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Neoclasicismo
Tras la unificación italiana fue el proceso histórico que, a lo largo del siglo XIX, llevó a la
unión de los diversos Estados en los que la península itálica estaba dividida, en su mayor
parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas», como los Habsburgo o
los Borbones.-consumada en 1870 con la conquista de Roma y la anexión de los Estados
Pontificios– el joven estado debió enfrentarse a una realidad conformada por
enormes desigualdades territoriales y sustentada en una sociedad mayoritariamente
agraria cuya principal alternativa a la pobreza consistió en emigrar masivamente al
continente americano.
El verismo
El desbordante éxito alcanzado por Cavalleria rusticana [1890] promovió el desarrollo
instantáneo de una nueva dramaturgia de corte realista, centrada en ambientes sórdidos,
con asuntos violentos y que tomará como protagonistas a los miembros más desfavorecidos
de la sociedad. La avalancha de obras basadas en la nueva estética y el éxito internacional -
a menudo temporal- cosechado por las mismas, consolidó la renovación del melodrama
italiano en un periodo que reclamaba una respuesta al drama wagneriano y a las nuevas
tendencias provenientes de París. De hecho, el verismo fue la primera tendencia operística
en batirse con éxito con el drama wagneriano en Europa y América.
El éxito internacional del verismo propició el cultivo de esta estética más allá de los Alpes,
alcanzando tanto a la ópera francesa como a la alemana o incluso la española –La vida
breve [1913] de Manuel de Falla-.
El siguiente gran éxito del verismo llegó dos años después con un nuevo título compuesto
para una nueva edición del concurso, Pagliacci [1892], de Ruggiero Leoncavallo, centrado
en una compañía ambulante de cómicos en la Italia rural y basada en un suceso real. El aria
«Vesti la giubba» se convirtió, tras su grabación fonográfica en 1907 por el tenor Enrico
Caruso, en el primer disco en vender más de un millón de copias.
Giacomo Puccini es el último gran compositor de ópera italiano y uno de los más populares,
con tres (La bohème [1896], Tosca [1900] y Madama Butterfly [1904]) entre los diez
títulos más interpretados en nuestros días. Fue el más refinado de los compositores
veristas y el más permeable a las corrientes musicales internacionales, especialmente
las francesas.
La generación del 80
La fundación en 1895 de la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma -la
primera orquesta italiana importante no dependiente de un teatro de ópera- constituyó un
hito en el proceso de revitalización de la música sinfónica e instrumental que constituirá el
principal objetivo de una generación de músicos nacidos en torno a 1880.
Neoclasicismo y fascismo
El establecimiento de un lenguaje instrumental italiano se concretó durante la década de
1920 mediante el desarrollo del estilo conocido como Neoclasicismo. Se trata de un estilo -
o conjunto de estilos- que ocupó una relevante posición en la escena musical internacional y
que se caracterizó por el retorno a los formatos (géneros, texturas, formaciones
instrumentales, etc.) propios del Barroco o del Clasicismo, manteniendo un lenguaje
armónico más o menos actualizado. El arraigo del Neoclasicismo fue cualitativamente
superior en Italia que en cualquier otro país y se extendió hasta después de finalizada la II
Guerra Mundial