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INMORTALIDAD FISICA

Una transformación del pensamiento


que lleva a lograr
la regeneración de las células

Este capítulo está dedicado a


Annette y Robert Kemery... y Pauline Goodman
los tres terráqueos más mágicos de cuantos conozco
con mucho amor
y una promesa para el mañana

"Estoy cansada
de abracadabras religiosos y espirituales
las iglesias han fracasado
¿no te das cuenta de que todas las iglesias han fracasado?

y la mejor historia de fantasmas


el mejor cuento de todas las iglesias cristianas
es el concepto de la resurrección pascual
que no es sino un engaño cruel

¡un cruel engaño!


un mal chiste para los tristes y los desesperados una broma de muy
mal gusto

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y te aseguro... ¡juro no dejarme engañar!

mi voz, entonces, se quebró en amargas astillas de fríos y solitarios


inviernos recordados y no pude seguir

él meneó lentamente la cabeza


y habló en voz baja y suave...

"no, la resurrección de Jesús no es una broma es literal


más tangible y real que cuanto sientas
en estos momentos...

¡la Pascua es Verdad!”

***
t’

Cuando un edificio viejo, construido sobre fuertes cimientos, ha


durado más de lo debido y debe ser destruido para que se construya un
nuevo edificio en su lugar, existe una sola manera de lograr esa
transformación de la materia. Dinamita. Una explosión.
Del mismo modo, cuando una vieja falsedad, construida sobre un
fuerte cimiento de mentiras sembradas en el subconsciente colectivo por
miles y miles de años, ha vivido más de lo que debe y tiene que ser destruida
para que la remplace una nueva comprensión, existe un solo modo de lograr
esa transformación de pensamiento. Dinamita. Una explosión.
Las palabras de este capítulo bien pueden ser percibidas por tu
cerebro, programado con falsedades, como una explosión de dinamita. Para
emplear un término común de computación, puesto que el cerebro es,
después de todo, la gran computadora, sería una sobrecarga. Si es preciso,
cierra tu mente al impacto inicial, pero mantén el alma abierta. Más
adelante tu mente quizá se le una en una nueva comprensión. Entonces
podrás experimentar una transformación de pensamiento.

Para empezar, enfrentémonos a la principal objeción por la que casi


todos afirman creer que la inmortalidad física es imposible: que sería poco
práctica. Quizá te digas: "Aun cuando yo quisiera vivir eternamente en mi
cuerpo actual, sin el repetido coma de la muerte y el renacimiento, eso no
sería posible para todos los humanos de la Tierra. Ya estamos frente a una
hambruna mundial, que nos espera a la vuelta de la esquina; considerando

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que de hora en hora nacen más bebés, si todo el mundo alcanzara la vida
eterna y nadie muriera, la Tierra quedaría tan superpoblada que sería in-
concebible."
Tu argumento es comprensible y parece razonable. Sin embargo, hay
una solución bella, armoniosa, sensata y hasta lógica a esta aparente falla de
la inmortalidad física para todos... y no requiere que se ordene a los
hombres y mujeres inmortales que no se acoplen ni se reproduzcan. Los
bebés seguirán naciendo. Sin embargo, no habrá superpoblación.
Comprendo que esto pueda parecer una contradicción, pero no lo es.
La explicación, asombrosamente simple, requiere empero una base de
conocimientos esotéricos para ser debidamente comprendida; una vez más
debo disculparme por la necesidad de decirte que, por consejo de mis
propios maestros, debo postergar la respuesta hasta la aparición del
demorado Gooberz, pues darla aquí sería prematuro. La situación repite,
una vez más, el antiguo dicho citado con tanta frecuencia en este libro:
"Cuando el alumno esté listo, aparecerá el maestro."
Mientras tanto puedes comenzar ahora a alcanzar la vida eterna, si
tal fuera tu deseo. Cuando hayas comenzado a practicarla, la respuesta a la
superpoblación estará disponible... y quizá por entonces ya la hayas
encontrado solo.
Hasta el amanecer de la dorada Era de Acuario, sólo unos pocos
soñaban con la inmortalidad física: la vida eterna en el mismo cuerpo, pero
constantemente mejorado y transfigurado. Otros la consideraban como
posible para unos rarísimos maestros iniciados, los fundadores de las
religiones del mundo (algunas de ellas). Sin embargo, en la actualidad son
cada vez más los que consideran posible alcanzarla personalmente. Muchos
comienzan a comprender que la inmortalidad física es, en realidad, la base
de la verdadera religión.
Sí, la inmortalidad física, la vida eterna en el sentido material, era la
piedra fundamental de todas las religiones, desgastada por los ataques del
tiempo ilusorio y remplazada por el falso dogma de la muerte y sus
doctrinas. La Biblia cristiana dice, acertadamente, que "Dios ha puesto la
eternidad en el corazón del hombre". Y también en el de la mujer.
Sin embargo, las religiones de la actualidad y hasta los nuevos
movimientos ocultistas continúan vendiendo el concepto de la gloria de la
muerte.
Durante los últimos años se han hecho diversos intentos de quebrar
esa severa y fea filosofía de la muerte presentando la experiencia del
fallecimiento casi como algo divertido, como flotar en el éter a la manera de
un globo y contemplar el cuerpo descartado, o como salir en un vuelo de
ensueño y viajar alrededor de la Luna o de Plutón en un centelleante cordón
de plata, en lo que se supone como una especie de ensayo de la muerte.
En realidad, el Tercer Ojo ve el cordón de plata como plata

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centelleante, capaz de estirarse ilimitadamente. No sólo es visible, sino
audible para el oído interior: un acorde musical de frecuencia muy elevada.
En uno de los incidentes dramatizados en la miniserie televisiva Out on a
Limb, la actriz Shirley MacLain comentó que su propio viaje astral en el
cordón de plata terminó en el momento en que ella imaginó la "limitación",
al preguntarse si su cordón de plata se extendería al punto de permitirle
tocar la Luna que veía aproximarse. Es cierto. El pensar en cualquier tipo de
límite quema de inmediato los fusibles de cualquier intento mágico,
incluida la realidad mágica de la inmortalidad física.
Todos estos intentos de borrar el miedo a la muerte tienen un motivo
admirable. En efecto, están diciendo: "No temas. Morir es un viaje
maravilloso. ¡Te encantará!" Pero esas imágenes no logran derrotarla ni
aniquilarla de manera definitiva. Sólo consiguen hacerla algo más potable;
tampoco consuelan a los deudos que quedan atrás, dolidos, cuando el
muerto vuela al cosmos en su cordón de plata.
Estos viajes por el cordón de plata pueden ocurrir durante el sueño o
en trance, bajo las debidas condiciones, pero no son "minimuertes" ni
ensayos generales del "cruce" final inevitable.
A propósito: es interesante y significativo estudiar la similitud entre
el cordón de plata adherido al cuerpo durante los viajes astrales (o la
muerte), el cordón umbilical del recién nacido, adherido a su madre, y el
cordón que vincula a la nave madre (cápsula espacial) y el astronauta que
aterriza en la Luna. Estas tres experiencias están estrechamente
relacionadas.
Los líderes religiosos de la actualidad, desde los púlpitos y la
televisión, venden alegremente la muerte como si fuera la felicidad futura,
pero olvidan lamentablemente el fragmento del Padrenuestro que dice:
"Venga a nos el Tu reino y hágase Tu voluntad... así en la Tierra como en el
Cielo." No han tenido mucho éxito en cuanto a crear el Cielo en la tierra. Y
nunca lo tendrán, si siguen por ese camino. Las religiones confían en la
bondad de sus diversos inmortales fundadores para crear ese milagro.
Pero no fueron los Inmortales los que sembraron las doctrinas
espirituales que provocan las guerras, la enfermedad, los desastres, la
angustia personal y la inhumanidad del hombre contra el hombre (y los
animales) en la Tierra. Estos males son obra de mortales que juegan
despreocupadamente con los juguetes del Libre Albedrío. Y el único modo
de terminar con este infierno terrestre (por si no te has dado cuenta, la
tierra ha sido siempre su localización física) es convertir a todos los
mortales de la Tierra en inmortales. Ese proceso no sólo enjugará las
lágrimas de sus ojos, como pronosticó Juan en el Apocalipsis, sino que
también borrará todo deseo del mal de su corazón y de su mente. "Y no
habrá más muerte."
La verdad es que todos los mortales fueron, en otros tiempos,

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inmortales. También tú. Basta que recuerdes y comprendas esto para que
tengas ganada la batalla. La victoria es la transformación del pensamiento
que resulta de comprender que la inmortalidad física (la longevidad
perpetua, sin enfermedad ni envejecimiento), la vida eterna, saludable y
juvenil en tu carne viviente no es una fantasía, sino una posibilidad práctica
y alcanzable.
Los maestros hindúes de Hatha Yoga, que ya la han alcanzado (y son
más de los que podrías imaginar) aseguran que, de quienes viven en esta
década de 1980, cuanto menos la mitad puede aprender a vivir
eternamente, mejorando sin cesar su salud y juventud, con que sólo sepan
la verdad, que a su vez dará el dominio del cuerpo físico. Naturalmente, hay
ciertas disciplinas a seguir, pero el primer paso es liberarse de la lealtad a la
muerte, sembrada por la religión. Eso requiere un esfuerzo inmenso, lo
admito, pero vale la pena, ¿verdad? No tienes nada que perder y sí mucho
que ganar. Y lo creas o no, morir requiere mucho más esfuerzo.
¿Por qué? Porque la inmortalidad física es natural; la muerte, en
cambio, no lo és. Por lo tanto, la gente necesita aplicar demasiado esfuerzo
(subconsciente) para morir, y eso causa enfermedades y dolor. Pregúntate si
prefieres permanecer entre las masas de humanidad que se han sometido
como esclavos a la teología de la muerte, que los condena a sacrificar
finalmente sus cuerpos al polvo o al fuego de la cremación. Adorar el
sepulcro es una grave ofensa contra la verdad y la felicidad, al mismo
tiempo.
Los altos sacerdotes de la filosofía de la muerte son las compañías de
seguros de vida; se la pasan diciéndote que "el promedio de vida es...", y
todo el mundo acepta esa cifra ilusoria como si fuera el evangelio. En
tiempos de San Francisco de Asís, el supuesto promedio de vida no iba
mucho más allá de los cuarenta años; por eso se casaban a los doce y a los
trece años. En tiempos de Moisés, rondaba los seiscientos años; durante la
guerra civil norteamericana, entre cincuenta y cinco y sesenta años. Ahora
dictan la cifra arbitraria basándose, supongo, en la edad de las personas que
mueren en cada década. Hombres y mujeres, acostumbrados a seguir
mansamente las directivas, verifican el número ilusorio en el calendario y,
cuando se están acercando a él, redactan su testamento y esperan la hora de
partir.
Alguien dijo una vez que los pensamientos son ángeles. Algunos lo
son, como éste: Ahora estás vivo; por lo tanto, tus impulsos de vida
verdadera y corriente son más fuertes que los impulsos de muerte
programados. Mientras continúes fortaleciendo sus impulsos de vida y
restando importancia a los otros, seguirás viviendo. Lee esto una y otra vez
hasta que comprendas por entero lo que dice.
Mueres porque crees que es necesario, y lo crees porque en tu
cerebro-computadora se ha programado falsamente que es necesario morir.

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No sólo se te ha programado el cerebro, sino que también mente y alma han
sido sometidos a la hipnosis masiva por los familiares, los padres, los
amigos, la radio, la televisión, los periódicos y las revistas. Tu mente y tu
alma se han sometido a ella (el alma, más renuente); pero tu Espíritu (tu Yo
Superior, tu Angel) no se deja engañar. Pregunta al sabio gurú de tu propio
Yo Superior, y él o ella te será muy sincero sobre el mito de morir.
El solo creer en la muerte basta para matarte, aun sin accidente ni
enfermedad. Es lo que los médicos llaman "morir sin más causa específica
que la edad avanzada".
Todas las muertes son suicidios, ¿te das cuenta? Todas. La única
diferencia es que, en algunos casos, el suicidio es una elección
subconsciente; en otros es consciente. Por lo demás, los que se suicidan y
los que sucumben a un accidente, una enfermedad o a la vejez mueren por
la misma razón: la creencia en la inevitabilidad de la muerte. En Estados
Unidos el suicidio va contra la ley y es un delito punible. Resulta divertido,
puesto que sólo se puede aplicar a los intentos fallidos. Obviamente, los que
tienen éxito están más allá del alcance de la ley. En realidad, cualquier
muerte va contra la ley: contra la ley de la vida eterna, pero cuando los
"culpables" han escapado de lo que la religión y hasta los nuevos
movimientos ocultistas llaman "prisión de la carne", para viajar a una
dimensión diferente, es ya muy tarde.
Ahora bien: el verdadero culpable es ése: el concepto de la "prisión
de la carne". Se explica que todos quieran escapar, aunque se sientan
nerviosos y aprensivos sobre lo que ocurrirá después de la "fuga". ¿Quién
quiere permanecer encarcelado? Pero ¿es realmente una prisión este cuerpo
de carne, al que se llama el templo del alma? Lo es sólo cuando no logras
comprender qué significa aquello de "tener un pie en la tierra y el otro en el
cielo".
Antes de continuar, dejemos en claro que los siguientes términos son
sinónimos: Yo Superior, Angel del Yo Superior, Supra- consciente y
Espíritu. Todos son términos que designan al verdadero yo-de-mí. Son
intercambiables. Para mayor claridad y brevedad, ya explicado esto, voy a
elegir el vocablo Espíritu para referirme al yo-de-ti. Pero recuerda que
Espíritu no es sinónimo de alma; no son lo mismo. El espíritu y el alma son
dos términos diferentes que designan dos partes distintas de tu "santa
trinidad".
Una vez, hace incontables siglos olvidados, fuiste un Espíritu.
Todavía lo eres, en esencia, pero ahora eres un Espíritu... más una Mente y
un Alma, un cuerpo de carne y un cuerpo astral. Se podría decir que has
clonizado tu yo (otro sinónimo para agregar a los equivalentes de Espíritu).
He empleado la palabra clonizar porque describe lo que quiero
explicar. Pero no olvides que los intentos modernos de clonizar el cuerpo
físico van contra la Ley Universal. La clonización sólo se puede lograr con

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éxito cuando ha sido elegida, por complejos motivos, por el Espíritu de un
adepto, avatar, gurú, maestro o inmortal (estos términos también son
sinónimos entre sí). La clonización intentada por los no esclarecidos (y la
ciencia actual es casi un sinónimo del no esclarecimiento) está condenada al
fracaso, a derrumbarse por su propio peso de negatividad, y será impedida
por nuestros creadores antes de que provoque daños irreversibles.
Retornando a esos incontables siglos olvidados, en otros tiempos
fuiste un espíritu puro. Un espíritu que existía en una dimensión más alta,
ahora llamada "paraíso", donde no había (ni hay) enfermedad,
envejecimiento, muerte, asesinatos, robos, envidia, violencia ni ninguna
otra cosa de "naturaleza" negativa e infeliz; tampoco el Tiempo. Existías en
un cuerpo idéntico en todo sentido a los cuerpos físicos, sólo que compuesto
de una sustancia más sutil. En todo sentido, salvo... ciertas diferencias
relacionadas con determinados órganos del cuerpo, que no deben todavía
preocuparte. En apariencia, idéntico; es todo lo que necesitas saber.
Un buen día tus propios creadores decidieron divinamente crear
millones y millones, infinitos millones de dimensiones físicas densas de
materia, llamadas Cielos del Edén, cada una con su propio sistema solar.
Esos cielos del Edén sólo pasaron a llamarse Tierras tras lá "caída" de cada
uno, provocada cuando se desobedecieron algunas leyes inmutables de la
Madre Naturaleza. Antes de esa transgresión no había aquí tiempo, tal
como no lo había en la dimensión astral más alta del "paraíso". Existían dos
soles; por lo tanto, no reinaba la oscuridad en la faz del planeta. Sin
oscuridad no se puede medir el tiempo. Y la tierra no giraba, de modo que
no había gravedad. Sé que todo esto abre toda una caja de Pandora de pre-
guntas, algunas de las cuales serán contestadas más adelante. Otras deben
esperar a libros futuros.
Mediante tu precioso don de Libre Albedrío, decidiste, como otros
espíritus, existir parcialmente en este planeta (imagen reflejada de la
dimensión superior) y parte en la alta dimensión misma (el mundo
verdadero); por así decirlo, mantenías un pie en el cielo y otro en el Edén
ahora llamado Tierra. Otros espíritus no eligieron lo mismo, por lo que aún
hoy siguen siendo... ángeles.
Para lograr esa existencia dual, creaste un cuerpo de carne, de
materia, a tu propia imagen y semejanza, con un cuerpo astral sobrepuesto,
como vehículo para los viajes entre una dimensión y otra. También aquí
puedes consultar el dibujo del capítulo 3.
Este cuerpo físico original, por desgracia y debido a su desobediencia
voluntaria de la Ley Universal, se multiplicaría más tarde mediante varios
miles (en alguno casos, millones) de encarnaciones sucesivas.
Tu espíritu se clonizó y creó este cuerpo físico a imitación de tus
Creadores en el acto de inventar este Edén, más adelante llamado Tierra. Y
puesto que era un mundo de materia física, reflejo del paraíso o dimensión

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superior, tu Espíritu necesitaba un cuerpo físico con el que experimentar
sus deleites, que actualmente se denominan los cinco sentidos: gusto, tacto,
vista, olfato y oído.
En realidad, en un principio eran seis los sentidos necesarios para
mantener "un pie en la tierra y otro en el cielo". ¿Nunca oíste comentar de
alguien que "parece tener un sexto sentido"?
Quizá pienses que tu sexto sentido tiene "el buen sentido" de
recordar; así comprenderás que puedes viajar entre las dos dimensiones de
Cielo y Tierra con tanta frecuencia como quieras, si gustas, usando tanto tu
cuerpo de carne como el astral y, a veces, los dos al mismo tiempo, según las
necesidades de cada viaje en especial. Y no olvides las lecciones de
numerología sobre el número 6 (el del sexto sentido), que es el número de
Venus... y del Amor.
El brillante cristal del sexto sentido se refleja en muchos pris

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mas, tales como: auras humanas y visión del Tercer Ojo (tu contacto con los
reinos superiores), telepatía, teleportación, psicometría, percepciones
extrasensoriales, clariaudiencia, clarividencia, sensibilidad, intuición,
etcétera. En general, ha sido opacado por una amnesia de milenios que
afecta la mente y el alma, cuya comunicación con el Espíritu está cortada.
Los Espíritus que prefirieron crear y ocupar (parcialmente) cuerpos
de carne, para experimentar el placer de los sentidos perdiendo el sexto,
también perdieron contacto con su alma y su mente; por lo tanto, perdieron
el control del cuerpo físico y el astral, que en otros tiempos manipulaban
con la sabiduría del Amor y la Luz, y cortaron la línea de comunicación
entre el mundo en donde habita el Espíritu y el mundo de materia donde
reside el cuerpo físico, con su cuerpo astral sobrepuesto.
Cuando la mente y el alma vuelvan a comunicarse con el Espíritu,
actuando como intermediarias, éste podrá una vez más guiar a los cuerpos
físico y astral en la manifestación de milagros y actos de magia, como al
principio del mundo terrestre, del cual los cuentos de hadas son imagen
transparente y vago eco.
Cada mente, cada ama, se enredaron tanto en los placeres de los
cinco sentidos, experimentados mediante el cuerpo material, que acabaron
por olvidarse del sexto sentido del cuerpo astral, gracias al cual tenían
pasaje de ida y vuelta entre la "Tierra" y el "Cielo", sin fecha de cancelación.
Igualmente fue olvidada la presencia real del Espíritu. La co-
municación real con él o con ella se cortó. En vez de mantener un pie en la
Tierra y otro en el Cielo, intención original, los dos pies quedaron
simbólicamente plantados en la Tierra. En la actualidad, el único viaje hacia
otros niveles que efectúa la mayoría de los terráqueos es mediante las drogas
alucinatorias, peligroso engaño, en trance o durante el sueño. Ninguno de
ellos es satisfactorio, pues les sigue la amnesia espiritual; según las
experiencias astrales llamadas sueños se distorsionan porque el mismo
cerebro "crea ruido", tal como ocurre con los teléfonos presidenciales para
mantener el secreto de las comunicaciones. Tampoco sería muy divertido
viajar a Europa y, al regreso, no recordar nada. Ni siquiera puedes traer fo-
tografías, postales o recuerdos de tus viajes astrales. Apenas alguna pesadilla,
que deja mucho que desear.
Sin embargo, sin dormir, el cuerpo físico moriría. Son esos viajes
astrales neblinosos los que le mantienen vivo, con el suficiente combustible y
descansado. No todos los viajes son a la alta dimensión de tu espíritu:
algunos se encaminan a otros niveles de conciencia. Puedes decir que son
viajes en el tiempo, pues tu cuerpo astral es transportado, en su cordón de
plata, a las experiencias de Pasado, Presente y Futuro con sus diversas
encarnaciones, que existen simultáneamente en la relatividad de tiempo y
espacio. Esos viajes son la fuente de esas impresiones fugaces que todos
tenemos periódicamente: "Esto ya ha ocurrido antes." Quizás hayas visitado
el viernes que viene durante el sueño del jueves pasado.
Por desgracia, cada regreso a este mundo cuesta muy caro al cuerpo
denso, debido a la falta de comunicación con el Yo Superior (el titiritero). Por
lo tanto, tu cuerpo físico necesita recargar sus baterías cada veinticuatro
horas, más o menos. Pero aun estas periódicas recargas no pueden impedir su
gradual deterioro, debido a la gravedad. La gravedad física y la gravedad
mental. Si eliminas la última, podrás controlar la primera. Después nos
extenderemos sobre el "grave" tema de la gravedad. Comprenderlo es una
urgente necesidad para quienes eligen vivir y no morir. Volveremos sobre el
tema.
En último término, el cuerpo humano es un sistema energético.
Cualquiera puede aprender a desmaterializar y rematerializar la forma
humana dominando la naturaleza del cuerpo en su condición de luz. Aun
cuando hayas olvidado tus poderes divinos, en tus viajes a la dimensión
superior... y a otros niveles de pasado, presente y futuro, sólo usas tu cuerpo
astral; es posible ir y volver llevando ambos cuerpos, el astral y el físico, una
vez que se aprende el truco. La metafísica Analee Skarin ha escrito que "la
muerte es la horrible puerta trasera a otros mundos, pero hay una gran
puerta principal para quienes superen"... la gravedad. La puerta entre la
dimensión superior del "cielo" y la tierra puede girar hacia ambos lados para
los inmortales que comprenden su potencial de vida eterna. En el nivel
microcósmico, ¿no sería horrible y algo molesto que, en cuanto un amigo

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fuera a visitar Disneylandia o a su tía Elena no volviera nunca más? Es mucho
más agradable cuando esas visitas consisten en viajes de ida y vuelta, ya sean
astrales o físicos, ¿no te parece?
Dentro de poco analizaremos el cómo de la vida eterna y la
inmortalidad física, pero ahora necesitamos profundizar un poco más en el
concepto, al menos para aquellos lectores que aún están espantados por la
sola idea; de ese modo podrán aplicar alguna lógica para medir su verdad.
Porque hay lógica en la idea, sí, como pronto verás; basta a satisfacer aun a
un biólogo o a un físico. Antes que nada, empero, debes convencerte de que
es factible alcanzarla, de que ya posees una vida inmortal. Sólo has olvidado
que es así. Haré lo posible por que lo recuerdes, pero soy sólo un canal para
un mensaje de un nivel de conciencia superior y sólo puedo plantar la semilla.
De tu propio Libre Albedrío depende que florezca y dé frutas o no.
La muerte física es antinatural. Tampoco es un viaje gratis al paraíso,
como casi todas las religiones quieren hacerte creer, pues su consecuencia es
el renacimiento repetido en cuerpos de carne, hasta que alcances la
iluminación de la verdad. "Busca la verdad y ella te hará libre." Este consejo
del adepto-avatar Jesús jamás será repetido en exceso. La gente de su época
no podía comprender toda la verdad en esa etapa de la evolución; por lo
tanto, era necesario transmitirle la sabiduría en forma de parábolas, muchas
de las cuales parecen acertijos místicos. Más o menos, eso es lo que son.
La vida eterna es natural, verdad que siempre existió y existirá.
Siempre has estado y estás en armonía con ella, pero se te ha programado
para creer que no es así, y esta falsa creencia te hace destruir gradualmente tu
cuerpo, que debía durar tanto como la Tierra.
La diferencia entre una persona y otra (entre un mortal y un inmortal,
por ejemplo) es aquello en lo que piensan. Los pensamientos y las ideas de la
mente pueden producir resultados directos en el cuerpo. Este es obediente
por completo a las ideas y los pensamientos de la mente. Por lo tanto, lo que
piensas habitualmente se convertirá en lo dominante y poseerá el mayor
poder para controlar tu cuerpo.
La mayoría de las personas, después de cierta cifra cronológica ilusoria
llamada "edad", piensa habitualmente en la muerte. Por lo tanto, el cuerpo
obedece: enferma y muere.
Aquellos de mis lectores que hayan tomado en serio estos comentarios
sobre la inmortalidad física pueden estar preguntándose: "¿Cómo afecta esto
la ley del Karma?" Excelente pregunta.
Decidas o no permitir que tu actual cuerpo físico viva o muera, no
podrás escapar a la ley del Karma... pero no olvides que no experimentas sólo
castigos, sino también recompensas kármicas. Recuerda también que hay
modos de diluir y hasta anular las retribuciones. (Véase el capítulo 5.)
Elegir la vida eterna en tu cuerpo actual no elimina el Karma. Pero de
cualquier modo tendrías que pagarlo (y recibirlo), de modo que nada cambia,

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con una excepción: que el solo hecho de elegir el no morir, la sola
comprensión de que la muerte no es una necesidad, eliminará gran parte del
Karma desagradable de encarnaciones pasadas.
La suprema demostración de esto es el incidente de los dos ladrones
que fueron crucificados con el Nazareno. Traduciendo el incidente al idioma
moderno, uno de los criminales comenzó a provocar sarcásticamente a Jesús,
que agonizaba en la cpz, recordándole que decía ser el "hijo de Dios". Por lo
tanto, ¿por qué no llamaba a su omnipotente Padre para que los rescatara
milagrosamente a los tres? El otro criminal se apresuró a salir en defensa de
Jesús, diciendo, en pocas palabras: "Déjalo en paz. Nosotros merecemos estar
aquí porque hemos cometido grandes pecados. El es inocente y no debe ser
cuestionado." Entonces el Nazareno se volvió hacia el segundo hombre y dijo:
"En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el cielo."
Sé que casi todas las traducciones emplean la palabra "paraíso" en vez
de "cielo", pero estoy convencida de que Jesús empleó esta última. Debido a
su contenido en el Lexigrama, siempre he desconfiado de la palabra paraíso.
Cielo, en cambio, es sinónimo de iluminación.
Los metafísicos interpretan ese incidente de la crucifixión como una
referencia alegórica a la "remisión espontánea" del Karma. En otras palabras,
el mismo acto de fe demostrado por el segundo ladrón, la fe completa en un
hombre despreciado por todos, abandonado por sus pocos amigos, sin poder
visible y al parecer impotente para salvarse siquiera a sí mismo, era un acto
de fe tan poderoso, tan palpitante de convicción e inocencia pese a las prue-
bas contrarias, que equilibró las deudas kármicas de ese hombre,
permitiendo a su cuerpo físico morir totalmente libre de las cadenas del
Karma (a menos que, en una encarnación futura, se creara un Karma nuevo).
Es justo, por cierto, suponer que quienquiera que se atreva a enfrentar
a los amigos, los familiares y el mundo actual con una abierta y
desvergonzada fe en la inmortalidad física, pese a la vasta programación
contraria, está demostrando un acto de fe de tanto peso como el del ladrón
crucificado con Jesús.
El peligro de crearse un nuevo Karma negativo (convirtiéndose en
ángel caído) está siempre presente para el humano que vuelva a elegir la
inmortalidad. Eso tampoco cambia nada, pero elegir la vida eterna equivale a
recibir una página limpia y una nueva oportunidad de crear o no un Karma
negativo.
Piensa en esto: ¿No resulta factible crearse un nuevo Karma negativo
cuando aún se sufre la amnesia espiritual de las encarnaciones anteriores?
¿Cuando no podemos recordar qué transgresión nos trajo la "mala suerte"
actual? Si no podemos interesarnos demasiado en una neblinosa e incierta
encarnación futura, en la que deberemos pagar por los actos negativos
cometidos en ésta, ¿no es probable que esa persona asuma una actitud
despreocupada?

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A la inversa, cuando una persona ha dado evidencias del gran acto de
fe de creer por completo en la inmortalidad física y practicarla, sabiendo que
eso la pone bajo la ley del Karma "instantáneo", y que las balanzas kármicas
se equilibrarán, no en una dudosa vida futura, sino en su identidad actual,
¿no se cuidará mucho más de crearse un nuevo Karma negativo? De los
muchos libros que tratan del Karma, demasiados olvidan decir que la ley
kármica de causa y efecto es tanto positiva como negativa.
Por lo tanto, cuando la inmortalidad física haya sido escogida y
alcanzada por los terráqueos en número creciente, la conducta negativa que
provoca la desdicha del planeta irá disminuyendo gradualmente hasta acabar.
La contaminación del planeta cesará cuando los responsables de causarla
sean inmortales y comprendan que son ellos mismos, no las generaciones
futuras, quienes heredarán los páramos causados por la locura nuclear y otras
formas de destrucción del agua y el aire en nuestro ambiente.
Nos causan miedo la lluvia ácida y los agujeros que se están abriendo
en la capa de ozono del planeta, las especies en peligro de extinción y una
multitud de actós de violencia y crueldad para con la madre Tierra y sus
criaturas. Sí, la idea de que la muerte es inevitable, algo fuera de nuestro
control, es aún el peor de los asesinos. La creencia de que "Dios" está en
alguna parte, pero no en la Tierra ni dentro del cuerpo físico. Por fortuna,
esta creencia está siendo - gradualmente remplazada por la nueva conciencia
de que cada ser humano es Dios para su propio cuerpo. Obviamente, los
inmortales son quienes tienen las mayores motivaciones para mantener la
ecología, la cordura en política, la tecnología útil, pero no perjudicial, la
prosperidad universal.
Los humanos inmortales tienen, además, todo el tiempo necesario
para dominar las técnicas de purificación del cuerpo, incluyendo los hábitos
alimenticios y el dormir con recuerdo consciente de la experiencia astral. Al
hablar de hábitos alimenticios me refiero a lo explicado en el capítulo 4. La
alimentación incorrecta y la falta de control sobre el sueño son barreras que
impiden la conciencia total.
Muchas personas no tienen deseos de derrotar a la muerte para vivir
por siempre, pues se imaginan viviendo en cuerpos enfermos y envejecidos,
pero esto es una contradicción directa con el verdadero significado de la
inmortalidad física.
Tu cuerpo fue gloriosamente diseñado por tu Espíritu, tal como el
cuerpo de tu espíritu fue gloriosamente diseñado por tus Creadores, para que
fuera eterno. Tu cuerpo de carne es una batería electromagnética
autosuficiente, por siempre capaz de recargarse?de energía, constantemente
mejorada y llevada a la perfección mediante el proceso de regeneración
celular. Y todo comienza en tu mente.
Mediante el proceso de regeneración celular puedes lograr: a) evitar el
envejecimiento, o b) invertirlo, si fuera necesario, y liberar tu cuerpo material

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de toda enfermedad e imperfección. No busques a los profesionales de la
medicina. Búscate a ti mismo. "Médico, cúrate." La elección es tuya y sólo
tuya, ya tengas dieciocho u ochenta años según las medidas cronológicas
ilusorias. Si tienes dieciocho, debes aprender a evitar el envejecimiento, a fin
de eliminar la enfermedad y la muerte. Si tienes ochenta, debes aprender a
revertirlo, para eliminar la enfermedad y la muerte. Son simplemente
polaridades de la misma magia.
La verdad eterna y sepultada por tanto tiempo es que puedes existir en
tu cuerpo actual y mejorarlo constantemente, por tantos siglos o milenios
como desees, hasta la eternidad o más, saludable, juvenil y en perfecto estado
de funcionamiento, proyectando y "viviendo" la edad cronológica que desees,
basado en el concepto humano de esas "cifras" impotentes. Algunos maestros
avatares y

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adeptos que se han vuelto físicamente inmortales eligen deliberadamente
proyectar, por el tiempo que deseen, la edad cronológica ilusoria de
cuarenta, cincuenta o sesenta años, a fin de que los aún mortales los crean
dignos de respeto y les permitan enseñar con efectividad. (Es difícil poseer
varios doctorados y licenciaturas cuando se aparenta tener veinte o treinta
años.) Sin embargo, en último término, cada nuevo inmortal puede elegir
pro- tectar y "tener" cualquier edad cronológica que le parezca ideal,
moviendo las cifras a voluntad de tanto en tanto. Es como regular la
temperatura del agua a tibia, fría o caliente, según nos convenga.
Lo creas o no (yo lo creo, pues tengo motivos indudables para ello),
hay entre nosotros muchos que ya son inmortales. Y antes de serlo no se
diferenciaban de ti... ni de mí. Uno de los problemas de alcanzar la vida
eterna en el mismo cuerpo físico, cuando son tantos los no esclarecidos en
ese sentido, es... el problema de la programación de la edad cronológica.
Estos adeptos y avatares se ven obligados a fingir que "mueren" a la
edad cronológica adecuada para la época en que estén. Simplemente,
desaparecen y se les da por muertos, sin que el cadáver se encuentre o sea
identificado; Entonces el avatar aparece en otra parte del mundo, con una
nueva identidad, y una nueva fecha de nacimiento y algunos amigos (otros
avatares) para dar fe de los datos falsos, si es necesario. Resulta bastante
molesto, según dicen, y se comprende. Será mucho más sencillo cuando la
inmortalidad sea cosa popular.
Imagina lo que ocurre cuando un verdadero adepto (inmortal)
responde a quien le ha preguntado la edad: "Tengo seiscientos años, para
setecientos, calculado según vuestro erróneo tiempo terráqueo." (O dos mil
para tres mil, según el caso.) Lo que ocurre depende del período histórico.
En cierta época, esa persona habría sido tildada de bruja y condenada a la
hoguera. Más adelante, encerrada en un manicomio. ¿Hoy, en la Era de
Acuario? Bueno, estamos ganando terreno. En la actualidad, semejante
respuesta no merecería la hoguera ni la internación en un loquero, pero sí
se pagaría con cierto grado de credibilidad, provocando susurros tales
como: "George es una persona inteligentísima y muy intelectual, sí, pero un
poco... bueno no, tú me entiendes... extraño. No creo que esté del todo en
sus cabales." O algo semejante.
Puesto que hace falta credibilidad para enseñar la verdad y para
otras misiones asumidas por los inmortales, esta reacción no es la ideal
para un avatar, aunque hayamos mejorado con respecto a la

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hoguera y el manicomio. Seamos mortales o inmortales, hace falta valor para
enfrentarse a la falta de respeto ajena.
A propósito, y por si no lo sabes, entre los muchos "crímenes" de que
se acusaba a las mujeres (y a algunos hombres) durante la vergonzosa caza de
brujas de Salem y otros lugares, sobre todo por cuenta de la Iglesia Católica,
un gran porcentaje incluía el "crimen" de no envejecer. Muchas brujas fueron
a la hoguera porque sus vecinos declararon bajo juramento sus fechas de
nacimiento, cuando parecían muchas décadas más jóvenes de lo que se
indicaba. Un dato muy interesante sugiere que muchas de estas "brujas" eran
inmortales.
No es de extrañar que el secreto de la reversión del envejecimiento y la
inmortalidad física haya quedado aún más sepultado durante ese período. La
mayor parte de los iluminados, por no poseer los medios financieros
necesarios para aparecer en Europa o en otra parte con una nueva identidad,
eligieron el desagradable sendero del envejecimiento y la muerte para no ser
quemados vivos. La muerte por fuego es una de las más dolorosas que se
pueda imaginar. La pobre Juana de Arco fue convertida en antorcha humana
simplemente por haber revelado con franqueza sus poderes de cla-
riaudiencia. Aún hoy puedes acabar sometido a un examen de salud mental si
revelas a quien no conviene que oyes voces. ¡Chist! En ciertas circunstancias,
el silencio es oro, por cierto. £
Intercalaré aquí un incidente personal, basado en una prueba de
sinceridad espiritual que, según se me ha dicho, es necesaria para lograr la
inmortalidad por completo. Hace dos o tres años fui entrevistada por un
periodista capricorniano, enviado por un periódico de Denver. El artículo
referido a mí se cerraba con estas palabras: "Goodman se negó a revelar su
edad, basándose en la explicación de que cualquier referencia a la edad
cronológica va contra sus creencias espirituales. Sin embargo, ante la
insistencia, admitió por fin tener cuatrocientos años."
Aún estoy tratando de adivinar si el periodista escribió eso con
seriedad o burlándose. Puesto que era capricorniano (el signo astrológico de
la reversión del envejecimiento), tal vez lo hiciera en serio. Dudo que yo
hubiera tenido ese coraje en Salem. Puesto que soy ariana desde hace
cuatrocientos años, tengo una muy baja resistencia al dolor y las quemaduras
me inspiran horror. Una antorcha encendida me habría intimidado al punto
de proyectar cuatrocientos años de arrugas, pero un asilo habría sido una
alternativa aún peor, con tanta gente asegurando ser Napoleón o Josefina.
Debo alejarme del tema por un momento, pues acabo de recordar un viejo
cuento que tiene un significado oculto relacionado con esto.
Uno de los internos de un asilo se paseaba siempre con una mano
escondida en la camisa de dormir y un sombrero con pluma, gritando a todo
el que estuviera a su alcance: "¡Soy Napoleón Bona- parte! ¡Soy Napoleón!
¡Yo gané la batalla de Waterloo! ¡Los libros de historia mienten!" Un día,

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mientras proclamaba así su mensaje, un anciano que estaba sentado en el
suelo se levantó para preguntar: "¿Quién te dijo que eres Napoleón?" La
ofendida réplica del supuesto Napoleón fue: "¡Me lo dijo Dios!" En ese
momento, en otro rincón del cuarto, un hombre de barba blanca se levantó
con gran dignidad, anunciando con voz resonante: "¡Yo no fui!"
El incidente de la entrevista publicada por el periódico de Denver tiene
una moraleja. Este es uno de los pasos que componen el proceso para
alcanzar la vida eterna. Poner en tela de juicio la inevitabilidad de la teología
de la muerte, sea en serio o con sentido del humor, es un golpe aplicado a la
muerte. Los más valientes de entre mis lectores (aun cuando sean estudiantes
secundarios) al preguntárseles la edad podrían responder: "Cumplo
doscientos años en mayo", o "setecientos, cumplidos en febrero." Después
habría que clavar en el preguntón una mirada firme, misteriosa, de rayo láser,
del tipo escorpiano. La variedad de respuestas es fascinante. Pruébalo. Por mi
parte, confieso que lo que dije al periodista no era la verdad. Aún me faltan
ciento treinta y dos años terráqueos para cumplir los cuatrocientos.
De cualquier modo, aun sin hogueras ni manicomios, los ava- tares de
la actualidad continúan "muriendo" y volviendo a empezar en otra parte, con
otro nombre y otra identidad, después de pasar un período razonable en el
mismo cuerpo. Es un engaño extrañamente similar al que practican los del
programa de Reubicación de Testigos en el gobierno.
Tal vez la información que te estoy dando te sea útil algún día. No se
puede juzgar a un avatar o gurú (inmortal) por su maternidad. Es tanto
natural como posible concebir y dar a luz a un niño aun cuando se tengan
varios cientos de años, según el tiempo terráqueo. El Karma de la
menstruación no tiene nada que ver con el embarazo, incluso en este
imperfecto (ahora) cuerpo físico. Algún día la medicina descubrirá esta
verdad. En realidad, ya la han descubierto, sólo que no lo creen y no están
aún dispuestos a anunciar el descubrimiento. En los últimos diez años ha
habido niñas de nueve, diez y once años cronológicos que han concebido y
dado a luz antes de la menarca. Y no se trata de un rumor publicado por las
revistas sensa- cionalistas, sino un testimonio médico. Recuerda la ley de
polaridad: si es posible concebir y dar a luz a un niño antes de iniciarse el
período menstrual, se puede hacer lo mismo una vez terminado. Sara lo hizo.
Abraham tampoco quería creerlo, pero al fin debió convencerse, pues lo tenía
ante sus ojos. Hay muchos milagros semejantes esperando a la vuelta de la
esquina, como estrellas fugaces, para sorprenderte en la Era Acuariana.
Y por lo tanto... no estés demasiado seguro de que tu vecina no es
inmortal sólo porque tuvo mellizos el mes pasado. Ni siquiera con su
certificado de nacimiento a la vista.
Una posdata al párrafo anterior. Cuando gane popularidad el control
de la natalidad por medio de la astrobiología, la ciencia médica tendrá que
echar otra mirada a "los cuentos de comadres" sobre la menstruación y la
concepción. El doctor Joñas, de Checoslovaquia, ya ha demostrado por medio

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de cuidadosas investigaciones en miles de mujeres, que algunas sólo pueden
concebir durante el período menstrual. En cuanto a dar a luz cuando ya no se
menstrua (una vez equilibrado el Karma antiguo) es mucho más común de lo
que se cree. En el último siglo hubo mujeres que tuvieron hijos entre los
cincuenta y los sesenta años, y hay registros para comprobarlo. Hoy en día,
cuando se produce un caso así, los confusos médicos les llaman "bebés
menopáusicos". He aquí una advertencia amistosa al respecto.
En la década de 1960, varios opositores conscientes decidieron adoptar
el nombre, la identidad y los documentos de personas reales que se hubieran
sometido a la muerte, empleando la identidad del difunto. Se sabe que los
agentes secretos de la CIA y la KGB hacen lo mismo de vez en cuando.
Ocasionalmente, algunos avatares y gurúes hacen lo mismo, si necesitan una
nueva identidad por los motivos ya explicados. ¿Estás seguro de conocer bien
a ese sabio amigo que ha estado esclareciéndote con respecto a diversas ideas
e ideales de la Nueva Era? Recuerda la advertencia bíblica de que puedes
recibir a los ángeles sin saberlo.
Recordarás lo que leiste en el capítulo "Fantasmas, Gurúes y Avatares",
referido al adepto conocido como conde de St. Germain, quien era, según
metafísicos de alta credibilidad, también Shakespeare, Francis Bacon e Isaac
Newton. Quizá te preguntaste cómo podía ser esto, puesto que los tres
vivieron en el mismo período histórico. ¿Recuerdas lo que dije algunas
páginas atrás sobre la clonización? Dije que la clonización científica e
involuntaria por parte de los mortales es una investigación muy negativa,
pero que el Espíritu de un avatar esclarecido puede (tal como fue hecho "en el
principio") clonizarse por diversas causas cósmicas de intención

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7
espiritual. Por lo tanto, un adepto que haya alcanzado la iluminación total y la
inmortalidad puede "eclipsar" a más de un cuerpo de carne (o identidad
física) simultáneamente, mientras el Espíritu del adepto observa y controla
varios cuerpos materiales al mismo tiempo. Esto se puede llevar a cabo
tomando un cuerpo nacido de la materia habitual en la Tierra... o creando un
cuerpo físico a partir del éter. No se pueden crear de este modo un Espíritu,
una mente ni un alma, pero sí el cuerpo de carne, con cerebro y todos los
órganos físicos necesarios, bajo la guía de un Yo Superior, el "titiritero" que,
de este modo, manipula los hilos de varias marionetas al mismo tiempo.
Volvamos al problema de las imágenes cronológicas programadas a las
que se enfrentan inmortales y futuros inmortales. Quiero advertirte que las
palabras "maduro" y "madurar" no son sinónimos de "vejez" y
"envejecimiento". Lo primero es necesario y deseable para un cuerpo
humano; lo segundo no es necesario ni deseable.
¿Qué provoca el proceso llamado envejecimiento? Se te ha
programado falsamente para creer que es la cuenta cronológica de los años
que has vivido desde el nacimiento. No es verdad.
La programación GIGO de la computadora cerebral insinúa que el
inexacto calendario hecho por el hombre y la ilusión del Tiempo son los
severos "dioses" que provocan el envejecimiento del cuerpo humano. Una vez
más, nos referimos al fenómeno negativo del envejecimiento, no al de la
madurez. El cuerpo necesita entre dieciocho y veintiún años para madurar.
Emplear este calendario equivale a decir que una persona envejece
según las puestas de sol y los amaneceres que haya vivido. ¿Cómo se puede
aceptar algo tan obviamente falso? ¿A qué preguntar esto, si conozco la
respuesta? Gracias a la sugestión poshipnótica y a siglos enteros de falsa
programación. ¿Qué pasa cuando observas dos o tres amaneceres... o varios
miles? Nada. Absolutamente nada. No tienen el menor efecto sobre tu cuerpo.
El tiempo es una ilusión. Permite a los humanos medirlo por el nítido
contraste entre luz y oscuridad. Es el único "principio y fin" con que podemos
medirlo. Pero cuando no había oscuridad en la tierra, antes de la caída y antes
de que el segundo sol de este planeta estallara, haciendo que la Tierra girara
alrededor del sol restante como una bola de billar golpeada con fuerza, no
había Tiempo. Esa palabra, ¿merece, en realidad, una inicial mayúscula? Sí,
supongo que sí, puesto que tanto impresiona a todos.
Una pregunta para el sabio duende de tu Yo Superior: si la luz exterior
siguiera exactamente como ahora (suponiendo que estés leyendo esto durante
el día) y no cambiara en absoluto: ¿cómo medirías el tiempo, cómo te
referirías a él? No podrías decir "anoche", "ayer por la mañana", "la semana
pasada" o "el mes próximo", porque no habría calendario ni relojes. ¿Cuándo
ajustarías los relojes? No habría cuándo. Sólo el presente. Sólo el ahora. Un
Eterno Ahora. Piénsalo bien, de veras. Ni las plantas ni las personas tendrían
que "comenzar o terminar" (morir). Existirían, simplemente.
¿Cómo podrías medir el Tiempo si estuvieras encerrado en un cuarto

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i
con luz artificial constante o en perpetua oscuridad? ¿Con un reloj? (en el
último de los casos, tendría que estar dotado de esfera luminosa). Bueno, sí,
pero esos relojes tendrían que ser puestos en marcha en un mundo de
oscuridad y luz, única medida del tiempo que existe. Los períodos de luz y
oscuridad, debidos a la presencia y ausencia del sol, también crearon las
estaciones del año calendario ilusorio.
Por lo tanto, el Tiempo es el gran Engaño. El Gran Impostor. Por ende,
es completamente ilógico acusar del proceso de envejecimiento a lo que ni
siquiera existe.
Sin embargo, el proceso de envejecimiento existe, por desgracia. No
hay modo de negarlo. Se lo ve por todas partes, en las reencarnaciones de
árboles y flores, después de que "envejecen y mueren". Lo ves en tus amigos y
familiares "mayores". Y tras la "edad" cronológica ilusoria de treinta años,
más o menos, con trescientos sesenta y cinco amaneceres cada uno, quizá
empieces a creer que lo ves en el espejo. Si crees verlo, lo verás. Muy pronto.
Tu rostro y tu cuerpo se someterán mansamente y obedecerán a la imagen de
tu Mente Creadora.
Sí, el proceso de envejecimiento existe, producto final de la
programación hacia la muerte. Pero el enemigo que lo causa no es una serie
de cumpleaños de mentirijillas; es la gravedad. Tal vez las bastardillas no
sean suficientes. Pongámoslo en mayúsculas y en negrita, para que no olvides
la verdadera identidad del enemigo que provoca el envejecimiento:
GRAVEDAD. Ya verás por qué no debes olvidar lo que he mencionado
anteriormente: que hay dos tipos de gravedad: la del mundo físico y material
y la gravedad mental.
La gravedad física se inició cuando la Tierra comenzó su girar
alrededor del sol restante, después de haber recibido un fuerte golpe en un
punto, mientras no giraba, por el otro sol en explosión (lo cual creó
mutaciones en animales, plantas y humanos, dinosaurios y cosas por el
estilo). Por lo tanto, el tiempo y la gravedad se iniciaron simultáneamente.
(Más adelante, cuando llegue el momento fijado, seguiré escribiendo sobre
estos secretos de la "duodécima noche".)
Ya que estamos en el tema del sol que estalló, es oportuno meditar
sobre la finalidad de la luna. Nuestra luna es lo que resta del segundo sol.
Francisco de Asís con frecuencia se refería al Hermano Sol y la Hermana
Luna. Su definición sexual era exacta, pero estas luminarias deberían ser
definidas, más correctamente, como Padre Sol y Madre Luna. (La luna rige el
signo astrológico de Cáncer, que representa la esencia eterna de la
maternidad.) Qué encantador "ángel de pensamiento" para concebir la
infinita compasión de nuestra Madre que está en el Cielo, cuando su "hijo",
este Edén ahora llamado Tierra, sufrió horrores tan indescriptibles. Los
místicos han canalizado que ella cargó al sol quemado, polvoriento y marcado
de hoyos con su luz más suave (El es Amor, Ella es Luz) y dispuso di-
vinamente su aparición como luna, por sobre la Tierra ahora a oscuras, para

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iluminar el cielo nocturno cada vez que el sol restante desapareciera de la
vista... como promesa para el mañana.
Es triste que la teología patriarcal haya penetrado hasta ese reino del
Padre Sol y la Madre Luna, sembrando repetidas referencias a "la cara de
hombre que hay en la luna", cuando no es una cara de hombre, sino un vago
eco de la imagen tierna y maternal de Ella, vista en la superficie de la luna por
el Tercer Ojo... y aún con la visión física, cuando meditamos y lo intentamos.
Esto es puro simbolismo, por supuesto, pero con un mensaje eterno de
los "ángeles caídos" del Cielo, aquí en la Tierra. Todo aquél a quien se lo he
señalado logra verlo después de intentarlo varias veces; la mayoría, en el
primer intento. Si quieres probar tú mismo, cuando la luna está llena o casi
llena, he aquí lo que debes buscar. La cara supremamente femenina se ve en
perfil, como la de un camafeo, mirando hacia la izquierda; las facciones se
parecen mucho a las de un camafeo, con el pelo recogido hacia arriba. Una
vez que la imagen surge con claridad resulta inconfundible: un perfil hacia la
izquierda, correspondiente a una mujer triste, de belleza ultraterrena.
Escríbeme para decírmelo cuando lo hayas descubierto, ¿quieres? Es una
experiencia conmovedora, y una vez que la hayas visto con claridad te será
evidente cada vez que levantes la vista en la noche.
Algunos cancerianos que conozco (y personas de otros signos también)
se emocionan hasta las lágrimas cuando su imagen aparece de pronto; es un
fragmento de la memoria del alma, por la profunda tristeza de una madre por
mucho tiempo olvidada por los hijos a los que tanto ama.

De nuevo la gravedad... t ♦

?'
¿Recuerdas las explicaciones de tu maestra cuando eras niño, en la
escuela? Ella sostenía en el aire una naranja o una manzana para representar
la Tierra, y tú te preguntabas, en tu inocencia, por qué la gente que ocupaba

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0
la parte inferior de la naranja no caía al espacio. Cuando levantaste la mano
para preguntar, la maestra respondió con una sola palabra: "Gravedad."
Toneladas de ella mantienen tus pies (los dos, por desgracia) firmemente
plantados en tierra.
La gravedad presiona sobre tu mente, tu cara, tu cuerpo y todos sus
órganos con "mano pesada". Después de una buena cantidad de esa presión,
tu mente se somete con más mansedumbre a la teología de la muerte. La piel
de tu cara comienza a aflojarse; tus órganos presionan hacia abajo y se
cansan. Eso es lo que hace la gravedad física. La gravedad mental termina el
proceso con imágenes. Imágenes todo en derredor de ti, desde que eras bebé,
multiplicándose con cada año ilusorio de tu vida. Imágenes de ancianos, los
enfermos, dentro de tu misma familia. Amigos y vecinos nacidos en años
cronológicos ilusorios antes que tú. Los asilos para ancianos en televisión y en
cine. Estrellas de pelo blanco que solían proyectar tanta encantadora
juventud en la pantalla y ahora muestran sus papadas y arrugas. Imágenes y
más imágenes: de vejez, de fealdad, de desamparo... la vista perdida, el oído
disminuido, los huesos calcificados... Imágenes de ancianos que caminan con
bastones o confinados en sillas de ruedas... hasta babeándose. Senilidad...
senilidad...
Sabes quién es Set, ¿verdad? Set o Seth, también llamado Satanás,
también llamado el demonio de las tinieblas o las fuerzas oscuras. Bien, la
palabra SENILITY (senilidad) contiene SET LIES (Set miente).
Si quieres ver qué hace la gravedad mental cuando se combina con la
gravedad física, mírate en el espejo. Frunce el ceño. Piensa en algo que te
enoje, te preocupe o te fastidie. Vuelve a fruncir el ceño. ¿Ves cómo caen tus
facciones hacia abajo? Ahora mírate otra vez en el espejo y sonríe. Finge que
has visto a algún ser querido después de mucho tiempo. Piensa vividamente
en eso; ahora sonríe y exclama: "¡Vaya, hola!" ¿Ves cómo suben tus facciones
en curvas ascendentes? Incluyendo las líneas de alrededor de la boca, las
cejas, la cara toda.
Algunos yoguis, conscientes de lo que la gravedad física hace con la
cara, el cuerpo y los órganos, pasan una hora diaria o más erguidos sobre la
cabeza para revertir la gravedad. Me refiero a la gravedad física, claro está.
En realidad, da mucho trabajo y causa mareos... Y no logra revertir gran cosa.
Apenas hace mella en el resto del tiempo que los yoguis pasan cabeza arriba,
sometidos a toneladas de gravedad física. No es así como se revierte la
gravedad. Existe una manera mucho más fácil y efectiva.
Los cuarenta y dos mil millones de células eléctricas de tu cerebro
tienen un poder infinitamente más fuerte que la gravedad, si están bajo el
mando y la guía de tu mente. Acabas de demostrarlo mirándote en el espejo,
si hiciste lo que te sugerí. ¿Lo hiciste? Si no, por favor, hazlo ahora. ¿Has
vuelto ya? Entonces piensa en esto: la Gravedad Mental (concedámosle
mayúsculas, puesto que las merece) la Gravedad Mental, en ambas
direcciones, es lo que estás usando para manifestar esos resultados

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1
instantáneos en el espejo.
¿Podría hacer eso, instantáneamente, la mera gravedad física? No,
por supuesto. Como ves, la gravedad física es poca cosa, comparada con el
poder de la Gravedad Mental. No se trata meramente de una afirmación
esotérica y mística. Es la absoluta y mensurable verdad. Otra verdad que ni
siquiera los profesores de física pueden negar es que la gravedad física no se
puede revertir a sí misma, por muchas toneladas de presión que contenga.
Bastaría esto para exponer su debilidad. Pero la Gravedad Mental sí puede
hacerlo, como ya veremos.
El modo de revertir la gravedad física, ese enemigo silente y furtivo
que provoca el envejecimiento, es guiar y dominar, con seriedad y a
conciencia, esos cuarenta y dos mil millones de células eléctricas que tienes
en el cerebro, con el poder infinitamente mayor de tu Mente. Gravedad
Mental. Hasta ahora ha estado trabajando en mala asociación con la gravedad
física, gracias a la programación de envejecimiento que se inició cuando eras
niño. Rompe esa relación. Cuando lo hagas, con toda seguridad llegará el
momento en que puedas usar la Gravedad Mental para revetir la gravedad
física, sin necesidad de erguirte sobre la cabeza... por la simple razón de que
la primera es más fuerte y poderosa que la segunda, si se lo permites y no la
contienes. No se puede hacer de la noche a la mañana. Es preciso arrancar
toda esa mala programación de raíz, para que la computadora de tu cerebro
se reprograme. Hace falta mucha práctica, como en todo. También hace falta
mucha práctica para llegar a ser mentiroso, adicto a las drogas o al alcohol,
para olvidarse de todo, para llenarse de sospechas y de miedos. Todo requiere
práctica, desde el prejuicio racial y el machismo a la desconfianza entre
naciones.
La atracción de la gravedad, como cualquier otra cosa, está polarizada.
Funciona hacia arriba y hacia abajo, verticalmente. Has oído decir que "lo que
sube debe bajar". ¿Sabes lo que significa esa repetida frase? Está prestando
homenaje al poder de la gravedad física. Pero, ¿alguna vez oíste decir: "Lo que
baja puede subir"? No, nunca. Porque ese dicho se aplica al bien guardado
secreto de que la Gravedad Mental puede dominar la gravedad física.
¿Qué es el fenómeno de levitación, sino la inversión de la gravedad? ¿Y
quiénes levitan? Los santos, las personas espiritualmente esclarecidas.
Francisco de Asís, entre muchos otros santos, fue visto con frecuencia
levitando a un par de metros del suelo mientras oraba, según testigos de
impecable credibilidad e integridad. Un par de yoguis de la India recorrieron
América, en 1986 (y quizás estén aún aquí) haciendo demostraciones de
levitación ante multitudes. Una de las revistas más populares de Estados
Unidos publicó un artículo sobre ellos, incluyendo fotografías donde se los ve
en la posición del loto, con los brazos cruzados, a un par de metros de altura.
El artículo informaba que podían permanecer suspendidos por treinta
segundos, hasta sesenta, y que estaban practicando para poder mantenerse
así por una hora o más.

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En directa polaridad están los poseídos de Satanás (fuerzas oscuras de
lo negativo), que también levitan, como en El exorcista de William Peter
Blatty, basado en muchos incidentes reales de personas poseídas que
levitaron ante la presencia de respetables sacerdotes de la Iglesia Romana y
doctores en medicina. Sí, fueron observados levitando. Invirtiendo la
gravedad. Recuerda que toda magia opera en ambos sentidos. El gran poder
de la Mente puede ser utilizado como maldición o como bendición, así como
el fuego puede ser un amigo fiel o un amo cruel.
En la actualidad, se requieren unos cien años de Tiempo Terráqueo
ilusorio para que la gravedad física haga caer los rasgos y los órganos del
cuerpo, objetivizando la "vejez". Tardaría aún más si no recibiera la ayuda de
la Gravedad Mental, que puede operar en ambas direcciones. La Gravedad
Mental es capaz, no sólo de apresurar la dirección descendente de la gravedad
física, sino también de revertir esa dirección, tornándola ascendente, ya sea
de inmediato o bien poco a poco, según la celeridad elegida por tu Mente:
otra prueba de su superioridad sobre la gravedad física que "impide a la gente
caer de la parte inferior de la naranja" y, simultáneamente, causa el
envejecimiento. Sabemos de seguro, por las evidencias científicas que existen,
que la Gravedad Mental puede provocar la levi- tación física del cuerpo.
Poseer el sobrecogedor poder de revertir la gravedad y no utilizarlo es como
poseer un automóvil y mantenerlo en la cochera... o como ser dueño de una
varita mágica y tenerla guardada en un baúl en el desván: un desperdicio.
El motivo por el que la gravedad física ha podido hacer esto por tantos
miles de años es que, como ya he señalado, la Gravedad Mental ha sido su
bien dispuesta compañera de trabajo. Una vez más: ¡Rompe esa relación! No
necesitas ponerte de cabeza, como los yoguis. Bastará con que uses esa misma
cabeza para algo más que las migrañas y los peinados.
En algún momento, durante las décadas de 1960 y 1970, la ciencia
médica descubrió un fenómeno extraño y fascinante, pero muy triste, en
opinión de ellos. Se trata de una enfermedad llamada progeria:
envejecimiento prematuro. En un extraño anuncio de la Era Acuariana,
aparecieron aquí y allá, como raras flores uranianas provenientes de otra
galaxia, niños de seis a doce años que envejecían con pasmosa celeridad, ante
los ojos de sus espantados médicos. Era como observar el crecimiento de una
planta con fotografía acelerada: un proceso que requiere semanas o meses se
produce ante tu vista en cuestión de segundos.
Estos niños, en el curso de unos pocos años precipitados, envejecían
desde sus seis o doce años hasta los ochenta, los cien. Sufrían todas las
enfermedades geriátricas de la senilidad, desde la artritis y el reumatismo
hasta la calcificación de los huesos, la pérdida del pelo, los dientes, la vista y
el oído. Parecían pequeños an- cianitos septuagenarios, octogenarios... o más.
Algunos aparentaban más de cien años: sin dientes, horriblemente arrugados,
casi sordos y ciegos... Patéticas criaturas.
¿Patéticas? No estemos tan seguros. Una de las cosas más extrañas de

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esta maravilla médica de la Era Acuariana es el carácter de estos niños. Los
médicos y las enfermeras que los atienden no saben cómo describir la falta de
respuesta negativa a este prematuro envejecimiento que sufren. Están
siempre animosos, nunca se quejan, son de una inteligencia muy vivaz y
sonríen mucho. Los médicos no logran entenderlo. Se comportan casi como...
bueno, casi como... santos en miniatura.
Es comprensible, por cierto. Porque... estos niños son Espí-ri- tus
iluminados, que han querido manifestar esos cuerpos en especial para
demostrar la Gran Verdad de la dorada Era de Acuario a la profesión
médica... y a todos los seres humanos. Tienen una misión... pero hasta ahora
van fracasando y no les vendría mal tu ayuda.
Han venido para enseñar una lección gloriosa: el primer paso mágico
hacia el milagro de la inmortalidad física. Materializan en sus cuerpos de
carne la poderosa Ley de la Polaridad, esa ley que científicos y físicos
terráqueos conocen bien y respetan religiosamente, pero que con frecuencia
no llegan a reconocer.
Estos dulces niños están aquí para traer un mensaje pascual a
cristianos, budistas, judíos y cualquier otra religión de la Tierra. Sus cuerpos
torturados y enfermos dicen en silencio, con elocuencia: "¡Mira! ¡Mira, por
favor! ¿No ves? Somos prueba viviente y visible, innegable evidencia de la
polaridad de la gravedad física. ¡Mira! ¿Ves? Piensa. Oye con tu oído interior.
Mira con tu Tercer Ojo y no sólo con tu oído y tu vista físicos."
Dicen, con tanto amor y sacrificio: "¿Me ves? Si yo tengo nueve años
según tu ilusoria cronología terráquea, pero proyecto una imagen de noventa
y me siento como si los tuviera, por tu propia ley de polaridad de la física es
igualmente posible que quien tenga noventa años, según tu falso calendario,
proyecte una imagen de nueve y se sienta como si los tuviera. Si nueve
pueden ser noventa, noventa pueden ser nueve. Si siete pueden ser sesenta,
sesenta pueden ser diecisiete, en la dimensión superior de la matemática.
¿Nos ves? Somos prueba viviente y tangible de esto. ¿Qué otra prueba
necesitas, aparte de esto que ves con tus propios ojos? Tal vez si abrieras tu
Tercer Ojo..."
Pero, ¿escucha y mira acaso la ciencia médica? No. Se concentran en
buscar el tratamiento para esta nueva "enfermedad" de la Era Acuariana, en
analizar qué falla en el funcionamiento de esos organismos, sin prestar
atención a la irrefutable verdad que así se está demostrando, sin lugar a error:
el hecho de que la gravedad física es reversible y contiene polaridad, como
todo en este mundo, frío y calor, luz y oscuridad, arriba y abajo, atrás y
adelante, y así hasta el infinito.
Todos vosotros, mirad y escuchad.
Tengo una sugerencia para los clérigos y los líderes religiosos de todo
el mundo, "por el amor de Dios", "el amor de Moisés", "el amor de Buda",
Mahoma, Krishna y todo el resto. Tomad a todas esas multitudes asombradas
y confiadas de vuestros templos, estudios de televisión, iglesias y sinagogas, y

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conducidlas al nuevo Lourdes. Indicadles que se arrodillen ante el altar de
Pascua de esos niños de la Nueva Era, para agradecerles y bendecirlos por el
brillante mensaje de verdad, simplicidad, inocencia, amor y eternidad, por el
mensaje de Pax et Bonum que tratan de comunicar a todos los terráqueos por
medio de sus pacientes y animosos sufrimientos. Enfermeras y médicos: daos
cuenta de que quizás estáis "recibiendo a los ángeles sin saberlo".
¿Has notado qué fijación paranoica, casi patológica y fanática tienen
ciertas revistas con respecto a la "edad" cronológica ilusoria?
Los editores, correctores y redactores de estas revistas parecen
incapaces de presentar un artículo, cualquiera sea, sin llenarlo de cifras. Es la
fijación de una persona hipnotizada a la que se le ha dicho que sostenga su
brazo en el aire, pues está hecho de cemento y no puede bajarlo sin el
"permiso" del hipnotizador.
¿Es ése el tipo de información que te interesa como lector? Espero que
no, por cierto. De lo contrario, estás en dificultades. ¿A quién le importa, por
Dios?
El idioma es un reflejo fiel de la programación cerebral. Piénsalo.
Cuando un niño exhibe una conducta o un pensamiento habitualmente
atribuido a la madurez, todos le dan palmaditas de aprobación en la cabeza;
se considera muy conveniente que un niño se comporte como un adulto. Muy
bien; mamá y papá están orgullosos de ti.
Pero cuando un adulto se comporta como un niño, todo el mundo
frunce el ceño y le dice: "Actúa como corresponde a tu edad." Piensa en el
verbo que se usa: "actuar". Es muy revelador. Dice a las claras que esa
persona debería convertirse en actor o en actriz y actuar (una profesión de
mentirijillas, ¿verdad?), proyectando la imagen que el director (la sociedad)
tiene de cierta cifra. Pero tú eres el productor del drama de tu vida y puedes
despedir al director cuando se te antoje, sin pagarle indemnización.
¡Despídelo!
¿Por qué debe actuar una persona para proyectar la imagen que la
sociedad le ordene? Eso prueba que la mente inconsciente de quienes así se
expresan saben que es preciso fingir para cumplir con esa orden. ¿Y si uno no
tiene talento para las tablas? ¿Cómo hace entonces para actuar según su
edad? No es algo por lo que se entreguen Oscar, ¿verdad? Aun cuando así
fuera, ¿valdría la pena? Si alguna vez se publica un libro con ilustraciones,
explicando cómo actuar como corresponde a determinada edad, se lo
debería publicar en Hollywood.
Hablemos en serio. ¿Qué significa toda esa conducta cronológica
rayana en lo patológico? Significa que, según los editores de estas revistas,
todos tienen una imagen nítida, clara y exacta de cada número del sistema
arábigo. ¿Me atreveré a decir que eso es un mito? Sí, me atrevo; por dar sólo
uno entre cientos de ejemplos, el mes pasado almorcé con dos comerciantes
nada esclarecidos, del tipo de los que siempre siguen a la manada. Uno de
ellos me preguntó la edad de mi abogado. Como la pregunta me tomó por

44
5
sorpresa, respondí: "Treinta y cuatro, según creo", violando mi costumbre de
no hablar de números ilusorios.
- ¿Treinta y cuatro? - exclamó uno de mis interlocutores, casi en
estado de shock-. Habría jurado que tenía treinta y siete, cuanto menos, si no
treinta y ocho.
Esto fue demasiado para mí. Pedí al camarero una hoja de papel y un
lápiz; luego ofrecí ambas cosas a mis dos compañeros de almuerzo, pidiendo:
-¿Tendríais la amabilidad de dibujarme tres caras, por favor? Una, de
treinta y cuatro años; otra, de treinta y siete, y la tercera de treinta y ocho.
Tengo sumo interés por aprender vuestro sistema.
Por algunos segundos garabatearon en el papel, por turnos. Luego me
miraron. Uno de ellos dijo:
- ¿Qué sistema?
-El sistema para diferenciar entre treinta y cuatro, treinta y siete y
treinta y ocho años de edad -respondí-. En serio, ¿se trata de alguna arruga
especial, un lunar, algo que uno pueda detectar si mira con atención? Sería
una gran ayuda para los investigadores privados, por ejemplo, cuando no
tienen huellas digitales ni nada de eso, pero sí la fecha de nacimiento; así
podrían decidir si el sujeto del Volvo rojo es el criminal que están buscando o
sólo un ciudadano inocente.
No sabían si yo hablaba en serio o en broma, pero no estaba
bromeando. Quería saber, de veras. Las personas no tienen anillos que se
puedan contar, como los árboles, ¿o sí? En todo caso, debo de haberme
dormido en la clase de biología de la secundaria. He hecho este tipo de
preguntas a más de cien personas y ni una sola de ellas ha podido responder...
o dibujar las imágenes correspondientes.
Es obvio que cualquiera puede acertar si se trata de elegir entre un
muchachito de doce años y una persona de ochenta... o entre veinte y setenta
(suponiendo que ninguno de ellos sea un mortal esclarecido, camino de ser
inmortal, que haya dominado los primeros cursos de regeneración celular).
Pero... las "ovejas" de hoy creen poder establecer la diferencia entre veintitrés
y veintiséis, cuarenta y cuarenta y tres, sesenta y sesenta y siete. Lo creen de
verdad. Es para confundir a cualquiera. Lo divertido es que cada uno de los
que adivinan tienen la imagen completamente distinta de las edades en
cuestión... y de cualquier modo no pueden dibujarlas ni describirlas. Al
parecer, las imágenes fueron programadas en su computadora cerebral sin
codificador.
Este capítulo trata de la aniquilación de la ilusión de la muerte por
medio del esclarecimiento de la inmortalidad física, mediante la regeneración
celular.
¿Qué es, exactamente, la regeneración celular? Eso, justamente: la
regeneración de las células que componen la batería recargable de tu cuerpo
físico, que ha sido llamado "templo del alma", pero que es también el templo
material físico de otras partes vitales, igualmente invisibles, del tú-de-ti. Será

44
6
más fácil imaginarlo si comprendes que el proceso se relaciona con el
misterio de la espiral.
La espiral constituye el principio básico de las leyes naturales y se la
observa dondequiera que mires. La espiral de las conchillas. Los zarcillos
espiralados de la hiedra y otras plantas trepadoras. Las flores se forman en
espiral y las hojas se enrollan en espiral antes de desplegarse
milagrosamente. Plantas, hierbas y flores crecen en espiral, abriéndose paso
como taladros en la dura superficie del suelo, cuando la primavera las
convoca. Existe un movimiento en espiral en las fuerzas Yin y Yang de los
Hexagramas del I-Ching.
Linus Pauling, ganador del premio Nobel, que descubrió la magia de la
vitamina C, también descubrió lo que los científicos han llamado moléculas
polarizadas. Pauling observó que los haces que forman la estructura de la
molécula tienen un diseño en espiral, con los puntos de unión eslabonados en
forma de hélice, conformando una especie de resorte flojo o una escalera de
caracol que tuviera cada peldaño hecho de madera diferente. Estas unidades
moleculares de materia son simétricas, como un par de guantes o sandalias:
cada una, la imagen invertida de la otra. Todas las espirales de materia viva
giran en la misma dirección... aunque todo podría funcionar igualmente bien
girando en la dirección opuesta. Esto es importante para la regeneración
celular, como pronto veremos.
"Estamos hechos de tirabuzones hacia la derecha", afirmó otro premio
Nobel, sir Laurence Bragg.
Misteriosamente, la espiral parece poseer alguna sutil cualidad propia.
Si enroscas un alambre de cobre formando una espiral, adquirirá
mágicamente propiedades que antes no poseía. La espiral, utilizada de modo
mecánico, hace posible atravesar la madera y el hierro.
En la ciencia de la electrónica, John Nelson, de los laboratorios de la
RCA, me contó que la espiral se usa para convertir las ondas de radio en
impulsos eléctricos.
Tu médico puede decirte que la espiral es identificable en muchos
órganos del cuerpo humano; además, muchas de las funciones del cuerpo
operan por medio de movimientos en espiral. Llama la atención que todas las
"criaturas" de la tierra, desde la diminuta ameba hasta el ser humano, cuando
se mueven sin medios de estímulo tienen la tendencia a hacerlo en espiral.
Los cuernos del carnero, todos los cuernos, tienen esa forma. También el
húmero, la pelvis y las glándulas sudoríparas. La espiral aparece en la
división celular... y hasta en la astrología matemática se presenta una espiral
logarítmica. Naturalmente, también los astrónomos y los matemáticos usan
logaritmos, pero no son tan sensibles para con su significado como los
astrólogos esotéricos con inclinaciones místicas y respeto por la intuición.
Lachovsky, en su libro Los Secretos de la Vida, traza una analogía
entre la formación espiralada que se halla en todas las células vivientes y la
espiral de la corriente eléctrica. Nicolás Tesla sabía esto, naturalmente, ya en
su infancia. Lachovsky sugirió también que, tal como un circuito eléctrico

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7
oscilante, las radiaciones son emitidas mediante el funcionamiento de una
espiral de alambre, que aumenta su capacidad... "en la célula viviente, las
radiaciones se emiten de modo parecido".
Ahora volvamos atrás, en un viaje en espiral, a cierta importante
afirmación registrada en párrafos anteriores. Todas las espirales de materia
viviente giran en la misma dirección... aunque todo podría funcionar
igualmente bien girando en la dirección opuesta.
Recuerdo claramente a John Nelson, en la cafetería de NBC,

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8
cuando me expresó que: "Como la espiral se usa para convertir las ondas de
radio en impulsos eléctricos, es evidente que existe la capacidad de pasar de
un nivel a otro... o de una vibración a otra."
He aquí un dibujo bastante torpe para ayudarte a comprender el
misterio de la espiral y cómo se relaciona con la regeneración celular.

¿Ves esa pequeña estrella? Marca el principio de tu vida carnal; por lo


tanto, el comienzo de la vida de cada célula de tu cuerpo, según marcha en
espiral, hacia la derecha, hacia la expectativa de envejecimiento y muerte
programada en el cerebro, causada en sentido material por la gravedad física,
con ayuda de la Gravedad Mental.
¿Ves ahora el punto negro? Marca ahí dónde están tus células en su
viaje espiralado en este momento, mientras lees estas palabras. No importa
que tengas diecinueve años, noventa o más. (Cuanto más alta sea tu cifra
cronológica ilusoria, más espirales habrá, por supuesto.)
Mira ese punto negro; imagina que estás mirando el punto negro de
todas las células de tu cuerpo. Ahora, intensa, vividamente, utiliza tu
Gravedad Mental para imaginar que la espiral gira en la dirección Opuesta.
Dibújalo hacia atrás, no hasta la estrella inicial (después de todo, no querrás
volver a la cuna o a la sala de partos), sino hasta cualquier punto que
represente la imagen que tengas de cualquier edad cronológica ilusoria que
desees, y aplica tu voluntad en detenerla allí..', hasta que quieras dar a cada
célula una nueva orden. Pero no basta con que lo pienses. Debes hacerlo.
Repite estas tres citas en voz alta, hasta que las hayas memo- rizado:
Todas las espirales de materia viviente giran en la misma dirección...
aunque todo funcionaría igualmente bien girando en la dirección opuesta.
LINUS PAULING
Estamos construidos de tirabuzones que giran hacia la derecha.
SIR LAURENCE BRAGG
Como la espiral se usa para convertir las ondas de radio en impulsos
eléctricos, es evidente que existe la capacidad de pasar de un nivel a otro... o
de una vibración a otra.
JOHN NELSON

Sigue imaginando, sigue repitiendo estas frases en voz alta, y por fin tu
cerebro soñoliento, drogado, programado con falsedades, la registrará y se

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reprogramará solo. De verdad.
Pese a todas las cegueras que hemos analizado en capítulos previos, la
ciencia médica aún se las compone para hacer descubrimientos maravillosos
de vez en cuando. Uno de ellos es el de que todas las células del cuerpo
humano se renuevan en un período de siete años. Exceptuando las células del
cerebro humano, excepción importantísima a recordar. (El alcohol quema las
células del cerebro: aun cuando tienes más de cuarenta y dos mil millones,
dominar la magia requiere tantas como sea posible, y sanas.)
Mientras tanto, piensa en este ciclo de siete años. No hay una célula en
tu cuerpo (salvo en el cerebro) ni un cabello en tu cabeza, ni una uña que sean
los mismos que tenías hace siete años. Por lo tanto, en un sentido celular, eres
una persona nueva cada siete años, comenzando a partir de tu nacimiento. Si
un órgano tiene un defecto, ese defecto permanecerá (hasta que te cures
personalmente), pero las células que componen el órgano serán nuevas. « '
Más aún, muchos humanos descubiertos en Rusia y en otros países
tienen raíces para echar una tercera y hasta una cuarta dentición (tú ya has
tenido dos: los dientes "de leche" y la segunda dentición). Por desgracia, esas
raíces adicionales no se convierten en dientes porque el impulso de morir
sofoca las baterías del cuerpo y lo mata antes de que hayan podido
manifestarse. Nuevos desperdicios. Obviamente, tu cuerpo puede producir
raíces para tantas dentaduras como te hagan falta, a perpetuidad; eso te
ahorrará mucho dinero en odontólogos cuando llegues a ser inmortal.
¿Por qué hace tu cuerpo todo esto? Es el impulso vital, una vez más,
que trata desesperadamente de mantenerte con vida, de darte nuevas
oportunidades cada siete años para que inicies tu inmortalidad. El impulso
vital es tan fuerte, tan insistente en hombre y mujer, que debería ganar
fácilmente la batalla, de no ser por la gravedad física, cada vez mayor, y la
gravedad mental, combinadas para derrotar sus repetidos intentos de hacerte
inmortal.
¿Cuál es la diferencia entre las "células viejas", que han llevado su
espiral dextrógira hasta el fin, y las células nuevas, con respecto al proceso de
reversión celular que acabamos de analizar? No es
mucha. A medida que reviertes gradualmente la espiral de cada célula en tu
cuerpo, deteniéndolas en el punto que hayas elegido (imagen de "edad"
cronológica) entre el punto negro y la pequeña estrella del dibujo anterior, no
hará falta remplazar ninguna célula, pues todas estarán regeneradas. El
único motivo de ese remplazo es que la doble gravedad agota las células. Con
el correr del tiempo no precisarás remplazarías, pues mantendrás las que
tienes en perfectas condiciones.
¿Mueve esto tu mente en la espiral de una revelación? Así debería ser,
pues significa que todas las células se mueven así por la ilusión del Tiempo.
Tus células no lo hacían cuando tu cuerpo estaba en la Tierra de dos soles,
que no giraba (y, por lo tanto, no tenía gravedad). Tampoco las plantas ni las
flores; simplemente, existían. Si ahora atraviesan el suelo en espiral es por su

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0
propio impulso vital, que imita el de tu cuerpo. Cuando hayas reconocido que
el tiempo es un impostor, las células de tu cuerpo no se moverán en espiral y
no tendrán que ser remplazadas... aunque seguirán teniendo una forma
espiralada, como símbolo de la "serpiente de la eternidad".
Hasta que se complete el ciclo de regeneración celular, mientras aún
esté en marcha, cuando pienses en una célula nueva imagínala deteniendo su
espiral dextrógira en el mismo punto del dibujo en que has imaginado
detenidas a las células viejas, que giraban en dirección contraria. No necesitas
llevar la cuenta de las células viejas y de las nuevas. Basta con que impartas la
doble orden, aplicándola a todo tipo de células, y tu cuerpo se encargará de
los detalles. Ordena a tu poderosa Mente que programe tu cerebro-
computadora con este mandamiento y confía en la sabiduría de tu cuerpo,
que las cumplirá.
Ahora bien: ¿no es una suerte que no necesites remplazar cada siete
años las células de tu cerebro y que éstas no mueran (a menos que las mates)?
Ahora comprendes por qué tienes tantas y por qué aún no has comenzado a
usar el noventa por ciento de ellas. Te harán falta cuando la regeneración
celular se convierta en norma, hasta que se alcance la inmortalidad. Hay un
buen motivo para estos chips adicionales, que espejan ser activados para la
gran tarea de la vida eterna.
He aquí los diez primeros pasos para iniciar el camino de la
inmortalidad física. Cuando los hayas dominado, comenzará tu regeneración
celular y podrás recorrer solo el resto del camino, guiado por tu propio Yo
Superior.
1. Acepta la verdad. No te limites a esperar que sea cierto. No pongas tu fe
en que tal vez sea cierto. DEBES SABERLO. Tu capacidad de alcanzar la
inmortalidad física es real. Ya la posees. Este es el más difícil de todos
los pasos a dominar, pero también más necesario. Sin él, los otros no
significan nada y de nada servirán.
2. Imagina que las espirales de tus células giran en dirección opuesta y
repite en voz alta: "Soy inmortal; ahora dispongo que mi cuerpo lo
demuestre." Dilo cada mañana y cada noche de tu vida eterna. Ayuda a
la regeneración tomando 1.000 miligramos de ácido
paraaminobenzoico, 5.000 miligramos de vitamina C y 2.000
miligramos de alfa-tocoferol Vitamina E todos los días. Aplícate
humectantes en todo el cuerpo, no sólo en la cara. Toma mucho aire
fresco, sobre todo mientras duermes. En vez de viajar en auto, autobús o
taxi, camina todo lo posible. Bebe cuanto menos dos vasos llenos de jugo
de uvas sin endulzar, todos los días de tu vida inmortal. Comer uvas es
bueno, pero aun así necesitas el jugo. Verás la diferencia en el cutis de tu
cara en el curso de una semana o menos. Puedes tomar hasta cuatro
vasos por día. El paso 2 contiene toda la cosmetología que necesitas. Las
vitaminas B12 y el complejo B no son prioritarias, pero también ayudan.
3. No te avergüences de tu nuevo esclarecimiento. Habla dé él con cuantas

451

I
personas encuentres: amigos, parientes y compañeros de trabajo. No te
importe que se burlen. De cada diez personas que se burlen, una o dos te
creerán. Entonces, cuando tengas quinientos o seiscientos años de
vigorosa juventud, tendrás unos cuantos amigos que seguirán contigo.
4. Si eres mujer, cuando quedes embarazada por primera vez (o en tu
próximo embarazo) trata de dar a luz bajo el agua, para evitar el trauma
natal que provoca un patrón constante de respiración incorrecta. Hay
muchas personas que hacen esto, aunque no lo sospeches. Búscalas. Si
eres hombre, apoya a tu esposa en su sabiduría maternal.
5. Deja de beber. Un poquito de vino muy de vez en cuando: no más. Nada
de drogas, naturalmente. Y deja de fumar en cuanto te sientas capaz de
hacerlo sin traumas emocionales graves. Sustituye el hábito con otra
cosa, como la unión sexual con la persona a quien amas de verdad...
aspirar el perfume de las flores... pasear... escuchar una sinfonía... hacer
pequeños milagros para quien necesite un poco de magia... nadar, can-
tar, darte una ducha o salir a correr con tu perro.

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2
6. Nada de promiscuidad sexual. Eso es un corto circuito en tu alma. Nada
de uniones sexuales antinaturales... y no finjas que no comprendes por
qué. Cualquier conducta que se oponga a las leyes de la naturaleza es
enemiga del proceso natural de la inmortalidad física. Nada de
pornografía, que bloquea con sus imágenes el descubrimiento de tu Yo
Gemelo, mediante la ley de atracción magnética. Y no podrás llegar a ser
plenamente inmortal mientras no hayas logrado la unión con la mitad
perdida de tu espíritu. La simple decisión de lograr la inmortalidad
garantiza que la encontrarás en algún momento, a lo largo del camino. Y
después de todo, ¿no es eso lo que has estado buscando secretamente
durante toda tu vida? Reconócelo, por muchas relaciones sexuales que
hayas entablado y mantengas ahora, en el fondo estás vacío y solo; lo
estarás siempre, mientras no se manifieste el milagro. Si en el pasado
has practicado una conducta sexual negativa, perdónate por completo y
olvida el asunto. El verdadero confesionario está en tu interior.
7. Del mismo modo debes perdonar a tus enemigos. "Haz el bien a quien te
perjudica y habla mal de ti." Ser bueno con quienes te tratan bien no
hará que tus células giren en dirección contraria; lo útil es ser bueno con
quienes te perjudican. Reparte la mitad de tu dinero entre amigos y
desconocidos por igual. Lee los capítulos "Déjá vu" y "Trabajos de amor
y la mística del dinero", hasta que sepas de memoria lo que dicen... y
practica lo que dicen. El consejo que en ellos doy no proviene de mí,
sino de quienes están a años luz de mí en cuanto a iluminación. Deja de
aferrarte a las pertenencias materiales. Sé generoso con ellas, con tu
tiempo y tu dinero.
8. Rechaza, firme y definitivamente, cualquier miedo con respecto a tu
vida: miedo de volar, miedo a los accidentes, miedo a la pobreza, miedo
a la soledad... todos. Incluyendo el miedo * por los amigos y los seres
amados que estén enfermos. Deja de temer que mueran.
9. Hazte vegetariano de la manera que se describe en "Una manzana al
día". No mates a ninguna criatura viviente, por motivo alguno. Los
cazadores y los pescadores no pueden alcanzar la vida eterna ni son
candidatos a la inmortalidad. Lo siento de verdad, porque entre las
personas más queridas e iluminadas de cuaptas conozco hay algunos
pescadores, con ese único rasgo negativo en contra. Repito: no mates
por motivo alguno. Si es preciso, aprende karate y otras artes orientales
para la

.45
3
defensa, pero no mates. No debes quitar a persona o animal alguno su
elección de vivir o morir.
No matar es algo tan básico que ni siquiera debería ser necesario
mencionarlo. Si en el pasado has provocado una muerte "en cumplimiento
del deber", con la idea equivocada del "patriotismo", perdónate y purifícate.
Nunca hay verdaderos motivos para matar a nadie. Siempre hay un modo de
resolver una situación existencial "peligrosa", que ponga en peligro tu vida o
la de otro, sin matar al agresor. Siempre hay un medio de evitar la muerte de
uno sin matar a otro. Herir a alguien en un brazo, una mano o una pierna no
es deseable, pero es mejor que matar.
Ayuna una vez por semana, todas las semanas del año, bebiendo sólo jugo de
frutas; si puedes, remplaza el jugo de frutas por agua fresca de vertiente.
Debes ir aumentando el tiempo hasta ayunar una semana al mes. Eso
10. purifica la mente y el cuerpo. Jesús ayunaba y ya ves cuántos milagros
pudo hacer. También Francisco de Asís, que podía conversar con los
pájaros, los lobos y otros animales en su propio idioma.
El número 11 es número maestro en la numerología, como hemos visto
en el capítulo 5. Por lo tanto, resulta apropiado que el undécimo paso
en el camino de la inmortalidad (o a ser maestro) caiga bajo esta cifra,
no por designio mío, sino por la armonía y la sincronización del
11. universo. No importa que tengas catorce años o cuarenta, según el
tiempo ilusorio. Memo- rízalo, aunque seas adolescente, porque es
muy importante para quien desee seriamente alcanzar la regeneración celular
y evitar el envejecimiento o revertirlo, para derrotar a la muerte.

A estas horas habrás comprendido que el paso principal para alcanzar la


inmortalidad es saber que, en realidad, no hay tiempo. ¿Comprendes que es
tu falsa creencia en el poder del tiempo lo que bloquea tu regeneración
celular? ¿Sabes que el tiempo es tu enemigo, que si le brindas la menor
aceptación en tu mente no podrás ser inmortal y tus células no se
regenerarán? Bien. Ahora hablemos de la jubilación, en la que el tiempo
vuelve para ser tu amo. La jubilación es la más poderosa de todas las
influencias que provocan un envejecimiento innecesario, e incluso la muerte.
La jubilación es un error enorme. Si quieres descansar o viajar, tómate
un año o dos, pero no más cada vez. La jubilación permanente es un asesino
insospechado. Te destruirá con tanta seguridad como el disparo de un fusil,
aunque tardes un poquito más en morir. Destruye por completo tus impulsos
vitales.
La jubilación se compone de dos ingredientes puros: pura holgazanería
y puro miedo. Es un falso sueño de días perezosos, sin nada que hacer aparte

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4
de dormir y jugar, y un falso miedo de ser "demasiado viejo" para hacer nada
valioso, de que sólo te queden unos pocos años. Entonces quieres
desesperadamente disfrutarlos sin tener nada que hacer, para aprovecharlos
a fondo.
El jubilado no aprovecha nada a fondo, por el contrario. Lo que
mantiene en circulación los jugos de la vida, lo que insta a la mente a recargar
el cuerpo, es la carrera, la profesión, el empleo. Ser necesario en algo para
alguien. Dar al mundo lo que sólo uno puede brindarle. Y el mundo aún te
necesita... ahora más que nunca.
Si aún no te has jubilado, no lo hagas. Tómate un par de años de
licencia, aprovéchalos para jugar y viajar, y luego vuelve a tu trabajo; con
cada año de tu vida aumenta tu capacidad de desempeñarlo. Si te
desempeñas en una profesión independiente, a ti te corresponde elegir, y
puedes estar agradecido. Si tu empleador insiste en que debes jubilarte, hazlo,
si es preciso, pero busca otro trabajo. ¿Dices que "a tu edad" es casi
imposible? No será tan fácil como cuando tenía una edad cronológica ilusoria
de veinte años, pero si lo intentas te llevarás una sorpresa.
Si lo intentas con sinceridad y empeño y no logras hallar un empleo
ortodoxo, puedes crearte otra profesión. Hay tantos miles de ideas al
respecto que no pienso hacer una lista. Usa tu propia imaginación, que para
eso la tienes.
Sirve de asesor a alguien. Tu sabiduría es útil. Dentro de algunos años
podrás volver al mercado de trabajo, porque la inmortalidad habrá empezado
a penetrar en más conciencias. Ya verás.
Para conseguir un buen trabajo no necesitas presentar el certificado de
nacimiento. Para iniciar una carrera nueva, menos. Pero evita la jubilación
como al veneno, porque no es otra cosa.
Pasé años tratando de convencer a una persona jubilada a quien amo
entrañablemente de que su jubilación era un deseo subconsciente de morir.
No quiso escucharme. Le propuse varias responsabilidades que podía
afrontar como nadie, mejor que personas de mucha menos edad cronológica
ilusoria. Siempre me respondía: "Soy demasiado viejo. Eso ya no es para mí.
¿No te das cuenta de la edad que tengo?"
A las personas de cierta "edad" les encanta hacer esa pregunta.
Disfrutan con ella. Se jactan de sus años como si fueran una condecoración. Y
no lo es. Es una marca de desgracia, de rendición a las mentiras programadas
de la muerte. Sin embargo, contiene un dejo de melancolía, como si también
dijeran: "¿No es maravilloso llegar hasta aquí con vida?" Lo sería si uno
llegara hasta allí, y miles de años más allá.
La persona a la que acabo de referirme leerá este libro; ruego a Dios
que reciba el mensaje. Es un último recurso. Tanto él como una mujer que
también me es muy querida parecen tener treinta años menos de los que
orgullosamente declaran. He DISPUESTO que despierten, se miren en el
espejo y se pongan en marcha. Hay otra mujer, a la que también amo mucho,
que sóío necesita parte de este mensaje, pues en el fondo está convencida de

45
5
lo que este capítulo expresa, aunque teme que la tomen por loca si se atreve a
decirlo. Es pisciana. Este mensaje es para ella: "Anda, exprésalo, que ya es
hora. Nadie se reirá de ti. La misión de este libro es preparar a la gente para el
milagro que tú siempre has sospechado... y cumplirá su misión. Nada puede
impedir que la simiente brote, pues así lo han dispuesto nuestros Creadores.
Ya no tienes por qué temer. ¡Anda! Tengo un trabajo para ti, que deberás
comenzar dentro de pocos meses; prepárate para iniciarlo. Además, antes de
que pase un año tendrás que mudarte a otro estado, como esas otras dos per-
sonas. He aquí una predicción de bruja blanca para el futuro y tres promesas
para mañana."

Tales son los once pasos para alcanzar la inmortalidad física gradual
mediante la regeneración celular. El cuarto no es absolutamente necesario,
pero ayudará a la "carne de tu carne" a comenzar el camino de la
inmortalidad apenas nacida.
Si puedes cambiar, por ejemplo, tu creencia programada en la
pobreza, también puedes cambiar tu creencia en el envejecimiento y la
muerte. Si puedes dominar el efecto físico de la gravedad en un solo aspecto
de la vida, puedes hacerlo en todos los otros. Conozco a un hombre (ha
pedido que no publicara su nombre) cuyos huesos, en especial los de la
espalda, estaban calcificados; sus médicos dijeron que no volvería a caminar.
El se dedicó con firmeza a la inmortalidad y comenzó a practicar todos los
pasos de la regeneración celular. Le llevó cinco años y medio, pero sus huesos
comenzaron gradualmente a ablandarse, a descalcificarse. Quizá le lleve diez
años más volver al estado perfecto de su juventud, pero, ¿qué son diez años
para un inmortal? Ahora camina sin dolores.

Si tienes un impedimento físico, cualquier grado de recuperación será


la muestra que necesitas para dominar el envejecimiento y la muerte. El
desarrollo de una disciplina atlética suele ser de gran utilidad. Aprender a
ayudar y a curar a los otros será un gran impulso. Cada actitud, cada hábito
negativo que superes, por pequeño que sea, fortalecerá tu fe en tus personales
poderes espirituales, mentales y físicos, y te permitirá establecer una
comunicación efectiva con tu propio espíritu, que posee poder para todos los
propósitos.
Bob Wieland, veterano de la guerra de Vietnam, perdió ambas piernas
al pisar una mina. Tal como él dice: "Mis piernas tomaron un camino y mi
vida, otro." En 1982, Wheeler decidió "caminar" desde California a
Washington, trasladándose en una especie de patineta a lo largo de carreteras
y autopistas, con los muñones de las piernas protegidos por gruesos vendajes.
Le llevó tres años, ocho meses y seis días completar la "caminata" de casi
cuatro mil kilómetros, pero llegó a destino: el monumento conmemorativo de
la guerra de Vietnam, donde estaba el nombre de su compañero, un soldado
que murió a su lado al estallar el mortero. Bob Wieland es, obviamente
candidato a la inmortalidad física, aunque aún no lo sepa. También es

45
6
candidato al milagro de que vuelvan a brotarle las piernas, completamente
sanas.
Hay muchísimos indicios de que se ha iniciado la regeneración celular
en el cuerpo. La piel se vuelve más límpida; el aliento, dulce; los olores de la
eliminación comienzan a disminuir. La lengua se torna gradualmente rosada
y suave, sin bultos ni asperezas. Los ojos chisporrotean y la voz toma un tono
musical, sutil, pero detectable. Las emociones se vuelven más fáciles de
dominar. Comenzarás a recordar tus sueños (viajes astrales) con claridad. Te
hará falta menos sueño. Si tienes arrugas en la cara, poco a poco irán desa-
pareciendo.
Según los gurúes (y no tengo motivos para dudarlo) se produce en el
cuerpo una extraña reacción química cuando las células comienzan a invertir
sus espirales, entre cinco y siete años después de iniciado el proceso, a
intervalos regulares. Varía. Un olor, comparable al olor desagradable, pero no
demasiado, de las zapatillas de un deportista después de un ejercicio violento;
es algo agrio y muy fuerte, muy característico. También se lo ha comparado
con el olor a moho que despiden los acondicionadores de aire de ciertos
aviones al entrar en funcionamiento, después de haber estado apagados por
varias horas. Es inconfundible, y se dice que hay un modo seguro de
identificarlo: si te olfateas la piel en cualquier parte del cuerpo para localizar
de dónde surge, compruebas que ese extraño olor no proviene de allí. Y los
demás no pueden detectarlo; jurarán que no se huele nada, que estás
bromeando. Por fin comprenderás que proviene del interior de tu cuerpo; lo
captas con los nervios olfatorios, que transmiten el olor a las membranas
mucosas de la parte alta de la nariz. Por eso nadie puede percibirlo, aun desde
muy cerca. Tal vez algún biólogo, químico o médico de mente abierta a la
regeneración celular pueda definir su origen, pero no te preocupes
demasiado: es señal segura de que tus células están revirtiendo sus espirales.
Y eso también pasará.

Tengo un recuerdo. Un recuerdo muy profundo y recurrente de mi


niñez. Confío en que las personas de religión hebrea y de otros credos puedan
captarlo, aunque se basa en la celebración cristiana de Pascua. Cuando era
pequeña solía mirar a las "personas,de edad" y me preguntaba si algún día, al
crecer, yo también sería a$í ¿No te ocurría lo mismo? Ese día se me antojaba
muy lejano en un neblinoso futuro, pero aun así me afligía.
Al crecer un poquito más tomé una decisión privada, hice un pacto
secreto conmigo misma: que a mí jamás me ocurriría eso. Y allí acabó todo.

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Punto. ¿Tú también hiciste algún pacto similar?
Y... el domingo de Pascua. Me inspiraba emociones tan ambivalentes...
Por una parte me llenaba de globos henchidos de felicidad. Por la otra
(parezco una libriana preocupada) era desconcertante para mi cabecita de
doce años. En el platillo de la felicidad contaba el delicado aroma de los lirios
alrededor del altar... y el fuerte perfume de todas las flores de Pascua que la
gente se prendía a los vestidos o a las chaquetas. Los guantes blancos,
flamantes e impecables, las medias niveas y los zapatos de charol nuevos,
relucientes; el susurro del vestido de seda recién estrenado, generalmente
rosado, un año amarillo como los narcisos; el sombrero de paja con cintas de
terciopelo rosado. Y el canastillo pascual del conejito, lleno de golosinas y
huevos de colores, y quizás alguna sorpresa, quizá un brazalete para lucir en
la iglesia con mis ropas nuevas. La angelical música del coro... y los acordes
del órgano... mezclados con el embriagador y celestial aroma de la primavera,
las brisas cálidas y los brotes verdes en los árboles... los tulipanes que
bordeaban el camino de la iglesia.
Todo eso me daba la seguridad de poder volar con sólo hacer el
esfuerzo; mi corazón se henchía de un júbilo imposible de describir cuando el
coro y todos los presentes cantábamos esos mágicos poemas, intercalados con
Aleluyas... Cristo, el Señor se ha elevado hoy... hijos de hombres y ángeles
dicen... nacidos como él, como él nos elevamos... ¡Unete al triunfo de los
cielos! ¿Dónde, oh muerte, está ahora tu aguijón? ¡Aleluya, aleluya, aleluya!...
Sentía un goce sobrecogedor que me estremecía de pies a cabeza.
Pero, por otra parte, seguía preguntándome: Si Jesús fue el hijo de
Dios, ¿por qué no hay una hija de Dios? Y me preguntaba por qué todos
estaban tan felices por Pascua, si sólo significaba que sólo un hombre podía
experimentar esa magia, mientras que el resto de nosotros nunca podríamos
experimentarlo. Sobre todo yo.
Pero mi desconcierto se evaporaba en cuanto volvía a casa y -sepultaba
la nariz en los jacintos con que mi madre llenaba la casa todos los años. No
hay modo de expresarlo: hay que hundir las nariz profundamente en un
capullo de jacinto y aspirar. Quizá ya te hayas dado cuenta de que el perfume
de esa flor primaveral tiene algo que te eleva el corazón hasta que se une con
tu Espíritu. Te hace saber que la Pascua es verdad para todos, en tanto tu ser
entero se llena del misterio de ese saber. Ni siquiera la prueba lógica,
metafísica, intelectual y personalmente tangible de la regeneración celular
provoca tal certidumbre.
El "sentido del olfato" es, sin duda, el más potente de los cinco. Te
lleva con mucha celeridad al sexto, siquiera por un momento. La lluvia en la
hierba, las lilas cargadas de rocío, el olor de la primavera en el aire o el de la
tierra húmeda, el frío seco de la nieve... todo eso puede hacer que tu cuerpo
astral flote hasta una dimensión más alta por un fugaz momento. Por eso,
cuando tu nuevo compromiso con la inmortalidad física vacile, sal en busca
de un jacinto para oler o camina en la lluvia. ¡Vuelve a curvar tus espirales!

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Hay tres tipos de inmortales. Los que comenzaron a serlo hace cientos
o miles de años y lo comunican a unos pocos apóstoles elegidos de una
manera sutil. Los que lo son desde hace el mismo tiempo, pero prefieren
fingirse peregrinos, para empatizar con quienes recién se inician en la verdad.
Y quienes acaban de descubrir el secreto y se sienten encantados con la
evidencia que pueden compartir con otros. No siempre resulta fácil
distinguirlos.
Nadine Star, una "anciana" residente de Louisville, Kentucky, escribió
estas palabras: "Si tuviera que vivir de nuevo, me gustaría cometer más
errores." (Se refiere al tipo de conducta que la sociedad toma por errores. )
"La próxima vez me despreocuparía. Comenzaría a caminar descalza apenas
iniciada la primavera y seguiría descalza hasta entrado el otoño. Subiría con
más frecuencia a los tiovivos. Recogería más margaritas."
Por lo visto, Nadine es candidata a la regeneración celular, aunque
todavía no se ha dado cuenta. Quizá no tarde mucho. Entonces no necesitará
vivir de nuevo. Bastará con que siga viviendo, mejorando su existencia en
todos los aspectos que mencionó y sorprendiendo a todos al rejuvenecer
mágicamente, más y más, hasta que la gente diga: "¿Quién es esa muchacha
encantadora que corretea entre las margaritas? Parece Nadine Star, pero no
puede ser. Quizás sea la nieta. Se parece mucho a Nadine, ¿verdad?"
Quienes enseñan la inmortalidad no rechazan la reencarnación como
derecho divino de toda persona. Uno de ellos me dijo: "No comprendo por
qué se puede elegir otra cosa que no sea seguir vivo y ayudar a cambiar el
mundo, en vez de agotar tradicionalmente un cuerpo y descartarlo después.
Si de cualquier modo vamos a sobrevivir a la muerte de la carne, y seguiremos
reencarnando hasta llegar a la iluminación, ¿por qué no seguir con el mismo
cuerpo, conservando la misma apariencia o mejorándola?" Tuve que reco-
nocer que era lógico.
La muerte física siempre estará disponible, pero es y ha’sido siempre
cuestión de elección personal. Tu cuerpo es un sistema de energía, capaz de
infinito perfeccionamiento. Quizá te resulte difícil reconocer que eres fuente
de cualquier curación, pero creer cualquier otra cosa es acusar a los
Creadores de tu Espíritu de haber hecho un mal trabajo. Así como tu Espíritu
creó tu primer cuerpo físico encarnado a su imagen y semejanza, así también
tus Creadores manifestaron tu Espíritu a semejanza de ellos. Este capítulo no
trata de privarte de tu derecho a morir, sólo intenta hacer que te preguntes si
tiene sentido hacerlo... utilizando tu sexto sentido.
Míralo de este modo: tu cuerpo de carne no tiene el poder de
destruirse a sí mismo. Es sólo la Gravedad Mental, usada en su dirección
inversa, la que puede hacerlo... y tú controlas la Gravedad Mental con tu
mente. Tu Mente sobrevive a la muerte de tu cuerpo, lo creas ó no. Nadie ha
dejado de hacerlo sólo por no creer en la Ley Universal. Cuando lo piensas,
sabes que debes ser inmortal para poder matarte.
Cuando decidas permitir que tu cuerpo supere la muerte programada,

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verás más de un milagro. La teología de la muerte sólo dura mientras tú te
aterres a ella. En cuanto te desprendas de ella, te sorprenderá .ver que
desbordas amor, sabiduría, generosidad, perdón, confianza, júbilo, paz y
salud física. Podrás sentir estas cualidades que se expanden en ti, casi sin
esfuerzo.
Julián Davis, el ex minero de Cripple Creek a quien dediqué mi poema
sobre la ciudad al comienzo de este libro, tenía ya más de setenta años
cuando nos conocimos. Hasta entonces había sido cazador y nadie le igualaba
en el beber, noche tras noche, en los bares de la ciudad. Era un brillante
estudioso de milagros; sólo necesitaba que alguien le explicara. Después de
conversar conmigo por un tiempo, juró que nunca más volvería a cazar
venados ni a beber whisky... y cumplió. Inesperadamente descubrió que era
poeta y escribió un libro delicioso, que se publicó y se vendió en todo
Colorado. Estaba destinado a ser inmortal y lo habría logrado, si hubiera
descubierto la posibilidad algunos años antes. Cuando vuelva a tener un
cuerpo de carne lo conseguirá en un abrir y cerrar de ojos. Será inmortal aun
antes de llegar a la adolescencia. La regeneración celular y la reversión de la
gravedad no son difíciles, pero siempre resulta más fácil evitar el
envejecimiento que invertirlo después. Mis lectores cronológicamente
"jóvenes" harían bien en recordarlo. En cuanto a los cronológicamente
"ancianos", no tienen por qué preocuparse; el proceso de regenerar las células
y revertir sus espirales es excitante y mágico en sí. No importa cuánto se tarde
en derrotar el mito del envejecimiento, siempre que se lo derrote.
Recuerdo que una mañana Julián visitó mi casa embrujada de la
avenida Carr para tomar el té con un poco de pastel de fresas. Volvía del
sepelio de un viejo amigo y estaba deprimido, cosa extraña en él. Mientras
bebía su té meneó la cabeza tristemente, diciendo:
-Tenía sólo ochenta y nueve años, ¿se da cuenta, muchacha? Cada vez
se mueren más jóvenes.
Es cierto, Julián.
Otra vecina de Cripple Creek, la maestra Ruth Cook, es de piscis
(también Julián lo era). Yo le enseñé a "imaginar" un sitio para aparcar ante
la galería comercial, en los días de mucho tránsito, pidiéndoselo a su Yo
Superior (es preciso agregar siempre: "por favor y sin que eso perjudique a
nadie"). Probablemente habría podido hacerlo sola, sin instrucciones de mi
parte, puesto que nació con la magia esotérica brotándole por los poros, como
casi todos los piscianos.
Una noche de invierno, sentada ante la estufa, yo tomaba una taza de
café, vacilando un poquito en mi propia magia. Pregunté entonces a Ruth si
creía que cierta persona regresaría alguna vez a Colorado, pues ese regreso
representaba un milagro personal para mí. Siempre recordaré su respuesta.
"Eso espero, por cierto", dijo. "Con todo el poder de esa fe que demuestras
desde hace tantos años, si no ocurriera lo que pides yo nunca podría aparcar
ante la galería comercial en fin de semana."

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Lo que Ruth expresaba era una verdad eterna; lo hacía con humor,
pero con mucha sabiduría. Todas las maravillas están irrevocablemente
ligadas entre sí y es imposible separarlas. Si la inmortalidad física no es real,
Ruth no podría aparcar ante la galería, por cierto. (Y ella nunca deja de
encontrar espacio en el sitio más propicio.)
Una fría mañana de invierno, allá en las montañas, cuando todos
estábamos hartos de nieve y hielo, hielo y nieve, entré en el mercado de
Cripple Creek, pisando fuerte para quitarme la nieve de las botas y tratando
de calentarme los dedos con el aliento. Entonces vi a un duende conocido. Le
llamaban Pokey. Trabajaba en el pequeño almacén y vivía en la mágica "zona
crepuscular" de Víctor, la población vecina. Me acerqué a él, que barría el
suelo, y pregunté en tono de exasperación: "Parece que el invierno piensa
quedarse para siempre, Pokey. Ya hace más de un mes que debería haber
terminado. ¿Es que jamás llegará la primavera?"
Pokey siguió barriendo, pero me echó un vistazo con su sonrisa de
duende y pronunció sólo dos palabras: "Siempre llega." t ’
Me llegaron muy adentro esas sencillas palabras. Y pensé: sí, la
primavera siempre llega. Con tantas promesas rotas en este mundo, es bueno
saber que la primavera es una promesa siempre cumplida. Así como la luna
promete todas las noches que saldrá el sol... y los arcos iris, después de la
tormenta... y los jacintos pascuales de la inmortalidad física.

Niños y adultos. Polaridades. Los adultos han perdido su conciencia de


la divinidad y temen admitir la verdad: que los niños les ganan en divinidad y
sabiduría. Cualquier niño podría llegar a ser inmortal en un abrir y cerrar de
ojos, si no fuera por los adultos que los rodean, con su mentalidad de muerte;
el síndrome de desaprobación paternal hace que el Tercer Ojo de los niños se
convierta en piedra. Y ahora se está abusando física y sexualmente de la
infancia, asesinando su inocencia.
Frente a la polaridad opuesta, la tragedia de los asilos geriátri- cos es
que se obliga a los "ancianos" a morir en medio del proceso de
rejuvenecimiento, a fuerza de rodearlos de cosas sombrías. Medita en la
expresión "segunda infancia". Piensa bien en lo que eso significa: una
segunda posibilidad de ser niño. Una segunda oportunidad de iniciar las
regeneración celular y la vida eterna. Lo que la sociedad denomina segunda
infancia es una forma natural de terapia primaria. Es el último intento de
mente y cuerpo para permitir que el impulso vital derrote al impulso
programado hacia la muerte... un estremecido y milagroso proceso de

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redescubrir al niño interior. Si se dejara en paz a los "ancianos" que están en
la "segunda infancia", lejos de ese ambiente mortífero; si se los alentara en
vez de rechazarlos y burlarse de ellos, muy pronto comenzarían a dominar sus
cuerpos y a experimentar la regeneración celular, volviendo a la juventud. Ese
es el próximo paso. Pero se los detiene antes de que puedan hacerlo. El
Espíritu los llama con esa última oportunidad de reconocer la vida eterna. La
sociedad ahoga la voz y los ancianos se rinden.
Algunos continúan resistiéndose a los impulsos mortales que los
rodean y se retiran a sitios alegres, entre otros ancianos, en vez de internarse
en hogares geriátricos. Por un tiempo se divierten bailando, haciendo
ejercicios o practicando deportes; dan grandes pasos hacia la regeneración y
el dominio del cuerpo, revirtiendo la gravedad. Después, gradualmente,
mientras las ambulancias y las carrozas fúnebres se van llevando a los
muertos y a los agonizantes que los rodean, acaban por renunciar. Prefieren
morir antes que seguir reprimiendo al niño interior, que exige ser oído.
Reprimir la inmortalidad natural es muy ¿z/zfinatural y doloroso... y cuesta
muchísimo esfuerzo.
Es hora de comenzar a amar y respetar a los "gerontes", a hacer que la
sociedad acepte su curación espontánea... y su milagroso retorno a la segunda
infancia, permitiéndoles avanzar hacia la regeneración celular'. En estos
momentos hay tres tipos de humanos presentes en la Tierra: los niños, los
sabios; los adultos, confundidos y ciegos, y los ancianos, cruelmente
sofocados en su expresión de la regeneración celular, bloqueados en medio
del programa de reconstrucción primaveral. Por sus propios impulsos de
muerte, también, justo cuando iban a ser remplazados por un impulso vital
nuevo y poderoso. ¡Qué trágico desperdicio!
Cuando la sociedad permita a sus "gerontes" actuar como niños se
podrá iniciar el proceso de regeneración celular, la gravedad se invertirá y
ellos comenzarán gradualmente a recuperar la salud y el aspecto físico de
antes. Entonces la magia de la "fuente de la juventud" será cosa de todos los
días. Ponce de León buscó en un sitio equivocado: la fuente de la juventud
manaba en él durante todo el tiempo de su búsqueda. Y la buscaba en Florida,
¿verdad? Parece extraño que tantos ancianos, impulsados por los extraños
impulsos vitales, se dejen atraer por Florida, como si siguieran a Ponce sin
darse cuenta. Pero la fuente de la juventud está dentro de cada uno.
Recuérdalo. El momento más fácil de derrotar a la muerte, de convertirse en
inmortal, es durante la infancia... y en la vejez.
El amor de nuestros creadores por el mundo permitirá que la Tierra
sobreviva, aun cuando nuestros líderes actuales parecen decididos a
aniquilarla. El mundo no necesita ser rescatado. Sólo cabe preguntarse si los
humanos están o no dispuestos a abrir por fin el Tercer Ojo, a usar el sexto
sentido... y salvarse. Después de todo, estamos en la Era de Acuario y, en
astrología, el signo de Acuario rige y representa la "segunda infancia". Eso es
alentador. Esperemos que también sea profético.

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Dos de mis amigos, una pareja casada que vive en Santa Barbara,
California, tienen conciencia de ser inmortales y han estado experimentando
con las falsas imágenes de la edad cronológica. Casi todos piensan que ambos
tienen entre veintiuno y veintitrés .años; con frecuencia los invitan a las
fiestas de la universidad. Cuando conocen a los hijos de la pareja, una mujer
de treinta años y un varón de veinticinco, quedan estupefactos. Estas
personas no tratan el tema de su edad con nadie (ni siquiera conmigo), pues
no quieren someterse al mito de que envejecer es necesario. Saben perfecta-
mente que los mortales no esclarecidos tienen imágenes individuales de cada
año de edad y son capaces de proyectarlas cuando oyen una cifra; eso puede
tener un efecto pasajero, pero muy perjudicial, en la persona a la que "ven"
con determinada edad cronológica, cualquiera sea. Puede hacer que las
células cambien de dirección de giro por un breve período, provocando la
manifestación del envejecimiento físico. No vale la pena. Por lo tanto, mis
amigos dejan que cada uno calcule a su gusto.
La esposa (la llamaremos Melanie) siempre se divierte cuando sale a
pasear con su nieta. Cuantos se detienen a admirarla preguntan: "¿Es tu
primera hija?" Sin embargo, cuando va al cine con su verdadera hija y ésta la
llama "mamá" ante el empleado de la boletería, el hombre nunca deja de
preguntarle si quiere el descuento para jubilados.
Un fin de semana, mientras Melanie y su esposo estaban en Los
Angeles, fueron al teatro; el empleado de la boletería les preguntó si tenían
credenciales de estudiantes universitarios para otorgarles el descuento.
El poder de una mente humana autohipnotizada es sobrecogedor si se
la estudia en este sentido. La gente ve lo que cree ver.
Otro amigo que vive en Boulder, Colorado (también inmortal) ha
estado experimentando con el mito del envejecimiento. Cuando tenía treinta
y dos años decidió revertir las espirales de sus células, regenerándolas hasta
tener físicamente veinticuatro. Su identificación fue tan intensa y poderosa,
según me dijo, que hasta recuperó algunas de las fijaciones emocionales y
financieras de esa "edad". Le costó algún esfuerzo descartarlas, pero lo
consiguió. El mes pasado me escribió para compartir conmigo una
experiencia divertida, aunque incómoda.
Al solicitar un préstamo para comprar una casa, inadvertidamente
puso en su solicitud su edad "real": veinticuatro años. El gerente lo miró con
aire suspicaz y le interrogó: "Usted no parece tener veinticuatro años", dijo a
mi amigo. "Probablemente no tenga siquiera veintiuno, ¿verdad?" Mi amigo,
que no tenía documentos para demostrar su identidad, no supo qué
responder. Entonces el gerente notó que la solicitud mencionaba un título
universitario y siete años de experiencia profesional (es difícil recordar todos
los detalles cuando uno se está rejuveneciendo). Acabó por enojarse de
verdad, acusó a mi amigo de mentiroso y le negó el crédito sin más. En su
carta, mi inmortal amigo de Colorado decía: "Creo que le parecí un cliente
peligroso, puesto que había ‘mentido’ tanto."

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La anécdota me pareció muy divertida, pero me hizo pensar, una vez
más, en tres cosas terribles: en el modo increíble en que la gente está
programada con respecto al mito de la edad, en lo rápido de la regeneración
celular, que hace necesario detenerse antes de ir demasiado lejos, y en el
problema de ser inmortal en una situación financiera.
La inmortalidad física es una verdad cuyo tiempo ha llegado en la Era
de Acuario. Quienes la buscan no tienen por qué preocuparse por el problema
de superpoblación que parece crear, pues, como ya mencioné, cuando se la
alcance comprenderán qué hacer a continuación. Les será revelado "cuando
el discípulo esté listo". Y entonces sonreirán ante la simplicidad de la
respuesta.
Si aceptas que en la Edad Dorada será derrotada la muerte, si quieres
afectar un poco el poder de la muerte en la historia del mundo, hay varias
cosas que estás en condiciones de hacer.
Puedes divulgar valerosamente la verdad. Cuanto antes se cambie el
pensamiento masivo erróneo, antes se llegará a la vida eterna de modo
común. Toda persona que ponga en tela de juicio su inevitabilidad, ya sea en
serio o humorísticamente (el sentido del humor es parte del sexto sentido)
debilita su poder, además de proteger el medio y evitar los desastres
"naturales" predichos para la Tierra. Es el método más efectivo de impedir
guerras y violencia. El subconsciente colectivo, falsamente programado con el
impulso de muerte, es la causa primordial de terremotos, inundaciones,
sequías y desconfianzas nucleares, hasta de la destrucción de las relaciones
humanas y del amor. La finalidad de las profecías lúgubres es advertirnos,
para que tengamos la oportunidad de utilizar nuestra sabiduría e impedir el
desastre.
También hay otras cosas que puedes hacer. Iniciar tu propia
inmortalidad física cambiando una creencia negativa y temerosa por una
positiva... un pensamiento a la vez. Usa siempre la técnica de disponer o
afirmar (comunicación con tu Espíritu). En vez de sentir miedo y pensar que
puedes morir de una enfermedad o en un accidente, limítate a disponer en
voz alta. "Estoy completamente al mando del destino de mi cuerpo físico.
Nada puede hacerme daño sin mi consentimiento y yo no quiero dar ese
consentimiento. Elijo vivir."
Cuando comiences a poner en tela de juicio a la muerte, tu
programación fatídica comenzará a derrumbarse. En realidad es muy difícil
aniquilar tu cuerpo. Si prestas atención a tus impulsos vitales reprimidos,
ellos te advierten de cualquier peligro inminente antes de que sea fatal. Hay
un amplio margen de seguridad en el universo, y es posible captarlo mediante
el sexto sentido, que te comunica con el espíritu, tu Yo Superior
Hasta las enfermedades supuestamente fatales tardan mucho en
matar y te dan tiempo de sobra para cambiar y transformar tus
pensamientos, para perder el impulso de muerte. Más del noventa por ciento
de todos los intentos de suicidio resultan inútiles. Tu impulso vital reprimido

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está tratando de hacerte inmortal ahora mismo, con que sólo lo escuches.
Presta atención a los mensajes que tu Yo Superior enciende en tu mente... y a
los mensajes de tu propio cuerpo, donde cada célula lucha por vivir. Respeta
estos mensajes y déjate guiar por ellos. Cualquier dolor está firmemente
anclado en el miedo y en los pensamientos negativos; si puedes expulsarlos
con firmeza de tu conciencia, puedes vivir eternamente. Inténtalo. Si
prefieres tus viejos impulsos de muerte, siempre tendrás tiempo para
cambiar de idea.
"Todos los caminos llevan a Roma." Esa repetida frase tiene múltiples
significados. Simplificándola mucho, equivale a decir que quien inicie el viaje
en Nueva York acabará en Los Angeles, cualquiera sea el medio de transporte
elegido. O de Los Angeles a Nueva York, como prefieras; es sólo una alegoría.
El hecho es que diferentes personas alcanzan la misma meta utilizando una
miríada de mapas y senderos esotéricos por los bosques.
Aquel que esté siquiera levemente interesado en la meta de la
inmortalidad (y en particular quienes estén lo bastante evolucionados como
para tener conciencia de los misterios ocultos más elevados) debería leer The
Lion Path, manual del Camino Breve hacia la regeneración en nuestros
tiempos, escrito por Musaios, el brillante metafísico. Contiene disciplinas
antiguas, astrológicas y astronómicas, así como regímenes para alcanzar con
rapidez la inmortalidad. Puede ser un camino breve, pero es complicado, pese
a que su autor presenta las fórmulas con claridad cristalina, tratándose de tan
profundos misterios.
Te advierto que The Lion Path es muy profundo, aunque será
fácilmente comprensible para los ya iluminados, sobre todo para quienes
tengan estudios de astronomía, astrología y mitología. Para ellos constituirá
un verdadero deleite que les permitirá descubrir secretos egipcios jamás
revelados de regeneración e inmortalidad. Es un libro que hace muchísima
falta en nuestro tiempo. Resulta una guía de incomparable valor para los
iniciados deseosos de dominar las antiguas disciplinas con el fin de unirse
rápidamente a las filas de los maestros que ahora están sobre la tierra, con la
misión de salvar al planeta de un Gótterdámmerung prematuro e innecesario.
Sin embargo, los que ahora se inicien en la metafísica pueden tener cierta
dificultad en comprender esta bella obra, preparada por uno de los
verdaderos Maestros y Metamagos.
, Si eres uno de éstos, no necesitas preocuparte por disciplinas tan
estrictas como las detalladas en el texto. No son necesarias para ser inmortal.
Te conviene agregar The Lion Path a tu biblioteca ahora mismo, para cuando
"el discípulo esté listo", pero no es necesario que te dediques a sus
prismáticos caminos hasta que llegue el momento... y cuando llegue te darás
cuenta.
Mientras tanto, puedes seguir con éxito el sendero más lento, pero
también más simple de los diez pasos presentados en este capítulo. Te darán
el dominio de tu cuerpo que necesitas para iniciar la regeneración celular y te

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harán inmortal, con tanta seguridad como el método más complejo. Repito:
todos los caminos llevan a Roma.
No todo el mundo está destinado a ser un líder en la Hora Crepuscular
de la Historia. El amor y la felicidad "comunes" que experimentarás y
proyectarás cuando te hagas inmortal, por los medios descritos en este
capítulo, son de igual valor para el rescate de la Tierra en estos tiempos
problemáticos, que se iniciarán en 1988. Los maestros más elevados tienen
conciencia de esto, incluido Musaios. Aun así, The Lion Path debería estar en
tu biblioteca, puesto que nunca se sabe cuándo se puede "recibir a un ángel
sin saberlo".
¿Cómo debes comenzar a prepararte para los pasos hacia la
regeneración celular que aquí se detallan?
Pasa con los niños tanto tiempo como puedas. Ellos son sabios. Pero
debes hablar con ellos escuchándolos, sin superioridad. De ese modo
aprenderás mucho más de lo que supones. La verdad de este consejo está
resumida en el siguiente fragmento del prólogo a Gooberz (el texto de
Gooberz se presenta en forma de relato, con argumento, diálogo, etc., a
diferencia del prólogo, que está destinado a sembrar la mente antes de iniciar
las narración).

¡Chist! Escucha a los niños, que ellos saben.

todos los corazones de niño contienen la sabiduría de la Serpiente de


tortuosos y espiralados secretos jamás soñados ni sospechados por quienes
creen que los pozos de la mente infantil son huecos y, por lo tanto, pueden
pasar por alto algún antiguo misterio que duerma allí invisible, silencioso...
incomprensible para quienes no saben que los niños meditan sobre cosas ¡oh!
nunca dichas cuando en sus pensamientos cae el oro fugaz de los ángeles que
pasan, agitando alas de seda y murmurando sobre estas suaves formas de
arcilla
cuyo exilio desde el Cielo es demasiado reciente para juzgar y aún tienen el
alma abierta
no sellada todavía por la ponderosa gravedad de la experiencia terrestre

sólo más tarde, tras tormentos y tentaciones


se cierran con fuerza las puertas a la verdad, bajo doble llave por la herencia
de la carne: la opinión fija, grabada desde el vientre, entonces esos brillantes
Espíritus se convierten en esclavos finales prisioneros de sí mismos

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en la tumba estrecha y resonante del Templo Corporal caídos desde el
alabastro prometido... al vulgar polvo

Uno de mis más queridos gurúes me dijo que los inmortales tienen un
saludo secreto entre ellos. Cuando un avatar reconoce a otro adepto,
intercambian dos simples regalos que portan un silencioso mensaje en clave.
Según me dijo, se entregan... un jacinto... y una naranja.
Compartiré contigo las palabras finales que me dijo antes de
"desaparecer" la última vez (aunque sé que volverá a manifestarse, en su
sigilosa manera habitual). "Con respecto a la inmortalidad física", dijo, "antes
de que se pueda recibir la revelación milagrosa debe existir un saber confiado
y firme. Entonces viene la iniciación. Ni en la Tierra ni en el Cielo hay modo
de invertir este orden divino." Hizo una pausa. Luego sonrió, y en tanto yo
cerraba los ojos, me puso suavemente una mano en la cabeza y repitió estas
palabras, pronunciadas por primera vez hace dos mil años: "Oh, tú, de poca
fe, ¿por qué dudas?"
Creo que fue él quien pronunció esas palabras (¿en inglés o en
hebreo?) ¿O... es posible que yo haya experimentado un trémulo momento de
clariaudiencia? Debo acordarme de preguntárselo cuando regrese.
El canal de televisión KABC, de Los Angeles, termina sus informativos
con un mensaje de trece palabras, sumamente inspirado. Por favor, busca el
significado del 13 en el capítulo de numerología. Mientras escribo la última
página de este libro, quizá por la palpitante sincronización del universo,
puedo ver a mi izquierda la pantalla de televisión, con imagen pero sin
sonido; es una costumbre mía para no sentir la soledad del escritor mientras
trabajo. Y el mensaje de la KABC me guiña el ojo, silente como un signo
estelar.

Le traemos el mundo tal como es


Imagínelo usted tal como podría ser
ESTE LIBRO SE TERMINÓ DE IMPRIMIR
EL DÍA 30 DE JUNIO DE 1991
EN LOS TALLERES DE LITOGRAFÍA MELVIN.

CARACAS. VENEZUELA.

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