Las enzimas pectolíticas utilizadas durante la maceración en vinificación en
tinto facilitan la liberación del contenido celular de la baya de uva. El objetivo de
este tratamiento es la obtención de vinos con más color, más rico en compuestos fenólicos e igualmente más fáciles de clarificar y filtrar.
Entre las pectinasas, se distinguen las actividades: poligalacturonasa (PG),
pectin-esterasa (PE) y actividad pectinliasa (PL). El modo de acción de estas enzimas y su interés enológico ya ha sido descrito con anterioridad (1). Otras actividades secundarias presentes en las preparaciones enzimáticas para enología son las actividades: celulasa, galactanasa y proteasa. Por último, es de interés la actividad β-glicosidasa. En efecto, debido a que numerosos antocianos presentes en la uva tinta son moléculas glicosiladas, las β- glucosidasas podrían teóricamente degradar estos pigmentos y conllevar una disminución de la coloración roja del vino (2).