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La hermenéutica histórica
y la teoría de la recepción en historiografía
Historical hermeneutics
and the theory of the historiography “reception”
Resumen Abstract
Fuentes Humanísticas > Año 25 > Número 46 > I Semestre 2013 > pp. 21-35
Fecha de recepción 17/02/12 > Fecha de aceptación 01/11/12
*
Universidad Nacional Autónoma de México.
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La hermenéutica histórica y la teoría de la recepción en historiografía
1 2
Emilio Lledó, El silencio de la escritura, pp. 69-95. Michel Foucault, La arqueología del saber.
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Fuentes Humanísticas 46 > Historia e Historiografía > Martha Beatriz Guerrero Mills
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Günther Patzig, “El problema de la objetividad y
4
Ibidem, p. 373. del concepto de hecho”, p. 151.
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Fuentes Humanísticas 46 > Historia e Historiografía > Martha Beatriz Guerrero Mills
Considero que existen criterios cuan- dad (Foucault); por lo tanto, los concep-
tos que dan coherencia a las propuestas
nos aproximan a una veracidad; aprecia-
mos, entonces, que no existen verdades ción, revalorar las interpretaciones, anali-
absolutas a pesar de que los sucesos se zar los textos en su sentido hermenéutico
cotejen con el discurso y con los datos. y concebir la relatividad de la veracidad
La objetividad en la historia se aproxima histórica que va más allá de la objetivi-
dad del conocimiento histórico. La recrea-
conocimiento que advierte diferenciar ción de estos nuevos paradigmas invita
entre objetivo y subjetivo, entre verdad a la disertación de los indicios, la diver-
absoluta y relativa, entre parcialidad, sidad, el multiculturalismo y plurivocidad
elocuencia y hecho. Un falso criterio es del lenguaje, entre otras categorías que
mostrar a la objetividad como verdad
absoluta. En este sentido, considero que La teoría de la recepción en histo-
la veracidad real reside no sólo en los riografía se vale de los horizontes de ex-
acontecimientos, sino en el discurso de periencia y de expectativa, presentados
las interpretaciones por parte de los his-
toriadores. Ante estas características del los cuales se aplican tanto para las his-
fenómeno en cuestión, suscita descon- torias narradas como para las historias
cierto y angustia meditar que la historia vividas, ya que proponen observar la his-
toricidad presentada, representada y re-
que cada uno contenga grados de elo-
cuencia–; por lo tanto, dependerá del En este sentido, Koselleck mencionaba:
historiador establecer los acontecimien-
tos, narrarlos, interpretarlos y, en cierta Así pues, permanencia, cambio y nove-
medida, juzgarlos. ¿Cómo reconocer los dad se captan diacrónicamente, a lo
prejuicios? Por ejemplo, valdría la pena
recalcar que la historia escrita, como lenguaje de una y la misma palabra. La
creación literaria, narrativa y emblemá- cuestión decisiva temporal de una po-
tica, representa un quehacer constante sible historia conceptual, según la per-
manencia, el cambio y la novedad,
historicidad y proyecta características conduce a una articulación profunda de
sociales que nos garantizan una veraci-
dad, a pesar de cotejar el hecho con las se solapan o se pierden y que sólo pue-
representaciones históricas. Por ello, nos den ser relevantes socio-históricamente
parece apropiado observar el contexto si previamente se ha realzado de forma
total, las verdades parciales sólo se ob- aislada la historia del concepto. De este
servan en su contexto, de ahí que la ne- modo, la historia conceptual, en tanto
cesidad de actualizar y reinterpretar cons- que disciplina autónoma, suministra in-
tantemente adquiere sentido. dicadores para la historia social al se-
guir su propio método.6
ca la teoría de la recepción alude a la
historia como representación de la reali- 6
Reinhart Koselleck, Futuro y pasado, p. 115.
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La hermenéutica histórica y la teoría de la recepción en historiografía
Por su parte, las teorías de Paul Ricoeur diato, nos permitirá introducir el con-
sobre la interpretación observan la po- cepto de “interpretación”.7
una amplitud de pensamiento para discer- narrada. La temporalidad como una co-
nir un conjunto de paradigmas como una rrespondencia anticipada para describir:
estructura de posibilidades. De ahí la ne- tiempo vivido, universal, de cronología,
cesidad de establecer una estructura del calendario y mítico. Así, distinguió:
que permita jerarquizar niveles de pro- “Sólo la dialéctica del sentido y la re-
cedimiento, es decir, los horizontes –tem- ferencia dice algo sobre la relación entre
poralidad, espacialidad, discursivos, de el lenguaje y la condición ontológica
enunciación– que condensan parámetros del ser en el mundo”.8 Con ella, Ricoeur
incorpora el modelo de interpretación es-
manera, que permita discernir su con- tructuralista con el modelo nomológico-
texto –fuera del texto– y discursos entre deductivo de la lingüística, para el aná-
líneas –dentro del texto–. Paul Ricoeur lisis del discurso narrativo, entendido
concibió la fenomenología hermenéuti- como dialéctica el acontecimiento, el sen-
ca para valorar la riqueza del lenguaje, tido y la referencia; “con relación al eje
de los símbolos, en sus aspectos for- de referencia, es posible recorrer el tiem-
males y dinámicos. Demostraba que la po en las dos direcciones, desde el pa-
hermenéutica es un método capaz de sado hacia el presente y desde el presen-
cuestionar la dicotomía comprensión ex- te al pasado”.9 Además, reconoce que
plicación, la cual es a su vez dialéctica el conocimiento histórico pretende al-
porque la bifurcación entre estos dos canzar la veracidad haciendo uso de las
agentes aparece en momentos relati- huellas del pasado, de los testimonios, a
vos de un proceso de interpretación. En
uso de la autorreferencia del discurso,
que nos remite a su hablante, al mismo
7
Paul Ricoeur, Historia y narratividad, pp.59-60.
8
Idem, Teoría de la interpretación, p. 10.
9
Idem, Tiempo y narración, p. 787.
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y explicar los modos como la historia tación ingenua y una crítica, entre una
se presentan, la narratividad y la inten-
cionalidad del discurso referente. En este hermenéutica; de igual forma, de la his-
sentido, las interpretaciones muestran toriografía, el recuperar el sentido en la
lectura, en las palabras de Ricoeur: “el
historia para el presente. Para Ricoeur, decir del hermeneuta es un redecir que
el texto histórico es un discurso narrati- reactiva el decir del texto”.10
vo. El diálogo que se establece con el
texto es entre el lector y el escritor, relato histórico es un proceso cíclico de
el mundo presentado en el texto: un la hermenéutica, que puede ser aplicada
mundo imaginario. Con esta cantidad de a la narración histórica en tres tiempos:
valoraciones del texto, como plurivoci- mimesis I, mimesis II y mimesis III. Mi-
dad interpretativa, puede ser conferida mesis
a las oraciones con ambigüedad, ana- cripción, atendida como una nueva crea-
crónicas o a los falsos prejuicios, que nos ción metafórica de la realidad plasmada
en las narraciones históricas. Ricoeur da
sentido a la interpretación, la cual parte
como su relación dentro de la narra- de la búsqueda de los textos, se involu-
ción. Así, el teórico francés concibió la cra con la trama, reitera la creación de
fenomenología hermenéutica conducién- imágenes y de acontecimientos. Al com-
donos a la valoración de la riqueza del prender un nuevo lenguaje con los libros,
lenguaje, de los símbolos; en sus aspec- se requiere de una posición cognitiva que
tos formales y dinámicos, demostró que permite la comprensión, la apropiación
la hermenéutica más que ser un método, y la reinterpretación personal de lo leí-
era capaz de poner en cuestión la dico- do. Por ello, en el proceso hermenéutico
tomía y dialéctica entre comprensión y intervienen dos agentes esenciales: el
explicación; porque entre estos dos, apa- texto y el intérprete. En el sentido de
recen momentos relativos de un proce- Gadamer, hay una fusión de horizontes.
so que puede llamarse interpretación,
que es el proceso de redescubrir el mun- de Paul Ricoeur comprende una diná-
do mismo a través de la crítica de las mica ideal para caracterizar relaciones
ideologías, el lenguaje o la argumentación. subjetivas localizadas en los propios plan-
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Roger Chartier, El mundo como representación, pp. María Moog-Grünewald, “Investigación de las
45-62.
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Tzvetan Todorov, Nosotros y los otros, p. 87. Idem, Simbolismo e interpretación, p. 5.
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nían respecto a la comunidad donde los En este sentido, el acto de leer adquiere
textos recaen. Obviamente cada comuni- un carácter personal entre el autor y el
intérprete, quienes pueden ubicar su im-
portancia dentro de los parámetros de
ses políticos y económicos particulares; la discusión de la obra en diversos mo-
y censuras son algunos de los rasgos que vez tienen su propia historicidad. Así,
crean polémica desde la recepción.
En el caso de la relación autor-lec- experiencia del lector con ella, lo expe-
tor, nos referiremos a ella a partir de rimenta en términos de su propia iden-
la estructura de los textos y de la in- tidad. Precisamente, la diferencia entre
tertextualidad, la cual adquiere una re- leer e interpretar se asume como una
lación comunicativa, cognoscitiva y refe- experiencia de entender al lector bajo
rencial. La aplicación de estas nociones sus hipótesis. Entonces, el texto proyec-
teóricas sobre la relación con la escritu- ta una libertad en la lectura, como de
ra puede determinarse en el horizonte placer; por ello apreciamos que la libre
interpretación es una estrategia reca-
dos precisos al entorno comunitario; es- pacitada, que propicia apertura, hallaz-
to permitirá cuestionar al texto no co- go y descubrimiento de las formas, refe-
mo un discurso cerrado y compuesto por rencias y puntualizaciones literarias para
una linealidad, sino como propositivo,
trucción de un texto nuevo.18
llegar a una audiencia determinada. Del
texto dependen el formato, los géne- la forma y el contenido del discurso, de
ella se esgrime la posibilidad de un sig-
las editoriales tendrán una importancia
relativa para delimitar el mundo del lec- generalidades del lenguaje por su uso
tor. En este sitio, podemos mostrar un particular, a esto se llama textualidad;
límite de la historiografía, porque ana- el carácter del mismo nos indica los
liza la recepción pero no siempre se lo- vínculos entre la forma, el contenido y
calizan testimonios para comprobar la la dimensión social, para llegar a niveles
autenticidad de esta recepción, pues no se
obtienen rastros o huellas testimoniales. implicación mutua dentro de un univer-
En términos generales, la lectura es so concebido textualmente; es decir, hay
la transmisión de conocimientos; para una relación intertextual.
una lectura concienzuda, silenciosa, pro- Finalmente, llegar a la intencionali-
funda y meticulosa se requieren ciertos dad de las representaciones históricas,
rasgos de especialidad, de característi- indagar en la historia con un desdobla-
cas personales, del uso de la meditación, miento de posibilidades, concebirse como
al estilo escolástico, donde el entendi- autorreferencia en el texto (textualidad),
miento es más puntual y el lenguaje se
elabora para la transmisión de un men- 18
Roland Barthes, El placer del texto y lección inau-
saje, una teoría, un relato, una historia. gural, p. 1 974.
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