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A LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.
FASES, MÉTODOS Y TÉCNICAS
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En ella encontrará el catálogo completo y comentado
~
EDITORIAL
SINTESIS
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© Joan M. Verd
Carlos Lazares
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono 91 593 20 98
www.sintesis.com
ISBN: 978-84-9077-403-8
Depósito legal: M. 33.623-2016
.L
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Indice
PRóLOGO·············································································································································· 13
INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................... 17
5
---y-
6
Índice
6. El método de entrevista.................................................................................................... 14 7
6.1. Presentación del método.................................................................................. 147
7
- y-
8
Índice
9
Introducción a la investigación cualitativa. Fases, métodos y técnicas
10
1
Índice
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................................... 367
11
.,.,----
¡!
Prólogo
13
Introducción a la investigación cualitativa. Fases, métodos y técnicas
Joan Miquel Verd pertenece a esa hornada de doctores de este siglo XXI, que hi-
ciera un uso pionero (y singular, ya en su tesis doctoral) de programas informáticos
específicos para el denominado análisis de datos cualitativos asistido. Ha sido, y
sigue siendo, un colega asiduo en los foros nacionales e internacionales sobre me-
todología, destacando por la mezcla de sencillez y seriedad de sus participaciones,
además de la asunción de responsabilidades académicas y organizativas. Tengo
para mí el honor y la satisfacción de haberle conocido en los diversos escenarios y
rituales mencionados, también en su papel de director de tesis metodológicas y del
grupo de investigación Centre d'Estudis Sociologics sobre la Vida Quotidiana i el
Treball (QUIT) del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de
Barcelona. Carlos Lozares, desde su perfil actual de catedrático emérito, represen-
ta la figura del maestro de maestros en dicho contexto universitario, englobando
su trayectoria la de Verd y otros discípulos o miembros del centro. Su vinculación
con Aaron Cicourel (en las Américas) y su participación en la fundación del QUIT
(en las Españas) son solo dos botones de muestra de la red intelectual más amplia
en la que ha desarrollado su trabajo.
Tómese este breve prólogo como tarea grata, y señal de cordialidad y buen enten-
dimiento, en esa suerte de relevos e intercambios naturales que se producen en
distintos ámbitos de la vida. Ofrecimiento sugerido por mi parte, en su día, para
agradecer la deferencia de los autores de contar conmigo ante la invitación del
sello editorial (debido a mi reiterada declinación de acometer segundas ediciones).
En los nuevos tiempos donde la comunicación de moda se hace por medio de tuits
(anglicismo aceptado por la RAE), poder disponer de unas 1.000 palabras se toma
una especie de privilegio. 3.173 fueron las empleadas por mi parte en el prólo-
go solicitado por Juan Maestre Alfonso, para su obra autobiográfica Persiguiendo
mi sombra, escrita desde la jubilación como catedrático emérito. Autor relevante
también en la producción propia de textos sobre metodología cualitativa, que, en
la estela de Juan F. Marsal (Pensar bajo el franquismo ), revela el sustrato históri-
co-biográfico desde el que analiza e interpreta los fenómenos sociales que aborda;
otra forma de autoanálisis de la condición de analista social (y metodólogo ), a lo
Bourdieu.
Aproveché entonces para recordar que Marsa} compartía con Ibáñez fecha de
nacimiento (1928); que Maestre nace en los años 30, en plena Guerra Civil españo-
la y comparte con Marsalla aureola de la práctica investigadora, publicada y ejem-
plar, en el campo de la metodología biográfica, además de vivir y ejercer como
sociólogos en Latinoamérica una parte de sus vidas. Maestre destaca la influencia
intelectual recibida -en este campo de lo cualitativo- del antropólogo Osear Lewis
y de los sociólogos Marsa} y Pinilla de la Heras. De los dos primeros señala que
aprendió casi cuatro decenios atrás las posibilidades de las historias de vida. Y del
autor de La memoria inquieta desvela haber emulado, igualmente, una manera de
reconstrucción autobiográfica que no carezca de "intención investigadora" de lo
individual y social o colectivo.
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Prólogo
El ciclo vital, intergeneracional, sigue con esta obra de Verd y Lozares (cuyos
paréntesis biográficos arrancan en 1970 y 1940, respectivamente, y escriben por
tanto desde la madurez). Conviene permanecer abierto a la pluralidad de contribu-
ciones (de reflexiones metodológicas y prácticas profesionales), que se van archi-
vando en nuestras sociedades sobre las llamadas coloquialmente técnicas cualita-
tivas (anotábamos en la introducción a nuestro texto de 1997). Una de las claves
para comprender la naturaleza de estas, se añadía, es la perspectiva o el diccionario
del paso del tiempo.
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Introducción
Este manual tiene como objetivo principal ofrecer una guía detallada, paso a paso,
de las tareas, procedimientos y decisiones que deben afrontarse para el correcto de-
sarrollo de una investigación cualitativa en ciencias sociales. En las páginas que si-
guen se pretende ofrecer toda la información necesaria para que el lector o lectora
del texto (que denominamos a menudo persona investigadora) se informe tanto en
relación con el conjunto de las fases u operaciones que caracterizan una investi-
gación cualitativa, como en relación con la aplicación de las diferentes lógicas de
"muestreo cualitativo" o los métodos y técnicas de obtención y análisis de datos.
Este manual es, pues, una introducción a la investigación cualitativa orientada so-
bre todo al "cómo se hace", sin rehuir la discusión ontológica y epistemológica,
que resulta imprescindible para conocer, primero, "qué terreno se está pisando" y,
segundo, cuáles son las conexiones existentes entre las decisiones metodológicas
adoptadas y las diferentes perspectivas y tradiciones teóricas que están en la base
del enfoque cualitativo.
Hemos escrito este texto pensando en tres tipos de público diferentes. Por un
lado, dirigimos el libro a las personas que se aproximan por primera vez a la in-
vestigación cualitativa, tanto en sus aspectos de diseño como en los de obtención
y análisis de datos. Más específicamente, se trata en este caso del alumnado de
primer o segundo curso de grado de un número importante de titulaciones en que,
con diferentes formatos, se realiza una primera introducción al diseño, métodos y
técnicas de investigación cualitativos. Por otro lado, está también dirigido a aque-
llas personas que, habiendo tenido ya una formación en la metodología cualitativa,
se encuentran ante el desafio de desarrollar una investigación completa, ya sea
en el ámbito académico o en el profesional. Este segundo perfil es cada vez más
frecuente en el ámbito académico español: en las reformas de los planes de estudio
de grado y de máster realizadas en el contexto del Espacio Europeo de Educación
Superior (el conocido popularmente como Proceso de Bolonia) la redacción del
Trabajo Final de Grado (TFG) y el Trabajo Final de Máster (TFM) se han conver-
tido prácticamente en obligatorios, y muchos de ellos tienen el carácter de una in-
vestigación de carácter empírico, lo cual exige un perfecto conocimiento de todas
las fases y operaciones de la investigación. El tercer perfil para el cual pensamos
que también resultará de ayuda este manual es el de estudiantes de doctorado o
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Introducción a la investigación cualitativa. Fases, métodos y técnicas
personas ya con una cierta experiencia investigadora que desean explorar la meto-
dología cualitativa más allá de los procedimientos o métodos aprendidos durante
su formación básica. Pensando en este perfil se dan a conocer, para cada una de
las fases de la investigación, procedimientos y métodos que se sitúan más allá
de los considerados más canónicos. Estos procedimientos y métodos novedosos
o alternativos no siempre se abordan con detalle, dado el espacio requerido para
una información más amplia y exhaustiva, aunque las personas interesadas pueden
acudir a la bibliografia citada para ampliar y profundizar en los contenidos que les
hayan despertado mayor interés.
Con lo afirmado en los párrafos anteriores se entenderá que definamos este
libro como un manual metodológico para aprender a tomar decisiones. Coin-
cidimos con Alfonso Ortí cuando afirma que "la formación de un investigador
social debe ser, ante todo, la de un metodólogo que sepa y decida qué enfoque y
técnica debe ser críticamente aplicada para cada aspecto y dimensión específica de
los procesos sociales" (1994: 88). Es por ello que los contenidos temáticos tratados
en el texto van desde el minuto cero de la investigación hasta la redacción de las
conclusiones y la presentación del informe o texto académico final; entre ambos
límites se va desarrollando el hilo argumental y los contenidos correspondientes
a cada una de las fases del proceso investigador. Habitualmente los manuales de
investigación cualitativa se centran más bien en el uso de los métodos de inves-
tigación, pero pocas veces ofrecen información relativa también al diseño de la
investigación o a los métodos de análisis de la información. En nuestro caso se ha
dividido el texto en cuatro partes principales: la parte 1 trata el marco metodoló-
gico en el que se inscribe la investigación cualitativa; la parte 11 trata el diseño de
la investigación; la parte 111, los métodos de obtención de datos; y la parte IV, el
análisis de los datos y la presentación de los resultados y conclusiones. Además,
en todos los capítulos se destacan gráficamente las conexiones entre los diferentes
contenidos tratados. Si el lector o lectora se interesa por una cuestión particular,
hará bien en seguir los enlaces y avanzar o retroceder (según sea el caso) en el
manual para completar la información o argumentos que ofrece el texto. Si lo que
desea el lector o lectora es adquirir el conocimiento sobre la secuencia de investi-
gación y sus alternativas, es aconsejable leer siguiendo el orden establecido por los
capítulos, de modo que el vínculo con otros apartados servirá para dejar constancia
únicamente de las múltiples interconexiones entre fases o procedimientos que se
dan en la investigación cualitativa.
Afortunadamente la investigación cualitativa no cesa de evolucionar. La re-
volución digital no solamente está transformando la realidad social y ha gene-
rado nuevos objetos de estudio, sino que también ha influido enormemente en
los modos de obtener y analizar los datos. Ello no significa que los métodos más
tradicionales hayan dejado de ser útiles; simplemente se ha ampliado el abanico
de opciones metodológicas. En el manual se ha pretendido ofrecer información
respecto a todas estas opciones. Además, el interés y el uso de los métodos de in-
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Introducción
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Introducción a la investigación cualitativa. Fases, métodos y técnicas
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PARTE 1
El marco metodológico
de la investigación cualitativa
'
1
La investigación cualitativa:
el qué y el por qué
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
1
entre los enfoques cuantitativo y cualitativo es posible y deseable, en función de
la pregunta de investigación y del objeto de estudio finalmente construido. Por su-
puesto, no todo vale, y es por eso que antes de utilizar cualquier método cualitati-
vo, o incluso antes de plantear siquiera la pregunta de investigación, será necesario
conocer qué puede y qué no puede ofrecer un planteamiento de investigación de
carácter cualitativo.
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La investigación cualitativa: el qué y el por qué
Los métodos son probablemente mucho más autónomos de lo que gran parte de
los de batientes (especialmente aquellos que se adscriben a las posiciones epistemo-
lógicas del debate) reconocen. Pueden ser usados en una variedad de contextos y
con una variada gama de propósitos en mente. [ ... ] La tendencia a asociar métodos
concretos con concretas posiciones epistemológicas es poco más que una conven-
ción (Bryman, 1988: 125, citado por Bericat, 1998: 50).
En este sentido, puede llegar a ser, en algunos casos, más realista y eficaz en la
investigación social optar por un diseño combinado y articulado entre perspecti-
vas y métodos cuantitativos y cualitativos, sin que ello suponga una contradicción
en sus términos. Resulta interesante recordar, por otra parte, que la mencionada
incompatibilidad entre métodos cuantitativos y cualitativos no tiene ningún funda-
mento histórico, y que la idea de que la perspectiva cualitativa constituye un "para-
digma" contrapuesto a la perspectiva cuantitativa pasa por alto que "el conjunto de
prácticas que fueron incorporadas bajo la etiqueta 'metodología cualitativa' habían
sido parte de un enfoque general en la enseñanza y la investigación académicas, en
el que las diferencias cuantitativo-cualitativo eran relativamente poco importan-
tes" (Seale, 2004: 100).
Nuestro posicionamiento en relación con la recurrente oposición cuantitati-
vo-cualitativo en la investigación social es que un enfoque metodológico basado
en la estricta correspondencia hermética de uno solo de los supuestos paradig-
mas en todos sus componentes (concepción teórica, epistemología, metodología,
diseño y métodos) no es siempre, ni necesariamente, la solución más pertinente
para la investigación social. La posición que se adopta en este manual es defen-
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l
- - ¡Atención!
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Mundo
empírico en
Muchas Enfoque toda su
unidades de
correlaciona! complejidad
información
Una o pocas
unidades de
Enfoque
información Enfoque
experimental cualitativo
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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siempre sujetas a esta tensión, y la oposición sigue siendo fuente de debate. Weber
(1984/1922) apuesta por el polo de la comprensión, atendiendo a la racionalidad
de la acción. Se parte de la asunción de que las acciones y hechos sociales com-
portan el pensamiento y el habla y, por tanto, significados y sentido de los agentes
en interacción.
La orientación cualitativa tradicionalmente ha optado por el lado de la compre-
sión. Esta perspectiva conlleva y se apoya en la capacidad intuitiva de la persona
investigadora y en su empatía e interpretación situacional. Supone también el desa-
rrollo de síntesis progresivas y articuladas, y la traducción del fenómeno estudiado
a hechos significativos. Requiere, pues, un grado de integración dialógica tanto
práctica como interpretativa entre la persona investigadora y la persona investiga-
da, así como sensibilidad para sintetizar y captar coherencias y contradicciones.
Sin embargo, si entendemos por "explicación" la descripción detallada de los
mecanismos causales y no tanto la generación de leyes de carácter universal e in-
temporal, puede afirmarse perfectamente que la orientación cualitativa es también
capaz de explicar los fenómenos estudiados. De hecho, las explicaciones de carác-
ter cuantitativo que se ofrecen en las ciencias sociales se basan fundamentalmente
en la correlación entre variables, y no tanto en el análisis de los procesos causales,
debido a las dificultades de aplicación de los diseños experimentales a numerosas
situaciones sociales. Tal como indican Miles y Huberman ( 1994), el enfoque cua-
litativo es capaz de abordar, mejor que el cuantitativo, las relaciones complejas que
caracterizan los fenómenos sociales, manejando de modo adecuado la dimensión
temporal (qué antecede a qué) y las conexiones entre las características de los su-
jetos y el desarrollo de acontecimientos y procesos.
29
L
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
ción. Sin entrar en ello -pues se dará cuenta de manera más precisa en capítulos l
y apartados posteriores- se pueden enumerar diferentes estrategias metodológicas i
que van en esta dirección: la comparación constante (Glaser y Strauss, 1967), la
inducción analítica (Znaniecki, 1969/1934) o el análisis de casos discrepantes, y el
análisis tipológico (LeCompte y Preissle, 1993).
30
La investigación cualitativa: el qué y el por qué
~ Para recordar
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r Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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La investigación cualitativa: el qué y el por qué
tanto los procesos como los resultados o estructuras pueden tratarse cuanti-
tativamente o cualitativamente.
2. En segundo lugar, el objeto de estudio puede circunscribirse al análisis de
una sola interacción, o bien de una composición de interacciones; es decir,
de fases y trayectorias temporales. El tiempo adquiere así connotación y
pertinencia social, lo cual hace imprescindible definir la unidad temporal y
la extensión del proceso. La composición temporal puede prolongarse en
serie o en paralelo, direccionalmente o en forma de retroalimentación. Has-
ta no hace muchos años, el uso de relatos e historias de vida, y en general
de la perspectiva biográfica, suponía una vía privilegiada para el estudio de
las transformaciones y temporalidades de larga duración, y en cambio los
métodos cuantitativos primaban el estudio de los fenómenos sociales desde
un punto de vista estático. Hoy en día, la existencia de encuestas de panel y
de series temporales permite un buen abordaje de estas dimensiones desde
la perspectiva cuantitativa, aunque el coste y complejidad técnica de pro-
ducción de esta información limita los ámbitos sobre los que se producen
o recopilan datos.
3. En tercer lugar, la interacción social se puede generar a partir de campos
diversos, por ejemplo, el económico, el simbólico-cultural o cognitivo, el
educativo, etc. La interacción adquiere la identidad de los campos en los
que se inscribe, pero a su vez hace emerger la identidad y estructuración
sociales al producir y reproducir posiciones con igualdad o desigualdad de
recursos. Por tanto, el análisis de lo social ha de tener en cuenta el o los
campos de procedencia donde se inscribe el objeto de estudio. Es cierto
que los campos simbólicos, culturales, informativos y en general todo el
dominio de lo cognitivo tienen mayor protagonismo en las aproximaciones
cualitativas, mientras que los bienes y recursos materiales lo tienen en las
aproximaciones cuantitativas. Pero también es verdad que la variable ingre-
sos o la categoría socioeconómica, que parecen propias del dominio cuan-
titativo, tienen relevancia e identidad para un tratamiento cualitativo dentro
de marcos narrativos o del seguimiento etnográfico de la acción.
4. En cuarto lugar, las interacciones sociales se desarrollan en diferentes ni-
veles y por diferentes actores. Cuando se trata de agentes individuales, las
interacciones son de carácter microsocial y se producen en entornos o mar-
cos situacionales. Pero los actores pueden pertenecer a -y situarse en- el
orden mesosocial, que se refiere a colectivos, agrupaciones, asociaciones,
comunidades, grupos de pertenencia o de referencia. Dichos grupos pasan
a ser agentes de interacciones meso, y como tales, generan y se apropian de
los recursos correspondientes. Los actores también pueden ser macrosocia-
les. En estos casos las interacciones y sus resultados se sitúan o pertenecen
a contextos más globales, como por ejemplo organizaciones, municipios,
estados, clases sociales, etc. Es importante señalar, primero, que cada nivel
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'! Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
l
1
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se identifica por la envergadura de los agentes, recursos, tipos de interac-
ción y contexto, independientemente del campo de aplicación y de la con-
junción de dualidades en juego; y segundo, que la interacción puede darse
entre agentes de diversa envergadura social, sea directamente o a través de
los efectos de contexto. Pueden analizarse cada uno de los niveles de modo
independiente, pero la mayor riqueza proviene de la incorporación de las
mutuas influencias contextuales. La investigación sociológica cualitativa ha
tendido a concentrarse en el nivel microsocial, mientras que la cuantitativa
lo ha hecho en el macrosocial. Sin embargo, la pertinencia cuantitativa y
cualitativa anida en cualquiera de los niveles: por ejemplo, el estudio de co-
munidades es de larga tradición cualitativa, mientras que la tradición cuan-
titativa también se ha centrado en la descripción o correlación entre caracte-
rísticas de los individuos.
5. En quinto lugar, la última de las dualidades que mencionamos se refiere a
la diferencia entre el hecho social palpable y objetivo, y la cognición como
proceso o resultado individual. Los fenómenos sociales tienen dos caras
conjugadas: de un lado, aquello objetivable en la interacción (el habla, ges-
tos, acuerdos, temporalidades, contenidos, resultados tangibles y ponde-
rables ... ), y de otro, la latencia cognitiva (representaciones, intenciones,
proyectos ... ). Lo observable externamente ha sido más habitualmente tra-
tado por el enfoque cuantitativo, mientras que la perspectiva interna del
sujeto (intencionalidad, propósito, representación, interpretación, etc.) lo ha
sido por la perspectiva cualitativa. En este segundo caso, la interpretación,
compresión y empatía, características propias del enfoque cualitativo, des-
empeñan un rol primordial.
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La investigación cualitativa: el qué y el por qué
Patton (2002) destaca muy acertadamente que no existe ningún modo definitivo de
clasificar las diferentes tradiciones filosóficas y teóricas que han influido en el de-
sarrollo de la investigación cua1itativa. A la dificultad de encontrar un criterio con-
sistente de clasificación, se une el hecho de que un mismo término, por ejemplo
"fenomenología", se puede entender como "paradigma", como orientación fun-
damentalmente teórica, como estrategia metodológica, o incluso como tipo de di-
seño. En este apartado (y en todo el libro) hemos optado por utilizar el término
perspectiva teórico-metodológica para describir estas tradiciones de pensamiento
teórico en que se da una conjunción entre supuestos epistemológicos y principios
metodológicos (Valles, 1997: 52, 63) .
. . ¡Atención!
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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La investigación cualitativa: el qué y el por qué
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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La investigación cualitativa: el qué y el por qué
en función del grado de elaboración conceptual del que se parta. Esta búsqueda
es flexible y no unidireccional. Ibáñez ( 1994) ha destacado que la primera tarea,
cuando se adopta el enfoque cualitativo, es tomar la perspectiva del sujeto, de
modo que no quede relegado a simple "objeto" sobre el cual la persona investiga-
dora se limita a comprobar unas hipótesis elaboradas a priori.
Una tercera característica es la riqueza informativa de los datos. Esta riqueza
es el resultado, por un lado, de la "profundidad" que se obtiene con la mayoría
de métodos cualitativos, al posibilitar el acceso a las representaciones, frustracio-
nes, deseos, etc., que marcan y enmarcan el comportamiento social; y por otro,
de la densidad y detalle que caracterizan la información de carácter discursivo.
Algunos métodos permiten incluso la obtención de informaciones de las cuales
las personas no son conscientes, gracias al uso de medios (como la observación
0 las técnicas proyectivas) que no requieren la verbalización por parte del sujeto.
A estas características se pueden añadir elementos que ya se han ido destacando
a lo largo de este capítulo:
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
En los apartados anteriores se han ido apuntando las bases teóricas y epistemo-
lógicas que identifican y justifican el uso del enfoque cualitativo, las instancias
analíticas que le son más próximas y las características metodológicas generales
que lo caracterizan. En este apartado concretaremos algo más, indicando de forma
sintética las temáticas, objetos y fenómenos en que resulta más apropiado el uso
del enfoque cualitativo. Todos estos elementos terminarán influyendo en el modo
en que planteemos la pregunta de investigación. Es por eso que una formulación
alternativa de este apartado podría ser: "¿cuáles son la características de la pregun-
ta de investigación que hacen pertinente el enfoque cualitativo?". Volveremos más
adelante en los próximos capítulos sobre la pregunta y su papel en el proceso de ...
1111'
investigación(~ véanse los capítulos 4 y 5).
i
Si contemplamos la investigación desde el lado de los fenómenos y objetos 1
de estudio, una aproximación cualitativa parece pertinente en casos y situaciones
como los que se describen a continuación:
40
La investigación cualitativa: el qué y el por qué
41
.,.
¡;
2
Las estrategias metodológicas
en la investigación cualitativa
Este capítulo tiene como objetivo hacer explícitos los diferentes tipos de estrategia
-entendida como lógica metodológica- que pueden desarrollarse en una investi-
gación cualitativa. Si en el capítulo anterior se han mencionado las perspectivas o
tradiciones teórico-metodológicas que han alimentado y ayudado a desarrollar el
enfoque cualitativo, en este capítulo se pretende poner de manifiesto la existencia
de diferentes concepciones metodológicas dentro de este mismo enfoque. Para
ello, se presentan dos estrategias que se sitúan en extremos opuestos: el estudio de
casos y la teoría fundamentada.
Antes de describir con cierto detalle cada una de las dos estrategias mencio-
nadas, se presentan en primer lugar los tipos de razonamiento y de dinámica de
investigación que están en la base de dichas estrategias. Concretamente se revisan
el razonamiento inductivo, el abductivo y el deductivo en su vertiente cualitativa.
Tal como afirma Reichertz (2014: 123), cualquier investigación, sea cuantitativa
o cualitativa, se sustentará en alguno de estos razonamientos, entendidas como
"componentes [building blocks] ]intelectuales indispensables en la investigación".
Como se verá, los vínculos entre estrategia metodológica y dinámica de investi-
gación son estrechos. El estudio de casos suele presentar un tipo de razonamiento
de tipo deductivo o en todo caso abductivo, mientras que la teoría fundamentada
muestra un razonamiento inductivo o abductivo.
Con la revisión que exponemos en este capítulo no pretendemos transmitir el
mensaje de que una investigación cualitativa se desarrollará únicamente según un
estudio de casos o basándose en la teoría fundamentada. Otras estrategias son po-
sibles, muchas veces vinculadas a perspectivas teórico-metodológicas particulares
(!>véase el apartado 2.1 del capítulo 1). Sin embargo, al tomar estas dos lógicas
diferentes se persigue mostrar que las posibilidades que se abren al plantear meto-
dológicamente una investigación cualitativa son diversas. Otras estrategias, como
la etnografia, se sitúan en un terreno intermedio entre las dos, aunque es cierto
que la etnografia clásica tenía un planteamiento muy cercano al inductivo, mien-
tras que algunos estudios etnográficos más contemporáneos se acercan mucho más
lógica abductiva, o incluso deductiva. Una vez revisadas estas diferentes
43
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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F
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
Leyenda
[ ] Contenidos
teóricos
Razonamiento
r ) por
homología
o Contenidos
empíricos
+ Proceso de
concreción
~
. Validación
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L
r
1 Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
~ Para recordar
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Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
Generalización
Leyenda
[ Contenidos
teóricos
Razonamiento
r J por
comparación
o Contenidos
empíricos
+
Proceso de
elaboración
teórica
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Parte /. El marco metodológico de la investigación cualitativa
la población. Znaniecki era consciente de las diferencias existentes entre los obje-
tos de las ciencias naturales y los de las ciencias sociales, y por ello insistía en la
necesidad de identificar todos los factores contextuales y condicionantes externos
que podían influir en cada caso, así como en el análisis profundo y detallado de
los casos escogidos. Solo en la medida en que el conjunto de características y
condicionantes fuesen compartidos por los casos no estudiados, se podrían ge-
neralizar los hallazgos a esos casos. Años más tarde Glaser y Strauss (1967), con
su propuesta de la teoría fundamentada, introducen más exigencias y controles
internos al proceso de generalización. N o solo defienden un análisis profundo y
contextualizado de los casos, sino que proponen también un proceso iterativo en
que el trabajo de campo se desarrolla mediante la comparación entre conceptos e
instancias empíricas, buscando siempre aquellas instancias que pudiesen poner en
cuestión la teoría que va emergiendo. Si la teoría pasa el filtro de esta búsqueda de
"casos a contrario", entonces los hallazgos pueden generalizarse.
La inducción posee un indudable toque empirista, pues la observación y la ex-
periencia de terreno son sus fuentes de conocimiento. Al contrario que en la de-
ducción, se pretende llegar a leyes más generales por el examen de una serie de
casos en tanto que fenómenos empíricos. Por el contrario, la deducción se basa en
planteamientos iniciales más teóricos -la teoría y los conceptos se dan por senta-
dos en su inicio- y en la validación en su fase final como base para la verificación
y ampliación del conocimiento.
El método inductivo tiene en su haber muchas críticas, especialmente de aque-
llos que consideran el razonamiento hipotético-deductivo como el estándar irrefu-
table de la investigación científica. Sin embargo, el poder de la inducción es im-
portante, sobre todo en las ciencias sociales, pues su origen directo es la empiria,
primero, como realidad observada, y luego como fenómeno evidenciado del que
emerge una concepción abstracta a partir de sus rasgos básicos. En otras críticas a
este procedimiento se porfia del su optimismo y confianza excesiva en los poderes
de la observación, la generalización inductiva, y por tanto, en su capacidad de
inferencia científica.
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Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
Leyenda
Articulación
teoría y Generalización
( Contenidos
teóricos empiria y teorización
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Razonamiento
por comparación
y homología
o+ Contenidos
empíricos
Proceso de
concreción
Proceso de
~ elaboración
teórica
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
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Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
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Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
, . - ¡Atención!
53
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
Junto con la importancia de los límites, el número de casos es también otra de las
dimensiones de relevancia crucial en este tipo de estrategia. Este número debe per-
mitir la posibilidad de estudiar en profundidad a las unidades elegidas, por lo tanto
la pregunta de investigación y los recursos disponibles para la investigación desem-
peñarán un papel importante. La elección de una o unas pocas unidades (n pequeña)
se hace a cambio de considerar en el análisis un elevado número de características
(o variables, en un lenguaje más cuantitativo) para cada una de las unidades. Otra
vez aparece aquí la idea de una aproximación holística que no fragmente las uni-
dades en variables separadas, sino que las considere como un conjunto articulado e
integrado de factores vinculados entre sí(!) véase el apartado 1.1.2).
En relación con la selección de casos, es importante la distinción de Yin (20 14)
entre las unidades simples y las múltiples; y entre los diseños, de caso único y
los de casos comparados. Las unidades simples son aquellas en que la instancia
estudiada constituye la unidad de referencia para el estudio, sin que se considere
pertinente descomponerla en unidades más pequeñas (por ejemplo, un colegio)
o simplemente resulte imposible (una persona). En el primero de los ejemplos
también podría dársele el nombre de unidad holística. Las unidades múltiples son ..
aquellas en que la unidad escogida puede descomponerse en subunidades más ¡
pequeñas pertinentes para la pregunta de investigación, por ejemplo, cuando to- 1
mamos un colegio como caso de estudio y como subunidades a los diferentes
grupos-clase. Respecto al número de casos, los diseños de caso único centran su
interés en la singularidad de la unidad estudiada, ya sea por su carácter crucial,
único, ejemplar -típico o extremo- o revelador. El diseño de casos comparados da
pie a una mayor extensión conceptual y una mayor robustez en la representativi-
dad (!) véase el apartado 5.1.2).
En el cuadro 2.1 se cruzan estas dos clasificaciones. En los diseños de caso
único realizados con unidades simples (tipo 1), la perspectiva holística se lleva al
extremo, puesto que mediante el análisis detallado de los diferentes factores pre-
sentes en el caso (por ejemplo, en una persona, mediante un análisis biográfico) se
pretenden abordar cuestiones más generales y extendidas (por ejemplo, la influen-
cia de la falta de recursos económicos sobre la trayectoria biográfica). En los estu-
dios de caso único realizados con unidades múltiples (tipo 2), el hecho de escoger
un solo caso no significa que se dé solo una unidad de análisis. En este diseño,
mediante la comparación "intracaso" (within case), es posible identificar particu-
laridades y características compartidas entre todas las instancias analizadas (por
ejemplo, se toma como caso único un colegio y como unidades que se comparan
los diferentes grupos-clase, observando la actividad interactiva de su alumnado).
En los diseños de casos comparados (o de casos múltiples) se da también la doble
posibilidad: la comparación de casos tomados holísticamente (tipo 3), por ejem-
11! plo, comparando diferentes escuelas, que no se descomponen en unidades más
pequeñas; o la comparación de casos que sí se descomponen en unidades menores
(tipo 4), por ejemplo cuando se comparan escuelas y a la vez los grupos-clase en
54
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
cada una de ellas. En los diseños de casos comparados de tipo 3, el análisis más
habitual se da "entre casos" (cross case), mientras que en los de tipo 4 se da tanto
la comparación "intracaso" como la "entre casos".
Respecto al tipo
de unidades Caso único Casos con1parados
Holística
o simple
Tipo 1
Múltiple
Tipo2 Tipo4
Una tercera clasificación de interés en relación con los estudios de caso es la que
distingue entre los estudios desarrollados en el plano micro y los desarrollados en
el plano macro o meso, tanto en diseños de caso único o de casos comparados. Por
análisis microsocial entendemos el estudio de individuos, tomados como unidades
simples: puede estudiarse la interacción entre personas, su actividad discursiva,
sus trayectorias biográficas ... Al referimos al análisis macro social, hablamos de
estudio de instituciones, países, clases sociales ... y cuando es el nivel mesosocial,
nos referimos al estudio de organizaciones, comunidades de vecinos, un partido de
fútbol, etc. (~ véase el apartado 1.1.3).
Para terminar, mencionar que las unidades de los estudios de caso pueden ser
consideradas tanto en un momento fijo como en un proceso temporal. En la prime-
ra posibilidad nos situaríamos, por ejemplo, ante el estudio de una temporalidad
suspendida o "instantánea", como es una manifestación en un barrio de una ciu-
dad cualquiera; y en la segunda posibilidad podemos seguir el ciclo de protestas
de un barrio en esa misma ciudad, o bien hacer un seguimiento de la trayectoria de
55
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
, . ¡Atención!
56
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
57
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
58
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
59
r
~
'
60
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
61
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
gunta de investigación, pueden tener muy poco que ver con las unidades analiza-
das en estadios posteriores del estudio.
Tampoco las fuentes de datos estarán prefijadas. Sin duda, la observación y las
entrevistas deberán estar presentes, pero estos métodos se adaptarán en su formato
a los perfiles de los informantes y contextos en que transcurra el trabajo de campo.
Strauss y Corbin (1997) contemplan la teoría fundamentada como un conjunto
articulado y sistemático de procedimientos cualitativos que configuran una estruc-
tura teórica (categorías, propiedades y relaciones mutuas entre los componentes),
totalmente consistente con los datos analizados, algo a veces ausente en ciertas
investigaciones cualitativas. Datos de todo tipo, la capacidad cognitiva y analítica
de la persona investigadora y el método de comparación constante son decisivos
en el proceso de elaborar la teoría.
62
Las estrategias metodológicas en la investigación cualitativa
Así pues, la teoría fundamentada propugna una lógica metodológica que otorga
transparencia, retroalimentación comprobatoria y posibilidad de auditoría externa
a todo el proceso de análisis. A la vez, sustenta en los datos de forma muy robusta
y plausible los hallazgos obtenidos. Su lógica, que se mueve entre la inducción y
la abducción en función del particular estilo que se adopte, exige de la persona
investigadora una buena dosis de flexibilidad y de capacidad reflexiva, dados los
ciclos de búsqueda de instancias, interpretación, categorización y vuelta al trabajo
de campo. A cambio se obtienen explicaciones muy cercanas a lo que ocurre en
el "mundo real", siendo además susceptibles de ser utilizadas, tal como defienden
Glaser y Strauss en su introducción a Awareness ofDying (2005/1965), por las per-
sonas cuya vida cotidiana transcurre en los contextos donde fue generada la teoría.
Estas ventajas tienen también su contraparte negativa. En primer lugar, debe re-
cordarse que al tratarse de una aproximación que prima los aspectos micro y meso-
sociales, puede provocar el olvido o la minusvaloración de factores de carácter
macrosocial, por ejemplo, situaciones de desigualdad estructural o condicionantes
institucionales de todo tipo, como unas dificultades particularmente complicadas
de inserción laboral o leyes que discriminen o favorezcan a unos colectivos deter-
minados. Su cercanía a los datos también puede derivar en posiciones empiristas,
o incluso positivistas. La posición de Glaser (1992), según la cual la teoría termi-
nará emergiendo, puesto que está en los propios datos, tiene fuertes reminiscencias
positivistas. En realidad, los datos nunca hablan por sí solos. Esta posición ha sido
enmendada posteriormente por Strauss (1987), y más aún por Charmaz (2005).
Las versiones actuales de la teoría fundamentada son variadas, y muchas de ellas
dejan claramente atrás esta posible crítica.
, . - ¡Atención!
Son numerosos los autores y autoras que ofrecen un listado más am-
plio de estrategias que el aquí ofrecido. Así, por ejemplo, Creswell (2013)
distingue entre los estudios narrativos, los estudios de caso, la teoría fun-
damentada, la fenomenología y la etnografía. Denscombe (2007) destaca
como estrategias cualitativas los estudios de caso, la investigación ac-
ción, la etnografía, la fenomenología y la teoría fundamentada. En estos
listados, como se comprueba, se agrupan estilos y perspectivas con una
clara filiación teórica -como la fenomenología- con otros con conexio-
nes teóricas mucho más abiertas, como los estudios de caso o la teoría
fundamentada. Nosotros hemos optado por separar unas y otras aproxi-
maciones, presentando en el capítulo anterior lo que hemos denominado
perspectivas teórico-metodológicas, y en este las estrategias más estric-
tamente metodológicas.
63
3
El proceso de la investigación
cualitativa y sus fases
65
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
66
pt
La muestra de la figura 3.1 será útil para introducir los tres esquemas básicos
de desarrollo de una investigación cualitativa, así como sus correspondientes fases.
Aunque no se da una correspondencia estricta, puede afirmarse que el diseño pro-
yectado cerrado se corresponde con la dinámica deductiva, el diseño proyectado
flexible con la dinámica abductiva, y el diseño emergente con la inductiva. En los
apartados siguientes se hará referencia en primer lugar al esquema de la investi-
gación deductiva, para a continuación presentar los de la investigación inductiva
y abductiva.
Como se ha comentado, aún subsiste en los manuales y en buena parte de los in-
vestigadores e investigadoras en ciencias sociales la percepción de que el modelo
canónico de investigación en ciencias sociales es el que se corresponde con el
67
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
68
El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
~ Para recordar
En este apartado se presentan los esquemas de las dinámicas que en la figura 3.1
se corresponden con los diseños emergentes y los proyectados flexibles y de las
cuales hasta el momento no hemos abordado su desarrollo: las inductivas y las ah-
ductivas.
69
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
Pregunta inicial
Acceso al campo
de investigación
i Nuevas decision~e] l
._
i sobre la pregunta
Interpretación
70
• El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
Pregunta inicial
de investigación
! Diseño~
i metodológico
~----------·-
Interpretación
de los resultados
Presentación Elaboración
de los resultados de las conclusiones
71
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
--------------
~ Para recordar
72
El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
que vinculan hacia delante y hacia atrás unas y otras actividades. En el esquema
se recoge además el resultado o producto obtenido de cada una de las cuatro gran-
des fases: el proyecto de investigación, los datos acumulados, los resultados y el
informe de investigación.
~----~_se_s____~l~l__P_ro_d_u_ct_os__~
r------------,
1 1
-------------------~ PROYECTO DE :
1
1
INVESTIGACIÓN '1
1 1
~------------~
r------------,
1 1
---------------J>: DATOS :
: ACUMULADOS :
1
1
r------------•
FASE -----------+:' RESULTADOS
1
ANALÍTICA 1 1
1 1
1
1
-------------~
r------------,
1 1
--------)': INFORME :
1 DE INVESTIGACIÓN 1
1 1
1
1
L 73
r
1
En el cuadro 3.1 vinculamos estas cuatro grandes fases con las etapas que
habíamos apuntado en las figuras 3.2, 3.3 y 3.4. Como se comprueba, hemos pre-
ferido utilizar el término "etapas y operaciones", para poner de manifiesto que en
algunos diseños (los proyectados cerrados) se trata de tareas que se desarrollan
linealmente, mientras que en otros (los proyectados flexibles y los emergentes)
son más bien tareas que se desarrollan en ocasiones simultáneamente o incluso se
distinguen dificilmente unas de otras.
El objetivo del cuadro 3.1 consiste en reflejar los contenidos esenciales que
se desarrollan en el proceso de investigación. Así, por ejemplo, en una dinámica
deductiva puede entenderse que las etapas de la fase preparatoria tienen una co-
rrespondencia directa con las operaciones que se desarrollan. En cambio, en una
dinámica inductiva la fase preparatoria tiene menor contenido, por lo que las ope-
raciones que se reflejan en el cuadro exceden lo que en ella se irá desarrollando.
La preparación de la investigación se limitará a plantear una pregunta de inves-
tigación muy abierta, sin tomar ninguna otra decisión antes de llegar a la fase de
trabajo de campo.
Pero el cuadro 3.1 no recoge otras actividades importantes, que raramente son
mencionadas en los manuales, como por ejemplo la búsqueda de financiación para
la investigación, el entrenamiento del personal que va a realizar el trabajo de cam-
po, la compra o acceso al software utilizado en el proyecto, o el retomo o discu-
74
El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
sión de los resultados con los colectivos o individuos objeto de estudio (:> véase
el apartado 12.2.2). Tampoco se suele mencionar que las actividades variarán en
función del presupuesto con el que se cuente o de la preparación o conocimientos
del equipo, ni si las actividades son realizadas por una sola persona o un equipo.
Respecto a esta última cuestión, se ha destacado (Creswell, 2014) el rol más im-
portante que desempeña la persona investigadora en los proyectos cualitativos, en
comparación con la investigación cuantitativa.
A) Fase preparatoria
Son numerosos los autores que equiparan esta fase inicial con las tareas re-
lativas al diseño de la investigación. Así, a lo largo de las tres etapas en las que
se ha dividido esta fase, se sientan las bases y se van decidiendo los contenidos
principales que se desarrollarán a lo largo de una investigación. Blaikie (2009:
12-13) es posiblemente el autor que más claramente muestra la correspondencia
entre fase preparatoria, diseño de la investigación y proyecto de investigación.
Para este autor existe una equivalencia entre los contenidos del diseño de investi-
gación y los del proyecto de investigación, siendo la diferencia que el primero (el
diseño) tiene un carácter interno, mientras que el segundo (el proyecto) tiene un
carácter público. En este sentido, el conjunto de decisiones de la fase preparato-
ria, una vez adaptadas a un documento público, formarían directamente parte del
contenido del proyecto de investigación, del que se hace entrega a la institución
financiadora o al cliente.
Si se repasan las tres etapas incluidas en esta fase, se comprueba que las dos
primeras tienen un contenido teórico-metodológico. En la primera (la pregunta
inicial de investigación) se elige el tema de investigación y sus dimensiones
consideradas relevantes. En los manuales de metodología más canónicos se in-
siste en que la pregunta sea concisa, factible y pertinente para la temática que
se investigue. Posiblemente estas características sean mucho más habituales
en una dinámica estrictamente deductiva. En una investigación cualitativa las
75
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
76
El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
fll/r ¡Atención!
77
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
tivo, o bien utilizamos datos cualitativos generados anteriormente por otras perso-
nas investigadoras.
No tiene sentido hacer el trabajo de campo para después analizar únicamente
una parte de la información recogida. Por ello, cuando diseñemos las tareas de
obtención de información también deberemos considerar los contenidos de la
fase analítica y vincular ambos procesos (!) véase la sección A del apartado
11.3 .2). Sucede a menudo que un diseño muy ambicioso para la fase de campo
adolece de falta de tiempo para realizar un buen análisis. Como veremos, para
ello será clave escoger un número razonable de unidades de información, sabien-
do siempre por qué las elegimos. En la investigación cualitativa solo tiene sen-
tido la selección aleatoria de la información cuando trabajamos con documen-
tos ya existentes (desde programas políticos a portadas de periódicos), cuando
seamos conscientes de que tienen unas características comunes y consideramos
que nos será imposible analizar interpretativamente toda la información de que
disponemos.
En la investigación inductiva la obtención de la información y su análisis van
íntimamente ligados. La fase de obtención de la información será prácticamente
simultánea a la de análisis e interpretación de los datos. Esta última no puede
iniciarse cuando se ha cerrado el trabajo de campo, como suele suceder en la di-
námica deductiva. En la dinámica inductiva es fundamental que la interpretación
de los datos proporcione orientación y dirija, en sucesivas oleadas, el trabajo de
obtención de la información. Por lo tanto, se comprueba que la distinción que se
hace en el cuadro 3.1, entre fase de trabajo de campo y analítica, se desdibuja si
trabajamos con la lógica inductiva.
C) Fase analítica
78
l.
El proceso de la investigación cualitativa y sus fases
tr ¡Atención!
79
Parte l. El marco metodológico de la investigación cualitativa
D) Fase informativa
80
PARTE 11
El diseño
de la investigación cualitativa
L
4
La pregunta de investigación
y la preparación del estudio
83
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
84
p
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
¿Cómo se ha llegado a las preguntas del cuadro 4.1? Quizás inicialmente se nos
haya ocurrido cuestionamos por el número de usuarios de bicicleta sobre el con-
junto de la población, o por sus características. Sin embargo estas preguntas serían
un mal inicio para un estudio cualitativo, e incluso serían unas deficientes pregun-
tas de investigación para un estudio cuantitativo, puesto que se plantea solamente
una descripción numérica del fenómeno que nos interesa. También es posible que se
nos ocurran, ya de entrada, preguntas más parecidas a las del cuadro 4.1, aunque no
partamos explícitamente de la perspectiva teórica que se le asocia. Si inicialmente
no elaboramos preguntas concretas, podemos acudir a estudios ya realizados y ele-
gir el tipo de cuestiones que nos valgan. Si, por ejemplo, nos interesa la vivencia e
interpretaciones subjetivas de las personas que usan la bicicleta, podemos terminar
realizando preguntas del tipo "¿puede asociarse el uso habitual de la bicicleta a una
identidad diferenciada?" o "¿por qué ciertas personas optan por el uso habitual de
la bicicleta frente a otras posibilidades?". Ambas interrogaciones se asocian a la
perspectiva fenomenológica.
Estas preguntas serán solamente el punto de partida, pero marcarán sin duda
las etapas siguientes, tanto a nivel teórico como metodológico. Aun así, es im-
portante volver a destacar los procesos de retroalimentación que se dan entre las
diferentes tareas, incluso al trabajar con una dinámica deductiva: puede suceder
que durante la etapa de formulación del problema, en la que iremos desarrollan-
85
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
Nos falta aún un elemento para completar todos los factores que influirán en el
tipo de pregunta que se plantea en una investigación. Este elemento es el objetivo
de la investigación. En principio, los objetivos de investigación son independien-
tes del tipo de perspectiva teórica adoptada, aunque algo más adelante matizare-
mos esta afirmación.
Las clasificaciones tradicionales distinguen entre investigación exploratoria,
investigación descriptiva e investigación explicativa:
86
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
87
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
B) Tipos de preguntas
Una vez descritos los objetivos, podemos proceder a vincular el tipo de objeti-
vos con el tipo de preguntas de investigación. Blaikie (2009), en una revisión que
abarca la investigación cuantitativa y cualitativa, identifica tres clases principales
de preguntas: "qué", "por qué" y "cómo". Las preguntas qué las asocia a los ob-
jetivos de tipo exploratorio, descriptivo y predictivo; las preguntas por qué, a los
objetivos de explicación; y las preguntas cómo, a los de intervención. Los obje-
tivos de evaluación se asociarían tanto a las preguntas qué como a las por qué.
Nosotros añadimos que algunas preguntas del tipo cómo también pueden hacer
referencia a los mecanismos causales, que vinculan los factores causales y los re-
sultados de la relación estudiada. En el cuadro 4.2 se presentan algunos ejemplos
para cada tipo de pregunta.
Aunque podríamos pensar que los tres tipos de preguntas son igualmente
adecuadas para una investigación cualitativa y que su influencia se reflejará prin-
cipalmente en el tipo de resultados que obtengamos, es conveniente advertir que
las preguntas del tipo qué pueden provocar problemas en una investigación cua-
litativa. Tal como ha advertido Yin (20 14: 9-11 ), algunas preguntas de carácter
descriptivo (tipo "qué", "quién" o "dónde") son en realidad cuestiones que se
interesan por el "cuántos", lo cual difícilmente puede responderse con una estra-
tegia cualitativa. Si volvemos al ejemplo del uso de la bicicleta en las ciudades,
88
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
preguntas del estilo "¿qué perfiles son los típicos en el uso de la bicicleta?" o
"¿qué diferencias existen entre los que usan la bicicleta para ir al trabajo y los
que la usan en sus ratos de ocio?" necesitan una aproximación cuantitativa, pues-
to que deberemos identificar primero extensivamente "cuántos" perfiles existen
0 "quiénes" son los que utilizan la bicicleta para ir al trabajo o en sus ratos de
ocio. Ello no significa que estas preguntas nos deban llevar obligatoriamente al
desarrollo de estudios cuantitativos. Obviamente, podemos combinar informa-
ción descriptiva de carácter cuantitativo (obtenida previamente por medio de la
literatura o de una fase cuantitativa de la investigación) con información de ca-
rácter cualitativo, lo cual nos permitiría profundizar en esa descripción. Además,
no todas las preguntas qué son de tipo cuantitativo. Por ejemplo, la pregunta del
cuadro 4.1 "¿qué significado otorgan a esta relación?" no tiene nada que ver con
"cuántos" ni con "quiénes".
~ Para recordar
Una vez hechos todos los razonamientos anteriores en relación con la pregunta de
investigación, estamos en disposición de avanzar hacia la siguiente etapa, que es
la formulación del problema, aún en la fase preparatoria de la investigación. La
figura 4.1 representa gráficamente los vínculos entre la etapa anterior y la actual.
Existe un acuerdo generalizado en que la pregunta de investigación debe servir
para guiar y estructurar el planteamiento teórico de la investigación (sea cual sea
su grado de desarrollo inicial), y sin embargo a veces se olvida que la pregunta
también es fundamental para determinar el planteamiento metodológico. Tal como
destacan Mason (2002) o Yin (2014), la formulación del problema sirve para po-
ner de manifiesto las conexiones entre aquello que se desea investigar y el modo
89
,...
i
Objetivos de la
investigación
Formulación
'
del problema
(aproximación
l l
Pregunta inicial
adoptada)
Concepción
teórica
de investigación
i l
Preferencias
1
Concepcíón
metodológica
o adscripción
ontológica y
epistemológica
Utilizamos estos dos términos para poner de manifiesto que no se tratará nece-
sariamente de un marco teórico convencional ni de un aproximación metodológica
cerrada. En la investigación cualitativa es habitual que se trate de primeras aproxi-
maciones, que van cerrándose más adelante, incluso cuando la investigación se
presente formalmente bajo la apariencia del modelo hipotético-deductivo. Pero de
un modo u otro, la concepción teórica estará inspirada o influida por las perspecti-
vas teóricas existentes. También la concepción metodológica y las decisiones del
diseño estarán inspiradas por las estrategias (lógicas de investigación) ya mencio-
nadas en el capítulo 2. Ni unas ni otras pueden escogerse arbitrariamente y ya se
han indicado las implicaciones sobre el desarrollo de la investigación que tendrá
una elección poco coherente.
Es importante destacar que esta etapa de formulación del problema tal como
se describe en la figura 4.1 solo se dará en las investigaciones de dinámica deduc-
tiva o abductiva. No obstante, las diferencias serán importantes entre una y otra
dinámica. En la investigación deductiva esta etapa servirá para construir el objeto
90
F
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
91
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
. - ¡Atención!
92
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
93
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
94
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
Contexto
y límites
Objeto
de estudio
Concepción Concepción
teórica metodológica
La figura 4.2 destaca la influencia recíproca de las tres tareas que venimos
mencionando, entendiendo que la construcción del objeto es el resultado de esta
interrelación. Estos tres vértices, además, pueden constituir eventualmente tres
apartados en la redacción del proyecto de investigación, que junto con la descrip-
ción del diseño metodológico, serían las partes constituyentes fundamentales de un
proyecto de investigación.
Como se ha comentado, en la investigación de dinámica inductiva no puede
hablarse estrictamente de la existencia de una etapa destinada a la formulación del
problema(:> véase la figura 3.3), pero ello no significa que no se produzca una
construcción del objeto. También en esta dinámica la concepción teórica, la meto-
dológica y la contextualización son relevantes en la construcción del objeto. La di-
ferencia respecto a las dinámicas deductiva y abductiva es que dicha construcción
se realiza como resultado final, en el apartado dedicado a las conclusiones. Así,
el esquema recogido en la figura 4.2 deberá situarse en la etapa correspondiente
en función del tipo de dinámica desarrollada: en la formulación del problema, si
nuestro razonamiento es deductivo; en la formulación inicial (y provisional) del
problema y en las conclusiones (reformulado), si el razonamiento es abductivo;
o en la de elaboración de las conclusiones, si el razonamiento ha sido inductivo.
~ Para recordar
95
Parte II. El diseño de la investigación cualitativa
Una teoría es siempre una simplificación del mundo destinada a clarificar y ex-
plicar algunos aspectos sobre su funcionamiento. Trata de explicar las razones por
96
• La pregunta de investigación y la preparación del estudio
97
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
aquellos sucesos o relaciones no previstas en la teoría, lo cual deja sin efecto buena
parte del potencial de los datos cualitativos. De hecho, algunos autores prefieren
utilizar el término proposiciones (Miles y Huberman, 1994) para poner de mani-
fiesto que estas son formuladas después de que la persona investigadora haya co-
menzado el estudio, que están fundadas en los datos y se desarrollan y comprueban
en interacción con ellos.
Como se ve, estas críticas al modelo deductivo de investigación encuentran un
acomodo y respuesta en planteamientos muy cercanos a los de la teoría fundamen-
tada de dinámica abductiva (Strauss, 1987; Strauss y Corbin, 1990), aunque ello no
se mencione explícitamente. La lógica a seguir sería ¡utilizar conceptos "sensibi-
lizadores" que servirían como guía en la aproximación a las instancias empíricas,
pero sin ser referentes teóricos fijos o anclados en un marco teórico cerrado. Así,
los conceptos serían progresivamente refinados para evitar su reificación.
En esta misma lógica, Flick (2009: 98-99) entiende que, más que hipótesis o
proposiciones, deben formularse preguntas específicas de investigación a partir de la
pregunta inicial planteada y el uso del conocimiento teórico adecuado. De este modo,
el concepto "sensibiliza" la mirada de la persona investigadora y no funciona como
una imagen fija preformulada. Es una sugerencia que permite estar más atento a la
información proporcionada por los datos y se aleja más claramente del modelo de in-
vestigación deductivo. Estas preguntas se irían refinando y modificando al avanzar el
análisis de los datos, hasta la etapa final de presentación de las conclusiones.
tr ¡Atención!
98
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
99
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
100
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
posición. Cuanto más flexible y emergente sea el diseño, más dificil será situarlo
en un momento concreto del proceso. En caso de seguir una dinámica abductiva,
es probable que se necesite algún tipo de decisión antes de iniciar la fase de campo,
aunque se tratará de decisiones abiertas y revisables. En caso de seguir una diná-
mica inductiva, estas decisiones siempre se tomarán una vez iniciado el trabajo de
campo. Por ese motivo en las figuras 3.3 y 3.4 calificamos como "emergente" e
"inicial" los diseños correspondientes. También en las mismas gráficas se ha bus-
cado representar el carácter circular y retroalimentado por el trabajo de campo de
estas decisiones.
Objetivos de la
investigación Diseño metodológico
Formulación
del problema -Información que nos
(aproximación interesa
l i
Pregunta inicial
adoptada)
- Ámbito espacial y
temporal considerado
de investigación ~\\. - Unidades de información
\
i l
Preferencias
"*"'"e
<>tcd<>
\ \,
"' CGf':(:t;:?-t;~:):n
» ~oR.to;J:o~O
- Métodos de obtención
de datos
- Métodos de análisis
o adscripción
de datos
ontológica y
epistemológica
101
L
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
102
,
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
Esta pregunta hace referencia a los límites espaciales y temporales en los que se
obtendrá la información empírica de nuestra investigación. Este medio suele reci-
103
1'
104
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
~ Para recordar
Sea cual sea la dinámica desarrollada, los factores pragmáticos deberán tener-
se en cuenta en la elección del campo. Factores como el presupuesto y el tiempo
disponibles, la composición y conocimientos del equipo de investigación y las di-
ficultades de acceso al campo deben tenerse en cuenta. Estos factores pragmáticos
pueden llevarnos a elegir un campo próximo a nuestra experiencia cotidiana, lo
cual supone algunos retos particulares. El hecho de formar parte del campo puede
producir una visión "distorsionada" del fenómeno estudiado, influida por la posi-
ción que nosotros ocupamos en él. Por otro lado, formar parte del campo puede
ser en algunos casos una ventaja, especialmente si tomamos una perspectiva etno-
gráfica, siempre que se consiga el necesario distanciamiento interpretativo. Una
variante extrema de esta orientación la constituye la autoetnografia, que tratamos
brevemente en el capítulo 9 (~ véase el apartado 9.3.1 ).
Aunque hasta ahora no se ha mencionado explícitamente la importancia de los
límites temporales del campo, no queremos terminar esta sección sin referimos a
ellos. Ragin y Amoroso (2011: 29) ponen un buen ejemplo que muestra esta impor-
tancia: "Un estudio sobre el impacto de un nuevo programa de formación sobre
la cualificación de los trabajadores [ ... ] debe seguir a estos trabajadores durante
varios años, no solo durante meses o semanas". La dimensión temporal del campo,
por lo tanto, debe establecerse de modo que el fenómeno estudiado pueda desarro-
llarse enteramente. Ello se puede abordar mediante un diseño longitudinal o sim-
plemente recogiendo datos retrospectivos que nos permitan abordar el fenómeno
en su completitud.
En esta parte del diseño se toma la decisión sobre qué perfiles nos interesan como
fuentes de infonnación y cuántas unidades tomar de cada uno. El uso del térmi-
105
Parte 11. El diseño de la investigación cualitativa
no "perfil" puede dar a entender que las unidades serán personas, pero en realidad
puede tratarse de cualquier instancia o colectivo con el (re)conocimiento social de
entidad diferenciada. Aquí se aplicaría perfectamente la definición de "caso" que
hemos dado en el precedente capítulo 2 (!>véase el apartado 2.2), incluso cuando no
estemos desarrollando una investigación basada en la estrategia del estudio de casos:
nuestras unidades de información deben ser siempre entidades autocontenidas, sim-
ples o múltiples, con unos límites precisos que permitan distinguirlas de su contexto.
Si el campo elegido es suficientemente pequeño, existe la posibilidad de es-
tudiar todas las unidades pertenecientes al campo. Por ejemplo, si nos interesa la
estructura organizativa de las empresas cooperativas españolas de más de 1.000 tra-
bajadores o la trayectoria política de mujeres que hayan sido presidentas de comu-
nidades autónomas, no tendremos dificultades para estudiar todas y cada una de las
unidades relevantes. Pero en general las unidades que compondrán el campo serán
numerosas, lo cual nos obligará a obtener información sobre una corta selección.
~ Para recordar
Con el final del párrafo anterior ya se habrá intuido que la selección de uni-
dades de información es equivalente a lo que en la investigación cuantitativa se
denomina muestra. De hecho, aunque este es un término cuyo origen está en la
investigación cuantitativa, se ha terminado imponiendo en buena parte de la lite-
ratura cualitativa para referirse al conjunto de unidades escogidas. Posiblemente
el término muestrario -que en inglés tiene exactamente la misma traducción que
muestra- sería más adecuado en castellano, puesto que tiene una connotación aso-
ciada a la tría deliberada de una colección o conjunto de unidades, que es lo que
realmente debe ser siempre una muestra cualitativa.
106
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
~ Para recordar
107
Parte 11. El diseño de la investigación cualitativa
108
p
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
109
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
mientras que si nuestra pregunta tiene una orientación más interaccionista, los mé-
todos podrán ser más variados, puesto que junto con los datos provenientes de
observación sobre los escenarios de la interacción nos interesará el sentido que las
persona otorgan a esas interacciones. El ejemplo del cuadro 4.4 es solo un modo
muy sencillo de abordar la cuestión.
110
u.\
lj
La pregunta de investigación y la preparación del estudio
111
5
La selección y el acceso
a las unidades de información
De todas las decisiones del diseño que hemos revisado en el capítulo anterior,
la relativa a la muestra cualitativa (o muestrario) es la que mayores dudas pro-
voca entre aquellos investigadores e investigadoras con escasa experiencia en la
investigación cualitativa. Como ya se ha apuntado, la investigación cualitativa se
caracteriza por trabajar con un pequeño número de unidades de información, que
nunca son elegidas por criterios muestrales estadísticos. Esta falta de "representa-
tividad estadística" se emplea a menudo como argumento principal para desdeñar
los hallazgos producidos en los estudios cualitativos o, como mucho, para darles
un valor meramente "exploratorio".
Yin (2014: 20-21) expresa muy bien estas reticencias resumiéndolas en una
pregunta arquetípica: "¿cómo puede generalizarse a partir de un solo caso?". Las
respuestas suelen sostenerse en argumentos muy parecidos: la investigación cua-
litativa nunca busca la generalización estadística, esto es, identificar la frecuen-
113
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
114
,,
11
;!.L
,
La selección y el acceso a las unidades de información
las diferencias entre estos dos tipos de muestreo cualitativo (a veces también de-
nominados "estrategias de muestreo"). Advertimos, sin embargo, que cuando en la
investigación real se adopta una lógica abductiva, ambas lógicas pueden suavizar
sus respectivas características (puesto que ambas son compatibles con el razona-
miento abductivo) o incluso articularse entre sí. Es el caso del muestreo estructu-
ral, que combina la lógica del muestreo tipológico con la del muestreo teórico, y al
que se hará mención más adelante en el apartado 5.1.4.
~ Para recordar
115
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
se van obteniendo. Tal como menciona Yin (2003), en los estudios de caso el papel
que desempeña el conocimiento teórico en el proceso de selección de las unidades
es más importante que en otras estrategias. En palabras de este autor, la teoría
ayuda a "identificar los criterios de selección y examen previo [screening] de los
potenciales candidatos a ser casos estudiados, y a indicar las variables relevantes
de interés" (2003: 3).
Los elementos mencionados al final del último párrafo, casos y variables re-
levantes (o categorías, si se quiere utilizar un término más cualitativo), van ín-
timamente ligados en el muestreo tipológico, tal como se verá a continuación.
Lo importante es disponer de un conocimiento previo sobre estos componentes,
que puede tener un origen tanto conceptual (proveniente de la literatura teórica)
como puramente empírico (proveniente de investigaciones previas o de una fase
anterior -normalmente cuantitativa- de la propia investigación que se desarrolla).
Tal como ha indicado Sarabia ( 1985), en este tipo de lógica se trata de some-
ter a examen a miembros típicos de una misma extensión o clase, que debe ser
identificada previamente. El objetivo es el estudio detallado y en profundidad de
las unidades típicas seleccionadas, para posteriormente extrapolar la información
obtenida al resto de unidades de la misma clase. Obviamente, esta lógica exige que
todas las unidades de la clase tengan propiedades comunes, es decir, que la exten-
sión de la que se extrae el caso sea (socio lógicamente) homogénea. Solo de este
modo la información obtenida es pertinente para las otras unidades no analizadas.
La situación ideal sería aquella en la que primero se identifica o construye em-
píricamente una clase homogénea, y a continuación se toman los miembros repre-
sentativos de esa clase en base al conocimiento del que disponemos. Así se evita
cualquier posibilidad de sesgo en la selección del caso. Existe una vía cuantitativa
para ello, consistente en tomar una muestra estadísticamente representativa y a
continuación, mediante métodos multivariados (por ejemplo, análisis de conglo-
merados), obtener grupos homogéneos. De cada uno de estos grupos se escogen
aquellos casos que mejor responden a los perfiles obtenidos. Este procedimiento
no siempre es posible, puesto que a menudo no tenemos ningún modo de dotar de
identidad -y menos, contactar- a los casos concretos de la muestra utilizada. Una
vía alternativa al procedimiento que acabamos de mencionar se da cuando, ante
la imposibilidad de contactar a los casos de la muestra cuantitativa utilizada, se
buscan mediante las vías de contacto tradicionales en la investigación cualitativa
(~ véase el apartado 5.2.2) aquellos individuos con un mismo perfil que eliden-
tificado estadísticamente.
116
La selección y el acceso a las unidades de información
117
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
Hombres Mujeres
Con experiencia
laboral
Filología Inglesa - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Sin experiencia
laboral
Con experiencia
Administración laboral
de Empresas Sin experiencia
laboral
Con experiencia
Ingeniería laboral
Informática Sin experiencia
laboral
118
L
La selección y el acceso a las unidades de información
a cada una de las doce clases identificadas. De hecho, la elaboración de una parrilla
l
1
f
como esta puede servir para comprobar el grado de heterogeneidad posible entre las
clases y para damos cuenta del volumen de trabajo empírico necesario para no dejar
fuera de la investigación ningún perfil relevante. Ello nos puede llevar a reducir el
campo o los perfiles por los cuales nos vamos a interesar en la investigación. Así,
por ejemplo, si el tiempo y los recursos materiales de que disponemos son escasos,
podríamos tomar la decisión de estudiar solamente las trayectorias de inserción de
las mujeres (lo cual nos reduciría los perfiles relevantes de doce a seis), o solamente
de aquellos y aquellas que hayan realizado la carrera de Filología Inglesa (que nos
reduciría los perfiles relevantes de doce a cuatro). Obviamente, la vía alternativa
es incrementar los recursos (materiales o humanos) con que contamos o alargar el
plazo de ejecución de la investigación.
Lo realmente importante en esta primera fase del proceso de muestreo es es-
tablecer la gama completa de posibles perfiles, que pueden corresponder tanto a
unidades simples como a múltiples. La parrilla tipológica o de muestreo es solo
el primer paso para la elección final de las unidades, no un fin en sí mismo. En la
investigación de carácter etnográfico es común que este inventario se establezca
sobre la base de un solo factor o dimensión (LeCompte y Preissle, 1993 ), puesto
que se simplifica notablemente la elección entre unidades (instituciones, colec-
tivos) que suelen ser de por sí múltiples (!) véase el cuadro 2.1) y en las que
tradicionalmente se realiza un trabajo muy intensivo de recolección de datos, por
lo cual el número final de casos será muy bajo. En estas situaciones el punto de
partida no es una parrilla, sino simplemente un inventario o listado que permite
identificar qué unidad o unidades se adecuan mejor a la pregunta de investigación
fonnulada.
También es importante destacar que no siempre es fácil identificar a priori si
las personas o colectivos en nuestro campo de estudio cumplen con ciertas carac-
terísticas postuladas como relevantes en el marco teórico. Por ejemplo, aunque
consideremos que la actitud proactiva en la búsqueda de empleo es un factor rele-
vante a la hora de determinar la trayectoria de inserción, será muy dificil elegir a
nuestras unidades en función de este factor, puesto que esta cuestión no se puede
resolver con una simple pregunta filtro antes de iniciar la obtención de informa-
ción (en un grupo de discusión, por ejemplo). En estos casos debemos utilizar
estrategias de selección más abiertas y combinar la lógica del muestreo tipológico
con la del muestreo teórico. Esta combinación de las dos lógicas también deberá
seguirse al observar que en nuestro trabajo de campo van emergiendo factores
relevantes que no se habían tenido en cuenta inicialmente (!) véase el apartado
5.1.4). Si no estamos dispuestos o no tenemos los recursos para combinar ambas
lógicas, deberemos limitamos (en todos los sentidos) a la lógica más puramente
deductiva y atenemos a sus condiciones: solo se obtiene información significativa
sobre aquellas cuestiones que estaban previstas de antemano.
.. 119
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
f11r ¡Atención!
Una vez que contamos con nuestra parrilla o listado inicial podemos proceder a
la elección final de las unidades. La primera decisión a tomar es si se va a realizar
un diseño de caso único o de casos comparados. Por supuesto, esta decisión no es
independiente del tipo de unidades que estamos considerando ( ~ véase el cuadro
2.1 ). Si nuestras unidades son múltiples, es posible que optemos por un diseño
de caso único o de unos pocos casos comparados (dos o tres); si las unidades son
simples, posiblemente optaremos por la comparación de 20, 30 o 40 unidades,
en función de los criterios que expondremos más adelante. De todos modos, es
conveniente tener en cuenta que en ciertos estudios con unidades simples donde se
recoge un gran volumen de información por unidad -por ejemplo, en los de carác-
ter biográfico- es perfectamente posible quedarse por debajo de las 5-l Ounidades.
Tanto si escogemos una sola unidad como varias, deberemos justificar y hacer
explícito el criterio para su elección. No olvidemos tampoco que el consejo de
informantes clave o el conocimiento del terreno que personalmente podamos tener
nos ayudarán a tomar las decisiones oportunas.
Tanto si partimos de una parrilla de muestreo similar a la del cuadro 5. 1, ela-
borada teóricamente, como de una tipología desarrollada empíricamente, o de un
inventario de casos presentes en el campo de estudio, debemos ser conscientes de
que los perfiles obtenidos muestran únicamente las unidades que potencialmente
pueden ser escogidas. Será necesaria una segunda fase del proceso de muestreo
120
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La selección y el acceso a las unidades de información
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r
r
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La selección y el acceso a las unidades de información
123
Parte II. El diseño de la investigación cualitativa
literal; y si repetimos tanto el número de unidades por perfil como los diferentes
perfiles, estaríamos combinando la replicación literal con la teórica. En la práctica
suelen alternarse los dos tipos de replicación.
Por otro lado, si en la investigación partimos de una pregunta "por qué", la
replicación teórica es indispensable, puesto que permite controlar los efectos de
los factores relevantes, comparando casos en que solamente uno de los factores
ha cambiado sus valores (por ejemplo, podremos ver el efecto del género sobre la
inserción si comparamos hombres con carrera de Filología Inglesa y experiencia la-
boral previa, con mujeres con estudios de filología inglesa también con experiencia
laboral previa). Si la pregunta de investigación es más del tipo "cómo", es posible
que nos concentremos en un único perfil (escogido a partir de los criterios señalados
anteriormente) y sigamos una replicación literal. En este caso no cruzamos diferen-
tes dimensiones, pero sí nos aseguramos por la vía de la repetición y la comparación
que las unidades escogidas son buenas representantes del perfil escogido. La com-
binación de los dos tipos de replicación ofrece ambas posibilidades, a cambio, eso
sí, de aumentar el número de unidades consideradas.
Una vez más estas reflexiones sobre la replicación sirven para mostrar que
resulta muy dificil seguir en la investigación cualitativa una lógica de diseño ab-
solutamente cerrada. Podría suceder en nuestro ejemplo que la replicación literal
nos llevase a comprobar que existen diferencias notables entre los titulados en
Filología Inglesa entre las dos universidades consideradas, de modo que la uni-
versidad pasaría a ser un cuarto factor a tener en cuenta en la construcción de
la parrilla. También podría suceder que una replicación únicamente teórica (una
unidad por perfil) nos dejase dudas sobre alguno de los efectos diferenciados que
según la literatura deberían darse, lo cual podría llevar a aumentar en la muestra
las unidades con el perfil que nos genera dudas. Lo más probable es que aunque
hayamos empezado el estudio con la convicción de que nuestro diseño es del tipo
proyectado cerrado, vayamos modificando algunas decisiones y acabe siendo más
bien un proyecto flexible(:> véase el apartado 3.1.1).
~ Para recordar
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La selección y el acceso a las unidades de información
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
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La selección y el acceso a las unidades de información
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
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La selección y el acceso a las unidades de información
flllr ¡Atención!
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
- - ¡Atención!
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La selección y el acceso a las unidades de información
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
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La selección y el acceso a las unidades de información
como regla que seguir. Basta con pensar que un estudio orientado estrictamente a
la validación (lógica deductiva) tiene muy poco que ver con uno orientado a la ge-
neración de teoría (lógica inductiva), y que una investigación profesional orientada
a responder a la demanda de un cliente tiene muy poco que ver con un proyecto
académico desarrollado por un equipo extenso.
En la investigación cualitativa difícilmente puede afirmarse que dos unida-
des de información son idénticas. Más que preocuparnos obsesivamente por el
número de unidades, deberíamos hacerlo por la calidad informativa de las uni-
dades elegidas y juzgar en función de ello. Por otra parte, sucede a menudo que
trabajamos un campo de análisis con mayor diversidad de la prevista, por lo que
deberíamos estar preparados para reducir las ambiciones iniciales de la investiga-
ción. Quizás se entienda mejor ahora por qué conviene elegir campos de análisis
restringidos, que no presenten una enorme heterogeneidad en las características
de las instituciones, individuos o comportamientos estudiados (~ véase el apar-
tado 4.4.3). Cuando se dice que en la investigación cualitativa se consigue profun-
didad a cambio de amplitud, no solo se está proponiendo que el análisis abarque
un número pequeño de unidades, también significa que el campo de análisis debe
estar lo suficientemente acotado como para que no tenga una diversidad excesiva,
inabordable mediante una muestra cualitativa.
Después de tantas advertencias es recomendable seguir las exhortaciones de
Patton (2002: 246): "lo crucial es que las decisiones y procedimientos de muestreo
sean completamente descritos, explicados y justificados, de modo que los revisores
y los usuarios de esa información dispongan del contexto adecuado para juzgar la
muestra. El investigador o evaluador está obligado a discutir cómó la muestra ha
afectado a los hallazgos, las fortalezas y debilidades del procedimiento de mues-
treo y cualquier otra decisión del diseño que sea relevante para entender e interpre-
tar los resultados ofrecidos".
En este apartado abordamos la última de las tareas que deben realizarse en una
investigación antes de empezar con la etapa de obtención de los datos.
Se trata del acceso al campo y el contacto con la unidades de información. En
el cuadro 3.1 hemos situado esta etapa como la primera de las operaciones de la
fase de trabajo de campo, aunque en una investigación de carácter inductivo (y en
muchas abductivas) suele concretarse una vez en el campo, tal como sucede con
otras decisiones del diseño metodológico (compárense las figuras 3.2, 3.3 y 3.4).
La realidad es que es una tarea que se sitúa entre el trabajo "en el despacho" y el
trabajo "en el campo" y que exige más de una ida y vuelta entre ambos.
133
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134
La selección y el acceso a las unidades de información
135
Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
obtener la información necesaria que nos permita contactarlos). En todos las si-
tuaciones de acceso restringido a una institución (un instituto de secundaria, por
ejemplo) o a un perfil de individuos particular (padres de los alumnos del instituto)
necesitaremos la intervención con una persona intermediaria. Ello supone, pues,
un contacto indirecto y mediado a las unidades de información que nos interesan,
que se opone a un potencial contacto directo si el acceso es abierto.
Si las unidades son instituciones, el nombre tradicional con que se conoce a la
persona intermediaria es portero/a o gatekeeper. Suele darse por descontado que el
gatekeeper es la persona que cuenta con el poder formal en la institución, puesto
que dependerá de ella que obtengamos el permiso oficial de acceso, pero a veces
es más efectivo contactar primero con un poder menos formal para que nos facilite
su apoyo: en una escuela puede tratarse de un profesor o profesora bien valorado
que nos avale ante la dirección del centro; o en una empresa, una sección sindical
que tenga una buena relación con la gerencia. Esta decisión se beneficiará precisa-
mente del conocimiento que hayamos adquirido anteriormente en nuestra fase de
exploración.
~ Para recordar
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La selección y el acceso a las unidades de información
tr ¡Atención!
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
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La selección y el acceso a las unidades de información
~ Para recordar
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Parte JI. El diseño de la investigación cualitativa
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La selección y el acceso a las unidades de información
141
r
i·
Entiendo que esta entrevista está diseñada para recoger datos personales sobre
actividad laboral y sobre mi historia laboral. Mi participación es voluntaria y
entiendo que no seré remunerado/a por mi participación. He leído y entendido todas
las explicaciones que se me han facilitado; todas mis preguntas han sido respondidas
de forma satisfactoria, y acuerdo participar voluntariamente en este estudio. Doy mi
conformidad para la realización de la entrevista y su grabación mediante registro de
voz. Por la presente transfiero Jos derechos de autor de mi contribución a José
Martínez, investigador principal del proyecto.
142
La selección y el acceso a las unidades de información
143
1
PARTE 111
Los métodos
de obtención de datos
,,
6
El método de entrevista
Con este capítulo se inicia la parte 111 del manual, dedicada a los métodos de ob-
tención de información. Se ha elegido comenzar por la entrevista porque, por un
lado, puede considerarse el procedimiento "básico" para conseguir información,
que muchas veces se imbrica o articula con otros procedimientos, pero también
porque en el desarrollo de la entrevista se ponen de manifiesto cuestiones metodo-
lógicas y tecnológicas del trabajo de campo que son relevantes cuando se utilizan
otros dispositivos, y que en la entrevista son claramente evidentes. De este modo
nos ahorraremos volver a mencionar ciertas cuestiones cuando se revisen otros
métodos.
La estructura de este capítulo se repetirá, con muy pequeñas variaciones, en el
resto de capítulos de la parte 111. En primer lugar se presenta el método y se contex-
tualiza históricamente. En segundo lugar se define y se presentan las circunstancias
en las que es adecuado su uso, y se muestran los diferentes tipos de entrevista. En
tercer lugar se abordan las cuestiones vinculadas a su diseño y uso. Finalmente se
ofrecen las ventajas y limitaciones que caracterizan al método.
147
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
recer menos intuitivo, su correcto empleo requiere una reflexión profunda sobre
su diseño y aplicación. Por otro lado, a pesar del desarrollo contemporáneo de
la sociedad entrevista y de las tecnologías de la confesión (Valles, 2014: 13-15),
una buena entrevista cualitativa debe incorporar, como veremos más adelante,
muchos de los elementos que caracterizan a una conversación informal, sin olvi-
dar, no obstante, que no se trata de un intercambio espontáneo.
Es innegable que nos hallamos ante el procedimiento de obtención de datos
cualitativos por excelencia. Fontana y Frey (2000) remontan su uso al Antiguo
Egipto, aunque su carta de naturaleza en la investigación social se le suele otorgar
(Fontana y Frey, 2000; Seale, 2004) con el estudio Inquiry into the Lije and Labour
of the People in London, desarrollado por Charles Booth entre los años 1886 y
1903. Es interesante destacar que en este estudio la entrevista cara a cara era utili-
zada tanto para obtener datos cuantitativos como cualitativos. Ya en los años cin-
cuenta ciertos formatos de entrevista se utilizan exclusivamente como herramienta
de cuantificación de los datos, en el marco de estudios por encuesta (Fontana y
Frey, 2000: 648).
Hoy en día, con la extensión de intemet, el uso de entrevistas cualitativas ha
diversificado su formato y ha ampliado sus posibilidades de aplicación. Si en
la época previa a intemet resultaba muy poco frecuente plantearse el desarrollo
de una entrevista cualitativa a informantes geográficamente alejados del lugar de
residencia de la persona investigadora, actualmente esta posibilidad es cada vez
más utilizada; aunque no siempre, como veremos, es fácil reproducir las circuns-
tancias de una interacción cara a cara (!) véase el apartado 6.2.3), que sigue
considerándose el estándar en una entrevista cualitativa. De hecho, buena parte de
las entrevistas realizadas online poseen en realidad un formato de entrevista con
preguntas cerradas (Hine, 2008), lo cual las equipara en la práctica a los cuestio-
narios de encuesta.
Quizás por el origen común de los cuestionarios de entrevista y los de en-
cuesta, algunos autores (Patton, 2002; Seale y Filmer, 1998; o Fontana y Frey,
2000; entre otros) consideran que la entrevista completamente estructurada -con
respuestas cerradas- constituye el extremo más estandarizado y rígido dentro de
la diversidad de posibles entrevistas cualitativas. Se está afirmando, de este modo,
que incluso una entrevista en las que todas las respuestas están previamente pre-
codificadas puede dar pie a un uso cualitativo de sus resultados. Aun estando de
acuerdo con esta apreciación, no trataremos en el capítulo este tipo de entrevistas,
puesto que su uso se da casi exclusivamente en las investigaciones por encuesta,
y en estos casos, tal como afirma Mason (2002: 62), "la lógica, la aproximación y
los fundamentos [rationale] utilizados en este tipo de entrevistas se derivan de la
encuesta, metodología no cualitativa". En cualquier caso, sirvan estas observa-
ciones para destacar una vez más que en ocasiones los puntos de contacto entre
métodos cuantitativos y cualitativos son más numerosos de lo que en un primer
momento puede parecer.
148
El método de entrevista
149
Parte III. Los métodos de obtención de datos
~ Para recordar
150
~:
El método de entrevista
pero también de documentos. Por otro lado, si nuestro interés se centra particular-
mente en estudiar situaciones del pasado, habrá que considerar el uso del método
biográfico, como alternativa o complemento al uso de las entrevistas cualitativas
(~ véanse los capítulos 7 y 10).
Si se desea obtener información relativa a la interpretación y sentido que para
las personas tienen unos determinados acontecimientos, también la entrevista cua-
litativa es lo más aconsejable. Este uso entronca con lo visto en el capítulo 1 res-
pecto a las orientaciones fenomenológicas, construccionistas y hermenéuticas que
a menudo orientan la investigación cualitativa. Tenemos aquí, pues, un ejemplo
de conexión directa entre concepción teórica y elección metodológica(~ véase
el apartado 1.2.1 ). De todos modos, incluso sin tener necesariamente un plantea-
miento teórico cercano a la perspectiva fenomenológica, nos pueden interesar las
emociones, sentimientos o vivencias de las personas que conforman nuestro objeto
de estudio. En estos casos, no solo deberíamos optar por la entrevista cualitativa,
sino también por sus versiones más abiertas ( ~ véase el apartado 6.2.3 dedicado a
los tipos de entrevistas). Este tipo de informaciones dificilmente pueden expresarse
con unas pocas palabras y en un intervalo corto de tiempo. Por ello en estos casos
un cuestionario con un elevado grado de apertura y una duración prolongada de la
entrevista siempre producirá mejores resultados que una encuesta o una entrevista
mediante cuestionario estructurado y de corta duración.
Otra situación en la que nos interesará utilizar la entrevista cualitativa es cuan-
do estemos interesados en obtener información sobre temas delicados o muy per-
sonales. Un diálogo cara a cara, con el clima adecuado y un elevado grado de
entendimiento o empatía entre la persona entrevistada y la persona entrevistadora
es insustituible en estos casos. La entrevista cualitativa ofrece el medio para obte-
ner tanto opiniones o ideas que la persona entrevistada no se atrevería a expresar
en público, como experiencias personales que solo se verbalizan en un entorno de
confianza e intimidad. De hecho, una entrevista cualitativa bien preparada debe
permitir obtener información que por su grado de privacidad o intimidad es im-
posible de recoger mediante otros métodos cualitativos. Más adelante, cuando tra-
temos de la interacción durante el proceso de entrevista veremos algunos medios
para ello.
Finalmente, utilizaremos la entrevista cualitativa cuando se pretenda aprove-
char para la investigación la posición privilegiada o especialmente relevante de las
personas entrevistadas en relación con los hechos que estudiamos. Se trata, pues,
de entrevistas a informantes clave. En esta coyuntura las personas entrevistadas
son elegidas por la posición relevante que ocupan en relación con el fenómeno
estudiado, por el volumen de información que pueden proporcionar (que dificil-
mente nos ofrecería otra persona) o por su particular perspectiva u opinión sobre
los hechos estudiados.
A todas las razones anteriores hay que añadir dos circunstancias de carácter
pragmático que acabarán de justificar el uso de este método: a) no existen dificul-
151
;'
tades para acceder, ya sea de forma presencial o de modo remoto, a las personas
que queremos entrevistar, y b) tenemos los recursos suficientes para cubrir el coste
económico y el tiempo necesario para desarrollar todo el proceso de entrevista,
desde el contacto a la transcripción. Si no se cumplen estas dos condiciones, qui-
zás debamos decantarnos por un sustituto habitual (pero imperfecto) del método
de entrevista: los documentos. Más adelante, en el capítulo 10 (:>apartado 10.2.4),
se desarrollará este razonamiento.
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El método de entrevista
B) Según el contenido
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Parte III. Los métodos de obtención de datos
¡¡
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El método de entrevista
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alguna medida los turnos de palabra de las entrevistas sincrónicas. Ello
permite pedir aclaraciones, desarrollar o expandir las cuestiones plan-
teadas o introducir nuevas cuestionas a partir de las respuestas iniciales.
También es factible elaborar este modelo de entrevistas con un solo turno
de preguntas y respuestas, aunque este formato es recomendable única-
mente cuando la entrevista tiene un carácter estructurado. Incluso en este
último caso no debería descartarse de antemano un segundo tumo para
pedir aclaraciones o ampliar las respuestas ofrecidas. La gran ventaja de
esta clase de entrevistas es que la persona entrevistada puede contestar a
las preguntas cuando le resulte más cómodo o conveniente; también per-
mite consultar documentos o a otras personas, recordar sin ninguna pre-
sión ciertos acontecimientos o reflexionar con calma las respuestas que
se ofrecen. Ello implica, sin embargo, una mayor racionalización de las
respuestas ofrecidas, lo cual puede ser contraproducente en ciertas temá-
ticas de investigación.
D) Según la finalidad
155
Parte III. Los métodos de obtención de datos
- - ¡Atención!
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El método de entrevista
Aunque los formatos de entrevista cualitativa son diversos, como acaba demos-
trarse, es conveniente explicitar cuál es la actitud y cuáles son los referentes meto-
dológicos que deberemos adoptar ante la situación de entrevista. Ello será de gran
ayuda en el caso de iniciamos en el uso de este método.
Ya se ha mencionado anteriormente que en la vida cotidiana estamos conti-
nuamente rodeados de interacciones verbales cuyo formato se ajusta a la secuen-
cia pregunta-respuesta. No obstante, si queremos encontrar un referente concep-
tual y práctico más concreto que nos ayude en la preparación y desarrollo de
una entrevista cualitativa, hay que mencionar en primer lugar a la conversación
informal (Valles, 2014: 43-47). Una entrevista cualitativa, especialmente en los
casos de mayor duración y menor directividad, debería tener la apariencia de una
conversación informal entre dos personas con un grado elevado de familiaridad.
La confianza, la implicación mutua en el desarrollo de la interlocución y la infor-
malidad en la interacción son características que favorecerán la amplitud, profun-
didad y detalle de la información proporcionada por la persona entrevistada. Por
lo tanto, una entrevista cualitativa debería desarrollarse como una conversación,
pero no lo es.
Un segundo referente ineludible de una entrevista cualitativa es la entrevista
profesional. Entendemos por entrevista profesional el intercambio lingüístico de
carácter asimétrico conducido por una persona experta que se realiza con el propó-
sito definido de establecer un diagnóstico en relación con la persona entrevistada.
Tanto una confesión religiosa (posiblemente el primer uso profesional de la entre-
vista), como una entrevista de trabajo, como las preguntas que hace un médico a un
paciente, tienen este carácter profesional: un "experto" dirige la conversación con
el objetivo de obtener datos relevantes que permitan establecer un diagnóstico (qué
tipo de pecado se ha cometido, la adecuación de un candidato al puesto de trabajo
o el tipo de dolencia que se padece, respectivamente).
Estos dos referentes deben usarse estratégicamente por parte de la persona
entrevistadora. Por uso estratégico entendemos que la preparación de la entrevista
y su desarrollo deben orientarse a construir una situación de interacción verbal
que combinará características de la conversación informal y de la entrevista pro-
fesional. Pero de nuevo es importante destacar que el peso de los elementos de
una y otra forma de interacción verbal dependerá finalmente del formato elegido;
cuanto más estructurada y dirigida sea la entrevista cualitativa, más puntos de
contacto tendrá con la entrevista profesional, cuanto más abierta y genérica, más
elementos se tomarán de la conversación informal. En todo caso, se indican a
continuación los polos entre los que nos movemos y las características que debe-
remos combinar:
157
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
158
1
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El método de entrevista
CONTEXTO ESTRUCTURAL
MARCO SITUACIONAL
INTERACCIÓN
DISCURSIVA
Tal como se observa en la figura 6.1, el primer nivel contextual (empezando por
el más macro) que interviene en el desarrollo de una entrevista es el contexto estruc-
tural, entendiendo por ello el contexto macrosocial de carácter cultural e histórico
que rodea la interacción verbal que se produce. Aunque este contexto se da por des-
159
Parte I/1. Los métodos de obtención de datos
contado, puesto que afecta a cualquier tipo de actividad social desarrollada, toma
especial relevancia en relación con determinados perfiles y cuestiones tratadas; por
ejemplo, no es lo mismo entrevistar a una personas desempleada en pleno apogeo
de la crisis económica que en un momento anterior o posterior. Estas circunstancias
estructurales deben tenerse en cuenta tanto en la preparación de la entrevista como
en su desarrollo. Dicho de otro modo, una entrevista es siempre resultado de su pro-
pio contexto estructural y sociotemporal, y en la correcta contextualización (incluso
haciendo referencias explícitas a ese contexto en la propia entrevista) está el primer
paso para obtener una comunicación fluida con nuestro interlocutor.
El segundo nivel contextua} relevante en el desarrollo de una entrevista es el
escenario donde se desarrollará la entrevista, lo que en la figura 6.1 se denomina
marco situacional (también podría denominarse setting, si tomamos directamente
el término inglés). Con ello nos referimos al espacio físico y escenario socioam-
biental en que se desarrolla la interacción verbal. Debemos ser conscientes de que
este espacio físico es un elemento más que influye en la pragmática de la entrevista,
puesto que condiciona o se impone, aunque sea inconscientemente, a la interacción
que se desarrolla. A modo de ejemplo de esta potencial influencia del escenario
de la entrevista, basta con señalar que en una entrevista desarrollada en el puesto de
trabajo se realza el rol laboral o profesional de la persona entrevistada, mientras
que en una entrevista desarrollada en un lugar como un parque o un bar (siempre que
el sitio haya sido elegido por la persona entrevistada) se propiciarán intervenciones
con una mayor libertad de discurso. Asimismo, siempre resultará más dificil por
parte de la persona entrevistada criticar abiertamente o incluso reprobar a las per-
sonas representadas simbólicamente por el espacio en que se produce la entrevista:
es más difícil criticar a los compañeros de trabajo (y más a un superior laboral) si
la entrevista se desarrolla en el centro de trabajo, o a un familiar que vive bajo el
mismo techo si la entrevista se realiza en el hogar de la persona entrevistada.
Finalmente, el tercer nivel contextua} es el marcado por la propia interacción
discursiva (que contiene lenguaje verbal y no verbal) de la entrevista. Este es el
nivel en el que se piensa habitualmente cuando se afirma que la persona entre-
vistadora coconstruye la entrevista. Se trata de un nivel tan importante como los
anteriores, en que el eje temático propuesto y acordado previamente es el principal
elemento que contextualiza la interacción. La persona entrevistadora debe utilizar
esta contextualización para participar colaborando en el intercambio lingüístico.
Así, tal como ha señalado Alonso, "el discurso aparece [... ] como respuesta a una
interrogación difundida en una situación dual y conversacional, con su presencia y
participación, donde cada uno de los interlocutores (entrevistador y entrevistado)
ca-construye en cada instante ese discurso" (1998: 78). Baste recordar que toda co-
municación verbal se enmarca en unos objetivos concretos y que estos objetivos
impregnan toda la pragmática del intercambio lingüístico. En este sentido se bus-
ca en los enunciados una función principalmente referencial, de relación entre el
mensaje y unas determinadas informaciones, aunque el hecho de que la entrevista
160
El método de entrevista
¡1
1
161
Parte /JI. Los métodos de obtención de datos
(Hine, 2008). En primer lugar, ayudar a reducir la violencia simbólica originada por
diferencias de género, estatus social, etc. En segundo, facilita que la persona entre-
vistada se atreva a responder a preguntas que en circunstancias de interacción cara
a cara podría considerar demasiado embarazosas. En último lugar, si la entrevista
se realiza por correo electrónico, la persona entrevistada puede encontrar más fácil-
mente el momento oportuno para responder a las preguntas o puede hacerlo tomán-
dose el tiempo necesario para reflexionar o recordar la información solicitada. Tanto
las razones que acabamos de exponer como otros motivos de carácter pragmático
-falta de tiempo de la persona entrevistada, dificultades para desplazarse al lugar
de la entrevista, ahorro económico, etc.- podrían llevamos a cambiar el formato de
entrevista cara a cara por otra basada en el uso de intemet (o del teléfono).
~ Para recordar
162
El método de entrevista
163
Parte III. Los métodos de obtención de datos
164
El método de entrevista
Ya se ha indicado que el tipo de guion que utilicemos es uno de los factores que
más claramente va a determinar la dinámica e interacción de la entrevista. En este
sentido podemos pensar, como mínimo, en tres tipos principales de guion: estruc-
turado, semiestructurado o no estructurado ( ~ véase la sección A del apartado
165
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
6.2.3). En este apartado tomaremos como ejemplo una situación en la que sabemos
con antelación las informaciones que queremos obtener (guion temático) y se ha
decidido elaborar un guion semiestructurado. En los casos en que queramos de-
sarrollar una entrevista genérica y exploratoria, se suele empezar en las primeras
entrevistas con un guion no estructurado (entrevista abierta), aunque posiblemente
se irá configurando un guion más focalizado en estadios posteriores de la investi-
gación. La diferencia, pues, respecto al ejemplo que presentamos aquí es que los
conceptos principales de la investigación se habrán ido generando inductivamente
(:>véase el apartado 2.1.2), pero una vez que se cuente con una primera concep-
tualización provisional, pueden aplicarse los mismos procedimientos que se pre-
sentan más adelante a partir de la sección B.
Es importante destacar que, tal como recuerda Gaskell (2000), el guion de en-
trevista puede (y debe) ser modificado si durante el desarrollo del trabajo de campo
aparecen como relevantes temáticas que inicialmente no se habían considerado.
Un guion de entrevista siempre debe ser utilizado con flexibilidad y ser adaptado al
progreso de la investigación, incluso cuando se trabaja con guiones estructurados.
, . ¡Atención!
166
El método de entrevista
cubierto todos los aspectos relevantes que conciernen a cada uno de los asuntos
identificados. Así, podemos pensar en tres etapas sucesivas que irán trasladando
al nivel empírico la pregunta o preguntas de investigación: 1) el paso de la pre-
gunta de investigación a los conceptos teóricos y sus dimensiones; 2) el paso de
los conceptos a los temas de entrevista; y 3) el paso de los temas de la entrevista
a las preguntas del guion. Estos tres estadios se han representado en tres cuadros
sucesivos a continuación, adaptando de modo muy simplificando el planteamiento
de Verd, Bolíbar y Martí (2016).
En el cuadro 6.1 se presenta el paso de la pregunta de investigación a los prin-
cipales conceptos. En aras de la claridad expositiva se recogen solo unos pocos
conceptos y se deja al lector que desarrolle por su cuenta un listado más amplio o
que acuda a la investigación que ha inspirado el ejemplo (Verd, Bolíbar y Martí,
20 16). Es importante destacar que a menudo los conceptos deberán dimensiona-
lizarse, como se ha hecho en este ejemplo con la noción de integración (dejamos
de lado la discusión teórica sobre la pertinencia, o no, de esta noción o el uso de
nociones alternativas).
167
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
tas del guion en caso de que el método elegido para responder a las preguntas de
investigación del cuadro 4.4 fuese la entrevista. Sirva esta acotación y propuesta
de ejercicio para destacar la importancia y necesidad de articular correctamente el
tipo de información que se busca, el tipo de método de obtención de información
elegido y el despliegue sobre el terreno de dicho método.
168
El método de entrevista
Una vez concretados todos los temas que deberán tratarse en la entrevista,
podría procederse a una primera estructuración interna de los diferentes temas,
con el objetivo de identificar lo que serán los principales bloques del guion de
entrevista. Estos bloques serán el resultado de articular diversos temas entre sí
0 simplemente puede hacerse corresponder un bloque para cada gran tema. Lo
importante es que los bloques se ordenen de forma lógica siguiendo tres criterios:
a) cronológico: primero se pregunta por lo más reciente y después por lo más
alejado en el tiempo; b) por dificultad: primero se pregunta por las cuestiones
más fácilmente abordables (sea porque resultan menos problemáticas, sea por-
que son menos personales, etc.) y después aquellas cuestiones más delicadas; y
e) por la generalidad o amplitud del tema: primero se pregunta por cuestiones
genéricas y después por aspectos más concretos. Los bloques resultantes deberán
articular estos tres criterios entre sí. Por ejemplo, es mejor situar al principio de
la entrevista un bloque que aborda una cuestión alejada en el tiempo pero poco
comprometida y situar más adelante cuestiones quizás más cercanas en el tiempo
pero más difíciles de abordar.
169
Parte III. Los métodos de obtención de datos
CUADRO 6.3. Paso de los temas de la entrevista a las preguntas del guion
170
El método de entrevista
0 proximidad de las cuestiones tratadas. Se tome una opción u otra, las preguntas
deben tener un orden con sentido dentro de cada bloque. Para ello pueden aplicarse
los mismos criterios que hemos propuesto para ordenar los bloques, pero en este
caso aplicados a las preguntas. Por ejemplo, en un supuesto bloque sobre "movili-
dad y trayectoria laboral", empezaremos por preguntas referentes a cuestiones más
alejadas en el tiempo, más genéricas y más fáciles de contestar, y se concluirá con
cuestiones más cercanas, más concretas y más delicadas. Por supuesto, este orden
decidido inicialmente es posible modificarlo a partir de la experiencia adquirida
con las entrevistas que se van realizando. También es conveniente hacer unas pri-
meras entrevistas piloto, si el tiempo y presupuesto disponibles lo permiten, para
comprobar la consistencia del guion elaborado, así como el tiempo aproximado
que lleva la realización de toda la entrevista.
171
Parte III. Los métodos de obtención de datos
que nos interesa conocer la percepción que tiene una persona sobre su implicación
en la gestión de su comunidad de vecinos. El modo de evitar una respuesta poco
sincera o simplemente una como "yo no lo puedo decir" o "debería preguntar a los
vecinos" es mediante la técnica de construcción, donde se pide a la persona entre-
vistada que plantee un diálogo ficticio tomando como base un estímulo visual muy
sencillo. Fruto de la ambigüedad de la situación planteada, la persona entrevistada
tenderá a construir un diálogo relevante en relación con la única indicación concre-
ta ofrecida: "dos vecinos que hablan de la persona entrevistada".
• Imagine que estas dos personas son vecinos de su escalera y que están hablando
sobre su participación en la gestión de la comunidad. ¿Qué cree que pueden estar
comentando?
172
El método de entrevista
173
Parte III. Los métodos de obtención de datos
Respetar y aprovechar los silencios. Dejar una breve pausa (uno o dos se-
gundos) tras la respuesta inicial a una pregunta es una invitación indirec-
ta a que la persona entrevistada desarrolle más su contestación, e incluso
sugiere que no deseamos respuestas cortas al estilo de las que se dan en
un cuestionario de encuesta. Por otro lado, esta acción muestra paciencia,
comprensión y sensibilidad, incluso nos permite dar una ojeada rápida al
guion de entrevista sin interrumpir el flujo de la interacción. Esta es una de
las acciones más ignoradas y menos practicadas entre personas entrevista-
doras con poco experiencia.
Controlar el tiempo de la entrevista. No se trata únicamente de mostrar un
respeto hacia la persona entrevistada; la duración de la entrevista es otro
de los acuerdos que figuran en el contrato de comunicación pactado pre-
viamente. Es por ello conveniente acordar un tiempo algo más largo del
que suponemos que durará la entrevista. Si nos damos cuenta de que nos
faltará tiempo una vez iniciada, deberemos concentramos en los temas más
relevantes o pactar una prolongación de la entrevista (incluso una segunda
sesión, si fuese necesario).
Tomar notas escritas. En las entrevistas cara a cara el registro mediante
grabación sonora o audiovisual será siempre una prioridad. Solo en caso de
que explícitamente se nos pida lo contrario, tomaremos notas (o buscare-
mos un perfil parecido que nos permita la grabación). Pero incluso cuando
grabamos la conversación el uso de una pequeña libreta para tomar notas es
de gran utilidad. En ella anotaremos cuestiones en la que profundizar más
adelante en la entrevista o temas totalmente nuevos que se nos ocurran al
hilo de las respuestas y que retomaremos cuando lo creamos más oportuno.
También podemos registrar elementos del lenguaje no verbal que conside-
remos relevantes y que nos servirán posteriormente a interpretar mejor los
contenidos de la conversación.
Dar pie a desarrollar la conversación fuera de los límites de la entrevista.
Los límites estrictos de la entrevista vienen marcados por el registro de la
interacción y el uso del guion (cuando existe). Sin embargo, la conversa-
ción anterior y posterior a la propia entrevista es tremendamente impor-
tante. La conversación previa sirve para tranquilizar y dar confianza a la
persona entrevistada, lo cual permitirá un desarrollo más fluido del diálogo.
La conversación posterior, si es que la persona entrevistada aún dispone de
tiempo, nos puede proporcionar información off the record, que la persona
informante quizás no proporcionaría ante una grabadora. En ocasiones la
persona entrevistada vive el momento de "apagado" de la grabadora como
una oportunidad para sincerarse con la persona entrevistadora. Obviamente
esta información deberá ser aprovechada y registrarse en las notas corres-
pondientes, siempre respetando, más que nunca, el anonimato y la confi-
dencialidad.
174
El método de entrevista
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Parte III. Los métodos de obtención de datos
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El método de entrevista
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Parte III. Los métodos de obtención de datos
178
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El método de entrevista
la transcripción sobre las características del resultado que se desea. Así mismo es
importante ser consciente de que la transcripción -si finalmente hemos decidido
llevarla a cabo, en lugar de analizar directamente la grabación- no debe ser nunca
la única fuente de información a tener en cuenta durante el análisis ( ~ véase la
sección B del apartado 11.1.2).
A continuación se presentan los elementos irrenunciables que debería tener toda
transcripción. Si se desea desarrollar una que contenga mayor detalle, pueden con-
sultarse las indicaciones ofrecidas por Kowal y O'Connell (2004). Una transcrip-
ción de una entrevista cualitativa deberían presentar las siguientes características:
179
Parte III. Los métodos de obtención de datos
180
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El método de entrevista
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7
El método narrativo-biográfico
183
Parte III. Los métodos de obtención de datos
las unidades escogidas y su relación con el entorno se ponen en el centro del aná-
lisis, y no sus atributos o variables. Los resultados siempre tienen una dimensión
procesual (process oriented), puesto que se analizan los acontecimientos situándo-
los en sus contextos correspondientes y siguiéndolos a lo largo del tiempo.
A partir de los años ochenta y primeros de los noventa del siglo pasado se
produce la eclosión de este método. Su popularización y generalización en las
ciencias sociales surge a partir del denominado giro biográfico (Chamberlayne
et al., 2000; Merrill y West, 2009) o giro narrativo (Atkinson y Delamont, 2006)
en la investigación cualitativa. De hecho, estos términos -biográfico y narrati-
vo- indican las dos tradiciones de investigación diferentes que marcan los usos
actuales del método (Squire et al., 20 13): por un lado, aquellas aproximaciones
biográficas en sociología y psicología que pretendían retomar a una investigación
centrada en el sujeto y sus circunstancias; por otro, la tradición de los estudios
en narratología (en literatura y lingüística, pero también otras ciencias sociales)
interesados por el estudio de las estructuras narrativas en todo tipo de documentos
y producciones textuales.
Como se comprueba, con el método narrativo-biográfico se recuperaba una
aproximación metodológica de larga tradición en sociología, conocida anterior-
mente simplemente como método biográfico. Sin duda la investigación seminal
dentro de esta tradición la constituye el trabajo de William Isaac Thomas y Florian
Znaniecki llamado The Polish peasant in Europe and America, monograph of an
immigrant group, editado por primera vez en el año 1918, y cuya traducción al
español es relativamente reciente (Thomas y Znaniecki, 2004/1918). Este trabajo
también abrió el paso, en cierto modo, a la articulación de datos que caracteriza
mucha de la investigación biográfica actual. El grueso de El campesino polaco en
Europa y en América lo forma la historia vital del inmigrante polaco en Nueva
York Wladek Wisznienski, elaborada por encargo; esta información se combinó
con documentos personales de todo tipo, aunque son especialmente conocidas las
más de 700 cartas entre emigrantes polacos y sus familias y amigos.
De todos modos, como veremos más adelante, es el relato o narración biográ-
fica el elemento que ha pasado a constituir el eje en tomo al cual suele desarro-
llarse el método narrativo-biográfico. Casi podría afirmarse que el único punto de
contacto entre los variados planteamientos de investigación actuales que utilizan
el método narrativo-biográfico es la producción -habitualmente mediante entre-
vistas abiertas o semiestructuradas- de datos cuya forma lingüística es la narra-
ción. Por otro lado, uno de los resultados más sorprendentes de la popularización
del método narrativo-biográfico, y en general de las aproximaciones narrativas,
es la progresiva substitución del término "narración" o "relato" - que son las
traducciones correctas del término inglés narrative- por el de "narrativa", que en
español solo tiene valor como adjetivo y no como sustantivo. Hoy en día se habla
de las "narrativas de los adolescentes" o de las "narrativas ofrecidas en los perió-
dicos" con el sentido de objetivaciones, argumentos o recursos retóricos presentes
184
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El método narrativo-biográfico
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185
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
186
El método narrativo-biográfico
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Parte 1/l. Los métodos de obtención de datos
~ Para recordar
188
El método narrativo-biográfico
Este tipo de reflexiones son recogidas por parte de Lieblich et al. (1998), al dis-
tinguir entre el modo de narrar (la forma) y los acontecimientos que se describen
en la narración (el contenido). Para estas autoras la distinción está en la base de las
diferencias existentes en la literatura, en el modo de analizar los relatos biográfi-
cos. Así, por un lado, es posible centrar el análisis en la forma en que se narran los
acontecimientos (equiparable a la vida narrada), y por otro, centrar en el contenido
los acontecimientos que se narran (equiparable a la vida vivida).
En el primer caso se entiende que la narración es el resultado de las pautas cul-
turales y sistemas de significado asumidos por las personas narradoras, pero tam-
bién el fruto de la identidad del individuo y de su interacción con la( s) audiencia( s)
a la(s) que dirige el relato. El relato biográfico es objeto de estudio como fenómeno
social en sí mismo y se toma como elemento prácticamente exclusivo para el aná-
lisis. Estaríamos aquí ante la tradición de análisis que entronca con la narratología
y tradición lingüística del estudio de las narraciones.
En el segundo caso, el relato biográfico se toma como medio adecuado para
acceder a la realidad descrita en la narración. El relato es, pues, un intermediario
necesario, pero no único, ya que el análisis se orienta a la reconstrucción "obje-
tiva" de los acontecimientos, usando fuentes variadas, si se considera pertinente.
Nos encontraríamos aquí ante tradición de análisis que entronca con los análisis
biográficos tradicionales en sociología y en psicología.
Por supuesto, combinar ambos aspectos es posible, y de hecho, el enfoque de
autores como Rosenthal (2004) y Wengraf (200 1) se preocupa por ambas dimen-
siones.
189
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
Sin embargo, algunos autores defienden que tiene poco sentido interesarse por
los hechos que están (o pueden estar) en la base de la narración, puesto que no exis-
te ningún modo de soslayar la construcción social de la realidad. En este sentido, se
afirma que no es el individuo el que construye la narración (con las influencias ya
reseñadas), sino que es la narración la que construye y constituye al individuo y a
su entorno (Squire et al., 2013). Así pues, desde esta concepción se entiende que el
interés del método narrativo-biográfico está en la posibilidad de analizar el modo
en que la narración conforma y organiza discursivamente la realidad. Aunque más
adelante, en el apartado 7.2.3, se desarrollarán con mayor detalle los fundamentos
teóricos de este posicionamiento, ya se observa la ontología "antirrealista" de esta
aproximación, así como su cercanía a los planteamientos teóricos del construccio-
nismo y el posestructuralismo (~ véase el apartado 1.2.1).
La postura que acabamos de describir se encuentra en las antípodas de los
planteamientos denominados "realistas", que coinciden en la práctica con aque-
llos interesados por el contenido de la narración. Autores como Bertaux ( 1997)
o Thompson (2004 ), que se encuadran a sí mismos en la postura realista, defien-
den la pertinencia del relato como vía de acceso a la realidad objetiva más allá
del narrador; de modo que, a pesar de la mediación que supone el propio relato,
siempre es posible reconstruir "la estructura diacrónica de situaciones y aconte-
cimientos que han marcado esta trayectoria [biográfica]" (Bertaux, 1997: 37, con
el destacado en el original).
Desde el lado realista, el método narrativo-biográfico se utiliza para obtener un
registro de los acontecimientos, representaciones, objetivaciones o cualquier otro
elemento relevante en la trayectoria vital de las personas. Además, se destaca que
este método detecta las relaciones entre agencia y estructura, puesto que posibilita
distinguir entre aquellas causalidades que se atribuyen a circunstancias externas
al sujeto y aquellas que se atribuyen a objetivos o deseos localizables en el propio
protagonista de la acción. Bertaux (1997: 75), siguiendo a Shütz (19871971), de-
nomina al primer tipo de circunstancias causas because, y al segundo tipo causas
in order to.
Del apartado anterior puede colegirse que los objetivos que hoy en día llevan
al uso del método narrativo-biográfico son enormemente diversos. No obstante,
intentamos resumir a continuación el tipo de cuestiones tratadas. Para ello des-
tacamos tres grandes temas o preguntas de investigación genéricas en las cuales
este método es especialmente adecuado. Este listado de posibilidades debe com-
pletarse con la información ofrecida en el siguiente apartado, relativa a los refe-
rentes teóricos y epistemológicos de la investigación narrativa-biográfica. Son
estos marcos teóricos y epistemológicos los que, a partir de la pregunta de inves-
190
El método narrativo-biográfico
191
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
"toma como objeto de investigación el relato por sí mismo" (Riessman, 1993: 1).
Puesto que el objetivo suele ser identificar las relaciones de poder y el grado en
que se utilizan modelos de relato arquetípicos o ratificados socialmente (llamados
narrativas), no solo se analizan relatos orales o documentos personales, también
se analizan los relatos generados en la prensa, en los discursos políticos o por
parte de cualquier instancia con capacidad discursiva(~ véase la sección B del
apartado 11.2.1 ).
192
El método narrativo-biográfico
inflexión se analiza el modo en que "las experiencias vividas por las per-
sonas están conformadas por su ubicación geográfica e histórica, por las
relaciones o vínculos sociales con otros, por las variaciones en el tiempo
[timing] de los acontecimientos biográficos, y por la agencia individual o
el control personal" (Elliott, 2005: 176). Tanto el planteamiento más induc-
tivo de Bertaux como el más deductivo de la perspectiva del curso de vida
dejan atrás el enfoque más descriptivo y encaminado hacia la biografia
individual (o de grupo) de la Escuela de Chicago para orientarse hacia el
objetivo de obtener generalizaciones parsimoniosas de los elementos bio-
gráficos clave en las trayectorias analizadas. De hecho, en la perspectiva
del curso de vida es común el uso exclusivo de datos cuantitativos, lo cual
no excluye planteamientos de carácter mixto (Verd y López-Andreu, 2011)
o exclusivamente cualitativos (Cohler y Hostetler, 2003).
- Enfoques biográfico-narrativos interpretativos. Tomamos el nombre del
método biográfico narrativo interpretativo (BNIM, en sus siglas en inglés)
resultado del trabajo colectivo del Centre for Biography and Social Po-
licy (Chamberlayne y Spano, 2000) y autores como Rosenthal (2004) o
Wengraf (2001). En este enfoque se conjuga el análisis de la vida vivida
con el de la vida narrada, de modo que los relatos biográficos no se toman
únicamente como "fuentes de información de una realidad existente fuera
del texto [ ... ] sino también [ ... ] como constructos sociales con entidad
propia" (Torrabadella, 2000: 137). El objetivo es hallar los vínculos en-
tre la experiencia personal y los contextos sociales en los que discurre
la biografia. La orientación fenomenológica que sustenta en parte esta
aproximación, la entronca con los estudios interesados por la identidad y
la experiencia subjetiva (Clandinin y Connelly, 1994). En este sentido se
destacan las cuatro direcciones en las que se desarrolla el análisis: retros-
pectivamente (backward), prospectivamente (forward), introspectivamen-
te ( inward) y hacia las condiciones de existencia (outward) (Clandinin y
Connelly, 1994: 417).
- Enfoques narrativos construccionistas y posestructuralistas. En estos enfo-
ques se parte de la idea de que los relatos personales son el resultado de sub-
jetividades múltiples e inconexas, y no el fruto de la identidad y experiencia
individuales (Squire et al., 20 13). La pregunta de investigación se interesa,
tal como se indicaba en el apartado 7 .2.2, por las estrategias de producción
discursiva y el modo en que las estructuras sociales de poder configuran el
modo de entender y construir la realidad social. El relato se analiza, pues,
como discurso que expone la realidad de un determinado modo, pero sin
tomar esa presentación como "real". Entre estos enfoques, pueden hallarse
conexiones con el construccionismo psicosocial (Gergen, 1996/1994), con
el posestructuralismo (Plummer, 1995) o con el análisis crítico del discurso
(Daiute, 2014), solo por citar unos ejemplos. No es extraño, por otro lado,
193
Parte 1//. Los métodos de obtención de datos
Al igual que se ha hecho en el capítulo 6 y se hará en los restantes de esta parte 111,
trataremos aquí aquellas decisiones del diseño metodológico que pueden resul-
tar específicas para una investigación basada en el método narrativo-biográfico.
Aquellos aspectos más generales o compartidos con otros métodos, se han tratado
ya en los capítulos 4 y 5. Ahora se presenta en primer lugar un punto de carácter
general en el que se abordan las especificidades del método narrativo-biográfico
en relación con la selección de las unidades y los procedimientos de obtención de
información. Los dos siguientes apartados se centran en la entrevista narrativa: en
primer lugar, se tratan sus características y variantes; y en segundo lugar, se tratan
cuestiones de su diseño y del tipo de interlocución esperada durante su desarrollo.
194
El método narrativo-biográfico
195
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
196
El método narrativo-biográfico
Tanto en los enfoques con orientación más realista como en los enfoques más
construccionistas y posmodemos, la entrevista narrativa constituye el principal
dispositivo de obtención de información. En este tipo de entrevista el interés se
centra en obtener información narrada sobre el pasado de las personas entrevista-
das, aunque por supuesto el relato puede desembocar en la descripción de situa-
ciones del presente. De todos modos, el objetivo no es conocer "todo" el pasado;
puede tratarse sencillamente de la porción relevante (temporal y temáticamente)
para los objetivos de investigación planteados.
Sin entrar en la discusión sobre el grado de modificación a que pueden llegar
a someterse unos determinados hechos en una evocación posterior, no cabe duda
de que utilizar la narración como modo de acceder a unos datos de carácter factual
tiene ciertas ventajas sobre otras formas verbales de obtención de información (e
igualmente susceptibles de reinterpretar la información que se pretende recoger).
Basándonos en Jovchelovitch y Bauer (2000) y Flick (2009: 177-186), podemos
resumir las ventajas de la entrevista narrativa en cinco puntos principales:
197
Parte III. Los métodos de obtención de datos
~ Para recordar
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El método narrativo-biográfico
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Parte III. Los métodos de obtención de datos
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El método narrativo-biográfico
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Parte /JI. Los métodos de obtención de datos
Una pregunta inicial muy abierta y sin ningún tipo de orientación temática pue-
de producir información inconexa y confusa para la persona que escucha. Lejeune
(1989) ha destacado que una de las vías que permite a la persona entrevistadora orien-
tarse en el "laberinto de la memoria" de la persona entrevistada es la utilización de
ejes de coordenadas en la realización de la entrevista. El primero de ellos seria el
cronológico, que intenta ordenar unos hechos que en la memoria están desordena-
dos. El segundo seria el temático, que intenta hacer más fácil evocar las diferentes
experiencias vividas en ámbitos que podrían ser enormemente dispares. Estos ejes de
coordenadas se plasman simplemente en forma de preguntas en el guion de entrevista,
pero también pueden presentarse a la persona entrevistada en forma de parrilla. En la
figura 7.1 se ofrece una muestra de este tipo, utilizada en una investigación sobre los
cambios de hábito en el tabaquismo (Parry, Thomson y Fowkes, 1999). En el ejemplo
no solo se ordenan en las filas los años sucesivos, sino que también se ofrece infor-
mación contextua! que ayudaría a anclar los acontecimientos de la biografia. Además,
en las columnas se presentan diferentes ámbitos biográficos que tal vez hayan estado
vinculados con los hábitos de consumo de tabaco.
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El método narrativo-biográfico
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203
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Parte III. Los métodos de obtención de datos
pone que etiqueten los puntos bajos y altos señalados, según el acontecimiento
que representen (por ejemplo, un matrimonio, una promoción en el trabajo, la
muerte de un familiar, etc.). Este autor propone varias alternativas en su uso: en-
viarlos a la persona informante con anterioridad a la entrevista, completarlos en
el momento de la primera entrevista, o hacerlo en una sesión posterior. Resulta
interesante comprobar que este tipo de herramienta no solo es usada en la inves-
tigación biográfica de tradición realista, sino también en estudios situados en la
tradición construccionista (Gergen y Gergen, 1987) como modo de obtener las
autorrepresentaciones de la trayectoria vital y compararlas con modelos arque-
típicos de narración. En la figura 7.2 se muestra un ejemplo en que este tipo de
gráfico es utilizado para valorar la trayectoria laboral de la persona entrevistada
(Verd y Sánchez, 201 0), con una parrilla vacía y otra completada.
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El método narrativo-biográfico
205
Parte III. Los métodos de obtención de datos
Primera sesión
A partir de una pregunta narrativa abierta [como la del ejemplo en el cuadro 7.1] se da
pie a una entrevista donde la persona entrevistada desarrollará un relato en torno a la
cuestión sugerida por la persona entrevistadora. Es viable formular todas las preguntas
de clarificación que sean necesarias, pero no preguntas que impliquen la introducción
o avance de nuevos temas. Esta sesión puede tener una duración muy variable -el mí-
nimo sería una media hora- pero podría alargarse hasta más allá de una hora, o incluso
llegar a las dos horas si los acontecimientos biográficos narrados son numerosos (por
ejemplo, en el relato de una persona de edad) y se ofrece información detallada de
todos ellos
Segunda sesión
En la segunda sesión de entrevista se desarrollan las preguntas internas [como la del
ejemplo en el cuadro 7.1]. Todas las preguntas deben estar orientadas a desarrollar con
más extensión la narración iniciada en la primera sesión. No se trata de encontrar ex-
plicaciones, ni tampoco de buscar la coherencia en el relato. Únicamente se pretende
obtener más detalles y desarrollar nuevas narraciones a partir de los temas que han
surgido en la primera sesión. Si la primera duró una hora o más, se recomienda dejar
esta segunda sesión para otro día, pero no para mucho más adelante. Si la segunda
sesión se realiza el mismo día, la separación entre una y otra no debería superar los 10-
15 min. En ese intervalo la persona entrevistadora revisa sus notas y busca clarificar las
informaciones obtenidas. En todo caso, debe evitarse romper el espíritu de confianza
y cooperación que muy posiblemente se ha obtenido en la primera sesión. Wengraf
(2001: 143) recomienda que la persona entrevistadora ponga por escrito inmediatamente
a continuación toda la información no lingüística de la conversación, e intente recordar
el contenido de los diálogos, también incorporando información sobre los sentimientos
y emociones de la persona entrevistadora
Tercera sesión
La tercera sesión se desarrolla siempre en una entrevista separada en el tiempo. En esta
sesión se combinan preguntas del estilo de las dos primeras: preguntas narrativas internas
con preguntas externas [como la del ejemplo en el cuadro 7.1]. Las preguntas externas
tratan cuestiones no mencionadas en el relato inicial pero que interesan a la persona
investigadora. Aquí las preguntas no tienen por qué tener un carácter narrativo y pueden
derivarse directamente del marco teórico de la investigación
Fuente: adaptación de Torrabadella, 2000 y Wengraf, 200 l.
,1
1!
11 206
11
El método narrativo-biográfico
Acaba el capítulo destacando cuáles son las ventajas y limitaciones del método na-
rrativo-biográfico. Como se comprobará, algunas de estas características se com-
parten con el método de entrevista. Y tal como se decía en el capítulo anterior, las
ventajas y limitaciones deben considerarse conjuntamente con los comentarios re-
lativos a la adecuación y usos combinados de los diferentes métodos ofrecidos en
los capítulos de las partes J y 11.
207
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
mientes, tanto los vinculados a la agencia como las constricciones que han
limitado las acciones del sujeto.
Carácter gratificante para la persona informante. La posibilidad de narrar
la propia vida, así como de aportar documentos relevantes en relación con la
narración, puede resultar una experiencia positiva para la persona informan-
te, incluso, a veces, terapéutica. Ello favorece la transmisión de información
rica y detallada en relación con los acontecimientos estudiados.
Facilidad para acceder a hechos ocurridos en el pasado. El método per-
mite abordar con facilidad hechos ocurridos en el pasado. La información
que se obtiene posee un carácter retrospectivo y cronológico. Existen meca-
nismos para comprobar la validez de esta información, si es que este factor
constituye una preocupación de la persona investigadora.
Posibilidad de triangular diferentes fuentes de información. La posibilidad
de utilizar diferentes registros de información, así como diferentes perso-
nas informantes en relación con unos mismos hechos permite triangular la
información obtenida. De todos modos deben considerarse las críticas a esta
noción, considerando más bien la idea de complementariedad de fuentes y
no tanto la de validación mutua.
208
¡¡
El método narrativo-biográfico
209
8
Los métodos de discusión en grupo
211
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
212
Los métodos de discusión en grupo
dística como dispositivo de poder que silencia a los individuos, le lleva a plantear
el grupo de discusión como práctica investigadora capaz de dotar de palabra al
sujeto, aunque no de acción realmente transformadora, algo que solamente sería
viable por medio del socioanálisis (Ibáñez, 2015/1986). Así pues, la propuesta de
Ibáñez en tomo al grupo de discusión busca la producción discursiva y la inter-
pretación (reflexiva) de los hablantes, y pasa por la crítica a otras "dinámicas de
grupos" (que se sobreentiende que incluyen al grupo focal) que son utilizadas
como instrumentos para la "manipulación" y "maximización de la eficiencia pro-
ductiva" (Ibáñez, 1979: 253-258).
El trabajo de Ibáñez ha marcado en España toda la reflexión metodológica pos-
terior. El término grupo de discusión se ha impuesto como referente genérico para
todo tipo de discusiones en grupo, a costa de cierta confusión metodológica (Co-
lectivo lOE, 2010). Sin embargo, tal como ha señalado Gutiérrez (2008, 2011), en
términos estrictos, la propuesta en torno a los grupos de discusión no supone una
contribución técnica diferente de la de los grupos focales, puesto que su aportación
se orienta más a concebir unos usos y objetivos diferenciados, alejados de los del
grupo focal en la investigación de mercados (el grupo de discusión "quiere ser"
otra cosa). El núcleo de sus reflexiones, por lo tanto, no tiene un carácter meto-
dológico, sino más bien epistemológico, relativo a "para qué" y "para quién" se
investiga(~ véase el apartado 4.2.2).
En las páginas que siguen se utilizará el término discusiones en grupo para
referimos conjuntamente a los métodos del grupo de discusión y del grupo focal, y
evitar así la idea de que uno y otro son exactamente lo mismo ( ~ véase la sección
8 del apartado 8.2.1 ). De este modo se pretende destacar su diferente concepción
epistemológica y a la vez tratar simultáneamente todos los elementos metodológi-
cos y técnicos que comparten, que son muy numerosos. En realidad la concepción
técnica del grupo de discusión es muy similar a la del grupo focal; no están ahí
las discrepancias. Las diferencias entre el grupo de discusión y el grupo focal se
dan solamente en la medida en que los diferentes objetivos de investigación que
animan a uno y otro método exigen diseños y desarrollos diferenciados.
, . - ¡Atención!
213
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
214
1:
Los métodos de discusión en grupo
constituyen tres tipos de entrevistas diferentes: los grupos focales, las entrevistas
grupales de campo en entornos naturales (sobre el terreno e informales) y las en-
trevistas grupales de campo en entornos formales (preparadas y más dirigidas,
posibles tanto sobre el terreno como en entornos más controlados). En nuestra
opinión sería aún más precisa una clasificación que distinguiese claramente entre
entrevistas grupales y lo que son estrictamente discusiones en grupo, puesto que
sus diferencias metodológicas son enormes. Estas disimilitudes en las clasificacio-
nes y en la terminología se recogen en el cuadro 8.1 Seguidamente se ofrecen las
razones que nos llevan a distinguir conceptualmente entre entrevistas grupales y
discusiones en grupo.
Distinción utilizada
Ruiz Olabuénaga (2012) Fontana y Prokos (2007)
en el capítulo
Discusiones en grupo
Grupos focales (grupos focales y grupos
de discusión)
Entrevistas en grupo Entrevistas de campo
espontáneas
Entrevistas grupales
Entrevistas de campo
formales
Fuente: adaptación de Fontana y Prokos, 2007 y Ruiz Olabuénaga, 2012.
Los cambios que durante los años cincuenta y sesenta experimenta la entre-
vista en grupo focalizada al estilo mertoniano en el ámbito de la investigación
de mercados, fueron suficientemente importantes como para asentar las diferen-
cias metodológicas de lo que en nuestra opinión es un método claramente separado
de la entrevista grupal. Esta transformación, que no pasó desapercibida al propio
Merton (véase su artículo de 1987), derivó en lo que hoy en día se denomina grupo
focal. Destaquemos, en primer lugar, que en las entrevistas grupales(!) véase la
sección E del apartado 6.2.3) impera la lógica individualizada de la entrevista per-
sona a persona, de estímulo y respuesta, y no la de interacción entre los miembros
del grupo con una intervención mínima de la persona moderadora. En este tipo de
interlocución las preguntas se dirigen al grupo, que puede contestar de forma co-
lectiva (opinión o narración compartida) o de forma individual (respuestas dadas
una a una entre las personas del grupo), pero no se busca la conversación intragru-
po ni un resultado fruto de la dinámica colectiva (al estilo de los planteamientos
de Lewin).
215
Parte J/1. Los métodos de obtención de datos
Como ha señalado Gutiérrez (20 11 ), nunca existió entre los impulsores inicia-
les del grupo de discusión un interés por desarrollar una comparación sistemática
entre las características técnicas de su propuesta metodológica y la de los grupos
focales. Tampoco es este el objetivo de los párrafos que siguen. Además, en buena
medida el propio trabajo de Gutiérrez (2008, 2011) cubre el vacío que el autor se-
ñala. Sin embargo, es indispensable abordar esta cuestión si se desea ofrecer, como
es nuestro caso, una cierta orientación en los procedimientos a seguir cuando se
desarrolla una discusión en grupo.
216
Los métodos de discusión en grupo
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1:
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La primera constatación a realizar puede parecer obvia, por conocida: "am-
bos tipos [de dinámica en grupo] muestran una misma apariencia formal y sirven
en general para lo mismo: producir y registrar discurso grupal" (Gutiérrez, 2011:
108). Este hecho ya nos indica que las claves de su diferencia no se dan en el nivel
del diseño o preparación de los grupos, sino más bien en el nivel de los objetivos
(~véase el cuadro 8.2).
En palabras de Alonso (1998: 93), "[e ]1 grupo de discusión es, fundamental-
mente, un proyecto de conversación socializada en el que la producción de una
situación de comunicación grupal sirve para la captación y análisis de los discur-
sos ideológicos y de las representaciones simbólicas que se asocian a cualquier
fenómeno social" (con los destacados en el original). El objetivo fundamental es,
pues (1998: 94), "el estudio de las representaciones sociales (sistemas de normas
y valores, imágenes asociadas a instituciones, colectivos u objetos, tópicos, dis-
cursos estereotipados) que surgen a partir de la confrontación discursiva de sus
miembros" (también con el destacado en el original). A estos elementos habría que
añadir la voluntad epistemológica de oponer la práctica del grupo de discusión "a
otras técnicas grupales y no grupales", y de criticar "lo que hace[ n] las técnicas y
para qué lo hacen" (Gutiérrez, 2011 : 111).
En cambio, los objetivos de los grupos focales son en cierto modo más ge-
néricos y transversales. Si atendemos a las diferentes formulaciones dadas por
autores como Morgan (1997), Patton (2002) o Krueger y Casey (2009), puede
colegirse que lo que se busca con la interlocución es conocer las actitudes, senti-
mientos, creencias y percepciones dominantes o compartidas en un determinado
colectivo. Estos autores, de hecho, no ponen el acento en los objetivos del método,
sino en sus características técnicas y metodológicas. Tal como sucede cuando se
define genéricamente el método de entrevista, se entiende que los grupos focales
pueden aplicarse a cualquier tipo de objetivos de investigación, siempre que me-
todológicamente resulte pertinente. Así, se insiste en la eficiencia metodológica de
los grupos focales, en términos de costes (Morgan, 1997; Patton, 2002), y en que
la información se origina en un contexto similar al de la vida cotidiana, donde las
opiniones y comportamientos se desarrollan en interacción.
Se trata, pues, de una comparación forzosamente asimétrica. Las "experien-
cias comunes" que están en la base de los grupos focales pueden aludir también
a las representaciones e imaginarios, lo cual significaría que los objetivos de los
grupos de discusión podrían también alcanzarse por medio de los grupos focales.
Esto es más así, cuando con el paso de los años los planteamientos positivistas
iniciales de los grupos focales, situados en el extremo opuesto a los de los grupos
de discusión, se han suavizado en numerosas investigaciones (véase Finch, Lewis
y Turley, 20 14).
¿Existen, a pesar de todo, diferencias metodológicas entre grupos focales y gru-
pos de discusión? Tradicionalmente el elemento diferenciador más importante se
217
l
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
~ Para recordar
218
Los métodos de discusión en grupo
219
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
220
Los métodos de discusión en grupo
221
l
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
Exponemos a continuación aquellos elementos que son específicos del diseño me-
todológico de las discusiones en grupo. Ya se ha indicado que, en este aspecto, los
puntos en común entre los grupos de discusión y los grupos focales son numerosos,
lo cual justifica el tratamiento conjunto que presentamos en este apartado. Cuando
sea pertinente destacaremos, por supuesto, sus diferencias. De hecho, como en cual-
quier otro método, las decisiones del diseño estarán marcadas en primer lugar por
los objetivos y las preguntas concretas de investigación, que como se ha mencio-
222
Los métodos de discusión en grupo
223
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
224
Los métodos de discusión en grupo
dad interna en cada grupo, tomando por ejemplo un número similar (idealmente, la
mitad) de hombres y mujeres en cada grupo. Este diseño con seis grupos se presenta
como ejemplo en la primera columna del cuadro 8.3. Se podría incluso introducir
más variabilidad interna buscando perfiles con diferentes edades de finalización de
los estudios o con notas medias finales diversas.
225
L
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
Una de las cuestiones que exige una reflexión detenida durante el diseño de las
reuniones de grupo es el grado en que deben considerarse las variables sociode-
mográficas como factores de segmentación. Morgan ( 1997: 35) entiende por seg-
mentación el procedimiento mediante el cual se multiplica el número de reunio-
nes programadas con el objetivo de situar en grupos diferentes a las personas con
distinto perfil sociodemográfico, y así obtener una mayor homogeneidad interna
en cada una de las reuniones. Este autor considera -basándose en conocimiento
ampliamente contrastado- que la presencia en un mismo grupo de personas de di-
ferente género, etnia, edad o clase social puede distorsionar la interacción durante
la discusión, especialmente cuando el perfil sociodemográfico está en la base de
opiniones, actitudes o vivencias totalmente dispares. Por ejemplo, tiene muy poco
sentido mezclar diversas clases sociales en una misma reunión si el tema de la dis-
cusión gira en tomo al tipo de vacaciones preferidas, o también combinar ambos
géneros si el tema de la discusión es el trabajo doméstico. En la segunda columna
del cuadro 8.3 se muestran los mismos grupos que en la primera columna, esta vez
segmentados por la variable género. Como se observa, la segmentación por una
sola variable ya multiplica por dos el número de reuniones a realizar, con el con-
siguiente encarecimiento de la investigación; es por ello que deben considerarse
los beneficios de la segmentación en función de la pregunta de investigación y el
campo de estudio elegido (Morgan, 1997: 35-37).
El uso de variables de segmentación de los grupos está vinculado al grado de
homogeneidad buscada dentro de los diferentes grupos desarrollados. Es decir,
cuanto mayores sean las posibilidades de desarrollar grupos diferenciados entre
sí, mayores serán también las posibilidades de que los grupos sean homogéneos
internamente (siempre en un grado que no convierta en inútil la discusión). El
principio que acaba de formularse se entenderá mejor si se pone en relación con
el ejemplo planteado en el párrafo anterior: si los recursos disponibles permiten
realizar doce reuniones, donde los seis grupos iniciales se han desdoblado en
grupos homogéneas también por género (el diseño correspondiente a la segunda
columna del cuadro 8.3), no hará falta introducir la variable género como fac-
tor interno de heterogeneidad. De este modo se estaría cumpliendo la regla de
obtener una elevada heterogeneidad entre grupos, y una elevada homogeneidad
intra grupos. En este sentido se estaría reproduciendo al nivel de las discusiones .
en grupo el criterio de máxima variación entre perfiles (expuesto en el apartado
5.1.2 y reflejado en las doce casillas del cuadro 5.1). Por supuesto, los recursos
necesarios para llevar a cabo doce grupos son muy diferentes de los necesarios
para desarrollar seis. Es en este punto cuando debe valorarse si es necesario seg-
mentar todos y cada uno de los grupos. Por ejemplo, y siguiendo con la propuesta
presentada en el cuadro 5.1, podría decidirse segmentar únicamente el grupo de
estudiantes de Administración de Empresas, desarrollar solo grupos de mujeres
para los estudios de Filología Inglesa, y solo de hombres para los estudios de
Ingeniería Informática. Nótese que en este último caso se estaría aludiendo a un
226
¡,
f'
Los métodos de discusión en grupo
227
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
las diferencias en la organización del tiempo en este perfil de mujeres. Por supues-
to, en los grupos más heterogéneos se obtuvieron discursos menos compartidos y
más genéricos, pero igualmente útiles para la investigación. El ejemplo muestra
bien que si se hubiese podido incrementar la homogeneidad interna en el grupo,
se podrían haber aumentado también las diferencias existentes entre los grupos,
acercándonos de este modo al criterio de máxima variación en la selección de las
unidades de información.
Ya se ha señalado que el uso de las discusiones en grupo encaja poco con inves-
tigaciones que utilizan el muestreo teórico; el carácter recursivo y de emergencia
sobre el terreno de este tipo de muestreo dificulta la aplicación de un método que
exige una importante preparación previa del trabajo de campo. Mediante una ló-
gica cercana a la de los diseños proyectados flexibles(:> véase el apartado 3.1.1)
es posible resolver de forma relativamente rápida -siguiendo las recomendaciones
que acabamos de mostrar en el apartado precedente- tanto el número de grupos
necesarios como los perfiles de las personas participantes en cada grupo.
Estas decisiones iniciales pueden ir modificándose o ampliándose si en la in-
vestigación se sigue una dinámica abductiva. El número de grupos con perfiles
diferentes puede ir aumentando a medida que se identifican nuevos factores o va-
riables relevantes a lo largo del desarrollo del trabajo de campo. También se puede
optar por extender el número de grupos fijados inicialmente para un mismo perfil
si, por ejemplo, no se identifican pautas claras en los datos obtenidos hasta ese mo-
mento o si se apuesta por una lógica de saturación de la información, en una lógica
que no estaría lejos de la que se plantea en el muestreo estructural (:> véase el
apartado 5.1.4). Por otro lado, recordemos la conveniencia de replicar los grupos,
especialmente si en la investigación se sigue una lógica deductiva, poco proclive a
modificaciones en el diseño una vez iniciado el trabajo de campo.
Otro tanto sucede con los perfiles de las personas asistentes. En la replicación
de un grupo es posible restringir o ampliar el perfil inicial, a veces para plantear
cuestiones que anteriormente no se habían abordado. Pero la adecuación al perfil.
social requerido no debe ser el único criterio para escoger a una persona. Deben
cumplirse también las tres condiciones que reseñamos a continuación:
228
Los métodos de discusión en grupo
229
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
230
Los métodos de discusión en grupo
231
l
Parte III. Los métodos de obtención de datos
Propuesta de discusión
232
1
l.,
Los métodos de discusión en grupo
233
Parte III. Los métodos de obtención de datos
las personas participantes con mayor desahogo, y habilitar una zona para ofrecer
una bebida o algo para picar, si se considera oportuno. Por supuesto, el lugar no
debe ser representativo de ninguna institución conectada con los temas de discu-
sión (por ejemplo, no es conveniente utilizar un centro cívico municipal si se va
a hablar sobre el ayuntamiento correspondiente).
Si se ha decidido desarrollar una discusión en grupo de modo virtual, no
puede hablarse literalmente de "espacio de interlocución", aunque las caracterís-
ticas de los entornos influyen en la interacción entre las personas participantes.
Sin embargo, a este respecto tiene mayor influencia el carácter sincrónico, o no,
de la interacción, puesto que las posibilidades técnicas son flexibles y variadas
(Gaiser, 2008).
El procedimiento para contactar con las personas con los perfiles adecuados no
difiere de lo explicado en el apartado 5 .2.2, por lo tanto, pueden utilizarse tanto
vías formales como informales, y directas como indirectas. De todos modos, hay
que destacar que en la investigación profesional es muy habitual el acceso indirec-
to mediante el uso de captadores, a los que se remunera por cada persona asistente.
Esta estrategia puede producir problemas de repetición y profesionalización de las
personas participantes, lo cual a su vez provoca menor compromiso en la asisten-
cia y una peor calidad de la información ofrecida.
La presencia de las personas participantes suele gratificarse, en metálico o me-
diante algún obsequio (Callejo, 2001: 103-107). Las discusiones en grupo, si se
realizan cara a cara, son mucho menos flexibles que las entrevistas, puesto que exi-
gen la coincidencia en horarios de un número relativamente elevado de personas
-ya se ha señalado que entre 7 y 10- y el desplazamiento a un lugar común para
desarrollar la reunión. A veces la promesa de una gratificación es el único modo
de conseguir la participación, aunque solo se ofrezca como un agradecimiento por
el tiempo dedicado. Otras estrategias que pueden favorecer la participación, en
función de los perfiles, son negociar el horario de la reunión con las personas par-
ticipantes, cubrir el coste, facilitar el transporte u ofrecer un servicio de canguro.
Por supuesto, siempre existe la posibilidad de realizar la reunión de modo virtual
(~véase el punto C del apartado anterior), lo cual simplifica en gran medida estos
preparativos.
A la hora de realizar la captación, no debe proporcionarse el guion de discu-
sión, ya que avanzaría las racionalizaciones y las estrategias discursivas de las per-
sonas participantes. De todos modos, no hay por qué ocultar el tema de la reunión
grupal: se debe indicar que se trata de un intercambio de ideas con otras personas
1
en tomo a los temas pertinentes para la investigación.
1 ,
234
Los métodos de discusión en grupo
Una vez tomadas todas las decisiones en los apartados anteriores, solo queda el de-
sarrollo efectivo de la discusión en grupo. A continuación se aborda este aspecto,
destacando el papel de la moderación en la discusión y las fases por las que esta
debería discurrir.
235
Parte III. Los métodos de obtención de datos
236
Los métodos de discusión en grupo
Buenas tardes. Antes de comenzar quería agradecerles su presencia y las molestias que
se han tomado para poder asistir. Como saben, les hemos convocado para hablar de X;
estamos llevando a cabo una investigación sociológica sobre este tema, y para ello esta-
mos realizando diversas reuniones como esta, en las que se trata de que ustedes discutan
con total libertad sobre la cuestión, al igual que en una mesa redonda. Para nosotros, todo
lo que ustedes puedan opinar o pensar es de gran importancia. Todas las opiniones son
válidas y respetables, no hay un punto de vista mejor que otro. Como ya se les informó,
estas opiniones serán registradas y posteriormente analizadas. Imagino que no supondrá
ningún problema, ¿no?
Les comento que no hace falta que soliciten permiso para hablar. Se puede intervenir
siempre que se desee, simplemente debe esperarse a que la persona en uso de la palabra
haya terminado. Eso sí, les pido que eviten hablar dos personas a la vez, porque eso com-
plica mucho la transcripción o el análisis.
Empezaré planteando una cuestión muy abierta para que ustedes puedan abordarla
inicialmente desde la perspectiva que les parezca más relevante u oportuna. Después ire-
mos concretando los diversos aspectos que vayan apareciendo espontáneamente y otros
de interés para el estudio. Como se ha señalado, es importante que comenten todo cuanto
se les ocurra sobre este tema. Cuanto más ricas sean las opiniones y la discusión, mejor
para la investigación. Pero antes me gustaría que cada uno de ustedes se presentase [ ... ]
237
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
sin estos carteles. En ese caso la persona moderadora hará bien en anotar
los nombres para poder conducir al grupo más fácilmente. La presentación
de los nombres de las personas se hará siguiendo un orden prefijado. Esta
misma ronda puede servir para contestar a una pregunta o actividad más
sencilla que sirva para romper el hielo (por ejemplo, poner por escrito una
definición específica o hacer un listado corto de cuestiones que se conside-
ren relevantes para el tema planteado).
3. Pregunta introductoria. Esta fase puede haberse combinado con la de
presentación de las personas asistentes, pero en ocasiones puede resultar
más conveniente separarla y plantearla cuando todas las personas se ha-
yan presentado. Puede plantearse como pregunta de carácter muy abierto,
para entrar en materia (por ejemplo, en una discusión sobre un determinado
servicio puede solicitarse una valoración global), pero también puede ba-
sarse en un estímulo inicial (visionado de un breve vídeo, discusión de una
noticia publicada en prensa) o en una actividad expresiva solicitada a los
asistentes (escribir en una tarjeta una definición o completar una pequeña
historia planteada por la persona moderadora). El objetivo es que la persona
moderadora pueda tener un primer conocimiento de los diferentes puntos de
vista existentes en la reunión y también que ]as personas asistentes "entren"
desde el primer momento en la temática de la discusión.
4. Discusión de los puntos centrales. La pregunta introductoria puede haber
bastado para desencadenar la discusión, por lo tanto la persona moderadora
podrá limitarse en esta fase a ir siguiendo la discusión y otorgar palabras o
pedir aclaraciones, si hace falta. Si no es así, la persona moderadora plan-
teará elementos adicionales para avivar las intervenciones. En un grupo fo-
cal, cuya temática suele estar más orientada que en un grupo de discusión,
es posible que solo algunas cuestiones relevantes hayan aparecido de forma
natural. En estos casos deben abordarse primero estas cuestiones y a conti-
nuación plantearse aquellas que las personas intervinientes no han sacado a
colación. En cualquiera de los casos, quien modera debe procurar que todas
las personas intervengan en la discusión, y si es necesario, se apelará explí-
citamente a las personas que menos hayan participado para que expresen su
opinión sobre los temas tratados.
5. Finalización de la discusión. Cuando se utiliza un estilo de moderación
poco directivo, puede esperarse que la discusión finalice de forma natural;
no necesariamente cuando se llega a un consenso, sino cuando las posicio-
nes han quedado fijadas y no tienen visos de modificarse. En estilos menos
abiertos la persona moderadora anunciará que todas las cuestiones que que-
rían tratarse han sido abordadas y que la discusión está llegando a su fin.
Resulta conveniente, antes de dar por terminada la discusión, plantear una
pregunta de cierre incluso a modo de ronda final. Esta pregunta puede supo-
ner el re lanzamiento de alguna de las cuestiones tratadas, o incluso que apa-
238
Los métodos de discusión en grupo
239
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
240
1'
9
La observación cualitativa
En comparación con los tres métodos que hemos revisado hasta el momento, la
observación cualitativa presenta unas características marcadamente diferentes. La
información que se obtiene no se sustenta en aquello que las personas nos dicen
que hacen o piensan, sino en los comportamientos y acciones que podemos ob-
servar. Aunque este acceso directo a la información puede llevar a pensar que se
trata de un método más irrefutable que los basados en la interlocución, lo cierto es
que demasiado a menudo realizamos observaciones de modo ingenuo y acrítico.
Solamente mediante la "formación intensiva y una preparación rigurosa" (Patton,
2002: 260-261) es posible pasar del nivel de mirar al de la observación científica.
Por otro lado, es cierto que a veces hace falta haber vivido unos acontecimientos
para poder entenderlos. En este sentido, el método de la observación no consiste
solamente en mirar científicamente; también se trata de pisar el terreno y compartir
las vivencias de las personas que están siendo observadas. Es por ello que observa-
ción y etnografia han ido históricamente tan íntimamente ligadas, vinculación que
continúa hasta nuestros días.
Como indica el título del capítulo, nos centramos en las páginas que siguen en la
observación de carácter cualitativo. La observación cuantitativa (también conocida
como sistemática o estructurada) es usada frecuentemente en algunas ciencias
sociales como la psicología social o la economía, pero no será abordada en este
capítulo. Concretamente, se tratarán todas aquellas formas de observación en las
cuales el registro no tiene carácter numérico, lo cual va más allá de la observación
estrictamente etnográfica. Al igual que en el resto de capítulos de esta parte III, en
primer lugar se hará una presentación del método; en segundo lugar se abordarán
sus características más relevantes; a continuación se abordarán los principales de-
cisiones del diseño en aquellas investigaciones que utilizan este método; y final-
mente se destacarán sus ventajas y limitaciones.
241
Parte III. Los métodos de obtención de datos
242
La observación cualitativa
243
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
~ Para recordar
Se ha destacado ya el escaso uso del método de observación más allá del campo
de la antropología. Sin embargo en los últimos años viene reivindicándose como
fuente de información, si no central, sí enormemente valiosa cuando se utiliza en
244
'1
La observación cualitativa
245
l
"
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
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La observación cualitativa
247
l
Parte lll. Los métodos de obtención de datos
248
La observación cualitativa
249
Parte lll. Los métodos de obtención de datos
Al igual que ocurre con la entrevista, el grado de estructuración nos indica has-
ta qué punto la información que se obtendrá está predefinida por unas categorías
establecidas con anterioridad al trabajo de campo, así como el nivel de apertura
hacia la información no prevista inicialmente. Respecto a esta dimensión pueden
identificarse tres tipos diferentes de observación: la completamente estructurada,
la semiestructurada y la no estructurada.
En la observación completamente estructurada (también conocida como siste-
mática) la base para el registro es una plantilla o protocolo (schedule o checklist)
que determina los factores que deben ser observados, así como los valores que
pueden asignarse a cada categoría. Este tipo de observación puede realizarse tanto
en entornos naturales como en artificiales, y normalmente la información se tras-
lada a un registro cuantitativo. Si el objetivo de la observación es la cuantificación
y esta se desarrolla además en un entorno artificial, entonces puede cualificarse
como experimento de laboratorio (véase Bryman, 2012: 283-285).
En la observación semiestructurada la información que se recoge está orienta-
da por un conjunto de categorías previas. La persona observadora sabe con antela-
ción en qué tipo de datos está interesada y en cuáles no. Ello no significa que deba
estar cerrada a recoger información no esperada, puesto que no necesariamente se
utilizarán plantillas o protocolos, y cuando se hace, estos no suelen ser cerrados.
Por otro lado, en estos casos no suele ser habitual el traslado de los registros a un
formato cuantitativo, aunque se trata de una posibilidad siempre abierta en cual-
quier tipo de información cualitativa.
En la observación no estructurada no se parte de unas categorías o ítems
previamente establecidos, sino que -como mínimo, inicialmente- se tiene como
objetivo recoger de forma libre todas las acciones y acontecimientos que se de-
sarrollan en el escenario de la observación. Se trata de un registro narrativo de
los acontecimientos que sigue el "fluir de la consciencia" (O'Leary, 2014: 54), y
su expresión más característica son las "notas de campo" (!> véase el apartado
9.3.4), al estilo de la antropología tradicional. Este tipo de registro es sin duda
el que mejor permite recoger las experiencias y reflexiones subjetivas origina-
das durante el proceso de observación (McNaughton Nicholls, Mills y Kotecha,
250
t
¡lt
La observación cualitativa
2014: 260). Este tipo de observación es también la que mejor encaja con la in-
vestigación etnográfica, hasta el punto de considerarse que constituye el modo de
desarrollar este tipo de investigación (Fielding, 2008: 273-275). En este sentido
la observación no estructurada también podría denominarse observación etno-
gráfica.
Por supuesto, estos diferentes grados de estructuración de la observación no
son mutuamente excluyentes, de modo que pueden combinarse en una misma in-
vestigación. Por ejemplo, pueden articularse empezando por una observación no
estructurada cuya base sean las notas de campo e ir estrechando progresivamente
el foco de observación hacia ciertos elementos de las acciones observadas siguien-
do una observación semiestructurada (~ véase la sección 8 del apartado 9.3.2),
tal como se hizo en Verd, Barranco y Moreno (2007). Es importante recordar, en
todo caso, que aunque las observaciones se basen siempre en el acceso directo a los
entornos y acciones objeto de estudio, cada forma diferente de observar producirá
su particular resultado, es decir, generará tipos diferentes de datos.
251
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
las secciones A y D del apartado 9.2.3). De este modo resulta posible clarificar
qué entiende Spradley por cada uno de los términos y a la vez se conectan con las
distinciones habituales en la metodología cualitativa. Como puede comprobarse,
en la observación directa participante (que siempre es abierta), es posible ejercer
tres roles diferentes, mientras que en la observación directa no participante puede
optarse por una participación abierta o por una participación oculta. Esta última
posibilidad no es considerada por Spradley, puesto que el autor considera que el
extremo de menor participación, la no participación, es equivalente a la observa-
ción indirecta.
Equivalencia en términos
Spradley (1980) de participación/no participación,
abierta/oculta y directa/indirecta
Participación completa
Observación directa participante
_P_a_rt_i_ci....:...p_a_ci_ó_n_a_c_ti_v_a_ _ _ _ _ _ _ _ _ (abierta)
Participación moderada
Observación directa no participante
Participación pasiva
(abierta)
Observación directa no participante
No participación (oculta)
Observación indirecta
Fuente: elaboración propia y adaptación a partir de Spradley, 1980: 58-62.
252
r La observación cualitativa
253
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
flr ¡Atención!
Sádaba (2012: 204) destaca la etnografia virtual (o digital) como una de las líneas
punteras dentro de las nuevas técnicas. Este tipo de observación que aunque en al-
gunos aspectos puede encajar con las dimensiones revisadas en los apartados 9.2.3
y 9.2.4 precedentes, pero tiene unas características suficientemente particulares
como para dedicarle un apartado específico. Efectivamente, la etnografia virtual
podría considerarse un tipo de observación en entornos naturales (en los escena-
rios virtuales donde la interacción se desarrolla habitualmente) en que la persona
254
La observación cualitativa
observadora obtiene información visual y textual (según los casos) por la vía de
la inmersión y presencia directa en el espacio de interacción, tal como sucede en
todas las etnografias offline. Sin embargo, algunas dimensiones señaladas en los
puntos precedentes parecen desdibujarse: ¿debemos llamarla "observación direc-
ta" si se presencian las interacciones en tiempo real, e "indirecta" si se accede
únicamente a los registros conservados una vez termina la interacción? ¿Debe con-
siderarse como "observación abierta participante" si se interactúa con las personas
que forman parte del grupo estudiado? ¿Se trata de una "observación pasiva", si la
actividad se limita a observar y registrar las interacciones? ¿O más bien "oculta",
si la persona observadora esconde o disfraza su verdadera identidad?
Hine (2000, 2008b) insiste en destacar las continuidades entre la etnografia real
y la virtual. Para esta autora la etnografia virtual no se diferencia en sus elementos
esenciales de la real, puesto que ambas implican la participación de la persona
investigadora por un periodo extenso de tiempo -abiertamente o de forma oculta-
en las actividades diarias de las comunidades que se están estudiando. Por otro
lado, también destaca que el estudio de las comunidades online es muy similar al
desarrollado tradicionalmente: se analizan los textos, las imágenes y se suele dar
un proceso de aprendizaje que permite la comprensión empática de los significa-
dos, gracias a la inmersión de la propia persona investigadora en la comunidad.
Estos puntos en común nos permiten afirmar que buena parte de las decisiones que
se adoptan en un diseño etnográfico (o en general observacional) son igualmente
aplicables a la etnografia virtual: deberá justificarse la elección de la comunidad
o colectivo en función de la pregunta de investigación de partida, y también se
decidirá el grado de estructuración de la información que recogeremos, el tipo de
registro, etc. En este sentido, las fases que se presentarán en el apartado 9.3. 1 serán
igualmente relevantes para las observaciones etnográficas virtuales (véase, sobre
estos pasos, Kozinets, 2010: 58-73).
Sin embargo, algunas decisiones del diseño pueden diferir de la lógica aplicada
en la etnografia real. A este respecto, Sádaba (20 12: 207) menciona que la selección
del campo y las unidades de información pueden seguir criterios como la cantidad
de mensajes transmitidos en un foro, el número de enlaces de un blog o la cifra de
usuarios registrados en una red social. No hay que olvidar, de todos modos, que en
muchas ocasiones las comunidades o espacios virtuales estudiados están en estre-
cha conexión con la realidad offline. Hine (2008b: 260-61) menciona que dema-
siado a menudo se ha olvidado la interacción entre el contexto online y el offline,
considerando equivocadamente que el dominio cultural de intemet es "autoconte-
nido". Estas interconexiones suponen diseños de investigación más complejos y la
necesidad de tener en cuenta ambas realidades en la toma de decisiones, incluyendo
el muestreo.
Estas últimas reflexiones permiten poner de manifiesto que, una vez más, aque-
llo que debe primar en la concepción metodológica de una investigación basada en
el método de observación es la pregunta de investigación. Esta concepción debe
255
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
256
r La observación cualitativa
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
, . - ¡Atención!
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La observación cualitativa
261
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
En relación con la extensión de las notas, Lofland et al. (2006: 115) advierten
que por cada hora de observación, debieran redactarse como mínimo dos hojas
262
La observación cualitativa
con interlineado simple, aunque los mismos autores reconocen que los hechos, los
escenarios donde ocurren o los estilos personales de redacción tendrán una gran
influencia sobre este aspecto. Estas notas también pueden complementarse con
fotografías, documentos y mapas sociales y espaciales elaborados por la persona
investigadora. Ya se ha señalado el valor de esta información en la preparación del
acceso al campo(~ véase el apartado 5.2.1), pero su importancia no decae una
vez iniciado el proceso de observación.
263
Parte lll. Los métodos de obtención de datos
[ ... ]
9:48 h
Nuevamente preguntan por la secretaria médica y la administrativa dice que se
espere un momento y atiende al paciente 3. Este no se ha hecho la prueba y no puede
visitarse.
Consulta en el ordenador el Registro de Visitas.
Extrae el impreso.
Da el impreso al paciente 3 y le dice que hable con la enfermera de la puerta 2.
9:49h
Simultáneamente, atiende al paciente 4 (una mujer de edad). Se ha equivocado de
sala, le cuenta esto. La enfermera A interrumpe la conversación y la administrativa le
da el número de teléfono que le ha pedido.
Simultáneamente, le devuelve el DNI del paciente O y explica a la paciente 4 que
tiene que ir a la otra sala (sala X). La paciente 4 se queja, dice que en la otra sala le
han dicho que viniera aquí. La administrativa con mucha calma le vuelve a explicar
que el tipo de especialista (oftalmólogo) que debe visitar está en la sala X.
Simultáneamente, sale la enfermera A y le da papeles del paciente 3 y ya lo llamarán.
9:51 h
Atiende al paciente 5. Tiene un problema con el volante.
Consulta en el ordenador el Registro de Visitas.
Extrae el impreso hoja de visita. Se lo da al paciente y le dice que es para el martes
17 de junio. Le dice que tratándose de una primera visita deberá pasar antes por el
mostrador.
9:52 h
Atiende paciente 6. Este le consulta la hora de visita.
Le pregunta la edad y la dirección.
[ ... ]
264
r La observación cualitativa
75-78) destacan que las razones metodológicas y teóricas son solamente uno
de los posibles motivos para dar por finalizada la permanencia sobre el terreno.
Factores como el cansancio o el agotamiento de los recursos (tiempo y dinero),
la expulsión por parte del colectivo estudiado, o los conflictos o situaciones de
crisis marcarán también la finalización de la observación. No abordaremos aquí
todas las posibles respuestas a las situaciones de crisis; Lofland et al., (2006: 66-
75) y Patton (2002: 314-321) proporcionan consejos muy útiles al respecto. Sin
embargo, cabe desarrollar algo más a continuación los aspectos metodológicos
vinculados a la finalización de la observación.
En la observación semiestructurada el desarrollo de un calendario de ob-
servaciones que permita obtener información de todas las franjas horarias re-
levantes y que tome en consideración todas las acciones o actores involucrados
en los fenómenos observados, es el modo más adecuado para organizar tem-
poralmente las sesiones de observación (Verd, Barranco y Moreno, 2007). Por
supuesto, este calendario es modificable en la medida que el trabajo de campo
aporte dimensiones o factores no considerados inicialmente. Si en las sesiones
de observación se ha conseguido obtener toda la información previamente esta-
blecida y los acontecimientos desarrollados pueden considerarse tipo lógicamente
representativos (en base al conocimiento contextual previo y a la propia infor-
mación obtenida durante la observación), entonces las sesiones de observación
podrán darse por finalizadas.
En la observación de carácter no estructurado el principal criterio metodoló-
gico tendría que ser la saturación de la información. En principio, debería per-
manecerse sobre el terreno el tiempo suficiente como para que ciertos patrones
y diferencias en el comportamiento de los actores empiecen a tomar cuerpo, in-
cluso en acciones aparentemente tan simples como atravesar una puerta o cruzar
una calle (Spradley, 1980). En estos casos, el procedimiento suele transitar por
diferentes fases, siguiendo una lógica de embudo, lo cual permite una focaliza-
ción progresiva en aquellas cuestiones que emergen como más relevantes. Al-
gunos autores sugieren que el trabajo sobre el terreno debería durar entre seis
meses y un año (Mertens, 1998; Patton, 2002), pero una vez una más, esta es una
aproximación enormemente genérica. Son muchos los factores que acortarán o
alargarán el periodo indicado. Por ejemplo, una observación no estructurada de
carácter exógeno siempre requerirá mayor tiempo sobre el terreno que una obser-
vación del mismo tipo pero de carácter endógeno. En la observación de carácter
endógeno las claves interpretativas de los fenómenos aparecerán más pronto, si
no estaban ya antes de iniciar el trabajo de campo. De la misma manera, una ob-
servación no estructurada puramente inductiva siempre exigirá mayor tiempo (y
recoger un volumen mayor de información) que una observación del mismo tipo
pero de carácter abductivo, en la cual el conocimiento teórico de partida permite
orientar, y limitar, la información relevante para el estudio.
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
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r La observación cualitativa
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f.
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1!
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10
El uso de documentos
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Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
10.1. Presentación
270
iL
r
El uso de documentos
271
l
Parte //1. Los métodos de obtención de datos
propio autor destaca, la ausencia de reactividad que existe cuando se trabaja con
documentos escritos o visuales, desaparece al trabajar con estos documentos vi-
vientes.
La distinción entre el trabajo con documentos y el trabajo con datos secun-
darios permite avanzar también en este intento de delimitación conceptual que
estamos llevando a cabo. Los datos -o fuentes- secundarios hacen referencia a in-
formaciones producidas originalmente en el contexto de investigaciones pasadas y
están disponibles para ser reutilizados y reanalizados en el marco de nuevas inves-
tigaciones. Este tipo de materiales -principalmente transcripciones de entrevistas
y grupos de discusión- resultaban de dificil acceso hasta hace pocos años, a no ser
que figurasen como anexos en los informes o trabajos de investigación correspon-
dientes, o que las personas responsables de los trabajos las pusiesen a disposición
pública mediante otros procedimientos. Sin embargo, hoy en día este tipo de datos
son mucho más accesibles, gracias a la puesta en marcha de archivos orientados a
la conservación de estos materiales. Es una práctica que lleva años de existencia en
el Reino Unido (Corti y Thompson, 2004), y que en España es de reciente data (Va-
lles, 2015a). Estas fuentes secundarias encajarían con la definición de documento
cualitativo ofrecida por autores como Scott o Gidley, y sin embargo no lo haría en
la ofrecida por Corbetta. En nuestro caso, dejaremos este tipo de documentos al
margen de nuestra revisión, puesto que plantean cuestiones de acceso, selección y
uso muy específicas, que tienen poco que ver con las relativas a toda la gama de
documentos cualitativos que venimos mencionando. En este sentido coincidimos
con el criterio de Bryman (2012: 543), al considerar como documentos únicamente
aquellos materiales que "no se han producido específicamente para el propósito de
la investigación social".
En cualquier caso, la comparación entre datos cualitativos secundarios y do-
cumentos cualitativos (no producidos expresamente para la investigación) pone
de manifiesto algunas dificultades comunes en su tratamiento. Por ejemplo, se
han destacado los problemas de adecuación e interpretación que supone el uso
de datos secundarios, al tratarse de información originada en el marco de inves-
tigaciones distintas a las que las utilizan de nuevo. Sin embargo Hammersley
(2010) destaca que estos problemas pueden aparecer igualmente en el tratamiento
de datos primarios. Esta afirmación es aún más certera cuando se piensa en el
uso de documentos como cartas, diarios o informes administrativos. En estos ca-
sos los problemas de adecuación y contexto pueden ser tan importantes como los
existentes cuando se trabaja con datos secundarios. Tanto si se utilizan materia-
les secundarios como si se utiliza material documental, la información manejada
debe ser construida como dato en el marco interpretativo de la investigación que
se está desarrollando. Ninguna información habla por sí sola, y menos aún la
que no se ha producido por parte de la persona investigadora. En este sentido el
material documental puede ser "entrevistado" u "observado", como afirman Ruiz
Olabuénaga e Ispizua (1989: 69), citados por Valles (2007: 120). Todo material
272
El uso de documentos
documental debe ser interrogado, del mismo modo que planteamos interrogantes
a una persona entrevistada o sonsacamos información mediante la observación.
Revisamos en este apartado los principales tipos de documentos que pueden ma-
nejarse en la investigación cualitativa. Antes de clasificarlos, sin embargo, men-
cionaremos dos dimensiones diferentes que pueden utilizarse para su clasificación.
La primera hace referencia al tipo de registro. En este aspecto, la distinción fun-
damental se da entre aquellos documentos considerados como fuentes escritas y
los considerados como fuentes visuales. Entre el primer tipo de documentos la
variedad es enorme. Entre los segundos, además de encontrar fotografias o gra-
273
Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
baciones filmicas, hay todo tipo de objetos cuya información se transmite visual-
mente, como pinturas y esculturas, pero también edificios o artefactos físicos. Este
tipo de documentos serán abordados más adelante en la sección B) de este mismo
apartado.
La segunda de las dimensiones que puede utilizarse en la clasificación de los
documentos permite distinguir entre los de origen personal y los de origen institu-
cional. Se trata en la práctica de una distinción basada en el tipo de productor y es
relevante especialmente respecto a las fuentes escritas. Esta dimensión se utiliza
para clasificar los documentos escritos que se presentan el cuadro 1O.1, algo más
adelante.
En el cuadro 10.1 se presenta un listado que resulta útil para mostrar las dife-
rentes características y enorme variabilidad de documentos escritos. Se distingue
entre documentos de origen personal y documentos de origen institucional. Los
documentos personales se generan en la esfera privada y su producción no está
destinada a la difusión pública. Los documentos institucionales tienen orígenes
más diversos y es por ello que se pueden clasificar a su vez entre: a) documentos
administrativos y de organizaciones, b) documentos públicos de producción oficial
y e) documentos públicos de producción privada. En el primer grupo los docu-
mentos no se destinan específicamente a su difusión, e incluso pueden mantenerse
alejados de la esfera pública de forma deliberada; los otros dos tipos de docu-
mentos sí se dirigen expresamente a la esfera pública. Veremos más adelante que
estos diversos orígenes y esferas de difusión tienen claras consecuencias sobre las
diferentes decisiones del diseño.
Es importante señalar que la lista de documentos que en el cuadro 10.1 aparece
en cada columna se presenta a modo de ejemplo y no puede considerarse exhaus-
tiva. Por ejemplo, no se han listado los múltiples formatos de documentos que se
producen y pueden hallarse en intemet. Este listado sería de hecho, inacabable: un
correo electrónico no es lo mismo que un mensaje enviado a un fórum de discu-
sión, ni tampoco lo mismo que un mensaje de twitter, ni tampoco lo mismo que un
mensaje enviado a un chat en línea ... por no mencionar mensajes cuya base son los
dispositivos móviles, como el Whatsapp. Estos ejemplos muestran que la informa-
ción que se transmite a través de las "tecnologías de la comunicación" es muy de-
pendiente del medio específicamente utilizado, por lo que puede considerarse que
cada tipo de dispositivo produce estilos de documentos diferentes. En este sentido
resulta útil recordar el uso que hacen Atkinson y Coffey (20 11) del término género
aplicado al análisis de documentos: en nuestra vida cotidiana aplicamos diferentes
registros lingüísticos en función del medio utilizado, lo cual produce "géneros
distintos" (20 11: 80-81 ). En cada tipo de documento se puede apreciar un uso del
274
r El uso de documentos
lenguaje y un estilo de redacción diferentes, y son estas características las que los
convierten en textos socialmente reconocibles.
L_ 275
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
276
El uso de documentos
277
Parte 111. Los métodos de obtención de datos
278
r
El uso de documentos
entre imágenes fijas, imágenes móviles y objetos fisicos. Como destaca este autor,
los análisis visuales siguen concentrándose en imágenes fijas bidimensionales; en
buena medida porque su publicación y reproducción es técnicamente más practica-
ble que cuando se trabaja con otro tipo de documentos. Esta situación es evidente
si se piensa en materiales como esculturas, pinturas, edificios ... puesto que en la
mayoría de casos deberán utilizarse fotografías o grabaciones en vídeo de estos
objetos. Pero ello no es óbice para que el análisis de objetos físicos haya dado
lugar a investigaciones de calidad. Pueden mencionarse como ejemplos desde el
clásico Vigilar y castigar de Foucault (1992/1975), donde se analizan conjunta-
mente documentos textuales y la estructura funcional de edificios como cuarteles o
prisiones, a estudios más contemporáneos que analizan visualmente la arquitectura
de barrios urbanos enteros (Correa de Jesús, 2008).
279
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Parte Ill. Los métodos de obtención de datos
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El uso de documentos
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
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Parte JI/. Los métodos de obtención de datos
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El uso de documentos
fllr ¡Atención!
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Parte IJI. Los métodos de obtención de datos
286
El uso de documentos
Que un documento cumpla con todos los criterios que acabamos de revisar
no significa que la información que contiene se considere incontrovertible. Como
ocurre con el resto de materiales cualitativos, es más importante saber cómo se ha
producido la información, que no el nivel de verdad que posee. Tal como Gidley
(2012: 274) expresa perfectamente, diversos tipos de documentos producen dife-
rentes "verdades", simplemente porque son el resultado de procesos y puntos de
vista distintos. En un sentido similar, Flick (2009: 259) hace notar que el hecho
de que la información contenida en los documentos tenga un carácter aparente-
mente "objetivo", no debe llevar a pensar que se trata de la información "real",
frente a la proporcionada por otros métodos, como por ejemplo, los basados en la
interlocución verbal. No hay que tomar la información contenida en los documen-
tos como privilegiada respecto a la obtenida en entrevistas o grupos de discusión.
Por lo tanto, tampoco sirve como base para la validación de otras informaciones.
Se trata simplemente de información obtenida por diferentes medios que ayuda a
completar la imagen obtenida de un determinado fenómeno ( ~ véase la sección A
del apartado 7 .2.1 y también Fielding, 2008).
flr ¡Atención!
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Parte 111. Los métodos de obtención de datos
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El uso de documentos
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L.
PARTE IV
293
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Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
294
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
Bemard y Ryan (2010: 109) destacan acertadamente que la tarea que denomi-
namos análisis de datos implica principalmente la identificación de lógicas de in-
terpretación de carácter teórico que permiten explicar unos determinados patrones
observados en los datos. Esto es así tanto en el caso del análisis cualitativo como en
el cuantitativo. Analizar consiste siempre, por lo tanto, en reflexionar e interpretar
(o teorizar) a partir de la información empírica. Siguiendo a estos autores, puede
afirmarse que cuando se habla en ocasiones de "métodos de análisis cuantitativo"
(análisis factorial, análisis de conglomerados, etc.) se está hablando en la práctica
de técnicas de procesamiento de los datos. Estos procedimientos sirven para identi-
ficar patrones o regularidades en los datos, pero no para ofrecer explicaciones, que
en última instancia deberán ser desarrolladas por la persona investigadora.
La gran diferencia entre el análisis cuantitativo y el cualitativo es que en el caso
del análisis cualitativo no existen procedimientos algebraicos que permitan iden-
tificar regularidades, y se carece de una pauta prefijada de lectura de la informa-
ción. Esta información tiene un carácter no estructurado, y el procesamiento de la
información también debe ser realizado interpretativamente por parte de personas.
De este modo, cuando se trabaja con datos cualitativos, ambas acciones -la iden-
tificación de patrones y la reflexión teórica a partir de dichos patrones- se realizan
simultáneamente o en órdenes alternativos, a veces sin que la persona investigado-
ra sea consciente de ambas actividades concurrentes.
Estas diferencias entre análisis cuantitativo y cualitativo y el hecho de que, fi-
nalmente, todas estas operaciones se realicen en el cerebro, en interferencia con
los datos, provocan a menudo que la fase de análisis en la investigación cualitativa
se convierta en una caja negra de la que de algún modo inexplicado se han extraí-
do conclusiones. Todo ello se refleja en la falta de información explícita sobre las
operaciones y tareas vinculadas a la fase de análisis de los datos que se detecta
frecuentemente en las publicaciones y artículos de investigación que han aplicado
el enfoque cualitativo. Por supuesto, esta situación también dificulta la difusión y el
aprendizaje entre los investigadores noveles de los métodos cualitativos de análisis:
295
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
296
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
~ Para recordar
Por otro lado, deben reconocerse las limitaciones cognitivas que el cerebro hu-
mano (finalmente, nuestro "instrumento" de análisis) tiene en la lectura de grandes
volúmenes de información. Ya se ha puesto de manifiesto que el enfoque cualitati-
vo implica siempre análisis intensivos (mucha información por unidad de análisis)
y ello puede desembocar en algún tipo de sesgo al seleccionar o recordar (incons-
cientemente) ciertas informaciones coincidentes con las expectativas o hipótesis
planteadas, y pasar por alto aquellas que no se esperaban o no encajan con las
ideas iniciales. Para corregir esta dificultad, los métodos cualitativos de análisis
más reconocidos proponen estrategias tendentes a favorecer la sistematicidad en
el análisis, como por ejemplo, la codificación línea a línea o la construcción de
matrices o mapas para el análisis(~ véase el apartado 11.3.2). A su vez estas es-
297
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
trategias analíticas favorecen la revisión externa del sentido otorgado a los datos
y la identificación de los puntos particulares de discrepancia en el caso de inter-
pretaciones no coincidentes.
298
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
más cercanos a la lógica del análisis de contenidos(~ véase la sección A del apar-
tado 11.2.1) la conversión de las categorías en variables compartidas por todas las
unidades resulta normalmente poco problemática (véase Miles y Huberman, 1994:
173-177). En cambio, en los casos en que la lógica de análisis es más cercana al
análisis del discurso las categorías aplicadas, se toman como constitutivas de la
reflexión teórica realizada y no tanto como atributos de las unidades analizadas
(véase Conde, 2009: 139-195). Una tercera posibilidad, a camino entre las dos
mencionadas, es considerar en el análisis solamente los atributos que hacen refe-
rencia a las unidades de información (por ejemplo, la edad o cualquier otra carac-
terística sociodemográfica de las personas entrevistadas) sin convertir en variables
las categorías que son asignadas al texto (véase Valles, 2015b: 635-636). En esta
tercera posibilidad se articulan en el análisis la identificación de patrones comunes
en los datos con las características atributivas (traducidas a variables) de las unida-
des de información seleccionadas.
fllr ¡Atención!
Deben mencionarse dos cuestiones adicionales en relación con los debates que
estamos tratando. Por un lado, es importante señalar que la lógica de análisis cen-
trada en los casos se desarrolla no solo como vía de reflexión y profundización
analítica intracas o (within case), sino también como modo de desarrollar una com-
paración entre casos (cross case). De hecho, Miles y Huberman (1994: 172-238)
consideran que la comparación entre casos aumenta las posibilidades de generali-
zación de la investigación, puesto que permite identificar la influencia de los entor-
nos y circunstancias específicas de cada unidad de información y valorar hasta qué
punto los hallazgos tienen un carácter idiosincrático o no. Siguiendo a Yin (2014),
esta comparación puede buscar tanto la replicación literal como la teórica, o una
combinación de ambas ( ~ véase la sección C del apartado 5 .1.2).
También debe señalarse que cuando las categorías del análisis cualitativo se
convierten en variables con la intención de desarrollar seguidamente algún tipo de
299
Parte JV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
300
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
tr ¡Atención!
301
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
A) Texto y discurso
Una vez situado el foco de los métodos que revisaremos en el análisis de textos,
es importante destacar las diferencias entre texto y discurso. Se trata de dos térmi-
nos que a menudo se utilizan de forma intercambiable, incluso en las expresiones
"análisis de textos" y "análisis de discurso", que sin embargo conviene distinguir
conceptualmente.
Entendemos que un texto es un enunciado o conjunto de enunciados o propo-
siciones lingüísticas que ejercen una función comunicativa o expresiva, sea de ca-
rácter oral o escrito. Así pues, el texto es el resultado de una (inter)acción lingüís-
tica. Si a su vez entendemos que una proposición está constituida por una cadena
articulada de signos con un contenido semántico, extendemos el significado de
texto (como mínimo, en su sentido técnico) y aplicamos el término a prácticamente
todo tipo de registros sonoros y visuales concebidos para transmitir un determina-
do mensaje.
Si la definición de texto que acabamos de ofrecer no causara seguramente
demasiadas controversias, resultaría más dificil hallar una definición de discurso
que goce de un amplio consenso. Por una parte, encontramos definiciones de
carácter sobre todo lingüístico, que Stubss (1987/1983: 24) sintetiza al recordar
que el discurso puede entenderse como "el lenguaje por encima de la frase", pero
también como "el lenguaje que se produce de modo natural". Sin embargo, Íñi-
guez (2006: 104) ofrece una definición más sociológica, al entender el discurso
como "el enunciado considerado desde el punto de vista del mecanismo discur-
sivo que lo condiciona", es decir, como "las condiciones de producción" de los
enunciados (prácticas lingüísticas enmarcadas en unas determinadas relaciones
sociales). Obsérvese que desde este segundo punto de vista el discurso siempre
302
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
l
incorpora elementos situacionales extratextuales y que el texto es considerado un 1
303
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
304
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
, . . ¡Atención!
Van Dijk afirma que "el texto y el habla [... ] requieren interpretaciones
separadas aunque interrelacionadas, de tipo fonético, gráfico, fonológi-
co, morfológico, sintáctico, micro y macrosemántico, estilístico, superes-
tructura!, retórico, pragmático, conversacional, interacciona!, y otras es-
tructuras y estrategias" (1993: 138). Aunque en los párrafos precedentes
se ha insistido en la necesidad de contextualizar al máximo los enuncia-
dos que son interpretados, el número de aspectos considerados en los
análisis cualitativos de textos en el ámbito de las ciencias sociales es
bastante más limitado que los mencionados por Van Dijk. Ello no debe
ser considerado erróneo por sí solo, pues el hecho de tomar en cuenta
un mayor o menor número de aspectos debería depender del valor de
la información proporcionada por estos en relación con la pregunta de
investigación planteada. Lo realmente importante es que la persona in-
vestigadora se plantee explícitamente el tipo de información que necesita
analizar para responder adecuadamente a los objetivos planteados y que
justifique razonadamente por qué ciertos elementos serán considerados
y por qué otros serán descartados o tomados en cuenta en menor grado.
11. 2.1. Lo que el texto dice y lo que el texto hace. Dos grandes
orientaciones en el análisis
Son múltiples los modos en que es posible clasificar los diferentes métodos de
análisis de textos. Sin embargo, en los últimos años varias publicaciones parecen
305
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
306
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
307
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Se desarrolla una co- Se desarrolla una co- Las categorías prin- Las categorías prin-
dificación inductiva dificación inductiva cipales del análisis cipales del análisis
del material empíri- y abductiva del ma- se originan en el se originan en el
co, de modo que se terial empírico, de conocimiento teó- conocimiento teóri-
van generando cate- modo que se van ge- rico existente, aun- co existente, con un
gorías fundamenta- nerando categorías que con diferentes grado de rigidez ele-
das exclusivamente fundamentadas en el grados de rigidez. vado, puesto que se
en el material anali- material analizado, El desarrollo induc- parte de un listado de
zado. Posteriormen- pero sensibilizadas tivo o abductivo de códigos preestable-
te, tras un proceso por el conocimien- categorías resulta cido. El desarrollo
de revisión, com- to teórico existente. habitual, así como inductivo o abduc-
paración y agrupa- Posteriormente, tras la revisión de las tivo de categorías
miento, se delimitan un proceso de revi- categorías iniciales, resulta poco habi-
las categorías princi- swn, comparación aunque finalmente tual, aunque pueden
pales del análisis. El y agrupamiento, se deberán encajarse revisarse las cate-
conocimiento teóri- delimitan las cate- en un marco de co- gorías iniciales. Los
co existente no debe gorías principales dificación unitario resultados finales se
ser utilizado durante del análisis. Durante con las provenien- obtienen tras la tra-
el proceso de codifi- todo el proceso se tes del marco teóri- ducción cuantitativa
cación ni influir en establece un diálogo co. Durante todo el de las categorías y
el desarrollo de las con el conocimien- proceso se establece su análisis estadísti-
categorías. to teórico existente, un diálogo con el co. Estos resultados
con el cual se con- conocimiento teóri- se contrastan con el
trastan interpretati- co existente, con el conocimiento teóri-
vamente los resulta- cual se contrastan co existente.
dos del análisis. interpretativamente
los resultados del
análisis.
308
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
309
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
~ Para recordar
310
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
bajo la vasta etiqueta de "estudios del discurso". Recordemos que para Van Dijk
(2000/1997) los estudios del discurso son aquellos que se interesan de forma inte-
grada por tres dimensiones principales de la comunicación: el uso del lenguaje y
la lengua, la transmisión de creencias, y la interacción en un determinado contexto
social. La etiqueta "estudios del discurso" tiene sentido en la medida en que en to-
dos los casos se presta atención al discurso, entendido, tal como se definía anterior-
mente, como práctica lingüística y las condiciones en que se producen ( ~ véase la
sección A del apartado 11.1.2). Sin embargo, nosotros preferimos no utilizar este
término tan genérico y en cambío hacer uso del -algo más restringido- "análisis
del discurso", que aplicaremos de forma más limitada a algunos de los métodos
que se revisarán en esta sección.
De todos modos, con el objetivo de facilitar la tarea taxonómica que se desarro-
lla en los párrafos siguientes, empezamos adaptando en el cuadro 11.2 la clasifica-
ción de "estudios del discurso" (en el mencionado sentido genérico) propuesta por
Van Dijk (1999/1998: 77) y retomada posteriormente por Martí (2000:76) y Verd
(2006, 2007), puesto que es útil para poner de manifiesto las dimensiones principa-
les que diferencian las aproximaciones cuyo interés es "lo que el texto hace". Para
Van Dijk (1999/1998) ciertos análisis se interesan fundamentalmente por la diná-
mica y proceso de producción del discurso, mientras que otros se interesan funda-
mentalmente por el discurso como producto. Los primeros son los que denomina
análisis estratégicos y los segundos son los que denomina análisis estructurales.
A su vez, los análisis estructurales pueden interesarse por la estructura sincrónica
o por la estructura diacrónica; en los primeros se presta atención especialmente
a las categorías y estructuras conceptuales que dan lugar al discurso formulado,
mientras que en los segundos se estudia la secuencia para ordenar temporalmen-
te o mediante cualquier otro criterio los elementos del discurso. Algunos análisis
se interesan simultáneamente por varias de las dimensiones mencionadas, aunque
empezaremos por aquellos que se concentran únicamente en alguna de ellas.
L
311
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
312
La interpretación y el análisis de la iriformación cualitativa
313
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
314
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
Puede sorprender situar aquí, antes de entrar en la explicación con cierto detalle
de los procedimientos de análisis de las orientaciones que acabamos de revisar, un
apartado que aborda el uso de programas informáticos de apoyo al análisis cuali-
tativo. Lo más habitual para tratar esta cuestión en los manuales de metodología
más convencionales sigue siendo a modo de apéndice final, donde se realiza una
evaluación y valoración de los programas existentes a disposición de las personas
y equipos de investigación. No será este nuestro tratamiento. El desarrollo de los
programas de análisis cualitativo y de sus funciones se produce con tal rapidez
que cualquier foto fija que pueda ofrecerse siempre arrojará una información poco
actualizada. Es por ello que consideramos más provechoso realizar una evalua-
ción general de los programas de análisis cualitativo en términos metodológicos y
epistemológicos y remitir a las numerosas evaluaciones consultables online -que
suelen actualizarse periódicamente- si lo que se desea es obtener una descripción
y valoración detallada de las características técnicas de los diferentes programas.
Junto con esta valoración general se terminará con un conjunto de reflexio-
nes y recomendaciones orientadas a mostrar que el tratamiento informatizado de
los datos cualitativos puede desarrollarse desde todo tipo de enfoques de análisis,
siempre que se adopte una mínima vigilancia metodológica durante su utilización.
Más adelante en el apartado 11.3 se asume el conocimiento de estas recomenda-
ciones, por lo que se partirá de la base de que el uso de paquetes informáticos de
análisis es una de las opciones con que cuenta la persona investigadora, pero que
no necesariamente habrá recurrido a ellos.
Valles (2015 b: 637) destaca la eclosión que han tenido, desde el año 2000,
los paquetes informáticos orientados al análisis cualitativo. Esta proliferación de
programas no es más que una aceleración del proceso iniciado en la segunda mi-
tad de los años ochenta, poco después de que los ordenadores de mesa y el uso de
procesadores de texto se empezasen a generalizar en las universidades y en grupos
de investigación.
315
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Los primeros programas de análisis cualitativo que iban más allá de la posibi-
lidad de codificar y recuperar los segmentos de texto empezaron a popularizarse
a principios de los años noventa. Más adelante, a mediados del año 2000, tres
paquetes cualitativos generalistas (NVivo, ATLAS.ti y MAXQDA) se consolida-
ron como los más utilizados, manteniendo esta posición en la actualidad. Estos
tres paquetes son los que Lewins y Silver (2007) revisan con mayor profundidad
en la primera edición de su manual Using Software in Qualitative Research, ya
que son considerados programas líderes. En la segunda edición del manual (Sil-
ver y Lewins, 2014) se añaden a su revisión los programas Dedoose, HyperRE-
SEARCH, QDAMiner y Transana. Esta ampliación de la lista de programas más
utilizados muestra bien que en la actualidad los programas informáticos de análisis
cualitativo se han diversificado y especializado.
La diversificación de programas y ampliación de funciones en los consoli-
dados ha sido paralela a la extensión del uso de paquetes informáticos en la in-
vestigación. Woods et al. (20 16) muestran una progresión aritmética del número
de artículos empíricos que mencionan el uso de los programas NVivo o ATLAS.
ti (se trata de artículos publicados en inglés en revistas indexadas en Scopus),
hasta el punto de que en 2012 se produjo un incremento del 50o/o respecto al año
anterior. Puede afirmarse, por lo tanto, que el uso de programas de análisis cua-
litativo está en vías de consolidarse plenamente -si no lo está ya- en el ámbito
académico.
El término más utilizado para referirse a este uso de paquetes informáticos en
el análisis es el acrónimo inglés CAQDAS (Computer Assisted Qualitative Data
Analysis), el cual permite destacar que los programas informáticos únicamente
asisten, ayudan o dan apoyo a la persona investigadora en el procedimiento de aná-
lisis. De hecho, sería aún más preciso decir que simplemente asisten en las tareas
de procesamiento de la información (~ véase la sección A del apartado 11.1.1 ),
que en cualquier caso deben ser diseñadas y ejecutadas por la persona investigado-
ra. En este sentido, los CAQDAS no ofrecen ningún resultado, a diferencia de los
programas de análisis cuantitativo. Ayudan solamente a organizar mejor la infor-
mación, recuperarla de modo más fácil y visualizarla del modo considerado más
conveniente; algo que quizás pueda parecer poco a las personas acostumbradas a
utilizar programas de análisis cuantitativo.
Dejemos claro, pues, que en nuestra opinión, tal como destacan Silver y Lewins
(20 14:11 ), un análisis realizado con soporte informático no es necesariamente me-
jor (ni peor) que uno realizado de modo tradicional, con el único apoyo de papel y
lápiz. Los programas ayudan a realizar el análisis más cómoda y organizadamente,
y seguramente también más rápidamente (en sus aspectos de gestión de la infor-
mación). Además, los programas permiten hacer más transparente el análisis y por
lo tanto facilitan la evaluación externa y la discusión de los resultados. Pero estas
ventajas deben ponerse al servicio de la reflexión e interpretación contextualizada
de la que hemos hablado en secciones anteriores.
316
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
Por todo ello es conveniente destacar qué hacen y qué no hacen los programas
de análisis cualitativo. Listamos a continuación las principales tareas (funciones)
que desarrollan los programas cualitativos de carácter generalista, entendiendo por
ello los que se orientan al análisis de todo tipo de materiales cualitativos y que se
han desarrollado como cajas de herramientas adaptables a todo tipo de métodos de
análisis:
Evers et al. (20 11) opinan que demasiado a menudo se escriben artículos en los
que como única información metodológica sobre el procedimiento de análisis se-
guido se menciona el uso de un determinado programa informático; ni se describe
t'
317
L
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
318
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
flr ¡Atención!
319
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
sis. Para evitar este error es importante recordar que los ordenadores no
piensan. La persona investigadora debe saber siempre qué método de
análisis quiere aplicar y tomar en todo momento el mando del análisis. Es
necesario conocer los principios y procedimientos del procedimiento que
se pretende desarrollar y utilizar los programas únicamente como caja
de herramientas. También es importante tener en cuenta que no supone
ningún problema realizar una parte del análisis con soporte informático
y otra parte manualmente, o incluso combinar un programa de análisis
cualitativo con paquetes convencionales de representación gráfica otra-
tamiento de textos.
320
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
aire de familia entre los análisis que se han agrupado bajo cada una de las dos gran-
des orientaciones que se presentan en el apartado 11.2.1. También debe tenerse en
cuenta que las tareas variarán en función de los objetivos y preguntas planteadas
en la investigación.
Resulta imposible ofrecer detalladamente todos los tipos de análisis mencio-
nados en nuestra revisión precedente, por lo que nos concentraremos en tres de
ellos: el análisis de contenidos cualitativo, el método comparativo constante y el
análisis del discurso. Las referencias mencionadas en el apartado 11.2.1 son útiles
para obtener mayor información de los procedimientos vinculados a los métodos
de análisis que hayan despertado mayor interés y en los que aquí no profundiza-
mos. También se recomienda consultar las referencias que se irán ofreciendo como
fuente de los ejemplos, ya que permiten situar mucho mejor la fase de análisis en
el contexto de un proceso completo de investigación.
En este primer flujo de actividad del análisis se realizan dos tareas principales:
a) la lectura del material cualitativo y la identificación de las unidades textuales
de registro, y b) la categorización de la información. En relación con la primera
tarea, recordemos que no siempre en todos los análisis se desarrolla una selec-
ción o identificación de las unidades de registro, y que es posible categorizar sin
segmentar el texto. Sin embargo, antes de entrar en el detalle de la discusión y
explicación de cada una de las tareas indicadas, es importante señalar que las deci-
siones relativas a la fase de obtención de los datos suponen ya un primer modo de
reducción de la información. A ello dedicamos una sección a continuación.
La primera decisión del trabajo de campo que puede entenderse como una de-
cisión de análisis hace referencia a la construcción del corpus que va a analizarse.
Cuando se trabaja con documentos ya existentes puede suceder que el volumen de
material a analizar sea muy elevado; en estos casos tiene sentido realizar una selec-
ción estratégica o intencional de los documentos, mediante algún procedimiento
de muestreo tipológico o estructural (!) véase el apartado 10.3.2). En estas cir-
cunstancias se aplican los mismos criterios explicados en el capítulo 5 (!) véase el
apartado 5 .1.1 ), con la diferencia de que se trata de material documental. Esta se-
lección estratégica no es pertinente cuando el material analizado es producido por
la persona investigadora: tiene poco sentido descartar un material ya producido, a
no ser que no cumpla con los mínimos de calidad informativa y representatividad
(tipológica o teórica) que le son exigibles.
321
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Conde (2009: 104) destaca que existen dos modos esenciales de encarar ini-
cialmente el trabajo de análisis de textos: o bien fragmentando el texto en seg-
mentos que posteriormente se codifican, o bien categorizando el texto de forma
holística. Sin duda, la observación es importante, puesto que a veces se confunde
categorización con codificación. Cuando se utiliza el término codificación, se está
aludiendo a la asignación de categorías a segmentos específicos del texto, algo
que no todos los análisis realizan. Por otro lado, hablando con propiedad, también
debería distinguirse entre indexar (asignar palabras clave a segmentos de texto) y
codificar (asignar códigos con una carga teórica específica): "las palabras clave
son resúmenes en una palabra del contenido de un segmento de texto, mientras que
los códigos son abreviaciones de nombres de categoría" (Tesch, 1991: 27-28). Es
decir, ni todas las categorizaciones se basan en la codificación (pueden categori-
zarse textos completos representativos de ciertos perfiles. Véase Conde, 2009), ni
322
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
323
:¡
Parte FV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
1
8: Sí, pero ahora has dicho la palabra: obligar. Porque si Voluntad de
no viene por obligadón, la voluntad de las empresas a 1
1
324
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
entre teoría y texto analizado suele realizarse por medio de una estructura je-
rárquica de categorías, que conecta las categorías más abstractas equivalentes
a los conceptos del marco teórico con aquellas más substantivas. N o obstante,
este tipo de jerarquías conceptuales no es exclusivo de los procesos deductivos,
puesto que son también muy frecuentes cuando se sigue el método comparativo
constante (Strauss y Corbin, 1998: 157-161; Trinidad, Carrero y Soriano, 2006:
77-88; Carrero, Soriano y Trinidad, 2012: 77-93). En el cuadro 11.3 se adapta
precisamente un ejemplo de Trinidad Carrero y Soriano (2006, cuadro 3.4; véase
también Carrero, Soriano y Trinidad, 2012, figura 3 .2) extraído de una investiga-
ción sobre la innovación en el campo organizacional en que se ofrece el listado
de códigos y subcódigos iniciales -códigos substantivos, en terminología de la
teoría fundamentada- y sus correspondientes categorías teóricas generadas in-
ductivamente.
325
L
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
En relación con la primera tarea, es importante poner de relieve que los mé-
todos basados en la codificación despliegan en este estadio todo un conjunto de
operaciones que permiten desarrollar las categorías iniciales a la vez que se in-
tegran y articulan entre sí. En primer lugar, resulta interesante utilizar matrices
que permitan la comparación entre casos, como en el ejemplo que se muestra en
el cuadro 11.4, que se ha adaptado de Spencer et al. (2014 b). Se comparan en él
los contenidos pertenecientes a cuatro categorías diferentes en un estudio sobre la
adicción al juego basado en entrevistas abiertas.
CATEGORÍAS
Interacción
Qué le llevó con otros
Apoyo Futuro
al problema comportamientos
de riesgo
CASO 1
Edad: 41-50 Apuestas en No se menciona No hablaba Quizás en el
años las carreras de apuestas ni futuro intente
Género: de caballos. de carreras de apostar en
masculino Empezó a jugar caballos con línea. Aunque
Tipo de para reponer sus amigos. no está claro
jugador: en e1 dinero que Enterarse de las cómo podrá
riesgo había tomado experiencias controlar su
de la cuenta de personas adicción al
conjunta que a las que fue juego
tenía con su encontrando
novia. Pidió puede haber
dinero prestado actuado de
a la familia freno
y amigos sin
decirles cuál
era la razón
326
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
CASO 2
Edad: Jugador de La bebida le Obtuvo Se ve a sí 1
327
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Matrimonio
Matrimonio
como requisito
para formar una
familia con hijos
como modo de
cumplir con las
expectativas del
B) Presentación de la información
En relación con la segunda tarea, la de (re )presentación de los datos, hay que
mencionar que en ciertas tradiciones de análisis es común presentar largos seg-
mentos de los datos brutos analizados. Tanto en Miles y Huberman (1994: 11),
como en la reedición de Miles, Huberman y Saldaña (20 14: 13) se critican estos es-
tilos en que como única forma de presentación de la información se ofrece en toda
328
La interpretación y el análisis de la información cualitativa 1
111
su extensión buena parte del material original. Estos autores proponen el uso de li
:1
guiente paso de análisis que la presentación sugiere como útil" (Miles, Huberman
y Saldaña, 2014: 13). El cuadro 11.4 y la figura 11.2 constituyen ejemplos de este
tipo de presentación organizada y compacta de la información: no solo sintetizan el
trabajo realizado durante la tarea de condensación de los datos, sino que presentan
la información de un modo visual fácilmente accesible. En la figura 11.3 se mues-
tra un nuevo ejemplo, esta vez en forma de red de carácter causal realizada me-
diante el programa ATLAS.ti. El ejemplo proviene de un análisis interesado en las
trayectorias de formación e inserción laboral en que el material empírico utilizado
fueron entrevistas biográficas (Verd, 2006). En la red se muestran, concretamente,
las relaciones causales entre diferentes acontecimientos de la trayectoria de un
entrevistado, particularmente el modo en que actores como sus contactos laborales
o una de las empresas para las que había trabajado le facilitan el acceso a algunos
de los empleos en su trayectoria laboral (tercer, cuarto y quinto empleo), al tiempo
que estos cambios laborales se vinculan a objetivos de carácter personal y a la ad-
quisición de formación y competencias.
r ''~
=>
Figura 11.3. Relaciones causales entre los códigos vinculados a la trayectoria laboral
(tercer, cuarto y quinto empleo) de un entrevistado y los vinculados
a los recursos y circunstancias personales
Fuente: Verd, 2006, ilustración 5
329
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
digos aplicados durante la primera fase de condensación de los datos (si es que se
ha dado una fase inicial de codificación), también conviene destacar la utilidad de
estas representaciones como modo de mostrar la estructura semántica y sintáctica
de las expresiones verbales. Carley (1993: 87-91) ha evidenciado cómo, para una
correcta interpretación de un texto, es indispensable examinar la forma en que el
emisor construye las relaciones de carácter sintáctico y semántico en su discurso.
En la mayoría de casos esta estructura relacional queda oculta en el análisis. Exis-
ten dos vías para poner de manifiesto esta estructura de relaciones. Por un lado,
puede realizarse una categorización holística, que se sirva de representaciones grá-
ficas para mostrar las diferentes estructuras y posiciones discursivas, sin pasar por
la codificación de segmentos del texto, tal como propone Conde (2009: 108-109 y
169-204). Por otro lado, puede optarse por una codificación de carácter relacional
de los segmentos del texto (Lozares y Verd, 2008; Miles, Huberman y Saldaña,
2014: 79), en que al tiempo que se codifican las unidades textuales se identifican
y categorizan también sus diferentes relaciones. En Lozares et al. (2003) se ofrece
una revisión profunda de todas las propuestas analíticas que apuestan por los aná-
lisis relacionales y reticulares.
En este último flujo de actividad dentro del proceso de análisis pueden distinguirse
dos tareas principales: a) obtención y presentación de resultados, y b) redacción y
verificación de las conclusiones. Antes de abordar por separado ambas tareas deje-
mos claro que el término verificación no significa aquí el desarrollo de ningún test
de hipótesis o cualquier otro procedimiento de carácter cuantitativo. En el contexto
cualitativo entendemos por "verificar" el procedimiento mediante el cual se muestra
la correspondencia entre las relaciones empíricas halladas en los datos analizados
y las proposiciones más o menos abiertas planteadas a nivel teórico (tanto si se trata
de una teoría generada inductiva o abductivamente, como si se trata de un marco
teórico establecido con anterioridad al trabajo de campo). La interpretación de las
relaciones halladas teniendo en cuenta el foco investigado, su contexto y la apro-
ximación metodológica realizada permite identificar el grado en que los hallazgos
son extrapolables más allá de los casos o unidades estudiadas, y por lo tanto, las
posibilidades de generalización más allá de ese foco y ese contexto ( ~ véase la sec-
ción F del apartado 1.1.2). Como se ha ido señalando repetidamente, en la investi-
gación cualitativa las conclusiones se dibujan paulatinamente y de modo reflexivo a
lo largo de todo el proceso de investigación, situando empíricamente e interpretando
teóricamente la información que se va obteniendo; se trata en este último estadio de
hacer pública y evaluable externamente esa reflexión y teorización realizadas.
En relación con la primera tarea, las diferentes perspectivas comparten la idea
de que hallar resultados implica siempre identificar una seria de patrones o líneas
330
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
Expo 92 Cartuja
Servicios más valorados Información Servicios (amabilidad)
Aparcamientos
Pabellones más atractivos Navegación Navegación
Canadá y España Omnimax y Bichomanía
Pabellones menos Pasaje del terror Pabellón de la simulación
atractivos P. de memorias de la Expo
Pabellones autonómicos
Lo que más ha gustado Arquitectura Animación de calle
Ambiente general Pabellones y sus contenidos
Espectáculo del lago
Lo que menos ha gustado Las colas Horario (jóvenes)
Precios algunos Precios en restauración
restaurantes Servicios de información
Lo mejor Imagen de calidad Ambiente de noche
Lo peor Precios Sentimiento de engaño
Fuente: Báez, 2007: 267.
331
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
(Casos 1-12)
2) Inicio de un 3) Sentirse preparado 4) Experiencia
1) Sentirse adicto al
tabaco y
manifestación de
dejarlo (casos 1-12)
-+Si .......
proceso de
preparación con
un profesional de
---1•• para iniciar abstinencia
de fumar
positiva: percepción
y tener día D para dejar _ . . de mejora de control
de abstinencia según
•
la salud transcurre el tiempo,
(Casos 1-8,11)
expectativas de
! ! \
\
conseguir ser "no
fumador", sentirse
1
3) Abandono del
\ apoyado por el
profesional y
No proceso 1
conseguir relacionarse
(Casos 9,10,12) 1
•
con los contextos de
(Caso 13) 1 vida cotidiana de
4) Experiencia de
\ 1 manera diferente
tránsito: experiencia
\ de abstinencia con
1 (Casos 1,5,6,8)
332
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
LO INSTITUCIONAL Responsabilidad
médico-
institucional
(concepción
parcial y
fragmentada
(Concepción
DIFERENTES NOCIONES
global y holística) DE LA SALUD (CIMOP 94)
LO SOCIAL
333
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
"Cada vez menos, el interés que para una empresa pueda tener
un profesional se puede medir por la formación que recibió en un
momento inicial, sino que debe medirse por su capacidad de aprender
y el ejercicio continuado de esta capacidad (Cámara de Comercio,
Industria y Navegación de Barcelona, 1992)."
334
La interpretación y el análisis de la información cualitativa
335
12
La presentación de los resultados
y la redacción del informe final
Trata este capítulo del último estadio de todo proceso de investigación: la redac-
ción del informe final. Aunque a menudo se insiste únicamente en los aspectos
formales, esta redacción no es solo una cuestión de estructura y estilo. También
supone saber qué información debe ofrecerse para mostrar la calidad y rigor de la
investigación desarrollada. Así pues, un elemento fundamental de esta redacción
final será la presentación de los resultados y las evidencias empíricas. Otro ele-
mento a considerar será el público o audiencia al que se dirige el informe. En todas
estas cuestiones las posibilidades son numerosas, y las posturas respecto al modo
más adecuado de resolverlas son diversas. Por consiguiente, será necesario pon-
derar las diversas opciones y tomar una decisión razonada que tenga en cuenta el
contexto en que la persona investigadora está desarrollando su investigación. Una
vez realizadas las reflexiones oportunas, la redacción del texto deberá realizarse de
modo coherente con las decisiones tomadas.
La mayoría de contenidos de los apartados siguientes son útiles para cualquier
tipo de informe, tanto del ámbito académico como del profesional. Con todo, mu-
chas de las observaciones y recomendaciones estarán especialmente orientadas a
los textos que se producen y se presentan en el ámbito académico. La diversidad de
informes en este entorno puede ser muy variada, aunque principalmente estaremos
pensando en documentos como una tesis doctoral, una tesina o un trabajo final de
máster. Pero cualquier otro tipo de documento redactado en el ámbito académico
que haya comportado un trabajo de carácter empírico con datos cualitativos enca-
jaría en la definición que ofreceremos, desde el trabajo para una asignatura de gra-
do, hasta un artículo destinado a ser publicado en una revista científica. En todos
estos casos el objetivo del documento es comunicar a una audiencia específica la
labor realizada y los resultados obtenidos en una investigación.
El capítulo se ha dividido en tres apartados principales: en primer lugar se
clarifican los contenidos que deberían figurar en un informe de investigación, si-
tuándolos como resultado final de todo el proceso investigador; en segundo lugar
se abordan las diferentes posturas existentes en relación con la calidad de la inves-
337
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Entendemos por informe final aquel documento que recoge de forma estructurada
y sistemática los hallazgos empíricos y las conclusiones de una investigación. Es-
tos hallazgos deben ir acompañados por el planteamiento teórico que los ha lleva-
do hasta ellos (en los estudios de dinámica deductiva o abductiva) o por la teoría
obtenida a través del análisis de los datos (en los estudios de dinámica inductiva).
También debe explicarse la concepción metodológica que ha llevado a la obten-
ción de la información y a su análisis.
Tal como ya se ha indicado en el capítulo 3 (:> véanse el apartado 3.2.1 y la
sección D del apartado 3.2.2), el informe de investigación debe entenderse como
producto de la última de las cuatro fases en que hemos dividido el proceso de
investigación. En esta última fase, que se ha denominado informativa, las tareas
principales son la elaboración de las conclusiones y la selección de aquellos datos
que se presentarán para su fundamentación empírica. Pero el informe no es úni-
camente el resultado de las dos operaciones mencionadas; debe entenderse como
culminación de todo el proceso investigador; en este sentido también es producto
de cada una de las fases anteriores, y especialmente de la fase analítica e:> véase el
apartado 11.3.4). Tal como destacan White et al. (2014), la fase informativa ofrece
la oportunidad de revisar y repensar todo el proceso investigador desarrollado.
Esta fase es, pues, una c.,ontinuación y refinamiento de todo el proceso interpretati-
vo que se inició con la fase preparatoria. En ella, los datos y su análisis se retoman
con el objetivo de presentar los hallazgos de forma coherente ante una determina-
da audiencia, pero la revisión y búsqueda de coherencia de todo el conjunto po-
dría llevamos a nuevos análisis y comprobaciones, o incluso, en los procesos más
abiertos, a la obtención de más datos para su análisis.
Por supuesto, el contenido, formato y estilo del informe final deberán ajustar-
se tanto al tipo de documento (tesis doctoral, artículo científico, etc.) que se está
redactando, como al tipo de audiencia al que se dirige. Una de las diferencias más
importantes entre los diferentes tipos de documentos es su longitud. El número de
palabras que es posible utilizar en una tesis doctoral es infinitamente mayor que las
permitidas en un artículo académico, por lo tanto sus contenidos deberán adaptarse
a cada extensión. Pero, como se verá más adelante, las reglas generales de redacción
son comunes a toda la variedad de documentos mencionados. De todos modos, nun-
338
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
ca existe el espacio suficiente (ni siquiera en una tesis doctoral) para mostrar lato-
talidad del trabajo desarrollado a lo largo de una investigación, por lo tanto deberán
tomarse decisiones sobre aquello que podrá explicarse de forma extensa, aquello
que deberá explicarse de forma resumida, y aquello que habrá que dejar fuera (sobre
todo cuando estemos redactando un artículo para una revista científica).
Respecto a esta necesidad de seleccionar y elegir, uno de los criterios será el
objetivo de ofrecer suficientes elementos que permitan comprobar la calidad y la
novedad científica en el área de la investigación desarrollada ( ~ véase el apartado
12.2 más adelante). El tipo de línea argumental que se ha elegido defender en el
informe también influirá en la selección de aquello que se resume o se deja de lado.
Esta línea argumental o relato no debe entenderse como fruto de una decisión deli-
berada y arbitraria adoptada apriorísticamente, sino como el resultado del diálogo
entre datos y conocimiento teórico. A esta articulación entre datos y reflexión teóri-
ca, entendida como espina dorsal del informe final de investigación, le dedicamos
el siguiente apartado.
, . ¡Atención!
339
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
340
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
~ Para recordar
¿Qué debe presentarse, pues, como soporte de las afirmaciones realizadas por
parte de la persona investigadora? ¿O incluso como prueba de la calidad de la in-
vestigación realizada?
341
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
342
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
Son diversos los autores que distinguen entre tres principales enfoques en re-
lación con los criterios de calidad en la investigación cualitativa (Valles, 1997;
Flick, 2009; Robson, 2011; Seale, 2012). En el primer enfoque se defiende que
la investigación cualitativa puede aplicar, con mínimas adaptaciones, los criterios
que provienen de la investigación cuantitativa: validez, fiabilidad y replicabilidad
(u objetividad). En el segundo enfoque se defiende que es necesaria la redefinición
de los criterios que se originan en la investigación cuantitativa, puesto que la lógi-
ca y procedimientos de la investigación cualitativa no son los mismos que los de la
investigación cuantitativa(!> véase el apartado 1.1.2). En este segundo enfoque se
entiende que la aspiración de abordar con el máximo rigor los fenómenos objeto de
estudio es compartida tanto por la investigación cuantitativa como por la cualita-
tiva, aunque los medios y procedimientos para llegar a este objetivo son distintos.
En el tercer enfoque se mantiene que no tiene sentido, cuando se desarrolla una
investigación cualitativa, atenerse a criterios de calidad científica, puesto que los
hallazgos realizados en el seno de la investigación social no pretenden reclamar
ninguna superioridad respecto al conocimiento que otras personas adquieren me-
diante su experiencia cotidiana. En estos casos, como mucho, se aboga por crite-
rios de carácter no metodológico, como los valores artísticos o transformadores de
la obra.
Repasamos a continuación en los tres aparados siguientes cada una de estas
tres posturas por separado. Además, se ha añadido un cuarto apartado que muestra
que la calidad de la investigación se puede abordar sin aludir a principios gene-
rales, simplemente adoptando una actitud reflexiva y de transparencia en la pre-
sentación del trabajo realizado. Avanzamos ya que nuestro posicionamiento a este
respecto coincide con las posturas que defienden la existencia de unos criterios
metodológicos de calidad en la investigación cualitativa, pero sin que ello deba
suponer una adopción mimética de los habitualmente utilizados en la investiga-
ción cuantitativa.
En este primer enfoque, calificado como clásico (Flick, 2009), tradicional (Pat-
ton, 2002) o de tradición científica (Seale, 20 12), se entiende que una investiga-
ción cualitativa debe ser valorada en función de los mismos principios con que se
evalúa la investigación cuantitativa, esto es, según su validez interna, su validez
externa, su fiabilidad y su replicabilidad. A estos cuatro criterios principales se
añaden en ocasiones otros como la validez de medición, la validez de constructo
o la validez facial (Bryman, 2012: 46-49; Seale, 2012). Ofrecemos a continua-
ción una breve explicación de los cuatro criterios principales y de algunas de
las críticas que han recibido en relación con su adecuación a la investigación
cualitativa:
343
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
344
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
345
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
346
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
En el cuadro 12.1 se muestra la relación entre los criterios que acabamos de se-
ñalar y los correspondientes a la investigación cuantitativa, presentando en la pri-
mera columna los criterios que según Lincoln y Guba (1985) están en el trasfondo
de ambos. Estos propios autores han criticado con posterioridad este paralelismo
(Lincoln y Guba, 2002), dando a entender que su propuesta original de criterios al-
ternativos no rompe con la ontología realista. Según la postura más reciente de es-
tos autores, criterios de carácter más político, orientados a la transformación de la
sociedad, serían más adecuados para evaluar la investigación cualitativa (Lincoln,
Lynham y Guba, 2011 ). En esta misma dirección se han propuesto por parte de
Lather (1993) criterios de calidad de la investigación basados en ontologías de ca-
rácter construccionista y discursivo, que revisaremos en el siguiente apartado.
347
Parte TV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
348
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
Junto con las dos posturas anteriores, existe un tercer enfoque que pone en cues-
tión la necesidad de criterios para juzgar la calidad de la investigación cualitati-
va. Se trata en realidad de planteamientos que ponen en cuestión la necesidad de
criterios metodológicos. Se critica en estas posturas la concepción realista de los
fenómenos sociales y, por lo tanto, se rechaza cualquier intento de mostrar el valor
de verdad de las investigaciones; también se rebate la necesidad de ofrecer infor-
mación transparente respecto al procedimiento metodológico seguido, puesto que
se insiste en el carácter subjetivo y también político de la actividad investigadora.
Se identifican en realidad dos variantes dentro de este rechazo a los criterios
metodológicos de calidad. Por un lado, las posturas que se identifican con plantea-
mientos posmodernos o posestructuralistas rechazan la pretensión de desarrollar
investigaciones en las que se parta de la separación entre la persona investigadora
y el objeto investigado, y apuestan por la redacción de informes a medio camino
entre lo literario y lo vivencia}, mediante el uso de la paradoja, la ironía, la evo-
cación o diversos recursos poéticos, entre otras posibilidades (véase Lather, 1993
o Patton, 2002: 544-548). En estos casos, los valores estéticos o expresivos en la
redacción o su capacidad de estímulo o provocación son tomados como criterios
para calibrar la calidad de la investigación. Lo cierto es que los informes que se re-
dactan desde estos posicionamientos sitúan a la persona investigadora como intér-
prete de la realidad estudiada, sin una mayor reflexión sobre los medios utilizados
para acceder al objeto de estudio o sobre las informaciones que fundamentan la
interpretación ofrecida. Flick (2009: 385) ha afirmado sobre esta orientación que
"ni contribuirá a una mayor consolidación de la credibilidad de la investigación
cualitativa, ni a que sus resultados sean considerados en modo alguno relevantes
para la comunidad".
Un segundo conjunto de criterios, con innegables conexiones con los que aca-
bemos de mencionar, sitúan la capacidad transformadora de la investigación social
como valor central con el que juzgar la calidad de los hallazgos presentados. Guba
349
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
y Lincoln (2002) asocian este planteamiento con la teoría crítica, y Patton (2002:
548) con los análisis críticos "orientados al cambio social y político". Sin embar-
go, deben añadirse también sus vínculos con el construccionismo y el análisis del
discurso de raíz foucaultiana (Cho y Trent, 2006). En este enfoque, características
como la capacidad de empoderamiento, el nivel de concienciación conseguido, o
la validez catalítica o pragmática (véase Cho y Trent, 2006) constituyen elementos
que determinan la calidad de la investigación. Por otro lado, su orientación anti-
rrealista y posestructuralista ( :> véase la sección C del apartado 7 .2.1) provoca el
rechazo a criterios como la neutralidad o la consistencia (fiabilidad). A este res-
pecto, Sea1e (2012: 548) defiende la independencia entre un tipo de características
y otras, de modo que los criterios vinculados a la capacidad transformadora y las
implicaciones políticas de la investigación no deberían ir en detrimento de los cri-
terios revisados en el apartado 12.2.2, sino considerarse compatibles.
Esta opinión de Seale resulta cercana a la nuestra. De hecho, un elemento que
suele dejarse de lado en este tipo de debates y que consideramos crucial para la
discusión es el tipo de planteamiento y objetivos con que se aborda la investiga-
ción empírica. No siempre las investigaciones se desarrollan con el objetivo de
generalización o de producir un determinado conocimiento teórico sobre el mundo
social. Este es el caso de muchas de los estudios de carácter aplicado, en que la ad-
hesión a unos determinados principios éticos debería contemplarse también como
criterio de calidad (Valles, 2005). Por otro lado, en las investigaciones orientadas
a la acción o a la transformación de la realidad, la lógica y procedimientos meto-
dológicos pueden situarse muy lejos de los criterios de referencia más canónicos.
Por ejemplo, en aquellas investigaciones consideradas dentro del género del testi-
monio político se ha puesto en cuestión razonadamente el valor que puede tener la
neutralidad de la persona investigadora, o si el valor de verdad debe ser un criterio
para juzgarlas (Tiemey, 2006/2000). Del mismo modo, es posible concebir desde
las ciencias sociales trabajos empíricos de carácter literario o periodístico que no
tienen por qué ajustarse a criterios de representatividad o generalización de los
hallazgos, precisamente porque ese no es su objetivo (a este respecto, véase Si1ver-
man 2013: 328 o Morse y Richards, 2002: 185).
En cambio, si los objetivos del trabajo empírico son la generación de conoci-
miento sobre el fenómeno escogido como objeto de estudio, los criterios de ca-
rácter artístico o político pueden tener sentido como criterios complementarios,
pero no deberían servir para rechazar o dejar de lado criterios de carácter meto-
dológico. En estos casos, una reflexión explícita y razonada respecto a la elección
de las fuentes de información, el análisis de los datos y la representatividad de los
hallazgos es necesaria, y solamente haciendo públicas estas reflexiones y dando
transparencia a los procedimientos seguidos puede evaluarse la posibilidad de ge-
neralización del conocimiento generado.
350
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
351
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
Nivel general
l. Sus objetivos deben ser explicados y situados en el contexto (histórico, político, disciplinar)
en que surgieron
2. La lógica del diseño de investigación debe ser explicada
3. La persona investigadora debe mostrar una apertura a las cuestiones emergentes
4. La persona investigadora debe tratar de ser transparente y reflexiva en relación con su
conducta, su perspectiva teórica y sus valores
5. La investigación debe mostrar una comprensión del contexto
6. La investigación debe presentar los datos o evidencias honestamente
7. La investigación probablemente presentará profundidad, diversidad, sutileza y complejidad
8. Los datos o evidencias deben ser interrogados activa y críticamente
9. Las afirmaciones del estudio deben ir acompañadas de pruebas que las sostengan
10. Algunos (aunque no todos) estudios pueden ser juzgados de acuerdo con su utilidad o
relevancia para ciertos grupos de personas y en relación con ciertas relaciones de poder
11. Algunos (aunque no todos) estudios pueden ser juzgados en relación con el grado en que
ayudan a la comprensión de significados subjetivos[ ... ]
12. La investigación debe proporcionar nuevos conocimientos j
•
Nivel específico
i
i
1. La relación del estudio con el conocimiento existente debe ser explicada
2. Deben entenderse las razones por las cuales se ha realizado una investigación cualitativa y
no una cuantitativa
3. Debe presentarse la lógica de muestreo y entenderse sus implicaciones en relación con otras
posibles decisiones y problemas para acceder a ciertas fuentes
4. Deben describirse y evaluarse las negociaciones para acceder a las fuentes de información,
así como sus implicaciones en relación con las evidencias obtenidas
5. Deben entenderse los aportes de los diferentes métodos utilizados para obtener y registrar
las evidencias y justificarse su elección a la luz de estos aportes
6. La lógica de elección de la estrategia analítica utilizada debe quedar clara, así como el
potencial de otras estrategias analíticas no escogidas
7. Se debe haber prestado atención a los casos negativos o desviados y a las explicaciones
alternativas
8. El análisis de los datos debe tener un carácter comprehensivo y no selectivo
9. Debe mostrarse una clara separación entre las evidencias y la interpretación de las
evidencias
1O. El lenguaje del informe final debe ser accesible y claro para la audiencia a la que se dirige.
11. Las implicaciones de la investigación para áreas amplias de conocimiento y praxis (por
ejemplo, la teoría, la política, la práctica) deben ser exploradas y significativas
352
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
353
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
354
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
entre las impresiones de la persona investigadora y los resultados que son fruto
de la aplicación de un diseño metodológico y un trabajo de campo específicos.
También debe ponerse de manifiesto que estos estilos de redacción, tal como
ha destacado Mason (2002: 178-179), no son independientes del posicionamiento
epistemológico y ontológico de la persona investigadora. Cada uno de ellos supo-
ne una forma concreta de qué puede entenderse como "datos" y qué papel debe
desempeñar la teoría en la presentación de los hallazgos. A este respecto, el estilo
evocativo suele ser defendido por las posturas epistemológicas más preocupadas
por la creatividad y la dimensión estética de la redacción ( ~ véase el apartado
12.2.3). Este tipo de argumentación tiende a desarrollar una presentación de la
información de carácter naturalista, en que el análisis de los datos, entendido como
procesamiento metódico y sistemático de la información, se difumina en medio de
la descripción ofrecida. Se trata, en ocasiones, de presentaciones con un aire resti-
tutivo, en que se espera que la información sea interpretada por las propias perso-
nas lectoras del informe. Por otro lado, tanto el estilo realista como el confesional
se adhieren a criterios de calidad de la investigación de carácter más metodológico,
vinculados a los procedimientos de interpretación y análisis de los datos (Patton,
2002: 544-548), y en este sentido, más preocupados por aplicar de forma transpa-
rente algunos de los métodos revisados en el capítulo 11. Ya se ha destacado que
los criterios de calidad existentes en la investigación cualitativa están lejos de ser
únicos y unívocos, por lo tanto, en función de los criterios seguidos la redacción
final del informe puede hacer más hincapié en unos u otros contenidos, o presentar
unas determinadas informaciones u otras.
Miles, Huberman y Saldaña (2014: 332) consideran que los distintos mode-
los o estilos de redacción pueden considerarse diferentes géneros, en el sentido
con que se ha utilizado este término en el capítulo 1O (!) véase la sección A del
apartado 10.2.3). La gran mayoría de documentos tienen unas características que
los hacen reconocibles y fácilmente identificables por parte de los potenciales
lectores, de modo que estas características ofrecen un marco que ayuda a la inter-
pretación del texto. Así pues, una regla general que antecede a todas las otras es
conocer el tipo de género que la comunidad académica o profesional a la que nos
dirigimos espera encontrarse. En la medida en que nos ajustemos a estas caracte-
rísticas (comprobando, por ejemplo, otros informes ya presentados), tendremos
ya la mitad del camino recorrido para garantizar una recepción favorable. Utilizar
un estilo o estructura que no encaja con las reglas del género es, por supuesto,
posible, pero en entonces la persona investigadora o autora del informe hará bien
en considerar la rigidez de las normas (por ejemplo, en una revista, la laxitud de
las indicaciones a los autores; o en una memoria de grado o de máster, el grado
de flexibilidad posible en el formato recomendado) para conocer los riesgos que
entraña romperlas.
355
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
356
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
la redacción, deben ser tenidos en cuenta. En relación con estos aspectos, recomen-
damos consultar los documentos de orientación que las facultades o universidades
suelen elaborar como guía a los estudiantes, o las revistas como guía para sus au-
tores. En general los criterios son ampliamente compartidos a nivel internacional,
pero siempre existen especificidades locales que conviene considerar. Además, en
función del tipo específico de documento y de la audiencia a la que se dirige, otros
elementos pueden ser necesarios. Por ejemplo, un artículo (y cada vez más en las
memorias de grado o máster) siempre irá precedido de su correspondiente abstract
y palabras clave; un informe dirigido a un público profesional deberá ir precedido
por un resumen ejecutivo, etc.
A) La introducción
357
Parte IV El análisis de los datos y la presentación de los resultados
358
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
conocimiento teórico existente se utiliza para destacar las dimensiones teóricas del
objeto que serán tratadas en la investigación, las cuales deberán ser análogas a sus
dimensiones empíricas.
En función del tipo de informe que se esté elaborando, el marco teórico tendrá
los tres tipos de contenidos que acabamos de enunciar, que pueden amalgamarse
entre sí, o solamente alguno de ellos. Si el proceso investigador desemboca en una
tesis doctoral, lo más habitual es que los tres contenidos se presenten en el informe
de investigación (tesis doctoral, en este caso), dedicándole un capítulo respecti-
vamente a cada uno de ellos. Sin embargo, Wolcott (2009: 67 -70) propone evitar
como mínimo la revisión genérica de la literatura (marco teórico general), si no,
incluso, un apartado específico para la revisión de la literatura. Para este autor, la
literatura puede ser perfectamente integrada en el análisis de los resultados, sin que
sea necesario dedicarle un capítulo concreto.
En una lógica similar, aunque sin llegar tan lejos, Silverman (2013) recomien-
da redactar los apartados teóricos del informe de investigación después de haber
realizado el análisis de los datos. El motivo es que hasta entonces "no se sabe que
material [teórico] resultará relevante" (Silverman, 2013: 34 7). Al realizar esta re-
comendación, este autor parte de dos implícitos que conviene poner de manifiesto:
a) el contenido teórico realmente útil es el que se ha denominado anteriormente
marco teórico especifico, siendo el resto accesorio y prescindible, b) el tipo de
dinámica de investigación desarrollada tiene un carácter abductivo, en que se es-
tablece un diálogo entre datos y teoría (~ véase la figura 2.3). Siendo la primera
premisa aceptable, o incluso recomendable (en los tiempos actuales en que priman
tesis o memorias de investigación cada vez más cortas), la segunda condición hace
referencia únicamente, como sabemos, a una de las tres dinámicas posibles en la
investigación cualitativa. En una investigación de dinámica deductiva el marco
teórico servirá para plantear las hipótesis y, por lo tanto, debería redactarse antes
del trabajo de campo (puesto que este estará guiado por las hipótesis). En cambio,
en una investigación de dinámica inductiva la teoría será resultado exclusivamente
del análisis empírico, lo cual puede hacer recomendable redactar el contenido teó-
rico de forma totalmente imbricada con el de los resultados (tal como recomienda
Wolcott), precisamente para mostrar claramente el origen inductivo de los concep-
tos teóricos(~ véase el apartado O, más adelante).
En un documento como una tesis doctoral o una memoria de máster aún falta
añadir un último elemento a la sección teórica de la tesis. Se trata del capítulo
(o a veces simplemente un apartado del capítulo teórico) dedicado al modelo de
análisis (~ véase la sección A del apartado 3.2.2 y el apartado 4.4.2). Un aparta-
do con estas características se presentará, solamente, de hecho, en las investiga-
ciones de dinámica deductiva, y a veces en las de dinámica abductiva. En estos
casos se designa como modelo de análisis a la conceptualización y conjunto de
relaciones entre conceptos que, como hipótesis, se plantean en la investigación.
En la sección final del capítulo o apartado dedicado al modelo de análisis suelen
359
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
360
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
gica general del diseño, los métodos utilizados y su articulación entre ellos
(si se han utilizado varios); b) el campo escogido para desarrollar el trabajo
sobre el terreno; e) las unidades de información y su criterios de selección;
d) las características y número de casos (o de escenarios observados o de
documentos recogidos); y e) los procedimientos de análisis de los datos
utilizados. También una descripción de todo el trabajo de campo es reco-
mendable: ¿cuándo se inició y finalizó?, ¿cuántas personas participaron en
él?, ¿cómo se contactó o se tuvo acceso a las unidades de información?
2. La justificación y lógica metodológica de las decisiones tomadas. En este
caso deben vincularse las decisiones tomadas al tipo de perspectiva teórica
adoptada, a la pregunta de investigación realizada, al tipo de objeto estu-
diado y a los objetivos finales de la investigación (o a las características del
encargo recibido). También deberían mencionarse todos aquellos elementos
pragmáticos que han influido en las decisiones tomadas, como por ejemplo,
los recursos y tiempo disponible o las dificultades de acceso a ciertos co-
lectivos. Las consideraciones éticas pueden haber influido en el diseño y el
desarrollo de la investigación, por lo cual también hay que hacer explícita
esta influencia.
3. Las limitaciones y posibles sesgos del diseño metodológico, de los métodos
utilizados y del trabajo de campo. Esta información no solo permite com-
pletar el juicio sobre la calidad de la investigación y de los resultados halla-
dos, también pondera la aplicabilidad de ciertos hallazgos y la comparación
con la investigación empírica ya publicada. Por otra parte, la reflexión en
tomo a las limitaciones de la investigación realizada es siempre una fuente
de nuevas ideas o de nuevos métodos y diseños que permitan evitar los pro-
blemas detectados. Por supuesto, también pueden destacarse las fortalezas
metodológicas de la investigación, aunque solo sea para evitar la sensación
de autoflagelación metodológica.
361
D)
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
362
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
señalado, así que no hay que descartarlo totalmente si se ha seguido esta lógica
de investigación. En segundo lugar, pueden presentarse siguiendo lo que denomi-
na "relato analítico", en que datos y conceptos teóricos se articulan para ofrecer
una explicación o descripción del fenómeno estudiado. Este tipo de presentación
sería la habitual cuando se ha seguido una dinámica abductiva en la investigación.
Finalmente, Silverman menciona las presentaciones al estilo "relato de misterio",
en que primero se ofrecen los datos para ir desvelando poco a poco la explicación
o interpretación que la persona investigadora ha asignado a la información pre-
sentada. Por supuesto, estos estilos de presentación de la información se vinculan
también a la dinámica de investigación desarrollada(~ véase el apartado 2.1) y a
la postura en relación con los criterios de calidad de la investigación ( ~ véase el
apartado 12.2).
Otras formas de presentación son viables. Por ejemplo, Mason (2002: 174-175)
destaca la presentación articulada en tomo al desarrollo de un acontecimiento, la
articulada en tomo a los diferentes componentes de un fenómeno, la orientada a
la comparación de diferentes fenómenos y la destinada a explicar una relación
causal o los posibles desarrollos futuros de un fenómeno.
Antes de terminar, ofrecemos dos recomendaciones adicionales. En primer lu-
gar, es importante destacar, siguiendo a Morse y Richards (2002: 188-190), que
siempre es preferible dedicar el espacio disponible en el apartado de resultados
a ofrecer información contextua}, y no a la presentación de citas literales. Como
se ha comentado, si se consideran importantes, estas citas se pueden situar en los
anexos; en cambio, la información relativa a los escenarios y entornos que rodean
a las personas informantes o las actividades observadas resulta imprescindible para
comprender el valor y carácter de las interpretaciones realizadas. Por otro lado,
debe tenerse en mente que en una investigación cualitativa tiene muy poco sentido
utilizar argumentos cuantitativos, del tipo "el cincuenta por ciento de las personas
entrevistadas afirman ... " o "en el veinte por ciento de las empresas en que se ha
realizado la observación sucede ... ". White et al, (2014: 377-38) y Mason (2002:
197 -198) ofrecen muy buenas alternativas a este tipo de argumentos, sin traicio-
nar la lógica cualitativa. Así, por ejemplo, funciona bien dejar constancia de la
unanimidad, o no, de un discurso o comportamiento concreto en un determinado
perfil estudiado, o destacar que las relaciones causales identificadas en la investi-
gación aparecen siempre que se den una serie de características específicas en las
unidades (y a continuación expresar, con datos cuantitativos, la distribución de
esas características en la población global). Por supuesto, en una investigación
cualitativa es factible ofrecer información numérica, pero siempre que sean el
resultado de la aplicación de métodos cuantitativos de obtención de datos. Una
investigación cualitativa, casi por definición, trabaja con muestras pequeñas,
que nunca permiten obtener una representatividad estadística. Incluso cuando
se realiza un elevado número de entrevistas o grupos dediscusión, o cuando los
escenarios observados han sido muchos (¿50? ¿ 100?), las cifras siguen siendo
363
Parte IV. El análisis de los datos y la presentación de los resultados
~ Para recordar
E) Las conclusiones
364
La presentación de los resultados y la redacción del informe final
365
l
inesperado. Pero siempre que se haga con cautela y de forma razonada, el espacio
de las conclusiones puede ser el lugar para ejercer el "pensamiento lateral" (Sil-
verman, 2013: 379), es decir, para conectar nuestros hallazgos con conocimientos
o realidades más allá de los puramente disciplinares. Ello permite saltarse algu-
nos de los corsés impuestos por la lógica académica, lo cual siempre produce una
cierta satisfacción intelectual.
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nvestigación ualitativa
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