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A medida en que se avanza rumo a las elecciones de octubre en Brasil,

más tensa se hace la vida en el país del ultraderechista y


desequilibrado presidente Jair Bolsonaro. Como figura de proa de un
buque rumbo al naufragio, él renueva un ya formidable arsenal de
advertencias que serían ridículas si no fuesen a la vez más y más
amenazadoras y, por eso, peligrosas.

La actual legislación electoral brasileña es bastante clara: los partidos


deben definir sus candidatos a presidente, gobernador, senador,
diputado nacional y diputado provincial antes del cinco de agosto. Y
tienen diez días para registrar las postulaciones junto al Tribunal
Superior Electoral. A partir del 16 de agosto queda autorizada la
campaña en las calles, con movilizaciones, pancartas, distribución de
propaganda impresa, mitínes. El 26 se abre espacio para publicidad en
radio y televisión. Curiosamente, no hay referencia a las redes sociales,
que experimentaron un muy fuerte crecimiento no previsto por la
legislación.

Desde siempre ese claro y riguroso calendario no es respetado. Pero


nunca antes se vio algo semejante a lo que se constata ahora. Desde
hace un año, Bolsonaro insiste en mantenerse en permanente campaña
electoral. Acorde a todos los sondeos y encuestas respetables, el
expresidente Lula da Silva aparece como franco favorito sobre el actual
mandatario. Existe la posibilidad real, aunque un tanto lejana, de que
Lula gane en la primera vuelta, el domingo dos de octubre.

El ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, va a mantener en la


semana reuniones con intendentes del conurbano, para articular
las auditorías sobre el funcionamiento del plan Potenciar Trabajo. Los
primeros jefes comunales con los que hablará, en dos reuniones
grupales, serán los de la Primera y Tercera sección electoral, a las que
pertenecen municipios como La Matanza, San Martín, Hurlingham, José
C. Paz y Malvinas Argentinas.

En esos encuentros Zabaleta va a explicar a los intendentes en qué


consiste el convenio con las universidades nacionales, para que los
estudiantes realicen los controles. En el ministerio señalaron que se va
a hacer un pedido a los jefes comunales para que garanticen la logística
de los operativos, ya que será necesario que aporten algunos lugares
para realizarlos, como pasó con la entrega de la Tarjeta Alimentar.

Las auditorías comenzarán el próximo lunes. Tras su asunción en


Economía, Sergio Massa remarcó que quienes tengan un Potenciar y
no acrediten estar realizando una contraprestación lo perderán, una
medida vinculada al ajuste del gasto del Estado pero también al
crecimiento que vienen teniendo los movimientos populares desde la
pandemia y el aumento del conflicto social.

Por una cuestión de distribución de la población, en el conurbano


bonaerense están entre el 45 y 50 por ciento de los planes
Potenciar Trabajo. Según la estimación de la cartera de Desarrollo
Social, de cada diez planes, ocho corresponden a unidades de gestión
no gubernamentales, aunque no sólo se trata de movimientos sociales,
sino también de iglesias (Cáritas, por ejemplo, tiene peso) y
organizaciones no gubernamentales.

El esquema previsto para la auditoría es que los beneficiarios sean


llamados a presentarse a los centros que se determinen para responder
un formulario web. Deberán informar por la unidad de gestión en la
que trabajan, las actividades que realizan dentro y fuera del programa.
Además serán encuestados sobre su situación habitacional y
su trayectoria educativa.

En los encuentros con los intendentes, el ministro Zabaleta será


acompañado por su vice, Gustavo Aguilera, y por el titular de la Unidad
Ejecutora del Programa Potenciar Trabajo, Pablo País.

Las organizaciones de la UTEP hablaron sobre las auditorías este


domingo, en la marcha de San Cayetano. “No tenemos problema, que
vengan a auditarnos. Estoy seguro de que muchos de esos pibes que
están en la universidad, cuando nos conozcan nos van a ayudar, van a
terminar trabajando con nosotros”, opinó Esteban Castro, el titular de la
UTEP. Sin embargo, sí hubo fuertes críticas a cómo el recurso de las
universidades es usado para controlar a los que menos tienen en lugar
de hacerlo con la evasión de los agroexportadores.

En el acto de San Cayetano, los referentes también plantearon que las


políticas públicas para dotar de derechos al trabajo informal son
insuficientes y que el Gobierno demora proyectos como la creación del
monotributo productivo, para que el sector pueda facturar sus bienes y
servicios sin costo fiscal. El mismo reclamo hicieron sobre un marco que
facilite el compre estatal. Para la UTEP, el problema no son las
auditorías sino la falta de acompañamiento al d

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