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Fase natural
Consiste en seleccionar el texto, leerlo una vez e investigar el significado de
los términos difíciles, también se puede señalar las frases tópicas de cada párrafo.
Incluso se puede realizar un resumen del texto para una mayor comprensión del
mismo.
En el caso de artículos científicos, sobre todo si son especializados, puede
ser necesario investigar las bases de las teorías científicas detrás del texto. A
partir de lo anterior se establece el significado básico o literal del texto.
Fase de ubicación
El texto debe ubicarse en espacio y tiempo: cuándo y dónde se publicó
(revista, periódico, canal de televisión…). También debe ubicarse al emisor. Es
decir, identifique al autor del texto e investigue sobre él/ella, describa su obra y
qué lugar ocupa el texto que usted leyó dentro de esa obra. No olvide determinar
el área de conocimiento del cual trata el texto leído, por ejemplo: ciencia,
tecnología, ciencias sociales, filosofía, letras, arte, cultura, sociedad, psicología o
cualquier otra y determine las características de esa rama del saber para
comprender mejor el tema expuesto en el texto.
Este varía en función del tipo de mensaje, como podemos ver en los siguientes
ejemplos:
En artículos científicos, suele ser un investigador que está, con frecuencia,
asociado a una institución o a una entidad que financia su trabajo. Esos
datos ayudan a valorar el texto; por ejemplo, cuando una empresa
farmacéutica financia un estudio sobre fármacos.
En anuncios publicitarios, el emisor es un equipo de trabajo que incluye la
empresa anunciante y la agencia de publicidad que creó el texto.
En una noticia, se trata del periodista que la firma. Este, junto con el director
del medio de comunicación, se hace responsable del enfoque y de la
veracidad de lo informado.
En artículos de opinión, el responsable es el autor, no el medio. Un caso
especial es el editorial, un texto sin firma en que un medio emite su opinión
oficial sobre un tema.
Fase analítica
Al igual que con los textos literarios, en esta fase se analizan el paratexto, el
cotexto, las estructuras de mediación, las notas y el contexto.
Establezca relaciones entre el texto escrito y otros elementos no verbales
presentes en él: imágenes, dibujos, gráficos y otros que ayuden a la significación
del texto.
Describa el uso del lenguaje empleado, estilo del escritor, recursos
gramaticales y retóricos (discursivos) para captar al lector y procurar el
convencimiento.
Identifique además corrientes ideológicas, símbolos y otros elementos que
enriquezcan su interpretación del texto.
El paratexto más importante en el análisis es el título. En los artículos
científicos, debe explicar claramente el contenido por desarrollar. En artículos de
opinión, suele informar y además condiciona la atención del lector al leer. En las
noticias, el título también informa, y puede tomar un tinte sensacionalista o
amarillista; incluso puede tener la intención de manipular al lector para que piense
de cierta manera.
*Los textos científicos pueden ser especializados o de divulgación, según
su objetivo y público meta. Los especializados se dirigen a especialistas,
investigadores con conocimiento amplio en la materia. En el caso de artículos en
revistas, incluyen entre sus paratextos un resumen de las ideas principales, que
permite al lector decidir si le es útil leerlo. Los de divulgación se dirigen al público
en general y a científicos de otras disciplinas. Un famoso ejemplo es Una breve
historia del tiempo, del físico Stephen Hawking.
En el cotexto, el análisis cubre tres aspectos básicos.
Sintaxis. Estructura o partes del texto. En los anuncios esto puede incluir el
tiempo, el espacio o los personajes. En otro tipo de textos se refiere a la
estructura expositiva.
Semántica. Temas y planteamientos generales. Incluye sentidos explícitos
e implícitos.
Pragmática. Posición ante el mundo mostrado. En los anuncios y en los
artículos de opinión esto se evidencia en la retórica y el estilo, así como en
las estrategias discursivas. Estas son relevantes cuando se produce
parodia o burla de un personaje.