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Introducción
Una vez revistado el campo de producción que gira en torno de nuestro objeto,
proponemos el marco teórico para indagar la cuestión. Cuatro décadas después del auge de las
teorías del “fin del trabajo” y de la desaparición de la clase obrera, sostenemos la propuesta
teórica que E.P Thompson propuso en La formación de la clase obrera en Inglaterra en 1963,
cuando el marxismo se renovaba y antes de que se le emitiera apresurada y erróneamente
partida de defunción. No podemos sustraernos (como no había podido hacerlo B. Coriat) de la
lucha de clases. Pero ahora es el momento de precisar qué dinámica este aparato conceptual
nos va a permitir poner a funcionar.
1
De la Garza. E: “Fin del trabajo o trabajo sin fin”. En Castillo, J.J. (ed.), El trabajo del futuro. Madrid:
Editorial Complutense, 1999.
2
Neffa, J: “Presentación del debate reciente sobre el fin del trabajo”. En EL FUTURO DEL TRABAJO -
EL TRABAJO DEL FUTURO. De la Garza y Neffa Coordinadores. Buenos Aires, CLACSO, octubre de
2001. P.52.
3
Lambruschini, P: “Un debate sobre el fin del trabajo. El ocaso de un discurso a la luz de los tiempos”.
IX Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 2011. P. 3.
4
Coriat, B: “El taller y el Cronometro. Ensayo sobre el Taylorismo, fordismo y la producción en masa”.
Siglo XXI, México, 1982. P.3.
¿Qué entiende Thompson por Clase? Esta no se define solamente a partir de sus
condiciones “objetivas”. El autor construye un concepto de clase que incorpora las
dimensiones de acción y subjetividad, en un nivel de análisis dinámico provisto por la
temporalidad histórica: “Por clase, entiendo un fenómeno histórico que unifica una serie de
sucesos dispares y aparentemente desconectados, tanto por lo que se refiere a la materia prima
de la experiencia, como a la conciencia.” 5. Así, las dimensiones de experiencia y de
conciencia permanecen indisolublemente unidas y cargan, en última instancia, con el
concepto de clase; experiencia sin embargo determinada por las relaciones sociales de
producción. Creemos necesario esta extensa cita: “la clase cobra existencia cuando algunos
hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas o compartidas), sienten y
articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros
hombres cuyos intereses son distintos (y habitualmente opuestos a) los suyos. La experiencia
de clase está ampliamente determinada por las relaciones de producción en las que los
hombres nacen, o en las que entran de manera involuntaria. La conciencia de clase es la
forma en que se expresan estas experiencias en términos culturales: encarnadas en
tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales. Si bien la experiencia
aparece como algo determinado, la conciencia de clase no lo está.”6
Para el autor, la atribución de clase a un grupo por razones objetivas es una afirmación
insignificante, por lo que entiende que quien da sentido al concepto de clase es la conciencia,
que se encuentra entonces antes y no derivada de una posición especial: “Una clase no puede
existir sin una especie cualquiera de conciencia de sí. De lo contrario, no es o no es todavía
una clase; es decir, no es todavía ‘algo’, no tiene todavía ninguna especie de identidad
histórica”7. De la proposición anterior se deriva que no hay espacio, como veremos, para la
“falsa conciencia”. No hay una determinación objetiva que postula una jerarquización de
momentos necesarios en la evolución de una conciencia, para desde allí anotar la falta de
correspondencia entre base y superestructura para descalificarla como falsa. En términos
simples, la conciencia que tenga la clase será la que es, sin deber ser otra cosa. Al mismo
tiempo, lo que aparece es un reordenamiento en la lógica de las determinaciones de tal modo
que la lucha de clase, es decir la experiencia determinada por una posición objetiva, es previa
y determina a su vez a la clase y la conciencia8.
5
. Thompson, E. P.: “La formación de la clase obrera en Inglaterra” (2 vols.), Barcelona, Crítica, 1989
(1ª ed. en inglés: 1963), p. XIII
6
Íbid., p. XIII-XIV, cursivas en el original.
7
Thompson, E. P., “Algunas observaciones sobre clase y ‘falsa conciencia’”, versión mimeo, 1ª ed. en
inglés: 1977, p. 11. El subrayado es nuestro.
8
Así lo expone en “La sociedad inglesa del siglo XVIII: ¿Lucha de clases sin clases?”, en Tradición,
revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial, Barcelona,
Crítica, 1984 (1ª ed. en inglés: 1979), p. 37
“En mi opinión, se ha prestado una atención teórica excesiva (gran parte de la misma claramente
ahistórica) a ‘clase’ y demasiado poca a ‘lucha de clases’. En realidad, lucha de clases es un concepto
previo así como mucho más universal. Para expresarlo claramente: las clases no existen como
entidades separadas, que miran en derredor, encuentran una clase enemiga y empiezan luego a
luchar. Por el contrario, las gentes se encuentran en una sociedad estructurada en modos
Por todos estos indicios, clase en el sentido en que la construye Thompson, no es una
categoría analítica producto de una formulación teórica para aprehender la sociedad sino una
realidad histórica producto de una relación social historizable y si se quiere post-industrial,
dentro de las cuales las gentes han tenido conciencia de ella en el proceso mismo de vivir, por
eso aclara: “No veo a la clase como una ‘estructura’, ni siquiera como una ‘categoría’, sino
como algo que tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones
humanas. Todavía más, la noción de clase entraña la noción de relación histórica. Como
cualquiera otra relación es un proceso fluido que elude el análisis si intentamos detenerlo en
seco en un determinado momento y analizar su estructura 9(…) y en un momento dado (la
formación ‘madura’ de la clase) observamos la creación de instituciones y de una cultura con
connotaciones de clase, que admiten comparaciones transnacionales10”.
Metodología:
Para responder los interrogantes planteados hemos realizado entrevistas extensas con
mensajeros en actividad, ex mensajeros con grados de responsabilidad sindical y con actuales
representantes del sindicato de mensajeros. También hemos asistido a plenarios sindicales con
dirigentes históricos de la actividad. Asimismo, hemos contrastado la publicación
“Sindicalismo con Códigos mensajeros” realizada por ex representantes de SIMeCa con
documentos publicados en la página web de ASiMM y las entrevistas. A su vez, hemos
problematizado estas fuentes con otras de origen diverso como ser la prensa periódica y sitios
informativos digitales. Formará parte del análisis el material audiovisual “SIMeCa, 10 años de
lucha”. Desde el punto de vista bibliográfico, el enfoque etnográfico y mass-mediático que
tomamos de “De fleteros a motoqueros” de María Graciela Rodríguez, nos permitirá trabajar
con relativa comodidad sobre representaciones y circulación de sentidos. Los testimonios que
determinados (crucial, pero no exclusivamente, en relaciones de producción), experimentan la
explotación (o la necesidad de mantener el poder sobre los explotados), identifican puntos de interés
antagónico, comienzan a luchar por estas cuestiones y en el proceso de lucha se descubren como
clase, y llegan a conocer este descubrimiento como conciencia de clase. La clase y la conciencia de
clase son siempre las últimas, no las primeras fases del proceso real histórico.
9
Thompson, E. P., La formación..., p. XIII.
10
Thompson, E. P., “La sociedad inglesa...”, p. 34, el subrayado es nuestro.
no sean parte de nuestras entrevistas, estarán citados de su lugar de origen. A nuestros
entrevistados los reconoceremos por su nombre completo o de pila.
El contexto en el que surge la actividad está marcado fuertemente por dos aspectos
yuxtapuestos: la política económica neoliberal y el desarrollo un factor tecnológico: la
telefonía fija y móvil. Este último es un aspecto poco tratado por la bibliografía. En ella, se
considera a la política económica desplegada durante el menemismo como el plafón de fondo
sobre el que toma potencia el trabajo de mensajería: el Plan de Convertibilidad, la apertura
comercial, la desregulación del mercado, la reducción del déficit fiscal, la flexibilidad laboral
y la privatización de la empresas públicas, entre otras medidas, generaron transformaciones
sustanciales en el mercado de trabajo: destrucción de empleo industrial, orientación a
actividades de servicios y precarización de las condiciones de contratación que se tradujeron
en un aumento fenomenal del desempleo y el sub-empleo. Estos indicadores combinados
arrojaban 15,4 % de la PEA en 1988 y una década después se habían elevado a 26,5%, con un
pico en el año 1995 de casi el 30% 11. Al mismo tiempo, se encuentra una mayor duración
media del tiempo de desempleo, el aumento del porcentaje de asalariados sin cobertura y la
mayor inestabilidad en el puesto12. En particular entre los jóvenes (18 a 25 años) la
desocupación triplicaba a los de mayor edad y los trabajadores “en negro” duplicaban los
porcentajes de los adultos13.
La evolución de la telefonía fija medida por cada 100 habitantes indica que en 1960
(año en que se inicia la serie estadística) Argentina contaba con 4,46 líneas por cada 100
habitantes, mientras que alcanzaba las 8,97 líneas en 1985. Lo que indica que se necesitaron
11
Mario Rapoport: Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003). Emece, Buenos
Aires, 2007. Paginas 820-825.
12
Javier Lindenboim: MERCADOS DE TRABAJO URBANOS EN ARGENTINA DE LOS 90. Instituto de
Investigaciones Económicas de la Universidad de Buenos Aires (CEPED).2000.
13
Luis Beccaria: “jóvenes y empleo en Argentina”, en: Anales de la educación común, Dirección
General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Año 1, Nros. 1-2, septiembre, 2005..
25 años para duplicar la teledensidad. Lo destacable es que, durante los 5 años previos a la
privatización del servicio, la densidad haya aumentado (altas y bajas mediante) apenas 2,5%.
Durante ese lustro, el tiempo de reparación del servicio se contaba por meses, mientras que el
promedio de instalación de una línea nueva superaba los 4 años14. A partir de la privatización
y especialmente entre los años 1993 y 1994, la densidad de líneas crece de manera
extraordinaria hasta alcanzar un incremento de 57% (14,5). Para el primer lustro desde la
privatización, ese porcentaje había crecido al 78%, contando el país con 16,4 líneas de
telefonía fija cada 100 habitantes. Se necesitaron apenas 2 años más para duplicar la cantidad
de líneas de 1990 (año de la privatización). Telefónica de Argentina y Telecom sumaban
7.300.000 clientes de telefonía fija en 1999, cifra que superaba los 10 millones si se incluyen
los celulares15.
1.1 El Objeto
1.2.1 Experiencia
Cuando Thompson agrupa bajo Clase “una serie de sucesos dispares y aparentemente
desconectados”, se refiere a la diversidad de subjetividades que se van objetivando en el
proceso de trabajo, a la que denominará materia prima de la experiencia. La posibilidad de
esas experiencias estará determinada por las relaciones de producción, pero es en la Jornada
de Trabajo que se da la experiencia concreta del laboral cotidiano, donde se van formando las
representaciones, sentidos e ideas, que su trabajo reporta para sus vidas.
Durante los 90 entonces se va a ir conformando esta “materia prima” que involucra las
inclemencias del tiempo, los infortunios del tránsito, las consecuencias de los accidentes; pero
también la falta de ropa de trabajo adecuadas, los costos del seguro y el mantenimiento y la
ausencia total de cobertura laboral frente a la siniestralidad. De un lado la calle y de otro lado
las condiciones de precariedad laboral van dando las notas distintivas a unas ciertas tareas
reconocidas que comienzan a hacerse rutinarias: “en los 90 éramos un puñado, no pocos, te
ibas reconociendo en la calle por la bocina. Éramos una tribu, seguimos siendo, arrastramos
cosas”. Así prefiere recordarlo Maximiliano Arranz (Secretario Adjunto de ASiMM y ex
Responsable de Prensa de SIMeCa). Y enseguida agrega “En esa época (fines de los 90) el
destajo era la forma de trabajar, nadie estaba en blanco y nadie se lo tomaba como una
tragedia. Cuando somos pibes no pensas en obra social, o jubilación, sos vos y sos vos solo y
a diferencia de ahora, estabas en negro, pero ganabas buena plata”17.
17
Con destajo se refiere a cobrar por tarea realizada.
En 1996 María dejó la fábrica de galletitas donde trabajaba después de meses de haber
comprado su primer ciclomotor Daelim, de fabricación surcoreana. Era madre desde hacía
tres años y a los 27 tenía “un trabajo fijo, 6 días a la semana, una tortura. Mucho encierro. Yo
ya veía los ventanales que hay en las fábricas, viste y miraba las motos”. María había pasado
de Terrabussi a Canale y también había hecho temporada en la costa; probó de mucama en el
Sheraton, hizo seguridad y volvió a la fábrica de galletitas. Pero lo vivía como una tortura y
por eso, sin escaparle al rigor, pero arrebatándole algo de autonomía a la explotación, fue a la
mensajería de un amigo de su madre en el centro: Mucha gente dice qué lindo, te da el
vientito en la cara…pero no es así, no es salir a pasear, por el frio, los calores… el asfalto te
quema, es horrible... pero esta bueno…manejas vos tus horarios”. Sobre las condiciones de
trabajo recuerda: “Te ponían en el sindicato de comercio, medio jornal, cuando no estabas
directamente en negro. Me quería tomar vacaciones y no me querían pagar”.
Un año más tarde en 1999, hacía su aparición la empresa que 20 años después lidera el
rubro de comercio electrónico en América Latina. El 2 de agosto de ese año se presentaba en
sociedad luego de que, en un garaje del barrio de Saavedra, cuatro emprendedores -entre ellos
Marcos Galperin- crearan el sitio de subastas por Internet MercadoLibre 20. Dos días antes del
traspaso de mando entre Carlos Menem y Fernando de la Rúa, el sábado 8 de diciembre de
ese año, Clarín anunciaba en la sección Economía, con el subtítulo de “aceleran las entregas a
domicilio”, que el gigante de la logística estadounidense UPS, controlante del 55% de la
logista del comercio electrónico en su país, desembarcaba en Argentina “para garantizar la
entrega a domicilio con una demora máxima de 48 horas”. Mas adelante el cronista apunta,
“Wallace señala, con un añillo de oro en forma de águila que le regaló su padre: Nosotros
invertimos en tecnología y por ese lado vienen nuestras ventajas. UPS acaba de desarrollar
una computadora que porta cada mensajero de la firma y que contiene información acerca
de a donde se encuentra exactamente el envío”21.
1.2.2 Conciencia:
20
Recuperado de: https://ideas.mercadolibre.com/ar/noticias/mercado-libre-celebra-20-anos/
21
Diario Clarin, sección Economía, 8 de diciembre 1999. Recuperado de:
https://www.clarin.com/economia/aceleran-entrega-domicilio_0_SJWMAMheCtg.html. El resaltado
es nuestro.
Volviendo a Thompson, si la experiencia es la materia prima, es decir, la forma
concreta de vivir la explotación; el proceso de elaboración (lo que se hace desde esa
experiencia) ya es parte de la lucha de clases. La conciencia del lugar que se ocupa en ese
antagonismo, el reconocimiento del nosotros frente al ellos aparece bajo la forma de sistema
de valores e ideas compartidos y reconocidos por los pares que en términos culturales se
expresan encarnados en la tradición. El descubrirse estar luchando como clase es la toma de
conciencia de clase, de ser clase. La primera manifestación de ese nosotros, de un colectivo
que articula la identidad de sus intereses, se da entre los mensajeros como voluntad de vida y
como justicia ante la muerte, incluso como dignidad ante la muerte.
El viernes 7 de agosto de 1999, Diego Stierli yacía muerto sobre la autopista 9 de julio
Sur, vía provincia. Con sus 26 años volvía de trabajar en su moto cuando un camión, que se
dio a la fuga, lo dejó tendido sobre el asfalto. Como tantos otros rumores, mensajes y noticias,
la novedad corrió con velocidad por las paradas de la 9 de julio. La fatalidad era ya algo
ordinario para la actividad, sin embargo, no lo era que el cuerpo de un mensajero
permaneciera más de 4 horas abandonado frente a todos los demás. Un grupo se quedó junto
al cuerpo, otros alentaban a sus compañeros a hacer una caravana hasta el puente. Así me lo
contó Arranz en el 7mo piso del Sindicato de Mensajeros: “El disparador de la toma de
conciencia de que podíamos organizarnos fue el accidente de 1999, un compañero en Puente
Pueyrredón”. Un grupo de siete motos partió hacia el puente y en el camino se sumaron otros.
En zig-zag iban ralentizando el tránsito, tocaban bocina y pasaban mensajes por handy:
“cuando llegamos éramos 100 y antes de una hora cortamos el acceso a capital también, de
la cantidad que éramos”. En palabras de Arranz, “el bondi era porque el fiscal estaba
tomando te en la casa, no quería venir a pasar frio al puente”.
Según le dijera la policía años después, en ocasión de otro conflicto, en los registros de
la Policía Federal consta el 7 de agosto como la primera protesta en cortar las dos vías del
Puente Pueyrredón. Sea o no cierto 22 es interesante cómo en el testimonio se intenta inaugurar
una genealogía de autoridad sobre un sitio clave del ciclo de protestas contra las políticas
neoliberales.
En las semanas posteriores se replican los cortes de los mensajeros, esta vez bajo la
variante “enfrentamiento” contra la policía. De ello se hace eco Clarín en su edición del 20 de
agosto: “Serios incidentes con motoqueros en Avellaneda” titula su nota 23. Sobre la calle
Mitre al 2600 prenden una fogata importante, estilo piquete, los motoqueros giran en derredor
del fuego, tocan bocina, alzan los brazos y casco en mano manifiestan su bronca. Familiares y
amigos portan una suerte de bandera con el nombre de Diego Stierli y el pedido de justicia. La
escena trascurre entre el atardecer y la noche fría de invierno. Los mensajeros portan los tres
elementos distintivos de su gremio: la moto, el casco y el morral. Uno de ellos grita: -¿Por
22
Lo más probable es que no lo sea, ya que por aquellos años el MIJD de Raúl Castells cortaba los
accesos al puente, entre otros movimientos de desocupados.
23
Diario Clarin, 20 de agosto de 1999. Recuperado de: https://www.clarin.com/sociedad/serios-
incidentes-motoqueros-avellaneda_0_BkxgHJalRYx.html
qué estamos hoy acá? Una tribu de manifestantes responde: -Por Diego. Lo repiten tres veces,
con los cascos en alto24. Esta vez el piquete motorizado es interrumpido por un automovilista,
a la postre policía, que se “abre paso peligrosamente”. Los motoqueros lo persiguen, el policía
dispara 7 u 8 tiros al aire, logran interceptarlo, se refugia en un bar, le dan vuelta e incendian
el R18 gris. Concurren ambulancias, bomberos, policías y el informe del canal de noticias TN
se llena de sirenas, gritos y fuego.
Si nos hemos detenido para contar en detalle estos acontecimientos, es porque en ellos
encontramos varios de los rasgos que componen la politicidad propia del gremio. Sin
embargo, este problema específico lo trataremos en el apartado correspondiente. Basta por
ahora, con quedarnos en la expresión de Arranz “el disparador de la toma de conciencia…”.
Sin esa toma de conciencia, la lucha de clases se desarrollaba de manera atomizada, intuitiva,
como malestar. Un síntoma era el ausentismo de viernes y lunes, inorgánico. Escapar del
control patronal en la parada, tomar una cerveza o abandonar la jornada de trabajo: “el fútbol
de los jueves se extendía más allá del tercer tiempo y ya se arrancaba de gira… el lunes era
complicado para el patrón” dice Javier Altrudi. Él discrepa de Arranz sobre el momento de la
toma de conciencia “no fueron ni lo del puente ni los pilotes, el hito fundacional fue 2001”.
Pero no hace falta, ciertamente, un hito fundacional para reconocer conscientemente a los
contendientes de una lucha. Tampoco en 2001 el hito fundacional de los Motoqueros fue una
acción contra los explotadores agencieros.
24
Recuperado de: https://reuters.screenocean.com/record/983643
25
http://www.afip.gob.ar/estudios/archivos/Monotributo.pdf
trabajadores motorizados habrían de encontrar un nombre para esa actividad, si de lucha se
trata: Motoqueros carajo.
2. ¡Mo-to-queros, carajo!
Sobre este punto se expresa Arranz: “En el 2001, el teatro de operaciones era donde
nosotros trabajábamos, nos jugó a nuestro favor. Yo no hubiese venido de San Justo hasta
acá. O si el quilombo era en San Justo viajar todos para allá. El perfil nuestro es que cuando
había quilombo nos metíamos. No lo digo ni como positivo, ni nada… es un dato duro de
nuestra realidad”. En su vida cotidiana, en particular en la forma de llevar adelante su trabajo,
los mensajeros adquieren unas disposiciones que involucran usos insurreccionales del espacio
y el tiempo, momentos de equiparación y el dialogo con una contrafigura. Dos hechos
concretos, reinterpretados desde la lógica de los mensajeros, permiten identificar la situación
extraordinaria: la represión a las Madres de Plaza de Mayo y el asesinato de Gastón Riva.
Recuerda Hugo Yasky sobre el jueves 20 de diciembre: “En ese combate aparecieron
los pibes motoqueros, que después estuvieron en SIMECA, los chicos de HIJOS, grupos que
espontáneamente salían a la calle, militancia vinculada al activismo que rodeaba a las Madres
de Plaza de Mayo, militancia vinculada a algunos intendentes ...” 27. En el mismo sentido de
diferenciar la composición social del jueves respecto al miércoles 19, Raul Fradkin repone:
“Un destacado papel tuvieron los llamados "motoqueros", jóvenes motociclistas dedicados a
trabajos de mensajería, que ocuparon un lugar relevante en la resistencia popular a la
represión y que sufrieron especialmente la saña policial”28.
Conviene aclarar desde temprano que la mayoría de los mensajeros no participó en “la
resistencia popular” y que sin embargo sí sufrieron especialmente “la saña policial”. María se
26
Maria Graciela Rodriguez: “De fleteros a motoqueros. Los mensajeros de Buenos Aires y las
espirales de sentido”. Buenos Aires, Gorla, 2015. Pagina 119.
27
Reportaje a Hugo Yasky, 2012. Citado en Lidia Sciocia (Coord.): “Clase trabajadora: nuestra
historia”, Suteba-CTA, 2013, p.277.
28
Raúl O. Fradkin: “Cosecharás tu siembra. Notas sobre la rebelión popular argentina de diciembre
2001”. Nuevo Mundo Mundos Nuevos, 9 de febrero de 2005.
sitúa para rescatar su ausencia: “Desde 2001 fue cuando más se nos complicó a los
motoqueros con la policía… Yo ese día había pasado por ahí (donde mataron a Gastón
Riva). No me quedé en el quilombo, sino era boleta y tenía a mi hijo en mi casa”. Javier
agradece que así haya sido y es destacable lo que agrega: “En el 2001, la mayoría se fue, por
suerte. Sino hubiera habido más mártires. Desde 2001 la cuestión con la policía tenía algo
más político, habían matado a Gastón, pegado a las Madres, Darío y Maxi; esto fue muy
fuerte para nuestra generación”.
Cuando la policía intentó desalojar la Plaza de Mayo cerca del mediodía del jueves 20
y establecer cercos en los ingresos por las Diagonales Norte y Sur, en el espacio produjeron
un corte y este pasó a ser definido por el poder y controlado por la autoridad. Los mensajeros
pusieron entonces en práctica sus disposiciones insurreccionales sobre el tiempo y el espacio:
en primer término, interrumpieron selectivamente las secuencias de trabajo para captar lo que
ocurría en el contexto y adaptar la secuencia a él; en segundo lugar, disputaron el espacio
contra la autoridad con sus herramientas de trabajo, las motos, el casco, el morral y la radio.
Asimismo ejercitan momentos de equiparación, en donde queda involucrado el honor del
mensajero, en el combate contra la policía montada, aprendiendo que el “rugir” de las motos
asusta a los caballos y los hace retroceder, estableciendo una metonimia entre el vehículo y el
animal. El diálogo con una contrafigura, “unos tipos de traje y corbata” 29, también revertirá su
carácter rutinario y habitual al encontrarse en una situación extraordinaria. En el contexto
situado del atardecer del miércoles 19 de diciembre, la madrugada del 20 y los hechos del
mediodía, los mensajeros registran que “unos tipos de traje y corbata” instauran el Estado de
Sitio, reprimen ferozmente la manifestación espontánea y pacífica y al día siguiente descargan
los caballos y los palos contra la Madres, al tiempo que el rumor sobre la muerte por balas de
fuego de dos30 mensajeros corre por Avenida de Mayo y las paradas de la 9 de Julio.
Los mensajeros emergieron del 20 de diciembre identificados como uno más de los
protagonistas de la rebelión popular. Las crónicas urgentes de ese y los días posteriores
reservaba párrafos y minutos especiales dedicados a enmarcar las acciones de beligerancia de
los “Motoqueros”. El traslado de heridos, la circulación de mensajes y la posición de
vanguardia frente a la represión, les valieron los motes de “la montada del pueblo” 31 y la
“infantería motorizada del pueblo”32. El día 21 de diciembre fueron el único gremio que
reclamó por un trabajador de sus filas muerto por la represión que, como corolario, acabaría
convirtiéndose en mártir33.
29
Que organiza las preferencias cotidianas frente al tipo de trabajo que se está dispuesto a hacer y
que al mismo tiempo premia la autenticidad hacia adentro de la tribu y condena lo inauténtico que
excede al grupo.
30
Finalmente, la herida de bala en la cabeza de Martin Galli no le provocó la muerte.
31
https://archivo.argentina.indymedia.org/news/2001/12/5423.php
32
https://www.rebelion.org/hemeroteca/internacional/cronica241201.htm
33
Cada año, una procesión en forma de caravana motorizada se encolumnaría hacia Ramallo, ciudad de origen
y destino de Gastón, oficiando homenaje, al menos los primeros 10 años.
En este apartado no se pretendió hacer una reconstrucción exhaustiva del rol de los
mensajeros en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Da cuenta de él una amplia
bibliografía34. Sí nos interesa destacar que, a partir de estas jornadas, los mensajeros van a
consolidar dos caras de una misma identidad: de un lado, será mensajero en su laboral
cotidiano, desarrollando una politicidad propia surgida de sus disposiciones frente al poder, la
autoridad y la jerarquía. Por otro lado, la voz “Motoquero” refiere a su potencial
insurreccional, a un resplandor de beligerancia posible frente a contextos extraordinarios. Esta
doble dimensión de los mensajeros hacia dentro y los motoqueros hacia afuera es la que
queremos ensayar en el apartado siguiente.
.
3.1 Politicidad (el cotidiano laboral frente al poder, la autoridad y la jerarquía)
34
Pilili, L. E.: “Crisis político-institucional y fuerza social. El caso de Ciudad Autónoma de Buenos Aires
del 10 al 20 de diciembre de 2001”. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2009.
Gonzalez, R: “La rabia (y todo lo que vino después), 2001-2011 10 años 26 historias”. Buenos Aires,
Sudamericana, 2011.
Barrientos, M. e Isaía, W.: “2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina”. Buenos Aires: Patria
Grande, 2011.Sudamericana, 2011.
35
Diario Pagina/12, sección Sociedad, 15 de diciembre 2002. Disponible en:
https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-14188-2002-12-15.html?
fbclid=IwAR1CddRfbYNJ2HxAwAGDfhjVjskoSrGts4KtI5nrX4bRLfWR_hy0gk_hJDs
36
María Graciela Rodríguez: “De fleteros a motoqueros. Los mensajeros de Buenos Aires y las
espirales de sentido”. Buenos Aires, Gorla, 2015.Paginas 63-109.
independencia e igualitarismo que idealmente sostienen los mensajeros frente al control, la
obediencia y la productividad que encuentran realmente en la explotación.
“La carrera por llegar a tiempo casi siempre termina en un palo. Con suerte, después viene el reposo
forzado en cama –en los que no se ve un peso– y arreglar la moto con plata del bolsillo para empezar
otra vez. Con deudas y a la calle, a mojarse, pasar calor y frío y a rogar no tocar el asfalto nunca más.
Para algunos, es el precio que se paga por un poco de libertad y no lo cambiarían por nada. Son los
menos. Los más, sueñan con dejar. Tener un laburo común, estar menos expuestos y tener obra social,
vacaciones, jubilación y seguro pagos”.
Ser libres, sin vueltas. Eso quería Gastón, el hijo de Juan Domingo Riva. Trabajaba
doce horas para la agencia y cuando llegaba a su casa, tomaba unos mates con su pareja y se
iba a una pizzería a repartir el delivery. Es en este sentido que la politicidad, al servicio de esa
libertad, se construye en el laboral cotidiano del oficio mensajero.
37
Calvo G. y Gorini L.: “Sindicalismo con códigos mensajeros: una mirada histórica sobre SIMeCa:
1999-2011”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Gabriel Ediciones, 2013. Apartado: Orígenes de
SIMeCa.
38
Idem.
mensajeros decía en 2002 para Página/1239: “reconocemos como influencia las experiencias
de la FORA y la CGT de los Argentinos”.
Durante este año 2001 y 2002, el SIMeCa ensaya intervenciones de acción directa con
la metodología del escrache45, modalidad que habían surgido de las intervenciones de la
agrupación H.I.J.O.S, a los propietarios de las agencias en sus domicilios particulares. Los
motivos: la indignación y la bronca por el desentendimiento de la patronal frente a la muerte
39
Diario Pagina/12, 3 de noviembre de 2002. Recuperado de:
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-12287-2002-11-03.html
40
Diario Crónica, 26 de octubre, 2000.
41
Calvo G. y Gorini L.: “Sindicalismo con códigos mensajeros : una mirada histórica sobre SIMeCa:
1999-2011”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Gabriel Ediciones, 2013. Apartado: Orígenes de
SIMeCa.
42
Diario Ámbito Financiero, 3 de julio de 2000. Recuperado de: www.ambito.com/buen-debut-del-
sistema-que-impide-acceso-microcentro-n3123709
43
Diario Pagina/12, 3 de julio de 2000. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/2001/01-
07/01-07-03/pag16.htm
44
Recuperado completo de: http://simeca1decada.blogspot.com/2010/
45
Durante las protestas de 1999 por el esclarecimiento de la muerte de Diego Stierli, la metodología
del escrache también formó parte de las mismas.
de los mensajeros. El diario La Nación 46 los estimaba en 50.000 a los mensajeros en moto y la
tasa de siniestralidad era una nota distintiva de cada informe o reportaje. La competencia por
el trabajo en las agencias se incrementaba mientras el número de agencias de mensajerías
crecía y la Cámara Empresarial se fortalecía. La crisis social y económica no paraba de
acumularse desde 1998 y eso se sentía en el ambiente de las agencias: “antes se laburaba a
fondo, pero ahora se pobló y está flojo”. La madre de un mensajero muerto en 2002 recordaba
un año después: “si tenía que hacer un viaje a Plaza Italia, el tipo le decía: -tenés que tardar
10 minutos. Mi hijo lo hacía en 10, la vez siguiente que hacía el mismo viaje le decía: -ahora
tenés que tardar 7 y la siguiente 5.”47
Claro que aprender en este caso significa muchas veces cometer errores: “aprendimos
el gradualismo por ejemplo. Éramos muy maximalistas, del todo o nada. Ampliábamos los
problemas. Íbamos por dos despidos y terminaba en 15. Tuvimos mucha relación con el
subte, ellos aprendieron de nosotros, de lo que no hay que hacer, la experiencia es eso
también”. Luego de años de discusión interna, desde 2003 el sindicato moviliza al Ministerio
de Trabajo reclamando la implementación de la propia campaña que había lanzado el
gobierno de Néstor Kirchner y su ministro Carlos Tomada: Trabajo Registrado. En 2004 se
conforman, junto al Ministerio, cuadrillas de inspección a las agencias y locales. La respuesta
de la Cámara Empresaria no se hizo esperar: “La serie de visitas a las agencias derivó en
amenazas empresariales y en aprietes policiales. El 8 de noviembre, 15 efectivos de la
Policía Federal trataron de ingresar a los empujones a la sede sindical ubicada en Venezuela
1225. Incluso se les inició a integrantes del sindicato una causa penal por «amenaza coactiva
y violación de domicilio» por ingresar a una agencia con la comisión inspectora”49.
46
Diario La Nación, 9 de diciembre 2001. Recuperado de:
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/hay-50000-mensajeros-en-moto-en-la-ciudad-nid357760
47
Extracto de la entrevista a la mamá de Jorge Rodas. En: Mensajeros en lucha No 6, Abril de 2003.
48
Material audiovisual: SIMeCa: 10 años de lucha.
49
https://www.anred.org/2005/03/03/simeca-avanza-en-la-legalizacion-del-sindicato/?
fbclid=IwAR0eo11bRBS1zHBFufTCpUgzvvP1fmJM4O3LW5MbmYq_wPas9RFGIv9pmwA
La legalización del sindicato se fue haciendo cada vez más necesaria y las tensiones
ideológicas cada vez más evidentes sobre la estrategia del sindicato. ASiMM ya no era solo
un expediente y las líneas internas del sindicato se fraccionan. Así lo comenta Maximiliano
Arranz: “Antes de que me vaya SIMeCa era anti todo, anti todo lo que sea, horizontaloide, de
base. Los zurdos tienen siempre una queja de que Perón les robo los sindicatos… bueno,
tienen uno más para anotar con este. Mi espíritu era peronizar la actividad y la satisfacción
vino cuando este gremio se integró a la CGT y a las 62 Organizaciónes, todo lo demás vino
por añadidura”. SIMeCa no lograba estabilizar un punto de contacto con la CGT y se integra
“tardíamente” en 2005 en la CTA: “Nosotros llegamos a la CTA por descarte, el modelo con
el que nos sentíamos identificados era el moyanismo, por actividad y potencia. La CGT no
nos dio bola, porque estábamos en el margen, nos decían ustedes son todos lumpenes y sus
patrones son más lúmpenes que ustedes” agrega Javier Altrudi. Este desplazamiento del
SIMeCa hacia una de las dos centrales obreras nacionales propicia el surgimiento de la
agrupación Motokeros, que contiene a las diversas expresiones peronistas.
En 2007 “un grupo de nuevos trabajadores junto con viejos pero jóvenes militantes”
piden la intervención de ASiMM por parte del Ministerio de Trabajo para lograr su
normalización, dado que el expediente se encontraba abandonado. Concurren, junto con ellos,
Gerónimo Venegas, el histórico dirigente de los peones rurales, con el respaldo de las 62
Organizaciones peronistas. En diciembre de ese año triunfa la fórmula presidencial de Cristina
Fernández y Julio Cobos y desde marzo de 2008 se instala la disputa por la Resolución 125
con las patronales agrarias nucleadas en la “Mesa de Enlace”. Este conflicto operó como un
parteaguas en la trayectoria de la mayoría de las organizaciones sociales y políticas y el
gremio mensajero no fue la excepción. El SIMeCa dialogaba internamente con la conducción
de CTA la necesidad de clarificar su apoyo al gobierno kirchnerista, revirtiéndolo en ganancia
política. ASiMM, sumergida de lleno en su experiencia con la CGT, navegaba las tensiones
que despuntaban dentro de la central por el lugar ocupado en las listas del “gobierno nacional
y popular”. La mira estaba puesta en las elecciones de medio término de 2009.
El método de acción directa desplegado por SIMeCa matizado por las cuadrillas de
blanqueo junto con el Ministerio encontraron uno de los conflictos más prolongados de la
lucha sindical. El descubrimiento de que la cadena de empanadas Noble Repulgue tenía
registrados solo 2 repartidores en blanco de no menos de 150 trabajadores distribuidos en sus
sucursales. Simultáneamente, ASiMM sigue avanzando los trámites burocráticos. Tras meses
de papeleos, el 29 de diciembre de 2008 consigue la normalización “por los integrantes de la
Lista de Unidad Celesta y Blanca ‘Juan Domingo Perón’ y la ASiMM dejó de ser solo un
expediente perdido en los laberintos de ‘Alem 650’, para convertirse en la más genuina
organización representativa de trabajadores motociclistas y mensajeros”, reza en su página
web la asociación sindical, explicando los motivos de la elección de ese día como el Día del
Mensajero.
50
http://www.asimm.org.ar/?p=2483
51
Calvo G. y Gorini L.: “Sindicalismo con códigos mensajeros : una mirada histórica sobre SIMeCa:
1999-2011”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Gabriel Ediciones, 2013. Apartado: Acción Gremial.
52
Recuperado de: https://www.lapoliticaonline.com/nota/nota-59770/
partes en disputa para avisarles que el “expediente ASiMM” era el elegido. No hubo
posibilidades de conformar listas. Los opositores de Marcelo Pariente (el sobrino político de
Venegas que encabeza hasta hoy el sindicato) terminaron en el hospital dos días antes del
cierre de listas. Un año después, el 28 de julio de 2010, se firma el primer convenio colectivo
en la historia de la actividad.
Con la conquista del Convenio Colectivo por parte de ASiMM y la simultanea fractura
de la CTA, el SIMeCa rápidamente se disuelve. La mayoría de quienes allí activaban pasaron
a formar parte de ASiMM, otros ensayaron el cooperativismo y otro grupo, liderados por
Mariano Robles, mantuvo el expediente SIMeCa dándole vida al Sindicato Único de
Conductores de Motos de la República Argentina (SUCMRA), que actualmente reúne 16
seccionales en todo el país y realiza plenarios nacionales con regularidad. En ocasión de su
último plenario, en octubre de 2019, el delegado de la seccional Rosario propuso un brindis
por Mariano Robles que estaba a un lado. En él, destacó la firmeza de estar durante los
últimos 20 años organizando a los motoqueros por todo el país. María Fierro, parte de
Comisión Directiva de APP, la Asociación de Personal de Plataformas que desde fines de
2018 se organiza para obtener personería gremial, escuchó atenta y rápidamente sacó cuentas:
“¿Desde 1999? Yo tenía 6 años”.
4. Conclusiones:
En esa disputa, en una primera etapa reconocida por todas sus tendencias ideológicas
portando momentos de frescura y esfuerzo genuino, el sindicato realmente existente llevó a
cabo conflictos en donde la acción directa y las decisiones horizontales dominaron la escena.
Igualmente, la falta de legalidad le impedía al sindicato capitalizar los conflictos, ya que al
tiempo que ganaba reputación, los encuadrados pertenecían a otros gremios. Cuando el
contexto político cambió, producto del proyecto hegemónico que construía el peronismo, las
diferencias ideológicas se separaron considerablemente, aunque no de manera irreconciliable.
El SIMeCa y la ASiMM compartían, por ejemplo, la caravana a Ramallo en homenaje a
Gastón Riva. Ese cambio se manifestó en la inmersión de SIMeCa en la CTA, lo que le
reportó un ensanchamiento hacía la experiencia conjunta con otros gremios.
Finalmente, en ocasión de una sola personería gremial para dos sindicatos y sin
intentar desde aquí dirimir al más representativo ni meritorio, se puso en juego la eficacia de
las estrategias de penetración sindical frente al Estado. Los cegetistas habían demostrado
mayor plasticidad y la prenda de cambio les correspondió. Pero fue la brutalidad con que esa
eficacia se plasmó ante los opositores lo que obturó las posibilidades de mantener diversidad
ideológica dentro del sindicato.
5. Bibliografía:
E. P. Thompson: “Algunas observaciones sobre clase y ‘falsa conciencia’”, versión mimeo, 1ª ed.
en inglés: 1977
E. P. Thompson: “La sociedad inglesa del siglo XVIII: ¿Lucha de clases sin clases?”, en
Tradición, revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial,
Barcelona, Crítica, 1984.1ª ed. en inglés: 1979
Enrique De la Garza: “Fin del trabajo o trabajo sin fin”. En Castillo, J.J. (ed.), El trabajo del
futuro. Madrid: Editorial Complutense, 1999.
Julio César Neffa: “Presentación del debate reciente sobre el fin del trabajo”. En El futuro del
trabajo-El trabajo del futuro. De la Garza y Neffa Coordinadores. Buenos Aires, CLACSO,
octubre de 2001.
María Graciela Rodríguez: “De fleteros a motoqueros. Los mensajeros de Buenos Aires y las
espirales de sentido”. Buenos Aires, Gorla, 2015
Patricia Lambruschini: “Un debate sobre el fin del trabajo. El ocaso de un discurso a la luz de los
tiempos”. IX Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos
Aires, 2011.