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propuesto considera que las dimensiones de la para criar a un niño –alimentarlo, asearlo, vestirlo,
diversidad cultural y la desigualdad social se hacerlo dormir–, por insignificante o rutinaria
encuentran estrechamente entrelazadas en el que parezca, lleva implícita toda una serie de
cuidado infantil, lo que permite advertir sobre representaciones sobre la niñez y el cuerpo infantil
los límites del relativismo cultural en situaciones que, a su vez, remiten a nociones más amplias
de pobreza y de vulneración de derechos. Desde acerca del sujeto, el curso de la vida, la familia, la
esta mirada, que busca no perder de vista la maternidad, la paternidad y los vínculos sociales.
complejidad de los fenómenos sociales, se apuesta Trabajos antropológicos centrados en la primera
a que la pluralidad de modos de criar a los niños infancia9-11 dan cuenta de la dimensión ritual que
que suele presentarse ante los pediatras pueda acompaña esos cuidados rutinarios del cuerpo del
ser evaluada en términos de una contribución bebé, que involucran no solo a sus progenitores,
para repensar los propios supuestos profesionales sino a una red social más amplia en la que debe
sobre la crianza. ser incluido. Sitúan el cuidado infantil, a la vez,
como una técnica corporal, un ritual, así como
EL CARÁCTER SOCIOCULTURAL DEL un proceso que participa en la construcción de
PROCESO DE CRIANZA la identidad y del estatus social del niño y de su
La diversidad de prácticas de crianza familia, y, al mismo tiempo, los revela.
demuestra el carácter social y cultural, es decir, Por ejemplo, en comunidades andinas de
no está signado por procesos biológicos e habla quechua, el cuidado del recién nacido
innatos, de la evolución del cuidado infantil. implica amamantarlo, asearlo, envolverlo con
Dada la indefensión con que nacen los seres varias mantas, pero también cumplir con los
humanos y la imposibilidad de garantizar sus rituales ligados a la placenta, considerada un
cuidados a partir de conductas instintivas de los hermano menor del niño. Descuidar el modo de
adultos, cada sociedad debe generar mecanismos enterrarla implica un error grave en la crianza,
convencionales que le permitan introducir a sus ya que acarrea serias consecuencias para su
nuevos miembros en el mundo de las relaciones desarrollo como ser humano. Así, “mediante
sociales y de los significados culturales. las formas de cuidado del niño, las sociedades
Todas las sociedades construyen y ponen en expresan su visión del mundo, sus sistemas de
práctica pautas de crianza. Para ello, elaboran valores, sus representaciones de la vida y de la
un conjunto de saberes teóricos y prácticos sobre muerte”.12
el cuidado y la educación de los niños, que dan Por lo tanto, los procesos de crianza significan
lugar a la definición –más o menos explícita y bastante más que un conjunto de prácticas
siempre disputada– de los modos apropiados cotidianas de atención y cuidado del niño: tienen
de tratarlos y atenderlos, así como de enseñarles un papel central en la construcción de la persona
los comportamientos esperados, valorados o no tal como la define cada sociedad. Con construcción
permitidos en ese grupo social. El proceso de de la persona, se alude a la definición social de
crianza involucra estas prácticas de cuidado y humanidad, a los procesos que, en el marco de
formación de los niños, sobre todo, durante los cada cultura, son considerados necesarios para
primeros tramos de su vida. que un ser adquiera el atributo de ser humano
En este proceso, los propios niños están lejos y al modo en que la sociedad interviene en esos
de ser pasivos, pues interpelan las definiciones procesos, que son continuos y no finitos. Al ser
construidas por los adultos y los obligan a una experiencia social y culturalmente mediada,
explicitarlas y reformularlas constantemente. la construcción de la persona no se correlaciona de
Estudios situados en la llamada antropología de modo necesario con la concepción o el nacimiento
la niñez han replanteado el análisis de la crianza ni empieza y termina en todas las sociedades
y de la socialización al mostrar que el niño no al mismo tiempo. Por ejemplo, en numerosas
es un mero receptor inmaduro de un producto sociedades, el recién nacido no existe en cuanto
social acabado y generado solo por los adultos, ser humano completo, sino que su transformación
sino un actor social que participa de manera en persona deviene de un proceso largo y
activa en su propia inserción en la vida social y trabajoso, que termina varios meses después del
en la producción de cultura, y construye sentidos alumbramiento y requiere determinados rituales
y relaciones sociales a partir de su vivencia e para ser llevado a cabo con éxito.
interacción.4-8 En el modelo occidental urbano de clase
Cada una de las acciones cotidianas realizada media, surgido en la modernidad, la crianza debe
Crianza infantil y diversidad cultural. Aportes de la antropología a la práctica pediátrica / e381
ser, idealmente, realizada en el ámbito privado reconocerse que, en realidades como la nuestra,
del hogar por la pareja parental, en especial, por la diversidad cultural –ligada, en gran medida, a
la madre, en quien recae la mayor responsabilidad pertenencias étnicas particulares– tiene existencia
por llevarla a buen término. Ese proceso, sin en una sociedad profundamente desigual.
embargo, es visto como algo demasiado riesgoso En otros términos, si bien la cultura es un
como para resolver exclusivamente en la esfera elemento central en la construcción de los modos
familiar, por lo que requiere de la supervisión de criar a los niños, que no puede obviarse
de expertos, entre los cuales se encuentran los en su abordaje, no es el único tipo de proceso
pediatras. Este lugar del saber médico no es social que interviene ni se produce de manera
inherente al cuidado infantil, sino que resulta aislada de otras relaciones sociales o por fuera
de su intervención higiénica en las familias y la de las transformaciones históricas. No todas las
medicalización de la crianza, producidas desde prácticas de formación y cuidado infantil son
fines del siglo XVIII a través de la pedagogía y el resultado de elecciones culturales, sino que muchas
reforzamiento de la maternidad, equiparada a la de ellas devienen de los condicionamientos
femineidad.2,3,13,14 socioeconómicos que afectan a las familias y
En este marco, las prácticas de crianza apuntan comunidades según su clase social. Con esto
a una gradual adquisición de habilidades que se procura advertir acerca de ciertos usos
permitan la progresiva autonomización física y esencialistas y ahistóricos de la cultura que,
psíquica del niño, pensado como un individuo presentándola de manera descontextualizada y
singular con un futuro proyecto personal para cristalizada, entrañan el riesgo de folklorizar la
ser desplegado, en el marco de un proceso pobreza, al tomar como producto de opciones
particular de construcción de la persona surgido culturales, prácticas y representaciones que, en
en la modernidad, que la homologa a la noción realidad, provienen de la desigualdad social y
de individuo. la vulneración de derechos (por ejemplo, ciertos
Sin embargo, los modelos de crianza de otros discursos han atribuido a prácticas culturales
grupos socioculturales enfatizan la inscripción la desnutrición de los niños wichi del Norte
del niño como integrante y parte complementaria Argentino).15
de su grupo, el cual también es responsable de El enfoque propuesto, por el contrario, implica
su cuidado y educación. En este caso, la persona considerar los sistemas de cuidado infantil, a la
es construida como parte de un colectivo (linaje, vez, como producto de la construcción de saberes
clan, familia extensa, casta): el ser humano solo y prácticas por parte de los distintos conjuntos
puede existir como una singularidad en el marco sociales y como emergentes estructurales de las
de su comunidad. El valor social del niño no condiciones históricas de una sociedad dada, es
reside en su individualidad, sino, más bien, en decir, percibir que, en otras o diferentes prácticas
su carácter de eslabón que enlaza generaciones de crianza, hay elementos que responden a
y pertenece al grupo tanto como a sus padres. opciones culturales, pero también otros que
De allí que las relaciones de parentesco y derivan de la pobreza y la vulneración de sus
comunitarias sean centrales para comprender y derechos. Tal como lo plantean Ortale y Santos,16
abordar los problemas ligados a su crianza y su las acciones de cuidado que constituyen la
salud. crianza se basan en patrones culturales, creencias
personales y otros conocimientos adquiridos,
DIVERSIDAD CULTURAL Y pero también en las posibilidades fácticas de que
DESIGUALDAD SOCIAL: disponen los cuidadores.
DOS DIMENSIONES QUE SE ENTRELAZAN Es, entonces, la articulación de esas dos
EN EL PROCESO DE CRIANZA dimensiones –diversidad cultural y desigualdad
Si, hasta aquí, ha podido verse el papel que social– la que hace posible analizar los problemas
las particularidades culturales desempeñan sociales de la infancia en toda su complejidad y
en la crianza, resulta necesario complejizar su se revela especialmente indispensable a la hora
abordaje, teniendo en cuenta que las prácticas de abordar los desencuentros sobre la crianza que
y representaciones que pone en juego no se se producen en la consulta pediátrica. Desde esta
producen en un vacío histórico y político ni son perspectiva, por ejemplo, es difícil que se puedan
llevadas a cabo por una comunidad aislada y atribuir a priori los problemas de nutrición de un
homogénea. Antes bien, si se admite el carácter niño indígena a pautas culturales o a costumbres
dinámico y conflictivo de la vida social, debe familiares. Antes bien, se impone la pregunta
e382 / Arch Argent Pediatr 2020;118(4):e379-e383 / Artículo especial