Está en la página 1de 2

Cuando parece que

nada funciona ...


ORACIONES PARA LOS MOMENTOS DIFÍCILES

¿Cómo se supone que sostengamos el peso de tanto dolor? ¿Por qué se siente como si el mundo
estuviera ardiendo en llamas? ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?

Hay días en los cuales el peso de todo lo que sucede a nuestro alrededor se siente abrumador.

Cuando parece que no hay nada más que puedas hacer para ayudar a resolver los problemas del
mundo, hay algo que siempre hace la diferencia: la oración. La Biblia dice que cuando oramos,
Dios nos escucha (1 Juan 5:14) y eso cambia las cosas (Marcos 11:22). La oración no tiene que
ser la última opción; puede ser nuestro primer paso de acción ante cualquier situación que
estemos enfrentando. Este recurso te ayudará a orar a través de las Escrituras cuando parece
imposible encontrar las palabras correctas.

Oh Dios, ¡escucha mi clamor! ¡Oye mi oración! Desde los extremos de la tierra, clamo a ti por
ayuda cuando mi corazón está abrumado. Guíame a la imponente roca de seguridad... (Salmo
61:1-2, NTV).

Dios, Tu Palabra dice que cuando mi corazón está abrumado, Tú me guiarás hacia Ti mismo, la Roca que
es más alta que yo. Tú escuchas cada vez que clamo a ti en medio de la situación que estoy enfrentando,
y Tú conoces cada detalle que no puedo ver. Cuando no sé adónde más recurrir, puedo acudir a Ti.
Rindo ante ti cada sentimiento que amenaza con abrumarme hoy, y decido poner mi confianza en Ti, mi
Roca. En el Nombre de Jesús, Amén.

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. (1 Pedro 5:7, NVI)

Dios, hoy vengo ante Ti en medio de mi ansiedad y pido Tu consuelo. Solo Tú puedes brindar
paz en medio de situaciones que provocan inquietud inmensa. Te pido que reemplaces mis
pensamientos ansiosos con Tu paz. Ayúdame a descansar en el conocimiento de que Tú me
cuidas y que te importa por lo que estoy atravesando. En el Nombre de Jesús, Amén.

¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus
pensamientos! Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna. (Isaías 26:3-4,
NTV)

Dios, te doy gracias por el regalo de Tu perfecta paz. Escojo hoy poner mi confianza solamente en Ti.
Solamente Tú traes paz. Solamente Tú me das una mente firme y buen juicio. Solo puedo estar firme
en la Roca segura que eres Tú. Ayúdame a confiar en Ti hoy, aun cuando el mundo a mi alrededor
haga que me sienta insegura, temerosa e inestable. En el Nombre de Jesús, Amén.
»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con
mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para
su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana». (Mateo 11:28-30, NVI)

Dios, estoy cansada y agobiada por todas mis luchas. Te pido descanso. No solamente pido
dormir, sino descanso para mi corazón cargado y mi alma cansada. Jesús, te alabo por ser
manso y humilde de corazón. Gracias por el sacrificio de la cruz que me permite, en medio de
los días más intolerables, acercarme al Señor como mi Padre y Amigo, Aquel que me sostiene
cuando es difícil seguir adelante. En el Nombre de Jesús, Amén.

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y
te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10, NVI)

Dios, en mi temor, me rindo a Ti. Tú eres el Dios todopoderoso. Omnipotente y perfecto en


todos Tus caminos. Aun cuando no pueda ver lo que estás haciendo, pondré mi confianza en Tu
fuerza. Solo Tú me sostienes en mis días más oscuros. Gracias por escuchar mis oraciones y
por obrar de acuerdo a Tu voluntad perfecta en medio de lo desconocido. En el Nombre de
Jesús, Amén.

A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor,
creador del cielo y de la tierra. (Salmo 121:1-2, NVI)

Dios, necesito ayuda hoy. El mundo a mi alrededor parece arder en llamas, pero ayúdame a
alzar mi mirada hacia Ti. Tú eres el Dios que me ayuda. Tú creastes los cielos y la tierra. Tú
conoces el pasado y el porvenir. Solo Tú puedes salvarme de lo que estoy enfrentando. Incluso
cuando no encuentro las palabras para orar, sé que puedo pedirte ayuda y que Tú obrarás.
Gracias por ser mi ayuda en tiempos de necesidad. En el Nombre de Jesús, Amén.

El SEÑOR mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No


temas ni te desanimes». (Deuteronomio 31:8, NVI)

Dios, gracias por siempre estar conmigo. Aun cuando no lo puedo ver.
Aun cuando no lo puedo sentir. Aun cuando tengo miedo. Aun cuando
estoy desanimada. Confiaré en que Tu presencia está conmigo y va
delante de mí en lo que sea que venga. Gracias por no dejarme ni
desampararme, aun en medio de las tormentas que me rodean ahora. En
el Nombre de Jesús, Amén.

También podría gustarte