artistas de la ciencia

Música,
la comida de
neurociencia?
Tocar, escuchar y crear
música implica
prácticamente todos los cognitivos

función. Robert Zatorre

explica cómo la música puede

enséñanos sobre el habla, la

plasticidad cerebral e incluso los

orígenes de las emociones.

W una perspectiva
Solemos humanista
considerar el o histórica
arte y la cultura desde
en lugar de uno biológico. Sin embargo, estos productos
de la cognición humana deben tener su origen en la
función y estructura del sistema nervioso humano. Como
tales, deberían poder producir valiosos conocimientos
científicos. Esta línea de razonamiento es en ninguna
parte más evidente que en el interés contemporáneo por
la neurociencia de la música.

La música proporciona una herramienta para estudiar

numerosos aspectos de la neurociencia, desde el aprendizaje de
habilidades motoras hasta la emoción. De hecho, desde el punto
de vista del psicólogo, escuchar y producir música implica una
mezcla tentadora de prácticamente todas las funciones cognitivas
humanas. Incluso una actividad aparentemente simple, como
tararear una melodía familiar, requiere un complejo mecanismo de
procesamiento de patrones auditivos.

anismos, atención, almacenamiento y recuperación de la

memoria, programación motora, integración
sensorial-motora, etc. (Figura 1).
Asimismo, el músico no considera que la música sea
monolítica, pero reconoce en ella múltiples
Figura 1 El procesamiento de ondas sonoras de un instrumento musical. Después de ser transducida en impulsos neuronales por el oído interno, características que incluyen melodías, acordes, temas,
la información viaja a través de varias estaciones de ruta en el cerebro y el cerebro medio para llegar a la corteza auditiva. La corteza auditiva riffs, ritmos y tempos. Esta complejidad, tanto psicológica
contiene distintas subregiones que son importantes para decodificar y representar los diversos aspectos del sonido complejo. A su vez, la como musicológica, hace de la música un tema
información de la corteza auditiva interactúa con muchas otras áreas del cerebro, especialmente el lóbulo frontal, para la formación e desafiante para un programa de investigación científica.
interpretación de la memoria. La región orbitofrontal es una de las muchas involucradas en la evaluación emocional. La corteza motora participa Un número creciente de investigadores está convencido
en los circuitos de retroalimentación sensorial-motora y en el control de los movimientos necesarios para producir música utilizando un de que la música puede proporcionar información valiosa
instrumento. sobre cómo el cerebro

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obras: creen que el estudio del cerebro y el estudio de la
música pueden ser mutuamente reveladores.
¿Cómo se puede estudiar esta cosa intrincada
llamada música? Pocos científicos aceptarían que
una función tan compleja pudiera estudiarse, y mucho
menos entenderse, sin antes identificar y describir sus
diversos componentes. Pero esto plantea el espinoso
problema de decidir qué componentes de la música
son pertinentes y cómo estos componentes se
comparten o distribuyen entre las diferentes funciones
cognitivas.
como calcular las proporciones de intervalo de tono, puede ser
exclusivo de la música, mientras que otros, como la memoria,
pueden ser sistemas generales que se utilizan en muchos dominios
diferentes.
La técnica científica más antigua para comprender las
funciones cerebrales es estudiar las consecuencias de las
lesiones cerebrales. Hace tiempo que sabemos que el daño
severo a la corteza auditiva, donde la información
proveniente del oído se analiza e interpreta por primera vez,
altera la capacidad de dar sentido a los sonidos en general.
ocasionalmente, las lesiones de ciertas regiones corticales
auditivas resultan
en un fenómeno inusual: un " El arte y la cultura deben
problema altamente selectivo para tienen su origen en la
percibir e interpretar función y estructura
música, denominada 'amusia' 1. del humano nervioso
Las personas con este tipo de sistema, y debería ser
daño no tienen problemas capaz de producir valiosos
entender o comprender el habla, o conocimientos científicos.
dar sentido a los
sonidos. Pero no pueden notar las notas incorrectas
insertadas en las melodías, ni reconocer ni siquiera la
melodía más familiar. Aún más sorprendente es que una
minoría de individuos por lo demás normales parecen
nacer con la misma incapacidad para reconocer las
melodías.
el déficit parece ser hereditario, lo que sugiere un componente
genético 2.
Este problema extraordinariamente selectivo en el
procesamiento de la música, ya sea adquirida o innata, podría
resultar de un daño o disfunción muy selectiva en un área de la
corteza auditiva donde se procesan las diferencias de tono y las
relaciones de frecuencia del sonido (intervalos musicales) de
grano fino. 3. Un déficit tan específico en uno de los primeros pasos
del procesamiento de la música podría propagarse a través del
sistema de percepción, dando como resultado una discapacidad
global. La capacidad de calcular las relaciones de tono es
fundamental para el procesamiento de música, y si el cerebro no
puede representar el tono, todo el mecanismo de percepción de la
música se puede desestabilizar fácilmente.
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El estudio de personas con amusia tiene patrones neurales que están más allá de nuestro presente
nos mostró que la música depende de ciertos
tipos de procesos neurales. Estas personas proporcionan
ejemplos vivos de lo que resulta cuando se interrumpen
estos procesos neuronales. Y nos han demostrado que
la música puede prestarse al estudio científico.
Música y habla
A los científicos también les gustaría entender por qué hemos
desarrollado un sentido para la música en primer lugar y, en
particular, si la habilidad musical es de alguna manera una
extensión del habla: muchos han argumentado a favor de esto
con la base razonable de que la música y el habla comparten
varios aspectos formales. similitudes. Así que los
investigadores han intentado, utilizando diversas técnicas,
determinar en qué medida el procesamiento de la música y el
del habla comparten recursos neuronales. Los resultados
hasta ahora son algo contradictorios, pero también intrigantes.
Uno de los aspectos más sorprendentes de la neuro-
El procesamiento biológico del habla es que ocurre
principalmente en la mitad izquierda del cerebro. Por tanto,
ha sido natural preguntarse si
esta asimetría se refleja en un
hemisferio derecho predominante
nance para la música. También hay muchos
informes de casos de personas que han
perdido sus funciones del habla después de
un daño extenso en las regiones del habla en
el hemisferio cerebral izquierdo, pero
" continúan mostrando intactos los niveles altos
función musical (por ejemplo, el compositor ruso
Visarion Shebalin 4).
Estos datos sugieren que la música y el procesamiento del
habla no utilizan sustratos neuronales completamente
superpuestos. Pero los estudios de neuroimagen indican que
algunas funciones, como la sintaxis, pueden requerir recursos
neuronales comunes tanto para el habla como para la música. 5. En
otras palabras, la capacidad de organizar un conjunto de
palabras en una oración significativa y la capacidad de organizar
un conjunto de notas en una melodía bien estructurada pueden
activar los mecanismos cerebrales de manera similar.
Pero los datos de los que hemos extraído estas
conclusiones tienen limitaciones. Por un lado, muchos
de los informes de casos se estudiaron de manera
descriptiva y anecdótica. Por otro lado, la neuroimagen
puede ser muy difícil de interpretar: patrones similares
de actividad cerebral no significan necesariamente que
estén involucrados sustratos neurales similares, porque
muchas complejidades de
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científicos en el arte
capacidad de la tecnología para medir.
La tecla para resolver estas preguntas viene
a partir de una comprensión más sistemática de los diferentes
componentes cognitivos involucrados y los circuitos
neuronales específicos asociados con ellos. El procesamiento
de tono de grano fino, un componente muy crítico de la
percepción de la música, ha demostrado ser particularmente
valioso para analizar las diferencias entre cómo el cerebro
maneja el habla y la música.
La evidencia reciente de la activación funcional del
cerebro, el registro magnético y los estudios de lesiones,
sugiere que una región particular de la corteza auditiva en el
hemisferio derecho está mucho más especializada para
representar información detallada del tono que su
contraparte en el lado izquierdo del cerebro. Los tonos que
están muy juntos en el tono parecen resolverse mejor por las
neuronas de la derecha.
¿Por qué debería haber surgido esta segregación
funcional? Podría estar relacionado con el requisito de
muestrear información sonora del entorno de diferentes
maneras, según las necesidades: ya sea de forma rápida y
aproximada, o si el tiempo lo permite, con precisión 6. Si la
energía del sonido cambia muy rápidamente, por ejemplo, es
posible que se necesite una instantánea rápida. El sistema de
percepción necesita rastrear estos cambios en línea y, por lo
tanto, debe sacrificar los detalles para lograr la velocidad. Tal
puede ser el caso del reconocimiento de voz, donde la
información temporal detallada es esencial para recuperar los
sonidos producidos por los músculos articulatorios de los
labios y la lengua, que se mueven rápidamente. Por el
contrario, algunos aspectos de los sonidos que son
importantes para percibir la música evolucionan mucho más
lentamente, por lo que el sistema nervioso puede observar
con más detalle la estructura del sonido. Esto lleva más
tiempo, por supuesto, pero produce una representación
interna más fina. Los sonidos periódicos que ocurren
naturalmente (muchos objetos vibrantes, voces o llamadas de
animales) contienen información de tono que es importante
procesar. El tono también es una buena señal para distinguir
un sonido de otro en un entorno ruidoso. Entonces, los
mecanismos de procesamiento de tono postulados no
necesitan haber evolucionado para la música. per se, pero
podría ser parte de un sistema general para utilizar sonidos
naturales del entorno.
Por lo tanto, las diferentes especializaciones de la corteza
auditiva en los dos lados del cerebro pueden verse como
configuraciones de parámetros diferentes en lo que son
esencialmente dos sistemas paralelos. Este enfoque nos muestra
que tal vez sea menos
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 artistas de la ciencia
M. PRÍNCIPE / CORBIS
Es interesante preguntar, "¿en qué lado del cerebro se
encuentra el procesamiento de la música?" que dedicarse al
estudio sistemático de los distintos subcomponentes que
contribuyen a los distintos aspectos de la función musical.
Música y desarrollo
Otra razón por la que la música ha llamado la atención
de los científicos que intentan comprender el cerebro
es que la capacidad de percibir la música parece estar
presente desde muy temprano en el desarrollo. Por
supuesto, aprendemos los detalles de nuestra cultura
musical del medio ambiente. Pero el bebé humano
parece venir al mundo con un cerebro ya bien
preparado para descubrir su mundo musical.
Cualquier otra persona puede probar la forma en que un niño
Responderá al tono y ritmo de su voz. Pero los bebés
son minimúsicos sorprendentemente sofisticados: son
capaces de distinguir
distinguir diferentes escalas y acordes, y mostrar preferencias
por combinaciones de consonantes sobre disonantes, por
ejemplo 7. Pueden reconocer las melodías que se les tocan
durante períodos de días o semanas, y son capaces de
hazañas notables de estadística " Recomendaciones
aprender, ser sensible a las regularidades la plasticidad tiene muy
en los sonidos 8. En otra implicaciones generales para
En palabras, el sistema nervioso de los bebés nuestra comprensión de
parece estar equipado con la capacidad de la interacción entre
clasificar los diferentes sonidos musicales que el medio ambiente y
llegan a sus oídos a fin de construir una el cerebro.
gramática o un sistema de reglas.
Se podría argumentar que esto es parte de un
capacidad general para dar sentido al mundo
- para poder predecir lo que vendrá después. En cierto
sentido, esto es ciertamente cierto. Pero lo notable es que
esta habilidad dota a los bebés con la capacidad que se
expresa más adelante en la vida para responder y disfrutar
de la música. Toda esta evidencia apoya la idea general de
que la capacidad de percibir y procesar música no es un
complemento reciente de nuestra cognición, sino que ha
existido el tiempo suficiente para expresarse desde las
primeras etapas de nuestro desarrollo neuronal.
La música implica no solo escuchar, sino también
tocar y crear, donde las diferencias individuales son
mucho más evidentes. Aunque casi todo el mundo parece
tener sistemas neuronales sofisticados que les permiten
percibir la música y reproducir patrones musicales
cantando, no todo el mundo es capaz de tocar el piano
como Vladimir Horowitz.
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Esto conduce a dos implicaciones científicas muy interesantes para nuestra comprensión de la
preguntas, que son objeto de investigación activa.
¿Cómo podemos explicar las diferencias
individuales en la capacidad "nativa"? ¿Y qué
efectos tiene el entrenamiento en la función y la
estructura del cerebro?
Primera pregunta, excepto en el dominio muy específico del
'tono absoluto', donde las interacciones entre factores
genéticos y ambientales están comenzando a desentrañarse. 9.
Ahora está claro que el tono absoluto no se puede desarrollar
sin algún entrenamiento musical, pero críticamente, la
exposición debe ocurrir durante la infancia: después de los 12
a 15 años, es esencialmente imposible aprenderlo. De esto se
puede concluir que el cerebro debe ser particularmente
sensible durante un cierto tiempo de desarrollo. Pero no todos
los niños
Los niños que reciben lecciones de música
de cerebro desarrollan esta habilidad, por lo que también
deben estar en juego otros factores. Nueva
evidencia sugiere que la genética tiene un
papel 10. Este es un campo para observar en el
futuro cercano.
" Por el contrario, ahora se están
haciendo varios hallazgos muy claros.
emergentes que nos ayudan a comprender cómo el cerebro
está esculpido por la experiencia musical. La mayor parte de
este trabajo muestra que el entrenamiento en música mejora la
actividad de ciertos sistemas neuronales. Por ejemplo, las
áreas de la corteza motora que corresponden específicamente
a los dedos de la mano izquierda muestran una respuesta
eléctrica mejorada entre los violinistas. 11.
Estos cambios están directamente relacionados con la edad a la
que se inicia el entrenamiento: quienes comenzaron a estudiar
música en la primera infancia muestran la modificación más
extensa de la respuesta cerebral, mientras que quienes esperaron
hasta después de la pubertad muestran mucho menos. Se han
descrito efectos similares para la respuesta de la corteza auditiva
a los sonidos producidos por instrumentos específicos. 11.
Además, los cambios anatómicos acompañan
estas mejoras en la capacidad de respuesta. Varios estudios han
informado una mayor densidad tisular o agrandamiento de las
estructuras relacionadas con el motor y el oído entre los músicos,
lo que indica que
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Paso perfecto: niños
puede adquirir absoluta
tono solo si
reciben música
entrenamiento antes del
de 12 a 15 años.
años de entrenamiento realmente cambian la estructura
subyacente del sistema nervioso 12.
Estos hallazgos no deben tomarse como evidencia de que
la música hace que el cerebro de una persona sea más
grande y, por lo tanto, mejor.
específicos, y podría ser que se produzcan a expensas
de otras funciones. Pero tales descubrimientos de
plasticidad cerebral tienen
interacción entre el medio ambiente y el cerebro,
particularmente en el contexto del desarrollo, ya que la edad
en la que tiene lugar el entrenamiento es muy crítica.
Musica y emocion
Una de las preguntas que surge con más frecuencia en las
discusiones sobre música y, sin embargo, ha recibido
relativamente poca atención en la comunidad de las
neurociencias, se refiere a las emociones. De hecho, los no
científicos a menudo se sienten perplejos de que este aspecto se
haya descuidado relativamente en favor de preocupaciones más
esotéricas, dado que, para la mayoría de las personas, la música
existe únicamente para expresar o comunicar emociones. Hay
algunos tratados sofisticados en la tradición musicológica sobre
esta cuestión (por ejemplo, el volumen clásico de Leonard Meyer 13),
pero solo recientemente el tema ha comenzado a atraer seria
atención de los neurocientíficos 14.
Una cosa que sí sabemos es que la música puede provocar
no solo cambios psicológicos en el estado de ánimo, sino también
cambios fisiológicos en la frecuencia cardíaca, la respiración, etc.,
que reflejan los cambios en el estado de ánimo. De hecho, el efecto
ansiolítico de la música es conocido no solo por el especialista, sino
por cualquiera que escuche su pieza musical favorita para relajarse
después de un día difícil.
¿Qué respuestas cerebrales pueden explicar estos
efectos? Por el momento simplemente no lo sabemos. Pero
las hipótesis plausibles están guiando la investigación. Una
noción es que la música produce un arrastre físico de las
funciones motoras y fisiológicas: la música impulsa el
cuerpo. Entonces, la música alta, rítmica y rápida tiende a
hacer que se sienta animado, o incluso que quiera bailar,
mientras que la música lenta y suave conduce a la calma e
incluso a la tristeza. Una posible explicación es que estos
efectos podrían estar mediados a través de circuitos de
retroalimentación sensorial-motora, que han sido muy
discutidos en neurofisiología; es decir, a través del llamado
sistema de neuronas espejo 15.
Aunque no hay evidencia directa para esta idea, es
plausible que se cree que este sistema media el
comportamiento imitativo al vincular la percepción
directamente con la acción. UN

Un mecanismo similar podría explicar algunos de los efectos
de la música sobre el movimiento físico y la inducción del
humor.
Pero las corrientes emocionales de la música son
más profundas de lo que podría sugerir tal análisis.
Estudiar las respuestas muy complejas e
idiosincrásicas de la música es un desafío porque
depende de
muchos factores difíciles de controlar " Quizás música y todo
tors, no menos las preferencias individuales. Lo arte de distancia, gestiona
que es 'música' para los oídos de una persona trascender
es a menudo ofensivo para los de otra percepción precisamente
(considere a los adolescentes y sus padres porque contacta
como un ejemplo típico). Entonces, los factores nuestro más primordial
culturales y sociales claramente tienen neurobiología.
papeles importantes en la modulación de nuestra respuesta
emocional a la música. Sin embargo, es probable que existan
vías neuronales comunes que medien las respuestas, como
el placer, a la música.
Una respuesta emocional intrigante y muy específica es
el efecto de "escalofríos en la columna vertebral".
Cualquiera que haya experimentado esto sabe exactamente
a qué me refiero: para la minoría que no lo ha hecho, no
será de mucha ayuda explicarlo. Pero estamos
comenzando.
para comprender algunos de los mecanismos neuronales que
subyacen a este tipo de respuesta. Cuando los oyentes
experimentan escalofríos, la neuroimagen muestra que las áreas
del cerebro reclutadas incluyen regiones que se cree que están
involucradas en
L. LEWIS / LEBRECHT
Casi todo el mundo puede responder a la música, pero las diferencias individuales en la capacidad nativa son sorprendentes.
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mecanismos de recompensa y motivación. Algunos ejemplos
son el prosencéfalo basal y ciertos núcleos del tallo cerebral,
junto con las áreas corticales involucradas en la evaluación
emocional, como las regiones orbitofrontal e insular. dieciséis. Estos
circuitos son similares a los involucrados en las respuestas
inmediatas a los beneficios biológicos.
estímulos, como alimentos o estímulos
sexuales.
Pero, ¿por qué la música, un patrón
abstracto de sonido, tiene algo en común
con tales sistemas relacionados con la
supervivencia?
Es exagerado sugerir que la música
" es esencial para la vida o la
reproducción.
Esta investigación está comenzando a iluminar la
compleja relación entre cognitivo-percep-
sistemas actuales que analizan y representan el mundo
exterior, y sistemas neuronales evolutivamente antiguos
involucrados en evaluar el valor de un estímulo en
relación con la supervivencia y decidir qué acción tomar.
Quizás la música, y todo el arte de alguna manera, logra
trascender la mera percepción precisamente porque
contacta con nuestra neurobiología más primordial.
Para caricaturizar la idea, podemos pensar en la
neocorteza como capaz de analizar relaciones y notar
patrones, pero luego esta información procesada interactúa
con la emoción / evaluación.
uationsystem, que a su vez conduce al placer
© 2005 NaturalezaPublicaciónGrupo
científicos en el arte
(o tristeza, miedo, excitación, etc.). La vaguedad de
estos conceptos indica lo lejos que estamos de tener
algo parecido a un modelo de los procesos en curso,
aunque un optimista podría señalar que incluso el poder
hablar de ello, aunque en términos poco claros, muestra
cuánto hemos avanzado.
■
Robert Zatorre es un neurocientífico cognitivo y profesor de
neurociencia James McGill en el Instituto Neurológico de
Montreal.
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