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LÓGICA I

LÓGICA FORMAL
2013

FFyH
UNC
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Presentación
Este apunte está destinado exclusivamente a su uso en las materias Lógica
I y Lógica Formal de la Escuela de Filosofía de la Facultad de Filosofía y
Humanidades de la U.N.C. Constituye el material de estudio preparado por
docentes de la Cátedra de Lógica I y Lógica Formal, con la finalidad de que
los estudiantes cuenten con un texto de apoyo para el curso impartido en la
Escuela de Filosofía.
El texto cubre los puntos del programa de las asignaturas arriba referidas
e incluye algunos ejercicios para afianzar los conocimientos expuestos en cada
parte.
El material sobre el que se basa este apunte procede fundamentalmente
del texto de J. Barwise y J. Etchemendy, The Language of First Order Logic,
cuya traducción también para uso en la Cátedra de Lógica I de la Escuela de
Filosofía, El Lenguaje de la Lógica de Primer Orden, fuera realizada por el
Dr. Horacio Faas y un grupo de colaboradores, años atrás. Los dos primeros
capítulos proceden de una traducción con algunas modificaciones del capítu-
lo 1 del libro de N. Smith, Logic: The laws of Truth. Así mismo, en el texto
procedente del libro El Lenguaje de la Lógica de Primer Orden, se introdu-
jeron diversos cambios, con el fin de adaptarlo al contenido del programa de
la asignatura y a la perspectiva del curso.
En la preparación de este material han intervenido los docentes de la
Cátedra de Lógica I / Lógica Formal: Licenciados Alba Massolo y Sebastian
Ferrando (Profesores Asistentes), el Dr. Diego Letzen (Profesor Adjunto),
Andrés Ilcic (Ayudante Alumno) y el Dr. Luis A. Urtubey (Profesor Titular).
La preparación de la versión LATEX-PDF, estuvo a cargo especialmente de
Andrés Ilcic. En la revisión del texto participaron además Sara Gismondi,
Pablo Torres y Darío Scattolini (Ayudantes Alumnos).
Una advertencia final respecto al carácter preliminar de este texto. La ver-
sión que se entrega aquí como apunte ha pasado por las primeras correcciones
y se ha ido ajustando de acuerdo con experiencias previas y sugerencias del
equipo de la Cátedra. No obstante, debe tenerse en cuenta que algunos ajus-
tes aún deben realizarse sobre este material. Es de esperar que tales mejoras
se irán produciendo en adelante.

Córdoba, abril de 2013.


Índice general
I Lógica Proposicional 1
1. Lógica y argumentos 2
1.1. ¿Qué es la Lógica? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.2. Proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Argumentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.4. Consecuencia lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

2. La lógica de primer orden 21


2.1. Buenos argumentos y argumentos válidos . . . . . . . . . . . . 21
2.2. Solidez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.3. Lenguajes de primer orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.4. El rol especial de la lógica en la indagación racional . . . . . . 29
2.5. ¿Por qué aprender un lenguaje artificial? . . . . . . . . . . . . 31

3. Elementos de LPO 35
3.1. Constantes individuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3.2. Símbolos de Predicado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.3. Oraciones atómicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.4. La isla de los caballeros y bribones . . . . . . . . . . . . . . . 41
3.5. El lenguaje de primer orden de la
aritmética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
3.6. Lenguajes generales de primer orden . . . . . . . . . . . . . . 46

4. Conectivas lógicas 50
4.1. Símbolo de Negación (¬) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
4.1.1. Semántica y la regla de juego para la negación . . . . . 51
4.2. Símbolo de conjunción (∧) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
4.3. Símbolo de Disyunción (∨) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
4.4. Símbolo del Condicional Material (→) . . . . . . . . . . . . . 56
4.4.1. Semántica y regla de juego para el condicional . . . . . 56
4.4.2. Formas españolas del condicional material . . . . . . . 57
4.5. Símbolo del Bicondicional (↔) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
4.5.1. La semántica para ↔ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
4.6. Uso de las tablas de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
4.7. Ambigüedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
4.8. Traducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
4.9. Implicatura conversacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

5. Otros usos de las tablas de verdad 73


5.1. Satisfactibilidad y verdad lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
5.2. Consecuencia lógica y tautológica . . . . . . . . . . . . . . . . 76
5.2.1. Premisas inconsistentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
5.2.2. Condicional material y consecuencia lógica . . . . . . . 79
5.3. Equivalencia lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

6. Métodos de demostración 86
6.1. Métodos de demostración que involucran conectivas . . . . . . 87
Cuestiones de estilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
6.2. Método de demostración por casos . . . . . . . . . . . . . . . 91
6.3. Método de demostración por contradicción . . . . . . . . . . . 95
6.3.1. Premisas inconsistentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
6.4. Método de demostración condicional . . . . . . . . . . . . . . 100
6.4.1. Probar bicondicionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

7. Demostraciones Formales 109


7.1. Reglas para la conjunción y reiteración . . . . . . . . . . . . . 110
7.2. Reglas para la disyunción: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
7.3. Reglas para la negación: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
7.4. El uso adecuado de las subdemostraciones. . . . . . . . . . . . 120
7.5. Un ejemplo trabajado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
7.6. Demostraciones sin premisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
7.6.1. Cita de teoremas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
7.7. Reglas para el condicional: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
7.8. Reglas para el bicondiconal: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Parte I

Lógica Proposicional

1
Capítulo 1

Lógica y argumentos

1.1. ¿Qué es la Lógica?


Supongamos que usted tiene que hacer algunas compras y cuenta con xx
cantidad de dinero, digamos $ 50. Ente otras cosas, tiene que comprar pan,
carne, papas, huevos, queso y jugo de naranjas. Hace una lista con estas cosas
y se dirige adonde pueda adquirirlas. Al llegar comienza a buscar los produc-
tos y va registrando los precios. Ve que el pan cuesta $11 el kg, la carne 40
el Kg., el queso $38, la papa $15, los huevos $12 la docena y el jugo $13.
Luego decide qué cantidad comprará de cada uno de los productos y final-
mente constata si el dinero que tiene le alcanzará o no para pagar la compra.
A través de todo este proceso, usted tuvo que realizar una serie de opera-
ciones aritméticas elementales, que seguramente maneja desde que era niño.
Básicamente, tuvo que realizar algunas sumas y restas con números enteros
y también usar algunas fracciones y decimales, como por ejemplo si decidió
comprar ¼ Kg. de pan, ½ kg. de carne, etc. Para manejarnos cotidianamente
con este tipo de cosas, como comprar los alimentos que necesitamos a diario,
precisamos realizar cálculos usando medidas y valores. De modo que resulta
útil contar con un conocimiento de las reglas o leyes de la matemática espe-
cíficas para operar con estas medidas y calcular valores, cuando necesitamos
efectuar este tipo de tareas. No obstante, nadie diría que la matemática es
la ciencia que se ocupa de este tipo de quehaceres, como la compra del pan,
la carne, etc.1 Aunque nos sea de mucha utilidad en nuestra vida cotidiana,
1 Entendemos aquí ciencia en un sentido bastante amplio, haciendo referencia a la bús-
queda sistemática de conocimiento

2
Capítulo 1 3

la matemática no puede considerarse como la ciencia que se ocupa de estas


cosas. La matemática es una ciencia abstracta, que bien puede aplicarse a
cuestiones como nuestras compras diarias y a muchas otras más. Desde la
perspectiva de la matemática, lo que importa en el caso que consideramos
son los números, cantidades, medidas y las operaciones que se realizan con
ellos, consideradas en forma abstracta, sin importar que se trate de panes,
carne, huevos, etc.
Con frecuencia la lógica se define como el estudio del razonamiento. Co-
nocer los aspectos básicos de la lógica, es en verdad esencial para razonar
bien, sin embargo sería inexacto decir que el razonamiento humano es el te-
ma principal de la lógica. Antes bien, habría que decir que la lógica mantiene
con el razonamiento una relación similar a la que la matemática tiene con
la compra de los alimentos en ejemplo anterior. Supongamos que está bus-
cando su celular y sabe que está en el bolsillo de la campera, sobre la mesa,
en el escritorio o sobre la cama. Ya comprobó que no está ni el bolsillo de
la campera ni en los otros dos sitios, razona entonces que debe estar sobre
la cama. Este es un buen modo de razonar. Cabe preguntarse por qué. La
explicación es que razonar de este modo no puede conducir de un punto de
partida o premisas verdaderas a un punto de llegada o conclusión falsa. Como
lo expresó el lógico y matemático norteamericano Charles Peirce en el siglo
XIX, cuando comenzaba a desarrollarse la lógica actual:
“El propósito del razonamiento es encontrar, a partir de la consideración
de lo que ya conocemos, algo más que no sabemos. En consecuencia, razonar
es algo bueno siempre que esto nos proporcione una conclusión verdadera a
partir de premisas verdaderas y no sea de otro modo.” 2
Aquí es donde interviene la lógica. La lógica trata con proposiciones –algo
que es verdadero o falso- y sus componentes, y busca descubrir las leyes que
rigen las relaciones entre la verdad y la falsedad de diversas proposiciones.
Una ley de este tipo enuncia que si una proposición presenta un número
fijo de alternativas (por ejemplo, el celular está o bien en el bolsillo de la
campera, sobre la mesa, sobre el escritorio o sobre la cama) y todas excepto
una resultan ser falsas, entonces la proposición en su conjunto no puede
ser verdadera a menos que la alternativa restante sea verdadera. Esta ley
general sobre la verdad se puede aplicar convenientemente al razonamiento:
justamente el caso particular de razonamiento que consideramos en el ejemplo
anterior, resulta ser bueno a causa de la vigencia de esta ley general. Esta
2 Peirce, Charles Sanders. “La fijación de la creencia”, 1877.
Capítulo 1 4

nos dice que si el celular realmente está en uno de los cuatro sitios, y no está
en ninguno de los tres primeros, entonces debe estar en el cuarto. De allí que
el razonamiento no puede conducirnos de un comienzo verdadero a un final
falso.
Por eso mismo, sería inexacto definir la lógica sólo como la ciencia del
razonamiento. Antes bien, algunos autores han considerado más acertado
decir que la lógica es la ciencia de la verdad (entendiendo por “ciencia” –como
ya dijimos- el estudio sistemático de algo en particular). Como lo señaló
Gottlob Frege, uno de los pioneros de la lógica moderna:

Así como “bello” refiere a la estética y “bueno” a la ética, del


mismo modo una expresión como “verdadero”, refiere a la lógica.
Todas las ciencias tienen la verdad como objetivo; pero la lógica
se interesa por esta de un modo bastante diferente: la lógica tiene
con la verdad la relación que la física tiene con el calor o el peso.
Descubrir la verdad es la tarea de todas las ciencias, le toca a la
lógica discernir las leyes de la verdad. 3

Un ingeniero puede tener como uno de sus objetivos la construcción de buenos


edificios. No es su objetivo, no obstante, desarrollar una plena comprensión
de las leyes de la mecánica. Este es el objetivo de la física. De igual modo,
en el campo de la física, los científicos tratan de encontrar verdades (teorías
verdaderas) sobre el mundo, pero no constituye el propósito de la física el
desarrollo de una comprensión acabada de las leyes de la verdad. Este sería
–de acuerdo con autores como Frege- el objetivo de la lógica. El trabajo en
lógica consiste entonces en desarrollar un marco en el cual se pueda dar una
representación detallada –completamente general- de las proposiciones (es
decir, aquello que es verdadero o falso) y sus componentes, e identificar las
leyes generales que gobiernan el modo en que la verdad se propaga a través
de ellas.
Visto de este modo, el primer interés de la lógica está en la verdad y no
únicamente en el razonamiento. No obstante, la lógica es muy útil cuando se
aplica al razonamiento –dado que queremos evitar aquellos modos de razonar
que podrían conducirnos desde premisas verdaderas a una conclusión falsa.
Así como la matemática se aplica a muchas cosas además de las compras
cotidianas, la lógica se aplica también a otras cosas además del razonamiento
humano. Por ejemplo, la lógica tiene un papel fundamental en las ciencias
3 Gottlob Frege. “El Pensamiento”. 1918–19.
Capítulo 1 5

de la computación, tiene aplicaciones importantes en el estudio del lenguaje


humano y de los lenguajes artificiales y tiene también un rol central en los
fundamentos teóricos de la matemática misma.
Seguiremos aquí un enfoque más afín a esta línea de pensamiento. Ello
nos permitirá también tener en cuenta no sólo la utilidad de la lógica para
el razonamiento en general, sino también su aplicación en diversas áreas de
conocimiento y en otras disciplinas.

Recordar

Sería inexacto definir la lógica sólo como la ciencia del razonamien-


to. El interés de la lógica está en la verdad y no únicamente en el
razonamiento. No obstante, la lógica es muy útil cuando se aplica al
razonamiento –dado que queremos evitar aquellos modos de razonar
que podrían conducirnos desde premisas verdaderas a una conclusión
falsa.

1.2. Proposiciones
Aceptamos entonces que la lógica se ocupa de las leyes de la verdad. El
objeto de estudio central en lógica lo constituye entonces aquello que puede
ser verdadero o falso. Por ello será conveniente contar con un nombre para
estas entidades. Usaremos el término “proposición” con este propósito. Es
decir, que una proposición es algo que puede ser verdadero o falso. Ahora bien,
¿qué clase de cosas son las proposiciones? ¿Y qué hace que una proposición
sea verdadera o falsa? La idea fundamental resulta ser esta: una proposición
es una afirmación sobre cómo son las cosas. Representa alguna forma en que
es el mundo; y es verdadera si el mundo es de este modo, en caso contrario
es falsa. Esta idea se remonta al menos a Platón (360 a.c.) y a Aristóteles
(350 a.c). En el diálogo de Platón Cratilo (o del lenguaje), se encuentra el
siguiente pasaje:

SOCRATES: Pero ¿qué hay sobre la verdad, entonces? Debes


reconocer que hay palabras para la verdad y la falsedad.
HERMOGENES: Efectivamente.
SOCRATES: ¿Y hay proposiciones verdaderas y falsas?
Capítulo 1 6

HERMOGENES: Seguro.
SOCRATES: ¿Y una proposición verdadera afirma aquello que
es, y una falsa lo que no es?
HERMOGENES: Sí, ¿qué otra respuesta sería posible?

En un célebre pasaje de la Metafísica de Aristóteles leemos:


“Definimos lo que es verdadero y lo que es falso. Decir de lo que es que
no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que
es, y de lo que no es que no es, es verdadero.”(Libro IV (Γ), 7)
Contrastando con esto, lo que no es una proposición no representa que el
mundo sea de un modo u otro. No son afirmaciones sobre cómo son las cosas.
De allí que no puede ser verdadero o falso. No puede decirse que el mundo
es (o no es) del modo en que lo representa algo que no es una proposición,
precisamente porque no se trata de una afirmación sobre el modo en que sea
el mundo.
Veamos algunos ejemplos de proposiciones:

1. La nieve es blanca.

2. El piano es un instrumento de múltiples cuerdas.

3. La nieve es verde.

4. Las naranjas son naranja.

5. La máxima distancia recorrida el 13 de marzo de 2002 por un peatón


en el centro de Córdoba fue de 3 Km.

6. Tengo hambre.

Observe que no es necesario que una proposición sea verdadera (3); que
una proposición puede ser obviamente verdadera, de modo que nunca nos
preocuparemos en decir que lo sea (4); y que puede ser que no tengamos
modo de saber si una proposición es verdadera o falsa (5). Lo que estos
ejemplos tienen en común, es que en ellos se hacen afirmaciones sobre el
modo en que son las cosas: representan un modo en que es el mundo. Por lo
tanto, tiene sentido decir de cada una de ellas, que es verdadera (es decir,
que el mundo es de la forma que lo representa) o falsa (las cosas no son de
este modo) –incluso si no tenemos modo de saber cómo son realmente.
Ejemplos en los que no tenemos proposiciones, son los siguientes:
Capítulo 1 7

7. ¡Ouch!

8. ¿Dónde estás?

9. ¡Deténte!

10. ¡Abre la puerta!

11. Hola.

12. ¿Está abierto?

Puede ser algo apropiado o inapropiado decir “Hola” (o “¡abre la puerta!”,


etc.) en diversas ocasiones, pero no puede decirse que sea algo verdadero o
falso. Es así, porque cuando digo “hola”, no estoy haciendo una afirmación
acerca del modo en que es el mundo: no represento una forma en que las
cosas son. Estos casos en que no tenemos proposiciones, se pueden clasificar
a su vez en preguntas (10, 12), órdenes (8, 11), exclamaciones (7, 9), etc. A
nuestros fines, esta clasificación carece ya de importancia, puesto que lo que
no sea una proposición está más allá de nuestra área de interés. En cuanto
no pueden ser verdaderas o falsas, se hallan más allá del dominio de las leyes
de la verdad.
No analizaremos con más detalle qué son las proposiciones. Si bien pro-
posiciones y oraciones se hallan muy relacionadas, es mejor distinguirlas y
quizás en última instancia podría admitirse que las proposiciones fueran al-
gún tipo de oraciones. Simplemente hemos preferido continuar sin asumir
que las proposiciones –que ubicamos como el objeto de estudio de la lógica–
pudieran reducirse a entidades que nos resultan más familiares, como las
oraciones. A raíz de los problemas que presenta la identificación de las pro-
posiciones con las oraciones –como se puede ver en los ejercicios anteriores-
la decisión de distinguirlos tiene suficientes motivaciones.
Ahora bien, cabe preguntarse, ¿si las proposiciones no son meras oracio-
nes, qué son? Podrían comenzar a parecernos entidades misteriosas. Podría
describir la afirmación puntual de la oración “Yo tengo hambre”, y tal vez
en cierto sentido, puedo inclusive describir la oración como entidad gramati-
cal abstracta. Pero ¿cómo describir la proposición que expresa esta oración
(cuando un hablante la emite en una situación particular)? Sería un error
metodológico tratar de responder a esta pregunta detalladamente en este
momento. Una de las tareas de la lógica es justamente proporcionarnos una
Capítulo 1 8

comprensión de las proposiciones –aquello que es verdadero o falso. Lo que


necesitamos para iniciar el estudio de la lógica –lo que necesitamos en este
punto de nuestro estudio– es sólo una idea general o aproximada sobre lo
que intentamos dar cuenta con más precisión. (La necesitamos para orientar
nuestra búsqueda). Sin duda ya contamos con un concepto aproximado de
lo que es una proposición: es una afirmación sobre el mundo; es verdadera
cuando el mundo es tal como se afirma y en otro caso es falsa; es expresada
por una oración emitida en un contexto particular, pero no es idéntica con
la emisión de la oración ni con esta considerada en su forma gramatical abs-
tracta (como oración que pertenece a una lengua particular). Para nuestros
fines, será suficiente con esto.4

Recordar

Usaremos el término “proposición” con el propósito de designar algo


que puede ser verdadero o falso. La idea fundamental resulta ser esta:
una proposición es una afirmación sobre cómo son las cosas. Repre-
senta alguna forma en que es el mundo; y es verdadera si el mundo
es de este modo, en caso contrario es falsa

Ejercicios y Problemas
Atendiendo a lo visto hasta ahora, responda a los siguientes problemas.
En todos los casos procure justificar la respuesta.

Problema 1.1. En el siguiente diálogo, ¿expresan Álvaro y Carolina la mis-


ma proposición?
-Iván: Está lista la comida, ¿quién tiene hambre?
-Álvaro: Tengo hambre.
-Carolina: Yo también.
-David: Yo no.

Problema 1.2. ¿Expresan Iván y John la misma proposición?:


-Iván: Álvaro está famélico.
4 Se puede ampliar la información relativa a este punto en Haack, S. Filosofía de las
Lógicas, cap. 6.
Capítulo 1 9

-Álvaro: ¿Cómo es eso en inglés?


-John: Alvaro is starving.

Problema 1.3. ¿Expresan Álvaro y Carolina proposiciones distintas?:


-Álvaro: Iván dijo que tenía hambre.
-Carolina: No.

1.3. Argumentos
Como vimos antes, se puede decir que las leyes de la verdad sustentan
los principios del buen razonamiento. Ahora bien, el razonamiento se pre-
senta bajo distintas formas en el habla cotidiana, en la lengua escrita, y en
el pensamiento. A fin de facilitar la discusión del razonamiento, resulta útil
introducir una manera estándar en la cual representarlo. Con este propósito
nos valdremos aquí del concepto de “argumento”. Como es el caso con el uso
del término “proposición”, este uso del término “argumento” es de carácter
técnico, lo que constituye una abstracción del significado usual de este tér-
mino.5 En este sentido, un argumento será una secuencia de proposiciones. A
la última proposición del argumento, la denominaremos conclusión. Intuiti-
vamente la consideramos como la afirmación, cuya verdad se está tratando de
establecer a través del proceso de razonamiento. Las restantes proposiciones,
son las premisas. Intuitivamente las pensamos formando la base sobre la cual
se intenta establecer la conclusión. El número de premisas es finito (puede
ser cero). Los argumentos pueden representarse de la siguiente forma:

Premisa 1
Premisa 2
Conclusión

En este caso usamos una línea horizontal para separar la conclusión de las
premisas.

5 Debemos advertir que no todos los autores siguen esta distinción. El uso del término
“argumento” es por ello diferente y algunas veces inclusive se denomina argumento a lo
aquí estamos llamando razonamiento. La distinción que seguimos es a los fines de facilitar
el análisis lógico.
Capítulo 1 10

La conclusión puede indicarse también por medio de la expresión “por lo


tanto” (a veces abreviada por medio de “∴”).

Premisa 1
Premisa 2
Premisa 3
∴ Conclusión

Se puede también presentar un argumento en forma lineal, con las premisas


separadas por comas y la conclusión separada por la barra y los tres puntos
(el símbolo de “por lo tanto”):

Premisa 1, Premisa 2, Premisa 3, , Premisa 4 /∴ Conclusión

Consideremos por ejemplo un razonamiento cotidiano. No tengo reloj y quie-


ro saber qué hora es. Observo que el negocio de la esquina está cerrando, y
yo sé dado mi conocimiento de los horarios comerciales, que este comercio
cierra a las 20 hs. Concluyo entonces que es esa hora. Podemos representar
este razonamiento mediante el siguiente argumento:

Si el negocio de la esquina está cerrando, son las 20hs.


El negocio de la esquina está cerrando.
∴ Son las20hs.

Cuando consideramos un razonamiento en el lenguaje común con la inten-


ción de representarlo como un argumento, identificamos la conclusión como la
proposición que el hablante trata de establecer –para la cual da sus razones-
y las premisas como las razones que da para apoyar la conclusión. Hay frases
que se usan frecuentemente para indicar la conclusión, como por ejemplo,
Capítulo 1 11

“por lo tanto”, “de ahí” o “de allí”, “se sigue que”, “de este modo”. Entre las
frases que indican las premisas se encuentran: “dado que”, “ya que”, “pues-
to que”. Sin embargo, no siempre encontramos estas expresiones, e incluso
cuando aparecen no siempre indican premisas o conclusiones, respectivamen-
te. De allí que no haya una receta que podamos seguir en forma mecánica
cuando representamos razonamientos del lenguaje común como argumentos.
Debemos considerar cuidadosamente el razonamiento expresado en el lengua-
je corriente, lo que el hablante trata de establecer (esta será la conclusión) y
qué razones da para apoyar su conclusión (estas serán las premisas).
Algo que debemos observar es que cuando representamos un razonamiento
como un argumento en el sentido técnico –es decir, como una secuencia de
proposiciones– siempre pondremos la conclusión al final. No obstante, en el
lenguaje común la conclusión de un razonamiento no siempre se ubica al
final.
En el ejemplo siguiente, la conclusión no se encuentra al final: Platón era
ateniense, puesto que todos los discípulos de Sócrates eran atenienses y Pla-
tón era discípulo de Sócrates. De modo que representamos este razonamiento
con el siguiente argumento:

Todos los discípulos de Sócrates eran atenienses


Platón era discípulo de Sócrates
Por lo tanto, Platón era ateniense

Hay que observar que si bien a todo razonamiento corresponderá un argu-


mento, no es el caso contrario. Dada la manera en que definimos lo que es
un argumento, es decir como cualquier secuencia de una o más proposicio-
nes, hemos permitido que haya argumentos que no corresponderían a ningún
razonamiento. Este es el caso del siguiente ejemplo:

La nieve es verde
El invierno fue húmedo
Capítulo 1 12

Esta generosidad al considerar argumentos, que puede sorprender al prin-


cipio, resulta a la postre algo conveniente. La razón es la siguiente. Como
veremos más adelante con más detalle, uno de los objetivos principales de
la lógica es dar cuenta de la validez de cualquier razonamiento, sin importar
de qué trate. Más adelante precisaremos también qué significa validez y cuál
es su importancia. De modo que, cuanto más cosas se consideren argumen-
tos, más amplia será la noción de validez y su aplicación. Si restringiéramos
la noción de argumento, entonces correríamos el riesgo de dejar fuera algún
razonamiento que pudiera considerarse un argumento y que no podría re-
presentarse como tal por haber restringido de esta noción. El enfoque que
presentamos evita este problema al darle un sentido técnico al término “argu-
mento”, distinto de cualquier otro que usualmente se le da a esta expresión,
en virtud del cual no importa ya que no todo argumento corresponda a un
razonamiento del lenguaje común.

Recordar

A fin de facilitar la discusión del razonamiento, resulta útil introducir


una manera estándar en la cual representarlo. Con este propósito nos
valdremos del concepto de “argumento”. Como es el caso con el uso
del término “proposición”, este uso del término “argumento” es de ca-
rácter técnico, lo que constituye una abstracción del significado usual
de este término. En este sentido, un argumento será una secuencia de
proposiciones. A la última proposición del argumento, la denomina-
remos conclusión. Las restantes proposiciones, son las premisas.

Ejercicios y Problemas
Problema 1.4. Represente como argumentos los siguientes razonamientos.
1. Si la bolsa cae, miles de inversores perderían todas sus inversiones. Por
ello, la bolsa no caerá.

2. Cuando un político se mete en negocios sucios, termina en la cárcel.


Ningún político terminó en la cárcel. Así es que ningún político estuvo
metido en negocios sucios.
Capítulo 1 13

1.4. Consecuencia lógica


Se ha dicho que hasta un perro puede efectuar ciertos razona-
mientos, por lo cual entendería algo de lógica:
“Según Crisipo, quien, sin embargo tanto denuesta a los ani-
males irracionales, también el perro participa de la famosa dia-
léctica, pues –afirma– utiliza el quinto de los varios silogismos
indemostrables, cuando al llegar a una encrucijada de tres ca-
minos, tras haber seguido la pista por los dos caminos que no
transitó la presa, de inmediato se dirige decididamente al tercer
camino sin detenerse a husmear. Por lo tanto –afirma el antiguo–,
el perro razona virtualmente así: “la presa fue por este camino,
por ese o por aquel otro. No fue por este ni por ese, luego fue por
aquel.” 6

La situación a la que se refiere Sexto podría ser la siguiente. Supongamos


que un perro está persiguiendo a una liebre a través del bosque y llega a
una bifurcación en un sendero. El perro no ve a la liebre y no sabe qué
dirección tomó, pero sabe (dado que la maleza a ambos lados del sendero
es impenetrable) que fue por la derecha, por el centro, o por la izquierda
(primera premisa). El perro olfatea dos de los senderos tratando de sentir
el olor. Si no siente el olor, entonces sabe que la liebre no fue por estos dos
senderos (segunda premisa). En este caso el perro inmediatamente sale a la
carrera por el sendero que queda, sin detenerse ya a olfatearlo. Dado que
el perro sabe, por pura lógica, es decir, sin detenerse ya a olfatearlo, que la
liebre se fue por tercer sendero: debe ser así, puesto que debió irse por el
primero o por el segundo, o por el tercero, y no fue por ninguno de aquellos
dos, de modo que sólo cabe la alternativa de que se fue por el tercero.
El argumento tendría esta forma:
La presa tomó el sendero de la izquierda o del centro, o el de
la derecha.
La presa no tomó el sendero de la izquierda.
La presa no tomó el sendero del centro.
∴ La presa tomó el sendero de la derecha.
Se trata de un buen argumento. ¿Pero, qué lo hace bueno? ¿Qué tiene de
bueno? Podemos decir que dos cosas. Lo primero es que dado que las premisas
6 Sexto Empírico. Hipótesis pirrónicas.
Capítulo 1 14

son verdaderas, no hay posibilidad de que la conclusión no lo sea. Se puede


expresar esto de diversos modos:

La verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión.

Es imposible que las premisas sean todas verdaderas y la conclusión no


lo sea.

No hay modo de que las premisas sean verdaderas sin que lo sea la
conclusión.

A esta propiedad la denominaremos Preservación Necesaria de la Verdad


(PNV) y de un argumento que tenga esta propiedad, diremos que preserva
necesariamente la verdad (PNV).
Consideremos otro ejemplo.

(1)Todos los collies son perros


Snoopy es un perro.
∴ Snoopy es un collie.
¿Podemos imaginar una situación en que las premisas sean verdaderas, pero
que la conclusión sea falsa? Sí: supongamos que (como es de hecho) todos los
collies son perros (de modo que la primera premisa es verdadera) y supon-
gamos que Snoopy es un beagle (y por ello un perro, o sea que la segunda
premisa es verdadera), pero en este caso, la conclusión es falsa. Por lo tanto,
el argumento no es un argumento-PNV (un argumento que preserva necesa-
riamente la verdad). Consideremos ahora un tercer ejemplo:

(2)Todos los beagles son perros.


Snoopy es un Beagle.
∴ Snoopy es un perro.

¿Podemos imaginar una situación en la cual las premisas sean verdaderas


y la conclusión falsa? Ciertamente no. Suponer que la primera premisa es
verdadera, significa suponer que (representando la situación visualmente) la
línea que encierra a todos los beagles, no atraviesa la línea que delimita a
todos los perros (Figura 1.1). Suponer que la segunda premisa sea verdadera,
significa suponer que Snoopy se halla dentro de la línea trazada alrededor de
Capítulo 1 15

todos los beagles. Pero entonces es imposible que Snoopy se encuentre fuera
de la línea trazada alrededor de los perros –es decir que es imposible que la
conclusión sea falsa. Por lo tanto el argumento (2) es un argumento-PNV.

PERROS
Beagles

• Snoopy

Figura 1.1: El argumento es válido

Hay algo más respecto al primer argumento, además de que sea PNV.
Consideremos la siguiente serie de argumentos:

(3)Snoopy es pequeño y Lassie tiene pelo largo


∴ Lassie tiene pelo largo.

(4)La Filosofía es interesante, y la lógica es gratificante.


∴ La lógica es gratificante.

(5)Ernesto es hermano de Susana.


∴ Susana es hermana de Ernesto.

(6)El vaso que está sobre la mesa tiene agua.


∴ El vaso que está sobre la mesa contiene H2 O.

Todos estos argumentos son argumentos-PNV, pero consideremos por qué


cada argumento tiene esta propiedad: qué es lo que en cada caso subyace al
hecho de que no puedan ser verdaderas las premisas y la conclusión falsa.
En el caso del argumento (4), es la forma o estructura del argumento
que hace que sea un argumento-PNV. Este argumento tiene una estructura
compleja, está construido a partir de proposiciones que constan a su vez de
partes. Es justamente el modo particular en que se disponen las partes para
formar el argumento –es decir, la forma o estructura del argumento- lo que
Capítulo 1 16

asegura que sea un argumento-PNV. Para que la premisa sea verdadera, de-
ben ocurrir dos cosas: que Snoopy sea pequeño y que Lassie tenga pelo largo.
La conclusión afirma que ocurre lo segundo: que Lassie tiene el pelo largo.
Está claro, que no hay manera de que la premisa sea verdadera sin que lo
sea la conclusión. Podemos verlo sin saber qué sean Snoopy y Lassie (gatos,
perros, caricaturas), eso no importa. Inclusive no necesitamos saber qué sig-
nifica “pequeño” ni “pelo largo”. Podemos ver que, fuera lo fuese Snoopy y
Lassie, y cualesquiera fuesen las propiedades que les atribuyéramos mediante
las expresiones “pequeño” y “pelo largo”, si es verdad que Lassie tiene el pelo
largo y Snoopy es pequeño, entonces debe ser verdad que Lassie tiene el pelo
largo.
Lo mismo puede decirse con respecto al argumento (5). No necesitamos
saber lo que sea la filosofía y la lógica –o lo que signifique que algo sea
interesante o gratificante- para ver que si la premisa es verdadera, entonces
la conclusión debe ser verdadera también. En realidad, está bastante claro
que cualquier argumento que tenga la forma siguiente será válido,

pyq
q
(Aquí las letras p y q representan proposiciones).

No importa qué proposiciones pongamos en lugar de p y de q: podemos ra-


zonar como arriba lo hicimos y convencernos de que el argumento es válido.
Contrasta con esto el caso de los argumentos (5) y (6). En el caso de (5),
para ver que la premisa no puede ser verdadera y la conclusión falsa, necesi-
tamos conocer el significado de los términos que aparecen en el argumento.
Tenemos que saber –en este caso- que Susana es un nombre de mujer, que
los significados de “hermana” y “hermano” se relacionan de algún modo: si
una persona x es la hermana de una persona de sexo masculino y, entonces
y es hermano de x. Según esto, si reemplazáramos estos términos con otros
de significado diferente, el argumento podría no ser válido- Por ejemplo:

(7)Susana es amiga de Ernesto


∴ Susana es tía de Ernesto
Capítulo 1 17

(8)Ernesto es hermano de Alfonso


∴Alfonso es hermana de Ernesto

Se aprecia la diferencia con lo que sucedía en el caso del argumento (4),


en donde podíamos reemplazar los términos como quisiéramos y el argumen-
to que resultaba seguía siendo un argumento-PNV. En el caso de (6), para
ver que no puede ser la premisa verdadera y la conclusión falsa, necesitamos
tener cierto conocimiento científico: necesitamos saber que la composición
química del agua es H2O. De modo que si reemplazáramos el término “agua”
por otra sustancia con otras propiedades químicas –o el término “H2 O” con
el término que corresponda a otro compuesto- entonces el argumento puede
que ya no sea un argumento-PNV. Por ejemplo:

(9)El vaso que está sobre la mesa tiene arena


∴ El vaso que está sobre la mesa contiene H2 O

(10)El vaso que está sobre la mesa tiene agua.


∴ El vaso que está sobre la mesa contiene N2 O

Puede verse entonces que algunos argumentos-PNV lo son en virtud de su


forma o estructura: simplemente por la manera en que está construido el ar-
gumento, no puede suceder que la conclusión sea falsa, siendo verdaderas las
premisas. Otros argumentos-PNV no lo son en virtud de su forma o estruc-
tura: el modo en que está construido no garantiza que sea imposible que las
premisas sean verdaderas y la conclusión sea falsa. Antes bien, que no pueda
pasar esto depende de otros hechos específicos, ya sea relativos al significado
de los términos del argumento (por ejemplo, que “Susana” sea un nombre
femenino) o bien hechos relativos a los objetos con los que estos términos se
hallan relacionados en el mundo. O inclusive de ambas cuestiones. Si un ar-
gumento es un argumento-PNV en virtud de su forma o estructura, entonces
decimos que es válido, y decimos que la conclusión es una consecuencia lógica
de las premisas. Tenemos entonces dos aspectos de la validez/consecuencia
lógica:
1. Las premisas no pueden ser verdaderas y la conclusión falsa.

2. La forma del argumento garantiza que es un argumento-PNV.


Capítulo 1 18

De un argumento que no es válido, se dice que es inválido. Un argumento


puede ser inválido porque no es un argumento-PNV o porque, aunque lo
fuera, este hecho no resulta de la estructura del argumento. Obsérvese que la
anterior no es una definición precisa de validez: es sólo el enunciado de una
idea intuitiva fundamental. Uno de los objetivos de la lógica es proporcionar
un análisis preciso de la validez o consecuencia lógica. Esta idea directriz
que hemos establecido –según la cual validez es poseer la propiedad PNV
en virtud de la forma- se puede encontrar, por ejemplo, en la discusión del
concepto de consecuencia lógica introducida por el lógico polaco Alfred Tarski
en la década de 1930, en donde se la presenta como la concepción tradicional
e intuitiva:

Destaco [...] que el tratamiento del concepto de consecuencia


que he propuesto, no pretende tener ninguna originalidad. Las
ideas de las que hace uso, seguramente resultarán muy conocidas
[...] Nuestro punto de partida son ciertas consideraciones de tipo
intuitivo. Consideremos una clase K de oraciones y una oración X
que se sigue de las oraciones de esta clase. Desde un punto de vis-
ta intuitivo nunca puede suceder que la clase K conste solamente
de oraciones verdaderas y la oración X sea falsa. Así mismo, dado
que aquí nos interesa el concepto de consecuencia lógica, es decir,
formal, y por ello nos interesa una relación que sólo está deter-
minada por la forma de las oraciones entre las cuales se sostiene
dicha relación, esta no puede estar influenciada de ningún modo
por el conocimiento empírico, y en particular por el conocimiento
relativo a los objetos a los cuales refiere la oración X o las ora-
ciones de la clase K [...] Las dos circunstancias indicadas parecen
ser características esenciales del concepto de consecuencia.” 7

En verdad, la idea se remonta a Aristóteles, quien comienza afirmando: “Una


deducción es un discurso en el cual, habiendo establecido ciertas cosas, algo
diferente se sigue de ellas de forma necesaria por el hecho de que sean lo que
7 Alfred Tarski, “On the concept of logical consequence”. La verdad puede decirse o
predicarse de las oraciones de un lenguaje, aunque son las proposiciones expresadas por
las oraciones lo que resulta ser verdadero o falso, como ya vimos. En este sentido elíptico
–podría decirse– debe entenderse el texto cuando dice que una oración es verdadera o falsa,
eludiendo la referencia explícita a las proposiciones expresadas por ellas.
Capítulo 1 19

son”.8 Esta es la idea de preservar necesariamente la verdad (PNV). Luego,


cuando discute los argumentos, Aristóteles presenta primero la forma de un
argumento de modo abstracto, usando letras en lugar de los términos para
formar esquemas, por ejemplo:
Todo C es B
Ningún B es A
Por lo tanto, ningún C es A.
Deriva entonces argumentos específicos poniendo términos específicos en lu-
gar de las letras, por ejemplo:
Todo cisne es blanco.
Ninguna cosa blanca es un cuervo.
Por lo tanto, ningún cisne es un cuervo.
El razonamiento que pone de manifiesto que el argumento es PNV, se desa-
rrolla al nivel de las formas de argumentos (es decir, con las letras A, B
y C; no con cuervos, cosas blancas y cisnes). Resulta entonces claro que a
Aristóteles le interesaban aquellos argumentos-PNV en virtud de su forma.
Recordar

Cuando en un argumento no hay modo de que las premisas sean


verdaderas sin que lo sea la conclusión, se dice que preserva
necesariamente la verdad (o que es un Argumento-PNV).

Algunos argumentos-PNV lo son en virtud de una forma o es-


tructura: simplemente por la manera en que está construido el
argumento, no puede suceder que la conclusión sea falsa, siendo
verdaderas las premisas

Otros argumentos-PNV no lo son en virtud de una forma o


estructura: el modo en que está construido no garantiza que
sea imposible que las premisas sean verdaderas y la conclusión
sea falsa.

Si un argumento es un argumento-PNV en virtud de una forma


o estructura, entonces decimos que es válido, y decimos que la
conclusión es una consecuencia lógica de las premisas.

8 Primeros Analíticos, -b. 1


Capítulo 1 20

Ejercicios y Problemas:
Problema 1.5. Relea la cita de Tarski y considere si en alguna parte de la
misma se alude a la idea de que un argumento válido debe tener la propiedad
PNV y si debe tener esta propiedad en virtud de su forma. Considere si
Tarski asigna alguna importancia a estas ideas con respecto al concepto de
consecuencia.
Capítulo 2

La lógica de primer orden

2.1. Buenos argumentos y argumentos válidos


En el capítulo anterior hemos considerado varios ejemplos de argumentos
y hemos considerado si son válidos. Trabajamos a un nivel intuitivo, viendo si
podemos imaginar situaciones en las cuales las premisas son verdaderas y la
conclusión falsa. Este enfoque dista de ser el ideal. Supongamos que alguien
afirmara que no puede imaginar una situación en la cual las premisas del ar-
gumento (1) sean verdaderas y la conclusión falsa –o que alguien sostuviera
algo análogo respecto al argumento (5). ¿Qué le responderíamos? ¿Podría-
mos mostrarle que está equivocado? Lo que deberíamos tener para eso es
un método de prueba exhaustivo para determinar si un argumento dado es
válido: un método que estableciera más allá de toda duda si el argumento es
válido y que pudiera aplicarse de manera directa y rutinaria sin hacer uso de
la intuición o la imaginación. Piense en el modo en que convence a alguien
que 1.257+2.874 = 4.131. No necesita recurrir a su imaginación o intuición:
simplemente efectúa la suma de manera mecánica hasta llegar al resultado.
Este proceso se divide en partes (se ubican los números apropiadamente, se
suman los menores que 10 y se lleva 1 dígito), cada una de estas partes es
bastante elemental y rutinaria. Lo que sería bueno tener en el caso de la
validez es algo similar: un conjunto de reglas simples que se puedan apli-
car a un argumento siguiendo un orden determinado y que eventualmente
nos lleve al veredicto correcto: válido o inválido. Dicho con más precisión, lo
que queremos es un procedimiento efectivo para determinar la validez que
siempre proporcione el resultado correcto. Se dice que un procedimiento es

21
Capítulo 2 22

“efectivo” si puede formularse mediante un número finito de instrucciones,


que deben aplicarse en un orden establecido, en el cual cada instrucción es
(1) mecánica (no requiere de ningún tipo de ingenio o habilidad intelectual
para ser ejecutada –una computadora podría programarse para hacerlo); (2)
determinista (no requiere de procesos aleatorios, como por ejemplo, el resul-
tado de arrojar una moneda); y (3) termina en un tiempo finito (sólo requiere
de una cantidad de tiempo finito para ser completada). Como veremos, tales
procedimientos existen para cierto tipo de argumentos.1
Recordemos la cita anterior de Peirce, que termina diciendo “el razona-
miento es bueno si es tal que proporciona una conclusión verdadera a partir
de premisas verdaderas, y no de otro modo”. La propiedad del razonamiento
a la que Peirce alude aquí, es la que denominamos PNV. En ese pasaje, Peirce
equipara PNV con buen razonamiento. Esta equiparación parece ser excesi-
va –si buen razonamiento se entiende en la forma usual del sentido común.
Por ejemplo, supongamos que alguien cree que hay agua en el vaso que está
sobre la mesa, pero no concluye que en el vaso hay H2 O. Esto no quiere decir
necesariamente que algo funcione mal en su capacidad de razonar: puede tra-
tarse de alguien completamente racional, pero que simplemente no sabe que
la composición química del agua es H2 O. Podríamos criticar a esta persona
porque no sabe química básica –pero sólo si suponemos que debe conocerla
(porque fue al colegio, por ejemplo) pero en todo caso no podríamos decir
que no razonó bien. Por esta razón no podríamos equiparar el buen razona-
miento con PNV simpliciter. ¿Podríamos equipararlo con la validez (es decir,
PNV en virtud de la forma)? Esta idea parece plausible a primera vista. Por
ejemplo, si alguien cree que Alfonso está aburrido y Sebastián está dormido,
pero no cree que Sebastián esté dormido, entonces ciertamente parece que
algo está mal con respecto a su capacidad de razonar. Sin embargo, inclu-
sive la tesis que el razonamiento es bueno si y sólo si es válido (opuesta a
la que sólo toma en cuenta PNV),también asumiría una posición demasiado
exigente. Un argumento bien puede ser válido sin ser un buen argumento (en
un sentido intuitivo). En el otro sentido, muchos buenos razonamientos (en
un sentido intuitivo) no son válidos, dado que la verdad de las premisas no
1 Lamecanización del razonamiento tuvo un largo desarrollo en la historia de la filosofía.
Un importante precedente es el Ars Magna de Ramón Llul (1232-1315), cuyo objetivo era
demostrar, con esta máquina, la veracidad de las doctrinas cristianas, trabajo que fue
continuado en el siglo XVI por Giordano Bruno , y por Leibniz en el XVII que perfeccionó
la máquina en su obra De Ars Combinatoria. Estos intentos alcanzan su punto culminante
en la obra de Gödel y Turing, en la primera mitad del siglo pasado.
Capítulo 2 23

garantiza la verdad de la conclusión, sino que solo la hace muy probable.


Los razonamientos cuya validez es un requisito previo para considerarlos
buenos, se denominan usualmente razonamientos deductivos. Tipos impor-
tantes de razonamientos no deductivos son los razonamientos inductivos –en
los cuales se extrae una conclusión sobre eventos futuros basándose en ob-
servaciones anteriores (por ejemplo, hemos visto la salida del sol todos los
días por mucho tiempo, por lo tanto también saldrá mañana), o se obtienen
conclusiones generales basándose en observaciones de instancias específicas
(por ejemplo, todo trozo de sal que pusimos en el agua se disolvió, por lo
tanto la sal es soluble)– y los razonamientos abductivos –también conocidos
como “inferencia a la mejor explicación”– en los cuales se razona a partir de
los datos obtenidos hacia la mejor explicación disponible para estos datos
(por ejemplo, se concluye que lo hizo el mayordomo, porque esta hipótesis
encaja mejor con las pistas). Así como la validez es un criterio para calificar
un argumento deductivo como bueno, el criterio análogo para el caso de los
argumentos no deductivos recibe a veces la denominación de fuerza induc-
tiva: un argumento es inductivamente fuerte en caso de que sea improbable
–lo que se opone a imposible, en el caso de la validez- que sus premisas sean
verdaderas y su conclusión falsa.
Como se puede apreciar la relación entre validez y buenos razonamientos
es bastante compleja. No nos ocuparemos de ella aquí con más detalle, dado
que nuestro asunto es la lógica, y hemos optado por considerar más bien a la
lógica como la ciencia de la verdad, y no como la ciencia del razonamiento. Sin
embargo, hay algo que sí parece ser cierto: si nos interesa el razonamiento –y
la clasificación de los razonamientos en buenos o malos– entonces siempre será
importante la pregunta sobre la validez del razonamiento. Esto es verdad sin
tomar en cuenta qué razonamiento estemos considerando, ya sea deductivo o
inductivo. La respuesta a la pregunta ¿es válido el razonamiento? no cerrará
del todo el problema sobre si el razonamiento es bueno –pero nunca carecerá
de relevancia para esta cuestión. Por lo tanto, si vamos a aplicar la lógica
–las leyes de la verdad– al estudio del razonamiento, resultará útil poder
determinar respecto a cualquier argumento –sin importar el asunto de que
trate– si este es válido.
De este modo, cuando se trata de la validez, tenemos dos objetivos a
la vista: Uno es encontrar un análisis preciso de la misma. (Hasta ahora
contamos con una idea imprecisa, que nos puede servir de guía, sobre lo que
es la validez: la hemos sintetizado como PNV garantizada por la forma. Como
Capítulo 2 24

ya vimos esto no equivale a contar con un análisis preciso). El otro objetivo


es encontrar un método para evaluar la validez de los argumentos que reúna
los requisitos de ser:
1. Infalible: puede seguirse de manera directa, rutinaria, sin recurrir a la
intuición o la imaginación –y siempre nos da la respuesta correcta–;

2. general: puede aplicarse a cualquier argumento.


Nótese que existe una íntima conexión entre el rol que tiene la noción de forma
en la definición de validez (un argumento es válido si es PNV en virtud de su
forma) y el objetivo de encontrar un método mecánico para evaluar la validez,
que pueda aplicarse a todo argumento, sin importar de qué asunto trate en
particular. Es precisamente el hecho de que la validez pueda evaluarse en base
a la forma, haciendo abstracción del contenido específico de las proposiciones
de que consta el argumento (es decir, del modo en que las proposiciones que
forman el argumento representan el mundo), lo que hace posible que este
objetivo esté a nuestro alcance.
Recordar

Cuando se trata de la validez, tenemos dos objetivos a la vista:

Uno es encontrar un análisis preciso de la misma.

El otro objetivo es encontrar un método para evaluar la validez


de los argumentos.

Ejercicios y Problemas:
Problema 2.1. Considere cuáles argumentos son válidos y cuáles no.

(1)Todos los perros son mamíferos.


Todos los mamíferos son animales.
∴ Todos los perros son animales

(2)Todos los perros son mamíferos.


Todos los perros son animales
∴ Todos los mamíferos son animales.
Capítulo 2 25

(3)Todos los perros son mamíferos.


Ningún pez es mamífero.
∴ Ningún pez es un perro.

(4)Todos los peces son mamíferos.


Todos los mamíferos son robots.
∴ Todos los peces son robots.

2.2. Solidez
Considere el argumento (4) del ejercicio anterior. Este argumento es vá-
lido, pero hay algo incorrecto en este argumento: no establece la verdad de
la conclusión, dado que las premisas no son verdaderas. Tiene la propiedad
de que si las premisas fuesen verdaderas, entonces la conclusión debería serlo
–es decir, es PNV– pero las premisas no son de hecho verdaderas, y por ello
el argumento no establece la verdad de la conclusión.
Decimos que un argumento es sólido si es válido y además tiene premisas
que son de hecho verdaderas:

Sólido = Válido + Premisas Verdaderas

Un argumento válido puede tener cualquier combinación de premisas y con-


clusiones verdaderas y falsas, excepto premisas verdaderas y conclusión falsa.
Un argumento sólido tiene premisas verdaderas y por lo tanto –porque es
válido- una conclusión verdadera.
La lógica tiene poco que decir respecto a la solidez de los argumentos -
porque tiene poco que decir sobre la verdad o falsedad de las proposiciones en
la realidad. A la lógica, como hemos dicho, le interesan las leyes de la verdad
–y las leyes generales de la verdad son muy diferentes de las verdades sobre
hechos particulares, es decir, de los hechos respecto a los cuales las propo-
siciones son realmente verdaderas o falsas. Hay innumerables proposiciones
relativas a diferentes cosas. No esperaríamos que ninguna ciencia nos diga de
cada una si es verdadera o falsa. Está en la naturaleza de la ciencia, no el ser
un catálogo de cuestiones de hecho sino buscar generalizaciones o estructuras
que ofrezcan algún interés. Especialmente, buscar leyes. Consideremos el caso
de la Física, que en parte se ocupa del movimiento. Los físicos buscaron las
Capítulo 2 26

leyes generales que rigen el movimiento, no trataron de establecer todos los


hechos particulares relativos a lo que se mueve, cómo, cuándo, dónde y a qué
velocidad. Por supuesto, dadas las leyes generales del movimiento y algunos
hechos particulares, se pueden deducir otros hechos sobre el movimiento de
un objeto.
Lo mismo pasa en la lógica. Dadas las leyes generales de la verdad y
algunos hechos particulares (por ejemplo que una proposición es verdadera
y otra falsa) se pueden deducir otros hechos (que una tercera proposición
es verdadera). Pero así como no es asunto de la física establecer dónde está
cada cosa en cada momento y cuán rápido se mueve, así tampoco es tarea
de la lógica decirnos de cada proposición si es verdadera o falsa. Por ello, las
cuestiones que tienen que ver con la solidez, que requieren el conocimiento
acerca de la verdad de las premisas, se hallan fuera del alcance de la lógica.
Del mismo modo, en lógica no interesa si sabemos que las premisas de
un argumento son verdaderas. Podemos encontrarnos con un argumento que
incluya la premisa “la mayor distancia recorrida por un peatón en el centro
de Córdoba el 1 de diciembre de 2002 fue de 4 km”. El argumento puede
ser sólido, no obstante no sería un argumento convincente para establecer su
conclusión, ya que nunca sabríamos si todas sus premisas son verdaderas.
De modo que hace falta algo más que la validez para que un argumento
deductivo sea convincente. Un argumento realmente convincente será no sólo
válido sino también sólido, y además deberíamos poder saber si las premisas
son verdaderas. Muchos se han quejado de que la lógica –que nos habla sólo
de la validez– no nos proporciona una explicación completa de los buenos
razonamientos. Esto es cierto, pero la queja sólo tiene sentido si considera-
mos a la lógica como la ciencia del razonamiento. Desde otra perspectiva, no
hay un problema aquí: no es del todo acertado considerar a la lógica como
la ciencia del razonamiento; ante el problema, es mejor considerarla como la
ciencia de la verdad. La lógica tiene aplicaciones importantes relacionadas
con el razonamiento –más que todo en lo que tiene que ver con la validez.
Sin embargo no alcanza con la validez para dar cuenta de los buenos razo-
namientos (los argumentos válidos no son siempre buenos y los argumentos
buenos no son siempre válidos) y por ello, se puede decir mucho más sobre
el razonamiento de lo que se puede deducir de las leyes de la verdad.
Capítulo 2 27

Recordar

La lógica tiene poco que decir respecto a la solidez de los argu-


mentos -porque tiene poco que decir sobre la verdad o falsedad
de las proposiciones en la realidad.

La Lógica se interesa por las leyes de la verdad –y las leyes


generales de la verdad son muy diferentes de las verdades sobre
hechos particulares.

Ejercicios y Problemas
Problema 2.2.
1. Establezca cuáles argumentos del ejercicio anterior son sólidos.

2. Indique un argumento en el ejercicio anterior que tenga todas las pre-


misas verdaderas y conclusión verdadera, pero que no es válido y por
lo tanto no es sólido.

3. Indique un argumento en el ejercicio anterior que tenga premisas y


conclusión falsas, pero que sea válido.

2.3. Lenguajes de primer orden


Consideremos ahora el siguiente razonamiento:
(11) Todo caballo es un animal, por lo tanto la cabeza de un
caballo es la cabeza de un animal.
Se trata de un razonamiento en apariencia simple, directo y todo hace pen-
sar que encierra un argumento válido. Su forma se parece a la de algunos
argumentos de los ejercicios anteriores. No obstante, este argumento se re-
siste más a exhibir su validez. El nexo lógico por el cual siendo la premisa
verdadera, la conclusión no podría dejar de serlo, debe buscarse con más
perspicacia. Es que el argumento esconde en su estructura una relación entre
objetos, que a primera vista no parece obvia. Si intentamos representarlo de
la forma del argumento (2) del capítulo anterior, sentimos que no logramos
encontrar el diagramaa que muestre su validez. No sabríamos bien cómo re-
presentarlo para ver esto. Sin embargo, el argumento parece similar también
Capítulo 2 28

al argumento (5) del primer capítulo. Podría verse como una combinación en-
tre los dos. Podríamos formularlo a través de un argumento como el siguiente:

(12)Todo caballo es un animal.


Todo objeto que tiene una relación R con un caballo, tiene esa relación
R con un animal.
La cabeza de un caballo tiene la relación “ser_cabeza_de” con un
caballo.
Por lo tanto, la cabeza de un caballo tiene la relación
“ser_cabeza_de” con un animal.

De hecho, la segunda premisa no se halla para nada explícita en (11).


Pero, sin duda, de su aceptación depende la validez del argumento.
Recién a comienzos del siglo pasado, la lógica alcanzó a formular una
teoría general que pudo dar cuenta de la validez intuitiva de este tipo de
argumentos. Fue a través del desarrollo y estudio sistemático de los llamados
Lenguajes de Primer Orden (LPO) y de su lógica, que esto fue posible. Los
lenguajes de primer orden permitieron no sólo abarcar la lógica de los argu-
mentos que involucran objetos y propiedades, sino también los argumentos
cuya validez dependía de las relaciones entre esos objetos, como en el caso
de (12). A lo largo de este curso, veremos con más detenimiento los aspectos
fundamentales de este lenguaje y los métodos formales que permiten estudiar
los argumentos válidos que se pueden expresar en el mismo.

Recordar

El desarrollo de los Lenguajes de Primer Orden (LPO) permitió abar-


car la lógica de los argumentos que involucran objetos y propiedades,
así como de aquellos cuya validez depende de las relaciones entre esos
objetos.

Ejercicios y Problemas
Problema 2.3.
1. Considere el siguiente razonamiento de manera semejante al análisis
que hicimos en (12): Todo filósofo es un pensador. Por lo tanto, la obra
de un filósofo es la obra de un pensador.
Capítulo 2 29

2. Considere si puede darse un análisis similar para el argumento (7) del


punto 1.4 del cap 1.

2.4. El rol especial de la lógica en la indagación


racional
Después de haber visto –desde cierta perspectiva– en qué consiste la ló-
gica, consideremos ahora brevemente cuáles pueden ser las razones para es-
tudiarla. En particular por qué estudiar el lenguaje de primer orden. Si nos
preguntamos qué tienen en común los campos de la astronomía, la economía,
el derecho, la matemática, la física y la sociología, podríamos responder que
no mucho en cuanto al tema. Y quizás menos en cuanto a metodología. Por lo
que vimos antes, la lógica nos indica una respuesta a esta pregunta. Alguna
vez Bertrand Russell dijo que “la lógica trata del mundo real, lo mismo que
la zoología, aunque de sus rasgos más abstractos y generales”.2 Otra forma
de considerar la cuestión es sostener que lo que tienen en común, todas es-
tas disciplinas es su dependencia de un cierto estándar de racionalidad. En
cada uno de estos campos se asume que quienes participan en ellos pueden
diferenciar entre la argumentación racional basada en principios aceptados
y especulaciones salvajes o absolutos nonsequiturs. En otras palabras, estos
campos presuponen todos ellos una aceptación tácita de los principios bá-
sicos de la lógica. En cuanto a eso, toda indagación racional depende de la
lógica, de la capacidad de las personas para razonar correctamente la mayor
parte del tiempo. Así como de su confianza en la capacidad de otros para
señalar las lagunas en sus razonamientos, cuando se equivocan. Mientras la
gente puede disentir en gran cantidad de cosas, parece que puede ponerse de
acuerdo respecto de lo que constituye una conclusión legítima a partir de pre-
misas dadas. La aceptación de estos principios de racionalidad compartidos
es lo que diferencia a la indagación racional de otros ámbitos de la actividad
humana. ¿Cuáles son entonces los principios de racionalidad que subyacen
a esas disciplinas? ¿Cuáles son los medios por los que podemos distinguir
argumentación válida de argumentación inválida? Más básicamente, ¿qué es
lo que hace que una información se siga de premisas aceptadas, mientras otra
información, no? Como venimos viendo, se han explorado muchas respuestas
a estas preguntas. Una sugerencia que aún conserva adherentes es que las
2 Bertand Russell, Introducción a la Filosofía Matemática.
Capítulo 2 30

leyes de la lógica son una cuestión de convención. Si esto es así, presumible-


mente podríamos decidir cambiar las convenciones, y adoptar así diferentes
principios de lógica, de la misma manera en que decidimos en qué carril de la
ruta tenemos que conducir los automóviles. Pero hay una acendrada intuición
de que las leyes de la lógica son más irrefutables que las leyes que rigen un
país, incluso que las leyes de la física.
La importancia de la lógica ha sido reconocida desde la antigüedad. Des-
pués de todo, ninguna ciencia puede tener una certeza mayor que el más
débil de sus eslabones. Si hay algo arbitrario acerca de lo lógica, entonces lo
mismo debe ocurrir con toda la indagación racional. Por eso se vuelve crucial
entender qué son las leyes de la lógica (las leyes de la verdad) y aún más
importante, por qué son estas sus leyes. Éstas son las preguntas que uno se
hace cuando estudia la lógica misma. Estudiar lógica es usar los métodos
de indagación racional en la racionalidad misma. Durante el siglo XIX el
estudio de la lógica desarrolló avances rápidos e importantes. Espoleada por
problemas lógicos en la más deductiva de las disciplinas, la matemática, se
desarrolló como disciplina por propio derecho, con sus conceptos, métodos,
técnicas y lenguaje propios. La Enciclopedia Británica, al dividir el conoci-
miento, nombra a la lógica como una de las siete ramas del conocimiento.
Más recientemente, el estudio de la lógica ha jugado un rol destacado en
el desarrollo de las modernas computadoras y lenguajes de programación.
Como ya señalamos, la lógica tiene un rol importante en las ciencias de la
computación; en verdad, se ha dicho que la ciencia de la computación es
lógica más electrónica.
Este texto pretende introducirlo en algunos de los más importantes con-
ceptos y herramientas de la lógica moderna. El principal objetivo es propor-
cionar respuestas detalladas y sistemáticas a las preguntas que se plantearon
arriba. Procuraremos que comprenda de qué manera las leyes de la lógica (las
leyes de la verdad) se siguen inevitablemente de los significados que asocia-
mos con el lenguaje que usamos para hacer afirmaciones.La convenciones son
cruciales para establecer el significado de un lenguaje, no obstante, una vez
que se ha establecido el significado, las leyes de la lógica se siguen inevitable-
mente. De modo más particular, el texto se propone dos objetivos principales.
El primero es ayudarlo a aprender el lenguaje de la lógica de primer orden.
El segundo objetivo es ayudarlo a aprender algo acerca de la noción de con-
secuencia lógica, y acerca de cómo se determina si alguna proposición es, o
no, una consecuencia lógica de otras premisas aceptadas. Ya que hay mucho
Capítulo 2 31

más en lógica de lo que se puede referir en este texto, o de lo que una persona
puede aprender en toda su vida, se trata al menos de cubrir estas cuestiones
más básicas.

2.5. ¿Por qué aprender un lenguaje artificial?


El lenguaje LPO que acabamos de mencionar es muy importante. Co-
mo el latín, este no es un lenguaje hablado, pero, a diferencia del latín, es
utilizado cotidianamente por matemáticos, filósofos, científicos de la compu-
tación, lingüistas y quienes actualmente trabajan en inteligencia artificial.
En verdad, en cierto sentido es la “lingua franca” de los ciencias simbólicas.
Este lenguaje recibió varios nombres: cálculo inferior de predicados, cálculo
funcional, lenguaje de la lógica de primer orden, y LPO. Usaremos este últi-
mo. Ciertos elementos de LPO se remontan a Aristóteles, pero el lenguaje, tal
como hoy se conoce, surgió en siglo pasado. Los nombres eminentemente aso-
ciados con su desarrollo son los de Gottlob Frege, Giuseppe Peano y Charles
Sanders Peirce. A finales del siglo XIX estos tres lógicos, independientemen-
te, ofrecieron los elementos más importantes del lenguaje, conocidos como
“cuantificadores”. Desde entonces ha habido un proceso de estandarización y
simplificación que terminó en el lenguaje en su forma actual. Aun así, sub-
sisten ciertos dialectos de LPO, que difieren principalmente en la elección de
los símbolos para las conectivas y los cuantificadores. Usaremos el dialecto
más común en matemáticas.
LPO se usa de maneras diferentes en campos diferentes. En matemáticas,
se usa muchísimo de manera informal. Las distintas conectivas y los cuantifi-
cadores se emplean en gran parte del discurso matemático, formal e informal,
así como en las exposiciones en clase. Seguramente encontrará elementosde
LPO entremezclados con el español o con la lengua nativa del matemático.
A menudo un estudiante de cálculo encuentra fórmulas como:

∀ > 0∃δ > 0...


Aquí las letras extrañas, invertidas, están tomadas directamente del len-
guaje LPO y representan cuantificadores.
En filosofía, LPO y algunas de sus presentaciones enriquecidas se usan
de dos maneras diferentes. Como en matemáticas, la notación de LPO se
usa cuando se busca claridad, rigor y evitar la ambigüedad. Pero también
Capítulo 2 32

para expresar con precisión y rigor nociones informales (como gramaticalidad,


significado, verdad y demostración). Los usos en lingüística surgen de este
último caso, ya que la lingüística se ocupa en gran medida de la comprensión
de algunas de esas mismas nociones informales.
En inteligencia artificial, LPO se usa también de dos maneras. Algunos
investigadores aprovechan la estructura simple de los enunciados en LPO pa-
ra codificar el conocimiento a fin de que lo almacene y use una computadora.
Modelizan el pensamiento a través de una manipulación simbólica, que se
vale de oraciones de LPO. Otra utilización consiste en un lenguaje de repre-
sentación preciso, para establecer axiomas y demostrar resultados acerca de
simulaciones con robots.
En la ciencia de la computación, LPO ha tenido un efecto aún más profun-
do. La idea misma de un lenguaje artificial que sea preciso y suficientemente
rico para programar computadoras, fue inspirada por LPO. Además, todos
los lenguajes de programación subsistentes toman prestadas algunas nociones
de uno u otro dialecto de LPO. Finalmente, están los así llamados lengua-
jes de programación lógica, como Prolog, cuyos programas son secuencias de
oraciones de un determinado dialecto de LPO.
LPO sirve como ejemplo prototípico de lo que se conoce como un lenguaje
artificial. Estos lenguajes fueron diseñados para propósitos especiales, y se
oponen a los así llamados lenguajes naturales, lenguajes como el español y el
griego, que la gente habla actualmente. El diseño de lenguajes artificiales en
las ciencias simbólicas es una actividad importante, que se basa en el éxito
de LPO y sus descendientes.
Aún si alguien no continúa con el estudio de la lógica u otra disciplina
simbólica, el estudio de LPO puede serle beneficioso. Por eso se lo enseña
tanto. Por una parte aprender LPO constituye una manera fácil de desmiti-
ficar el trabajo formal. Pero, más importante aún, le enseñará mucho acerca
de su propio lenguaje y de las leyes de la lógica que este sostiene. Primero,
aunque es muy simple, LPO incorpora en forma transparente, algunos de
los rasgos más importantes de los lenguajes humanos. Esto ayuda a hacer
mucho más transparentes aun tales rasgos. Uno de los más destacados es
la relación entre el lenguaje y el mundo. Pero, segundo, cuando intentemos
traducir oraciones españolas a LPO apreciaremos la gran sutileza que reside
en el español, sutileza que no puede ser capturada por LPO o lenguajes si-
milares, por lo menos hasta ahora. Finalmente, tomaremos conciencia de la
enorme ambigüedad presente en casi toda oración española, ambigüedad que
Capítulo 2 33

no impide, de algún modo, que nos entendamos unos a otros en la mayoría


de las situaciones.
Nos habíamos preguntado antes qué hace que una afirmación se siga de
otras: ¿convención, o alguna otra cosa? Una parte significativa de este texto
se ocupa de dar una respuesta a esta pregunta para LPO. Pero puede darse
aquí una respuesta breve. Como ya vimos, la lógica moderna nos enseña que
una afirmación es una consecuencia lógica de otra si no hay manera de que
esta última sea verdadera sin que lo sea también la primera. Ésta es la noción
de consecuencia lógica implícita en toda indagación racional. Todas las dis-
ciplinas racionales presuponen implícitamente que esta noción tiene sentido,
y que podemos usarla para extraer consecuencias de lo que sabemos que es
de tal y cual modo, o que creemos que es de tal y cual modo. También se usa
para refutar una teoría. Pues si una afirmación S es una consecuencia lógi-
ca de la teoría, y descubrimos que S es falsa, entonces sabemos que la teoría
misma debe ser falsa. Uno de los propósitos este texto, es el de examinar esta
noción de consecuencia lógica tal como se aplica específicamente al lenguaje
LPO. A tal fin, veremos diversos métodos de demostración –cómo podemos
demostrar que un enunciado de LPO es una consecuencia lógica de otro– y
también métodos para mostrar que una proposición no es una consecuencia
lógica de otras proposiciones.

Recordar

Aunque es muy simple, LPO incorpora en forma transparente, algu-


nos de los rasgos más importantes de los lenguajes humanos. Uno de
los más destacados es la relación entre el lenguaje y el mundo. Así
mismo, cuando intentemos traducir oraciones españolas a LPO apre-
ciamos la gran sutileza que reside en el español, y que no puede ser
capturada por LPO o lenguajes similares.

Ejercicios y Problemas
Problema 2.4. Un argumento algo desopilante.
Bertand Russell fue uno de los más influyentes lógicos y filósofos del siglo
pasado. Su fama se debe a sus numerosas contribuciones, ensayos, libros, y
su monumental obra con Alfred North Witehead, Principia Mathematica. La
Capítulo 2 34

historia cuenta que Russell estaba cenando con un grupo de gente y discu-
tiendo los principios de la lógica. Explicaba que a partir de una proposición
contradictoria se podía demostrar cualquier cosa. Uno de los comensales pen-
só que eso era extravagante y puso la idea en tela de juicio, aunque dijo que
se convencería si Russell tomaba la proposición 0=1 y a partir de ella demos-
traba que él, Russell, era el Papa. Russell pensó un momento y entonces dijo:
“Si 0=1, entonces sumando 1 a cada lado de esta igualdad tenemos que 1=2.
El Papa y yo somos 2, por lo tanto, el Papa y yo somos 1.” ¿Será posible
reconstruir el argumento de Russell?
Capítulo 3

Elementos de LPO
Los lenguajes de primer pueden emplearse para referirse a dominios de
objetos diferentes pero comparten una gramática y sobre todo ciertos ítems
importantes de su vocabulario conocidos como conectivas y cuantificadores.
Se diferencian entonces en los nombres y predicados que utilizan, que corres-
ponden a los nombres de los objetos en el dominio de referencia, como Pedro,
Juan, María si el lenguaje se refiere a personas o tal vez Cosa1 , Cosa2 si se
refiere a objetos de determinación un tanto más imprecisa. Los predicados
que a dichos nombres pueden aplicarse pueden ser también diversos como
quiere en Pedro quiere a Juan o llora en María llora o cubo en Cosa1 es un
cubo. Que puedan diferir estos lenguajes en el vocabulario específico usado
para formar sus oraciones más básicas, las oraciones atómicas, permite que se
formen distintas oraciones complejas utilizando las mismas operaciones lógi-
cas. Un lenguaje de primer orden es un tipo de lenguaje formal. En oposición
a los lenguajes llamados naturales que son productos sociales, históricos, es-
tos lenguajes son artificiales y como tales son construidos sobre elementos
bien definidos de manera rigurosa y explícita.
Estos lenguajes son construidos principalmente por comodidad, pues el
proceso de formalización, aquel que consiste en escribir mediante símbolos
especiales las expresiones con las que queremos trabajar, tiene por finalidad
asistir nuestro trabajo, haciéndolo más riguroso o transparente, pero no deja
de ser un recurso.
Una vez que tenemos una idea del dominio sobre el que versará nuestra
teoría (de que cosas queremos hablar) hay ciertas reglas de cómo construir
nuestro lenguaje, llamadas reglas de formación. Estas reglas nos dicen exac-

35
Capítulo 3 36

tamente cómo combinar determinados elementos del vocabulario con otros a


fin de construir expresiones más complejas, como es el caso de la regla que
nos decía que de la combinación de un nombre y un predicado se obtiene una
oración.
Las oraciones atómicas corresponden a las oraciones más simples del espa-
ñol, oraciones que consisten de algunos nombres conectados por un predicado.
Imaginemos un tablero cuadriculado en el que es posible disponer cuerpos
geométricos: cubos, tetraedros y dodecaedros. Para poder describir algunas
cosas simples en ese tablero podemos construir un lenguaje formal, al que
llamaremos leguaje de bloques, para hablar de esos objetos. Para la construc-
ción de nuestro lenguaje reservaremos las primeras letras del abecedario en
minúscula para usarlas como nombre de los objetos que se coloquen en dicho
tablero (en el caso que queramos darles un nombre, algo que no es necesario
hacer pues podemos tener objetos sin nombres). Para los predicados pode-
mos utilizar otro conjunto de letras (generalmente los autores que hacen esto
reservan para este fin letras mayúsculas) pero en este curso optaremos en
general por utilizar palabras como predicados. Estas palabras serán tomadas
al menos parcialmente de las correspondientes palabras en español lo que
servirá para fijar su interpretación. Así y tal como ya se ilustró, usaremos
entonces la palabra Cubo para el predicado que expresa la propiedad de ser
un cubo, Tet para tetraedro y Dodec para dodecaedro. Podemos construir
con ellos las expresiones que afirman por ejemplo que el objeto a es un cubo:
Cubo(a). Para los predicados, el lenguaje de bloques usa Tet, Cubo, Dodec,
Chico, Median, Grand, MenorQu, MayorQ, IzqdDe, DerecDe, DetrDe, DelanDe y
EsEntre. Algunos ejemplos de oraciones atómicas en este lenguaje sonCubo(b),
MayorQ(c, f) y EsEntre(b, c, d). Estas oraciones dicen, respectivamente, que b
es un cubo, que c es mayor que a y que b está entre c y d. Posteriormente en
este capítulo, veremos oraciones atómicas usadas en otras versiones de LPO,
como los lenguajes y en el próximo capítulo comenzamos nuestra discusión
de las conectivas y cuantificadores comunes a todos los lenguajes de primer
orden.

3.1. Constantes individuales


Las constantes individuales son simplemente símbolos que se usan para
referir a algún objeto individual fijo. Son análogas en el lenguaje formal de los
nombres en español y en nuestros lenguajes nos limitaremos a los nombres
Capítulo 3 37

propios. Por ejemplo, podríamos usar Max como una constante individual
para denotar una persona particular, o 1 como una constante individual para
denotar un número particular. En ambos casos, funcionan exactamente como
los nombres funcionan en español.
La principal diferencia entre los nombres en español y las constantes in-
dividuales en LPO es que se exige que las constantes individuales hagan
referencia exactamente a un objeto particular. Obviamente, el nombre Max
en español puede ser usado para hacer referencia a personas diferentes, y po-
dría ser usado dos veces en una oración para hacer referencia a dos personas
diferentes. Tal conducta aviesa es desaprobada en LPO.
Hay también nombres en español que tampoco hacen referencia a nin-
gún objeto existente. Por ejemplo Pegaso, Zeus y Santa Claus son nombres
perfectamente claros en español, sólo que no refieren a algo o a alguien. No
permitimos tales nombres en LPO.1 Lo que permitimos, no obstante, es que
un objeto tenga más que un nombre, por ejemplo los nombres Matías y Mati
podrían hacer referencia al mismo objeto individual. También permitimos
objetos sin nombres, objetos que no tienen ningún nombre.

Recordar
En LPO,
Todo nombre debe nombrar un objeto.
Ningún nombre puede nombrar más que un objeto.
Un objeto puede tener más de un nombre, o ningún nombre.

3.2. Símbolos de Predicado


Los símbolos de predicado son símbolos usados para denotar alguna pro-
piedad de objetos o alguna relación entre objetos. Como en español, son
expresiones que combinadas con nombres forman oraciones atómicas. Pero
no corresponden exactamente a los predicados de la gramática española.
Consideremos en español la oración Max gusta de Clara. En la gramática
española se analiza esto como una oración sujeto-predicado. Consiste del
1 Hay, sin embargo, una variante de la lógica de primer orden llamada lógica libre (free
logic) en la que esta suposición es dejada de lado. En la lógica libre, puede haber constantes
individuales sin referentes. Esto produce un lenguaje más apropiado para la mitología y
la ficción.
Capítulo 3 38

sujeto Max seguido por el predicado gusta de Clara. En el lenguaje de primer


orden, por contraste, vemos a esto como una afirmación que involucra dos
sujetos lógicos, los nombres Max y Clara, y un predicado, gusta de, que
expresa una relación entre los referentes de los nombres. De este modo las
oraciones del lenguaje de primer orden tienen a veces dos o más sujetos
lógicos, y el predicado es, por así decirlo, lo demás. Los sujetos lógicos son
llamados los “argumentos” del predicado. En este caso, el predicado se dice
que es binario, puesto que toma dos argumentos.
En LPO, cada predicado tiene un número fijo de argumentos, una aridad
fija. La aridad es un número que indica cuántas constantes individuales ne-
cesita el símbolo de predicado para formar una oración. El término “aridad”
deriva del hecho de que los predicados que toman un argumento son llamados
unarios, los que toman dos binarios, así sucesivamente.
Si la aridad de un símbolo de predicado es 1, entonces ese predicado se
utilizará para denotar alguna propiedad de objetos, y requerirá por consi-
guiente exactamente un argumento (un nombre) para hacer una afirmación.
Por ejemplo, podríamos usar el símbolo de predicado unario EnCasa para
denotar la propiedad de estar en casa. Podríamos posteriormente combinar
esto con el nombre Max para lograr la expresión EnCasa(Max), que expresa
la afirmación que Max está en su casa. Si la aridad de un predicado es 2,
entonces será usado para representar una relación entre dos objetos. De es-
te modo, podríamos usar la expresión IzqdDe(Clara, Max) para expresar una
afirmación acerca de Max y Clara, por ejemplo la afirmación de que Clara
está a la izquierda de Max. En LPO, podemos tener símbolos de predicado
con cualquier aridad. En el lenguaje de bloques nos limitaremos a predicados
con aridades 1, 2 y 3. Listamos abajo los predicados de este lenguaje con su
aridad:

Lenguaje de bloques

Aridad 1: Cubo, Tet, Dodec, Chico, Median, Grand.


Aridad 2: MenorQu, MayorQ, izqdDe, DerecDe, DetrDe, DelanDe.
Aridad 3: EsEntre.

Asignamos a cada uno de estos predicados una interpretación fija, que


corresponde, de manera razonablemente consistente, a una frase verbal del
español. Por ejemplo, Cubo corresponde a es un cubo. DetrDe corresponde a
Capítulo 3 39

está detrás de, y así sucesivamente. Podemos adiestrarnos en su uso traba-


jando en el primer conjunto de ejercicios dados abajo.
En español, los predicados son algunas veces vagos. No es siempre claro si
un individuo tiene o no la propiedad en cuestión. Por ejemplo, Clara, quien
tiene seis años, es joven. No será joven cuando tenga 96. Pero no hay una
edad determinada en la que la persona deja de ser joven: este tipo de cosas es
gradual. En LPO, sin embargo, asumimos que todo predicado es interpretado
por una propiedad o relación determinada. Por una propiedad determinada,
significamos una propiedad para la cual, dado cualquier objeto, hay un modo
definido de saber si el objeto dado tiene o no la propiedad.

Recordar
En LPO,
Todo símbolo de predicado viene con una “aridad” única fija, un nú-
mero que le dice cuántos nombres necesita para formar una oración
atómica.
Todo predicado es interpretado por una propiedad o relación deter-
minadas de la misma aridad que el predicado.

3.3. Oraciones atómicas


En LPO, las clases más simples de afirmaciones son las que son realizadas
con un predicado único y el número apropiado de constantes individuales.
Una oración formada por un predicado seguido por el número correcto de
nombres es llamada una oración atómica. Por ejemplo MasAlt(Clara, Max)
yCubo(a) son oraciones atómicas, siempre que los nombres y símbolos de
predicados en cuestión sean parte del vocabulario de nuestro lenguaje.
Con estos predicados usamos una notación llamda “prefija”: el predicado
precede a los argumentos. El orden de los nombres en una oración atómica es
importante. Así como Clara es más alta que Max significa algo diferente de
Max es más alto que Clara, también MasAlt(Clara, Max) tiene un significado
diferente que MasAlt(Max, Clara). Así izqdDe(b, c) significa más o menos lo
mismo que la oración en español b está a la izquierda de c, y EsEntre(b, c, d)
significa a grandes rasgos lo mismo que en español b está entre c y d.
Predicados y nombres refieren respectivamente a propiedades y objetos.
Lo que hace especiales a las oraciones es que hacen afirmaciones (o expresan
Capítulo 3 40

proposiciones). Una afirmación es algo que es verdadero o falso, a lo que


sea de uno de estos dos casos, lo denominamos su valor de verdad. En este
sentido, si MasAlt(Clara, Max) expresa una afirmación cuyo valor de verdad es
VERDADERO, MasAlt(Max,Clara) expresa una afirmación cuyo valor de
verdad es FALSO. Dada nuestra suposición de que los predicados expresan
propiedades determinadas y que los nombres denotan individuos definidos,
se sigue que cada oración atómica de LPO debe expresar una afirmación que
es verdadera o falsa. Esto es, una proposición.

Recordar
En LPO,
Las oraciones atómicas se forman colocando un predicado de aridad
n al frente de n nombres (encerrados entre paréntesis y separados por
comas)
El orden de los nombres es relevante cuando se forman oraciones
atómicas.

Ejercicios y Problemas
Problema 3.1 (Construcción de mundos) Construya un mundo en el que
todas las proposiciones sean simultáneamente verdaderas.
1. Tet(a)

2. Median(a)

3. Dodec(b)

4. Cubo(c)

5. DelanDe(a, b)

6. EsEntre(a, b, c)

7. MayorQ(a, b)

8. MenorQu(a, c)

9. lzqdDe(b, c)
Capítulo 3 41

Problema 3.2 (Traduciendo a oraciones atómicas) A partir de estas oracio-


nes en español realice una lista de oraciones en el lenguaje de bloques que
representen lo que cada una afirma y construya un mundo en el que todas
las proposiciones correspondientes sean verdaderas.
1. a es un cubo.

2. b es menor que a.

3. c está entre a y d.

4. d es grande.

5. e es mayor que a.

6. b es un tetraedro.

7. e es un dodecaedro.

8. e está a la derecha de b.

9. a es menor que e.

10. d está detrás de a.

3.4. La isla de los caballeros y bribones


Un contexto alternativo en el que podemos aplicar un lenguaje de primer
orden es para resolver enigmas en la llamada isla de los caballeros y bribones,
lugar donde suelen desarrollarse muchos de los problemas planteados por el
lógico y mago Raymond Smullyan.2 Los nativos de dicha isla suelen dividirse,
además de en hombres y mujeres, en caballeros y bribones. Asumiendo que
el uso de los predicados hombre y mujer es más o menos claro (es decir que
su aplicación no tiene más dificultades que las que puede tener en español)
podemos aclarar el empleo de los otros dos de la siguiente forma: Decimos
que un nativo de la isla es un caballero si y sólo si, lo que dice es verdad,
y esto con prescindencia si se trata de un hombre o una mujer. Alternativa-
mente diremos que es un bribón si y sólo si lo que dice es mentira, de nuevo,
2 Sibien lo hace en varios libros, uno muy conocido es This Book Needs No Title: A
Budget of Living Paradoxes
Capítulo 3 42

dejando de lado si se trata de un hombre o una mujer. Este es el conjunto


de predicados básicos para usar en la isla. A ellos les podemos agregar otros
relacionales como Progenitor, Pareja y otros. Presentamos a continuación una
tabla con los predicados más usuales, su análogo en español y los nombres
de algunos nativos de la isla, es decir los nombres de individuos a los que se
aplicaran los predicados:

Tabla 3.1
LPO Español Comentario
Nombres:
Og Og
Bog Bog
Ark Ark
Snark Snark Nombres de nativos de
Tak Tak la isla
Bark Bark
Jal Jal
.. ..
. .
Predicados:
Caballero(x) es un caballero Todos estos predicados
Bribón(x) es un bribón son monádicos o de ari-
Mujer(x) es mujer dad 1 y forman pa-
Hombre(x) es hombre res excluyentes. Nin-
Soltero(x) es soltero gún individuo en la is-
Casado(x) es casado la puede ser al mismo
.. .. tiempo caballero y bri-
. .
bón, ni mujer y hombre
y tampoco soltero y ca-
sado.

Progenitor(x, y) es el progenitor de Estos predicados son


Hijo(x, y) es hijo de de aridad 2 o relaciona-
Pareja(x, y) son pareja les. Si ’a es progenitor
.. .. de b’, ’b es hijo de a’.
. .
Ser pareja es una rela-
ción simétrica. Si ’a es
pareja de b, b es pareja
de a’.
Capítulo 3 43

Los puntos suspensivos en las columnas indican que la lista no es exhaus-


tiva: es posible definir nuevo predicados e individuos más adelante. Por otra
parte, tal como se observó en la columna de comentario, varios de estos pre-
dicados podrían omitirse siendo que se pueden definir a partir de otros. Por
ejemplo sabemos que todo habitante de la isla es caballero o bribón, por lo
que si no es bribón, debe ser caballero (si no lo fuera, no sería ni caballero
ni bribón contra lo que este principio afirma) y que ambos predicados son
excluyentes, entonces si alguien es un caballero, no es un bribón (porque si
no sería caballero y bribón lo que tampoco es posible en esta isla)
Esto no significa que alguien no pueda decir que por ejemplo que es ca-
ballero y bribón. Algún habitante podría decir esto, lo que no puede ser es
que eso sea verdad. Si un habitante dijera eso, sabríamos inmediatamente
que miente y por lo tanto sabríamos si es bribón o caballero.

Ejercicios y Problemas
Problema 3.3: Si un nativo de la isla afirma que es caballero y bribón, ¿se
trata de un bribón o un caballero?
Problema 3.4: ¿Podría un nativo de la isla afirmar de si mismo que es
caballero? ¿Y Bribón? En caso afirmativo, ¿quiénes podrían hacer tales afir-
maciones?

3.5. El lenguaje de primer orden de la


aritmética
Este es un ejemplo de otro lenguaje de primer orden que nos permite
expresar en este caso oraciones acerca de los números naturales 0,1,2,3,..., y
las operaciones de aritmética de suma y multiplicación. Hay distintos mo-
dos más o menos equivalentes de establecer este lenguaje. Uno de los que
usaremos tiene dos nombres 0 y 1, dos símbolos de relaciones binarias, = y
< y dos símbolos de funciones binarias, + y ×. Las oraciones atómicas son
aquéllas que pueden ser construidas a partir de estos símbolos. Usaremos la
notación infija tanto para los símbolos de relación como para los símbolos de
funciones.3
3 Recordemos que una función se difine como una relación R para la cual se cumple
además la siguiente propiedad: Para cualesquiera x, y, z si R(x, y) y R(x, z), entonces y = z.
Capítulo 3 44

Los símbolos de función permiten formar términos que se parecen a nom-


bres, a partir de nombres y otros términos que se parecen a nombres. Algunos
ejemplos en español pueden ayudar a clarificar esto. En español tenemos mu-
chas clases de frases nominales, expresiones que pueden ser combinadas con
una frase verbal para formar una oración. Además de nombres como Max y
Clara, otras frases nominales incluyen expresiones como “el padre de Max”,
“la madre de Clara”, “toda joven que conozca a Max”, “Nadie que conozca
a Clara”, “Alguien” y así sucesivamente. Cada una de estas expresiones se
combina con una frase verbal singular como ’gusta del pururú sin manteca’,
para formar una oración. Pero advierta que las oraciones resultantes tendrán
propiedades lógicas muy diferentes. Por ejemplo, de

La madre de Clara gusta del pururú sin manteca.

se sigue que hay alguien que gusta del pururú sin manteca, mientras que

Nadie que conoce a Clara gusta del pururú sin manteca,

no se sigue de esto.
Los que intuitivamente se refieren a un individuo, son llamados “térmi-
nos” y se comportan como las constantes individuales que ya hemos discuti-
do. De hecho, las constantes individuales son los términos más simples y los
términos más complejos se construyen a partir de ellos usando símbolos de
función. Frases nominales como Nadie que conoce a Clara son tratadas con
mecanismos muy diferentes, conocidos como cuantificadores, que discutire-
mos posteriormente.
El análogo LPO de la frase nominal el padre de Max es el término
padre(Max). Se forma colocando un símbolo de función, padre, al frente del
nombre Max. El resultado es un término complejo que usamos para hacer
referencia al padre de la persona referida por el nombre Max. Similarmente,
podemos colocar el símbolo de función madre junto con el nombre Clara y for-
mar el término madre(Clara), que funciona muy parecido al término español
madre de Clara.
Podemos repetir esta construcción tanta veces como se nos ocurra, for-
mando términos cada vez más complejos:

padre(padre(Max))
Capítulo 3 45

madre(padre(Clara))

madre(madre(madre(Clara)))
La primera hace referencia al abuelo paterno de Max, la segunda a la
abuela paterna de Clara y así sucesivamente.
Estos símbolos de función son llamados funciones unarias, debido a que,
como los predicados unarios, toman un argumento. Los términos resultantes
funcionan como nombres y pueden ser usados para formar oraciones atómicas.
Por ejemplo, la oración LPO

MasAlt(padre(Max), Max))
dice que el padre de Max es más alto que Max.
Los estudiantes algunas veces confunden los símbolos de función con pre-
dicados, porque ambos toman términos como argumentos. Pero hay una gran
diferencia. Cuando combinamos un símbolo de función unario con un término
lo que logramos no es una oración sino otro término: algo que refiere (o po-
dría referir) a un objeto de alguna clase. Es por esta razón que los símbolos
de función pueden ser re aplicados varias veces.
Aparte de funciones unarias, LPO permite símbolos de función de cual-
quier andad. Así, por ejemplo, podemos tener símbolos de funciones binarias.
Es muy difícil lograr ejemplos simples en español de símbolos de funciones
binarias, pero esto es muy común en matemáticas. Por ejemplo, podríamos
tener un símbolo de función suma que se combina con dos términos t1 y t2
para dar un nuevo término suma(t1 , t2 ) que hace referencia a la suma de los
números referidos t1 y t2 . Por lo tanto, el término complejo suma(3, 5) nos
daría otra manera de referirse a 8. El lenguaje de bloques no tiene símbolos
de funciones pero podría incorporarlos.
El lenguaje de primer orden de la aritmética usa las funciones extensa-
mente. En este lenguaje hay un número infinito de términos (por ejemplo, 0,
1, (1+1), ((l+1)+l), (((1+1)+1)+1), ... y por consiguiente un número infinito
de oraciones atómicas. Nuestro ejemplo también muestra que todo número
natural es nombrado por algún término del lenguaje. Esto da lugar al pro-
blema de cómo se puede hacer para especificar el conjunto de términos de
un modo preciso. No podemos listar a todos los términos, puesto que son
demasiados. El modo de atacar este problema es usando lo que es conocido
Capítulo 3 46

como una definición inductiva.


Definición 1. Los términos de la aritmética de primer orden se
forman del siguiente modo:
1. Los nombres 0, 1 son términos.
2. Si t1 , t2 son términos, entonces las expresiones (t1 + t2 ) y
(t1 × t2 ) son también términos.
3. Nada es un término a menos que pueda ser obtenido por apli-
cación repetida de (l) y (2).
Deberíamos señalar que esta definición permite que los símbolos de función
sean aplicados una y otra vez. Por 1o tanto, (1+1) es un término por la
cláusula 2 y por el hecho que 1 es un término. En cuyo caso ((1+1) × (1+1))
es también un término, nuevamente por la cláusula 2. Y así sucesivamente.
Las oraciones atómicas en el lenguaje de primer orden de la aritmética son
aquéllas que pueden ser formadas a partir de términos y de los dos símbolos
de predicados binarios, = y <. Por ejemplo, la versión en lenguaje formal de
1 por 1 es menor que 1 más 1 es la siguiente:

(1 × 1) < (1 + 1).

Ejercicios y Problemas
Problema 3.5: Muestre que las siguientes expresiones son términos en el
lenguaje de primer orden de la aritmética. ¿A qué números refieren? 1. (0 +
0) 2. (0 + (1 x 0)) 3. ((1 + 1) + (0 + 1) x (1 + 1))) 4. (((1 x 1) x 1) x 1).
Problema 3.6: Encuentre un modo de expresar el hecho de que tres es
menor que cuatro.
Problema 3.7*4 : Muestre que hay infinitos términos que refieren al número
1.

3.6. Lenguajes generales de primer orden


En general, un lenguaje de primer orden es especificado fijando los nom-
bres, predicados, y símbolos de función que contiene. Cada predicado y sím-
bolo de función viene con una aridad especificada. Un lenguaje de primer
4 El símbolo * sirve para indicar que este problema tiene mayor dificultad.
Capítulo 3 47

orden debe contener al menos un símbolo de predicado aunque algunas veces


“=” es el único símbolo de predicado que se usa. Pero no es necesario que
contenga símbolos de función.
Cuando traduzca una oración del español a LPO, tendrá a veces un len-
guaje “predefinido” de primer orden que querrá usar, como por ejemplo, el
lenguaje de bloques o el de la aritmética anteriormente descripto. Su objetivo
será lograr una traducción que capture el significado de la oración original
en español tan fielmente como sea posible, dados los nombres, predicados, y
los símbolos de función disponibles en el lenguaje de primer orden.
Muchas veces sucederá que no tiene a su disposición un lenguaje prede-
finido para usar en su traducción. Si no lo tiene, la primera cosa que tiene
que hacer es decidir qué nombres, predicados y funciones necesita para su
representación formal en el caso que sea posible. Estuvimos haciendo esto
por ejemplo, cuando introdujimos EnCasa(Max) como la traducción de Max
está en casa y MásAltQue(Clara, Max) como la traducción de Clara es más
alta que Max.
Cuando toma estas decisiones, existen a veces formas alternativas de pro-
ceder. Por ejemplo, supongamos que se le pide que traduzca la oración Cla-
ra dio Misky a Max podría introducir un predicado binario DioMisky(x, y),
que signifique x dio Misky a y, y luego traducir la oración original como
DioMisky(Clara, Max). Alternativamente podría introducir un predicado de
tres lugares Dio(x, y, z) que signifique x dio y a z y luego traducir la oración
como Dio(Clara, Misky, Max). Es importante recordar que sólo puede aplicar
la estructura de nombres-predicados cuando utilizando nombres propios de
objetos individuales. Cuando esto no sea posible, tal vez deba considerar
recurrir a una representación más general de la oración. Cuando reconozca-
mos una oración atómica pero no logremos o no necesitemos identificar los
predicados y o los términos en ella podemos utilizar el recurso de una letra
sentencial. A tal fin reservaremos las letras minúsculas del centro del abece-
dario (P, Q, R, S, . . . ) y las utilizaremos para representar oraciones atómicas
en dichos casos extremos. La oración Clara dio Misky a Max podría traducir-
se entonces como DioMisky(Clara, Max), Dio(Clara, Misky, Max) o simplemente
P.
No hay nada erróneo en usar cualquiera de estos predicados, o sus traduc-
ciones resultantes, en tanto se haya especificado claramente lo que significan.
Por supuesto, podrían no ser de la misma utilidad. El primer predicado le
permitirá traducir oraciones como Max dio Misky a Juan y Juan dio Misky
Capítulo 3 48

a Miguel. Pero se encontraría limitado si luego trata de traducir una oración


como Max dio Cari a Clara, y tendría que introducir un predicado comple-
tamente nuevo, digamos DioCari(x, y). El predicado de tres lugares es, por
supuesto, más flexible. Un lenguaje de primer orden que contuviese este ti-
po de predicados (más los nombres relevantes) podría traducir cualquiera
de estos oraciones. Lo opuesto sucede con el uso de letras sentenciales. Si
optamos por traducir Max dio Misky a Juan con la letra P, entonces debe-
ríamos utilizar otra letra (Q) para Max dio Misky a Clara y por supuesto una
tercera (R) para Max dio Cari a Clara dado que se trata de tres oraciones
atómicas diferentes. En general, cuando usamos un lenguaje de primer orden
tratamos de economizar predicados introduciendo predicados más flexibles,
como Dio(x, y, z) en lugar de algunos menos flexibles como DioMisky(x, y) y
DioCari(x, y) o de emplear directamente variables de proposiciones para ora-
ciones como P, Q, R,... La resultante de esto es un lenguaje más expresivo,
que hace más claras las relaciones lógicas entre varias afirmaciones.
Los nombres pueden ser introducidos en un lenguaje de primer orden pa-
ra referir a cualquier cosa que pueda ser considerada un objeto, pero nos
atendremos de manera rigurosa a emplear nombres propios o constantes in-
dividuales que cumplan tal rol como argumentos de los predicados que utili-
cemos.
Si queremos representar por ejemplo el enunciado español que afirma que
Og es un caballero lo hacemos de esta forma: Caballero(Og). Caballero es un
predicado de aridad 1 y Og es el nombre propio de un objeto (un individuo)
por lo que no hay ningún problema aquí. Podría ser que llamemos de manera
provisoria a un objeto cuyo nombre desconocemos a. Si dicho objeto ya tiene
un nombre asignado, no hay ningún inconveniente que se le asigne otro pues
como vimos no hay una restricción en la cantidad de nombres que un objeto
puede tener5 en ese caso podemos escribir Caballero(a).
Supongamos ahora que se nos pide que representemos enunciados como
el juez es un caballero o el cubo es grande. Frente a estos casos puede verse
tentado a escribir Caballero(juez) o Grande(cubo). Esto no es correcto y tales
impulsos deben ser desalentados. La razón de esto es que tanto juez como
cubo son predicados pero sobre todo no son nombres de individuos y como
ya dijimos solo se admitirán como argumentos de predicados nombres de
individuos o constantes de individuos o más adelante variables de individuos
5 Talvez se trate del mismo Og, sólo que no lo sabemos y lo hemos llamado a a los fines
de, por ejemplo, llevar una discusión o un razonamiento.
Capítulo 3 49

pero nunca otros predicados o nombres comunes. En tales casos y a falta por
ahora de una mejor alternativa representaremos tales oraciones mediante el
recurso antes explicado de las letras sentenciales.

Ejercicios y Problemas
Problema 3.8: Para cada oración en la lista siguiente, sugiera una traduc-
ción a una oración atómica del LPO. Además, al dar la traducción explique
a qué clase de objetos se refieren sus nombres y el significado que intenta
dar al predicado que usa. Si usa símbolos de función, explique también su
significado.
1. Juan es albañil.

2. Los albañiles ganan menos que los plomeros.

3. El SIDA es menos contagioso que la gripe.

4. La miseria ama la compañía.

5. Og está en compañía de Max.

6. Max le dio café a Og.


Capítulo 4

Conectivas lógicas
Para formar afirmaciones complejas en los lenguajes de primer orden po-
demos recurrir a cuantificadores y conectivas. En esta sección expondremos
algunos aspectos de las disyunciones, negaciones, condicionales y bicondicio-
nales. Estas son conectivas veritativo funcionales. Que sea veritativo funcio-
nal significa que el valor de verdad de una proposición compleja, que consta
de estas conectivas, depende solamente de los valores de verdad de las pro-
posiciones más simples que la componen.
Podemos explicar el significado de una conectiva veritativo funcional de
varios modos. Quizás el modo más simple es construyendo una tabla de ver-
dad, una tabla que muestre cómo el valor de verdad de una proposición con
esta conectiva, depende de los valores de verdad de las partes más elementa-
les. Daremos tales tablas para cada una de las conectivas que introduzcamos.
Una forma más interesante, sin embargo, es por medio de un juego, algunas
veces llamado el juego Henkin-Hintikka, por los nombres de los lógicos Leon
Henkin y Jaako Hintikka. Lo llamaremos simplemente el juego.
Imaginemos que dos personas, digamos Max y Clara, están en desacuerdo
sobre el valores de verdad de una proposición compleja. Max afirma que es
verdadera, Clara afirma que es falsa. La idea del juego es que los dos jugadores
mantienen un permanente desafío mutuo para justificar sus afirmaciones en
términos de afirmaciones más simples, hasta que finalmente su desacuerdo se
reduce a una simple afirmación atómica, que involucra una oración atómica.
Estos sucesivos desafíos pueden ser pensados como los de un juego donde
un jugador ganará, y el otro perderá. Los movimientos legales en cualquier
momento dependen de la forma de la oración.

50
Capítulo 4 51

4.1. Símbolo de Negación (¬)


Este símbolo se usa para expresar la negación en nuestro lenguaje, la
noción que comúnmente expresamos en español usando términos como no, no
es el caso que, a-, e in-. En la lógica de primer orden, siempre aplicamos este
símbolo delante de una oración para negarlo, mientras que en español hay un
sistema mucho más sutil de expresar las afirmaciones negativas. Por ejemplo,
las oraciones del español Juan no está en casa y no es el caso que Juan esté
en casa tienen la misma traducción de primer orden: ¬EnCasa(Juan)
La negación es verdadera si y sólo si la proposición que expresa EnCasa(Juan)
no es verdadera, esto es, sólo en el caso de que Juan no esté en casa.
En español generalmente evitamos las dobles negaciones -negaciones den-
tro de otras negaciones. Por ejemplo, la expresión ’no hace ninguna diferen-
cia’, es problemática. Si alguien lo dice, generalmente significa que no hay
diferencia. En otras palabras la segunda negación solamente funciona como
algún tipo de refuerzo.
LPO es mucho más sistemático. Se puede colocar un símbolo de negación
delante de cualquier oración, y siempre lo negará, sin que importe cuántos
otros símbolos de negación ya contenía la oración. Por ejemplo la oración
¬¬EnCasa(Juan)
niega la oración
¬EnCasa(Juan)
y así, la afirmación es verdadera si Juan está en casa.
El símbolo de negación, entonces, puede aplicarse tanto a oraciones com-
plejas como a oraciones atómicas. Diremos que una oración es un literal si es
atómica o la negación de un oración atómica. Esta noción de literal será útil
más adelante.
Abreviaremos las afirmaciones de identidad negadas, tales como ¬(b = c)
usando b 6= c.

4.1.1. Semántica y la regla de juego para la negación


Dada cualquier oración P de LPO (atómica o compleja), hay otra oración
¬P. La proposición correspondiente es verdadera si y sólo si la proposición
que corresponde a P es falsa. Esto puede exponerse en la siguiente tabla de
verdad.
Capítulo 4 52

P ¬P
VERDADERO FALSO
FALSO VERDADERO

Una vez que usted se ha comprometido con la verdad de ¬P, esto es


lo mismo que si se hubiera comprometido con la falsedad de P. De mane-
ra similar, si se compromete con la falsedad de ¬P; esto es lo mismo que
comprometerse con la verdad de P.

Problema 4.1. Sea el caso de que P expresa una proposición verdadera,


y forme Q poniendo algunos símbolos de negación delante de P. Muestre
varios casos en los que, si coloca un número par de símbolos de negación,
esta proposición es verdadera, pero si coloca un número impar, entonces es
falsa.

4.2. Símbolo de conjunción (∧)


Este símbolo es usado para expresar conjunción en nuestro lenguaje, la
noción que normalmente expresamos en español usando términos como y,
además, pero y a pesar de. En la lógica de primer orden, esta conectiva se
coloca siempre entre dos oraciones, mientras que en español podemos también
hacer conjunciones de sustantivos, verbos y otras expresiones del lenguaje.
Por ejemplo, las oraciones españolas

Juan y Mary están en su casa

Juan está en su casa y Mary está en su casa

tienen la misma traducción de primer orden:

EnCasa(Juan) ∧ EnCasa(Mary)

La proposición es verdadera sólo en caso que Juan esté en su casa y Mary


esté en su casa.
Algunos usos españoles de “y” no son adecuadamente reflejados por el
símbolo de conjunción de LPO. Por ejemplo, supóngase que hablamos acerca
de una tarde en que Max y Clara estaban juntos. Si dijéramos Max se fue a
su casa y Clara se fue a dormir, nuestra afirmación tendría una connotación
Capítulo 4 53

temporal, es decir, que Max se fue a su casa antes de que Clara se fuera a
dormir. De manera similar si revirtiéramos el orden y aseguráramos Clara se
fue a dormir y Max se fue a su casa, ello sugeriría un tipo de situación muy
diferente. Por contraste, no se pretende ninguna implicación tal, implícita o
explícita, cuando se usa la conjunción ∧ de LPO. Tenemos que

SeFueACasa(Max) ∧ SeFueADormir(Clara)
se aplica exactamente en las mismas circunstancias que

SeFueADormir(Clara) ∧ SeFueACasa(Max).
Tal como en el caso de la negación, podemos unir tanto oraciones com-
plejas como simples con ∧. P ∧ Q es verdadera si y sólo si tanto P como Q son
verdaderas. P ∧ Q es falsa si ambas o alguna de ellas son falsas. Esto puede
resumirse en la siguiente tabla de verdad:

P Q P∧Q
VERDADERO VERDADERO VERDADERO
VERDADERO FALSO FALSO
FALSO VERDADERO FALSO
FALSO FALSO FALSO

Si Ud. se compromete con la verdad de P ∧ Q entonces implícitamente se


ha comprometido con la verdad de cada una de ellas, P y Q. Si se compromete
con la falsedad de P ∧ Q entonces está afirmando que por lo menos uno de
ellos, P o Q, es falso. Debería en tal caso poder elegir uno de los dos y,
comprometerse con su falsedad.

4.3. Símbolo de Disyunción (∨)


Este símbolo es usado para expresar la disyunción en los lenguajes forma-
les, la noción que expresamos en nuestro lenguaje usando “o”. En la lógica de
primer orden esta conectiva, como el signo de conjunción, siempre está ubi-
cado entre dos oraciones, mientras que en español podemos también usarlo
para ponerlo entre nombres, verbos y otras partes de la lengua. Por ejemplo,
los enunciados del español

Juan o Mary están en casa


Capítulo 4 54

Juan está en casa o Mary está en casa

tienen ambos la misma traducción de primer orden:

EnCasa(Juan) ∨ EnCasa(Mary)
A pesar que en español “o” se usa a veces en un sentido excluyente, para
decir que exactamente una de dos oraciones disyuntas es verdadera, el sím-
bolo “∨” de la lógica de primer orden siempre se usa en una interpretación
incluyente –significa que por lo menos una de las dos oraciones disyuntas es
verdadera, pero también posiblemente ambas. Así la proposición del ejemplo
es verdadera si Juan está en casa pero Mary no lo está, si Mary está en casa
pero Juan no lo está, o si ambos, Juan y Mary, están en casa.
Si quisiéramos expresar el sentido excluyente de o en el ejemplo anterior,
podríamos hacer como sigue:

[(EnCasa(Juan) ∨ EnCasa(Mary)] ∧ ¬(EnCasa(Juan) ∧ EnCasa(Mary)]

Como puede verse, esta oración dice que Juan está en casa o Mary lo está,
pero no ambos.
Muchos estudiantes tienden a decir que la expresión española o bien ...o
bien expresa la disyunción excluyente. Si bien algunas veces efectivamente
es así (y en verdad el simple “o” es usado a veces de manera excluyente), no
siempre lo es. Por ejemplo, supóngase que Clara y Max están jugando en la
otra habitación y de repente se oye un sonido de lucha. Si decimos O bien
Max golpeó a Clara o Clara golpeó a Max no estaríamos equivocados si cada
uno hubiese golpeado al otro. Así, esto debería traducirse como

Golpea(Max, Clara) ∨ Golpea(Clara, Max)


Veremos más tarde que la expresión “o bien” algunas veces juega una
función lógica diferente. Otra importante expresión española que podemos
capturar sin introducir símbolos adicionales es ni. . . ni. Así

Ni Juan ni Mary están en casa


Capítulo 4 55

debería expresarse como:

¬EnCasa(Juan) ∧ ¬EnCasa(Mary)
Pero también podría hacerse alternativamente como:

¬(EnCasa(Juan) ∨ EnCasa(Mary))
Esto dice que no es el caso que al menos uno de ellos esté en casa, es decir,
que ninguno de ellos está en casa.
Dadas dos oraciones P y Q de LPO, atómicas o no, podemos combinarlas
usando “∨” para formar una nueva oración P ∨ Q. La proposición correspon-
diente es verdadera si al menos una de las proposiciones es verdadera. De
otro modo, es falsa. Ésta es la tabla de verdad.

P Q P∨Q
VERDADERO VERDADERO VERDADERO
VERDADERO FALSO VERDADERO
FALSO VERDADERO VERDADERO
FALSO FALSO FALSO

Las reglas de juego para ∨ son “duales” de las reglas para ∧. De este modo,
si usted se compromete con la verdad de P ∨ Q, entonces debe comprome-
terse con la verdad de una de ellas al menos. Si usted se compromete con la
falsedad de P ∨ Q, entonces usted está implícitamente comprometiéndose con
la falsedad de cada una de ellas, de las dos.
Hay alguna aclaración algo sutil que debe hacerse acerca de nuestra ma-
nera de describir el juego. Hemos dicho, por ejemplo, que cuando usted se ha
comprometido con la verdad de una disyunción P ∨ Q, se compromete con
la verdad de uno de los disyuntos. Esto, por supuesto, es cierto, pero ello
no significa que necesariamente sepa cuál de ellos, P o Q, es verdadero. Por
ejemplo, si usted tiene P ∨ ¬P , entonces sabe que la proposición es verda-
dera, sin que importe cómo es el mundo. Pero si P es muy compleja, o si
tiene información imperfecta acerca del mundo, podría no saber cuál de las
dos proposiciones, la de P o la de ¬P es verdadera. Supongamos que P es
la Conjetura de Goldbach o que Hay una ballena nadando bajo el puente del
“Golden Gate” exactamente ahora. En tales casos se comprometería con la
verdad de la disyunción sin que le interese saber cómo jugar el juego y ganar.
Capítulo 4 56

Usted sabe que hay una estrategia ganadora para el juego pero no sabe cuál
es.
Ya que hay un imperativo moral de fidelidad con los propios compromisos,
el uso del término “compromiso” para describir el juego es un poco equívoco.
Estaría perfectamente justificado que afirme la verdad de P ∨ ¬P, aún si no
conoce su estrategia ganadora para jugar el juego.
Resumamos lo que hemos aprendido acerca de las tres conectivas que
hemos introducido.
Recordar

1. ¬P es verdadera si y sólo si P no es verdadera.

2. P ∧ Q es verdadera si y sólo si P es verdadera y Q es verdadera.

3. P ∨ Q es verdadera si y sólo si P es verdadera o Q es verdadera


(o ambos son verdaderas)

4.4. Símbolo del Condicional Material (→)


Este símbolo es usado para combinar dos oraciones, P y Q para formar
P → Q, llamado condicional material. P es el antecedente del condicional, y
Q es el consecuente del condicional. Discutiremos las contrapartes españolas
de este símbolo luego de explicar su significado.

4.4.1. Semántica y regla de juego para el condicional


La proposicón expresada por P → Q recibe el valor verdadero si y sólo si
la de P resulta falsa o la de Q verdadera (o ambas verdaderas). Esto puede
ser resumido en la siguiente tabla de verdad:

P Q P→Q
VERDADERO VERDADERO VERDADERO
VERDADERO FALSO FALSO
FALSO VERDADERO VERDADERO
FALSO FALSO VERDADERO

Una segunda reflexión sobre esto muestra que P → Q es otro modo de


decir ¬P ∨ Q.
Capítulo 4 57

Recordar
El mejor modo de pensar P → Q es teniendo en cuenta que este con-
dicional es falso sólo en un caso: cuando el antecedente P es verdadero
y el consecuente Q es falso.

4.4.2. Formas españolas del condicional material


Podemos considerar P → Q como una adecuada traducción de la expre-
sión condicional del español Si ... entonces... . De cualquier modo, está claro
que este condicional español, como el condicional material, es falso si el an-
tecedente es verdadero y el consecuente es falso. Traduciremos, por ejemplo,
Si Max está en casa entonces Clara está en la biblioteca, del siguiente modo:

EnCasa(Max) → EnBiblioteca(Clara)
Otras expresiones españolas que pueden traducise con frecuencia usando
el condicional material P → Q son: P sólo si Q, Q dado P, y Q cuando P.
También usamos “→” en combinación con “¬” para traducir oraciones de la
forma A menos que P, Q o Q a menos que P. Éstos significan lo mismo que
Q si no P, y son también traducidos como ¬P → Q.

P → Q. ¬P → Q.
P sólo si Q A menos que P, Q
Q dado P Q a menos que P
Q cuando P Q si no P

En este curso siempre traduciremos el español si... entonces usando “→”


pero hay muchos usos de las expresiones españolas que no pueden ser ade-
cuadamente expresados usando el condicional material. Por ejemplo, la pro-
posición

Si Max hubiera estado en su casa, entonces José también debería haber


estado

puede ser falsa aun si Max no estuvo de hecho en su casa. Pero la proposición
de primer orden

EnCasa(Max) → EnCasa(José)
Capítulo 4 58

es automáticamente verdadera si Max no está en casa. El punto de tales


ejemplos es que muchos usos de si... entonces no son veritativo funcionales.
La verdad del todo depende de algo más que de los valores de verdad de las
partes. Parece depender de la existencia de una conexión genuina entre el
contenido del antecedente y del consecuente. Pero estos asuntos son mucho
más controvertidos. No nos ocuparemos de ellos por ahora.

4.5. Símbolo del Bicondicional (↔)


Nuestra última conectiva es el símbolo del bicondicional material. Dadas
cualesquiera proposiciones que correspondan a P y Q se puede formar otra
proposición conectando a ambas por medio del bicondicional P ↔ Q. Una
proposición de la forma P ↔ Q es verdadera si y sólo si las proposiciones
asociadas con P y Q tienen los mismos valores de verdad, esto es, o ambas son
verdaderas o ambas son falsas. En español comúnmente se usa la expresión
si y sólo si, y, en el discurso matemático, sólo en caso. Así, por ejemplo, la
oración Max está en casa si y sólo si José está en casa sería traducida como:

EnCasa(Max) ↔ EnCasa(José)
La oración matemática n es par sólo en caso de que n2 es par sería
traducida como:

Par(n) ↔ Par(n2 )

4.5.1. La semántica para ↔


La semántica para el bicondicional puede ser resumida con la tabla si-
guiente:

P Q P↔Q
VERDADERO VERDADERO VERDADERO
VERDADERO FALSO FALSO
FALSO VERDADERO FALSO
FALSO FALSO VERDADERO

Advierta que la columna final de esta tabla de verdad es la misma que para
(P → Q) ∧ (Q → P). (Ver Problema 4.2 abajo). Por esta razón, los lógicos
Capítulo 4 59

a menudo tratan una oración de la forma P ↔ Q como una abreviatura de


(P → Q) ∧ (Q → P).

4.6. Uso de las tablas de verdad


Hay un método simple para determinar algunas propiedades de oraciones
construidas a partir de oraciones atómicas por medio de las conectivas →,
↔, ∨, ∧ y ¬ y poder determinar por ejemplo si son lógicamente equivalentes
o satisfactibles o lógicamente verdaderas o no. El método involucra la cons-
trucción de una tabla de verdad para una proposición o varias a la vez. Antes
de que expliquemos el método, debemos describir cómo construir tablas de
verdad para proposiciones complejas. Supongamos que tenemos una oración
compleja S cuyas oraciones atómicas son A1 , . . . , An . Para construir una tabla
de verdad para la proposición asociada con S, se escriben los oraciones ató-
micas A1 , . . . , An a lo largo del encabezamiento de la página, con la oración S
a su derecha. Se acostumbra trazar una doble línea separando las oraciones
atómicas de S. La tabla de verdad tendrá una línea para cada manera de
asignar VERDADERO y FALSO. Ya que hay dos asignaciones posibles para
cada proposición atómica, habrá 2n líneas. Así si n=l habrá dos líneas, sí
n=2 habrá cuatro líneas, si n=3 habrá ocho líneas, y así sucesivamente. Se
acostumbra hacer que la columna de más a la izquierda tenga la mitad su-
perior de las líneas marcadas como VERDADERO, la segunda mitad falsas.
La próxima línea bifurca cada una de éstas marcando el primero y el tercer
cuarto de las líneas con VERDADERO, el segundo y el cuarto cuartos con
FALSO, y así sucesivamente. Esto resultará en que la última columna tenga
VERDADERO y FALSO alternativamente.
Veamos un ejemplo con tres oraciones atómicas.

(Cubo(a) ∧ Cubo(b)) ∨ ¬Cubo(c)


Para hacer que nuestra tabla sea más fácil de leer, representaremos las
oraciones atómicas mediante A, B y C. Posteriormente llenaremos la columna
que está debajo de la oración compleja.
Capítulo 4 60

A B C
V V V
V V F
V F V
V F F
F V V
F V F
F F V
F F F

En una tabla de verdad las columnas bajo las oraciones atómicas se lla-
man “columnas de referencia”. En ellas colocamos por filas todas las posibles
combinaciones de valores de verdad asignados a las oraciones atómicas de
la oración compleja a evaluar. Una vez que se han llenado las columnas de
referencia estamos listos para llenar el resto de la tabla. Para hacerlo, cons-
truimos columnas de V y F debajo de cada conectiva de S. Estas columnas
se llenan una por una, usando las tablas de verdad de las distintas conecti-
vas. Comenzamos trabajando en las conectivas que se aplican únicamente a
proposiciones atómicas. Una vez hecho esto, trabajamos en conectivas que se
aplican a oraciones cuya conectiva principal ya tiene su columna llena. Con-
tinuamos este proceso hasta llenar la columna de la conectiva principal de S.
Esta es la columna que muestra cómo depende la verdad de esta proposición
de la verdad de sus componentes atómicos.
Realicemos el primer paso de este proceso para la tabla de abajo. Ya
que dos de las conectivas en la oración en cuestión se aplican a oraciones
atómicas, podemos llenar dos columnas usando las tablas de verdad para ∧
y ¬ dadas anteriormente.

A B C (A ∧ B) ∨ ¬C
V V V V F
V V F V V
V F V F F
V F F F V
F V V F F
F V F F V
F F V F F
F F F F V
Capítulo 4 61

Esto deja sólo una conectiva por completar, la conectiva principal de


la oración. La llenamos en referencia a las dos columnas ya completadas y
usando la tabla de verdad para ∨.

A B C (A ∧ B) ∨ ¬C
V V V V V F
V V F V V V
V F V F F F
V F F F V V
F V V F F F
F V F F V V
F F V F F F
F F F F V V

Es necesario remarcar que algunas de las líneas en una tabla de verdad


pueden no representar posibilidades genuinas. Éste no es el caso del ejemplo
de arriba, pero imaginemos que la oración atómica asociada con A hubiera
sido la oración Tet(c), entonces cualquier línea que asignara VERDADERO
tanto a A como a C no habría representado una posibilidad legítima, debido
a que c no puede ser tanto un tetraedro como un cubo.
Las oraciones que expresan proposiciones verdaderas en todas las líneas
son llamadas oraciones tautológicas o simplemente tautologías.

Recordar
Sea S una oración de LPO construida a partir de oraciones atómi-
cas sólo por medio de conectivas veritativo-funcionales. Una tabla de
verdad para la proposición que expresa S muestra cómo la verdad de
esta proposición depende de la verdad de sus partes atómicas.

1. S es una tautología si y sólo si toda línea asigna VERDADERO


a la proposición expresada por S.

2. S es satisfactible si y sólo si hay al menos una línea genuina de


la tabla de verdad que asigne VERDADERO a la proposición
que expresa S.
Capítulo 4 62

Ejercicios y Problemas
Problema 4.1. Suponga que A, B, y C son oraciones atómicas. ¿Cuáles de
las siguientes son tautologías?
1. (A ∧ B) ∨ (¬A ∨ ¬B)

2. (A ∧ B) ∨ (A ∧ ¬B)

3. A → (A ∨ C)

4. (¬A ∨ B) ↔ (A → B)

5. ¬(A ∧ B) ∨ C

6. (A ∨ B) ∨ ¬(A ∨ (B ∧ C))

Problema 4.2. Construya una tabla de verdad para (A → B) ∧ (B → A).


Muestre que la columna final es la misma que para A ↔ B. Haga lo mismo
para la disyunción excluyente definida en 4.3. Muestre que la columna final
es la misma que para ¬(A ↔ B).

4.7. Ambigüedad
Cuando describimos la primera vez LPO, remarcamos la falta de ambi-
güedad de este lenguaje a diferencia del lenguaje ordinario. Por ejemplo, el
español nos permite decir cosas como Max está en casa o Clara está en casa
y José es feliz. Esta oración puede entenderse de dos maneras muy diferentes.
Una lectura afirma que o bien Clara está en casa y José es feliz, o Max está
en casa. En esta lectura lo expresado allí sería verdadero si Max estuviera
en casa, aún si José fuese infeliz. La otra lectura afirma a la vez que Max o
Clara están en casa y que José es feliz.
LPO evita este tipo de ambigüedad requiriendo el uso de paréntesis del
mismo modo en que se usan en álgebra. Así, por ejemplo, LPO no tendría
una oración correspondiente a la oración española ambigua, sino dos:

EnCasa(Max) ∨ (EnCasa(Clara) ∧ Feliz(José))

(EnCasa(Max) ∨ EnCasa(CIara)) ∧ Feliz(José)


Capítulo 4 63

Los paréntesis en el primero indican que es una disyunción, cuyo segun-


do disyunto es, él mismo, una conjunción. En el segundo, ellos indican que
la oración es una conjunción cuyo primer componente es una disyunción.
Como resultado, las condiciones de verdad para cada uno de ellos son muy
diferentes.
Los paréntesis se usan también para indicar el “alcance” de un símbolo
de negación cuando aparece en una oración compleja. Así, por ejemplo, las
dos oraciones

¬EnCasa(Clara) ∧ EnCasa(Max)

¬(EnCasa(Clara) ∧ EnCasa(Max))
significan cosas muy diferentes. La primera es una conjunción de literales,
la primera de las cuales dice que Clara no está en casa, y la segunda dice que
Max está en casa. Por contraste, la segunda oración es una negación de una
oración que es ella misma una conjunción: dice que no están ambos en casa.
Ya hemos encontrado este uso de paréntesis en ejercicios anteriores.
Un párrafo aparte merece la expresión “O bien”, que ayuda a aclarar el
alcance de “o”, indicando cuán lejos se extiende su alcance hacia la izquierda;
de manera similar, la expresión “tanto” indica cuánto hacia la izquierda se
extiende el alcance de “como”, que suele ir a continuación. Por ejemplo, O
bien Max está en casa y Clara está en casa o José es feliz no es ambiguo,
mientras que sería ambiguo sin “o bien”. Lo que significa es que

[EnCasa(Max) ∧ EnCasa(Clara)] ∨ Feliz(Carl)


En otras palabras, o bien y tanto pueden actuar a veces como los parén-
tesis izquierdos actúan en LPO.

4.8. Traducción
Una importante habilidad que usted querrá dominar es la de traducir
del español al lenguaje formal y viceversa. Pero antes de que pueda hacerlo
necesita saber cómo expresarse en ambos lenguajes. Los problemas que si-
guen han sido diseñados para ayudarlo a aprender estas habilidades. Cabe
decir, que la traducción del lenguaje común al Lenguaje de Primer Orden
Capítulo 4 64

no puede realizarse de manera mecánica. Es decir, que es imposible contar


con un procedimiento automático que lo haga, tal como el que existe para
sumar, dividir o hacer multiplicaciones. Basta pensar nomás en la traducción
de cualquier lengua a otra, lo cual sólo puede hacerse de manera más o me-
nos aproximada. La razón de esta limitación es, en última instancia, que la
traducción descansa en un proceso de equiparación de significados, para lo
cual no existe una automatización efectiva, por la misma riqueza infinita del
idioma.
¿Como sabemos entonces si una traducción es correcta? Intuitivamente,
una traducción correcta es una oración con el mismo significado de la que
se traduce. Pero, ¿qué es el significado? Lo que requerimos de una traduc-
ción correcta en el lenguaje de primer orden es que se comporte igual que
la oración original, en las mismas circunstancias. Es decir, que exprese la
misma proposición. Esta idea de significado consiste en su equiparación con
las llamadas ’condiciones de verdad’ de la oración, que en LPO no son otras
sino las expuestas en las distintas líneas de la tabla de verdad.
Nótese que no es suficiente que las oraciones expresen una proposición
verdadera en algún mundo particular. Si así fuera, entonces dos proposicio-
nes verdaderas cualesquiera servirían para traducir una oración del español
por otra de LPO, que correspondieran a aquellas proposiciones respectiva-
mente. Así, por ejemplo, si Clara y Max están ambos en casa, podríamos
traducir Max está en casa por medio de EnCasa(Clara). Que las proposicio-
nes sean verdaderas no es suficiente. Tienen que ser verdaderas en todas las
circunstancias que se den para ellas.

Recordar
Para que una oración en español y una oración en LPO tengan el
mismo significado, es necesario que las correspondientes proposiciones
sean verdaderas en todas las circunstancias que son posibles.

En general, esto es todo lo que se requiere de las traducciones desde y


hacia LPO. De este modo, dada una oración en español S y una buena tra-
ducción suya a LPO, digamos S, cualquier otra oración S0 que sea lógicamente
equivalente a S también será una traducción aceptable de ella. Pero, hay un
problema de estilo. Algunas buenas traducciones son mejores que otras. Se
prefieren oraciones que sean fáciles de entender. Pero también se preferirá
mantener las conectivas de LPO tan cercanas como sea posible del español.
Capítulo 4 65

Por ejemplo, una buena traducción de No es verdadero que Clara y Max estén
ambos en casa estaría dada por

¬(EnCasa(CIara) ∧ EnCasa(Max))
Esto es lógicamente equivalente a la siguiente oración en forma normal
con negación, de modo tal que también tenemos que considerarlo como una
buena traducción.1

¬EnCasa(Clara) ∨ ¬EnCasa(Max)
Pero hay un claro sentido estilístico por el cual la primera es una mejor
traducción, puesto que conserva en mayor medida la forma de la original. No
obstante, no hay reglas rápidas y sólidas para determinar cuál de entre varias
oraciones equivalentes es la mejor traducción de una oración dada.

Ejercicios y Problemas
Problema 4.3. Siguiendo las indicaciones dadas en 1-9 abajo, formule ora-
ciones que describan características de este mundo. Asegúrese que cada una
de sus oraciones es en efecto una oración en LPO y que expresa una propo-
sición verdadera en este mundo.

1. Advierta que si c es un tetraedro, entonces a no es un tetraedro. (Re-


cuerde, en este mundo cada objeto tiene exactamente un nombre). Use
su primera oración para expresar este hecho.

2. Sin embargo, advierta que lo mismo es verdadero de b y d. Así, si b es


un tetraedro, entonces d no lo es. Use su segunda oración para expresar
1 La forma normal con negación se explica más adelante, en el capítulo 5, página82
Capítulo 4 66

esto.

3. Finalmente, observe que si b es un tetraedro, entonces c no lo es. Ex-


préselo.

4. Advierta que si a es un cubo y b es dodecaedro, entonces a está a la


izquierda de b. Use su próxima oración para expresar este hecho.

5. Use su quinta oración para expresar el hecho que d es un tetraedro si


y sólo si es chico.

6. Luego, exprese el hecho que si a y d son ambos cubos, entonces uno está
a la izquierda del otro. Tenga en cuenta: necesitará usar una disyunción
para expresar el hecho que uno está a la izquierda del otro.

7. Advierta que d es un cubo si y sólo si es o bien mediano o bien grande.


Expréselo.

8. Observe que si b no está a la derecha ni ala izquierda de d, entonces


uno de ellos es un tetraedro. Exprese esta observación.

9. Por último, exprese el hecho que b y c son del mismo tamaño si y sólo
si uno es un tetraedro y el otro es un dodecaedro.

Problema 4.4. (Traducción) Traduzca las siguientes oraciones españolas a


LPO. Use en su traducción todas las conectivas proposicionales.
1. Si a es un tetraedro entonces está delante de d.

2. a está a un lado u otro de d sólo si a es un cubo.

3. c está o bien entre a y e o entre a y d.

4. c está a la derecha de a si él (c) es chico.

5. c está a la derecha de d sólo si b está a la derecha de c y a la izquierda


de e.

6. Si e es un tetraedro, entonces está a la derecha de b si y sólo si está


también delante de b.

7. Si b no está delante de d entonces tampoco está detrás de d, supuesto


que sea un cubo.
Capítulo 4 67

8. c está detrás de a pero delante de e.

9. e está delante de d a menos que él (es decir, e) sea un tetraedro grande.

10. Al menos uno de a, c y e es un cubo.

11. a es un cubo sólo si b está delante de c.

12. bes mayor que a y e.

13. a y e son ambos mayores que c, pero ninguno es grande.

14. d es del mismo tamaño que b.

15. a es grande si y sólo si es un cubo.

16. e es un tetraedro a menos que c sea un cubo.

17. Si e no es un tetraedro, entonces o bien b o d es chico.

18. b o d es dodecaedro si o bien a o c es un tetraedro.

19. d es un dodecaedro sólo en el caso que b sea un cubo.

20. b es dodecaedro sólo en el caso que c lo sea.

Problema 4.5. (Construir un mundo) Construya un mundo en el que todas


las proposiciones corresondientes del problema 4.4 sean verdaderas. Asegúre-
se de que todas sus traducciones preserven la verdad. En caso contrario, vea
si la proposición original es verdadera. Si lo es, entonces hay algo incorrecto
en su traducción.
Problema 4.6. Traduzca al lenguaje de bloques las siguientes oraciones:
1. Si a es un tetraedro, entonces b es también un tetraedro.

2. c es un tetraedro si b lo es.

3. a y c son ambos tetraedros sólo si al menos uno de ellos es grande.

4. a es un tetraedro pero c no es grande.

5. Si d es un dodecaedro, entonces no es ni grande ni chico, suponiendo


que c es chico.
Capítulo 4 68

6. c es mediano sólo si ni d, ni e, ni f son cubos.

7. d es un dodecaedro chico a menos que a sea chico.

8. e es grande sólo en el caso de que sea un hecho que d es grande si y


sólo si f lo es.

9. d y e son ambos del mismo tamaño.

10. d y e son de la misma forma.

11. f es o bien un cubo o bien un dodecaedro, si es grande.

12. c es mayor que e sólo si b es mayor que c.

Ahora suponga que todas estas oraciones expresan proposicones verdaderas


en algún mundo. Tome en cuenta los tamaños y formas de a, b, c, d, e y f.
Agregue a la lista de traducciones seis oraciones más que Ud. pueda extraer
relativas a formas y tamaños de los objetos. Luego construya un mundo en
el que las seis proposiciones correspondientes sean verdaderas.

Problema 4.7. Observe el siguiente mundo:

1. Note que f (el dodecaedro grande que está atrás) no está delante de a.
Use su primera oración para decir esto.

2. Note que f está a la derecha de a y a la izquierda de b. Use su segunda


oración para decir esto.

3. Use su tercera oración para decir que f está o bien detrás de, o es más
chico que a.
Capítulo 4 69

4. Exprese el hecho que tanto e como d están entre c y a.

5. Note que ni e ni d son más grandes que c. Use su quinta oración para
decir esto.

6. Note que e no es más grande ni más chico que d. Use su sexta oración
para decir esto.

7. Note que c es más chico que a pero más grande que e. Enuncie este
hecho.

8. Note que c está delante de f; además, es más chico que f. Use su octava
oración para establecer estas cosas.

Problema 4.8. Escribir las traducciones de las siguientes oraciones en es-


pañol a lógica de primer orden. Solo necesitará usar las conectivas ∧, ∨ y
¬.
1. O bien a es chico o c y d son ambos grandes.

2. d y e están ambos detrás de b.

3. d y e están ambas detrás de b y son más grande que él.

4. Tanto d como c son cubos; además ninguno de ellos es chico.

5. Ni e ni a están, cada uno de ellos, a la derecha de c y a la izquierda de


b.

6. Bien e no es grande o está detrás de a.

7. Ni c está entre a y b, ni delante de ninguno de ellos.

8. O bien a y e son ambos tetraedros o a y f lo son.

9. Ni d ni c están delante de c o b.

10. Bien c está entre d y f o es más chico que ambos de ellos.


Capítulo 4 70

4.9. Implicatura conversacional


Al traducir desde el español a LPO, hay muchos casos que son problemá-
ticos. Por ejemplo, muchos estudiantes se resisten a traducir oraciones como
Max está en casa a menos que Clara esté casa de la siguiente forma:

¬EnCasa(Clara) → EnCasa(Max)
Estos estudiantes piensan que el significado de las oraciones en español
seria más adecuadamente captado por la afirmación bicondicional:

¬EnCasa(Clara) ↔ EnCasa(Max)
La razón por lo cual esto último parece natural radica en que cuando
afirmamos la oración en español, hay alguna implicación de que si Clara está
en casa, entonces Max no lo está.
Para resolver estos casos problemáticos, es a veces conveniente distinguir
entre condiciones de verdad de una oración por un lado, y por otro lado,
otras cosas que en algún sentido se siguen de la afirmación de la oración.
Tomemos un caso obvio, supongamos que alguien afirma la oración Es un
día agradable. Algo que podríamos concluir es que el hablante comprende
español. Sin embargo, esto no es parte de lo que el hablante dice, sino parte
de lo que puede ser inferido de lo dicho. La verdad o falsedad de la afirmación
no tiene nada que ver con sus habilidades lingüísticas.
El filósofo H. P. Grice desarrolló una teoría de 1o que él llamó impli-
caturas conversacionales para ayudar a separar las genuinas condiciones de
verdad de una oración de otras conclusiones que podrían extraerse a partir
de su afirmación. Estas otras conclusiones son las que Grice llamó “impli-
caturas”. No nos adentraremos en los detalles de la teoría, pero conocer un
poco de ella puede ser de ayuda para la traducción, así que presentaremos
una introducción a la teoría de Grice.
Supongamos que tenemos una oración en español S que alguien afirma,
y tratamos de decidir si una conclusión particular que extraemos es parte
del significado de S o, en su lugar, una de sus implicaturas. Grice señaló que
si esa conclusión particular es parte del significado, entonces no puede ser
“cancelada” por alguna otra elaboración posterior del hablante sin contrade-
cirse. Así, por ejemplo, la conclusión de que Max está en casa es parte del
significado de la afirmación de que Max y Clara están en casa; no podemos
Capítulo 4 71

entonces cancelar esta conclusión diciendo Max y Clara están en casa, pero
Max no está en casa. Simplemente nos contradiríamos a nosotros mismos.
Compare esto con el hablante que dijo Es un día agradable. En este caso,
sí hubiese continuado diciendo (quizás leyendo un diccionario) ¿Habla usted
francés? entonces la sugerencia de que el hablante comprende español sería
efectivamente cancelada.
Un uso más esclarecedor del test de cancelabilidad de Grice tiene relación
con las expresiones o bien...o. Reiteramos que esto debería ser traducido en
LPO como una disyunción inclusiva, usando ∨. Ahora podemos ver que la
sugerencia de que esta frase expresa disyunción exclusiva es generalmente
sólo una implicatura conversacional. Por ejemplo, si el mozo dice Puede pedir
o bien sopa o ensalada, hay una fuerte implicatura de que no puede tener
ambas. Pero es claro que es sólo una implicatura, debido a que el mozo podría
decir además, sin contradecirse a sí mismo, si usted quiere puede ordenar
ambas. Si la oración original hubiera expresado la disyunción exclusiva, esto
sería como decir Puede pedir sopa o ensalada pero no ambas, y puede pedir
ambas si lo quiere.
Volvamos a nuestro primer ejemplo que involucra la oración Max está
en casa a menos que Clara esté en casa. Dijimos que no era correcta la
traducción:

¬EnCasa(Clara) ↔ EnCasa(Max)
que es equivalente a la conjunción de:

¬EnCasa(Clara) → EnCasa(Max) (que es la traducción correcta)

con la afirmación adicional:

EnCasa(Clara) → ¬EnCasa(Max)
¿Es esta segunda afirmación parte del significado de la oración en español
original, o es simplemente implicatura conversacional? El test de cancelabi-
lidad de Grice muestra que es sólo una implicatura. Después de todo, tiene
sentido que el hablante diga: Por otro lado, si Clara está en su casa, yo no
tengo idea de dónde está Max. Esta elaboración elimina de algún modo la
sugerencia de que si Clara está en casa entonces Max no lo está.
Capítulo 4 72

Ejercicios y Problemas
Problema 4.9. Supongamos que Clara afirma la oración Max se las arre-
gló para mantener a José en casa. ¿Implica esto lógicamente que es difícil
mantener a José en casa o se trata de una simple implicatura? Justifique su
respuesta.
Problema 4.10. Supongamos que Max afirma la oración Podemos ir al cine
caminando o podemos ir en auto. ¿Esta afirmación implica lógicamente que
no podamos tanto caminar como ir en auto, o se trata de una simple impli-
catura? ¿En qué medida difiere esto del ejemplo de la sopa y la ensalada?2

2 Puede pedir sopa o ensalada, analizado anteriormente.


Capítulo 5

Otros usos de las tablas de


verdad
Hasta aquí hemos tratado las tablas de verdad como una forma de defi-
nir las conectivas, esto es, darles un significado. Recordemos que éstas eran
veritativo funcionales, lo cual significa que la verdad de una proposición com-
pleja, depende solamente de las proposiciones más simples de las cuales se
compone. Así para saber si una disyunción es verdadera, sólo necesitamos
saber los valores de verdad asignados a los disyuntos en cada circunstancia.
Este comportamiento particularmente simple es lo que nos permite capturar
los significados de las conectivas veritativo funcionales utilizando las tablas
de verdad.
El hecho de que las conectivas son veritativo funcionales hace fácil el
explicar sus significados. Asimismo nos provee una simple pero poderosa
técnica para estudiar su lógica. Esta técnica, o método, es una extensión de las
tablas de verdad utilizadas para presentar los significados de las conectivas.
A menudo resulta que podemos calcular las propiedades lógicas de oraciones
complejas mediante la construcción de tablas de verdad que muestran todas
las asignaciones posibles de valores de verdad a los constituyentes atómicos,
a partir de los cuales está construida la oración. Dicha técnica puede, por
ejemplo, decirnos que una oración particular S es consecuencia lógica de
algunas premisas A1 , . . . , An . Y dado que la consecuencia lógica es uno de
nuestros intereses principales, es importante aprender esta técnica, ya que
nos permite también establecer si el argumento allí expresado, es válido.
Como veremos, tenemos aquí un caso de un método efectivo para establecer

73
Capítulo 5 74

la validez de un argumento. En el cap. 2, señalamos que la búsqueda de tales


métodos era uno de los intereses primordiales de la lógica.
En este capítulo discutiremos lo que las tablas de verdad pueden decirnos
acerca de algunas nociones lógicas que están relacionadas: las nociones de
verdad lógica, consecuencia lógica, equivalencia lógica y satisfactibilidad. A
pesar de que hemos discutido, hasta cierto punto, la noción de consecuencia
lógica, abordaremos esto en sentido inverso, puesto que la técnica de las
tablas de verdad, que se relaciona con todo esto, es más fácil de entender en
ese orden.

5.1. Satisfactibilidad y verdad lógica


Hay dos nociones importantes que están estrechamente relacionadas a la
noción de consecuencia lógica y de equivalencia lógica. La primera es la de
una oración satisfactible, o un conjunto satisfactible de oraciones. Intuitiva-
mente, una oración es satísfactible si podría ser verdadero, al menos sobre
bases lógicas. Podría haber alguna otra razón, digamos física, por la cual no
sería posible, pero no hay razones lógicas por la cual no pueda ser verdadero.
Por ejemplo, no hay posibilidades físicas de ir más rápido que la velocidad
de la luz, aunque es lógicamente posible: lo hacen todo el tiempo en Viaje
a las Estrellas. Por otro lado, no es ni siquiera lógicamente posible que un
objeto no sea idéntico a sí mismo. Esto simplemente violaría el significado
de la identidad. La manera en que usualmente se lo presenta es que una afir-
mación es lógicamente posible si hay una circunstancia lógicamente posible
(o situación, o estado, o mundo) en la cual la afirmación es verdadera. De
manera similar, una oración es lógicamente necesaria si es verdadera en toda
circunstancia lógicamente posible.
Un conjunto de oraciones es satisfactible si hay alguna circunstancia posi-
ble en que todas las oraciones en el conjunto son simultáneamente verdaderas.
De este modo, no es suficiente que cada oración en la lista sea satisfactible de
suyo. Por ejemplo, cada uno de las siguientes tres oraciones es satisfactible.
En verdad cualquier par de ellas es satisfactible. Pero el conjunto entero no
es satisfactible.

Feliz(Clara) ∨ Feliz(Max)
Capítulo 5 75

¬Feliz(Clara)

¬Feliz(Max)
Una oración de LPO en nuestro lenguaje de bloques es satisfactible si
podemos construir un mundo en el cual es verdadera.
La segunda noción, es la de oración lógicamente verdadera. Un oración es
lógicamente verdadera si debe serlo sin que importe cómo es el mundo. Las
siguientes oraciones (proposiciones) cumplen esta propiedad:

EnCasa(Clara) ∨ ¬EnCasa(Clara)

¬[(Feliz(Carl) ∧ ¬Feliz(Carl)]

¬[(Feliz(Carl) ∨ Feliz(Max)) ∧ ¬Feliz(Carl) ∧ ¬Feliz(Max)]


Hay una relación simple entre estas dos nociones. Una manera de expre-
sarlo es decir que la proposición expreada por P es lógicamente verdadera si
y sólo si su negación, ¬P, no es satisfactible. Comprobar que esto es así, es
simplemente cuestión de aplicar las dos definiciones que acabamos de dar.
Otra manera de expresarlo, es diciendo que Q es satisfactible si y sólo si ¬Q
no es lógicamente verdadera.
Ya se vio en el capítulo anterior, que hay un método simple para determi-
nar cuándo una oración construida a partir de oraciones atómicas por medio
de ∧, ∨ y ¬ es una tautología. Este método también sirve para determinar
si una oración es o no satisfactible y si es lógicamente verdadera. El método
involucraba la construcción de una tabla de verdad para la oración en cues-
tión. En el apartado 4.6 vimos cómo construir este tipo de tablas de verdad
para enunciados complejos. Como ya señalamos en esa oportunidad, algunas
de las líneas en una tabla de verdad pueden no representar posibilidades ge-
nuinas, como por ejemplo, una línea en la que se asignara F a (a = a), dado
que esto es siempre verdadero. No obstante, la tabla de verdad, al agotar
todas las posibles combinaciones de valores, no excluirá por sí sola esta al-
ternativa. Sólo nosotros podemos darnos cuenta de esto y observar que esta
línea no contiene una asignación genuina. Esta situación nos lleva a distin-
guir dos tipos de oraciones lógicamente verdaderas: por un lado tenemos las
Capítulo 5 76

tautologías, que ya vimos anteriormente y por otro, las que denominaremos


simplemente verdades lógicas. Estas últimas son todas aquéllas oraciones a
las que su tabla de verdad les asigna V en todas las líneas con asignaciones
genuinas. Para apreciar esto, intente ver qué pasa en el ejemplo del apartado
4.6, si dejando de lado que A, B y C representen oraciones atómicas, C se
interpretara como a6= a.

Recordar
Sea S una oración de LPO construida a partir de oraciones atómicas
sólo por medio de conectivas veritativo-funcionales.

1. S es una tautología si y sólo si toda línea asigna V a S.

2. S es satisfactible si y sólo si hay al menos una línea genuina de


la tabla de verdad que asigne V a S.

3. S es lógicamente verdadera si y sólo si toda línea genuina asigna


V a S.

5.2. Consecuencia lógica y tautológica


Las tablas de verdad pueden ser usadas para chequear tanto las conse-
cuencias lógicas como las verdades lógicas. Supongamos, por ejemplo, que
queremos conocer si Q es una consecuencia lógica de P. Construya una tabla
de verdad donde liste todos las oraciones atómicas que aparecen en P o en
Q. Siguiendo la línea vertical doble, forme una columna para P. Siguiendo
una segunda línea vertical doble, coloque otra columna para Q. Llene ambas
columnas usando el método descripto en la sección 4.6. Posteriormente, si
toda línea en la cual P es verdadero es también una línea en la que Q es
verdadera, entonces Q es una consecuencia lógica de P.

Ejemplo: Chico(a) ∨ Chico(b) es consecuencia lógica de


(Tet(a) ∧ Chico(a)) ∨ Chico(b)
Capítulo 5 77

Tet(a) Chico(a) Chico(b) (Tet(a) ∧ Chico(a) ∨ Chico(b)) Chico(a) ∨ Chico(b)


V V V V V V V
V V F V V F V
V F V F V V V
V F F F F F F
F V V F V V V
F V F F F F V
F F V F V V V
F F F F F F F

Como puede comprobar, no hay ninguna línea en la cual las


premisas sean verdaderas y la conclusión falsa.

Aunque no es el caso del ejemplo anterior, puede suceder –como ya se


vio en la sección 4.6– que algunas líneas de la tabla contengan asignaciones
de valores de verdad, que son imposibles o insostenibles, cuando se conoce
el significado de las oraciones que forman las premisas. Como, por ejemplo,
que tanto Cubo(a) como Tet(a) se consideren al mismo tiempo verdaderas.
En este caso, para determinar si hay consecuencia lógica, se deberá consi-
derar qué pasa con el resto de la tabla, si se dejan de lado esas lineas. Es
decir, si en todos los casos restantes, la conclusión es verdadera cuando lo
son conjuntamente las premisas. Si sucede esto último, entonces la conclusión
es consecuencia lógica de las premisas para este tipo de argumentos. Puede
verse que lo que se hace en estos casos, es descartar aquellas lineas de la tabla
que corresponden a mundos lógicamente imposibles. El uso de las tablas de
verdad en este contexto, lleva entonces a distinguir dos formas de consecuen-
cia lógica. Decimos que hay consecuencia tautológica en el caso que –según
la tabla– la conclusión es verdadera, si lo son conjuntamente las premisas,
inclusive considerando las líneas de la tabla con asignaciones de valores de
verdad que no son admisibles, por el significado de las premisas. En el otro
caso, cuando esto sucede, pero sólo dejando de lado aquellas líneas, decimos
que la conclusión es consecuencia lógica de las premisas y no tautológica.
Capítulo 5 78

Recordar

Sean P1 , . . . , Pn y Q oraciones de LPO construidas a partir de oracio-


nes atómicas sólo por medio de las conectivas veritativo funcionales:

Q es una consecuencia tautológica de P1 , . . . , Pn si y sólo si


toda línea de la tabla de verdad que asigna VERDADERO a
cada P1 , . . . , Pn también asigna VERDADERO a Q

Q es una consecuencia lógica de P1 , . . . , Pn si y sólo si, omi-


tiendo cuando sea el caso las líneas que presentan asignacio-
nes imposibles, toda línea que asigna VERDADERO a cada
P1 , . . . , Pn también asigna VERDADERO a Q.

Ejercicios y Problemas
Problema 5.1: Muestre que todo caso de consecuencia tautológica, es un
caso de consecuencia lógica, pero que la inversa no se da.
Problema 5.2. Use el método de tablas de verdad para responder las si-
guientes cuestiones:
1. ¿Es Cubo(b) una consecuencia tautológica de (Cubo(a) ∨ Cubo(b)) ∧
Tet(a)? ¿Y consecuencia lógica?

2. ¿Es Cubo(b) una consecuencia lógica de (Cubo(a)∨Cubo(b))∧¬Cubo(a)?


¿Y es consecuencia tautológica?

Problema 5.3. Para cada uno de los argumentos que siguen a continuación
use el método de las tablas de verdad para determinar si la conclusión es una
consecuencia lógica de las premisas.
1.MasAltQ(Clara, Max) ∨ MasAltQ(Max, Clara)
MasAltQ(Clara, Max)
∴ ¬MasAltQ(Max, Clara)

2.Grand(a)
Cubo(a) ∨ Dodec(a)
∴ (Cubo(a) ∧ Grand(a)) ∨ (Dodec(a) ∧ Grand(a))
Capítulo 5 79

3.A ∨ ¬B 4.¬A ∨ B ∨ C
B∨C ¬C ∨ D
C∨D ¬(B ∧ ¬E)
∴ A ∨ ¬D ∴ D ∨ ¬A ∨ E

5.2.1. Premisas inconsistentes


¿Cuáles son las consecuencias lógicas de un conjunto de premisas incon-
sistentes? Si se miran nuestras definiciones anteriores, se verá que cualquier
oración S es una consecuencia de tal conjunto. Después de todo, si las pre-
misas son inconsistentes, entonces no hay modo de que puedan ser todas
verdaderas. Así, vacuamente, cada conjunto de circunstancias que las hace
verdaderas también hace verdadera a la proposición que expresa S.
Por ejemplo, suponga que se le dan las siguientes premisas:

1. EnCasa(Max) ∨ EnCasa(Clara)

2. ¬EnCasa(Max)

3. ¬EnCasa(Clara)

Entonces cualquier oración en el mismo lenguaje de primer orden cuenta como


una consecuencia lógica de estas premisas. Pero a diferencia de un argumento
normal válido, un argumento con un conjunto de premisas inconsistente no
es de mucha importancia. Después de todo, la razón por la que estamos
interesados en la consecuencia lógica es debido a su relación con la verdad.
Si las premisas no tienen ninguna posibilidad de ser verdaderas, entonces
aunque conozcamos que el argumento es válido, este hecho no nos permite
establecer la verdad o falsedad de la conclusión.

5.2.2. Condicional material y consecuencia lógica


Hay algo que debiéramos decir sobre el condicional material, lo cual ayuda
a explicar su importancia en lógica. El condicional nos permite reducir en
LPO la noción de consecuencia lógica a la de verdad lógica. Dijimos que
una oración Q es una consecuencia de las premisas P1 , . . . , Pn , si y sólo si es
imposible que todas las premisas sean verdaderas mientras que la conclusión
Capítulo 5 80

sea falsa. Otro modo de decir esto es que es imposible que la conjunción
(P1 , ∧ . . . ∧, Pn ) sea verdadera y que Q es falsa.
Dado el significado de “→”, vemos que Q es una consecuencia de P1 , . . . , Pn
si y sólo si es imposible que

(P1 , ∧ . . . ∧, Pn ) → Q
sea falso, esto es, sólo en el caso que este condicional sea lógicamente verdade-
ro. Así, un modo de chequear la validez de un argumento en LP, es construir
una tabla de verdad como esta y ver si la columna final contiene solamente
VERDADERO. En la práctica, este método no es muy eficiente, puesto que
las tablas de verdad para unas pocas oraciones se hacen ya demasiado largas
como para tener un manejo adecuado. No obstante, se trata de un método
efectivo, en tanto es mecanizable, ya que una computadora lo puede hacer
siempre en un tiempo finito –de hecho muy breve– por grande que fuese la
tabla.

5.3. Equivalencia lógica


Para expresar ciertas leyes lógicas, primero introduciremos alguna termi-
nología. Decimos que dos oraciones P y Q en el lenguaje de primer orden
son lógicamente equivalentes si la proposiciones que expresan son verdaderas
en exactamente las mismas circunstancias (y, en consecuencia, falsas en las
mismas circunstancias). Escribiremos esto como:

P⇔Q
Si P y Q son lógicamente equivalentes, entonces por supuesto, los mismos
mundos harán verdaderas a las proposiciones correspondientes. Si hay un
mundo donde una proposición es verdadera y la otra no, entonces no son
equivalentes.
Capítulo 5 81

Recordar
Sean S y S0 oraciones de LPO construidas a partir de oraciones atómi-
cas sólo por medio de las conectivas veritativo funcionales. Construya
la tabla de verdad correspondiente a las proposiciones tomadas en su
conjunto y observe que:

S y S0 son lógicamente equivalentes si y sólo si toda fila de la


tabla de verdad asigna los mismos valores a S y S0 .

Como ejemplo, es obvio que para cualquier P, P y ¬¬P son lógicamente


equivalentes. Esto se conoce como la ley de doble negación. Ejemplos aún más
simples, son las así llamadas leyes de asociación. Así, por ejemplo, P∧(Q∧R)
es lógicamente equivalente a (P ∧ Q) ∧ R. Lo mismo se da si reemplazamos
∧ por ∨ en todas estas fórmulas: P ∨ (Q ∨ R) es lógicamente equivalente a
(P ∨ Q) ∨ R.
No mencionaremos otra vez las leyes de asociación, ya que son muy sim-
ples. Las leyes de DeMorgan son más importantes. Una nos dice que la nega-
ción de una conjunción ¬(P ∧ Q), es lógicamente equivalente a la disyunción
de las negaciones de los elementos originales: ¬P ∨ ¬Q. La otra nos dice que
la negación de una disyunción, ¬(P ∨ Q), es lógicamente equivalente a la
conjunción de las negaciones de los disyuntos originales: ¬P ∧ ¬Q. Estas son
simples consecuencias de los significados de las conectivas involucradas.

¬(P ∧ Q) ⇔ ¬P ∨ ¬Q

¬(P ∨ Q) ⇔ ¬P ∧ ¬Q
Cuando dos oraciones son lógicamente equivalentes, entonces cada una
de ellas es una consecuencia lógica de la otra. Como resultado, al dar una
demostración informal, uno puede siempre pasar de cualquier oración a otra
que sea lógicamente equivalente a ella. Esto hace que cuestiones tales como
las leyes de DeMorgan sean tan útiles en demostraciones informales.
Capítulo 5 82

Recordar
(Doble negación y Leyes de DeMorgan). Para cualesquiera oraciones
P y Q:

1. Doble negación: ¬¬P ⇔ P

2. DeMorgan : ¬(P ∧ Q) ⇔ ¬P ∨ ¬Q

3. DeMorgan : ¬(P ∨ Q) ⇔ ¬P ∧ ¬Q

Un hecho importante sobre el símbolo del bicondicional es que P y Q son


lógicamente equivalentes sí y sólo si el bicondicional formado a partir de ellas,
P ↔ Q, es lógicamente verdadero. Otro modo de manifestar esto, es decir
que P ⇔ Q es verdadera si y sólo si P ↔ Q es lógicamente verdadera. Así,
por ejemplo, podemos expresar una de las leyes de DeMorgan diciendo que
la siguiente expresión es lógicamente verdadera:

¬(P ∧ Q) ↔ ¬P ∨ ¬Q
Esta observación tienta a confundir los símbolos ↔ y ⇔. Esta tentación
debe ser resistida. La primera es una conectiva veritativo funcional de LPO,
mientras que la última es una forma abreviada de “es lógicamente equivalente
a”, que ya no es extensional.
Usando estas tres leyes, uno puede tomar cualquier oración construida con
∧ , ∨ y ¬ y transformarla en una donde ¬ se aplica sólo a oraciones atómicas.
Otro modo de expresar esto es que cualquier oración construida a partir de
oraciones atómicas, usando las tres conectivas ∧ , ∨ y ¬ es lógicamente
equivalente a una construida a partir de literales usando sólo ∧ y ∨. Para
obtener una oración tal, simplemente se lleva ¬ hacia adentro de la oración,
cambiando ∧ por ∨ , ∨ por ∧ y cancelando cualquier par de negaciones que
están inmediatamente al lado de otra, que no esten separadas por paréntesis.
Una oración tal, se dice que está en forma normal con negación. Damos
a continuación un ejemplo de derivación de una oración en forma normal
con negación. Usamos A, B y C como oraciones atómicas cualesquiera del
lenguaje.
Capítulo 5 83

¬((A ∨ B) ∧ ¬C ⇔ ¬(A ∨ B) ∨ ¬¬C


⇔ (¬A ∧ ¬B) ∨ ¬¬C
⇔ (¬A ∧ ¬B) ∨ C

Al leer y dar una derivación de esta clase, recuerde que el símbolo de


equivalencia lógica “⇔”, no es en sí mismo un símbolo del lenguaje de pri-
mer orden. Más bien, es un modo abreviado de decir que dos oraciones son
lógicamente equivalentes.
Finalizamos esta sección con una lista de equivalencias lógicas adicionales
y algunos ejercicios relacionados con ellas.
1. (Idempotencia de ∧) Si una conjunción tiene un conyunto repetido
entonces la conjunción es lógicamente equivalente al resultado de quitar todas
las ocurrencias de ese conyunto menos una. Por ejemplo,

P ∧ Q ⇔ P ∧ (P ∧ Q)
2. (Idempotencia de ∨) Si una disyunción tiene un disyunto repetido,
entonces la disyunción es lógicamente equivalente al resultado de quitar todas
las ocurrencias de ese disyunto, menos una. Por ejemplo,

(P ∨ Q) ∨ P ⇔ P ∨ Q
3. (Conmutatividad de ∧) Cualquier reacomodamiento de los elementos
de una conjunción en una oración de LPO es lógicamente equivalente al
original. Por ejemplo,

(P ∧ Q) ∧ R ⇔ (Q ∧ P) ∧ R
4. (Conmutatividad de ∨) Cualquier reacomodamiento de los disyuntos
de una oración de LPO es lógicamente equivalente al original. Por ejemplo,

(P ∨ Q) ∨ R ⇔ (Q ∨ P) ∨ R
Damos a continuación un ejemplo donde usamos algunas de estas leyes
para mostrar que la primera oración en la lista siguiente es lógicamente equi-
valente a la última. Otra vez (como en lo que sigue) usamos A, B y C en
lugar de oraciones atómicas arbitrarias de LPO. De tal manera, el resultado
Capítulo 5 84

está en forma normal con negación.

(A ∨ B) ∧ C ∧ (¬(¬B ∧ ¬A) ∨ B)) ⇔ (A ∨ B) ∧ C ∧ (¬¬B ∨ ¬¬A) ∨ B))


⇔ (A ∨ B) ∧ C ∧ (B ∨ A) ∨ B))
⇔ (A ∨ B) ∧ C ∧ (B ∨ A ∨ B)
⇔ (A ∨ B) ∧ C ∧ (B ∨ A)
⇔ (A ∨ B) ∧ C ∧ (A ∨ B)
⇔ (A ∨ B) ∧ C

En esta lista el primer paso se justifica por una de las leyes de DeMorgan.
El segundo paso necesita dos aplicaciones de la Doble Negación. En el paso
siguiente usamos la asociación para remover los paréntesis innecesarios. En el
cuarto paso, usamos la Idempotencia de la ∨. Para el último paso, usamos la
Conmutatividad de ∨, mientras que para el paso final usamos la Idempotencia
de ∧.

Ejercicios y problemas
Problema 5.4. (forma normal con negación) Notará que hay espacios en
blanco. En cada espacio escriba la forma normal con negación de la oración de
arriba. Luego construya un mundo de bloques donde use todos los nombres.
Si ha logrado las formas normales con negación correctas, cada proposición
correspondiente a un número par de la lista de oraciones, tendrá el mismo
valor en su mundo que la proposición de arriba. Verifique que esto es así en
su mundo de bloques.
1. ¬(Cubo(a) ∧ MayorQ(a, b))

2.

3. ¬(Cubo(a) ∨ MayorQ(b, a))

4.

5. ¬(¬Cubo(a) ∨ ¬MayorQ(a, b) ∨ ¬(a = b))

6.

7. ¬(Tet(b) ∨ (Grand(c) ∧ ¬MenorQ(d, e)))


Capítulo 5 85

8.

9. Dodec(f) ∨ ¬(Tet(b) ∨ ¬Tet(f) ∨ ¬Dodec(f))

10.

Problema 5.5. (Practique usando conmutatividad e idempotencia) Use las


leyes de arriba, más la remoción de algún paréntesis innecesario, para sim-
plificar las siguientes expresiones tanto como sea posible.
1. (A ∧ B) ∧ A

2. (B ∧ (A ∨ B ∧ C))

3. (A ∨ B) ∨ (C ∧ D) ∨ A

4. (¬A ∨ B) ∨ (B ∨ C)

5. (A ∧ B) ∨ C ∨ (B ∧ A) ∨ A

Problema 5.6. (Forma normal con negación) Use Doble Negación y las leyes
de DeMorgan para colocar estas oraciones en formas normales con negación.
1. ¬(EnCasa(Carl) ∧ ¬EnCasa(Clara))

2. ¬[(Feliz(Max) ∧ (¬GustaDe(Carl, Clara) ∨ ¬GustaDe(Clara, Carl))]

3. ¬¬¬[(EnCasa(Max) ∨ EnCasa(Carl)) ∧ (Feliz(Max) ∨ Feliz(Carl))]


Capítulo 6

Métodos de demostración
Las tablas de verdad nos ofrecen técnicas muy poderosas para investigar
la lógica de las conectivas. Pero de ninguna manera constituyen el punto final
de este asunto. Las tablas de verdad son adecuadas para mostrar la validez
de los argumentos simples que dependen sólo de las conectivas veritativo-
funcionales, pero este método tiene dos limitaciones significativas. En primer
lugar, las tablas de verdad se hacen extremadamente largas a medida que
aumenta el número de oraciones atómicas. Es bastante común encontrarse
con un argumento que involucra siete oraciones atómicas, pero chequear su
validez requeriría una tabla de verdad de 277128 columnas. Chequear un
argumento con catorce oraciones atómicas, justo el doble, requeriría una tabla
de 16.000 columnas. Este crecimiento exponencial limita severamente el valor
práctico del método de las tablas de verdad.
La segunda limitación es mucho más significativa. Los métodos de las
tablas de verdad no pueden extenderse fácilmente a razonamientos cuya va-
lidez depende de algo más que las conectivas veritativo-funcionales. Como se
podría advertir, a partir de la artificialidad de los argumentos tratados en
los capítulos anteriores, esto excluye a la mayoría de los razonamientos que
pueden encontrarse en la vida cotidiana. El razonamiento cotidiano se basa
fuertemente en la lógica de las conectivas veritativo- funcionales, pero tam-
bién se basa en la lógica de otro tipo de expresiones. Dado que las tablas de
verdad detectan solamente consecuencia tautológica, necesitamos otro méto-
do de aplicación de las conectivas que funcione con otros principios válidos
de razonamiento.
Los métodos de demostración, formales e informales, aportan la extensión

86
Capítulo 6 87

requerida. En este capítulo vamos a considerar patrones de inferencia legíti-


mos que surgen cuando se introducen las conectivas en el lenguaje. Además,
vamos a mostrar cómo aplicar estos patrones de inferencia en demostracio-
nes informales. La ventaja esencial que los métodos de demostración poseen
sobre las tablas de verdad es que pueden emplearse cuando la validez de las
demostraciones depende de algo extra además de las conectivas.
Las conectivas veritativo funcionales dan lugar a muchos patrones de in-
ferencia válidos. Algunos de estos patrones son extremadamente sencillos e
involucran simples implicaciones entre pares de enunciados, como la implica-
ción de P ∧ Q a P. Nos referiremos a estos patrones como pasos de inferencia
válidos. Sin embargo, los más interesantes son los nuevos métodos de de-
mostración que son permitidos por las nuevas expresiones. Discutiremos esto
brevemente en la primera sección. Mucho más interesantes son los tres nuevos
métodos de demostración permitidos por las nuevas expresiones: demostra-
ción por casos, demostración por contradicción y demostración condicional.

6.1. Métodos de demostración que involucran


conectivas
Cada nueva conectiva que introducimos en nuestro lenguaje da lugar a
patrones legítimos de inferencia. Algunos de estos patrones son extremada-
mente simples, probablemente el ejemplo más simple de un paso válido en
una demostración es que cualquier oración P se sigue de cualquier otra ora-
ción Q, que se sabe que es lógicamente equivalente a ella. Por esta razón, es
conveniente tener ciertas equivalencias lógicas en las puntas de sus dedos. Ya
hemos discutido algunas de las equivalencias más interesantes que involucran
a ¬, ∧, ∨, → y ↔.
Una instancia simple de esto usa el principio de la Doble Negación, en
ambas direcciones. Por ejemplo, dada la oración ¬¬IzqdDe(a, b), puede inferir
IzqdDe(a, b), y viceversa.
De manera similar, podemos usar equivalencias lógicas para reemplazar
partes de oraciones por partes lógicamente equivalentes. Así, si hemos demos-
trado algunas oraciones que contenien la oración ¬¬IzqdDe(a, b), podemos
reemplazar a ésta en el original por IzqdDe(a, b). Las oraciones que difieren
sólo en partes lógicamente equivalentes son ellas mismas lógicamente equiva-
lentes.
Capítulo 6 88

Un principio relacionado que puede ser útil es el siguiente: si conoce que


una oración Q es una verdad lógica, entonces podría afirmar Q en cualquier
parte de su demostración. Esto también nos permite afirmar otras verdades
lógicas simples, como P ∨ ¬P, en cualquier punto en una demostración.
Además, hay otros cinco simples pero importantes pasos válidos que ne-
cesitan ser mencionados, dos involucran ∧, uno involucra ∨, otro involucra
→, y el último ↔.
Supongamos que hemos procurado demostrar una conjunción, digamos
P ∧ Q. Entonces, claramente se sigue P y claramente se sigue Q. De modo
más general, ¿tenemos justificación para inferir, a partir de una conjunción
de cualquier número de enunciados, cualquier conyunto? ¿Por qué? Porque
no hay modo de que la conjunción sea verdadera sin que cada conyunto
sea verdadero. Estos pasos son llamados algunas veces “eliminación de la
conjunción” o “simplificación”, cuando se los presenta en el contexto de un
sistema formal de deducción. No obstante, cuando son presentados en el
contexto del razonamiento matemático real van sin comentarios, puesto que
son demasiado obvios.
Algo sutilmente más interesante es la conversa. Supongamos que hemos
procurado demostrar una oración P y otra oración Q, a partir de las mismas
premisas. Luego, dado el significado de ∧, claramente estamos autorizados
a inferir la conjunción P ∧ Q. Porque, si tanto P como Q son verdaderas,
así lo es la conjunción de las mismas. De modo más general, si queremos
demostrar una conjunción de una ristra de enunciados, podríamos hacerlo
así, demostrando cada parte separadamente. En un sistema formal de deduc-
ción, los pasos de esta clase son llamados algunas veces "introducción de la
conjunción" o sólo "conjunción" Nuevamente, en el razonamiento de la vida
cotidiana, estos pasos son demasiado simples para que merezcan atención. En
nuestras demostraciones informales rara vez hacemos una mención explícita
de los mismos.
Veamos un paso válido que involucra ∨. Es un paso simple, pero es un
paso que sorprende a los estudiantes como peculiar.
Supongamos, por ejemplo, que ha demostrado Cubo(b). Luego, sí por al-
guna razón lo quiere, puede concluir Cubo(a) ∨ Cubo(b) ∨ Cubo(c). De modo
más general, si ha demostrado alguna oración P, entonces puede inferir cual-
quier disyunción que tiene a P como uno de sus disyuntos. Después de todo,
si P es verdadera, también lo es cualquiera de tales disyunciones.
Lo que sorprende como un paso peculiar a los recién llegados a la lógi-
Capítulo 6 89

ca es que este paso equivale a desechar información. ¿Por qué en el mundo


querríamos concluir P ∨ Q cuando ya conocemos la afirmación más informa-
tiva P? Pero como luego veremos, este paso es sumamente útil cuando lo
combinamos con alguno de los métodos de demostración que se discutirán
posteriormente. Aún más, en demostraciones matemáticas, pasa sin notarse.
En sistemas formales, se la denomina “introducción de disyunción”, o (más
desafortunadamente) “adición”.
A partir del hecho que → y ↔ pueden ser definidos en términos de ¬ y
∧, ó ¬ y ∨, podríamos siempre eliminarlas de las demostraciones por medio
de estas definiciones. Así, por ejemplo, si quisiéramos demostrar Q → R
podríamos sólo demostrar ¬Q ∨ R, y luego usar la definición. En la práctica,
sin embargo, esto no es una buena idea. Es más natural e intuitivo usar
reglas que involucren directamente los símbolos, especialmente con →. El
paso de demostración más común involucrando → lleva el nombre latino
modus ponens, o el español "eliminación del condicional". La regla dice que
si ha establecido Q → R y ha establecido Q entonces puede inferir R. Esta
regla es obviamente válida, ya que si Q → R y Q son ambas verdaderas,
entonces también debe ser verdadera R.
Hay un paso de demostración similar para el bicondicional, puesto que el
bicondicional es lógicamente equivalente a una conjunción de los dos condi-
cionales. Si ha establecido Q → R o R → Q, entonces si puede establecer Q,
puede inferir R. Esto es llamado “eliminación del bicondicional”.

Recordar

Sean P y Q cualesquiera oraciones de LPO.


1. Eliminación de la conjunción: a partir de P ∧ Q se infiere P.
2. Introducción de la conjunción: a partir de P y de Q se infiere P ∧ Q.
3. Introducción de la disyunción: a partir de P se infiere P∨.
4. Modus ponens: A partir de P → Q y P se infiere Q.
5. Eliminación del Bicondicional: A partir de P y, o bien P → Q o
bien Q → P se infiere Q.

Hay un número de equivalencias lógicas útiles que involucran las cinco


conectivas. Entre las más importantes podemos mencionar las leyes de De-
Morgan y la ley de Contraposición. Esta segunda ley establece que P → Q
Capítulo 6 90

es lógicamente equivalente a ¬Q → ¬P. Este último condicional es conocido


como el contrapositivo del condicional original.
He aquí algunas equivalencias lógicas que deben ser recordadas:

¬(P ∧ Q) ⇔ ¬P ∨ ¬Q
¬(P ∨ Q) ⇔ ¬P ∧ ¬Q
P→Q ⇔ ¬Q → P)
P→Q ⇔ ¬P ∨ Q)
¬(P → Q) ⇔ P ∧ ¬Q
P↔Q ⇔ (P → Q) ∧ (Q → P)
P↔Q ⇔ (P ∧ Q) ∨ (¬P ∧ ¬Q)

Estos no son de ninguna manera los únicos pasos válidos, ni siquiera los
únicos importantes. Sin embargo se puede percibir la naturaleza simple de
tales pasos. Presentamos algunos otros en los siguientes problemas.

Ejercicios y Problemas
Problema 6.1 (Pasos válidos adicionales) En lo que sigue listamos un con-
junto de pasos de inferencia, sólo algunos de los cuales son válidos. Para cada
uno, determinar si es válido. Si lo es, explicar por qué es válido, apelando
a las tablas de verdad para las conectivas involucradas. Si no lo es, dar un
ejemplo de cómo el paso podría ser usado para ir desde premisas verdaderas
a una conclusión falsa.

A partir de P ∨ Q y ¬P, inferir Q.


A partir de P ∨ Q y Q, inferir ¬P
A partir de ¬(P ∨ Q), inferir ¬P.
A partir de ¬(P ∧ Q) y P, inferir ¬Q.
A partir de ¬(P ∧ Q), inferir ¬P
A partir de (P ∧ Q) y ¬P, inferirQ.
Capítulo 6 91

Cuestiones de estilo
Las demostraciones informales sirven para dos propósitos. Por un lado,
son un método de descubrimiento; permiten extraer nueva información a par-
tir de la información ya disponible. Por otro lado, son un método de comu-
nicación; permiten compartir nuestros descubrimientos con otras personas.
Como todas las formas de comunicación, esto se puede hacer bien o mal.
Cuando se aprende a escribir, se aprenden ciertas reglas básicas de pun-
tuación, uso de mayúsculas, estructuración de párrafos, etc. Pero más allá de
estas reglas básicas hay cuestiones de estilo. Los diferentes escritores tienen
diferentes estilos. Y esto es algo bueno ya que sería bastante aburrido leer si
todo el mundo escribiese con el mismo estilo. Esto también sucede al hacer
demostraciones. Si usted continúa estudiando matemática, leerá una gran
cantidad de demostraciones y descubrirá que cada escritora (o escritor) tiene
su propio estilo. Incluso usted mismo desarrollará su propio estilo.
Cada paso en una “buena” demostración, además de ser correcto, deberá
tener dos propiedades. Deberá ser fácilmente entendido y significativo. Por
“fácilmente entendido” se quiere decir que otras personas deberían ser capaces
de seguir los pasos sin dificultades injustificadas; deberían ser capaces de
ver que el paso es válido sin necesidad de involucrarse ellos mismos en un
razonamiento complejo. Por “significativo” se quiere decir que el paso debería
ser informativo y no una pérdida de tiempo para el lector de la demostración.
Estos dos criterios apuntan en direcciones opuestas. Típicamente, mien-
tras más significativo sea el paso, más difícil será de seguir. Un buen estilo
requiere un balance razonable entre las dos direcciones. Y esto, a la vez, re-
quiere alguna idea sobre a quién está dirigida la demostración. Por ejemplo,
si usted y su audiencia han estado trabajando en lógica desde hace algún
tiempo, reconocerán una gran cantidad de equivalencias y pretenderán uti-
lizarlas en sus demostraciones sin demostrarlas también. Pero si usted o su
audiencia son principiantes, la misma inferencia requerirá mucho más pasos.

6.2. Método de demostración por casos


Además de pasos de demostración válidos y simples, los símbolos que
hemos introducido dan lugar a tres significativos métodos de demostración,
métodos de demostración que se aplican explícitamente en todos los tipos de
razonamiento riguroso. Son los métodos de demostración por casos, de de-
Capítulo 6 92

mostración por contradicción y de demostración condicional. En los sistemas


formales de inferencia, llevan respectivamente los nombres de eliminación de
la disyunción, introducción de la negación e introducción del condicional.
Empezamos ilustrando la demostración por casos con un razonamiento
matemático muy conocido. Este razonamiento demuestra que hay números
irracionales 1 b yc tales que bc es racional.

Demostración: Para mostrar que hay números irracionales


c
√ √2
b y c tales que b es racional, consideremos el número 2 .
Observamos que éste es o racional o irracional. Si es racional,

entonces hemos encontrado nuestros b y c; a saber,b =
√ c = 2. Si
√ 2 √
es irracional, sin embargo, entonces tomamos b = 2 y c = 2
y computamos bc .

 √ √2
√ 2
bc = 2
√ (√2·√2)
= 2
√ 2
= 2
= 2

De este modo, vemos que en este caso también bc es racional.


√ √2
Así, sea 2 racional o irracional, sabemos que hay números
irracionales b y c tal que bc es racional.

Lo que nos interesa aquí no es el resultado en sí, sino la estructura general del
argumento. Comenzamos con un objetivo deseado que queremos demostrar,
digamos S, y una disyunción que ya conocemos, digamos P ∨ Q. Entonces
mostramos dos cosas: que S se sigue si suponemos que P es el caso, y que S
se sigue si suponemos que Q es el caso. A partir de que conocemos que uno
de estos debe darse, concluimos entonces que S debe ser el caso. Este patrón
de razonamiento es llamado “eliminación de la disyunción” o “demostración
por casos.”
1 Un n para n y m enteros.
número es racional si puede ser expresado como una fracción m
2

Así, 2 es racional (2 = 1 ), pero 2 es irracional, como pronto demostraremos.
Capítulo 6 93

No hay necesidad de limitar la división de las demostraciones por casos


a sólo dos casos, como lo hicimos en nuestro ejemplo. Si en algún estadio
en una demostración tenemos alguna disyunción conteniendo n disyuntos,
digamos P1 ∨ . . . ∨ Pn, entonces podemos dividirla en n casos. En la primera
suponemos P1 , en la segunda P2 ,y así sucesivamente para cada disyunto. Si
es posible demostrar nuestro resultado deseado S en cada uno de estos casos,
estamos justificados para concluir que S se da.
Veamos un ejemplo aún más simple de demostración por casos. Supon-
gamos que queremos demostrar que Chico(c) es una consecuencia lógica de

(Cubo(c) ∧ (Chico(c)) ∨ (Tet(c) ∧ (Chico(c))

Esto es, por supuesto, más que obvio, pero la demostración involucra di-
vidirla en casos, como lo advertirá si piensa cuidadosamente cómo haría para
reconocerlo. Para su registro, así es como transcribiríamos la demostración.

Demostración: Se nos ha dado (Cubo(c) ∧ (Chico(c)) ∨ (Tet(c) ∧


(Chico(c)) como premisa. La dividiremos en dos casos, corres-
pondientes a los dos disyuntos. Primero, suponemos que se da
Cubo(c) ∧ (Chico(c). Por otra parte, (por eliminación de la con-
junción, que en realidad aún no hemos mencionado) tenemos
Chico(c). Pero, de manera similar, si asumimos Tet(c) ∧ (Chico(c),
se sigue Chico(c). Así, en ambos casos, tenemos Chico(c), como
deseamos.

Veamos otro ejemplo, uno que muestre cómo el raro paso particular de la in-
troducción de la disyunción puede ser usado provechosamente con la demos-
tración por casos. Supongamos que conocemos que o bien Og es un caballero
y Ark es sano, o Bog es un caballero y Jal es sano, es decir:

(Caballero(Og) ∧ (Sano(Ark)) ∨ (Caballero(Bog) ∧ (Sano(Jal))

Queremos demostrar que o bien Ark o Bark es sano, esto es,

Sano(Ark) ∨ Sano(Jal)

Una demostración más tediosa que otra cosa pero paso por paso sería
algo como esto:
Capítulo 6 94

Demostración: Supongamos la disyunción:

(Caballero(Og) ∧ (Sano(Ark)) ∨ (Caballero(Bog) ∧ (Sano(Jal))

Entonces o bien

Caballero(Og) ∧ (Sano(Ark)

Caballero(Bog) ∧ (Sano(Jal)

Si se da la primera alternativa, entonces Sano(Ark) y tenemos

Sano(Ark) ∨ Sano(Jal)

por introducción de la disyunción. De igual modo, si la segunda


alternativa se sostiene, tenemos Sano(Ark) y así

Sano(Ark) ∨ Sano(Jal)

Así, en cualquier caso, tenemos la conclusión deseada. De este


modo nuestra conclusión se sigue por demostración por casos.

La validez de la demostración por casos no puede ser demostrada por el mé-


todo simple de las tablas de verdad introducido anteriormente. La razón de
esto es que inferimos la conclusión S a partir del hecho de que S es demos-
trable desde cada uno de los disyuntos P y Q. Se sustenta en el principio de
que si S es una consecuencia lógica de P y también una consecuencia lógica
de Q, entonces es consecuencia lógica de P ∨ Q. Esto se sostiene porque toda
circunstancia que hace verdadera a P ∨ Q debe hacer verdadera al menos a
P o a Q, y por lo tanto, también a S, por el hecho de que S es consecuencia
lógica de ambas.

Recordar
(Demostración por casos) Para demostrar S a partir de P1 ∨ . . . ∨ Pn ,
demuestre S a partir de cada uno de los P1 , . . . , Pn
Capítulo 6 95

Ejercicios y Problemas
Problema 6.2. En nuestra demostración de que existen números irracionales

b y c donde bc es racional, uno de nuestros pasos fue afirmar que 2 es
racional o irracional. ¿Qué justifica la introducción de esta afirmación en
nuestra demostración?

6.3. Método de demostración por contradicción


Uno de los métodos de demostración más importantes es conocido como
demostración por contradicción. (También se lo llama Reductio ad absurdum
e introducción de la negación.) La idea básica es ésta. Suponga que quiere
demostrar un enunciado negativo, digamos ¬S, a partir de algunas premisas,
digamos P1 ,P2 ,. . ., Pn . Un modo de hacerlo es suponer temporalmente S y
mostrar que se sigue una contradicción de esta suposición. Si se puede mos-
trar esto, entonces se puede concluir que ¬S es una consecuencia lógica de
las premisas originales. ¿Por qué? Porque la demostración de la contradicción
muestra que S, P1 , P2 ,. . ., Pn no pueden ser todas verdaderas simultánea-
mente. En consecuencia, si P1 , P2 ,. . ., Pn son verdaderas en algún conjunto
de circunstancias, entonces S debe ser falsa en esas circunstancias.
Veamos un ejemplo simple de este método de demostración. Supongamos
Cubo(c) ∨ Dodec(b) y ¬Tet(b). Demostremos ¬Tet(c)

Demostración: Para demostrar ¬Tet(c), suponemos Tet(c) e in-


tentamos llegar a una contradicción. Por nuestra primera premisa
sabemos que Cubo(c) o Dodec(b). Si el primero es el caso, enton-
ces tenemosCubo(c) pero esto contradice nuestro supuesto Tet(c),
puesto que c no puede ser un cubo y un tetraedro a la vez. Pero de
igual manera, si el segundo es el caso, tenemos Dodec(b) que con-
tradice Tet(b). De este modo ninguno es posible, y tenemos una
contradicción. Así nuestra suposición inicial de que Tet(c) debe
estar equivocada. En consecuencia, la demostración por contra-
dicción nos da nuestra conclusión deseada, ¬Tet(c). (Note que
este argumento también usa el método de demostración por ca-
sos.)

Daremos ahora un ejemplo más interesante y famoso de este método de de-


Capítulo 6 96

mostración. Los griegos se sorprendieron al descubrir que la raíz cuadrada de


2 no podía ser expresada como una fracción, o, como lo diríamos actualmen-
te, es irracional. La demostración de este hecho es por contradicción. Antes
de ver la demostración, revisemos algunos simples hechos numéricos que eran
bien conocidos por los griegos. El primero es que cualquier número racional
puede ser expresado como una fracción p/q donde por lo menos uno de p o
q es impar. (Si no lo es, dividir numerador y denominador por 2 hasta que
uno de ellos sea impar.) El otro hecho se sigue a partir de la observación
de que cuando elevamos al cuadrado un número impar, siempre obtenemos
un número impar. Así si n2 es un número par, entonces también lo es n. Ya
partir de esto, vemos que si n2 es par,
√ debe ser divisible por 4.
Ahora, la demostración de que 2 es irracional.
Demostración:√con el propósito de alcanzar una contradicción, su-
pondremos √ que 2es racional. De este modo puede ser expresado en
la forma 2 = √ /q, donde al menos uno de p y q es impar. A partir
p
de que p/q = 2 tenemos que

p2
q2
=2

Multiplicando ambos lados por q2 , llegamos a p2 = 2q2 . Pero esto


muestra que p2 es un número par. Como hemos notado antes, esto
nos permite concluir que p es par y que p2 es divisible por 4. Mirando
nuevamente la ecuacióna p2 = 2q2 , vemos que si p2 es divisible por
4, entonces q2 debe ser divisible por 2. En cualquiera de los casos,
q es también par. Así, tanto p como q son pares, contradiciendo el
hecho de que al √
menos uno de ellos era impar. De este modo nuestra
suposición que 2 es racional nos lleva a una contradicción, y asi
concluimos que es irracional.
En orden a aplicar el método de demostración por contradicción, es im-
portante que comprenda qué es una contradicción, a partir de lo que necesita
demostrar. Intuitivamente, una contradicción es una afirmación que no pue-
de ser verdadera, o algún conjunto de afirmaciones que no pueden ser todas
simultáneamente verdaderas. Ejemplos son las oraciones Q y su negación ¬Q,
o un par de enunciados como Cubo(c) y Tet(c). Podemos en realidad definir
la noción de un conjunto contradictorio de oraciones como cualquier conjunto
que no es satisfactible.
Podemos también usar la demostración por contradicción para demostrar
Capítulo 6 97

una oración S que no comienza con una negación. En este caso, se podría
comenzar suponiendo ¬S, se obtiene una contradicción, y luego se concluye
que ¬¬S es el caso, que por supuesto es equivalente a S.

Recordar
(Demostración por contradicción) Para demostrar ¬S usando este
método, suponga S y demuestre algún tipo de contradicción.

El símbolo ⊥ se usa frecuentemente como manera abreviada de decir


que se ha obtenido una contradicción. Las diferentes personas leen ⊥ como
“contradicción”, “lo absurdo” o “lo falso”, pero este símbolo indica que una
conclusión que es lógicamente imposible ha sido alcanzada, o que varias con-
clusiones distintas, que tomadas en forma conjunta son imposibles, han sido
derivadas.
Observa que una sentencia S es lógicamente imposible si y sólo si su ne-
gación ¬S es lógicamente necesaria. Esto significa que todo método utilizado
para demostrar que una oración es lógicamente necesaria también demuestra
que su negación es lógicamente imposible, es decir, es una contradicción. Por
ejemplo, si una tabla de verdad muestra que ¬S es una tautología, entonces
sabemos que S es una contradicción.
Similarmente, el método de las tablas de verdad ofrece una manera de
mostrar que un conjunto de oraciones es mutuamente contradictorio. Cons-
truya una misma tabla de verdad para P1 ,. . ., Pn . Estas sentencias son TT-
contradictorias si toda columna tiene una F asignada a al menos una de las
oraciones. Si las oraciones son TT-contradictorias se sabe que no pueden ser
todas verdaderas al mismo tiempo, simplemente en virtud de los significados
de las conectivas veritativo funcionales a partir de las cuales están construi-
das. Ya se ha mencionado un ejemplo: cualquier par de oraciones, una de las
cuales es la negación de la otra.
El método de demostración por contradicción, como las demostraciones
por casos, se encuentra frecuentemente en el razonamiento cotidiano, a pesar
de que algunas veces la contradicción derivada se deja implícita. La gente
frecuentemente supondrá algo por hipótesis y después mostrará que ese su-
puesto inicial lleva a algo más que se sabe que es falso. Entonces, concluyen la
negación del supuesto original. Este tipo de razonamiento es, de hecho, una
prueba indirecta: la inconsistencia se hace explícita si agregamos el hecho
conocido a nuestro conjunto de premisas.
Capítulo 6 98

Veamos un ejemplo de este tipo de razonamiento. Imagine un abogado


defensor presentando el siguiente informe a un jurado:

Los acusantes afirman que mi cliente mató al dueño del Club


Kit Kat. Supongamos que tienen razón. Han oído a sus propios
expertos testificar que el asesinato tuvo lugar a las 17:15. Tam-
bién sabemos que el acusado estaba todavía en su trabajo en la
Municipalidad a las 16:45, según el testimonio de cinco de sus
compañeros de trabajo. De esto se sigue que mi cliente tuvo que
haber llegado al Club Kit Kat desde la Municipalidad en 30 minu-
tos o menos. Pero hacer ese trayecto lleva al menos 35 minutos en
las mejores circunstancias, y los registros de la policía muestran
que hubo un embotellamiento importante el día del asesinato.
Sostengo que mi cliente es inocente.

Claramente, este tipo de razonamiento se usa todo el tiempo: siempre que


se asume algo y después se descarta ese supuesto inicial sobre la base de
sus consecuencias. A veces estas consecuencias no son contradicciones, o co-
sas que sabemos que son falsas, sino futuras consecuencias que consideramos
inaceptables. Podría por ejemplo suponer que va a ir a Hawái en las vacacio-
nes de verano, calcular el impacto del viaje en sus finanzas y en su capacidad
de terminar a tiempo el trabajo que tendrá en ese momento, y de mala gana
concluir que no puede hacer ese viaje. Cuando se razona así, se usa el método
de demostración indirecta.

6.3.1. Premisas inconsistentes


¿Cuáles son las consecuencias lógicas de un conjunto de premisas incon-
sistentes? Si se miran nuestras definiciones anteriores, se verá que cualquier
enunciado S es una consecuencia de tal conjunto. Después de todo, si las
premisas son inconsistentes, entonces no hay modo de que puedan ser todas
verdaderas. Así, no hay circunstancias en las cuales las premisas son verda-
deras y la conclusión es falsa. Lo que quiere decir que en cualquier situación
en la cual las premisas son todas verdaderas (¡no hay ninguna situación así!),
la conclusión también será verdadera. De esta manera, cualquier argumento
con un conjunto inconsistente de premisas es trivialmente válido. En particu-
lar, si se puede establecer una contradicción ⊥ sobre la base de las premisas,
entonces se puede afirmar cualquier oración.
Capítulo 6 99

Frecuentemente, a los estudiantes, este les parece un método raro de ra-


zonamiento y por razones muy buenas. Recuerde la distinción entre un argu-
mento válido y un argumento sólido. Un argumento sólido es un argumento
válido con premisas verdaderas. A pesar de que cualquier argumento con un
conjunto inconsistente de premisas es válido, tal argumento no es sólido, da-
do que no es posible que todas las premisas del argumento sean verdaderas.
Por esta razón, un argumento con un conjunto inconsistente de premisas no
vale demasiado en sí mismo. Después de todo, la razón por la cual estamos
interesados en la consecuencia lógica se debe a su relación con la verdad. Si
no es posible que las premisas sean verdaderas, entonces saber que el argu-
mento es válido no da ninguna pista acerca de la verdad o falsedad de la
conclusión. Un argumento que no es sólido no da más apoyo a su conclusión
que un argumento inválido.
En general, los métodos de demostración no permiten mostrar que un
argumento no es sólido. Después de todo, la verdad o falsedad de las premisas
no es una cuestión de lógica, sino de cómo resulta ser el mundo. Pero en el
caso de argumentos con premisas inconsistentes, los métodos de demostración
ofrecen una manera de mostrar que al menos una de las premisas es falsas (a
pesar de que podríamos no saber cuál) y por lo tanto que el argumento no
es sólido. Al hacer esto, demostramos que las premisas son inconsistentes a
partir de derivar una contradicción.
Supongamos, por ejemplo, que le ofrecen una demostración de que el si-
guiente argumento es válido:

Bribón(Tak) ∨ Sano(Bog)
¬Bribón(Tak)
¬Sano(Bog)
∴ Bribón(Tak) ∧ Caballero(Snark)
Mientras que es verdadero que la conclusión es consecuencia lógica de las
premisas, su reacción no debería ser creer la conclusión. De hecho, usando la
demostración por casos se puede mostrar que las premisas son inconsistentes
y por lo tanto que el argumento no es sólido. No hay razón para ser convencido
de la conclusión de un argumento que no es sólido.
Capítulo 6 100

6.4. Método de demostración condicional


Uno de los métodos más importantes de demostración es el de la de-
mostración condicional, un método que le permite demostrar un enunciado
condicional. Supongamos que quiere demostrar la oración P → Q. Lo que
se hace es suponer temporariamente el antecedente P del condicional que se
desea demostrar. Entonces si, con esta premisa adicional, es posible demos-
trar Q, entonces la demostración condicional permite inferir que P → Q se
sigue de las premisas originales.
Daremos primero un ejemplo esquemático que use tanto modus ponens
como la demostración condicional. Mostraremos que A → C es una conse-
cuencia lógica de las dos premisas A → B y B → C. Esto podría parecer
obvio, pero lo vamos a hacer de todos modos para mostrar cómo opera el
método en un caso simple.

Demostración: Dado como premisas tenemos A → B y B → C.


Queremos demostrar A → C. Con un ojo puesto en usar la re-
gla de demostración condicional, supongamos además, que A es
verdadero. Entonces, por aplicar modus ponens usando nuestra
primera premisa, llegamos a B. Usando modus ponens nuevamen-
te, esta vez con nuestra segunda premisa, llegamos a C. De este
modo, hemos establecido el consecuente de nuestro condicional
deseado sobre la base de nuestra suposición de A. De este modo,
por la regla de la demostración condicional, sabemos que A → C
se sigue de las premisas iniciales solas.

Las demostraciones condicionales son una forma claramente válida de razo-


namiento, que usamos todo el tiempo. Si Q se sigue lógicamente de algunas
premisas más el supuesto adicional P, entonces podemos estar seguros de que
si las premisas son verdaderas, el condicional P → Q debe también ser ver-
dadero. Después de todo, el condicional sólo puede ser falso si P es verdadera
y Q es falsa, y la demostración condicional muestra que, dadas las premisas,
esto nunca puede pasar.
Veamos ahora un ejemplo de algún modo más interesante. Este ejemplo
Capítulo 6 101

usará tanto la demostración condicional como la demostración por contra-


dicción. Demostremos:

Par(n2 ) → Par(n)

Demostración: El método de demostración condicional nos dice


que podemos proceder por suponer Par(n2 ) y demostrar Par(n).
Así, suponemos que n2 es par. Para demostrar que n es par, usare-
mos la demostración por contradicción. De este modo, suponemos
que n no es par, esto es, que es impar. Entonces podemos expresar
n como 2m + 1, para algún m. Pero entonces vemos que:

n2 = (2m + 1)2
= 4m2 + 4m + 1
= 2(2m2 + 2m) + 1

Esto muestra que n2 es impar, contradiciendo nuestra primera


suposición. Esta contradicción muestra que n no es impar, es de-
cir, que es par. De este modo, por la demostración condicional,
hemos establecido que Par(n2 ) → Par(n)

Cuando demostramos oraciones condicionales de la forma P → Q, a menudo


es mucho más fácil demostrar la contraposición ¬Q → ¬P, la cual es, como
hemos notado, lógicamente equivalente. En tales casos, usamos la demos-
tración condicional, pero suponemos ¬Q y tratamos de demostrar ¬P. La
contraposición de nuestra afirmación original es:

¬Par(n) → ¬Par(n2 )

Demostración: para demostrar¬Par(n) → ¬Par(n2 ), empezamos


suponiendo ¬Par(n), es decir, que n es impar. Entonces podemos
expresar n como 2m + 1, para algún m.
Pero entonces vemos que:
Capítulo 6 102

n2 = (2m + 1)2
= 4m2 + 4m + 1
= 2(2m2 + 2m) + 1

Pero esto muestra que n2 también es impar, entonces Par(n2 ).


De esta manera, por demostración condicional, hemos establecido
que ¬Par(n) → ¬Par(n2 ).

Al demostrar la contraposición, evitamos la necesidad de una demostración


indirecta dentro de la demostración condicional. Esto facilita el entendimiento
de la demostración y, dado que la contraposición es lógicamente equivalente
a nuestra afirmación original, nuestra segunda demostración puede servir
también como demostración de la afirmación original.
El método de demostración condicional se usa extensamente en el razona-
miento cotidiano. Hace algunos años Bill estaba decidiendo si hacía el curso
de Postmodernismo o no. Su amiga Sara afirmó que si Bill hacía el curso
de Postmodernismo, no entraría en la Facultad de Medicina. El argumento
de Sara, cuando fue desafiado por Bill, tuvo la forma de una demostración
condicional combinado con una demostración por casos. Argumento también
conocido como dilema.

Supongamos que haces el curso de Posmodernismo. Entonces, o


bien adoptarás el desprecio posmoderno por la racionalidad o no.
Si no lo adoptas, no aprobarás el curso, lo cual bajará tu promedio
y así no podrás ingresar a la Facultad de Medicina. Pero si adoptas
el desprecio posmoderno por la racionalidad, no serás capaz de
aprobar química orgánica, y así, tampoco ingresarás a la Facultad
de Medicina. Así, en cualquier caso, no ingresarás a la Facultad
de Medicina. Por lo tanto, si haces el curso de Posmodernismo,
no ingresarás a la Facultad de Medicina.

Desafortunadamente para Bill, él ya había sucumbido al posmodernismo y


por esto, rechazó el argumento de Sara. Siguió adelante y tomó el curso,
desaprobó química orgánica y no ingresó a la Facultad de Medicina. Ahora
es un acaudalado lobbysta en Washington. Sara es ejecutiva de la industria
informática en California.
Capítulo 6 103

6.4.1. Probar bicondicionales


Podemos usar este método para demostrar oraciones bicondicionales. Para
demostrar Q ↔ R por demostración condicional, usted necesita hacer dos
cosas: suponer Q y demostrar R; luego suponer R y demostrar Q.
Hay una forma más de demostración que involucra “↔” que es muy co-
mún en matemática. Los matemáticos son muy aficionados a buscar resulta-
dos que muestren que un número diferente de condiciones son equivalentes.
Así, encontrará teoremas establecidos en la forma siguiente. “Las siguientes
condiciones son todas equivalentes: Q1 , Q2 , Q3 ”
En LPO, uno estaría forzado a expresar esto por medio de tres bcondi-
cionales:

Q1 ↔ Q2
Q2 ↔ Q3
Q1 ↔ Q3

Esto involucraría seis demostraciones condicionales, dos para cada bicon-


dicional. Sin embargo, podemos cortar nuestro trabajo en la mitad advirtien-
do que es suficiente demostrar algún ciclo de resultados como los siguientes:

Q1 → Q2
Q2 → Q3
Q3 → Q1

Esto sería mostrado por tres demostraciones condicionales, en lugar de


las seis que de otro modo serían requeridas. Una vez que tenemos esto, no
hay necesidad de demostrar las direcciones reversas, dado que se siguen de
la transitividad de “→”. Por ejemplo, no es necesario probar explícitamente
Q2 → Q1 , la conversa del primer condicional, dado que se sigue de Q2 → Q3
y Q3 → Q1 , los otros dos condicionales.
Cuando aplicamos esta técnica, no es necesario arreglar el ciclo en el orden
exacto en el que las condiciones están dadas. Pero debemos asegurarnos de
que tenemos un ciclo genuino, uno que permite ir de cualquiera de nuestras
condiciones a cualquier otra.
Capítulo 6 104

Daremos un ejemplo simple. Demostraremos que las siguientes condicio-


nes sobre un número natural n son todas equivalentes:

1. n es par

2. n2 es par

3. n2 es divisible por 4.

Demostración: en lugar de demostrar los seis bicondicionales,


demostramos que (3) → (2) → (1) → (3). Suponemos (3). Ahora
claramente, si n2 es divisible por 4, entonces es divisible por 2,
de este modo tenemos(3) → (2). Luego, demostramos (2) → (1)
demostrando su contraposición. Así suponemos que n es impar
y demostramos que n2 es impar. A partir de que n es impar,
podemos escribirlo en la forma 2k + 1. Pero entonces n2 = 4k2 +
4k + 1 el cual es también impar. Por último, demostramos (1) →
(3). Si n es par, se puede expresar como 2m. Así, n2 = (2m)2 =
4m2 , que es divisible por 4. Esto completa el ciclo, mostrando que
los tres condicionales son equivalentes.

En general, cuando aplicamos este método, uno busca implicaciones obvias o


simples como (1) → (3) arriba, o implicaciones que uno ya haya establecido,
como (2) → (1) y tratamos de construirlas en nuestro ciclo de condicionales.

Recordar
1. El método de la demostración condicional: Para demostrar P → Q
, suponga P y demuestre Q.
2. Para probar un número de bicondicionales intente acomodarlos en
un ciclo de condicionales.

Ejercicios y Problemas
En estos problemas le pedimos que demuestre varios resultados. Sus de-
mostraciones deben ser expresadas en oraciones españolas bien formadas,
haciendo uso de oraciones de primer orden en tanto sea conveniente, siguien-
do fundamentalmente el estilo que hemos usado arriba. Siempre que use uno
de los dos métodos ya discutidos, dígalo. No debe ser explícito en el uso de
Capítulo 6 105

pasos de demostraciones simples como la eliminación de la conjunción. Dicho


sea de paso, hay típicamente más de un modo de demostrar un resultado
dado.

Problema 6.3. Demostrar Jefe(Ark) a partir de las siguientes tres premisas:


1. ¬(Juez(Jal) ∧ (Juez(Og))

2. Juez(Jal) ∨ Jefe(Ark)

3. Juez(Og) ∨ Jefe(Ark)

Problema 6.4. Suponga lo siguiente como premisas


1. IzqdDe(a, b) ∨ DerecDe(a, b)

2. DetrDe(a, b) ∨ DIzqdDe(a, b)

3. DelanDe(b, a) ∨ ¬DerecDe(a, b)

4. Grand(c)
¿Es DetrDe(a, b) una consecuencia lógica de estas premisas? Si lo es, dé una
demostración. Si no, dibuje un mundo en el que todas las premisas son ver-
daderas pero la conclusión es falsa.

Problema 6.5 Suponga las mismas premisas del Problema 6.4.


¿Es ¬EsEntre(c, b, a) una consecuencia lógica de estas premisas? Si es así,
ofrezca una demostración. Si no, dibuja un mundo en el que las premisas son
verdaderas y la conclusión falsa.

Problema 6.6. Traduzca lo siguiente a LPO y luego ofrezca una demostra-


ción de que el cuarto enunciado se sigue de los tres primeros.
1. Og o Jal son caballeros pero o bien Snark o Ark no son solteros.

2. O bien Jal es un caballero o Ark es soltero.

3. O bien Og no es un caballero o Snark no es soltero.

4. Snark no es soltero.
Capítulo 6 106

Problema 6.8. Considere los siguientes enunciados.


1. Ark es el padre de Og o de Bog.

2. Tak es el padre de Og.

3. Ark es el padre de Bog.

¿Se sigue (3) a partir de (1) y (2)? ¿Se sigue (2) a partir de (1) y (3)? ¿Se
sigue (1) a partir de (2) y (3)? En cada caso, dar o bien una demostración de
la consecuencia, o describir una situación que hace las premisas verdaderas
y la conclusión falsa.

Problema 6.9 En este problema le pedimos que demuestre tres hechos sim-
ples acerca de los números naturales. No esperamos que formule las demos-
traciones en LPO. Necesitará apelar a hechos básicos de la aritmética más las
definiciones de número par e impar2 Aunque sea elemental, haga explícitas
estas apelaciones. Le será útil la demostración por contradicción.
1. Supongamos que n2 es impar. Demuestre que n es impar.

2. Supongamos que n + m es impar. Demuestre que n × m es par.

3. Supongamos que n2 es divisible por 3. Demuestre que n2 es divisible


por 9.

Problema 6.10. Un buen modo de estar seguro de que √ ha comprendido


una demostración es tratar de generalizarla. Demuestre que 3 es irracional.
(Ayuda: Necesitará tener en cuenta algunos hechos relativos a la divisibilidad
por 3 que es paralelo a los hechos que usamos en relación a los números
pares e impares, por ejemplo, el tercer resultado en el Problema 6.9 ¿Puede
generalizar estos dos resultados?
Problema 6.11. Demuestre: Si n m es impar entonces nnm es par. (Com-
parar con el Problema 6.9)
Problema 6.12. (Algunos pasos estándar válidos en el razonamiento) Dar
demostraciones de los siguiente pasos válidos.
1. Modus Tollens: A partir deA → B y ¬B inferimos ¬A.
2 Unnúmero n es par si es divisible por 2, esto es, si hay un número k tal que n = 2k;
es impar si no es par.
Capítulo 6 107

2. Refuerzo del Antecedente: A partir de B → C inferimos (A ∧ B) → C.

3. Debilitamiento del Consecuente: A partir de A → B inferimosA →


(B ∨ C).

4. Dilema Constructivo: A partir de A ∨ B, A → C, y B → D inferimos


C ∨ D.

5. Transitividad del bicondicional: A partir de A ↔ B yB ↔ C inferimos


A ↔ C.

Problema 6.15. Demostrar Irracional(x) → Irracional( x)
Problema 6.16. ¿Se sigue de las siguientes premisas que el unicornio es
mítico? ¿Qué es mágico? Justifique su respuesta.
1. El unicornio, si no es mítico, es un mamífero, pero si es mítico es in-
mortal.

2. Si el unicornio es o bien inmortal o bien un mamífero, tiene un cuerno.

3. El unicornio, si tiene un cuerno, es mágico.

Problema 6.17. Ofrezca demostraciones de lo siguiente:


1. A → (B → A) es una verdad lógica.

2. (A → (B → C)) ↔ ((A ∧ B) → C).

3. A ↔ ¬Bes una consecuencia lógica de A ∨ B ∨ C, B → (A → ¬C) y


A → ¬C.

4. C ∧ D es una consecuencia lógica de (A ∨ (B ∧ C), ¬E, (A ∨ B) → (D ∨ E),


y ¬A.

5. C → B es una consecuencia de ¬A → B,C → (D ∨ E), D → ¬C, y


A → ¬E.
Capítulo 6 108

Problema 6.18. Demostrar que las siguientes condiciones sobre los números
naturales n son todas equivalentes. Use el menor número de demostraciones
condicionales que le sea posible.
1. n es divisible por 3.

2. n2 es divisible por 3.

3. n2 es divisible por 9.

4. n3 es divisible por 3.

5. n3 es divisible por 9.

6. n3 es divisible por 27.

Problema 6.19 Considere los siguientes enunciados.


1. Si Ark es la esposa de Og, entonces Snark es la esposa de Bog.

2. Snark o Ark es la esposa de Bog.

Usando los símbolos introducidos en la página 42, traduzca estos enunciados a


LPO. ¿Se sigue uno de otro? En ambos casos, o bien ofrezca una demostración
informal, o bien describa las circunstancias en la cual se hacen la premisa
verdadera y la conclusión falsa. (Podría suponer que es parte del significado
de “es la esposa de” que dos personas diferentes no pueden ser esposas de la
misma persona.)
Capítulo 7

Demostraciones Formales
En esta sección introduciremos un sistema particular para presentar de-
mostraciones formales, que es conocido como un “sistema deductivo”. Hay
muchos estilos diferentes de sistemas deductivos. El sistema que presentamos
ahora y que llamaremos F, es el que es conocido como un sistema “estilo-
Fitch”, nombrado así en honor al lógico Frederic Fitch, quien fue el primero
que introdujo este tipo de sistema.
En general, una demostración de una conclusión S, en el sistema F a
partir de las premisas P, Q y R y de las conclusiones intermedias S1 . . . Sn ,
toma la siguiente forma:

P
Q
R
S1 Justificación n
.. ..
. .
Sn Justificación n
S Justificación n+1

Hay dos mecanismos gráficos que deben ser tenidos en cuenta, las líneas
verticales y horizontales. La línea vertical dirige nuestra atención al hecho que
tenemos una única pretendida demostración que consiste de varios pasos. La
línea horizontal, conocida como la barra de Fitch, indica una división entre

109
Capítulo 7 110

las afirmaciones que son supuestas y aquellas que pretendidamente se siguen


de las primeras. De este modo, el hecho de que P, Q y R están arriba de la
línea muestra que estas son las premisas de nuestra demostración, mientras
que el hecho de que S1 . . . Sn y S estén debajo de la barra indica que se supone
que esos enunciados se siguen lógicamente de las premisas.
A la derecha de cada paso que está debajo de la barra de Fitch damos
una justificación del paso. En nuestro sistema deductivo, una justificación
indica qué regla nos permite hacer el paso y a qué pasos (si hay alguno) la
regla está aplicada. Al dar una prueba numeraremos los pasos para poder
referirnos a ellos en las justificaciones.
A continuación agregamos reglas de inferencia al sistema formal F que
corresponden a principios válidos de razonamiento introducidos en la sección
previa. Para cada conectiva, introduciremos dos reglas, una que nos permite
demostrar enunciados que contienen el símbolo, y una que nos permite de-
mostrar cosas a partir de enunciados que contienen el símbolo. Las primeras
son llamadas reglas de “introducción” debido a que nos permiten introducir
estos símbolos dentro de las demostraciones. Por contraste, las últimas son
llamadas reglas de “eliminación”

7.1. Reglas para la conjunción y reiteración


Los principios más símples de formalizar son los que involucran el símbolo
de conjunción ∧. Estos principios son las reglas de eliminación de la conjun-
ción y de introducción de la conjunción.

Eliminación de la Conjunción

La regla de la eliminacíón de la conjunción nos permite afirmar cualquier


conyunto Pi de un enunciado conjuntivo P1 ∧ . . . ∧ Pi ∧ . . . ∧ Pn que ya hemos
derivado en la demostración. (Pi puede, dicho sea de paso, ser cualquier parte
de la conjunción, incluyendo el primero o el último). Justifique el nuevo paso
citando el número de los pasos que contienen la conjunción. Abreviamos la
regla con el siguiente esquema:
Capítulo 7 111

Eliminación de la Conjunción (∧Elim):

P1 ∧ . . . ∧ Pi ∧ . . . ∧ Pn
..
.
 Pi

Al establecer reglas usamos el símbolo . para indicar qué paso está siendo
permitido por la regla que estamos introduciendo.

La correspondiente regla de introducción, introducción de la conjunción,


nos permite afirmar una conjunción Pi ∧ . . . ∧ Pn siempre que hayamos esta-
blecido cada una de sus partes constituyentes Pi a Pn . Simbolizaremos esta
regla de la siguiente manera:

Introducción de la Conjunción (∧Intro):

P1

Pn
..
.
 P1 ∧ . . . ∧ Pn

En esta regla, hemos usado la notación:

P1

Pn

para indicar que cada uno de P1 a Pn debe aparecer en la demostración antes


de que afirmemos la conjunción. El orden en que aparecen no importa, y no
tienen que estar contiguos. Sin embargo, cuando justifiquemos el paso, debe-
mos citar el número de paso de los conyuntos en el orden en que aparezcan
en la conjunción.
Aquí tenemos un ejemplo simple de estas dos reglas trabajando conjun-
Capítulo 7 112

tamente. Es una demostración de C ∧ B a partir de A ∧ B ∧ C.

1 A∧B∧C
2 B ∧ Elim 1
3 C ∧ Elim 1
4 C∧B ∧ Intro 3,2

Si bien es algo muy trivial de demostrar, ilustra cómo se dan nuestras


justificaciones. Al aplicar la introducción de la conjunción, tendremos que
ser precisos con los paréntesis, debido a nuestras convenciones de sacar los
paréntesis externos. Si una de las partes es en sí misma una conjunción, en-
tonces por supuesto no hay necesidad de agregar algún paréntesis antes de
formar la conjunción más grande, a menos que así se lo quiera. Por ejemplo,
las dos siguientes son aplicaciones correctas de la regla:

1 A∧B
Correcta: 2 C
3 (A ∧ B) ∧ C ∧ Intro 1,2

1 A∧B
Correcta: 2 C
3 A∧B∧C ∧ Intro 1,2

Sin embargo, si una de las partes de la conjunción es una disyunción (o


algún otro enunciado complejo), para prevenir la ambigüedad, podría necesi-
tar reintroducir los paréntesis que omitió antes. De este modo, la primera de
las siguientes demostraciones es una demostración correcta, pero la segunda
contiene una aplicación defectuosa de la introducción de la conjunción, con-
cluyendo por consiguiente con una proposición ambigua.

1 A∨B
Correcta: 2 C
3 (A ∨ B) ∧ C ∧ Intro 1,2
Capítulo 7 113

1 A∨B
Incorrecta: 2 C
3 A∨B∧C ∧ Intro 1,2

Reiteración

Una regla que no es técnicamente necesaria pero que vamos a introducir


porque va a hacer que algunas pruebas se vean más naturales es la regla de
Reiteración y simplemente permite repetir un paso anterior.

Reiteración (Reit)

P
..
.
 P

Para usar la regla de reiteración, sólo repetimos los enunciados en cuestión


y a la derecha escribimos “Reit: x” , donde x es el número de la ocurrencia
anterior del enunciado.
La Reiteración es una regla de inferencia obviamente válida, puesto que
cualquier enunciado es una consecuencia lógica de sí mismo. La razón para
tener la regla se hará más clara en tanto las demostraciones en el sistema
F se hagan más complicadas. Por ahora, permítasenos decir que es como
remarcar, en el curso de una demostración informal dada, “hemos ya mostrado
que P”. Es a veces un recordatorio útil para la persona que está leyendo la
demostración.

7.2. Reglas para la disyunción:


Introducción de la Disyunción
La regla de introducción de la disyunción siempre le permite ir desde un
enunciado Pi a cualquier disyunción que tiene a Pi entre sus disyuntos, diga-
mos P1 ∨ . . . ∨ Pi ∨ . . . ∨ Pn . En forma esquemática:
Capítulo 7 114

Introducción de la Disyunción (∨Intro):

Pi
..
.
 P1 ∨ . . . ∨ Pi ∨ . . . ∨ Pn

Nuevamente, remarcamos que Pi podría ser el primero o el último disyunto


de la conclusión. Además, como con la introducción de la conjunción, debe
pensarse un poco si los paréntesis necesitan ser agregados a Pi para prevenir
la ambigüedad.

Eliminación de la Disyunción

Veamos ahora la primera regla que corresponde a lo que llamamos un


método de demostración en la sección previa. Esta es la regla de la Elimina-
ción de la Disyunción, la contraparte formal de la demostración por casos.
Recuerde que la prueba por casos permite concluir un enunciado S a partir
de una disyunción de P1 ∨ . . . ∨ Pn si puede demostrar S a partir de cada uno
de P1 a Pn individualmente. La forma de esta regla requiere que discutamos
una importante y nueva característica estructural del sistema de deducción
estilo Fitch. Esta es la noción de subdemostración.
Una subdemostración, como el nombre lo sugiere, es una demostración
que tiene lugar dentro del contexto de una demostración mayor. Como con
cualquier demostración, una subdemostración generalmente comienza con
una suposición, indicada como se lo hace usualmente con la barra de Fitch.
Ahora bien, a diferencia de una premisa, la suposición o supuesto de una
subdemostración sólo se asume temporariamente. Durante el trnascurso de
la subdemostración en sí, el supuesto actúa como una premisa más. Pero una
vez terminada la subdemostración ese supuesto deja de surtir efecto sobre el
resto de la demostración.
Antes de dar una forma esquemática para la eliminación de la disyunción,
veamos una demostración formal particular que usa esta regla. Esto servirá
como una ilustración concreta de cómo las subdemostraciones aparecen en F.
Capítulo 7 115

1 (A ∧ B) ∨ (C ∧ D)

2 A∧B

3 B ∧ Elim: 2

4 B∨D ∨ Intro: 3

5 C∨D

6 D ∧ Elim: 5

7 B∨D ∨ Intro: 6

8 B∨D ∨ Elim: 1,2-4,5-7

Con reemplazos apropiados para A, B, C y D, esto es una formalización de


la demostración dada anteriormente. Contiene dos subdemostraciones. Una
de éstas va desde la línea 2 a la 4 y muestra que B ∨ D se sigue si asumimos
(temporariamente) A ∧ B. La otra, que va desde la línea 5 a la 7, muestra
que la misma conclusión se sigue a partir de suponer C ∧ D. Estas dos demos-
traciones, conjuntamente con la premisa (A ∧ B) ∨ (C ∧ D), son justamente
lo que necesitamos para aplicar el método de la prueba por caso (que desde
ahora vamos a nombrar como la regla de la eliminación de la disyunción).
Por lo tanto estas demostraciones se transforman en subdemostraciones de
nuestra demostración mayor.
Es interesante comparar esta prueba formal con la versión informal que
dimos en su momento para asegurarse de que se comprenda bien la idea. Nó-
tese que los pasos que introducen supuestos en las dos subdemostraciones no
necesitan ser justificados por una regla, tal y como sucede con la premisa de la
prueba “paterna”. Esto es porque no estamos afirmando que estos supuestos
se sigan de lo que está antes, los suponemos simplemente para mostrar qué se
sigue de suponerlos. También se notará que hemos usado la regla ∨Intro dos
veces en esta prueba, ya que es la única manera en la que podemos derivar el
enunciado deseado en cada subdemostración. Aunque parezca que estamos
descartando información cuando inferimos B ∨ D de la afirmación más fuerte
B, al considerar la prueba completa queda claro que B ∨ D es la afirmación
más fuerte que se sigue de la premisa original.
Ahora establecemos la versión esquemática de la regla de eliminación de
la disyunción.
Capítulo 7 116

Eliminación de la Disyunción (∨Elim):

P1 ∨ . . . ∨ Pn
..
.
P1
..
.
S

Pn
..
.
S
..
.
 S

Lo que esta regla dice es que tras establecer una disyunción P1 ∨ . . . ∨ Pn


y luego haber mostrado que S se sigue de cada uno de los disyuntos P1 a Pn ,
se puede concluir S. De nuevo, no importa el orden en el que aparezcan las
subdemostraciones, ni siquiera que estén después de la disyunción. Al aplicar
la regla hay que citar, eso sí, el paso que contiene la disyunción, junto con
cada una de las subdemostraciones necesarias.
Veamos otro ejemplo de esta regla, para enfatizar cómo se dan las justi-
ficaciones que involucran subdemostraciones. Demostremos que A se sigue a
partir del enunciado (B ∧ A) ∨ (A ∧ C).

1 (B ∧ A) ∨ (A ∧ C)

2 B∧A

3 A ∧ Elim: 2

4 A∧C

5 A ∧ Elim: 4

6 A∨D ∨ Elim: 1,2-3,4-5


Capítulo 7 117

La cita para el paso 6 muestra la forma de citar que usamos para referir-
nos a las subdemostraciones. La cita “n-m” es nuestro modo de referir a la
subdexnostración que comienza en la línea n y finaliza en la línea m.
Algunas veces, usando esta regla, encontrará natural usar la regla de reite-
ración introducida anteriormente. Por ejemplo, supongamos que modificamos
la demostración de arriba para mostrar que A se sigue de (B ∧ A) ∨ A.

1 (B ∧ A) ∨ A
2 B∧A
3 A ∧ Elim: 2
4 A
5 A Reit: 4
6 A ∨ Elim: 1,2-3,4-5

Aquí, a suposición de la segunda subdemostración es A, exactamente el


enunciado que queremos probar. Así, todo lo que necesitamos hacer es repetir
este enunciado para lograr que la subdemostración tenga la forma deseada.
(Podríamos también dar una subdemostración con sólo un paso, pero es más
natural usar reiteración en tales casos.)

Ejercicios y Problemas

Problema 7.1 La siguiente es una demostración formal incompleta. Le fal-


tan algunas justificaciones (indicadas por [. . .]) y algunos enunciados que
se indican con una línea punteada. Complete la demostración llenando las
partes faltantes.
Capítulo 7 118

1 P ∨ (Q ∧ R)

2 P

3 P∨Q  Intro: 2

4 P∨R ∨ Intro: [. . .]

5 ...... ∧ Intro: 3, 4

6 Q∧R

7 Q ∧ Elim: [. . .]

8 P∨Q ∨ Intro: 7

9 R  Elim: 6

10 ...... ∨ Intro: 9

11 (P ∨ Q) ∧ (P ∨ R) ∧ Intro: 8, 10

12 (P ∨ Q) ∧ (P ∨ R) ∨ Elim: [. . .], 2-5, 6-[. . .]

Problema 7.2 Dar demostraciones formales de lo siguiente:


1. P ∨ Q a partir de P ∧ Q

2. C ∨ B a partir de la premisa (A ∧ B) ∨ C

3. (A ∧ B) ∨ (A ∧ C) a partir de las premisas A y B ∨ C

7.3. Reglas para la negación:


Eliminación de la negación
La regla de eliminación de la negación corresponde a un paso válido muy
trivial, a partir de ¬¬P a P. Esquemáticamente:

Eliminación de la negación (¬Elim):

¬¬P
..
.
 P
Capítulo 7 119

La eliminación de la negación nos da una de las dirección del principio de


doble negación. Si bien razonablemente se podría esperar que la segunda re-
gla para la negación, la introducción de la negación, nos dé la otra dirección,
ahora veremos que no es tan simple.

Introducción de la negación

La regla de introducción de la negación es por contraste una de las reglas


más interesantes. Corresponde al método de demostración por contradicción.
También involucra el uso de una subdemostración, como ocurre con todos
los análogos formales nuestros métodos no triviales de demostración. La re-
gla dice que si podemos demostrar una contradicción sobre la base de una
suposición adicional P; entonces estamos autorizados a inferir ¬P a partir de
las premisas originales. En los sistemas formales es tradicional requerir que
la contradicción tome la forma de una demostración de algún enunciado de
la forma Q ∧ ¬Q. Esquemáticamente:

Introducción de la negación (¬Intro):

P
..
.
Q
..
.
¬Q
 ¬P

Para ilustrar esta regla, mostremos cómo demostrar ¬¬A a partir de A.


Capítulo 7 120

1 A
2 ¬A
3 A ∧ ¬A ∧ Intro: 1,2
4 ¬¬A ¬ Intro: 2-3

Advierta que en el paso 3, hemos citado un paso fuera de la subdemostra-


ción, a saber, el paso 1. Esto es legítimo, pero destaca algo que es importante.
¿Qué pasos pueden ser citados en un punto dado en una demostración? Co-
mo primera conjetura, podríamos pensar que se puede citar cualquier etapa
anterior. Pero no es correcto. Explicaremos el porqué, y cuál es la respuesta
correcta, en la sección siguiente. Mientras estemos en el tópico de la introduc-
ción de la negación, usaremos ésta para mostrar cómo podemos demostrar
cualquier enunciado a partir de premisas contradictorias.

1 P
2 ¬P
3 ¬Q
4 P ∧ ¬P ∧ Intro: 1,2
5 ¬¬Q ¬ Intro: 3-4
6 Q ¬ Elim: 5

7.4. El uso adecuado de las subdemostraciones.


Antes de introudicir las reglas correspondientes al condicional y al bi-
condicional, nos detendremos sobre el uso adecuado de las subdemostracio-
nes, rasgo característico de los sistemas deductivos estilo Fitch por lo que
es importante que comprender cómo usarlas adecuadamente, puesto que si
no somos cuidadosos, podríamos “demostrar” cosas que no se siguen de sus
premisas. Por ejemplo, la demostración formal siguiente parece que estuviera
construida de acuerdo con nuestras reglas, pero su propósito de demostrar
que A ∧ B se sigue de (A ∧ B) ∨ (A ∧ C), claramente no es correcto.
Capítulo 7 121

1 (A ∧ B) ∨ (A ∧ C)
2 A∧B
3 A ∧ Elim: 2
4 B ∧ Elim: 2
5 A∧C
6 A ∧ Elim: 5
7 A ∨ Elim: 1, 2-4, 5-6
8 A∧B ∧ Intro: 7,3

El problema con esta demostración es el paso 8. En este paso, hemos usado


el paso 3, un paso que tiene lugar dentro de una subdemostración anterior.
Pero resulta que esta clase de justificación –que toma sólo una parte interna
de una subdemostración anterior que ya ha finalizado– no es legítima. Para
comprender por qué no es legítima, necesitamos pensar acerca de qué función
cumplen las subdemostraciones en un trozo del razonamiento.
Una subdemostración tiene el siguiente aspecto típico:

P
..
.
Q
R
..
.
S
T
..
.
Capítulo 7 122

Las subdemostraciones comienzan con la introducción de una nueva su-


posición, en este ejemplo R. El razonamiento dentro de una subdemostración
depende de esta nueva suposición, conjuntamente con cualquier otra pre-
misa o suposición de la demostración paterna. Así, en nuestro ejemplo, la
derivación de S podría depender tanto de P como de R. Cuando una subde-
mostración finaliza, indicado por el fin de la línea vertical que liga también a
las subdemostraciones, el razonamiento posterior no puede usar más la supo-
sición de la subdemostración, o algo que dependa de ésta. Ni podemos usar la
regla de reiteración para alcanzar aquellos pasos. Decimos que la suposición
ha sido descargada o que la subdemostración ha sido cancelada o terminada.
Cuando una subdemostración ha sido cancelada, sus pasos individuales ya
no estarán accesibles. Es sólo la subdemostración como un todo la que puede
ser citada como justificación para un paso posterior. Lo que esto significa es
que al justificar la afirmación T en nuestro ejemplo, podríamos citar P, Q y la
subdemostración como un todo, pero no podríamos citar ítems individuales
como R o S. Una vez que 1a subdemostración ha sido cancelada, ya no están
accesibles.
En esto, por supuesto, es donde nos equivocamos en el paso 8 en la de-
mostración falaz anterior. Citamos un paso de una subdemostración que ya
había sido cancelada, como lo es el paso 3. Pero la proposición B, en aquel
paso, había sido demostrada sobre la base de las suposición B ∧ A, una supo-
sición que hicimos sólo temporariamente. La suposición ya no tendrá fuerza
en la etapa 8, y en este sentido no puede ser usada en ese punto.
Esta prevención no lo inhibe de citar, dentro de una subdemostración,
ítems que tienen lugar fuera de la subdemostración, siempre y cuando no
ocurran dentro de una subdemostración que ha sido cancelada. Por ejemplo,
en la demostración esquemática dada arriba, la justificación para S podría
incluir el paso que contiene a Q.
Esta observación debe tenerse más en cuenta cuando está trabajando en
una subdemostración de una subdemostración. No hemos visto aún ningún
ejemplo donde se necesite tener subdemostraciones dentro de subdemostra-
ciones, pero tales ejemplos son fáciles de lograr. Este es uno, el cual es una
demostración de una dirección de la primera ley de DeMorgan:
Capítulo 7 123

1 ¬(P ∧ Q)

2 ¬(¬P ∨ ¬Q)

3 ¬P

4 ¬P ∨ ¬Q ∨ Intro: 3

5 (¬P ∨ ¬Q) ∧ ¬(¬P ∨ ¬Q) ∧ Intro: 4, 2

6 ¬¬P ¬ Intro: 3-5

7 P ¬ Elim: 6

8 ¬Q

9 ¬P ∨ ¬Q ∨ Intro: 8

10 (¬P ∨ ¬Q) ∧ ¬(¬P ∨ ¬Q) ∧ Intro: 9, 2

11 ¬¬Q ¬ Intro: 8-10

12 Q ¬ Elim: 11

13 P∧Q ∧ Intro: 7, 12

14 ¬(P ∧ Q) Reit: 1

15 (P ∧ Q) ∧ ¬(P ∧ Q) ∧ Intro: 13, 14

16 ¬¬(¬P ∧ ¬Q) ¬ Intro: 2-15

17 ¬P ∧ ¬Q ¬ Elim: 16

Advierta que 1a subdemostración 2-15 contiene dos subdemostraciones,


3-5 y 8-10. En el paso 5 de la subdemostración 3-5 citamos el paso 2 a
partir de la subdemostración paterna 2-14. Similarmente, en el paso 10 de
la subdemostración 8-10, citamos el paso 2. Esto es legítimo puesto que la
subdemostración 2-14 no ha sido cancelada. Aunque no lo hemos necesitado
en esta demostración, podríamos haber citado el paso 1 de la demostración
principal en ambas de las subdemostraciones.
Otro aspecto que es importante de destacar sobre esta demostración es
el uso de la regla de reiteración en el paso 14. No necesitamos usar aquí la
reiteración, pero lo hicimos sólo para ilustrar un punto. Cuando realizamos
subdemostraciones, la reiteración es como cualquier otra regla: cuando la usa,
puede citar pasos que están fuera de las subdemostraciones inmediatas, si las
demostraciones que contienen los pasos citados no hubieran sido canceladas.
Capítulo 7 124

Por ejemplo, si reemplazamos la justificación del paso 10 con “Reit: 5”, en-
tonces nuestra demostración ya no será correcta.

Recordar

Una vez que una subdemostración ha sido cancelada, puede


sólo ser citada como un todo. Sus ítems individuales no están
disponibles.

Para justificar un paso de una subdemostración, se puede citar


cualquier paso anterior contenido en la demostración principal,
o en una subdemostración que no ha sido cancelada.

7.5. Un ejemplo trabajado


Cuando elabore demostraciones formales de la validez de argumentos,
descubrirá que encontrar una demostración formal es a menudo mucho más
difícil que reconocer a validez del argumento mismo. Una inferencia intui-
tivamente obvia puede extraviar a alguien no versado en las triquiñuelas
del sistema formal particular. Sistemas formales diferentes toman inferencias
diferentes como básicas, y, en consecuencia, lo que es fácil en uno puede vol-
verse un intrincado problema en otro. Ningún sistema formal puede evitar
completamente estos problemas, y ésta es la razón por la que las demostra-
ciones formales nunca se dan en la práctica, aún por lógicos profesionales.
Su valor principal radica no en que sean herramientas para razonar, sino en
la teorización sobre el razonamiento mismo. En esta sección discutiremos có-
mo encontrar una demostración formal para un problema como ejemplo. El
problema que abordaremos va en dirección opuesta a la primera ley de De-
Morgan, y muestra que ¬(P ∧ Q) se sigue de ¬P ∨ ¬Q. Una buena manera de
enfocar la construcción de una demostración formal consiste en convencerse
primero detalladamente de que la conclusión se sigue en verdad de las pre-
misas. Luego, ver si se puede reflejar ese razonamiento en el sistema formal.
Dar una demostración informal es entonces una buena manera de empezar.
A continuación, entonces, damos una demostración informal detallada del
resultado deseado.
Capítulo 7 125

Demostración: Se nos da ¬P ∨ ¬Q. Para intentar una reducción al


absurdo, supondremos P ∧ Q e intentaremos derivar una contradic-
ción. Hay que considerar dos casos, ya que se nos ha dado que ¬P es
verdadero o que ¬Q es verdadero. Pero cada una de estas suposicio-
nes contradice el supuesto P ∧ Q: ¬P contradice el primer miembro de
la conjunción y ¬Q contradice el segundo. Por consiguiente, nuestro
supuesto lleva a una contradicción y completamos nuestra demostra-
ción.

Intentemos construir una demostración formal que modelice este razona-


miento. Comenzamos escribiendo nuestras premisas en la cima de nuestro
esquema de demostración, nuestra conclusión en la base, dejando bastante
lugar entre medio.

1 ¬P ∨ ¬Q
..
.
¬(P ∧ Q)

El método principal utilizado en nuestra demostración informal fue la


reducción al absurdo, que corresponde a la introducción de la negación. De
modo que podemos llenar un poco del lugar libre en la demostración.

1 ¬P ∨ ¬Q
2 P∧Q
..
.
Alguna contradicción
¬(P ∧ Q)

Nuestra demostración informal mostró que había una contradicción siem-


pre que ¬P o ¬Q fuera el caso. La contraparte formal de la demostración
por casos es a eliminación de la disyunción, y entonces nuestra demostración
adquiriría el siguiente aspecto.
Capítulo 7 126

1 ¬P ∨ ¬Q
2 P∧Q
3 ¬P
..
.
Alguna contradicción
¬Q
..
.
Alguna contradicción
Alguna contradicción ∨ Elim: 1, 3-?, ?-?
¬(P ∧ Q) ¬ Intro: 2-?

Es fácil encontrar una contradicción en cada uno de estos casos.

1 ¬P ∨ ¬Q
2 P∧Q
3 ¬P
4 P ∧ Elim: 2
5 P ∧ ¬P ∧ Intro: 4, 3
6 ¬Q
7 Q ∧ Elim: 2
8 Q ∧ ¬Q ∧ Intro: 7, 6
9 Alguna contradicción ∨ Elim: 1, 3-5, 6-8
10 ¬(P ∧ Q) ¬ Intro: 2-?

Si intentamos terminar esta demostración, vemos que hay un problema en el


paso 9. La eliminación de la disyunción requiere que establezcamos exacta-
mente el mismo enunciado en ambas subdemostraciones 3-5 y 6-8. Desgra-
ciadamente, hemos establecido dos contradicciones diferentes. Para dar una
Capítulo 7 127

demostración en el sistema F, debemos encontrar una manera de superar este


problema, esto es, derivar la misma contradicción en cada subdemostración.
Intentemos establecer P ∧ ¬P en cada una de ellas.

1 ¬P ∨ ¬Q
2 P∧Q
3 ¬P
4 P ∧ Elim: 2
5 P ∧ ¬P ∧ Intro: 4, 3
6 ¬Q
7 Q ∧ Elim: 2
..
.
P ∧ ¬P
P ∧ ¬P ∨ Elim: 1, 3-5, 6-?
¬(P ∧ Q) ¬ Intro: 2-?

Aquí necesitamos usar una triquiñuela. Ya hemos mostrado, al incorporar


a nuestro sistema la regla de Introducción de la negación, cómo derivar lo
opuesto de un supuesto si de éste llegamos a una contradicción. Por esto,
dentro de nuestra segunda subdemostración, nos valdremos de que hay una
contradicción, Q∧¬Q, para establecer P∧¬P. Ello nos proporcionará el mismo
enunciado contradictorio en cada subdemostración, lo que nos colocará en
posición para terminar la demostración.
Capítulo 7 128

1 ¬P ∨ ¬Q
2 P∧Q
3 ¬P
4 P ∧ Elim: 2
5 P ∧ ¬P ∧ Intro: 4, 3
6 ¬Q
7 Q ∧ Elim: 2
8 ¬(P ∧ ¬P)
9 Q ∧ ¬Q) ∧ Intro: 7, 6
10 ¬¬(P ∧ ¬P) ¬ Intro: 8-9
11 P ∧ ¬P ¬ Elim: 10
12 P ∧ ¬P ∨ Elim: 1, 3-5, 6-11
13 ¬(P ∧ Q) ¬ Intro: 2-12

Ejercicios y Problemas

Problema 7.3 La siguiente es una demostración formal incompleta. Le fal-


tan algunas justificaciones (indicadas por [. . .]) y algunos enunciados que
se indican con una línea punteada. Complete la demostración llenando las
partes faltantes.
Capítulo 7 129

1 P∨Q

2 ¬P

3 ...

4 ¬Q

5 P ∧ ¬P ∧ Intro: [. . .]

6 ¬¬Q ¬ Intro: 4-5

7 ... ¬ Elim: 6

8 Q

9 Q Reit: 8

10 Q ∨ Elim: 1, [. . .], 8-9

Problema 7.4 Demostrar P ∨ (Q ∧ R) a partir de las premisas P ∨ Q y P ∨ R.


(Esto requerirá usar una subdemostración dentro de una subdemostración.)
Problema 7.5 Dar una demostración informal que podría haberse usado de
guía para la demostración formal dada en la sección 7.4 para un lado de la
primer ley de DeMorgan.
Problema 7.6 Dar demostraciones informales de lo siguiente (sin presuponer
las leyes de DeMorgan). Luego dar demostraciones formales que reflejen a las
informales tan fielmente como sea posible.
1. ¬P ∧ ¬Q a partir de la premisa ¬(P ∨ Q)

2. ¬(P ∨ Q) a partir de la premisa ¬P ∧ ¬Q

Problema 7.7 Dar demostraciones formales de lo siguiente:


1. ¬A a partir de la premisa ¬(A ∨ B)

2. A a partir de las premisas ¬(¬A ∧ B) y ¬(¬B ∨ C)

7.6. Demostraciones sin premisas


No todas las demostraciones comienzan con la suposición de las premisas.
En principio esto puede parecer extraño pero de hecho es la manera en la
Capítulo 7 130

que usamos nuestro sistema deductivo para mostrar que un enunciado es una
verdad lógica. Un enunciado que puede ser demostrado sin premisa alguna es
necesariamente verdadero. Abajo, tenemos una demostración de esta clase,
una demostración que muestra que (¬P ∧ Q ∧ ¬P) es derivable en F sin el
uso de premisas.

1 P ∧ Q ∧ ¬P
2 P ∧ Elim: 1
3 ¬P ∧ Elim: 1
4 P ∧ ¬P ∧ Intro: 2,3
5 ¬(P ∧ Q ∧ ¬P) ¬ Intro: 1-4

Advierta que no hay suposiciones arriba de la primera barra horizontal de


Fitch, indicando que la demostración principal no tiene premisas. El primer
paso de la demostración es la suposición de la subdemostración. La subdemos-
tración deriva una contradicción, basada sobre esta suposición, permitiendo
de este modo concluir que la negación del supuesto de la subdemostración
se sigue sin necesidad de las premisas. En otras palabras, es una verdad lógica.

Recordar

Una demostración sin premisas muestra que su conclusión es


una verdad lógica

Ejercicios y Problemas

Problema 7.8 La siguiente es una demostración formal incompleta. Le fal-


tan algunas justificaciones (indicadas por [. . .]) y algunos enunciados que
se indican con una línea punteada. Complete la demostración llenando las
partes faltantes.
Capítulo 7 131

1 ¬(P ∨ ¬P)

2 P

3 ... ∨ Intro: 2

4 (P ∨ ¬P) ∧ ¬(P ∨ ¬P) ∧ Intro: 3, 1

5 ¬P ¬ Intro: 2-4

6 ...

7 P ∨ ¬P ∧ Intro: 6

8 (P ∨ ¬P) ∧ ¬(P ∨ ¬P) [. . .]

9 ¬¬P ¬ Intro: 6-8

10 ¬P ∧ ¬¬P ∧ Intro: 5, 9

11 ¬¬(P ∨ ¬P) ¬ Intro: 1-10

12 P ∨ ¬P [. . .]

7.6.1. Cita de teoremas


Las demostraciones en el sistema F pueden hacerse extremadamente lar-
gas, especialmente si insistimos en volver a los primeros principios en cada
demostración. Se recordará que en las clases de geometría del secundario, se
permitía citar teoremas establecidos previamente para dar demostraciones
subsiguientes, y esto acortaba considerablemente las demostraciones poste-
riores.
Permitimos un uso similar de teoremas anteriores en el sistema F. Si ya se
ha construido una demostración de alguna conclusión Q a partir de premisas
Pi . . . Pn , entonces ciertamente estará permitido aseverar Q cuando se ha
establecido Pi . . . Pn . Cuando hagamos esto, citaremos como justificación los
pasos en que Pi . . . Pn aparecen en la demostración, e indicaremos que éste es
un teorema previo. Si el teorema a utilizar tiene un nombre común es buena
idea utlizarlo en la justificación del paso. Si proviene de un ejercicio o de un
ejemplo se especifica también.
Veamos ahora un ejemplo:
Capítulo 7 132

1 ¬(P ∧ Q)
2 P
3 ¬P ∨ ¬Q Teorema Previo (DeMorgan): 1
4 ¬¬P Teorema Previo Ej. Sección 7.3: 2
5 ¬Q Teorema Previo (Silogismo Disyuntivo): 3, 4

Al comparar las demostraciones citadas aquí, se notará una discordancia


en las letras de enunciado usadas. Por ejemplo, en la página 119 mostramos
que ¬¬A se seguía de A, pero en nuestra demostración estamos concluyendo
¬¬P a partir de P. Esto está permitido, ya que la demostración anterior
seria igualmente correcta si A fuese remplazada por P, o por cualquier otro
enunciado, simple o complejo.

7.7. Reglas para el condicional:


Ahora vamos a introducir las reglas para nuestro sistema F que hacen
uso de los condicionales y que son los análogos formales de los métodos de
demostración que incluyen esta clase de conectivas. Nuevamente, tenemos
tanto la regla de introducción como la de eliminación para cada una.

Eliminación del condicional


La regla modus ponens o eliminación del condicional es fácilmente forma-
lizable. Si hemos demostrado tanto P → Q como P entonces podemos afirmar
Q, citando como justificación estos dos pasos anteriores. No hace ninguna di-
ferencia el orden en el que aparecen los primeros pasos. Esquemáticamente:

Eliminación del condicional (→ Elim):

P→Q
..
.
P
 Q
Capítulo 7 133

Introducción del condicional


La correspondiente regia de introducción es la contraparte formal del
método de demostración condicional. Involucra la construcción de una sub-
demostración. Para demostrar un enunciado de la forma P → Q comenzamos
nuestra subdemostración con la suposición de P y tratamos de demostrar Q.
Si tenemos éxito, entonces nos está permitido cerrar la subdemostración y
concluir nuestro condicional deseado, citando la subdemostración como jus-
tificación. Esquemáticamente:

Introducción del condicional (→ Intro):

P
..
.
Q
 P→Q

Aquí tenemos un ejemplo simple que involucra ambas de estas reglas, una
demostración de A → C a partir de (A ∨ B)→ C.

1 (A ∨ B) → C

2 A

3 A∨B ∨ Intro: 2

4 C → Elim: 1, 3

5 A→C → Intro: 2-4

Una vez que tenemos a nuestra disposición la introducción del condicional,


podemos convertir cualquier demostración con premisas en la demostración,
sin premisas, del condicional correspondiente. Por ejemplo, mostramos en
una sección anterior cómo dar una demostración formal de ¬¬A a partir de
la premisa A. Usando esto, podemos dar una demostración del enunciado
lógicamente verdadero A → ¬¬A.
Capítulo 7 134

1 A
2 ¬A
3 A ∧ ¬A ∧ Intro: 1, 2
4 ¬¬A ¬ Intro: 2-3
5 A → ¬¬A → Intro: 1-4

Advierta que la subdemostración de aquí es idéntica a la demostración origi-


nal dada anteriormente. Simplemente tomamos tal demostración y la trans-
formamos en una demostración que usa la introducción del condicional, de
A → ¬¬A.

7.8. Reglas para el bicondiconal:


Las reglas para el bicondicional son justamente las que deberíamos espe-
rar, dadas las reglas del condicional.
La regla de eliminación para el bicondicional puede ser establecida esque-
máticamente como sigue:

Eliminación del bicondicional (↔ Elim):

P↔Q
..
.
Q
..
.
 P ↔Elim

Esto significa que uno puede concluir Q si uno puede establecer P y alguno
de los bicondicionales indicados. La regla de introducción para el bicondicio-
nal P ↔ Q requiere que realice dos subdemostraciones, una mostrando que
Q se sigue de P. y otra mostrando que P se sigue de Q.
Capítulo 7 135

Introducción del bicondicional (↔ Intro):

P
..
.
Q
Q
..
.
P
 P↔Q

Ejercicios y Problemas.
Problema 7.9 Demuestre formalmente:
1. A → (B → A) sin premisas.

2. (A → (B → C)) ↔ ((A ∧ B) → C) sin premisas.

3. C ∧ D desde las premisas (A ∨ (B ∧ C), ¬E, (A ∨ B) → (D ∨ E), y ¬A.

4. A → (A ∨ B) sin premisas.

Problema 7.10 Dar demostraciones de las siguientes equivalencias impor-


tantes. Una vez que las haya demostrado encontrará útil citarlas frecuente-
mente.
1. (P → Q) ↔ (¬P ∨ Q)

2. ¬(P → Q) ↔ (P ∧ ¬Q)
Capítulo 7 136

Problema 7.11 Completar las siguientes demostraciones incompletas (no se


olvide de las justificaciones):

1 (A ↔ B) ∧ (A ↔ C)

1 ¬A ∧ ¬B 2 A

2 A 3 A↔B

3 ¬B 4 B

4 ¬A 5 ... ∨ Intro . . .

5 ... 6 B∨C

6 ... 7 B

7 B 8 A↔B

8 ¬A 9 ...

9 B 10 C

10 ... 11 A↔C

11 A 12 A

12 A↔B 13 ... ∨ ...

14 A ↔ (B ∨ C)

Problema 7.12 Demostrar que (A ∧ B) ∨ (¬A ∧ ¬B) se sigue de A ↔ B


(Ayuda: intente demostrar primero este teorema: A ∨ ¬A)

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