Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL DIBUJO Y EL NIÑO
Desde el ojo entrenado del experto, los trazos de un dibujo dejan ver algo más
que líneas curvas o rectas y el control motor. Refleja su estado emocional, sus miedos,
preocupaciones y deseos. Una manera de entender cuál es el desarrollo psicológico y
social del niño. El modo de expresión en alguien que aún no ha desarrollado el lenguaje
verbal. También es un indicador de la predisposición del niño hacia el aprendizaje, y
como se enfrenta a él (se concentra al hacerlo, se despista etc.)
Nos encontramos con la necesidad de establecer quizás un decálogo para al
menos sin la finalidad que un psicólogo o pedagogo pudiese tener a la hora de
enfrentarse al dibujo, aclarar cómo actuar de la forma más correcta.
Antes de esto debemos recordar que, dentro estas posibles instrucciones, cada
niño tiene un ritmo y necesidades en su aprendizaje. Que el adulto debe de
acompañarle dejando que se exprese de forma natural sin presionar.
Mediante la observación y la experiencia, que es sin duda la madre de todas las
ciencias y sin excepción en este tema, podríamos definir dicho decálogo. Establecer de
forma entendible y lógica que hacer.
Sin más vamos a tratar de enumerar antes justificando de manera breve esta
guia.
-Es una forma de expresión libre y personal de cada individuo. Cada niño dependiendo
de múltiples factores dibujara de una forma u otra.
-Es un juego y a la vez un proceso artístico, vida y pensamiento.
-Es espontáneo, puro y sincero.
-Es inspirado, aliviando tensiones y frustraciones.
-Es imaginación, su representación del mundo filtrada por su mente.
-Es espejo de su personalidad y manera de ser.