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REVISTA

Revista CLAR
Año LX
Revista CLAR No 2 2022
ISSN: 0124-2172
Revista Trimestral de Teología de la Vida Religiosa
Publicada por la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas/os - CLAR

Directora: Hna. Gloria Liliana Franco Echeverri, ODN

Consejo de dirección: P. Francisco Antonio Méndez Serrano, SDB


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Hna. María Inés Castellaro, VN
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P. Jorge Eduardo Costadoat Carrasco, SJ
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P. Tarcisio Hernando Gaitán Briceño, CP
Rafael Luciani Rivero
Hna. María Helena Morra, ISCM
Hna. Rosario Purilla Hernández, CM
Hna. María Cristina Robaina Piegas, STJ

Editora: Hna. Daniela Adriana Cannavina, HCMR

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Contenido

CONTENIDO

4 Editorial

Reflexión Teológica:

8 Las mujeres del Alba, primeras testigos de la


resurrección, P. Tarcisio Gaitán, CP

15 Amor a Jesús en lenguaje femenino


espiritualidad bíblica del Alba, Hna. Ángela
Cabrera

21 María Magdalena en el Alba del “caminar


juntos” de la Iglesia. Reflexión a la luz de Juan
20, 1-2.11-18, Fr. Vicente Botella Cubells, OP

28 Una mujer enferma. Reflexiones a la luz de


Marcos 5, 25-34, María del Socorro Vivas Albán

34 Una palabra inaudita: las mujeres y la


sinodalidad en la Iglesia, Serena Noceti

42 Poblar el territorio y para ello, abandonar odres


viejos, Hna. Ángela Perez, ACI

Subsidios:

48 Mujeres del Alba: renacidas y resilientes. Aporte


desde la Psicología y el Desarrollo Humano,
Hna. Rosa María Moreno Rodríguez, F.Sp.S

60 Escucha con humildad y con los oídos del


corazón, Ricardo Alvarenga
EDITORIAL zas entre sí con oro porque creen
que las historias y los corazones
rotos son como vasijas que pue-
den volver a unirse, a este arte lo
denominan: Kintsugi. Ellos creen
que siempre es posible la transfor-
mación, el nuevo nacimiento y tal
vez y precisamente porque exis-
ten las heridas, la reforma puede
acontecer con más belleza, ellos
consideran que mientras más ci-
catrices hay, más sabiduría puede
existir. De eso se trata la reforma,
de abrazar las heridas, de acoger-
las e integrarlas hasta hacer que se
Hna. Liliana Franco, ODN instaure la capacidad de amar y la
Presidenta de la CLAR disposición a servir con novedad.
Las mujeres del alba, las de la
más radical osadía, las que sos- La andadura de la mujer en la
tienen la esperanza aferradas a la Iglesia está llena de cicatrices, de
promesa, las que caminan rom- coyunturas que han supuesto dolor
piendo la noche y en estado de mi- y redención, trama pascual, en la
sión le abren boquetes al Espíritu cual lo evidente y definitivo ha sido
para que pueda entrar y fecundarlo el amor de Dios; amor que per-
todo. La Vida Religiosa del conti- manece más allá del empeño por
nente se adentra en un nuevo trie- algunos de invisibilizar la presen-
nio, acogiendo como icono inspira- cia y el aporte de las mujeres en
dor de su andadura a las mujeres la construcción de la Iglesia. Esta
del alba. Hoy más que nunca esta- realidad, esta experiencia repleta
mos convencidos de que la verda- de dolor, incertidumbre e impoten-
dera reforma viene del encuentro cia de tantas mujeres en la Iglesia
con Jesús, al eco de su Palabra, las hace, como a las vasijas japo-
en el aprendizaje de sus actitudes nesas, más bellas y fuertes, más
y criterios, en la asimilación de su capaces de compasión y osadas,
estilo. Esto lo saben bien las mu- más sensibles y aptas para el en-
jeres del alba, esas que supieron cuentro, para la vivencia dialógica
transformar su propia existencia que supone misericordia, aprendi-
en el encuentro con Jesús, ellas zaje y conversión.
que, movidas por el amor, se lan-
zaron a los caminos. El Papa Francisco se ha dirigido
a las mujeres, recalcando el papel
Se dice que, en Japón, cuando que ocupan en la vida civil y eclesial
se rompe una vasija, unen las pie- y abogando por el reconocimiento

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Editorial

pleno de sus derechos, resaltan- el “diferente”, con el que no cree,


do su dignidad y animando a que con aquel que no comulga y sinto-
al interior de la Iglesia puedan de- niza con las propias opciones. Se
sarrollar sus dones: “Las reivindi- trata de ensanchar la mesa, para
caciones de los legítimos derechos que haya lugar para todos. La ple-
de las mujeres, a partir de la firme nitud eclesial se alcanzará cuándo
convicción de que varón y mujer en torno al banquete, se reconoz-
tienen la misma dignidad, plantean ca que todos tienen un lugar, que
a la Iglesia profundas preguntas Jesús es quien convoca, que Él es
que la desafían y que no se pueden el centro y el sentido de todo en
eludir superficialmente”1. el engranaje eclesial y de cara a la
construcción del Reino.
La Iglesia tiene rostro de Mujer:
las Asambleas, los grupos parro- La Iglesia es femenina, y eso
quiales, las celebraciones litúrgi- no excluye a los varones, porque
cas, los ministerios apostólicos de en todos, varones y mujeres, ha-
las comunidades, la calidad de la bita la fuerza de lo femenino2, de
reflexión y la calidez de la entrega la sabiduría, la bondad, la ternu-
de la Iglesia se teje tantas y tan ra, la fortaleza, la creatividad, la
mayoritarias veces, en el vientre parresia y la capacidad de dar la
de las mujeres. De esto, es posible vida y enfrentar las situaciones con
dar cuenta, en todos los contextos. osadía. Todos llamados a ser vien-
Por eso ellas, las mujeres del alba, tre, casa, caricia, abrazo, mística,
las de todos los tiempos, pueden resistencia, palabra, profecía… Una
ser, en este hoy de la historia ins- Iglesia femenina tiene la fuerza
piración para los varones y las mu- de la fecundidad. Esa que le vie-
jeres consagradas. ne dada por la RUAJ, y en ella, una
Vida Religiosa que late al ritmo de
La realidad habla de la urgencia lo femenino se sitúa desde estas
de asumir, al interior de la Iglesia perspectivas:
una misión ineludible: corresponde
evangelizar, humanizar y hacerlo
de manera significativa, creíble,
auténtica, contextualizada, par- 2
Lo masculino/femenino es una pola-
tiendo de la vida, sin negar al in- ridad dinámica y sin exclusiones. En el
terlocutor y haciéndose cada vez terreno de la consciencia, según Bea-
más aptos para el encuentro con trice Bruteau y Felicity Edwards, en
cada persona hay lo masculino que es
specialized, analytical, focused y lo fe-
1
Evangelii Gaudium. “Vatican va”, ac- menino que es general, intuitive, ho-
ceso 21 de junio de 2021. listic (véase F. Edwards, “Spirituality,
https://www.vatican.va/content/fran- Consciousness and Gender Identifica-
cesco/es/apost _exhor tations/docu- tion: a neo-feminist perspective”, en
ments/papa-francesco_esortazione- U. Religion and Gender, Oxford: Blac-
ap_20131124_evangelii-gaudium.html. kwell, 1995, 181-182).

Mujeres del Alba 5


EDITORIAL

- La Persona de Jesús y el Evange- Una elocuente imagen para pro-


lio son quienes convocan. El en- yectar la plenitud eclesial es, sin
cuentro es para hacer memoria duda, la de un banquete servido
y actualizar el compromiso en la por mujeres, con una mesa gran-
consciencia de ser enviados, dis- de y redonda, en la que todos se
cípulos misioneros. En ella, se reconocen hermanos, y ninguna
hace lectura de fe de los hechos burocracia ni clericalismo le hace
y el discernimiento está a la base sombra a la presencia y a la ac-
de cualquier proceso o acción. ción de un Dios que sin distingo de
- La inclusión y la participación en género llama a lo insospechado de
la toma de decisiones brotan de su Reino. Al amor hasta el extre-
la consciencia de la identidad: mo, a la entrega incondicional de
Pueblo de Dios y por el Bautismo la vida, para que, en la mesa de
portadores de la misma dignidad. todos, haya pan y nadie caiga en
- La opción por el cuidado de toda la tentación de sentirse superior a
forma de vida es la opción por el los demás. La plenitud eclesial es
Reino. Se propende por la cons- posible, en clave femenina y allí
trucción de comunidades en las donde hay hermanos. En esta cla-
que se tiende naturalmente a ve la mujer es protagonista de la
levantar al caído, a curar las he- reforma de la Iglesia y no sólo en
ridas, en las que hay lugar para la Iglesia.
el desheredado, y se trabaja
por la dignidad humana, el bien Con la luz que nos aportan las mu-
común, por los derechos de las jeres del alba, el valor profético de la
personas. Nos ubicamos como Vida Consagrada, consiste en des-
guardianes de la tierra. pertar al mundo; se trata de resistir
- Un nuevo modo relacional hace frente a las tumbas de los caídos de
posible una nueva identidad: la historia, pero sin hacer trinchera
más circular, fraterna y sororal. en ellas; la llamada es a abrirse paso
Desde nuevas ministerialidades, por las fronteras en las que urge la
en las cuales se tejen relacio- misión, conscientes de la Buena No-
nes de solidaridad y cercanía. El ticia de la que se es portador.
vínculo se establece más allá de
lo jerárquico y lo funcional, en La Vida Consagrada es un don
ese espacio existencial llamado para la sociedad y la Iglesia. Sólo
comunidad y en el que todos se observar a tantos consagrados in-
sienten humanos-hermanos. sertos en las esquinas geográfi-
- Se cree en el valor de los proce- cas y existenciales, en los lugares
sos, se prioriza la escucha y se más empobrecidos y complejos del
reconoce que la fecundidad es mundo, para entender que precisa-
fruto de la gracia, de la acción mente ahí, en las zonas limite, ellos
del Espíritu, único capaz de ha- son buena noticia y signo creíble de
cer nuevas todas las cosas. una opción que pese a las circuns-

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Reflexión Teológica

tancias se mantiene viva, es fecun- descubrir la gloria, de mirar al


da y se constituye en un estilo de hombre hasta descubrir a Dios,
vida al que Dios sigue convocando. de mirar a Dios hasta descubrir
Hay tantos recodos de la sociedad, al hombre, de mirar el yo hasta
a los que no llegan ni la presen- descubrir el tú, y junto con esto,
cia, ni la acción del Estado, ni de todo el poder de la Pascua”3.
la Iglesia jerárquica y, sin embar-
go, en ellos, de manera sapiencial, Y con el poder de la pascua,
evangélica y germinal, están los será también necesario una trans-
consagrados. formación de las estructuras para
hacerlas más flexibles e inclusivas;
Gracias a todos los que, en esta de los procesos para que sean más
edición de la revista de la CLAR, participativos y vitales; de las diná-
con la profundidad de su reflexión micas relacionales para que sean
nos animan a hacer camino con las verdaderos nichos afectivos en los
mujeres del alba. Esas que acom- que de manera sana se propicie el
pañaran la travesía de la Vida Re- encuentro y se evidencie el amor
ligiosa del Continente, durante el de Dios.
próximo trienio.
Que en dinámica de continuidad
El filósofo y teólogo Klaus Hem- y avance, sigamos escuchando a la
merle dijo en 1993 a un grupo de Madre que nos invita a hacer todo
mujeres consagradas: lo que Él nos dice, porque ya es la
hora. Y que transitar en compañía
“…deseo para todos nosotros de las mujeres del alba, lo más pro-
ojos de Pascua, capaces de mi- fundo de la noche, nos revista de
rar la muerte hasta descubrir la razones para la esperanza, de fuer-
vida, de mirar la culpa hasta des- za profética y coraje misionero.
cubrir el perdón, de mirar la se-
paración, hasta descubrir la uni- Gracias a todos por el camino re-
dad, de mirar las heridas, hasta corrido en condición de hermanos.

3
Citado en W. Hagemann, Klaus Hem-
merle. Innamorato della Parola di Dio,
(Roma: Citta Nuova, Roma 2013), 314.

Mujeres del Alba 7


Las mujeres del Alba, primeras testigos de la resurrección

LAS MUJERES DEL rosas al sepulcro de Jesús pensan-


do encontrarse con un cadáver y
ALBA, PRIMERAS en su lugar se convirtieron en las
TESTIGOS DE LA primeras testigos de la resurrec-
ción, ocupan un lugar privilegiado.
RESURRECCIÓN Cuando no era posible cultivar es-
peranza alguna, ellas desafiaron
todas las lógicas de la sensata ra-
P. Tarcisio Gaitán, CP* cionalidad y vivieron la imprevista
experiencia de encontrarse con el
Resumen: Resucitado. Dicha experiencia les
exigió anunciar a los demás la im-
En este artículo se brinda una pensable noticia de la resurrección
reflexión sobre la figura bíblica de de Jesús.
las mujeres que en la mañana de la
resurrección fueron de prisa a vi- Esta fascinante aventura fue
sitar el sepulcro de Jesús. Los da- generando una transformación en
tos de los evangelios destacan de cadena que comenzó con ellas mis-
manera unánime el rol privilegiado mas, siguió con los doce y demás
que desempeñaron en el primer seguidores de Jesús y, se abrió a
anuncio de la Buena Noticia de la todos aquellos a quienes llegó el
resurrección de Jesús. Aunque en anuncio de las primeras comunida-
algunos momentos se silencian sus des. Un anuncio que aún hoy con-
nombres, es inocultable la impor- tinúa llenando de frescura y digni-
tancia de la misión que recibieron. dad la vida de la humanidad.
La fe cristiana se hizo posible gra-
cias a su testimonio valiente. Por
Las primeras testigos, las mu-
todo ello, María Magdalena y las
jeres de aquella mañana de la re-
demás mujeres dinamizan el com-
surrección, siguen suscitando inte-
promiso de la Vida Religiosa de
rrogantes y respuestas en la Vida
América Latina y el Caribe.
Consagrada de nuestro continente.
La siguen invitando a aceptar el
Palabras clave: Vida Religiosa, anuncio transformante de la re-
Resurrección, Mujeres, Evangelios. surrección y a desafiar contextos
acostumbrados a la muerte, para
Introducción que la VC sea mensaje de pascua
en medio de la pasión del mundo.
De todos los personajes bíblicos,
las mujeres que acudieron presu- Mujeres que desafían las tinieblas
* Religioso pasionista colombiano,
docente de Sagrada Escritura en la Los cuatro evangelios testimo-
Universidad Pontificia Bolivariana de nian de manera concorde la visita
Medellín y miembro del Equipo de Teó-
logos de la CLAR. de algunas mujeres a la tumba de

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Reflexión Teológica

Jesús “pasado el sábado”, “cuando acuerdo con Dt 21,22-23, para el


todavía estaba oscuro”. Debido a pueblo judío un hombre colgado en
la prisa con la que ocurrieron los la cruz era una maldición del Se-
eventos de la crucifixión y la sepul- ñor, resulta comprensible la huida
tura, no habían podido embalsamar o desaparición de los seguidores
debidamente el cuerpo de Jesús; al del Crucificado. Pero si esos datos
parecer iban movidas por esa pia- ayudan a comprender y posible-
dosa intención. Sin embargo, en mente disculpar a quienes huye-
el lugar de la sepultura viven una ron, al mismo tiempo enaltece aún
experiencia que transformará para más la valentía de aquellas muje-
siempre sus vidas, la del grupo de res del alba de la resurrección.
seguidoras y seguidores de Jesús
y, posteriormente, la de buena par- La cantidad y los nombres de las
te de la humanidad. Si recordamos mujeres varían de acuerdo con la
que la crucifixión se practicaba so- presentación que hace cada evan-
bre todo en criminales peligrosos y gelio; también los detalles son di-
miembros de las clases más bajas, ferentes. Aunque los sinópticos
se comprende que era un castigo narran el evento de manera sus-
destinado a individuos proscritos tancialmente parecida, el decora-
por la sociedad y que debían ser re- do varía. Los especialistas dicen
primidos por todos los medios con que transmiten la misma tradición,
el fin de asegurar la idea de segu- aunque con intencionalidades li-
ridad y paz que había implantado geramente distintas. Juan, por su
el Imperio Romano. Es fácil dedu- parte, varía radicalmente. En los
cir que la víctima crucificada fuera tres sinópticos aparecen María
difamada y ultrajada por todos los Magdalena y María la de Santiago
medios posibles. El juicio contra el (Mc 16,1-8; Mt 28,1-10 cf. 27,56.61;
que sería condenado, las torturas Lc 24,1-12); Marcos las hace acom-
físicas y sicológicas a las que era pañar de Salomé, y Lucas de Jua-
sometido, la elección de un lugar na “y las demás que estaban con
elevado para la crucifixión, el te- ellas”. Estos dos evangelistas coin-
rriblemente lento camino hacia ese ciden en afirmar que ellas llevaban
lugar, el hecho de que el ejecuta- perfumes para ungir el cuerpo de
do cargara su propia cruz (posible- Jesús; Mateo no dice nada al res-
mente solo el madero horizontal) pecto, porque la presencia de los
tras unas horas de tormento que guardias les cerraba el paso y era
lo habrían debilitado y, en fin, cada imposible entrar en el sepulcro se-
uno de los detalles de la ejecución llado (27,66). Para Mateo, ellas ac-
estaban pensados para causar al tuaban como mujeres piadosas que
condenado la máxima humillación
posible1. Si a ello se añade que, de
el mundo romano, sigue siendo reco-
mendable el estudio de Hengel, Cruci-
1
Para un estudio de todos los aspec- fixion in the ancient world and the folly
tos relacionados con la crucifixión en of the message of the cross.

Mujeres del Alba 9


Las mujeres del Alba, primeras testigos de la resurrección

van a la tumba de sus seres que- sus pasos inciertos las conducían
ridos para llorar y orar2. En Juan, al escenario de la mayor trans-
María Magdalena actúa sola y lo formación que en poco conocería
hace movida por su inconmensura- la humanidad. En medio de tanta
ble amor al Maestro. oscuridad un nuevo día estaba por
despuntar. Estas valientes mujeres
Los datos pudieran parecer lo contemplarían y lo testimoniarían.
anecdóticos, aunque no lo son. Lo
que interesa a los evangelistas es Absortas ante el misterio
poner de manifiesto “la fidelidad y
el valor de las que siguieron a Je- Marcos reporta un dato signifi-
sús desde Galilea hasta la agonía cativo y paradójico a la vez. Dice
de la cruz (27,55-56), mientras que que mientras caminaban, las mu-
“todos los discípulos lo abandona- jeres se preguntaban unas a otras:
ron y huyeron” (26,56).3” Es le- “¿Quién nos retirará la piedra de
gendaria la oración que rezaban los la puerta del sepulcro?” (Mc 16,3).
judíos de la época: “Seas bendito, La frase reúne la fragilidad física
Dios nuestro, por no haberme he- ante la “gran piedra” que sellaba
cho gentil, ni mujer, ni ignorante”4. el sepulcro de Jesús (Mt 27,60) y
En esa sociedad en la que las mu- el abandono de los discípulos varo-
jeres tenían tan pocos espacios de nes, pero contrasta con la fortale-
realización social y religiosa, algu- za de carácter y la determinación
nas seguidoras de Jesús desafían de aquellas mujeres que nunca
el frío de la noche, el abandono de habían abandonado a Jesús. Ya se
los discípulos varones, la inseguri- decía arriba que las condiciones de
dad generada por las tinieblas, la la crucifixión de Jesús nos permi-
exclusión social y hasta su propio ten comprender y quizá disculpar
dolor para ir hasta el sepulcro de la reacción de los discípulos, pero
su amado Maestro. Es muy posible hacen más admirable la audacia de
que caminaran llenas de temor e las mujeres.
incertidumbre; pero, sin saberlo,
La valentía no es una virtud
2
Levoratti, “Evangelio según san Ma- opuesta a la fragilidad. En nuestros
teo”, 396 países hemos visto cantidad de
3
Levoratti, “Evangelio según san Ma- grupos de madres de desapareci-
teo”, 396
4
Muñiz, “Mujer”, 1739. Los ortodoxos dos y asesinados por el terrorismo
explican que los hombres recitan esta de Estado o por cualquiera otra de
bendición, no porque sean intrínseca- las violencias que nos golpean, que
mente superiores a las mujeres, sino
porque están obligados a cumplir una han seguido las huellas de las le-
mayor cantidad de mandamientos, por gendarias “Madres de la Plaza de
lo que están agradecidos con Dios por Mayo” y que se han dado a la aven-
este sagrado deber. De todos modos,
es difícil quitar la carga androcéntrica tura de reclamar por la desapari-
de la plegaria. ción o el asesinato de sus hijos, a

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Reflexión Teológica

tratar de establecer quiénes fueron demoledor de la crucifixión obnubi-


los responsables de tan horrendos laba la mente y dificultaba abrirse
crímenes y a buscar vías de jus- a nuevas experiencias. Es lo que
ticia y reparación. Miles de muje- sucede con esas mujeres admira-
res menos visibles y protagónicas bles que “no sabían qué pensar de
desde espacios silenciados por la todo esto” (Lc 24,4) o con María
sociedad o la religión siguen em- Magdalena, que confunde al Resu-
peñadas con femenina tenacidad citado con el jardinero (Jn 20,14-
en la restauración de la vida piso- 15). Sin embargo, aunque estaban
teada. En tales condiciones, hacer llenas de dudas y confusiones, en
florecer la dignidad humana no es lugar de huir (como los discípulos
tarea de titanes, sino de valientes. varones), se inclinaron rostro a tie-
Y no es que el miedo haya estado rra (Lc 24,5) y escucharon la voz
ausente de sus vidas; más bien, es de los mensajeros celestiales que
que han vencido la cobardía. Pero dieron la buena noticia de que Je-
todas estas mujeres valientes, las sús ahora estaba vivo para siempre
del evangelio y las actuales, testi- y que ellas debían anunciarlo a los
monian que es en la confrontación demás. Signo de que Jesús estaba
con la tumba donde la vida florece vivo de verdad es que el sepulcro
de modo irresistible. ya está vacío, como ellas podían
observar.
Para transitar los caminos del
coraje, como ellas lo hicieron, no Enviadas como apóstoles
siempre se necesita la total clari-
dad conceptual. De hecho, tras las Contemplar el sepulcro vacío y
primeras apariciones del Resuci- recibir el anuncio celestial de la re-
tado, la comunidad seguía sin en- surrección fueron para estas mu-
tender bien lo que había ocurrido jeres una agraciada benevolencia
con Jesús: continuaban encerra- del Señor. Desde luego que ellas
dos y temerosos (Jn 20,19.16) y no esperaban ni lo uno ni lo otro;
no creían a las mujeres (Lc 24,11). lo único que ansiaban era embalsa-
La resurrección era un evento tan mar el cuerpo de Jesús6. No es ex-
insospechado que ese solo hecho
bastaría para explicar el inespera-
do final del evangelio de Marcos: ron añadidos más tarde. Además, este
“Ellas salieron huyendo del sepul- final canónico no es transmitido de
manera uniforme por las distintas fa-
cro, pues un gran temblor y espan- milias de manuscritos.
to se había apoderado de ellas, y 6
Esta es la finalidad de la visita al se-
no dijeron nada a nadie porque te- pulcro de acuerdo con Mc 16,1 y Lc
24,1. De acuerdo con Mt 28,1 y, al
nían miedo...” (Mc 16,8)5. El efecto parecer, Jn 20,1-18, María Magdalena
y María la de Santiago (o María Mag-
dalena sola, según Juan) van a ver el
5
Tal como lo explican las notas de las sepulcro. “Esto indica que ellas actúan
biblias de hoy, los vv. 9-20 no hacían como las mujeres piadosas que van a
parte del evangelio original, sino fue- la tumba de sus seres queridos para

Mujeres del Alba 11


Las mujeres del Alba, primeras testigos de la resurrección

traño que ellas vayan tan de prisa mente en todo el relato) Jesús en
cuando aún no amanecía, ya que persona envía a María Magdalena
eran las mismas que habían estado donde los discípulos con el encargo
contemplando la desgarradora es- de decirles que vuelve al Padre.
cena de la crucifixión y más tarde
el lugar de la sepultura de Jesús (Jn Lo sustancial, sin embargo, no
19,25; Mc 15,40-41.47 y paralelos). varía. Los cuatro son concordes en
Solo quien se arriesga a compar- insinuar que lo importante no está
tir la cruz de Jesús, como lo habían en los detalles sino en la experien-
hecho ellas, se ve favorecido con cia que ellas han vivido. También
el alborear de la resurrección. La sugieren de manera unánime que
desmesura del amor que habían haber contemplado el sepulcro va-
mostrado al acompañar a Jesús cío y haber recibido el anuncio ce-
durante su ministerio público ahora lestial de la resurrección no son
las urge a ir hacia el sepulcro. un fin en sí mismos. Ellas están
destinadas a una misión superior:
Toda gracia implica una misión. convertirse en las “apóstolas de los
Así mismo la agraciada experien- apóstoles”8, esto es, anunciarles a
cia que vivieron María Magdalena y ellos lo que ellos después anuncia-
sus compañeras fue el preámbulo rían a toda la humanidad. De he-
de un envío que recibieron de par- cho, todos los evangelios narran
te del Resucitado (en Juan) o de que ellas salieron de prisa y con
los mensajeros celestiales (en los gozo a anunciar la noticia para la
sinópticos). Justo frente a la tum- cual habían sido enviadas.
ba, “las mujeres escuchan llenas
de religioso temor”7 el encargo de Lo que no se puede ocultar es
ser portadoras del alegre mensaje que esta misión otorgó a las mu-
de la resurrección. Una vez más los jeres una innegable autoridad en
testimonios difieren al hablar del el cristianismo primitivo. Es tan
envío apostólico que recibieron las evidente que los cuatro evange-
mujeres. Lucas omite el dato del lios narran cómo María Magdalena
envío y en los otros tres las muje- y demás compañeras cumplieron
res son enviadas a hablar con los fielmente el encargo recibido de
discípulos varones; pero mientras anunciar lo que habían vivido en
en Marcos y Mateo el encargo del el sepulcro de la resurrección. Sin
ángel es anunciarles a los discípu- embargo, su autoridad fue invisibi-
los que vayan a encontrarse con lizada. Lucas identifica a los doce
Jesús en Galilea, en Juan (que, con los apóstoles (6,13), suprime
como se ha dicho, difiere notable-
8
Título con el que Rabano Mauro y
llorar y orar.” Levoratti, “Evangelio se- Tomás de Aquino se referían a María
gún san Mateo”, 396. Magdalena pero que sin duda debe
7
Mora, Levoratti, “Evangelio según san ampliarse a todas las mujeres del alba
Lucas”, 591. de la mañana de resurrección.

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Reflexión Teológica

rasgos negativos de Pedro9 y en monio ignorado? La respuesta debe


Hechos lo presenta como la auto- ser fundamentalmente negativa. Ni
ridad de la comunidad. “En este ellas, ni mucho menos su testimo-
proceso la presentación de las fi- nio, han pasado inadvertidos. Se
guras femeninas, y en concreto puede intentar una explicación al
la de María Magdalena, quedan difícil problema del final de Marcos.
afectadas”10. La afectación es gra- El miedo de las mujeres “recalca la
ve para su figura, pero, sobre todo, atmósfera de misterio divino que
para el cristianismo posterior: ellas ha envuelto la escena desde el co-
fueron vaciadas de toda autoridad mienzo. El nimbo numinoso dejado
y con ello la Iglesia se ha perdido por la mano de Dios en el sepul-
hasta hoy el aporte de mujeres va- cro de Jesús se trasluce así en los
liosas para la misión. corazones humanos”11. Su silencio
podría subrayar que la fe cristiana
¿Mujeres silenciadas? no se debe al testimonio de las mu-
jeres sino al de los discípulos varo-
Sorprende la diferencia entre nes. Pero el dato más bien quiere
el protagonismo de las mujeres resaltar que la fe en el resucitado
durante los eventos de la pasión, no depende ni del testimonio de las
muerte y resurrección de Jesús y mujeres ni tampoco del de los va-
el silencio posterior de los evange- rones. “Si, a pesar del silencio de
listas acerca de ellas. En algunos los apóstoles y de las mujeres, el
pasajes las podemos identificar mensaje ha resonado en toda la
como parte del escenario (Mt 28,11 tierra, es porque el resucitado con-
y posiblemente en Mc 16,14 y Lc tinúa actuando más allá de la fide-
24,13-35), pero ninguno de ellos lidad de los hombres.12”
vuelve a mencionar de forma explí-
cita a ninguna mujer. El dato más A modo de ver hay otro motivo
desconcertante está en la forma más profundo por el cual Marcos
como termina el evangelio de Mar- termina hablando del silencio de
cos: “Ellas salieron huyendo del se- las mujeres y los demás evangelis-
pulcro, pues un gran temblor y es- tas no las vuelven a mencionar. Es
panto se había apoderado de ellas, mejor no ver en ello un descuido
y no dijeron nada a nadie porque involuntario sino una omisión in-
tenían miedo...” (Mc 16,8). tencional. La ausencia de las mu-
jeres en las escenas posteriores y
¿Significa todo esto que las mu- luego de haber ido al alba hacia el
jeres fueron silenciadas y su testi- sepulcro se debe sin duda a que ya
había amanecido. El Sol Resucitado
9
Puede compararse la escena del pri-
mer anuncio de la Pasión en Mt 16,21- 11
Kapkin, Marcos: Historia humana del
23 y Mc 8,31-33 con Lc 9,22. Hijo de Dios, 707.
10
Bernabé, Mujeres con autoridad en el 12
Briglia, “Evangelio según san Mar-
cristianismo primitivo, 28. cos”, 469.

Mujeres del Alba 13


Las mujeres del Alba, primeras testigos de la resurrección

brillaba ahora en todo su esplendor la liberación, la lista se enriquece


en medio de la comunidad y comen- con todas aquellas que con gestos
zaba a irradiarse “en Jerusalén, en sencillos acompañaron y sirvieron
toda Judea y Samaría, y hasta los al Maestro. Los textos del Nuevo
confines de la tierra” (Hch 1,8). El Testamento testimonian con elo-
testimonio fecundo de las mujeres cuencia la fecundidad de tantas
del alba ya había sido comunicado mujeres que en el alba del cristia-
y ya comenzaba a generar el efec- nismo lideraron las comunidades y,
to en los temerosos varones que junto con otras mujeres y varones,
ahora se disponían al anuncio de llevaron adelante imprescindibles
la Buena Noticia. De hecho, si hoy tareas de evangelización. La expe-
tenemos el evangelio de Marcos es riencia de la resurrección de Jesús
gracias a que ellas cumplieron fiel- transformó sus vidas y su entorno
mente su encargo. hasta ponerlas en el primer plano
del cristianismo en expansión.
Conclusión
Los religiosos y religiosas las mi-
¡Cuánta riqueza entraña la ima- ramos con gratitud. Sus nombres,
gen de las mujeres del alba de la en ocasiones pronunciados con ex-
resurrección! ¡Y cuánto tienen ellas cesivo afán, nos ayudan a enaltecer
aún para comunicarle a los creyen- su historia y su ministerio. Su pre-
tes, en particular a la Vida Religiosa sencia, hasta en los textos que las
de América Latina y el Caribe! La ocultan, compromete a la Vida Reli-
extraordinaria tenacidad no es, con giosa de América Latina y el Caribe
todo, una cualidad exclusiva de es- en la construcción de una Iglesia
tas pocas mujeres. Al contrario, nos más sinodal, más sororal y servido-
ayuda a identificar otra cantidad de ra de la humanidad. Su compromiso
mujeres que en otros amaneceres evangelizador nos exige continuar
de la historia desempeñaron un rol reconociéndonos como hermanas
protagónico en el nacimiento de y hermanos, y seguir construyen-
la Iglesia. Comenzando por María do nuevas formas ministeriales que
de Nazaret con su sí generoso en permitan a la Iglesia hacer florecer
la aurora de la redención, y con- la vida con la misma audacia que
tinuando Ana, la anciana profetisa guio a estas mujeres en el alba de
de la mañana, o la suegra de Si- la resurrección.
món, la servidora del nuevo día de

14 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

AMOR A JESÚS EN rostros femeninos del Evangelio.


La comunidad de mujeres, en el
LENGUAJE FEMENINO seguimiento de Jesús, recuerdan a
quienes dejaron que Dios entrara
en su vida, de manera tenue y dis-
ESPIRITUALIDAD creta, como esos primeros rayos
BÍBLICA DEL ALBA de luz, los cuales regalan colorido
y brillo a la existencia. Dividimos la
“¿Quién es ésta que se asoma presente propuesta en tres aparta-
como el alba, hermosa como la dos: Silencio, Encuentro, y Mensa-
luna, refulgente como el sol…?” je, para resaltar nuestro objeto de
(Ct 6,10). reflexión: las mujeres del alba.

Palabras clave: Silencio, Encuen-


Hna. Ángela Cabrera* tro, Mensaje, las mujeres del alba.

Resumen: Breve introducción

El presente artículo retoma la Como concepto latino, albus


imagen del alba, en sentido teo- “alba” se vincula al proceso o pe-
lógico y espiritual, destacando los riodo que transcurre desde que la
noche empieza a menguar hasta
* Recibió su formación integral con las la salida del sol1. A veces funcio-
hermanas Misioneras Dominicas del
Rosario. Licenciada en Ciencias Reli- na como sinónimo de “madruga-
giosas. En Brasil realizó la Maestría y el da”, “alborada”, “amanecer”, etc.
Doctorado en Biblia. Trabajó en la Uni- El concepto hebreo para hablar del
versidad Católica Santo Domingo como
Decana de la Facultad de Ciencias Re- “alba” es zarah, en el sentido de
ligiosas por 8 años y cursó la Maes- “levantarse”, “resplandecer”, “ma-
tría en Gestión Pastoral. Pertenece a nifestarse”, “renacer”2. En este as-
los equipos bíblicos de la CLAR y del
CEBITEPAL. Es integrante del Instituto pecto, “alba” y “luz” son términos
Nacional de Pastoral de la Conferencia relacionados entre sí y, conjunta-
del Episcopado Dominicano, sirvien- mente, son inseparables del “sol”
do mediante publicaciones de utilidad
académica y pastoral. Como docente que, aunque grandioso, no tiene,
se desempeña en las asignaturas de como criatura, autonomía por sí
Sagradas Escrituras para el Seminario mismo, sino que depende de su
Pontificio Santo Tomás de Aquino, el
Centro de Teología Santo Domingo de Creador (Cf. Jb 9,7). Sutil y pode-
Guzmán y la Universidad Católica San- roso entre las fuerzas elementales,
to Domingo. En los últimos 15 años se el sol es primicia de todos los seres
ha dedicado, como misión prioritaria,
a la predicación de ejercicios espiri-
tuales. Actualmente forma parte de la 1
Real Academia Española, Diccionario
comunidad Discípulas Misioneras por la de lengua española: https://dle.rae.
Santidad, de perfil contemplativo, en es/. Consultado el 5/5/22.
la Arquidiócesis de Santiago, República 2
Harris, Dicionário internacional de
Dominicana. teología do Antigo Testamento, 408.

Mujeres del Alba 15


Amor a Jesús en lenguaje femenino espiritualidad bíblica del Alba

creados (Cf. Gn 1,3); sin embargo, Paralelamente al relato de la


solo comienza a iluminar, a reali- hemorroísa, se registra el caso de
zar su actividad y sus consecuen- esa chica joven… en cama, dada
tes efectos cuando, como “luz del por muerta, sin esperanza (Cf. Mt
alba”, se asoma, y la noche empie- 9,24). Nos Ilumina la teología bí-
za a marcharse sin ruidos (Cf. Ecl blica al considerar que, así como
43,2; 2Sam 23,4). el sol aparece sin ningún protago-
nismo por parte humana, trayendo
El silencio del alba la luz y dispersando la oscuridad,
así actúa el Señor según su mise-
Entendemos “el silencio del ricordia3. En esta muchacha, pos-
alba”, como la etapa previa que trada, se reflejan mujeres de todos
vive la persona antes de su en- los tiempos; en todas se actualiza
cuentro con Jesús. En el caso que la profecía mesiánica: “¡Levántate,
nos compete, en esas historias brilla, que llega tu luz; la gloria del
personales de mujeres cuyos sen- Señor amanece sobre ti!” (Is 60,1).
tidos estaban nublados, o con hori- Queda evidente que el resplandor
zonte confuso o mirada empañada, divino libera y sana, en este caso
casi sin vida, sin ilusión, y sin son- a cada mujer y en su realidad, ya
risa. Haremos un recorrido, por los sea “dejándose alcanzar” o “salien-
evangelistas, realzando el momen- do al alcance de”, con sus rayos de
to en el que ellas descubren espe- misericordia.
ranzadas a Aquel a quien se define
como el “Lucero radiante del alba” En un tercer icono, aparece la
(Ap 22,16). mujer cananea, en las fronteras
de Tiro y Sidón (Cf. Mt 15,23); es
Iniciamos recordando a aquella capaz de identificar el altar donde
mujer que padecía de hemorragias vale el esfuerzo postrarse: a “los
(Mt 9,20), y que puede ser para pies de Jesús”; desde allí suplica
nosotras, también hoy, un para- por la salud de su hija. No la parali-
digma de fe. No se quedó llorando zan los miedos ni los prejuicios. No
sus penas ni su amargura; no optó le importa el lugar que le asignen,
por contemplar la manera en cómo ya sea en la mesa o en el suelo,
la vida se le escapaba en forma de lo único que le interesa es “apro-
flujos. En vez de lamentarse por su vechar las migajas” de salvación
poca sangre, aprovechó la que aún (v.27). Ante tanta humildad ama-
tenía para ir tras de Quien pudie- nece su día en el Señor (v.28). Con
ra ser su Vida. Con actitud valien- razón ora el poeta: “… Concédenos
te tomó una decisión. Dejémonos la gracia de conocer el mal que nos
interpelar por su pensamiento en amenaza, las divisiones que nos
nuestras conciencias y en nuestros anidan dentro del corazón, de po-
corazones; ella reflexionó para sí: der captar por la mañana, el alba,
−“Con sólo tocar su manto, me sal-
varé”− (Cf. v.21). 3
Ibíd. 408.

16 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

tu presencia, incluso en los signos momento, hacemos distinción en-


sencillos con los que ordinariamen- tre la etapa “del silencio”, y la “del
te te manifiestas”4. encuentro”; un encuentro, aho-
ra, hecho luz radiante. Si antes se
El silencio del alba fue experi- veían las cosas parcialmente, aho-
mentado también por otras muje- ra se contemplan con claridad. Es-
res como: Isabel, de edad avanza- tamos ante el punto más elevado,
da, sin esperanza de gestación (Cf. en cuanto a nuestra peregrinación
Lc 1,31); la suegra de Pedro, domi- en la fe; ha de entenderse en la lí-
nada por la fiebre (Cf. Lc 5,39); la nea teológica del Salmo 35,10: “En
viuda insistente ante un juez injus- ti está la fuente de vida, y en tu luz
to (Cf. Lc 21,3-4); aquella otra que vemos la luz”. Tratamos, en otras
echó en el cofre del templo todo lo palabras, del encuentro histórico y
que tenía para vivir (Cf. Mc 12,42); personal entre Jesús y las mujeres:
y la que, detrás de su hijo muerto, si ellas, como centinelas, custodia-
lloraba amargamente (Cf. Lc 7,11- ron el amanecer de Dios en sus vi-
17). Dicho silencio, así mismo, lo das (Cf. Is 60,2-3); ahora festejan
padeció quien fue arrastrada hasta la visita del Sol que ha salido a su
los pies de Jesús, siendo acusada encuentro, llegando desde lo alto,
de adulterio (Jn 8,10)… y aquella iluminándolas, conduciéndolas por
que vivió el infierno estando po- el camino de paz (Cf. Lc 1,78-79).
seída por siete demonios… (Cf. Lc
8,2). Si damos seguimiento al re- En Mt 17,5 la “nube luminosa”
surgir de cada una de ellas, nota- se refiere a Dios, que se sirve de
remos que, aunque desde el alba ella para transfigurar a su Hijo. El
existencial nos amenace y sorpren- resplandor corresponde a la apa-
da el caos de la vida, este, por el rición de Dios y la plenitud de la
encuentro con Jesús, no tiene ya la luz que cubre al transfigurado: “Su
última palabra5. rostro se puso brillante como el sol,
y sus vestidos se volvieron resplan-
Encuentro en el alba decientes como la luz” (v.2). Esto
es lo que sucede a la persona que
La espiritualidad del alba puede se encuentra con Jesús auténtica-
ser comprendida como “un pro- mente: se transfigura. De ahí que,
ceso”, “un transcurso” esperan- en la iconografía cristiana, María, y
zador donde la persona pasa de la misma Iglesia, son representa-
“una iluminación tenue” hacia “la das en forma de luna, que reciben
luz plena”. Por tal motivo, en este la luz del sol. Al ser Dios, identifica-
do como Luz (Cf. 1 Jn 1,5) y sien-
do Jesús la “Luz en el mundo” (Cf.
4
Martini, Al alba te buscaré, 56. Jn 8,12), María, mujer y Madre, es
5
Candido, Diccionario de espirituali- la primera en vivir el proceso “del
dad, 289. alba a la salida del sol”.

Mujeres del Alba 17


Amor a Jesús en lenguaje femenino espiritualidad bíblica del Alba

La prontitud, al ritmo del Sol que niña, que cada mañana renace a la
le habita y le calienta, es el modo esperanza”7.
del caminar mariano (Cf. Lc 1,39):
hay disposición, voluntad, ánimo, Contemplaron el Sol esas mu-
pasión. Se dirá de Ella que, no sólo jeres prudentes que junto con
corre, sino que vuela, en auxilio de sus lámparas llenaron de aceite
quienes la necesitan6. Al encuentro las alcuzas (Cf. Mt 25,5), pudien-
con Isabel, convergen y se armo- do levantarse a la hora imprevista,
nizan las relaciones en las fronte- porque estaban preparadas para
ras generacionales. El Anuncio se el banquete de bodas (v.10); ¡qué
transforma en puente: no se de- bien nos lo recuerdan las solemnes
jan sentir las diferencias, sino que notas del himno litúrgico!:
las integran y unifican. Dos muje-
res atraídas por la misericordia de ¿Qué ves en la noche,
Dios: una, “llevándola” y, la otra, dinos centinela?
“descubriéndola” se transforman Dios como un almendro
para nosotras y nosotros en maes- con la flor despierta;
tras del renacer. El canto alegre es Dios que nunca duerme
lo que se espera de toda mujer que busca quien no duerma,
sabe caminar en esperanza (Cf. Lc y entre las diez vírgenes
1,46-56). sólo hay cinco en vela…

La salida del sol comienza, en Fue iluminada aquella que en-


las vidas de las mujeres, cuando tró en la casa donde estaba Jesús,
escuchan del mismo Jesús las si- sin ser invitada, quebrantando el
guientes palabras: “Hija, tu fe te ha protocolo, tan solo movida por el
salvado”(Mc 5,34); “Vete en paz y amor. Amaneció porque supo amar,
queda curada de tu enfermedad” y un reflejo de su amor fue echar-
(Mc 5,34); “Muchacha, a ti te digo, se, con todo y con el mejor de sus
levántate” (Mc 5,41); “No llores” (Lc perfumes, a sus pies, donde con-
7,13); “Mujer, grande es tu fe, que jugaba los besos y la unción (Cf.
te suceda como deseas” (Mt 15,28); Lc 7,37). El sol entró en casa de
“Ella también es hija de Abraham” Marta y María y lo disfrutó como
(Lc 13,16); “No se asusten” (Mc nadie. Allí, echada en las “orillas de
16,6); “Yo soy, el que está hablando Jesús”, en la playa de su sabidu-
contigo” (Jn 4,26); “Levántate” (Lc ría y de su misericordia, aprendió
8,54)… Gracias al encuentro con como nunca antes los misterios de
Jesús, “cada día es un alba”; cada su propia historia de salvación (Cf.
día es un amanecer, y todo puede Lc 10,38-42).
volver a empezar; como discreto y
luminoso asombro, del niño, de la

6
San Bernardo, Las glorias de María, 49. 7
Évely, Cada día es un alba, 11.

18 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

En el Evangelio de Juan 4,6, se de la luz, se torna discípula misio-


nos dice que era más o menos la nera, “libre de temor… para servir
“hora sexta” cuando Jesús, cansa- en santidad y justicia por siempre”
do de andar, se encuentra con la (Cf. Rom 13,12; Lc 1,88-79).
Samaritana. Amanece en la vida
de esta mujer cuando reconoce en Todo comienza en la madruga-
Él, el agua que necesitaba beber. da del primer día, cuando María
Recibe luz, en la noche de su fe, Magdalena y la otra María fueron
luego de haberse dejado interpe- al sepulcro (Cf. Mt 28,1). Bien nos
lar y de haber reconocido tantas recuerda la circunstancia del Can-
andanzas inútiles tras pozos secos tar de los Cantares: primeramen-
que no le apagaban su sed. El in- te cuando la Amada se dispuso a
tenso diálogo fue despojando gra- “levantarse y a recorrer la ciudad,
dualmente las nubes que le cubrían calles y plazas para buscar al amor
y ocultaban la verdad; quedando de su alma” (Cf. Ct 3,2); y sin saber
evidente en los apelativos con los lo que le esperaba, le sorprende la
que se refiere a Jesús a lo largo de voz del Amado diciendo: “¿Quién es
la conversación, de menor a mayor ésta que se asoma como el alba,
dignidad: “tú” (v.9), “Señor” (v.11); hermosa como la luna, refulgente
“profeta” (v.19), “Mesías” (v.25), como el sol...?” (Cf. Ct 6,10).
“Cristo” (v.29). Interesa destacar,
que la hora “sexta” y la hora de Jesús resucitado no se deja
“adorar” están relacionadas. Nues- ganar en generosidad: “Les salió
tro sol comienza a nacer cuando al encuentro”; ellas se postraron
nos disponemos a mantener en a sus pies y le adoraron (Cf. Mt
nuestra vida y misión una actitud 28,9). Queda claro que, si la luz les
de mujeres adoradoras, en espíritu alcanza es porque Jesús amaneció
y en verdad. primero en las orillas de sus vidas,
en el alba de su existencia (Cf. Jn
Mensajeras de luz 21,4). Sería oportuno pedir a Santa
María Magdalena, que nos dé, por
Conforme a la escuela isaiana: lo menos, un tercio de su pasión
“Quien camina en la luz se convier- por Cristo y que, con la gracia del
te en luz para los demás” (Cf. Is Espíritu Santo, esta siga creciendo
60,3). Lo que es el sol, cuya acti- sin medidas.
vidad vivifica a toda la creación
(plantas, animales, seres huma- Como mensajeras de luz, se nos
nos…) y hace florecer los colores, invita a introducir la levadura de
y con él nada puede permanecer nuestros dones y de nuestra expe-
oculto a su luz ni lejano a su ca- riencia con Cristo en las medidas
lor, así es la mujer testigo de Cristo de harinas que nos han sido con-
Resucitado: despojada de su no- fiadas, para que todo a nuestro ca-
che, revestida de las armaduras minar fermente, haciendo un pan

Mujeres del Alba 19


Amor a Jesús en lenguaje femenino espiritualidad bíblica del Alba

gigante con sabor a Reino, donde eterna, Luz para siempre, y de esa
todos y todas podamos comer al voz del Espíritu8 que nos susurra:
alborear de nuestras vidas (Cf. Mt “Vayan y Anuncien”, como mensa-
13,33). jeras de la Luz, haciendo siempre
“lo que Él les diga” (Cf. Mt 28,7; Jn
A manera de síntesis, imitemos 2,5): “Porque sólo los hombres y
y configurémonos con Jesús, quien las mujeres tocados por Dios (ra-
frecuentemente recibía el alba en diantes de la Luz del Espíritu) sa-
la soledad y el silencio de las cimas brán abrir las mentes y los corazo-
de las montañas, para gustar la nes de sus contemporáneos a los
Luz y el Amor de su Padre. Aspire- misterios de Dios” (Benedicto XVI).
mos a favorecer espacios inmunes En esto consiste el amor verdade-
y protegidos de todo bullicio y con- ro a Jesús, en lenguaje femenino.
fusión, donde sea posible aprestar Esta es la genuina espiritualidad
el oído y percibir algo de esa fiesta bíblica del alba.

8
Martini, Al alba te buscaré, 10.

20 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

MARÍA MAGDALENA EN XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo


de los Obispos.
EL ALBA DEL “CAMINAR
Palabras clave: María Magdalena,
JUNTOS” DE LA IGLESIA testimonio, sinodalidad, inicio de la
Iglesia.
REFLEXIÓN A LA LUZ María de Magdala es un perso-
DE JUAN 20, 1-2.11-18 naje evangélico que, más allá del
misterio intrigante que siempre la
ha rodeado, constituye un claro re-
Fr. Vicente ferente para los seguidores y las
Botella Cubells, OP* seguidoras de Jesús. Su presencia
y su papel en los inicios de la aven-
tura cristiana, la acreditan como
Resumen:
una de esas “mujeres del alba” que
Este artículo quiere poner de no solo hicieron, sino que hacen
manifiesto la relevancia de la figu- posible, una Iglesia sinodal1. De ahí
ra de María Magdalena en el alba la actualidad y el interés que pueda
de la fe cristiana. Para ello se em- tener ofrecer una breve reflexión a
plea como texto de apoyo Jn 20,1- propósito de ella en las páginas de
2.11-18. La relevancia de la Magda- este número de la revista CLAR.
lena tiene que ver con su función Reflexión que, confieso, me resulta
de coordinación del mensaje pas- grato hacer porque María Magda-
cual entre los primeros discípulos. lena, en la Orden de Predicadores
Función que bien podría entender- a la que pertenezco, siempre ha
se como “pro sinodal”, ya que va recibido un reconocimiento espe-
a facilitar el caminar juntos de la cial: “protectora”, “apóstol de los
Iglesia naciente. Además, esta fun- apóstoles” y “poseedora del mismo
ción le da a su persona una actua- oficio que el de los Predicadores”2.
lidad grande en el contexto de la
1
Una prueba de esa acreditación ac-
* Fraile predicador español. Catedrá- tual de María Magdalena en la Iglesia
tico de teología dogmática en la Fa- es la elevación a rango de fiesta de su
cultad de Teología de Valencia, de la antigua memoria litúrgica por parte
que ha sido Decano y de la que actual- del papa Francisco (Decreto de la Con-
mente es Vicedecano. De 1998 a 2007 gregación para el culto y la disciplina
fue formador de los jóvenes domini- de los sacramentos del 3 de junio de
cos tras el noviciado. Autor de varios 2016).
libros, entre ellos, Hacia una teología 2
“La Orden de Predicadores la tuvo
tensional (1994), El Vaticano II ante el entre sus protectores. Los frailes y
reto del tercer milenio (Salamanca-Ma- las hermanas en todo tiempo la han
drid, 1999), Dios escribe y se escribe honrado como la “Apóstol de los após-
con trazo humano (Salamanca-Madrid, toles” y han comparado el oficio que
2002), Sacramento, una noción cristia- tuvo María Magdalena de anunciar la
na fundamental (Salamanca, 2007) y resurrección, con su propio oficio de
Creer la Palabra y ponerse en camino predicación”, La Liturgia de las Horas.
(Madrid, 2016). Propio de la OP, 842.

Mujeres del Alba 21


María Magdalena en el Alba del “caminar juntos”

Para llevar a cabo esta empre- dejado su cuerpo. Por eso, corre en
sa me apoyaré en la presencia de la dirección de Pedro y el discípulo
nuestra protagonista en el texto de amado a transmitirles inmediata-
Jn 20,1-2.11-18. Escena que reco- mente la noticia. Esta conexión en-
ge la “aurora” de la fe compartida tre nuestra protagonista y los más
en el Resucitado y la misión sinodal notables representantes de la co-
que, la de Magdala, desempeña en munidad apostólica es significativa.
su implementación. El itinerario al María y el grupo de los Doce no son
que me ajustaré será el siguiente: ajenos, sino que actúan unidos. De
1. Al rayar el alba del primer día de ahí que, ante la sorprendente si-
la semana; 2. El primer encuentro tuación encontrada, la Magdalena
personal con el Señor Resucitado acuda a los discípulos quienes, a su
y 3. La primera misionera que da vez, acogiendo el mensaje de María
testimonio en pro de la sinodalidad. salen corriendo hacia el sepulcro.
Hay en este planteamiento, a nues-
1. Al rayar el alba del primer día tro entender, el atisbo incipiente de
de la semana una sinodalidad que después se
verá confirmada. Y es que en aquel
La escena joánica del sepulcro
grupo de discípulos, que todavía no
vacío (Jn 20,1-10) posee claras dife-
es Iglesia propiamente hablando,
rencias con respecto a la de los re-
están las bases de un “trabajo en
latos sinópticos3. La más evidente
red” destinado a lograr los propósi-
para nuestro propósito es que, en
tos de lo que, gracias a la Pascua,
el cuarto evangelio, la protagoniza
será el nuevo Pueblo de Dios: una
una sola mujer: María Magdalena.
comunión (unidad diferenciada)4
En efecto, de madrugada, cuando
de hermanos y hermanas, testigos
todavía estaba oscuro, al rayar el
del Resucitado en el mundo. María
alba del primer día de la semana,
Magdalena cumple en él un papel
la de Magdala llega al sepulcro y
que, después, ratificará su encuen-
verifica que la piedra ha sido corri-
tro con Jesucristo. Pedro y el discí-
da. No se nos da más información,
pulo amado, por su parte, realizan
pero parece que esta circunstancia
otro. La de Magdala, si nos fijamos,
lleva a María a pensar que se han
se muestra como el punto de unión
llevado al “Señor” del sepulcro; he-
entre Jesús (ahora, un cadáver
cho que suscita en su corazón la
desaparecido) y ellos. El resultado
preocupación por saber dónde han
de esta labor compartida es que
Pedro y Juan corren movidos por
3
Los sinópticos relatan la escena del un fin común al requerimiento de
sepulcro vacío con el esquema de una María. Este “correr juntos”, toda-
angelofanía (Mt 28,1-8, Mc 16,1-8 y Lc
24,1-11), por medio de la cual las mu-
jeres (siempre más de una) tienen no-
ticia (se les revela) la resurrección de 4
Sobre este principio “unidad en la
Jesús. En Jn no hay ninguna aparición diferencia” ver: Botella, “Jesucristo,
angélica y solo la Magdalena acude al cumplimiento de la historia de la salva-
sepulcro. ción”, 127-129.

22 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

vía no acompasado (pues uno co- encuentro personal con Jesús tras
rre más que el otro), es el anticipo su resurrección. Dato que, en otro
de la armónica figura sinodal (“ca- orden de cosas, merece una con-
minar juntos”)5 posterior. En este fianza no solo por su reiteración
proceso la función de María Magda- (cf. Mc 16,9), sino por la elocuencia
lena es esencial. Una vez cumpli- de su dificultad en el contexto pa-
da, cede el protagonismo a Pedro y triarcal en el que se inscribe7. Con
Juan, desapareciendo de la escena todo, cabe indicar que, desde el
hasta el versículo 11. punto de vista de la crítica, parece
sensato pensar que el encuentro
2. El primer encuentro personal de María con Jesucristo vivo, forma
con el Señor Resucitado parte de una tradición diferente a
la inmediatamente anterior8.
Tras lo vivido por Pedro y el dis-
cípulo amado en la tumba, en el En cualquier caso, lo relevante
mismo capítulo 20 de Juan, la de para nosotros es que, en la nueva
Magdala reaparece otra vez. Aque- escena, la Magdalena está frente al
lla vivencia ha llevado a la fe a los sepulcro vacío llorando. De pron-
dos apóstoles, pero no a María. El to se inclina y divisa a dos ángeles
ver creyente inaugurado por el dis- sentados sobre el lugar en el que
cípulo amado, que no se puede se- había yacido el cuerpo de Jesús
parar de la “apertura a la compren- (20,21). Se entabla una conversa-
sión de las Escrituras” (20,8-10)6, ción que aclara lo que le sucede a
permite ahora creer que Jesús ha nuestra protagonista. Los ángeles,
vencido a la muerte y que, por eso, llamándola “mujer”, le preguntan
no está en el lugar de los muertos. la razón de su llanto. Ella responde
Así lo indicaba la Palabra de Dios, con nitidez: “porque se han llevado
cuya inteligencia queda desvelada a mi Señor y no sé dónde le han
en ese instante. No obstante, toda- puesto” (20,13). Si nos fijamos, por
vía nadie “ha visto” al Resucitado. el tenor de la respuesta de María,
María Magdalena, precisamente, todavía se halla en el mismo estado
será la primera beneficiaria de un psicológico que provocó que acu-
diera en busca de los discípulos. Al
no haber encontrado el cadáver de
5
Ver el significado de “sínodo” y “si-
nodalidad” en Comisión Teológica In- Jesús en el sepulcro, tiene la honda
ternacional, La sinodalidad en la vida
y en la misión de la Iglesia, nn.3-5,
https://www.vatican.va/roman_curia/ 7
Se puede leer Lorenzen, Resurrección
congregations/cfaith/cti_documents/ y discipulado. Modelos interpretativos,
rc_cti_20180302_sinodalita_sp.html reflexiones bíblicas y consecuencias
(Consultado el 21 de abril de 2022). teológicas, 189-190. Sobre el discipu-
6
El “ver” que lleva al creer en la escena lado de las mujeres, Meier, Un judío
joánica del sepulcro vacío no es un ver marginal. Nueva visión del Jesús his-
físico sin más. Es un “ver cualificado”, tórico, 98-105.
acompañado, en este caso por lo que 8
Sobre el particular ver: Dufour, Resu-
se podría denominar la luz de la Pala- rrección de Jesús y mensaje pascual,
bra (“la inteligencia de las Escrituras”). 238-240.

Mujeres del Alba 23


María Magdalena en el Alba del “caminar juntos”

preocupación de saber dónde po- pronto, esta escena se emparente


drá estar, dando por supuesto que significativamente con otra de este
alguien se lo ha llevado y lo retiene. mismo evangelio: la de los discípu-
los de Juan el Bautista orientados
Este estado de la Magdalena es hacia Jesús10: “Los dos discípulos
comprensible. Ella ha ido al sepul- le oyeron hablar así (al Bautista), y
cro para conectar con Jesús a tra- siguieron a Jesús. Jesús se volvió,
vés de aquello que queda de él: un y al ver que le seguían, les dice:
cuerpo muerto. La desaparición del ¿qué buscáis?” (1,37s). Esta cone-
cuerpo frustra esa conexión y hace xión no queda solo ahí como com-
que su relación con el Maestro se probaremos. Volviendo a nuestra
haga cada vez más difícil. María, narración, María Magdalena, to-
por tanto, está desconcertada y mando al Resucitado por un jardi-
muy triste. Por eso, continúa mi- nero, le dice: “Señor si te lo has
rando fijamente hacia al sepulcro llevado, dime dónde lo has puesto
como absorta. Su mirada está an- y yo me lo llevaré” (20,15). Nuestra
clada en la muerte. ¿Qué puede protagonista sigue con coheren-
hacer? Ella persevera… ¿dónde le cia perseverando en su búsqueda
habrán puesto? del cadáver de Jesús, único punto
En ese instante, la Magdalena se de contacto con él que le queda.
Cegada por la muerte no ve nada
vuelve y ve a Jesús, de pie, pero
más. Pero algo va a hacer que las
no lo reconoce. El movimiento en
la escena parece querer decir algo cosas cambien radicalmente…
que no todos los expertos com- Jesús, de pronto, llama a la Mag-
parten9. Si María miraba hacia la dalena por su nombre: “¡María!”.
muerte cuando buscaba a Jesús Ella se vuelve y le dice: “Maestro
en el sepulcro, al girarse dirige sus (Rabbuní)” (20,16). De nuevo, el
ojos al espacio de la vida. Y, jus- movimiento descrito, más si cabe
to allí, está el Resucitado. Sin em- ahora, invita a una interpretación
bargo, no es capaz de reconocerlo. de orden simbólico. La palabra que
Entonces, el que vive le lanza la vocaciona (llama) a María provoca
misma pregunta que le hicieran los que se gire. Este giro es perfec-
ángeles, pero con un matiz intere- tamente identificable con la con-
sante: la llama también “mujer” e, versión, con la reorientación vital
igualmente, se interesa por la cau- que la vocación o la llamada al se-
sa de su llanto; no obstante, añade guimiento de Jesús suscita (dato
(y esto es lo de interés): “¿a quién constante durante su ministerio
buscas?” (20,15). El Resucitado, público). En consecuencia, cabe
pues, destaca en María la actitud afirmar que, ahora, el Resucitado,
de búsqueda, haciendo que, de
10
Sobre esta relación que, puede ser
9
Para esta discusión es interesante incluir todo el ministerio de Jesús, ver:
leer: Girón, Maestro ¿dónde vives? (Jn Girón, Maestro ¿dónde vives? (Jn1,38),
1, 38), 147. 148.

24 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

desde el lado de la vida (porque por el Resucitado recibe de Él una


la muerte no ha podido retenerlo tarea. Esa tarea no es retener o
en el sepulcro), vuelve a llamar a conservar para sí sola a Jesucristo
la Magdalena de una forma clara (“no me toques”, 20,17). Además,
e inequívoca. Para ello, emplea su es imposible. El que ha vencido a
nombre de pila (no es simplemen- la muerte es incontenible y tras-
te “mujer”, como la llamara antes), ciende toda localización limitante.
es María y, de este modo, estable- El encargo, al contrario, ensancha
ce con ella una relación nueva que el campo, posee nuevas metas, es
va a prolongar con sentido la que para otros también. En lo concreto,
mantuviera anteriormente. La lla- se trata de ir donde los hermanos
mada, pues, es personal e intrans- y transmitirles la identidad total de
ferible. Y esto hace que las cosas Jesús, ahora plenamente revelada;
adquieran una luz nueva. La de esa que únicamente la pascua per-
Magdala, de este modo, tiene una mitir captar: Jesús no solo es un
vivencia de encuentro con el Resu- hombre extraordinario; también es
citado que, según todo lo que he- el Hijo de Dios y eso tiene conse-
mos venido explicando, supone una cuencias directas en relación con
sorprendente vivencia vocacional los discípulos (“vete donde mis
(lo cual confirma, todavía más, la hermanos y diles: subo a mi Padre
relación con el relato de la llamada y vuestro Padre, a mi Dios y vues-
de los primeros discípulos de Juan tro Dios” (20,17). María ejecuta con
el Bautista, a la que hemos aludido fidelidad la misión (“fue y dijo a los
más arriba). discípulos que había visto al Señor
y que había dicho estas palabras”
María Magdalena, la mujer del (20,18).
alba del día de la resurrección, no
solo es la primera en llegar al se- Varias cosas conviene retener
pulcro vacío y comprobar su vacie- del final del texto joánico y al tér-
dad; no solo es el puente de co- mino de nuestra reflexión. Cosas
municación de esta circunstancia que llevan a la conclusión de que
con los discípulos; también es la María Magdalena es pieza clave en
primera que vive el encuentro per- el alba del caminar sinodal de la
sonal con el Resucitado como una Iglesia.
vivencia vocacional que, por así
decir, reanuda el seguimiento de a) La primera es el rol de Ma-
Jesús en una nueva situación. Sin ría Magdalena en los albores de la
embargo, no todo queda aquí… aventura cristiana a la que abre la
Pascua. La de Magdala, siempre
3. La primera misionera que da según Juan, es la primera en tener
testimonio en pro de la sinodalidad la experiencia de un encuentro con
el Resucitado. Fue, también, la pri-
Toda vocación supone una mi- mera en llegar al sepulcro y com-
sión. La Magdalena vocacionada probar su vaciedad; igualmente, es

Mujeres del Alba 25


María Magdalena en el Alba del “caminar juntos”

la primera en dar testimonio y co- c) Finalmente, la tercera es


municar el mensaje de Jesucristo que la misión comunicadora hacia
resucitado a los discípulos. Magda- adentro de la Iglesia, que recibe y
lena, pues, es un referente fiable realiza María Magdalena, bien po-
del comienzo de muchas cosas. Es dríamos contemplarla como una
“mujer del alba” en los balbuceos función sinodal. La Iglesia posee
de la fe. una esencia sinodal12. En ella todas
y todos poseen una misma dignidad
b) La segunda es que la función y misión. Aunque no todos realizan
misionera o predicadora de María, esa misión de la misma manera13.
según Juan, se ajusta siempre a Y en eso consiste la comunión: una
una misma dinámica. En el primer unidad diferenciada. La sinodali-
apartado dijimos que la función de dad, desde esta perspectiva, ven-
la Magdalena era la de ser punto de dría a ser la plasmación concreta
unión entre Jesús y los discípulos. de ese estilo y de ese actuar “co-
Un punto de unión que se sustancia munional” característico de la Igle-
en la transmisión de un mensaje. sia. María Magdalena, de acuerdo
Así, ella fue a comunicar la noticia al texto que comentamos, cumple
de la desaparición del cuerpo del a la perfección el papel que facilita
Señor a sus hermanos. Comenta el la comunión y que hace posible que
papa Francisco con cierta ironía “el la Iglesia camine junta. Es decir,
primer anuncio que María lleva no ella es constructora de sinodalidad.
es el de la resurrección, sino el de
un robo que alguien desconocido ha Lo dijimos en el primer punto
perpetrado”11. Tras su vivencia de del artículo y ahora está mucho
encuentro con el Resucitado, la de más claro. El rol de la de Magda-
Magdala queda ratificada en esta la es coordinar en el grupo de los
tarea de puente de comunicación, discípulos lo que se sabe sobre Je-
pero, ahora, claro, con una gran y sús. Algo así como una “apóstol de
buena noticia que transmitir (la fe los apóstoles” o una “co-apóstol”14.
pascual). Desde esta perspectiva
sería acertado decir que, según el 12
“La sinodalidad es dimensión cons-
cuarto evangelio, nuestra protago- titutiva de la Iglesia”, decía el papa
nista es la gran misionera ad intra Francisco, Discurso con motivo 50 años
de la institución del Sínodo de Obispos
de la Iglesia. Todo un paradigma en (17 de octubre de 2015), https://www.
esa delicada labor. vatican.va/content/francesco/es/spee-
ches/2015/october/documents/papa-
francesco_20151017_50-anniversario-
sinodo.html#_ftn31.(Consultado el 21
de abril de 2022).
13
La Lumen Gentium, por eso, habla de
11
Francisco, Audiencia General del una “comunión jerárquica” (LG 21-22).
17 de mayo de 2017, htpps:/vatican. 14
Tomás de Aquino llama a María Mag-
v a /c o n t e n t /f r a n c e s c o/e s /a u d i e n - dalena apostolorum apostola en In
ces/2017/documents/papa-frances- Io,lect.c.20, lect 3. Mauro, por su par-
co_20170517_audienza-generale.htlm te, dice que “María anunció a sus coa-
(Consultado el 21 de abril de 2022). póstoles la resurrección del Mesías”

26 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

Y es que, gracias a sus mensajes, Francisco, Discurso con moti-


los discípulos se mueven en una vo de los 50 años de la institución
dirección compartida. Primero con- del Sínodo de Obispos (17 de oc-
fusa y poco acompasada, pues van tubre de 2015), https://www.vati-
al lugar de la muerte en busca de can.va/content/francesco/es/spee-
un cadáver y con ritmos diversos. ches/2015/oc tober/documents/
Luego, clara y armónica: en la di- papa-francesco_ 20151017_ 50-
rección de Dios, de la vida y del fu- anniversario-sinodo.html#_ftn31.
turo eclesial (la confesión pascual). (Consultado el 21 de abril de 2022).
La Iglesia sinodal es, precisamen-
te, la que camina junta porque po- Francisco, Audiencia General
see una misma alma y una misma del 17 de mayo de 2017, https:/
vida. María, primera testigo de la vatican.va/content/francesco/es/
Resurrección, es un eslabón clave audiences/2017/documents/papa-
en pro de la sinodalidad que sostie- francesco_ 20170517_ audienza-
ne y hace posible la Iglesia. Mirar generale.htlm (Consultdo el 21 de
su figura como un referente signi- abril de 2022).
ficativo puede ser, sin duda, una La Liturgia de las Horas. Propio
decisión muy lúcida en estos tiem- de la OP. Roma: Edición Típica en
pos de preparación de la celebra- Lengua Española, 1988.
ción de la XVI Asamblea Ordinaria
del Sínodo de los Obispos que tiene Girón, Jesús, Maestro ¿dónde
como tema Por una Iglesia sinodal: vives? (Jn1,38). Estudio exegético-
comunión, participación y misión. teológico sobre la función del ad-
verbio dónde (pou) en el evange-
Bibliografía: lio de Juan. Estella: Verbo Divino,
Botella, Vicente, “Jesucristo, 2019.
cumplimiento de la historia de la Léon-Dufour, Xavier, Resurrec-
salvación”. En Teología para el cu- ción de Jesús y mensaje pascual.
rrículo, Madrid: PPC, 2020, 123- Salamanca: Sígueme 1973.
170.
Lorenzen, Thorwald, Resurrec-
Comisión Teológica Internacio- ción y discipulado. Modelos inter-
nal, La sinodalidad en la vida y en pretativos, reflexiones bíblicas y
la misión de la Iglesia. consecuencias teológicas. Santan-
https://www.vatican.va/roman_ der: Sal Terrae, 1999.
curia/congregations/cfaith/cti_do- Meier, John P., Un judío margi-
cuments/rc_cti_20180302_sinoda- nal. Nueva visión del Jesús histó-
lita_sp.html(Consultado el 21 de rico Tomo III, Compañeros y com-
abril de 2022). petidores. Estella: Verbo Divino,
2003.
(De la vida de la bienaventurada María
Magdalena, c..27, PL 112, 1475).

Mujeres del Alba 27


Una mujer enferma. Reflexiones a la luz de Marcos 5, 25-34

UNA MUJER ENFERMA cisos. Conecta todos estos elemen-


tos directamente con los primitivos
testimonios de la fe cristiana.
REFLEXIONES A LA LUZ El relato de Marcos 5, 24b-35,
DE MARCOS 5, 25-34 que corresponde al de la mujer
que padecía flujos de sangre, se
encuentra en tres versiones en
María del Socorro los evangelios1 que reflejan, de al-
Vivas Albán* gún modo el complejo proceso de
transmisión y las modificaciones
Resumen: redaccionales que introdujo Marcos
al relato en relación con el texto
El artículo presenta a la hemo- de Mateo y de Lucas. No se pue-
rroísa, el contexto en donde se de desconocer el puesto que ocupa
escribe el texto y el análisis de esta narración dentro del conjunto
su encuentro con Jesús. A su vez, total del libro. Se encuentra inser-
destaca cuatro acciones: tocar, lla- ta en otro milagro2. Al comparar
mar la atención, compartir, confiar. los tres relatos, se pueden notar
las coincidencias en sus aspectos
Palabras clave: Enfermedad, cura-
fundamentales: una mujer con una
ción, empoderamiento, compromiso.
enfermedad genital desde hace
1. Algunos antecedentes del doce años llegó a Jesús y tocó por
texto detrás su vestido quedando libre
de su mal; una vez curada, Jesús
Marcos es un escritor que tra- se dirigió a ella y le dijo: “hija, tu fe
baja a partir de materiales de los te ha salvado”.
que no es el autor. Se trata de una
tradición elaborada por distintas 2.Tradición y redacción
comunidades cristianas y diversos
Originalmente el milagro de la
intereses: ayudar en la predica-
mujer se transmitió comenzando
ción de los misioneros, hacer po-
con la expresión que Marcos inclu-
sible el conocimiento de la vida y
yó en 5, 21: y se aglomeró junto
de la persona de Jesús, disponer
a Él mucha gente, a la cual siguió
de esquemas para la catequesis en
la información tradicional de Mc 5,
la discusión con los antagonistas y
posibilitar los textos litúrgicos pre- 1
Mc. 5,21-43; Mt. 9,18-26; Lc. 8,40-56.
2
En otro tema de interés será preci-
* Doctora en Teología. Docente inves- so, rastrear si los relatos de la mujer
tigadora de la Pontificia Universidad y de la hija de Jairo, fueron o no inde-
Javeriana. Pertenece a la Red de teó- pendientes en su origen, y si existen
logos latinoamericanos Amerindia-Co- suficientes indicios como para afirmar
lombia. Cofundadora de la Asociación que la intercalación es redaccional; y
Colombiana de Teólogas. Autora de li- después, se mirarán las tradiciones
bros y artículos en educación, feminis- que están a la base del relato de la he-
mo, género, mariología. morroísa.

28 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

25, en donde se presenta a la mu- tintos: la sanación que una mujer


jer con la enfermedad que la aque- obtiene cuando toca a Jesús y la
ja: entonces, una mujer que pade- curación como consecuencia de ha-
cía flujo de sangre desde hace doce ber escuchado la palabra de Jesús,
años. La repetición del dato de los tacto y fuerza curadora se entre-
doce años con dos expresiones si- cruzan. Ambas versiones se unie-
milares: La muchacha se levantó ron por el redactor premarcano
al instante y se puso a andar, pues quien vinculó la ubicación geográ-
tenía doce años parece indicar que fica del v.21 para relacionar pero
en alguno de estos casos o en am- no entrelazar los sucesos de la hija
bos hubo trabajo editorial, es decir, de Jairo y la mujer con el resto del
arreglo del texto. conjunto de milagros; e incluyó el
v.28 en donde están las intencio-
Los tres sinópticos coinciden en nes de la mujer.
precisar el tiempo de la enfermedad
femenina, lo cual podría hacer pen- Marcos añade el v.31 con otra
sar que se trataría de un dato tradi- preocupación: la displicencia e in-
cional que, sería posible que hubiera comprensión de los discípulos que
circulado en las tradiciones de este representan el lado opuesto de la
milagro. El deseo de Marcos por vin- mujer; mientras ella ha comprendi-
cular estrechamente los dos relatos, do quién era realmente Jesús, ellos
lo pudo haber llevado a incluirlo en están preocupados por otras co-
el relato de la hija de Jairo, en el que sas. Marcos muestra en los relatos
aparece como una glosa que asocia la farsa de la religión del Dios-ley, y
más a los dos milagros y que Mateo presenta al Dios vivo y verdadero,
y Lucas excluyeron. el Dios de Jesús, aquél que se hace
presente en medio de todos, es el
2.1. Cambios redaccionales Dios de la ternura, la misericordia
y el perdón3.
Mc 5, 29 afirma que la mujer
sanó de su mal; así concluye uno La mujer, tiene confianza en el
de los relatos tradicionales sobre el poder curativo de Jesús: “con que
milagro de la mujer. Mc 5, 30 per- le toque”, el “milagro” se produ-
tenece a otra narración que acen- ce, la respuesta a la confianza es
túa la “dynamis” de Jesús y se cen- automática. La mujer reconoce
tra en el diálogo entre la mujer y el con sencillez y realismo su acción.
sanador. El final de este segundo Para ella, ese gesto le ha devuelto
relato tradicional se encuentra en la vida. Jesús al llamarla “hija” le
el versículo 34bc, donde Jesús des- reconoce la dignidad que la Ley le
pide a la mujer con un saludo de niega y le ayuda a recuperar la ver-
paz tradicional y la cura definitiva-
mente por medio de su palabra.
3
Navarro, “¿Discípulas en Marcos? Pro-
El análisis del relato de esta mu- blematización de un concepto” en Los
evangelios. Narraciones e historia,
jer hace énfasis en aspectos dis- 187-203.

Mujeres del Alba 29


Una mujer enferma. Reflexiones a la luz de Marcos 5, 25-34

dadera visión de la realidad. Colo- asustada y temblorosa, se echó a


ca en boca de Jesús una expresión sus pies delante de Él y le dijo toda
que resume la centralidad de todo la verdad” (5,33). La narración crea
el relato: “Tu fe te ha curado”. Los la tensión entre la mujer que quiere
discípulos, no logran ver las cosas permanecer de incógnito y la insis-
claras pero Jesús supo descubrir en tencia del sanador por descubrir a
la acción de ella una actitud positi- la persona que ha sido curada4.
va, creadora, digna de generar con-
ciencia, para que pueda sacar todas La mujer de esa cultura y del
sus consecuencias, especialmente momento histórico, debería estar
la confianza y el empoderamiento en casa rodeada de su familia, tí-
social, capaz de superar los obstá- mida, modesta y callada, esperan-
culos que la religión del Dios-ley co- do, de pronto, la visita de alguien5.
locaba, insuperables para la mujer. Cuando Jesús pide ver quién le ha
tocado en medio de la multitud,
El texto le da especial atención ¿cómo puede Él imaginar que se
a la situación de la mujer. Se pre- trata de una mujer? ¿En qué cam-
sentan seis informaciones acer- bia este hecho el relato? Cuando la
ca de sus flujos de sangre: (1) ha mujer se acerca, muestra su identi-
sufrido durante doce años (5,25); dad públicamente y le dice a Jesús
(2) ha pasado por muchos médicos “toda la verdad”. La respuesta de
(5,26); (3) se ha gastado todo su Jesús es importante para el público
dinero (5,27); (4) no mejoró, sino cristiano: “Hija, tu fe te ha sanado;
que fue empeorando (5,26); (5) vete en paz y sigue sana de tu en-
había oído hablar de Jesús (5,27) fermedad” (5,34). Dado el carácter
porque dijo, “si toco, aunque sea íntimo del padecimiento de la mu-
su manto, me pondré bien” (5,28). jer, llamarle “hija”, implica dirigirse
El solo hecho de decir que pade- a ella con ternura y al mismo tiem-
cía flujos de sangre sería necesario po mantener un carácter no erótico
para completar la primera parte de de la acción “tocar”. Jesús señala la
una narración de milagros, es decir, curación gracias a la fe de la mu-
la identificación del problema (25- jer6. Si ella es curada por Jesús,
28). La introducción pareciera la
excusa perfecta para un compor- 4
Hay intérpretes que afirman que la
tamiento inadecuado, una expli- mujer debería estar avergonzada por
cación o justificación de inocencia haber violado la Torah cuando, pade-
sobre Él ¿por qué iba ella a tocar el ciendo flujos de sangre, se mete entre
la multitud y toca a un varón. Pero, en
manto de Jesús? Posiblemente esta este caso, pareciera que la explicación
situación genera nerviosismo en el de la timidez y el miedo de la mujer
narrador, como se constata en el ante Jesús debe ser entendida dentro
de contexto general del mundo greco-
miedo que siente la mujer cuando rromano de la antigüedad.
Jesús pide ver a la persona que ha 5
Citado por Cotter. “El héroe de los mi-
recibido la curación “Pero la mujer, lagros de doce años en Marcos”, 85.
6
Erbele, “Sexo y culto. Puro e impuro
al comprender lo que había pasado, como categoría relevante de género”,

30 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

también ella toma la iniciativa de mujer pasa de ser estigmatizada a


buscarlo, de salir al frente con todo ser liberada, de ser la mujer que pa-
lo que representa mostrar su mal decía flujos de sangre a ser la mujer
íntimo delante de quienes seguían con “flujo de iniciativas”8 en su ex-
a Jesús; el texto no lo dice abierta- periencia de fe, no solamente para
mente, pero se presupone que en ella representa un logro esta cura-
ese momento son todos varones. ción, sino también, es una lección
Esta mujer asume una actitud va- para las mujeres de su contexto.
liente al buscar a Jesús, sin saber
cuál puede ser su respuesta. Una 3. Una mujer sin referencias fa-
vez es curada o “fecundada por su miliares
amor” se compromete. La familia es la institución bási-
En esta metáfora hay algo inte- ca de la sociedad greco-romana y
resante con respecto a lo esperado palestina; gracias a ello las perso-
socialmente en los roles sexuales nas poseen su nombre, gozan de
en la relación honor-pudor. A pesar unas propiedades y se ganan un
del hecho de estar Jesús seguro de lugar en la vida social y política;
que un poder sanador haya sali- de manera especial, las personas
do de Él7, cuando ella se presenta más desprotegidas como huérfa-
ante Él, deja de lado el honor para nos, viudas y enfermos encuentran
ocuparse por la curación de la mu- en la solidaridad familiar la posibi-
jer. Jesús la llama “hija”, protege lidad de subsistencia a sus nece-
su honor y hace del encuentro un sidades básicas. En el caso de la
empoderamiento de ella. Aquí se mujer, el aislamiento puede traer
puede identificar un elemento li- consecuencias aún más negativas;
berador estructural que atraviesa no debe responder por el honor de
toda la narración. El “flujo de po- nadie, pero tampoco ningún varón
der” que surge de Jesús detiene el podrá ser fiador de ella. La princi-
“flujo enfermizo” de sangre de la pal preocupación del sector popu-
mujer. Ella con su acción pública lar consiste en asegurar las condi-
del encuentro con Jesús, se empo- ciones de vida más sanas9.
dera y también invita a Jesús a mi-
En el relato de Mc 5,4b-34, la
rarle y a efectuar esa sanación. Es
mujer aparece sin ninguna referen-
una mujer empoderada, fecundada
cia familiar, completamente sola;
por el amor sanador del encuentro
es un dato llamativo si se tiene en
con Jesús y comprometida con sus
acciones. Ya había gastado toda 8
Zubiría le cambio bellamente el nom-
su herencia en curanderos, pero bre a esta mujer estigmatizada por la
no había dado con El que era. Esta sangre, la enfermedad y la exclusión
por ser enferma…a una mujer con flu-
jo de iniciativas valientes. Después de
381-394. estar buscando por 12 años a quien la
7
Tan seguro, que incluso, insiste en sanara.
encontrarse con la persona que le ha 9
Gómez, “El entorno socio religioso del
tocado. siglo I”, 30-54.

Mujeres del Alba 31


Una mujer enferma. Reflexiones a la luz de Marcos 5, 25-34

cuenta que, en la sociedad de ese otros familiares hace pensar que


momento, las acciones individuales no volvió con su familia de origen13.
tienen una clara orientación grupal
y en las situaciones de enferme- La mujer de este relato es muy
dad se hace énfasis en la solidari- diferente a las características que
dad colectiva. Sin embargo, en el presentan los relatos de las “muje-
caso de esta mujer, ni familia, ni res que renuncian a sí mismas y to-
vecinos, ni instituciones están pre- man su cruz”; “la suegra de Simón
sentes en el momento en que ella Pedro”; y el relato de la “historia
va a donde Jesús, ni hay indicios de una mujer gentil”. La diferencia
de su presencia en las etapas an- de la hemorroisa con las mujeres
teriores a su enfermedad. Se enfa- de los relatos anteriores radica en
tiza su soledad desde el inicio. Ha cuatro acciones que realiza: tocar
gastado todo cuanto posee, es ella el manto de Jesús; llamar su aten-
quien toma la iniciativa de ir a ver ción en la calle; compartir su inti-
a Jesús, después de escucharlo. En midad de enferma con Él, delante
este sentido su situación es igual a de la multitud; confiar en Él. Para
la de un leproso10 y al endemonia- realizar estas acciones tuvo prime-
do de Gerasa11, quienes no cuentan ro que vencer el miedo que gene-
con nadie a su lado. Por tanto, se raba transgredir aquello que impli-
acentúa la situación de desgracia caba “lanzarse” en su búsqueda,
de la existencia de la mujer y lleva alcanzarlo y realizar esas acciones
a preguntarse por las causas que públicamente.
la han conducido a la soledad por Esta mujer busca curarse posi-
esta enfermedad, cuando lo habi- blemente porque desea reconocer
tual hubiera sido contar con el apo- su condición de mujer adulta plena,
yo del grupo de parentesco12. Dada capaz de concebir. Nadie la obliga a
su soledad durante su enfermedad, gastar su fortuna en su propósito.
no parece ser viuda, carece total- Aparece como alguien autónomo y
mente de familiares o amigos que capaz económicamente. La enfer-
la acompañen. Su enfermedad la
medad le ha afectado su identidad
deja imposibilitada para cumplir la
y la ha apartado de sus relaciones
obligación de dar descendencia al
sociales.
marido, más bien esta mujer, pudo
haber estado divorciada y, ade- Finalmente, presento cuatro ca-
más, en condiciones tales que im- tegorías, sacadas del texto anali-
piden que cualquier otro hombre la zado, que pueden indicar metafó-
pida en matrimonio. La ausencia de ricamente un trabajo a seguir para
la mujer de hoy: identidad, cuerpo,
sangre/experiencia, tacto/cotidia-
no, miedo vergüenza.
10
Mc. 1,40-45.
11
Mc. 5,1-20. 13
Estévez, El poder de una mujer cre-
12
Piñero, Jesús y las mujeres, 102-103. yente, 330-341.

32 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

Identidad, desde el inicio se le de Jairo (Mc 5, 21-4)” en Una com-


interpela por “quién me ha toca- pañera para Marcos. Ed. Desclée
do”, y con un hilo de voz responde De Brower. Bilbao, 2004.
quién es y cuenta qué está pasan-
do en su cuerpo, es un espacio pú- Erbele-Küster, Dorothea. “Sexo
blico, habla de su intimidad, hecho y culto. Puro e impuro como cate-
valeroso dado el contexto y el te- goría relevante de género”, en La
mor por evidenciar su condición de Torah. Ed. Verbo Divino. España,
enferma. 2010.

Sangre/experiencia, aquello que Estévez, López, Elisa. El poder


para la cultura y tiempo represen- de una mujer creyente. Ed. Verbo
ta impureza en la mujer por su pe- Divino. Estella, Navarra, 2003.
ríodo menstrual que evidencia el Gómez Acebo, Isabel. “El entor-
ciclo de la vida, sin embargo, con no socio religioso del siglo I”, en:
la curación obrada por la fe, reivin- La mujer en los orígenes del cris-
dica su ser de persona y hoy puede tianismo. Ed. Desclée De Brouwer.
leerse en la sangre derramada de Bilbao, 2005.
tantas víctimas de la violencia de
género, por la experiencia de dar Jill Levine, Amy (ed) En clave de
su vida para que otros/as se salven. mujer… Una compañera para Mar-
cos. Ed. Desclée De Brouwer. Bil-
Tacto/cotidiano, en el contexto bao, 2004.
de la cultura en que vivó Jesús no
era bien visto que la mujer tocara Morfín Otero Rocío. De Hechi-
a nadie en público y menos a un ceras a profetas. Mujeres de la Bi-
varón, y el texto dice claramente blia que vienen del exilio y recrean
“quién me ha tocado”, por eso al nuestra memoria. Ed. Buena pren-
llamarla “hijita”, la está librando de sa, A. C. México, 2010.
las habladurías.
Navarro Puerto, Mercedes.
El miedo/vergüenza, es supera- “¿Discípulas en Marcos? Problema-
do por el deseo de sanación, por la tización de un concepto” en Los
fe, por el empoderamiento y com- evangelios. Narraciones e historia.
promiso obrado en ella14. Ed. Verbo Divino, España, 2011
Bibliografía: Piñero, Antonio. Jesús y las mu-
jeres. Ed. Trotta, Madrid, 2014.
Cotter Wendy. “El héroe de los
milagros de doce años en Marcos. Vivas Albán, María del Socorro.
La curación de la mujer con hemo- “Categorías antropológicas-teo-
rragias y la resurrección de la hija lógicas para la comprensión de la
sexualidad de la mujer analizadas
desde el texto Mc, 24b-34” en Gé-
14
Vivas, “Categorías antropológicas-
teológicas para la comprensión de la nero y religión. Pluralismo y disi-
sexualidad de la mujer analizadas des- dencias religiosas. Ferreyra Editor.
de el texto Mc, 24b-34” 55-82. Córdoba, Argentina, 2009.
Mujeres del Alba 33
Una palabra inaudita: las mujeres y la sinodalidad en la Iglesia

UNA PALABRA ticamente sinodal, más allá de la


lógica jerárquica, y concluye afir-
INAUDITA: LAS mando que se trata de hablar en
MUJERES Y LA «nuevas lenguas» en una Iglesia
sinodal: hablar el lenguaje de las
SINODALIDAD EN LA mujeres, hablar a las mujeres, ha-
IGLESIA* blar como/por las mujeres para en-
tender el evangelio y proclamarlo.

Serena Noceti** Palabras clave: Sínodo sobre la


sinodalidad, inclusión, reforma de
Resumen: la Iglesia, lenguaje de las mujeres.

Apoyada en los documentos que En el Documento Preparatorio


encaminan el actual proceso hacia del Sínodo sobre la sinodalidad
el Sínodo sobre la sinodalidad, la 2021-2023, donde se habla de la
autora asume la necesidad de pro- necesidad de promover la inclu-
mover la inclusión y el diálogo en sión y el diálogo en la Iglesia, tam-
la Iglesia, ahondando en las impli- bién se menciona a dos mujeres,
caciones de las palabras y acciones la cananea y la samaritana: «Je-
de las mujeres para la compren- sús acepta como interlocutores a
sión y el desarrollo de una auténti- todos los que vienen de la multi-
ca sinodalidad. Esta cuestión cen- tud». Estas son las dos únicas refe-
tral en la reforma de la Iglesia pone rencias explícitas a las mujeres en
en juego la proclamación efectiva este documento, aunque está claro
del evangelio hoy, la credibilidad y que las mujeres están incluidas en
el propio testimonio de la Iglesia. todo lo que concierne a los laicos
Partiendo de la visión del Concilio y religiosos. Del mismo modo, en
Vaticano II: la mujer como sujeto el documento de la Comisión Teo-
de la palabra, destaca la palabra de lógica Internacional La sinodalidad
las mujeres para una Iglesia autén- en la vida y la misión de la Iglesia
solo encontramos dos breves refe-
rencias explícitas a la participación
* Con la autorización de la Revista SIC.
** Teóloga laica italiana. Profesora ti- de las mujeres bautizadas en la
tular en el Instituto de Ciencias Reli- vida de la Iglesia y a la competen-
giosas de Florencia, Italia, de la Facul- te contribución que pueden aportar
tad Teológica de la Italia Central. Ha
sido miembro fundador de la Asocia- (núm. 105, 109d), junto con cuatro
ción de Mujeres Teólogas Italianas y referencias genéricas a «hombres y
vicepresidente de la Asociación Teoló- mujeres».
gica Italiana. Ha sido asesor de la Red
Eclesial para la Pan-Amazonia (REPAM)
durante el Sínodo de los Obispos para ¿Qué implican las palabras y
la Amazonia y es miembro del Grupo acciones de las mujeres para la
Iberoamericano de Teología para la re-
forma de la Iglesia. comprensión y el desarrollo de una

34 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

auténtica sinodalidad?1. La cues- así como la credibilidad y el propio


tión es, sin duda, central en la re- testimonio de la Iglesia.
forma de la Iglesia, como se pone
de manifiesto en todos los contex- 1. La visión del Concilio Vatica-
tos –desde los sínodos diocesanos no II: la mujer como sujeto de
hasta los consejos pastorales, des- la palabra
de el Camino Sinodal Alemán hasta
el Sínodo para la Amazonia– en los La reflexión sobre la aportación
que las mujeres pueden contribuir de las mujeres para una Iglesia si-
a la reflexión sobre el futuro de la nodal encuentra luz en el Vatica-
Iglesia, aportando su experiencia y no II, en el acontecimiento y en la
esbozando los retos que se plan- eclesiología del pueblo de Dios es-
tean. El papa Francisco, desde el bozada en primer lugar en Lumen
inicio de su pontificado, se ha mos- Gentium3. Por primera vez, en el
trado especialmente atento y sen- transcurso de dos milenios, veinti-
sibilizado con la cuestión femenina trés mujeres auditoras, religiosas
y ha instado a la Iglesia a escu- y laicas, participaron en los traba-
char las justas reivindicaciones de jos del Concilio durante el tercer y
los derechos de las mujeres, tanto cuarto período. El cardenal Sue-
por los desafíos como por las in- nens, junto con algunos auditores
terrogantes que plantean a toda la laicos y otros obispos, había pedi-
Iglesia2. De hecho, no se trata solo do la presencia de mujeres porque
del reconocimiento de las mujeres contribuirían de forma significativa
después de siglos de marginación o al trabajo de las comisiones. Aun-
minusvaloración de sus palabras en que no se les permitió hablar en
la vida de la Iglesia –aunque ha habi- la sala del Concilio, siempre estu-
do algunas espléndidas excepciones vieron presentes en los trabajos.
como Hildegarda de Bingen, Teresa Sin embargo, la visión de la Iglesia
de Ávila, Catalina de Siena, etcéte- como Pueblo de Dios, la recupera-
ra–, sino que está en juego una pro- ción de la subjetividad de los laicos
clamación efectiva del evangelio hoy, en la Iglesia a partir del fundamen-
to bautismal, la lectura de ese gran
1
Segoloni. “Chiesa e questione femmi- signo de los tiempos que es la en-
nile. Un caso serio per la sinodalità”;
En: BATTOCCHIO–TONELLO (edd.), trada de la mujer en la vida política,
Sinodalità, 81-98; Martinez Cano, “Ha- social y económica, han sido otros
blar de sinodalidad es hablar de mu- tantos elementos que han permiti-
jeres”. En: Luciani, R.–COMPTE (edd.),
En camino hacia una iglesia sinodal,
347-368. 3
Mcenroy, (1996): Guests in their own
2
Francesco, Evangelii gaudium, 103- house: the women of Vatican II. New
104; Christus vivit, 42. Cf. Anche Amo- York: Crossroad. [ed. riv. 2011]; Perro-
ris laetitia, 54.154. il mio Per una chie- ni, – Melloni, – Noceti, (edd.) (2012):
sa inclusiva (EG 103-104). “Principi di Tantum aurora est. Donne e Concilio
una re/visione ecclesiologica”. En: AP- Vaticano II, LIT Verlag, München; Ec-
PEL, K.–DEIBL, J.H. (edd.) (2019): Mi- kholt, (2012): Ohne die Frauen ist kei-
sericordia e tenerezza. Il programma ne Kirche zu machen. Der Aufbruch
teologico di papa Francesco. San Pao- des Konzils und die Zeichen der Zeit,
lo, Cinisello B., 363-376. Matthias Grünewald Verlag, Ostfildern.

Mujeres del Alba 35


Una palabra inaudita: las mujeres y la sinodalidad en la Iglesia

do, desde el inmediato posconcilio, El punto de inflexión del Conci-


la afirmación y el reconocimiento lio fue preparado por el asociacio-
de la subjetualidad de la mujer en nismo y el extraordinario desarro-
las iglesias de todo el mundo. llo de la vida religiosa femenina a
lo largo del siglo XIX, en aquellos
El cambio que se ha producido contextos en los que las mujeres
es innegable y tiene repercusiones comenzaron a formarse y a expe-
evidentes en la comprensión de la rimentar una gestión autónoma del
dinámica sinodal. Con el Vaticano trabajo, del voto y del servicio ecle-
II, las mujeres han pasado a ser sial. Pero no hay duda de que es el
sujetos de palabra en el discurso Concilio el que dio a las mujeres las
público, con competencia y auto- palabras para decirse a sí mismas,
ridad. Las madres y las abuelas como mujeres y como creyentes, y
siempre han transmitido la fe y han para hablar a la Iglesia, a Dios, al
educado a sus hijos y nietos en la ser humano. La palabra de las mu-
experiencia de la vida cristiana; las jeres ha configurado la Iglesia pos-
monjas y las religiosas han ofre- conciliar5, en el anuncio de la fe, en
cido a la Iglesia la palabra fiel de los diversos servicios pastorales en
la oración y la sabiduría. Sin em- los que se ha realizado la diaconía
bargo, durante siglos la palabra de de las mujeres en todas las iglesias
las mujeres creyentes permaneció locales, en la renovada vida religio-
confinada y delimitada a los espa- sa y en la palabra de las teólogas
cios del hogar, del monasterio o del que, después del Vaticano II, han
convento. En la Iglesia4, las muje- podido empezar a estudiar y en-
res han sido fieles oyentes, pero señar en las universidades ponti-
también sujetos de «palabras no ficias, o asumiendo algunos roles
escuchadas» en los pasillos de las de responsabilidad a nivel de la cu-
iglesias, en el ágora, en las aulas de ria romana, de las diócesis, de las
las universidades donde se debatía pastorales nacionales que las ven
teología o moral. No se les recono- finalmente implicadas –especial-
cía como portadoras de un elemen- mente en las dos últimas décadas.
to esencial y constitutivo para la
construcción del sujeto eclesial. La Ahora que el reconocimiento
presencia de las mujeres, fieles y de una subjetualidad propia de las
generosas, se consideraba como lo mujeres está emergiendo en las
«obvio» en una iglesia que se creía iglesias –mucho después de lo que
«neutral» y «sin consecuencias» ha sucedido en la sociedad civil y
en cuanto a la diferencia de sexos. en la mayoría de las culturas–, se
trata de pensar en una iglesia sino-

4
Valerio, (2016): Donne e Chiesa. Una 5
Militello, (ed.) (2007): Il Vaticano II e
storia di genere. Roma: Carocci; EAD. la sua recezione al femminile, Bologna:
(2016): Il potere delle donne nella EDB; Perroni, – Legrand, (edd.) (2014):
Chiesa. Roma Bari: Laterza; Scaraffia Avendo qualcosa da dire. Teologhe e
– Zarri, G. (edd.) (1994): Donne e fede. teologi rileggono il Vaticano II. Paoline,
Roma Bari: Laterza. Cinisello B.

36 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

dal, como una iglesia de «hombres mos juntos en una comunión que
y mujeres» y abordar aquellas re- nace y vive de la comunicación de
sistencias culturales y estructura- la fe en la que todos somos suje-
les que aún están presentes ante la tos co-constituyentes y portadores
palabra y la voz de las mujeres en de una palabra única e insustitui-
la vida eclesial. No basta con ha- ble. En primer lugar, las mujeres
blar de las mujeres o a las mujeres. recuerdan que la experiencia de
Tampoco es suficiente discutir so- fe que cada una vive es única y
bre las mujeres o la cuestión feme- «encarnada» y que las palabras de
nina aislándola del conjunto de la testimonio y de comprensión del
reforma eclesial. Es necesario ac- Evangelio que cada una atestigua
tivar dinámicas sinodales y pensar y comparte están marcadas por la
en perspectiva sinodal el cambio innegable e incontenible diferencia
necesario, y esto implica escuchar de género.
a todos los actores implicados. En
este caso, las preguntas, los retos, Una Iglesia que emprende un
los deseos, los esfuerzos, las expe- camino sinodal debe crear las con-
riencias de las mujeres, pero reco- diciones, los tiempos, las estruc-
nociendo todas las subjetividades turas para una verdadera escucha
subjetualidad –las de los hombres y diálogo, donde se reconozca la
y las mujeres– en una relación de contribución de hombres y mujeres
partners, perfilando un rostro ecle- también en su especificidad sexual,
sial inclusivo, justo, participativo. superando los fáciles estereotipos
que reducen a la «mujer» a una lis-
2. Una palabra de las mujeres ta de «valores femeninos» y a una
para una Iglesia auténticamen- feminidad esponsal-maternal, olvi-
te sinodal: una Iglesia de hom- dando las diferencias de culturas
bres y mujeres y la especificidad de las experien-
cias de vida. Se trata, por tanto,
En una Iglesia sinodal, sin per- de abordar también una cuestión
juicio de la especificidad de los ca- tabú en la Iglesia católica: la de
rismas y ministerios – aún con la la masculinidad en el marco de la
asimetría relacional que ello con- relación entre la masculinidad, lo
lleva–, la contribución de todos y sagrado y el poder, cuestiones que
cada uno se enraíza en el reco- hasta ahora son poco pensadas en
nocimiento, sobre el fundamento teología y prácticamente ignoradas
bautismal, de la igual dignidad y la en la predicación y la catequesis.
responsabilidad común de todos y La antropología teológica parece
cada uno, como se afirma en Gál inmadura e incompleta: piensa en
3,28: «no hay varón y mujer, todos el ser humano (anthropos) como
son uno en Cristo Jesús»6. Camina- un «macho» (aner) universalizado
y declarado neutro; luego, en un
6
Børresen, (ed.) (2001): A immagine di segundo acto respecto a esta idea
Dio. Modelli di genere nella tradizione de lo «humano», intenta definir la
giudaica e cristiana. Roma: Carocci. «especificidad de lo femenino».

Mujeres del Alba 37


Una palabra inaudita: las mujeres y la sinodalidad en la Iglesia

Pensar como Iglesia sinodal im- desde una perspectiva de género;


plica abordar todo esto porque las la catequesis y la enseñanza de la
identidades y las relaciones entre religión católica se llevan a cabo sin
hombres y mujeres no son ni de prestar atención a las cuestiones
subordinación ni de simple com- de la diferencia sexual. En estos
plementariedad de características ámbitos, la palabra de las mujeres
masculinas y femeninas, sino de y de los hombres en el diálogo si-
partnership (asociación, compro- nodal debe contribuir a un cambio
miso) entre sujetos creyentes. Es inaplazable, pues de lo contrario el
hora de pensar en nosotros mismos anuncio de la fe, la credibilidad y la
como «hermanos y hermanas», vida de la Iglesia se debilitarán o
«hombres y mujeres creyentes», serán insignificantes.
superando las imágenes de pro-
yección «maternal» y «esponsal» 3. Una palabra de las mujeres
por las que los hombres se enco- para una Iglesia auténticamen-
miendan a las mujeres y a su amor. te sinodal: más allá de la lógica
Esta visión, basada en la referen- jerárquica
cia al arquetipo mariano, incluida la
Mulieris Dignitatem (1988) de Juan La segunda palabra de denun-
Pablo II, o basada en la compara- cia y renovación que las mujeres
ción entre un principio petrino y un ofrecen a la Iglesia se refiere a la
principio mariano de origen baltha- forma de las relaciones eclesia-
sariano, pero sin base bíblica, pa- les9. Una Iglesia sinodal vive de la
rece estar hoy desfasada7. relación constitutiva –a nivel de
comunicación, participación y de-
La Iglesia es una institución es- cisiones– entre «uno» (primado),
tructurada en perspectiva gender «algunos» (episcopado), «todos»
–prácticas, lenguajes, etcétera–, (fieles), como nos recuerda el do-
pero no se reconoce consciente- cumento de la Comisión Teológi-
mente como tal: las liturgias y los ca Internacional ya citado. Pero la
lenguajes de la celebración de la fe Iglesia católica sigue siendo en al-
siguen siendo aparentemente neu- gunos aspectos un sistema kyriár-
tros8; la teología no se replantea

7
King, – Beattie, (2005): Gender, re- (edd.) (2018): Donne e uomini nel ser-
ligion, and diversity: cross-cultural vizio della liturgia, CLV – Roma: Ed. li-
perspectives. London: Bloomsbury Ac. turgiche.
Press; Ross, S. (2006): Antropologia 9
Prüller-Jagenteufel, – Bong, – Perint-
cristiane ed essenzialismo di gene- falvi, (edd.) (2019): Toward just gender
re. En: Concilium 42., 60-68; Perroni, relations. Rethinking the role of wo-
(2006): A proposito del principio ma- men in church and society. Göttingen:
riano-petrino. En: Ciardella, P.–. Mag- Vienna University Press; Zagano, Ph.
giani, S. (edd.), La fede e la sua comu- (2011): Women and catholicism: gen-
nicazione. Bologna: EDB., 93-116. der, communion and authority. New
8
Berger, (ed.) (1990): Liturgie und York: Macmillan; Schüssler Fiorenza,
Frauenfrage. Ein Beitrag zur Frauen- (2014): Empowering memory and mo-
frage aus liturgiewissenschaftlicher vement. Thinking and working across-
Sicht, St. Ottilien; Grillo, – Massimi, Borders. Minneapolis: Fortress Press.

38 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

quico, como lo llama E. Schüssler mentalidad clerical muy arraigada,


Fiorenza10, es decir, centrado en la marcan la vida cotidiana de las mu-
lógica del kyrios, del «único» se- jeres practicantes y de las agentes
ñor, que ejerce el poder sobre to- de pastoral. Los techos de cristal
dos –todas las mujeres y muchos y las vallas, la segregación verti-
hombres. Pensar en una «Iglesia si- cal y horizontal por razón de gé-
nodal» implica, pues, no solo incluir nero de considerable profundidad,
a las mujeres en los diversos contex- difíciles de romper, impiden a la
tos de la vida pastoral, como grupo Iglesia disfrutar de la contribución
desfavorecido, sino también trabajar competente de las mujeres en los
por un cambio en las relaciones entre procesos de toma de decisiones y
todos, superando la cultura clerical- las tareas de liderazgo.
masculina y la estructura patriarcal,
o un sistema de lógica «jerárqui- La resistencia a debatir la cues-
ca» en el que no hay una adecuada tión del voto femenino en los síno-
transparencia en las elecciones ni en dos, al menos donde sería posible
el ejercicio de la rendición de cuen- –a nivel diocesano y no durante la
tas o accountability11. asamblea del Sínodo de los Obis-
pos, en mi opinión–, es indicativa
Esto supone, sin duda, fomentar de una falta de voluntad para re-
la contribución de las mujeres en conocer la autoridad y el poder de
los ministerios de la Iglesia, en los dirección y liderazgo de las muje-
numerosos ministerios que exis- res en la vida ordinaria de la Igle-
ten de hecho y ahora también en sia. Hasta la fecha, las mujeres no
los nuevos ministerios instituidos definen los «sistemas simbólicos
por el papa Francisco de la Lec- de referencia» para el conjunto del
tora y la Acólita. Los episodios de cuerpo eclesial, si no es indirec-
sexismo ordinario y de «patriar- tamente formando a los hombres
cado benévolo», expresión de una que tendrán este poder, o, cuan-
do mucho, afectando a sectores o
10
Schüssler Fiorenza, (1990): In me- campos de actividad individuales,
moria di lei. Torino: Claudiana; EAD con demarcaciones muy limitadas
(1993): Discipleship of equals. A cri- y sujetas a una especie de «conce-
tical feminist ecclesiology / ekklesia-
logy of liberation. London: Crossroad. sión masculina».
11
Noceti, (2020): “Le donne e la chie-
sa cattolica: cittadine non ospiti. Uno
sguardo sull’attualità”. En: Bartolacci Las mujeres denuncian la bre-
– Crespi – Mattucci, (edd.) Genere e cha de género (gender gap) que
religioni. Un dialogo interdisciplinare. hiere a la Iglesia en profundidad
Roma: Aracne.,19-38; “Reformas que
queremos las mujeres en la Iglesia”. y piden que se reconozca oficial-
En: Asociación de Téologas Españo- mente lo que ya existe, es decir,
las (ATE) – Vidal, (ed.) (Madrid 11-12 el liderazgo de las mujeres en los
nov. 2017): Reforma y reformas en la
Iglesia. Miradas críticas de las mujeres contextos básicos de la Iglesia, por
cristianas, Estella: Editorial Verbo Divi- ejemplo, creando en América Lati-
no. 2018; cf. anche Militello, – Noceti, na el ministerio establecido de «lí-
(edd.) (2017): Le donne e la riforma
della Chiesa. Bologna: EDB. der o coordinadora comunitaria de

Mujeres del Alba 39


Una palabra inaudita: las mujeres y la sinodalidad en la Iglesia

base», así como también que se tienen sacerdote o que están ale-
debata sobre la predicación homi- jadas del centro de la diócesis, y
lética de las mujeres, el ejercicio cambiaría, sin duda alguna, el esti-
de la autoridad pastoral y la cues- lo «exclusivamente masculino» con
tión del ministerio12. el que se ve y se ejerce el poder.

La ordenación de mujeres diá- Promover la sinodalidad como


conos ya es posible sobre la base modus vivendi et operandi eccle-
de la teología del ministerio del Va- siae implica repensar los procesos
ticano II13. De hecho, ha sido so- deliberativos y las dinámicas de
licitada por muchas conferencias comunicación: toca la cuestión del
episcopales, sínodos diocesanos, poder y de los poderes, así como
y más recientemente, por el Sí- las relaciones entre el uno (siem-
nodo de la Amazonia. Tal petición pre masculino), los algunos (agen-
cuenta con el sustento de cientos tes de pastoral, teólogos) y todos.
de estudios históricos y teológicos Por tanto, requiere una reflexión
disponibles. La ordenación de mu- global sobre los temas eclesiales,
jeres diáconos garantizaría y servi- sobre la ministerialidad y sobre el
ría, así, a la apostolicidad de la fe ministerio ordenado, entre otros.
y al servicio del Nosotros eclesial No podemos hacerlo si dejamos de
en aquellas comunidades que no lado el debate, el discernimiento y
la investigación sobre el tema de la
ordenación de mujeres. No basta
12
Concilium 35 (1999) III: La non-or- dar una opinión sin fundamento. Se
dinazione delle donne e la politica del
potere; Jones, – Wootton, – Thorpe, necesita estudiar y recuperar el co-
(edd.) (2008): Women and ordina- nocimiento de la antigua Tradición
tion in the christian churches. London de la Iglesia y los testimonios del
New York: T&T Clark; Noceti, (2008):
“Donne e ministero: una questione Nuevo Testamento sobre las figu-
scomoda. Orientamenti e prospettive ras ministeriales femeninas.
interpretative nella riflessione teolo-
gica delle donne”. En: Calapaj, (ed.),
Liturgia e ministeri ecclesiali. Roma: 4. Una palabra que hace Igle-
Edizioni Liturgiche., 67-99; Eckholt, et sia: formas de regeneración
al. (ed.) (2018): Frauen in kirchlichen
Ämtern, Herder. eclesial
13
Hünermann, (ed.) (1997): Diakonat.
Ein Amt für Frauen in der Kirche – ein
frauengerechts Amt, Ostfildern; Zaga- El cambio que se ha producido
no, Ph. (2018): Sábado Santo. Un ar- en la Iglesia posconciliar es indu-
gumento a favor de la restauración del dable, pero hay que dar otros pa-
diaconado femenino en la Iglesia ca-
tólica. Estella: Verbo Divino.; Simone- sos, tanto en el plano de la con-
lli, – Scimmi, (2019): ¿Mujeres diáco- versión pastoral y de la cultura del
no? El futuro de la Iglesia. Madrid: San reconocimiento, como en el de la
Pablo; Noceti, (ed.) (2017): Diáconas.
Un ministerio de la mujer en la Iglesia. reforma estructural. Hay que mo-
Santander: Sal Terrae; Martínez Cano, dificar las estructuras y las prác-
– Soto Varela, (edd.) (2019): Mujeres y ticas, los sistemas educativos, la
diaconado. Sobre los ministerios en la
Iglesia, Estella: Editorial Verbo Divino. toma de decisiones, la participa-

40 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

ción, las actividades pastorales, los En una Iglesia sinodal, se trata


idiomas, la formación del clero y la de escuchar juntos la Palabra de
cooptación de las mujeres en las Dios, reconocer la gracia de la pala-
facultades de teología14. El recurso bra que tenemos todos –hombres y
fundamental en una Iglesia sinodal mujeres–, y de trabajar las relacio-
es precisamente la «palabra». La nes entre hombres y mujeres para
palabra siempre tiene una dimen- transformar dichas relaciones y las
sión cognitiva. Supone generar un estructuras desiguales que las fa-
pensamiento que se convierte en vorecen, de tal modo que se alcan-
voz, en compartir, en transmisión ce la participación de todos según
de ideas, motivaciones y razones. el proyecto evangélico del Reino
La palabra es el testimonio, la na- de Dios a partir de la convivencia
rración de hechos en los que se ha de las diferencias. Hay que narrar
sido protagonista y sobre los que las experiencias innovadoras y las
se ha reflexionado pero también de mejores prácticas para orientar a
experiencias que pueden llevar a la otras personas a considerar lícito y
denuncia cuando se atenta en con- posible el hecho de asumir funcio-
tra de la dignidad de la mujer. Sin nes y roles de autoridad como mu-
embargo, no olvidemos que mu- jeres en la Iglesia. Por ello, hay que
chas veces las experiencias expre- difundir y debatir las obras exegéti-
san su fuerza cuando se muestran cas y teológicas escritas por muje-
como anticipaciones de un futuro res, así como los testimonios de las
soñado. La palabra es la comunica- figuras femeninas de la Biblia y de
ción que teje las relaciones, en la la historia de la Iglesia. Todo esto
diferencia y en las diferencias que debe inspirar y motivar espiritual-
se exponen y por tanto se entien- mente la realización de un cambio.
den. Por ello, la palabra parte «de Se trata de hablar en «nuevas len-
uno mismo» para encontrarse con guas» en una Iglesia sinodal: hablar
el otro, para encontrarse con un no- el lenguaje de las mujeres, hablar
sotros y así generar el «Nosotros». a las mujeres, hablar como/por las
La palabra tiene la capacidad de mujeres para entender el evangelio
evocar un futuro que aún no existe y proclamarlo.
y, por tanto, de abrir sus caminos15.

14
Simonelli, – Ferrari, (edd.) (2015):
Una chiesa di donne e uomini. Camal-
doli: Ed. di Camaldoli; Aa.Vv. (1985):
“Donne invisibili nella teologia e nella
chiesa”. En: Concilium 21. VI.
15
La contribución profética de Häring,
(1999): “Riflessione conclusiva. Potere
delle donne – futuro della chiesa”. En:
Concilium 35 565-574.

Mujeres del Alba 41


Poblar el territorio y para ello, abandonar odres viejos

POBLAR EL Palabras claves: Vida religiosa,


horizonte inspirador, sínodo de
TERRITORIO Y PARA Amazonía, renovación de cara a la
ELLO, ABANDONAR misión.

ODRES VIEJOS Introducción

Hna. Ángela Perez, ACI* Hay en el título de este escrito


una invitación junto con la concien-
Resumen: cia de que para que esto sea po-
sible, hay algo que se debe aban-
El texto se desarrolla atendien- donar. Su importancia estaría en el
do a un doble dinamismo: para ir al doble dinamismo que dibuja y, se
encuentro de lo nuevo es necesario piensa podría aunar y dirigir nues-
dejar lo que traba la marcha. En la tros esfuerzos (muchos y buenos)
primera parte se profundiza en la hacia el horizonte inspirador de la
figura “poblar el territorio” a la luz vida religiosa latinoamericana para
de las conclusiones del sínodo de el próximo trienio. Mi plan en estas
Amazonía. En la segunda parte, se páginas es, en primer lugar, pro-
invitará es a ponerse a la escucha fundizar en esta formulación, pre-
de la historia del pueblo de los ca- sentando algunas claves que nos
ribes, en la que se destaca el valor ayuden a conectar con el impulso
del horizonte que inspira nuestros que emerge de ella. A la base de
esfuerzos y que justifica la decisión la primera parte se encuentra el
de dejar lo que tenemos (que no Sínodo de Amazonía (6-27 de oc-
es malo, pero resulta insuficiente) tubre de 2019) sumado a un par de
para ir al encuentro de lo nuevo. referencias a la exhortación post-
Finalmente, ante el desafío de po- sinodal del papa Francisco, Queri-
blar el territorio alentados por ese da Amazonía (2020)1; en segundo
horizonte de esperanza, se propo- lugar, me sirvo de una historia de
nen algunas pistas que nos pueden evidente valor simbólico tomada de
ayudar a hacer camino en esa di- la novela El siglo de las luces, del
rección. escritor cubano Alejo Carpentier.
La última parte resulta del diálo-

1
Amazonía, nuevos caminos para la
* Religiosa de la Congregación de las Iglesia y para una Ecología integral
Esclavas del Sagrado Corazón de Je- (documento final), de la Asamblea Es-
sús. Doctora en Teología por la Pon- pecial del Sínodo de los Obispos para
tificia Universidad Católica de Chile la región Panamazónica, celebrada
(2020) y académica de la misma Uni- entre el 6 y el 27 de octubre de 2019
versidad. Investigadora del Centro (en adelante SA); Exhortación apos-
Teológico Manuel Larraín. Miembro de tólica postsinodal Querida Amazonía,
la Asociación Latinoamericana de Li- del Santo Padre Francisco al pueblo de
teratura y Teología (ALALIE). https:// Dios y a todas las personas de buena
orcid.org/0000-0002-1195-2192. voluntad (en adelante QA).

42 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

go de ambas perspectivas, que en tender el territorio. Hay ocasiones


su conjunto evidencian la importan- en que se refiere a él como un es-
cia de abandonar odres viejos para pacio físico que debemos cuidar.
efectivamente poblar el territorio, a Así, por ejemplo, se habla de “el
la vez que propone algunas pistas gran territorio del Amazonas” (SA
que ayudarían a realizar algo efec- 30) sobre el que pesa una grave
tivamente. amenaza de destrucción (cf. SA 2).
A ello se sigue la necesidad de pro-
1. Poblar el territorio teger esa vida amenazada (ídem).
El camino propuesto es la ecolo-
La geografía política normal- gía integral (SA 67). Una segunda
mente entiende el territorio como perspectiva apunta a la relación
una porción de tierra que perte- del ser humano con su tierra. Se
nece a alguna jurisdicción o admi- habla, por ejemplo, de cómo los
nistración (nación o provincia). En pueblos que viven en la Amazo-
cambio, para las bandas o grupos nía “en el interior de cada cultura,
organizados el territorio es un sec- construyeron y reconstruyeron su
tor en el que se ejerce una domi- cosmovisión, sus signos y sus sig-
nación o soberanía, regido por las nificados, y la visión de su futuro”
normas que ese grupo impone. En (SA 8). En esas tierras habitan sus
el territorio así delimitado no se ancestros. Por eso lo cotidiano de
permite la entrada de los grupos la vida se acompaña de “la creen-
rivales. Para las naciones del terri- cia y los ritos sobre el actuar de los
torio se toma posesión y sobre él espíritus de la divinidad, llamados
se ejerce el derecho de propiedad. de innumerables maneras, con y
Se transforma así en un espacio fí- en el territorio, con y en relación
sico que tiene una delimitación na- con la naturaleza (LS 16, 91, 117,
tural o artificial y que es defendido 138, 240)” (SA 14). No da lo mismo
de posibles invasores extranjeros. establecerse aquí o allá, porque
Cuando se habla aquí de poblar el existe la conciencia de poblar una
territorio lo que hay detrás no es tierra en la que están presentes
un modo de estar en el mundo que quienes nos han precedido. Esto es
no se agota en la ocupación de un algo que define pertenencia y hace
espacio, ni la iniciativa de un indivi- del mundo un lugar habitado.
duo o grupo que apunta a poseer y
dominar sobre la tierra; se trata de Tanto si se trata de Amazonía o
una invitación a entrar en un modo de cualquier otro lugar al que nos
de relación con el mundo que nos lleva la misión, el desafío es el mis-
conduzca a realmente habitar la tie- mo: peregrinar ligeras/os de equi-
rra pisada por nuestros pies. paje, en una actitud de apertura
empática que abre a la riqueza y
En el Sínodo de Amazonía exis- novedad y a cada paso nos sale al
ten al menos dos maneras de en- encuentro, atentas/os a la voz de

Mujeres del Alba 43


Poblar el territorio y para ello, abandonar odres viejos

Dios y tejiendo redes con otras/os. Poco a poco, de tanto hablar del
No basta con ocupar un determina- Imperio del Norte, los hombres
do espacio, poblar es habitar y eso fueron adquiriendo derecho de
significa dejarse provocar a más propiedad sobre él. Tantas co-
y estar dispuestas/os a dejarnos sas habían creado las palabras,
llevadas de generación a gene-
desacomodar por la novedad que
ración, que esas cosas habían
se nos ofrece. En definitiva, para pasado a ser una suerte de pa-
poblar el territorio debemos aban- trimonio colectivo. Aquel mun-
donar los odres viejos. do distante era una Tierra-en-
Espera, donde por fuerza habría
2. Abandonar los odres viejos de instalarse un día el Pueblo
Predilecto, cuando los signos
celestiales señalaran la hora de
En la novela El siglo de las lu-
marchar3.
ces del escritor cubano Alejo Car-
pentier se relata la historia de la
migración del pueblo de los cari- Opera aquí la dialéctica de lo
bes2. Esteban, uno de los prota- propio y lo ajeno: la propia tierra
gonistas de la novela, ubicado en fue percibida como tierra extraña
el Mar Caribe, en un lugar donde (aun cuando el pueblo habitaba en
se encuentran aguas dulces y sa- ella) y el pueblo se vio impelido a
ladas, en apariencia sin mezclarse, partir, cuando apareció en el ho-
hace memoria de esta historia. Se rizonte una tierra nueva, a la que
trata de la aventura de un pueblo ese pueblo sintió que se debía.
venido de algún lugar del sur que, Fue así como los caribes hicieron
alentado por la posibilidad de dar de unas tierras desconocidas su
alcance al Imperio del Norte, le- futuro y del madurar de un sueño
vantó campamento y se puso en nació la pasión, el riesgo y la ca-
camino, primero por tierra y luego pacidad de aventura. El relato hace
por mar. Para que esto sucediera, pensar en el lugar ocupado por que
debió juntar fuerzas y disponerse entendemos que nos pertenece en
a dejar lo que ya tenía para partir las decisiones que van tejiendo una
hacia tierras desconocidas. En esto historia. Mientras no encontremos
sirvieron de motivación los objetos aquello que podemos llamar nues-
que de vez en cuando traía el río, tro, estaremos de camino, lo habi-
que daban cuenta de la existencia do será provisorio y seremos foras-
de unas tierras lejanas de prome- teros en tierra extraña (incluso en
tedora riqueza. Con el tiempo, de la propia tierra).
tanto soñar con ellas, los caribes
terminaron por hacerlas suyas: En el relato se habla de una tie-
rra-en-espera, que dibuja un hori-
zonte capaz de poner a un pueblo

2
Carpentier (2014), El siglo de las lu-
ces, 314-322. 3
Ídem, 315.

44 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

entero en movimiento. Los caribes para los caribes fue la tierra en es-
encontraron en ella una provoca- pera, para los españoles un Nuevo
ción más que ensanchó su hori- Mundo y para Esteban los ideales
zonte de cara a un futuro posible y de igualdad, libertad y fraternidad
querido. Algo similar les sucedió a promovidos por la revolución fran-
los aventureros venidos de Europa cesa— en todos ellos se trata de
que llegaron a América alentados una esperanza que ha sido capaz de
por las noticias de la existencia de movilizar a sujetos y pueblos para
un Nuevo Mundo, y a Esteban (y alcanzar un ideal que se dibuja en
Sofía) cuando se pusieron en cami- el horizonte. ¿Por qué abandonar
no cautivados por las promesas del odres viejos? Porque ha aparecido
Siglo de las Luces: en el horizonte una tierra nueva a
la que sentimos que de alguna ma-
Hallábase Esteban en las Bo- nera nos debemos. La historia de
cas del Dragón, devoradoras de los caribes nos lleva a pensar que,
tantas expediciones que aban- al menos en la esperanza lo que
donaron las aguas saladas por llamamos mundo y lo que soñamos
las dulces, en busca de aque- como nuestro futuro existe en no-
lla Tierra de Promisión nueva- sotras/os: ilusión y esperanza. El
mente movediza y evanescente sentido de dejar lo que tenemos de-
—tan movediza y evanescente
bemos buscarlo en las señales que
que acabó por esconderse para
siempre tras el frío espejo de los traen los ríos de nuestra vida, que
lagos de la Patagonia—. Y pen- anuncian que hay también para no-
saba, acodado en la borda del sotros una tierra-en-espera llamán-
Amazon, frente a la costa que- donos desde lejos: puesta la mirada
brada y boscosa que en nada en el territorio que se nos invita a
había cambiado desde que la habitar seremos capaces de tensio-
contemplara el Gran Almirante nar nuestras historias hacia un fu-
de Isabel y Fernando, en la per- turo posible y querido, y encontra-
sistencia del mito de la Tierra de remos la fuerza para partir.
Promisión. Según el color de los
siglos, cambiaba el mito de ca-
rácter, respondiendo a siempre 3. La decisión de abandonar los
renovadas apetencias, pero era odres viejos para poblar el te-
siempre el mismo: había, debía rritorio
haber, era necesario que hu-
biese en el tiempo presente — Para decidirse a abandonar los
cualquier tiempo presente— un odres viejos (en los que normal-
Mundo Mejor4.
mente nos sentimos a gusto) y
recibir odres nuevos (capaces de
Si bien la figura de ese mito de acompañarnos en la actual prima-
un mundo mejor puede variar — vera de la Iglesia y de la Vida Re-
ligiosa), dos son las condiciones:
4
Ídem, 321. que exista en nosotras/os el anhe-

Mujeres del Alba 45


Poblar el territorio y para ello, abandonar odres viejos

lo de realmente habitar la tierra, y Hay en esto un programa que


que reconozcamos que los odres nos desafía a más, del que depen-
que tenemos no son los adecuados de la novedad esperada. No basta
para contener la novedad que esto con soñar con lo nuevo, para al-
representa. La decisión de aban- canzar ese horizonte es necesario
donar los modos de proceder tra- ponerse en camino; para que esto
dicionales, para aprender nuevas efectivamente suceda, es necesa-
maneras de habitar el mundo, solo rio dar cabida a transformaciones
se comprende a la vista de esa tie- de fondo. En algunos casos, los rit-
rra-en-espera que nos llama desde mos y modos de vivir que hemos
lejos y nos impulsa a ponernos en heredado de la cultura moderna
camino. dificultan la comprensión del signi-
ficado del arraigo y de la pertenen-
En relación con la novedad po- cia a la tierra. Puestos a la escucha
sible y querida, que dibuja nues- de pueblos que saben de esta ex-
tra propia tierra-en-espera, vale la periencia, es posible imaginar nue-
pena recordar las valiosas pistas vas maneras de relacionarnos en-
recogidas en las palabras de clau- tre nosotras/os y con la tierra que
sura del Congreso Continental de nos cobija. Podemos aprender de
la Vida Religiosa celebrado entre “la forma en que los pueblos indí-
el 13 y el 15 de agosto de 20215. genas se relacionan y protegen sus
Se habla del valor de lo sinodal, lo territorios” (SA 79) y llegar a ser
sororal y lo fraternal; de la impor- con ellos “una Iglesia que navega
tancia de abrir horizontes de nueva río adentro y hace su andadura por
relacionalidad, optando por la pre- la Amazonía, promoviendo un esti-
sencia, cercanía y escucha, pres- lo de vida en armonía con el terri-
tando oído al dolor de las víctimas; torio, y a la vez con el ‘buen vivir’
de ofrecer una palabra que sane, de los que allí habitan” (SA 75). La
reconcilie y renueve en el sentido; pregunta sería aquí por los modos
de la necesidad de estar atentas/os de relación que establecemos a
para discernir la voz de Dios que se todo nivel. Analizando, los pueblos
deja oír en el sufrimiento de quie- indígenas, cuidan de las/los demás
nes ven vulnerados sus derechos; y de la Casa Común, y a la acogi-
de ir dando forma a una trama en da respetuosa de toda/o la/el que
la que se exprese lo diverso, que dé llega, y la/lo disponen para salir al
pie a los procesos, trabajando en encuentro de las/os otras/os y del
redes, con relaciones horizontales, Otro que en ellos se hace presente.
dejándonos desacomodar, traba-
jando al modo de Jesús y optando Poblar el territorio supone reco-
por el cuidado de la Casa Común. nocer el valor de lo diverso y cul-
tivar la vida que florece en cada
realidad (SA 42). Cuando se trata
5
Ver https://www.clar.org/congreso- de asuntos que realmente nos im-
vr-2021/

46 Revista CLAR No. 2 de 2022


Reflexión Teológica

portan, sobre los cuales tenemos vorecerían, pero para ello debe
una experiencia, una opinión y un existir voluntad. Cuando se trata
interés, al vemos enfrentadas/os de la participación en las decisio-
a nuevas perspectivas tendemos nes que nos involucran, existe el
a la comparación, la defensa de lo desafío, por ejemplo, de hacer par-
propio, la instrucción del otro. Nos tícipes a los laicos de las decisiones
amenaza el peligro de, sin darnos que afectan a sus comunidades, de
cuenta, silenciar las voces meno- prestar real atención al sensus fi-
res para una vez más imponer una delium en el discernimiento eclesial
mirada hegemónica y una única y de permitir que la herencia cul-
verdad sobre las cosas. Abandonar tural de nuestras/os hermanas/os
odres viejos significa optar por un migrantes se exprese en el rostro
nuevo modo de relación basado en de las comunidades. Esto supone
la apertura y la escucha, que da ceder espacio para dar lugar a lo
paso al diálogo en el cual lo propio nuevo. A la vez, supone hacer un
es superado en un nosotros. Este camino y para eso se debe contar
ejercicio no responde simplemente con una planificación estratégica
a un gesto de generosa condescen- que movilice en esa dirección, in-
dencia, es un acto de fidelidad al vertir en formación de los agentes
Dios que se expresa en lo diverso pastorales y dar lugar a la creación
(QA 32), cuya belleza no se agota de nuevos espacios que permitan
en una misma y única forma (QA una real búsqueda conjunta.
66) y que, contando con en ese ser
único que somos cada una/o, va Puede ser que mientras vamos
dando forma a lo nuevo. De este de camino haya momentos en los
modo, hermanadas/os con un Dios cuales se imponga el cansancio, la
encarnado, puede florecer “la Igle- frustración o el desencanto. Es en-
sia, Pueblo de Dios inserto entre los tonces cuando se vuelve vital con-
pueblos, [que] tiene la belleza de tar con un horizonte inspirador que
un rostro pluriforme porque arrai- nos recuerde por qué nos pusimos
ga en muchas culturas diversas (cf. en camino, hacia dónde se dirigen
EG 116)” (SA 92). nuestros pasos y cuál es esa tie-
rra-en-espera que con ilusión bus-
Si queremos ver nacer una Igle- camos alcanzar. Poblar el territorio
sia renovada, es fundamental dar supone tiempo, y la esperanza es
espacio para la participación de una fuerza capaz de sostener la
todas/os en la construcción de un marcha cuando se trata de dar vida
nosotros eclesial. Hay niveles y a proyectos que requieren de eta-
modos de participación que lo fa- pas prolongadas hasta ver la luz.

Mujeres del Alba 47


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

MUJERES DEL ¿Se podría augurar que la presen-


cia femenina en la gestión del po-
ALBA: RENACIDAS Y der-servicio eliminaría el conflicto
RESILIENTES y la guerra con el ejercicio de más
entendimiento, comprensión, tole-
rancia y compasión…? Y en las re-
Aporte desde la ligiones, en particular en la Iglesia
Católica ¿cómo se podría evaluar
Psicología y el este aspecto de la participación de
Desarrollo Humano la mujer en el ámbito eclesial? La
reflexión-acción del pensamiento
femenino original y diferenciado,
Hna. Rosa María así como el rasgo de la radicalidad
Moreno Rodríguez, de la experiencia existencial y el
examen de soluciones para el dra-
F.Sp.S.* ma humano, será el leit motiv2 que
oriente en el presente y en el futu-
Resumen: ro la presencia de la mujer renaci-
da y resiliente en la construcción
Un nuevo paradigma del proce- de la “Civilización del Amor”.
so de transformación del “ser mu-
jer” se construye a través del acon- Palabras Clave: Mujer, alba, rena-
tecer histórico, con una esperanza cer, resiliencia y transdisciplinariedad.
de humanización1 que dé respuesta
asertiva a los siguientes cuestio- Introducción3
namientos: ¿Cómo sería el mundo
hoy si las mujeres participaran más
Abordar el tema de la mujer en
activamente en la sociedad y en
este año de 2022 significa desper-
las decisiones de salud, educación,
tar y conmover al mundo en mo-
economía, justicia y paz?
mentos cruciales de este siglo XXI
que ha marcado a la humanidad
* Mexicana. Pertenece a la Congre- con la realidad trágica de la pan-
gación de las Hijas del Espíritu Santo. demia COVID-19 y el flagelo de la
Profesora Normalista, Lic. en Psicolo-
gía Educativa, Maestra en Desarrollo
Humano y Doctora en Investigación 2
Yunes y Lucchetti Nimgemer, Mujeres
Psicológica. Especializaciones: Sa- de palabra, 7
gradas Escrituras, Teología Espiritual 3
La palmera representa el símbolo de
y Liturgia. Diplomados: Planificación la “resiliencia”. Esta metáfora de las
Pastoral, Formación Integral, Pastoral palmeras, que dejan pasar los fuertes
Educativa, Formación Sacerdotal, Psi- vientos, se dobla y agachan su cabeza,
cología Positiva y Psicoterapia de Arte. pero se recobran y siguen creciendo
Servicio profesional: Docencia, investi- después de las tormentas, robuste-
gación, ejercicios espirituales, cursos, ciendo así su tronco su resistencia, es
conferencias, seminarios y talleres. utilizada para hablar de la resiliencia.
Es un tipo de respuesta general de for-
1
Porcilo, Con ojos de mujer, 33 taleza ante la crisis.

48 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

guerra Rusia-Ucrania entre otros, trascendente… La mujer es el as-


con el objetivo de reflexionar sobre pecto poético de Dios 4.
la experiencia vivida y sus conse-
cuencias de enfermedad, hambre, 1. Sensibilización - Experiencia
pobrezas, sufrimiento, ruptura del contemplativa
tejido social, migraciones, injusti-
cia, corrupción, trata, etc., y res- “… el destino humano no está
catar lo esencial en el presente y exclusivamente en los genes ni en
para el futuro, con la finalidad de las experiencias de la primera in-
responder con “nuevas propues- fancia, sino que se construye día a
tas” que ofrezcan el reconocimien- día cuando el entorno cree en uno
to a la dignidad de la mujer y sus y ofrece posibilidades de recupera-
derechos humanos. ción a quienes sufren y están ex-
cluidos de la sociedad”5.
Así, el acercamiento al pensa-
miento feminista será crucial como A continuación, presentaré algu-
síntoma del desarrollo y evolución nas mujeres renacidas6 para des-
de la conciencia humana en rela- cubrir, a través de una mirada de
ción con los adelantos y cambios “ojos abiertos” y “escucha cons-
ideológicos, sociales, científicos, ciente”, los sentimientos, palabras
tecnológicos, religiosos, eclesia- y acciones que expresaron su re-
les, etc., y marcará el porvenir, ya nacer ante la irrupción del impulso
que el arquetipo del equilibrio en- del Espíritu de Vida que las condujo
tre lo femenino-masculino afecta al a vivir en medio de la “noche” la
ser humano en su totalidad: en su espera “al alba” durante el Kairós
forma de ser varón/varona, en su de su proceso resiliente.
respectiva identidad y en sus rela-
ciones complementarias.
Edith Stein (+1942): De la eman-
cipación femenina al martirio nazi.
Y para adentrase en el miste- “Los 4 pilares de la feminidad: Re-
rio de lo femenino, de su renacer
y de su construcción resiliente, es
necesario comprender e identificar
4
Moreno R. Un Taller de Sexualidad
para la Liberación de la Persona, 124-
su atracción biológica, su atrac- 125.
ción por los otros y su “intuición” 5
Uriarte, La resiliencia. Una nueva
como actividad preponderante. perspectiva en psicopatología del de-
sarrollo, 61-80
Inmanente a la feminidad que co- 6
La iconografía es una disciplina, des-
mienza con la Creación y se va prendida de la Historia del Arte, que se
descubriendo en el sustrato de to- encarga del estudio, la descripción, el
análisis y la clasificación de las imáge-
das las cosas: El “rostro materno nes sobre personajes, temas o tradi-
de Dios” en María de Nazaret; y el ciones contenidas en retratos, cuadros,
“amor” que es unión y realización retablos, estatuas y monumentos, así
como de su simbología y atributos.

Mujeres del Alba 49


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

ceptividad, generosidad, dignidad y que: elefantes, cebras, hienas,


maternidad”. Afrontó los problemas búfalos... ¡leones! Todos con un
del momento hablando en nombre sólo objetivo: ¡sobrevivir!… pero
de las mujeres e instándolas a re- ellas y yo cruzamos una mirada lar-
construir el tejido social para poner ga, profunda y solidaria: tan igua-
freno al nazismo. les, tan distintas, tan hermanas”
(Relato de su visita a Kenia, África,
Simone de Beauvoir (+1986): 19.08.17).
“No se nace mujer, se llega a ser-
lo”. “La gran revolución sería po- Cinco mujeres “del alba” que en
der llegar a un mundo basado en distintas culturas del mundo con-
la hermandad entre el hombre y la temporáneo: Europa, Asia, Améri-
mujer, porque conseguir derechos ca y África son ejemplos resilientes
económicos y sociales no basta de la lucha y del reconocimiento de
para la mujer”. valores, derechos y deberes que
ofrecen claves de lectura y aportes
Malala Yousafzai (*1997): “Un de la feminidad consciente para re-
niño, un profesor, un libro y un lá- construir el tejido social de la socie-
piz pueden cambiar al mundo. La dad y el bienestar de la humanidad:
educación es la única solución”.
“Pensaron que las balas nos iban a • “La receptividad, la generosidad,
dejar en silencio, pero fracasaron... la dignidad y la maternidad”,
Y luego, a partir del silencio surgie- son fuentes de vida, fecundidad
ron miles de voces”. Premio Nobel y armonía para la humanidad
de la Paz, 2013. presente y futura.

Teresa de Calcuta (+1997): “No • El reconocimiento y apoyo al


necesitamos armas y bombas para proceso de la construcción de la
llevar la paz, necesitamos amor y mujer, es “una revolución histó-
la compasión”. “Si no se vive para rica que hace realidad el poder
los demás, la vida carece de senti- llegar a un mundo basado en la
do”. “Para que la oración sea real- hermandad entre el hombre y la
mente fructuosa, ha de brotar del mujer”, en complementariedad.
corazón y debe ser capaz de tocar
el corazón de Dios”. Premio Nobel • “La educación de la mujer como
de la Paz, 1979. voz clara y sonora” eco silencia-
do a su derecho inalienable a su
Margarita Robleda (*1950): Mu- desarrollo y participación en los
jeres Mara Masai: “Mientras escu- sectores y ámbitos sociales, po-
chaba observé la "fortaleza" cons- líticos, económicos, religiosos y
truida con matorrales y espinas eclesiales.
alrededor de la aldea para prote-
gerse de la gran cantidad de ani- • Ante la falta de sentido: La vida
males que deambulan por el par- de la mujer “entregada para los

50 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

demás” en oblatividad y gratui- que como “semilla de mostaza” (Mt


dad, en “amor y compasión”. 13,31.32) crece en el silencio y os-
curidad de la tierra inhóspita del
• Y, en un mundo egoísta y mate- mundo y despuntará “al alba” del
rialista, la fortaleza y resiliencia renacer de un “cielo nuevo y una
son valores femeninos para vivir tierra nueva” (Ap 21,1-7) de una
en solidaridad con las mujeres a humanidad nueva y resucitada.
través de entrecruzar con ellas
“una mirada larga, profunda y so- Un acercamiento a la feminidad
lidaria que nos hace tan iguales, consciente.
tan distintas y tan hermanas”.
Abordar este tema implica nece-
Contribuciones actuales y sóli- sariamente “mirar con ojos de mu-
das del pensamiento femenino que jer” este asunto que conlleva una
siguen siendo el grito preñado de hipoteca de siglos sobre la falta de
una humanidad que aún “gime con reconocimiento de su dignidad que
dolores de parto” (Rm 8,22) ante la proyectará en la historia futura de
ya esperada, pero aún no realiza- la humanidad las siguientes pecu-
da, “Civilización del Amor”7. liaridades8:

2. Ser mujer: Un proceso de • La relación hombre/mujer sufre


“renacer” cada día. desplazamiento del eje de gra-
vedad, de una sociedad patriar-
“¿Quién es ésta que se aso- cal a una sociedad personal.
ma como el alba, hermosa como
la luna llena, refulgente como el • En lo que se refiere al trabajo,
sol, imponente como escuadro- la mujer es más valorada en sus
nes abanderados?” (Cant 6,10). El capacidades y cualidades.
poema del Cantar de los Cantares
hace referencia a la revelación de • Respecto a la cultura, existe ya
la nueva conciencia femenina que una estimación de lo “intuitivo”.
describe la belleza, la luz y la digni- Anuncio de la “era de sophia”
dad de la amada. Las palabras del cuya presencia se describe por
coro en este versículo reaccionan la integración de lo masculino.
con esta exclamación que mani-
fiesta el asombro ante el esplendor • En todos los campos de la cien-
de la esposa. Conciencia femenina cia: el estudio y la investigación
sobre la mujer, la aparición del
7
Pablo VI, Discurso pronunciado en la arquetipo del “ánima” se presen-
Audiencia General, 31 de diciembre de ta en múltiples manifestaciones.
1975, Roma. Recuperado: Pablo VI y la
civilización del amor - Fundación Pablo
VI. https://www.fpablovi.org/.../889-
pablo-vi-y-la-civilizacion-del-amor 8
Ib. Moreno, 126-133

Mujeres del Alba 51


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

• En el ámbito educativo se percibe • Vive al servicio de la Vida: reci-


el desarrollo de los dos hemisfe- bir la vida, acogerla, dejarla cre-
rios, en donde se ha desarrolla- cer en ella, darla a luz, sostener-
do más el izquierdo, quedando el la, alimentarla y acompañarla.
derecho reducido a nivel incons-
ciente (no sentimos, no lloramos, • Su ser de mujer es un espacio
no recordamos los sueños, no se habitable. Lleva en su corazón el
confía en las intuiciones…). secreto de la “habitación”, minis-
terio en el mundo, en la sociedad
Finalmente, habrá que recono- y en la Iglesia. Hacer espacios
cer, valorar e impulsar otras ca- habitables, crear comunicación,
racterísticas de la feminidad cons- comunidad y comunión.
cientes de que despierte en los
diferentes sectores de la sociedad • Su presencia: una visión de ins-
la “conciencia” de la mujer y de las piración, apoyo y guía.
mujeres para contribuir, desde su
aporte, a una nueva humanización: • La reflexión teológica sobre la
vida, la hará desde su esencia y
• La mujer tiene el secreto de re- desde las entrañas del Dios de la
cibir, alimentar, abrigar, dar a luz Vida.
la vida y así, unir espíritu y carne
en su cuerpo; tiene la experien- 3. “Estaba al alba, María…
cia de que una donación de amor (Jn 20,11-18)
deja huellas en su cuerpo y en
su carne, huellas de novedad de
3.1. Mujeres al amanecer.
vida, de una “nueva vida”.

La contemplación de la mujer
• La vida en ella se recibe en
al amanecer: “Estaba al alba, Ma-
germen y se transforma. Esta
ría…”, conduce necesariamente al
transformación lleva tiempo.
tema del compromiso de educar,
Implica un proceso interior, cor-
formar y acompañar el proceso re-
poral, global y múltiple como
siliente de las mujeres de hoy, con
es la espiritualidad de la mujer.
el propósito de que su vocación,
Requiere espacio, circulación de
profesión, misión en la familia, la
sangre, tiempo, gestación; por
sociedad, el servicio a los demás,
lo cual, su cuerpo le enseña a
las transforme en mujeres “renaci-
tener sentido de espera y espe-
das y resilientes” ante toda adver-
ranza, paciencia de crecimiento
sidad que aparece en su desarrollo
y enseña a alimentar la vida (“al
humano-espiritual y en su destino.
hijo”) en la ternura y el gozo de
Dos alegorías introducen el tema de
la oblación, a dar abrigo, posibili-
la resiliencia como raíz y potencial
dad de dilatación y de fortaleza.

52 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

del desarrollo y comprensión del oro: fortaleza, servicio, virtud... La


proceso transformador en la mujer: prueba de la vulnerabilidad, pero
también de la resiliencia (la capa-
El arte Kintusigi9: Este arte japo- cidad de recuperarse) es digna de
nés manifiesta de manera creativa llevarse en alto.
el modo de encontrar el verdadero
valor potencial de la persona. Este Una persona, una mujer res-
valor no está en su perfección sino iliente es una persona que, a pe-
precisamente en sus imperfeccio- sar de experimentar circunstancias
nes; pero, sobre todo, en su repa- adversas o situaciones desagrada-
ración, la misma que junto a todas bles, logra enfrentar efectivamen-
sus cualidades, transforma a las te las dificultades y darse un nuevo
personas en seres dignos de admi- impulso que le permitirá alcanzar
rarse: “Los caracteres más sólidos objetivos y percibir una buena ca-
están plagados de cicatrices" (Jalil lidad de vida y bienestar, a pesar
Gibrán). de todo.

Trasladar esta imagen al terreno Musicosophía: La “escucha


de lo humano, a la cosmovisión de consciente” de la Sinfonía del Des-
la mujer y del mundo de sus rela- tino, Allegro con brío, (7:12) Sinfo-
ciones en el contacto con los seres nía No. 5 in C minor, Op. 67 de Lud-
que ama y que, a veces, lastima o wig van Beethoven (1770-1827).
la lastiman. ¡Cuán importante re- Ser persona y mujer resiliente es
sulta el enmendar! Entender que un llamado a un encuentro con la
los vínculos lastimados y el corazón Fuerza del Destino, texto musical
maltrecho, pueden repararse con que conduce a una metamorfosis y
los hilos dorados del amor, y vol- evolución espiritual y que invita a
verse más fuertes. La idea es que las siguientes consideraciones:
cuando algo valioso se quiebra, la
solución no es ocultar su fragilidad • En el ser humano, la música es
ni su imperfección, sino reparar- una fuerza formadora del desti-
lo con algo que haga las veces de no. Abordar este tema es apos-
tar por la voluntad de vivir “amor
por la vida”: ¿Qué espera la vida
9
Kintsugi: carpintería de oro, o Kint-
sukuroi: reparación de oro. Es una téc- de mí? Toda vocación personal
nica de origen japonés para arreglar tiene relación con la vocación
fracturas de la cerámica con barniz de universal.
resina espolvoreado o mezclado con
polvo de oro, plata o platino. Forma
parte de una filosofía que plantea que • Y tomar conciencia del propio
las roturas y reparaciones forman par-
te de la historia de un objeto y deben destino, en momentos difíciles,
mostrarse en lugar de ocultarse, incor- oscuros, con golpe, tiene un
porarse y además hacerlo para embe- efecto liberador y tranquilizador
llecer el objeto, poniendo de manifies-
to su transformación e historia. que lleva a compartir el destino

Mujeres del Alba 53


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

propio con el destino de la hu- Adán y Eva tuvieron que ejercitarla


manidad. para sobrevivir, crecer y someter la
creación), su aparición en las cien-
Beethoven ha necesitado la sor- cias humanas es reciente, con una
dera para cuestionar el destino. El sincronía entre el mundo anglosa-
destino no fue lo que lo golpeó, fue jón y los países francófonos.
lo que lo llevó a través de prue-
bas, encuentros y descubrimientos La resiliencia es “la resistencia
a participar de su largo y sinuoso de un cuerpo a la rotura de un gol-
camino, creando la melodía que pe”. El primero que usó el térmi-
transforma el golpe... y el golpe no en sentido figurado fue Bowlby
que desaparece con la melodía... y la definió así: “Resorte moral,
El golpe corrige, avisa... El golpe cualidad de una persona que no se
amigo señala cada día, con guiños desanima, que no se deja abatir”.
imperceptibles y pequeña mesura Para Cyrulnik es: “La capacidad del
la lógica del camino. Cuando no es ser humano para reponerse de un
suficiente, viene el golpe, grande, trauma y, sin quedar marcado de
fuerte y en ocasiones fatalista (voz por vida, ser feliz”. Con una con-
luminosa que llama). Su significado notación de “dinámica existencial”,
depende de la actitud del ser hu- la resiliencia es más que la resis-
mano, no del golpe... tencia misma y más amplia que la
adaptabilidad. Sus relaciones con
Las dos alegorías narradas ante- el “coping” (capacidad de enfrenta-
riormente son imagen de las cau- se a…) son más sutiles. En psico-
sas (la herida a sanar y el golpe de logía implica que el individuo trau-
la adversidad) que intervienen en matizado se sobrepone (rebondit =
la transformación y resiliencia de la se desarrolla tras una pausa) y se
mujer renacida y resiliente. re-construye10.

3.2. Resiliencia: Antecedentes Características de la resilien-


y concepto. cia11: Vencer las pruebas y las cri-
sis de la vida, resistirlas primero
La “Resiliencia” es camino y pro- y superarlas después, para seguir
ceso para llegar a la raíz del po- viviendo lo mejor posible. Es una
tencial de vida de cada mujer para capacidad universal que permi-
rescatar y proyectar la experien- 10
Moreno, La resiliencia: raíz y poten-
cia de la “Vida en abundancia” de cial del desarrollo de la persona en el
aquel Hombre, Jesús de Nazareth, ámbito educativo, terapéutico y social,
que enseña con su existencia que 73-82
11
Capacidad de una persona o de un
es posible “resistir, sobrevivir y grupo para desarrollarse bien, para se-
edificarse”. Aunque la resiliencia se guir proyectándose en el futuro a pe-
remonte al inicio de la humanidad sar de acontecimientos desestabiliza-
dores, de condiciones de vida difíciles
(expulsados del paraíso terrenal, y de traumas a veces graves.

54 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

te a una persona, un grupo o una y desde esta certeza proclamar el


comunidad impedir, disminuir o canto resiliente de su corazón: “Mi
superar los efectos nocivos de la alma engrandece al Señor…” (Lc
adversidad, recuperarse e ir hacia 1,46-56). La vulnerabilidad y la po-
adelante. breza se hacen presente en la exis-
tencia de la madre de Jesús: “Y al
3.3. María de Nazaret y María llegar el tiempo del parto, dio a luz
Magdalena. a su hijo primogénito, lo envolvió
en pañales y lo acostó en un pe-
Desde esta perspectiva de la re- sebre, porque no había lugar para
siliencia se descubre, en momen- ellos…” (Lc 6,7).
tos y acontecimientos cruciales de
la existencia, el proceso transfor- María Magdalena: Llorar y sol-
mador del renacer en dos mujeres tar lo que ya no le pertenece y la
amadas de Jesús12. oportunidad de reencontrarse con
las huellas de su nombre, de entrar
Resiliencia y vulnerabilidad: “Es- en su corazón.
taba al alba, María, llamándole con
sus lágrimas”. Resiliencia y proceso de protec-
ción: “Estaba al alba, María, la fiel
María de Nazaret: Creer en la esposa que aguarda”. La fidelidad
Palabra del ángel que le anuncia esponsal de la mujer renacida se
su maternidad por obra del Espíritu manifiesta en los siguientes rasgos
Santo es el inicio de su proceso re- que acompañan su proceso resi-
siliente: Arriesgar todo en su vida liente a través de su vida. Desarro-
porque es una mujer que confía en llarse de forma positiva a pesar de
un proyecto esperanzadoramente la experiencia de un ambiente de
imposible, pero asume su vulnera- alto riesgo (pobreza, inestabilidad
bilidad que es la mano que la vin- familiar, migración, etc.). Cuantas
cula con su Dios y con la prome- más dificultades acumula una per-
sa de salvación para su pueblo (Lc sona, mayor es el riesgo de disfun-
1,26-38). Para María, en su estado ción.
de embarazo, salir de Nazaret, par-
tir a Judá para visitar y servir a su María de Nazaret: Sin forzar el
prima Isabel es una manifestación misterio y el hecho de no compren-
de la experiencia de ser habitada der ciertos enigmas que le presen-
por el Hijo de Dios “¡Bendita eres ta la vida (persecución, muerte,
tú entre las mujeres y bendito es el incomprensión, tribulación…), Ma-
fruto de tu vientre”! (Lc 1,39-45), ría, la esposa de José y la madre
de Jesús peregrina en un proceso
de aprendizaje doloroso: Levántate
12
Morfin, De hechiceras a profetas,
Mujeres de la Biblia que vienen del exi- toma contigo al niño y a su madre,
lio y recrean nuestra memoria. y huye a Egipto, quédate allí hasta

Mujeres del Alba 55


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

que yo te diga, porque Herodes va María Magdalena: La búsqueda


a buscar al niño para matarlo” (Mt de Magdalena está en su interior,
2,13). “El padre y la madre esta- es necesario reconocer su sensi-
ban sorprendidos…” (Lc 2,33). “Y bilidad hacia esa voz íntima que le
a ti una espada te traspasará el hace reconocerse y reencontrarse,
alma…” (Lc 2,35b). “¡Hijo! ¡¿Por qué y así atreverse a seguir al Rabí de
nos has hecho esto?! Tu padre y yo Nazaret en su misión: “Lo acompa-
te hemos buscado con angustia” ñaban los Doce y algunas mujeres
(Lc 2,42). que habían sido sanadas de malos
espíritus y enfermedades; estas
María Magdalena: Tiempo de eran María, llamada Magdalena, de
pulir sus sentidos y reconocer la la que habían salido siete demo-
voz de Jesús que se acerca a ella nios…” (Lc 8,2).
y que, con la fuerza del poder de
Dios, la libera de los demonios que Sanar de un trauma es restau-
la esclavizan… (Lc 8,2). rar un acontecimiento interno que
trastorna a la persona. Tiene con-
Tener competencias constantes secuencias inmediatas que se agru-
ante situaciones de estrés agu- pan en la expresión “shock emo-
do o crónico. Implica estrategias cional” producido por la guerra, el
de ajuste eficaces, esfuerzos por campo de concentración, maltrato,
restaurar o mantener el equilibrio duelo por un familiar, catástrofe
interno o externo mediante activi- natural o bien, una acumulación de
dades que incluyen el pensamiento sucesos vitales negativos que pue-
y la acción; para esto es necesario de tener ese efecto traumático si
evaluar la situación y aplicar luego se llegara a producir un desborda-
estrategias de ajuste. miento de las capacidades de ela-
boración mental del sujeto.
María de Nazaret: El proceso
resiliente de María se fortalece al María de Nazaret: Para María,
ritmo de su corazón en el silencio, la muerte de su hijo en la cruz es
el cuidado y el amor incondicional una experiencia humana y doloro-
a su hijo: “Su madre guardaba cui- sa difícil de expresar con palabras,
dadosamente todos esos sucesos porque la carne y la sangre de la
en su corazón” (Lc 2,51b). Y en el madre también agonizan con Él…
signo de la Boda de Caná es ella la “Junto a la cruz de Jesús estaba su
portadora de la “hora” de Jesús y el madre…” (Jn 19,25).
momento en que también a María
Dios le revela plenamente su voca- María Magdalena: Cuando Ma-
ción de mujer y madre: “Ya no tie- ría Magdalena pierde a Jesús en la
nen vino… “Mujer, ¿qué tiene que muerte de cruz, pierde también la
ver esto con nosotros?... “Hagan lo imagen suya que le permitía reco-
que él les diga…” (Jn 2,1-5). nocerse amada… “Junto a la cruz

56 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

de Jesús estaba su madre y la her- individual, se acentúan los rasgos


mana de su madre, María, mujer positivos: capacidad de amar y
de Cleofás, y María Magdalena” (Jn comprometerse, valentía, compe-
19,25). “Muchas mujeres que ha- tencias interpersonales, sensibili-
bían seguido a Jesús para servirlo dad, estética, perseverancia, per-
estaban allí, mirando desde lejos. dón, originalidad, espiritualidad,
Entre ellas estaba María Magdale- sabiduría… En relación al grupo, se
na…” (Mt 27,55-56a). recuperan las virtudes cívicas y las
instituciones que hacen evolucionar
Construcción de la resiliencia: al individuo hacia una responsabili-
“Estaba al alba, María, porque era dad mejor como ciudadano, hacia
la enamorada”: Es un hecho admi- la educación, el altruismo, la civili-
tido que algunas mujeres resisten dad, la moderación, la tolerancia y
mejor que otras los avatares de la la ética profesional. La solidaridad
vida, la adversidad y la enferme- social y la corriente humanitaria
dad, ya que la interacción entre tiene parte en este cambio.
ellas y sus allegados en un clima
de afectividad y amor, sus condi- María de Nazaret: María creyó
ciones de vida y su ambiente vital, en la Palabra de su Hijo, en el re-
son aspectos importantes. torno del amor y del amado, que
vuelve al alba del día, como se cree
El concepto de vulnerabilidad, en lo que no se ve, pero se mira
con sus elementos biológicos y psi- con los ojos siempre vueltos al co-
cológicos y su enfoque epidemio- razón: “El Hijo del hombre va a ser
lógico ha abierto camino a la res- entregado en manos de los hom-
iliencia como la resistencia (mayor bres, lo van a matar y al tercer día
o menor) al trauma y a los suce- resucitará” (Mt 17,22). “No teman,
sos desestabilizadores, la capaci- vayan y anuncien a mis herma-
dad de enfrentarse (coping) y la nos que vayan a Galilea y que allí
adaptabilidad. La corriente huma- me verán” (Mt, 28,10). “Después
nista, así como la Psicología Positi- de hablar con ellos el Señor Je-
va, Rogers (1968), Fromm (1978), sús alzando las manos los bendijo
Maslow (1972), Seligman (2002), y fue elevado al cielo y se sentó a
han empezado a interesarse por la derecha de Dios” (Mc 16,19; Lc
la “felicidad”13. Esta se refiere en 24,50). “Todos ellos perseveraban
primer lugar a las experiencias unidos en la oración con algunas
evaluadas subjetivamente: el bien- mujeres, con María la madre de
estar, la satisfacción (pasada), la Jesús y sus hermanos” (Hch 1,14).
alegría (actual), la esperanza, el “Al llegar el día de Pentecostés es-
optimismo (por el futuro). En lo taban todos reunidos en el mismo
lugar… Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo…” (Hch 2,1-4). “… y
13
Seligman, La auténtica felicidad

Mujeres del Alba 57


Mujeres del Alba: renacidas y resilientes

para que creyendo tengan vida en pretarla, y de organizar la vida so-


su nombre” (Jn 20,31b). cial, política, económica, religiosa
y eclesial. Así mismo, la educación
María Magdalena: A María Mag- tendrá que asumir y facilitar el de-
dalena no le basta llorar la pérdida sarrollo de la “sensibilidad”, resca-
del amado, es necesario buscarlo y tar el valor de lo “afectivo”, el valor
escucharlo decir su nombre: “Ma- de la “vulnerabilidad” y el desarro-
ría” para seguir a su Maestro en llo de la resiliencia. Ser afectados,
la misión de anunciar el Reino de ser heridos es una tarea funda-
Dios. “… al alba del primer día de la mental para animar el rumbo de
semana María Magdalena y la otra la historia y sanar tantas heridas
María fueron a ver al sepulcro… … en la humanidad. Con relación a la
fue corriendo con los discípulos y Iglesia católica, si de verdad quie-
les dijo: Se han llevado del sepul- re ser coherente con su misión de
cro al Señor y no sabemos dónde ser luz, signo y sacramento para el
lo han puesto… …María se había mundo, tendrá que reflejar en sus
quedado afuera, llorando junto al estructuras y en su vida la inclu-
sepulcro… …Mujer, ¿por qué lloras?, sión de la mujer en su ser y misión
¿a quién buscas? …Jesús le dijo: evangelizadora. María, la Madre de
¡María! Ella acercándose, exclamo: Jesús Resucitado y María Magdale-
¡Rabboní! … María Magdalena fue a na, apóstol de los discípulos del Se-
anunciar a los discípulos: ¡He visto ñor Jesús, son mujeres resilientes
al Señor! Y les contó lo que le había en el camino de la Cruz y mujeres
dicho” (Jn 20,1-18). renacidas al impulso del Amor. El
ministerio esencial de la mujer “re-
Conclusión nacida y resiliente” será: LA VIDA.
“Y su presencia: Ser ella misma,
una presencia “alta en la cumbre,
La construcción de la resiliencia
toda luna de oro”. Presencia cuya
en la mujer, desde el paradigma de
voz es clara, precisa y luminosa…
la transdisciplinariedad, favorecerá
”14.
la comprensión de lo que implica la
complejidad de la educación resi-
liente en aspectos éticos, estéticos Bibliografía:
y de otra índole que ayude a re-
crear la vulnerabilidad de lo feme- Aldo Melillo y varios. Resiliencia
nino y a transformarlo en fuerza y subjetividad. Los ciclos de la vida.
generadora de vida, de reconoci- (Buenos Aires, Argentina: Paidós.
miento, de valoración, de bienestar 2004).
y de felicidad. Esta nueva concien-
cia femenina ayudará a los varones
a revisar sus esquemas mentales, 14
Acévez, Fuego para el propio cono-
su manera de autocomprenderse, cimiento, Luz y sombra de la relación
de situarse en la historia e inter- sexual, 182-186.

58 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

Biblia de la Iglesia en América. Martin E. P. Seligman. La autén-


CELAM y PPC. Primera Edición, tica felicidad (2002).
2019.
Michel Manciaux. La resiliencia:
Boris Cyrulnik, y varios. El rea- resistir y rehacerse. (Barcelona,
lismo de la esperanza. Testimonios España: Gedisa Editorial. 2003).
de experiencias profesionales en
torno a la resiliencia. (Barcelona, Robert Brooks / Sam Goldstein.
España: Gedisa Editorial. 2004). El poder de la resiliencia. Cómo lo-
grar el equilibrio, la seguridad y la
Erik E. Erikson. Infancia y Socie- fuerza interior necesarios para vi-
dad. (Buenos Aires, Argentina: Ed. vir en paz. (CDMX, México: Paidós.
Paidós, 2a. Edición, 1978). 2004).

George Balan. La fuerza del Rocío Morfin Otero. De hechi-


destino. (St. Peter / Schwarzwald, ceras a profetas, Mujeres de la Bi-
Germany: Musicosophia. 2001). blia que vienen del exilio y recrean
nuestra memoria. (CDMX, México:
Juan de D. Uriarte Arciniega, La Desarrollo Humano, Obra Nacional
resiliencia. Una nueva perspecti- de la Buena Prensa. 2010).
va en psicopatología del desarro-
llo. (Revista de Psicodidáctica Año Rosa María Moreno R. Un Taller
2005. Volumen 10. No. 2). de Sexualidad para la Liberación de
la Persona (CDMX, México: Educar
Luis Mariano Acévez E. Fuego Pastoral 7. Editorial SEMARO Con-
para el propio conocimiento, Luz ciliar de México, 2003).
y sombra de la relación sexual.
(CDMX, México: UIA, 1997) 182- Rosa María Moreno Rodríguez.
186. La resiliencia: raíz y potencial del
desarrollo de la persona en el ám-
Ma. Teresa Porcilo Santiso. Con bito educativo, terapéutico y social,
ojos de mujer. (CDMX, México: Edi- (CDMX, México: Revista Prometeo,
torial La Cruz.1998). Fuego para el propio conocimiento,
No. 44, Otoño, 2006).
Marion Woodman. Ser Mujer.
(Barcelona, España; Kairós, 1a.
Edición, 1993).

Mujeres del Alba 59


Escucha con humildad y con los oídos del corazón

ESCUCHA CON de las mismas debe ser promover


“la relación, la proximidad entre las
HUMILDAD Y CON LOS personas, siendo un medio y no un
OÍDOS DEL CORAZÓN fin. “El uso de la red social es com-
plementario al encuentro en carne
y hueso, vivido a través del cuer-
Ricardo Alvarenga* po, corazón, ojos, contemplación,
respiración del otro. Si la red se
Cada año desde 1967, la Igle- usa como extensión o expectativa
sia Católica ha dedicado un día de tal encuentro, entonces no se
para celebrar y reflexionar sobre la traiciona a sí misma y sigue siendo
comunicación. La fecha fue crea- un recurso para la comunión”, dijo
da durante el Concilio Vaticano II Francisco en 2019, en su mensaje
como un gesto concreto de la ins- con motivo de la 53ª Jornada Mun-
titución en su camino hacia la co- dial de las Comunicaciones.
municación. Durante estos más
Para el año 2022, en que se ce-
de cincuenta años de celebración,
lebrará la fecha del 29 de mayo,
los Papas han escrito anualmente
la reflexión propuesta por el Papa
mensajes especiales sobre el tema.
está vinculada a la pedagogía de la
Pablo VI, Juan Pablo II, Bene- escucha, y el tema elegido es “Es-
dicto XVI y Francisco fueron los cuchar con el oído del Corazón”.
pontífices que publicaron mensajes No es la primera vez que Francisco
con motivo de las celebraciones de aborda el tema de la escucha. En
la Jornada Mundial de las Comu- 2016, al escribir sobre la relación
nicaciones Sociales. La lectura y entre comunicación y misericordia,
reflexión de las 56 cartas escri- Francisco recordaba que es funda-
tas hasta el momento brindan una mental escuchar para comunicar.
oportunidad única para compren- “Comunicar significa compartir, y
der el desarrollo del pensamiento compartir requiere escuchar, aco-
católico sobre el tema. ger. Escuchar es mucho más que
escuchar: escuchar se refiere al al-
En sus escritos, el papa Francis- cance de la información; escuchar
co ha rescatado aspectos que se en cambio se refiere al alcance de la
refieren a la génesis del proceso comunicación y requiere cercanía.
comunicativo, la relación humana. Escuchar nos permite asumir la ac-
En varias ocasiones, destacó que, titud correcta, dejando la condición
a pesar de la grandeza y relevancia pacífica de espectadores, usuarios,
de las tecnologías de la informa- consumidores”, recordó el Papa.
ción y la comunicación, el fin último
La línea de reflexión propues-
* Doctor en Comunicación Social, pe- ta por el papa Francisco está muy
riodista, coordinador de Signis Brasil cerca de los debates promovidos
Joven y miembro del Grupo de Re- por el sociólogo francés Domini-
flexión sobre Comunicación de la Con-
ferencia Nacional de Obispos de Brasil. que Wolton, al fin y al cabo, tanto

60 Revista CLAR No. 2 de 2022


Subsidio

la información como la comunica- La auténtica comunicación ca-


ción no son lo mismo. El caso es tólica debe ser dialógica y abierta,
que la comunicación es más com- porque es en la escucha del otro,
pleja que la información, para ellos en el compartir sus experiencias
la comunicación es la relación, de y vivencias como se hace una co-
ahí su complejidad y por tanto la municación que transforma. “No
información debe entenderse como se puede comunicar con orgullo.
un mensaje. “El problema ya no es La única llave que abre la puerta
solo de la información, sino sobre a la comunicación es la humildad.
todo de las condiciones necesarias O al menos una actitud parcial de
para que millones de individuos se humildad”, destaca Francisco en el
comuniquen o, mejor aún, logren libro O Futuro da Fé (2018).
convivir en un mundo donde todos
ven todo y saben todo, pero las Es necesario repensar nuestra
innumerables diferencias lo hacen comunicación, retomarla aquí para
igualar. Más comunicación y tole- hacerla buena y humana, escu-
rancia son difíciles”, explica Wolton chando al otro, encontrándose con
en su obra Informar no es comuni- el otro, dialogando cara a cara. El
car (2009). papa Francisco invita a los comuni-
cadores a ir más allá del lugar tra-
Por eso la escucha debe en- dicional de la comunicación, de solo
tenderse de cerca, porque como registrar los hechos institucionales,
recuerda el papa Francisco en su es hora de hacer una comunicación
mensaje de 2022, después de ir y comprometida con las personas,
ver “para descubrir la realidad y con el cambio de realidad, miran-
poder narrarla desde las vivencias do y escuchando al otro. “La buena
de los hechos y desde el encuen- comunicación no busca captar la
tro con las personas”, es necesario atención del público con un chiste
escuchar. Una verdadera llamada a cursi destinado a ridiculizar al in-
redescubrir la primera vocación de terlocutor, sino prestar atención
la comunicación: promover la co- a las razones del otro y tratar de
munión, el diálogo y la interacción. comprender la complejidad de la
Así como Dios es capaz de inclinar realidad”, declaró el Papa.
su oído para escuchar a su pueblo,
los comunicadores debemos es- Eduardo Galeano escribió una
forzarnos por producir contenidos vez: “la primera condición para
que tengan en cuenta las diversas cambiar la realidad es conocerla”.
voces que resuenan desde nues- Por eso, para construir una socie-
tras realidades. Es necesario ejer- dad más justa y fraterna, es ne-
citar la escucha con humildad y con cesario salir al encuentro del otro,
los oídos del corazón. Después de escuchar las distintas voces y am-
todo, hay muchas formas de comu- plificarlas sin miedo a través de
nicarse y solo aquellos que tienen nuestros medios de comunicación.
los ojos y los oídos verdaderamen- Se necesita audacia para escuchar
te abiertos podrán ver y escuchar. y coraje para anunciar.

Mujeres del Alba 61


SEDE
SEDE CLAR
CLAR

Confederación Latinoamericana y Caribeña


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