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ecto r de l Biblioteca
pos teriormente, di r a
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torno a phainein (aparecer),phaínomena y phantasmata,que denota imagen no es una cosa, sino una relación. Es siempre imagen de
la aparición y la ilusión y que ha engendrado los fenómenos, los algo o de alguien sin que por ello sea su copia.
fantasmas, en francés también los fantómes; los fantoches y otros se Se infiere que la imagen de una imagen es otra imagen
res fantásticos. y esta especie de escisiparidad tiene una importancia particular
Tenemos aquí muchas imágenes que no podemos meter en nuestro mundo, en el que la mayoría de las imágenes son re
en el mismo saco antes de dar comienzo a su historia.Aún no nos producciones de imágenes anteriores, cada una de las cuales
hemos encontrado con la palabra imagen misma, del latín imago, tiene su existencia, su autonomía y sus propietarios y autores
que designa la efigie, la estatua a menudo funeraria, pero también reivindican cada cual sus derechos. El carácter generativo de la
la apariencia y el sueño. Imago comparte la raíz im, cuyo origen imagen plantea a nuestras sociedades comerciantes la cuestión
se desconoce, con la palabra imítatio, emparentada sin duda a su de su propiedad. Dado que toda imagen es el doble de un mo
vez con el griego mimesis, que designa el arte del actor, nueva delo, ¿quién es el propietario de qué? ¿De la imagen o del mo
mente con un doble sentido: ya el de expresar una emoción inte delo representado? ¿De la imagen com,o obra del espíritu o de su
rior, profunda, inefable a través del lenguaje, ya el de reproducir soporte material? Además, el propietario del modelo puede rei
mecánicamente un modelo, como hacen nuestros imitadores. vindicar los derechos de propiedad sobre la imagen de su bien,
¿Expresar o reproducir? Toda la cuestión está ahí. Teje la aún más si se trata de su propia persona. Dado que hoy las imá
historia de la imagen y constituye todo su misterio.Y mucho más genes son prolíficas y se engendran con tanta facilidad unas a
allá de la cuestión de la imagen, se plantea la de saber si es posi otras, los tribunales están sobrecargados con asuntos de este gé
ble expresarse sin aprender a hacerlo, es decir, sin imitar. Nada es -y esto es
tiene que ver con todo esto la magia, que proviene del nombre lo que hace que nos resulte tan fascinante- la marca de nuestra
de los sacerdotes, magos, en antiguo persa. incompletítud.
Se produce inmediatamente una primera confusión si se En ocasiones es la desemejanza con el modelo lo que ca
define la imagen como una imitación,que nos lleva de manera na racteriza ciertas imágenes. Es el caso de las caricaturas, en las que
tural a ver una imagen en toda semejanza. La imagen no es la se la deformación de los rasgos hace el retrato todavía más parecido,
mejanza. Dos objetos idénticos no son necesariamente imagen pero ¿parecido a qué? No a las formas visuales del modelo, sino
uno del otro, aunque se asemejen; san Agustín resumió bien esta a sus rasgos morales o imaginarios, que se quieren hacer aparecer
paradoja diciendo: <<Un huevo no es la imagen de otro huevo». detrás de la máscara de la realidad. La imagen que tenemos en la
Este problema estuvo en el centro de la doctrina cristiana que en mente y que constituye el mundo de lo imaginario no es seme
seña que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza,aunque no jante a lo real. Lo saben bien los psicólogos y los cirujanos plás-
se le asemeja. • ticos, que constatan que sus pacientes tienen de sí mismos una
¿De qué naturaleza es, pues, el vínculo en el que se funda imagen totalmente distinta de la que perciben los demás. Toda
esta imagen? No podía tratarse más que de un vínculo de paren imagen, hasta la más realista, tiene su parte imaginaria, la que le
tesco, y no de similitud. La imagen procede, pues, de un modelo da su autor, pero también las que le son dadas por cada uno de
que la genera, sin que por ello se asemeje necesariamente a él. La sus espectadores.
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Otro caso de desemejanza es el de los iconos religiosos en la caverna, que es el mundo de las realidades donde estamos
cuya forma hierática y estereotipada es una prueba de la deseme encerrados. Los cristianos, a quienes este mito se ajustaba bien,
janza con el dios o el santo representado, cuya imagen debe per denominaban anagogía a esta imagen que nos deja entrever las
manecer a distancia. Los monoteísmos, para alejar toda pretensión realidades superiores pero que no llega jamás a ellas. Toda ima
humana de creerse semejante a Dios, prohibieron las representa gen está siempre a mitad de camino entre el modelo imaginario
ciones de Dios en forma de imágenes: Él sólo puede ser desig y la realidad.
nado por su nombre, incluso las letras de este nombre no deben Confundir la imagen con su modelo es el principio de la
ser escritas o pronunciadas sin ciertas precauciones. hechicería. Funciona todavía cuando se quema una efigie, cuando
Por temor a que se conviertan en ídolos, las imágenes de se derriba una estatua o cuando se rompe una fotografía. Las re
los santos deben seguir siendo iconos, es decir, objetos hechos por presentaciones en forma de amuletos o de talismanes no se basan
la mano del hombre que son más venerados que adorados, so necesariamente en la semejanza. No desempeñan menos el papel
portes del culto ellas mismas. Debe respetarse un alejamiento en de sustituto de su modelo. Sin embargo, no se puede decir que
tre la imagen y toda apariencia del modelo. La desemejanza de todas las formas de objetos de sustitución sean imágenes. No to
viene una regla, que supuestamente representa lo alejado de un dos los signos son imágenes. Si se extiende más allá de la seme
modelo irreductible que no resulta conocido más que por el co janza, sin por ello englobar todos los- tipos de objetos simbólicos,
razón y el espíritu. ¿dónde se detiene, pues, el dominio de las imágenes?
Al margen del debate religioso, la cuestión de la natura Nadie puede ofrecer hoy una definición de la imagen que
leza intermediaria de la imagen se plantea en todo momento. tenga autoridad. El lógico Charles S. Peirce (1839-1914) tuvo
Más vale acordarse de ello ante las imágenes de violencia, de las cierto éxito al distinguir tres categorías de signos:
que sólo podemos protegernos tomando conciencia de que so_n 1. Los iconos, objetos distintos del objeto que designan,
unas imágenes cuya realidad y cuyo papel como espectáculo son pero que tienen con él un vínculo sensible (la semejanza es el
muy diferentes de la cosa que no hacen sino representar. El espí principal de ellos, pero no el único); en esta categoría se en
ritu no prevenido confunde la imagen con su modelo. Todos so cuentran las imágenes, las metáforas literarias, los mapas, los dia
mos como aquella persona que se vestía por la noche para reci gramas, etcétera.
bir en su televisión al presentador de las noticias de las ocho. Los 2. Los índices, que tienen algo en común con lo que re
monos y los niños tienen espontáneamente la idea de mirar de presentan, como los signos meteorológicos, los síntomas médi
trás del espejo a ver dónde se esconde el modelo de la imagen. cos, las huellas de los pasos, etcétera.
Así pues, la imagen es, a la vez, acceso a una realidad ausente que 3. Los símbolos, que sólo están ligados a lo que designan
evoca simbólicamente y obstáculo a esa realidad. Doble sentido de por pura convención, como el alfabeto o los signos matemáticos.
la palabra pantalla: transparencia y opacidad. Si se compara esta tipología con nuestras nuevas realida
El célebre mito de la caverna de Platón comporta esta des, se oscurece por todas partes. La imagen ha asumido un sen
teoría de la imagen: el hombre sólo podría tener acceso al tido ampliado y se halla por doquier. Por lo que se refiere a los
mundo de las ideas por medio de las sombras que éste proyecta índices, es dificil excluir del mundo de las imágenes las marcas, las
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sombras y los reflejos, mientras que por lo que se refiere a los sím está consagrada a las cosas santas o consideradas como tales». Se
bolos no se pueden excluir las imágenes en cuanto están codifi ven en el espejo o, como Narciso, en el reflejo del agua, imáge
cadas, por poco que sea: emblemas y estandartes, logos o escudos nes naturales.
de armas, ideogramas... Las fronteras de Peirce son porosas. Nuestro cerebro produce constantemente imágenes
La imagen es frecuentemente definida, en última instan mentales que se organizan entre ellas. Las imágenes fabricadas
cia, como una representación. La palabra es rica, pues se adapta a por el hombre no constituyen, pues, más que una pequeña parte
numerosas situaciones. Contiene la palabra presente: la representa del mundo de las imágenes, y sin duda nada más que el derivado
ción hace presente un objeto ausente. Ocupa su lugar. Por esto de éstas. La imagen mental, captada por el ojo y almacenada en
dice Régis Debray, en Vida y muerte de la imagen, que la imagen el cerebro, no es inmaterial. Es, según Jean-Pierre Changeux, <<un
tiene que ver primeramente con la muerte, pues lo cierto es que estado fisico creado por la entrada en actividad eléctrica y quí
los diferentes apelativos de la imagen, ya se trate de la imago latina mica correlacionada y transitoria de una extensa población de
o del eidolon griego, han sido efigies funerarias, como lo son a neuronas», lo cual traduce la complejidad pero también la fuga
menudo nuestras fotos familiares. Representar a los muertos es sin cidad del fenómeno, ligado a la memoria.
duda el papel más universal de las imágenes. Después de la Esta imagen mental, espontánea, que va a adquirir en el
muerte de Francisco I, se festejó durante once días al lado de su sueño una inquietante autonomía, .140 se confunde con la idea
efigie. Estatuas y estelas prolongan este recuerdo. abstracta, con el concepto, como ya demostró Descartes: «Si
Representar es hacer presente lo que no está. La palabra re quiero pensar en un kilógono, concibo bien en verdad que es una
presentación es un intensivo. Lo mismo puede ocupar el lugar· de figura compuesta de mil lados·... pero no puedo imaginar los mil
una ausencia que ponerla de manifiesto, como en las representa lados de un kilógono, como hago con un triángulo, ni, por así de
ciones políticas, comerciales y diplomáticas. Representar tiene cirlo, considerarlos presentes con los ojos de mi espíritu». La ima
también el sentido de representar a modo de prueba (presentar gen mental, como toda imagen, tiene su propio soporte y su
uno sus documentos), o de presentar varias veces (representación identidad.
teatral). Mostrarse en representación no significa estar ausente sino No se confunde tampoco con la imagen percibida, como
aparecer con ostentación, y en francés se dice también Jaire des re demuestran los sueños, las alucinaciones y las visiones. La doc
présentations (elevar protestas). La imagen es, en este sentido, repre- trina católica, para validar las apariciones milagrosas, debe esta
sentación. blecer una jerarquía compleja de grados de autenticidad, que va
del simple ensueño, del fantasma más o menos controlado, a éx
tasis que parecen venir del cielo; y entonces es preciso establecer
Proyección mental además que estas visiones místicas no sean estados alucinatorios
provocados pqr emociones fuertes, trances, incluso drogas. Pue
Resulta igualmente dificil decir de dónde toma la imagen den asumir diferentes formas, puramente visuales y fantasmales o
su origen. La Enciclopedia de Diderot define primeramente la realmente carnales, que son las verdaderas apariciones.
imagen como «la pintura natural y muy semejante que se hace de A priori, todo opone estas imágenes virtuales a las pictures,
los objetos cuando se oponen a una superficie bien pulida.Véase objetos fabricados por el hombre. Sin embargo, nunca se podrán
ESPEJO». No es más que en segunda instancia cuando «imagen separar unas de otras, ya que, antes de fijarse sobre un soporte
se dice de las representaciones artificiales que hacen los hombres, autónomo, la imagen es una proyección del espíritu que pone en
sea en pintura sea en escultura; la palabra Imagen en un sentido relación modelos memorizados.
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Entre la alucinación del narcómano y las imágenes cons limitaciones de su desciframiento, donde se alojan todas las con
cientemente construidas no se puede establecer una frontera: lo venciones de la época y de la comunidad que es su lectora.
han demostrado las experiencias de los surrealistas o los dibujos Toda imagen -que encuentra sus modelos en una memo
de Henri Michaux. Cuando Víctor Hugo, antes que ellos, culti ria anterior al lenguaje- es necesariamente portadora de un có
vaba como juego el dibujo automático, cuando un pintor de la digo cuya clave sólo raras veces nos es dada.
action painting como Jackson Pollock o un calígrafo chino se
abandonan a un ejercicio a la vez espontáneo y dominado que
conduce a la producción de una imagen, el control de los gestos El cuadro o la realidad cercada
es el vector de una emoción que se traslada a la imagen. A la in
versa, el test de Rorschach se propone restablecer unas relaciones Ciertas estampas de reproducción, en el siglo XVI, se pre
entre el inconsciente del que mira y unas formas aleatorias. sentaban como copias de cuadros que jamás habían existido. Este
Los fosfenos son destellos que recorren el interior de esquema fue adoptado por unas alegorías religiosas en las que se
nuestros párpados cuando cerramos los ojos. Son las únicas imá presenta al hombre como la copia imperfecta cuyo original no
genes que se producen sin luz. Ninguna es tan imprevisible. Al existiría, pero que tiene como resultado hacernos creer que
gunos, sm embargo, han pretendido descifrar sus improbables existe. El modelo, en efecto, puede no,existir, y el papel de la ima
mensaJes. gen consiste en construir a partir de infinidad de elementos de
nuestra memoria. La tarea de la imagen es registrar esas imágenes
errantes. Para ello es preciso encontrarles un lugar, un marco.
El indispensable código Al igual que el libro nació del pliego, la imagen nació del
marco. Se podría decir que todo lo que queda enmarcado se con
Muchos psicólogos han observado la dificultad que se ex vierte en imagen. Experimentadlo: el marco, la página, la panta
perimenta a la hora de fijar la reproducción de una imagen men lla, el objetivo, el agujero, los lentes o un par de gemelos, o más
tal. El ejercicio que consiste en dibujar de memoria un monu simplemente uniendo el pulgar y el índice de cada mano delante
mento conocido demuestra regularmente que no es posible de los ojos para que hagan de visor o de ocular del microscopio.
hacerlo con exactitud sin recurrir a una fotografia o al original, Más simple aún: cerrad un ojo; lo que ve el otro es ya una ima
o por lo menos a recuerdos no visuales, como el número de co gen. La realidad cercada deviene imagen. Escapa a lo real por el
lumnas, por ejemplo. Pasar por una descripción verbal o. codifi hecho de ser seccionada y seleccionada. La imagen es un frag
cada, conceptualizada como la del kilógono de Descartes, es in mento de vida arrancacfo a lo real. Se puede extender la compa
dispensable, hasta tal punto las técnicas de la reproducción, ración al espectáculo, que no es determinado sino por la existen
incluyendo las del dibujo, están vinculadas a códigos, a concep cia de un escenario, aunque sea virtual. Un círculo mágico que
tos, al lenguaje mismo, que permiten su identificación. aísla la realidad basta para que se produzca la representación.
De estos análisis se puede aprender la misma lección: que Para no seguir siendo un fantasma, la imagen debe ser en
la imagen fabricada debe respetar un cierto número de reglas de marcada, fijada, aun de manera fugaz. La imagen mental, enton
representación destinadas no tanto a expresarla como a hacer que ces, ya no es incontrolable: la relación se constituye en objeto.
se reconozca. A la imagen virtual del imaginario o de la imagi Toda la crítica de la imagen debe pasar por este objeto y por su
nación se superpone, en la producción de un dibujo o de una fo historia. Por ese motivo es indispensable basar la imagen en una
tografia, un estrato que se puede calificar de «técnico>> ligado a las separación de su modelo, real o imaginario, pues hay siempre, en
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cada imagen, una realidad que remite a un imaginario que, a su
vez, evoca una realidad. Leer una imagen no es simplemente des
cribir lo que creemos ver en ella, entregándonos a interpretacio
nes complacientes. Es remontar la corriente de los sentidos que
u De las grutas a los templos
se le han dado y deducir de ellos los que le damos nosotros. Los
riesgos de error, de manipulación, sobrevienen allí donde los
vínculos entre la imagen y su modelo (o sus modelos) no han
sido perribidos.
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sur de Marrue cos, en estratos arqueológicos de varios cientos de cubierto en 1929 en una anfractuosidad del valle d el Vienne, d es
miles d e años. Unas figurillas menos problemáticas se han hallado pliega desde hace más d e quince mil años su largo cortejo de ani
en Austria, pero no quedan más que diez gramos de la Venus de males salvajes y formas femeninas, adaptándose sabiamente a los
Galgenberg, apodada «la B ailarina», de más d e treinta mil años de
menores relieves de la muralla.
antigüedad.
Las siluetas en ocre d e manos y antebrazos en negativo
Se encuentran, en los abrigos que las han conservado, a la
realizadas sobre l a roca en Fuente d el Salín, que podrían recordar
vez unas representacion es de un realismo que nos asombra y, en una especie de estadio primario d e la imagen, a un tiempo hue
las mismas paredes , con frecuencia a l a entrada de las cuevas , sig lla y retrato, índice y símbolo, no deben h acern os olvidar que l as
nos geométricos: puntos , cuadrados , estrías que no suscitan las primeras imágenes fu eron grabados , b ajorrelieves y esculturas . Las
mismas emociones estéticas pero que plantean la cuestión de la imágenes europeas más antiguas , que pueden datar de hace tre in ta
representatividad d e la imagen. Estos primeros testimonios no y tres mil a dieciocho mil años aproximadame nte, son minúscu
han llamado la atención de los expertos en Prehistoria hasta hace las mujer es d e formas ge nerosas en bajorrelieve profundo, corno
poco: la cueva de Altamira , en España , fue explorada desd e 1874, la Venus de L aussel (Dordoñ a); en alto relieve, como las estatuillas
pero los animales fantásticos d e La scaux n o s alieron d e su oscu de esteatita verde translúcida _de Grimaldi (Liguria), o el pequeño
ridad hasta el 12 de septiembre de 1940. Desde entonces los his rostro de la Venus d e Brassernpouy (Landas), siempre seductora en
toriadores se e xtenúan buscando su significado. Estos prim eros su marfil nacarado, con su oscura mirada b ajo su fino peinado
artistas no eran de la misma natural ez a que los de hoy. ¿ Cazado
trenzado..
res deseosos de alimento, chamanes que trataban de fij ar en la
roca sus visiones al ucinatorias del más allá, hombres preocupados
por asegurar su d escendencia ? El verbo, el espacio y el gesto
El más célebre d e estos investigadores ,André Leroi-Gour
han, no sabía mucho más sobre ello, pero consid eraba que estas El origen de la imagen no hay que busc
a rlo en los siglos.
imágenes eran unos conjuntos coherentes, unidos por relatos fa Está siempre en nosotros. Una forma devie
ne imagen en cua nto
bulosos , donde la estructura d el soporte rupestre desempeña el es observada , haciendo surgir de inm edi
ato a sociaciones d e la
papel de hilo conductor, como una extensa leyenda pegada a un memoria.
mapa. Quizá los pueblos que, todavía hoy, tienen prácticas simi Pero estas asociaciones son innumerables
, frágiles y efím e
lares nos indiquen su origen. Los cazadores-recolectores de Ma ras. A menudo, la lengua viene a darles u
n nombre, haciendo así
lawi (antigua Ny asalandia), cuyos emplazamientos ancestrales de estable la relación. Entonces se pued e
hablar d e figura. Para L e
pinturas rupestres acaban de ser inscritos en la lista del Patrimo roi-Gourhan, los primeros dibujos pre
históricos son el signo de
nio Mundial de la Unesco, los asocian siempre a rituales y cere la adquisición por el hombre de una agilid
ad ma nual y de la pree
monias ligados a la fertilidad. Los warlpiri de Australia si guen tra minencia que asume entonces la mira
da controlada por el gesto.
zando e n la arena , al tiempo que salmodian s us gestas fundadoras, La aparición de representaciones figu
rativas va sin duda ligada al
un os recorridos legendarios que evocan su historia configurando desarrollo del len uaje, que permite
g la figuración. Los pedagogos
sus terrenos de ca za , y que ellos denominan «sueños ». confirman que el aprendizaje de la
representación de las figuras
Los acantilados calcáreos de Roe d e Serres, que dominan va ligado al de las palabras que pe
rmiten nombrarlas: la imagen
la Charente, abrigaban hace unos veinte mil años grutas de pare m ental precede a la len ua , pero
g la lengua preced e a s u m ateria
des enteramente esculpidas , y el friso del Roe au x Sorciers , des- lización, que entonces es una esp
ecie de ideograma.
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Estas primeras imágenes muestran formas abstractas de Bajo la escritura, la imagen
aspecto geométrico que ninguna palabra viene a designar. Las se
La imagen está en tensión permanente entre estos dos po
pulturas neolíticas con las que las primeras poblaciones sedenta
rias marcaban su territorio están cubiertas de formas ornamenta los: uno puede denominarse la analogía, que se basa en la relación
les de carácter abstracto y geométrico, en ocasiones complejas y sensible con lo que representa (la semejanza es más evidente en
agitadas, como las paredes de los estrechos pasillos de Gavrinis esas relaciones); el otro es el código, todo lo que le asocia un sig
(Morbihan), que tienen más de cinco mil años. Son signos abs nificado de manera más o menos arbitraria, y cuya clave es pre
tractos, variados y repetidos hasta el infinito, que subrayan las for ciso tener. Si el corazón de la imagen es una analogía sensible, hay
mas de las vasijas, por mucho que vengan de lejos, de hace miles que admitir que no hay imagen sin su parte de código conven
de años. Los churingas australianos dejan así, en plaquetas de ma cional, aunque no sea más que para reconocerla como una ima
gen. Los dos modos coexisten desde la prehistoria, y la historia
dera y de piedra, bajo formas geométricas variadas, la huella mí
de la imagen podría resumirse como un eterno combate entre el
tica de los antepasados.
La figuración, a la cual tenemos tendencia a referir la ima uno y el otro: índice y símbolo, abstracción y figuración, realismo
e idealismo.
gen, no es más que una forma evolucionada y particular de ella.
De una imagen extremadamepte codificada procede la es
La producción de imágenes geométricas tal vez no se deba a un
critura. La que utilizamos nosotros; el alfabeto, ha perdido todo
deseo de comunicación de los hombres entre sí o con fuerzas su
vestigio de sus orígenes gráficos, cuando el aleph, convertido en
periores, sino a la simple necesidad de organizarse en el espacio,
alfo, esquematizaba una cabeza de buey, de la que era fonética
de hacerse un lugar en él. Para Wilhelm Worringer, que ve en esos
mente la inicial, representando más la palabra que la cosa, como
trazados unas formas matriciales, la relación de la imagen con el
en nuestros modernos jeroglíficos.
arte tiene su explicación en una «enorme ansiedad espiritual ante
Entre la imagen y el código, la escritura no ha operado
el espacio» que hay que ocupar y conquistar. Lejos de pretender
siempre esta distinción: los jeroglíficos que hicieron su aparición
figurar la realidad, la imagen sería, por el contrario, un medio de
tres mil años antes de nuestra era, en el momento en que el Alto
evadirse de ella. El dominio del espacio es sin duda uno de los
y el Bajo Egipto se unifican bajo �u primer faraón, son tanto ico
motores de la imagen, como lo demuestran la importancia del es
nos como símbolos. Unificadores también, por ser independien
quema y el aprendizaje del diseño industrial.
tes de las lenguas habladas para consolidar mejor un imperio po
El artista no quiere copiar la naturaleza, quiere rivalizar
líglota, los ideogramas chinos aparecieron en tiempos de los Yin,
con ella, dice André Malraux. La imagen no es tanto una repro
en el siglo XIV a. C., y no cesaron de desarrollarse hasta el siglo
ducción del mundo exterior como una modelización del
III. Los glifos que utilizaron los mayas de los siglos II al x son to
mundo interior. El arte llamado «decorativo», con sus motivos
davía imágenes y ya una escritura.
impulsivos que ornamentan todos los objetos primitivos, inclu
Nuestras escrituras fonéticas, que se derivan, después de
yendo los nuestros, aun cuando sea indescriptible, no está des
un largo viaje a través de Oriente Próximo, de los signos cunei
provisto de significado; cada una de las formas tiene su historia
formes inaugurados en Mesopotamia hacia el año 3300 a. C.,
y su razón de ser: ordenar nuestro espacio, personalizar el objeto han
llegado a ser sin duda los más independientes de la imagen
e insertarlo en un orden común que aquélla contribuye a mo ana
'. pero no vayamos
logzca,
delizar. a creer que los pictogramas, esas escritu-
ras enteramente gráficas, utilizadas en América hasta el
siglo XIX
para narrar las hazañas guerreras de las tribus indias en forma
de
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histor ietas gr áficas que se despliegan en pieles de animales, o los vez signos codificados y signos analógicos, escritura alfabética y
ideogr amas de las civilizaciones or ientales, han sido reemplaza cifras , pero también escalas (que son una for ma de analogía), cur
d os: pueblan nuestras calles y nuestros anuncios publicitar ios en sos de agua azules y sinuosos, cur vas de nivel, bosques verdes
for ma de logos, muestras y señales de tráfico. como los de verdad y carreter as rojas porque son nacionales y
amar illas por que son municipales. La impor tancia de las ciudades
es pro porcion al al g rosor de los puntos, postrer avatar de la a na
El código y la analogía logía, y las ruinas señaladas por tres p untos separados, primer a
apar ición de un código.
S e ve bien la ventaja del código sobre la analogía: al ba Se atr ibuye al filósofo Anaximandro, en el siglo IV a. C., la
sar se en una convención, per mite a las imágenes devenir unívo
idea de fijar en forma d e esquema g r áfi co lo que descr ibían de
cas, mientras que la analogía las deja inciertas, dependientes de las
maner a narr ativa los re latos d e los viaj eros. I nvención pr áctica
asociaciones libres de nuestro capital mental, de nuestr a histor ia de la que el GPS es heredero, pero también innovación i ntelec
colectiva o singular. El sentido apor tado a una imagen permane ce tual de enlazar la imagen con la sola verdad del mundo, sin refe
per petuamente abier to. El del código tiende a estar cer r ado ya rencia a nin gún más allá, a ni ngú n imaginar i o. La imagen fue una
que debe, contr ar iamente al de la imagen, ser lo más unívoco po herr amienta importante en esta SU§titució n de lo irreal p or lo
sible. Hemos aprendido así a reservar la palabr a «imagen» para real, de lo abstr acto por lo concreto."Los métodos de cálculo mez
esas for mas que sugieren una analogía sensible, a oponer imagen
clan tarnbién signos analógicos (cuand o se cuenta en un ábaco) y
y escr itur a, olvidand o que una imagen es siempre una escr itura y códigos abstr actos que dieron nacimi e nto a las cifras de nomina
que una escritur a es pr imero una imagen : algunas lenguas, por lo das <<árabes», de ori gen indio, cuyos pr imer as testimonios se ven
demás, no establecen esta diferencia. en la regió n del Indo en el siglo VI de nuestra era.
D esde hace d os siglos nuestra civilizació n ha s alido de la
«galaxia Gutenber g» de tal mod o que imágenes y escr itur as se
re par te n nuestr as pantallas, y se rozan y a me nudo se confunden Imagen real, mundo virtual
en ellas, en l os domini os genér icos de la televisió n o e n los smi
leys («car itas») de los teléfonos, como lo hacían en las paredes pa El mundo chino inventó también sus ci encias, pero er an
leolíticas. Mir ad vuestro car né de identidad: lleva consigo todos más empíricas , ya que procedían por analogías, al igual que sus ca
los regímenes de la imagen : escr itur as alfabéticas y numéricas, racteres , sur gidos no de las necesidades del comercio o de las le
fir ma manuscr ita, fotografía, tampón húmedo y tampó n seco en yes, sino de los signos adivinatorios que se obtenían quemando
relieve, filigra na e inclus o esa imagen «indicia!», prueba última
caparazones de tor tugas o huesos y luego inter pretados por un
d el vínculo con su modelo, la huella dactilar, reemplazada ahora clero que se atribuía el poder de hacer lo, como lo fueron, en mu
por la huella biométr ica, nueva analogía por la gener ación y n o chas civilizaci ones , los signos celes tes, el vu elo de las aves migr a
por la semejanza, como lo er a la imagen del hombre en relación torias o las entrañas de los ani males sacr ificados, imágenes pre
con D ios.
monitorias, mensajes d el más allá que se intenta captar .
La civilización gr iega, al mismo tiempo que asumía una Se entiende que la imagen extrae su fuerza de convicción
primera ruptur a entre imagen visual y alfabeto fonético, inven de un vínculo que parece natural, fundado desde tiempo inme
taba otro objeto híbr ido en el que la analogía y el código se com morial, con un modelo que puede ser imagin ar io y no ser más
plementan: el mapa geogr áfi co. En un mapa se encuentran a la que el fruto de un d eseo. La imagen atestigua, ya sólo por su
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relación formal, la veracidad del mensaje y la existencia de un más res del teatro antiguo, con expresiones estereotipadas, o como las
allá esperado. Este vínculo que parece no premeditado, no calcu que invocan a los seres sobrenaturales, benéficos o maléficos, en
lado, aparece ya como un prodigio. Un clero se apodera de él y la mayoría de las ceremonias mitológicas del mundo, máscaras
se constituye en su intérprete, con frecuencia se convierte en su profilácticas que ocultan al que las lleva, lo protegen de los espí
artesano y se atribuye el poder de darle un sentido. En el antiguo ritus que encarnan, sino la imagen del hombre mismo, en esa
Egipto, la imagen, divinizada, habla aún en primera persona: «Yo época de la historia en la que los dioses se dispersaban y se alia
soy la señora Napir Asu, esposa de Utashi Gal... Que aquel que ban con el poder laico.
se apodere de mi imagen, que aquel que borre mi nombre, sea El helenista Jean-Pierre Vernant se interroga acerca de las
maldito, sea sin nombre, sin progenie». razones por las que los griegos, saliendo del modelo simbólico o
En Grecia, en el siglo VI a. C., las ánforas de figuras negras abstracto, han conferido un valor canónico a la representación
también hablan, pero en nombre de su autor. Podemos leer «Só realista del cuerpo humano. Para él, «los ídolos antropomorfos ar
filos me pintó» o <<Amasis me hizo». Un siglo después, el retrato caicos no son imágenes, en el sentido en que no nos ofrecen el
se identifica con su propietario por la semejanza con su persona, retrato de un dios». Al sustituir a las· figuras simbólicas o abstrac
o al menos con su tipo social. La imagen confiesa su origen hu tas de las representaciones divinas pór la forma del cuerpo hu
mano: su modelo tiene un nombre, su autor también. A media mano, idealizado en su perfección 1patemática, la imagen opera
dos del siglo IV a. C., Praxíteles pone su nombre en el pedestal de un cambio decisivo que diviniza no al hombre sino su aparien
sus estatuas. oa, asimilada a la del dios por lo que se denomina la mímesis.
Entre las figuras antropoides de las estatuas-menhir o las
estelas que se encuentran casi por doquier, desde las costas de
Eccehomo Bretaña hasta las estepas de Siberia, y las estatuas personificadas de
los kafires, esas espantosas figuras tutelares que se colocaban en las
Se trata, pues, de ensalzar al hombre más que a los dioses, tumbas, toscamente talladas, aun hace poco, en los bosques de los
en una sociedad que, quizá por primera vez, quiere ser racional y altos valles de N uristán, en la frontera entre Pakistán y Afganis
laica. El mundo antiguo cultivó el retrato realista hasta el vértigo tán, y hasta los expresivos rostros del arte de Gandhara, los hom
ilusionista en tres dimensiones. La cumbre de ello se alcanzará en bres han disputado a los dioses los poderes de la imagen. Entre las
los bustos de la República romana, en los siglos II y I a. C., o en formas apenas esbozadas, que dejan todo su misterio a las prime
las efigies de cera con las que se compartía la comida fúnebre y ras divinidades de Grecia, y las formas enteramente habitadas por
que reemplazaba al difunto, en espera de que su cuerpo se des el cuerpo humano de la estatuaria griega clásica, la imagen de los
c01npus1era. hombres ha salido de las de los dioses como una crisálida de su
Más tarde en Egipto, en Fayum, Antínoe y otros lugares a capullo.
orillas del Nilo, existía la costumbre de adornar las tumbas con el En la Antigüedad grecorromana, en las villas de Stabias,
retrato del difunto, no con un busto de mármol frío o un cuerpo como posteriormente en el islam, en los palacios de Bagdad, y en
rígido pintado en un sarcófago, sino con pinturas sobre tabla que la India, en los frescos de Ajanta, las imágenes profanas rivalizaron
la encáustica hacía brillantes, o con un rostro de escayola pintada en prestigio con las de culto. En Galia, las imágenes religiosas no
en el que unos trozos de vidrio colocados en los ojos los hacían excluían las imágenes guerreras o mercantiles, desde los objetos
centellear con inquietantes destellos. No es ya una máscara, como funerarios que amueblan las tumbas de los primeros jefes guerre
la que se denominaba persona en Roma y que llevaban los acto- ros de la Edad del Hierro, entre el año 700 y el 800 a. C., hasta los
28 29
esentan las «La
cuarenta paneles de mosaicos preciosos -que repr
r en el Musée des Antiqui
bores del campo» y se pueden admira
tés Nationales- que ado
r naban, en el siglo III de nuestr a era, la
re
omain-en-Gal, cerca
sidencia de un rico propietario de Saint-R III De los ídolos a los iconos
de Vienne.
adicalmente, du-
La llegada de los monoteísmos cambió r
esta concepción ya profan
a de la ima
r ante más de un milenio,
fiscaron en su prove
gen . L os partidarios de un Dios único con
s hombres,
es de éste, antes de que lo
cho l os poderes mediador Las antiguas relig iones politeístas son p ródigas en imáge
de ellos, insp iránd ose en
poco a poco, se apoderaran nuevamente nes. De ello son testimonio los panteones egip cios, indios O grie
ráfico. Para
inven tar an un culto fotog
el h umanismo gr iego, y se gos . Cada dios tenía la suya y las de sus leyendas . É sta es la razón
la apar iencia, el rea
nosotros, que heredamos esta creencia en por la que la teoría de Platón resulta tan crucial: al hacer de la
d e la imagen.
lismo ha seguido siendo la piedra de toque imagen una crítica radical, al redu cirla a una simple apariencia, a
del hombre han
De la tradición de la imagen como imagen una somb ra, a un no ser, como él dice, confiere a la imagen una
or igen gr iego, como la de
D ibutades.
nacido las leyendas de su existencia autónoma y al mismo tienip o la desp oja de su cuer po
arcilla, en bajor relieve,
Este artesano alfarero habría modelado en imaginario, el del modelo al que pretende sustituir. Es imposible
el rostro de un joven cuya
prometida, la hija del alfarero, quiere
asimilarla asu modelo, creer que es su agente fiel.
rta para la guer r a. En
guardarlo como recuerdo antes de que pa Pero ¿ en qué se convierten los dioses sin imagen? Seres
el Viejo, que cuenta la histo
r ia, se li
una pr imer a ver sión, Plinio abstractos que no conocemos más que de oídas y con los que no
ed sobre la que se pro-
mita a trazar el perfil del héroe en una par nos comunicamos más que a través de una fusión mística. L os
yecta su sombra. monoteísm os se introdujeron gustosamente en el esquema desen
ista es el de
El otro mito fundador de la imagen ilusion gañado de Platón, instituyendo un Dios único del c ual ninguna
ejo en el agua y tiene
Narciso, que confunde su cuerpo y su refl representación podría dar cuenta, no tanto porque es único como
dio del es
os, como el niño en el esta
dificultades para distinguirl porque es total, universal, omnipotente, y p orque no conoce ni
entorno contiguo del
pejo, después de unos meses sumido en un tiempo n i espacio. El Dio s único, con10 dice la B iblia, es un dios
imag en de las pot en
que trata de separarse. Con estos mitos, la ·
celoso: teme a las imágenes. A la,s ima'genes de 1o s d1. oses nvaIes
natur ales y
sferida a uno s fenómenos
cias sob renatu rales es tran que no pueden ser más que falsos dioses, ídolos, que sólo la ima�
y el espejo, prototipos
entra en el dominio humano. La sombra gen hace existir, pero teme también a su propia imagen, que le
ue p rototipos de la semejan
za, al igual
de la imagen, no so n más q ha�e descender a la categoría de las particularidades del mundo.
s ondas del modelo y
que la fo tografia, emanación directa de la La era de los monot eísmos se inició también con la ima
errestre.
prolongación ilusoria de nuest ro cuerpo t gen d e un largo contencioso, la «puesta � n examen » de una ima
gen condenada a ser eter namente sospechosa. La B iblia es clara al
respecto : «No harás imagen ni ninguna semejan za de lo que está
arri�a en el cielo, ni abajo en la tier ra, ni en las aguas debajo de
la tierra. N o te inclinarás ante ellas, ni las honrarás, porque yo,
,
. s, soy un Dios celoso ...» (Ex
Y:ah ve' , tu D10 odo 20, 4-5). Moisés
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recibe estas instrucciones de Dios hacia el año 1250 a. C., pero el del poder imperial y la regencia de la emperatriz Irene dieron a
texto no fue fijado hasta pasados largos siglos, en el transcurso de la Iglesia ocasión de volver a tomar las riendas en sus manos y
los cuales esta sentencia no dejó de suscitar debate. autorizar de nuevo las imágenes sagradas, pero no su culto, en el
Concilio de Nicea en el año 787. El interdicto de la imagen, aun
que no tenga una base tan clara en el Corán, parece haberse im
Iconoclastas contra iconódulos puesto en el islam, acaso escarmentado por el desastroso ejemplo
de su enemigo bizantino.
Todo el mundo coincidía en la prohibición de la idolatría, En el mundo cristiano la cuestión se planteó de una ma
pero había división en cuanto al papel que la imagen podía tener, nera mucho más sofisticada en términos teológicos, pues la en
según su grado de representatividad. La sombra de la caverna pla carnación de Dios en el cuerpo de su hijo Jesús hacía legítima
neaba todavía como amenazando insinuarse a modo de agente de toda figuración de Dios bajo la forma humana de Cristo. La cruz,
un modelo solapado. Los clérigos se hallaban ante la alternativa símbolo transparente pero aún abstracto, pudo entonces cargarse
de prohibir toda imagen figurativa o asegurarse su monopolio. El con la imagen del crucificado, para convertirse en esos crucifijos
islam preconizó la primera solución, el cristianismo más bien la cuyo realismo iban a inspirar, con el paso de los siglos, imágenes
segunda. Ésta permitía una mayor flexibilidad en un mundo cul cada vez más sangrientas.
turalmente muy diverso, pero era también más arriesgada y se El cristianismo se. complicó "asimismo con el culto de la
topó con la inesperada concurrencia del poder político. Trinidad, después con el de la Virgen, que se rendía a la imagen
El emperador bizantino Justiniano II, hacia el año 690, de con tanta inocencia que no se podía privar a los fieles de él. Los
cidió acuñar monedas con la imagen de Cristo triunfante. Esta cristianos honraban, a imagen de los antiguos politeísmos y a di
decisión pudo ser interpretada como una réplica del Imperio ferencia del islam, a una multitud de santos y de santas que com
cristiano al islam, en plena conquista. Más prudentes, los musul ponían en la decoración de las iglesias y en los objetos de la vida
manes no hiciero n uso en su moneda de ninguna forma figura cotidiana, en forma de estatuillas o de pinturas, un nuevo pan
tiva. Tal vez quisieran evitar así los autonomismos o los particu teón. En el Imperio de Occidente, en la corte de Carlomagno, la
larismos locales para los cuales una identificación a través de la controversia no fue menos intensa que en Bizancio, pero se llegó
moneda hubiera sido el más seguro de los vehículos y de los in a unos compromisos con mayor facilidad, pues el objeto de la
centivos. La Iglesia bizantina se aprovechó del poder a la vez sim querella no encubría sin duda los mismos envites de poder, como
bólico y económico que traducía el Cristo en majestad de las lo demostró, en el año 800, la consagración de Carlomagno, que
monedas de oro. Atribuyó a la Virgen, por un milagro, la victoria selló la alianza entre la Iglesia romana y el emperador de Francia.
que los ejércitos de León III habían obtenido sobre los árabes El icono podía ser venerado sin perjuicio para la adoración, que
ante las murallas de Constantinopla en el año 717. Se declaró en se reservaba a su santo modelo. Así lo juzgaro n los «libros caro li
tonces la guerra de las imágenes entre el emperador, celoso a su nos>>, redactados entre los años 791 y 794. Ello no impide que las
vez, y una parte de su Iglesia. En el año 726, León III mandó des desviaciones fueran inevitables y que no se pudiera evitar que al
colgar el gran icono de Cristo que dominaba sobre la puerta de gunos iconos vertieran auténticas lágrimas o sangre.
su palacio. La antigua pro hibición bíblica venía a pro pósito para
justificar su posición y la de los iconoclastas, partidarios del po
der imperial, que se oponían violentamente a los iconódulos (los
que adoran a los iconos), tratados como herejes. El debilitamiento
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La Iglesia como representación rada contra el cielo, lo que desencadenó los anatemas de Lutero
en el año 1517.
Se reconocía a la imagen una virtud educativa (es la escri No debemos creer que estamos prevenidos contra estas
tura de los iletrados), más a través de los sentimientos que inspira prácticas mágicas de la imagen. La misa televisada no es válida
que de las verdades que esconde, así como una virtud ornamen para los fieles impedidos a menos que sea transmitida en directo.
tal, un acompañamiento indispensable de la liturgia. Una dimen� Se trata de respetar la asamblea virtual que constituye la Iglesia,
sión, que más tarde sería calificada de estética, pudo entonces des;. verdadero cuerpo de Cristo. Pero los profanos no conceden me
prenderse de esta imagen sacralizada. Los filósofos cristianos de nos valor a la transmisión en directo de un reportaje o de un par
mediados del siglo XIII, san Buenaventura y después santo Tomás tido de fútbol cuando el «directo» no se realiza en la televisión
de Aquino, esbozaron sus perfiles. sino a costa de múltiples rodeos. Las imágenes que acompañan a
Paralelamente, la tentación de la imagen como manifesta las informaciones cotidianas, en nuestros periódicos y en nuestras
ción de la divinidad no cesa de renacer, por ejemplo, con el culto pantallas, no tienen en su mayor parte ningún valor documental,
al rostro de Cristo, del que el lienzo de la Verónica (la vera ícon) sino un poder real de testimonio de una verdad que se desea es
habría recibido la huella casi fotográfica. La religión cristiana vi tablecer y de acreditación de quien la transmite. Las fotografias de
vió y vive todavía a costa de la imagen, que representa para ella famosos han reemplazado a los icono2 , aún vivos en el culto que
un permanente peligro de desviaciones. No se previene de este se rinde a los dictadores. El interdicto del islam no impide a los
peligro más que por la forma irreprochablemente pura y abstracta fieles enarbolar los retratos de sus jefes religiosos ni el de la Biblia
de la hostia (¿índice, símbolo o icono?), resolviendo así el dilema dispensar al Papa una política intensiva de mediatización. Al desa
entre la naturaleza inmaterial de Dios y el culto a su imagen. cralizar la imagen, Platón, en el fondo, no hace más que proteger
Todos los reformadores del cristianismo atacaron sus deri a sus dioses. Y nosotros, a los nuestros.
vas idólatras. «Eucaristía: véase Antropofagia», dice, por todo co
mentario, la Enciclopedia de Diderot. La controversia se reanudó
en el siglo XII, cuando se afirma el poder feudal y apunta una Las imágenes no caen del cielo
economía humanista. San Bernardo, para devolver a la Iglesia su
pureza original y su credibilidad espiritual, pide que los templos Comprender las imágenes no es descifrarlas como jeroglí
sean liberados de todas esas representaciones a veces monstruosas, ficos; es, en primer lugar, reconocer que se trata de un artificio y
mientras que su adversario, Suger, el obispo de Saint-Denis, aboga que ninguna imagen ha caído jamás del cielo. Es comprender lo
por las imágenes: esculturas monumentales, vidrieras tornasola que se esconde en la imagen, a través de lo que muestra. Los je
das, lujosas iluminaciones, otras tantas bellezas de las que alaba fes, los dirigentes, los famosos carismáticos, como los dioses, res
unos méritos que se pueden calificar de artísticos. ponden a la imagen que de ellos espera su público. Se fabrican
Luego, desde Savonarola hasta Erasmo, desde Wycliff hasta una imagen encantadora. Es a nuestras aspiraciones o a nuestros
Calvino, el exceso de imágenes, que entraña una creencia abusiva sueños a los que les pedimos que se parezcan. Encarnan una co
en sus poderes sobrenaturales, fue combatido con más o menos munidad que no se ve, pero que se busca formándose una imagen
violencia. Calvino se pregunta: «¿De dónde viene el principio de colectiva, lo mismo que las sociedades se inventan una imagen de
majestad de todos los ídolos si no es del placer y apetito de los marca, las naciones una bandera y los clanes un emblema.
hombres?». Es un asunto de imagen fiduciaria, aquellas famosas ¿ Quién será responsable de esta imagen de un modelo co
«indulgencias» que el Papa hacía imprimir como una moneda gi- lectivo inexistente? El poder está en aquel que tenga su dominio:
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el clero de una religión, el dictador al que se rinde culto, la marca
que por su parte obedecen a las expectativas de un público. En
que hará vender. Son cuerpos gloriosos, es decir, inmateriales. Sus
relación con los artesanos de lo sacro resulta anacrónico hablar de
imágenes .pueden tornarse peligrosas, manipularnos, pero el peli
artistas. El único artista es Dios. Solamente él está facultado para
gro no está en nuestro deseo o en nuestra necesidad de imágenes:
erear. Por eso todas las religiones abusan de las imágenes tanto
nos son indispensables para vivir en sociedad, para materializar la
como desconfian de ellas.
comunidad y para conocernos a nosotros mismos. El verdadero
peligro es que no queramos saber que no son más que imágenes.
La angustiosa cuestión de la violencia de las imágenes se
Dioses, hombres e imágenes
resuelve, entonces, como el miedo a los fantasmas. Sólo quienes
creen en los fantasmas tienen miedo a sus imágenes. Sí, la imagen
En los monasterios grecoafganos de Hadda, al este de Ka
da miedo, ejerce un efecto temible, incontrolable, sobre nuestros
bul, se descubrieron en el año 1927 multitud de retratos esculpi
espíritus e incluso sobre nuestros organismos, pero la imagen por
dos en estuco en los que se identifican, junto a rostros de demo
nográfica es antes que nada una grafia y el retrato de un asesino
nios y de ascetas, retratos verídicos de toda suerte de personas,
es antes que nada un retrato. También es preciso desmitificar las
bárbaros, asiáticos, sin duda peregrinos o donantes. Como en los
imágenes, quitarles el poder hechicero que se les atribuye, cono
marfiles de Bagram, que datan de la ;flÍsma época (siglos I-III), el
cer su origen y desvelar a sus autores, que con frecuencia se des
hombre trata de rivalizar con los . dioses, al menos en apariencia.
conocen ellos mismos.
La región conservaba el recuerdo de la expedición de Alejandro.
Este peligro de confusión es la razón de las prohibiciones
La imagen tiene, al igual que la escritura, diversas historias.
0 de las reglas que, desde hace mucho tiempo, tratan de atajar el
Buda también había prohibido que se reprodujera su imagen. Sus
ilusionismo de las apariencias. El estilo hierático de los iconos bi
primeras figuras datan sólo del siglo I de nuestra era y aparecen
zantinos y el recurso a los símbolos no son fruto de la incompe
en el imperio de los nómadas kushana, que recorrían estas regio
tencia, ni de una falta de respeto por la realidad. Las figuras sim
nes. En el año 127, el rey Kaniska hizo acuñar monedas de oro
bólicas sirven para disimular el modelo bajo su representación,
con la efigie de Buda. Durante los cinco primeros siglos de nues
para alejarlo, es decir, para protegerlo.
tra era, la filosofia griega se encontró allí con la sabiduría del bu
En la India, con1-o en Bizancio, las formas y la iconografía
dismo; nos quedamos estupefactos ante confluencias tan singula
de las escenas de una inmensa mitología deben obedecer a unas
res como la de Gandhara (actual Peshawar), en los confines de la
reglas imperiosas que las diferencian de la realidad trivial. El arte India del norte, Pakistán y Afganistán, ruta obligada de las carava
indio es un sabio equilibrio entre la sensualidad de las formas y nas. La contenida emoción de las figuras orientales está impreg
su inmutable canonización. En las religiones orientales, contra nada de la sensualidad de las esculturas realistas de Grecia, con
riamente a los dogmas de la estética occidental moderna, la re fundiendo sus rostros.
presentación de la naturaleza es respetada pero toda creación del ¿Cómo llegó el movimiento monoteísta a atajar la evo
natural está prohibida. El artesano debe asumir su humildad so lución, que parecía irresistible, de una imagen a escala humana
metiéndose a un modelo convenido. La producción de imágenes que los griegos y los romanos habían llevado muy lejos? La ci
sacras, y muchas veces también de escrituras, corresponde a un vilización griega había conocido también, a finales del tercer
rito. Respeta un ceremonial y unas formas estereotipadas. No es milenio, en las Cícladas, un género de imagen sacra casi abs
el artesano el que decide, sino el clero, al igual que hoy el artista, tracto, con rostros enigmáticos que emergen apenas de unas pu
si quiere vivir de su arte, debe responder a las reglas del mercado, lidas superficies de mármol blanco, casi tan depurado como
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hostias o similares a las máscaras esquimales que se diría parecen siglos después con cuatrocientas láminas, como lo fue, en el siglo
fundidas en la nieve. IX, el Theriaka y alexipharmaka (Tratado de los venenos) de Ni
En la civilización mercantil y urbanizada de la Grecia clá candro de Colofón.
sica, los múltiples dioses, semidioses y otros héroes empezaron a Hay excepciones, rarezas: hasta después del año mil, en
parecerse cada vez más a los hombres y mujeres de carne y hueso. Occidente, la imagen no conoció sino el mundo celestial, repre
En la competición entre Dios y su imagen, que se entabló en sentado ya por figuras de santos, ya por letras en majestad de ver
tonces en los monoteísmos orientales, Dios salió vencedor. En sículos de evangelios o visiones extáticas de un paraíso formal,
Grecia fue la imagen, en detrimento de los dioses. Aquí, la ima como componían los monjes irlandeses en pergaminos de oro o
gen no era ya más que el reflejo de las cosas terrenales, del cuerpo de púr pura. El Libro de Kells, una recopilación de trescientas cua
humano en primer lugar, de todo lo que se puede ver y que las renta páginas ornadas con letras de trazos fantásticos y com
matemáticas pueden medir. De estas visiones empíricas del puesta poco después del año 800, y cuyos cuatro volúmenes, que
mundo, de esta concepción de la imagen sih otro referente que la contienen los evangelios y diversos tex:,tos canónicos, se conser
naturaleza, todo cayó en el olvido en el Occidente cristiano du van en el Trínity College de Dublín, en el siglo XVII se creyó
rante mil años. vestigio de una lengua desconocida, una «escritura de los ánge
les», como se dijo.
No parece que el prototipo de nuestras enciclopedias, las
La excepción científica Etimologías de san Isidoro, obispo de Sevilla (ca. 560-636), estu
viera ilustrado. Hicieron falta la aportación de los árabes (a la vez
El islam, más tolerante por lo que respecta a las ciencias y, la tradición de Aristóteles y la fabricación del papel) y la curio
paradójicamente, por lo que respecta a las imágenes de las que la sidad por las ciencias naturales para incitar a los clérigos a intro
religión había decidido prescindir, se acordaba de Aristóteles y del ducir en sus sabios tratados imágenes que no fueran ya simples
papel de testimonio y experiencia que podía desempeñar la ima traducciones simbólicas de los textos sagrados. Habiéndose per
gen profana. Los palacios de Damasco y de Bagdad estaban cu dido el Hortus deliciarum de la abadesa Hérade de Landsberg, el
biertos de frescos y de mosaicos con imágenes refrescantes, y los ejemplo más antiguo es quizás el Líber floridus, compuesto hacia
tratados eruditos de astronomía o de medicina estaban ilustrados 1120 por el canónigo Lambert, de la abadía de Saint-Omer, que
con ellas. mezcla simbolismo cristiano y observaciones naturales. Pero la
Las primeras imágenes científicas son tan antiguas como la ilustración documental, en el sentido moderno del término, no ha
escritura: en tablillas sumerias del tercer milenio encontramos lló autores e ilustradores hasta el éxito de recopilaciones como
planos de arquitectura y esquemas cuyo simbolismo no está De propríetatibus rerum, obra de un monje franciscano, Bartolo
nunca alejado de la escritura. Un diagrama dibujado en un papiro meo el Inglés, a mediados del siglo XIII, que Carlos V de Francia
griego del siglo II a. C., conservado en el Louvre, representa a hizo traducir e ilustrar en 1372 con el título de Le Livre des pro
Orión y el Sol. Se ve una figura geométrica trazada en un papiro priétés des choses.
del siglo I a. C. que se conserva en la Biblioteca Nacional de
Viena, pero estas imágenes matemáticas existirían seguramente Totalmente distinta es la concepción china de la imagen
mucho antes, en los talleres de los arquitectos, los laboratorios de documental, que no se ha liberado nunca de la escritura. Uno de
los médicos y los observatorios de los astrónomos. El tratado de los pilares de su filosofia, el I Chíng o Libro de las mutaciones, de
Dioscórides, médico del siglo I de nuestra era, fue ilustrado cinco tres mil años de antigüedad, presenta sesenta y cuatro hexagramas
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que no son, para nosotros, ni imágenes ni letras, sino signos ori
ginar iamente adivinator ios cuya infinita combinatoria da cuenta
de todo lo que puede acontecer en el universo. El trazo ocupa
aquí el lugar cent ral y permite, en todas sus configuraciones, ex IV De las reliquias a los cuadros
presar el conjunto de los fenómenos.
La pintura de Extremo O riente confiere a la línea y a su
instrumento, el pincel, tal valor de signo, hecho por la mano del
hombre, que la imagen no conoce allí la misma cr isis, el problema
existencial que tenía que resolver Platón y que las religiones mo
Durante milenios la imagen siguió siendo, antes que nada,
noteístas nunca han superado verdaderamente. En este mundo
un objeto ligado al culto. Sustituto de una ausencia, representaba
letrado de la imagen, la nobleza de la copia y el respeto a las reglas
a los antepasados y a las divinidades. ¿<=:ómo pasó la imagen, par
son esenciales, sensibilidad y saber no se oponen, la calig rafia es
tiendo de un uso ritual, a las representaciones profanas? ¿Cómo
testimonio de esta alianza; el mundo de las cosas es el mismo que
hizo deslizar sus referencias sobrenaturales hacia otros valores
el de las ideas, y la imagen no es temible, puesto que obedece al
quizá también sag rados? Éste proc;¡eso fue largo y tomó varias
dominio del gesto y se inserta en el orden del universo.
vías; el cambio de contenido de las-·imágenes es el índice más evi
dente de ello; la imagen de los hombres reemplaza a las de los
dioses. En consecuencia, el- productor de una imagen cambia
también de estatus: ya no es un simple escr iba que posee una
pluma inspirada; se convierte en autor.
En Bizancio, los adoradores de la imagen creían que algu
nas eran acheiropoietos (no hechas por la mano del hombre, es de
cir, caídas del cielo). El reconocimiento de la imagen como fruto
deliberado de una actividad humana, reconocido en la Antigüedad
griega, no impide ver en ella un signo natural o transcendente,
pero su autor adquiere ahora una dimensión visionaria que hará
nacer, en el siglo XVI, el personaje del artista, hombre creador.
Simultáneamente, una nueva economía responde a las
nuevas condiciones del comercio. Ya de la Venus de Gnido, en
Roma, se habían hecho trescientas copias. En la Edad Medía se
crea una industria de estatuillas p r ivadas, de marfil O alabastro. La
estatuar ia ya no es únicamente monumental. Se añade una de
coración a los objetos cotidianos, tanto en O r iente como en
Occidente. La imagen ya no es un bien colectivo: se deja poseer
por propietar ios privados. La imagen abandona el templo y se
deja adorar en lugares no consagrados, palacios o museos. La
imagen, en fin, se deja reproducir a su vez en infinidad de copias,
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imágenes de imágenes, que ganan en público lo que pierden en aparición del realismo, según abandonan la manera hierática de
majestad. antinos por una representación que se propone, con
los ic onos biz
el modelo, la luz, la flexibilidad de los drapeados y la expresión de
los rostros, estar cada vez más próxima a la apariencia del modelo
Deslizamientos progresivos hacia el realismo vivo.
San Francisco de Asís, muerto en 1226 y canonizado dos
El hombre siempre ha estado presente en la imagen, pero, años después, ofrecía por primera vez el ejemplo de un santo
según parece, a título de sus relaciones con el más allá. Las esce cuyo rostro podía conocerse; hay que preguntarse hasta qué
nas de la vida cotidiana, triviales como las que se habían podido punto sus retratos multiplicados eran ya retratos o todavía iconos.
ver en los frescos de Pompeya y Herculano, los personajes satíri El haber recibido los estigmas hacía de él un segundo Cristo; no
cos, incluso caricaturescos, de las máscaras de las comedias roma es irrelevante observar que es poco antes, en 1215, cuando se con
nas, no reaparecieron en los márgenes de los manuscritos o en lu vierte en dogma la presencia real de Cristo en la hostia, incorpo
gares discretos de las iglesias, bajo las dovelas de los pórticos o las rando a Dios a su imagen. Las prácticas de las órdenes mendican
misericordias de las sillerías de los coros, hasta mil años después tes, en una Italia comerciante y urbana, merced a los encargos
de Cristo. Hizo falta el advenimiento de las sociedades comer recibidos de ricas congregaciones lai�.s cubrieron las iglesias de
ciantes, en las que los príncipes y señores separaban su poder del imágenes organizadas en polípticos, gradualmente autónomos,
poder del clero, para ver aparecer iconos laicos. El rey, en primer luego móviles y después por fin privativos, en un movimiento de
lugar, figura en ellos no ya como representante de la divinidad, apropiación a la vez sentimentál y económico del culto.
como habían sido los faraones o los emperadores bizantinos, o
como la leyenda había transformado al gran Alejandro o a Carlo
magno, sino como un ser humano, dotado de un cuerpo real y El primer cuadro
de un rostro imperfecto.
La etapa principal para que la imagen llegara a tener un El retrato de Juan II el .Bueno sería la primera efigie de un
carácter autónomo y laico fue la invención del cuadro. La utili soberano, lisa y llanamente pintado con sus propios rasgos, como
zación de tablas de madera era conocida por los romanos, los cualquiera de hoy, si bien de perfil, es decir, un tanto desencar
griegos e incluso los egipcios, pero sus testimonios desaparecie nado, y ante un fondo de oro. Esta imagen marca el comienzo de
ron para reaparecer en el mundo cristiano en el siglo XII. La ima los tiempos modernos. Data de poco antes de 1350 y, más que su
gen sobre tabla de madera, efigie de los muertos antiguos, se con tema, resulta sorprendente su forma: es un cuadro aislado. For
virtió en un sustituto de las reliquias en el mundo cristiano y maba parte de la documentación que Roger de Gaignieres había
adornaba los altares con imágenes de la vida de los santos o de la recopilado en tiempos de Luis XIV para la descripción del reino
Virgen. y que reunía álbumes de dibujos y manuscritos. Este cuadro llegó,
Los primeros pintores de la edad de oro de la Toscana del pues, a la Biblioteca Nacional como un documento y no fue de
siglo XIII, cuna de la economía moderna, Duccio en Siena o positado en el Louvre hasta que los cuadros llegaron a ser patri
Giotto y su maestro Cimabue en Florencia, fueron primeramente monio de los museos.
mosaístas y fresquistas, y sus cuadros, en ocasiones esmaltados so Desde aquella época la pintura de caballete se ha consti
bre fondo de oro, seguían siendo objetos litúrgicos emparentados tuido hasta tal punto en la forma arquetípica de la obra de arte
con las orfebrerías y los paños de oro. Asistimos aquí a la lenta que se han olvidado las circunstancias de su origen y cómo se
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separó de las imágenes colectivas que eran los relicarios, las vi que ya no tenían nada de religiosas. Ciclos de imágenes tan ex
drieras, los tapices y los frescos. Para instituir la imagen como ob tensos y complejos como los cincuenta Tapices del Apocalipsis, te
jeto de arte era necesario que se pro dujera un distanciamiento jidos en los años en torno a 1380 y destinados a ser exhibidos en
respecto de la religión y que el hombre se apro piase del poder las ceremonias más fastuosas, alcanzaban los límites de una ima
simbólico de ésta. Es posible que esta transferencia de poderes tu gen monumental y móvil.
viera lugar con ocasión de la crisis de la Iglesia católica que cons Ya tenemos la imagen convertida en objeto de arte, apar
tituyó el papado de Aviñón: se sabe que Juan el Bueno se reunió tada de todo fin utilitario o decorativo, de toda arquitectura, del
allí con el papa Clemente VI y que le ofreció una tabla pintada libro mismo. Ya tenemos el objeto que reclamaban la burguesía
en forma de díptico, es decir, en una forma todavía ceremonial, enriquecida por el comercio euro peo, un clero más preocupado
ya que los polípticos estaban aún vinculados al altar, mientras que por el lujo que por la oración, una aristocracia que quiere dife
un cuadro de caballete pro fano, como el retrato de Juan el Bueno, renciar su poder del de la Iglesia. Los grandes personajes, laicos o
obtenía su independencia y perdía su función litúrgica. religiosos, habían adquirido la costumb:re de hacerse retratar de
Resulta significativo observar que Juan el Bueno fue el rodillas en la parte baja de las iluminaciones o de los cuadros cu
primero de los soberanos franceses que firmó sus actas de manera yos donantes eran.
autógrafa. En la estatuaria se constata una evolución paralela, en Con el cuadro de dimension,�s modestas, simple tabla de
las figuras yacentes, tratadas a partir de fines de la Edad Media sin madera autónoma, sólida, transportable e incluso negociable, la
idealización alguna, como la de Duguesclin (muerto en 1380), que imagen ha cambiado de manos. Ha cambiado del poder espiritual
representa hasta las desventuras de su cuerpo. Su estatua yacente, al poder temporal. Su primer ·modelo es el retrato del príncipe,
en Saint-Denis, presenta sus armas, dice la crónica, «para mostrar surgido primero directamente de las monedas y de las medallas
su presencia corporal». El realismo perturbador de los primeros de Pisanello. A menos que consideremos como un cuadro aislado
retratos esculpidos de manera realista, después de los de la Repú el pobre y modesto retrato de pie de san Francisco de Asís de fi
blica romana y las máscaras mortuorias de Fayum, reaparece en el nales del siglo XIII, ahuecado en la propia tabla de madera. Es
busto de Carlos V, hijo de Juan el Bueno y rey de 1364 a 1380. cierto que la nueva piedad, sentimental, humanizada, urbana, de
las órdenes mendicantes fue para muchos el paso de una religión
solemne e intimidatoria a una religión individual. En el siglo XIV,
Del culto a la cultura los inventarios de los archivos mencionan cuadro s de caballete. La
imagen ha pasado de lo cultual a lo cultural y al arte, del lado de
El cuadro independiente, el que se ha convertido en ob� los valores mobiliarios.
jeto, favorito de los grandes coleccionistas y de los museos, no se
separó sino con lentitud de los polípticos monumentales pintados
a la manera bizantina que adornaban los altares de las iglesias ita Del tesoro al museo
lianas. Estos polípticos asumieron en ocasiones forma portátil,
con las reliquias que se guardaban en ellos. El cuadro se separó La laicización de la imagen pasa también por su constitu
asimismo de los muebles pintados, notablemente de los cassoni, los ción en colecciones fuera del recinto eclesial. Según parece, en la
cofres que contenían los objetos preciosos de las familias floren prehistoria existían colecciones de objetos simbólicos: ciertos
tinas ricas. Se separó, en fin, del libro, en el que los iluminadores montones de guijarros o de conchas no se explican de otro
dedicaban un espacio considerable a la representación de escenas modo, aunque no se sabe nada de su razón de ser. Para hablar de
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colecciones formadas por sí mismas tenemos que remontarnos a
demasiado ricamente ornamentados para las sencillas prácticas de
los tesoros de las iglesias. Pero se ve claramente, en el culto a las
las devociones íntimas. La pasión bibliófila aparece en los erudi
reliquias y en el papel que desempeñaban corno reservas de ri
tos, a menudo también en los clérigos, como Ricardo de Bury,
quezas que se guardaban para los malos tiempos, que los tesoros que en su Filo bíblion, escrito en 1345, incita a coleccionar el má
de las iglesias no tenían el lugar que tuvieron las colecciones ximo posible de libros por el placer de poseerlos y también para
principescas de finales de la Edad Media, y menos aún las de afirmar un poder personal. Tal vez no es casual que este obispo
nuestros museos modernos. Los objetos que se depositaban en letrado, contemporáneo de Petrarca, frecuentara corno él la corte
ellas no perdían, por tanto, su valor litúrgico o sacro. de los papas de Aviñón.
La transmutación de un objeto sagrado en objeto de mu
seo supone una desacralización de la imagen, despojada de su
contexto espiritual y reintegrada al imaginario colectivo por sus La moneda, imagen del valor
virtudes formales o históricas. La descripción que hace Michel
Leíris, en El África fantasmal, de la manera en que los etnólogos La reproducción de las imágenes fue otro factor determi
arrancaban a los sacerdotes africanos, por medio de negociacio nante para su desacralización. La unificación de extensos impe
nes o de artimañas, sus imágenes sagradas, figuras de sus antepa rios, el desarrollo de los intercambioS,, de las ciudades, de los via
sados y de sus espíritus, para destinarlas a formar parte de las co jes: de ahí es de donde viene la necesidad de reproducir nuestras
lecciones del Musée de l'Homme de París, nos parece hoy una imágenes.
violación sabia, una barbarie que se apodera de otra. Para autentificar las mercancías o los decretos reales, los
André Malraux comienza así su Musée imaginaíre: «Un sumerios se valían de sellos, primer uso utilitario de la imagen. La
crucifijo románico no fue al principio una escultura, la Madonna utilización del sello está atestiguada en el VII milenio a. C. en el
de Cimabue no fue al principio un cuadro, ni siquiera la Palas reino de Ugarit, en la costa siria. Los más sencillos muestran los
Atenea de Fidias fue al principio una estatua», constatando que motivos reticulados que se ven en los ocres prehistóricos, después
nunca se ha visto a un creyente santiguarse delante de un cruci vienen las formas animalistas y, en los sellos cilíndricos que im
fijo expuesto en un museo. El reformador Zwinglio se pregun primían su marca en arcillas, se desarrollan en el III milenio, en Si
taba ya a principios del siglo XVI por qué los hombres se arrodi ria, escenas minúsculas y complejas de desfiles, sacrificios, ban
llaban ante las imágenes en una iglesia y no lo hacían en una quetes y combates.
posada. ¿Se puede afirmar, con igual sentido común, que un ob Toda la fuerza representativa de la imagen torna cuerpo en
jeto de museo sigue siendo, de otra manera, un objeto de culto, el uso de la moneda. Se podrían considerar como imágenes, en
y la visita al museo una ceremonia? todo caso corno símbolos, los primeros objetos dotados de valor
Un objeto de culto, en efecto, no puede ser asimilado a un de cambio: guijarros y conchas. Se atribuyen al rey Creso, que
objeto de colección en el sentido actual de la expresión. La in reinó en Lidia (actualmente en Turquía) a mediados del siglo VI
clusión en una colección implica una nueva afectación del uso a. C., las primeras moneditas de metal, cuyo uso se difundió por
del objeto. Las primeras colecciones de imágenes hay que. bus la cuenca mediterránea. Las más antiguas, de plata, oro o elec
carlas no en los objetos litúrgicos, ni siquiera en las decoraciones trum, no llevan marca, pero muy pronto se encuentran marcas
de las iglesias, sino en los manuscritos iluminados que, a finales de que representan animales, y después un personaje coronado en el
la Edad Media, se convirtieron en objetos de lujo destinados a los que se cree ver al gran rey de los persas que venció a Creso y
laicos tanto corno a los clérigos, en especial los libros de horas, conquistó Lidia en el año 547 a. C. La imagen, el intercesor del
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mundo de los seres humanos, escapaba a los dioses y entraba en prueba. Jamás se ha desarrollado tanto la filiación del modelo y la
el arsenal de los reyes. La imagen del soberano o los símbolos na imagen en una metáfora continuada: la imagen reproducida es la
cionales permanecen activos en las monedas. La efigie monetaria imagen de una imagen, y debe justificar su genealogía. En el si
figura la continuidad del poder y mide su· expansión, así como su glo XVIII, al igual que para el dibujo, fueron a buscar en la Anti
crédito. güedad los orígenes de la estampa y encontraron en Plinio un in
ventor latino, Varrón, que habría ilustrado así su recopilación
Hebdómadas, setecientos retratos de hombres ilustres. El uso del
La cuestión del manuscr ito sobre pergamino hace inverosímil esta hazaña.
Sólo la invención del papel en China, a comienzos de
La reproducción de la imagen se hace primero mediante nuestra era, permitió la reproducción masiva de las imágenes. Po
grabado (del alemán graben, cavar), pero también mediante grafia seedores de las invenciones de la tinta y el papel, los chinos pu
(del griego graphein, marcar, inscribir, incluyendo, en Homero, dieron hacer impresiones de las estelas .en las que el emperador
con una lanza en el cuerpo del enemigo). No hay que confundir daba a conocer sus decretos a su inmenso imperio. Se requirió la
la grafía, que marca por adición, y el grabado, que lo hace por sus producción en masa de objetos idénticos, prefiguración de una
tracción, aun cuando una y otra, bajo la apelación genérica de sociedad de ciudadanos. No se trataba»ya de copias, sino de ejem
estampa (de stamp, apretar), reproducen mediante impresión di plares sahdos del mismo molde. Bastaba con aplicar un papel hú
recta del modelo. La imagen es capaz de engendrar otras imáge medo sobre una estela grabada y cubierta de tinta para imprimir
nes en una genealogía que se hace rápida con nuestros medios de tantas reproducciones como sé quisiera, y que se convertían así
duplicación, vertiginosa y lucrativa. Pensemos en el número de no en simples imágenes, sino en imágenes de imágenes, que con
in1ágenes de transferencia que se interponen entre la proyección servaban ese vínculo preciado con el original y al mismo tiempo
en una pantalla de un fichero numérico escaneado sobre una pos-: se alejaban de él tanto como la imagen original queda alejada de
tal de La Gioconda y el cuadro de Leonardo da V inci que se en su modelo.
cuentra en el Louvre. En el año 653, el emperador, que contaba cuarenta y
La imagen desmultiplicada plantea de inmediato el pro nueve años y padecía dolores que aliviaba con las aguas -murió
blema de la originalidad, puesto que la naturaleza de la imagen y al año siguiente-, compuso este poema: «El mundo de los seres
su fuerza residen en este vínculo sensible, fisico, indisociable del humanos tiene un término. El agua virtuosa se desliza, inagota
modelo, de este contacto que tiene que mantener con él. La ima ble», que él hizo grabar en piedra y que dio lugar al múltiple más
gen trata de abolir la ruptura semiótica que debilita el vínculo en antiguo que se conoce. La estampación china es el antepasado de
tre el signo y su referente. El valor de la imagen permanece li todos nuestros procedimientos de reproducción. Permitía trans
gado a su fidelidad al modelo: debe hacerse pasar por auténtica. mitir los mensajes a distancia, en el espacio y en el tiempo, pero
Más aún la de la estampa, cuya fuente es diferida, mediatizada por sobre todo el mismo mensaje a multitud de personas sin que és
una matriz, y cuya existencia múltiple diluye esta autenticidad. tas se encuentren nunca. Esta reproducción de la imagen era,
El problema de la estampa es el del origen. Su vocabula como en nuestros modos numéricos, la imagen de un texto, aun
rio lo recuerda: hay que mojar la hoja virgen para que, como di que éste se componga de ideogramas. Los reproducía «tal cual», a
cen los impresores, se enamore de la tinta. La presión que sufre es la misma escala.
un acoplamiento, en ocasiones doloroso, del que sale, entre dos Hacia el año 800, en China y en Corea se imprimieron
fieltros que se denominan mantillas, la imagen impresa que es una también imágenes sobre papel a partir de planchas de madera
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grabadas, como la denominada «de los mil budas», descubierta por
Paul Pelliot en las grutas de Touen Houang y actualmente en la
Biblioteca Nacional de Francia. Se encuentran también en
Extremo Oriente hojas im_presas con series de viñetas repetitivas
v De la imprenta a la página
que seguramente se recortaban y distribuían entre los peregrinos:
«Con maderas -cuenta la historia de Souei a comienzos del siglo
VII-, los sacerdotes hacen encantamientos sobre los que graban
constelaciones, el sol y la luna. Conteniendo la respiración, los su
jetan con la mano y los imprimen. Se han curado muchos enfer
En Occidente, la imprenta de la imagen siguió a la insta
mos». En Japón, la emperatriz Shotoku mandó imprimir desde el
año 764 hasta el año 770 oraciones de las que, según se dice, hi lación de los primeros molinos de papel, a finales del siglo XIV,
mucho antes de la invención de Gutenberg. Es posible que se im
cieron una tirada de un millón de ejemplares.
prinúera en esta época sobre tejidos que hacían las veces de fron
tales de altar, como lo demuestra el Bois Protat (del nombre del
coleccionista que lo poseyó), un trozo" de madera grabado de unas
dimensiones que sobrepasan las de una hoja de papel y que re
presenta un fragmento de la «Crucifixión». Alrededor del año
1400, los archivos mencionan a naiperos o a fabricantes de mol
des en Bolonia o en Flandes. El primer molino flamenco fün-
cionó en 1405, pero desde 1403 los· pintores de Brujas se quejan
de la competencia de las imágenes que los calígrafos compraban
a bajo precio en Utrecht para ilustrar los manuscritos. El grabado
en madera más antiguo fechado, una Virgen descubierta en Bru
jas, lleva la fecha de 1418, y un San Cristóbal descubierto en Man
chester, la de 1423. Son imágenes piadosas destinadas a las devo
ciones populares, individuales y no colectivas.Junto a estos iconos
sobre papel, aparecen naipes. El pueblo se adueña de las imágenes.
Las primeras estampas occidentales eran amuletos, al igual
que los hechizos orientales: aparecen cosidos en la ropa de los pe
regrinos, e incluso, en Brujas, pegados en el interior de ataúdes,
imágenes paradójicas destinadas a no ser vistas más que en el más
allá. La Reforma se alzó contra estas prácticas supersticiosas, re
novación de la idolatría congénita a la imagen.
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A costa del libro n ar sus tallas con negro de humo para obtener pruebas en papel.
Por desgracia estas nuevas estampas, llamadas «en talla
La invención del libro impreso con caracteres móviles dulc e», tampoco se acomodaban al libro mejor que las xilografias,
metió a la imagen en el equipaje de la escritura. Se convirtió en pues estaban grabadas en hueco mientras que la tipografia im
una traducción de ésta, en una forma bastarda que se denomina prime el relieve de los caracteres. Para integrar en el libro las imá
«ilustración». Nada impedía imprimir juntos los caracteres y las genes grabadas en cobre había que proceder en dos tiempos y sa
imágenes, ahuecadas en una estela o en un bloque de madera, en car aparte las ilustraciones para insertarlas en los cuadernillos en
las estampas japonesas o en los libros xilográficos que, en el siglo páginas distintas de las del texto. Fue así como el éxito de la im
xv, precedieron a la invención de los caracteres móviles para di prenta tuvo como consecuencia poner la imagen «fuera de
fundir las moralejas populares, las Danzas de la muerte o El arte del texto», o, en cierto modo, «foera de juego», posición marginal en
bien morir, pero también planchas ya documentales como el ca la que ha permanecido al menos tres siglos.
lendario de los pastores. Un libro de imágenes requiere una forma especial, a me
La tipografía lo cambió todo: sólo los caracteres podían ser n udo un formato más grande, a modo de álbum, que dé prefe
fundidos en plomo, gracias a su forma estrictamente normalizada. rencia al enmarcamiento de la imagen, cuadrado o mejor aún
Las imágenes no podían serlo, aunque los impresores no se priva apaisado, llamado «a la italiana», i�eómodo para sostenerlo, para
ron de reutilizar motivos intercambiables, viñetas, florones, fajas o pasar las hojas y para colocarlo en un estante. Las imágenes han
viñetas de fin de capítulo, para subdividir, en la composición de de estar organizadas en series más o menos coherentes. Es un ál
la página, los textos más diversos. El libro está hecho para la es bum, de alba, la página en blanco en la que cada uno escribe lo
critura alfabética. La imagen sufre en el libro. Está aprisionada en que quiere. Así son los cuadernos de dibujo y los libros de viajes,
la página y sometida al ritmo ininterrumpido de la lectura, que como los primeros libros xilográficos en los que se despliegan
no es el suyo. El libro sigue un discurso. Para se guir este discurso vistas imaginarias de Roma o de Jerusalén, o las «Entradas reales»,
y hacerse relato, la imagen debe convertirse en una historieta grá «Pompas fúnebres» y otras ceremonias en las que la imagen abarca
fica o en cine. La imagen fija bloquea el relato, contiene el tiempo el desfile de un cortejo.
en su espacio y no en su duración. Si tiene poco espacio en una página, la imagen puede
El grabado en madera, único medio de imprimir la ima ocupar la doble página, pero entonces el pliegue la corta. El libro
gen hasta mediados del siglo XV, es incompatible con el plomo oriental, con su pliegue en acordeón, se presta mejor a las series
de los caracteres móviles, aplanados y sometidos a una presión de imágenes, favoreciendo también los géneros populares: escenas
formidable. Existía el grabado en metal: cultivado por los orfe familiares tratadas como croquis llamados mangas, itinerarios de
bres, que grababan a buril metales blandos e incluso, para los más peregrinaciones, horas del día o de las estaciones. Oriente nunca
duros, utilizaban el ácido, el <<agua fuerte», que mordía el hierro conoció esta división catastrófica de texto e imagen, que no está
de las espadas para damasquinadas. En los países ricos donde la inscrita en el ideograma y no adoptó la tipografía sino con las
metalurgia se estaba desarrollando, como Nuremberg, en el valle mayores dificultades. Hoy no hay que sorprenderse porque el Ja
del Rhin, el grabado en metal hacía progresos. Florencia era fa pón haya conquistado el monopolio de la industria fotográfica, de
mosa por sus «nieles», placas preciosas en las que se utilizaba una las fotocopiadoras, de los magnetoscopios y de los escáneres, de
pasta de vidrio negro para hacer resaltar sus finos motivos orna jando a los occidentales los procedimientos de codificación alfa
mentales o religiosos, grabados en oro y plata dorada. Se cree bética. No se trata de una opción económica, sino efecto de la
que uno de estos orfebres, Maso Finigu erra, tuvo la idea de lle- cultura de la imagen.
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La reducción al código más célebre es la Iconología de Cesare Ripa (1593), providencia de
pintores de historia hasta bien entrado el siglo XIX. El pintor Le
La época clásica, desde el siglo XVI hasta el XVIII, buscó Brun publicó un diccionario de expresiones a cuyas formas, que
desesperadamente el sentido de las imágenes en la relación con el constituían un repertorio, había que ceñirse.
texto. Hay que corregir «la necesidad que tiene la figura de des
cender de lo general a lo particular y de lo material a lo formal,
por medio de palabras que la fijen en un significado concreto», Todo lo no dicho del mundo
escribía el Padre Le Moyne en L'Art des devises (1666). Dicho de
otro modo, hay que evitar que la imagen, que sólo puede mostrar La doctrina clásica enseñaba que la poesía debía contener
cosas, sea corrompida por la realidad. Hay que salvarla de lo con imágenes y la pintura ser una poesía muda. Un libro vino a po
creto a lo que está sujeta y, en un puro espíritu platónico, ligar lo ner un poco de orden en estas ideas: el Laocoonte, publicado en
accidental a lo esencial, encontrar la verdad bajo la apariencia. 1766 por el filósofo alemán Lessing, que lo subtituló Las fronteras
De este modo se desarrolló una larga y prolífica tradición del arte y la poesía. El Laocoonte es un grupo escultórico antiguo
de obras sabias que pretendían reducir la imagen al texto, en redescubierto en Roma en 1506 que representa, de manera dra
contrar a cada imagen un significado codificado. De esta tradi mática, al sacerdote de Troya de este" nombre castigado por los
ción proceden aún los numerosos manuales que pretenden en dioses, ahogado junto con sus dos hijos por unas serpientes. El
señar la «lectura» de la imagen, encontrarle un «vocabulario» e rostro convulso de Laocoonte, que tiene la boca abierta y los ojos
incluso una «gramática». La búsqueda de una lengua universal, la en blanco, no puede tener, dice Lessing, ninguna medida común
convicción de que el mundo es un conjunto de signaturas nos con el prolongado grito desgarrador que lanza el mismo Lao
persuaden de que toda imagen es un mensaje cuya clave es pre coonte en el fragmento de tragedia de Sófocles. La imagen no es
ciso hallar. la palabra y no le debe nada. La lengua puede abstraer, generali
Los jeroglíficos fascinan a estos eruditos. Un librito apare zar, dialogar, enunciar el futuro o el condicional. La imagen está
cido en 1419 en la isla griega de Andros y reeditado con gran siempre en presente de indicativo, global, inmediata. En suma, el
éxito, el Horapolo, cuya primera edición ilustrada, de 1543, daba un espacio no es el tiempo y una imagen no es un poema.
sentido hipotético a unos supuestos jeroglíficos. Se reeditó de Los filósofos modernos, de Bergson a Derrida, retomaron
nuevo en 1828. Lo mismo sucedió con los Hieroglyphica de Vale esta tesis reconociendo que la imagen es irreductible al lenguaje.
rio Bolzano, publicados en Basilea en 1556 y luego en Lyon en La codificación de la imagen es una tentación permanente que
1602. Florecían entonces las colecciones de divisas, de emblemas constituye todavía el negocio de los publicistas de hoy. No se
y de concetti, juegos sabios en los que un texto breve debía dar puede mostrar un asno, un zorro o un cocodrilo sin ver inme
sentido a una imagen sin repetirla ni describirla, como la sala diatamente su sentido moral.
mandra de Francisco I, que se podía leer: Nutrisco et extínguo La imagen, si es un lenguaje, es un lenguaje en estado sal
(Extingo [el fuego] y me alimento de él) o el Plus ultra de Carlos vaje, indisciplinado, es decir, lo contrario de lo que debe ser un
V acompañado de la imagen de las Columnas de Hércules, signo lenguaje, cuyo principio consiste en ser articulado para permitir
de que su Imperio no tenía límites. el intercambio. Sin embargo, una misma imagen evocará, en una
La moda de los emblemas, cuyo origen se puede encon comunidad determinada, interpretaciones semejantes siempre y
trar en la heráldica y en el arte de los blasones, se diluyó en unos cuando compartamos una misma historia, y nos dará la ilusión de
géneros muy variados, iconografías e iconologías, de las cuales la tener el mismo sentido para todos. La imagen actúa como un
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catalizador de estos significados mudos, inconfesados o inconfesa Battista Alberti, Alberto Durero, Leonardo da Vinci, Luca Pacioli
bles, huidos o inhibidos, todo lo no dicho del mundo. Concierne cu adriculan la imagen para inscribirla en unas leyes de la repre
a los artistas, pero también a los publicistas, a los sacerdotes y a los sentación capaces de mostrar las apariencias y de hacer que de
políticos encontrar imágenes que hagan masa, federadoras, en las sempeñen el papel de la realidad. La perspectiva, que permite res
que cada uno se reconozca y a veces sin siquiera saberlo, y nos den tituir en dos dimensiones las apariencias de la realidad y hacer de
la sensación de ser únicos estando juntos. la imagen, como se decía entonces, «una ventana abierta al
mundo», sigue siendo, no obstante, como ha demostrado Erwin
Panofsky, una forma simbólica.
El universo modelizado Después se acumulan los dibujos de ingenieros, las figuras
anatóm icas desolladas, las vistas trigonométricas, los herbarios y
Si la imagen no encuentra su fuente ni en otro mundo ni los mapas celestes. La economía necesita ingenieros y las ciencias
en la escritura, sólo puede inspirarse en la naturaleza. Esta creen necesitan imágenes. En el grabado a buril, la geometría halla tra
cia la compartimos todos y, sin embargo, sabemos también todos ducción en las soberbias planchas de Wentzel Jamnitzer y su Pers
que la realidad, lejos de gobernar a la imagen, puede ser juguete pectiva corporum regularium, publicada en Nuremberg en 1568; la
de ella. La imagen de la realidad es siempre un compromiso en anatomía del cuerpo humano en las del famoso tratado de Vesa
tre la realidad y lo que queremos ver en ella. Lo particular se toma lio, De humani corporis fabrica, de 1583, y la geografia en el Atlas
la revancha de lo universal, lo momentáneo de lo eterno, lo acci majar del impresor holandés Blaeu, la mayor empresa de edición
dental de lo esencial. del siglo XVI.
A partir de este instante, toda la historia del arte se resume La imagen no sólo permite el trabajo de laboratorio en
en un combate entre el idealismo y el realismo, tomo en la cari maqueta, la modelización del mundo, sino que también posee
catura de Daumier que muestra a un pintor bohemio cruzando otra ventaja sobre el texto: hace caso omiso de las barreras de las
su pincel con la lanza de un pintor académico con casco. La pér lenguas y transmite su saber sin fronteras. El lenguaje de los ile
dida de lo espiritual no significa el triunfo de lo real: todo es trados -se olvida con harta frecuencia- es también el de los sa
cuestión de proporción y la crítica ha discutido sobre ello desde bios. Maqueta del mundo, la imagen se deja reducir o ampliar a
Rafael hasta Manet. Toda imagen es un término medio entre un voluntad: microscopio y telescopio, permite la comparación teó
ideal y una realidad. rica poniendo las muestras a la misma escala: el átomo y la galaxia
En la Europa moderna, la imagen no se concibió como se encuentran allí uno al lado del otro y, en la historia del arte, el
un instrumento de observación hasta después del redescubri estilo de la más modesta medalla puede ser comparado con el de
miento de Aristóteles, cuando el filósofo polaco Vitelio (ca. 1220- una estatua, monumento: en imagen, ya no hay arte menor, como
ca. 1275) escribió su Perspectiva, primer tratado de óptica en el que proclama André Malraux en su Musée ímagínaíre.
se estudian las leyes de la propagación de la luz. El siglo XIII fue
el siglo de unas enciclopedias que, bajo el título de Speculum (es
pejo), se apartaban cada vez más de la explicación que propor� Diseños y designios
cionan las Escrituras para apoyarse en la experiencia e interesarse
por las ciencias naturales. La imagen científica, que se suele bautizar con la palabra
La imagen es el proveedor de la ciencia empírica. Si no es más trivial de imaginería científica, se separó también de las colec
el lenguaje de la poesía, puede ser el de las matemáticas. Leon ciones que desde finales de la Edad Media reunían los príncipes
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y los sabios bajo la denominación de «gabinetes de curiosidades)). 0 explora el centro del mundo. Es un instrumento de laboratorio
Las flores secas, los animales disecados, las piedras preciosas se qu e nos enseña que la realidad no se limita a lo que percibimos.
mezclaban en ellos con los objetos exóticos, con los manuscritos También los sabios, después de haber instrumentalizado la ima
y con las estampas. El objeto de colección es ya una imagen, gen, desconfian otro tanto de ella.
puesto que es una muestra que representa a una especie o, por el El abuso de las imágenes puede ser peligroso: la represen
contrario, un caso extraordinario. Es un intermedio entre la rea tación de una realidad invisible no está exenta de riesgo de error,
lidad y la imagen, ya que, como ella, permite someter a observa.. y muchas imágenes de fisica o de astronomía no tienen más que
ción a una naturaleza contrastada. un valor pedagógico, llegando a falsear el objeto para que puedan
De esta observación experimental salió lentamente el cul «d ar una idea» a los ignorantes, valor que, no obstante, niega de
tivo del dibujo, y el desarrollo de la industria aseguró en buena inme diato el especialista. Así, la imagen fue, al margen de la in
medida su fortuna. Los ingenieros necesitan figuras exactas lo vestigación, una herramienta de vulgarización de las ciencias que
mismo que los investigadores necesitan preparados bien hechos. El produjo las obras maestras de Pierre-Joseph Redouté (1759-
diseño se emancipó de los libros, se desprendió de los frescos que 1840), el «Rafael de las flores», o las láminas animalistas del dibu
adornaban las casas ricas o las iglesias, al igual que el cuadro se jante americano John-James Audubort (1785-1831). En 1739, el
emancipó de las iluminaciones y de los retablos. La palabra «di ab ad Pluche publica en dieciocho volúmenes ilustrados su Spec
seño» adquirió un doble sentido: es el trabajo preparatorio de una tacle de la nature, ou entretiens sur les particularités de l'histoire naturelle
obra acabada -pintura, mueble, arquitectura, máquina- pero es qui ont paru les plus propres a rendre les jeunes gens curieux et a leur
también su plan, su proyecto, su designio. former l'esprit.
En el mundo occidental moderno, el dibujo aparece sobre El debate en torno al uso de la imaginería científica puede
pergamino en la Edad Media, en los cuadernos de arquitectura de tornarse más áspero cuando nos interrogamos sobre si es opor
Villard de Honnecourt, entre 1230 y 1240, o en forma de sinopia, tuno comunicar imágenes médicas a aquellos mismos a quienes
boceto rápidamente trazado sobre el yeso antes de ejecutar la pin representan. Cuando, a mediados del siglo XVIII, se quisieron po
tura al fresco, o también de cartones para vidrieras y tapices. La his- ner al servicio de la anatomía las nuevas técnicas de grabado en
toria del dibujo, como la de la imprenta, estuvo ligada a la im color -las más demostrativas- para representar al natural las figu
portación del papel, soporte volante, provisional, que permite una ras anatómicas desolladas en todos sus d�talles, los cirujanos pro
gran diversidad de útiles y de pigmentos: lápices, tintas, aguadas, testaron, prefiriendo a estas láminas gratificantes e ilusionistas los
acuarelas, gouaches, carboncillo, puntas de plata o de plomo, bas rigurosos dibujos en blanco y negro. Xavier Bichat, en 1801, no
toncillos de pasteles, tiza, sanguina, piedra negra, etcétera. veía en ellas más que «monumentos de lujo en los que unos bri
llantes exteriores ocultan un vacío real».
La realidad que estudia la ciencia moderna escapa a la
El instrumento de la ciencia imagen lo mismo que al espíritu y sólo se expresa en símbolos
matemáticos. La imagen deja pasar a toda velocidad las partículas
Mientras que la naturaleza está en constante movimiento, más pequeñas de la materia; no capta más que las huellas fulgu
la imagen permanece inmóvil. Representa precisamente lo que rantes de su trayectoria, y la inmensidad de los agujeros negros
no se puede ver. Es una prótesis de la mirada cuando registra lo sólo está representada por su ausencia. Los colores de las imáge
infinitamente lejano o lo infinitamente pequeño, pero también nes llamadas «de resonancia magnética» o las de los mapas de te
cuando diseca un cuerpo humano, desvela un mecanismo oculto ledetección son tan brillantes como los de las pastelerías, pues no
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representan la realidad y sólo están destinadas a la interpretación
La imagen que ofrecen no es lo que vemos sino lo que debería
mos o querríamos. ver. A veces, en las ciencias más exactas, des
criben lo que imaginamos y no muestran más que hipótesis. La
VI El milagro de la reproducción
imagen de la naturaleza sigue siendo un artificio. Aun la más ob
jetiva es una mentira, el resultado de un compromiso, como ya lo
era entre el hombre y los dioses.
60 61
live [en directo, en vivo], como se dice, o «en concierto», hasta la obras de arte impulsó la producción de ilustraciones de grandes
idolatría. Igualmente, las reproducciones de las obras de arte mag obras literarias así como de paisajes o retratos, que la crítica aca
nifican su modelo, cuya autoridad es transferida al artista, que he démica, vinculada a la aristocracia, situaba en la parte baja de la
reda este prestigio. La reproducción, lejos de desvalorizar el ori jerarquía de los géneros, dejando la primacía a los cuadros reli
ginal, hereda una parcela de su prestigio y refuerza su poder. giosos, a las escenas de la mitología y a los cuadros de historia,
preferentemente bíblica o antigua.
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del arte Pierre-Jean Mariette va a Viena a clasificar los doscientos teoría de la pintura. Es la época de las primeras subastas públicas
noventa volúmenes encuadernados en cuero rojo de las estampas de arte y de la aparición de los primeros grandes marchantes de
del príncipe Eugenio de Saboya (la actual Albertina). En 1725, Le pintura y de estampas. El primer Salón, exposición nacional que,
Mercure de France publica sus primeras críticas de arte (es decir, de en el Louvre, en los locales de la Academia, tenía el monopolio
pintura). En 17 41 aparece la recopilación en grabados de los cua de la pintura, se celebró en 1727. Después de 1730, las ventas se
dros que componen la colección del riquísimo Crozat, mecenas multiplican, las estampas circulan de colección en colección. Se
de Watteau. publican los catálogos de los artistas más apreciados, como Ber
Miniaturas y pasteles habían hecho su aparición en el Sa nard Picart, en 1750. El marchante Basan escribió en 1767: «Me
lón de 1739, los gouaches en 1759. Para reproducir mejor los cua he dado cuenta hace muchos años de que los catálogos de venta
dros, los grabadores utilizaban la <imanera negra>> que permite re de estampas eran buscados con mucho afám>.
producir los modelos. Pero el procedimiento resulta largo y los La década de 1750 marca el instante en el que la burgue
ingleses prefirieron el punteado y el cilindro. Otros procedimien sía se apodera del arte en forma de me.reacio: la imagen, en una
tos, como la aguatinta, dan la ilusión del dibujo y logran las me sociedad que busca su jerarquía, se convierte en un marcador so
dias tintas. Ahora bien, para que la estampa fuera en color, era cial en el que cada uno inscribe sus ambiciones y su concepción
preciso colorearla a mano, iluminación preciosa para ejemplares del mundo. La imagen artística, a través del estilo de los artistas,
únicos o procedimiento grosero para las series populares. ¿ Cómo los temas abordados, la rareza de las obras y la naturaleza más o
conciliar las dos cosas e imprimir los colores con todos sus mati menos lujosa de los soportes se convierte en propagador de las
ces partiendo de una plancha? Esto parecía imposible hasta que ideologías, que la crítica transforma en campo de batalla y el mer
Newton, en 1666, observa la refracción de los colores a través de cado en ostentación de las fortunas.
un prisma triangular y, en 1672, publica la demostración de su En 1750, el alemán Baumgarten publicó una obra cuyo tí
descomposición. Todo color puede ser obtenido a partir del ne tulo ha dado origen a una disciplina: Aesthetíca [Estética}. El mar
gro y de los tres colores primarios, amarillo, rojo y azul. En 1735, chante Charles-Frarn;:ois Joullain anota en sus Réflexions sur la
Jacques-Christophe Le Blon inventó la cuatricromía, que exigía peinture et la gravure, en 1786: «El número de marchantes aumenta
(y sigue exigiendo) la descomposición de los tonos en cuatro ma (...) hasta el punto de sorprender, tanto más cuanto que apenas se
trices de base tiradas una después de otra en la misma hoja. Nues puede sospechar de dónde han salido en tan poco tiempo». El
tras impresoras de ordenador ya no lo hacen y necesitan cuatro arte, abandonado a lo que se llama la «dictadura del mercado», ha
cartuchos distintos. Fue una pasión: para reproducir cuadros y di pasado del régimen aristocrático, cuya doctrina era que, en mate
bujos se vio aparecer la estampa a manera de lápiz en 1759, a ma ria de gusto, el rey no autoriza más que el suyo, al régimen de
nera de aguada en 1766, a manera de pastel en 1769 y a manera de mocrático, en el que Zola, crítico de arte, podía decir que el Sa
acuarela en 1772. lón era una amplia confitería donde se encontraban caramelos
para todos los gustos.
Entretanto, Francia había hecho tres revoluciones. La ima�
La democracia de los gustos y de los colores gen es para todos, pero cada clase tiene las suyas. La jerarquía so
cial está estructurada por la jerarquía de las imágenes que cada
El Cabinet des síngularítez d' archítecture, peínture, sculpture et uno posee para sus colecciones o su decoración, según el grado
gravure de Florent Le Comte, primer manual para aficionados, de autenticidad, rareza y precio de éstas, como cuenta Marcel
apareció en 1699; ese mismo año, Roger de Piles publica una Proust en Por el camino de Swann hablando de su abuela: «Pero en
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el momento de hacer la adquisición, y aunque la cosa represen Warburg) o incluso conversión (Didi-Huberman) y que Malraux
tada tuviese un valor estético, a ella le parecía que la vulgar idad, ha denominado «el doble tiempo del arte» (el de su creación y el
la utilidad, volvían a ocupar con demasiada rapidez su lugar en el de su recepción) o metamoifosis. Pero no es esa lengua universal
modo mecánico de representación: la fotografía. Intentaba va que siempre se espera: las formas pueden olvidarse o permanecer
lerse de un ardid y, sí no eliminar totalmente la banalidad co mudas.Rembrandt no tenía admiradores entre los de Rafael. Los
mercial, al menos reducirla, sustituirla por la parte más grande, hist oriadores tienen que explicar cómo funciona este famoso «re
nuevamente el arte, introducir en ella a modo de varios "espeso flejo» a largo plazo con estos eclipses. Otro argumento socava la
res" de arte ...». te oría del reflejo: parece ser que la imagen no es el espejo pasivo
de una conjetura: desempeña un papel activo y contribuye a
construirla o a hacerla evolucionar.
La teoría del reflejo
Resulta curioso constatar que otro mundo, Japón, cono Propaganda, instrucción, información
ció una evolución similar de la imagen artística, cultivada con
tanto más esmero cuanto que su escritura ideográfica era ya un La mecanización de la reproducción y su industrialización
arte plástica, y que la religión no había lanzado los mismos inter fueron un agente eficaz de la democratización a través de la ins
dictos ni la relación con la naturaleza había impuesto las mismas tr ucción y la información de las masas.Desde el siglo XVI se mo
reservas. La estampa japonesa, ejecutada sobre madera e impresas vilizó la impresión de la imagen para la propaganda de los dos
al tampón con tintas más fluidas, se difundieron en el siglo XVIII bandos en las guerras de religión.Tuvo sus historiadores, como
entre la nueva burguesía, que, como en Europa, le aportó el co Tortorel y Perrissín, que publicaron en grabados en madera, gro
lor y el gusto por los «géneros menores», preparando el adveni seros pero económicos, sus episodios más destacados.Tuvo sus co
miento de unas clases comerciantes que habrían de destronar el leccionistas, como Pierre de l'Étoile, que reunió todo lo que en
antiguo régimen y abrirse a la occidentalización. contraba a la venta en el Pont Neuf y todo lo que circulaba en
Así se confirmaba lo que se denomina «teoría del reflejo», forma de panfleto, a fin de conservar un testimonio.
que considera que la imagen artística, sea cual sea la aportación En el siglo XVII, Wenceslas Hollar, praguense emigrado a
personal de su autor, es siempre la imagen de la sociedad en la Londres, o el holandés Romeyn de Hooghe, contrarío a la con
que aparece.Todo el mundo estaba de acuerdo en ello: Marx y quista de su país por Luís XIV, hicieron una crónica al aguafuerte
Napoleón III coincidían en este punto.Y, sin embargo, esta evi de su época. La Revolución francesa fue también una guerra de
dencia plantea problemas: ¿cómo pueden las imágenes hallar sen las imágenes, de los caricaturistas ingleses contra los sans-culottes
tido en épocas y medios tan alejados? ¿Por qué, por ejemplo, el sanguinarios. Los Tableaux hístoríques narraban en imágenes, día a
arte japonés suscitó semejante entusiasmo en la Europa de finales día, los acontecimientos parisienses, y Boyer de Nímes guardaba
del siglo XIX, o, mejor aún, por qué las máscaras africanas, de las celosamente las Caricatures de la Révolte desftanr;ais. El pueblo tam
que se ignoraba todo, gozaron de una nueva vida en los talleres bién quería sus imágenes. Una imaginería popq.lar, grabada en
1
de los pintores cubistas? madera y coloreada, se estaba desarrollando en los centros regio-
La imagen artística cruza las fronteras de las lenguas cdn nales, el más célebre de los cuales, en Francia, el de Épinal,
arreglo al fenómeno que ha recibido sucesivamente los nombres conoció su apogeo a comienzos del siglo XIX, con la difusión de
de renacimientos, renewals, revivals, supervivencias (la Nachleben de la moral y la historia del Imperio. La imagen popular, siempre
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sospechosa de pereza y de frivolidad a los ojos de los clér ig os, La época de la prensa y de las actualidades
tuvo sus defensores entre los pedagogos.
El checo Comenius había publicado en 1658 uno de los La prensa tardó en integrar la imagen, larga y costosa de
primeros métodos de aprendizaje de la lengua a través de la ima producir, y no fue hasta 1789 cuando se vio un periódico ilus
gen. Igualmente, en 1693, el filósofo inglés Locke observó, refi trado, Le Cabinet des modes, publicado en Ámsterdam, que inser
riéndose al joven lector en su obra Pensamientos sobre la educación, taba en sus cuadernillos, cada quince días, dos aguafuertes colo
que «si su ejemplar de Esopo contiene ilustraciones, ello le diver reados a mano. Pero ni el grabado en . madera ni la talla dulce
tirá aún más y le animará a leer». Si la imagen suscitaba, y sig ue permiten una producción rápida. Sólo la litografía, inventada en
suscitando, tanta renuencia, es que es indócil. Al no estar riguro 1796, pudo dar nacimiento a una prensa de actualidad ilustrada.
samente codificada, es rechazada antes de ser comprendida. No se La demanda de imágenes para todos los bolsillos había es
aprende como una lengua y escapa a la férula de los maestros. El tim ulado a los inventores y las técnicas de reproducción se mul
mundo de la educación le fue hostil durante largo tiempo y, a tiplicaban. Surgió la idea de grabar en acero para imprimir los
principios del siglo XX, Anatole France reprochaba aún a los billetes de banco de los dólares americanos. El grabado al agua
maestros que <<enseñaran a topos», como todavía algunos en nues fuerte sobre acero permite alargar las tiradas e ilustrar profusa
tros días. mente los libros destinados a las classs medias: novelas, viajes, en
La necesidad de la imagen es, sin embargo, irreprimible: ciclopedias. El inglés Thomas Bewick cultivó a partir de 1790 el
las guías de viajes, los periodicuchos, aquellos pliegos sensaciona grabado en madera a la testa. Consiste en trabajar al buril una ma
listas que son los antepasados de nuestros tabloides, los calenda dera dura, en sentido contrario a la veta, con el fin de obtener
rios, los anuncios y los folletos hacían que la imagen penetrara en planchas muy resistentes que permiten ilustrar diccionarios, ma
los hogares modestos. La imagen impresa incluso había reempla nuales y sobre todo revistas.
zado, en los interiores burgueses, a los tapices en forma de papel Un empresario audaz, Charles Knight, lanzó con éxito en
pintado, cuya boga se extendió después de 1760; requería una pe 1830 el Penny magazine, y en 1833 la Penny Cyclopaedia, inmedia
sada industria compuesta por grabados en madera ajustados y lar tamente imitada por el francés Édouard Charton con Le Magasin
gas tablas de impresión que pueden verse todavía en el museo de pittoresque, qrn:�, gracias a varios equipos de grabadores en madera
Rixheim. La técnica utilizada para producir estas imágenes pano que se relevaban día y noche y a dos máquinas de vapor, podía
rámicas estuvo en el origen de los primeros carteles ilustrados ilustrar ocho páginas e imprimir mil ochocientas por hora, ha
con colores chillones, el primero de los cuales lo pegó en los mu ciendo de este modo cada semana una tirada de cien mil ejem
ros de París, hacia 1840, el impresor Jean-Alexis Rouchon. El «re plares al precio de dos sous. Esta moda de imágenes baratas in
clamo» que se expresaba únicamente a través del texto se adornó quietó a las letras: «¿Dónde encontrará un refugio el buen gusto
con imágenes que transformaron los paisajes urbanos. En 1858, si se inunda así al pobre público?», exclama un crítico.
Jules Chéret tuvo un gran éxito con sus carteles de colores dul
zones y, hasta fin de siglo, muchos coleccionistas se vieron afecta La industrialización de la imagen no había hecho más que
dos por la «cartelomanía». Los anunciadores lo están siempre. empezar. Desde 1835 la galvanoplastia permitió cubrir las placas
grabadas con una película de metal duro e imprimir así grabados
de gran tirada. El empleo del papel mecánico, fabricado en rollo
Y ya no hoja por hoja, abría el camino a los grandes semanarios
repletos de imágenes espectaculares. El primero fue el Illustrated
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London News, en 1842. La primera página de su primer número
mostraba el incendio de Hamburgo: al dibujante se le había
echado el tiempo encima y se había limitado a añadir llamas a una
antigua vista de la ciudad. La primera im:;1gen de actualidad estaba
vn Fotografía: ¿la adherencia a lo real?
ya trucada. Un año después fue imitado en Francia por
L'Illustratíon.
La auténtica novedad del siglo fue la invención· de la lito
grafía por el alemán Aloi:s Senefelder. Un simple dibujo a lápiz
graso sobre una piedra que retenía la tinta ofrecía por fin la po
sibilidad de dibujar en vez de grabar, es decir, de imprimir direc La fotografía no fue una invención más. Como en nues
tamente cualquier escritura o cualquier imagen, como sobre un tros días la de Internet, la invención de la fotografía provocó un
manuscrito. El divorcio entre el texto y la imagen había c on entusiasmo sin medida. Bruscamente, la realidad se imponía
cluido. La litografía fue empleada de inmediato para reproducir como referencia directa de la imagen. El hombre ya no tenía que
mapas o partituras musicales, pero sobre todo imágenes a bajo inter venir: la foto, escribe Roland Barthes, se adhiere a la realidad.
precio, a las que se acusó de mal gusto: portadas de novelas, cari Hay en esta fórmula una gran,verdad y un gran error. Es
caturas, en una época en la que las masas estaban accediendo a la cierto que la foto no puede reproducir más que la realidad: no se
política. Permitió también a los pintores románticos, como Dela puede fotografiar un sueño, salvo que se represente antes en la
croix, popularizar sus obras, y a los académicos dar amplia difu realidad. Las fotos calificadas de «abstractas» no son más que imá
sión a la reproducción de sus obras maestras. Fue gracias a la li genes de una realidad que se ha vuelto irreconocible. Es verdad
tografía como pudo aparecer en París, en 1832, Le Charívari, también que la foto capta todo lo que capta el objetivo, incluso
primer diario ilustrado, con una tirada de tres mil ejemplares, que lo que el fotógrafo no ha visto y aquello de lo que hubiera que
publicaba las bromas republicanas de Honoré Daumier. rido librar su campo visual. En 1945, el reportero ruso Khaldei in
mortalizó al soldado que toma al asalto el Reichstag en Berlín sin
ver que desvela inocentemente en su glorioso brazo los relojes
robados al enemigo, que tendrán que borrar del cliché. Todas las
fotos de prensa, o casi todas, son objeto de retoques antes de su
publicación: los lunares de las maniquíes, los postes que deslucen
el paisaje. No hay foto sin realidad.
Sí, la realidad se adhiere a la foto. Creer que la foto es la
copia conforme de la realidad revela no obstante ingenuidad y
esa vieja concepción mágica de la imagen como modo de exis
tencia de la realidad. Revela nuestra vieja creencia hechizada en
la consustancialidad de la imagen y su modelo, más aún porque
la imagen fotográfica es el resultado de una emanación física, lu
minosa, de un modelo que, necesariamente, existe. Nos cuesta
mucho deshacernos de esa creencia tenaz de que nuestra imagen
nos pertenece, de que nos es arrancada. Al permitir las imágenes
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automáticas del fotomatón o de las cámaras de tele-vigilancia, la bujo con la «cámara clara», a través de un bastidor con un papel
foto oculta su juego haciéndonos creer en su objetividad. La di translúcido cuadriculado, para copiar un paisaje y representar con
gitalización, al poner por delante el artificio de la imagen y lapo más facilidad la perspectiva, habían sido estudiadas por Abraham
sibilidad de rehacer una fotografia, nos ha desengañado del Bosse, grabador y matémático, en el siglo XVII. El ennegreci
«efecto de realidad». Hay que admitir que detrás de todo objetivo, miento de las sales de plata bajo la luz se utilizaba para transmitir
incluyendo mis gafas, hay una espera y hay una elección. mensajes secretos, y la capacidad del hiposulfito de sodio para fi
jar esas imágenes virtuales había sido demostrada en 1802.
Hacia 1817, lo que buscaban Nicéphore Niépce y muchos
Esperando la foto otros era trasladar estas imágenes naturales directamente sobre una
piedra o un zinc litográfico para poder imprimirlas. Lo que
La fotografia no nació del cielo, ni siquiera en la habita Niépce consiguió diez años después no respondía más que par
ción del ingeniero Nicéphore Niépce. La voluntad, que hemos cialmente a sus esperanzas. No solamente sus imágenes, bastante
rastreado desde el siglo XIII en Occidente, de juzgar la imagen borrosas, eran en blanco y negro, sino que además no eran re
por su fidelidad a las apariencias y por la exactitud de su obser producibles. Murió en 1833 legando a su hijo este éxito a medias.
vación anunciaba ya la fotografia. Hacia 1760, Marie Tussaud h;;i,bía aprendido del médico
El mercado del retrato sigue la curva ascendente del po Philippe Curtius el arte de esculpir bustos en cera, que resucitaba
der de la burguesía, interesada por promover la imagen corporal de las efigies mortuorias romanas, y lo convirtió en una atracción en
cada uno. Los salones de la segunda mitad del siglo XVIII, en Lon París, en el Palais Royal, antes de ser condenada durante la Revo
dres y en París, se llenan de miniaturas y de medallones. Estaban lución a ser decapitada, y luego indultada y exiliada en Inglaterra,
de moda las siluetas recortadas por un virtuoso en un papel ne donde su teatro de celebridades de cera atrajo a las multitudes. La
gro y los retratos caligrafiados del «famoso Bernard», que despa fascinación de la semejanza cautivó al pueblo. Los espectáculos lla
chaba un rostro de un solo plumazo e incitaba a los aficionados a mados «panoramas», decorados inmensos que, con grandes efectos
«hacerse escribir». de luces y sombras, reconstruían la batalla de Austerlitz o una
Poco antes de la Revolución, Gilles-Louis Chrétien hizo aurora boreal, hicieron furor en los bulevares parisienses.
correr a todo París a los jardines del Palais Royal a ver sus «fisio Uno de los empresarios organizadores de estos espectácu
notrazas», antepasados del fotomatón. Un brazo articulado trasla los, Jacques-Mandé Daguerre, perfeccionó el procedimiento de
daba el perfil de la persona en una plaquita de cobre que se im Niépce y obtuvo una imagen fijada sobre metal que bautizó
primía al aguafuerte: uno tenía que posar durante seis minutos y como daguerrotipo.Vendió su patente al Estado, que lo «regaló a la
a los cuatro días le entregaban una docena de pruebas de cinco humanidad», es decir, a los industriales y a los aficionados que
centímetros de diámetro, sumariamente coloreadas a mano. Se quisieran hacerlo fructificar. Francia estaba descubriendo el libe
presentaron cien fisionotrazas en el Salón de 1793 y seiscientas en ralismo, la libre empresa y su consigna: «enriqueceos». El anuncio
el de 1796. del descubrimiento se realizó solemnemente el 7 de enero de
Ya estaban reunidos todos los elementos de la fotografia. 1839, ante las cinco Academias reunidas, por el diputado de iz
La propiedad que tiene la «cámara oscura» de proyectar los refle quierdas y célebre fisico Arago, cuyo lírico discurso profetizó:
jos invertidos sobre el fondo de una caja negra perforada por un «Pronto veremos las bellas estampas que no se encontraban más
agujero era conocida por Aristóteles. Aún se f abrican así unas cá que en los salones de los aficionados ricos adornar hasta la hu
maras primarias denominadas esténopes. Las aplicaciones del di- milde morada del obrero y del campesino». No se equivocaba.
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Sin embargo, lo mismo que las «heliografías» de Niépce, el La imagen artística --cuadro, dibujo, estampa-, liberada de
daguerrotipo no era reproducible, lo cual constituía una gran des roda regla ligada al orden fijo del mundo, pasó a ser terreno de ba
ventaja para su industrialización. La fotografía, tal como la conoce tallas simbólicas, así como un poderoso marcador social para las so
mos, se la debemos al inglés William Henry Fox-Talbot, que con ciedades democráticas cuya jerarquía no está inscrita de antemano
siguió, en la misma fecha, sensibilizar un papel translúcido, el en unos gustos obligados. Pronto se introdujo a la fotografía en
«negativo», del que se podían sacar tantas pruebas como se deseara. este debate. ¿Era un arte? Los fotógrafos pretendían ser artistas, y
No sin dificultades: le costó dos años publicar, de 1844 a 1846, un algunos lo son, sea cual fuere el sentido que se da a esta palabra. La
libro de título revelador, Pencil ef nature, que contenía veinticuatro fotografía debió sin embargo su éxito a su capacidad para copiar
planchas pegadas en cada ejemplar. Ni Talbot ni Daguerre respon mecánicamente su modelo. Torpe para fijar el movimiento antes
dieron verdaderamente a las esperanzas de imprimir las imágenes de recurrir al procedimiento al colodión de Frédéric Scott Archer
fotográficas. Hubo de pasar aún medio siglo para que se lograse. en 1851, la foto se convirtió, no obstante, en sinónimo de testimo
nio irrecusable, victoriosa sobre el lenguaje: «Describirla es cosa
imposible y me veo por tanto obligado a remitir a mis fotografías
La daguerromanía para dar una justa idea de ella», escribe Auguste Salzmann en 1856
como prefacio a su álbum sobre Jerusq}én.
La primera pregunta que formularon los senadores, el día Los retratos en «tarjetas de visita», los álbumes de viajes, de
que Arago les propuso hacer que el Estado adquiriera la prodi botánica o de medicina lo manifiestan enseguida. La foto se con
giosa patente, fue: «Pero ¿con el daguerrotipo se pueden hacer re vierte en un arma política: Gambetta la utiliza para sus campañas,
tratos?». Esta ansiosa pregunta resume todo lo que estaba en pero no quedan más que retratos como padre de familia de este
juego en la imagen humanista. Por desgracia, aún los hacía mal: orador fogoso, muerto en 1882, poco antes de extenderse el uso
los prolongados tiempos que había que posar y el fuerte sol ne de la gelatina-bromuro. Este procedimiento, inventado por Ri
cesario transformaban los posados en sesiones de tortura, lo que chard Leach Maddox en 1880, acortaba el tiempo de posado hasta
no impidió que la «daguerromanía» hiciera furor. la instantánea, progreso indispensable, abriendo el camino a la
Las principales víctimas de la fotografía fueron los pinto foto de reportaje.
res y los grabadores de reproducción. Sus legítimas inquietudes y
las palabras violentas que pronunciaron contra el «instrumento
espejo» revelan hasta qué punto la ideología de la imagen ilusio Los últimos destellos del grabado
nista se había convertido en dogma. El respeto a la naturaleza de
bía, desde Rafael, transigir con la idealización de las formas, un La fotografía condenaba a muerte al grabado, pero su ago
frágil compromiso que los «realistas» consideraban hipocresía. La nía fue lenta. Mientras no se pudiera imprimir la fotografía, su in
aparición de la fotografía hizo caer las máscaras. El idealismo se vención no estaba completa. La industria aguardaba. Se experi
mostró como una mentira piadosa en relación con el respeto a la mentaron sin cesar procedimientos maravillosos, el primero desde
naturaleza. Por su parte, el realismo debía confesar que lo que 1842, en el primer volumen de las Excursíons daguerriennes de Hip
pretendía era menos representar la naturaleza tal como es -cosa polyte Fizeau, donde aparecen láminas grabadas como aguafuer
que la fotografía hace bastante bien- que promover el gesto per tes sobre cobres sensibilizados a partir de fotografías.
sonal del artista y dramatizar un mundo en movimiento tal como En 1856, un mecenas, el duque de Luynes, lanzó un con
lo representaban Turner y Goya. curso para alentar los descubrimientos sin que hasta 1867 pudiera
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concederse el premio a Alphonse Poitevin por sus sobe bias pero El milagro de la trama
r
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tardaban catorce minutos en transmitir una foto. Era mejor que fot ografiado, había toda una gama de reproducciones que se
el telégrafo óptico, que la Convención había encargado a Claude adaptaban a la diversificación de los públicos, desde el dibujo de
Chappe y que en 1793 unió París y Lille a través de 534 estacio prensa y el «cromo» hasta el «póster» y la estampa de pintor.
nes, que se observaban con gemelos, si el tiempo estaba des El artista firma esas imágenes impresas como si se tratara
pejado. de dibujos -como hicieron los impresionistas a partir de 1874- y
En 1869, Louis Ducos de Hauron y Charles Cros habían limita cuidadosamente su tirada a unos pocos ejemplares. Incluso
revelado simultáneamente pruebas de fotografia en color, siempre en ocasiones, paradoja suprema, como Degas, hacen monotipos,
por descomposición de los colores primarios. En 1903, los her imágenes impresas en un solo ejemplar. Un decreto francés de
manos Lumiere inventaron un procedimiento de fotografia en 1992 exige que una estampa, para ser original y quedar fuera del
color especialmente sensible: el autocromo. El multimillonario y régimen de los productos industriales, haya sido hecha por el pro
humanista Albert Kahn equipó con él a sus operadores, a los que pio artista e impresa en un cierto número de ejemplares. Para la
envió, entre 1909 y 1931, a formar el primer banco mundial de fotografia, también arrastrada al mercado. del arte, ese número se
imágenes: «Les Archives de la planete», setenta y seis mil fotos y establece en treinta. La prueba treinta y uno excluye al conjunto
ciento ochenta kilómetros de película, siempre conservados junto de la categoría de los objetos artísticos.
a su jardín japonés y a su bosque de los Vosgos, en Boulogne-Bi Mucho antes de la invención de la fotografia, los artistas
llancourt. habían marcado sus distancias. No se vieron todos sofocados bajo
La imagen no ha cesado de perfeccionarse en ningún mo la avalancha. Lejos de cumplirse las profecías que predecían su
mento. En 1881, George Eastman creó la Eastman Dry Plate pérdida, encontraron, como contrapunto a la imagen ilusionista o
Company, que pasaría a ser Kodak y a producir en 1888 una ca documental, un dominio en el cual eran los únicos maestros. El
jita portátil provista de una película de cien vistas, que costaba arte pictórico se definió entonces abiertamente como una inven
veinticinco dólares, e iba acompañada del eslogan: «Clic clac, ción capaz de evocar todo el espectro de lo imaginario, hasta lle
apriete el botón y Kodak hace el resto». gar a la abstracción, de componer otro mundo y no un sustituto
de éste. La fugacidad del movimiento, la evocación del tiempo
que pasa, se convirtieron en los grandes temas de los pintores y
Treinta ejemplares y no más de los grabadores. No se dedicaron ya a transmitir la impresión
táctil de unos objetos fijos y delimitados en el espacio, que tie
La posibilidad de reproducir en masa las imágenes hubiera nen, en conformidad con las economías tradicionales, un funda
debido, según Walter Benjamín, hacer palidecer el aura de la obra mento inmobiliario o hipotecario, sino a representar el valor del
original. Lo que sucedió fue lo contrario. Con extrema rapidez, instante y de lo inestable, de lo íntimo y de lo banal, ya se trate
la difusión popular de las imágenes hizo nacer un mercado de la de los efectos climáticos de los impresionistas o de las asimetrías
imagen rara que los nuevos aficionados, al parecer, necesitaban de los ukiyo-e, esas «imágenes de un mundo efimero y en movi
para cualificarse a sí mismos y, en un mundo democrático de in miento» que tanto apreciaban los japoneses y que Occidente des
dividuos diferenciados, constituir una nueva nobleza. cubrió con embeleso a partir de 1860.
El grabado denominado «original», el que se distingue de Es la época del Ensayo sobre los datos inmediatos de la con
una simple reproducción y no obedece más que a su autor, se ciencia de Bergson (1889), de la teoría de la relatividad de Eins
hizo poco a poco un lugar en el mercado del arte. Entre el cua tein (1905), de En busca del tiempo perdido de Proust (1913). La
dro de caballete, cuyo éxito no dejó de aumentar, y el prospecto imagen da cuenta de un mundo móvil, en el que todo cambia y
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se intercambia. La belleza absoluta de las viejas jerarquías ha de
jado paso a la estadística. La matemática ha triunfado sobre el len
guaje. En el cambio de siglo, la imagen está por doquier: el car
tel la fija en los muros, la pintura y la estampa hacen de ella el VIII Del teatro de sombras al magnetoscopio
prototipo del objeto de un arte singular, la ciencia la convierte en
una de las principales herramientas de sus increíbles progresos.
No le falta más que el gesto y la palabra.
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Jenaquistiscopio de Joseph Plateau, de 1832, y del praxinoscopio de tricidad. El cine fue sonorizado en 1919. En 1927, fecha de El can.:.
Émile Reynaud, de 1879, basados en el fenómeno de la persis� tante de jazz, ya había aprendido a hablar.
tencia retiniana, por el cual, al hacer desfilar a gran velocidad
imágenes fijas, éstas produzcan la ilusión de que se animan, el
taumatropo de John Ayrton (1825), el políorama de Armand Lefort La retórica del movimiento
(1849), el fotobíoscopío (1867), el zootropo (1870) y el lampascopío
(1880). En 1894, Thomas Edison lanza sus kínetoscopíos, aparatos Ligada al sonido, la imagen ya no tiene la misma natura
de uso individual en los que se imprimía movimiento a unos fi leza que la imagen fija. Se inscribe en la duración; tiene un prin
cheros rotatorios de imágenes para narrar una historia en imá- cipio y un fin. Lo quiera o no, asume la forma de un relato y em
genes. parenta tanto con las artes del lenguaje como con las artes
En 1896 se registraron ciento veintiséis patentes de dispo- gráficas, que Lessing dividía como artes del tiempo y artes del es
sitivos para la proyección de imágenes animadas. Demasiado pacio.
tarde. Los hermanos Louis y Auguste Lumiere habían registrado La imagen animada no es una imagen fija mejor. Una y
la suya el 13 de febrero de 1895, y el 28 de diciembre, en el Gran otra no son intercambiables. La reproducción del retrato, del pai
Café del Boulevard des Capucines, presentaron el cinematógrafo. saje, de la arquitectura, de los objetos de arte e incluso de las es
Su decisivo invento supuso la utilización de una película flexible cenas de lla calle, la captación de lo que Henri Cartier-Bresson
y la sincronización del delicado mecanismo que accionaba el des llama «el instante decisivo», siguen siendo más bien competencia
file regular de fotografías a quince imágenes por segundo, tanto del fotógrafo. El relato documental, el encuentro, la ficción na
en la toma de imagen como en la proyección, de las que se en rrativa requieren el cine. La geografía por un lado, la historia por
cargaba el mismo aparato provisto de una linterna, desmultipli otro. La imagen animada pronuncia un discurso hasta cuando es
cando así el <<efecto de realidad». silenciosa. La imagen fija no dice nada. Se deja adivinar. En rela
El gesto se había conseguido. Faltaba la palabra. Aun com ción con el cine se puede hablar de lenguaje fílmico, de figuras
puesta como un discurso y respetando el orden y las figuras de de estilo e incluso de retórica. Los incesantes comentarios que
éste, la imagen seguía siendo una «poesía muda». Como en el acompañan a la imagen televisada aportan la prueba de ello, a
teatro, había que acompañar la proyección de la película con una menudo irritante. La imagen animada es un flujo. Detenerla
representación musical, esperando así poder armonizar los sopor constituye una violencia. No se deja visitar como una exposición
tes: cilindro, disco, bobina, película y sincronizarlos. Por otra ni leer como un libro. Una película no se mira como una foto.
parte, nos encontramos con los mismos apasionados descubrido Algunos sociólogos han observado que, en la misma pan
res: Charles Cros, que hizo imprimir la primera fotografía en co talla, las imágenes ftjas se miran generalmente con los pies en el
lores (la reproducción de un cuadro de su amigo Édouard Manet suelo, el busto erguido y a poca distancia, y las imágenes anima
presentado al Salón de 1882), inventó el paleófono, mientras que das con la espalda apoyada, en una postura más relajada y desde
Edison fundaba en 1876 su compañía, de donde salieron el fonó más lejos. Esto se debe sin duda a que la imagen animada, a pe
grafo, el telégrafo y el micrófono. En 1901, Léon Gaumont regis sar de su enorme éxito, no ha mermado el poder de la imagen
tró la patente de un cron�fono, inaugurando así el siglo de lo ftja. Quizás haya que ver aquí también el efecto de la estrecha y
audiovisual, y en 191O efectuó el primer registro simultáneo de ambigua relación de la imagen con la muerte. La imagen ani
sonido e imagen: la conferencia del profesor Arsene d' Arsonval, mada, se dice, ha hecho imposible la muerte. Resucita cada vez,
célebre físico especialista en las aplicaciones médicas de la elec- como hace lo escrito en cada lectura, a sus personajes. La imagen
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fija suspende el tiempo. Se podría incluso creer que lo detiene. Tal venga a despertarlo. Esa mirada posada en una imagen fija es el
vez la moda de la imagen mortuoria, tan cultivada hasta el siglo beso del príncipe.
XIX, nos parece más inquietante, incluso terrible, desde que la Así, en los museos y en las galerías de arte, los cuadros,
imagen puede hacer revivir a los difuntos. contrariamente a la costumbre antigua que los colocaba a modo
Paradójicamente, para animar la imagen fija hay que mul de mosaico en toda la superficie de la pared, se suceden en ella
tiplicarla, fragmentarla en instantáneas. La animación es una ilu como para contar su historia, curiosa asimilación de la imagen al
sión óptica. La imagen permanece fija, es el aparato el que la hace libro y a la lectura. El libro, sin ninguna· duda, ha conservado la
moverse. Lo mismo que el gris grabado o digitalizado no es más imagen fija en sus deseos de movimiento. No basta con pasar las
que una infinidad de puntos, la velocidad es una serie de inmo páginas para hacer que se mueva la imagen, que sigue estando en
vilidades, lo que da la razón al sofista Zenón, que demostró que marcada en la página y rompe la lectura. Para inventar el cine era
todo movimiento es imposible, pues el recorrido siempre se primero necesario que la prensa habituara al lector a saltar de una
puede fraccionar en segmentos más cortos. columna a otra, a mezclar encuadramienJos y líneas, a hacer del
A menudo se considera al médico Étieime-Jules Marey texto una imagen y cultivar la moda del jeroglífico.
como un precursor del cine por su invención en 1886 de la cro En el siglo XVI empezó a sentirse la necesidad de animar
nofotografia, dispositivo que permitía estudiar un objeto en movi los libros con láminas desplegables, de hojas superpuestas, de fi
miento mediante una rápida serie de instantáneas. Era lo contra guras móviles pegadas a la página. Se considera que la Cosmogra
rio del cine, pues su finalidad era fijar lo que se mueve y no hacer fia de Pedro Apiano, de 1524, es el más antiguo de estos libros en
moverse a la imagen fija. Los reporteros fotográficos utilizan en la historia de la imprenta: en · ella es posible animar los astros
nuestros días unos aparatos que toman imágenes fijas «a ráfagas»; como en un pequeño planetario. Los libros de anatomía recurrían
los más perfeccionados, en los laboratorios, toman hasta dos mil con frecuencia a estas imágenes recortadas; en el siglo XVIII se
imágenes por segundo. No por ello son menos fijas. convirtieron en un juguete para niños denominado pop-up books.
La imagen animada es prisionera de un tiempo que no le Los peep shows podían ser más complicados, pues ofrecían
pertenece, el tiempo del lenguaje, de los sonidos que la acompa perspectivas, como en las cajas de óptica, unos teatros en minia
ñan. Las artimañas de la imagen animada para despegar su propio tura que representan en varios planos el panorama de Venecia o
tiempo del tiempo de lo que se representa constituyen buena de Londres sobre los cuales se hace que desciendan crepúsculos y
parte de la historia del espectáculo, desde la regla de las tres uni despunten auroras y se ilumina la noche con pequeñas antorchas.
dades hasta la ficción del «directo» y sus diversos artificios: mon El juguete para niños ha pasado a ser un juguete para adultos,
taje, plano de corte,jlash-back, etcétera. Chris Marker ha explo pues basta con levantar el tejado para ver lo que pasa en el dor
rado sus fronteras y sus fallos. mitorio, o simplemente mirar por el ojo de la cerradura. La es
Solamente la imagen fija escapa a la duración de la lec- cena, por muy vulgar y real que sea, es proclamada imagen: basta
tura. Toma su tiempo. Por este hecho, tiene un peso particular. con que esté oculta y sea después descubierta. El secreto excita el
Lessing sigue teniendo razón: la imagen fija es global e inme imaginario; desvelado, aparece como una imagen. La curiosidad
diata. Lo cual no quiere decir que no esté impregnada de un convierte todo objeto en imagen.
largo pasado. El tiempo está retenido en ella como la energía en
un acumulador. El espectador puede liberarla a su gusto. El
tiempo de la imagen fija no es ni el de los relojes ni el de la len
gua. Aguarda, almacenado en su superficie, a que una mirada
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Un bastardo del libro y la imagen: Goethe estimaba a Topffer. Víctor Hugo hizo historietas gráficas,
la historieta gráfica pero no las publicó. Este estatus equívoco de la historieta gráfica
no la ha abandonado, perpetuando la tradición de la imagen
La fuerza persuasiva del cine, que sembró el pasmo entre como discurso para la gente sencilla, pero también como expre
sus primeros espectadores, tiene su origen en el uso de la foto sión irreemplazable de lo imaginario.
grafia, pero sin ella la imagen se habría animado de todos mo La fortuna de las historietas gráficas fue obra de los pe
dos. La animación de la imagen es un fenómeno obligado en riódicos ilustrados europeos desde mediados del siglo XIX, pero
cuanto la imagen sigue un discurso. Las ilustraciones más anti debe mucho a la herencia de Hokusai y los mangas japoneses así
guas de Egipto o de Mesopotamia recurrieron a la historieta como a los camics americanos, esos bastardos del libro y la imagen.
gráfica: una secuencia de imágenes que, fragmento por frag En Estados Unidos, lo mismo que en Japón, la imagen no tenía
mento, se ajusta a un relato. La más célebre de estas secuencias tan mala reputación como en Francia, donde, durante mucho
es el tJia crucis. El Génesis aparece narrado en imágenes en la bó tiempo, en lugar de «bocadillos» se insertaba debajo de cada ima
veda románica de Saint-Savin, las victorias deTrajano en la co gen un texto tipográfico sabiamente recompuesto.
lumna del Foro Romano, la conquista de Inglaterra en los tapi A partir de 1905, Winsor McCay creó con Little Nema in
ces de Bayeux. Slumberland (el país de los sueños) un,i historieta gráfica que hizo
Los programas iconográficos, en los libros o en los frisos que la imagen se volcara en el sueño. Todo se agita. Las formas se
monumentales, invitan a la lectura, pues, si bien la imagen solita estiran, se superponen; un personaje que estornuda hace estallar
ria no posee ni las articulaciones ni los códigos que caracterizan el encuadramiento de su imagen. El dibujo animado estaba al al
a una lengua, a cambio las series de imágenes se organizan con cance de la mano de este dibujante, que en 1911 hizo de Little
arreglo a una lógica discursiva que se basa, como todo lenguaje, Nema uno de los primeros dibujos animados modernos con cua
en discriminaciones formales entre una y otra. La disposición de tro mil imágenes.
las escenas que componen las vidrieras, los frisos o los frescos re A continuación de los flíp baoks y de Edison o del Théátre
quiere un comentario. optíque de Émile Raynaud, el francés Émile Cohl había realizado
En el siglo XVIII, el pastor alsaciano Oberlin inventó las en 1908 un dibujo animado titulado Fantasmagarie. Luego se va
imágenes de conciliación. Dispuestas en acordeón, no presentaban lió de los alegres animales de Benjamín Rabier, antes de ser re
el mismo motivo si se miraban los paneles visibles desde el lado clutado para marchar a Estados Unidos, donde ya estaba el ratón
izquierdo que si se miraban los visibles desde el lado derecho. El Ignaz haciendo trastadas. Mickey fue concebido más tarde, en
espectador situado a la izquierda podía ver pájaros mientras que 1928, y las primeras películas de Walt Disney aparecieron en 1929.
el colocado a la derecha veía flores. Oberlin pedía luego a las dos
partes que cambiasen de lado y, llevándolos a adoptar el punto de
vista de su adversario, les hacía constatar que ambos tenían razón Agua y tele en todos los pisos
y estaban equivocados.
Se atribuyen a otro pastor, el genovés Rodolphe Topffer, Había otras técnicas capaces de hacer que se movieran las
las primeras historietas gráficas modernas. Hacia 1830, el roman imágenes. El alemán Karl Braun y el italiano Guglielmo Marconi
ticismo apreciaba la expresión de los sentimientos, las efusiones, fueron galardonados con el premio Nobel en 1909 por el descu
pero también la mezcla de géneros. La que cultivaba el malicioso brimiento del principio del tubo catódico, una cámara vacía re
pastor estaba en el punto de encuentro de lo popular y lo letrado. corrida por una corriente y en el interior de la cual, según el Petit
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or el cátodo «son di magnetoscopios en 1956, abriendo el mercado de la imagen ani
ectrones emitidos p
Laro usse, 1os haces de el
acto pro- mada para todos y el desar rollo de géneros nuevos: familiares,
escente donde su imp
una superfi cie fluor
r ígidos sobre
vechada por el profesionales, doc umenta les o de simple duplicación. Una banda
duce una imagen
visible». Esta propiedad fue apro
stados U ni do s en de vídeo s e dife rencia de una película cinematogr áfica sobre todo
r uso Vla d1. n11· r
Zwor ykin, •que, emigrado a E
o p io, en que las imágenes, aunque or ganiz adas en secuencias, no están
y 1929 su pr imer aparato, el ico nosc
1919, inventó entre 1923
n Log ie Baird hizo func
iona r en 1925 separadas en ellas en imágenes fij as ; el registro es reversible y la
mientras que el inglés Joh
te co n el co l or, siempre cinta, que s e p uede rep roducir con facilidad, se aj usta a las n ece
uso en 1928 probó suer
su televiso r, e incl
omática. sidades de afi ci onados y artistas.
de la descomposición tricr
según el principio
i gui ó realizar, el 1 de Al contrar i o que la foto, el cine o el vídeo, la televisión n o
En F rancia, René Barthélémy cons
r imera retransmisión, co
n una defi nición de ha dado l ug ar a un arte. Con una distribución (el 95 por ciento
abril de 1931, la p
ar ís y Le Havre . El mis
mo año se hicieron de los h ogares en F rancia) que iguala la del agua y la electr icidad,
treinta líneas, entre P
a York, desde l o alto del
Empire la televisión . reúne cí rculos de consumidores, no de aficionados.
las pr imeras emisiones en Nuev
ió el pr imer pro g ra m a regu Pocos reali zadores han dejado hasta ahora su nombre en la histo
State Building. Par ís Télévision emit
re de 1932; en 1935 se insta
r ia del arte más que como cineastas. Las hazañas de Jean-Chris
lar, una hora por semana, en diciemb
la red francesa des d e l a T orr e tophe Aver ty n o han c ompensado la5, inter minables horas de de
laron estudios y en 1939 se lanzó
ca bate y retransmisió n de películas. L os efe ctos nuevos
a de tub o, una especie de de
Eiffel. El pr imer televisor tení a for m
situab a la pantalla fo sfo res - anunciados por los sp o ts publicitarios o los clips musicales son, sin
ñón de imágenes, en cu yo extremo se
ada. La g uerr a lo inter ru
mpió t odo. El emb argo, una mina de inventiva y una escuela para los realizado
cente, circular y ab omb
la calle Cognacq-Jay; en 1949 res, sostenida por el comercio de DVD.
progr ama se reanudó en 1947 desde
francés. Tu viéron que pasar Los artistas · g r áfi cos y los escr itores se ha n consag ra d o al
se difundió el pr imer diario televisado
l territor io con repetidores . vídeo o a l ar te digital, pero la tel evisión no ha establecido esa re
veinte añ os para cubr ir la totalidad de
de F rance fue adop lación singular entre realizadores, productores y espectadores. La
El procedimiento en color de Henr i
u yo desde 1953. televisión, cu yos p rog ramas y cu yo consumo s us ci tan tantas crí ti
americanos ya tení an el s
tado en 1959, aun que l os
élite Telstar, las imágenes de cas, apenas es juzgada en cuant o a su calidad estética o inventiva,
El 1o de julio de 1962, gracias al sat
s de varios repetidores, uno en el mejor de los casos en cuanto a sus proezas técnicas o a la
televisión cr uzaron el Atlántico a travé
ula de radar de Pleumeur
-Bodou -h oy pertinencia de las imágenes. Es recibida más bien como una ima
de los cuales era la cúp
municaciones-, Y llegaron gen ritual. Los sociólogos n o cesan de comparar el puesto de la
transfor mada en museo de las teleco
televisión, que reemplaza al fuego del hogar, con un altar privado.
hasta las pantallas europeas.
s conquistó al gran La fascinación del «directo», la pop ularidad de los presentado'res,
La producción de imágenes electrónica
kinescop io , fijándolas en una la liturgia de l os platós, en presencia , las más de las veces, de un
público. Era posible g rabarlas con el
lejo
iento demasiado comp público b eato, tenderían a demostrarlo. La tel evisi ón es una m isa
película cinematog r áfi ca, procedim
El reg istro magnético un , a per manente que, si no cong rega a los creyentes, une al menos a
que dejó paso a la banda magnética.
en en un principio tot al una sociedad. Ha venido a ser com o unos oficios cotidianos, pero
que asimismo analóg ico, tiene su orig
agnético, descub ierto p
or como arte sig ue siendo un arte dom éstico.
mente distinto. Según el efecto electrom
el danés H ans Chr istian O ers
ted en 1820, una corriente eléctrica E l desarrollo del «vídeo a la car ta», que per mite descar
ul as inclui gar indivi dualmente la s emisi ones favor i tas de cada uno, ¿va a
or ientación de l as par tíc
actúa como un imán y fija la
ciedad Ampex l anzó los
pr imeros convertir la emisión televisiva, al alentar las opciones y su ftj ación
das sobre un so porte. La so
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mediante una apropiación personal, en una obra y al telespecta
dor en un «aficionado a la televisión»? La televisión permanece
por el momento dentro de la categoría de la conversación o del
tiempo que hace. Ha banalizado la era audiovisual inaugurada por IX Bienvenidos a la videosfera
el cine sonoro.
Desde que la imagen se encontró con el sonido, se han
quedado como paralizados el tacto, el gusto y el olfato, que son
sin embargo los primeros lugares de saber de la nutrición. La vista
y el oído, los dos vectores más utilizados por la comunicación hu
Un tejido de imágenes envuelve nuestro mundo desde
mana, han ganado por la mano a los otros. Son los más inmate
riales, los únicos que sabemos grabar y transmitir a distancia. Ahí que entramos en lo que Régis Debray denomina la videoifera, esta
era en la que la imagen es más fácil de producir que un discurso.
está su ventaja: fundamentan relaciones humanas mundiales y van
Las imágenes nos devoran, nos acosan. Estamos sumergidos, in
incluso más allá de nuestro planeta.
mersos en la imagen. Las pantallas integradas en los teléfonos mó
viles han cambiado el uso de la fotogr,afia y las cámaras de vigi
lancia funcionan sin reflexionar. Las· imágenes son consumidas in
situ o transmitidas sin demora, demasiado numerosas para mere
cer ser conservadas, tan numerosas que pronto no habrá ningún
acto ni gesto nuestro que no haya constituido el objeto de una
imagen, como antaño de una simple palabra. Los efectos especia
les, o especiosos, que en los círculos espiritistas hicieron creer en
las apariciones milagrosas y en la fotografia de espíritus, se han
convertido en el pan nuestro de cada día para los publicistas y los
realizadores de clips, que los crean de una tacada.
Poco a poco disminuye el espacio dejado entre la imagen
y lo que representa. Un perrito que viene a lamer la mano del
niño desde el otro lado de la pantalla de una consola de video
juegos y ladra cuando el niño lo acaricia con su lápiz, ¿no es ver
daderamente algo más que una imagen? Los rostros digitales de
Catherine Ikam, que siguen con sus ojos enigmáticos los movi
mientos, incluso involuntarios, de sus espectadores fascinados, nos
inquietan. ¿Son dobles de otros nosotros mismos? Y ¿no nos va
mos a hundir en un mundo de ectoplasmas?
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El papel de lo real Los iconos modernos
Este temor no es vano. Las técnicas de reproducción apro Este miedo es más poderoso desde que las imágenes, a
ximan la imagen a su modelo.Vienen a añadirse otros síntomas, nuestro servicio, se insinúan en nuestro entorno. La omnipresen
como el gusto del arte contemporáneo por el ready-made, que cia de los medios de comunicación impone sus imágenes en los
transforma objetos usuales en obras simbólicas y hace de un uri muros de la ciudad al igual que en los hogares, en las revistas, en
nario una escultura, pero también los juegos de rol, que confun los envases, en las pantallas domésticas. Los famosos, los hombres
den el teatro y la vida, pero asimismo el culto al patrimonio, en y mujeres políticos se invitan a entrar en ellos de improviso, acu-
el que todo objeto puede revestir de repente un valor simbólico den a nosotros en ellos, nos persiguen en ellos. En la democracia,
que lo metamorfosea en la imagen de lo que era. la imagen de los dirigentes y de las celebridades se ha banalizado,
¿Es la imagen algo más que una representación, es ya un fundida en la masa; busca la confianza de uno, pero, en contra
acto, o un acto en potencia? Esta promiscuidad de la imagen y su partida, se extiende por todas partes.
objeto da miedo y despierta la antigua querella de la catarsis, el El hombre político pasa a ser un actor de cine; las infor
poder de la imagen para reemplazar la realidad a fin de producir maciones parecen una telenovela.Vivimos, se dice, en una «socie
efectos, fastos o nefastos, de sustitución. Los monumentos a los dad del espectáculo». Pero Luis XIV, ccm su manto de armiño, ha
muertos ¿favorecen las reconciliaciones o sirven para enmascarar ciendo de héroe en su estatua ecuestre, o cualquier jefe de tribu
los conflictos? La imagen de la violencia ¿empuja a la violencia o, con su penacho de plumas se servían mucho más del espectáculo:
por el contrario, permite evacuar la violencia y caricaturizar unos éste debía intimidar, inspirar admiración o estupor. Las imágenes
simulacros de ella? del poder se han hecho modestas hoy, pero su insistencia obse
La respuesta es siempre la misma: la imagen reconocida siona. Despojadas de sus oropeles, su poder federador tiene ese
como imagen absorbe la violencia, la toma sobre sí, pero la ima precio. No es ya el uniforme ni el ceremonial, sino el aporrea
gen transparente, confundida con su modelo, puede dejarla pasar miento mediático que impone el dictador, como el logo impone
hasta el acto. Las imágenes pornográficas pueden ser consideradas la marca y gobierna el mercado. ¿No nos hemos limitado a cam
como un producto de sustitución de la sexualidad física. ¿Deriva biar de iconos?
ción o desviación? El fantasma, ya se sabe, nos protege de la vio Ya no adoramos a los ídolos, pero seguimos creyendo que
lencia, si no, el arte no nos sería necesario, ni siquiera existirían si alguien me hace una foto roba una parte de mi persona. La
las más grandes obras maestras. Pero si la imagen revela una rea imagen del cuerpo humano no es el cuerpo humano. ¿A quién
lidad criminal, nos indigna, y nos lanzamos sobre ella o sobre su pertenece, pues, la imagen del cuerpo de uno? ¿Pertenece la ima
autor. Cuando la ley prohíbe las fotos de personas presuntamente gen del muerto a sus herederos? La cuestión causa escándalo
inocentes pero esposadas, es esta realidad indigna lo que hay que cuando se trata de Lady Di o del Che Guevara. En cuanto a la
prohibir, no su representación. Si la imagen es considerada culpa del prefecto Erignac, el tribunal juzgó que la publicación en el
ble de la violencia, entonces los jueces cometen el mismo error París-Match de su cadáver ensangrentado en una acera de Ajaccio
que los criminales. atentaba contra la dignidad del género humano, al igual que La
martine había prohibido la publicación de sus caricaturas, pues
ofendían a Dios, a cuya imagen y semejanza ha sido creado el
hombre. ¿Es inviolable la imagen del hombre, como lo son sus ór
ganos o sus genes?
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El propietar io d e una image n ¿es su autor, o el autor de Antes del cine, en 1884, e l disco de Paul Nipkow, perfo
su modelo, 0 bien el propietar io del modelo, a menos que s e a rado por unos or ificios dispuestos formando espirales y lanzado
el propie tar io· d e l sopor te d e esa imagen, coleccionista o mar a veinticinco revoluciones por segundo, captaba en cada vuelta
chante? Con el mundo digital, el problema se vuelve inextrica los impulsos lumínicos del conjunto de la imagen. Esta expe
ble. No solamente los autores s e subdividen en numerosos titu r iencia se vio superada por las investigaciones sobre el micros
lares, sino que cada registro, cada copia, engendra un nuev o copio de barr ido electrónico, que analiza sus objetos par tícula
estrato de autores y la pr imera gen eración se aleja, sin extin a par tícula, a la escala del nanómetro (una millonésima de mi
guirse, a su pesar, ahogada bajo el peso acumu lado de las repro lím e tro ). Los trabajos que para Telefunken llevaron a cabo, en la
duccion e s. ¿Se pued e seguir hablando de «copia» cuando la década de 1930, Max Koll y Manfred von Ardenne condujeron
imagen es transmitida y descargada en for ma de fichero digital? a la vez al perfeccionamiento d e l microscopio electrónico y a
¿No se trata más bien de un «don»? Pero, si no hay «copia», ¿qué la tel e visión. La inve nción del láser e n 1960 y la digitalización
pasa con e l concepto de or iginal y qué autor tiene su exclusi- per mitiero n reducir las imáge nes a «píxeles» (picture5 element)
vidad? hasta var ios millones por pulgada cu adrada; el límite está aún
l e jano.
Pixel Power
A la velocidad de la luz
Jamás han sido los mitos de la imagen tan poderosos como
ahora, cuando creemos haber dominado sus técnicas. Nada parece La retransmisión de las chispas no data de ayer : en 1774, el
haber cambiado en nuestras creencias. Después de tanto progreso, ginebr ino George Louis Lesage había tenido la idea de cone ctar
¿cómo hemos llegado aquí, o mejor, cómo nos hemos quedado veinticuatro hilos eléctr icos con las letras del alfabeto, que trans
aquí? mitían su acción a otros tantos e stiletes, y en 1809 el médico al e
La pulverización de las imágenes en puntos elementales, mán Samuel Thomas Sommering inventó un telégrafo eléctrico
accesibles y manipulables ha per mitido esta volatilidad, esta ma que, hacie ndo pasar la corr iente por la electrólisis a una cubeta de
leabilidad y esta multitud. Pero la naturaleza de la imagen no ha agua, provocaba una cur iosa escritura acuática.
cambiado. La digitalización no ha hecho perder a la imagen su Se consiguió transmitir la imagen ant e s que el sonido. El
naturaleza analógica: sólo la técnica de reproducción es «digitali telégrafo de Samu e l Morse, qu e funcionó entre Baltimore y
zada» o «vector izada». La fragmentación de la imagen en par tícu Washington en 1844, y sobre todo el ingenioso dispositivo de
las imperceptibles no es nueva. El arte del mosaico o el bordado Giovanni Caselli, que en 1861 envió imágenes fijas por medio
a punto de cruz son viejos ejemplos de ella. Está en la naturaleza de s e ñales eléctr icas, analizándolas línea por línea, son los ante
misma de la imagen: es en u n tejido discontinuo de conos y bas pasados directos del fax, a través del telegrafoscopio que Édouard
toncillos donde se for man las imág e nes retinianas, retransmitidas Bélin inventó en 1906, antes de su belinógrafo.
al cerebro, que hace la síntesis de ellas. La estampa, para pasar al Finalmente, la infor mática per mite dominar estas imáge
gris, tie ne que vapor izarse en manchas minúsculas de tinta ne gra, nes pu nto por punto. El noruego Frederik Rosing-Bull era es
y la fotografia se revela gracias a u na cristalización de sales de pe cíalista en e l tratamiento de las estadísticas a partir de fichas
plata. La impresión de la imagen pasa siempre por unas tramas tan perforadas. Era heredero de la mecanografia, de los oficios de te
finas que ya no las vemos. jer o d e los pianos mecánicos. Muerto en 1925 a los cuarenta y
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La batalla por la conquista del relieve se venía librando No obstante, es necesario que el reconocimiento de for
desde hacía mucho, desde el siglo XVIII, con las cajas de óptica y mas sea un reconocimiento de sentido y que la imagen se con
las linternas montadas sobre raíles. Después de la invención de la vierta en una especie de lengua, como habían soñado los des
fotografía, las vistas estereoscópicas tuvieron un gran éxito popu cifradores de jeroglíficos o los inventores de lenguas universales.
lar. La percepción del relieve por nuestra visión binocular, que La imagen cortocircuita el lenguaje. Entre código y analogía la
nuestro cerebro sintetiza, fue trasladada por David Brewster, en frontera es cada vez más porosa: ninguna imagen está exenta de
1844, a dos placas casi idénticas pero ligeramente desplazadas, y código, convenido entre los que la enseñan; ninguna escritura
observadas a través de un aparato binocular. El procedimiento fue está desprovista de emociones y de significados simbólicos, pero
comercializado en 1850 y puesto a disposición de los aficionados sigue existiendo una oposición entre lo sensible y lo inteligible.
en 1883. Mucho más tarde, en 1947, se ideó el holograma, que se La digitalización también hace caer los muros entre imágenes y
basa en la interferencia de dos haces, procedentes uno del aparato sonidos, inscritos por igual en los chips de silicio u otras mate
y otro del objeto, y da una ilusión de profundidad. rias conductoras, cuyos circuitos no están limitados más que
Para ganar la batalla del relieve era preciso liberarse de toda por las capacidades de los microscopios electrónicos que sirven
percepción de la pantalla; en ello se han esforzado conectando re para trazar su camino, para colocarlos por paquetes en un orden
ceptores al cuerpo humano para transmitirnos la imagen, perci cuya complejidad desconocen hasta, los ingenieros que los cal
bida en un casco que sirve de horizonte, y dar la ilusión de que culan.
nos movemos en un espacio en tres dimensiones entre las repre-
sentaciones de los objetos que se pueden agarrar en toda virtuali
dad. La manipulación de las imágenes parece no tener límites. Se Y la carne se hizo pantalla
anuncia un sciftware capaz de desacelerar los agrupamientos de cada
conjunto de píxeles con el fin de poner al descubierto los artifi La confusión entre lo simbólico y lo real siempre ha sido
cios que permiten, hoy, dibujar todo lo que se quiera con imá peligrosa. Si hay crisis de representación, es tan antigua como la
genes fotográficas y de este modo precavernos de un «efecto de imagen. El actor hace coincidir su cuerpo con su propia imagen;
realidad» sintético, que aquéllos han llevado a un punto extremo. la distancia entre el uno y la otra llega a desaparecer, un juego pe
ligroso. Para Diderot, la paradoja del comediante es que, para ser
un buen actor, tiene que mantener la distancia respecto de su per
El reconocimiento de las formas sonaje. Siempre se exploran sus límites en el cine, cuando la fic
ción se confunde con el documental; en los espectáculos de tele
La escritura misma, inventada para escapar a la imagen, se rrealidad, en las informaciones escenificadas y, para terminar, en
ha convertido en una imagen. Es captada «en modo imagen», glo el espectáculo que damos de nosotros mismos, y a veces a noso
balmente, con más facilidad que «en modo texto», carácter por tros mismos, en la vida cotidiana.
carácter. El reconocimiento de los caracteres, que permite una ¿Qué pasa cuando la imagen (irnage) pierde su soporte (pic-:
lectura formal automática, es utilizado desde 1985 para la clasifi ture) y deviene gesto? Esta propensión de la imagen a integrarse
cación postal, pero la capacidad del ordenador para reconocer en lo real, o de lo real a emanciparse en forma de imagen, no es
formas e identificarlas es llevada ya a la práctica por la teledetec un hecho nuevo, está en el origen de todos los rituales y cere
ción, los controles de fabricación, las medidas de precisión, la moniales, solemnes o banales. Esta fusión de la vida en imagen,
imaginería médica y la creación asistida por ordenador. como una colada de metal va a petrificarse en un bloque, está en
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el corazón de la pintura china, en la cual la imagen brota del gesto Una máscara es una imagen viva, como esos inmensos
como una prolongación del cuerpo, del aliento y de su reducción adornos del Teyyam indio, en los despliegues extravagantes de
al silencio. pl umas y de perlas rutilantes, los disfraces, los vestidos de novia,
Cuando la imagen se araña o se graba en la propia piel, los trajes del carnaval de Río, los de la Ópera de Pekín. Pero
se convierte en escarificación, en cicatriz. Su interiorización puede ser también un maquillaje discreto, un Jond de teint, un
puede llegar a ser trágica. Las neurosis y las psicosis son a me halo, una pose que se asume, un aire que uno se da y que viene
nudo enfermedades de la imagen de uno mismo y de la imagen a perderse en la parte de imagen que hay en nosotros.
de los otros. La triste escena que ofrece el círculo de mirones en
una acera, un proyector, un escaparate, un estrado, un traje, una
nariz postiza o cual quier accesorio son necesarios para distan
ciar lo real de la imagen, desconectarla, proteger a la imagen de
su entorno, como las empalizadas del ruedo y al espectador de
la locura.
La identificación de la imagen con su modelo funciona
como una trampa. Hay que <<desembragan>, defiende Daniel
Bougnoux, «desfusionar» la imagen de la presencia. Este ejercicio
no siempre es fácil. Las nuevas tecnologías, al mediatizar la ima
gen con toda clase de máquinas, son, por la presencia de su pe
sado material, menos insidiosas que las imágenes que se presen
tan a simple vista, sin aparato, como una sombra, unespejo o un
reflejo. Cuanto más instrumentalizada esté la imagen, más identi
ficable resulta como imagen. Los niños aprenden deprisa, a poco
que se les ayude, a comprender que una imagen no es la realidad,
pero que tampoco es una ilusión. Tiene su vida propia, su razón
de ser, un autor, un público. No hay cine sin cámara.
Las imágenes más perversas son las que están habitadas
por su modelo o que se hacen pasar por un modelo. Un tatuaje
convierte a una persona en una imagen de carne. Las máscaras
detrás de las cuales se esconden hombres que dicen ser dioses,
antepasados o espíritus resultan aún más inquietantes. Por su
puesto, vemos que se trata de una máscara y no de un rostro,
pero ello se debe a los dos agujeros, a la altura de los ojos, que
permiten al enmascarado vernos a nosotros sin ser visto y le dan
vida. Una máscara funeraria, con los ojos cerrados, disimula la
muerte. Pero una máscara esconde lo desconocido, es una ima
gen por defecto, que deja creer no se sabe qué, no se sabe quién,
y que da miedo.
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Bibliografía breve
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disponemos ahora de la tesis de Ralph Dekoninck, Ad Imaginem.
StatutsJonctions et usages de l'image dans la littérature spirituelle jésuite Para concluir, quiero subrayar que, por lo que respecta a
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Louis Marin, reunidos en una recopilación en 1994 bajo el título tiene una gran deuda con la visita a museos tan notablemente
De la représentation, pero también Le portrait du roí, Éditions de Mi presentados y documentados como el Louvre, el Musée Guimet,
nuit, 1981, que continúa la obra clásica de Ernst Kantorowicz, Los el Musée National des Arts et Métiers y el de Antiquités Natio
dos cuerpos del rey: un estudio de teología política medieval, traducción nales en Saint-Germain-en-Laye, a los cuales las obras citadas ha
de Susana Aikin Araluce y Rafael Blázquez Godoy, Alianza Edi cen referencia de manera preferente, entre muchos otros.
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Acerca de este tema hay que señalar el artículo de Cado
Ginzburg, «Représentation: le mot, l'idée, la chose», en Annales
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1.234.
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