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MUJERES EN EL ARTE

Berthe Morisot fue la primera mujer en unirse al movimiento Impresionista, tras ella


llegarían nombres como Marie Bracquemond o Mary Cassatt. Nacida en una familia de
la alta burguesía, fue educada en el mundo del arte y la música, disciplinas que supo
combinar dentro de su papel de mujer moderna y animadora social. A la edad de 20
años, conoció a Camille Corot, importante paisajista de la Escuela de Barbizon, quien la
admitió como su discípula y le introdujo en los círculos artísticos.
Fue modelo y amiga de Manet, además de su cuñada -se casó con su hermano Eugène-
y tuvo un papel destacado en el desarrollo del Impresionismo francés exponiendo junto
a artistas de la talla de Degas, Renoir, Monet.
Su obra Detrás del desayuno consiguió batir todos lo récord de las subastas de la
famosa casa de apuestas londinense Christie’s, subastado por la cantidad de 11 millones
de dólares.

Camille Claudel desde niña fue una apasionada de la escultura. En 1876 su familia se


trasladó a Nogent-sur-Seine y allí conoció a Paul Dubois quien la introdujo en
la Escuela Superior de Bellas Artes de París. En 1884 comienza a trabajar con Auguste
Rodin, quien cayó rendido a sus pies como mujer, y como artista, convirtiéndose en su
modelo y musa. Aunque se mueven en los mismos ambientes y hacen viajes de largos
periodos de tiempo, Rodin está unido sentimentalmente a otra mujer, Rose Beuret, a
quien se niega dejar. Situación que servirá de inspiración para las obras más importantes
de la carrera de Camille como por ejemplo, La edad madura. Su fama llega a tal punto
que es promocionada por varios artistas de la época, incluso apareciendo en varias
revistas de arte.
La escultora comienza otra relación pero vuelve a tropezarse con la misma piedra, ya
que su nuevo acompañante el compositor Claude Debussy está casado con otra mujer.
Comienza aquí su declive con continuos episodios de crisis nerviosas que se
agudizaron hasta el punto de encerrarse en su taller y destruir sus obras. Un final triste
para una gran artista que acabó internada en un centro psiquiátrico durante los últimos
30 años de su vida.
Nacida en Ucrania, Sonia Delaunay-Terk fue criada por su tío, Henry Terk en San
Petersburgo quien le ofreció una educación cosmopolita. A través de Max
Liebermann tomó contacto con el mundo artístico germano y en 1903 se trasladó
a Karlsruhe para comenzar sus estudios de pintura. Dos años más tarde continuaría su
formación en París en la prestigiosa academia La Palette. En la capital francesa entró en
contacto con la vanguardia artística y conoció a Robert Delaunay, con el que se casaría
en 1910. A partir de entonces, el intercambio artístico
entre Sonia y Robert Delaunay sería constante y juntos desarrollaron
el orfismo (también conocido como simultaneísmo), corriente artística del arte abstracto
que utiliza la luz y el color como medio de crear espacio y formas en un cuadro.
En el París de los años veinte tuvo una estrecha relación con los
grupos dadaístas y surrealistas y colaboró con ellos en la producción de proyectos
teatrales y cinematográficos como Le P’tit parigot de Le Somptier. Durante la década
de 1930 estuvo en contacto con grupos artísticos que abogaban por la abstracción en el
arte como Abstraction-Création o Cercle et Carré y fue uno de los miembros
fundadores de Réalités Nouvelles en 1939.
Tras la muerte de su marido en 1941, Sonia Delaunay continuó trabajando y
colaborando en la promoción del arte abstracto. En 1964, como consecuencia de la
donación de obras suyas y de Robert, se convirtió en la primera mujer a la que se le
honraba con una exposición en el Musée du Louvre.

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