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EJEMPLO DE ERROR TIPO I Y DE TIPO II

Un empresa quiere aumentar la efectividad de un banner que aparece


en su página web. Para que esto funcione correctamente, han
planeado añadir una imagen para ver si así logras atraer a los usuarios.

Comienza con un test A/B con una versión de control (A) contra la
variación (B) que contenga la imagen. Tras 5 días, el rendimiento de la
variación (B) supera notablemente a la versión de control, con un
aumento de las conversiones del 25% y un nivel de confianza del 85%.

Detiene el test e implementa la imagen en tu banner. Sin embargo,


tras un mes, nota que las conversiones mensuales han disminuido.

Error de Tipo I: a la larga, la variación no superó realmente a la versión


de control.

Error tipo II

Andrés dirige un e-commerce que vende hardware sofisticado para


amantes de la tecnología. En un esfuerzo por incrementar las
conversiones, se le ocurre implementar una sección de preguntas
frecuentes bajo la página del producto.

Lanzó un test A/B para ver si en rendimiento de la variación (B) podría


superar el de la versión de control (A).

Tras una semana, no se nota ninguna diferencia entre las versiones:


ambas parecen presentar las mismas tasas de conversión, y
comienzas a dudar de tu teoría. Tres días después, detienes el test y
dejas la página del producto como estaba. Llegado este punto, ha
aceptado que añadir una sección de preguntas frecuentes a su tienda
no tuvo ningún efecto sobre las conversiones.

A las dos semanas, se enteras de que uno de sus competidores ha


implementado también esta sección – y que ha experimentado un
aumento notable de las conversiones. Decides volver a realizar el test,
basando los resultados en un nivel mayor de confianza (casi del 95%).

Pasa un mes y descubre que las conversiones de la variación (B) han


crecido considerablemente – ¡menuda sorpresa! Añadir una sección
de preguntas frecuentes al pie de la página del producto ha
multiplicado las ventas de su empresa.

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