Está en la página 1de 2

Hoy después de tanto tiempo puedo escribir esto, hoy creo encontrar las

palabras que siempre busque, esas que nunca lograban salir y aunque hoy
espero poder hacerlo desearía con todas mis fuerzas poder estar a tu lado
diciéndotelas al oído, con mis lágrimas en tu remera y con tu mano izquierda
acariciándome el pelo tratando de hacerme sentir segura de absolutamente
todo… Acá voy…

José, sé que hoy en día nada luce como nosotros quisiéramos bueno, al menos
como yo realmente quiero. He estado mucho tiempo pensando en lo nuestro,
en lo que paso, en como nunca me di o nos dimos la oportunidad de
despedirnos por completo. Ha pasado demasiado tiempo y se perfectamente
que lo que hago esta noche del 4 de agosto es una pérdida de tiempo para mi
estabilidad, para mi felicidad y mi vida, pero no puedo seguir con todo esto sin
decirte todo lo que he estado atravesando desde que decidí irme para siempre,
si, para siempre. Desde que no estas, he aprendido demasiadas cosas, he
tomado hábitos, he aprendido a sanar mis propias heridas, aprendí a no
necesitar de nadie, a ser muy independiente pero sin dejar de necesitar la
ayuda de los demás, he apreciado cosas que antes odiaba, aprendí a valorarme
y amarme. Créeme seguiría con una lista exageradamente larga pero creo que
esta carta solo hablaría de mí y no de nosotros.
Te he extrañado mucho y también te he odiado de una manera en la que ni yo
pudo imaginar. Creo que nunca en la vida había detestado tanto a una persona,
jamás lo sentí de esa forma y a veces me siento muy culpable de haberlo
hecho; pero te cuento un secreto? – sé que si te hubiese visto esos últimos
meses en los que te odie, hubiera dejado de hacerlo en una milésima de
segundos porque SI soy demasiado débil cuando se trata de vos. Pero hoy creo
tener la libertad de decir, demostrar y hacerte entender porque llegue a odiarte.
El día de hoy tengo la libertad de decirte en esta carta que te odie por hacerme
pasar noches pensando en vos, por hacerme llorar cada vez que veía una
película de amor fracasado, por ir a lugares y sentir tu presencia, por
enamorarme con tu perfume de Amodil 23, por hacerme cantar canciones de
Oasis – The Police – Chris Cornell llorando. Te odie por hacerme tener el don
de mirar un punto fijo y revivir recuerdos inolvidables, como si fueras un
fantasma, como si vinieras a visitarme; es tan aterrador no te das idea.
Si de algo estoy segura es que cuando se termina una relación, pasamos a
tener distintos procesos de duelos. Primero está el dolor, luego extrañar, sigue
el odio, después la superación, y como ultimo la liberación, la paz, la
tranquilidad. Hoy creo estar en la 4ta parte. Entonces acá me doy la libertad de
otra vez a hacerte entender cómo es que llegue al lugar en el que me
encuentro. Primero tuve que entender. Entender que te fuiste y que te deje ir
me aleje, tuve que aceptar que éramos pasajeros, que éramos diferentes como
el invierno y el verano jaja si ya sabes cual sos vos. Tuve que entender que no
podíamos darnos lo que necesitábamos y que por más que nos esforzáramos
teníamos caminos totalmente diferentes. Sin más que decir, tuve que entender
que sos mi polo opuesto y que eso te convirtió en el amor de mi vida y, ufff
me costo tanto poder hacerlo. Pero bueno voy a tratar de aclararte un poco
esto. Cuando aprendí a aceptar y entender, tuve que hacerlo con
absolutamente todo lo que me rodea en la vida y es demasiado difícil, pero lo
bueno fue que esto me termino dando una señal de POR FIN CRECISTE
pero mientras me ocupada de mi me pude permitir odiarte, ya que nunca lo
había hecho y claramente tome la decisión de hacerlo porque lo requería para
llegar a la fase que atravieso hoy en día; estoy muy orgullosa enserio, he
crecido demasiado, he cambiado y no puedo no contártelo pero que gran parte
de esto me sirvió para hoy en día ser quien soy. En fin, luego de terminar
conmigo, comencé con lo nuestro, con el entender y aceptar, y lo hice, y estoy
feliz.

También podría gustarte