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Cómo en todo ámbito, los estándares y guías de buenas prácticas son necesarias para realizar unas
determinadas tareas o funciones de la mejor manera posible y de manera globalmente lo más
unificada posible. Así, los estándares permiten que, en este caso por ejemplo, un proyecto se lleve a
cabo de una manera organizada y similar en Estados Unidos y en España si siguen la misma norma.
Sin embargo, no todas las normas nacen con el mismo propósito, siguen la misma estructura ni
nacen a la vez. Algunas de ellas como el PM2 o la ISO 21500 nacen basadas en los demás
estándares y se puede observar porque en lugar de dar una descripción completa y holística de la
dirección y gestión de proyectos, dan unas normas y buenas prácticas más encaminadas a la práctica
diaria y no tanto al conocimiento sobre la gestión de proyectos.
De todas formas, para poder compararlas lo mejor es describirlas brevemente y luego hacer una
comparación completa sobre ellas:
● ICB 3.0 (IPMA Competence Baseline 3.0): Está certificada por la IPMA (International
Project Management Association). Es una norma bastante diferente al PMBOK y tiene las
siguientes características:
○ Es un modelo basado en competencias, no en procesos, es decir, está centrado en las
competencias que debe tener un director de proyectos para una buena gestión. Hay
un total de 29 competencias que se organizan en tres tipos: Personal, Perspectiva y
Práctica.
○ El sistema de certificación también va por niveles, igual que el PMBOK y también
tiene como referencia la experiencia de la persona que se está acreditando.
○ Es una guía centrada en el rol del director de proyectos y de las habilidades y
experiencia que este debe adquirir, más que una guía descriptiva de cómo se debe
gestionar un proyecto.
● PM2 - Estándar creado por la Unión Europea para la gestión y dirección de proyectos en el
ámbito europeo. Tiene las siguientes características principales:
○ Tiene certificación por la Unión Europea.
○ Sigue un modelo por procesos, al igual que el PMBOK, pero que en este caso se
llaman artefactos. Además, estos artefactos están regidos por lo que la guía
denomina “mindsets” que son reglas a tener en cuenta a lo largo de la gestión.
○ La guía define 4 aspectos de la gestión de proyectos:
■ Los roles y responsabilidades de cada persona dentro del proyecto. Esto hace
que cualquier tipo de organización pueda adaptarse.
■ Ciclo de vida del proyecto o fases del proyecto: inicio, planificación,
ejecución y cierre. También se incluye monitoreo y control, pero no como
una fase per se, sino como una acción contínua a lo largo del proyecto. Para
conectarlos hay lo que se denominan “puertas de fase” que son un modo de
chequeo para poder pasar de fase. Como se puede ver, aquí hay una
correspondencia con el PMBOK,
■ Una serie de procesos o tareas.
■ Una serie de artefactos, que son guías y plantillas.
○ Esta guía también hace referencia a las metodologías ágiles e incluye parte de estas
metodologías en su estándar. Se puede ver sobre todo reflejado en la parte de roles y
responsabilidades, que se parecen en gran medida a los procedentes de las
metodologías ágiles.
○ Está dirigida a todo tipo de directores de proyecto, independientemente de su
experiencia.
○ Proporciona al director de proyecto guías y plantillas, por lo que está centrada en
disminuir los errores y aumentar la eficacia de la gestión.
Como se puede observar, todas tienen como objetivo común la estandarización de la gestión y
dirección de proyectos, alguna con un mayor enfoque sobre el rol profesional del director de
proyectos y otras más sobre el proceso de gestión en sí.
Así pues, a continuación haré un resumen de las principales características y las diferencias de las
diferentes metodologías en cuanto a las diferentes cualidades que las definen:
1. Estandarización
Podemos observar que todos los estándares menos la ISO 21500 tienen procesos de
certificación. La ISO 21500 establece unas guías para que se apliquen a cualquier tipo de
proyecto de manera sencilla.
2. Ámbito de aplicación
Algunos estándares como el PMBOK o el IBC 3.0, aunque han sido actualizados teniendo
en cuenta también las metodologías ágiles, son más tradicionales y son más adecuadas para
proyectos predictivos. En cuanto al PRINCE2, al haber nacido en el ámbito de los proyectos
dedicados a la informática y las telecomunicaciones, ya incorpora un componente más ágil.
Por último, tanto la ISO 21500 como PM2 son estándares que ya se basan en los otros tres
estándares y que además tienen en cuenta dichas metodologías ágiles con el objetivo de que
puedan ser utilizadas para cualquier tipo de proyecto, sin importar el tipo de organización
que lo lleve a cabo.
A modo de ejemplo, el PM2 incorpora una serie de guías y plantillas para la gestión del
proyecto, de manera que el director del proyecto pueda seguir unos pasos para dicha gestión.
Algo similar pasa con el PRINCE2 y en menor medida con los otros tres estándares
(PMBOK, IBC 3.0 y ISO 21500), que son más descriptivos.
Otra de las cualidades es la capacidad de una norma para definir el rol del director de
proyecto. La ISO 21500, PM2 y PRINCE2 están más enfocadas a describir la gestión del
proyecto en sí para disminuir los errores y aumentar el éxito de los proyectos. Sin embargo,
PMBOK y IBC 3.0 definen al director de proyectos y sus habilidades, también con el
objetivo de dar importancia y visibilidad a la profesión de director de proyectos.
Así pues, como conclusión, son varios los estándares y normas que regulan la gestión y dirección de
proyectos. Sin embargo, todas tienen como objetivo común el mejorar la gestión y dirección de
proyectos para disminuir los errores y mejorar el éxito de los mismos. Además, desde mi punto de
vista cada día más empresas se organizan por proyectos y creo que los estándares que hagan más
fácil y eficaz la dirección de proyectos serán las que se implantarán finalmente con el paso del
tiempo.
Por último quiero mencionar que ahora también hay metodologías ágiles que tienen certificación,
como es el caso de SCRUM, en el que un profesional se puede certificar en los diferentes roles
marcados por dicha metodología.
Bibliografia: