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¿QUÉ ES LA VITAMINA D Y PARA QUÉ SIRVE?

La vitamina D es un nutriente necesario para la salud. Ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de
las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes. Junto con el calcio, la vitamina D
contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más
delgados y débiles y sean más propensos a fracturas. Además, al cuerpo le hace falta la vitamina D
para otras funciones. Los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir
mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo. La vitamina D es indispensable para que el
sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan.

¿APORTA VITAMINA D LA LUZ DEL SOL?

El cuerpo produce vitamina D cuando la piel descubierta se expone al sol. La mayoría de las
personas reciben al menos algo de vitamina D de esta manera. Sin embargo, las nubes, la niebla
contaminada (esmog), la edad avanzada y la piel de color oscuro reducen la cantidad de vitamina
D producida por la piel. Asimismo, la piel expuesta a la luz solar a través de una ventana no
produce vitamina D.

La radiación ultravioleta del sol puede causar cáncer de piel, de manera que es importante limitar
el tiempo de exposición. Aunque los protectores solares limitan la producción de vitamina D, los
expertos en salud recomiendan usar aquellos que ofrecen un factor de protección solar (FPS) de
15 o más si la persona va a exponerse al sol por algo más que unos pocos minutos.

Tomar sol es algo habitual cuando llega el verano. Pero no tomar las debidas precauciones es un
asunto serio que afecta a su salud y que puede traerle malas consecuencias. Dos de las más
corrientes son: la insolación y las quemaduras solares.

INSOLACIÓN

En general, la insolación es la consecuencia de estar demasiado tiempo a temperaturas altas que


acaban provocando un incremento considerable de la temperatura corporal. Evitarla es
relativamente sencillo si se toman algunas precauciones como cubrirse con gorras y remeras
(sobre todo la cabeza, con lo que de paso evitamos los mareos), protegerse del sol buscando la
sombra, refrescarse a menudo y beber abundante cantidad de líquidos. De lo contrario, será fácil
ser víctima del sol y acabar padeciendo este contratiempo entre cuyos síntomas se cuentan el
pulso acelerado, la fiebre, la escasa sudoración o incluso la pérdida de conocimiento.

Existen algunos factores que favorecen la insolación, ellos son:

 Ejercicio Físico Intenso, ambientes calurosos y húmedos


 Edades Extremas (ancianos y niños)
 Alcoholismo – Diabetes
 Deshidratación – Obesidad
 Gastroenteritis
 Fármacos Diuréticos, antihipertensivos, antidepresivos, laxantes, antihistamínicos
 Hipertiroidismo – Insuficiencia Cardíaca
PREVENCIÓN

 Mantener buena hidratación antes, durante y después del ejercicio.


 Ventilar las viviendas, usar ropa ligera, controlar la temperatura corporal.
 Ante la aparición de los síntomas descriptos, suspender el ejercicio y buscar asistencia
médica.

TRATAMIENTO

Debe buscarse disminuir rápidamente la temperatura corporal. La persona con sospecha de Golpe
de Calor debe ser colocada a la sombra, desvestida, de costado (decúbito lateral) y proceder a
darle un baño con esponja con agua helada y masaje vigoroso para mejorar la circulación venosa.
El médico puede administrar fármacos antitérmicos y sales de hidratación oral.

QUEMADURAS SOLARES

Exponerse al sol durante horas y sin haberse aplicado antes una crema protectora adecuada a
nuestra sensibilidad dermatológica y solar es casi un pecado. ¿Sus consecuencias? desde
quemaduras leves de primer grado (enrojecimiento, irritación…) a quemaduras graves que acaban
derivando en ampollas, manchas o pecas sospechosas (en el peor de los casos el tan temido pero
habitual melanoma maligno, que es un tumor cancerígeno derivado de un nevo o peca al que
hubiera convenido que no le tocase el sol) Entre estas consecuencias es también observable la
formación de los llamados eritemas, es decir, enrojecimientos de la piel producidos por la
congestión de los capilares. Aunque bien puede derivarse de muchas causas, debe su formación
generalmente a una exposición al calor radiante que provoca una inflamación superficial y un
enrojecimiento de la piel.

Las recomendaciones incluyen el uso de ropa ligera, no exponerse a los rayos solares entre las 10 y
16 hs. y uso de cremas con filtros o pantallas solares, hidratantes y a base a lanolina.

Si no ha habido prevención previa, la solución pasa por la aplicación de pomadas tratantes


(hidratantes y calmantes) o la solución casera del vinagre (que refresca y regenera las partes más
superficiales de la piel). En casos graves, es conveniente medicarse mínimamente con una
aspirina, un antiséptico o paracetamol. Aunque una visita al médico no estaría de más

Hay que evitar:

 Exponerse prolongadamente al sol sin ningún tipo de protección.


 Tomar sol durante las horas de mayor radiación solar.
Síntomas:
 Enrojecimiento de la piel.
Modo de actuar:
 Aplicar paños fríos, hielo o alcohol.
 A continuación, puede aplicarse una pomada o crema hidratante.
 Quitar anillos, pulseras u otros objetos rígidos en contacto con la zona afectada.
 Si el accidentado presenta shock, llevarlo al hospital.
ENFERMEDADES POR EL SOL Y LAS RADIACIONES SOLARES

La exposición solar puede generar una serie de lesiones en la piel con síntomas complejos. Por
eso, es siempre recomendable tomar una serie de medidas preventivas para evitarlas.

Tomar el sol se ha considerado un hábito saludable, pero un exceso de sol en determinados tipos
de piel puede provocar ciertos problemas, como quemaduras solares, arrugas, pigmentaciones,
cambios de la textura de la piel, y, lo que es más importante cáncer de piel.

La radiación solar se compone de radiación visible e invisible. La fracción invisible de la luz,


representada por los rayos ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB) es la causante de la mayoría
de los problemas de piel.

Los rayos ultravioleta son más intensos y peligrosos en verano, en zonas próximas al ecuador, y en
grandes altitudes. También pueden tener una intensidad significativa en los días nublados (es
sabido que nos podemos quemar en la playa incluso en un día nublado).

Ciertas barreras físicas como el cristal de una ventana dejan pasar los UVA, y ciertas ropas de
tejidos poco tupidos pueden dejar pasar hasta un 50 % de la luz ultravioleta, y todo esto debe
tenerse muy en cuenta.

CÓMO EVITAR LESIONES DEL SOL

La protección solar puede ayudar a prevenir los daños inducidos por la luz solar y reducir el riesgo
de cáncer. La primera medida de fotoprotección debe ser evitar el sol en las horas centrales del
día (Entre 10 am y 4 pm) y utilizar ropas adecuadas (protección física). En último término, deben
emplearse las conocidas cremas fotoprotectoras.

La ropa adecuada debe ser de un tejido lo suficientemente tupido, y sombreros o gorros de ala
ancha para proteger la región facial. Asimismo, deben utilizarse gafas de sol para proteger la
región ocular.

Las sombrillas y sombreros protegen de los rayos UV que inciden de forma vertical, pero no contra
la luz difusa que se produce por reflejo sobre el agua, la arena y otras superficies. Hay que
recordar que los rayos ultravioleta son invisibles, y nos puede parecer que estamos protegidos del
sol cuando en realidad no lo estamos.

Los fotoprotectores actúan absorbiendo o reflejando los rayos del sol en la piel. Están disponibles
en forma de cremas, lociones, geles, sprays o barras labiales. El factor de protección solar (SPF) es
un número que debe especificar su capacidad bloqueadora de los rayos ultravioleta. No existe el
fotoprotector perfecto.

La mayoría son buenos bloqueadores del UVB, que causa el enrojecimiento o eritema solar, y las
quemaduras solares, pero no cubren tanto el UVA que está más asociado con el daño de la piel y el
cáncer cutáneo.

Los protectores solares deben tener como mínimo un factor de protección 15. Personas con piel
más blanca, de ojos claros, que se queman con facilidad, pueden necesitar de entrada protectores
de índice más elevado, como el 30 o el 50.
Ningún fotoprotector tiene una duración de acción que supere las 2 horas, incluso los
comercializados como resistentes al agua, así que deben reaplicarse con frecuencia,
especialmente en condiciones de ejercicio y sudor, y baños en el agua. Además, es conveniente
aplicarlos una media hora antes de la exposición al sol para que sean realmente eficaces.

CONSEJOS ESPECÍFICOS SOBRE LA PROTECCIÓN SOLAR

Utilice un protector solar con un índice de protección 15 al menos. Debe aplicárselo sobre toda la
piel expuesta al sol, incluyendo los labios, e incluso en los días nublados.

Si está expuesto al agua, ya sea nadando, duchándose o sudando, debe emplear un protector solar
resistente al agua.

 El protector solar debe aplicarse de nuevo cada 2 horas.


 Utilice un sombrero de ala ancha y gafas de sol.
 Busque la sombra en la medida de lo posible.
 Lleve ropas que le protejan del sol, de tejidos tupidos que no dejen pasar la luz.
 Planee sus actividades al aire libre fuera de las horas de mayor insolación (entre 10 am y 4
pm).

CONSECUENCIAS Y ENFERMEDADES DE LA PIEL POR EL SOL

Si has estado expuesto al sol sin seguir las recomendaciones para evitar lesiones, es posible que te
enfrentes a alguna de estas consecuencias:

QUEMADURAS SOLARES

Es el efecto inmediato del sol más conocido, y es debido a los ultravioleta B. Puede aparecer
durante las 24 horas siguientes a una exposición solar intensa. Una quemadura grave puede
provocar enrojecimiento, dolor, hinchazón, e incluso ampollas. En casos graves pueden aparecer
síntomas generales, como fiebre, escalofríos o dolor de estómago, que indican una atención
médica urgente.

No existe un tratamiento específico para las quemaduras solares. Pueden ser de ayuda las
compresas con agua fría, o las lociones hidratantes.

EL BRONCEADO

El bronceado es un efecto tardío de la exposición al sol, y las personas lo consideran en general un


signo de buena salud. Los dermatólogos saben que el bronceado es en realidad el resultado de un
daño infringido a la piel. Nuestra piel se protege del exceso de sol fabricando más melanina, por
eso se broncea.

Los rayos UVA de los salones de bronceado son tan nocivos para la piel como la luz solar, o incluso
más, porque la radiación ultravioleta A es capaz de penetrar en la piel a mayor profundidad, y es la
responsable del envejecimiento prematuro de la piel y del cáncer de piel.
EL ENVEJECIMIENTO Y LAS ARRUGAS

Las personas que han pasado años de su vida trabajando al aire libre desarrollan un
envejecimiento de la piel más acusado, con una mayor afectación de la textura y la elasticidad de
la piel, una mayor formación de arrugas y de manchas.

EL CÁNCER DE PIEL

Es bien conocido que la luz solar es un factor implicado en la provocación de cáncer de piel, tanto
el carcinoma basocelular y escamoso como el melanoma. Un 90 % de estos cánceres aparecen en
las zonas de la piel expuestas al sol: la cara, el cuello, las orejas, las manos y los antebrazos.

LAS REACCIONES ALÉRGICAS

Algunas personas desarrollan reacciones alérgicas en la piel. En algunos casos, estas reacciones
pueden aparecer después de la exposición al sol.

Los síntomas pueden ser placas rojas, ampollas o habones, localizadas en zonas donde toca el sol,
como la cara, el escote, los brazos y las manos. En ocasiones estas reacciones son causadas por
alergia a plantas, medicamentos o cosméticos, siendo necesario que haya luz solar para provocar
la reacción.

Es especialmente importante protegerse de las radiaciones solares para evitar lesiones en nuestra
piel. Por ello, ante el mínimo indicio de mancha o lunar extraño en la piel, es aconsejable acudir al
dermatólogo para que lo analice. En este caso, el Seguro de MAPFRE Salud se presenta como una
buena opción para contar con los mejores especialistas en los momentos en los que más lo
necesitemos.

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