,49 044 0,37 0.29 0,22 0.15 0,39 0,26 O,l5 0906 O.@J - 0,03
15” 0,63 0,53 44 OY 0,25 O,l7 0.50 0,32 0,lS 0,07 WJ - 0,03
0” 25” 0,76 O,M 0,52 WJ 0,29 0.19 0,6l 0,38 0,2l 0,08 O,oO -0,04
35” l,O2 0,84 0,67 0,51 0,37 0.24 0,82 0.50 0,27 0,lO 400 - 0,05
40” 1364 l,32 I,O5 0,80 0,59 0,4l l,3l 0,79 0,42 O,l6 @oO - 0,08

0” 0,40 0.36 0,3l 0,26 0,20 O,l4 0,5l 0.35 0,22 0.12 0.05 0.00
‘PT 15” 0.52 04 0,39 0,3l 0.23 O,l6 466 0,45 0.27 O,l4 0,05 0,Ol
3
25” 0.65 0,56 046 0.36 0,27 0,lS 0,83 0,55 0.32 O,l6 0,06 0,Ol
35” 0,92 0,77 0,62 0.48 0,35 0,23 1.18 0.76 04 0,22 0,08 0,Ol
l3”20’ 40” W l,32 l,O5 0,80 0,59 0,4l 2,lO l,30 0,74 0,37 O,l4 0,Ol
10” -
0” 0,30 0,29 0,27 0,23 0,lS O,l3 0,65 W 0,30 0,lS O,@ O,@l
‘yP=
15” 0.41 0,38 0.33 0,28 0,2l 0,IS 0.89 0,60 0,37 0,22 0.10 W
3 25” 0,52 0,48 0,4l 0,33 0,25 O,l7 l,l3 0,76 0.26 0.12 0.05
0.46
35” 0,79 0,69 0.58 0,45 0.33 0.22 l,72 Lo9 0,65 0,35 O,l7 0,06
26” 40 40” L@ l,32 1,05 0,80 0,59 0,4l 3.57 2,08 1.19 0,62 0,30 011

0” 0,lS 0,2l 0,22 0,20 O,l6 O,l2 0,89 0,6l 0340 0,25 O,l4 0,07
15” 0,26 0,29 0,28 0,24 O,l9 O,l4 l,30 0.84 0,52 0.30 O,l6 0,08
<p= 25” 0,35 0,37 0,35 0,29 0,23 O,l6 l,74 l,O7 0,65 0,36 0,19 409
40”
35” 0,59 0,58 0,5l 0.42 0,3l 0,21 2,94 I ,68 0,95 0,52 0,26 0,II
40” W l,32 l,O5 0,80 0,59 0,4l 8,17 3,83 l,95 IN 0,49 0.22

33
TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)

4ngulo Coclixnte iv de empuje activo vertical


Coeficiente Ah decmpuyeactivo horizontal
le roza- siendo la inclinación del muro:
siendo la ~nclmaaón del muro:
tiento cot dl = cota =
Itemo de T- T
del

1
,
'nen 0.6 0 0.2
0.8 0.6 0.4 0.2 0 0.2 0.8 0.4 0.2
'p

0" 0.45 0,38 0,32 0,24 O,l7 0,II 0,36 0,23 O,l3 0,05 0.00 - O,O?
15" 0,56 0,47 0,37 0,28 O,l9 0,12 0,45 0,28 O,l5 0,06 0.00 - 0.02
0” 30” 0,73 WJ 0,47 0,34 0,23 O,l4 0,58 0,36 0,19 0,07 OJO - 0.03
40” 0,99 0,79 0,61 0,45 0,30 O,l8 0,79 0,47 0,24 0,09 0.00 - 0,04
45” l,62 l,28 0,98 0.72 0,50 0,32 l,30 0,77 0,39 O,l4 0.00 - 0.06

0” 0,35 0,32 0,27 0,2l O,l4 OJO 0,48 0,33 0,20 OJO 404 0,Ol
9: 15 0,45 0,39 0,32 0,25 OJ8 0,ll 0,6l 04 0,24 0.12 0,05 0.01
3 30” 0,55 0,52 0,42 0,3l 0,22 O,l3 0,75 0.54 0,3l O,l5 0,06 0.01
40” 0,88 0,72 0,57 0,42 0,29 O,l7 l,20 0.74 0,43 0,2l 0,08 0.01
15” 45” l,62 1.28 0.98 0,72 0.50 0,32 2.20 1,32 0.73 0,36 O,l3 0.02

0” 0,25 0,25 0,22 0,19 O,l4 O,@ 464 O,M 0,28 O,l6 0,08 0,oi
*= 15” 0,33 0,3l 0,27 0.22 O,l6 0,lO 0,84 0,56 0,34 O,l9 0.09 0,oi
3 30” 0,48 0,43 0,36 0,28 0,20 O,l3 l,23 0,77 0,46 0,25 0,II W
40” 0,74 W 0,52 0,39 0,27 O,l7 l,89 1.15 0,66 0.34 0.16 o.ot
30” 45” 1.62 1.28 0.98 0.72 0.50 0.32 4.15 2,3l 1.25 0,63 0.29 0.11

0” 0,ll O,l6 0.17 0.16 0.13 0.09 0.97 0.63 0.40 0.24 O,l3 o.ot
15” O,l6 0,2l 0,22 0.19 0,IS 0.10 l,M 0.84 0,51 0.28 O,l5 0.0
cp= 30” 0,25 0,3l 0,30 0,25 0.18 O,l2 2325 1.24 0,70 0.37 O,l8 0.01
45”
40” 0.45 0,50 0.45 0,35 0,25 OJ6 4,05 2.00 l,O5 0.52 0,25 0.1
45” 1.62 1.28 0,98 0.72 0,50 0.32 l4,60 5.12 2,29 1.08 0.50 0.2

Los componentes Eh, E,, horizontal y vertical respectivamente, del empuje total
E, por unidad de longitud de muro, vienen dadas por las expresiones

13.71

El punto de aplicación del empuje total E = JE,f + E:, está situado a una pro-
fundidad y desde la coronación del muro, dada por la expresión

i3.91

Para el caso particular, pero muy frecuente, de superficie de terreno horizontal


(/3 = 0), ángulo 6 = 0 y trasdós del muro vertical (c( = 90“) las expresiones [3.4] y
[3.5] se transforman en
-- 1 - sen cp [3. lo]
hh - 1 + sen <p
siendo naturalmente A,, = 0

34
y el empuje es horizontal, está situado a profundidad 7 y tiene como valor

H21 -sencp
E=E,,=y- [3.1 l]
2 l+sen<p

3.2.2 METODO GRAFICO DE PONCELET

Consiste en una construcción gráfica, cuya demostración omitimos (ver p.ej. la


referencia (3.7)) y que permite el cálculo gráfico del empuje activo, aspecto realmente
hoy de escaso interés disponiendo de tablas, y del ángulo 0 correspondiente a la cuña
de deslizamiento, cuyo valor necesitaremos más adelante. (Fig. 3-5).

Figura 3-5

La construcción consiste en trazar AM, formando el ángulo <p con la horizontal.


Por la coronación N se traza NO formando el ángulo cp + 6 con el trasdós y se deter-
mina el punto 0. Sobre AM se traza una semicircunferencia y por 0 la perpendicular
a AM hasta obtener B. Con centro en A y radio AB se determina C en AM y se
traza CD paralela a NO. AD es el plano de deslizamiento y 0 el ángulo correspon-
diente. El empuje vale
CD.DE
-5 = Y 2

y actúa a profundidad r formando ángulo 6 con la normal al trasdós.

3.2.3 TEORIA DE RANKINE PARA SUELOS GRANULARES

La teoría de RANKINE para el cálculo de empujes (3.6) se basa en las hipótesis


de que el terreno presenta superficie libre plana y está en el llamado estado Rankine,

35
en el cual presenta dos series de superficies planas de rotura, formando ángulos de
45 f 2 con la horizontal (*).

Para el caso particular de trasdós vertical (fig. 3-5) las componentes ph, pv de
la presión a profundidad z vienen dadas por las expresiones
Ph = yzA’,

Pv = YZA’,

-
2T
1 H

~-1
Figura 3.6

siendo
cos b - Jcosz fi - cos’ cp
xh = coti~ [3.12]
cos/.l+ cos /3 - cos cp
cosp - cos p - cos cp
1’” = sen fl cos j?
cos #I + Jcos2 /Y? - cos2 q
El empuje varía linealmente con la profundidad y sus valores vienen dados por

Eh = ,$t?‘h [3.14]

estando su resultante a profundidad i H.

(*) Para una exposición del tema puede verse JIMENEZ SALAS (3.7).

36
Obsérvese que si además de a = 90” se supone /? = 6, las expresiones [3.4] y [3.5]
se transforman en las [3.12] y [3.13]. Si /3 = 6 = 0, se tiene

II, =l-sencp
h
1 + senfq [3.16]
siendo ñ’, = 0.
Es decir, que la teoria de COULOMB para trasdós vertical y superficie de terre-
no de ángulo /? igual al 6 de rozamiento del terreno con el muro conduce al mismo
valor del empuje que la de RANKINE. En particular ambas teorías coinciden para
trasdós vertical y superficie de relleno horizontal si 6 = 0.

3.2.4 CASO DE MUROS CON TALON

Sin embargo, si el muro en lugar de carecer de talón, como ocurre en los casos
indicados en las figuras 3-3, 3-4 y 3-5, lo tiene como se indica en la figura 3-7, que
es caso frecuente en muros ménsula y muros de contrafuertes, la situción es distinta
ya que la masa de tierra ABCD descansa sobre el talón y de hecho si el muro gira
o desliza, lo hace con él.

al b)

Figura 3- 7

El cálculo del empuje en este caso no está resuelto satisfactoriamente (*) y lo nor-
mal es calcularlo de acuerdo con lo expuesto en 3.2.1 ó 3.2.2. Sin embargo el CODE
OF PRACTICE «EARTH RETAINING STRUCTURES» de la Institution of
Structural Engineers británica (3.2) recomienda un método interesante que resumi-
mos a continuación.

(*) JIMENEZ SALAS, SERRANO y ALPAÑES, en la referencia (3.7), tomo II, recogen esta dispersión
de criterios y señalan como frecuente el cãlculo por la teoría de RANKINE, aunque con algunas
reservas.

37
Para el cálculo del muro como cuerpo rígido, a vuelco y deslizamiento, el empuje
se calcula también según 3.2.1 pero actuando sobre un trasdós virtual AB, pasando
por el extremo del talón, pero en este caso la presión se calcula para un valor 6 = <p.
(Fig. 3-7b).
El método puede suponer un ahorro importante en aquellos casos en que las
condiciones de vuelco o deslizamiento sean críticas en el proyecto, pero como vere-
mos más adelante, esto precisamente no es frecuente en los muros con talón.
Un método más riguroso de cálculo de empujes en muros con talón es el que
exponemos en 9.2.

3.2.5 SUELOS COHESIVOS

No existe un método satisfactorio de cálculo de los empujes en este caso. Una dis-
cusión detallada puede verse en la referencia (3.7). La Norma NBE-AE- (3.5) reco-
mienda que si no se realizan determinaciones directas de las características del terreno
se suponga, conservadoramente, que la cohesión es nula, y se utilicen por tanto las
tablas T-3.2 y T-3.3. La publicación (3.2) contiene recomendaciones prácticas, que
no se recogen aquí por su extensión, pero que distinguen los casos de arcillas no fisu-
radas, limos y arcillas parcialmente saturadas y arcillas rígidas fisuradas.

3.3 CASO DE EXISTENCIA DE CARGAS SOBRE EL TERRENO

Tanto en Edificación como en Obras Públicas son frecuentes los casos de sobre-
cargas de tipos muy variados, que a continuación se estudian.

3.3.1 CARGA UNIFORMEMENTE REPARTIDA

Se supone indefinida en el sentido del muro y de valor q por unidad de longitud


de talud tal como se indica en la figura 3-8. Considerando la cuña MNC de la figura,
aplicamos el método de COULOMB.

Figura 3-8

38

1
El peso de la cuña MNC, a profundidad H, incluida la sobrecarga correspon-
diente, es

P, = t yl& sen (u + fl) + ql [3.17]

El peso P, se iguala al de una cuña NMC de un terreno virtual de densidad ticti-


cia yI, de donde
H
2I yl & sen @ + B) + ql = f 14 ~ sen
sen a fa + B)
y por tanto
sen a
y,=y+%
H sen (a + fi)
y como en ambos casos el empuje ha de ser el mismo

E = f iy,H’

donde

sustituyendo yI, se tiene

H2

o bien
sen a
E=flyH2+IqH [3.18]
sen (a + /?)
La fórmula [3.18] indica que el empuje producido por una sobrecarga q por uni-
dad de longitud de talud es el mismo que el producido por una altura adicional de
tierras tal que
sen a
yhe=q sen (u + /?)

de donde
h, = !! [3.19]
y sen”;a”T j?) (*)

Si fi = 0, h, = 4 [3.20]
Y

(*) Debe prestarse atención a que la Norma NBE-AE- (3.5) da h, = 5 (q’es la sobrecarga por uni-
dad de proyección horizontal), lo cual como hemos visto sólo es cierto para superficie de terreno
horizontal, o para muro con trasdós vertical, como puede verse haciendo fl = 0 h, = ; o
, c 1
a=90 (he=*=5 siendo q’ la carga por unidad de proyección horizontal), en [3.19]. (La nor-
ma NBE-AE- es una reedición literal de la MV-101 publicada en 1962).

39
De acuerdo con [3.18], la presión adicional debida a la sobrecarga es
sen a
Ph = ihq
sen (a + /?)

sen a
PY = A”4 [3.21]
sen (a + b)

sen a
P =Aq sen (a + fl)

siendo E. = JAí:+x
y su diagrama es rectangular tal como se indica en la figura 3-8. El diagrama total
de presiones es por tanto trapecial.
La profundidad del punto de aplicación del empuje total es de deducción inme-
diata, resultando

sen a
2yH+3q
sen (a + /?)
Y, = H [3.22]
sen a
3yH+6q
sen (a + p)

Si /? = 0,

y =H2YH+3q * [3.23]
R 3yH+6q( )

3.3.2 CARGA EN BANDA PARALELA A LA CORONACION (**)

De acuerdo con TENG (3.3), y según la figura 3-9, para el caso de trasdós verti-
cal y superficie de terreno horizontal, llamemos:
pq presión horizontal en el punto A
q carga en la banda, por unidad de superficie
La presión real contra un muro rígido es doble de la obtenida por la aplicación
de la teoría de la elasticidad.

pq = $[j? - sen/3 coslw] !***) [3.24]

donde p es el valor del ángulo en radianes.

(*) De nuevo NBE-AE- adopta [3.23] como expresión general, cuando sólo es válida para 0 = 0 o
bien para <y = 90” si q es la sobrecarga por unidad de proyección horizontal.
(**) Este caso puede ser resuelto también dividiendo la carga en banda en varias cargas lineales parale-
las y aplicando el método simplificado que se expone en 3.3.3b.
(***) Para muros no rígidos, como es lo frecuente, el valor 2q puede sustituirse por 1,5q.

40
:”/r
.-’ 9q
La distribución de presiones varía de acuerdo con lo que se indica esquemática-
mente en la figura 3-9t 1.

al b)

3.3.3 CARGA EN LINEA PARALELA A LA CORONACION

a) Método basado en la teoría de la elasticidad


A partir de 3.3.2, puede resolverse este caso haciendo tender a cero el ángulo
fi (Fig. 3-10). Llamando z a la profundidad del punto considerado A, y N a la carga
lineal por unidad de longitud, para p z sen p z 0, se tiene

Ap = = B¿
MN=-- P-
MP=p
cos w (‘os 0 co.+ <o

b)

Figura 3-10
Deberá cumplirse

Bz
N=qMP=q&

de donde
N cos o
48 = [3.25]
z
Para p Ñ sen /? Ñ 0, [3.24] toma la forma

PN = cos2w) = *sen2w [3.26]


7c
y sustituyendo [3.25] y [3.26]

[3.27]

b) Método simplificado de TERZAGHI


El CIVIL ENGINEERING CODE OF PRACTICE (3.2) a la vista de las incer-
tidumbres en la aplicación de la teoría de elasticidad a los suelos, adopta un método
simplificado, debido a TERZAGHI, que resumimos a continuación.

Figura 3-11

El empuje producido por la carga en línea, N, puede considerarse equivalente


a otro 3Lh N, donde el valor Áh es el obtenido por la teoría de COULOMB y viene
dado por tanto por la fórmula [3.4] o más sencillamente por las tablas T-3.2 y T-3.3.
El empuje & N se aplica sobre el plano virtual BD, en un punto A’ situado a
la misma profundidad que el A, que a su vez se obtiene trazando por el punto C
de aplicación a la carga en línea, una recta formando 40” con la horizontal hasta que

42
corte al trasdós del muro. Si el corte se produce en el trasdós por debajo de la base
del muro, el efecto de la carga N, puede ser despreciado.
El método tiene la ventaja de su sencillez pero presenta el inconveniente de que
al sustituir la distribución continua de presiones a lo largo de la altura, por una carga
lineal única, Ah N, no permite calcular los esfuerzos a que está sometido el muro más
que en su arranque.

3.3.4 CARGAS PUNTUALES 0 CONCENTRADAS EN AREAS REDUCI-


DAS (ZAPATAS)

a) Método basado en la teoría de la elasticidad


En este caso la distribución de presiones no sólo es variable con la altura sino
también a lo largo del muro.

, x=mH IN

al b)
Figuru 3-12

En el plano vertical perpendicular al trasdós del muro pasando por el eje de la


carga, las presiones son máximas para cada profundidad z considerada (figs. 3-12 a
y b), y la variación en dicho plano, de acuerdo con las notaciones de la figura 3-12 b,
viene dada por las fórmulas siguientes:
nz
Si m < 0,4 p,q, = 0,2¿z [3.28]
H7 (0,16 + n2)3
l

N mz n2
Si m > 0,4 p “0 = 1.777i;, l (m2 + n2)3 [3.29]

La distribución a lo largo del muro en cualquier plano horizontal puede ser cal-
culada mediante la fórmula
PN = PNo cos $ [3.30]
El significado de + se indica en la figura 3-l 2b.

43
b) Método simplificado del CIVIL ENGINEERING CODE OF PRACTICE
(3.2)
El método anterior aparte de las incertidumbres de la aplicación de la teoría de
la elasticidad a los suelos, presenta el inconveniente de corresponder únicamente al
caso de carga puntual. En el caso de cargas repartidas sobre áreas de una cierta exten-
sión, como es el caso de zapatas cuando existen edificios próximos a la coronación
del muro, el método no es aplicable, salvo que se proceda a la división del área carga-
da en pequeñas áreas, cuyas cargas puedan asimilarse a otras puntuales, operando
entonces por superposición, lo cual es muy trabajoso.
El Código de Práctica citada, adopta un método simplificado, derivado del ex-
puesto en 3.3.3b). De acuerdo con ello se determina el punto A trazando por el centro
0 de la aplicación de la carga la recta OA formando 40” con la horizontal.

tINu-- 4 - ~---__

17
,&
4o” fLoJ

/
/ b
‘ A

* - lr’:
Aa N

.;’ I-
II’ -r
x2

al
-k -4
b)

Figura 3-13

El empuje equivalente es, como vimos, A,,N, siendo N la resultante de la carga


sobre el terreno y dicho empuje equivalente se reparte en un ancho b + x, según se
indica en la figura 3- 13 b).
El método tiene los inconvenientes ya señalados en 3.3.3b) respecto a la ignoran-
cia del reparto de esfuerzos sobre el muro por encima de su arranque.

3.4 MUROS PARALELOS

Este caso, relativamente frecuente en algunas obras públicas, presenta aspectos


especiales. En efecto, dependiendo de las características del suelo y de la separación
y altura de los muros, pueden resultar modificaciones en los empujes.
En primer lugar y de acuerdo con la teoría de COULOMB se determina la direc-
ción de la cuña de rotura, en la hipótesis de existencia de un solo muro. Si este ángulo
B
-1 B’ - cl

al b)
Figuru 3-14

es $, trazamos por D una paralela que cortará a AB en el punto F. Hasta la profundi-


dad F, en el caso de un solo muro el diagrama de empujes puede ser calculado y será
como el indicado A’F’ en la figura 3-14b).
Tanteamos ahora para distintos planos BG el valor del empuje, considerando
la existencia de ambos muros, lo cual se realiza mediante el polígono vectorial indica-
do en la figura 3-14~) en el que son conocidos el peso p, del relleno BGDA más la
sobrecarga correspondiente, la reacción en dirección y magnitud del muro DC contra
el relleno, igual y contraria al empuje deducido de la ley A’F’ hasta la profundidad
G, la dirección de F que ha de formar con BG el ángulo de rozamiento interno <p
y la del empuje buscado E, que ha de formar con AB el ángulo 6 de rozamiento entre
suelo y muro.
Tanteando varias profundidades del punto G, se determina el valor máximo de
E,. Restando a dicho valor máximo el empuje correspondiente hasta el nivel F’, la
diferencia se distribuye linealmente entre F’ y B’.
En lo anterior se ha supuesto que el punto G correspondiente al valor máximo
resulta por encima de la profundidad F. Si no es así, debido a la distancia entre los
muros se produce un efecto silo.
De acuerdo con NBE-AE- (3.5) las presiones sobre un plano vertical y otro hori-
zontal, respectivamente, vienen dadas por las fórmulas.
p’= yzo(l -e-i(,)& [3.31]

p” = yq (1 - e j,, ) [3.32]

donde

A
zo = ~ [3.33]
U 2,

45
siendo:
A: Sección horizontal, igual a la separación entre muros multiplicada por la lon-
gitud de la pareja de muros. I
U: Doble de la suma de la separación entre muros más la longitud de la pareja
de muros.
Ah, 2,: Tienen los significados vistos anteriormente.
Si la longitud de la pareja de muros es muy grande respecto a su separación d, ’
d
zo = ñ-Y
Si el trasdós del muro forma con la horizontal un ángulo ~1, se está en el mismo
caso que en las tolvas de los silos y la presión normal vale
pn = p’ sen2 a + p” co.9 a [3.34]
La tabla T-3.4, tomada de (3.5) proporciona los valores de 1 - e-$ .

TABLA T-3.4
FUNCION DE PRESION EN SILOS

1 - e-2 :<> z:z, z:z,

0,oo 0,000 1,oo 0,632 2,00 0,865


0,05 0,049 1,05 0,650 2,05 0,871
0,lO 0,095 1,lO 0,667 2,lO 0,877
0,15 0,139 1,15 0,683 2,15 0,883
0,20 0,181 1,20 0,699 2,20 0,889

0,25 0,221 1,25 0,713 2,25 0,895


0,30 0,259 1,30 0,727 2,30 0,900
0,35 0,295 1,35 0,741 2,35 0,905
0,40 0,330 1,40 0,754 2,40 0,909
0,45 0,362 1,45 0,766 2,45 0,914

0,50 0,393 1,50 0,777 2,50 0,918


0,55 0,423 1,55 0,788 2,55 0,922
0,60 0,451 1,60 0,798 2,60 0,926
0,65 0,478 1,65 0,808 2,65 0,929
0,70 0,503 1,70 0,817 2,70 0,933
0,75 0,528 1,75 0,826 2,?5 0,936
0,80 0,551 1,80 0,835 2,80 0,939
0,85 0,573 1,85 0,843 2,85 0,942
0,90 0,593 1,90 0,850 2,90 0,945
0,95 0,613 1,95 0,858 3,00 0,950

46
3.5 EMPUJE AL REPOSO

Como ya hemos dicho este valor del empuje puede producirse cuando la defor-
mabilidad del muro es extremadamente pequeña.
El valor de 3, en la fórmula [3.6] es diticil de evaluar, pero en arenas suele variar
entre 0,4 y 0,6. Frecuentemente en terrenos granulares se estima por la fórmula
A = Z - sen <p. En terrenos cohesivos alcanza valores de 0,5 a 0,75.
Un método aproximado de uso frecuente es el indicado en la figura 3- 15. Para
el caso en que no hay carga sobre el relleno el diagrama triangular de presiones (tig. 3-
15a) se sustituye por uno rectangular de valor dos tercios de la presión máxima de
empuje activo pero calculado con A = 2 - sen cp. Para el caso en que existe carga so-
bre el relleno (fig. 3- 15b), se opera análogamente.

X= l - s e n !Y

a) b)

Figura 3-1.5

En la práctica, incluso en muchos casos de muros de gran rigidez, no se produce


la situación de empuje al reposo, sino simplemente la de empuje activo, o una muy
próxima a ella. Ello es debido a que en la mayoría de los casos el relleno del trasdós
se compacta sólo moderadamente.

3.6 INFILTRACION DE AGUA EN EL RELLENO

En todo lo anterior hemos supuesto el terreno seco y manejado en las fórmulas


su densidad seca y. Esta es una situación poco frecuente en la práctica.
La presencia de agua en el relleno, bien por la acción de la lluvia, bien por infíl-
traciones subterráneas, afecta de manera importante a todo lo anterior.

47
a) Si el material del relleno es muy permeable como es el caso de las gravas y
de las arenas gruesas e incluso medias, la aportación de agua será evacuada por el
sistema de drenaje(*) mediante el establecimiento de una red de filtración de direc-
ción predominantemente vertical. Mientras el sistema de drenaje sea capaz de eva-
cuar el agua filtrante, el nivel de agua no rebasará la cota inferior del sistema de
drenaje y las fórmulas vistas hasta ahora para calcular las presiones y empujes siguen
siendo válidas sin más que reemplazar en ellas la densidad seca y por la densidad
aparente yh. Esta última densidad varía naturalmente con el grado de humedad del
suelo y la falta de ensayos directos puede ser estimada a partir de los datos de la tabla
T-3.5.

TABLA T-3.5
DENSIDADES APROXIMADAS DE DISTINTOS SUELOS GRANULARES (3.2)

7-- DENSIDAD
APARENTE
DENSIDAD
SUMERGIDA
MATERIAL ?h
/ (tim’) (&)

Gravas 1,60-2,00 0,96-l ,28


Arenas gruesas y medias 1,68-2,OS 0,96- 1,28
Arenas finas y arenas limosas 1,76-2,16 0,96- 1,28
Granitos y pizarras 1,60-2,08 0,96-l ,28
Basaltos 1,76-2,24 1,12-1,60
Calizas y areniscas 1,28-1,92 0,64-l ,28
Ladrillo partido 1,12-1,76 0,64-0,96
Cenizas volantes 0,64-0,96 0,32-0,48

b) Si el material del relleno es de baja permeabilidad, como ocurre en arenas finas


y arenas limosas, y la aportación de agua es importante, aunque se establezca la red
filtrante hacia el drenaje y éste sea capaz de desaguar el caudal correspondiente, se
produce un aumento de las presiones y empujes respecto al caso anterior.
Las presiones en este caso pueden ser estimadas sustituyendo en las fórmulas
la densidad seca y por la densidad sumergida y’ y añadiendo una presión que a pro-
fundidad z viene estimada por
p’ = OJzy,(**) [3.35]
donde yu es la densidad del agua y p’ actúa perpendicularmente al trasdós. El empuje
correspondiente es de cálculo inmediato.
c) Si la aportación de agua excede a la capacidad de desagüe de la red de drenaje,
el nivel del agua puede alcanzar la cota de la coronación del muro, en el caso limite
y en ese caso la presión p’ se duplica alcanzando el valor de la presión hidrostática.
p’ = zy”(**) [3.36]

(*) Para los sistemas y detalles de drenaje. véase el Capítulo 13.


(**) Se supone que la infiltración afecta a toda la altura del trasdós. En otro caso la teoría es inmediata-
mente generalizable.

48
d) En cualquier caso, la presión hidrostática debe ser considerada siempre para
niveles inferiores al más bajo del sistema de drenaje. Este es un caso particular del
más general indicado en el apartado siguiente.

3.7 RELLENO INUNDADO HASTA UNA CIERTA COTA

En el caso general indicado en la figura 3- 16, con relleno de ángulo b y una so-
brecarga q por unidad de longitud de talud, las presiones a profundidad z resultan:

Ph =
1 $(z - ZO) + YZO + q
sen a
sen (a + /?) 1
Ah + ya (z - za) sen a [3.37]

py =
1
y’ (z - zo) + yzo + q
sen a
sen (a + /?) 1 i, + ya (z - z(,) cos a [3.38]

En [3.37] y [3.38] y debe ser sustituida por yh si el terreno puede estar húmedo.
Si z d za, en [3.37] y [3.38] debe hacerse za = z.

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.:.:.:.: ‘.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.
~~~
;:::.

Figura 3- 16

3.8 RETRASO DE MAREA

En rellenos muy permeables y bien drenados, el retraso de marea produce efectos


despreciables. En arenas, dependiendo de la proporción de finos y por tanto de la
permeabilidad, el efecto puede ser importante siendo esperable una presión hidrostá-
tica y,,h apreciable, incluso en rellenos bien drenados. En terrenos arcillosos o limo-
sos puede ser necesario considerar como valor de h el de la carrera de marea entero.

49
Figura 3-17

3.9 EMPUJE PRODUCIDO POR LA COMPACTACION DEL RELLENO

En algunos casos los probables asientos futuros del relleno debidos a su propio
peso carecen de importancia pero frecuentemente no ocurre así, y para controlar tales
asientos se recurre a la compactación del relleno.
Esta compactación, en toda la zona correspondiente a la cuña de deslizamiento,
debe realizarse con especial cuidado, empleando medios ligeros. El empleo de com-
pactadores pesados puede conducir a una sobrecompactación que produzca presio-
nes superiores a las correspondientes al empuje activo.

3.10 EMPUJE PRODUCIDO POR EL HIELO

En zonas de fuertes heladas, si el terreno contiene agua por encima de la profun-


didad de helada, la expansión de volumen correspondiente puede producir empujes
muy considerables, tales que es antieconómico proyectar los muros para que sean
capaces de resistirlos.
El problema no existe con gravas y arenas gruesas o medias, pero puede presen-
tarse cuando el terreno está formado por arenas finas, limos o arcillas.
La solución más simple es sustituir el terreno hasta la profundidad de helada
por material fácilmente permeable y drenarlo adecuadamente.

3.11 EMPUJES PRODUCIDOS POR LA VARIACION DE TEMPERATURA

Un caso particular de empuje puede producirse en situaciones como la indicada


en la figura 3-18a), en la que la dilatación de otra parte de la construcción (en este
caso y a título de ejemplo, un pavimento de hormigón, p) está coartada por el muro.
Es económicamente muy costoso y técnicamente perjudicial para el muro y para el
pavimento intentar resistir la fuerza F y lo adecuado es evitar que se produzca dispo-
niendo una junta de dilatación. (Fig. 3-18b).

50
F t'

a) b)

Figura 3- 18

3.12 E M P U J E P R O D U C I D O P O RL E L O L E A J E

La evaluación del empuje producido por las olas contra un muro no puede hoy
hacerse con buena precisión y la experiencia práctica sigue aún siendo la guía princi-
pal. La presión ejercida es la suma de la presión hidrostática y de la presión dinámica
debida al movimiento de las partículas de agua.
CRESTA DEL
CLAPOTIS
_---- - -

-~L-L;H~L~oELAG”A

EPOSO
S E N O PC’
CLAPO

\ PRESION
HIDROSTATICA

L = Longitud de ola

yw = Densidad del agua

P2 =
LH
rosll z"L"

H + h.
p1 = ( &qd + ‘2’ H + h + d
0
Figura 3-1 Y

51
Es esencial distinguir el caso de olas que se reflejan contra el muro, de aquel en
que las olas rompen contra el propio muro, en cuyo caso la estructura ha de absorber
un empuje mucho mayor. La presencia de uno u otro caso, depende, como es sabido
de la relación de la profundidad junto al muro a la altura de ola.
a) Ola rejlejada en el muro. La teoría clásica para ondas estacionarias es debida
a SAINFLOU (3.8) y se resume en la figura 3-19, que corresponde al diagrama de
presiones debido al paso de la cresta. (Valor máximo). Téngase en cuenta la carrera
de marea para el nivel del agua en reposo. En la figura no se indica la subpresión.

El método de SAINFLOU, se ha revelado como aceptable para valores de g


entre 0,08 y 0,20. Para valores inferiores a 0,08, infravalora el empuje y lo contrario
ocurre para valores superiores a 0,20.
Un tratamiento más completo del tema puede seguirse en el SHORE PROTEC-
TION MANUAL (3.9) que contiene un amplio conjunto de gráficos para el cálculo
de empujes en casos muy diversos.
b) Ola rompiendo contra el muro. Se dispone para el caso de ondas en rotura
solamente de algunas relaciones empíricas. MINIKIN (3.10) propone un diagrama
como el indicado en la figura 3-20. (No se indica en la figura la subpresión.)
-

I
PRESION OINAMICA

Figura 3-20

Para la estimación de la presión máxima propone la fórmula

pmti = 100 yw 2 ; (d, + d,) [3.39]


dl 1 .

donde:
Hb = Altura de la ola rompiente
Ld, = Longitud de ola
d, = Profundidad a la distancia Ldl del muro
d, = Profundidad junto al muro
= Densidad del agua
[longitudes en pies y fuerzas en libras)

52
Como área dentro del diagrama de presiones dinámicas toma
Fd = ~már Hh
[3.40]
2
que da por tanto la fuerza dinámica total actuando a cota d,.
c) Método de GODA válido simultáneamente para ondas estacionarias y en rotu-
ra. El método, más moderno que los anteriores y basado en investigaciones experi-
mentales evita la discontinuidad que presentan los mismos según la ola rompa o no.
El método puede seguirse en detalle en la obra de SUAREZ BORES (3.1 l), en la
de DEL MORAL y BERENGUER (3.12) y en la referencia (3.13).

I.I.c.L IL. ““Y”


I 1 1 EN REPOSO

Figura 3-21

El diagrama de presiones dinámicas es el indicado en la figura 3-2 1, donde:


PI = ILHD (aI + ad [3.41]

Pr = PI [3.42]
cosh @!’
L
donde
Yn = Densidad del agua
L = Longitud de ola de cálculo
HD = Altura de ola de cálculo

ai = 0,6 + ; [3.43]

a2 = El menor de los valores

[3.44]

2d
I HLJ
[3.45]

53
d = Profundidad de coronación de la berma
h = Profundidad en el pie de la escollera
hh = Profundidad a una distancia del pie igual a cinco veces la altura de ola
significante junto al muro, HI,+
Como valor de HD se toma el menor de los valores:
HD = 1,8 Hli3 si el muro está situado en zona donde no rompen las olas
HD = Hh, siendo Hb la altura de ola correspondiente a la profundidad hb, si el
muro está situado en zona donde rompen las olas.
A la ley de presiones dinámicas indicada hay que sumar la hidrostática (hg. 3-21).
El método de GODA considera además una subpresión variando de pz a 0, (ver
figura 3-21), donde
P3 = ala3ywHD [3.46]
donde

[3.47]

siendo h’ la profundidad de la cimentación del muro.

3.13 EMPUJE PRODUCIDO POR LA ACCION SISMICA

Expondremos a continuación tres diferentes métodos de cálculo de la acción sís-


mica en muros.

3.13.1 METODO DE LA NORMA SISMORRESISTENTE P.D.S.-1

Esta Norma, vigente en España, (3.14), a falta de estudios más refinados se limi-
ta a multiplicar las componentes E, y Eh del empuje por un coeficiente K, (tig. 3-22)
de valor
K,=l+c [3.48]
donde el valor de c viene indicado en la tabla T-3.6.

TABLA T-3.6
COEFICIENTE SISMICO BASICO, c

GRADO DE INTENSIDAD COEFICIENTE SISMICO BASIC0


G c

V 0,02
VI 0,04
VII 0,08
VIII 0,15
IX 0,30

54
Figuru 3-22

Para el grado de intensidad, véase el mapa de la figura 3-23.

Figura 3-23

El método adolece del defecto, entre otros, de considerar que la acción sísmica
mantiene el ‘punto de aplicación del empuje, aparte de infravalorar considerablemen-
te el propio valor de la acción.

55
3.13.2 METODO DE SEED

Este método desarrollado por SEED (3.19, es una simplificación del de MO-
NONOBE-OKABE que exponemos más adelante.
Es siempre útil como mktodo de anteproyecto y para terrenos granulares ordina-
rios, puede emplearse en lugar del de MONONOBE-OKABE, ya que las diferencias
en los resultados son despreciables y en cambio el cálculo es extraordinariamente sim-
ple.

Figura 3-24

El método supone superficie de rotura plana que se extiende hasta un punto A


cuya distancia horizontal a la coronación es 0,75 H (fig. 3-24) siendo H la altura del
muro. Se supone también que el incremento de empuje debido a la acción sísmica es
horizontal e igual a la fuerza de inercia de la cuña de suelo, de lo que resulta

donde s es el coeficiente sísmico horizontal, especificado en nuestra Norma P.D.S.-I .


La fuerza AE,, se supone actuando a una cota igual a 5 H por encima del plano de
cimentación.

3.13.3 METODO DE MONONOBE-OKABE

Fue desarrollado por MONONOBE (3.16) y OKABE (3.17) y es un método


pseudoestático derivado de las teorías de empuje activo anteriormente expuestas, su-
poniendo superficie de rotura plana, que el muro puede deformarse hasta alcanzar
el empuje activo y que todos los puntos del relleno están sometidos a la misma acele-
ración en un mismo instante.

56
Llamando s al coeficiente sísmico horizontal y v al vertical (seguimos la notación
de P.D.S.-1), se define el ángulo 8 (fig. 3-25), de la resultante de las fuerzas aplicadas
a una masa m.

Figura 3-25

El empuje total Ed, incluido el debido a la acción sísmica, viene dado por la fór-
mula (tig. 3-26).

[3.50]
donde

sen”(q -8 + a)
t Co
[3.51]

Figura 3-26

El empuje total Ed, forma un ángulo 6 con la normal al trasdós.

57
Los ensayos en modelo reducido han mostrado una buena concordancia con los
resultados obtenidos con este método de cálculo. Conviene recordar la conveniencia
de tomar para el ángulo 6 de rozamiento entre relleno y muro valores muy modera-
dos, e incluso nulo, debido a la vibración que acompaña al sismo.
A partir de [3.50] se puede definir el incremento de empuje debido a la acción
sísmica.

AE,y = f yH-‘[(l -f v) A, - A] [3.52]

donde A. se definió en [3.6] como 1, = Jm

Figura 3-27

Conocido AE,,, el empuje activo Ese supone actuando, como se vio anteriormen-
te, a una cota T por encima del plano de cimentación y el AE,T a una cota i H de
acuerdo con SEED (lig. 3-27).
Obsérvese que para que [3.5 13 esté definida, es necesario que
(p-p-030
0 lo que es lo mismo

p<q-0 * [3.53]
lo cual limita en zonas sísmicas el máximo talud posible para el relleno.
El método de MONONOBE-OKABE ha sido perfeccionado por RICHARDS
y ELMS (3.18) a base de admitir un cierto corrimiento del muro bajo la acción sísmi-
ca, lo cual es aceptable en muchos casos. Puede verse un resumen del método en el
trabajo de CORTE, ISNARD y SOULOUMIAC (3.19) incluido en la referencia
(3.20):

58
3.13.4 MUROS EN CONTACTO CON LIQUIDOS

En este caso, durante el sismo la obra se encuentra sometida a efectos dinámicos


que pueden ser evaluados mediante la teoría clásica de WESTERGAARD, que con-
duce (lig. 3-28) a una distribución parabólica de presiones

[3.54]

Figura 3-28

siendo yw la densidad del líquido, s el coeliciente sísmico horizontal, z la profundidad


y h el calado.
La resultante vale

Ewd = ; y,.h2s [3.55]

y se ejerce a 0,4 h del fondo.


Para los muros de muelle (3.19) se aconseja que se introduzca como hipótesis
de comprobación el que:
- La presión del agua ante el muro se reduzca en la comprobación a sismo, en
el valor [3.54].
-La presión del agua del lado del relleno se aumente en el 70 % de la dada
por [3.54] actuando concomitantemente con el empuje del suelo.
Los dos puntos anteriores sólo son de aplicación si el terreno es muy permeable
y permite el desplazamiento del líquido respecto al suelo. Si no es así, las comproba-
ciones apuntadas son excesivamente pesimistas, siempre que no se produzca la licue-
facción del suelo. Véase (3.19) para más detalles.

3.13.5 PRESION DEBIDA A LA ACCION SISMICA EN EL CASO DE MU-


ROS NO DESPLAZABLES

En este caso (lig. 3-29) falla una de las hipótesis básicas del método de MONO-
NOBE-OKABE.

59
Figuru 3-29

Un procedimiento aproximado es suponer incrementado el empuje dinamico ac-


tivo en la diferencia entre el coeficiente de empuje al reposo que vimos en 3.5 y el
de empuje activo, con lo que el empuje total será

E, = f yH’ (1 f v) (A, + E,, - i) [3.56]

donde
& coeficiente de empuje dado por [3.51].
& coeficiente de empuje al reposo.
1, coeficiente de empuje activo.
De [3.56] se deduce que el incremento de empuje debido al sismo es

AE,s = f yH’ [ (1 f v) [ E., + E., - E, 1 - E.,] [3.57]

y actúa a una profundidad 0,5 H, superponiéndose al empuje estático que actuará


en general a otra altura.

3.14 FUERZA HORIZONTAL EN CORONACION

Es un caso que se presenta a veces en edificios e instalaciones industriales (fig.


3-30), y habitualmente como tiro de bolardos en los muelles. (Ver ref. (3.21)).
El problema ha sido estudiado por ROWE (3.22) y el momento flector en senti-
do vertical, a una distancia x del punto de aplicac& de la fuerza viene dado por
la expresión

[3.58]

60
Figura 3-30

Este momento es por unidad de longitud de muro y constante en toda la altura


H del mismo, ya que el ancho de reparto crece linealmente como el momento. Su
valor máximo se presenta en la sección en que actúa la fuerza, en la que al ser $ = 0
resulta

Mm& = - [3.59]
71

3.15 ACCIONES HORIZONTALES PRODUCIDAS POR GRUAS


Y VEHICULOS

Al tratarse de fuerzas horizontales que actúan a lo largo de toda la coronación,


su introducción en el cálculo es inmediata aplicando lo expuesto en 3.14, pero tenien-
do en cuenta que el punto de aplicación puede ser cualquier punto de la coronación,
pues estas cargas suelen ocasionarse en vías paralelas al muro.

3.16 ACCION DE LAS CARGAS DE TRAFICO

Es una situación frecuente y aunque su estudio puede abordarse de acuerdo con


lo expuesto en 3.3.4, un método más simple es adoptar una carga uniformemente re-
partida equivalente. La práctica ha demostrado que la sobrecarga de 1 t/m2 cubre,
a estos efectos, el caso de tráfico habitual en ciudad.
Es claro que en teoría (tig. 3-31) tal sobrecarga no debería extenderse a la zona
de acera A, pero el proyectista debe ser cauto con esta hipótesis, ya que futuros desa-
rrollos pueden suprimir provisional o definitivamente la acera.

61
Figuru 3-31

3.17 CHOQUE DE BUQUES

Es, evidentemente, una acción de carácter accidental, pero de alguna manera


debe ser tenida en cuenta al proyectar. Puede encontrarse información abundante en
la referencia (3.23). El impacto normal de atraque es por supuesto una acción habi-
tual, y debe ser previsto adecuadamente. Véase al efecto la referencia (3.24).

BIBLIOGRAFIA

(3.1) TERZAGHI, K.; «Theoretical Soil Mechanics». New York. John Wiley & Sons. 1943.
(3.2) «Earth Retaining Structures». Civil Engineering Code of Practice. The Institution of
Structural Engineers. London. 1975.
(3.3) TENG, W. C., Foundation Design. Prentice-Hall. New York. 1962.
(3.4) COULOMB, Ch. A.; «Essai sur quelques problemes de statique relatits a l’architectu-
re». Paris. 1773.
(3.5) NBE-AE-88. Norma Básica de la Edificación. «Acciones en la edificación». MOPU.
Madrid. 1989.
(3.6) RANKINE, W. J. M.; «On the stability of loose earth». Philosophical Transactions of
the Roya1 Society. 1857.
(3.7) JIMENEZ SALAS et al.; «Geotecnia y Cimientos». Tomo II. Editorial Rueda. Ma-
drid. 1980.
(3.8) SAINFLOU, G.; «Tratado de muelles verticales». Annales des Ponts et Chaussees. Pa-
ris. 1928.
(3.9) SHORE PROTECTION MANUAL. U.S. Army. Coastal Engineering Research Cen-
ter. 1977.
(3.10) MINIKIN, R. R.; «Winds, Waves and Maritime Structures». Charles Griffin, Co.
London. 1963.
(3.11) SUAREZ BORES, P.; «Obras Marítimas Exteriores)). Análisis de Fiabilidad de los
Sistemas de Diseño. 1980.
(3.12) DEL MORAL, R. y BERENGUER, J. M.; «Obras Marítimas». Madrid. 1980.

62
(3.13) TECHNICAL STANDARDS FOR PORT AND HARBOUR FACILITIES IN JA-
PAN. 1983.
(3.14) P.D.S.-1 (1974). Norma Sismorresistente. Parte A. Normativa. Boletín Oficial del Es-
tado. Madrid. 1974.
(3.15) SEED, H. B.; «Dynamic lateral pressures on retaining structures». Berkeley. 1969.
(3.16) MONONOBE, N.; MATSUO. H.; «On the determination of earth pressure during
earthquakes)). Proc. World Engineering Congress. Tokyo. 1929.
(3.17) OKABE, S.; General theory of earth pressure». Journal of the Japanese Society of Ci-
vil Engineers. Vol. 12. 1926. .
(3.18) RICHARD, R.; ELMS, D. G.; «Seismic Behaviour of gravity retaining walls». Geo-
technica, Engineering Division. Vol. 105. 1979.
(3.19) CORTE. J. F.; ISNARD, A.; SOULOUMIAC, R.; «Designs of Earth Retaining
Structures. State of the Practice». Contenido en la referencia (3.20).
(3.20) DAVIDOVICI, V.; «Genie parasismique)). Presses de la Ecole Nationale des Ponts et
Chaussees. 1985.
(3.21) «Recomendaciones del Comité para Obras en Puertos y Riberas». Norma Alemana
EAU- 1970.
(3.22) ROWE, R. E.; «Concrete Bridge Desigm. John Wiley & Sons. New York. 1962.
(3.23) «Ship Collision with Bridges and Offshore Structures)). International Association for
Bridge and Structural Engineering. Colloquium of Copenhagen. 1983.
(3.24) «Defensas Portuarias de Atraque». Ministerio de Obras Públicas. Madrid. 1967.

63
CAPITULO 4
MUROS DE GRAVEDAD

4.1 INTRODUCCION

En general en el proyecto de un muro existen algunas características fijas y otras


seleccionables por el proyectista.
Son características fijas:
-El suelo de cimentación y por lo tanto las presiones máximas admisibles, el
coeficiente de rozamiento hormigón-suelo, y el empuje pasivo eventualmente
movilizable frente al muro.
~ La cota de coronación del muro.
~ La profundidad mínima de cimentación. Como norma general un muro no
debe cimentarse a profundidad inferior a 1 m ya que hasta esa profundidad
las variaciones de humedad del suelo suelen ser importantes, afectando a la
estabilidad del muro. La posibilidad de penetración de la helada también debe
ser considerada en relación con este aspecto.
Son en cambio características seleccionables:
~ Las dimensiones del muro.
- El material de relleno del trasdós.
- Las características resistentes de los materiales de muro.
El proceso de proyecto incluye las etapas siguientes:
a) Selección de las dimensiones.
b) Cálculo del empuje del terreno sobre el muro.
c) Comprobación de:

65
~ La seguridad a vuelco.
~ La seguridad a deslizamiento.
-Las tensiones sobre el terreno de cimentación en condiciones de servicio.
- Las tensiones sobre el terreno de cimentación bajo el empuje mayorado.
~ Las comprobaciones resistentes del muro como estructura de hormigón.
Si alguna de las comprobaciones consignadas en c), no resulta satisfactoria, el
muro debe ser redimensionado y en definitiva las etapas a), b) y c) deben ser repetidas
hasta conseguir un diseño que sea a la vez económico y suficientemente seguro.
Esto puede exigir la repetición de los cálculos varias veces y de ahi el interés de
los métodos de predimensionamiento que eviten repeticiones o las reduzcan a un mi-
nimo.
En el Capitulo anterior hemos visto lo referente a la etapa b) correspondiente
al cálculo del empuje del terreno. En el apartado siguiente, para mayor claridad en
la exposición, veremos primeramente los métodos de comprobación, correspondien-
tes a la etapa c), y posteriormente desarrollaremos un método de predimensionamien-
to para resolver la etapa a). Por supuesto en el proyecto real las etapas deben abor-
darse en el orden a), b) y c).

4.2 COMPROBACION

Supongamos el caso más general de muro. representado en la figura 4- 1 y supon-


gamos calculado el empuje E, de componentes Eh, E,. de acuerdo con lo expuesto en

Figura 4-1

el Capítulo 3. Las comprobaciones a realizar son las que se exponen a continuación,


todas ellas para una rebanada de muro de ancho unidad en sentido perpendicular
al plano de la figura.

66
4.2.1 SEGURIDAD A DESLIZAMIENTO

La fuerza que puede producir el deslizamiento es la componente horizontal de


empuje, E,, - /l E, (*). Las fuerzas que se oponen al deslizamiento son el rozamiento
de la base del muro con el suelo de cimentación y el eventual pasivo, E,,, frente al muro.
La fuerza que resiste al deslizamiento viene dada por la expresión

R = N’.p + Ep (**) 14.11

donde

N’ = Resultante de los pesos de muro y de las zonas de terreno situadas verti-


calmente sobre la puntera y el talón (zonas 1, 2 y 3 de la figura 4-l) (***).

~1 = Coeficiente de rozamiento entre suelo y hormigón. En general será el re-


sultado del correspondiente estudio geotécnico. Para terrenos granulares
puede tomarse p = tgcp, s i e n d o cp el ángulo de rozamiento interno,
aunque ello puede resultar conservador. La tabla T-4.1 contiene datos al
respecto.

Ep = Empuje pasivo frente al muro.

TABLA T-4.1
COEFICIENTES DE ROZAMIENTO p
(Tomada de la Ref. (4.1))

Tipo de suelo
1 Coeficiente p

Arenas sin limos 0,s


Arenas limosas 0,45
Limos
Roca sana con superficie rugosa
1 0,35
0,60

La resultante N’ es positiva en sentido descendente, es de cálculo inmediato en


su magnitud y su posición, definida por la distancia e,, excentricidad respecto al pun-
to medio de la base, considerada positiva hacia la puntera.

(*) En lo que sigue se supone horizontal el plano de contacto entre cimiento y suelo, como es usual.
Si no ocurre así, las fórmulas son inmediatamente generalizables trabajando con las componentes
de las fuerzas perpendiculares y paralelas al plano de contacto. (Téngase en cuenta que aparece
en ese caso una componente vertical del empuje pasivo frente al muro).
(**) En terrenos cohesivos debe considerarse ademls la adherencia. Obsérvese que como E, es concomi-
tante con Eh, colabora siempre en impedir el deslizamiento.
(***) El efecto de la cuña de terreno situada verticalmente sobre el trasdós, ya está incluido en el cálculo
de empuje y no entra por tanto en el cómputo del valor N’.

67
El valor de Ep puede ser estimado conservadoramente mediante la fórmula de
RANKINE

1 + sen <p
Ep = ; yh; L4.21
1 - sen cp

y su resultante es horizontal y situada a profundidad : Ir, por debajo del nivel del te-
rreno frente al muro.
Sin embargo, la inclusión en [4. l] del valor de Ep requiere consideración deteni-
da. Por un lado, dicha inclusión nunca debe adoptarse sin un estudio cuidadoso del
suelo. Independientemente de lo anterior, la movilización del empuje pasivo requiere
corrimientos apreciables del muro, que pueden ser incompatibles con sus condiciones
de servicio (*). Finalmente, si se decide tenerlo en cuenta, no debería considerarse
el empuje pasivo correspondiente a los primeros 50 cm de profundidad en los que
la posibilidad de movilizar el empuje pasivo es siempre dudosa (**). De acuerdo con
ello, el valor de E,, dado por [4.2] se reduciría a

1 + sen<p
E, = ; y (hf.- 0,.5’)
1 - sen cp

donde h, se expresa en m y y en t/m.?.


Por otra parte debe comprobarse que el terreno existe frente al muro en distancia
suficiente, que suele estimarse en 2h,, y que esta existencia queda asegurada durante
la vida del muro.
En definitiva, el coeficiente de seguridad a deslizamiento viene dado por

L4.41

y si como es usual se desprecia el empuje pasivo

&= N’ ’
E,, - p E,

La posibilidad de aumentar la seguridad al deslizamiento mediante la disposi-


ción de un tacón (ver tig. l-2), no es utilizada practicamente nunca en muros de gra-
vedad, porque como veremos no es necesario, aunque sí haremos uso de ella más ade-
lante en otros tipos de muros. Otra solución, consistente en inclinar el plano de
cimentación, resulta eficaz en cuanto a la seguridad al deslizamiento, y puede ser uti-

(*) Por tanto, en ese caso, en estado de servicio. es decir para C,,, = f, el no deslizamiento debe quedar
asegurado sin contar con el empuje pasivo, salvo que en servicio puedan tolerarse corrimientos im-
portantes.
(**) Por lo tanto la cara superior de la zapata debe quedar a no menos de 50 cm de profundidad si SC
quiere aprovechar todo su frente para movilizar el empuje pasivo.

68
lizada si bien con alguna mayor complejidad de ejecución de la excavación de cimien-
tos, y en el caso de muros de hormigón armado con complicación también de la ferra-
lla.
Normalmente la consideración exigida desde el punto de vista del deslizamiento
es

viniendo C,T, dada por [4.4] o [4.5] según sea el caso. Para el caso de sismo, suele adop-
tarse C, >, 1.2.

4.2.2 SEGURIDAD A VUELCO

Convencionalmente se supone que el giro del muro se produce alrededor del


Punto A, correspondiente a la arista exterior del cimiento (*).
El único momento volcador es el producido por el empuje E, y son momentos
establizadores los debidos a N y eventualmente al empuje pasivo Ep. Descomponien-
do E en Eh y E, y considerando las excentricidades de las fuerzas respecto al punto
medio de la base positivas hacia la puntera se tiene, de acuerdo con la figura 4- 1:
Momento volcador:

M, = E,, . h, - E, (4 -.r) (**)

Momento estabilizador:

+ E,m***) 14.71

de donde el coeficiente de seguridad a vuelco resulta:

c.s,. = L4.81

donde h’, despreciando los 50 cm superiores de suelo, viene dado por

h, = 2 h;- 0,125
L4.91
3 hf - 0,25
La excentricidad ep es la correspondiente a la resultante N’.

(*) Realmente los escasos ensayos disponibles indican que el giro se produce alrededor de un punto
situado por debajo del plano de cimentación.
( * * ) Eh y Ev son concomitantes. La expresión [4.6] equivale, naturalmente, al momento volcador del em-
puje total E respecto al punto A.
( ***) Recuérdese que las distancias horizontales se consideran positivas hacia la puntera.

69
Como ‘en el caso de la seguridad a deslizamiento, y por las mismas razones allí
expuestas, lo usual es despreciar el empuje pasivo:

[4. lo]

siendo la condición habitual en cualquier caso


c,,. 3 13
si N representa las cargas frecuentes, y
c,y,. 2 1 s
si N incluye cargas infrecuentes 0 excepcionales.
Para el caso de sismo suele adoptarse
c,T,. 2 12

4.2.3 TENSIONES SOBRE EL TERRENO DE CIMENTACION EN CONDI


CIONES DE SERVICIO

Llamando N a la resultante de fuerzas normal a la base de contacto cimiento-


suelo y e, a la excentricidad respecto al punto medio de dicha base (lig. 4-l), sí las
tensiones del cimiento sobre el suelo son de compresión en todo el ancho AB de la
base, se acepta que la distribución de tensiones es lineal y viene expresada por la apli-
cación de la ley de HOOKE al caso de flexión compuesta. Para una rebanada de an-
cho unidad, se tiene:

donde N. e,,, es el momento aplicado y e la excentricidad del punto considerado, posi-


tiva hacia la puntera.
El valor de e, se obtiene inmediatamente tomando momentos respecto al punto
. medio de la base.
N’e, + Eh h, + E,,f = (N’ + E,.) e,
siendo e,, la excentricidad de la resultante N’
siendo N =’ N’ + E, [4.11]

70
y se obtiene

N’e, + Eh h, + E,f
e, = [4.12]
N

Las tensiones en los bordes extremos se obtienen por tanto para e = f $

N 6Ne,
oB=----- [4.13]
B B’

N 6Ne,
Cr,=-+- f4.141
B B’

debiendo comprobarse que la mayor no rebasa la tensión admisible, CJ adm. de acuerdo


con la información geotécnica.

La validez de [4. lo] queda por tanto condicionada a que (r B > 0, en la hipótesis
de e, 3 0, lo que equivale, a partir de [4.13] a

N 6Ne
--@>O [4.15]
B

es decir que para que toda la base esté comprimida, la resultante de empujes y pesos
debe pasar por el tercio central de la base.
Si la resultante pasa fuera del tercio central, la fórmula de NAVIER y por tanto
[4.13] y [4.14] no son aplicables, pero el vblor de la tensión máxima

Figura 4-2

71
õA es de deducción inmediata (fig. 4-2) ya que la condición de equilibrio conduce
a que si je,, 1 > +

AC = 3AD

siendo AD = 3 - Ie, 1

y también

l__
-UA’ AC= N
2

de donde

ZN
[4.16]

Debe verificarse en ambos casos que ãA < oah, si bien en general la tensión admi-
sible en los casos de distribución tanto trapecial como triangular de presiones suele
incrementarse del 25 al 33 % respecto al valor admisible en el caso de distribución
constante. En España la Norma NBE-AE- (4.2) permite un incremento del 25% siempre
que la presión en el c.d.g. de la superficie de apoyo no exceda la admisible.
Suele imponerse a veces algún límite a la excentricidad e,. En España no existe
normalización alguna referente a muros, pero es frecuente adoptar la limitación
( e, ( ,< B que es lo mismo que exigir que el punto de paso de la resultante no diste
3’
menos de g del borde del muro. La intención de una limitación de este tipo es evitar
6
el hecho, realmente peligroso, de que si la resultante está muy cerca del borde del
cimiento, un ligero aumento de empuje, y por tanto de la excentricidad, provoque
un fuerte incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como veremos más ade-
lante, el riesgo indicado se controla de manera más lógica mediante la comprobación
que se expone en el apartado siguiente.

4.2.4 TENSIONES EN EL TERRENO DE CIMtiNTACION BAJO EL EMPU-


JE MAYORADO

Profundizando en lo que se expuso de manera inicial en 2.2.5, consideremos el


muro de la figura 4-3.
Bajo la acción del empuje E, en condiciones de servicio, calculado de acuerdo
con lo expuesto en el Capítulo 3, y de la resultante de las cargas verticales, (peso pro-
pio del muro y del relleno situado verticalmente sobre el muro o el cimiento), se pro-

72
Figbra 4-3

duce una resultante R, cuyo punto de paso es C. Con la componente vertical de la


resultante, N, en el apartado anterior se obtuvo la distribución de tensiones y en par-
ticular la tensión crmax, en el borde del muro. Sea MN la distribución de tensiones.
Supongamos ahora que por cualquier razón el empuje pasa del valor de servicio
E a un valor mayorado E *. La nueva resultante R*, tendra como punto de paso el
D y una nueva distribución de tensiones, que puede, según los casos seguir siendo
trapecial, si es que lo era bajo el empuje E, o ser triangular.
Sea o,&~ la tensión máxima bajo el empuje mayorado, que llamaremos en adelan-
te tensión mayorada.
Si E* = y,. E, es evidente que ello no significa en absoluto que (T* = y, õ y de
hecho, la relación $ puede ser muy alta, dependiendo de la solución adoptada para
el muro. Es evidente la necesidad de limitar no sólo el valor de CJ sino también el
de G* (*).
En ausencia de normalización al respecto, adoptamos yI = 1,.5, como coeficiente
de mayoración del empuje y como límite para O* el de 20, aunque todos los ábacos
que se incluyen permiten al lector adoptar otros valores si los considera preferibles.
El valor de CT* es de deducción inmediata de acuerdo con lo expuesto en el apar-
tado anterior.
Llamando N* y e*, la componente vertical de la resultante y su excentricidad,
ambas bajo el empuje mayorado, las tensiones en los bordes, de acuerdo con [4.13],
[4.14] y [4.16] son ahora

N* 6 N*e*
CT*B---2
- [4.17]
B B’

N* 6 N*e*
0.4*=-+n [4.18]
B BJ
(*) Véase J. CALAVERA y A. CABRERA (4.3).

73
[4.19]

siendo en todo caso N* = N’ + E*, y

e* _ NI-e, + E*,*h + E*y*f


n- [4.20]
N*
y debiendo verificarse
[4.21]

4.3 BASES DEL METODO DE PREDIMENSIONAMIENTO

En el apartado 4.1 señalamos ya la necesidad de un predimensionamiento co-


rrecto, de tal manera que la comprobación del muro de acuerdo con lo expuesto en
4.2 resulte satisfactoria o al menos requiera sólo pequeñas modificaciones en sus di-
mensiones. En este apartado se desarrolla un método que permite el predimensiona-
miento de los muros de gravedad (*).
Consideremos los tipos de muros indicados en la figura 4-4 a) y b)
El primero corresponde a un muro trapecial con el ancho en coronación pe-
queño respecto al ancho B de la base, y con el trasdós próximo a la vertical. A efectos
de lo que sigue lo asimilaremos al muro triangular de la figura 4-4c), con trasdós ver-
tical y relleno de superficie horizontal.
El segundo, es decir el indicado en la figura 4-4b), corresponde a un muro trape-
cial, con intradós casi vertical que asimilaremos al caso de la figura 4-4d), que es un
muro rectangular con relleno de superficie horizontal, con independencia de su ancho
en coronación.
Si sobre el terreno contenido existe alguna sobrecarga repartida, su altura equi-
valente de tierras se añadirá al valor de H real.

4.3.1 MUROS TIPO A (fig. 4-4a) (**)

Adoptando como esquema simplificado el de la figura 4-4c), y calculando el em-


puje por el método de RANKINE [3.14], suponiendo un relleno con <p = JO”, un coe-

(*) El método es una derivación de lo expuesto en la referencia (4.3), que desarrollé en 1%9 en colabora-
ción con A. CABRERA para muros de ménsula.
(**) La lectura de este apartado no es necesaria para la aplicación del método. El lector interesado exclu-
sivamente en su aplicación puede pasar directamente al apartado 4.4.

74
H

c_B-( *
T I P O - A T I P O - B
al b)

!-J--l L-Q
cl d)
Figura 4-4

ficiente de rozamiento muro-suelo p = tg cp = 0,577, densidad del hormigón 2,3 t/m.3,


y densidad del suelo 1,8 t/m.j, se tiene:

a) Seguridad a deslizamiento
Resultante de las cargas verticales.

IV’ = ;2,3 BH c*>

(Se desprecia la pequeña cuña de terreno que reposa frente al muro sobre el pro-
pio muro. Ver figura 4-4~).
Empuje del terreno. De acuerdo con [3.14]

1 - sen 30”
E=;l,S .H2=0,3H2
1 + sen 30’

(*) En este método de predimensionamiento se manejan como unidades el m y la t. como en general


es usual en el cálculo de muros.

75
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando [4.5] con N = N

[4.22]

b) Seguridad a vuelco. Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplican-


do [4. lo] con E, = Ep = 0, se tiene:

1
12,3BH-;B

y operando

[4.23]

c) Tensiones en servicio. Aplicando [4.12] con E, = 0

- f 2,3 BH ; + 0,3 HZ ;
e, =
1
j 2,3 BH

y operando

e, = - 0,167 B + 0,087 z [4.24]

expresando la excentricidad en forma adimensional de excentricidad relativa

en
-= B 0,087
[4.25]
H - 0p167E + BIH

que es la condición para que la distribución de tensiones sea trapecial, ello puede sig-
nificar

-Que se cumpla, siendo e, < 0

B 0,087
- 0,167H + BIH >-IB
/ 6 H

o lo que es lo mismo, operando

76
0,087 > 0 que se cumple siempre para todo valor de 8.
BIH
Que se cumpla, siendo e, > 0

- 0 1678 +0,087 < LE


H B/H 6 H

0 lo que es lo mismo

; > 0,51 [4.26]

El valor frontera que separa los valores positivos de e, de los negativos se obtiene
al hacer e, = o en [4.25] de donde resulta

B
H = 0,72
[4.27]

y en definitiva se obtiene:

c-l) Si g 3 0,72, la resultante tiene excentricidad negativa o nula, es decir está


situada a la derecha o en el punto medio de la base y la distribución es siempre trape-
cial. El valor de crmár se obtiene aplicando [4.13] y sustituyendo en ella [4.24].

1
z 2,3 BH
(T mu \ -
B + B’

y operando

(T mo\- 0x3
~ [4.28]
H = z30 - cBIHJJ

c-2) Si g < 0,72, la resultante tiene excentricidad positiva, pudiendo la distribu-


ción de tensiones ser trapecial o triangular. De acuerdo con [4.26].

Si a 3 0,51, se tiene distribución trapecial y aplicando [4.14] y [4.24]

1
T 2,3 BH B - 0,087 ;’
ì
~rnrir = ~ B BJ

77
y operando

0,600
~rnur = 0’ [4.29]

Si g < 0,51, se tiene distribución triangular y de acuerdo con [4.16], teniendo


en cuenta que e, es positivo en este caso

2 x ; 2,3 BH
CJrná, =
B+O167B-O,087fff
2 ’ B

y operando

~móx
~ = BIH [4.30]
H
0,87 ; - ‘g

d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Operando en forma completamente aná-


loga a la expuesta en c), pero para

E?= 1,5E=0,45H2

se tiene

~;2,3BH+0,45H2.;
e*” =
I
; 2,3 BH

y operando

e*, = - 0,167B + 0,13;: [4.3 l]

y en forma adimensional

g?= -01678+‘2 [4.32]


H ’ H BIH

Si I e*, I d 3 o lo que es lo mismo Ie4 1< a. $ que es la condición para que la


distribución de tensiones sea trapecial, ello puede significar

78
-Que se cumpla, siendo en < 0

- 0 l(j,!! + 0913 > - LE


H m’ 6 H

o lo que es lo mismo, operando

que se cumple siempre para todo valor de g .

-Que se cumpla, siendo en > 0

-0,167+# +;.;

y operando

; 2 0.62 [4.33]

El valor frontera que separa los valores positivos de ei de los negativos se obtiene
al hacer ei = 0 en [4.32], de donde resulta

B
p = 0,857 [4.34]

y en definitiva se obtiene:

d-l) Si a = 0.88, 1,d resultante tiene excentricidad negativa o nula, es decir está
situada a la derecha o en el punto medio de la base y la distribución es siempre trape-
cial. El valor de CT,,,~, se obtiene aplicando [4.13] y sustituyendo en ella [4.30].

1
z *2,3 BH 6. ; - 2,3 BH 0,167 B - 0,13
+ i
dlh =
B B’

y operando

elck 0,897
__ = 2,30 - cBIHj2 [4.35]
H

d-2) Si $ < 0,88, la resultante tiene excentricidad positiva, pudiendo la distribu-

ción de tensiones ser trapecial o triangular. De acuerdo con [4.33].

79
-Si i 3 0,62, se tiene distribución trapecial y aplicando [4.14] y [4.3 l]

1
T * 2,3 BH 6. f - 2,3 BH 0,167 B - 0,13 ;’
I ì
cir = - [4.36]
B B2

y operando

~lib.r _ 0,897 [4.37]


H (BIH) 2

- Si i < 0,62, se tiene distribución triangular y de acuerdo con [4.16], teniendo


en cuenta que ei es negativo en este caso

2 x f 2,3 BH
a$& = _-
3 ; + 0,167B - 0,13 ;
! ì

y operando
B

dIó.r = [4.38]
0.870 gH- 0%

4.3.2 MUROS TIPO B (fig. 4-4b) (*)

Aceptando como esquema simplificado el de la figura 4-4d) y con los mismos


métodos e hipótesis que en 4.3.1.) se tiene:

a) Seguridad a deslizamiento.
Resultante de las cargas verticales
N’ = 2,3 BH(**)
Empuje del terreno. De acuerdo con [3.14] ’

(*) La lectura de este apartado no es necesaria para la aplicación del método. El lector interesado única-
mente en su aplicación puede pasar directamente al apartado 4.4.
(**) Se considera el conjunto del muro y las tierras que descansan sobre él con densidad 2.3 t/m.‘.

80
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando [4.5] con N = N’

[4.39]

b) Seguridad a vueko. Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplican-


do [4.8] con E,. = E,, = 0, se tiene

y operando

[4.40]

c) Tensiones en servicio. Aplicando [4.12] con E,. = 0

2,3 BH-0 + 0,3 H’ ;


e, =
2,3 BH

J operando

4 n =O044K’
> B [4.41]

y en forma adimensional
0,044 [4.42]
2 = (BIH)
es decir que la excentricidad es siempre positiva.
Para que la distribución sea trapecial
0,044 <LE
(BIH) ‘6H
y operando

B [4.43]
H > 0,51

Si g 3 OJI, distribución trapecial.

6 - 2,3 BH * 0,044 g’
2,3 BH + -
ãIr3á.x = B BJ

81
y operando

amáx = 2,3 H + 0,615 [4.44]

y en forma adimensional

~már 0,61
~ [4.45]
H = 2,3 + (B,H)2

Si a < 0,51, distribución triangular.

2 * 2,3 BH
CJmáx =
3
i

y operando

BH
(-JI& = [4.46]
0,326 B - 0,029 ;’

y en forma adimensional

fln,,i\ _ BIH [4.47]


H B 0,029
o’326 i? - (BIH)

d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Operando en forma completamente aná-


loga a la expuesta en c), pero para

E* = 1,5 E = 0,45 H2

se tiene

0,45H’+ s
(3n Zr
2.3 BH

y operando

e*, = 0.065: [4.48]

82
y en forma adimensional

gt- 0,065 [4.49]


H (BIHJ
y la excentricidad es siempre negativa.
Para que la distribución sea trapecial

0,065 IB
yzpp6H
y operando

Si a 3 0,63, distribución trapecial.

6*2,3 BH*0,065 G'


CT:,, = 2,3BH
~ t
B B'

y operando

(T,,,,~,* = 2.3 H + 0.90; [4.50]

y (:n forma adimensional


*
(Jnui\ 0,90
~ = 2J + (BIH)Z [4.51]
H

Si B < 0,62, distribución triaungular.


H

y operando

BH
6L = [4.52]
; 326B - 0,042;'

83
y en forma adimensional

GL = BIH
-
H 0,042 [4.53]
0,326 B - ~
H (BIH)

4.4. ABACOS DE PREDIMENSIONAMIENTO

Con las fórmulas obtenidas en 4.3.1 y 4.3.2 se han realizado los ábacos de predi-
mensionamiento GT-1 y GT-2 que resuelven directamente el problema. El ejemplo
4.1 aclara su manejo.

4.5 COMPROBACION DEL ALZADO COMO ESTRUCTURA DE


HORMIGON EN MASA

La sección pésima es la de la base, sometida a un momento flector de cálculo (*).

y sustituyendo E = 0.3 H’

Md = 0,Z y,H3 [4.54]

y a un esfuerzo cortante

vd = yfE

v, = 0.3 yf H2 [4.55]

a) Comprobación aflexión. De acuerdo con EH-88 (Art. 46.4) la tensión de trac-


ción debe ser inferior a 0,45;/fck2 donde fck viene en kp/cm*.
Y’C
La tensión de tracción viene dada por la fórmula de HOOKE, para rebanada
de ancho unidad.

Md5 6M
fJc, = ~ = - B2d
; B3

(*) Se elige el caso pésimo. que es el muro tipo A, a estos efectos.

84
y teniendo en cuenta [4.54] y expresando la fórmula en unidades t y m, excepto fck
que viene en kp/cm?.

036 y, H3 < 49.5 $-c?


B”
fc
de donde

; >.0,365 [4.56]

que es la condición de seguridad frente al estado límite último de flexión (*).


Normamente los muros de hormigón en masa se realizan en condiciones de con-
trol de hormigón reducido, por lo que de acuerdo con 2.2.1, ~(1 = 2,04. Suponiendo
control de ejecución reducido y daños previsibles tipo B, corresponde 7// = 1,80. Con
ello [4.56] toma la forma

[4.57]

que en función de la resistencia de hormigón a emplear y de la altura necesaria, da


la relación $ mínima.

Aun suponiendo el hormigón de resistencia más baja que podría emplearse en


la práctica, conf;.k = 125 kp/cm’, ello conduce a que [4.57] adopte el valor

con H en m, requisito que resulta mucho menos exigente que otras condiciones ante-
riormente expuestas, por lo que la comprobación a flexión nunca es crítica en muros
de gravedad, salvo que los vuelos de la puntera o el talón sean importantes.

b) Comprobación a esfuerzo cortante. De acuerdo con EH-88

[4.58]

Expresando [4.58] en m y t, excepto fck que viene en kp/cm?, se tiene

(*) En sentido estricto deberia considerarse el esfuerzo de compresión debido al peso propio del muro
y eventualmente de las zonas de terreno situadas verticalmente sobre la base, y estudiar el problema
como un caso de flexión compuesta. Como la influencia del esfuerzo de compresión es siempre des-
preciable, no será tenida en cuenta. Por otra parte, y de acuerdo con la tabla T-2.1 debería venir
afectado de y, = 0.9 en vez 1.8 ya que es favorable, lo que reduce aún más su influencia.

85
y para yfc = 2,04

Vd < 29.22 B a [4.59]

Teniendo en cuenta [4.55]

0,3.1,8. H2 < 2,22 B s [4.60]

que es la fórmula de comprobación a esfuerzo cortante.

Comof,k no será menor de 125 kp/cm2 [4.60] se transforma en i 3 0,01 H que


resulta menos exigente que otras condiciones anteriormente expuestas, por lo que la
comprobación a esfuerzo cortante nunca es crítica en muros de gravedad.
c) Comprobación a esfuerzo rasante en lasjuntas de hormigonado. Estas se dispo-
nen horizontalmente, a alturas variables según la capacidad de hormigonado.
La tensión rasante pésima, se presentaría en una posible junta situada inmedia-
tamente por encima del plano de cimentación y vale, para una rebanada de espesor
unidad,

vd
~nrd = -
B

y sustituyendo [4.55]

t,d = 02 Yf H2 [4.61]
B

Para y!- = 1,8 tlm3

La Instrucción EH-88 no da reglas para esta comprobación. De acuerdo con


CALAVERA (4.4) adoptaremos

z,,,d < 0945 &d [4.62]


(unidades en kp/cm2) .

de donde

(unidades en m y t, excepto fcd que debe expresarse en kp/cm’)

Aun suponiendoA.k = 12.5 kp/cm2, se tiene

86
; 3 0,015 H

que es siempre menos exigente que otras condiciones anteriormente expuestas.

d) En resumen, y de acuerdo con lo expuesto, las comprobaciones estructurales


son siempre superfluas en los muros de gravedad y la resistencia mínima del hormigón
deberá fijarse, fundamentalmente, por razones de durabilidad.

4.6 COMPROBACION DE LA PUNTERA Y EL TALON

Normalmente los muros de gravedad no tienen puntera ni talón, o si los tienen


sus vuelos son tan reducidos (fig. 4-5) que no requieren cálculo alguno. Si el vuelo
es importante, la comprobación se hace como si fuera de hormigón en masa, de for-
ma idéntica a lo expuesto en 4.5 para el alzado. En el caso del talón, aparte del peso
descendente del relleno situado verticalmente sobre él (fig. 4-5) y de su peso propio
debe tenerse en cuenta la componente vertical de presiones sobre BC, que da momen-
to negativo y la horizontal que lo da también negativo por tener su resultante por
debajo del punto medio de BC. Todas estas fuerzas tienen efectos despreciables sobre
el talón en la práctica.

Figura 4-5

EJEMPLO 4.1

Se desea construir un muro de hormigón en masa, para sostener un relleno hori-


zontal de material granular con <p = 30”, con altura de 5 m sobre el plano de cimenta-
ción y profundidad de cimentación de 1 ,OO m. Se desea que el ancho en coronación
sea de 0,50 m y el talud del intradós de h. Densidad del hormigón 2,3 t/m-‘. Densidad
del relleno 1,8 t/m3. Angulo de rozamiento entre suelo y muro S = 20”. Resistencia
característica del hormigón ,fck = 225 kp/cm’. Control reducido tanto en materiales

87
como en ejecución. Daños previsibles en caso de fallo, exclusivamente materiales.
Tensión admisible en el terreno (ya tenido en cuenta el incremento del 25 %) 2 kp/cm?.
Tensión admisible bajo empujes mayorados 4kp/cm2. Seguridad a deslizamiento ZJ.
Seguridad a vuelco 1,80. Despréciese el empuje pasivo frente al muro.
- Predimensionar el muro.
~ Comprobarlo calculando el empuje por la teoría de COULOM B.
De acuerdo con los datos, el perfil del muro tiene como condicionantes fijos los
indicados en la figura 4-6, siendo por tanto necesario seleccionar la dimensión B de
la base.

I
LL------l
050
I
n

Figura 4-6
1 500

a) Predimensionamiento. De acuerdo con 4.3 el muro que se proyecta puede asi-


milarse al TIPO B y según el gráfico GT-2 se tiene:
a) Seguridad a deslizamiento. Para C,, = 1,5 el ábaco GT-2 nos da

; 3 0.35 + B 3 1.75 m

b) Seguridad a vuelco. Para C,, = 1,80 el ábaco GT-2 nos da

B
jj 2 0,40 + B > 2,OO.m

c) Tensiones en servicio. Para z,,,,,, - 20 t/m2 y H = .5 m, 2 = 4 t/mj y en-


trando en el ábaco GT-2, se obtiene

B
- 2 0,60 B 3 3,00 m
H

88
d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Para c&,,, = 40 t/m’ y H = 5 m,
*
5@~ = 8 t/m-’ y entrando en el ábaco GT-2, se obtiene
H

B
H 3 0946 B 3 2,30 m

En definitiva la condición crítica en este caso es la de tensiones en servicio, que


conduce a B = 3,00 m con lo que el predimensionamiento conduce al muro de la figu-
.
ra 4-7.

0.50

Figuru 4- 7

b) Comprobación. La relación 4 para la entrada en la tabla T-3.2 es g = 0,4


y con <p = 30” y 6 = 20” es E+ = 0,37 y E.,. = 0,33, con lo que de acuerdo con [3.7] y
[3.8], las componentes del empuje para una rebanada de espesor unidad valen
7

E,, = 1,8 x 0.37 x $ = 8,33 t/m

E,.= 1.8 x 0,33 x G = 7.43 t/m

y su punto de aplicación está a una altura ; = 1,67 m por encima del plano de cimen-

tación.

Seguridad a deslizamiento. La resultante de cargas verticales, despreciando la pe-


queña cuña de suelo frente al muro, vale

89
N’ = 0s
~ + 3 x 5 x 2,3 = 20,13 t/m
2

N = 20,13 + 7,43 = 27,56 t/m

y aplicando [4.4]

x
G= 20,13 0 , 5 7 7 = 2,87 > 1,5
8,33 - 0,577 x 7,43

Seguridad a vuelco.
El momento volcador vale

M,. = 8.33 x 1,67 - 7,43 (1,5 + 0,83) = - 3,4 m/t

La resultante del empuje pasa a la derecha del punto A y no produce por tanto
momento volcador.

Tensiones en servicio. De acuerdo con [4.12] y teniendo en cuenta que

eP = 1,so - 1,22 = 0,28


f = - (MO - 0,67) = -0,83m
se tiene:
N = 20,13 + 7,43 = 27,56

20,13 x 0.28 + 8,33 x 1,67 - 7,43 x 0.83


e, =
20.13 + 7,43

en = 0,49 -=c 5 = :J = 0,50 m

luego estamos en ei caso de distribución trapecial y de acuerdo con [4.14],

27,.56 + 6.27,56.0,49
OA = ~ = 18,19 t/m2
3 32

Tensiones bqjo el empuje mayorado. De acuerdo con [4.20], siendo

li$ = 1,.5 x 8,33 = 12,50 tjm


E*, = 1,5 x 7,43 = 11,1.5 t/m

en* = 20,13 x 0.28 + 12.50 x 1,67 - ll,15 x 0,83


20.13 + ll,15

et = 0,55 > ; = 0,50

90
luego estamos en caso de distribución triangular y de acuerdo con [4.19] siendo

N* = 20,13 + ll,15 = 31,28 t/m

se tiene

*= 2 x 31828 = 22,o tlm’


(7.4

BIBLIOGRAFIA

(4.1) TENG, W. C. ((Foundation Design». Prentice-Hall. New Jersey. 1962.


(4.2) NBE-MV-101-1962. «Acciones en la edificación». MOPU. 1979.
(4.3) CALAVERA, J. y CABRERA, A. «Un método para el proyecto de muros de conten-
ción». Informes de la Construcción. N.” 210. Mayo 1969.
(4.4) CALAVERA, J. «Cálculo de Estructuras de Hormigón Armado para Edificios». 2 To-
mos. INTEMAC. Madrid. 1985.

91
CAPITULO 5
PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS MENSULA

5.1 INTRODUCCION

En 1.2 y 1.3.2 vimos las designaciones y los aspectos generales de los muros mén-
sula.
Las características del muro son unas tijas y otras seleccionables por el proyectis-
ta, tal como se expuso ya en 4.1.
Por las mismas razones expuestas allí y para los muros de gravedad, el proyecto
de los muros ménsula comprende las etapas siguientes:

a) Selección de las dimensiones.


b) Cálculo del empuje del terreno sobre el muro.
c) Comprobación de:
- La seguridad a vuelco.
~ La seguridad a deslizamiento.
~ Las tensiones sobre el terreno de cimentación en condiciones de servicio.
- Las tenciones sobre el terreno de cimentación bajo el empuje mayorado.
d) Dimensionamiento del muro como estructura de hormigón armado.
También por las mismas razones expuestas en el caso de muros de gravedad,
interesa disponer de un método de predimensionamiento que permita seleccionar las
dimensiones del muro de forma que se eviten tanteos y repeticiones innecesarios de
los cálculos.

93
/
5.2 ASPECTOS GENERALES DE LOS METODOS I
Los métodos que se describen a continuación permiten al proyectista una liber-
tad completa en la elección de todas las variables de forma que puedan ser selecciona-
das bien’por condicionamientos existentes en cada caso pakicular, bien por criterios
de mínimo coste o de sencillez constructiva.
En particular los métodos permiten asegurar el muro contra el deslizamiento por
uno cualquiera de los tres procedimientos siguientes:
a) Por sólo el rozamiento entre cimiento y suelo. (*)
b) En parte por rozamiento entre cimiento y suelo y en parte por empuje pasivo
del suelo sobre el frente de la puntera.
c) Por empuje pasivo frente a la puntera, y un tacón introducido en el terreno
de cimentación, mas la fuerza debida al rozamiento.
El problema es complejo, y se resume en los cuatro casos analizados en las tigu-
ras 5-l a) a d).
- Si se coloca el tacón en la puntera (fig. 5- 1 a), puede contarse con el empuje
pasivo frente a la puntera y el tacón, mas la fuerza íntegra proporcionada por
el rozamiento, actuando en la base del tacón y del muro.
-Si se coloca el tacón en el extremo trasero del talón (tig. 5-l b) el empuje pasi-
vo frente al tacón producirá una cuña de inclinación AB de acuerdo con la
teoria de RANKINE. Puede contarse con el empuje pasivo frente a la puntera
y frente al tacón, pero la fuerza debida al rozamiento debe calcularse exclu-
yendo las presiones sobre la zona BC.
--Si el tacón se coloca en posición intermedia, pero la cuña AB corta a la base
del muro, (fig. 5-l c), la situación es la misma del caso anterior.
-Si la cuña no corta a la base, (fíg. 5-l d) puede contarse con el empuje pasivo
frente a la puntera y el tacón, pero la fuerza debida al rozamiento debe calcu-
larse excluyendo las presiones sobre la zona A’C.
Todo lo anterior es un tratamiento simplificado, pues la situación real es comple-
ja ya que tal como se indica en la figura 5-l e) la resistencia a empuje pasivo frente
al tacón, dependiendo de su posición, puede estar incrementada de forma importante
por las presiones verticales D del cimiento sobre el terreno, por lo que realmente a
la altura de tierras h, debería añadirse la altura equivalente a la ley CJ de presiones.
En lo que sigue se ha despreciado el efecto beneficioso de las presiones 0, aunque
por supuesto puede ser tenido en cuenta si se desea. Es evidente que si se desprecia
el valor de O, la posición preferible del tacón sería’ el frente de la puntera (fig. 5-l
a), con objeto de no perder fuerza de rozamiento en la zona BC (tig. 5-l c). Sin em-
bargo es recomendable, estimando tg (45 ,+ 3) z 2, retrasar el tacón en la dimensión

(*) En todo lo que sigue. se sobreentiende que en terrenos cohesivos además del rozamiento debería con-
tarse con la adherencia.

94
rllllri^.!,
al b)

d) el

Figura S-l

2c (fig. 5-1 e), lo que si bien reduce algo la fuerza de rozamiento a considerar, supone
una seguridad adicional importante.

5.3 METODO DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS CON PUNTE-


RA Y TALON

5.3.1 BASES DEL METODO


Comenzaremos por los muros ménsula más generales, que son los que tienen
puntera y talón. Su estudio nos permitirá analizar los distintos tipos de muros ménsu-

95
la para pasar posteriormente, en 5.4 y 5.5 a desarrollar métodos análogos para los
muros sin puntera y los muros sin talón.
Con objeto de reducir el número de variables en el problema a estudiar, introdu-
ciremos las siguientes simplificaciones: (tig. 5-2) (*)

E* E

H
r 3

c Ll
E . C 0 A-

a) Despreciar el peso de la puntera, que es escaso en los muros normales.


b) Sustituir el peso del alzado MNOP de hormigón (con densidad en la realidad
inferior a 2,4 t/m’) por el del rectángulo MNQP, considerado como ocupado
por el suelo a contener. Esta hipótesis es suficientemente aproximada tanto
en el valor del peso como en la posición de su centro de gravedad.
c ) Suponer un muro virtual TQ, de trasdós vertical y sometido al empuje produci-
do por el relleno, para el que se considera una densidad aparente ;I/! = f ,K t/nz.‘.
d) Suponer un peso vertical total P, correspondiente al macizo de suelo A TQS
con un peso específico ‘; ’ intermedio entre el del suelo y el hormigón. El valor
de y’ es función de la relación $ (tig. 5-l), siendo 7’ = 1,8 + (2.4 - l,#)$(**).

El valor de $ difiere poco en la practica de 0,l y por tanto adoptaremos en ade-


lante para y’ el valor 1,86.

(*) El método que se expone para los muros con puntera y talón lo desarrollé en colaboración con
A. CABRERA y fue publicado en 1969 en la Revista Informes de la Construcción (5.1). El trabajo
citado contiene una exposición más extensa que la que aquí se hace. Los métodos desarrollados en
5.4 y 5.5 los desarrollé con F. BLANCO y han sido publicados en diversas monografias (5.3) (5.3).
(**) En lo que sigue, mientras no se indique otra cosa se suponen como unidades m y t.

96
e) Para el cálculo del empuje emplearemos la fórmula de RANKINE

suponiendo el trasdós drenado y ;‘,, la densidad aparente del suelo.

5.3.2 DESARROLLO DE LAS FORMULAS


De acuerdo con la figura 5-l se tiene
E = K-Hz L5.11
P = 1,86H.y L5.21

15.41

Sustituyendo en [5.3] los valores de E y P dados por [5.1] y [5.2], se obtiene:


K.H
v=1.86y
Llamando e a la excentricidad de la resultante respecto al centro del cimiento,
(positiva hacia la puntera), se obtiene:
~ B KHz
e=+/gc--=- B
2 5,58y+;- 2
y expresando la excentricidad en forma adimensional

e
-= K
+ os Bg - os
B 5 582.8
’ HH

Los valores de g pueden oscilar desde $ = 0, que corresponde a resultante cen-

trada y por lo tanto a reparto uniforme de presiones sobre el suelo, y i = 0,333 que
suele considerarse, como dijimos en el Capítulo 4, un límite superior práctico, aunque
como veremos es,te concepto de límite quedará mejor controlado como más adelante
se indica
Considerando mayorado el empuje desde el valor de servicio hasta E* = 13 E,
como hicimos en el Capítulo 4 para los muros de gravedad, llamaremos e* a la nueva
excentricidad

97
e* = AD-B L5.71
2

v.H
AD=BD++J.;.,+_2=2+); L5.81

~=K++ 15.91
3,72y 2

,*-KCLB [5.10]
3,72y 2 2

e* K
-= + 0,5* g - 0.5 [S. Il]
B 372.X-B
H H

Distingamos los dos casos posibles

a) e/B > 1/6. Corresponde a distribución triangular de presiones sobre el terre-


no en servicio y se tiene
2P
[5.12]
O=3

EC = B-x= B- LH2-? [5.13]


5,58y 2

2 x 1,86H*y
C-I= [5.14]
3 B-KH2-!
5S8y 2

y en forma adimensional

ã 1.24
[5.15]
H BIH -
- K
- os
YlH 5S8(.YlH,J2

que puede expresarse en la forma

õ 1.24
-= [5.16]
H e
B
-1

98
En este caso para E* = 1,5 E la distribución de tensiones es siempre triangular,
y operando análogamente, se tiene

o*-
--2p
[5.17]
3 ED
v-H
j?jD = B-z=B- $- ~ [5.18]
2
y sustituyendo

o* 1,24
[5.19]
H BIH _ K
- os
.YlH 3972 (y/H)’

que puede expresarse en la forma

cs* 1.24
[5.20]
H

b) e/B < 1/6. Corresponde a distribución trapecial de presiones sobre el terreno


en servicio, pudiendo ser trapecial o triangular bajo el empuje mayorado. En
todos los casos, se tiene:

[5.21]

o bien:

[5.22]

y en forma adimensional:
CJ
- = 1,86% (1 + 6.;) [5.23]
H

ã* -- 2p -
b-l)Sig 2: [5.24]
3 ED
y en forma adimensional

CT* 124
H [5.25]

99
e* I
b-2) Si B < 6 [5.26]

y en forma adimensional

CT* YIH j1+&) [5.27]


-
H = lJ6 BIH

c) El coeficiente de seguridad a vuelco viene dada a partir de

[5.28]

[5.29]

G = [5.30]
E-H
3

y sustituyendo [5.1] y [5.2] en [5.30]

G = [5.31]
K-H3

y expresándolo en forma adimensional

[5.32]

d) En cuanto a la seguridad a deslizamiento, llamando p al coeficiente de roza-


miento entre cimiento y suelo y F a cualquier otra fuerza eventual que se
oponga al deslizamiento, se tiene

*P+F [5.33]
csd = ’ E

Fijando c,d = 1.5 y sustituyendo los valores [5.1] y [5.2] en [5.33], se obtiene:

; = IJK- 1,86p.# [5.34]

100
La fórmula anterior, fijado el valor 5 para un muro y dado también el valor
de p, nos proporciona el valor F de la fuerza a transmitir directamente a otra estruc-
tura o por empuje pasivo sobre el frente de la puntera.

5.3.3 DIAGRAMAS DE CALCULO


Con las fórmulas desarrolladas en el apartado 5.3.2 se han dibujado los gráficos
GT-3 a GT-5.
Para el proyecto del muro, suele partirse de los siguientes datos:
a) Valor de la altura H.
b) Coeficiente p de rozamiento del cimiento con el suelo.
c ) Valor del ángulo õ de rozamiento interno del suelo a contener.
d) Tensión máxima sobre el terreno de cimentación, en condiciones de servi-
cio. (*).
e) Tensión máxima sobre el terreno de cimentación bajo el empuje mayorado
EL = 1,5E.
f) Valor mínimo del coeficiente de seguridad a deslizamiento. En general adop-
taremos C,, = 1.5, aunque en la práctica no es necesario conseguir dicha se-
guridad sólo por el rozamiento sino que éste puede proporcionar una parte
del coeficiente de seguridad y el resto conseguirse mediante la colaboración
de otra estructura adyacente o por el empuje pasivo sobre el frente de la pun-
tera. Una alternativa es el empleo de tacón.
g) Respecto a la consideración del empuje pasivo frente a la puntera, rigen aquí
las mismas consideraciones que se hicieron en el Capítulo 4, al tratar de los
muros de gravedad. Esencialmente debe recordarse que la movilización del
empuje pasivo requiere corrimientos apreciables del muro, que frecuente-
mente son incompatibles con sus condiciones de servicio. De nuevo en este
caso cabe la posibilidad de asegurar en condiciones de servicio C,, > 1, con-
tando sólo con el rozamiento y garantizar en estado último C,, >, Z,5 tenien-
do en cuenta el empuje pasivo.
h) El coeficiente de seguridad a vuelco constituye una medida tradicional de
la seguridad de un muro y suele ir acompañado de la condición de que la
resultante, en condiciones de servicio, no diste del borde más comprimido
menos de i. La condición de seguridad a vuelco es en realidad ficticia, pues
como dijimos en el Capítulo 4 el vuelco no se produce alrededor de la arista
más comprimida del cimiento. La limitación de la excentricidad tiende a evi-
tar el peligro de que un ligero aumento del empuje produzca un fuerte
aumento de presión sobre el terreno. En realidad no es una condición nece-

(*) Se recuerda que de acuerdo con MV-101 la tensión máxima en el borde puede superar
en un 25 % la tensión admisible con carácter general, siempre que la tensión en el c.d.g.
de la superficie de apoyo no supere la admisible.

101
saria ni suficiente y la comprobación de la tensión bajo el empuje mayorado
es mucho más segura y real. Por otra parte, y de acuerdo con [2.2] si
C,, >, 1,5 para ye = 1,.5 resulta C Sy > 1, es decir que la comprobación bajo
empuje mayorado conduce, desde el punto de vista de la seguridad a vuelco
a una condición límite, hasta la cual no se produce el vuelco. Análogamente
y de acuerdo con [2.2] ocurre con la seguridad a deslizamiento.

i) Los diagramas GT-3 a GT-5 contienen tres familias de curvas acotadas en


o*
valores de 2, g y u. (Véase la fig. 5-3 que reproduce uno de tales diagra-
Y R
mas). Conocida la altura H del muro, a cada par de valores F B llevados

en el diagrama, le corresponde un punto que define en las tres familias de


õ*
curvas el conjunto de valores i , g y H- , que permiten el cálculo inmediato
de e, ã, o*.

j) Si el deslizamiento está impedido sin contar con el rozamiento, porque el ci-


miento del muro se apoye en alguna estructura situada frente a él, los valores
de 5 , i vienen condicionados únicamente por los valores de B y o*. En

la figura 5-3 se ha supuesto el caso 5 < 2, $ < 4 y todos los muros posibles

corresponden a pares de valores HY, H


B comprendidos en la zona sombreada

de la figura.

k) Si el deslizamiento ha de ser impedido únicamente con el rozamiento, el haz


de rectas situado a la izquierda de la figura proporciona la solución directa-
mente ya que el valor de y/H será el de corte de la recta correspondiente al
valor de p adoptado con el eje y/H. Todos los muros posibles han de estar
en la recta paralela al eje g , por el punto de ordenada el valor 5 dado. Esta
õ*
recta delimita en la zona sombreada por razón de tensiones g y H un seg-

mento AB que representa el lugar geométrico de los valores -Y -B correspon-


H’H
dientes a todos los muros posibles. Es evidente que el punto A, al conducir
al menor i posible, representa el muro más económico. (En la figura 5-3
se ha elegido p = tg 30” como ejemplo). ,

1) Si existe la posibilidad de contar con una fuerza F que colabore en impedir


el deslizamiento, sin llegar a ser suficiente por sí sola, el diagrama auxiliar
de la parte izquierda de la figura proporciona también la solución. Dado F,
se calcula el valor H-’
1 y entrando con este valor en la escala correspondiente
hasta cortar a la recta del valor p disponible, se obtiene el valor necesario
de y/H. De nuevo, y a título de ejemplo, en la figura 5-3 se ha dibujado el

102
103
caso -LT = 071 y p = tg 39’. obteniéndose $ = 0,32, que de acuerdo con la
zar;i sombreada por raz2n de tensiones conduce . 11 punto D como solución
miiuc ecorí2mica.
I
m) 5 2; seguridad a deskur:: iento estci garantizada ktegramente sin contar con
B
el r: <smiento, existe hbertad completa en la elección de los valores E
H’H
‘.!4C,,~1 +“i? Ce ;y. .7^
-,,.x defi~(da por 1~s condiciones de tensiones CT y CT*. La solu-
ckrt mas barah. 5: se atiende excluwamente al coste del muro en sí, es la
r?
de inenor valo; de 13 . iA“-.mto C‘ de la figura S-7). Sin embargo si se atiende
H
ita CUS~U totai, es de& a, del conjunto muro-excavaciones-relleno, es claro
qke resulta posible que otro muro con F.ayor wlor de B, pero con menor
1:’ ;~:uI .V i-e taión, al ahorrar excavhhn y rellerig en el trasdós, resulte más
econhnico Co hico ~?~.re puede asegurarse es qué la solución más económi-
ca está en la i‘flrv:i Iir-’ F inferior izquierda de ic z .ma sombreada. Averiguar
cien I’ :* de T p~~;:)s de esa curva, cual correspcqde al muro de coste míni-
Y.i , 6, ? gc. -.-
, L : -i-de-,,
1i IL’ ., <1 t-t: sólo el coste del pr “?p(> muro. (que es mínimo para
t <rmu* ta i“i. ;!ii(: +! r:~te de excavación del trasdós (si es necesario), coste
&; ;F;yy,¿
- CT:<:, 5 ti la publicación (5.1) incluimos un método para la solución
& C”‘C ;;r>+-jempL
n) La tigura $3 muestra claramente lo erróneo de la tendencia a emplear valo-
re:; rnLy rtducidos dc: -6 , con el fin de disminuir la excavación del trasdós,

1.0

0.9

0.8

0.7

0.6
%rl 0.5
umax
0.4

0.3

0.2

0.1

Figura 5-4

104
pues tales soluciones, si no se estudian adecuadamente, pueden corresponder
a muros en los que los valores de $ son extraordinariamente altos.
Esta zona corresponde, prácticamente a los muros sin talón, que como pue-
de verse en la figura 5-2, son muy tranquilizadores respecto a las tensiones
sobre el terreno en condiciones de servicio, pero pueden ser enormemente
sensibles a la mayoración del empuje.
o) En cada uno de los gráficos GT está superpuesta una serie auxiliar de curvas
que proporciona los vahes $ . Conocido CJ,,,~~ y s , la figura 5-4 proporcio-

na el valor de a,,,, si 5 < 0,167, ó de F si$ > 0,167 que corresponde a distri-
bución triangular.
Estos datos son necesarios para el cálculo posterior de los esfuerzos en pun-
tera y talón.

5.3.4 RECOMENDACIONES PARA LA APLICACION DEL METODO


En la figura 5-5 se representa esquemáticamente uno de los gráficos GT-3 a GT-5.

TIPO- 0

Figura S-5

En esencia, existen cuatro tipos de muros posibles, que se identifican en la figura


y que son los siguientes:

TIPO A:
- Muros con pequeña dimensión de puntera.
- Relación B/H alta.

105
-Relación y/H alta.
-Excentricidad pequeña.
- Resultante poco inclinada respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, $ , de medias a altas.

-Presiones relativas mayoradas, $ , medias.


-Seguridad a deslizamiento alta.
-Seguridad a vuelco alta.

TIPO B:
-Muros con dimensiones de puntera y talón comparables.
- Relación B/H media.
- Relación y/H media.
-Excentricidad grande.
- Resultante de inclinación media respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, G , altas.

-Presiones relativas mayoradas, $ , altas o muy altas.


-Seguridad a deslizamiento aceptable.
- Seguridad a vuelco aceptable.

TIPO C:
-Muros con dimensión de puntera apreciable y talón claramente mayor que
la puntera.
-Relación B/H alta.
- Relación y/H media.
-Excentricidad baja.
- Resultante poco inclinada respecto a la vertical.
-Presiones relativas en servicio, 5 , bajas.

-Presiones relativas mayoradas, $, bajas.


-Seguridad a deslizamiento alta.
-Seguridad a vuelco alta.

TIPO D:
~ Muros con pequeña dimensión de talón.
-Relación B/H alta.
-Relación y/H muy baja.
-Presión relativa en servicio, 6 , baja.

-Excentricidad y presión relativa mayorada, $ , que varían fuertemente con


pequeños cambios del valor de y/H.
~ Seguridad a deslizamiento, baja.
- Seguridad a vuelco media a baja.

106
En el manejo de los gráficos GT-3 a GT-5 debe tenerse en cuenta que están cons-
truidos para muros con puntera y tal&. Si las dimensiones de la puntera o el talón son
despreciables, es mejor utilizar los procedimientos y gr$kos expuestos en 5.4 ó 5.5.

En cualquier caso el método es aplicable también al caso en que exista sobrecar-


ga sobre el terreno, sin más que considerar la altura H incrementada en la altura de
tierras equivalente a la sobrecarga.
En el Capítulo 6 se incluyen ejemplos de aplicación del método.

5.4 METODO DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS SIN PUNTERA

5.4.1 BASES DEL METODO


En este caso se han realizado cuatro gráficos, GT-6 a GT-9 que resuelven com-
pletamente el problema de predimensionamiento del muro. Los cuatro gráficos difie-
ren únicamente en el ancho en coronación, KH, siendo H la altura. Los cuatro valo-
res considerados son K = 0,025, K = OJ.5, K = 0,075 y K = O,1O, con lo que se barre
todo el campo utilizado en la práctica.
Las bases del método son las mismas expuestas en 5.3.1.

5.4.2 DESARROLLO DE LAS FORMULAS


Por razones de brevedad se omite el desarrollo de las fórmulas, que es en todo
idéntico a lo expuesto en 5.3.2.

5.4.3 DIAGRAMAS DE CALCULO


Los diagramas se desarrollan, como se han dicho, en los gráficos GT-6 a GT-9.
En la figura 5-6 se representa uno de estos gráficos.
En estos muros no suele haber problema de vuelco o deslizamiento y la condi-
ción crítica de proyecto suele ser la presión máxima en condiciones de servicio.
En cualquier caso, los gráficos permiten plena libertad en el proyecto. Seleccio-
nado el valor de K y por lo tanto el gráfico GT correspondiente, se calculan los valo-
res 5 y $. Entrando con estos valores en el gráfico se obtienen los valores de g.
El mayor valor es el que rige para la selección de la base B, salvo que sean más estric-
tas las condiciones de vuelco o deslizamiento. En los gráficos se indica el punto D
correspondiente a C,, = 1,5 y el C que corresponde a C,, = Z,8. Como puede apre-
ciarse en este tipo de muros la seguridad a vuelco condiciona más que la seguridad
a deslizamiento, que es alta debido al gran peso estabilizador del relleno. La condi-
ción C,, > 2,8 equivale a imponer a > 0,44, prácticamente con independencia del va-
lor adoptado para K.
En el Capítulo 6 se incluyen ejemplos de aplicación del método.

107
ABACO PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN PUNTERA

ANGULO DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE
RELLENO:
y=300

COEFICIENTE OE ROZAMIENTO
ENTRE TERRENO V CIMIENTO:

ptg300
I

LOS VALORES ACOTADOS SOBRE LAS CURVAS INDICAN EXCENTRICIDADES RELATIVAS l,!%*
B 8

Figura 5-6

108
5.5 METODO DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS SIN TALON

5.5.1 BASES DEL METODO


En este caso se han realizado dos gráficos, GT-10 y GT-ll, que resuelven com-
pletamente el problema del predimensionamiento del muro. Dado que estos muros
no tienen relleno sobre ellos, la estabilidad ha de conseguirse con su propio peso, por
lo que se ha partido de un canto de cimiento de 0,15 H en lugar de 0,lO H que maneja-
mos en los muros anteriormente estudiados. Los dos gráficos se diferencian en las
profundidades de cimentación que son, respectivamente, 0,20 H y 0,25 H.
Las bases del método son las mismas expuestas en 5.3.1.

5.5.2 DESARROLLO DE LAS FORMULAS


Por razones de brevedad se omite aquí el desarrollo de las fórmulas, que es en
todo idéntico a lo expuesto en 5.3.2.

5.5.3 DIAGRAMAS DE CALCULO


Los diagramas se desarrollan como se ha dicho en los gráficos GT-10 y GT-ll.
En la figura 5-7 se representa uno de estos gráficos.
También en este caso los gráficos permiten plena libertad de proyecto, aunque
generalmente éste viene condicionado por vuelco y sobre todo por deslizamiento. En
cambio no suelen ser críticas las condiciones de tensiones. Seleccionado el valor de
n y por lo tanto la profundidad de cimentación y el gráfico GT aplicable, se calculan
õ*
los valores g y H . Entrando con estos valores en el gráfico, a ellos corresponden

dos valores de g . El mayor valor es el que rige para la selección de la base B, salvo
que sea más estricta la condición de seguridad a vuelco.
En estos muros la seguridad a deslizamiento requiere casi siempre la considera-
ción del empuje pasivo frente a la puntera, y para alturas apreciables esto no suele
ser suficiente y es necesario recurrir al empleo de tacones. Los gráficos, en función
de a proporcionan el valor de & del que se deduce el de F, fuerza que ha de oponerse
al deslizamiento para tener C,, = 1,s. Si el rozamiento no es suficiente para propor-
cionar esta fuerza, debe recurrise al empuje pasivo y si hace falta al tacón. Por supues-
to el apoyo del cimiento en otra estructura puede ser una solución alternativa.

BIBLIOGRAFIA

(5.1) CALAVERA, J., CABRERA, A.; «Un método para el proyecto de muros de conten-
ción». Informes de la Construcción. N.” 210. Mayo, 1969.
(5.2) «Prontuario de Hormigón Armado». Tetracero. Anejo n.O 9. Madrid, 1979.
(5.3) «Muros de contención». Macsa. Publicación n.O 6. Madrid, 1978.

109
ABACO PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN TALON

O.lOH I
l I ANGULO DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE
RELLENO:
y=300
nH COEFICIENTE DE ROZAMIENTO

z:,l:& # J ENTRE TERRENO V CIMIENTO:

PC= tg30o
0

E
“E 9

L O S V A L O R E S A C O T A D O S S O B R E L A S C U R V A S I N D I C A N E X C E N T R I C I D A D E S R E L A T I V A S ?,c*
B 8

Figura S- 7

110
CAPITULO 6
MUROS MENSULA (*)

6.1 INTRODUCCION

Una vez realizado el predimensionamiento del muro, de acuerdo con lo expuesto


en el Capítulo 5, éste debe ser comprobado.
En lo que sigue exponemos el caso más general de muro con puntera y talón,
que naturalmente comprende los casos particulares de muros sin puntera o sin talón.

6.2 COMPROBACION

6.2.1 SEGURIDAD A DESLIZAMIENTO

De acuerdo con las notaciones de la figura 6-1, la fuerza que puede producir
el deslizamiento es la componente horizontal del empuje Eh - pE, (**).

(*) Parte del desarrollo que aqui se hace para la comprobación de los muros mensula, es idéntica a
la realizada en el Capitulo 4 para muros de gravedad. Se ha preferido la repetición de algunos con-
ceptos, con objeto de permitir al lector la lectura independiente de ambos Capitulos.
(**) En lo que sigue se supone horizontal el plano de contacto entre cimiento y suelo, como es usual.
Si no ocurre así las fórmulas son inmediatamente generalizables, trabajando con los componentes
perpendiculares y paralelas al plano de contacto. (Téngase en cuenta que aparece en ese caso una
componente vertical del empuje pasivo frente a la puntera).
Obsérvese que como E, es concomitante con Eh, colabora siempre en impedir el deslizamiento

111
Figura 6-1

Las fuerzas que se oponen al deslizamiento son el rozamiento de la base del


muro con el suelo de cimentación y el eventual empuje pasivo, E,,, frente al muro.
La fuerza que resiste al deslizamiento viene dada por la expresión

R=N’xp+E,(*)

donde
N’ = Resultante de los pesos, P,, del muro y de las zonas de terreno situadas
verticalmente sobre la puntera y el talón (Zonas 1. 2 y 3 de la figura 6-
1) (**).
p = Coeficiente de rozamiento entre suelo y hormigón. En general será el resul-
tado del correspondiente estudio geotécnico. Para terrenos granulares pue-
de tomarse ,V = tg q, siendo q el ángulo de rozamiento interno, aunque ello
pueda resultar conservador. La tabla T-4.1. del Capítulo 4 contiene datos
al respecto.
E, = Empuje pasivo frente a la puntera del muro.

Le.11

(*) En terrenos cohesivos debe considerarse además la adherencia.


(**) El efecto de la cuña de terreno situada verticalmente sobre el trasdós ya esta incluido en el cálculo
del empuje y no entra por tanto en el cómputo del valor de N’.

112
La resultante N (positiva en sentido descendente) es de cálculo inmediato en su
magnitud y su posición, definida por la distancia e,, excentricidad respecto al punto
medio de la base, considerada positiva hacia la puntera.
El valor de E, puede ser estimado conservadoramente, como ya dijimos en el
Capítulo 4, mediante la fórmula de RANKINE

1 + sencp
Ep = trh;
1 - senq WI
.

y su resultante es horizontal y situada a la profundidad $h, por debajo del nivel del
terreno frente al muro.
Como ya dijimos la inclusión de I$, en [6.1] debe ser objeto de detenida conside-
ración, pues la movilización del empuje pasivo puede requerir corrimientos impor-
tantes del muro, frecuentemente incompatibles con sus condiciones de servicio.
Una posible solución es garantizar el valor C,, > Z suponiendo Ep = 0 en [6.1],
es decir no considerando el empuje pasivo en el estado de servicio y garantizar
Cd, > 1,.5 contando con Ep en estado límite último.
El cualquier caso, no se debe considerar el empuje pasivo a nivel superior a la
puntera, ya que ese terreno ha sido excavado para la ejecución de la misma. De acuer-
do con ello el valor de E, dado por [6.2] se reduce a

b.31

La profundidad de cimentación no suele disponerse inferior a 1 ,OO m y el proyec-


tista debe asegurarse de que el terreno existe frente al muro en distancia suficiente,
que suele estimarse en 2 hf y que esta existencia queda asegurada durante la vida del
muro.

Figura 6-2

(*) En adelante y mientras no se indique otra cosa se manejan unidades m y 1.

113
Si el empuje pasivo frente a la puntera no es suficiente, junto con el rozamiento,
para garantizar el muro contra el deslizamiento, puede recurrirse al empleo de un
tacón (fig. 6-2) lo que conduce a aumentar el valor de h,-a introducir en [6.3]. En cuan-
to a la consideración del empuje pasivo sobre el tacón, véase lo dicho en 5.2.

6.2.2 SEGURIDAD A VUELCO

En forma análoga a como vimos en 4.2.2 el momento volcador es el producido


por la componente horizontal del empuje

M,. = Eh x h, - E,, ; -f (*) 16.41


i ?
El momento estabilizador viene dado por

+ Ep (h; - h’) WI
siendo eP la excentricidad de N’ (positiva hacia la puntera), de donde

G” = P3.61

donde h’, despreciando el espesor h’, superior al suelo, viene dado por

L6.71
h’ = 2 x h;- h;’

3 hj - h;’
Como en el caso de la seguridad a deslizamiento, es frecuente despreciar el em-
puje pasivo y si se considera valen las advertencias allí hechas.
Usualmente se pide

c.w 3 13

si N representa las cargas frecuentes y

si N incluye cargas infrecuentes o excepcionales.

(*) Eh y E, son concomitantes. La expresión [6.4] equivale, naturalmente. al momento volcador del empu-
je total E respecto al punto A.

114
Para el caso de sismo suele adoptarse

c,, 2 12

6.2.3 TENSIONES SOBRE EL TERRENO DE CIMENTACION EN CONDI-


CIONES DE SERVICIO

De acuerdo con la figura 6-l y con las notaciones allí indicadas, las tensiones
del cimiento sobre el terreno vienen dadas (ver 4.2.3), por

w31

donde Ne, es el momento aplicado y e la excentricidad del punto considerado, positi-


va hacia la puntera.
Tomando momentos respecto al punto medio de la base y llamando
N = N’ + Ev se obtiene

L N’ . e, + Eh. h, + E, . f
e, = 16.91
N
Las tensiones en los bordes resultan

N 6Ne,
0 ix=--- [6.10]
B B’

N + 6Ne,
CT* = -
8 B’

debiendo comprobarse que la mayor no rebasa la tensión admisible G~<~,,,. de acuerdo


con la información geotécnica.
La validez de [6.8] queda por tanto condicionada a que ãB 3 0 en la hipótesis
de e, 2 0, lo que equivale, a partir de [6. lo] a

N 6Ne,
---r>O
B

es decir que para que toda la base esté comprimida la resultante de empujes y pesos
debe pasar por el tercio central de la base.
Si dicha resultante pasa por fuera del tercio central, la fórmula de NAVIER
y por tanto [6. lo] y [6.11] no son aplicables, pero el valor de la tensión máxima 0,

115
(fig. 6-3) es de deducción inmediata ya que la condición de equilibrio conduce a que
si le,1 > +

AC = 3AD
siendo

Figuru 6-3
y también

de donde

[6.12]

En ambos casos debe verificarse que cA 3 CJ h si bien en general la tensión admi-


sible en los casos de distribución tanto trapecial como triangular suele incrementarse
del 25 al 33 % respecto al valor admisible en el caso de distribución constante. En
España la Norma MV-101 (6.1), permite un increme,nto del 25 % siempre que la pre-
sión en el c.d.g. de la superficie de apoyo no exceda la admisible.
Suele imponerse a veces algún límite a la excentricidad e,. En España no existe
normalización referente a muros, pero es frecuente adoptar la limitación Ie,1 < 7, que

es lo mismo que exigir que el punto de paso de la resultante no diste menos de B


6

116
del borde del cimiento. La intención de una limitación de este tipo es evitar el hecho,
realmente peligroso, de que si la resultante pasa muy cerca del borde del cimiento,
un ligero aumento del empuje y por tanto de la excentricidad, provoque un fuerte
incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como vimos en el Capitulo 5, este
riesgo se controla de manera más lógica mediante la comprobación de la tensión bajo
el empuje mayorado.

6.2.4 TENSIONES SOBRE EL TERRENO DE CIMENTACION BAJO EL EM-


PUJE MAYORADO

Procedimiento análogamente a lo hecho en 6.2.3, pero con el empuje E* = Z,5 E


y de acuerdo con el razonamiento expuesto en 4.2.4 y en el Capítulo 5 y llamando
N* y en a la componente vertical de la resultante y su excentricidad, ambas bajo el
empuje mayorado, se obtienen las fórmulas análogas a [6.9], [6. lo], [6.1 l] y [6.12],
conN*=N’+EC 1’

e* _ N’.e, + Eh.h, + Et-f


n- [6.13]
N*

N* 6N*.e,
fJB*=-- [6.14]
B B2

*= N
OA
* 6N*e*
x+2 [6.15]
B2

2N*
*=
fJA

debiendo verificarse
*
aA<o* [6.17]

6.3 DIMENSIONAMIENTO COMO ESTRUCTURA DE HORMIGON AR-


MADO

6.3.1 DIMENSIONAMIENTO DEL ALZADO

El alzado del muro constituye una losa, en general de canto variable, sometida
a la ley de presiones del terreno. La directriz AB de la losa, no es en general vertical,

117
pero su inclinación, respecto a ella es tan pequeña en la práctica en los muros mtinsula
que puede suponerse vertical y considerar que la flexión del alzado esta producida
sólo por la componente horizontal de las presiones del terreno. Para relleno incluso
con sobrecarga uniforme, la ley de momentos flectores es una parábola de tercer gra-
do y la de esfuerzos cortantes es de segundo grado (fíg. 6.4) (*).

Figura 6-4

Obtenidos los valores de $ y g en el predimensionamiento, el ancho en corona-


ción suele fijarse en 25cm., que es un mínimo constructivo. El canto de cimiento y
H
arranque de alzado se fija alrededor de - ya que los estudios realizados demuestran
10’
que es la dimensión del óptimo económico. Ligeras variaciones de este valor tienen
escasa influencia sobre el coste del muro.
En sentido estricto, el alzado del muro constituye una pieza de canto variable
y de acuerdo con ello debería dimensionarse como tal a flexión y corte(**). Sin em-
bargo, la variación de canto es en la práctica tan suave, que su influencia es desprecia-
ble, incluso en cuanto a la reducción de esfuerzo cortante, por lo que el dimensiona-
miento se hace sin tener en cuenta tal variación.

a) Dimensionamknto u,jlesicín
El cálculo de la armadura tipo 1 (fig. 6-4) puede hacerse con los gráficos GT- 12
y GT-13 (***) para aceros de dureza natural y deformados en frío respectivamente.
Las tablas GT-14 y GT-15 permiten la distribución en barras de la armadura obteni-
da. En muros de altura reducida, hasta 5m por ejemplo, lo usual es llevar toda la

(*) Para los valores dey, a adoptar. véase 2.2.2.


(**) Puede verse J. CALAVERA, «Cálculo de Estructuras de Hormigón para Edificios», 2.” Tomo (6.2).
(***) Los gráficos CT- 12 y CT- 13 tienen en cuenta ya los requisitos de cuantía mínima establecidos por
EH-88.

*
118
armadura tipo I hasta la coronación. Para alturas mayores es frecuente cortar el 50 %
de dicha armadura, a ia altura en que ello resulte posible. A partir del punto en que
dicho 50 % deja de ser necesario, la armadura debe prolongarse una longitud

l = 0,s Ib AsJ nec + d(*) [6.18]


A,,
donde 6 es Ia longitud básica de anclaje en posición 1, de acuerdo con EH-88 y d
el canto del alzado a la altura donde la armadura que se corta deja de ser necesaria.
Véase (6.2) para más detalles. Las longitudes lb se indican en el gráfico GT-16. La
armadura 1 se continúa por el talón, como luego veremos, pero por razones construc-
tivas es necesario disponerla en la forma que se indica en la figura 6-5.

0 1
a) b)

Figura 6-5

La parte inferior de la armadura 1 se dispone en la puntera y en su tramo vertical


se dispone en forma de espera (fig. 6-5a). El solape de acuerdo con EH-88, debe ser
de longitud Z., tal que

[6.19]

donde c1 viene dado en la tabla T-6.1.


La distancia a de la tabla T-6.1 debe interpretarse de acuerdo con la figura 6-6.

A nec no debe ser inferior a 0,3 6, ni a 10 0 ni a 15 cm.


(*) De acuerdo con 1H-88. el término 0,5/ L
h A,. real
A,, nec es el área de armadura estrictamente necesaria y A,, rea/ la realmente dispuesta.

119
TABLA T-6.1
LONGITUDES DE SOLAPE EN TRACCION
VALORES DE a (BARRAS CORRUGADAS)
I I 1

Porcentaje de barras solapadas


Distancia entre los trabajando a tracción, con relación Barras solapadas tra-
bajando normalmente
dos empalmes mås a la sección total de acero
próximos: a a compresión, en
20 25 33 50 > 50 cualquier porcentaje

Ll00 192 174 1,6 1,8 2,0 1-0


> 100 190 131 172 1,3 174 130

Figura 6-6

Los solapes se hacen disponiendo las barras en parejas de forma que el plano
que contiene a sus ejes sea paralelo al de trasdós del muro, con objeto de no perder
canto.
Una solución posible es la indicada en la figura 6-7a), en la que se solapa el
100 % de la armadura en la misma sección, con a = 1,4 ó 2 según corresponda, para
el cálculo de lS. Aunque este solape siempre es delicado, por estar en zona de máximo
momento flector, máximo esfuerzo cortante y junta de hormigonado, la experiencia
práctica ha sido satisfactoria en cuanto a su uso.

al b)
Figura 6-7

120
Otra posibilidad es organizar con solape las barras m que continúan hasta la
coronación y disponer enteras las n que constituyen el 50 % que se corta, en cuyo
caso para el solapo se toma a = 1,3 ó 1,8 según corresponda (tig. 6-7b).
Además de la armadura vertical tipo 1, debe disponerse otra horizontal del
tipo 2, que absorba un 20 % del momento flector del alzado a su altura, lo que equi-
vale sensiblemente a disponer como armadura horizontal una de área igual al 20 %
de la vertical estrictamente necesaria a la altura considerada. Además la armadura
horizontal no debe ser inferior a la que por razones de retracción y temperatura se
indica en el Capítulo 13.
En cualquier caso, la armadura transversal comprendida en la zona de solape
será no menor que 1/3 del área de una de las barras solapadas, si se solapa no más
del 50 % de la armadura y no menos que 2/3 si se solapa más del 50 %.
En la otra cara del alzado deben disponerse las armaduras verticales y horizonta-
les que por razones de retracción y temperatura se especifican en el Capítulo 13.

b) Dimensionamiento a esfuerzo cortante


Según EH-88 la losa de alzado debería ser calculada de acuerdo con la fórmula
que para losas establece dicha Instrucción. Sin embargo esta fórmula, que puede ser
adecuada para losas, no resulta lógica para el caso de muros. Un sistema más adecua-
do es emplear la fórmula que para cortante en losas establece el Código Norteameri-
cano ACI 3 18 (6.3) de acuerdo con el cual

[6.20]

Vo = Esfuerzo cortante de cálculo en t/m de muro, en kp.


fc,, = Resistencia de cálculo del hormigón en kp/cm2.
P = Cuantía geometrica de la armadura de flexión.
Md = Momento flector de cálculo actuante en la sección que se comprueba a
cortante, expresado en kp.cm.
d = Canto útil en cm.

Vd x d
No se tomará para M un valor superior a 1.
d

Recuérdese que de acuerdo con EH-88, el esfuerzo cortante se comprueba a una


distancia del apoyo igual al canto de la pieza.

c) Comprobación a esfuerzo rasante en las juntas de hormigonado


La Instrucción EH-88 no da reglas para este punto. De acuerdo con J. CALA-
VERA (6.2) adoptamos la fórmula

Vd < [0,45 JfL + p.f,.n (sen u + cosa)] d [6.21]

121
Jonde las unidades son kp y cm, p es la cuantía de la armadura de tracción, fvd el lí-
mite elástico de cálculo del acero y cx el ángulo del eje de la armadura con el plano
de junta. En muros usualmente cr = 909

d) Comprobación a fisuración
Al ser el muro una estructura superficial Ves obhgatorio íomprobar en ella la fisu-
ración de acuerdo con EH-88. Debe considerarse con especial atencion este aspecto
pues cualquier problema de corrosión de armaduras en mures es siempre grave, ya que
el daño no es observable y podría conducir a un fab sin asiso.
Los gráficos GT-17 y 18 contienen el resume2 de las comprobaciones de fisursción
establecidas por EH-88 para el caso de aceAb rq AG!3-4@O, en 12s casos de rel:e5.o seco
o con impermeabilización no garantizada del t;zsb5s y de re?Zeno hE,medo e i-per-
meabilización no garantizada del trasdós Los gráficos GT19 y 2ti contienen informa-
ción análoga para aceros AEH-500. En cualquier caso, debe prestarse atencien a no
emplear recubrimientos inferiores al diáme!ro ni a 25 mm, pues ello podría x~nduclr
a una reducción del ancho de fisuras, pero también a posible corrosión directa de las
armaduras.(*)

e) Comprobación de adherencia
Sólo es necesaria cuando se emplean diámetros iguales c superiores a 32 mm y
esta comprobación no reviste ningún carácter particular er. m~r’;s.

6.3.2 DIMENSIONAMIENTO DE LA PaNTbRA


La puntera se encuentra sometida a las Fxrzas indicadas en la fig-rz 1-3 y a sti
peso propio. En la cara superior actúa el peso del relieno, ge-.eralmente cesp-eciable
y en la inferior la reacción del suelo, lo cua! origina tracciorxs en la cara inferior. Ei
valor del momento flector es de cálculo inmeSaio, per,0 resulta inferior siempre a! del
alzado. Como en la mayoría de los casos ei cant del cirni~,~r es igua! o mz;ior que
et del alzado en su arranque, la armadura del tipo 1 es iguai c mayor que la necesaria
para armar la puntera y su prolongación para este fin facilita eI anclaje de ia armadura
del alzado y la organización de la ferralla.
La práctica habitual es calcular el momento îiector M, sobre la puntera, teniendo
en cuenta las tensiones debidas a la reacción del suelo con su valor de servicio, corres-
pondientes por tanto a los valores característicos de las acciones, y posteriormente ob-
tener el momento del cálculo A4d = ‘yf 0 M.
Sin embargo, estrictamente de acuerdo con EH-88, y en generai con ics métodos
semiprobalísticos de cálculo hoy en uso, no debería hacerse así, sino que el valor del
momento flector Md en la puntera debería obtenerse a partir de los valores de csíkcuio
de las tensiones debidas a las reacción del sueìo. Eslas a su vez deberían obtenerse mul-
tiplicando el empuje por yI = 1,5 ó 1,6 segfin el caso y las cargas verticales, si son fa-
vorables como es usual, por 0,9 y en otro caso por 1,5 ó í,6, respectivamente. Es evi-
dente que el valor de Md (r/ E) que se obtinene en este caso es diferente,

(*) Si el muro, en lugar de encofrarse, fuera hormigonado contra el terreno, un mínimo ahs3luto para e\
recubrimiento es 50 mm.

122
El tema lo he estudiado en colaboración con J. LEY en la referencia’(6.4) de la
que se ha tomado la figura 6-8. En ella se expresa la relación R = ‘YI M
Md (r/ E) en
función de las relaciones adimensionales. Como puede verse la diferencia entre ambos
métodos puede estar considerablemente del lado de la inseguridad para valores B/H
inferiores a 0,575.

br M
CURVAS DE INS’ÉGURIDAD R =
Md(ffE)
1.0 -

0.9 -
@/

0 . 8 -1

0 . 7 -’

0
0.4 0.5 0.6 0.7 0.0 0.9 1.0

VH

Figura 6-8

Como la experiencia de aplicación del método tradicional es satisfactoria y no hay


información de problemas patológicos debidos a roturas de puntera, hemos manteni-
do el método, aun dejando constancia de su no concordancia con EH-88. Debe pen-
sarse que este caso particular requeriría especiales consideraciones de los valores de
y, a adoptar si se desea mantener en su integridad las especificaciones de EH-88.

123
6.3.3 DIMENSIONAMIENTO DEL TALON

De acuerdo con la figura 6-9 el talón se encuentra sometido a varias fuerzas en


sentido descendente

a) b)

Figura 6-9

-una es la componente vertical de las presiones variando de P, a P2 sobre el


frente del talón (fig. 6-9b).
~ otra es el peso del relleno directamente actuante sobre esa cara y el del propio
talón.
-también actúa la componente horizontal correspondiente a la variación de
presiones P, y P2 en el frente del talón (lig. 6-9b).
En general el efecto de las presiones variando de P, a PI sobre el talón y que
se indican en la figura 6-9b) es despreciable y basta calcular éste como sometido a
las fuerzas de relleno sobre él, su peso propio y la eventual reacción del suelo de ci-
mentación.
Además el talón puede estar sometido o no (lig.6-10) a reacción del terreno de
cimentación sobre toda o parte de su longitud. El momento tlector en cualquier caso

Figura 6-10

124
origina tracciones en la cara superior. El dimensionamiento se hace de acuerdo con
lo expuesto en 6.3.1 y la armadura debe anclarse en una longitud l,+ Además y de
acuerdo con la figura 6-loa), la longitud de armadura en el talón no debe ser inferior
a i,,. En el caso de talones cortos (fig. 6-1Oc) esto puede obligar a emplear diámetros
finos o a completar la longitud de anclaje doblando la armadura y disponiendo un
tramo vertical (*).
Vale lo dicho en 6.3.1. respecto al no cumplimiento estricto de EH-88.

6.3.4 ESQUEMAS TIPICOS DE ARMADO

En la figura 6-11 se representan los esquemas de armado de los tres tipos de mu-
ros mensula.
Se ha representado también la armadura de retracción y temperatura en la cara
expuesta. Esta armadura basta con que arranque desde el nivel de cara superior de
cimiento, anclándose en éste su longitud &, correspondiente, para lo cual debe dispo-
nerse la armadura de espera adecuada. Frecuentemente y por razones de apoyo du-
rante el hormigonado, se arranca desde el fondo del cimiento

y%?Yy--

1
b

@
t
70
-0 -0
4 2

i YYc!l
63
Figura 6-11

6.3.5 DIMENSIONAMIENTO DEL TACON

En caso de que se necesite este elemento su cálculo se realiza como el de las res-
tantes piezas, teniendo en cuenta que está sometido a una fuerza de resultante (fig.
6-12a):

1 + sen <p
1 1 - sen íp [6.22]

situada a una profundidad


h = z Ch, + C)’ - hf [6.23]
’ 3. (h, + c)’ - h;

(*) Debido a la junta de hormigonado entre cimiento y alzado, al anclaje le corresponde posición 11

125
b)

Figura 6-12

El esquema de armado, dadas las pequeñas dimensiones de los tacones usuales


puede organizarse tal como se indica en la figura 6- 12b).

6.3.6. TABLAS.
Las tablas de los anejos 1,2 y 3 contienen muros ya proyectados para alturas hasta
10 m.

EJEMPLO 6.1
Proyectar un muro mensula de 10 m de altura, para contener un relleno horizon-
tal granular, de cp = 30”. Coeficiente de rozamiento entre cimiento y suelo p = 0,577.
Densidad del relleno 1,8 t/m3. Rozamiento nulo entre relleno y muro. Relleno seco.
Presiones admisibles sobre el suelo (T,~~ = 2 kp/cm’. &,“, = 4 kp/cm’. Hormigón H-
175. YJ = 1,s. yc = Acero AEH 400 F. C,Y, = 1.8. CYd = 1s. c’,rd = I,O.
1s. ys = 1,15.

Trasdós vertical. Ancho de coronación 25 cm. Canto de cimiento y arranque de alza-


do 1,OOm.

a) Predimensionamiento
La presión en punta puede llegar a

õ = 1.25 u~<~,,, = 2,5 kpjcm’ ; = ; = 2,5

u* 50
u* = 1,25 UU‘/,,, = 5 kp/& - = -- = 5
H 10

Entrando en el gráfico CT-4, con ,n = 0,577, se obtiene 5 = O,41 y de las condi-

ciones de tensiones la condicionante es o = 2,5 que conduce a


H
B
jq = 0,54

; = 0,13

126
de donde $ = 3,8

.Y = 10 x 0,42 = 4,20 m.
B = 10 x 0,54 = .5,40 m que s e redorha z. 5,.50
e = 0,13 x 5,40 = 0,70m.
<i* = 3.8 x 10 = 38 tlm’

Y entrando en el gráfico de la figura 5-3, para -$ = OJ3, se obtiene

flrni”
~ = c,;s
0 maï

de donde CT,, ¡, = 0,13 x 25 = 3,25 t/m2 correspondiendo diagrama trapecial.

b) Comprobación
Cálculo de los empujes, Siendo 6 = 0 y talud vertical
Empuje activo

E: = ; 1,8 x lo2 $=$ = 30 t

127
Resultante a 3,33 m por encima de la base
Empuje pasivo frente a la puntera

E, = 9.8 (1,S02 - 0,j2) ; T Zr;:; = 5,4 t

Determinación de pesos y momentos respecto a A

DISTANCIA
VOLUMEN DENSIDAD PESO del c.d.g. MOMENTO
ZONA al PUNTO A
(m’) (tim’) 0) (mt)
04

ZAPATA $50 x l,oo 2.5 13,75 2.75 37,81

LOSA FRONTAL 0,25 x 9,00 2,5 5,63 2,175 12.25


LOSA FRONTAL 0,50 x 0,75 x 9,00 2,5 8,45 1,80 15.21

RELLENO
TALON SOBRE 9 , 0 0x 3,20 138 51,84 3,90 202,18

RELLENO SOBRE 0.50 x 1,30


PUNTERA
“’ f%,::;: ““I.,,,,::i:i

Seguridad a deslizamiento

268
De acuerdo con [6. l] se tiene: e = __ = 3.32
80.84

En condiciones de servicio

80,84 x 0,577
@sd = = 1,5s
30

En estado límite último

x +
c,.d = 80,84 0,577 5,4 = 1,73
30

Seguridad a vuelco
Momento volcador M, = 3 0 x 3,33 = 1 0 0 m.t.

128
Momento estabilizador M,. ti 268,21 + 5,4 (1,5 - I,OK) = 270,48

c = 270,48
5, ~ = 2,7
100

Tensiones en servicio. Llamando x,, a la distancia de A a la resultante P de las


cargas verticales

xP = X8,21 = 3 32
X0.84 ’

B
(’ I’ = - - X, = 2,75 - 3,32 = -0.57
2

y de acuerdo con [6.9]

<’ JI zz SO,84 (~ O,S7) + 30 x 3,33 = (, 67


80,84

en _ 0,67
H 5.50

luego estamos en caso de diagrama trapecial y aplicando [6. IO] y [6.l l]

X0.84 6 x 80.84 x 0,67


08 = ~ = 3,96 tlm)
SSO 5,502

SO,84 6 x 80.84 x 0.67


0.4 = ~ + = 25,44 t/m?
5.50 5,502

Tensiones hqjo el empuje mayorado


Aplicando [6.13]

e* _ 8OJ4 f -()S7/ + 1s x 30 x 3,33 = I 28 > B


PI -
80.84 6

y estamos en caso de diagrama triangular.


Aplicando [6.16]

2 x SO,84
oA = 3 (2,75 _ 1,28, = 36,7 tlm’

Dimensionamiento de la estructura de hormigcin armado

129
Dimensionamiento del alzado

E = ; 1,8 x 921 -sen30”=243t


l+sen38 ’ ’

Md = 1,6 x 24,3 x 3 = 116~54 m x t

1.750
Entrando en el gráfico GT- 13 con d Ñ 0,96 y fcd = Is = 1.167 tlm’
9

116,64
’ = = 0,109
1.167 x 1,00 x 0,962

se obtiene

0 = 0,103 = u.5
1.167 x 1,OO x 0,96

lJs = 11.5,4 t.

La tabla del gráfico GT-15 para yS = 1‘15 da 10 0 20 p.m.l., con U, = 112.00 t.


El gráfico GT-17 da como correcta esta armadura desde el punto de vista de la fisura-
ción.

-IU
Como la altura del muro es importante, cortaremos la mitad de la armadura.
Esta mitad con U, = 57,7 t. y por tanto o = 0,052 cubre un momento (ver GT-13)
p = 0,055.

In!:\
/=0,055

/L4 -0,104

En la figura 6-14 se representa la parábola cúbica de la gráfica de momentos,


que es tangente al trasdós en su vértice, situado en la coronación.
La ecuación de la parábola respecto a los ejes indicados es

0,104 *J
p = 729

130
Llamando s a la profundidad a que deja de ser necesaria la armadura y aceptan-
do que el momento es p z U x 0,9d, lo cual es suficientemente aproximado para las
cuantías bajas empleadas en muros, se puede plantear la ecuación

U x 0.9 x 0,l H
0,5 U x d, = X3
729

y sustituyendo se obtiene la ecuación

0.9 9 - 27,33x - 82,Ol = 0

con solución .Y = 6.65 m.


A partir de este punto, donde el 50 % de la armadura deja de ser estrictamente
necesaria, llevaremos O,5 lh. De acuerdo con GT-16, para 0 20 corresponde en posi-
ción 1, Ib = 64 cm y a 6,65 m de profundidad, el canto del alzado es OJO m. Por lo
tanto, a partir del punto situado a 6,65m de profundidad es necesario prolongar la
armadura en

0,5 x 64 + 80 = 1.12 m

por lo tanto las barras se cortan a 6,65 - 1,12 = 5,53 m de profundidad.

Como armadura transversal se dispone U, = g II5,4 = 23,1 t que se dispone


en 8 0 10 pml.
Las barras que suben hasta la coronación se empalman por solape en el arran-
que. De acuerdo con GT-16, l,, = 90 cm. y como c1 = 1,3 resulta

l,< = 90 X 1,3 = 117cm

En la longitud 1, existen 9 0 10 que superan al tercio del área de una barra de


0 20, por lo que la armadura de cosido del solape es suficiente.

1 - sen30
El esfuerzo cortante a un canto es Vd = 1,6 x i 2,8 x ¿? I + sen 3. = 30,72 t y de

acuerdo con [6.20], incluso despreciando la cuantia de la armadura de tracción.

30.72 -=I 5,2 ‘g x 0,96 = 53,92 t


J >

En la junta de hormigonado en el arranque, expresando las magnitudes en m


y t menosf;.d que se expresa en kp/cm2, incluso despreciando la cuantía de la armadu-
ra de tracción, de acuerdo con [6.21] se tiene:

131
Dimensionamiento de la puntera. Como el momento es menor que el obtenido
para el alzado y el canto es el mismo, se prolonga la armadura del alzado, con la
misma armadura transversal. (Recuérdese lo dicho en 6.3.2.).
Dimensionamiento del tafón. La distribución de presiones sobre el talón se indica
en la figura 6-l 5.

5.50
i

Figura 6-15

La presión en la cara superior es 9 x 1.8 = 16,2 tlm’


El momento en la sección MN, vale

M = 1,6 3,96x 3,20x 1,60+ f 3.20~ ;‘3,20-16.2x3.20x

1,60 - 2,.5 x 3,2 x 1,6 X I,OO = - 86,62 m x t

86,62
’ = 1.167 x 1 x 0.962 = oro’1

132
UT
o = oso78 = 1 . 7 6 7 x 1 . 0 0 x 0,96

U,=87,39t+@20al3cm

El gráfico GT- 17 da como correcta esta disposición desde el punto de vista de


la fisuración.
La longitud /h de anclaje, de acuerdo con GT- 16, en posición II, es de 90 cm (*).
La armadura transversal ’

Uy=% x 87,39= 17,48t+@ 10a I6cm.

0.25

Figura 6-16

El muro se indica en la figura 6-16 y en ella se omiten las armaduras de retrac-


ción y temperatura, tema que se expondrá en el Capítulo 13.

(*) Recuérdese que la sección de arranque del muro ha sido junta de hormigonado y por tanto se está
en posición II.

133
BIBLIOGRAFIA

(6.1) NBE-MV-101-1962. «Acciones en la Edificación». MOPU. Madrid, 1979.


(6.3) ACI, 318-86 «Building Code Requirements for Reinforced Concrete». Ameritan Con-
crete Institute. Detroit, 1986.
(6.4) CALAVERA, J.; LEY, J.; «Aspectos particulares del diseño de muros». Informe de la
Construcción. NP 398, noviembre, 1988.

134
CAPITULO 7
METODO SEMIEMPIRICO DE TERZAGHI Y PECK ’
PARA EL CALCULO DEL EMPUJE ACTIVO
EN MUROS DE PEQUEÑA ALTURA

7.1 CAMPO DE APLICACION

Los métodos de cálculo del empuje expuestos en el Capítulo 3 y aplicados a los


muros de gravedad y muros ménsula en los Capítulos 4, 5 y 6 se basan en un conoci-
miento suficiente del suelo a contener y en que las presiones de filtración del agua
en el relleno producen un efecto despreciable, que puede ser tenido en cuenta simple-
mente con la consideración del valor yh de la densidad aparente para el suelo. Adicio-
nalmente se considera que la coronación del muro no tiene coartado su corrimiento
y por lo tanto el muro puede girar bajo la acción del empuje.
Esta última hipótesis de giro libre suele cumplirse efectivamente en muchos ca-
sos. En cambio, la hipótesis de un conocimiento suficiente del suelo a contener, no
siempre es fácil de cumplir y puede incluso no ser interesante desde un punto de vista
de economía global del proyecto del muro. El conocimiento de las características del
suelo necesarias para el cálculo del empuje, de acuerdo con lo visto en el Capítulo
3, hace necesaria la realización de unos ensayos que a su vez suponen un coste y un
tiempo de realización, que están justificados en muros de cierta importancia. El tér-
mino importancia, se emplea aquí no solo en relación con la altura, sino también con
el volumen total de muro a construir. Por tanto un muro de pequeña altura pero de
gran longitud puede justificar la realización de tales ensayos. Un muro de altura supe-
rior a 5 m. justifica casi siempre, con independencia de su longitud, un estudio del
suelo a contener. En cambio en muros de pequeña altura y longitud, el coste de los
estudios y ensayos puede ser mayor que el ahorro que su conocimiento supone.

135
Por otro lado, la hipótesis de que las presiones de filtración son despreciables
no sólo requieren un material adecuado para el relleno del trasdós. sino también la
ejecución cuidadosa de un sistema de drenaje y de la compactación del relleno. Estas
condiciones no se dan, con frecuencia, en el caso de muros de pequeña importancia.
Todo ello hace que resulten de gran interés práctico los métodos simplificados
que a costa de una menor precisión, permiten el proyecto simple de las pequeñas
obras y no exigen una construcción muy cuidadosa.
En el caso particular de carreteras y ferrocarriles el número de muros de pequeña
altura a construir es muy elevado y a priori es difícil saber el tipo de relleno a emplear,
por lo que puede ser interesante tener soluciones preparadas para distintos tipos de
relleno, de acuerdo con lo que se indica en este Capítulo, seleccionando la adecuada
en el momento de la construcción.
El método que se describe fue publicado por TERZAGHI y PECK en 1948 en
su libro de referencia (7.1) y desde entonces ha sido ampliamente empleado en condi-
ciones muy variadas. Los empujes a que conducen son, por supuesto, mayores que
los que resultan de la aplicación de los métodos de COULOMB y RANKIN E vistos
en el Capitulo 3, y por tanto, la aplicación de este método conduce a un muro de
mayores dimensiones, pero en cambio el conocimiento del relleno a contener no exige
ensayos, bastando una simple clasificación basada en la identificación visual, y el
drenaje y la compactación pueden no ser tan cuidados como en dicho Capitulo se
supone.
La aplicación del método presupone el cumplimiento de las siguientes condicio-
nes:
a) La altura del muro no supera los 5 m.
TABLA T-7.1
TIPOS DE SUELO DE RELLENO
.~.
TIPO N.” DESCRIPCION DEL SUELO

1 Suelo granular grueso, sin contenido de partículas tinas. (Gravas o arenas


limpias).

2 Suelo granular grueso de baja permeabilidad debido a su contenido de li-


mos.

3 Suelo residual con bolos, gravas y arena fina limosa, con una cantidad visi-
ble de arcilla.

4 Arcilla blanda o muy blanda, fangos orghicos. arcillas limosas.


-~
Arcilla compacta o medianamente compacta, depositada en ,terrones y pro-
tegida de tal forma que la cantidad de agua que penetra destrás del muro
durante las lluvias o inundaciones es despreciable. Si ésta condición no se
cumple, la arcilla no debe usarse como suelo de relleno. Cuanto más com-
pacta es la arcilla, mayor es el peligro de fallo del muro, como consecuencia
de la infiltracción de agua.

136
b) El muro sostiene un relleno. El método no es aplicable al caso de muros que
soportan el empuje de taludes que se han sostenido, por si mismos, durante
la construcción.
c ) El relleno pertenece a uno de los cinco tipos incluidos en la tabla T-7.1.
d) Aunque los empujes calculados de acuerdo con este método incluyen el efecto
de las presiones de filtración, debe disponerse un drenaje que evite la acumu-
lación de agua en el relleno, y la superficie del relleno debe ser impermeabili-
zada con una capa de arcilla y dispuesta para evacuar el agua superficial (Ver
Capítulo 13).

7.2 CLASIFICACION DEL SUELO DE RELLENO

El suelo de relleno se clasifica de acuerdo con los cinco tipos indicados en la ta-
bla T-7.1.

7.3 CALCULO DEL EMPUJE

El método contempla los cuatro casos siguientes:


Caso a). Terraplen con superficie plana, que puede ser horizontal o inclinada,
sobre la cual no actúa ninguna sobrecarga. Los componentes &, E,. del empuje se
calculan mediante los gráficos de la figura 7-1. Como puede verse el empuje E, de
componentes

Eh = f K,,H-’ L7.11

Ev = f K,.H? L7.21

se supone actuando sobre un plano vertical ah que pasa por el extremo del talón.
Los valores de K,, y K,. vienen dados por los gráficos de la figura, en función
del ángulo /I de inclinación de la superficie del relleno y del tipo de suelo de dicho
relleno, clasificado de acuerdo con la tabla T-7.1. La variación de la presión se supo-
ne lineal con la altura, por lo que la resultante del empuje actúa a una altura r por
encima del plano de la base.
En el caso de que el material de relleno sea del tipo 5, el valor de Ha introducir
H - 1,20
en [7.1] y [7.2] es el real reducido en 1,20 m. y la resultante actúa a la altura 3
siendo H la altura en rn.
Caso h). Terraplen con superficie inclinada un ángulo p hasta llegar a una cierta
altura a partir de la cual se transforma en horizontal, sin actuación de sobrecarga.
Los gráficos de la figura 7-2 proporcionan, análogamente, los valores de K,, y K,. en

137
1400

1200

1000

800

600

600

200
0

260017--

2 LOO
7w
2200

2000

E 1800
n’
E 1600

p 1*00
3.
NOTA :
z 1200
w
- L O S NUMEROS SOBRE k 1000
LAS CURVAS SE REFIEREN
800
A LOS TIPOS DE SUELO IN
600
DICADOS EN LA TABLA T-7.1
000

TALUDES
6:1 3:l 2:l 1 l/g :1
DEL TERRAPLEN

GRAFICO PARA DETERMINAR EL EMPUJE POR m.P D E MURO SOBRE


MUROS QUE SOSTIENEN UN RELLENO CON SUPERFICIE LIMITE PLANA.

Figura 7-l

función de la relación 5 (ver fig. 7-2) del talud correspondiente al ángulo p y del
tipo de suelo.
Si el suelo del relleno es del tipo 5, el valor de H a introducir en [7.1] y [7.2]
es el real reducido en 1,20 m., pero la resultante actúa a una altura r, donde H es
la altura real, sin reducir.
Caso c) Superficie de relleno soportando una sobrecarga de valor q por unidad
de superficie (fig. 7-3).
Puede corresponder al caso de la figura 7-3a) que corresponde a un relleno hori-
zontal o al de la tig. 7-3b) de terraplen con superficie inclinada un ángulo /? hasta
llegar a una cierta altura a partir de la cual se transforma en horizontal, con actua-
ción de sobrecarga desde un cierto punto B.

138
S U E L O T I P O 1 S U E L O T I P O 2 S U E L O T I P O 3

0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1:o 0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0

V A L O R E S D E L A R E L A C I O N H,/H

S U E L O TIPO 4 S U E L O T I P O 5
2600

2100

2200

2000

1600

1600

1400

1200

1000

000

600

400

200

0
0 0.2 0.4 0.6 0.6 1.0 0 0 2 0.4 0.6 0.6 1.0

VALORES DE LA RELACION H,/H VALORES DE LA RELACION H,/H

GRAFICO PARA DETERMINAR EL EMPUJE POR m.t. D E MURO SOBRE MUROS QUE
SOSTIENEN UN RELLENO, CUYA SUPERFICIE LIMITE FORMA UN PLANO INCLINADO QUE
VA DESOE LA CORONACION DEL MURO HASTA CIERTA ALTURA S03RE ELLA DESDE DONDE
SE MANTIENE HORIZONTAL.

Figura 7-2

139
4

b b
aI b)

Figura 7-3

En cualquiera de los casos la presión sobre el plano vertical se incrementa de


manera constante con la altura, en el valor

P‘, = cq [7.3]

donde C viene dada en función del tipo de suelo del relleno por la tabla T-7.2

TABLA 7.2
VALORES DEL COEFICIENTE C

TIPO DE SUELO VALOR DE C


- .~~

1 0.27
2 0,30
3 0,39
4 1 ,oo
5 1 ,oo

En el caso de la tig. 7-3a) la presión se extiende a toda la altura. En el caso repre-


sentado en la tigura 7-3b), mediante una construcción análoga a la expuesta en
3.3.3.b) se traza por B una recta a 40” con la horizontal y se determinan los puntos
A y A’. La presión P, dada por [7.3] actúa desde A’ hasta el plano de base. Si A
cae por debajo de la base, puede despreciarse la influencia de la sobrecarga.
Para evaluar la presión transmitida por la sobrecarga al talón, ésta se toma de
valor q, que en el caso de la tig. 7-3a) se extiende a todo el talón. En el caso de sobre-
carga actuando a partir de un punto B, como se representa en la tig. 7-3b) puede
aceptarse un reparto a 60”, tal como se indica. (Si la recta a 60” corta al trasdos. M
puede ocupar una posición tal Como M’ pero la presión se aplica sobre el talón).

Caso d). Superficie de relleno soportando una sobrecarga lineal paralela a la


coronación y de valor Q por unidad de longitud.

140
Figura 7-4

En forma análoga al caso c) y a lo expuesto en 3.3.3b) en la tig. 7-4 se indica


la construcción correspondiente. La acción de la sobrecarga lineal Q se reemplaza
por la carga lineal

donde C viene dado en la tabla T-7.2. Si A cae por debajo del plano de cimentación,
la influencia de la carga Q sobre el muro puede despreciarse.
Para el cálculo de la presión p sobre el talón, se acepta el reparto a 60”, viniendo
dada la presión por

e L7.51
p=MN

(Análogamente al caso anterior, si la recta a 60” corta al trasdos, M puede ocupar


una posición como M’, pero la presión se aplica solamente al talón).

BIBLIOGRAFIA

(7.1) TERZAGHI, K; PECK, R.B.; «Mechica de Suelos en la Ingeniería Práctica». El Ate-


neo. Buenos Aires. Segunda Edición, 1955.

141
.’ .

3-4
CAPITULO 8
MUROS DE CONTRAFUERTES

8.1 INTRODUCCION

Cuando la altura del muro rebasa los 10 ó 12 metros, el canto del alzado es im-
portante y por tanto lo es también su volumen de hormigón. Surge entonces el interés
de aligerar el alzado cambiando de la solución de losa maciza a la solución de losa
nervada. (Fig. g-la y b).
La solución más lógica es la que sitúa los contrafuertes en la zona del trasdós
ya que en ella la losa frontal funciona como cabeza de una sección en T para resistir
los momentos flectores producidos por los empujes, disponiéndose la armadura de
tracción correspondiente en el borde del contrafuerte.

Figura 8-I

143
La solución de disponer los contrafuertes en el intradós, desde el punto de vista
mecánico tiene peor rendimiento, ya que la cabeza comprimida situada en los bordes
de los contrafuertes es muy escasa, salvo que se les dote de un gran espesor, lo cual
es antieconómico. Por otra parte, esta solución suele presentar problemas estéticos,
aunque cambiando las leyes de variaciones de cantos de los contrafuertes de la lineal
a otras más ceñidas a las leyes de momentos pueden conseguirse soluciones estética-
mente interesantes aunque de ferralla más complicada. (Fig. 8-2 a) y b)).

Es obvio que el muro de contrafuertes representa una solución muy ligera desde
el punto de vista estructural, pero conviene considerar los dos puntos siguientes:
-Como la diferencia de densidades del hormigón y del suelo no es muy grande.
desde el punto de vista de la relación a de base a altura y de las dimensiones
de puntera y talón, vale lo dicho para muros ménsula, y en particular el méto-
do de predimensionamiento expuesto en el Capitulo 5.
~ El importante ahorro de hormigón que supone la solución de muros de con-
trafuertes, se consigue a base de una mayor complicación de encofrado y fe-
rralla y de una mayor dificultad de hormigonado.
A la vista de lo anteriormente dicho el proyectista debe sopesar las ventajas e
inconvenientes de este tipo de solución y en la mayoría de los casos sera el estudio
económico el dirimente. En todo caso, a partir de los 10 ó 12 m. de altura esta solu-
ción representa una alternativa que debe ser considerada en los estudios previos.

8.2 DISPOSICIONES GENERALES

Como en el caso de los muros ménsula, el cimiento suele disponerse con un canto
de & a & de la altura H del muro. El ancho de la base se selecciona de acuerdo
con los métodos de predimensionamiento expuestos en el Capítulo 5

144
La separación entre contrafuertes viene generalmente fijada por razones de coste
y suele oscilar de i a i de la altura H. El espesor no debe ser inferior a 25/30 cm
por razones de facilidad de hormigonado. Por otra parte el contrafuerte se ve someti-
do a esfuerzos cortantes apreciables y ha de alojar en su borde la armadura de trac-
ción. Todo ello requiere unos mínimos prácticos que no deben ser olvidados al pro-
yectar.
La losa de alzado tampoco debe tener un espesor inferior a 25/30 cm por razones
de hormigonado, pero convieneSademás tantear su canto en función de los empujes
y de la separación elegida para los contrafuertes.
Un aspecto que afecta considerablemente al proyecto de los muros de contra-
fuertes es la disposición de las juntas de dilatación. Aunque este punto será estudiado
en el Capítulo 13, dentro de los detalles constructivos, la posición de tales juntas nece-
sita ser considerada ahora porque afecta a la distribución de esfuerzos en la losa del
alzado.
Dos soluciones posibles son las indicadas en la figura 8-3, que representa las dis-
posiciones en planta. En la variante de la figura S-3a) se duplican contrafuertes en
la junta, con lo cual las luces libres entre contrafuertes, son todas iguales. La disposi-
ción indicada en la figura X-3b) no presenta la duplicación de contrafuertes, pero para
que los momentos de la losa en su apoyo en los contrafuertes debidos a la flexión
horizontal de la misma sean iguales, obliga a que la luz entre contrafuertes en los
vanos de junta sea del orden de 0,82 1. Volveremos sobre esto más adelante. Es fre-
cuente, dado que se trata de muros altos y la separación entre contrafuertes es de
1 1
a - de la altura, disponer juntas de dilatación cada tres o cuatro vanos.
3 2

t -0.82 l t I t L t L t -0.82 L t
I I I ,

b)

Figuru 8-3

145
8.3 CALCULO DEL EMPUJE

Generalmente, por su constitución el muro de contrafuertes exige la excavación


del trasdós y el relleno se suele hacer con material granular. Como se trata de muros
de altura considerable, resulta siempre interesante desde el punto de vista económico
una adecuada investigación geotécnica y la disposición de un eficaz sistema de drenaje.
El método de HUNTINGTON que más adelante se adopta para el cálculo de
este tipo de muros calcula el empuje por la teoría de RANKINE, que ya expusimos
en 3.2.2. La hipótesis es lógica, pues el rozamiento del relleno situado sobre el talón
con los contrafuertes acentúa lo expuesto en 3.2.3. Para el diagrama de empujes véase
la figura 8-l 1.
El empleo de métodos más refinados para el cálculo del empuje, tal como el ex-
puesto más adelante en 9.2 para los muros de bandejas, no es aconsejable aquí, ya
que el método de HUNTINGTON, como método aproximado para el cálculo estruc-
tural, fue desarrollado con base en el método de RANKINE para la evaluación de
los empujes.

8.4 CALCULO DEL MURO COMO ESTRUCTURA DE HORMIGON ARMADO

Este tipo de muros presenta diferencias muy importantes con los de gravedad
y ménsula, vistos anteriormente. Se trata de una estructura altamente hiperestática
y existen diferentes caminos para su cálculo, sin que con ninguno de ellos pueda pre-
tenderse un gran rigor en el análisis de los esfuerzos. El método que se expone a conti-
nuación es debido a HUNTINGTON (*) y se ha mostrado como eficaz durante mu-
chos años.

I) P. ’ , \DISTRIEUCION GENERAL
-L -’ 1 \DE PRESIONES

DIAGRAMA DE PRESIONES UTILIZADO PARA EL


CALCULO DE LOS MOMENTOS DE VANO EN LA
FLEXION HORIZONTAL DE LA LOSA DEL ALZADO

Figurtr K-4

(*) Ver W.C. HUNTINGTON «Earth Pressures and Retaining Wallw (8.1).

146
a) Cálculo de la losa de alzado. Comenzaremos por el cálculo de losa del alzado.
En la parte alta de la losa, ésta se apoya en zonas de contrafuerte de escaso canto
y tiene su borde superior libre. En la zona inferior la situación es considerablemente
diferente y la losa está fuertemente coaccionada por su unión a los contrafuertes y
a la losa del cimiento. Si bien en la parte alta la distribución de presiones debe supo-
nerse que sigue la ley general, es evidente que no ocurre así con la zona inferior.
HUNTINGTON, mediante un estudio de todo el campo habitual de dimensiones de
los muros de contrafuertes y asimilando el caso al de una placa con análogas condi-
ciones de borde, establece, para el cálculo de los momentos de vano en la flexión en
dirección horizontal de la losa, (figura 8-4), una distribución trapecial de presiones
tal como se indica por la zona rayada de la figura, y cuyo valor máximo es la mitad
de la presión máxima p a nivel de cara superior del cimiento, que se obtendría por
la aplicación de la teoría normal de RANKINE.
Para los momentos de apoyo sobre contrafuertes, correspondientes también a
la flexión horizontal de la losa, se adopta un diagrama diferente, tal como se indica
por la zona rayada de la figura 8-5. La zona ABC punteada en la figura 8-6 en el
diagrama de presiones, se acepta que se transmite verticalmente a la losa de cimiento.

I
H-h
4

H-h
4

H H-h
L

DIAGRAMA DE PRESIONES UTILIZADO PARA Et


CALCULO DE LOS MOMENTOS DE APOYO EN LA
F L E X I O N H O R I Z O N T A L D E L A L05A D E L A L Z A D O

-- -
A
BL C

Figurar K-6

147
HUNTINGTON, a partir de las leyes de presiones expuestas, adopta las distri-
buciones de esfuerzos que a continuación se exponen.
Para el caso pésimo de sólo tres contrafuertes, en la disposición de la figura S-3a),
la distribución de momentos se indica en la figura S-7a). Los valores de los momentos
negativos en los apoyos se adoptan como valores para el cálculo (fig. 8-7b). Para los
PP se aumenta a Z.
momentos positivos en vano, el valor teórico 24 pl’
Recuérdese que
p es la carga por unidad de altura tomada del diagrama de la figura 8-4 para los mo-
mentos de vano y del diagrama de la figura 8-5 para los momentos de apoyo.

- PI2 -PI2 -
42 42

al b)
Figura 8- 7

El caso de contrafuertes duplicados en las juntas de dilatación, indicado en la


figura 8-3b) es más complejo. En la zona alta del muro, la sección del contrafuerte
es muy pequeña y la flexión horizontal de la losa se parece mucho a la de una losa
continua sobre apoyos. El caso de tres vanos se representa en la figura 8-8a).

PV24 PIz/2&
b)
Figura 8-8

148
En la parte baja de la losa, los contrafuertes presentan una elevada rigidez al
giro, por su gran canto y por su cercano empotramiento en la losa de cimiento y la
flexión de la losa de alzado se aproxima a la de una losa continua con empotramien-
tos extremos (tig. S-8b). A efectos de cálculo se adoptan los momentos indicados en
la figura 8-k), considerando para el cálculo de p las leyes expuestas en las figu-
ras 8-4 y 8-5 según se trate de momentos de vano o apoyo, respectivamente.
En todos los casos los esfuerzos cortantes pueden calcularse con sus valores isos-
táticos 2, siendo 4 la presión según el diagrama general de presiones y no según los
convencionales adoptados. El cálculo a esfuerzo cortante se hace de acuerdo con lo

--
expuesto en 6.3.1 .b).
De los estudios citados de HUNTINGTON se deduce que los momentos debi-
dos a la flexión vertical de la losa pueden ser estimados con suficiente precisión por
los valores indicados en la figura 8-9, de acuerdo con la cual pueden despreciarse los
momentos verticales en el cuarto superior de la losa.

M =0,0075P,k! (H-h)

-tl-

Id--
H-h
4

H-h
-
2

H-h
-
4

M,=-0.03 P,t ( H - h)

La distribución indicada corresponde a los momentos máximos y ocurre en la


sección media entre contrafuertes, con

M, = - 0,03 p,I( H-h) P.11


Al2 = 0,0075 p,l(H-h) P.21
donde p, es la presión sobre la losa a nivel de cara superior de cimiento, de acuerdo
con la ley general de distribución de presiones y no con las convencionales adoptadas
para los momentos en sentido horizontal, según las figuras 8-4 y 8-5.
Los valores de M, y M2, se reducen en sentido horizontal desde la sección media
entre contrafuertes hasta anularse en ellos, según una ley aproximadamente parabóli-
ca. Como simplificación se sugiere que estos momentos se consideren constantes en

149
el tercio central de la distancia entre contrafuertes y se suponga que se reducen lineal-
mente hasta anularse en ellos. En los paneles extremos de la disposición indicada en
la figura 8-3b), puede adoptarse análoga distribución.
El esfuerzo cortante en el arranque de la losa de alzado en el cimiento, puede
expresarse por la fórmula
v = 0,4p,l i8.31
siempre que la separación entre contrafuertes no supere la mitad de la altura.
El valor de V según [8.3] es también máximo en la sección intermedia y decrece
hacia los contrafuertes, pero dado que el esfuerzo cortante en la losa debe absorberse
sin necesidad de armadura transversal, tal distribución carece de interés. El cálculo
a esfuerzo cortante se hace de acuerdo con lo expuesto en 6.3.1 .b).
Con lo expuesto en este apartado puede dimensionarse y armarse el alzado. La
armadura horizontal del intradós suele organizarse en tres zonas, una superior y otra
H - h
inferior de altura ~
8 y la tercera correspondiente al resto del alzado, de acuerdo
con la distribución de presiones dada en la figura 8-4. La armadura del trasdós suele
H - h
organizarse también en tres zonas, una superior de altura -,4 otra inferior de altu-

raHPh
~ y la tercera correspondiente al resto del alzado.
8
H=h
La armadura vertical se organiza en el trasdós con altura 4 a partir de la
cara superior del cimiento, y sección correspondiente al momento M, dado por [8.1].
En el intradós se dispone la armadura correspondiente al momento 1!4~ dado por
[8.2], hasta una altura 3’H4- h’ más la longitud de anclaje correspondiente.

Tanto en el intradós como en el trasdós debe existir una armadura horizontal


y vertical no inferior a la que por razones de retracción y temperatura se indica en
el Capítulo 13. Dicha armadura de retracción y temperatura puede utilizarse simultá-
neamente para absorber los momentos flectores calculados.
b) Cúlculo de la puntera. No presenta ninguna particularidad respecto a lo visto
para el caso de los muros ménsula. Sin embargo, la armadura A, debe prolongarse
simétricamente (fig. 8-10) en el talón, al otro lado de la losa del alzado con el fin
de transmitir al talón el momento de la puntera, y la mitad al menos debe llevarse
hasta el fin del talón. La razón de esta última recomendación se analiza en el aparta-
do siguiente.
c) Cálculo del talón. En este tipo de muros el cálculo del talón resulta muy com-
plejo pues se trata de una placa, relativamente gruesa, con coacciones variables en
tres lados y libre en el otro.
En la figura 8-l la) se indican las presiones sobre el plano CD pasando por el
extremo del talón (*). Las fuerzas actuantes sobre el cimiento son:

(*) Recuérdese que de acuerdo con la teoría de RANKINE las presiones resultan paralelas a la superficie
del terreno. (Ver fórmulas [3.12] y [3.13]).

150
As w2

Figura 8-10

b)

Figura 8-11

F, = Su peso propio
F2 = El peso del terreno sobre el talón.
F3 = Componente vertical de las presiones sobre AB producidas por el trapecio
de presiones variando de p, a p2 sobre CD. Para una presión p, la presión
vertical unitaria tal como se indica en la figura 8-l 1 b) es p sen/? tg fl y por
lo tanto las presiones verticales actuantes por este motivo sobre la cara AB
varían de pI sen/3 tg/? en el punto A hasta p2 sen p tg /? en el punto B.
F4 = Componente horizontal de las presiones sobre AB producidas por el trape-
cio de presiones variando de p, a p2 sobre CD. Su valor, de acuerdo con
lo visto es f @, + p2) sen /?.

151
Fj = Componente vertical de las presiones sobre BC producidas por el trapecio
de presiones variando de pJ a p3 sobre CD.
F6 = Componente horizontal de las presiones sobre BC producidas por el trape-
cio de presiones variando de p2 a p3 sobre CD.
F, = Reacción ascendente debida a las presiones cr de respuesta del suelo sobre
el cimiento.
F8 = Par de cargas equivalente al efecto del momento Mp transmitido por la
puntera al talón.
F9 = Peso del relleno de tierras sobre la puntera.
La componente vertical Fs, actúa en la cara vertical extrema del talón y su efecto
es transmitido al interior de la losa mediante los correspondientes esfuerzos cortantes
y momentos flectores.
El valor de FJ viene dado por

F5 = $PI + p3)h sen p v3.41


L

y aceptando una distribución triangular con valor p.: en B y nulo en A (*), se obtiene

(PJ + phh sen B


Pi = [8.5 1
a

El valor de Fn resulta

F = P’+
~ P3
heos /l
6
2

Los efectos de las fuerzas F3, F4 y F,-, son nulos si ,8 = 0 y en los demás casos
generalmente pueden ser despreciados en la práctica.
En cambio, el efecto de la fuerza F8 es muy importante y debe ser cuidadosamen-
te estudiado.
El efecto del momento M,, de la puntera, es transmitido al talón y a través de
éste a los contrafuertes, produciendo en el talón corrimientos descendentes, excepto
en los tres bordes que lo unen a los contrafuertes y a la losa del alzado.
HUNTINGTON asimila el efecto producido por M,, a una carga ficticia, de dis-
tribución parabólica, de eje vertical pasando por el extremo del talón.
De acuerdo con ello

siendo px la presión máxima en B. El momento de la distribución de presiones debe


ser igual al transmitido por la puntera, de donde

(*) HUNTINGTON calcula el talón como losa continua apoyada exclusivamente en los contratùertes

152
y por tanto

pn = 2.4 3 18.71
a)

con valor nulo en A.

Se acepta que esta distribución permanece constante en toda la distancia entre


contrafuertes.
En definitiva, conocidas las cargas F, a Fx, podemos ya dimensionar el talón
como losa continua apoyada (colgada). en los contrafuertes. La evaluación de mo-
mentos de vano y apoyo se hace con los mismos valores establecidos en las figuras
8-7 y 8-8 para la losa del alzado, según la distribución de juntas de dilatación que
corresponda. Como la carga resultante C Fa lo largo de la dimensión AB del talón
es variable, puede dividirse en varias franjas para el armado, si AB es de longitud
importante.
La armadura de prolongación de la de puntera que se especificó en el apartado
b) cubre los momentos de empotramiento producidos en dirección perpendicular al
alzado. El cálculo a esfuerzo cortante se hace de acuerdo con lo previsto en 6.3.1 .b).
Existe una reacción ascendente, no considerada, sobre el borde inferior de la losa
de alzado. Llamando Fy al peso del relleno sobre la puntera, su valor es

R = F, + F8 - (F, + FJ + & + & + Fq)


Obsérvese que en la expresión anterior se suma la carga ficticia Fa. La razón es
que esta carga ficticia, se transmite por la losa a los contrafuertes y se equilibra con
la ascendente soportada por el cuerpo del muro.

153
La fuerza R solicita al alzado como viga de gran canto, pero usualmente su in-
fluencia es despreciable.
d) Cálculo de los contrafuertes. El cálculo del contrafuerte se reduce, en esencia,
al de un voladizo, pero debido a su fuerte variación de canto, se presentan algunos
problemas particulares.

hf

M- V

t I t L t
I I I 1 I ,

b)

Figura 8-13

Conocida la distribución de presiones sobre la losa de alzado, multiplicándolas


por la separación s entre contrafuertes se tiene la distribución de fuerzas sobre el mis-
mo. La componente vertical de estas fuerzas puede ser despreciada, con lo que consi-
deraremos sólo la componente horizontal, a partir de’la cual podemos calcular la ley
de momentos flectores y de esfuerzos cortantes. (Fig. 8-13a) (*).
Para el cálculo a flexión en cualquier sección horizontal, tal como M-M, el pri-
mer punto es calcular el ancho de losa que funciona como eficaz a efectos de cabeza

(*) Se desprecia el hecho de que parte de la presión no se ejerce sobre la losa sino sobre el talón del
propio contrafuerte.

154
comprimida. El problema no es contemplado por EH-88 para el caso de piezas en
voladizo como el que nos ocupa, por lo que seguiremos el MODEL CODE CEB-FIB
(8.2) que toma como ancho eficaz b,, el ancho t del contrafuerte más O,.? (H-h)
(fig. 8-l 3 a) sin exceder el ancho real S.
Conocido el ancho eficaz b,, y el momento correspondiente a la sección M-M
considerada, el cálculo a flexión se realiza como el de una sección rectangular de an-
cho 6, y canto d (tig. 8-l 3a), para lo cual, se emplean los gráficos GT-12 ó GT-13,
segun la clase del acero empleado. Al manejar dichos ábacos, debe comprobarse que
el valor $ anotado en ellos no rebasa la relación d4 del espesor de losa a canto del
contrafuerte (*). La entrada en el ábaco se hace con

F3.81

y obtenido o, se calcula U,< mediante

pero al ser la pieza de canto variable, la capacidad mecánica real de la armadura nece-
saria viene dada (fig. 8- 13 a)) por

U,<, = JfL [8.10]


cos a

Esta armadura usualmente necesita ser colocada en varias capas por razones de
espacio y debe ser anclada en el talón (tig. 8-13 a)).
Para el cálculo a esfuerzo cortante, al ser la pieza de canto variable, con el canto
creciendo en el mismo sentido que el momento, el esfuerzo cortante efectivo se reduce
al valor

V(,, = V- Mtga(**) [8.11]


z

pudiendo tomarse z = 0,9 d.


El esfuerzo cortante se absorb