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Por otro lado, los cambios que se han realizado durante los últimos 30 años en las leyes que
regulan las acciones de planeación y de protección al ambiente, han enfrentado rezagos
normativos que han generado un statu quo difícil de transformar.
Esta forma de regulación sectorial atomizada, continuó hasta principios de la década de los
setenta, cuando se promulgaron algunas disposiciones generales en materia ambiental: la Ley
Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental (LFPCCA), expedida el 23 de
marzo de 1971; el Código Sanitario, con su sección sobre saneamiento ambiental (1973) y la
Ley Federal de Ingeniería Sanitaria (1973).
Durante estos años también se iniciaron los primeros programas de regulación de emisiones
de humos y gases por fuentes fijas y móviles. Así, la LFPCCA fue la primera en materia
ambiental que se publicó en México. Posteriormente, con base en ella, se emitieron tres
reglamentos: para la Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica, Originada por la
Emisión de Humos y Polvos; para la Prevención de la Contaminación de las Aguas; y para
Prevenir y Controlar la Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y Otras Materias.
Tanto la LFPCCA, como sus reglamentos, definieron una política ambiental que regía la
prevención y el control de la contaminación y el mejoramiento, la conservación y la
restauración del medio ambiente, actividades que ya se declaraban de interés público. Por
otra parte, se indicaba que las disposiciones de esta ley y sus reglamentos, como medidas de
salubridad general, regían en toda la República.
Asimismo, estableció que son motivo de prevención, regulación, control y prohibición por parte
del ejecutivo federal, los contaminantes y sus causas, cualquiera que sea su procedencia u
origen, que en forma directa o indirecta, sean capaces de producir contaminación, o
degradación de sistemas ecológicos. Es fundamental indicar que, a partir de la mencionada
ley, en 1972 se creó la Subsecretaría del Mejoramiento del Ambiente, adscrita a la Secretaría
de Salubridad y Asistencia (SSA). De este modo, esa nueva dependencia se erigió como la
primera encargada expresamente de la gestión ambiental. No obstante, en los términos de
esta misma legislación, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) tenía a su cargo la
prevención y control de la contaminación de suelos; la Secretaría de Recursos Hidráulicos
(SRH), la prevención y control de la contaminación del agua, y la Secretaría de Industria y
Comercio (SIC) se encargaba de la prevención y control de la contaminación causada por
actividades industriales o comerciales.
3.1.3.- MODALIDADES.
Su formulación, expedición, ejecución y evaluación es competencia del Gobierno
Estatal, cuando la región incluye parte o la totalidad del territorio de un estado. Cuando
la región a ordenar incluye el territorio de dos o más entidades federativas, el gobierno
federal, se coordina con los gobiernos estatal y municipal, según el caso, en el ámbito
de sus respectivas competencias, mediante la firma de convenios de coordinación.
Cuando la región incluye un área Natural Protegida de competencia Federal, está
deberá participar en su formulación y aprobación.
Tiene como objetivo orientar el desarrollo de los programas sectoriales hacia los sitios,
con mayor aptitud y menor impacto ambiental, identificar áreas de atención prioritaria,
optimizar el gasto público, asegurar la continuidad de las políticas ambientales locales
Local
Su formulación, expedición, ejecución y evaluación es competencia del Gobierno
Municipal cuando el área incluye parte o la totalidad de un municipio.
Cuando el área incluye un área Natural Protegida de competencia Federal, está
deberá participar en su formulación y aprobación.
Tiene como objetivo regular los usos del suelo fuera de los centros de población y
establecer los criterios de regulación ecológica dentro de los centros de población para
la protección, preservación, restauración y aprovechamiento sustentable de los
recursos naturales.
Los planes o programas de desarrollo urbano deberán tomar en cuenta los
lineamientos y estrategias contenidas en estos programas.
3.1.4.- ETAPAS: CARACTERIZACIÓN, DIAGNÓSTICO, PRONÓSTICO – PROSPECTIVA Y
PROPUESTA.
Caracterización
El objetivo es describir el estado de los componentes natural, social y económico del área a
ordenar. Entre las principales actividades y productos se encuentran:
Delimitar e identificar el área a ordenar
Describir los componentes natural, social y económico
Identificar los intereses de los sectores involucrados
Definir, analizar y ponderar las variables que los sectores consideran definen su
aptitud (atributos ambientales) esto mediante talleres de participación pública.
Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de
participación pública
Diagnóstico
El objetivo es identificar y analizar los conflictos ambientales entre los sectores presentes en el
área a ordenar. Entre las principales actividades y productos se encuentran:
Realizar el análisis de aptitud y obtener los mapas para cada uno de los sectores
involucrados. Esto permite conocer, con base en los atributos ambientales requeridos,
que sitio es “apto” o menos “apto” para el desarrollo de una actividad.
Analizar los conflictos ambientales y sinergias entre los sectores que intervienen en el
mismo territorio y compiten por los mismos atributos.
Validar los mapas de aptitud y conflictos y sinergias por los sectores.
Identificar y delimitar en un mapa el área para preservar, proteger y restaurar.
Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de
participación pública
Pronóstico
El objetivo es examinar la evolución de los conflictos ambientales, para lo cual se considera el
comportamiento de las variables naturales, sociales y económicas que pueden influir en el
cambio del patrón de uso y ocupación del territorio. Entre las principales actividades y
productos se encuentran:
Analizar los procesos de deterioro de los atributos ambientales que definen la aptitud
sectorial
Construir escenarios que analicen la demanda de infraestructura y la presión sobre los
recursos naturales asociada a la expansión de las actividades productivas y de los
asentamientos humanos; las condiciones de contorno (de mercado, políticas y
globales); así como el futuro deseable para el territorio.
Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de
participación pública
Propuesta
El objetivo es obtener un patrón de ocupación del territorio que maximice al consenso entre
los sectores, minimice los conflictos ambientales y favorezca el desarrollo sustentable. Entre
las principales actividades y productos se encuentran:
Delimitar las Unidades de Gestión Ambiental (UGAS)
Asignar los lineamientos ecológicosa las UGAs, entendido como la meta o estado
deseado en una UGA.
Definir las estrategias ecológicasque incluyen los objetivos específicos, las acciones,
los programas, los proyectos y los responsables de su realización dirigidos al logro de
los lineamientos ecológicos.
Integrar el Modelo que es la representación en un sistema de información geográfica,
de las unidades de gestión ambiental y sus respectivos lineamientos y estrategias
ecológicas
3.1.5.- PROSPECTIVA AMBIENTAL DEL TERRITORIO NACIONAL.
Desde la década de los años 60, la humanidad está experimentando un "cambio de época"
(De Souza et al., 2001a). En una nueva era surgen formas diferentes de interpretar la realidad
y se transforman las fuentes de comprensión sobre el medio ambiente, orientación y
prioridades en las innovaciones tanto tecnológicas como institucionales (De Souza et
al., 2001b; Gomes et al., 2001; Valle et al., 2001; Mato et al., 2001; Salazar et al., 2001). Por
esta razón, en un "cambio de época" las organizaciones de ciencia y tecnología son
presionadas a hacer nuevas aportaciones y, por eso, este proceso se restringe al mundo de
los expertos.
A partir de los años 70 surgen revoluciones en los ámbitos tecnológico, económico y cultural,
las cuales retan a las instituciones dominantes en la época del industrialismo; y que
moldearon las relaciones de producción y poder, modos de vida y la cultura, desde el siglo
XVIII (Castells, 1996). En consecuencia, se presenta una crisis de legitimidad en la dimensión
del desarrollo institucional (Sachs, 1993) derivada de la pérdida de la vigencia de las "reglas
de juego" predominantes, lo que les genera vulnerabilidad, principalmente, entre las
organizaciones públicas y privadas de investigación agropecuaria, forestal y de desarrollo rural
(De Souza, 2003; Ardila, 1997). En México, esta situación fue evidente durante el sexenio
2000-2006, en el cual se decretó la desincorporación del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), así como de otros 16 organismos
gubernamentales (Cámara de Diputados, 2003; Saldaña et al., 2005).
Cada día hay mayor preocupación de la sociedad por tener un medio ambiente saludable, lo
que plantea nuevos desafíos para el subsector forestal y, en consecuencia, para las
actividades científicas y tecnológicas. Un tema emergente para todas las instituciones
dedicadas a la investigación forestal es, precisamente, la sostenibilidad ambiental (Gomes et
al., 2004; Saldaña et al., 2005; Valle et al., 2005; Moctezuma et al., 2008). El reto es lograr
una dasonomía competitiva, capaz de aportar productos maderables y no maderables de
buena calidad y a precios accesibles a los consumidores, sin causar daño al suelo, agua, aire,
flora y fauna. Además, como las inversiones en investigación sobre el funcionamiento de los
ecosistemas no ofrecen resultados a corto plazo y de manera lucrativa, son tópicos poco
atractivos para las organizaciones de la iniciativa privada. Por ello, es deseable que en el
futuro se destinen recursos (monetarios, de infraestructura y de talentos) procedentes del
sector público, sin embargo, es menester identificar cuáles son los aspectos que deben ser
estudiados con mayor prontitud.
Los estudios prospectivos permiten visualizar hacia adelante y son una herramienta para tratar
de influir en lo que va a pasar, construir el futuro de interés bajo diversos escenarios, para
crear espacios y oportunidades, y fortalecer la sostenibilidad de las instituciones científicas del
subsector forestal. En el presente ensayo se consignan una serie de elementos para
comprender los conocimientos integrados por equipos de investigación que, a su vez, orienten
sobre los factores del ecosistema de los cuales dependerá la sostenibilidad ambiental, y que
deben ser abordados por las instituciones de investigación y manejo forestal. Además, se
documentan algunas acciones estratégicas que conllevan a mejorar la calidad del medio
ambiente.
Para el análisis de la dimensión ambiental se llevaron a cabo acciones previas que facilitaron,
de alguna manera, la homogeneización de la información en los seis países considerados; por
lo tanto, se hizo una nivelación conceptual de los participantes para garantizar la comprensión
de términos con el mismo significado. Así mismo, se identificaron y definieron los factores
críticos del contexto internacional, regional y nacional con influencia en el funcionamiento
actual y futuro de los sistemas de investigación forestal, que atienden al sector primario de
América Latina y el Caribe. Estos se validaron en cada país por medio de informantes clave.
Ante la abundancia de factores críticos (120) determinados y lo poco operativo que resulta una
base de datos de ese tipo, se realizó un agrupamiento en el que se consideraron seis
macrofactores, los cuales sirvieron de fundamento para la construcción del modelo
conceptual: foco u orientación de la investigación; recursos financieros para investigación y
desarrollo; sistemas de gestión de investigación y desarrollo; capacidad técnica; desempeño
de la investigación y desarrollo; y espacios de la investigación y desarrollo públicos y privados.
El modelo prospectivo utilizado fue el Delphi (Figura 1).
La base del modelo se sustenta en dos equipos: 1) el de investigación, que funge como
facilitador del proceso, y 2) el de los expertos, a partir del cual se obtiene la información que
será analizará estadísticamente. El proceso implica, por lo menos, dos vueltas: en caso de
que no exista consenso en la primera, se regresa la información a la fuente para que revaloren
o ratifiquen las calificaciones y se capture nuevamente. El método es una reflexión colectiva
en la que se privilegia la opinión del grupo sobre la individual, con lo cual se evitan sesgos en
las respuestas, además de que el anonimato garantiza la libertad de acción.
Las preguntas planteadas a los panelistas son dos: una relacionada con la importancia de los
temas referentes a la sostenibilidad ambiental, como objetivo para la innovación tecnológica
forestal actual y a futuro, en la investigación dentro del sector público; y la segunda, sobre el
dominio actual de los conocimientos necesarios para realizar avances en la comprensión de
los temas relativos a la sostenibilidad del medio ambiente dentro de las instituciones de
investigación del sector público. La escala de valores que se utiliza para las calificaciones es
de 1 a 10, en la que 1 significa un valor casi nulo y 10 corresponde al extremadamente
elevado. Las medidas estadísticas que se aplican son la mediana y el primer y tercer cuartil.
Para confirmar el consenso se usa el criterio de la diferencia intercuartílica de q 3 – q1 ≤ 2.5. La
necesidad de conocimiento para el desarrollo de los temas de sostenibilidad ambiental, como
objetivo para la innovación tecnológica, se calcula mediante la fórmula:
N = I*(10 – D)
Donde:
N = Necesidad de desarrollo de conocimiento en los temas de sostenibilidad ambiental
I = Importancia futura de la variable
10 – D = Diferencia entre dominio máximo y el dominio evaluado por el panel
A partir del desarrollo de un foro de estrategias para la sostenibilidad del sistema de
investigación forestal de México se diseña una serie de acciones que mejoren su desempeño.
El principal insumo que se proporciona a los expertos son los resultados del panel Delphi.
El número total de expertos que respondieron el cuestionario Delphi fue de 286 (Figura 2).
México participó con 58 panelistas con experiencia reconocida en los ámbitos forestal y
agropecuario, que representaron a 22 instituciones de carácter educativo, de investigación
nacional e internacional, organismos gubernamentales y empresas productoras. Los
especialistas mexicanos constituyeron la quinta parte del total de expertos, solo fue superada
por Panamá y el país con menos informantes clave fue Cuba. Los resultados para México se
consignan en el Cuadro 1.
El dominio actual de los conocimientos quedó sin consenso en cuatro temas, con medianas de
5 a 7; con el dominio de conocimientos en una categoría baja, ya que el único tópico con valor
de 7 es el de zonificación; mientras que manejo y agricultura conservacionista se catalogó
como media. Los temas sin consenso fueron los de germoplasma; prospección y
conservación in-situ y ex-situ; organismos genéticamente modificados e impactos sobre la
agrobiodiversidad; gestión de la calidad; y el uso del agua y gestión de recursos forestales.
Estos tópicos requieren de un nuevo análisis y discusión para tratar de llegar a acuerdos.
Los resultados regionales se obtuvieron de la suma de las medianas correspondientes a los
seis países considerados en el estudio. No hubo temas sin evaluación y los valores máximo y
mínimo fueron de 60 (promedio de medianas evaluadas con 10 y 6, promedio de medianas
calificadas con el valor mínimo de 1) (Cuadro 2).
En el ámbito regional, la importancia actual de los temas no presenta mucha variación. Las
calificaciones se distribuyeron en el intervalo de 30 (importancia baja) a 38 (importancia
mediana). Los mejor evaluados, pero con valores inferiores a lo esperado, fueron gestión de la
calidad y uso del agua, gestión de recursos forestales, germoplasma, prospección y
conservación in-situ y ex-situ. Resalta que el de organismos genéticamente modificados
(transgénicos) y sus impactos sobre el medio ambiente se ubica en la categoría de muy baja
importancia, si se considera la situación de controversia mundial que presenta este tópico
(Cuadro 3).
Respecto al escenario futuro se observa un cambio muy fuerte en las evaluaciones de los
expertos. El intervalo se incrementa de 45 (importancia futura alta) a 54.5 (importancia futura
muy elevada). El tema mejor evaluado en la región es el de la gestión de recursos forestales,
seguido, en forma muy cercana, por la gestión de la calidad y uso del agua, a los cuales se
pueden unir los referentes al germoplasma, prospección y conservación in-situ y ex-
situ; valoración económica de la biodiversidad y de los recursos naturales (en la prestación de
servicios ambientales y para la explotación agropecuaria y forestal sostenible);
aprovechamiento económico sostenible de la biodiversidad y zonificación; y el manejo y
agricultura conservacionista (prevención y control de la erosión, monitoreo de áreas
degradadas). Este conjunto de temas podrían integrar un portafolio de proyectos de
investigación forestal pública. No hay duda, que los dos primeros temas tienen gran potencial
para llenar las agendas de investigación de los próximos años (Cuadro 3).
El grado de consenso fue muy alto (95%); México, Panamá y Venezuela presentaron algunos
disensos, aunque no alteran el nivel de convergencia obtenido. La diferencia predominante en
la importancia actual, en su mayoría, estuvo en un intervalo de 6 puntos, y las calificaciones
más altas se otorgaron en Cuba; las más bajas en Perú. Lo anterior evidencia fuertes
diferencias entre los países, con relación a los aspectos ambientales. Todos los temas
resultaron de alta a extremadamente elevada importancia en Cuba; de alta a mediana
importancia en Brasil y México; y de mediana a baja importancia actual en Panamá, Perú y
Venezuela. Aquellos que se consideraron de muy alta importancia, sus medianas variaron
entre 8 y 10; en tanto que, los evaluados muy bajo, sus medianas fueron de 2.5 a 4, lo cual
refleja el grado de prioridad que se otorga al tema de la sostenibilidad ambiental en cada país.
En general, se puede señalar, que Brasil y Cuba han incorporado a su agenda prioritaria de
investigación forestal, los temas ambientales; en México esa importancia es menor y en
Panamá, Perú y Venezuela es necesario llevar a cabo esfuerzos adicionales para que sean
incorporados.
Los requerimientos de conocimiento que se tienen en México para el desarrollo de los temas
de sostenibilidad ambiental, se muestran en la Figura 3.
Esta Ley fija los criterios para que exista una definición de competencias, así como una
efectiva congruencia, coordinación y participación entre los distintos niveles de gobierno para
la planeación del territorio.
Artículo 2. Todas las personas sin distinción de sexo, raza, etnia, edad, limitación física,
orientación sexual, tienen derecho a vivir y disfrutar ciudades y Asentamientos Humanos
en condiciones sustentables, resilientes, saludables, productivos, equitativos, justos,
incluyentes, democráticos y seguros. Las actividades que realice el estado mexicano para
ordenar el territorio y los Asentamientos Humanos, tiene (sic) que realizarse atendiendo el
cumplimiento de las condiciones señaladas en el párrafo anterior. 3 Es obligación del
estado, a través de sus diferentes órdenes de gobierno, promover una cultura de
corresponsabilidad cívica y social.
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
I. Acción Urbanística: actos o actividades tendientes al uso o aprovechamiento del
suelo dentro de Áreas Urbanizadas o Urbanizables, tales como subdivisiones,
parcelaciones, fusiones, relotificaciones, fraccionamientos, condominios, conjuntos
urbanos o urbanizaciones en general, así como de construcción, ampliación,
remodelación, reparación, demolición o reconstrucción de inmuebles, de propiedad
pública o privada, que por su naturaleza están determinadas en los planes o
programas de Desarrollo Urbano o cuentan con los permisos correspondientes.
Comprende también la realización de obras de equipamiento, infraestructura o
Servicios Urbanos;
II. Área Urbanizable: territorio para el Crecimiento urbano contiguo a los límites del
Área Urbanizada del Centro de Población determinado en los planes o programas
de Desarrollo Urbano, cuya extensión y superficie se calcula en función de las
necesidades del nuevo suelo indispensable para su expansión;
III. Área Urbanizada: territorio ocupado por los Asentamientos Humanos con redes de
infraestructura, equipamientos y servicios;
IV. Asentamiento Humano: el establecimiento de un conglomerado demográfico, con
el conjunto de sus sistemas de convivencia, en un área físicamente localizada,
considerando dentro de la misma los elementos naturales y las obras materiales
que lo integran;
V. Barrio: zona urbanizada de un Centro de Población dotado de identidad y
características propias;
VI. Centros de Población: las áreas constituidas por las zonas urbanizadas y las que
se reserven para su expansión;
VII. Consejo Nacional: El Consejo Nacional de Ordenamiento Territorial y Desarrollo
Urbano;
VIII. Conservación: acción tendente a preservar las zonas con valores históricos y
culturales, así como proteger y mantener el equilibrio ecológico en las zonas de
servicios ambientales;
IX. Conurbación: la continuidad física y demográfica que formen dos o más Centros
de Población;
X. Crecimiento: acción tendente a ordenar y regular las zonas para la expansión
física de los Centros de Población;
XI. Demarcaciones Territoriales: divisiones territoriales de la Ciudad de México a las
que se refiere el artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos;
XII. Densificación: Acción Urbanística cuya finalidad es incrementar el número de
habitantes y la población flotante por unidad de superficie, considerando la
capacidad de soporte del territorio y, en su caso, adecuando los espacios públicos
y sus infraestructuras;
XIII. Desarrollo Urbano: el proceso de planeación y regulación de la Fundación,
Conservación, Mejoramiento y Crecimiento de los Centros de Población;
XIV. Desarrollo Metropolitano: proceso de planeación, regulación, gestión,
financiamiento y ejecución de acciones, obras y servicios, en zonas
metropolitanas, que por su población, extensión y complejidad, deberán participar
en forma coordinada los tres órdenes de gobierno de acuerdo a sus atribuciones;
XV. Desarrollo Regional: el proceso de Crecimiento económico en dos o más Centros
de Población determinados, garantizando el Mejoramiento de la calidad de vida de
la población, la preservación del ambiente, así como la conservación y
reproducción de los recursos naturales;
XVI. Destinos: los fines públicos a que se prevea dedicar determinadas zonas o predios
de un centro de población o Asentamiento Humano;
XVII. Equipamiento Urbano: el conjunto de inmuebles, instalaciones, construcciones y
mobiliario utilizado para prestar a la población los Servicios Urbanos para
desarrollar actividades económicas, sociales, culturales, deportivas, educativas, de
traslado y de abasto;
XVIII. Espacio Público: áreas, espacios abiertos o predios de los asentamientos
humanos destinados al uso, disfrute o aprovechamiento colectivo, de acceso
generalizado y libre tránsito;
XIX. Espacio Edificable: suelo apto para el uso y aprovechamiento de sus propietarios o
poseedores en los términos de la legislación correspondiente;
XX. Fundación: la acción de establecer un nuevo Asentamiento Humano;
XXI. Gestión Integral de Riesgos: el conjunto de acciones encaminadas a la
identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos,
considerándolos por su origen multifactorial y en un proceso permanente de
construcción que involucra a los tres órdenes de gobierno, así como a los sectores
de la sociedad, lo que facilita la implementación de políticas públicas, estrategias y
procedimientos que combatan las causas estructurales de los desastres y
fortalezcan las capacidades de Resiliencia o resistencia de la sociedad.
Comprende la identificación de los riesgos y, en su caso, su proceso de formación,
previsión, prevención, mitigación, preparación, auxilio, recuperación y
reconstrucción;
XXII. Infraestructura: los sistemas y redes de organización y distribución de bienes y
servicios en los Centros de Población, incluyendo aquellas relativas a las
telecomunicaciones y radiodifusión;
XXIII. Megalópolis: sistema de zonas metropolitanas y Centros de Población y sus áreas
de influencia, vinculados de manera estrecha geográfica y funcionalmente. El
umbral mínimo de población de una Megalópolis es de 10 millones de habitantes;
XXIV. Mejoramiento: la acción tendente a reordenar, renovar, consolidar y dotar de
infraestructura, equipamientos y servicios, las zonas de un Centro de Población de
incipiente desarrollo, subutilizadas o deterioradas física o funcionalmente;
XXV. Movilidad: capacidad, facilidad y eficiencia de tránsito o desplazamiento de las
personas y bienes en el territorio, priorizando la accesibilidad universal, así como
la sustentabilidad de la misma;
XXVI. Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos: el ordenamiento
territorial es una política pública que tiene como objeto la ocupación y utilización
racional del territorio como base espacial de las estrategias de desarrollo
socioeconómico y la preservación ambiental;
XXVII. Patrimonio Natural y Cultural: sitios, lugares o edificaciones con valor
arqueológico, histórico, artístico, ambiental o de otra naturaleza, definidos y
regulados por la legislación correspondiente;
XXVIII. Provisiones: las áreas que serán utilizadas para la Fundación de un centro de
población;
XXIX. Reducción de Riesgos de desastres: los esfuerzos sistemáticos dirigidos al análisis
y a la gestión de los factores causales de los desastres, lo que incluye la reducción
del grado de exposición a las amenazas, la disminución de la vulnerabilidad de la
población y la propiedad, y una gestión sensata de los suelos y del medio
ambiente; (ADICIONADA, D.O.F. 6 DE ENERO DE 2020) XXIX Bis. Riesgo: Daños
o perdidas probables sobre un agente afectable, resultado de la interacción entre
su vulnerabilidad y la presencia de un agente perturbador;
XXX. Reservas: las áreas de un centro de población que serán utilizadas para su
Crecimiento;
XXXI. Resiliencia: es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente
expuesta a un peligro para resistir, asimilar, adaptarse y recuperarse de sus
efectos en un corto plazo y de manera eficiente, a través de la preservación y
restauración de sus estructuras básicas y funcionales, para lograr una mejor
protección futura y mejorar las medidas de reducción de riesgos;
XXXII. Secretaría: la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano;
XXXIII. Servicios Urbanos: las actividades operativas y servicios públicos prestadas
directamente por la autoridad competente o concesionada para satisfacer
necesidades colectivas en los Centros de Población;
XXXIV. Sistema Nacional Territorial: delimita las regiones y Sistemas Urbano Rurales que
las integran y establece la jerarquización y caracterización de las zonas
metropolitanas, Conurbaciones y Centros de Población, así como sus
interrelaciones funcionales;
XXXV. Sistemas Urbano Rurales: unidades espaciales básicas del ordenamiento
territorial, que agrupan a áreas no urbanizadas, centros urbanos y asentamientos
rurales vinculados funcionalmente; 7
XXXVI. Usos del suelo: los fines particulares a que podrán dedicarse determinadas zonas
o predios de un Centro de Población o Asentamiento Humano;
XXXVII. Zona Metropolitana: Centros de Población o conurbaciones que, por su
complejidad, interacciones, relevancia social y económica, conforman una unidad
territorial de influencia dominante y revisten importancia estratégica para el
desarrollo nacional;
XXXVIII. Zonificación: la determinación de las áreas que integran y delimitan un
territorio; sus aprovechamientos predominantes y las Reservas, Usos de suelo y
Destinos, así como la delimitación de las áreas de Crecimiento, Conservación,
consolidación y Mejoramiento;
XXXIX. Zonificación Primaria: la determinación de las áreas que integran y delimitan un
centro de población; comprendiendo las Áreas Urbanizadas y Áreas Urbanizables,
incluyendo las reservas de crecimiento, las áreas no urbanizables y las áreas
naturales protegidas, así como la red de vialidades primarias, y
XL. Zonificación Secundaria: la determinación de los Usos de suelo en un Espacio
Edificable y no edificable, así como la definición de los Destinos específicos.
Capítulo Segundo
Principios
Artículo 4. La planeación, regulación y gestión de los asentamientos humanos, Centros de
Población y la ordenación territorial, deben conducirse en apego a los siguientes principios
de política pública:
I. Derecho a la ciudad. Garantizar a todos los habitantes de un Asentamiento
Humano o Centros de Población el acceso a la vivienda, infraestructura,
equipamiento y servicios básicos, a partir de los derechos reconocidos por la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados
internacionales suscritos por México en la materia;
II. Equidad e inclusión. Garantizar el ejercicio pleno de derechos en condiciones de
igualdad, promoviendo la cohesión social a través de medidas que impidan la
discriminación, segregación o marginación de individuos o grupos. Promover el
respeto de los derechos de los grupos 8 vulnerables, la perspectiva de género y
que todos los habitantes puedan decidir entre una oferta diversa de suelo,
viviendas, servicios, equipamientos, infraestructura y actividades económicas de
acuerdo a sus preferencias, necesidades y capacidades;
III. Derecho a la propiedad urbana. Garantizar los derechos de propiedad inmobiliaria
con la intención de que los propietarios tengan protegidos sus derechos, pero
también asuman responsabilidades específicas con el estado y con la sociedad,
respetando los derechos y límites previstos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y esta Ley. El interés público prevalecerá en la
ocupación y aprovechamiento del territorio;
IV. Coherencia y racionalidad. Adoptar perspectivas que promuevan el ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano de manera equilibrada, armónica, racional y
congruente, acorde a los planes y políticas nacionales; así como procurar la
eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos;
V. Participación democrática y transparencia. Proteger el derecho de todas las
personas a participar en la formulación, seguimiento y evaluación de las políticas,
planes y programas que determinan el desarrollo de las ciudades y el territorio.
Para lograrlo se garantizará la transparencia y el acceso a la información pública
de conformidad con lo dispuesto en la presente Ley y demás legislación aplicable
en la materia;
VI. Productividad y eficiencia. Fortalecer la productividad y eficiencia de las ciudades y
del territorio como eje del Crecimiento económico, a través de la consolidación de
redes de vialidad y Movilidad, energía y comunicaciones, creación y
mantenimiento de infraestructura productiva, equipamientos y servicios públicos de
calidad. Maximizar la capacidad de la ciudad para atraer y retener talentos e
inversiones, minimizando costos y facilitar la actividad económica;
VII. Protección y progresividad del Espacio Público. Crear condiciones de habitabilidad
de los espacios públicos, como elementos fundamentales para el derecho a una
vida sana, la convivencia, recreación y seguridad ciudadana que considere las
necesidades diferenciada por personas y grupos. Se fomentará el rescate, la
creación y el mantenimiento de los espacios públicos que podrán ampliarse, o
mejorarse pero nunca destruirse o verse disminuidos. En caso de utilidad pública,
estos espacios deberán ser sustituidos por otros que generen beneficios
equivalentes;
VIII. Resiliencia, seguridad urbana y riesgos. Propiciar y fortalecer todas las
instituciones y medidas de prevención, mitigación, atención, adaptación y
Resiliencia que tengan por objetivo proteger a las personas y su patrimonio, frente
a los riesgos naturales y antropogénicos; así como evitar la ocupación de zonas de
alto riesgo;
IX. Sustentabilidad ambiental. Promover prioritariamente, el uso racional del agua y de
los recursos naturales renovables y no renovables, para evitar comprometer la
capacidad de futuras generaciones. Así como evitar rebasar la capacidad de carga
de los ecosistemas y que el Crecimiento urbano ocurra sobre suelos
agropecuarios de alta calidad, áreas naturales protegidas o bosques, y
X. Accesibilidad universal y movilidad. Promover una adecuada accesibilidad
universal que genere cercanía y favorezca la relación entre diferentes actividades
urbanas con medidas como la flexibilidad de Usos del suelo compatibles y
densidades sustentables, un patrón coherente de redes viales primarias, la
distribución jerarquizada de los equipamientos y una efectiva Movilidad que
privilegie las calles completas, el transporte público, peatonal y no motorizado.
Artículo 5. Toda política pública de ordenamiento territorial, desarrollo y planeación urbana
y coordinación metropolitana deberá observar los principios señalados en el artículo
anterior, sin importar el orden de gobierno de donde emana. Capítulo Tercero Causas de
Utilidad Pública
Artículo 6. En términos de lo dispuesto en el artículo 27, párrafo tercero de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, son de interés público y de beneficio social los
actos públicos tendentes a establecer Provisiones, Reservas, Usos del suelo y Destinos
de áreas y predios de los Centros de Población, contenida en los planes o programas de
Desarrollo Urbano. Son causas de utilidad pública:
I. La Fundación, Conservación, Mejoramiento, consolidación y Crecimiento de los
Centros de Población; 10
II. La ejecución y cumplimiento de planes o programas a que se refiere esta Ley;
III. La constitución de Reservas territoriales para el Desarrollo Urbano;
IV. La regularización de la tenencia de la tierra en los Centros de Población;
V. La ejecución de obras de infraestructura, de equipamiento, de Servicios Urbanos y
metropolitanos, así como el impulso de aquéllas destinadas para la Movilidad;
VI. La protección del Patrimonio Natural y Cultural de los Centros de Población;
VII. La preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección del ambiente
en los Centros de Población;
VIII. La creación, recuperación, mantenimiento y defensa del Espacio Público para uso
comunitario y para la Movilidad;
IX. La atención de situaciones de emergencia debidas al cambio climático y
fenómenos naturales, y
X. La delimitación de zonas de riesgo y el establecimiento de polígonos de
protección, amortiguamiento y salvaguarda para garantizar la seguridad de las
personas y de las instalaciones estratégicas de seguridad nacional. En términos de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las expropiaciones sólo
podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización.
Capítulo Primero
Concurrencia
Artículo 7. Las atribuciones en materia de ordenamiento territorial, asentamientos
humanos, desarrollo urbano y desarrollo metropolitano, serán ejercidos de manera
concurrente por la Federación, las entidades federativas, los municipios y las
Demarcaciones Territoriales, en el ámbito de la competencia que les otorga la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y esta Ley, así como a través de los
mecanismos de coordinación y concertación que se generen. Capítulo Segundo
Atribuciones de la Federación (REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 14 DE MAYO
DE 2019)
Artículo 8. Corresponden a la federación, a través de la Secretaría las atribuciones
siguientes:
I. Formular y conducir la política nacional de asentamientos humanos, así como el
ordenamiento territorial, en coordinación con otras dependencias de la
Administración Pública Federal;
II. Formular el proyecto de estrategia nacional de ordenamiento territorial con la
participación de las dependencias del Poder Ejecutivo Federal, con las entidades
federativas y los municipios;
III. Participar, en coordinación con las entidades federativas y los municipios en la
planeación y promoción de la infraestructura, equipamientos y servicios
metropolitanos;
IV. Expedir los lineamientos en materia de equipamiento, infraestructura, medio
ambiente y vinculación con el entorno, a los que se sujetarán las acciones que se
realicen en materia de uso o aprovechamiento del suelo, así como de vivienda,
financiadas con recursos federales, en términos de la Ley de Vivienda, así como
las de los organismos que financien vivienda para los trabajadores en
cumplimiento a la obligación que consigna el artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos;
V. Promover la implementación de sistemas o dispositivos de alta eficiencia
energética en las obras públicas de infraestructura y Equipamiento Urbano, para
garantizar el Desarrollo Urbano sostenible;
VI. Prever a nivel nacional las necesidades de tierra para Desarrollo Urbano y
vivienda, considerando la disponibilidad de agua determinada 12 por la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales y regular, en coordinación con los
gobiernos de las entidades federativas y de los municipios, los mecanismos para
satisfacer dichas necesidades;
VII. Elaborar, apoyar y ejecutar programas que tengan por objeto satisfacer las
necesidades de suelo urbano y el establecimiento de Provisiones y Reservas
territoriales para el adecuado desarrollo de los Centros de Población, lo anterior
con la colaboración entre las dependencias y entidades de la Administración
Pública Federal correspondientes, con la coordinación entre éstas y los gobiernos
de las entidades federativas y de los municipios, y con la participación y
concertación con los diversos grupos sociales;
VIII. Planear, diseñar, promover y evaluar mecanismos de financiamiento para el
Desarrollo Regional, urbano, y rural, con la participación que corresponda a las
dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, de los gobiernos
de las entidades federativas, de los municipios que sean competentes, y las
Demarcaciones Territoriales, así como a las instituciones de crédito y de los
diversos grupos sociales; (REFORMADA, D.O.F. 14 DE MAYO DE 2019)
IX. Promover y ejecutar la construcción de obras de infraestructura y equipamiento
para el Desarrollo Regional, urbano y rural, en coordinación con los gobiernos
estatales, municipales y las Demarcaciones Territoriales, y con la participación de
los sectores social y privado, impulsando el acceso de todos y todas a los
servicios, beneficios y prosperidad que ofrecen las ciudades;
X. Formular y ejecutar el programa nacional de ordenamiento territorial y desarrollo
urbano, así como promover, controlar y evaluar su cumplimiento;
XI. Participar en la identificación, delimitación y planeación de las Zonas
Metropolitanas y conurbadas a que se refiere esta Ley;
XII. Proponer a las instancias competentes de las entidades federativas y los
municipios la creación de institutos de planeación, observatorios ciudadanos,
consejos participativos y otras estructuras institucionales y ciudadanas, en los
términos de esta Ley;
XIII. Coordinar sus actuaciones con las entidades federativas y los municipios, con la
participación de los sectores social y privado, en la realización de acciones e
inversiones para el ordenamiento territorial de 13 los asentamientos humanos y el
Desarrollo Urbano de los Centros de Población, mediante la celebración de
convenios y acuerdos;
XIV. Asesorar a los gobiernos estatales, municipales y las Demarcaciones Territoriales
que lo soliciten, en la elaboración y ejecución de sus planes o programas de
Desarrollo Urbano y en la capacitación técnica de su personal;
XV. Proponer a las autoridades de las entidades federativas la Fundación de Centros
de Población;
XVI. Verificar que las acciones e inversiones de las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal se ajusten, en su caso, a la legislación y planes o
programas en materia de ordenamiento territorial, Desarrollo Urbano y Gestión
Integral de Riesgos;
XVII. Vigilar las acciones y obras relacionadas con el Desarrollo Regional y urbano que
las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal ejecuten
directamente o en coordinación o concertación con las entidades federativas y los
municipios, así como con los sectores social y privado;
XVIII. Formular recomendaciones para el cumplimiento de la política nacional de
ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y de los convenios y
acuerdos que suscriban las autoridades pertenecientes al Ejecutivo Federal con
los sectores público, social y privado en materia de Desarrollo Regional y urbano,
así como determinar, en su caso, las medidas correctivas procedentes;
XIX. Emitir los criterios y lineamientos normativos para la delimitación territorial de
zonas metropolitanas y conurbaciones; observando la estrategia nacional de
ordenamiento territorial y previa consulta a las entidades federativas;
XX. La expedición de las normas oficiales mexicanas y la vigilancia de su cumplimiento
en las materias previstas en esta Ley;
XXI. Participar en la ordenación y regulación de zonas conurbadas de Centros de
Población ubicados en el territorio de dos o más entidades federativas;
XXII. Fomentar el desarrollo de estudios e investigaciones, así como la capacitación y
asistencia técnica en materia de ordenamiento territorial, Desarrollo Urbano y
Desarrollo Metropolitano;
XXIII. Promover, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, la elaboración de
instrumentos que identifiquen las zonas de alto riesgo ante los fenómenos
perturbadores de origen natural y antropogénicos;
XXIV. Crear y administrar el sistema de información territorial y urbano de conformidad
con lo dispuesto en esta Ley;
XXV. Integrar una red metropolitana que promueva la transferencia de metodologías,
buenas prácticas y la profesionalización e intercambio de información, así como el
desarrollo de proyectos estratégicos conjuntos con la participación de instituciones
académicas y de los sectores privado y social;
XXVI. Procurar, promover, respetar, proteger, garantizar, y tomar las medidas necesarias
para el pleno ejercicio de los derechos humanos relacionados con el ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano;
XXVII. Aprobar con el consejo nacional de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, la
estrategia nacional de ordenamiento territorial, así como sus modificaciones;
XXVIII. Prever el mecanismo que coadyuve, asesore y en su caso represente, los
intereses de los habitantes ante cualquier autoridad administrativa o jurisdiccional,
con especial atención a mujeres y a los sectores más desfavorecidos;
XXIX. Asesorar a las entidades federativas, los municipios y las Demarcaciones
Territoriales para asegurar la correcta distribución competencial entre los niveles
de gobierno;
XXX. Impulsar programas que propicien la uniformidad de trámites, permisos y
autorizaciones en la materia;
XXXI. Elaborar programas y acciones para la reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero, en el ámbito de las competencias de la presente Ley y de
conformidad con el marco legal vigente, los tratados internacionales aprobados y
demás disposiciones jurídicas aplicables, e informará (sic) anualmente de sus
avances, y
XXXII. Las demás que les señale esta Ley y otras disposiciones jurídicas.
Artículo 9. La Secretaría, expedirá normas oficiales mexicanas que tengan por objeto
establecer lineamientos, criterios, especificaciones 15 técnicas y procedimientos para
garantizar las medidas adecuadas para el ordenamiento territorial, el Desarrollo Urbano y
Desarrollo Metropolitano únicamente en los siguientes aspectos:
I. La estructura de la red de vialidades primarias en los asentamientos humanos,
Centros de Población y sus áreas de Crecimiento, y para las obras de cabecera y
la Movilidad urbana;
II. La custodia y aprovechamiento de las zonas de valor ambiental no urbanizables,
incluyendo las primeras dunas de las playas, vados de ríos, lagos y vasos
reguladores de agua, para la Resiliencia urbana;
III. La homologación de terminología para la jerarquización de espacios públicos y
equipamientos en los planes o programas de Desarrollo Urbano;
IV. La homologación de contenidos, metodologías y expresión gráfica para la
elaboración de los planes y programas en la materia, y los criterios para su
actualización con una visión de largo plazo, y
V. La prevención y atención de contingencias en los Centros de Población para el
fortalecimiento de la Resiliencia. Mismas que deberán ser observadas por los tres
órdenes de gobierno. Capítulo Tercero Atribuciones de las entidades federativas
Artículo 10. Corresponde a las entidades federativas:
I. Legislar en materia de asentamientos humanos, Desarrollo Urbano y ordenamiento
territorial, así como para la planeación, gestión, coordinación y desarrollo de las
conurbaciones y zonas metropolitanas, en sus jurisdicciones territoriales,
atendiendo a las facultades concurrentes previstas en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y en lo dispuesto por esta Ley;
II. Establecer normas conforme a las cuales se promoverá y dará participación a la
ciudadanía en los procesos de planeación, seguimiento y evaluación a que se
refiere esta Ley; 16
III. Promover el cumplimiento y la efectiva protección de los derechos humanos
relacionados con el Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos, el
Desarrollo Urbano y la vivienda;
IV. Aplicar y ajustar sus procesos de planeación a la estrategia nacional de
ordenamiento territorial;
V. Formular, aprobar y administrar su programa estatal de ordenamiento territorial y
desarrollo urbano, así como vigilar y evaluar su cumplimiento con la participación
de los municipios y la sociedad;
VI. Promover y decretar la Fundación de nuevos Centros de Población, a partir de las
propuestas que hagan la Secretaría o los municipios;
VII. Analizar y calificar la congruencia y vinculación con la planeación estatal, que
deberán observar los distintos programas municipales de Desarrollo Urbano,
incluyendo los de conurbaciones o zonas metropolitanas, a través de dictámenes
de congruencia estatal;
VIII. Inscribir en el Registro Público de la Propiedad, a petición de parte, los planes y
programas municipales en materia de Desarrollo Urbano, Reservas, Usos del
suelo y Destinos de áreas y predios, cuando éstos tengan congruencia y estén
ajustados con la planeación estatal y federal;
IX. Establecer las normas conforme a las cuales se efectuará la evaluación del
impacto urbano y territorial de las obras o proyectos que generen efectos
significativos en el territorio; las cuales deberán estar incluidas en los planes de
Desarrollo Urbano;
X. Participar, conforme a la legislación federal y local, en la constitución y
administración de Reservas territoriales, la dotación de infraestructura,
equipamiento y Servicios Urbanos, la salvaguarda de la población que se ubique
en los polígonos de protección y amortiguamiento determinados por los planes de
Desarrollo Urbano; así como en la protección del Patrimonio Natural y Cultural, y
de las zonas de valor ambiental del equilibrio ecológico de los Centros de
Población;
XI. Intervenir en la prevención, control y solución de los asentamientos humanos
irregulares, en los términos de la legislación aplicable y de conformidad con los
programas de Desarrollo Urbano, de conurbaciones y zonas metropolitanas
incluyendo el enfoque de género y el marco de los derechos humanos;
XII. Emitir y, en su caso, modificar la legislación local en materia de Desarrollo Urbano
que permita contribuir al financiamiento e instrumentación del ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano y Desarrollo Metropolitano en condiciones de
equidad, así como para la recuperación de las inversiones públicas y del
incremento de valor de la propiedad inmobiliaria generado por la consolidación y el
crecimiento urbano;
XIII. Participar en la planeación y regulación de las zonas metropolitanas y
conurbaciones, en los términos previstos en esta Ley y en las leyes de las
entidades federativas que, en su caso, corresponda;
XIV. Establecer y participar en las instancias de coordinación metropolitana en los
términos de esta Ley;
XV. XV. Coordinar sus acciones con la Federación, con otras entidades federativas sus
municipios o Demarcaciones Territoriales, según corresponda, para el
Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos y la planeación del
Desarrollo Urbano y Desarrollo Metropolitano; así como para la ejecución de
acciones, obras e inversiones en materia de infraestructura, equipamiento y
Servicios Urbanos, incluyendo las relativas a la Movilidad y a la accesibilidad
universal;
XVI. Convenir con los sectores social y privado la realización de acciones e inversiones
concertadas para el Desarrollo Regional, Desarrollo Urbano y Desarrollo
Metropolitano, atendiendo a los principios de esta Ley y a lo establecido en las
leyes en la materia;
XVII. Apoyar a los municipios que lo soliciten, en la administración de los servicios
públicos municipales, en los términos de las leyes aplicables;
XVIII. Evaluar y dar seguimiento, en los términos de las leyes locales relativas, al
impacto urbano o regional de obras y proyectos que generen efectos en el territorio
de uno o más municipios de la entidad de que se trate;
XIX. Apoyar a las autoridades municipales que lo soliciten, en la administración de la
planeación del Desarrollo Urbano, o convenir con ellas la transferencia de
facultades estatales en materia urbana, en términos de los convenios que para ese
efecto se celebren;
XX. Imponer sanciones administrativas a los infractores de las disposiciones jurídicas y
de los programas estatales de Desarrollo 18 Urbano y Desarrollo Metropolitano,
conforme a lo que prevea la Ley General de Responsabilidades Administrativas,
así como dar vista a las autoridades competentes, para la aplicación de las
sanciones que en materia penal se deriven de las faltas y violaciones a tales
disposiciones;
XXI. Aplicar y promover las políticas y criterios técnicos de las legislaciones fiscales,
que permitan contribuir al financiamiento del ordenamiento territorial y el Desarrollo
Urbano, Desarrollo Regional y Desarrollo Metropolitano en condiciones de
equidad, así como la recuperación del incremento de valor de la propiedad
inmobiliaria generado por la consolidación y el Crecimiento urbano;
XXII. Formular y aplicar las políticas, así como realizar las acciones en materia de
estructuración urbana, gestión del suelo, Conservación del Patrimonio Natural y
Cultural y accesibilidad universal, incluyendo la Movilidad;
XXIII. Evaluar y dar seguimiento, en los términos de las leyes locales aplicables al
impacto territorial de obras y proyectos que generen efectos en el territorio de uno
o más municipios de la entidad de que se trate;
XXIV. Prevenir y evitar la ocupación por asentamientos humanos en zonas de alto riesgo,
de conformidad con los atlas de riesgo y en los términos de la legislación aplicable;
XXV. Establecer en las leyes y reglamentos de la materia, los lineamientos a los que
habrán de sujetarse las autorizaciones, licencias o permisos relacionados con las
diferentes acciones urbanísticas, en las cuales se debe prever por lo menos las
formalidades y requisitos, procedimientos, causas de improcedencia, tiempos de
respuesta, medios de impugnación, medidas de seguridad y sanciones, causas de
revocación y efectos para la aplicación de afirmativas o negativas fictas, tendientes
a garantizar la seguridad jurídica y la máxima transparencia en los actos de
autoridad en la materia;
XXVI. Atender las consultas que realicen los municipios sobre la apropiada congruencia,
coordinación y ajuste de sus planes y programas municipales en materia de
Desarrollo Urbano, y
XXVII. Las demás que les señalen esta Ley y otras disposiciones jurídicas federales y
locales.
El vicio de incompetencia
Pero ha de añadirse, a renglón seguido, que no debe perderse de vista que en el reparto
competencial efectuado por la CE es a las comunidades autónomas a las que se ha atribuido
la competencia exclusiva sobre el urbanismo, y por ende es a tales entes públicos a los que
compete emanar normas que afecten a la ordenación urbanística, en el sentido más arriba
expuesto.” Tres son las competencias estatales más importantes mediante las cuales puede el
Estado incidir legítima y puntualmente sobre el urbanismo: la propiedad urbana, tanto en su
vertiente jurídico-pública de delimitación de su contenido y su protección frente al poder
público, cuanto en su dimensión civil o de relaciones entre particulares; la expropiación
forzosa y los respectivos criterios de valoración, así como la responsabilidad administrativa.
Todas ellas giran en torno al urbanismo en sentido subjetivo, a los derechos y deberes
básicos de los ciudadanos, en esencia, en derredor de la propiedad en sentido amplio y su
sistema de garantías (indemnizatoria y de procedimiento). Hay otras competencias que
también podrán enmarcar, de algún modo, al urbanismo (y, por extensión, a la vivienda y
ordenación del territorio), aunque, aquí y ahora, en menor medida.
b) Las competencias sectoriales con dimensión espacial o física, para cuyo ejercicio el Estado
podrá recurrir a la planificación territorial y a fórmulas de coordinación; lo cual, por otra parte,
supondrá un lógico condicionamiento de la estrategia territorial que las comunidades
autónomas pretendan llevar a cabo a través de su competencia en materia de ordenación del
territorio y urbanismo. Esos títulos sectoriales podrán atribuirle también competencias de
ejecución.
La
Los sectores primario y secundario han sufrido las más drásticas modificaciones. Las
actividades agropecuarias perdieron su importancia relativa en forma continua y, en el período
1921-1935, la agricultura experimentó incluso una disminución absoluta al bajar de 4 652
millones de pesos constantes a 4 282, con un decremento medio anual del 0.8%. De esta
forma, en 1940 su participación en el PIB total era del 19.4%.
A partir de esa fecha, aunque con crecimientos absolutos significativos, ha sufrido una
continua pérdida de importancia hasta alcanzar el 8.3% del PIB en 1980 (Véase Cuadro 1). La
agricultura ha llegado en la actualidad a ser un mero apéndice de la industria. El sector
secundario ha sido el más dinámico de la economía y, en general, tuvo un incremento
sistemático de su participación en lo que va del siglo. Prácticamente todas sus ramas
aumentan a un ritmo dos o tres veces mayor que la tasa global de crecimiento, sobresaliendo
la electricidad, el petróleo y la industria de transformación. De este modo, de absorber el
16.7% del PIB total nacional en 1900, pasó al 27.6% en 1940 y al 37.3% en 1980.
Finalmente, el terciario experimentó una tenue disminución alcanzando en 1970 el 51.3% del
total nacional. A nivel de ramas, es creciente la participación del gobierno siendo más ligera la
de la rama comercial que, con mucho, es la principal del sector. En contrapartida,
disminuyeron los servicios. En lo que va del siglo, por tanto, se revela nítidamente que México
ha sufrido una gran transformación y en la actualidad desde el punto de vista de su estructura
económica emerge como una nación esencialmente industrial. La modificación de la
estructura productiva ha tenido un impacto directo en el proceso de urbanización.
En 1900, de 13.6 millones de habitantes el 10.5% eran urbanos, esto es, que vivían en
localidades de más de 15 000 habitantes. Cuarenta años después el porcentaje se duplica,
alcanzando el 20% de la población total de 1940. A partir de este año la participación de la
población urbana aumenta en forma permanente, alcanzando el 44.9% en 1970. Según
proyecciones para 1980 y 1990 este porcentaje será de 52.8% y 60.6%, respectivamente
(Véase Cuadro 2). Dentro de este período el número de ciudades ha aumentado también en
forma ininterrumpida.
En 1900 sólo existían 33 ciudades que pasaron a 39 en 1921. Para 1940 se tenían 55, las que
más que se duplicaron en los veinte años siguientes hasta alcanzar 123 en 1960. En el
decenio 1960-1970 aparecieron 55 nuevas localidades urbanas para conformar una jerarquía
de 178 ciudades en 1970. Según proyecciones, el sistema urbano está constituido en 1980
por 258 y en 1990 lo conformarán 378 ciudades (Véase Cuadro 2). ¿Qué función fundamental
desempeña el aumento de ciudades para el desarrollo económico?
Álamos es un municipio del estado de Sonora donde se ejerce una fuerte presión sobre los
recursos naturales con los que cuenta; carece de oferta de empleos bien remunerados, tiene
un grado de accesibilidad muy bajo, entre otros muchos aspectos, lo que lo convierte en uno
de los municipios de mayor marginación y rezago en el estado, en contraste, la riqueza
biológica que posee lo ubica como uno de los más importantes del país.
La economía del municipio tiene sustento en la cría y venta de ganado, la extracción de
productos forestales y la ocupación de los integrantes de las comunidades rurales en
jornaleros de los ranchos productores de ganado en gran escala. La agricultura se practica
para autoconsumo con alto grado de siniestralidad como resultado de las limitaciones
económicas prevalecientes. En el caso particular de los problemas que enfrenta la ganadería,
menciona carencia de prácticas productivas sustentables, desertificación y degradación de los
agostaderos, deficiente infraestructura productiva, estrecha cobertura financiera, insolvencia
financiera y cartera vencida, entre otras.
Aun cuando la ganadería extensiva se mantiene como la principal actividad económica en
esta zona, se realizan otras actividades productivas como la agricultura de temporal. Los
principales cultivos son el ajonjolí, sorgo forrajero, maíz, frijol y cacahuate. Esta actividad
enfrenta serias limitantes, además de las lluvias escasas y erráticas, la falta de créditos y
comercialización, haciéndola poco rentable y orillando a los productores a emigrar a las
grandes ciudades y a los valles en busca de trabajo.
La problemática socio-ambiental que se vive se caracteriza por ser compleja y heterogénea.
Compleja porque es el resultado de impactos causados por diferentes actividades económicas
a lo largo de su historia y heterogénea porque la manifestación de ellos ha sido variada en su
territorio. El municipio presenta fenómenos de deforestación, erosión, sobrepastoreo, pérdida
de biodiversidad y alteraciones del clima. Otros problemas que se presentan son la escasez y
disponibilidad de agua y la práctica de actividades ilícitas. Acompañando los aspectos
ambientales se encuentran los socioeconómicos que se traducen en la falta de empleo,
marginación y pobreza, así como la dificultad para el acceso en las partes altas del municipio.
En este contexto los mismos autores definen el desarrollo territorial como un proceso de
transformación productiva e institucional en un espacio rural determinado cuyo fin es reducir la
pobreza rural. Por una parte, los sectores productivos se deben concebir como los sujetos de
las acciones encaminadas a superar los rezagos socioeconómicos y articularse competitiva y
sustentablemente a mercados más dinámicos; por otra parte, el desarrollo institucional dirigido
a estimular y facilitar la interacción y concertación de los actores locales entre sí y entre ellos
con agentes externos relevantes.
Para el enfoque del desarrollo territorial requiere la definición, instalación y poder de gestión
de una nueva institucionalidad territorial que empodere a las comunidades, abriéndoles el
camino a la autogestión, la autonomía y la corresponsabilidad en el desarrollo de sus propias
realidades. Precisa que ese empoderamiento trasciende lo local, pues considera que el
territorio implica las relaciones existentes entre los diferentes niveles locales, regionales,
nacionales y globales, tan determinantes en el panorama globalizado del mundo actual. Estas
relaciones se van a constituir en redes de apoyo a las instituciones del territorio y van a
permitir avanzar hacia procesos de democratización más coherentes, que vayan más allá de
las formalidades del voto, la división de poderes y las políticas de demanda.
La perspectiva territorial del desarrollo rural sustentable busca formular una propuesta
centrada en las personas y afianzada en los puntos de interacción entre los sistemas
socioculturales y los sistemas ambientales. Así mismo, se asociada a iniciativas innovadoras
que se fundamentan en la articulación de capacidades locales y en las ventajas comparativas
de las comunidades.
El proceso de planeación de los recursos naturales puede ser definido como un mecanismo
que permite aprovechar los recursos con que se cuenta, propiciar la negociación de los
actores, invertir de manera efectiva y articular los esfuerzos de las distintas iniciativas que se
desarrollan en las comunidades, comarcas y municipios. Se materializa en planes, normas,
programas que son siempre resultados de una investigación real realizada en la evaluación de
los recursos naturales de una región, localidad, comunidad o territorio. plantea que, uno de los
mayores retos de la planeación de recursos naturales sigue siendo el ajustar las estrategias
de conservación y mantenimiento ecológico dentro de aquellas políticas de desarrollo rural y
programas en los que la conservación no es el objetivo central; es por ello que los recursos
naturales juegan un papel principal en los sistemas de vida de muchos países pobres, aún en
aquellos severamente modificados o degradados. Por su parte, señala que el nuevo tipo de
planeación debe contener las siguientes características: participativa, consensuada,
articuladora e integradora.
Actualmente, la connotación de territorio tiene que ver con los elementos materiales, bióticos y
abióticos que le son intrínsecos de manera natural; a su vez, se asume que este experimenta,
por efecto de la acción social, una transformación que le otorga una dimensión cultural y
simbólica. Al mismo tiempo, tiene un valor de uso y de cambio con lo cual se le asigna una
dimensión económica, que se encuentra asociada a los procesos de acumulación del capital
que en su interior se desarrollan Dolfus, 1976. Toda acción de ordenamiento territorial se
realiza sobre un espacio en el cual existe una organización resultada de la interacción
sociedad-naturaleza, a través del tiempo.
Una de las aportaciones relevantes de la nueva concepción de los procesos socio-
ambientales es la idea de concebir al territorio como recurso y factor de desarrollo y no solo
como soporte físico para las actividades y los procesos económicos. En función de que en la
nueva visión el desarrollo sustentable de una región implica una creciente conciencia
ecológica y de responsabilidad colectiva de respeto al medio ambiente, el ordenamiento
ecológico del territorio puede jugar un papel estratégico.