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LA PARABOLA DEL SEMBRADOR

A partir de este momento las parábolas serían el medio principal de


Jesús para enseñar a las multitudes (cp. Mt. 13:34).
El propósito de las parábolas era clarificar la verdad a los
creyentes y ocultarla de los incrédulos. En ese sentido eran una
bendición y un juicio.
El término parabolē (parábola) proviene de dos palabras griegas:
para, que significa junto a, y ballō, que significa poner o colocar. La
idea es hacer una comparación al colocar algo junto a otra cosa en
aras de la ilustración o explicación.

Estos versículos nos hablan de dos aspectos importantes y


es una semilla y cuatro suelos.
Y los cuatro suelos son los siguientes:
Una semilla que cae junto al camino, ¿y qué pasa con esa semilla
que cae junto al camino? Es pisoteada y comida por las aves.
La otra semilla cae sobre la roca ¿y qué pasa con ese terreno? Que
se seca, no llega a crecer porque no hay humedad.
Otra semilla cae en otro tipo de suelo y es suelo son los espinos y
es ahogada en esos espinos y tampoco da fruto.
Y por último aparece el buen suelo, la buena tierra y en ese suelo
la semilla crece da fruto y es del 100 por uno.
Lo primero que yo debo entender es lo sgte:
Y es que el éxito de la predicación no estaba en la semilla sino en
el suelo.
Lo primero que Dios me enseña es que que yo como
predicador puedo traer el mejor sermón, pero no va a tener el
mismo impacto en todas las vidas, yo puedo traer la mejor semilla
hoy, la palabra más fiel, el evangelio mas puro

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