El aire, esa mezcla de gases, es un fluido, como el agua, y tiene
densidad, es decir, tiene una masa que ocupa un espacio. En el caso del aire hay tan poca masa en un espacio tan grande, que su densidad es mil veces menor que la del agua. Es decir, las moléculas del aire están mil veces más separadas entre ellas que las del agua y por eso el aire es tan difícil de atrapar.
Pero cuando se mueve (cuando se convierte en viento), muchas
partículas de aire se estrellan contra nosotros en muy poco tiempo y nos empujan tratando de pasar. O cuando nosotros nos movemos rápido, como en una moto o en un carro, nuestra piel empuja muchas partículas en solo unos segundos y sentimos la fuerza del aire que se resiste a quitarse del camino.
Materiales:
- Un recipiente (preferiblemente transparente)
- Un alfiler - Un vaso
Objetivos:
Comprobar que el aire existe. Observar la presencia del aire a menos
que esté en movimiento. Marco teórico:
El aire es una mezcla de gases que se encuentra compuesto de nitrógeno
(78.03%), oxígeno (20.93%), argón, gas carbónico, criptón helio y xenón. Como el aire es un cuerpo gaseoso, no lo podemos ver, ni tocar, pero si sentimos su presencia en forma de viento cuando golpea nuestra cara. El aire no tiene sabor, olor y ni color.
¿Qué sucede cuando se sumerge el vaso en el recipiente con agua?
El vaso no se moja por dentro, no se le mete el agua porque está lleno
de aire y el aire no puede subir. El vaso seguirá lleno de aire y no dejará que entre el agua. Cuesta trabajo sumergir el vaso y se siente que el agua lo empuja hacia arriba. Sostuve el vaso boca abajo dentro del agua, cuando lo incliné un poco, el aire salió del recipiente y unas burbujas repentinas empezaron a salir recién cuando entra un poco de agua.
¿Qué pasa en la figura 3? ¿Qué podemos concluir?
Lo primero de todo es hacer un pequeño agujero en una botella de
plástico, lo tapamos provisionalmente con la ayuda de nuestro dedo y llenamos la botella de agua, tapándola seguidamente por el tapón. Al quitar el dedo del agujero se observa que no sale nada de agua. Pero, si quitamos el tapón de la botella, observamos que sí. Esto es debido a que al mantener la botella con el tapón puesto, la presión interna sobre el agujero (la presión ejercida por el aire contenido en la botella más la presión ejercida por la columna de agua que hay por encima del agujero) es igual a la presión externa (la presión atmosférica). Por esto no sale agua por el agujero.
No obstante, si quitamos el tapón, permitiendo que el aire (y la presión
atmosférica) entre por la parte superior de la botella, se rompe el equilibrio anterior. La presión interna sobre el agujero (la presión atmosférica en el interior de la botella más la presión ejercida por la columna de agua sobre el agujero) es superior a la presión externa (la presión atmosférica). Esta diferencia de presión hace que el agua salga de la botella.
Conclusiones:
1. La presión atmosférica es la responsable de que el agua no caiga.
Sobre el papel actúan dos fuerzas: por un lado, el peso del agua, y por otro lado, la presión atmosférica del aire.
2. Aunque no la veamos, si el agua no se cae es porque la presión
atmosférica ejerce tanta fuerza sobre el papel que es capaz de sujetar todo el peso del agua.
3. La presión atmosférica empuja el papel hacia arriba, haciendo que el