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UNIDAD POR EL APRUEBO

Este documento es fruto del trabajo de un grupo transversal de académicos y profesionales


que se auto convocó con la finalidad de proponer una serie de ajustes a la Propuesta de nueva
Constitución que se someterá a plebiscito el próximo 4 de septiembre. Hemos visto con
preocupación cómo algunos aspectos de la propuesta emanada de la Convención
Constitucional han sido objeto de tergiversaciones e interpretaciones implausibles que
enrarecen y oscurecen la discusión pública. Con el ánimo de precisar las implicancias
jurídicas de la propuesta constitucional y definir de mejor manera sus alcances, de manera de
suministrar mayor claridad y tranquilidad a la ciudadana de cara al próximo plebiscito, hemos
elaborado este documento, el cual ponemos a disposición de los partidos políticos y
autoridades comprometidas con la opción Apruebo.

Cada uno de las y los firmantes está convencido de que dicha opción electoral es la que ofrece
mejores perspectivas de solución a la crisis política que generó el proceso constituyente y
una base adecuada para fortalecer nuestra cultura constitucional. En consecuencia, la acogida
total o parcial de estas sugerencias no es condición para manifestar nuestro apoyo irrestricto,
como ciudadanos y ciudadanas, a la opción Apruebo.

El objetivo es que pueda ser utilizado como insumo por los parlamentarios y demás
autoridades para el caso que se evalúe un acuerdo político transversal que comprometa, en
forma previa al plebiscito, adecuaciones a la Propuesta Constitucional que se llevarán a cabo
en caso que triunfe la opción Apruebo. El grupo de trabajo se preocupó de no alterar los
principios y reglas fundamentales propuestas por la Convención Constitucional y fue, en todo
momento, fiel a su espíritu y a la amplia participación ciudadana que se recogió en dicho
proceso.

Todos quienes integramos este grupo tenemos el firme convencimiento de que la Propuesta
Constitucional en su integridad es favorable para el desarrollo y bienestar del país. Al mismo
tiempo, estamos conscientes que tras su eventual aprobación será indispensable realizar un
largo trabajo de implementación. Por ello, el documento que aquí se presenta no tiene por
objeto agotar la discusión ni el ámbito de posibles adecuaciones que pudiera ser necesario
realizar en el futuro al texto constitucional, de ser aprobado el próximo 4 de septiembre. En
cambio, ofrece algunos puntos de perfeccionamiento que puedan acompañar el proceso de
implementación de la nueva Constitución, perfeccionamientos que, en todo caso, y como lo
evidencia la experiencia comparada, son propios de estos momentos.

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I. Sistemas de Justicia

Propuesta de artículo:

Artículo 343:

“Son atribuciones del Consejo de la Justicia:

c) Efectuar una revisión de la gestión administrativa de todos los tribunales del Sistema
Nacional de Justicia, a lo menos cada cinco años, la que incluirá audiencias públicas para
determinar su correcto funcionamiento, conforme a lo establecido en la Constitución y la
ley. Esta revisión, en ningún caso, incluirá las resoluciones judiciales.”

d) Evaluar y calificar, periódicamente, el desempeño de juezas, jueces, funcionarias y


funcionarios del Sistema Nacional de Justicia. Esta evaluación, en ningún caso, podrá
incluir las resoluciones judiciales.”

Explicación de la propuesta:

En el caso de la -muy puntual- propuesta de reforma a la letra c) del artículo 343, se sugiere
sustituir la expresión “revisión integral” de todos los tribunales, por la expresión “revisión
de la gestión administrativa” de los mismos, de manera de evitar interpretaciones del alcance
de las revisiones que llevará a cabo el Consejo de Justicia que pudieren de alguna manera
afectar la independencia de los tribunales en sus labores jurisdiccionales.

En el caso de la frase que se añade a la letra d) del mismo artículo 343, este reitera para la
juezas, jueces, funcionarias y funcionarios la misma garantía que se establece para los
tribunales en la letra c) de que la revisión del Consejo de la Justicia en ningún caso incluirá
las resoluciones judiciales.

Propuesta de artículo:

Artículo 344:

1. “El Consejo de la Justicia se compone de diecisiete personas, conforme a la siguiente


integración:
a) Nueve juezas o jueces titulares elegidos por sus pares.
b) Dos funcionarias, funcionarios o profesionales del Sistema Nacional de Justicia
elegido por sus pares.
c) Dos personas elegidas por los pueblos y naciones indígenas en la forma que
determinen la Constitución y la ley.
d) Cuatro personas elegidas por el Congreso de Diputadas y Diputados y la Cámara
de las Regiones en sesión conjunta, previa determinación de las ternas
correspondientes por concurso público, a cargo de la Alta Dirección Pública.
2. Durarán seis años en sus cargos y no podrán reelegirse. Se renovarán por
parcialidades cada tres años conforme a lo establecido por la ley.

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3. Sus integrantes serán elegidos de acuerdo con criterios de paridad de género,
plurinacionalidad y equidad territorial.
4. Todos los integrantes deberán ser personas de comprobada idoneidad para el
ejercicio del cargo y contar con más de 10 años de destacada y reconocida
experiencia profesional”.

Explicación de la propuesta:

La propuesta tiene por finalidad disminuir los riesgos de influencia política en el


funcionamiento del Consejo de la Justicia. Asimismo, asegura que la mayoría de su
composición este integrada por juezas y jueces. Finalmente, esta propuesta persigue asegurar
que todos los integrantes del Consejo de la Justicia tengan la idoneidad y experiencia
necesaria para el ejercicio de sus funciones.

II. Estado de Emergencia

Propuesta de artículo:

Nuevo artículo 302 bis:

1. “El estado de emergencia, en caso de grave alteración de la seguridad pública o de


grave daño para la defensa nacional, será declarado por la Presidenta o el
Presidente de la República. La declaración deberá determinar las zonas afectadas
por dichas circunstancias y el plazo de duración, el que no podrá ser mayor a quince
días. Solo con acuerdo del Congreso de Diputadas y Diputados podrá extenderse
más allá de este plazo. El referido acuerdo se tramitará en la forma establecida en
el inciso 2 del artículo 301.
2. La Presidenta o el Presidente de la República estará obligado a informar al
Congreso de Diputadas y Diputados de las medidas adoptadas.
3. Declarado el estado de emergencia, las zonas respectivas quedarán bajo la
dependencia inmediata de la jefa o del jefe de estado de excepción. Esta autoridad
asumirá la dirección y supervigilancia de aquellas zonas con las atribuciones y
deberes que la ley señale. Cuando el estado de emergencia se declare por grave
alteración de la seguridad pública, la jefa o el jefe de estado de excepción deberá ser
una autoridad civil designada por quien ejerza la Presidencia de la República.
4. La Presidenta o el Presidente de la República podrá solicitar la prórroga del estado
de emergencia, para lo cual requerirá la aprobación, en sesión conjunta, de la
mayoría de integrantes en ejercicio del Congreso de Diputadas y Diputados y de la
Cámara de las Regiones.
5. Por la declaración del estado de emergencia, la Presidenta o el Presidente de la
República podrá restringir la libertad de circulación y el derecho de reunión”.

Explicación de la propuesta:

La propuesta plantea la incorporación quirúrgica del estado de emergencia dentro del


articulado de la propuesta de nueva Constitución.

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El artículo sigue la estructura de tipificación de los estados de excepción de la propuesta de
nueva Constitución y, en particular, del estado de catástrofe, por tratarse de los dos estados
de menor intensidad tanto en la afectación del bien jurídico protegido como en la suspensión
o restricción de derechos fundamentales. En este sentido, la propuesta adapta la causal del
estado de emergencia de la Constitución Política de 1980, respecto de los términos propios
de la propuesta de nueva Constitución, en lo relativo a la seguridad pública (versus “orden
público”) y defensa nacional (versus “seguridad de la Nación”). En este sentido, se
reemplazan los conceptos de “orden público” y “seguridad de la Nación” ya que carecen de
correlato en la propuesta de nueva Constitución. No obstante, los verbos rectores son los
mismos. El precepto propuesto establece el mismo plazo de duración y consagra la restricción
de los mismos derechos fundamentales que actualmente contempla la Constitución Política
de 1980, pero replica el mecanismo de renovación del estado de catástrofe de la propuesta de
nueva Constitución.

Por otro lado, la propuesta mantiene la designación de la jefa o del jefe de estado de excepción
como autoridad civil, para el caso de grave alteración de la seguridad pública. En el caso de
grave daño para la defensa nacional, la ley deberá regular quién asume dicha jefatura,
permitiendo que sea el jefe del Estado Mayor Conjunto. Por último, se mantienen los
mecanismos de rendición de cuentas de los estados de excepción de la propuesta de nueva
Constitución.

Propuesta de artículo:

Modificación al Art. 300:

“Solo se podrá suspender o limitar el ejercicio de los derechos y las garantías que la
Constitución asegura a todas las personas bajo las siguientes situaciones de excepción:
conflicto armado internacional, conflicto armado interno según establece el derecho
internacional, grave alteración de la seguridad pública o de grave daño para la defensa
nacional o calamidad pública. No podrán restringirse o suspenderse sino los derechos y
garantía expresamente señalados en la Constitución”.

Explicación de la propuesta:

Se incorpora las hipótesis del estado de emergencia como un estado de excepción


constitucional intermedio dentro del diseño constitucional

Propuesta de artículo:

Nuevo Art. 303.6:

“Las Fuerzas Armadas no podrán desempeñar tareas de seguridad pública fuera de las
situaciones reguladas en los artículos 301, 302 y 302 bis de esta Constitución. Sin embargo,
se mantendrán vigentes los preceptos legales que determinan a estas las competencias sobre
el control marítimo y el control de la aeronavegación.”

Explicación de la propuesta:

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La propuesta busca evitar la evasión de los límites que establecerá la arquitectura
constitucional sobre estados de excepción mediante la creación, por la vía legal, de
situaciones que entreguen facultades de control de la seguridad pública a las fuerzas armadas,
que vayan más allá del diseño de la propuesta de nueva Constitución.

Con ello, se persigue poner freno al populismo punitivo y establecer límites infranqueables
para los legisladores, de manera que las fuerzas armadas no se transformen en instrumentos
de solución para conflictos sociales internos en reemplazo de la necesidad de la formulación
de políticas adecuadas para enfrentar esos problemas cuando se agudicen.

Propuesta de artículo:

Nuevo Art. 306.2:

“Los estados de excepción constitucional no podrán ser renovados más de cuatro veces
sucesivas, sino por la aprobación, en sesión conjunta, de los tres quintos de los integrantes
en ejercicio del Congreso de Diputadas y Diputados y de la Cámara de las Regiones”.

Explicación de la propuesta:

Se procura evitar el abuso de los estados de excepción, mediante la elevación de los quórums
de aprobación en el Congreso, cuando ya se hayan renovado cuatro veces sucesivas, de
manera de desincentivar el uso que haga el poder ejecutivo de ellos, evitando que se enfrenten
problemas políticos y sociales internos con estos instrumentos y que se transformen en
verdaderos estados permanentes para ciertas zonas del país.

III. Consentimiento Indígena y Pluralismo jurídico:

Propuesta de nuevo artículo 191.2:

“Tratándose de los pueblos y naciones indígenas, deberán ser consultados en aquellas


materias o asuntos que les afecten, conforme a lo dispuesto en el artículo 66”

Explicación de la propuesta:

La actual redacción del artículo 191.2 somete a la necesidad de obtener el consentimiento a


las entidades territoriales en procesos de consulta de las decisiones que tomen y que puedan
afectar los derechos de los pueblos indígenas. El consentimiento consiste en el acuerdo
positivo de los consultados como condición de existencia jurídica de una decisión, en este
caso de las entidades territoriales. La regla de la consulta, consagrada en el art. 66 de la
propuesta de nueva Constitución, requiere que se busque el consentimiento, pero no que se
obtenga, de tal manera que se satisface la consulta en cuanto se procede a ella de buena fe,
con carácter previo, y a través de las autoridades representativas de los pueblos indígenas,
cuando se busque genuinamente un acuerdo y no constituya un mero trámite de validación
de una decisión que ya está sustantivamente tomada, admitiendo, sin embargo, que la

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autoridad se aparte en su decisión de la posición de los pueblos indígenas consultados
mediante una negativa fundada.

La exigencia del consentimiento es excepcional y en el derecho internacional de los derechos


humanos se reduce a tres hipótesis, y no es relevante cuál es el organismo estatal que vaya a
tomar la decisión - razón por la cual tampoco se justifica reducir el alcance a las entidades
territoriales del Estado. Por estos motivos, se propone eliminar el numeral segundo del
artículo 191 y reemplazarlo por el nuevo artículo 191.2 propuesto.

Propuesta de artículo:

Nuevo artículo 309.3:

“La jurisdicción indígena sólo podrá conocer conflictos entre personas que pertenezcan a
un mismo pueblo originario y dentro del ámbito de sus relaciones comunitarias, las que, en
todo caso, siempre podrán optar por el sistema de justicia nacional cuando el asunto también
se encuentre regulado por las leyes”.

Nuevo artículo 309.4:

“La ley definirá las materias sobre las que no podrá ejercerse la jurisdicción indígena, la
que, en todo caso, nunca procederá tratándose de crímenes ni delitos de mayor connotación
social. Del mismo modo, delimitará el ámbito territorial de la jurisdicción indígena, el que
siempre deberá incluir las autonomías territoriales indígenas”.

Explicación de la propuesta:

La propuesta se construye sobre el principio de delegación a la futura ley para efectos de la


implementación de la jurisdicción indígena. Sin embargo, los numerales 3 y 4, que ahora se
proponen, buscan establecer estándares o criterios que la futura legislación deberá observar
en los ámbitos personal, territorial y material. Con ello se delimita el carácter especial y no
paralelo que debe configurar a la jurisdicción indígena en relación al sistema nacional de
justicia.

Así, el numeral tercero del artículo 309 incorpora regulaciones más precisas en el ámbito
personal, señalando que la futura ley deberá considerar que la jurisdicción indígena podrá
ejercerse únicamente tratándose de personas que pertenezcan a un mismo pueblo originario.

En segundo lugar, se incorpora el derecho de opción o salida. Con todo, se incorpora


enfatizando que se trata de un derecho al cual la persona podrá echar mano, siempre y cuando
el asunto o controversia encuentre regulaciones, ahora sí, paralelas, tanto en la tradición y
costumbre indígena como en las leyes nacionales. ¿Por qué? Por qué sólo allí tiene sentido
hablar de la opción. Es posible, en efecto, que haya conductas que por la propia especificidad
del ámbito de las relaciones comunitarias de los pueblos sean tratadas sólo por la tradición y
costumbre indígena, pero, en cambio, no encuentran un correlato en la regulación nacional.

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Por último, el numeral cuarto propuesto aborda los criterios que deberán observarse en el
ámbito material y territorial de la jurisdicción indígena.

Tratándose del ámbito material, se incorporan tres criterios. Primero, como ya lo hemos
señalado será la ley la que deberá determinar las materias que abordará la jurisdicción
indígena. En el ámbito material, el núcleo de la jurisdicción indígena se concentra en materias
reguladas por la costumbre o tradición normativa indígena respecto de sus relaciones
intracomunitarias. Segundo, la determinación de estas materias debe hacerse por sustracción,
esto es identificando aquellas materias sobre las cuales no podrá ejercerse jurisdicción
indígena, pero no identificando aquellas sobre las cuales sí procederá. La razón de esto se
explica en el eventual desconocimiento que tenga el legislador respecto de las tradiciones y
costumbres de los pueblos y naciones originarias. En tercer lugar, se dispone que la futura
ley que regule la jurisdicción indígena no podrá (‘sustracción’) autorizar el ejercicio de la
jurisdicción indígena en los denominados delitos de mayor connotación social. Aunque
sabemos que esta no es una categoría dogmática penal, se trata, sin embargo, de una
expresión utilizada por gobiernos de distinto signo político — y disponible en varios sitios
web del Gobierno — bajo la cual se cobijan una serie de crímenes y delitos cuyas estadísticas
se acuñan para efectos de política pública de control de la criminalidad.

Finalmente, en el mismo numeral se establecen criterios para la delimitación del ámbito


territorial en el que operará la jurisdicción indígena. Allí se dispone que, si bien es un asunto
que la ley debe determinar, esa ley debiera de todas maneras incluir las autonomías
territoriales indígenas, por tratarse de una unidad territorial a la que hace mención
expresamente la propuesta de nueva constitución como una “donde los pueblos y naciones
indígenas ejercen derechos de autonomía en coordinación con las demás entidades
territoriales” (Art. 234.1). Si bien es cierto que la propuesta de nueva constitución utiliza
otras expresiones para referirse a los ámbitos territoriales indígenas, nos parece que el
legislador y la legisladora pueden innovar yendo más allá de las autonomías territoriales
indígenas, pero siempre debiendo considerar a estas últimas por su especial posición en el
entramado de la forma de Estado.

IV. Sistema político

Propuesta de artículo:

Artículo 284.1:

“La Presidenta o el Presidente durará cuatro años en el ejercicio de sus funciones y no se


podrá reelegir de forma inmediata. Solo se podrá reelegir con posterioridad, y por una sola
vez”.

Explicación de la propuesta:

Se propone eliminar la reelección inmediata del presidente de la república, puesto que,


creemos que incorporar esta figura en nuestro orden político, teniendo en consideración que
el presidente todavía tiene un gran numero de atribuciones y potestades, solo incentivaría los

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personalismos y, además, se podría correr el riesgo de que los recursos públicos sean mal
utilizados con el fin de conseguir una eventual reelección.

Por un tema de coherencia entre el texto constitucional y las normas transitorias se


recomienda revisar y adecuar, si fuere necesario, la norma transitoria quinta en su inciso
segundo.

Propuesta de artículo:

Artículo 266:

“1. Son leyes de concurrencia presidencial necesaria:


a) Las que alteren la división política o administrativa del país.
b) Regular las capacidades de la defensa nacional, permitir la entrada de tropas extranjeras
al territorio de la república y autorizar la salida de tropas nacionales fuera de él.
c) Leyes relativas a remuneraciones.
d) Leyes relativas a cargos públicos.

2. Son leyes de iniciativa exclusiva de la Presidenta o el Presidente:


a) Las que irroguen directamente gastos al Estado.
b) Las que impongan, supriman, reduzcan o condonen tributos de cualquier clase o
naturaleza, establezcan exenciones o modifiquen las existentes y determinen su forma,
proporcionalidad o progresión.
c) Las leyes relacionadas con la administración presupuestaria del Estado, incluyendo las
modificaciones de la Ley de Presupuestos.
d) Las que contraten o autoricen a contratar empréstitos o celebrar cualquier otra clase de
operaciones que puedan comprometer la responsabilidad patrimonial del Estado, de los
órganos autónomos y condonar, reducir o modificar obligaciones, intereses u otras cargas
financieras de cualquier naturaleza establecidas en favor del fisco o de los organismos o
entidades referidos sin perjuicio de lo dispuesto en la letra c) del artículo 264.
e) Relativas a la seguridad social”.

Explicación de la propuesta:

Se propone modificar las normas de concurrencia presidencial necesaria, establecidas en el


artículo 266 de la propuesta de nueva Constitución, en especifico modificar las letras a, b, d
y e, para que dejen de ser de concurrencia y pasen a ser de iniciativa exclusiva del Presidente
o Presidenta, dado que, esta figura, aplicada a iniciativas de gasto publico, administración
presupuestaria, creación o eliminación de tributos o para la contratación de operaciones que
puedan comprometer la responsabilidad patrimonial del Estado, podría incorporar al sistema
una fuerte tensión entre el ejecutivo y el legislativo, colocando al Presidente o Presidenta en
una situación de difícil resolución ante un proyecto popular, pero dañino para las arcas
fiscales o la implementación de su programa de gobierno.

Se propone además incorporar las leyes relativas a seguridad social dentro de esta categoría,
debido a la importante cantidad de recursos públicos que pueden estar asociados a este tipo
de leyes. Adicionalmente, se propone agregar como leyes de concurrencia presidencial

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necesaria todas aquellas relativas a remuneraciones y las que se regulen los cargos públicos,
por la importancia que tienen estas en la administración del Estado.

Se recomienda, por coherencia del texto, agregar a la letra o) del artículo 264, después de la
palabra necesaria, la siguiente frase “o de iniciativa exclusiva de la Presidenta o el
Presidente”.

Durante la discusión de esta propuesta se consideraron dos ideas para la implementación de


la nueva constitución. Primero, creemos que, dada la recomendación de eliminar la reelección
inmediata, es aconsejable revisar el periodo presidencial. Segundo, sostenemos que es
fundamental, una vez aprobada la propuesta de nueva Constitución, discutir el sistema
electoral, con el fin de crear un sistema que otorgue mayor gobernabilidad y acompañe
adecuadamente al sistema presidencial propuesto.

Suscriben:

Enza Alvarado
Jorge Contesse
Pablo Contreras
Luis Cordero Vega
Javier Couso
Rodrigo Gil
Claudia Heiss
Alfonso Henríquez
Juan Pablo Hermosilla
Dan Israel
Tomás Jordán
Domingo Lovera Parmo
Salvador Millaleo
Felipe Peroti
Flavio Quezada
Sebastián Salazar
Leslie Sánchez
Carolina Tohá
Carlos Umaña
Verónica Undurraga
Patricio Vargas
Elisa Walker
Yanira Zúñiga

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