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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE

LOS ANDES
FACULTAD CIENCIAS JURÍDICAS,
CONTABLES Y SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO

EXCESIVA ONEROSIDAD DE LOS


CONTRATOS

DOCENTE: DRA. JENNIFER KARINA SANCHEZ FARFAN

CURSO: DERECHO CIVIL VI ( CONTRATOS)

ALUMNA:

 GLADIZ SURCO CRUZ 

2021-I

INFORME SOBRE LA EXCESIVA ONEROSIDAD DE LOS CONTRATOS EN


TIEMPOS DE LA PANDEMIA COVID 19
EXCESIVA ONEROSIDAD DE LOS CONTRATOS UTEA

El Código civil regula dos instituciones jurídicas: la excesiva onerosidad de la prestación


(arts. 1440 y ss. del CC) y la lesión (arts. 1447 y ss. del CC), como instrumentos que
permiten revisar el contrato oneroso y conmutativo por el excesivo desequilibrio en el
momento de perfeccionarse el contrato, en el caso de la lesión, o sobreviniente, tratándose
de la excesiva onerosidad.

Art 1440 “En los contratos conmutativos de ejecución continuada, periódica o diferida, si
la prestación llega a ser excesivamente onerosa por acontecimientos extraordinarios e
imprevisibles, la parte perjudicada puede solicitar al juez que la reduzca o que aumente la
contraprestación, a fin de que cese la excesiva onerosidad.

Si ello no fuera posible por la naturaleza de la prestación, por las circunstancias o si lo


solicitara el demandado, el juez decidirá la resolución del contrato. La resolución no se
extiende a las prestaciones ejecutadas.

El art. 1440 CC dispone que la excesiva onerosidad se presenta únicamente en los


contratos conmutativos, es decir, en aquellos contratos en donde las partes desde su
celebración conocen los beneficios o perjuicios que les reportará el mismo, por lo que
se excluyen a los contratos aleatorios.

Los contratos no pueden modificarse frente a cualquier desequilibrio, sino solo frente
a un desequilibrio importante, significativo o grave, pues lo contrario, significaría
alterar el contrato por cualquier circunstancia, vulnerando con ello la seguridad jurídica

SON REQUISITOS DE LA EXCESIVA ONEROSIDAD DE LA


PRESTACIÓN:

 Una grave alteración de las circunstancias existentes al tiempo de la


celebración del contrato;
 Que esa alteración sea sobreviniente a la celebración del contrato, en el que
subsisten obligaciones pendientes de cumplimiento;
 Que el contrato sea conmutativo de ejecución continuada, periódica o
diferida;
 Que la prestación llegue a ser excesivamente onerosa por hechos ajenos
a las partes, extraordinarios e imprevisibles;

CONTRATOS Pá gina ii
EXCESIVA ONEROSIDAD DE LOS CONTRATOS UTEA

 Que la causa de la sobrevenida excesiva onerosidad no se deba a dolo, culpa


(art. 1443) o mora de la parte afectada;
 Que la excesiva onerosidad no se deba al riesgo propio del negocio.

LA EXCESIVA ONEROSIDAD NO SE APLICA:

a) Los contratos de ejecución instantánea en los que no se difiere la


ejecución de la prestación (contratos de ejecución inmediata);
b) Los contratos aleatorios, cuando la excesiva onerosidad ingrese en el álea
normal del contrato. Un ejemplo: una señora de 95 años entregó su casa en
propiedad a su abogado a cambio de que este le pase una renta durante el
tiempo que ella viva. El abogado haciendo una evaluación costo beneficio,
estaba convencido de que hacía un gran negocio, pues consideraba que la
señora, a los más, viviría dos o tres años más. La señora tenía 120 años y
aún se mantenía lúcida. Entrevistada por la prensa, le preguntan: Señora,
¿qué le parece, su abogado le ha pagado ya más de tres veces el valor de su
casa? y ella contesta: sí pues, en estos negocios a veces se gana y a veces se
pierde. Aquí la longevidad extrema de la persona, en cabeza de quien se
determinó la duración del contrato, está dentro del riesgo propio de este
contrato.
c) Los contratos en los que su ejecución se ha diferido por dolo o culpa de la
parte perjudicada.

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EXCESIVA ONEROSIDAD DE LOS CONTRATOS UTEA

La institución de la excesiva onerosidad de la prestación estaba en el Código sin


aplicación alguna. Ahora, es la institución de primerísima importancia, para
resolver la gran cantidad de problemas contractuales generados por el covid-19.

El primer caso de la pandemia del coronavirus se presentó en Lima el 6.3.2020. El


estado de emergencia por esta pandemia fue decretado el domingo 15.3.2020,
seguido de una cuarentena que inició lunes 16.3.2020. últimamente se ha ampliado
este estado hasta el 30.6.2020. Las fronteras estuvieron cerradas, también la
mayoría de establecimientos comerciales; estaba prohibido el transporte
interprovincial en todas sus modalidades; la actividad económica estaba
prácticamente paralizada; y poco a poco se ha reiniciado una reactivación
económica limitada, en su mayoría mediante servicios de delivery que reduce los
ingresos al 20% de los que tenían los empresarios antes de la pandemia.

La pandemia, en unos casos, ha generado la imposibilidad del cumplimiento de


la obligación, que puede ser temporal o definitiva, y, en otros, ha convertido a la
prestación en excesivamente onerosa.

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CASO PRÁCTICO

El 25.6.2019, la empresa A arrienda un Hotel de su propiedad a B. Se facultó a la


arrendataria para realizar actividades hoteleras de alojamiento temporal, servicio de
restaurante, comedor, taberna-bar, buffettes, catering y bebidas, agencia de viajes, y en
general todo tipo de actividades turísticas, arrendamiento de ambientes para la
realización de eventos de carácter académico, profesional, empresarial o de negocios,
asíí como el arrendamiento de las áreas destinadas a restaurante, casino y tragamonedas.
El plazo del contrato es de 10 años contados a partir del 1.7.2019.

La renta mensual acordada es de US$20,000.00 mensuales por los primeros 5 años, y a


partir del sexto año es de US$22,000.00. La arrendataria entregó a la arrendadora en
calidad de depósito en garantía la suma de US$300,000.00, que los obtuvo mediante un
crédito bancario. Además pagó a la arrendadora US$ 30,000 por derecho de llave.

El 1.7.2019, bajo esas condiciones, la arrendataria puso en funcionamiento el hotel. La


ocupación del hotel en los primeros meses fue del 34% y a fines del 2019 se incrementó
al 69%, lo que le permitía el pago puntual de la renta. En febrero del 2020 el
establecimiento se convirtió en una de las empresas hoteleras más importantes de la
zona.

El 15.3.2020, ante la pandemia del COVID 19, el gobierno peruano emitió el


Decreto Supremo N° 44-2020-PCM, que declaró el Estado de Emergencia Nacional
por 15 días y, consecuentemente, el Aislamiento Social Obligatorio, suspendiéndose
todas las actividades económicas, salvo aquellas consideradas como esenciales. Esta
situación se prorrogó por sucesivos decretos supremos, el último de ellos extendió
el estado de emergencia hasta el 30.6.2020. No sabemos qué ocurrirá llegada esta
fecha.

Como consecuencia de estas medidas el hotel se quedó con tres huéspedes.

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Las medidas dictadas por el gobierno constituyen un caso fortuito o fuerza mayor
que impiden el cumplimiento del pago de la merced conductiva por la arrendataria.
El art. 1315 prescribe:

«Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable, consistente en un evento


extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la obligación
o determina su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso«.

Doctrinariamente se diferencia entre el caso fortuito y la fuerza mayor: el caso


fortuito se refiere a los hechos de la naturaleza y la fuerza mayor a los hechos del
hombre; b) el caso fortuito entraña un acontecimiento imprevisible y la fuerza
mayor encierra uno irresistible; c) el caso fortuito es lo objetivo del hecho
extraordinario y la fuerza mayor constituye el lado subjetivo de la imposibilidad de
prever o evitar el hecho; d) el caso fortuito es un obstáculo menor que el otro,
consistente en la imposibilidad absoluta emanada de la irresistibilidad

El art. 1315 utiliza estas palabras como sinónimas. El caso fortuito o fuerza mayor
es el hecho no imputable al deudor, que impide la ejecución de la obligación o
determina su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. Para que un hecho
constituya caso fortuito o fuerza mayor se requiere: que sea extraordinario,
imprevisible e irresistible, como es el caso del covid-19 y las consiguientes medidas
dictada por el gobierno.

Mientras no entre en funcionamiento el hotel la arrendataria está


imposibilitada de pagar la renta. No es responsable por la falta de
cumplimiento. La causa del incumplimiento es el caso fortuito o fuerza
mayor y no la conducta de la arrendataria. El caso fortuito o fuerza mayor
rompe el nexo de causalidad entre la conducta del deudor y el daño sufrido
por el acreedor.

La imposibilidad de la prestación por caso fortuito o fuerza mayor puede ser


permanente o transitoria. La primera extingue la obligación, la transitoria solamente
libera de la indemnización moratoria, pero no libera al deudor de ejecutar la
prestación una vez desaparecido el obstáculo y que el contrato se reajuste conforme
a las nuevas circunstancias, por cuanto la prestación de la arrendataria ha devenido
excesivamente onerosa.

CONTRATOS Pá gina 6

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