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Criminalidad

Psicología
Forense
Criminalidad
La función de la La criminalidad se ha convertido en uno de los problemas socioeconómicos
criminalidad es y políticos más graves que afectan a la población mundial y no se puede
organizar la política definir con exactitud la extensión de esta debido, en parte, a la ausencia de
criminal de una Nación estadísticas criminales (López-Rey Arrojo, 1987).
para que esta sea
efectiva.
Para intentar delimitar el terreno, usaremos la definición que Marchiori
utiliza para la criminalidad, ya que el autor la describe como “el conjunto
de hechos delictivos que se cometen en un determinado tiempo y lugar. Se
trata de un análisis global del fenómeno delictivo atendiendo al grupo
social o región – geográfica social – donde se producen los
comportamientos violentos” (Marchiori, 1997, p. 19).

Desarrollo
De la definición de criminalidad se desprende que para poder aplicar el
concepto a la realidad, y que no quede solo como una cuestión teórica,
debemos contar con investigaciones válidas en torno a la delincuencia y el
correcto análisis no solo cuantitativo, sino cualitativo de estas. Como
sabemos, y padecemos en otros ámbitos (como por ejemplo, el clínico), en
nuestro país no estamos acostumbrados a la realización de investigaciones
con la dedicación y el celo profesional que estas requieren. Mucho menos
cuando las investigaciones dependen de organismos públicos oficiales y
pueden generar estadísticas, en este caso, sobre el índice de criminalidad,
que pueden no ser una buena estrategia de marketing para ningún
Gobierno.

El conocimiento de la criminalidad es escencial para el correcto


funcionamiento de un Estado, ya que sirve para ordenar el sistema penal y
sienta las bases para el desarrollo de una política criminal eficaz en relación
con resultados y costos. El desarrollo de una política criminal por parte del
Estado es mucho más que la simple modificación de leyes o penas que
pueden generar un alto impacto mediático, pero que no abordan la
cuestión de raíz ni brindan soluciones a largo plazo.

Tipos de criminalidad

Existen diferentes modelos para clasificar la criminalidad y encontramos


útil el que discrimina entre la criminalidad conocida y la desconocida (la
cifra negra de la criminalidad) :

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 Criminalidad conocida: son los hechos delictivos que llegan al
conocimiento de las instituciones, la policía, la administración de
justicia, etcétera. Se trata de los delitos que se conocen, generalmente,
a través de la denuncia en el sistema penal, y los criminólogos suelen
coincidir con que esta parte de la criminalidad es la menor. Por eso, es
importante la denuncia como un acto de responsabilidad social , ya que
es la que permite el registro, el conocimiento el tipo y modalidad de
delito, como así también, en ocasiones, las características del autor y la
posterior incorporación al estudio de la criminalidad de una región.
 Criminalidad oculta: está constituida por los delitos que no son
conocidos por las instituciones, que no llegan al ámbito de la Justicia y
que no se denuncian. Este tipo de criminalidad se infiere que duplica o
triplica a la criminalidad conocida y es más frecuente en algunos tipos
de delitos, como los intrafamiliares, los delitos sexuales, las amenazas o
el tráfico de drogas (Marchiori, 1997).

La criminalidad oculta es mayor a la criminalidad conocida lo que genera


un panorama complejo a la hora de pensar las políticas criminales.

La criminalidad es un fenómeno creciente a nivel mundial y el dato se


compone, prioritariamente, de la criminalidad conocida. Manuel López-Rey
Arrojo, que fue presidente del Comité de Prevención del Delito en las
Naciones Unidas, en su texto Las dimensiones de la criminalidad, de 1987,
intenta hechar luz sobre este fenomeno con una mirada crítica y
fundamentada en investigaciones y datos concretos. Se calcula que casi el
60 % de la criminalidad está compuesta por los delitos contra la propiedad.
El costo económico de un delito (asistencia, salarios, pérdidas, etc.) no es
inferior a 1.000 dólares y, según sus cálculos, en 1980, la criminalidad
conocida y desconocida sumó 1.067 millones de delitos a nivel mudial
(López-Rey Arrojo, 1987). En el mismo texto, el autor hace el siguiente
análisis:

En tanto cada país no tenga una idea razonablemente


aproximada de la extensión de su criminalidad, la política
criminal que se haga no dará el resultado esperado, será
innecesariamente costosa y facilitará el incremento de
determinadas modalidades de la criminalidad.

A la hora actual las administraciones de justicia penal


existentes son cada vez menos capaces de enfrentarse con
el fenómeno criminalidad lo que no es de extrañar en
cuanto se hallan enraizadas en conceptos y enfoques del
siglo XIX y comienzos de XX.

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Debemos pensar en un control electrónico del
delincuente si se quiere hacer efectiva una justicia social
penal y reducir considerablemente los gastos y reducir el
lamentable espectáculo de que en un número creciente de
países la población penal en espera de ser juzgada supera la
condenada. (López-Rey Arrojo, 1987, pp. 33-35).

Enfoques

Diferentes autores abordan temas o hacen lecturas que impactan en el


dasarrollo y la comprensión de la criminalidad; tal es el caso de Emilio
Durkheim (1965), quien desarrolló el concepto de anomia que, si bien no lo
hizo especificamente para esta temática, se amolda perfectamente. La
anomia es una condición que se vive en un momento y una sociedad
determinada y se caracteriza por la ausencia de normas que impacta en
conflictos sociales, conductas violentas y suicidios. Esta ausencia de normas
se da ante la desintegración del orden colectivo y permite que las
aspiraciones del hombre se eleven por encima de todas sus posibilidades.
El autor asegura que el delito es un comportamiento normal en la sociedad
y no existe ninguna exenta de este flagelo. Además, analiza dos tipos de
anomia:

Anomia aguda: producida por transformaciones sociales sumamente


rápidas en las cuales las reglas sociales tradicionales son eliminadas y,
como consecuencia de ello, los individuos y las distintas clases sufren los
efectos del cambio y pierden su lugar social. Podríamos citar como ejemplo
de esta situación el conflicto social en Córdoba que se vivió en el 2013
debido a una huelga iniciada por la Policía de la Provincia que desencadeno
una ola de saqueos y otros delitos en menos de 48 horas (Figura 1).

Anomia crónica: esta surge al aceptarse indiscriminadamente la doctrina


del progreso más rápido y destructivo en las cuales las relaciones
industriales y comerciales quedan libres de todas las restricciones. A modo
de ejemplo, sabemos que las zonas de criminalidad estarían caracterizadas
por un alto déficit en la calidad de vida y un espacio físico-social
deteriorado. (Durkheim, 1965).

Por su parte, Edwin Sutherland (1960), en sus estudios sobre criminalidad ,


desarrolla el concepto de asociación diferencial y asegura que la conducta
criminal es aprendida en la sociedad como cualquier otra conducta, por
eso, dependerá del contexto social inmediato si el sujeto reproduce o no
determinados comportamientos, por ejemplo, criminales. Debemos tener
presente que para que exista un aprendizaje social o modelado, los
comportamientos deben ser observados, retenidos y reproducidos, y debe

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existir una motivación, ya que si las personas ven consecuencias deseables
y positivas en la conducta observada en la sociedad, es más probable que
la imiten, tomen como modelo y adopten. El mismo autor acuñó el
término criminalidad white collar o de cuello blanco para hablar de un tipo
de criminalidad oculta y específica, que es realizada habitualmente por
delincuentes profesionales o de niveles económicos y culturales altos.
(Sutherland, 1960).

Figura 1: Anomia aguda

Fuente: Agencia Diarios y Noticias, 2013, https://goo.gl/2aFcNJ

Consideraciones

La sociedad no puede estar ajena y es, en parte, responsable de la


criminalidad que padece, tanto de su génesis como de su abordaje.

A partir de lo expuesto anteriormente, observamos que hasta tanto cada


territorio no conozca e interprete la extensión de la criminalidad, no podrá
desarrollar una política criminal efectiva, que se ajuste a las necesidades de
la sociedad. No podemos desconocer que, al igual que la sociedad
evoluciona, también lo hace la criminalidad como fenómeno emergente e
inevitable de esta; por lo tanto, esto nos interpela para pensar nuevos
métodos de abordaje de esta problemática y saber que la simple
modificación de leyes y el endurecimiento de las penas no es suficiente.

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Referencias bibliográficas
Agencia Diarios y Noticias. (2013). [Fotografía sin título sobre paro de
policías]. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1968120-tres-anos-
despues-de-la-huelga-policial-en-cordoba-el-juicio-aun-no-empezo

Andrada, O. (4 de diciembre de 2013). Córdoba: con la policía acuartelada,


se extienden los saqueos y robos a comercios. La Nación. Recuperado de
http://www.lanacion.com.ar/1644416-cordoba-con-la-policia-acuartelada-
se-extienden-los-saqueos

Durkheim, E. (1965). El suicidio. Buenos Aires: Shapire.

López-Rey Arrojo, M. (1987). Las dimensiones de la criminalidad. España:


Marcos Lerner.

Marchiori, H. (1997). Capítulo 1. En Autor, Criminología. Introducción (pp.


25-38). Córdoba: Marcos Lerner.

Sutherland, E. (1960). Principles of Criminology. Chicago: Lippincot.

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