cayeron en desuso o que resultan anticuadas. Por ejemplo: Estoy aguardando a que mi hijo salga de la escuela. (En lugar de aguardar, actualmente se utiliza el verbo esperar) El gato de mi primo es muy adusto. (Actualmente se dice arisco en lugar de adusto)
Dequeísmo. Utilizar incorrectamente
la combinación de que en las expresiones que solo se debe utilizar la palabra que. Por ejemplo: Me avisó de que no se sentía bien. Pienso de que lo mejor es que nos quedemos en casa.
Extranjerismo. Usar palabras en un idioma
diferente al propio de forma innecesaria y abusiva. Por ejemplo: Sorry, no te había visto. (En vez de decir “disculpa”) Nos vamos de shopping porque hay 50% off. (En lugar de decir “de compras” y “descuento») No se van hasta que terminen la tarea, ¿capisci? (En lugar de preguntar si “comprenden” o “entienden”)
Modismos. Utilizar frases hechas cuyo
significado no se puede deducir a partir de las palabras que la componen. Por ejemplo: Como siempre, Anita estuvo papando moscas toda la clase. (Estuvo con la boca abierta y distraída) Es muy joven para haber tirado la toalla. (Se dio por vencido) Solecismo. Utilizar una construcción gramatical deficiente o incorrecta. Por ejemplo: Diana no se recuerda cuándo es mi cumpleaños. (Correcto: no se acuerda / no recuerda) Me se escapó el perro. (Correcto: Se me escapó).
Metátesis. Alternar los
sonidos dentro de una palabra. Por ejemplo: Estógamo (Correcto: estóm ago) Murciégalo (Correcto: murciélago)
Pobreza léxica. Utilizar en forma reiterada y
abusiva la misma palabra, cuando existen otras más adecuadas y precisas. Por ejemplo: Juan dijo un discurso muy emotivo. (Correcto: Pronunciar un discurso) En mi barrio hicieron un edificio enorme. (Correcto: Construyeron un edificio) El patio tiene 20 metros cuadrados. (Correcto: El patio mide 20 metros cuadrados)