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Del Verismo al 

Neoclasicismo

Tras la unificación italiana fue el proceso histórico que, a lo largo del siglo XIX, llevó a la
unión de los diversos Estados en los que la península itálica estaba dividida, en su mayor
parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas», como los Habsburgo o
los Borbones.-consumada en 1870 con la conquista de Roma y la anexión de los Estados
Pontificios– el joven estado debió enfrentarse a una realidad conformada por
enormes desigualdades territoriales y sustentada en una sociedad mayoritariamente
agraria cuya principal alternativa a la pobreza consistió en emigrar masivamente al
continente americano.

Es entonces cuando se desarrollará un movimiento literario de corte naturalista -


el verismo– que denunciará la pobreza y el atraso del campesinado italiano. El enorme éxito
alcanzado por la ópera en un acto Cavalleria rusticana [1890] de Pietro Mascagni, basada
en un relato verista, decidió la orientación del melodrama italiano del fin de siglo renovando
su posición dominante en la escena internacional hasta que, a partir de la década de 1910,
una nueva generación de músicos italianos reaccione contra la primacía de la ópera y
proponga el restablecimiento de una tradición instrumental italiana acorde con los nuevos
tiempos.

El verismo
El desbordante éxito alcanzado por Cavalleria rusticana [1890] promovió el desarrollo
instantáneo de una nueva dramaturgia de corte realista, centrada en ambientes sórdidos,
con asuntos violentos y que tomará como protagonistas a los miembros más desfavorecidos
de la sociedad. La avalancha de obras basadas en la nueva estética y el éxito internacional -
a menudo temporal- cosechado por las mismas, consolidó la renovación del melodrama
italiano en un periodo que reclamaba una respuesta al drama wagneriano y a las nuevas
tendencias provenientes de París. De hecho, el verismo fue la primera tendencia operística
en batirse con éxito con el drama wagneriano en Europa y América.

La ópera verista asumió la continuidad dramática y musical wagneriana, asimilando de forma


progresiva, no obstante, un lenguaje armónico más próximo al Impresionismo francés, y
cultivando ciertos rasgos identificativos, que incluyen el melodismo cantable, la
conservación de las arias -aunque integradas en el discurso musical-, la eliminación de la
obertura -efectuada ya en los dos últimos títulos verdianos-, y su sustitución por
un intermezzo (intermedio) sinfónico, bien al principio de un acto distinto del primero, bien
en mitad de un acto.

El éxito internacional del verismo propició el cultivo de esta estética más allá de los Alpes,
alcanzando tanto a la ópera francesa como a la alemana o incluso la española –La vida
breve [1913] de Manuel de Falla-.

El título que inauguró el verismo musical –Cavalleria rusticana [1890], de Pietro


Mascagni- fue compuesto para un concurso de óperas en un acto dirigido a jóvenes
compositores convocado por la editorial Sonzogno. El éxito fulgurante de esta ópera, que
recrea con un lenguaje musical sencillo, directo y con elementos populares una historia
de vendetta siciliana, inauguró esta corriente.

https://youtu.be/-Zu7sH4EQDM retrata la violencia del mundo rural en la Sicilia profunda. El


escueto argumento se resuelve con una música sencilla pero intensa. El célebre intermedio (intermezzo)
sustituyó al preludio como fragmento sinfónico más importante de la ópera, inaugurando así esta peculiar
tradición verista. PASAR A YOUTUBE VER MAS PARA SECCIONES

El siguiente gran éxito del verismo llegó dos años después con un nuevo título compuesto
para una nueva edición del concurso, Pagliacci [1892], de Ruggiero Leoncavallo, centrado
en una compañía ambulante de cómicos en la Italia rural y basada en un suceso real. El aria
«Vesti la giubba» se convirtió, tras su grabación fonográfica en 1907 por el tenor Enrico
Caruso, en el primer disco en vender más de un millón de copias.

https://youtu.be/Seq-70aQRMk Basada en un hecho real, esta obra cuenta con un prólogo en el


que el compositor hace una original declaración de principios verista. El teatro dentro del teatro
constituye un eficaz recurso dramático PASAR A YOUTUBE VER MAS PARA SECCIONES

Giacomo Puccini es el último gran compositor de ópera italiano y uno de los más populares,
con tres (La bohème  [1896], Tosca [1900] y Madama Butterfly [1904]) entre los diez
títulos más interpretados en nuestros días. Fue el más refinado de los compositores
veristas y el más permeable a las corrientes musicales internacionales, especialmente
las francesas.

https://youtu.be/Glv2-YKPnXg Giacomo Puccini – Tosca [1900] Esta ópera en tres actos trata un


asunto que tiene como fondo histórico la lucha entre partidarios napoleónicos y papistas en la Roma del
año 1800. Política, sexo y religión PASAR A YOUTUBE VER MAS PARA SECCIONES

La generación del 80
La fundación en 1895 de la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma -la
primera orquesta italiana importante no dependiente de un teatro de ópera- constituyó un
hito en el proceso de revitalización de la música sinfónica e instrumental que constituirá el
principal objetivo de una generación de músicos nacidos en torno a 1880.

Los músicos adscritos a esta corriente -conocidos como generazione dell’ottanta


(GENERACION DE LOS 80)- culparán a menudo a la ópera del atraso musical acumulado en
Italia a lo largo del siglo XIX y articularán su actividad en dos direcciones principales: Por
un lado, en la promoción de un repertorio y de un lenguaje instrumental específicamente
italianos y por otro, en el desarrollo de una musicología italiana que se centrará
principalmente en la música instrumental barroca y la polifonía renacentista, y de la que
resultará el redescubrimiento y puesta en circulación de la obra de Antonio Vivaldi y de
otros maestros barrocos que habían caído en el olvido.

Los compositores de la generación del 80 encontrarán en un primer momento sus puntos de


referencia internacionales en las figuras de Richard Strauss– y Claude Debussy. Más tarde,
la Sociedad Italiana de Música Moderna [1917] y la Corporación de las Nuevas
Músicas [1923] -fundadas por compositores como Alfredo Casella o Gian Francesco
Malipiero– servirán para difundir en Italia de la obra de artistas de vanguardia
como Arnold Schönberg, Béla Bartók, Ígor Stravinsky o Paul Hindemith, si bien los
lenguajes de estos compositores surtirán un limitado efecto en la música italiana, que
avanzará por caminos menos arriesgados.
Alfredo Casella uno de los compositores de la generación del 80 más abiertos y mejor
conectados con la escena musical internacional, pese a lo cual desarrolló un estilo musical
relativamente conservador. Tras emular en un primer momento el Romanticismo tardío de
Strauss o Mahler, se convirtió en una pieza clave en la configuración del Neoclasicismo
musical, adelantando e inspirando a Ígor Stravinsky, considerado habitualmente como el
artífice de este estilo. Alumno de Rimsky-Kórsakov  es el compositor sinfónico italiano de
la generación del 80 que alcanzó una mayor difusión y notoriedad internacional.

https://youtu.be/S623B_gnfzE Alfredo Casella – Pupazzetti op.20c [1915]. Esta obra -


concebida para piano a cuatro manos e instrumentada posteriormente para conjunto de cámara- es un
temprano ejemplo de esta estética

https://youtu.be/WwizrVLgMow Nino Rota. El compositor de música de cine más destacado


del siglo XX fue también uno de los últimos eslabones del Neoclasicismo italiano. Autor de la
música de filmes tan emblemáticos como Il gattopardo o El Padrino, Rota vertió en las partituras
escritas para Federico Fellini la quintaesencia del estilo italiano más popular de los siglos XIX y
XX.

Neoclasicismo y fascismo
El establecimiento de un lenguaje instrumental italiano se concretó durante la década de
1920 mediante el desarrollo del estilo conocido como Neoclasicismo. Se trata de un estilo -
o conjunto de estilos- que ocupó una relevante posición en la escena musical internacional y
que se caracterizó por el retorno a los formatos (géneros, texturas, formaciones
instrumentales, etc.) propios del Barroco o del Clasicismo, manteniendo un lenguaje
armónico más o menos actualizado. El arraigo del Neoclasicismo fue cualitativamente
superior en Italia que en cualquier otro país y se extendió hasta después de finalizada la II
Guerra Mundial

El desarrollo del Neoclasicismo en Italia mantuvo conexiones difíciles de excusar con la


ideología y el régimen fascista implantado en 1922 por Benito Mussolini. Por un lado, la
reinterpretación del pasado musical italiano y las aspiraciones nacionalistas de los
compositores de la generación del 80 conectaron con el nacionalismo fascista.

Por otro, el Neoclasicismo se erigió como una fórmula de reacción frente a las


vanguardias musicales más recientes, especialmente las atonales: El Neoclasicismo se
erigía como dique de contención del «bolchevismo» musical del mismo modo que
el Duce habría liberado a Italia del bolchevismo político. Bolcheviques eran un grupo
político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), dirigido
desde un principio Lenin, y posteriormente por Stalin

Las implicaciones de estas coincidencias ideológicas resultan más pronunciadas si


atendemos al variable grado de vinculación de muchos destacados compositores italianos
con el fascismo. La oposición del régimen se tradujo en algunos casos en el cultivo de
lenguajes musicales más transgresores, como el caso de Luigi Dallapiccola con la atonalidad
y el dodecafonismo 

https://youtu.be/B61xOQbc61E "Il prigioniero / Suor Angelica" de Luigi Dallapicola

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