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DIA 1

CANSADOS DEL RUIDO

La enfermedad del tercer milenio es el estrés, la fatiga. Todos estamos cansados y preocupados.

Nuestros nervios no soportan más situaciones límite, y tenemos miedo de todo y de todos.

Tan pronto como abrimos el periódico o encendemos el televisor, encontramos noticias cotidianas
de violencia. Y todo nuestro ser se siente agredido por ellas. Vemos espantosas imágenes de
guerra, terror, muerte y fuego; de madres que no soportan ya el llanto de su pequeño hijo, y lo
sofcan o lo meten en una bolsa y lo tiran al río, de mujeres que no aguantan los ronquidos del
marido, y lo matan; de hombres que no resisten más los ruidos del vecino, llaman a su puerta y le
asestan tres tiros; de peleas callejeras por motivos banales.

Algo no funciona en la vida humana, y hay que arreglarlo.

Es urgente rescatar la existencia pacífica y serena, reencontrar el amable del silencio como esa
“CASA INTERIOR” donde podamos sentirnos a gusto y serenos, en la armonía en que fuimos
creados y que tanto necesitamos.

Nuestros oídos son violentados todo el día con molestísimos ruidos, mucho mayores- según nos
dicen los médicos- de los que puede soportar el ser humano. Las personas se quedan sordas con
mayor frecuencia. El ruido de los automóviles, el uluar de las sirenas, la música a todo volumen,
nos obligan a “hablar cada vez más alto” para poder comunicarnos con quienes tenemos a nuestro
lado.
Palabrotas que hieren la dignidad humana y perturban lo más íntimo de nuestro ser: duras ofensas
contra todos, sin saber por qué.

Nuestro paladar es constantemente provocado por la propaganda de alimentos y bebidas que


perjudican nuestra salud, pero el mercado no se preocupa por la salud de nadie, sólo quiere
vender.

Comemos demasiado y nos sentimos mal. La obesidad no es fruto precisamente de la ascesis ni de


una enfermedad. Esta agresión nos aleja de nosotros mismos, del autodominio, y nos lleva a la
exageración que antes o después será sin duda preocupante y nociva.

Nuestra afectividad y nuestra sexualidad son incitadas de manera que ya no sabemos distinguir los
valores del amor humano, lo que nos ha convertido en esclavos de imágenes y provocaciones.

Parece que perdemos de vista la autocensura y no sabemos regular nuestros instintos.

Se exalta lo que pueda provocar hasta la mínima satisfacción inmediata, haciendo de todo el un
motivo de idolatría. Vivimos inmersos en una constante agresión a nuestro ser físico, espiritual y
ético.

Nuestro afán de tener está constantemente incentivado por las imágenes de la propaganda
televisiva, que nos presenta un “estilo de vida” que la mayoría de las personas jamás pueden
alcanzar; una riqueza y un bienestar ilusorios que producen rebeldía e inducen a actitudes
deshonestas para poseer lo que nos hacen desear. Ya Juan, el evangelista, nos dice que la codicia
entra por los ojos y corrompe el corazón.

Ante todo esto necesitamos imponernos un “SILENCIOSO INGRESO A NUESTRA CASA” a nuestro
corazón, para hacer un diagnóstico de nuestra situación concreta, buscar remedios y evaluar
nuestro futuro.

Esta evaluación sólo podrá hacerse si nos alejamos de todas las formas de violencia y agresión,
procurando descubrir el “SILENCIO” como amigo y brújula que nos oriente en nuestra situación.
Dentro de nosotros está la fuerza para “resolver los problemas” y curarnos de la agitación que
crece cada vez más, destruyendo nuestra paz y haciéndonos agresivos e insatisfechos con todo y
con todos.

EJERCICIOS

1.- ¿Cuáles son las formas de violencia que le provocan y te hacen al mismo tiempo agresivo y
desequilibrado? ¿Es que tu no necesitas la paz y el silencio para revisar su vida, sus sueños, e
ideales?

2.- Identifica los ruidos que más perturban tu sueño, tu trabajo, tu estudio.

3.- ¿Qué perturba tu acción en la Iglesia, los cantos, la voz del sacerdote, el cuchicheo de las
personas? Conviva con todo ello sin perder la calma. Quiera a las personas y acéptelas como son.

4.- ¿Qué te molesta de las personas: el tono de voz, los pasos, los gestos, la manera de hablar por
teléfono o tocar la bocina en las calles? No permitas que eso turbe tu paz.

5.- Busca un espacio de silencio para apaciguar tu corazón, tu cabeza y tus nervios.

Dijo un sabio que sólo en el silencio nos preparamos para una realización personal. Nuestra vida
futura estará en armonía con nuestras realidades más profundas. Gandhi.
DIA 2

REFLEJANDOSE EN EL SILENCIO

Pero, ¿qué es en definitiva el silencio? Si consulta el diccionario encontrará por lo menos ocho
significados diferentes:

Del latín, sustantivo masculino, estado de quien calla.

Privación del habla. Por extensión: taciturnidad. Interrupción de correspondencia epistolar.


Ausencia de ruido, Sosiego, calma, paz. Sigilo, secreto. Interjección para mandar callar o imponer
sosiego.

Todas estas acepciones son correctas, pero no indican el significado del verdadero y profundo
silencio del que queremos hablar; el silencio que viene de Dios, que es el mismo Dios, que no es
falta de comunicación, sino plena comunicación. No puede haber comunicación sin que la plabra
nazca y se piense en el “útero del silencio “.

Necesitamos aprender a hablar menos y a escuchar más lo que quiere decirnos nuestro corazón y
que, muchas veces, nuestra conciencia y nuestros oídos no quieren oír.

La sabiduría sufí dice con acierto: “Si la palabra que estás por pronunciar no es más bella que el
silencio, no la digas”

El Salmo 138 nos advierte que “no está aún la palabra en mi lengua y tú.

Señor, ya la conoces”. No sólo Dios conoce nuestra palabra antes de pronunciarla, sino que nos
invita a reconocer también las palabras que vamos a decir, los efectos que van a producir y cómo
las acogerán los demás.

En realidad no manifestamos nuestro pensamiento únicamente con las palabras, sino con todos
nuestros gestos, con los ojos, con la postura, con la inflexión de la voz, con las manos, con el sudor
que cae de nuestra frente, y con todos los movimientos. Sin embargo, no siempre tenemos
conciencia de cómo nos comunicamos con el otro.
La palabra SILENCIO viene del latín silentium. Su primer sentido es el de callar, mantener el
mutismo y no responder pregunta o provocación alguna. Es el derecho de abstenerese a hablar,
de no pronunciar palabra; el mismo derecho que se da a los acusados. Aun con todos los medios
tecnológicos que existen, como el detector de mentiras, es imposible que alguien sepa con certeza
qué pasa por la cabeza o en el interior de los demás. Sólo lo sabemos por las palabras o por los
gestos. Nada más.

Un gran predicador dice sobre los tipos de silencio:

A) El silencio del celo. Es el silencio de quien está concentrado al desempeñar su trabajo,


manteniendo el debido siglo en lo que dice y oye, un silencio casi de “confesionario”. Un obispo ,
un papa, un médico, no pueden decir todo lo que saben. Existe el velo de silencio que cubre una
multitud de “pecados” o de heridas.

B) El silencio de la prudencia y de la sabiduría. Es el silencio que debemos tener en las


conversaciones, en los encuentros. No es raro que hablemos más fuerte con “nuestros silencios”
que con las mismas palabras. Hay silencios que aprueban, que gritan, que condenan y
estigmatizan la palabrería vacía de muchas personas.

C) El silencio de la paciencia en las dificultades. Si el “grano de trigo no cae en tierra y muere, no


puede producir fruto”. Existe el silencio de la espera. En realidad, toda espera está hecha de
silencio alegre y sufrido: la madre espera con gozo el nacimiento de su hijo, los novios esperan en
silencio el día de su boda, el ladrón espera en doloroso silencio su liberación: y el justo espera en el
silencio que se reconozca su justicia.

En el silencio todos sabemos lo que pasa en nuestro interior aunque no podemos definirlo.
Sabemos si somos justos o injustos, si hemos hecho o no aquello de lo que nos acusan. Existe una
silenciosa lucidez interior, de la que no podemos huir. Sabemos si somos fieles o infieles.

El silencio somos nostros, Es nuestra identidad.

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*
DIA 3

REFLEJANDOSE EN EL SILENCIO PARTE 2

Usted habrá visto alguna vez un largo, un pequeño río o un mar limpio y transparente, en los que
ha podido ver reflejada con nitidez su propia imagen, aunque un poco temblorosa. Pero en el
fondo del lago había mucho lodo.

Cualquier piedrita que cayese en él agitaría el agua y la enturbiaría. Así es el silencio del corazón:
nos ayuda a ver lo que hay en el fondo de nuestro ser, pero basta que caiga algo en él o aceite sus
papas que se enturbie todo.

Es necesario, por lo tanto, calmar nuestros sentimientos.

Recordemos el texto del evangelio que narra el pasaje en que los discípulos despertaron a Jesús
durante la tempestad porque se estaba hundiendo la barca, Jesús ordenó al viento que se calmara.
Y el viento amainó.

Se levantó entonces una fuerte tempestad y las olas entraban en la barca, de madera que la barca
estaba ya hundiéndose.

Jesús estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal, y lo despertado diciéndole.

“Maestro” ¿no te importa que nos hundamos? El se levantó , ordenó calmarse al viento y dijo al
lago: ¡cállate! ¡Enmudece!.

El viento amainó y sobrevino una gran calma. Y a ellos les dijo “¿Por qué son tan cobardes?
¿todavía no tienen fe?. Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros. ¡Quién es éste,
que hasta el viento y el lago le obedecen Mc. 4 37-41.

Si en este largo entra constantemente agua limpia y nueva, el lodo será desplazado, el fondo se
tornará transparente y solo quedan a la visita las piedras, pero ellas no perturban nuestra
consciencia. Las piedras son nuestros pecados, nuestro pasado, pero asumido con paz.
Necesitamos encontrar espacios de silencio, oasis de silencio, para que, removiendo todo el barro
y suciedad que hay en nosotros, podamos reflejarnos y ver con nitidez, nuestro rostro, sus heridas
y cicatrices, pero también la belleza de nuestra vida.

Reflejémonos en nuestro silencio, sin miedo al pasado, Nada puede perjudicarnos en el futuro. Se
trata de asumir nuevamente nuestra identidad humana, cristina cualquiera que sea nuestro
estado, y cambiar hacia el futuro.

Cada paso que damos rumbo al futuro nace del silencio, de la reflexión y del amor.

EJERCICIOS

1.- Haga de su corazón el largo de su silencio y reflejándose en él. No tenga miedo de su pasado;
las cicatrices son señales de lucha y derrota. El futuro empieza hoy, en nuestro presente.

2.- Mírese al espejo unos instantes, especialmente cuando se sienta alterado. En ese momento su
rostro no trasmite paz ni alegría, ¡Cómo tener un rostro trasfigurado por la paz y el amor?

3.- Aprenda a estar en silencio junto a las personas que ama. Sentirá paz y serenidad. El silencio
establece su amor y le lleva a la contemplación.

4.- Guarde silencio junto a las personas que usted sabe que no le quieren y junto a las que usted
tampoco quiere.

Identifique sus sentimientos, miedo, rechazo, inseguridad. Esfuércese por convivir con ellas.

5.- Tenga siempre un rostro sereno y tranquilo, sin manifestar angustia. Dentro de usted vive
el agua limpia.

**Cuanto más avanzo en la vida, más me convenzo de que el mejor discurso es el silencio. Si es
necesario hablar, conviene hacerlo brevemente, y no usar dos palabras cuando basta una.
DIA 4

EL SILENCIO QUE ENFERMA

El ruido enferma y el silencio cura, pero existe también un silencio tan nocivo al ser humano que
es fuente de enormes padecimientos, desequilibrios y desencantos.

Antes de seguir nuestro camino, es preciso preguntarnos cuál es el silencio que enferma a las
personas y por qué les arrebata la libertad y la alegría. En estos casos el silencio no sólo debe
romperse proféticamente, sino también transformarse en grito y rebeldía.

A veces es necesario gritar para que despierten los que duermen, para que la ciudad se libere del
fuego y del asalto, y la humanidad se desembarace de las muchas formas de dictadura que por
tanto tiempo han mantenido oprimidos a numerosos pueblos.

Los dictadores siempre imponen el silencio con sus censuras estúpidas, y sin sentido.

El silencio cura cuando es amor y vida, o cuando se le asume proféticamente, como el de Jesús que,
al preguntarle Pilato “¿Qué es la verdad?, prefiere responder con el silencio que aplastó para
siempre a su interlocutor. No podía responder porque él mismo era la verdad. Y la verdad del ser
humano no puede explicarse.

SILENCIOS QUE ENFERMAN Y DEBEN EVITARSE CON ESFUERZO

EL SILENCIO DE LA ENVIDIA

Carcome a la persona por dentro, y la enferma hasta el punto de necesitar médicos o psiquiatras
para curarse, cuando en verdad sería tan fácil liberarse de eso si se supiese ver con ojos puros y
trasparentes el bien que hacen los otros, y alegrarse con ellos. La envidia es terrible. Destruye la
paz interior, crea un ambiente de difícil convivencia y provoca muchas divisiones y malentendidos.
La persona envidiosa lleva el silencio demasiado lejos, se encierra en sí misma, y lo único que
quiere es perjudicar a los demás porque desea lo que éstos son y hacen.
EL SILENCIO DEL COMPLEJO DE CULPA

La persona que calla porque se siente culpable de todo y no sabe asumir sus responsabilidades se
considera un “chivo expiatorio”, no tiene la mínima confianza en sí misma, y se cree incapaz y sin
valor. Este es el silencio de quien se subestima a sí mismo, cayendo en la inacción y la enfermedad.
Si quien lo sufre no tiene un acompañamiento eficaz, puede caer en una depresión muy grande.

EL SILENCIO DE LA IMPOTENCIA

Ataca a las personas frágiles y sin personalidad., que piensan que no sirven para nada ni son
escuchadas, que no tienen lugar y no saben crear un espacio vital para actuar y manifestarse.
Viven una especie de “racismo” de marginación y separación. Prefieren vivir constantemente solas
y lejos de todo y de todos. Este silencio provoca muchas enfermedades físicas, mentales y
psicológicas. En un grupo o comunidad, estas personas no saben cómo encontrar su lugar. Se
sienten constantemente perjudicadas.

Mañana veremos más tipos de silencios.

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DIA 5

EL SILENCIO DE LA INDIFERENCIA.

Probablemente éste es el peor silencio, el que más hiere a las personas, y se da cuando no se nos
toma en cuenta, o cuando nosotros ignoramos a los demás. Vivir alejados de todos es vivir en el
anonimato. Es un silencio apático y sin sentido. La persona no siente alegría en nada de la que
hace, no encuentra motivaciones, poco a poco pierde el gusto por la vida, y cae en la depresión y el
pesimismo. Es un silencio nocivo y muy perjudicial para la salud.

EL SIENCIO DEL MAL HUMOR

Es pesado el silencio de las personas que están siempre malhumoradas. Llueva o haya sol, nada les
agrada.

Hablan con monosílabos y agresividad. Viven con heridas, prontas a atacar, se sienten agredidas y
prefieren vivir en su propio hábitat, a la espera de días mejores que nunca llegan.

EL SILENCIO DEL MIEDO

El miedo es terrible, y nadie lo sabe mejor que quien lo experimenta ante los demás. Las personas
con miedo guardan silencio, no manifiestan su opinión, viven una situación de servidumbre,
prefieren sufrir calladas que decir lo que piensan. No quieren asumir responsabilidades ni se
comprometen con nada. Viven marginadas, Prefieren padecer que tomar actitudes de liberación
propia y de los demás. Este silencio produce enfermedades físicas y mentales.

EL SILENCIO DE ORGULLO

El orgulloso no acepta hablar, no se baja de su pedestal. Se aísla por no encontrar a alguien que
considere digno para conversar. Vive apartado y expulsa a todos de su convivencia. Usa palabras
hirientes, que marginan, Trata a los demás como peldaños para escalar. Hace esclavos mediante
regalos. El silencio que acompaña al orgullo puede ser peligroso para el soberbio que no tiene
amigos, y también para quienes le sirven, porque viven una esclavitud velada, pero por comodidad
o por necesidad se callan y consienten.
A este silencio podemos añadir también el silencio de quien vive un rencor que, a largo plazo,
degenera en pensar cómo vengarse del mal recibido o cómo perjudicar a los demás.

EL SILENCIO DEL ODIO

Es, sin duda, uno de los peores factores de la enfermedad. El odio no deja vivir, nos convierte en
máquinas de pensamientos para perjudicar a los demás y vengarnos.

El odio quita el apetito, no deja dormir tranquilamente y nos hace vivir situaciones de constante
sufrimiento. El odio nos enferma. Al silencio del odio añadimos el silencio de los cobardes, que ven
el mal, no están de acuerdo con él , pero prefieren callar ante las injusticias.

EL SILENCIO DEL AMOR NO CORRESPONDIDO Y TRAICIONADO

La persona que ama y siente rechazo y traicionado su amor, puede seguir amando en un gesto
silencioso, pero corre el riesgo de enfermarse. La historia está llena de casos de personas que, al no
ver correspondido su amor, se han puesto enfermas, llegando a la depresión y al suicidio.

Estos silencios y otros más, que usted puede encontrar en su vida y en la de los demás, son fuentes
de enfermedades físicas. Tenemos que luchar contra ellos, optando por decir lo que pasa en
nosotros. La verdad, y sólo la verdad, nos hará libres.

EJERCICIOS

1.- ¿Cuáles son los silencios que le enferman?

2.- ¿Qué puede hacer usted para eliminarlos de su vida?

La observancia del silencio es señal auténtica de la observancia del voto de la verdad.


Aunque no percibamos que muchos de los que dicen buscar la verdad hablan demasiado, es
necesario que se esfuercen para vencer este terrible habito.

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DIA 6

SILENCIOS QUE CURAN

Hay silencios que curan las heridas del alma y del cuerpo, porque se asumen como OFRENDA A
DIOS, como camino de paz, de liberación y solidaridad. Son silencios que sólo saben asumir los
hombres y mujeres marcados por una FE PROFUNDA Y UNA FUERTE PERSONALIDAD.

Son los silencios de los profetas, de los grandes maestros de espiritualidad presentes en todas las
religiones.

Pero para quienes tenemos fe, son los silencios de los profetas bíbilicos que, ante el silencio de
Dios, saben CALLAR Y ESPERAR A QUE EL MISMO REANUDE LA COMUNICACIÓN.

Es el silencio ante el misterio que produce maravillas y cura nuestra ceguera e incredulidad. Es el
silencio especialmente de Jesús, de María, de los mártires y de los santos. No es nuestra intención
examinar este tipo de silencio, sino subrayar que resulta purificador y nos cura profundamente.

Hoy te compartiré estos dos primeros silencios

EL SILENCIO DE LA ALEGRIA.

En los momentos de profunda alegría sobra las palabras.

El silencio se convierte en mensajero de lo que pasa en nosotros sin que sepamos cómo expresarlo.
Es un silencio que cura las tristezas y nos hace llorar. El corazón se aquieta, la paz vuelve a
nosotros, nos sentimos profundamente felices, recuperados en cuerpo y espíritu.

La alegría es siempre fuente de salud física y espiritual.

EL SILENCIO DE QUIENES VIVEN LAS BIENABENTURANZAS.

Es sumamente interesante ver que quienes viven las bienaventuranzas no hablan. Son personas
silenciosas, abiertas, que con su silencio saben dar testimonio de los valores más importantes de la
vida.
Es el programa de la “no violencia” asumido como proyecto en el que todos se hace amor. Merece
la pena releer y meditar sobre la actitud de estas personas silenciosas de las bienaventuranzas, y
contemplarlas como seres felices.

Felices los que tienen el espíritu del pobre,

Porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Felices los que lloran,

Porque recibirán consuelo.

Felices los pacientes,

Porque recibirán la tierra en herencia.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia,

Porque serán saciados.

Felices los compasivos,

Porque obtendrán misericordia.

Felices los de corazón limpio,

Porque verán a Dios.

Felices los que trabajan por la paz,

Porque serán reconocidos como hijos de Dios.

Felices los que son perseguidos por causa de la justicia,

Porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Felices ustedes, cuando por causa mía

Los maldigan y persigan,


Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo Mt.
5,3-12.

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DIA 7

Continuamos con los silencios que curan

EL SILENCIO DE LOS DISCIPULOS:

El discipulado exige un profundo silencio de escucha. María en Betania asume esta actitud: se
sienta a los pies de Jesús y escucha su palabra. Cuando escuchamos a personas sabias, nos
sentimos aquietados. Necesitamos encontrar y redescubrir la confianza recíproca. Hemos de tener
siempre a nuestro lado personas de confianza a las que podamos abrir de par en par nuestro
corazón. El encuentro con los sabios cura heridas del cuerpo y del espíritu. Es el silencio que nos
lleva a escuchar, a poner en práctica lo que oímos, y nos sentimos más ligeros y curados después
de abrirnos con alguien para compartir nuestros problemas.

EL SILENCIO ANTE EL MISTERIO:

El mayor reto para los científicos y racionalistas que no tienen fe, es el misterio, por ello se rebelan
ante él. En cambio, los místicos se sienten atraídos por el misterio.

Ellos no pretenden comprenderlo, sino contemplarlo silenciosamente. En nuestras vida hay muchos
misterios que nunca podremos develar. Tenemos que saber aceptarlos y amarlos. Nos pasan
muchas cosas que nos hieren profundamente sin llegar a saber por qué. ¡Cuántas veces hacemos a
Dios y a los demás esta pregunta: ¿Por qué a mi?.

Saber mantener una actitud de completa contemplación y aceptación silenciosa ante lo


incomprensible de la existencia impide que nos enfermemos en el cuerpo y en el espíritu.

EL SILENCIO DEL AMOR:


No tiene explicación por qué amamos a alguien con todo nuestro ser. Al amor humano pueden
aplicarse las palabras de Jesús: “Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por la persona que
ama” Sentirse amado por alguien y amar a alguien es fuente de salud física y espiritual. El celibato
no impide amar. Rebasa aspecto corporal y en opción por otro camino, el del amor oblativo más
desinteesado, porque no hay recompensa ni consolación. Es un amor gratuito. Es el amor que Jesús
muestra a sus discípulos al lavarles los pies, y especialmente al darse a sí mismos en la Euraristía.
Es un servicio que cura y fortalece nuestra vida.

EJERCICIOS

1.- ¿Ha procurado vivir un silencio que le cura a usted y a los demás?

2.- Saber amar en silencio es una forma de libertad y liberación. ¿Cómo ha vivido usted el amor a
los demás mediante gestos concretos?

El silencio nos reconduce a lo más íntimo de nosotros mismos, donde la eternidad nos toca y
vivifica, donde la verdad susurra sin palabras. Cuanto se rompe el silencio, como se partía el pan de
Emaús la tarde de la pascua, la palabra rompe el silencio y lo re-consagra en el mismo instante.

Jean Guitton.

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DIA 8

EL SILENCIO DEL CUERPO


Todo lo creado necesita reposo. Como dice sabiamente el apóstol Pablo, “el arco siempre se
rompe”. Ni siquiera el motor de un vehículo puede estar prendido mucho tiempo al máximo de su
potencia. Ninguna máquina que produzca sin parar aguantará mucho tiempo.

Así es la naturaleza. Para muchos de nosotros, el invierno parece un periodo “muerto”, casi sin
sentido, detenido. En realidad, la naturaleza necesita un tiempo de silencio y de descanso para
después rendir más.

Los agricultores dicen que dejan descansar la tierra evitando plantar la misma semilla para no
empobrecer el terreno.

Las aves no cantan siempre. Tienen también sus momentos de reposo y de silencio. Duermen,
descansan para después, al despuntar el día o ponerse el sol, alegrarse y alegrarnos cantando.

Igualmente ocurre con el ser humano. En la primera página de la biblia, el mundo aparece vacío y
confuso. Entonces decide Dios poner en él orden y armonía, y empieza su trabajo creador. Pero,
después de seis días de trabajo, “descansa”. El descanso de Dios equivale a vivir la plena y total
armonía consigo mismo y con sus criaturas; es contemplación silenciosa y amorosa de toda la
creación, reconociendo en cada obra los signos de su poder y de su amor.

La voz de la naturaleza no perturba, cuando está en su normalidad. Descansa. El reencuentro con


la voz de la naturaleza nos da el sentido profundo del descanso físico mental, espiritual.

El evangelista nos díce: “Jesús, fatigado por la caminata, se sentó junto al pozo. Era casi mediodía.
En esto, una mujer samaritana se acercó al pozo para sacar agua. Jesús le dijo: “Dame de beber”.
Los discípulos habían ido al pueblo a comprar alimentos. Jn. 4,6-8.

Jesús se sentó a descansar. Imaginémoslo esperando a la mujer samaritana que iba a sacar agua
del pozo, silencioso, sereno y tranquilo, recuperando las fuerzas utilizadas en su camino y en su
trabajo. En otra ocasión ve que sus discípulos están tan cansados que no tienen tiempo para
comer, y él les invita a un lugar, “desierto y solitario” para descansar un poco.

El descanso de que habla la Biblia no es signo de pereza, de comodidad, de falta de voluntad para
trabajar y producir, ni huida de la propia responsabilidad, sino una necesidad física de nuestro
organismo.

Vivimos en un mundo en que somos sometidos a un esfuerzo inhumano. Nuestro organismo,


nuestra mente, nuestro interior se ven obligados a producir cada vez más frente a las demandas de
nuestro trabajo, pero sobre todo para ganar dinero y más dinero. El dinero no domina y esclaviza
con sus ilusiones, y no hay manera de huir de él. Cada día surgen más medios de comunicación o
productos que nos obligan, si queremos vivir en sociedad y en diálogo con otros, a “tener”. Quien
no tiene está fuera del mundo en que vive.

Hoy, no tener teléfono celular es estar al margen de una sociedad, es ser “miserable”, no conocer
el último CD es estar fuera de los acontecimientos. Desde la ropa que se viste hasta el libro que se
lee, pasando por la comida y la decoración de la casa, tienen el objetivo de crear un estatus dentro
de una sociedad que, destruyendo los verdaderos valores humanos, nos hace esclavos.
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DIA 9

EL SILENCIO DEL CUERPO 2

Unos pocos-interesados y astutos- marcan nuestro ritmo de vida, los lugares donde pasan las
vacaciones, lo que tenemos que comer, la nueva bebida que hay que probar, la nueva manera de
cantar, de celebrar, de participar del la liturgia, la nueva manera de pensar.

El cuerpo está sometido a una tensión terrible, ya no tiene tiempo para recuperarse, porque la
palabra clave es producir.

Hasta las vacaciones nos cansan más que el mismo trabajo. El ansia, la angustia de tener dinero
nos lleva a separarnos más de los otros, a no sentir la alegría de vivir, y a sumergirnos en una
soledad que, tarde o temprano, puede ocasionarnos fuentes desequilibrios mentales y físicos.

No es casualidad que los médicos digan que la mayoría de las enfermedades son “psicosomáticas”,
materializaciones de las angustias interiores que sufrimos, de las presiones externas e internas que
encontramos a cada momento.

Nuestro cuerpo reclama reposo, silencio, calma, contemplación interior. Exige que le dediquemos
tiempo, cariño y atención para poder desempeñar armónicamente sus funciones.
Es tiempo de buscar un lugar silencioso, lejos de los ruidos ficticios y artificiales, donde usted sea
usted mismo, para dialogar con cada uno de sus miembros, preguntándoles cómo se sienten en el
conjunto de su cuerpo, y si viven la función para la que fueron destinados y creados.

Cada parte del cuerpo tiene una función específica, una capacidad de resistencia, una necesidad de
“RECUPERACON” Y DE DESCANSO. Es momento de guardar SILENCIO Y “ESCUCHAR” el mensajes
que cada parte de su cuerpo le envíe. No tenga miedo de que le diga “estoy cansado”, “necesito
descanso”.

Dése oportunidad de leer lenta y atentamente el capítulo 12 de la Primera Carta a los Corintios. En
este texto, Pablo nos presenta el cuerpo como algo armonioso y feliz, porque cada una de sus
partes desempeña una tarea, no en función de sí misma, sino de las demás.

De igual manera, nosotros estamos al servicio de los demás y no de nosotros mismos. Las manos
no se sirven a sí mismas, son a todo el cuerpo, los ojos no se sirven a sí mismos, sino a todo el
cuerpo………

El cuerpo no está compuesto de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera “Cómo no soy
mano, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por esto de pertenecer al cuerpo? Y si el oído dijera: “Como no
soy ojo, no soy del cuerpo”. ¿Dejaría por esto de pertenecer al cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo.
¿Cómo podría oír?

Con razón Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo como le pareció conveniente. Pues si
todo se redujera a un miembro, ¿dónde quedaría el cuerpo? Por eso, aunque hay muchos
miembros, el cuerpo es uno, y el ojo no puede decir a la mano “No te necesito”, ni la cabeza puede
decir a los pies: “No los necesito”. Al contrario los miembros del cuerpo que consideramos más
débiles son los más necesarios, y a los que consideramos menos nobles, los rodeamos de especial
cuidad. También tratamos con mayor decoro a lo que consideramos más indecorosos, mientras
otros miembros que son presentables no lo necesitan. Dios mismo distribuyó el cuerpo dando
mayor honor a lo que era menos notrable, para que no hubiera divisiones en él, sino que todos los
miembros se preocuparan los unos por los otros. Si un miembro sufre, todos los demás sufren con
él. Si un miembro recibe honores, todos los demás comparten su alegría 1 Co. 12,14-26.

EJERCICIOS

1.- Busque un lugar silencioso, lejos de todo, un rincón donde nadie pueda molestarlo.
Desconéctese de todo ruido artificial, incluyendo la música…..Dialogue con todos los miembros de
su cuerpo, preguntándoles cómo se sienten, qué necesitan, porque si están al borde del estrés es
que les ha exigido más de lo que pueden dar. Procure que sea éste un diálogo no impuesto, sino
amoroso, para el cual es necesaria una gran capacidad de escucha. No siempre basta con decir,
por la fuerza de voluntad. “yo puedo hacerlo, yo lo consigo” Pregúnte a sus piernas si están en
condidiones de caminar más o más a prisa; sólo ellas lo saben. Vea su cuerpo como obra de DIOS,
siempre en transformación para revelar y desempeñar su pirmera misión: manfifestar la imagen
de Dios, que le fue impresa el día de su cración.

2.- Aprenda a actuar en toda situación con calma y paciencia.

3.- Enseñe a “todo su cuerpo” el equilibrio de los gestos, de caminar: edúquelo para que todo sea
armonioso.

4.- Eduque su cuerpo para la auteridad, no para la vanidad. No importa la marca de las ropas lo
que da valor al regalo no es su envoltura.

Solo existe una lengua en la cuidad de Dios, la lengua del AMOR. Los que hablan mejor, hablan en
silencio. Thomas Merton.

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DIA 10

EL SILENCIO DE LOS OJOS


Leer algo sobre la noble función de los ojos, cómo están hechos, su complejidad y belleza, le
ayudará mucho en su meditación. Los ojos son la identidad más bella y preciosa del ser humano, la
ventana por la que nos es posible penetrar más a fondo y conocer mejor a los otros.

¡Qué bonito, qué seductor es mirar a los ojos de alguien y ver en ellos el reflejo de la paz, de la
alegría y del amor! ¡Qué bellas son las lágrimas que se deslizan por las mejillas, y cómo
conmueven!, Ochenta por ciento de nuestra comunicación se lleva a cabo por medio de los ojos.

Hay miradas que nos trasmiten paz, armonía, tranquilidad, otras nos infunden miedo y pavor. Hay
miradas con las que nos gustaría encontrarnos siempre, pero hay otras con las que nunca nos
gustaría toparnos, porque provovan en nosotros terribles sensaciones de angustia y de
inseguridad. La Biblia nos presenta muchos textos sobre los ojos y su mirada.

Dios mira con amor y cariño a sus criaturas. A veces la misama mirada de Dios es dura y severa,
para que el ser humano, al tomar conciencia de sus errores, pueda convertirse y volver al camino
de la salvación y la libetad.

Ante Dios está siempre la conducta del hombre, y nada se oculta a sus ojos.

Cuanto el hombre hace es para Dios claro como el sol,

Sus ojos observan siempre su conducta.

No se le ocultan sus maldades,

Todos sus pecados están ante el Señor Sir, 17, 15-16.19-20

Dios escuchó sus lamentos y recordó la promesa

Que había hecho a Abrahán, Isaac y Jacob.

Y Dios miró con bondad a los hijos de Israel, y los atendió. Ex 2,24-25.

Dios envió un ángel para experimentar a Jerusalén,

En pleno exterminio el Señor

Se compadeció del pueblo

Que estaba sufiendo y dijo al ángel

Que lo exterminaba “¡Basta, que cese el castigo!” 1. Cro 21,15

El evangelio nos habla también de la mirada de Jesús: una mirada de amor, de delicadeza, de
perdón, de bondad. Jesús miró al joven rico con un gran amor, y vio en él la posibilidad de
dedicarse totalmente al servicio del eino, pero el joven no quiso.

“Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven”.


Jesús lo miró con cariño y le dijo:

“Una cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el
cielo” Mc. 10, 20-21

La mirada de Jesús es dura y severa cuando los fariseos rechazan su mensaje, es una mirada crítica
por la actuación errónea de las personas.

Jesús les dijo: “Tengan cuidado y desconfíen de la levadura de los fariseos y de los saduceos”. Mt.
16.6.

Jesús dirigiéndose a Pdero lo reprendió en su presencia diciéndole:

“¡Colócate detrás de mí, Satanás!,

Porque tú no piensas como Dios,

Sino como el hombre!” Mc. 8,33

El Señor, dirigiéndose hacia Pedro, lo miró, Pedro recordó que el Señor le había dicho:

“Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces “ Lc 22,61).

Pedro y Juan dicen al paralítico : míranos.

Al ver que Pedro y Juan iban a entrar en el templo, les pidió limosna. Entonces Pedro, acompañado
de Juan, lo miró fijamente y le dijo: “Míranos”. El lo miró esperando recibir algo de ellos. Pedro le
dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, camina.

Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó. Inmediatamente sus pies y sus tobillos se


fortalecieron, se puso en pie de un salto y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo
caminando, saltando y alabando a Dios. He 3,3-8.

Esta es la petición, una súplica de confianza y de amor, Todos tenemos que agradecer al Señor sus
miradas y pedir que purifique las nuestras, que las renueve y llene de amor y ternura. Y cuando
miremos con severidad, que no sea para infundir miedo o desprecio, sino para corregir.

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DIA 11

MIRADA ENFERMA

Sabemos por experiencia que no siempre nuestra mirada es de amor, de perdón y bondad. A veces
no está excenta de “odio, amargura, sufrimiento y deseperación “.

También hay miradas de codicia, que dejan una amargura y un vacío muy grandes en el corazón.

Hay una mirada sensual, pecaminosa. De la que habla Jesús en el capítulo 5 de Mateo. “El que
mira con malos deseos a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” Mt. 5,28.

El simple deseo es ya adulterio. Nuestra mirada de envidia, de celo, de rebeldía, de competencia,


no nos pemite una vida serena y tranquila. La mirada de poder y de riqueza nos oprime por dentro
y nos hace mezquinos. Hay una mirada que censura y quiere indagar la vida de los demás por pura
curiosidad; la mirada indiscreta de las cámaras que están por todas partes. En nombre de la
seguridad personal, privada y pública, perdemos por completo nuestra privacidad e intimidad.

Nos sentimos constantemente vigilados. Este sentimiento nos hace perder la espontaniedad en los
actos y palabras, y nos obliga sin cesar a respetar el “juego de la vida” desempeñando papeles y
usando máscaras.

Nuestra mirada se siente herida por las imágenes de la televisión, de la violencia, del lucro, de la
sexualidad. Tenemos nuestra mirada siempre alerta para no sentirnos atrapados por sorpresa. Es
una mirada detective, pero sin amor ni amistad.

Mañana te diré como silenciar la mirada………

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** DIA 12
SILENCIAR LA MIRADA

Es necesario “silenciar la mirada”, purificándola de tantas imágenes que no quisiera percibir


nunca, pero se le obliga a ver porque se le presentan con violencia y no puede esquivarlas. No
podemos ir por la vida con los ojos cerrados.

Tenemos el don de la vista y debemos usarlo con amor y responsabilidad.

Debemos agradecer a Dios este don maravilloso y orar por nuestros hermanos y hermanas con
deficiencia visual, por quienes ven limitados sus movimientos y no pueden disfrutar de tantas
maravillas y bellezas que Dios ha puesto a nuestro alrededor.

Somos lo que vemos. Las imágenes que asimilamos y las lecturas que hacemos son “formadoras de
opinión”, y nos van transformando lentamente. Sin darnos cuenta, un buen día nos encontramos
dominados por al curiosidad que a nada conduce pero sí pejudica nuestra vivencia de la paz
experior e interior. Es el momento de silenciar nuestros ojos, purificándolos, filtrándolos de todo lo
que ellos se ven obligados a almancenar.

No sea usted curioso , no pase horas frente al televisor ni pierda tiempo hojeando revistas de
chismes que en nada le ayudan. No vea lo que no le compete ni es de su responsabilidad .

La ascesis de los ojos es un camino rápido para llegar a esa paz interior que nada ni nadie puede
perturbar.

Al final del día busque un lugar distante de todos y de todo. Cierre los ojos y piense en lo que ha
visto, en las miágenes que han quedado grabadas en su memoria, en las ventajas y perjicios que
conllevan para su vida profesional, familiar, de relación interpersonal, o para su vida interior y de
crecimiento en la fe, en la esperanza y el amor.

¡Qué importantes son las bunas lecturas, las buenas películas para el silencio de los ojos y el
descanso del alma! Silenciar los ojos es DOMINAR EN NOSOTROS TODO SENTIMIENTO DE
CURIOSIDAD que nos lleva a no respetar los secretos, a invadir la vida de los demás.
Silencie los ojos y encontrará más paz y armonía interior, y menos agitación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?

El Señor es mi fortaleza, ¿quién me hará temblar? Sal. 27

San Juan de la Cruz habla de la importancia de la purificación de la mirada enferma, cuando la


persona no ve nada más que su miseria, para aprender a ser misericordiosa con los demás:

De aquí nace el amor al prójimo, pues a todos estima, y no juzga como antes, cuando se sentía con
mucho fervor y no veía a los otros así. Ahora conoce sólo su miseria y la tiene ante sus ojos, tan
presente que ésta no la deja, ni le permite mirar a persona alguna.

Es lo que David, estando en esta noche, manifiesta admirablemente, diciendo: “Aunque me


mantuve en silencio, inútilmente me callé, porque mi dolor aumentó Sal. 38,3

Así se expresa porque le parecía que todos los bienes de su alma estaban acabados, de tal modo
que no encontraba lenguaje para hablar de ellos; y más todavía acerca de los bienes ajenos,
igualmente se callaba, presa del dolor por el conocimiento de su propia miseria 1 noche 12,8

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído , lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de la vida, pues la vida se manifestó
y nosotros la hemos visto y damos testimonio, y les anunciamos la vida eterna que estaba junto al
Padre y se nos manifestó, lo que hemos visto y oído, eso les anunciamos para que también ustedes
estén en comunión con nosotros 1 Jn 1,1,3.

Es Jesús, el único verdadero. ¡Ah! Si usted lo conociese sólo un poco como conoce a su Isabel! El es
fascinante y arrebatados. Bajo su mirara, el horizonte aparece tan bello, tan amplio, tan
luminoso… Mire , yo le amo apasionadamente y en El todo lo poseo, contemplo las cosas y todo es
su irradiación divina (Isabel de la Trinidad Carta 113)

Ejercicios.

1.- Examine lo que ve durante el día y lo que porvoca su atención: paz, miedo, tranquilidad,
agresión.
2.- ¿Cuáles son los puntos que atraen su mirada, la vanidad, el deseo de las cosas, las personas,
las ropas, el erotismo? ¿Es celosa su mirada? Modere y reeduque su mirada.

3.- ¿Es su mirada bondadosa, delicada, tierna o seductora? ¿Cómo se siente usted cuando percibe
que alguien lo explora con su mirada?

4.- ¿Ve usted en las cosas la presencia de Dios? ¿Siente en las personas la imagen de Dios y la
considera templo de la Santísima Trinidad’

¿Cómo es su mirada sobre usted mismo, de pesimismo de acción de gracias , de vanidad?

En unión con el Señor canto el himno de gratitud y me recojo en el silencio para adorar el misterio
que envuelve toda su persona, toda la Trinidad se acerca y se inclina sobre el Señor para hacer
resplandecer “ la gloria de su gracia” Ef. 1,6.

Beata Isabel de la Trinidad.

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DIA 13

EL SILENCIO DE LA LENGUA
No es necesario insistir en que hablamos demasiado. Si pensamos un poco, nos daremos cuenta
de que podríamos decir que queremos con la mitad de las palabras que usamos. Pero, como dice
Santiago, a pesar de ser la lengua un miembro tan pequeño, no somos capaces de dominarla. Es
como una pequeña chispa que puede causar un gran incendio.

Hermanos míos, no quieran todos llegar a ser maestros, sepan que los maestros tendremos un
juicio más severo. Porque todos fallamos en muchas cosas. Si alguno no cae en falta al hablar, ése
es varón perfecto, capaz de controlarse a sí mismo. A los caballos les metemos el freno en la boca
para que nos obedezcan, y poder así dirigir su cuerpo. Lo mismo pasa con los barcos: por muy
grandes que sean y por muy fuertes que sea el viento que los impulsa, un pequeño timón basta
para que sean gobernados a voluntad del timonel. Pues lo mismo pasa con la lengua: siendo un
miembro pequeño, es capaz grandes cosas. ¿No ven cómo un pequeño fuego hace arder un gran
bosque?

Pues también la lengua es fuego, es un mundo de maldad; se establece en medio de nuestros


miembros, contamina todo el cuerpo y, atizada por los poderes del fuego eterno, hacer arder el
curso entero de la existencia.

En efecto, toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos ha sido y siguen siendo domados
por el hombre, sin embargo, nadie es capaz de domar la lengua humana, que no cesa de hacer el
mal y está cargada de veneno mortal.

Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen y
semejanza de Dios. De la misma boca salen bendición y maldición. No debe ser así, hermanos mios
Stgo. 3.1-10

La misma Biblia nos recuerda que “en el mucho hablar no falta el pecado” Pro. 10-19 y que
tendremos que dar cuenta a Dios de las palabras INUTILES que hayamos dicho Mt. 12.36. La Regla
del Carmelo dice: “Haga, pues, cada uno de ustedes una balanza para sus palabras y buenos
frenos para su boca, para no pecar y caer por su lengua, de manera que sea incurable y mortal su
caída” Numero 18 .

Incluso en la oración no debemos ser como los paganos, que hablan mucho, creyendo que Dios va
a escuchar todo lo que hablaron Mt. 5

Mañana continuaremos este silencio………

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DIA 14

EL SILENCIO DE LA LENGUA PARTE 2

La locuacidad, habla por hablar, es fuente de malestar interior. Cuando tenemos miedo de
nosotros mismos, procuramos buscar válvulas de escape para ingorarnos y no hacernos cargo de
nuestros problemas. Hablar nos aleja de nosotros mismos, y nos impide reconocernos.

Hay personas que no pueden dejar de hablar ni un momento. Otras hablan menos, pero en general
todos estamso bajo el impulso de la palabra. Y cuando no hablamos tenemos necesidad de que
alguien hable a nuestros oídos, razón por la cual con frecuencia estamos tan apegados al radio, al
televisor y a la lectura de periódicos que no nos comprometen.

La enfermedad crónica del ser humano es la charlatanería. Por lo tanto, es necesario aprender a
silenciar nuestra lengua para poder, antes de hablar, pensar bien lo que vamos a decir.

Hemos de reconocer también que no es bueno prohibir hablar. No es éste el camino correcto.
Tenemos que APRENDER por qué callar. Cuando nos convenzamos de la importancia del silencio
seremos capaces de ver en él una forma de comunicación más fuerte, convincente y auténtica. Las
palabras que pronunciamos deben ser “ponderadas y maduras”, sin dejarnos llevar nunca por el
gusto de hablar de todo y de todos. Uno de los males de hoy es sin duda la MURMURACION y la
DESTRUCCION de los otros para alcanzar los propios objetivos.
Respuesta amable calma el enojo,

Palabra áspera excita la ira,

Derrama ciencia la lengua de los sabios,

La boca de los necios profiere necedades,

En todo lugar los ojos del Señor

Observan a valvados y justos.

Hablar con dulzura es árbol de vida,

Hacerlo con dureza destroza el corazón Pro. 15,1-4

Fuente de vida es la boca del justo,

La boca del malvado oculta violencia Pro. 10,11

Maldice al chismoso y al mentiroso,

Porque son la ruina de muchos que viven en paz.

La lengua calumniadora hizo tambalearse a muchos

Y los dispersó de nación en nación;

Ha destruido ciudades fuertes

Y derribado casas de príncipes.

La lengua del calumniador ha provocado

El repudio de esposas ejemplares

Y las ha privado del fruto de sus trabajos.

Quien da oído a calumnias no tendrá reposo


Ni vivirá nunca en paz.

Un golpe de látigo produce moretones,

Un glope de lengua rompe los huesos.

Muchos han caído por la espada,

Pero muchos más han perecido por la lengua.

Dichoso quien está protegido de ella

Y no está expuesto a su furor,

El que no ha soportado su yugo

Ni se ha visto preso de en sus cadenas.

Porque su yugo es de hierro,

Sus cadenas de bronce Sir. 28,1|3-20

EJERCICIOS

1.- ¿Se siente usted impulsado a hablar sin reflexionar, y perjudica a otros con sus palabras?

¿No presta atención a lo que dicen los demás?

Silenciar la lengua es un camino difícil y largo, pero nos libera de muchos disgustos, de males
físicos y mentales.

2.- ¿Sabe usted moderar su lengua, o habla lo que le viene a la cabeza y después se arrepiente?

3.- ¿Interrumpe a los otros cuando hablan? ¿Es impaciente? Aprenda a esperar, guarde silencio y
reflexione más.

4.- Aprenda a sopesar cada una de las palabras que va a pronunciar, para que sean todas mensaje
de paz y de libertad.

Alabanza y gloria es un alma de silencio que está siempre, como una lira, bajo el toque misterioso
del Espíritu Santo, para que él arranque de ella armonías divinas. Beata Isabel de la Trinidad.
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DIA 15

EL SILENCIO DEL OIDO

Querer saber de todo y de todos no reporta muchos beneficios. Tal vez sea el perro el animal que
más despierta tenga su curiosidad auditiva. Al mínimo ruido levanta las orejas para intentar
identificar de dónde viene, para enseguida fijar su mirada en aquella dirección, empezando a
ladrar si percibe algún peligro. Pero ladra también cuando no hay peligro alguno.

Ladra porque se siente perturbado por la presencia de extraños a su alrededor. Así actúan también
muchas personas. Se sienten perturbadas por la presencia de otros, y se creen tan importantes
que piensan que todos están hablando de ellas, pensando en ellas, por eso se preocupan de vigilar
todolo que oyen, y de “decifrarlo” interpretando, la mayoría de las veces, algo que no se dijo
nunca.

Vivimos actualmente la psicosis de la escucha. La cámara fotográfica y el teléfono nos acompañan


a donde quiera que vamos, y los detectives están bien pagados para descubrir secretos de todo
tipo.

Quien quiere vivir la paz interior no tiene miedo de que los demás escuchen lo que dice, pues sabe
lo que hace, actúa a plena luz del día y tiene la certeza de que en su manera de comportarse no
hay nada que pueda interesar o decepcionar a los otros. Es la actitud más bonita de vivir la
dignidad humana. Jesús escuchaba mucho a los otros por amor, pero nunca mandó. “espiar” lo
que decían los fariseos o lo que pensaba Herodes.

Los enemigos de Jesús, por el contrario, mandaban espías por dondequier para sorprenderlo en
alguna palabra o actitud que pudiera dar pie a condenarlo.

La paz interior, la salud del espíritu y del cuerpo no pueden existir para quien vive en constante
curiosidad, para quien vigila a los demás con el objetivo de captar palabras, gestos y miradas que
indiquen algo “misterioso”.

Tenemos que aprender a silenciar nuestros oídos, a hacer un ayuno de noticias que no nos
transmiten paz, de chismorreos que no nos dejan vivir la armonía interior, de todo lo que después
se convierte en motivo de angustia y de miedo.

Acallemos el oído para poder vivir una vida más saludable y menos angustiada.

EJERCICIOS

1.- Vigílese a sí mismo para evitar oír lo que no le interesa. No es sano estar pendiente de
escucharlo todo para después propalarlo por todas partes.

2.- No difunda lo que ha sabido por medios “indiscretos” conversaciones telefónicas, grabadoras,
chismes, whatsapps (como nos vaaaaa)

3.- Oiga y recuerde sólo las cosas buenas. Aleje sus oídos de calumnias, maledicencias, noticias no
verificables.

4.- No dé crédito inmediato al mal. Esté siempre abierto a las buenas noticias. Escuche el bien y
cierre sus oídos al mal.

El ruido no puede alejar al ruido, sólo puede hacerlo el silencio.

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DIA 16

EL SILENCIO DEL OLFATO

Todos nuestros sentidos son puertas para entrar en comunión con nuestro mundo interior. No es
nuestro propósito hacer un tratado sobre los cinco sentidos, sino únicamente poner de relieve
cómo éstos, si no los educamos, pueden perjudicar nuestro desarrollo y, lo que es peor, nuestro
equilibiro físico y espiritual.

En cuanto al sentido del olfato, estamos bombardeado todos los días por infinidad de olores que
pueden ser nocivos para nuestra salud.

¿Quién ignora que hay olores que perjudican la salud a largo plazo? Basta pasar cerca de los
reastros de animales para que un olor repugnante afecte las vías respiratorias. Las toneladas de
grases que despiden a diario millares de máquinas no favorecen la salud ni el medio ambiente.

Incluso los perfumes, cuando los usamos con exageración, son dañinos.
Es necesario, por lo tanto, silenciar el olfato, para que no busque lo que pueda hacerle daño, sino
que procure el aire benéfico. Todos los fines de semana millares de personas, conscientes de ellos,
abandonan las grandes ciudades y buscan el campo, para alejarse de la contaminación y
garantizar así una mejor calidad de vida.

Tenemos que “silenciar el olfato buscando perfumes agradables” que nos ayuden a respirar mejor,
Incluso hemos de elegir perfumes que no ataquen nuestras vías respiratorias tanto a nivel familiar
como personal.

Volvamos al “perfume humano”, tan animador y fraterno. Es mejor, y es capaz de desarrollar la


amistad y la simpatía.

EJERCICIOS

1.- No busque usted perfumes “sofisticados” que son caros.

2.- Redescubra los perfumes sencillos de la naturaleza.

3.- Sea buen perfume de Cristo, y aromatice con virtudes cualquier sitio en que esté.

4.- No use un perfume que moleste a los demás, y tenga una buana higiene, que es señal de
respeto al cuerpo, templo vivo de Dios.

Toda obra de arte sigue hablando en el tiempo.

Diós, el artista de la naturaleza, comunica su amor en el silencio a cada criatura.

Agueda García Prieto

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DIA 17

EL SILENCIO DEL TACTO

De los cinco sentidos, el del tacto es tal vez el mas notable, porque nos pemite entrar en contacto
directo con nuestro cuerpo, con las demás personas y con tantos objetos que nos rodean cada día.

Con el tacto descubrimos la forma y textura de los objetos, y a nuestros hermanos ciegos les
permite leer, escribir, y entrar en comunión con el mundo exterior.

Son decenas las páginas de la Sagrada Escritura que nos muestran la impotencia del tacto. Jesús
toca a los “enfermos y leprosos” para curarlos. Acaricia a los niños.

En la Últma Cena, El mismo nos da su cuerpo y sangre: “tomen y coman, tomen y beban”: Nada
hay más bonito que poder tocar al Señor y dejarnos tocar por El.

Nuestro cuerpo necesita el tacto materno, el afecto y la presencia de los otros para percibir que es
“amado”. El amor del Señor se hace “toque delicado” del Espíritu Santo en nuestra vida. Juan de la
Cruz nos habla de esos “toques delicados” de Dios que nos transforman:

¡Oh, toque delicado, Verbo Hijo de Dios, que por la delicadeza de tu ser divino penetras sutilmente
la sustancia de mi alma, y, tocándola delicadamente, en ti la absorbes toda, con tantas delicias y
suavidades, como jamás se ha oído en la tierra! ( ) ¡Oh mucho y muchísimo delicado toque del
Verbo, tanto más delicado para mí, como te hiciste sentir suave y fuertemente al Profeta en el
soplo de la blanda brisa! 1 Re 19, 11-22

¡Oh sutil viento! Que soplas tan tenue y delicado:di ¿cómo tocas sutil y delicadamente, oh Verbo
Hijo de Dios, si eres tan terrible y poderoso?

¡Di esto al mundo! O más bien no quieres decírselo al mundo, porque no entiende la brisa blanda y
no te sentirá, pues no puede recibirte ni te puede ver.

¡Oh , Dios mío y vida mía, sólo podrán verte y sentir tu toque delicado aquellos que, alejándose del
mundo, se vuelvan finalmente sensibles espiritualmente ( ) y así podrán sentirte y gozarte ( )

¡Oh, toque mil veces suave, tanto más fuerte y poderoso cuanto más delicado! Porque, con la
fuerza de tu delicadeza, deshaces y apartas el alma de todos los demás toques de cosas creadas y
te adueñas de ella sólo para ti, uniéndola contigo, Llama 2,17-18

En el Evangelio, el tacto de Jesús y en Jesús produce transformaciones profundas en las personas


que se acercan al Maestro:

Una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con los
médicos, que había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno y más bien había empeorado,
oyó hablar de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues se decía: “Si logro
tocar aunque sólo sea su manto. Quedaré sana”. Inmediatamente se secó la fuente de sus
hemorragias y sintió que había quedado sana. Jesús se dio cuenta enseguida de la fuerza que
había salido de él, se dio vuelta en medio de la gente y preguntó:” ¿Quién ha tocado mi ropa?. Sus
discípulos le contestaron: “ves que la gente te está apretujando, ¿y preguntas quién te ha tocado?.

Pero él miraba alrededor a ver si descubría a la que lo había hecho. La mujer, entonces, asustada y
temblorosa, sabiendo lo que le había pasado, se acercó , se postró ante él y le contó la verdad.

Jesús le dijo: “Hija tu fe te ha salvado: vete en paz; estás liberada de tu mal”. Mc. 5.25-34.

Jesús dejó el territorio de Tiro y se dirigió de nuevo, por Sidón, hacia el lago de Galilea, atravesando
el territorio de la Decápolis. Le llevaron un hombre que era sordo y apenas podía hablar, y le
suplicaban que impusiera sobre él la mano. Jesús lo apartó de la gente y, a solas con él, le metió
los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Luego, levantando los ojos al cielo, suspiró y le
dijo: EFFETHA (que significa ábrete).

Y al momento se le abrieron sus oídos, se le soltó la traba de la lengua y comenzó a hablar


correctamente. Mc. 7,31-35

Los médicos tocan el cuerpo para ver si responde a determinados estímulos o si está enfermo.

Pero es necesario también silenciar el tacto para que no se busque solamente a sí mismo,
esclavisándose. La libertad interior es siempre un don que el Señor nos ha dado para poder vivir
con mayor intensidad y profundidad su amor y el amor entre nosotros.

Tenemos que silenciar el tacto y con él todos nuestros sentidos externos e internos, para vivir la
paz y armonía de nuestro ser.

El ruido, el afán de las preocupaciones que, de no ser “silenciadas” producen angustia y turbación
psicológica y física, deben moderarse para reconquistar nuestro mundo íntimo y personal, en el
que vivimos la experiencia de quiénes somos y cuál es nuestra misión.

EJERCICIOS

1.- ¿Cómo usa usted el tacto?

¿Sabe mortificarse o tiende a tocar personas, cosas?

2.- Purifique su tacto para poder experimentar mejor la presencia de Dios en usted, y percibir sus
“toques” de amor.

3.- Evite todo lo que busca tocar por curiosidad, por la senación que le provoca, o por ser objetos
preciosos.

El hombre empobrece mucho más con una palabra que con el silencio.
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DIA 18

EL SILENCIO DE LA COMPETENCIA Y LA PRISA

La ansiedad y la angustia suelen tener como raíz la competencia. Vivimos en un mundo


competitivo, en el que, si nos asumimos actitudes “agresivas” no podemos ver realizados nuestros
sueños. La sociedad demanda cada día más perfección, competencia y, especialmente, un
marketing audaz para vencer al otro.

La profesión de los comerciantes y propagandistas es cada vez más relevante. Hay que tener
buena labia para convencer al cliente de que determinado producto es el mejor. Los otros no
tienen la menor oportunidad de alcanzarlo. Basta ver unos momentos la televisión para darnos
cuenta del lugar que ocupa la propaganda, al hojear un simple periódico o revista veremos que
casi la mitad del espacio está invadido por publicidad.

Esta ansiedad se produce también en la vida personal, familiar y comunitaria. No está permitido
ser el “segundo”, hay que ser el primero. Esto genera un vacío, nos estresa y obliga a estar en una
situación de tensión permanente. Tenemos que tomar el camino del desierto, del monte o del
silencio de la noche, como Jesús, para repensar nuestra vida y nuestro futuro.

¿Qué es más importante en la vida del ser humano, acumular o elegir una línea de servivio y amor
generoso? La parábola del hombre rico que quiso construir un granero más grande porque sus
campos dieron un enorme cosecha, es una advertencia para nosotros:
Jesús le dijo esta paráblola: “Había un hombre rico, cuyos campos dieron una gran cosecha.
Entonces empezó a pensar: ¿Qué puedo hacer? Porqué no tengo dónde almacenar mi cosecha. Y
se dijo: ya sé lo que haré, derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, almacenaré en
ellos todas mis cosechas y mis bienes y me diré. Ahora ya tienes bienes almacenados para muchos
años: descansa, come, bebe y diviértete. Pero Dios le dijo: ¡INSENSATO! Esta misma noche morirás.
¿Para quién será todo lo que has almacenado? Así le sucederá a quien atesora para sí, en lugar de
hacerse rico a los ojos de Dios. Lc. 12,16-21.

Jesús nos presenta el verdadero sentido de la vida en el amor, en el servicio: “no hay mayor amor
que dar la vida por la persona que se ama” Hay que ser servidores de los demás para vivir la
dimensión profunda del amor.

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DIA 19

LA PRISA

Unido a la competencia está el fantasma de la prisa. Todo hay que hacerlo rápido para que “el
enemigo” no llegue antes que nosotros, para no ser sorprendidos.

La prisa de los autobuses, de los horarios, de un empleo. Esa prisa que no nos deja dormir, ni
tiempo para cultivar la amistad, para nada.

Hay también una “prisa espiritual” por santificarse. Y san Juan de la Cruz la describe así:

Hay otros que, cuando se ven imperfectos, con impaciencia no humilde se aíran contra sí mismos:
acerca de lo cual tiene tanta impotencia, que querían ser santos en un día. De éstos hay muchos
que proponen muchos y hacen grandes propósitos, y como no son humildes ni desconfían de sí,
cuantos más propósitos hacen, tanto más caen y tanto más se enojan, no teniendo paciencia para
esperar a que se los de Dios cuando él fuere servido.

La única prisa buena y sana es la del amor y la evangelización. La Virgen María va


“apresuradamente” a visitar a su prima Isabel .

Tienen prisa por darle la buena noticia de que es la madre del Salvador.

Por aquellos días. María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá.
Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en
su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: “Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a
visitarme? Lc. 1.39-43.

Los discípulos de Emaús vuelven presurosos a Jerusalén, para anunciar que han reconocido a Jesús
al partir el pan. “Y se dijeron uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?. En aquel mismo instante se pusieron en camino y
regresaron a Jerusalén. Lc. 24,32,33

Los discípulos Pedro y Juan van de prisa al sepulcro para verificar la resurrección de Jesús. Es la
prisa de anunciar, de revelar el misterio del amor que, “no cansa ni se cansa” San Juan de la Cruz.

Pero tanto la prisa como la competencia humana, que nos obligan a esfuerzos superiores a nuestra
capacidad con vistas a alcanzar metas de dinero y de poder. Nos perjudican sobremanera.

Tenemos que silenciar nuestros afanses e intentar rehacer una “escala de valores esenciales en
nuestra vida”.

Porque no hemos sido crados para acumular, sino para vivir.

EJERCICIOS.
1.- ¿Por qué se apresura usted en su vida?

¿Por qué evangelizar, por adquirir bienes o por buscarse a sí mismo?

2.- ¿Es usted paciente con la obra que Dios realiza en su vida, o se rebela cuando las cosas no salen
a la medida de us deseos?

3.- Dios le llama a silenciar su prisa viviéndolo cada momento. En el momento presente está el
secreto de su santificación.

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DIA 20

LA ESCALERA DEL SILENCIO

Al silencio de todo nuestro ser, silencio que evita el ruido, el desgaste físico y mental, no llegamos
de un día para otro, sino lentamente. En un camino, y no hay qué forzar el paso, porque nos
cansaríamos fácilmente y no llegaríamos nunca a la meta. Pero “DESPACIO SE VA LEJOS”.

Toda nuestra vida interior es silencio. Y Dios, como nos recuerda san Juan de la Cruz, pronunció
una sola palabra, que es su Hijo, su Ungido. El la pronunció en silencio y tenemos que escucharla
en silencio.
Dios pronunció una sola palabra, acabada, total: Jesucristo. Y él se hizo palabra y silencio entre
nosotros. Contemplando su modo de actuar, descubriremos también la belleza de la existencia
vivida con intensidad, hecha de pocas palabras y de mucho testimonio. Juan de la Cruz nos da
también un buen consejo. “Trabajar y Callar”. El silencio es un verdadero trabajo interior.

La mística María Amada de Jesús, carmelita descalza, nació en Normandía, en 1839, vivió duras y
terribles noches oscuras. Escribió los doce peldaños del silencio que vamos a presentar y comentar
un poco.

Son caminos que pueden curar las heridas abiertas por el “RUIDO”

Mañana comenzaremos con el primero estas listo (a) adelante…….

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DIA 21

PRIMER PELDAÑO DE SILENCIO

Hablar poco con las criaturas y mucho con Dios.

Este es el secreto para empezar la curación por medio del silencio.


Redescubrir a Dios como amigo y como médico, que viene en nuestro socorro, nos escucha cada
momento y nos invita a entrar en comunión con él.

Hablar mucho con las criaturas nos produce una excesiva agitación. Somos
“palabrodependientes”. Parece que necesitamos todos los días varias dosis de palabras para
sentirnos más o menos tranquilos.

No podemos estar sin hablar, no importa qué, con tal de que la lengua “esté en movimiento”.

Juan de la Cruz nos ofece lo que se ha dado en llamar la “suma de la perfección”. Tomás de Aquino
escribió libros y libros con el título de Suma Teológica. Juan de la Cruz, con cuatro simpes versos,
nos ofrece todo un camino ascético para llegar a la intimidad con Dios.

Te lo comparto con mucho gusto:

Olvido de la creación,

Memoria del Creador,

Atención al interior,

Estando amando al Amado.

Éste es el primer paso, indispensable en las vías solitarias del silencio.

En la escuela del silencio se enseñan los elementos que disponen la unión con Dios. Ahí estudia el
alma esa virtud en el espíritu del Evangelio. La profundiza en el espíritu de la Regla que abrazó,
respetando los lugares consagrados, las personas y, sobre todo, la lengua. En ella, tantas veces,
reposa el Verbo o la Palabra de Dios, el Verbo hecho carne.

Silencio con relación al mundo, silencio con las almas más santas, la voz de un ángel perturbó a
María.

María Amada de Jesús.

INVITACIÓN A LA ACCIÓN
Pasa más tiempo en silencio y contemplación y verás como el Señor habla al corazón.

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DIA 22

SEGUNDO PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio en el trabajo, silencio en los movimientos

Hemos visto como el silencio no es, de ninguna manera, mutismo, alienación, alejamiento de los
otros porque no somos capaces de dialogar o de entrar en comunión. Es una actitud interior que
nos lleva a saber hacer todo con amor y recogimiento. ¿Por qué dejar que la agitación y el ruido
nos invadan y entre en nuestra morada interior una confusión insoportable? Los maestros de la
vida interior nos enseñan que hay que hacer todo con calma, en silencio, evitando cualquier ruido
que pueda molestarnos a nosotros y a los demás.

Hay normas de buena conviviencia que se aprenden cada día. Después de las diez de la noche, en
los hoteles está prohibido hacer ruido, encender aparatos de sonido o tener el televisor prendido a
un volumen alto.

Cerca de los hospitales y de las escuelas está prohibido tocar la bocina.

La llamada “Ley del silencio” prevé multas a quienes no la respetan, impidiendo el sueño y la
tranquilidad de los ciudadanos. Estas normas jurídicas de buena convivencia y vecindad, vistas a la
luz de las palabras de Dios, se convierten en caridad y amor, y evitan estrés y enfermedades.
El ruido enferma y el silencio cura.

Silencio en el andar. Silencio de los ojos, de los oídos, de la voz.

Silencio de todo el exterior, preparando el alma para unirse a Dios. Por estos primeros esfuerzos,
el alma merece, todo lo que dependa de ella, oír la vos del Señor.

La redención se decidió en el eterno silencio de la vida divina y en el recogimiento de la tranquila


morada de Nazaret; la fuerza del Espírtu Santo cubrió a la Virgen mientras estaba sola en oración
y realizó la Encarnación del Redentor. (Santa Edith Stein)

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DIA 23

TERCER PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio de la imaginación.

La imaginación es buena, es un don de Dios, y debemos aprovecharla en nuestra oración y en


nuestra memoria, para revivir momentos de acción de gracias, de alegría y también de dolor. De
“pecado”, para purificarnos cada vez más y estar dispuesto a recibir la gracia de la fuente de Dios,
que mana en nosotros. Pero cuando la imaginación se torna “ fiera violenta”, que como
tempestad, nos lleva lejos y siempre fuera de “nuestra casa interior” cuando nos hace perder el
contrato con la vida de cada día, todo es terrible y doloroso.
Las olas de la imaginación azotan violentamente la puerta de nuestro corazón, y quieren
penetrarnos para hacernos revivir momentos turbulentos de nuestro pasado o hacer proyecciones
dolorosas de nuestro futuro.

Entonces enferma nuestra alma, nos entristecemos y preocupamos.

Sentimos la enfermedad dentro de nuestro corazón, y percibimos cómo repercute en nuestro


cuerpo.

Esta facultad es la primera que va a tocar la puerta del jardín del Esposo.

Emociones extrañas, vagas impresiones, tristezas. Ahí, en su retiro, el alma dará al Amado pruebas
de su amor. Presentará a la imaginación, que no puede ser aniquilada, los encantos de su Señor,
las escenas del Calvario, las perfecciones de Dios. Las bellezas del Cielo.

Permanecerá entonces, en silencio, sierva del Amor Divino.

En el recogimiento y en el silencio se cumple la obra de la Redención. En el silencio diálogo del


corazón con Dios se preparan las piedras vivas, con las que se construye el reino de Dios, y se
fortalecen los instrumentos escogidos que cooperan en su construcción. Santa Edith. Stein.

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DIA 24

CUARTO PELDAÑO DEL SILENCIO

*Silencio de la memoria*

No hay más bello que nuestra memoria. Jesús nos mandó celebrar su “memoria”, hacerlo
presente, vivo y real en el sacramento de la Eucaristía. La memoria no es revivir la imaginación,
sino recordar y, con fuerza de voluntad, hacer presente. Es una mística eucarística que vivimos día
a día.

La memoria no puede olvidar; está hecha para recordar. Muchas veces confundimos las cosas y
nos preocupamos, especialmente, respecto del perdón. Decimos “perdono pero no olvido”. Y qué
bueno es que usted no olvide, porque significa que tiene memoria.

Todo lo que aconteció en nuestro pasado queda grabado.

Basta cualquier pequeño acontecimiento para que todo reviva. Y entonces sufrimos o nos
alegramos como si reviviésemos históricamente el momento. Sin embargo, es necesario silenciar la
memoria para que no nos aliene de nuestra realidad cotidiana; tenemos que vaciarnos de nosotros
mismos.

La memoria debe ser reconocimiento, acción de gracias por todas las maravillas que Dios ha hecho
en nosotros. Merece la pena meditar con el canto de la memoria agradable y viva del Magnificat.

*LA MEMORIA DE MARIA MAGNIFICAT*

Mi alma glorifica al Señor

Y mi espíritu se alegra

En Dios mi salvador,

Porque ha mirado

La humildad de su sierva.
Desde ahora me llamarán

Dichosa todas las generaciones,

Porque ha hecho en mi

Cosas grandes el Poderoso.

Su nombre es santo,

Y su misericordia es eterna

Con aquellos que le honran.

Actuó con la fuerza de su brazo

Y dispersó a los de corazón soberbio.

Derribó de sus tronos a los poderosos

Y engrandeció a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos

Y a los ricos los despidió sin nada.

Tomó de la mano a Israel, su siervo,

Acordándose de su misericordia,

Como lo había prometido

A nuestros antepasados,

En favor de Abrahán

Y de sus descendientes para siempre.

Lc. 1,46-55

Silencio sobre el pasado……olvido. Es preciso saturar esta facultad con el recuerdo de las
misericordias de Dios. Es el reconocimiento en silencio. Es el silencio de la acción de gracias .
Juan de la Cruz, ya al fin de su vida, fue visitado por un amigo de los primeros tiempos de aventura
de la fundación del Carmelita Descalazo, fray Antonio de Heredia, que casi para aliviarlo del dolor
le decía: “recuerda Fray Juan de la Cruz, cuando en Duruelo iniciamos….. y Juan de la Cruz ,
levantando la mano, le dijo “Basta. Habíamos quedado en no recordar nunca el pasado”.

No se deje usted influir ni condicionar por sus memorias. No podemos vivir las nostalgias. Es
necesario vivir la vida con esperanza y amor.

Nuestra memoria debe vivirse y actualizarse en el misterio de la Eucaristía de Cristo, que nos da
nueva fuerza para caminar hacia el futuro.

Debemos, en silencio, y durante horas seguidas, oír y dejar actuar la Palabra divina, hasta que ella
nos estimule a alabar a Dios en la oración y en el trabajo.

Santa Edith Stein.

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DIA 25

QUINTO PELDAÑO DEL SILENCIO


Silencio con las criaturas

Hablamos demasiado, y esto perjudica nuestra salud física, psíquica y espiritual. No importa lo que
hablemos. El caso es hablar y hablar mucho. Parece ser un impulso incontrolable. Incluso cuando
estoy escribiendo, estoy hablando con alguien que está frente a mí, que es usted, mi amigo lector,
mi amiga lectora, a quien quiero comunicar mi experiencia, mi vida, iluminada por la vida de Dios.

He visto a personas hablar con las flores, con los perros y los gatos. Las he visto abrazarlos y
besarlos como “hijos muy queridos”. Las he visto hablar con las cosas y hablar consigo mismas.
Monólogos largos, interminables, que nunca curarán las terribles enfermedades de la soledad
humana. Es necesario, sí, tener un recuerdo de todas las criaturas como obras de Dios, que llevan
inscrita en sí misma la figura del Señor y Creador. Las criaturas nos hablan y nosotros hablamos
con ellas. ¿Cómo no recordar la voz de las criaturas del Cántico de Daniel?

Obras todas del Señor, bendigan al Señor,

Glorifíquenlo por siempre con cánticos,

Angeles del Señor, bendigan al Señor,

Glorifíquenlo por siempre con cánticos.

Cielos, bendigan al Señor,

Glorifíquenlo por siempre con cánticos,

Aguas del cielo, bendigan al Señor,

Glorifíquenlo por siempre con cánticos Dn. 57-60

Alabado seas, mi Señor,

Por el hermano viento, por el aire y las nubes,

Porque a todas tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua.

Útil y humilde, preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana,

La madre tierra, que nos sustenta y gobierna.

Produce frutos variados, flores y hierbas.

(cántico de las criaturas, San Francisco de Asís.)

¡Oh, bosques y espesuras,


Plantados por la mano de mi Amado!

¡Oh, parado de verduras,

De flores esmaltado,

Decidme si por vosotros ha pasado!

(San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual 4)

Es necesario llegar al silencio con las criaturas para que los sueños y los deseos no nos lleven más
allá de nuestro día a día, arrojándonos en el vació y alejándonos de la verdadera realidad.

¡Qué llena de miserias está nuestra condición presente! El alma ha de sorprenderse muchas veces
conversando interiormente con las criaturas ¡Hasta los santos se lamentan de esa humillación
M.A.J.)

EJERCICIOS

¿Cómo se relaciona usted con las criaturas?

¿Permite que ellas le alejen de su deber de cada día, alienándolo de la vida, o deja que le ayuden a
vivir mejor cada jornada?

¿Está orientado su contacto con la naturaleza por la espiritualidad o por el vacío?

Que podamos volver nuestra mirada a la madre de Dios. María, en las bodas de Caná. Su mirada
silenciosa y atenta observa todo y repara dónde falta alguna cosa. Y antes de que surja alguna
necesidad y alguien la perciba, ella ya prestó su ayuda.

Encuentra medios y modos, da las indicaciones necesarias, y todo ello en silencio, sin dejar de
percibir nada. Santa Edith Stein.

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DIA 26

SEXTO PELDAÑO DEL SILENCIO.

Silencio del corazón

Es necesario adentrarnos en las aguas más profundas del silencio del corazón, acallando todo lo
que está fuera y dentro de nosotros. Nada puede perturbar nuestra paz interior, ni las criaturas,
ni la memoria, ni la imaginación.

Todo es paz. Dejémonos llevar, en este caso, por la Virgen María y por Cristo Jesús, hasta donde
todo es silencio y acción, pero nada perturba. El silencio del corazón no anula el sufrimiento físico
y moral, pero le da un nuevo sentido. Sentiremos dolor por la injusticia, por las calumnias, por un
dolor de muelas o por el terrible cáncer que nos consume, pero tendremos paz y serenidad.

Si la lengua se calla, si los sentidos se aquietan, si la imaginación, la memoria y las criaturas


callan, se hace la soledad en lo más íntimo de esa alma de esposa; habrá entonces poco ruido en
el corazón.

Silencio de los afectos, de las antipatías, silencio de los deseos demasiado ardientes; silencio de un
fervor exagerado; silencio hasta en los suspiros.

Silencio del amor, en lo que hay de exaltado. No de esa exaltación de la que Dios es autor, sino de
aquella producida por la naturaleza. El silencio del amor es el amor en el silencio.

Es el silencio ante Dios, la belleza, la bondad, la perfección. Silencio que no tiene nada de forzado.

Silencio que no perjudica la ternura ni la intensidad del amor, así como la confesión de las faltas no
perjudica el silencio de la humanidad. El “Fiat” no perjudicó el silencio del Getsemaní. El “Sanctus”
eterno no perjudica el silencio de los serafines.

Un corazón silencioso es un corazón de virgen. Es melodía para el corazón de Dios.

Silenciosa se consume la lamparita ante el tabernáculo…Hasta el trono de Dios sube,


silenciosamente, el humo del incienso….Este es el silencio del amor.

En los peldaños anteriores, el silencio era todavía queja de la tierra. En el silencio del amor, debido
a su pureza, el alma empieza a aprender la primera nota del cántico sagrado, el canto del cielo.

EJERCICIOS

1.- ¿Está en silencio su corazón, o hay en él una fuerte turbulencia que lo agita?

2.- ¿Sabe acoger el sufrimiento aceptándolo como don de Dios, como fruto del desgaste físico, o
ve en él un castigo e injusticia de Dios, que lo provoca con la cruz?

3.- ¿Cómo vive el amor de Dios en usted?

Cuanto más se resiste en silencio, menos se siente el mal. Santa Edith Stein.
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DIA 27

*SEPTIMO PELDAÑO DEL SILENCIO*

*Silencio de la naturaleza*

Silenciar la naturaleza humana que se rebela con el más leve viento de dolor o de contrariedad, es
cuna obra lenta.

Fruto de paciencia y de tiempo. No nos rebelemos ni pensemos que todo eso se da por arte de
magia.

Tenemos que saber que sin un gran esfuerzo nunca nos curaremos de nuestras heridas físicas y
espirituales.

Necesitamos acallar el orgullo, el amor propio herido, alejarnos de las situaciones que pueden
llevarnos a críticas inútiles y desfavorables a los otros y a nosotros mismos.
“De toda palabra ociosa que pronunciemos daremos cuenta a Dios. “Hemos de saber dominar el
deseo de venganza, disfrazado muchas veces “de justicia, de celo y de verdad”.

Silencio a la vista de la propia corrupción e incapacidad.

Silencio del alma que se complace en su bajeza.

Silencio ante las alabanzas y la estima. Silencio ante el desprecio, las preferencias, las
murmuraciones. Este es el silencio de la mansedumbre y de la humildad.

Silencio de la naturaleza ante la alegría y el placer.

La flor se abre en silencio. Su perfume alaba siempre en silencio al Creador. Lo mismo debe hacer el
alma.

Silencio de la naturaleza en el sufrimiento y en la contradicción.

Silencio sobre los ayunos y vigilias. Silencio sobre el cansancio, el frío y el calor. Silencio en la salud,
en la enfermedad y en la privación. Es el silencio elocuente de la verdadera pobreza y de la
penitencia.

Amable silencio de la muerte a todo lo creado y humano.

Es el silencio del yo humano, perdiéndose en el querer divino. Las reclamaciones de la naturaleza


no lo perturban, porque ese silencio está por encima de la naturaleza.

*EJERCICIOS*
1.- ¿Cómo guía y domina usted su naturaleza rebelde frente a las injusticias y calumnias que hieren
su amor propio?

2.- ¿Se rebela usted, o usa la misma táctica de calumniar y ofender a los otros?

3.-¿Es leal en el trabajo y en la relación con las personas, empezando por usted mismo, con la
familia, en el trabajo, en la calle y en todo lo que hace?

Después de un largo entrenamiento en la vida espiritual, el alma no tiene ya necesidad de meditar


para conocer a Dios y aprender a amarlo. Se ha hecho ya el camino y, por lo tanto, ha quedado
atrás: ahora basta descansar en la meta alcanzada.

Apenas se pone en oración, el alma está ya junto a Dios, envuelta en el abandono amoroso de su
presencia. Su silencio es la más querida de las “palabras”.

Santa

Edith Stein.

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DIA 28

OCTAVO PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio del Espíritu


Es un punto muy importante para no enfermarnos de orgullo, de superioridad, de creernos
insustituibles y de que somos los mejores para hacer las cosas. Este es un mal terrible, dentro y
fuera de la Iglesia.

El silencio del espíritu nos lleva a actuar sólo por la gloria de Dios, pues para quien busca vivir la
santidad no puede existir duplicidad de vida. Está comprobado que la “ambigüedad de la vida” es
fuente de sufrimientos, enfermedades físicas y psíquicas.

¿Cómo puede vivir tranquilo y con salud quien traiciona a los amigos, a la esposa, al esposo, o vive
en constante miedo por lo que hace?

Hemos de procurar el silencio del espíritu en la paz de nuestra conciencia más íntima y profunda.

Alejar los pensamientos inútiles, agradables, muy humanos. Sólo ellos perturban el silencio del
espíritu. Porque el pensamiento, en sí mismo, no puede dejar de existir.

Nuestro espíritu quiere la verdad, y nosotros le damos la mentira. Ahora bien, la verdad esencial es
Dios.

Dios se basta. ¿Y no bastaría El a la pobre inteligencia humana?

Pesar continuamente en Dios es, ciertamente, imposible ante la flaqueza humana, salvo por gracia
de su bondad. El silencio del espíritu, en materia de fe, es contentarse con las oscuridades de la fe.
Silencio, pues, de argumentos sutiles, que debilitan la voluntad y disminuyen el amor.

Silencio en la intención: pureza, sencillez. En la meditación, silencio de la oscuridad. En la


contemplación, silencio de las potencias del alma. Silencio del orgullo.

Este se insinúa en todas partes y siempre, procurando subir en el concepto de las criaturas.

Cállese el orgullo. Ha de hacerse el silencio de la sencillez, de la rectitud. Del despojo total.

Un espíritu que combate tales enemigos es semejante a los Ángeles que ven siempre el rostro de
Dios.
Dios eleva hasta Sí esa inteligencia, siempre en silencio.

EJERCICIOS

1.- ¿Se siente usted en armonía consigo mismo?

2.- ¿Actúa

Solamente buscando la verdad, y no se cree más de lo que es?

“El lenguaje del Verbo es la propia infusión del don” Si, con estas palabras habla él a nuestras
almas en el silencio: y para mí, ese querido silencio es un verdadero paraíso.

Beata Isabel de la Trinidad.

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DIA 29

NOVENO PELDAÑO DEL SILENCIO

*SILENCIO DEL JUICIO*

Los abogados están para juzgar. Los profesores y todos los que están llamados a emitir un juicio
objetivo sobre alguna realidad, deben juzgar, pero respondiendo a la verdad, sin apasionamientos.

¿Hasta qué punto es éticamente justo defender a una persona que está equivocada?
¿Acaso el error que manipula la verdad puede convertirse en verdad? No juzgar es también una
mandato de Jesús: “No juzguen y no serán juzgados”. ¿Por qué dejar que el ansía y la angustia de
juzgar entren en nuestro corazón? Silenciar el juicio no significa renunciar a emitir nuestras propias
opiniones.

Pero éstas deben conformarse a la verdad y nada más. No tenemos por qué imponer nuestro
punto de vista. Muchas veces la imposición de nuestra manera de pensar y de juzgar nos lleva al
aislamiento, a la marginación, al sufrimiento físico y espiritual.

Silencio ante las personas y las cosas. No juzgar.

No dejar que se transparente nuestra opinión.

Hacer como si no se tuviese opinión, esto es ceder simplemente, a no ser que se opongan la
caridad o la prudencia.

Es bienaventurado el silencio de la infancia espiritual, es el silencio de los perfectos, es el silencio


de los ángeles y arcángeles, cuando ejecutan las órdenes de Dios. Es el silencio del Verbo
Encarnado.

Cuando nos conocemos la verdad, es mejor callarnos. Si no podemos decir la verdad, siempre es
mejor “sonreír” y dejarlo de lado. El silencio del juicio ha de entrar a formar parte de nuestra vida.

*Ejercicios*

1.- ¿Cómo vive usted el silencio del juicio?

E el silencio y en la soledad, aquí se vive a solas con Dios. Aquí todo habla de Dios, Por todas partes
lo sentimos tan vivo y tan presente. Beata Isabel de la Trinidad.

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DIA 30

DECIMO PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio de la voluntad

Puede parecer que este silencio está reservado a religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos ante
las órdenes de sus superiores, pero en realidad es válido para todas las personas. En el mundo en
que vivimos todos estamos obligados a “obedecer” los horarios del autobús, de los bancos, del
trabajo. Somos esclavos del reloj, que marca nuestra vida. Es necesario revisar nuestra actitud y
libertad ante todo esto.

¡cuántas personas se ven obligadas a calar ante unos jefes irrespetuosos para no perder el empleo!
Sin quererlo, nos convertimos en “ollas de presión” que explotarán, tarde o temprano en
enfermedades y, por dentro, en angustia y ansiedad.

Tenemos que guardar silencio, con paz interior y serenidad, esperando el momento oportuno para
decir la verdad.

El silencio ante una orden,

El silencio ante las santas leyes de la Regla

No es suficiente.

El Señor tiene algo más profundo y difícil que enseñarnos: el silencio del esclavo bajo los azotes del
señor, Feliz esclavo, Su Señor es Dios.

Es el silencio de la víctima sobre el altar. Es el silencio del cordero mientras se le trasquila. Es el


silencio en las tinieblas…Silencio en el que ni se pide la luz.

Es el silencio de las angustias del corazón y de los dolores del alma.


Es el silencio de un alma favorecida por Dios que, sintiéndose rechazada, no pronuncia estas
palabras: ¿Porqué? ¿Hasta cuándo?. Es el silencio del abandono.

Silencio ante la severidad de la mirada de Dios.

Silencio bajo el peso de la mano divina. Silencio cuya única queja es la del amor. Es el silencio de la
crucifixión. Es el silencio de los mártires. Es el silencio de la agonía de Jesús.

Sí. Ese silencio es lo divino del silencio. Nada se compara con su voz. Nada resiste a su plegaria.
Nada más digno de Dios-esa especie de alabanza es el sufrimiento, “fiat” es el trabajo de la
muerte.

Mientras esa voluntad humilde y libre, verdadero holocausto de amor, procura aniquilarse para
glorificar el nombre de Dios, Dios la transforma en su voluntad.

¿Qué es lo que falta todavía a la perfección de esa alma? ¿qué le falta para la unión? ¿qué se
necesita para completar su transformación en Cristo? Expirar en el ósculo del Señor…..divina
inefable recompensa.

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DIA 31

UNDECIMO PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio consigo mismo

Una de las peores enfermedades es “monologar”, hablar y hablar con uno mismo de los propios
problemas, dificultades, dramas, traumas, y dolencias. Se convierte en un círculo vicioso a partir
del cual no conseguimos ver la vida con ojos limpios y trasparentes.
¿Para qué rumiar día y noche las situaciones conflictivas de la vida? ¿No es mejor abandonarse en
los brazos de Dios, rezando con calma el Salmo 130.

Este es el salo del silencio interior, fruto de la ascesis. De la oblación de la persona de DIOS:

Señor, mi corazón no es soberbio ni altanera mi mirada, Nunca perseguí grandeza ni cosas que
superar mi capacidad.

Aplaco y modero mis deseos, estoy como un niño en brazos de su madre, ¡Espera, Israel, en el
Señor, ahora y por siempre (salmo 130)

No monologar interiormente, No escucharse a sí mismo. No quejarse ni consolarse.

En una palabra: callarse interiormente, no pensar en uno mismo, asilarse, @@@quedarse solas
con Dios,

Este es el silencio más difícil. Es, entretanto, necesario para unirse con Dios.

Tan perfectamente cuanto sea posible a una pobre criatura. Con la gracia de Dios, ella llega
frecuentemente hasta él. Se detiene, con todo, en ese peldaño. No lo comprende.

Mucho menos lo practica.

Es el silencio de la nada, más heroico que el silencio de la muerte. MAJ.

EJERCICIOS

1.- ¿Suele usted monologar, pensando y repensando siempre las mismas cosas?

2.- ¿Sabe poner su confianza en el Señor?

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DIA 32

DUODECIMO PELDAÑO DEL SILENCIO

Silencio con Dios.

El silencio con Dios consiste en tener la certeza en nuestro corazón de amor del Señor, en no dudar
de El aunque no sintamos nada. Es dejarse amar por El. Es tal vez el silencio más doloroso del ser
humano, que en determinados momentos se siente abandonado por todos, hasta por el mismo
Dios. Es el grito que surge dentro de nosotros: ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?

Este grito no es falta de fe. Es la fuerza de la naturaleza que se rebela ante el dolor de la soledad,
de la enfermedad. Pero Dios viene siempre en nuestra ayuda.

¿Acaso olvida una madre a su niño de pecho, y deja de querer al hijo de sus entrañas?

Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. Fíjate: te llevo tatuada en la palma de mis manos, y
nunca dejé de pensar en tus murallas. Is. 49, 15-16.

El Señor nos dice constantemente: “no tengas miedo, yo te amo”:

Escucha Israel, el Señor nuestro Dios. Es único . Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu
alma y con todas tus fuerzas.

Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te dijo. Dt. 6. 4-5

Y ahora, así dice el Señor: el que te creó , Jacob, el que te formó, Israel. No temas, que yo te he
rescatado te he llamado por tu nombre y eres mío. Si atraviesas las aguas. Yo estaré contigo, en
los Ríos no te ahogarías. Si pasas por el fuego, no arderás la llama no te quemará. Porque yo soy el
Señor, tu Dios: el Santo de Israel, tu salvador Is. 43, 1-5
Es experimentar ya desde ahora lo que será la eternidad: silencio y amor pleno y divino, en que las
palabras no tendrán ya sentido. Será sólo contemplar los ojos de Dios, que se encuentran con los
nuestros, pues en el silencio lo decimos todo.

Al principio, Dios decía al alma:

“Habla poco con las criaturas y mucho contigo”. Ahora El le dice: “No me hables”.

Silencio con Dios. Consiste en adherirse a El, presentarse, exponerse , ofrecerse a El . El oírlo,
amarlo, adorarlo, descansar en El.

Es el silencio de la eternidad. Es la unión del alma con Dios.

EJERCICIOS

1.- ¿Cuál es su reacción cuando percibe el silencio de Dios?

2.- ¿Se abandona usted en él, se rebela o se deja amar silenciosamente por él, pensando en el
silencio de la eternidad que será de plena comunicación.

El Espíritu Santo la transformará en una lira misteriosa que, en el silencio, bajo su toque divino,
producirá un cántico magnífico al Amor.

Entonces será usted “la alabanza de sus gloria!

Beata Isabel de la Trinidad.

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DIA 33

OREMOS

Señor, te pido el don del silencio de todo mi ser.

A veces me siento confuso y cansado, la cabeza me parece un nido de abejas.

El corazón agitado como un mar tormentoso,

Los sentidos desbocados.

Necesito, Señor

Saber guardar silencio.

Te pido, Jesús.

Que levantes tu mano

Como lo hiciste un día

Sobre el mar turbulento

Tócame Señor.

Para que vuelva a mi la paz.

Y todo mi ser se serene y se calme.

Que no me deje llevar por al violencia

Ni por el ruido que enferma.


Sino por el silencio del amor que cura.

Que María, la Virgen del Silencio.

Me enseñe a callar

Para escuchar tan sólo tu Palabra

En las necesidades de mis hermanos.

Amén.

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