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III.

- ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO Y URBANISNO

Con la denominación de planificación territorial, ordenación del territorio u ordenamiento


territorial, se conoce a la ciencia interdisciplinaria que es a su vez ciencia aplicada, política y
técnica administrativa, concebida con un enfoque interdisciplinario y global, que analiza,
desarrolla y gestiona los procesos de planificación y desarrollo de los espacios
geográficos y territorios, tanto urbanos como rurales, a menudo regiones administrativas
determinadas de escala local, regional o nacional, según sus posibilidades ambientales,
económicas y sociales, propiciando su desarrollo sostenible.
La ciencia que más ha aportado al desarrollo de la planificación territorial es la geografía,
debido a su visión integradora de todos los elementos físicos o naturales, económicos,
políticos y culturales que coexisten en el territorio.
La disciplina se imparte en algunas universidades como estudio independiente, del campo de
la geografía; en otras es impartida como una especialización de la licenciatura
de planificación, geografía, arquitectura, ingeniería civil, urbanismo, geomática o ingeniería en
cartografía y geodesia. La planificación territorial suele ser responsabilidad de
la administración pública en sus distintos niveles (local, regional, nacional y supranacional).
Mientras en España también se utiliza el término ordenación territorial para denominar a la
disciplina, en algunos países hispanoamericanos prefieren el término ordenamiento territorial.
Otro concepto sinónimo o estrechamente relacionado es planificación regional (Regional
Planning).
La Planificación Territorial es sinónimo de las prácticas de planeamiento urbanístico en los
Estados Unidos, pero a escalas más grandes y el término se utiliza a menudo en referencia a
los esfuerzos de planificación en los países europeos. Las disciplinas profesionales que están
implicadas en la Planificación Territorial incluyen la Planificación del uso del suelo, la
planificación urbana o planeamiento urbanístico, la planificación regional, la gestión ambiental,
la geografía humana y la economía. El objetivo supremo de la Planificación Territorial es
el desarrollo sostenible en distintas escalas, como ser el desarrollo local, el desarrollo regional,
etc., y a menudo resulta en la creación de un Plan Territorial de Ordenamiento y Desarrollo
o plan de ordenamiento Territorial (POT).
Por su parte, el urbanismo es el conjunto
de disciplinas que se encarga del estudio
de los asentamientos humanos para su
diagnóstico, comprensión e intervención.
El urbanismo utiliza a la geografía urbana
como herramienta fundamental, e intenta
comprender los procesos urbanos a fin de
planificar las intervenciones para la
cualificación del espacio. El
término urbanismo se originó a finales del
siglo XIX con el ingeniero-arquitecto
catalán Ildefonso Cerdá, cuya intención
era crear una actividad autónoma centrada
en la organización espacial de la ciudad.
La urbanística es el conjunto de técnicas que derivadas del urbanismo sirven para la
intervención urbana, en ellas se sistematizan los procesos urbanos a fin de lograr una eficacia
de la intervención urbana. Existen diversas corrientes del pensamiento urbanístico a decir de
la planificación estratégica, el planeamiento urbanístico, la renovación urbana, entre otras.
De manera concreta es la acción de urbanización la que interviene en búsqueda de la
organización de la ciudad y el territorio.
La denominación de quienes se dedican a esta profesión son los urbanistas, sin embargo de
acuerdo a las normas de los países y las regiones estos pueden llamarse planificadores
urbanos, peritos en urbanismo, técnicos en urbanismo, ingenieros catastrales. En
muchos países, el urbanismo es una especialización o extensión de las profesiones
de planificación, geografía, arquitectura o ingeniería civil.
La urbanística es la planificación de los diversos lugares y ambientes en los que se desarrolla
la vida material, sentimental y espiritual en todas sus manifestaciones, individuales y
colectivas, y comprende tanto los asentamientos urbanos como los rurales. La urbanística no
puede someterse en exclusiva a las normas de un esteticismo gratuito, sino que su naturaleza
es esencialmente funcional.
Generalmente se entiende que el
urbanismo no es más que la práctica de la
urbanística, la cual es la disciplina
científica correspondiente a la ciencia y
arte de la planificación urbana. El
urbanismo tradicionalmente se ha
asociado a la planificación y
la arquitectura en cuanto a que estas
disciplinas se aplica al conjunto de
conocimientos prácticos que proporcionan
las bases fundamentales para resolver los
problemas de las ciudades. Esta dualidad
permite entrever el carácter descriptivo y
explicativo de la urbanística como ciencia
frente al carácter prescriptivo del
urbanismo como práctica o técnica,
incluso como arte, aunque ambos
enfoques son parcialmente correctos y se
realimentan mutuamente.

 Las teorías de la urbanística están en estrecha relación y convergen con otras


disciplinas interesadas en el estudio de la ciudad y el territorio y en la intervención
sobre ambos como: la planificación la arquitectura, la ingeniería civil, las ciencias
políticas, la ecología, la geografía, la economía, el derecho, la sociología, etc., así
otras ciencias humanas como: la historia, la antropología, la lingüística,
la semiótica, etc.
 Como campo profesional, las prácticas y técnicas de planificación urbana
intervienen en la aplicación de las políticas urbanas de equipamientos,
de vivienda, de infraestructuras y transporte, de medio ambiente y protección a la
naturaleza, de gestión de Recursos, etc.
El bienestar de la población (residente o forastera) que habita o se encuentra ocasionalmente
en la ciudad o el territorio constituye el objeto último de la urbanización, término que fue
acuñado por Ildefonso Cerdá el cual describía así la referida actividad:
«He aquí las razones filosóficas que me indujeron y decidieron a aportar la
palabra urbanización, no sólo para indicar cualquier acto que tienda a agrupar la
edificación y a regularizar su funcionamiento en el grupo ya formado, sino también el
conjunto de principios, doctrinas y reglas que deben aplicarse, para que la edificación
y su agrupamiento, lejos de comprimir, desvirtuar y corromper las facultades físicas,
morales e intelectuales de hombre social, sirvan tanto para fomentar su desarrollo y
vigor como para aumentar el bienestar individual, cuya suma forma la felicidad
pública».
3.1.- ORDENAMIENTO ECOLOGICO DEL TERRITORIO.

El Ordenamiento Ecológico es el Instrumento de Política Ambiental cuyo objetivo es regular o


inducir el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del
medio ambiente y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a partir del
análisis de las tendencias de deterioro y las potencialidades de aprovechamiento de los
mismos.

Los Ordenamientos Ecológicos General del Territorio y Marinos son competencia de la


federación, a través de la SEMARNAT con la participación de otras dependencias de la
Administración Pública Federal.

El Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos


Naturales 2013-2018 contienen diversas líneas de acción relacionadas con ordenamiento
ecológico y mares y costas México, entre las que destaca el impulso de una política en mares
y costas que promueva oportunidades económicas, fomente la competitividad, la coordinación
y enfrente los efectos del cambio climático protegiendo los bienes y servicios ambientales.

El Golfo de California fue el primer ordenamiento ecológico de modalidad marina expedido en


el país, en el 2006. El Golfo de México y Mar Caribe fue decretado en 2012 y el ordenamiento
ecológico del Pacífico Norte fue aprobado en 2015 y está en proceso de decreto.

3.1.1.- MARCO CONCEPTUAL Y JURIDICO.

La responsabilidad del manejo de los asuntos ambientales, y en particular del ordenamiento


ecológico, ha transitado por varias instituciones; esta característica ha provocado sesgos
hacia ciertas disciplinas del conocimiento propias de los sectores que han abordado el tema.
La planeación de los usos del suelo ha carecido de una adecuada integración y de continuidad
por parte de las diversas administraciones.

Por otro lado, los cambios que se han realizado durante los últimos 30 años en las leyes que
regulan las acciones de planeación y de protección al ambiente, han enfrentado rezagos
normativos que han generado un statu quo difícil de transformar.

Es importante reconocer que el desarrollo de la legislación ambiental en México es posible


gracias al amparo de las disposiciones relativas al derecho de propiedad, contenidas en el
artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. En dicho
artículo se reconoce la propiedad como un concepto de eminente función social. Esta idea
anula la concepción napoleónica de la propiedad absoluta, permitiendo a la nación condicionar
el uso de los recursos naturales. También da fundamento a los poderes públicos para imponer
limitaciones a los impulsos puramente económicos de los usufructuarios del suelo y sus
recursos, en aras de un desarrollo equilibrado.

El primer antecedente de planeación en nuestro país que considera, al menos


tangencialmente, lo relativo al territorio y los recursos naturales, es la Ley de Planeación
General de la República Mexicana, publicada el 12 de julio de 1930. Otra ley que podemos
considerar como antecedente de la normativa ambiental actual, aún cuando tiene una
aplicación restringida, es la de Conservación del Suelo y Agua, promulgada en julio de 1946,
con la intención de proteger legalmente los recursos naturales. Posteriormente, surgen otras
iniciativas para normar el uso de los recursos naturales y la tenencia de la tierra, pero tienen
un enfoque sectorial, no ambiental. Es decir, cada ley que involucraba algún aspecto del
medio ambiente, ya fuera para regular la protección, el aprovechamiento o incluso la
eliminación de recursos naturales, no iba más allá de los aspectos e implicaciones que
tuvieran que ver directamente con el sector en cuestión, ya fuera industrial, forestal, agrícola,
etcétera.

La década de los setenta

Esta forma de regulación sectorial atomizada, continuó hasta principios de la década de los
setenta, cuando se promulgaron algunas disposiciones generales en materia ambiental: la Ley
Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental (LFPCCA), expedida el 23 de
marzo de 1971; el Código Sanitario, con su sección sobre saneamiento ambiental (1973) y la
Ley Federal de Ingeniería Sanitaria (1973).

Durante estos años también se iniciaron los primeros programas de regulación de emisiones
de humos y gases por fuentes fijas y móviles. Así, la LFPCCA fue la primera en materia
ambiental que se publicó en México. Posteriormente, con base en ella, se emitieron tres
reglamentos: para la Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica, Originada por la
Emisión de Humos y Polvos; para la Prevención de la Contaminación de las Aguas; y para
Prevenir y Controlar la Contaminación del Mar por Vertimiento de Desechos y Otras Materias.

Tanto la LFPCCA, como sus reglamentos, definieron una política ambiental que regía la
prevención y el control de la contaminación y el mejoramiento, la conservación y la
restauración del medio ambiente, actividades que ya se declaraban de interés público. Por
otra parte, se indicaba que las disposiciones de esta ley y sus reglamentos, como medidas de
salubridad general, regían en toda la República.

Asimismo, estableció que son motivo de prevención, regulación, control y prohibición por parte
del ejecutivo federal, los contaminantes y sus causas, cualquiera que sea su procedencia u
origen, que en forma directa o indirecta, sean capaces de producir contaminación, o
degradación de sistemas ecológicos. Es fundamental indicar que, a partir de la mencionada
ley, en 1972 se creó la Subsecretaría del Mejoramiento del Ambiente, adscrita a la Secretaría
de Salubridad y Asistencia (SSA). De este modo, esa nueva dependencia se erigió como la
primera encargada expresamente de la gestión ambiental. No obstante, en los términos de
esta misma legislación, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) tenía a su cargo la
prevención y control de la contaminación de suelos; la Secretaría de Recursos Hidráulicos
(SRH), la prevención y control de la contaminación del agua, y la Secretaría de Industria y
Comercio (SIC) se encargaba de la prevención y control de la contaminación causada por
actividades industriales o comerciales.

Es decir, la gestión ambiental hasta ese momento permanecía atomizada en distintas


dependencias gubernamentales, todas ellas de carácter federal. Hasta mediados de los
setenta, no existía una política de usos del suelo que integrara aspectos ambientales al
desarrollo urbano-regional. Sin embargo, fue en 1976 con la Ley General de Asentamientos
Humanos, emitida el 26 de mayo,
La Ley Federal de Protección al Ambiente
El principal instrumento jurídico de esta nueva Secretaría fue la Ley Federal de Protección al
Ambiente (LFPA), segunda ley sobre medio ambiente de aplicación nacional; ésta fue
publicada el 11 de enero de 1982 y dos años después, el 27 de enero de 1984, sufrió
importantes reformas y adiciones.
La LFPA incluyó, por primera vez, el concepto de ordenamiento ecológico, que aparece
relacionado con el diagnóstico ambiental y con el manejo y la conservación de los recursos
naturales. Desde entonces, el ordenamiento se reconoce como un instrumento básico en el
proceso de planeación “…fundamental para la búsqueda del mejoramiento productivo y el
incremento del nivel de vida de la población”. Sin embargo, ante un fundamento constitucional
poco actualizado en materia ambiental y ante la falta de reglamentación —mientras no se
expidieran los reglamentos previstos en la LFPA, continuaban vigentes los de la ley anterior—
existían serias inconsistencias para su aplicación.
Otra inconveniencia era que dicha ley, por ser federal, dificultaba responsabilizar e involucrar
a las autoridades locales en las funciones previstas. Tanto para las autoridades como para los
particulares, era clara la necesidad de una mejor regulación. El 5 de enero de 1983, se publicó
la nueva Ley de Planeación, que establece entre sus principales objetivos el desarrollo integral
del país, en la consecución de los alcances políticos, sociales, culturales y económicos
contenidos en la constitución.
A partir de esta ley, el gobierno federal continúa su labor de planificación ambiental,
instrumentando proyectos de ordenamiento ecológico del territorio para zonas y áreas
prioritarias para el desarrollo nacional. La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección
al Ambiente Las experiencias anteriores constituyeron la base para la creación de la tercera
ley para el medio ambiente. El 28 de enero de 1988, se publicó en el Diario Oficial de la
Federación la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA).
Tales circunstancias dieron lugar también al desarrollo de legislaciones ambientales de
carácter estatal y municipal. Desde entonces —aunque fue ampliamente reformada en 1996—
se reconoce en la LGEEPA un fundamento jurídico central en la política ambiental nacional
con atribuciones generales en materia de planificación y coordinación en asuntos ecológico
Además de recoger los conceptos de los artículos 27 y 73 constitucionales, que
fundamentaban las bases para la protección al ambiente, la preservación del equilibrio
ecológico y el desarrollo equilibrado del país, establecía que el uso del suelo debía ser
compatible con su vocación y definía que se debían reglamentar las formas adecuadas del
aprovechamiento de los recursos naturales.
También sentó las bases para la descentralización, mediante el planteamiento de mecanismos
de concurrencia entre los tres niveles de gobierno para los asuntos ambientales. Con el fin de
otorgar a dicha ley las disposiciones que permitieran su eficaz aplicación, durante 1988 fueron
expedidos los reglamentos relativos al impacto ambiental, prevención y control de la
contaminación de la atmósfera, residuos peligrosos y prevención y control de la contaminación
generada por las emisiones de los vehículos en circulación en el Distrito Federal y los
municipios de la zona conurbada.
La LGEEPA vislumbró y sugirió una estrecha coordinación del sector público y una
participación efectiva de la sociedad. Esto fortalecía la corresponsabilidad social y la atención
de las demandas y propuestas de numerosas organizaciones que se empezaban a integrar a
los esfuerzos para dar solución a los problemas ecológicos del país. En ese periodo se
propuso la creación de la Comisión Nacional de Ecología como una instancia de carácter
intersecretarial que promoviera la concertación entre la sociedad y el Estado, en materia de
equilibrio ecológico y protección al ambiente. A pesar de estos avances, no se logró resolver
la desarticulación existen entre los problemas ambientales y los procesos productivos.
La LGEEPA, incorporaba un capítulo específico sobre los instrumentos de la política ambiental
definiéndolos de manera más amplia y sistemática que lo planteado en las legislaciones
anteriores. Entre ellos se encontraban: la Planeación Ecológica, el Ordenamiento Ecológico,
los Criterios Ecológicos en la Promoción del Desarrollo, la Regulación Ecológica de los
Asentamientos Humanos, la Evaluación del Impacto Ambiental, las Normas Técnicas
Ecológicas, las Medidas de Protección de Áreas Naturales, la Investigación y Educación
Ecológicas, y la Información y Vigilancia. En los artículos 19 y 20 del capítulo V, Título
Primero, se definía lo correspondiente al ordenamiento ecológico, estableciendo los criterios
para su elaboración, así como sus ámbitos de acción, entre los que se contaban: la regulación
del aprovechamiento de los recursos naturales, la localización de la actividad productiva
secundaria y de los servicios y lo relativo a los asentamientos humanos.

La Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca


La evolución institucional y política anteriormente descrita, llevó al gobierno a iniciar una
estrategia nacional de desarrollo orientada a impulsar nuevas políticas públicas que
coadyuven a una mayor corresponsabilidad con la sociedad.
También hizo que se reconociera la necesidad de articular objetivos económicos, sociales y
ambientales, encaminados hacia un desarrollo sustentable. Así, el 28 de diciembre de 1994 se
creó la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), quedando
bajo su coordinación, la Comisión Nacional del Agua, el Instituto Mexicano de Tecnología del
Agua, el Instituto Nacional de Ecología, el Instituto Nacional de la Pesca y la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente.
De esta manera, se logra articular en una sola institución la responsabilidad de formular y
vigilar el cumplimiento de leyes y normas en materia ambiental que deben ser observadas en
todo el territorio nacional. Según lo establece su marco jurídico, las facultades de la
SEMARNAP son fomentar políticas en materia de agua, recursos pesqueros, zonas federales
marítimo-terrestres, f lora y fauna silvestres, bosques, suelos, aire y medio ambiente, con el fin
de garantizar su aprovechamiento racional y asegurar un mejor futuro para la sociedad
mexicana.
Con la creación de la SEMARNAP se inicia una nueva política ambiental, con concepciones
modernas y fundamentos científicos, que permiten hacer frente al tema ambiental, tanto desde
la perspectiva del sector académico como del institucional. Dirigida a frenar las tendencias del
deterioro ecológico, esta política coloca al ordenamiento ecológico del territorio como uno de
los instrumentos fundamentales para lograr un desarrollo con equilibrio global y regional.
Como fundamento legal de esta Secretaría, en septiembre de 1996, se aprobó la iniciativa de
reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente de 1988, con el
fin de plasmar las orientaciones y los principios de la nueva política ambiental, a través de un
sistema jurídico normativo completo, suficiente y coherente, que regule de manera clara y
adecuada las problemáticas ambientales y el aprovechamiento sustentable de los recursos
naturales. Las reformas abarcan varios rubros entre los que destacan, la Distribución de
Competencias, Instrumentos de Política Ambienta
3.1.2.- PRINCIPIOS BASICOS.

El ordenamiento ecológico es un proceso de planeación adaptativo, participativo y


transparente que contempla una serie de fases que incluyen la formulación, expedición,
ejecución, evaluación y, en su caso, modificación del programa.

3.1.3.- MODALIDADES.

Instrumento de la política ambiental que se concibe como un proceso de planeación cuyo


objetivo es encontrar un patrón de ocupación del territorio que maximice el consenso y
minimice el conflicto entre los diferentes sectores sociales y las autoridades en una región.
Durante este proceso se generan, instrumentan, evalúan y, en su caso, modifican las políticas
ambientales con las que se busca alcanzar un mejor balance entre las actividades productivas
y la protección de los recursos naturales a través de la vinculación entre los tres órdenes de
gobierno, la participación activa de la sociedad y la transparencia en la gestión ambiental.
La LGEEPA define cuatro modalidades de ordenamiento ecológico, considerando la
competencia de los tres órdenes de gobierno, así como los alcances de acuerdo con el área
territorial de aplicación.
 General

La formulación, expedición, ejecución y evaluación de este programa es de


competencia del Gobierno Federal y tiene como objetivo vincular las acciones y
programas de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal,
cuyas actividades inciden en el patrón de ocupación del territorio nacional. Es de
observancia obligatoria en todo el territorio nacional.
Define una regionalización ecológica en la que se identifican áreas de atención
prioritaria, áreas de aptitud sectorial y lineamientos y estrategias ecológicas aplicadas
a dichas área
 Marino

La formulación, aplicación, expedición, ejecución y evaluación de este programa es de


competencia del Gobierno Federal. Tiene por objeto establecer los lineamientos y las
previsiones a que deberá sujetarse el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales, el mantenimiento de los bienes y servicios ambientales y la conservación de
los ecosistemas y la biodiversidad en las zonas marinas mexicanas y sus zonas
federales adyacentes
 Regional

 
Su formulación, expedición, ejecución y evaluación es competencia del Gobierno
Estatal, cuando la región incluye parte o la totalidad del territorio de un estado. Cuando
la región a ordenar incluye el territorio de dos o más entidades federativas, el gobierno
federal, se coordina con los gobiernos estatal y municipal, según el caso, en el ámbito
de sus respectivas competencias, mediante la firma de convenios de coordinación.
Cuando la región incluye un área Natural Protegida de competencia Federal, está
deberá participar en su formulación y aprobación.
Tiene como objetivo orientar el desarrollo de los programas sectoriales hacia los sitios,
con mayor aptitud y menor impacto ambiental, identificar áreas de atención prioritaria,
optimizar el gasto público, asegurar la continuidad de las políticas ambientales locales
 Local

 
 
Su formulación, expedición, ejecución y evaluación es competencia del Gobierno
Municipal cuando el área incluye parte o la totalidad de un municipio.
Cuando el área incluye un área Natural Protegida de competencia Federal, está
deberá participar en su formulación y aprobación.
Tiene como objetivo regular los usos del suelo fuera de los centros de población y
establecer los criterios de regulación ecológica dentro de los centros de población para
la protección, preservación, restauración y aprovechamiento sustentable de los
recursos naturales.
Los planes o programas de desarrollo urbano deberán tomar en cuenta los
lineamientos y estrategias contenidas en estos programas.
3.1.4.- ETAPAS: CARACTERIZACIÓN, DIAGNÓSTICO, PRONÓSTICO – PROSPECTIVA Y
PROPUESTA.

Constituye el modelo de ordenamiento ecológico, así como los lineamientos y estrategias


ecológicas aplicables al mismo. Se basa en la elaboración de un estudio técnico que consta
de 4 etapas, las cuales se apoyan con acciones de gestión y participación sectorial.

Caracterización
El objetivo es describir el estado de los componentes natural, social y económico del área a
ordenar. Entre las principales actividades y productos se encuentran:
 Delimitar e identificar el área a ordenar
 Describir los componentes natural, social y económico
 Identificar los intereses de los sectores involucrados
 Definir, analizar y ponderar las variables que los sectores consideran definen su
aptitud (atributos ambientales) esto mediante talleres de participación pública.
Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de
participación pública

Diagnóstico
El objetivo es identificar y analizar los conflictos ambientales entre los sectores presentes en el
área a ordenar. Entre las principales actividades y productos se encuentran:
 Realizar el análisis de aptitud y obtener los mapas para cada uno de los sectores
involucrados. Esto permite conocer, con base en los atributos ambientales requeridos,
que sitio es “apto” o menos “apto” para el desarrollo de una actividad.
 Analizar los conflictos ambientales y sinergias entre los sectores que intervienen en el
mismo territorio y compiten por los mismos atributos.
 Validar los mapas de aptitud y conflictos y sinergias por los sectores.
 Identificar y delimitar en un mapa el área para preservar, proteger y restaurar.

Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de

participación pública

Pronóstico
El objetivo es examinar la evolución de los conflictos ambientales, para lo cual se considera el
comportamiento de las variables naturales, sociales y económicas que pueden influir en el
cambio del patrón de uso y ocupación del territorio. Entre las principales actividades y
productos se encuentran:
 Analizar los procesos de deterioro de los atributos ambientales que definen la aptitud
sectorial
 Construir escenarios que analicen la demanda de infraestructura y la presión sobre los
recursos naturales asociada a la expansión de las actividades productivas y de los
asentamientos humanos; las condiciones de contorno (de mercado, políticas y
globales); así como el futuro deseable para el territorio.
Toda la información se obtiene de diversas fuentes documentales, así como los talleres de
participación pública

Propuesta
El objetivo es obtener un patrón de ocupación del territorio que maximice al consenso entre
los sectores, minimice los conflictos ambientales y favorezca el desarrollo sustentable. Entre
las principales actividades y productos se encuentran:
 Delimitar las Unidades de Gestión Ambiental (UGAS)
 Asignar los lineamientos ecológicosa las UGAs, entendido como la meta o estado
deseado en una UGA.
 Definir las estrategias ecológicasque incluyen los objetivos específicos, las acciones,
los programas, los proyectos y los responsables de su realización dirigidos al logro de
los lineamientos ecológicos.
 Integrar el Modelo que es la representación en un sistema de información geográfica,
de las unidades de gestión ambiental y sus respectivos lineamientos y estrategias
ecológicas
3.1.5.- PROSPECTIVA AMBIENTAL DEL TERRITORIO NACIONAL.

Desde la década de los años 60, la humanidad está experimentando un "cambio de época"
(De Souza et al., 2001a). En una nueva era surgen formas diferentes de interpretar la realidad
y se transforman las fuentes de comprensión sobre el medio ambiente, orientación y
prioridades en las innovaciones tanto tecnológicas como institucionales (De Souza et
al., 2001b; Gomes et al., 2001; Valle et al., 2001; Mato et al., 2001; Salazar et al., 2001). Por
esta razón, en un "cambio de época" las organizaciones de ciencia y tecnología son
presionadas a hacer nuevas aportaciones y, por eso, este proceso se restringe al mundo de
los expertos.

A partir de los años 70 surgen revoluciones en los ámbitos tecnológico, económico y cultural,
las cuales retan a las instituciones dominantes en la época del industrialismo; y que
moldearon las relaciones de producción y poder, modos de vida y la cultura, desde el siglo
XVIII (Castells, 1996). En consecuencia, se presenta una crisis de legitimidad en la dimensión
del desarrollo institucional (Sachs, 1993) derivada de la pérdida de la vigencia de las "reglas
de juego" predominantes, lo que les genera vulnerabilidad, principalmente, entre las
organizaciones públicas y privadas de investigación agropecuaria, forestal y de desarrollo rural
(De Souza, 2003; Ardila, 1997). En México, esta situación fue evidente durante el sexenio
2000-2006, en el cual se decretó la desincorporación del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), así como de otros 16 organismos
gubernamentales (Cámara de Diputados, 2003; Saldaña et al., 2005).

Cada día hay mayor preocupación de la sociedad por tener un medio ambiente saludable, lo
que plantea nuevos desafíos para el subsector forestal y, en consecuencia, para las
actividades científicas y tecnológicas. Un tema emergente para todas las instituciones
dedicadas a la investigación forestal es, precisamente, la sostenibilidad ambiental (Gomes  et
al., 2004; Saldaña et al., 2005; Valle et al., 2005; Moctezuma et al., 2008). El reto es lograr
una dasonomía competitiva, capaz de aportar productos maderables y no maderables de
buena calidad y a precios accesibles a los consumidores, sin causar daño al suelo, agua, aire,
flora y fauna. Además, como las inversiones en investigación sobre el funcionamiento de los
ecosistemas no ofrecen resultados a corto plazo y de manera lucrativa, son tópicos poco
atractivos para las organizaciones de la iniciativa privada. Por ello, es deseable que en el
futuro se destinen recursos (monetarios, de infraestructura y de talentos) procedentes del
sector público, sin embargo, es menester identificar cuáles son los aspectos que deben ser
estudiados con mayor prontitud.

Los estudios prospectivos permiten visualizar hacia adelante y son una herramienta para tratar
de influir en lo que va a pasar, construir el futuro de interés bajo diversos escenarios, para
crear espacios y oportunidades, y fortalecer la sostenibilidad de las instituciones científicas del
subsector forestal. En el presente ensayo se consignan una serie de elementos para
comprender los conocimientos integrados por equipos de investigación que, a su vez, orienten
sobre los factores del ecosistema de los cuales dependerá la sostenibilidad ambiental, y que
deben ser abordados por las instituciones de investigación y manejo forestal. Además, se
documentan algunas acciones estratégicas que conllevan a mejorar la calidad del medio
ambiente.

Para el análisis de la dimensión ambiental se llevaron a cabo acciones previas que facilitaron,
de alguna manera, la homogeneización de la información en los seis países considerados; por
lo tanto, se hizo una nivelación conceptual de los participantes para garantizar la comprensión
de términos con el mismo significado. Así mismo, se identificaron y definieron los factores
críticos del contexto internacional, regional y nacional con influencia en el funcionamiento
actual y futuro de los sistemas de investigación forestal, que atienden al sector primario de
América Latina y el Caribe. Estos se validaron en cada país por medio de informantes clave.
Ante la abundancia de factores críticos (120) determinados y lo poco operativo que resulta una
base de datos de ese tipo, se realizó un agrupamiento en el que se consideraron seis
macrofactores, los cuales sirvieron de fundamento para la construcción del modelo
conceptual: foco u orientación de la investigación; recursos financieros para investigación y
desarrollo; sistemas de gestión de investigación y desarrollo; capacidad técnica; desempeño
de la investigación y desarrollo; y espacios de la investigación y desarrollo públicos y privados.
El modelo prospectivo utilizado fue el Delphi (Figura 1).

La base del modelo se sustenta en dos equipos: 1) el de investigación, que funge como
facilitador del proceso, y 2) el de los expertos, a partir del cual se obtiene la información que
será analizará estadísticamente. El proceso implica, por lo menos, dos vueltas: en caso de
que no exista consenso en la primera, se regresa la información a la fuente para que revaloren
o ratifiquen las calificaciones y se capture nuevamente. El método es una reflexión colectiva
en la que se privilegia la opinión del grupo sobre la individual, con lo cual se evitan sesgos en
las respuestas, además de que el anonimato garantiza la libertad de acción.
Las preguntas planteadas a los panelistas son dos: una relacionada con la importancia de los
temas referentes a la sostenibilidad ambiental, como objetivo para la innovación tecnológica
forestal actual y a futuro, en la investigación dentro del sector público; y la segunda, sobre el
dominio actual de los conocimientos necesarios para realizar avances en la comprensión de
los temas relativos a la sostenibilidad del medio ambiente dentro de las instituciones de
investigación del sector público. La escala de valores que se utiliza para las calificaciones es
de 1 a 10, en la que 1 significa un valor casi nulo y 10 corresponde al extremadamente
elevado. Las medidas estadísticas que se aplican son la mediana y el primer y tercer cuartil.
Para confirmar el consenso se usa el criterio de la diferencia intercuartílica de q 3 – q1 ≤ 2.5. La
necesidad de conocimiento para el desarrollo de los temas de sostenibilidad ambiental, como
objetivo para la innovación tecnológica, se calcula mediante la fórmula:
N = I*(10 – D)
Donde:
N = Necesidad de desarrollo de conocimiento en los temas de sostenibilidad ambiental
I = Importancia futura de la variable
10 – D = Diferencia entre dominio máximo y el dominio evaluado por el panel
A partir del desarrollo de un foro de estrategias para la sostenibilidad del sistema de
investigación forestal de México se diseña una serie de acciones que mejoren su desempeño.
El principal insumo que se proporciona a los expertos son los resultados del panel Delphi.

Los expertos evaluaron 13 temas de la dimensión ambiental, previamente seleccionados:


germoplasma, prospección y conservación in-situ y ex-situ; valoración económica de la
biodiversidad y de los recursos naturales; explotación económica sostenible de la
biodiversidad; conocimiento tradicional sobre la biodiversidad; conservación y manejo de
polinizadores; prospección y manejo sostenible de plantas; gestión de recursos pesqueros;
impactos del sector agropecuario y forestal sobre la fauna, flora y microorganismos nativos;
especies exóticas invasoras actuales y potenciales; organismos genéticamente modificados
(OGM) e impactos sobre la agrobiodiversidad; zonificación, manejo y agricultura
conservacionista; gestión de la calidad y del uso del agua; y gestión de los recursos forestales.

El número total de expertos que respondieron el cuestionario Delphi fue de 286 (Figura 2).
México participó con 58 panelistas con experiencia reconocida en los ámbitos forestal y
agropecuario, que representaron a 22 instituciones de carácter educativo, de investigación
nacional e internacional, organismos gubernamentales y empresas productoras. Los
especialistas mexicanos constituyeron la quinta parte del total de expertos, solo fue superada
por Panamá y el país con menos informantes clave fue Cuba. Los resultados para México se
consignan en el Cuadro 1.

La importancia actual para el sector público en cuanto a temas de investigación para la


sostenibilidad ambiental mostró que de los 13 temas abordados, solamente ocho alcanzaron
consenso y su importancia fue entre 5 y 6, con una relevancia de baja a media. Los temas
restantes incluyeron a especies exóticas invasoras actuales y potenciales (identificación de las
especies, área de ocurrencia, bioecología, impacto económico, social y ambiental, medidas de
control); organismos genéticamente modificados (OGM´s) e impactos sobre la
agrobiodiversidad; zonificación, manejo y agricultura conservacionista (prevención y control de
la erosión, monitoreo de áreas degradadas); gestión de la calidad, y uso del agua y gestión de
recursos forestales. Por lo tanto, es conveniente reanalizar estos temas, con el fin de lograr
consenso.

La importancia futura cambia de acuerdo a la percepción de los expertos, ya que en principio


12 temas de investigación relacionados con sostenibilidad ambiental alcanzaron consenso y
solo uno aparece con disenso (especies exóticas invasoras actuales y potenciales). La mayor
importancia, clasificada dentro de extremadamente elevada, correspondió a dos temas con
medianas de 9: la gestión de la calidad y uso del agua y la gestión de recursos forestales. En
términos generales, dentro del escenario tendencial, la importancia alcanzó valores
(medianas) que van desde 7 hasta 9, que se consideran como de importancia media-alta a
extremadamente elevada.

El dominio actual de los conocimientos quedó sin consenso en cuatro temas, con medianas de
5 a 7; con el dominio de conocimientos en una categoría baja, ya que el único tópico con valor
de 7 es el de zonificación; mientras que manejo y agricultura conservacionista se catalogó
como media. Los temas sin consenso fueron los de germoplasma; prospección y
conservación in-situ y ex-situ; organismos genéticamente modificados e impactos sobre la
agrobiodiversidad; gestión de la calidad; y el uso del agua y gestión de recursos forestales.
Estos tópicos requieren de un nuevo análisis y discusión para tratar de llegar a acuerdos.
Los resultados regionales se obtuvieron de la suma de las medianas correspondientes a los
seis países considerados en el estudio. No hubo temas sin evaluación y los valores máximo y
mínimo fueron de 60 (promedio de medianas evaluadas con 10 y 6, promedio de medianas
calificadas con el valor mínimo de 1) (Cuadro 2).

En el ámbito regional, la importancia actual de los temas no presenta mucha variación. Las
calificaciones se distribuyeron en el intervalo de 30 (importancia baja) a 38 (importancia
mediana). Los mejor evaluados, pero con valores inferiores a lo esperado, fueron gestión de la
calidad y uso del agua, gestión de recursos forestales, germoplasma, prospección y
conservación in-situ y ex-situ. Resalta que el de organismos genéticamente modificados
(transgénicos) y sus impactos sobre el medio ambiente se ubica en la categoría de muy baja
importancia, si se considera la situación de controversia mundial que presenta este tópico
(Cuadro 3).
Respecto al escenario futuro se observa un cambio muy fuerte en las evaluaciones de los
expertos. El intervalo se incrementa de 45 (importancia futura alta) a 54.5 (importancia futura
muy elevada). El tema mejor evaluado en la región es el de la gestión de recursos forestales,
seguido, en forma muy cercana, por la gestión de la calidad y uso del agua, a los cuales se
pueden unir los referentes al germoplasma, prospección y conservación in-situ y ex-
situ; valoración económica de la biodiversidad y de los recursos naturales (en la prestación de
servicios ambientales y para la explotación agropecuaria y forestal sostenible);
aprovechamiento económico sostenible de la biodiversidad y zonificación; y el manejo y
agricultura conservacionista (prevención y control de la erosión, monitoreo de áreas
degradadas). Este conjunto de temas podrían integrar un portafolio de proyectos de
investigación forestal pública. No hay duda, que los dos primeros temas tienen gran potencial
para llenar las agendas de investigación de los próximos años (Cuadro 3).

Al señalar la valoración económica de la biodiversidad y de los recursos naturales, junto con el


aprovechamiento económico sostenible de la biodiversidad, se mezclan con las cadenas
productivas; además los países latinoamericanos y caribeños incluidos en el presente estudio
son ricos en biodiversidad, pero pobres en recursos monetarios, lo que les impide transformar
esa riqueza potencial, primero en desarrollo social, y después en desarrollo económico. Es
posible que estos temas se conviertan en una plataforma de despegue y apoyo a las
organizaciones de investigación pública, ya que difícilmente el capital privado podrá ser
atraído hacia este tipo de actividad caracterizada por grandes inversiones y alta incertidumbre.

El grado de consenso fue muy alto (95%); México, Panamá y Venezuela presentaron algunos
disensos, aunque no alteran el nivel de convergencia obtenido. La diferencia predominante en
la importancia actual, en su mayoría, estuvo en un intervalo de 6 puntos, y las calificaciones
más altas se otorgaron en Cuba; las más bajas en Perú. Lo anterior evidencia fuertes
diferencias entre los países, con relación a los aspectos ambientales. Todos los temas
resultaron de alta a extremadamente elevada importancia en Cuba; de alta a mediana
importancia en Brasil y México; y de mediana a baja importancia actual en Panamá, Perú y
Venezuela. Aquellos que se consideraron de muy alta importancia, sus medianas variaron
entre 8 y 10; en tanto que, los evaluados muy bajo, sus medianas fueron de 2.5 a 4, lo cual
refleja el grado de prioridad que se otorga al tema de la sostenibilidad ambiental en cada país.

En general, se puede señalar, que Brasil y Cuba han incorporado a su agenda prioritaria de
investigación forestal, los temas ambientales; en México esa importancia es menor y en
Panamá, Perú y Venezuela es necesario llevar a cabo esfuerzos adicionales para que sean
incorporados.

Los requerimientos de conocimiento que se tienen en México para el desarrollo de los temas
de sostenibilidad ambiental, se muestran en la Figura 3.

Los aspectos prioritarios, para México son el aprovechamiento económico sostenible de la


biodiversidad y el conocimiento tradicional sobre la biodiversidad, ambos con valores de 40
(Figura 3).
Del foro de estrategias que se desarrolló en México, en el cual fueron consultados tomadores
de decisión y directivos del Sistema Nacional de Investigación y Transferencia de Tecnología
para el Desarrollo Rural Sustentable resultaron nueve acciones recomendadas para satisfacer
las necesidades de conocimiento y otras capacidades para atender las tendencias futuras:
1. Terminar y actualizar los inventarios biológicos.
2. Generar intercambio de información científica y formación de bibliotecas virtuales.
3. Integrar un directorio de investigadores especialistas.
4. Identificar y conocer necesidades y demandas de investigación.
5. Integrar el inventario de las organizaciones nacionales e internacionales que realizan
investigación sobre materia ambiental, con la infraestructura disponible.
6. Plantear proyectos de investigación.
7. Firmar convenios de cooperación científica entre instituciones que generen conocimientos
orientados a la sostenibilidad ambiental.
8. Identificar necesidades de capacitación y medios de contratación de personal.
9. Diagnosticar el deterioro de los recursos naturales.
En el contexto latinoamericano y del Caribe, la biodiversidad acapara la atención de los
expertos, como es el caso de Portocarrero (2012), quien puso en la mesa de discusión
durante el Día de la Naturaleza la reflexión: "Debe la sociedad organizada adquirir toda la
fuerza física, moral y social para controlar, presionar, combatir, resistir, insistir e imponer
diariamente –tanto al Estado como a los mecanismos de producción y distribución- los
lineamientos de un nuevo sistema solidario". Coincide en varios aspectos con los expertos
participantes en el estudio que aquí se documenta, ya que dicho autor menciona, en una de
sus facetas, el desconocimiento del tema de la biodiversidad, al cual los panelistas, le
otorgaron altos puntajes para que se generen conocimientos en este ámbito, por parte de las
instituciones de carácter público dedicadas a la ciencia y tecnología.
3.2.- REGULACIÓN AMBIENTAL DE LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS

La Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano fija


las normas básicas e instrumentos de gestión para ordenar el uso del territorio y los
Asentamientos Humanos en el país. De igual forma, establece la concurrencia de la
Federación, de las entidades federativas, los municipios y las Demarcaciones Territoriales
para la planeación, ordenación y regulación de los Asentamientos Humanos en el territorio
nacional.

Esta Ley fija los criterios para que exista una definición de competencias, así como una
efectiva congruencia, coordinación y participación entre los distintos niveles de gobierno para
la planeación del territorio.

3.2.1.- URBANISMO, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y ASENTAMIENTOS URBANOS.

LEY GENERAL DE ASENTAMIENTOS HUMANOS, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y


DESARROLLO URBANO
ÚLTIMA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN 6 DE
ENERO DE 2020.
Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 28 de noviembre de 2016. Al margen un
sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la
República. ENRIQUE PEÑA NIETO, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a sus
habitantes sabed: Que el Honorable Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente
DECRETO "EL CONGRESO GENERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS,
DECRETA: SE EXPIDE LA LEY GENERAL DE ASENTAMIENTOS HUMANOS,
ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y DESARROLLO URBANO Y SE REFORMA EL
ARTÍCULO 3o. DE LA LEY DE PLANEACIÓN
ARTÍCULO PRIMERO. Se expide la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento
Territorial y Desarrollo Urbano, para quedar en los siguientes términos: LEY GENERAL DE
ASENTAMIENTOS HUMANOS, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y DESARROLLO
URBANO TÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES Capítulo Primero Objeto de la
Ley Artículo 1. La presente Ley es de orden público e interés social y de observancia general
en todo el territorio nacional.
2 Las disposiciones de esta Ley tienen por objeto:
I. Fijar las normas básicas e instrumentos de gestión de observancia general, para
ordenar el uso del territorio y los Asentamientos Humanos en el país, con pleno
respeto a los derechos humanos, así como el cumplimiento de las obligaciones
que tiene el Estado para promoverlos, respetarlos, protegerlos y garantizarlos
plenamente;
II. Establecer la concurrencia de la Federación, de las entidades federativas, los
municipios y las Demarcaciones Territoriales para la planeación, ordenación y
regulación de los Asentamientos Humanos en el territorio nacional;
III. Fijar los criterios para que, en el ámbito de sus respectivas competencias exista
una efectiva congruencia, coordinación y participación entre la Federación, las
entidades federativas, los municipios y las Demarcaciones Territoriales para la
planeación de la Fundación, Crecimiento, Mejoramiento, consolidación y
Conservación de los Centros de Población y Asentamientos Humanos,
garantizando en todo momento la protección y el acceso equitativo a los espacios
públicos;
IV. Definir los principios para determinar las Provisiones, Reservas, Usos del suelo y
Destinos de áreas y predios que regulan la propiedad en los Centros de Población,
y
V. Propiciar mecanismos que permitan la participación ciudadana en particular para
las mujeres, jóvenes y personas en situación de vulnerabilidad, en los procesos de
planeación y gestión del territorio con base en el acceso a información
transparente, completa y oportuna, así como la creación de espacios e
instrumentos que garanticen la corresponsabilidad del gobierno y la ciudadanía en
la formulación, seguimiento y evaluación de la política pública en la materia.

Artículo 2. Todas las personas sin distinción de sexo, raza, etnia, edad, limitación física,
orientación sexual, tienen derecho a vivir y disfrutar ciudades y Asentamientos Humanos
en condiciones sustentables, resilientes, saludables, productivos, equitativos, justos,
incluyentes, democráticos y seguros. Las actividades que realice el estado mexicano para
ordenar el territorio y los Asentamientos Humanos, tiene (sic) que realizarse atendiendo el
cumplimiento de las condiciones señaladas en el párrafo anterior. 3 Es obligación del
estado, a través de sus diferentes órdenes de gobierno, promover una cultura de
corresponsabilidad cívica y social.
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley, se entenderá por:
I. Acción Urbanística: actos o actividades tendientes al uso o aprovechamiento del
suelo dentro de Áreas Urbanizadas o Urbanizables, tales como subdivisiones,
parcelaciones, fusiones, relotificaciones, fraccionamientos, condominios, conjuntos
urbanos o urbanizaciones en general, así como de construcción, ampliación,
remodelación, reparación, demolición o reconstrucción de inmuebles, de propiedad
pública o privada, que por su naturaleza están determinadas en los planes o
programas de Desarrollo Urbano o cuentan con los permisos correspondientes.
Comprende también la realización de obras de equipamiento, infraestructura o
Servicios Urbanos;
II. Área Urbanizable: territorio para el Crecimiento urbano contiguo a los límites del
Área Urbanizada del Centro de Población determinado en los planes o programas
de Desarrollo Urbano, cuya extensión y superficie se calcula en función de las
necesidades del nuevo suelo indispensable para su expansión;
III. Área Urbanizada: territorio ocupado por los Asentamientos Humanos con redes de
infraestructura, equipamientos y servicios;
IV. Asentamiento Humano: el establecimiento de un conglomerado demográfico, con
el conjunto de sus sistemas de convivencia, en un área físicamente localizada,
considerando dentro de la misma los elementos naturales y las obras materiales
que lo integran;
V. Barrio: zona urbanizada de un Centro de Población dotado de identidad y
características propias;
VI. Centros de Población: las áreas constituidas por las zonas urbanizadas y las que
se reserven para su expansión;
VII. Consejo Nacional: El Consejo Nacional de Ordenamiento Territorial y Desarrollo
Urbano;
VIII. Conservación: acción tendente a preservar las zonas con valores históricos y
culturales, así como proteger y mantener el equilibrio ecológico en las zonas de
servicios ambientales;
IX. Conurbación: la continuidad física y demográfica que formen dos o más Centros
de Población;
X. Crecimiento: acción tendente a ordenar y regular las zonas para la expansión
física de los Centros de Población;
XI. Demarcaciones Territoriales: divisiones territoriales de la Ciudad de México a las
que se refiere el artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos;
XII. Densificación: Acción Urbanística cuya finalidad es incrementar el número de
habitantes y la población flotante por unidad de superficie, considerando la
capacidad de soporte del territorio y, en su caso, adecuando los espacios públicos
y sus infraestructuras;
XIII. Desarrollo Urbano: el proceso de planeación y regulación de la Fundación,
Conservación, Mejoramiento y Crecimiento de los Centros de Población;
XIV. Desarrollo Metropolitano: proceso de planeación, regulación, gestión,
financiamiento y ejecución de acciones, obras y servicios, en zonas
metropolitanas, que por su población, extensión y complejidad, deberán participar
en forma coordinada los tres órdenes de gobierno de acuerdo a sus atribuciones;
XV. Desarrollo Regional: el proceso de Crecimiento económico en dos o más Centros
de Población determinados, garantizando el Mejoramiento de la calidad de vida de
la población, la preservación del ambiente, así como la conservación y
reproducción de los recursos naturales;
XVI. Destinos: los fines públicos a que se prevea dedicar determinadas zonas o predios
de un centro de población o Asentamiento Humano;
XVII. Equipamiento Urbano: el conjunto de inmuebles, instalaciones, construcciones y
mobiliario utilizado para prestar a la población los Servicios Urbanos para
desarrollar actividades económicas, sociales, culturales, deportivas, educativas, de
traslado y de abasto;
XVIII. Espacio Público: áreas, espacios abiertos o predios de los asentamientos
humanos destinados al uso, disfrute o aprovechamiento colectivo, de acceso
generalizado y libre tránsito;
XIX. Espacio Edificable: suelo apto para el uso y aprovechamiento de sus propietarios o
poseedores en los términos de la legislación correspondiente;
XX. Fundación: la acción de establecer un nuevo Asentamiento Humano;
XXI. Gestión Integral de Riesgos: el conjunto de acciones encaminadas a la
identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos,
considerándolos por su origen multifactorial y en un proceso permanente de
construcción que involucra a los tres órdenes de gobierno, así como a los sectores
de la sociedad, lo que facilita la implementación de políticas públicas, estrategias y
procedimientos que combatan las causas estructurales de los desastres y
fortalezcan las capacidades de Resiliencia o resistencia de la sociedad.
Comprende la identificación de los riesgos y, en su caso, su proceso de formación,
previsión, prevención, mitigación, preparación, auxilio, recuperación y
reconstrucción;
XXII. Infraestructura: los sistemas y redes de organización y distribución de bienes y
servicios en los Centros de Población, incluyendo aquellas relativas a las
telecomunicaciones y radiodifusión;
XXIII. Megalópolis: sistema de zonas metropolitanas y Centros de Población y sus áreas
de influencia, vinculados de manera estrecha geográfica y funcionalmente. El
umbral mínimo de población de una Megalópolis es de 10 millones de habitantes;
XXIV. Mejoramiento: la acción tendente a reordenar, renovar, consolidar y dotar de
infraestructura, equipamientos y servicios, las zonas de un Centro de Población de
incipiente desarrollo, subutilizadas o deterioradas física o funcionalmente;
XXV. Movilidad: capacidad, facilidad y eficiencia de tránsito o desplazamiento de las
personas y bienes en el territorio, priorizando la accesibilidad universal, así como
la sustentabilidad de la misma;
XXVI. Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos: el ordenamiento
territorial es una política pública que tiene como objeto la ocupación y utilización
racional del territorio como base espacial de las estrategias de desarrollo
socioeconómico y la preservación ambiental;
XXVII. Patrimonio Natural y Cultural: sitios, lugares o edificaciones con valor
arqueológico, histórico, artístico, ambiental o de otra naturaleza, definidos y
regulados por la legislación correspondiente;
XXVIII. Provisiones: las áreas que serán utilizadas para la Fundación de un centro de
población;
XXIX. Reducción de Riesgos de desastres: los esfuerzos sistemáticos dirigidos al análisis
y a la gestión de los factores causales de los desastres, lo que incluye la reducción
del grado de exposición a las amenazas, la disminución de la vulnerabilidad de la
población y la propiedad, y una gestión sensata de los suelos y del medio
ambiente; (ADICIONADA, D.O.F. 6 DE ENERO DE 2020) XXIX Bis. Riesgo: Daños
o perdidas probables sobre un agente afectable, resultado de la interacción entre
su vulnerabilidad y la presencia de un agente perturbador;
XXX. Reservas: las áreas de un centro de población que serán utilizadas para su
Crecimiento;
XXXI. Resiliencia: es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente
expuesta a un peligro para resistir, asimilar, adaptarse y recuperarse de sus
efectos en un corto plazo y de manera eficiente, a través de la preservación y
restauración de sus estructuras básicas y funcionales, para lograr una mejor
protección futura y mejorar las medidas de reducción de riesgos;
XXXII. Secretaría: la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano;
XXXIII. Servicios Urbanos: las actividades operativas y servicios públicos prestadas
directamente por la autoridad competente o concesionada para satisfacer
necesidades colectivas en los Centros de Población;
XXXIV. Sistema Nacional Territorial: delimita las regiones y Sistemas Urbano Rurales que
las integran y establece la jerarquización y caracterización de las zonas
metropolitanas, Conurbaciones y Centros de Población, así como sus
interrelaciones funcionales;
XXXV. Sistemas Urbano Rurales: unidades espaciales básicas del ordenamiento
territorial, que agrupan a áreas no urbanizadas, centros urbanos y asentamientos
rurales vinculados funcionalmente; 7
XXXVI. Usos del suelo: los fines particulares a que podrán dedicarse determinadas zonas
o predios de un Centro de Población o Asentamiento Humano;
XXXVII. Zona Metropolitana: Centros de Población o conurbaciones que, por su
complejidad, interacciones, relevancia social y económica, conforman una unidad
territorial de influencia dominante y revisten importancia estratégica para el
desarrollo nacional;
XXXVIII. Zonificación: la determinación de las áreas que integran y delimitan un
territorio; sus aprovechamientos predominantes y las Reservas, Usos de suelo y
Destinos, así como la delimitación de las áreas de Crecimiento, Conservación,
consolidación y Mejoramiento;
XXXIX. Zonificación Primaria: la determinación de las áreas que integran y delimitan un
centro de población; comprendiendo las Áreas Urbanizadas y Áreas Urbanizables,
incluyendo las reservas de crecimiento, las áreas no urbanizables y las áreas
naturales protegidas, así como la red de vialidades primarias, y
XL. Zonificación Secundaria: la determinación de los Usos de suelo en un Espacio
Edificable y no edificable, así como la definición de los Destinos específicos.

Capítulo Segundo
Principios
Artículo 4. La planeación, regulación y gestión de los asentamientos humanos, Centros de
Población y la ordenación territorial, deben conducirse en apego a los siguientes principios
de política pública:
I. Derecho a la ciudad. Garantizar a todos los habitantes de un Asentamiento
Humano o Centros de Población el acceso a la vivienda, infraestructura,
equipamiento y servicios básicos, a partir de los derechos reconocidos por la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados
internacionales suscritos por México en la materia;
II. Equidad e inclusión. Garantizar el ejercicio pleno de derechos en condiciones de
igualdad, promoviendo la cohesión social a través de medidas que impidan la
discriminación, segregación o marginación de individuos o grupos. Promover el
respeto de los derechos de los grupos 8 vulnerables, la perspectiva de género y
que todos los habitantes puedan decidir entre una oferta diversa de suelo,
viviendas, servicios, equipamientos, infraestructura y actividades económicas de
acuerdo a sus preferencias, necesidades y capacidades;
III. Derecho a la propiedad urbana. Garantizar los derechos de propiedad inmobiliaria
con la intención de que los propietarios tengan protegidos sus derechos, pero
también asuman responsabilidades específicas con el estado y con la sociedad,
respetando los derechos y límites previstos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y esta Ley. El interés público prevalecerá en la
ocupación y aprovechamiento del territorio;
IV. Coherencia y racionalidad. Adoptar perspectivas que promuevan el ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano de manera equilibrada, armónica, racional y
congruente, acorde a los planes y políticas nacionales; así como procurar la
eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos;
V. Participación democrática y transparencia. Proteger el derecho de todas las
personas a participar en la formulación, seguimiento y evaluación de las políticas,
planes y programas que determinan el desarrollo de las ciudades y el territorio.
Para lograrlo se garantizará la transparencia y el acceso a la información pública
de conformidad con lo dispuesto en la presente Ley y demás legislación aplicable
en la materia;
VI. Productividad y eficiencia. Fortalecer la productividad y eficiencia de las ciudades y
del territorio como eje del Crecimiento económico, a través de la consolidación de
redes de vialidad y Movilidad, energía y comunicaciones, creación y
mantenimiento de infraestructura productiva, equipamientos y servicios públicos de
calidad. Maximizar la capacidad de la ciudad para atraer y retener talentos e
inversiones, minimizando costos y facilitar la actividad económica;
VII. Protección y progresividad del Espacio Público. Crear condiciones de habitabilidad
de los espacios públicos, como elementos fundamentales para el derecho a una
vida sana, la convivencia, recreación y seguridad ciudadana que considere las
necesidades diferenciada por personas y grupos. Se fomentará el rescate, la
creación y el mantenimiento de los espacios públicos que podrán ampliarse, o
mejorarse pero nunca destruirse o verse disminuidos. En caso de utilidad pública,
estos espacios deberán ser sustituidos por otros que generen beneficios
equivalentes;
VIII. Resiliencia, seguridad urbana y riesgos. Propiciar y fortalecer todas las
instituciones y medidas de prevención, mitigación, atención, adaptación y
Resiliencia que tengan por objetivo proteger a las personas y su patrimonio, frente
a los riesgos naturales y antropogénicos; así como evitar la ocupación de zonas de
alto riesgo;
IX. Sustentabilidad ambiental. Promover prioritariamente, el uso racional del agua y de
los recursos naturales renovables y no renovables, para evitar comprometer la
capacidad de futuras generaciones. Así como evitar rebasar la capacidad de carga
de los ecosistemas y que el Crecimiento urbano ocurra sobre suelos
agropecuarios de alta calidad, áreas naturales protegidas o bosques, y
X. Accesibilidad universal y movilidad. Promover una adecuada accesibilidad
universal que genere cercanía y favorezca la relación entre diferentes actividades
urbanas con medidas como la flexibilidad de Usos del suelo compatibles y
densidades sustentables, un patrón coherente de redes viales primarias, la
distribución jerarquizada de los equipamientos y una efectiva Movilidad que
privilegie las calles completas, el transporte público, peatonal y no motorizado.
Artículo 5. Toda política pública de ordenamiento territorial, desarrollo y planeación urbana
y coordinación metropolitana deberá observar los principios señalados en el artículo
anterior, sin importar el orden de gobierno de donde emana. Capítulo Tercero Causas de
Utilidad Pública
Artículo 6. En términos de lo dispuesto en el artículo 27, párrafo tercero de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, son de interés público y de beneficio social los
actos públicos tendentes a establecer Provisiones, Reservas, Usos del suelo y Destinos
de áreas y predios de los Centros de Población, contenida en los planes o programas de
Desarrollo Urbano. Son causas de utilidad pública:
I. La Fundación, Conservación, Mejoramiento, consolidación y Crecimiento de los
Centros de Población; 10
II. La ejecución y cumplimiento de planes o programas a que se refiere esta Ley;
III. La constitución de Reservas territoriales para el Desarrollo Urbano;
IV. La regularización de la tenencia de la tierra en los Centros de Población;
V. La ejecución de obras de infraestructura, de equipamiento, de Servicios Urbanos y
metropolitanos, así como el impulso de aquéllas destinadas para la Movilidad;
VI. La protección del Patrimonio Natural y Cultural de los Centros de Población;
VII. La preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección del ambiente
en los Centros de Población;
VIII. La creación, recuperación, mantenimiento y defensa del Espacio Público para uso
comunitario y para la Movilidad;
IX. La atención de situaciones de emergencia debidas al cambio climático y
fenómenos naturales, y
X. La delimitación de zonas de riesgo y el establecimiento de polígonos de
protección, amortiguamiento y salvaguarda para garantizar la seguridad de las
personas y de las instalaciones estratégicas de seguridad nacional. En términos de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las expropiaciones sólo
podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización.

TÍTULO SEGUNDO DE LA CONCURRENCIA ENTRE ÓRDENES DE GOBIERNO,


COORDINACIÓN Y CONCERTACIÓN

Capítulo Primero
Concurrencia
Artículo 7. Las atribuciones en materia de ordenamiento territorial, asentamientos
humanos, desarrollo urbano y desarrollo metropolitano, serán ejercidos de manera
concurrente por la Federación, las entidades federativas, los municipios y las
Demarcaciones Territoriales, en el ámbito de la competencia que les otorga la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y esta Ley, así como a través de los
mecanismos de coordinación y concertación que se generen. Capítulo Segundo
Atribuciones de la Federación (REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 14 DE MAYO
DE 2019)
Artículo 8. Corresponden a la federación, a través de la Secretaría las atribuciones
siguientes:
I. Formular y conducir la política nacional de asentamientos humanos, así como el
ordenamiento territorial, en coordinación con otras dependencias de la
Administración Pública Federal;
II. Formular el proyecto de estrategia nacional de ordenamiento territorial con la
participación de las dependencias del Poder Ejecutivo Federal, con las entidades
federativas y los municipios;
III. Participar, en coordinación con las entidades federativas y los municipios en la
planeación y promoción de la infraestructura, equipamientos y servicios
metropolitanos;
IV. Expedir los lineamientos en materia de equipamiento, infraestructura, medio
ambiente y vinculación con el entorno, a los que se sujetarán las acciones que se
realicen en materia de uso o aprovechamiento del suelo, así como de vivienda,
financiadas con recursos federales, en términos de la Ley de Vivienda, así como
las de los organismos que financien vivienda para los trabajadores en
cumplimiento a la obligación que consigna el artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos;
V. Promover la implementación de sistemas o dispositivos de alta eficiencia
energética en las obras públicas de infraestructura y Equipamiento Urbano, para
garantizar el Desarrollo Urbano sostenible;
VI. Prever a nivel nacional las necesidades de tierra para Desarrollo Urbano y
vivienda, considerando la disponibilidad de agua determinada 12 por la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales y regular, en coordinación con los
gobiernos de las entidades federativas y de los municipios, los mecanismos para
satisfacer dichas necesidades;
VII. Elaborar, apoyar y ejecutar programas que tengan por objeto satisfacer las
necesidades de suelo urbano y el establecimiento de Provisiones y Reservas
territoriales para el adecuado desarrollo de los Centros de Población, lo anterior
con la colaboración entre las dependencias y entidades de la Administración
Pública Federal correspondientes, con la coordinación entre éstas y los gobiernos
de las entidades federativas y de los municipios, y con la participación y
concertación con los diversos grupos sociales;
VIII. Planear, diseñar, promover y evaluar mecanismos de financiamiento para el
Desarrollo Regional, urbano, y rural, con la participación que corresponda a las
dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, de los gobiernos
de las entidades federativas, de los municipios que sean competentes, y las
Demarcaciones Territoriales, así como a las instituciones de crédito y de los
diversos grupos sociales; (REFORMADA, D.O.F. 14 DE MAYO DE 2019)
IX. Promover y ejecutar la construcción de obras de infraestructura y equipamiento
para el Desarrollo Regional, urbano y rural, en coordinación con los gobiernos
estatales, municipales y las Demarcaciones Territoriales, y con la participación de
los sectores social y privado, impulsando el acceso de todos y todas a los
servicios, beneficios y prosperidad que ofrecen las ciudades;
X. Formular y ejecutar el programa nacional de ordenamiento territorial y desarrollo
urbano, así como promover, controlar y evaluar su cumplimiento;
XI. Participar en la identificación, delimitación y planeación de las Zonas
Metropolitanas y conurbadas a que se refiere esta Ley;
XII. Proponer a las instancias competentes de las entidades federativas y los
municipios la creación de institutos de planeación, observatorios ciudadanos,
consejos participativos y otras estructuras institucionales y ciudadanas, en los
términos de esta Ley;
XIII. Coordinar sus actuaciones con las entidades federativas y los municipios, con la
participación de los sectores social y privado, en la realización de acciones e
inversiones para el ordenamiento territorial de 13 los asentamientos humanos y el
Desarrollo Urbano de los Centros de Población, mediante la celebración de
convenios y acuerdos;
XIV. Asesorar a los gobiernos estatales, municipales y las Demarcaciones Territoriales
que lo soliciten, en la elaboración y ejecución de sus planes o programas de
Desarrollo Urbano y en la capacitación técnica de su personal;
XV. Proponer a las autoridades de las entidades federativas la Fundación de Centros
de Población;
XVI. Verificar que las acciones e inversiones de las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal se ajusten, en su caso, a la legislación y planes o
programas en materia de ordenamiento territorial, Desarrollo Urbano y Gestión
Integral de Riesgos;
XVII. Vigilar las acciones y obras relacionadas con el Desarrollo Regional y urbano que
las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal ejecuten
directamente o en coordinación o concertación con las entidades federativas y los
municipios, así como con los sectores social y privado;
XVIII. Formular recomendaciones para el cumplimiento de la política nacional de
ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y de los convenios y
acuerdos que suscriban las autoridades pertenecientes al Ejecutivo Federal con
los sectores público, social y privado en materia de Desarrollo Regional y urbano,
así como determinar, en su caso, las medidas correctivas procedentes;
XIX. Emitir los criterios y lineamientos normativos para la delimitación territorial de
zonas metropolitanas y conurbaciones; observando la estrategia nacional de
ordenamiento territorial y previa consulta a las entidades federativas;
XX. La expedición de las normas oficiales mexicanas y la vigilancia de su cumplimiento
en las materias previstas en esta Ley;
XXI. Participar en la ordenación y regulación de zonas conurbadas de Centros de
Población ubicados en el territorio de dos o más entidades federativas;
XXII. Fomentar el desarrollo de estudios e investigaciones, así como la capacitación y
asistencia técnica en materia de ordenamiento territorial, Desarrollo Urbano y
Desarrollo Metropolitano;
XXIII. Promover, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, la elaboración de
instrumentos que identifiquen las zonas de alto riesgo ante los fenómenos
perturbadores de origen natural y antropogénicos;
XXIV. Crear y administrar el sistema de información territorial y urbano de conformidad
con lo dispuesto en esta Ley;
XXV. Integrar una red metropolitana que promueva la transferencia de metodologías,
buenas prácticas y la profesionalización e intercambio de información, así como el
desarrollo de proyectos estratégicos conjuntos con la participación de instituciones
académicas y de los sectores privado y social;
XXVI. Procurar, promover, respetar, proteger, garantizar, y tomar las medidas necesarias
para el pleno ejercicio de los derechos humanos relacionados con el ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano;
XXVII. Aprobar con el consejo nacional de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, la
estrategia nacional de ordenamiento territorial, así como sus modificaciones;
XXVIII. Prever el mecanismo que coadyuve, asesore y en su caso represente, los
intereses de los habitantes ante cualquier autoridad administrativa o jurisdiccional,
con especial atención a mujeres y a los sectores más desfavorecidos;
XXIX. Asesorar a las entidades federativas, los municipios y las Demarcaciones
Territoriales para asegurar la correcta distribución competencial entre los niveles
de gobierno;
XXX. Impulsar programas que propicien la uniformidad de trámites, permisos y
autorizaciones en la materia;
XXXI. Elaborar programas y acciones para la reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero, en el ámbito de las competencias de la presente Ley y de
conformidad con el marco legal vigente, los tratados internacionales aprobados y
demás disposiciones jurídicas aplicables, e informará (sic) anualmente de sus
avances, y
XXXII. Las demás que les señale esta Ley y otras disposiciones jurídicas.
Artículo 9. La Secretaría, expedirá normas oficiales mexicanas que tengan por objeto
establecer lineamientos, criterios, especificaciones 15 técnicas y procedimientos para
garantizar las medidas adecuadas para el ordenamiento territorial, el Desarrollo Urbano y
Desarrollo Metropolitano únicamente en los siguientes aspectos:
I. La estructura de la red de vialidades primarias en los asentamientos humanos,
Centros de Población y sus áreas de Crecimiento, y para las obras de cabecera y
la Movilidad urbana;
II. La custodia y aprovechamiento de las zonas de valor ambiental no urbanizables,
incluyendo las primeras dunas de las playas, vados de ríos, lagos y vasos
reguladores de agua, para la Resiliencia urbana;
III. La homologación de terminología para la jerarquización de espacios públicos y
equipamientos en los planes o programas de Desarrollo Urbano;
IV. La homologación de contenidos, metodologías y expresión gráfica para la
elaboración de los planes y programas en la materia, y los criterios para su
actualización con una visión de largo plazo, y
V. La prevención y atención de contingencias en los Centros de Población para el
fortalecimiento de la Resiliencia. Mismas que deberán ser observadas por los tres
órdenes de gobierno. Capítulo Tercero Atribuciones de las entidades federativas
Artículo 10. Corresponde a las entidades federativas:
I. Legislar en materia de asentamientos humanos, Desarrollo Urbano y ordenamiento
territorial, así como para la planeación, gestión, coordinación y desarrollo de las
conurbaciones y zonas metropolitanas, en sus jurisdicciones territoriales,
atendiendo a las facultades concurrentes previstas en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y en lo dispuesto por esta Ley;
II. Establecer normas conforme a las cuales se promoverá y dará participación a la
ciudadanía en los procesos de planeación, seguimiento y evaluación a que se
refiere esta Ley; 16
III. Promover el cumplimiento y la efectiva protección de los derechos humanos
relacionados con el Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos, el
Desarrollo Urbano y la vivienda;
IV. Aplicar y ajustar sus procesos de planeación a la estrategia nacional de
ordenamiento territorial;
V. Formular, aprobar y administrar su programa estatal de ordenamiento territorial y
desarrollo urbano, así como vigilar y evaluar su cumplimiento con la participación
de los municipios y la sociedad;
VI. Promover y decretar la Fundación de nuevos Centros de Población, a partir de las
propuestas que hagan la Secretaría o los municipios;
VII. Analizar y calificar la congruencia y vinculación con la planeación estatal, que
deberán observar los distintos programas municipales de Desarrollo Urbano,
incluyendo los de conurbaciones o zonas metropolitanas, a través de dictámenes
de congruencia estatal;
VIII. Inscribir en el Registro Público de la Propiedad, a petición de parte, los planes y
programas municipales en materia de Desarrollo Urbano, Reservas, Usos del
suelo y Destinos de áreas y predios, cuando éstos tengan congruencia y estén
ajustados con la planeación estatal y federal;
IX. Establecer las normas conforme a las cuales se efectuará la evaluación del
impacto urbano y territorial de las obras o proyectos que generen efectos
significativos en el territorio; las cuales deberán estar incluidas en los planes de
Desarrollo Urbano;
X. Participar, conforme a la legislación federal y local, en la constitución y
administración de Reservas territoriales, la dotación de infraestructura,
equipamiento y Servicios Urbanos, la salvaguarda de la población que se ubique
en los polígonos de protección y amortiguamiento determinados por los planes de
Desarrollo Urbano; así como en la protección del Patrimonio Natural y Cultural, y
de las zonas de valor ambiental del equilibrio ecológico de los Centros de
Población;
XI. Intervenir en la prevención, control y solución de los asentamientos humanos
irregulares, en los términos de la legislación aplicable y de conformidad con los
programas de Desarrollo Urbano, de conurbaciones y zonas metropolitanas
incluyendo el enfoque de género y el marco de los derechos humanos;
XII. Emitir y, en su caso, modificar la legislación local en materia de Desarrollo Urbano
que permita contribuir al financiamiento e instrumentación del ordenamiento
territorial y el Desarrollo Urbano y Desarrollo Metropolitano en condiciones de
equidad, así como para la recuperación de las inversiones públicas y del
incremento de valor de la propiedad inmobiliaria generado por la consolidación y el
crecimiento urbano;
XIII. Participar en la planeación y regulación de las zonas metropolitanas y
conurbaciones, en los términos previstos en esta Ley y en las leyes de las
entidades federativas que, en su caso, corresponda;
XIV. Establecer y participar en las instancias de coordinación metropolitana en los
términos de esta Ley;
XV. XV. Coordinar sus acciones con la Federación, con otras entidades federativas sus
municipios o Demarcaciones Territoriales, según corresponda, para el
Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos y la planeación del
Desarrollo Urbano y Desarrollo Metropolitano; así como para la ejecución de
acciones, obras e inversiones en materia de infraestructura, equipamiento y
Servicios Urbanos, incluyendo las relativas a la Movilidad y a la accesibilidad
universal;
XVI. Convenir con los sectores social y privado la realización de acciones e inversiones
concertadas para el Desarrollo Regional, Desarrollo Urbano y Desarrollo
Metropolitano, atendiendo a los principios de esta Ley y a lo establecido en las
leyes en la materia;
XVII. Apoyar a los municipios que lo soliciten, en la administración de los servicios
públicos municipales, en los términos de las leyes aplicables;
XVIII. Evaluar y dar seguimiento, en los términos de las leyes locales relativas, al
impacto urbano o regional de obras y proyectos que generen efectos en el territorio
de uno o más municipios de la entidad de que se trate;
XIX. Apoyar a las autoridades municipales que lo soliciten, en la administración de la
planeación del Desarrollo Urbano, o convenir con ellas la transferencia de
facultades estatales en materia urbana, en términos de los convenios que para ese
efecto se celebren;
XX. Imponer sanciones administrativas a los infractores de las disposiciones jurídicas y
de los programas estatales de Desarrollo 18 Urbano y Desarrollo Metropolitano,
conforme a lo que prevea la Ley General de Responsabilidades Administrativas,
así como dar vista a las autoridades competentes, para la aplicación de las
sanciones que en materia penal se deriven de las faltas y violaciones a tales
disposiciones;
XXI. Aplicar y promover las políticas y criterios técnicos de las legislaciones fiscales,
que permitan contribuir al financiamiento del ordenamiento territorial y el Desarrollo
Urbano, Desarrollo Regional y Desarrollo Metropolitano en condiciones de
equidad, así como la recuperación del incremento de valor de la propiedad
inmobiliaria generado por la consolidación y el Crecimiento urbano;
XXII. Formular y aplicar las políticas, así como realizar las acciones en materia de
estructuración urbana, gestión del suelo, Conservación del Patrimonio Natural y
Cultural y accesibilidad universal, incluyendo la Movilidad;
XXIII. Evaluar y dar seguimiento, en los términos de las leyes locales aplicables al
impacto territorial de obras y proyectos que generen efectos en el territorio de uno
o más municipios de la entidad de que se trate;
XXIV. Prevenir y evitar la ocupación por asentamientos humanos en zonas de alto riesgo,
de conformidad con los atlas de riesgo y en los términos de la legislación aplicable;
XXV. Establecer en las leyes y reglamentos de la materia, los lineamientos a los que
habrán de sujetarse las autorizaciones, licencias o permisos relacionados con las
diferentes acciones urbanísticas, en las cuales se debe prever por lo menos las
formalidades y requisitos, procedimientos, causas de improcedencia, tiempos de
respuesta, medios de impugnación, medidas de seguridad y sanciones, causas de
revocación y efectos para la aplicación de afirmativas o negativas fictas, tendientes
a garantizar la seguridad jurídica y la máxima transparencia en los actos de
autoridad en la materia;
XXVI. Atender las consultas que realicen los municipios sobre la apropiada congruencia,
coordinación y ajuste de sus planes y programas municipales en materia de
Desarrollo Urbano, y
XXVII. Las demás que les señalen esta Ley y otras disposiciones jurídicas federales y
locales.

3.2.2.- PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DE URBANISMO.

Capítulo Primero Objeto de la Ley


Artículo 1. La presente Ley es de orden público e interés social y de observancia general en
todo el territorio del Estado de Nuevo León. Las disposiciones de esta Ley tienen por objeto:
I. Fijar las normas básicas e instrumentos de gestión de observancia general, para
planear, regular y ordenar el uso del territorio y los “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
Asentamientos Humanos en el Estado, con pleno respeto a los derechos
humanos, así como el cumplimiento de las obligaciones que tiene el ́ Estado para
promoverlos, respetarlos, protegerlos y garantizarlos plenamente;
II. Establecer la concurrencia del Estado y de los Municipios, para la ordenación y
regulación de los Asentamientos Humanos en el territorio estatal;
III. Fijar los criterios para que, en el ámbito de sus respectivas competencias exista
una efectiva congruencia, coordinación y participación entre el Estado y los
Municipios para la planeación de la Fundación, Crecimiento, Mejoramiento,
Consolidación y Conservación de los Centros de Población y Asentamientos
Humanos, garantizando en todo momento la protección y el acceso equitativo a los
Espacios Públicos y la cercanía de los ciudadanos con los bienes, servicios y
fuentes de empleo que requieren para desempeñar sus actividades urbanas;
IV. Definir los principios para determinar las Provisiones, Reservas, Usos de suelo y
Destinos de áreas y predios que regulan la propiedad en los Centros de Población;
V. Propiciar mecanismos que permitan la participación ciudadana en particular para
las mujeres, jóvenes y personas en situación de vulnerabilidad, en los procesos de
planeación y gestión del territorio con base en el acceso a información
transparente, completa y oportuna, así́ como la creación de espacios e
instrumentos que garanticen la corresponsabilidad del gobierno y la ciudadanía en
la formulación, seguimiento y evaluación de la política pública en la materia; “2017,
CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la
LXXIV Legislatura
VI. Establecer las bases que regirán la participación del Estado y los Municipios en la
planeación de las zonas metropolitanas y conurbaciones en el Estado, así como
las bases de coordinación para la ejecución de acciones, inversiones, obras y
servicios en materia de desarrollo urbano y ordenamiento territorial, en dichas
zonas;
VII. VII. Determinar las bases conforme a las cuales se dará la participación social en
materia de asentamientos humanos y desarrollo urbano;
VIII. VIII. Establecer los instrumentos de gestión y fomento, para la inducción,
concertación y coordinación de los distintos agentes públicos, sociales y privados
que intervienen en el desarrollo urbano del Estado; y
IX. IX. Determinar las bases generales conforme a las cuales los Municipios
formularán, aprobarán, administrarán y aplicarán los reglamentos, programas,
proyectos y demás disposiciones en materia de desarrollo urbano, asentamientos
humanos u ordenamiento territorial y demás conducentes en el ámbito de su
competencia.
X.
Artículo 2. Todas las personas sin distinción del sexo, raza, etnia, edad, limitación física,
orientación sexual, tienen derecho a vivir y disfrutar ciudades y Asentamientos Humanos
en condiciones sustentables, resilientes, saludables, productivos, equitativos, justos,
incluyentes, democráticos y seguros. Las actividades que realice el Estado de Nuevo León
para ordenar el territorio y los asentamientos humanos, tiene que realizarse atendiendo el
cumplimiento de estas condiciones. “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura Es obligación del Estado y de los
Municipios, promover una cultura de corresponsabilidad cívica y social. Artículo 3. Para los
efectos de esta Ley, se entenderá por:
I. Acción Urbanística: actos o actividades tendientes al uso o aprovechamiento del
suelo dentro de Áreas Urbanizadas o Urbanizables y áreas rurales, tales como:
subdivisiones, parcelaciones, fusiones, relotificaciones, fraccionamientos,
condominios, conjuntos urbanos o urbanizaciones en general, así́ como de
construcción, ampliación, remodelación, reparación, demolición o reconstrucción
de inmuebles, de propiedad pública o privada, que por su naturaleza están
determinadas en los planes o programas de Desarrollo Urbano o cuentan con los
permisos correspondientes. Comprende también la realización de obras de
equipamiento, infraestructura o Servicios Urbanos;
II. Aprovechamiento: el uso de suelo, destino de suelo, giro, clasificación o actividad
en específico a que se dedica o puede dedicarse un lote, predio, edificación o
parte de ella;
III. Área no urbanizable: son las áreas naturales protegidas; distritos de riego, zonas
de recarga de mantos acuíferos, tierras de alto rendimiento agrícola, pecuario o
forestal, derechos de vía; zonas arqueológicas y demás bienes del patrimonio
histórico, artístico y cultural, los terrenos inundables y las que tengan alto riesgo
que no sea mitigable, y se encuentran señalados como tales en los Atlas de
Riesgo, así como los demás que como tales defina el plan o programa de
desarrollo urbano respectivo que no deban ser urbanizados; “2017, CENTENARIO
DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
IV. Área de preservación natural: superficie de terreno que por sus características de
valor científico, ambiental o paisajista, deben mantenerse en su estado natural,
conforme a lo establecido por esta Ley, la Ley General de Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente, y la Ley Ambiental del Estado y su reglamento;
V. Área rural: superficie de suelo en estado natural con usos agropecuarios o
extractivos que puede o no ser colindante con el área urbana o urbanizada y que
no está conectada a las redes de infraestructura y servicios públicos;
VI. Área Urbanizable: territorio para el Crecimiento urbano contiguo a los límites del
Área Urbanizada del Centro de Población que, por reunir las condiciones o aptitud
necesarias para ser dotadas de servicios, la autoridad municipal determina a
través de los planes o programas de Desarrollo Urbano, cuya extensión y
superficie se calcula en función de las necesidades del nuevo suelo indispensable
para su expansión;
VII. Área Urbanizada: territorio ocupado por los Asentamientos Humanos dotado con
redes de infraestructura, equipamientos y servicios, con la aprobación de la
autoridad correspondiente;
VIII. Área vendible: es el área de un fraccionamiento o conjunto urbano sujetos a
régimen de propiedad en condominio que está prevista para funciones o
aprovechamientos diversos a los destinos de suelo y que podrá ser enajenada a
terceros una vez que se haya cumplido con los requisitos y obtenido las
autorizaciones establecidas en ésta Ley; “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
IX. Asentamiento Humano: el establecimiento de un conglomerado demográfico, con
el conjunto de sus sistemas de convivencia, en un área físicamente localizada,
considerando dentro de la misma los elementos naturales y las obras materiales
que lo integran;
X. Asentamiento Humano Irregular: el establecimiento de un conglomerado
demográfico, con el conjunto de sus sistemas de convivencia, en un área
físicamente localizada, considerando dentro de la misma los elementos naturales y
las obras materiales que lo integran el cual fue ocupado por invasión o mediante
operaciones traslativas de dominio, sin autorización de la autoridad competente;
XI. Centros de Población: las áreas constituidas por las zonas urbanizadas y las que
se reserven para su expansión y las que se consideren no urbanizables, conforme
a los planes o programas municipales de desarrollo urbano, así como las que por
resolución de la autoridad competente se provean para la fundación de los
mismos;
XII. Conjunto Urbano: es el desarrollo inmobiliario en el que, una vez expedidas las
licencias de construcción respectivas, en un lote o predio se pueden realizar una o
más edificaciones con diversidad de locales o áreas con aprovechamientos de
usos de suelo y usos de edificación diversos, sin vías públicas en su interior, en el
cual puede solicitarse la autorización para constituir un régimen de propiedad en
condominio, o se puede optar por continuar con el régimen de propiedad original; o
bien el desarrollo inmobiliario del cual, una vez que se sometió a todas las etapas
de autorización de los fraccionamientos, y sin vías públicas interiores, resulta el
fraccionamiento y la urbanización del suelo con áreas de uno o varios usos de
suelo o aprovechamientos, denominadas unidades de propiedad privativa o
unidades en condominio sujetas al régimen de propiedad en condominio
horizontal; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312
expedido por la LXXIV Legislatura
XIII. Conservación: acción tendiente a preservar las zonas con valores históricos y
culturales, así como proteger y mantener el equilibrio ecológico en las zonas de
servicios ambientales;
XIV. Consolidación: Política urbana o acciones dirigidas a fortalecer las zonas urbanas
existentes con los elementos de infraestructura y equipamiento que sean
necesarios para lograr el equilibrio en la vida urbana;
XV. Constancia de terminación de obras de urbanización: acto mediante el cual el
Municipio asume las obligaciones de prestar servicios públicos a un nuevo
fraccionamiento o conjunto urbano sujeto al régimen de propiedad en condominio
horizontal;
XVI. Construcción: toda obra o instalación que transforme el estado actual o natural de
un lote o predio con objeto de servir a las actividades humanas, tales como la
fabricación de elementos físicos, la reconstrucción, modificación, remodelación,
conservación, mantenimiento, restauración o demolición de bienes inmuebles, así
como las excavaciones, movimientos de tierra, cortes, rellenos y similares;
XVII. Conurbación: la continuidad física y demográfica que formen dos o más Centros
de Población;
XVIII. Corredor urbano: zona limitada por los predios o lotes que dan frente a una vía
pública, en la que los programas de desarrollo urbano de centros de población,
establecen usos y destinos del suelo y edificaciones comerciales, de servicios,
habitacionales de alta densidad y equipamiento urbano; “2017, CENTENARIO DE
LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
XIX. Crecimiento: política o acción urbana tendiente a ordenar y regular las zonas para
la expansión física de los Centros de Población;
XX. Densidad bruta: se entiende por densidad bruta el lineamiento urbanístico que
expresa la cantidad máxima de viviendas por hectárea que se establece para las
áreas urbanizables o de reserva para el crecimiento urbano en un plan o programa
de desarrollo urbano;
XXI. Densidad de vivienda: lineamiento urbanístico que indica la cantidad máxima de
viviendas permisibles por unidad de superficie, la cual puede ser bruta o neta;
XXII. Densidad habitacional neta: es el lineamiento urbanístico que indica la cantidad
máxima de viviendas por unidad de superficie, y que establece la superficie
mínima de terreno o suelo por lote o la superficie mínima de metros cuadrados de
terreno o suelo por unidad de vivienda en las zonas distintas al habitacional
unifamiliar. Esta densidad es la que establece preferentemente para las áreas
urbanas o urbanizadas en un plan de desarrollo urbano;
XXIII. Densificación: acción urbanística cuya finalidad es incrementar el número de
habitantes por unidad de superficie, considerando la capacidad de soporte del
territorio y, en su caso, adecuando los Espacios Públicos y sus infraestructuras;
XXIV. Derecho de vía: es el área de suelo o terreno que se establece en un plan de
desarrollo urbano y que resulta necesaria para el alojamiento actual o futuro de
instalaciones, vialidades, servicios públicos, equipamiento e infraestructura, que el
propietario o poseedor de lote o predio afectado por estos destinos, está obligado
a dejar libre de construcción o cualquier otro obstáculo en el nivel subterráneo, a
superficie y aéreo; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto
Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
XXV. Desarrollo Metropolitano: proceso de planeación, regulación, gestión,
financiamiento y ejecución de acciones, obras y servicios, en Zonas
Metropolitanas, que por su población, extensión y complejidad, deberán participar
en forma coordinada los tres órdenes de gobierno de acuerdo a sus atribuciones;
XXVI. Desarrollo Regional: el proceso de Crecimiento económico en dos o más centros
de determinados, garantizando el Mejoramiento de la calidad de vida de la
población, la del ambiente, así como la ́ conservación y reproducción de los
recursos naturales;
XXVII. Desarrollo Urbano: el proceso de planeación y regulación de la Fundación,
Conservación, Mejoramiento, Consolidación y Crecimiento de los Centros de
Población;
XXVIII. Destinos: los fines públicos a que se prevea dedicar determinadas zonas o predios
de un Centro de Población;
XXIX. Dictamen de congruencia: el documento mediante el cual la Secretaría evalúa,
analiza y califica y, en su caso, confirma el contenido de un plan o programa
municipal de desarrollo urbano respecto de la congruencia, coordinación , ajuste y
vinculación con la planeación y las políticas establecidas en el Programa Estatal
de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y, en su caso, con el Programa de
Zona Metropolitana o de Conurbación, o Regional, así como con las disposiciones
de la presente Ley o bien hace recomendaciones tendientes a que se modifique o
corrija el documento presentado para su análisis;
XXX. Director responsable de obra: son los profesionales facultados por la Ley, con la
capacidad para asumir la responsabilidad técnica para elaborar o revisar los
proyectos, promover su autorización, construir y supervisar las obras de edificación
y urbanización, avalando que estas “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
cumplan con lo establecido por esta Ley, los planes y programas de desarrollo
urbano y reglamentos de la materia;
XXXI. Distrito: zona territorial resultante de la división del territorio municipal señalada en
los planes o programas de desarrollo urbano municipal;
XXXII. Edificación: es aquella obra en proceso de construcción o ya terminada que se
encuentre dentro de un lote o predio; la edificación puede ser habitacional,
comercial, de servicios, industrial, de infraestructura o equipamiento urbano;
XXXIII. Equipamiento Urbano: el conjunto de inmuebles, instalaciones, construcciones y
mobiliario utilizado para prestar a la población los Servicios Urbanos y desarrollar
las actividades económicas, sociales, culturales, deportivas, educativas, de
traslado y abasto;
XXXIV. Espacio público: áreas o predios de los Asentamientos Humanos destinados al
uso, disfrute o aprovechamiento colectivo, de acceso generalizado y libre tránsito;
incluye espacios abiertos como plazas, parques y vialidades;
XXXV. Estudio de Movilidad: Es el estudio que analiza las características, condiciones y
capacidad de la infraestructura vial, ciclista y peatonal, así como la oferta de los
servicios de transporte público, que en combinación con los aspectos del contexto
urbano, tienen efectos sobre la movilidad;
XXXVI. Fundación: la acción de establecer un nuevo Asentamiento Humano;
XXXVII. Gestión Integral de Riesgos: el conjunto de acciones encaminadas a la
identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos,
considerándolos por su origen multifactorial y en un proceso permanente de
construcción que involucra a los tres órdenes de gobierno, así como a ́ los
sectores de la sociedad, lo que facilita la implementación de políticas “2017,
CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la
LXXIV Legislatura públicas, estrategias y procedimientos que combatan las causas
estructurales de los desastres y fortalezcan las capacidades de Resiliencia o
resistencia de la sociedad. Comprende la identificación de los riesgos y, en su
caso, su proceso de formación, previsión, prevención, mitigación, preparación,
auxilio, recuperación y reconstrucción;
XXXVIII. Imagen urbana: impresión visual que producen las características físicas,
arquitectónicas, urbanísticas, del medio ambiente y socioeconómicas de una
localidad;
XXXIX. Impacto a la movilidad: efecto producido por la modificación de los movimientos o
flujos vehiculares y peatonales en la vialidad de una determinada zona causado
por una construcción opuesta en operación de una nueva edificación o del
desarrollo de un nuevo fraccionamiento o desarrollo inmobiliario;
XL. Impacto urbano: es la influencia o alteración causada por alguna obra, edificación
o proyecto público o privado que, por su proceso constructivo, funcionamiento o
magnitud, modifique o altere el funcionamiento integral y eficaz de la vialidad, la
infraestructura, los servicios públicos, los usos de suelo y el equipamiento urbano
en una zona de un Centro de Población en relación con su entorno;
XLI. Incorporación: es el proceso mediante el cual un predio o área urbanizable se
convierte en urbanizada mediante su habilitación con servicios e infraestructura y
las cesiones que para fines públicos se establecen en esta Ley, a través de alguna
de las acciones urbanas que la misma contempla;
XLII. Infraestructura: los sistemas y redes de organización y distribución de bienes y
servicios en los Centros de Población, incluyendo aquellas relativas a las
telecomunicaciones y radiodifusión; “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
XLIII. Infraestructura verde: sistema de prácticas, obras o equipos que utilizan procesos
que sirvan para la captación, esparcimiento, infiltración, integración o reutilización
de aguas pluviales o escurrentías;
XLIV. Ley: Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo
Urbano para el Estado de Nuevo León;
XLV. . Lineamientos o restricciones de orden urbanístico: son las restricciones
consistentes en el coeficiente de utilización del suelo; coeficiente de ocupación del
suelo; coeficiente de absorción del suelo o de área verde, remetimientos, altura de
las edificaciones, y, en su caso, las áreas de cajones de estacionamiento, así
como afectaciones viales o de otros destinos, entre otros, de cuya aplicación
resulta un espacio en el cual se puede edificar y un volumen de edificación,
mismos que se determinen en los planes, programas o reglamentos municipales
en materia de desarrollo urbano;
XLVI. Lote: porción delimitada de superficie de terreno ubicada en el área urbana o
urbanizada, así como los que resultan de fraccionamientos;
XLVII. Manejo integral de aguas pluviales: conjunto de acciones encaminadas a regular el
flujo y cauce natural de los escurrimientos pluviales que comprende zonas de
amortiguamiento, delimitación de los cauces, conducción o drenaje de aguas
pluviales, obras de manejo de suelos, de control de acarreos, de control de flujos,
de infiltración, de percolación y de filtración de agua, reutilización del agua pluvial y
en casos excepcionales obras de derivación y desvío de cauces, entre otras.
Dichas acciones pueden clasificarse en: obras en cauces naturales, que
comprenden cañadas, arroyos y ríos, obras maestras que comprenden colectores
u obras de control para resolver la problemática pluvial en una zona o en uno o
más Municipios, y obras secundarias o alimentadoras que se conectarían a la red
maestra o a los cauces naturales, y que son “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
realizadas por los particulares; preferentemente deben realizarse bajo el método
de infraestructura verde;
XLVIII. Manifestación del impacto ambiental: el documento mediante el cual se da a
conocer, con base en estudios, el grado de alteración o modificación del ambiente
natural, que generaría una obra o actividad, así como la forma de evitarlo o
atenuarlo en caso de que sea negativo;
XLIX. Manifestación de impacto urbano regional: es el estudio elaborado por
profesionista autorizado, en el que se analizan las externalidades e impactos que
genera una obra o proyecto que por su proceso constructivo, funcionamiento o
magnitud, rebase la capacidad de la infraestructura, los servicios públicos o los
equipamientos urbanos en una región conformada por dos o más Municipios o en
un Centro de Población, en relación con su entorno regional y en el que se
proponen las medidas de mitigación o compensación necesarias a efecto de
eliminar o disminuir al máximo posible dichos impactos o externalidades;
L. Matrices de Compatibilidades e Impactos: instrumento normativo contenido en los
planes o programas municipales, que indica la compatibilidad o condicionantes
para el aprovechamiento del suelo en las zonas secundarias;
LI. Megalópolis: sistema de zonas metropolitanas y centros de población y sus áreas
de influencia, vinculados de manera estrecha geográfica y funcionalmente. Se
considera que el umbral mínimo de población de una megalópolis es de 10
millones de habitantes;
LII. Mejoramiento: política urbana o acción tendiente a reordenar, renovar y dotar de
infraestructura, equipamientos y servicios, las zonas de un Centro de Población de
incipiente desarrollo, subutilizadas o deterioradas física o funcionalmente; “2017,
CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la
LXXIV Legislatura
LIII. Movilidad Urbana: capacidad, facilidad y eficiencia de tránsito o desplazamiento de
las personas y bienes en el territorio, priorizando la accesibilidad;
LIV. Normas Técnicas Estatales: son las regulaciones técnicas que expide la Secretaría
competente en materia de asentamientos humanos, ordenamiento territorial y
desarrollo urbano, y que expresan la información, requisitos, especificaciones,
procedimientos o metodología que debe utilizarse para la determinadas obras,
peritajes o estudios;
LV. Obras de urbanización: la construcción e introducción de infraestructura urbana,
vialidad, guarniciones y banquetas, nomenclatura, habilitación y señalamiento vial,
equipamiento y arbolado de las áreas municipales, plazas, parques, jardines y
camellones;
LVI. Ordenamiento Territorial de los Asentamientos Humanos: el ordenamiento
territorial es una política pública que tiene como objeto la ocupación y utilización
racional del territorio como base espacial de las estrategias de desarrollo
socioeconómico y la preservación ambiental; que se desarrollan o implementan
mediante las políticas de crecimiento, conservación, consolidación y mejoramiento;
LVII. Patrimonio Natural y Cultural: sitios, lugares o edificaciones con valor
arqueológico, histórico, artístico, ambiental o de otra naturaleza, definidos y
regulados por la legislación correspondiente;
LVIII. Planeación del desarrollo urbano: ordenación racional de acciones que, con la
participación social y de los gobiernos estatal y municipal, según su nivel de
competencia, tiene como propósito la transformación o conservación de los
asentamientos humanos y de centros de población, de conformidad con los
principios que la Ley establece, tales como fijar objetivos, metas, estrategias y
prioridades; asignar recursos; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura responsabilidades y tiempos
de ejecución, coordinándose acciones y evaluándose resultados;
LIX. Polígono de actuación: área que el plan de desarrollo urbano del Centro de
Población considera sujeta a acciones de mejoramiento urbano de renovación y
regeneración. Su implementación requiere de la coordinación y concertación entre
la autoridad y los particulares y puede plantearse, si es promovido por el sector
privado o social a través de un plan maestro y de un plan parcial de desarrollo
urbano cuando sea promovido por la autoridad municipal o estatal;
LX. Predio: porción delimitada de superficie de terreno ubicada en el área urbanizable
o de reserva para el crecimiento urbano;
LXI. Provisiones: las áreas que serán utilizadas para la Fundación de un Centro de
Población;
LXII. Proximidad: es la cercanía entre las zonas habitacionales y centros de trabajo,
comercio, equipamiento social, de seguridad, deportivo y de esparcimiento;
LXIII. Proyecto ejecutivo: el proyecto urbanístico autorizado, los planos, documentos,
presupuestos y demás lineamientos que determinan las especificaciones de
construcción o instalación formulados por las dependencias u organismos
prestadores de los servicios públicos de agua potable, drenaje sanitario, drenaje
pluvial, sistema de manejo integral de aguas pluviales, energía eléctrica,
alumbrado público, así como el diseño de pavimentos y obras complementarias de
un fraccionamiento o conjunto urbano bajo el régimen de propiedad en condominio
horizontal; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312
expedido por la LXXIV Legislatura
LXIV. Proyecto urbanístico: el plano o conjunto de planos de un fraccionamiento
mediante los cuales se da solución al trazo y anchura de las vías públicas
requeridas para la integración del fraccionamiento con las áreas urbanas o
urbanizadas adyacentes; el trazo y ubicación de los lotes, con sus dimensiones y
superficies; la ubicación de las áreas necesarias para la infraestructura urbana;
ubicación de las áreas de cesión al Municipio en forma de plazas, parques o
jardines, con sus dimensiones y superficies; la ubicación de los lotes con usos del
suelo complementarios al predominante;
LXV. Reagrupamiento parcelario: es el proceso físico y jurídico de fusión de predios
comprendidos en un área determinada y su posterior subdivisión o fraccionamiento
y adjudicación con el propósito de ejecutar acciones para la conservación,
mejoramiento y crecimiento de los centros de población; el reagrupamiento supone
una asociación voluntaria o forzosa de propietarios de predios necesarios para la
ejecución de un proyecto de interés social, mediante la distribución de las cargas y
beneficios de sus participantes;
LXVI. Reducción de riesgos de desastres: los esfuerzos sistemáticos dirigidos al análisis
y a la gestión de los factores causales de los desastres, lo que incluye la reducción
del grado de exposición de las amenazas, la disminución de la vulnerabilidad de la
población y la propiedad, y una gestión adecuada de los suelos y del medio
ambiente;
LXVII. Régimen de Propiedad en Condominio: el régimen bajo el cual uno o varios
propietarios de uno o un grupo de inmuebles establecen una modalidad de
propiedad en la que el o los condóminos tendrán un derecho singular y exclusivo
de propiedad sobre las Unidades de Propiedad Privativa y además un derecho de
copropiedad sobre las áreas y Bienes de Uso Común de un inmueble que
comparten necesarios para un adecuado uso y disfrute; “2017, CENTENARIO DE
LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
LXVIII. Régimen de Propiedad en Condominio de Terreno Urbano. es aquel que se
constituye por lotes de terreno individual, considerados como Unidades de
Propiedad Exclusiva, en los cuales cada condómino edificará su construcción
atendiendo las especificaciones técnicas que establezca la autoridad municipal
correspondiente al momento de otorgar la licencia de construcción respectiva, así
como las normas generales y especiales del Condominio;
LXIX. Regularización de la tenencia de la tierra: es el proceso de legalización de la
posesión del suelo a las personas asentadas en él irregularmente;
LXX. Reservas: las áreas de un Centro de Población que serán utilizadas para su
Crecimiento;
LXXI. Resiliencia: es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente
expuesta a un peligro para resistir, asimilar, adaptarse y recuperarse de sus
efectos en un corto plazo y de manera eficiente, a través de la preservación y
restauración de sus estructuras básicas y funcionales, para lograr una mejor
protección futura y mejorar las medidas de reducción de riesgos;
LXXII. Secretaría: la Secretaría de Desarrollo Sustentable, dependencia estatal
competente en materia de desarrollo urbano, ordenamiento territorial y
asentamientos humanos;
LXXIII. Servicios Urbanos: las actividades operativas y servicios públicos prestadas
directamente por la autoridad competente o concesionada para satisfacer
necesidades colectivas en los Centros de Población;
LXXIV. Sistema Estatal Territorial: delimita las regiones y Sistemas Urbano Rurales que
las integran y establece la jerarquización y caracterización de las Zonas
Metropolitanas, Conurbaciones y Centros de Población, así́ como sus
interrelaciones funcionales; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
LXXV. Sistema del manejo integral de aguas pluviales: es el conjunto de infraestructura
existente, cañadas, arroyos, las acciones y proyectos que se describen en el
programa sectorial de infraestructura para el manejo sustentable de aguas
pluviales respecto a una cuenca, subcuenca o grupo de cuencas correspondiente;
LXXVI. Sistemas Urbano Rurales: unidades espaciales básicas del ordenamiento
territorial, que agrupan a áreas no urbanizadas, centros urbanos y asentamientos
rurales vinculados funcionalmente;
LXXVII.Subdivisión: es la partición de un lote o predio, ubicado dentro del área urbana o
de reserva para el crecimiento urbano de los centros de población, en dos o más
fracciones y que no requiere la apertura de una o más vías públicas;
LXXVIII. Urbanización: es el proceso técnico, económico y legal, inmediato o progresivo,
mediante el cual se introducen las redes de infraestructura, los servicios públicos y
la vialidad en un Centro de Población para el asentamiento del ser humano y sus
comunidades;
LXXIX. Usos del suelo: los fines particulares a que podrán dedicarse determinadas zonas
o predios de un Centro de Población o Asentamiento Urbano;
LXXX. Valores Culturales: Conjunto de características distintivas, materiales o
inmateriales, que identifican y definen las áreas de los centros de población y que
incluyen además del patrimonio arqueológico, histórico, artístico, arquitectónicos,
cultural y natural; la imagen urbana, los modos de vida, expresiones,
conocimientos y tradiciones, cuya preservación es necesaria para garantizar la
calidad de vida y la convivencia de la población que las habita; “2017,
CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la
LXXIV Legislatura
LXXXI. Vecino: el residente del área que resulte afectado por una acción urbana o un acto
derivado de esta Ley, quien tendrá interés jurídico legítimo para exigir que se
apliquen las medidas de seguridad y sanciones procedentes o bien para intentar
los medios de defensa que contemplan los ordenamientos jurídicos aplicables;
LXXXII.Vía pública: es todo inmueble del dominio público de utilización común, que por
disposición de la Ley, de la autoridad competente, o por razón del servicio se
destine al libre tránsito, o bien, que de hecho está ya afecto a utilización pública en
forma habitual y cuya función sea la de servir de acceso a los predios y
edificaciones colindantes;
LXXXIII. Vialidad de la Red Urbana: Es el derecho de vía pública, localizado en una
zona urbana o urbanizable, que se destina regularmente al tránsito de todos los
modos de transporte, y en algunos casos con restricciones hacia algunos de ellos.
Las vialidades urbanas deben de priorizar el traslado directo, seguro y conectado
para favorecer la movilidad sustentable (peatonal, ciclista y de transporte público).
Se deben de considerar de manera secundaria, los vehículos automotores
privados así como los camiones de carga que tengan recorridos de paso, mientras
que el acceso de vehículos y camiones de mercancías, con destinos locales,
deben de estar integrados en el diseño. Las vialidades urbanas deben no solo
resolver la demanda de movilidad, sino que tienen que ser consideradas como
espacios públicos, comunitarios, culturales y comerciales, con los cuales se
fomenten entornos atractivos y a escala humana, que incrementen y fortalezcan la
movilidad peatonal;
LXXXIV. Zona conurbada: es el área de suelo comprendido por el territorio determinado
por cada Municipio que comprende la conurbación, y que se describe gráficamente
en el convenio de conurbación que al efecto se expida y suscriba por las
autoridades que específicamente se indican en esta Ley; “2017, CENTENARIO DE
LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
LXXXV. Zona de Conservación: las áreas definidas en los planes o programas de
desarrollo urbano para regular y ordenar las acciones urbanas en tales áreas, a fin
de proteger y preservar sus valores históricos, culturales o ambientales, en las que
se protejan el conjunto de modos de vida, residencia y costumbres, conocimientos
y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social. En
ésta zona habrá políticas más estrictas en cuanto a usos de suelo, densidades,
alturas y estacionamientos;
LXXXVI. Zona de consolidación: Espacio territorial previsto en los planes y programas
de desarrollo urbano que por su vocación, ubicación estratégica, conectividad, u
otras características particulares que las hagan aptas para la densificación y la
mezcla intensiva de los usos y destinos del suelo, es delimitado para proyectar
sobre ellas la implementación de políticas públicas y acciones urbanas pertinentes,
con el propósito de reducir la tendencia de expansión horizontal de un Centro de
Población, mediante el máximo aprovechamiento de su capacidad de densificación
en las zonas centrales o estratégicas, a fin de propiciar ciudades compactas,
productivas, competitivas, incluyentes y sustentables que faciliten la movilidad y
eleven la calidad de vida de sus habitantes;
LXXXVII. Zona de crecimiento: área definida en los planes o programas de desarrollo
urbano para regular y ordenar las acciones urbanas dentro de la misma, a fin de
contener la expansión física de los centros de población en las que se prevea un
balance de usos y destinos del suelo, densidades, con una movilidad sustentable e
infraestructura suficiente;
LXXXVIII. Zona de crecimiento controlado: son zonas en donde aplica primordialmente el
uso habitacional donde las densidades se calculan en función de las pendientes
del predio en cuestión; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
LXXXIX. Zona de suelo estratégico: son aquellas áreas o predios que los programas de
desarrollo urbano definan como esenciales o fundamentales para el crecimiento,
ordenación o estructuración urbana de un Centro de Población según los periodos
de apertura contemplados;
XC. Zona de transición: territorio delimitado e identificado en el plan de Desarrollo
Urbano con tendencias de cambio de uso de suelo, sujeto a políticas y acciones de
mejoramiento urbano;
XCI. Zonas de mejoramiento: Las áreas definidas en los planes o programas de
desarrollo urbano para regular y ordenar las acciones urbanas dentro de la misma
para lograr un aprovechamiento más eficiente o lograr su regeneración, en las que
se prevea un balance de usos y destinos del suelo, densidades, con una movilidad
sustentable e infraestructura suficiente;
XCII. Zona Metropolitana: Conjunto de dos o más Municipios o Centros de Población
colindantes o Conurbaciones , donde se localiza una ciudad de cincuenta mil o
más habitantes que por su complejidad, interacciones, relevancia social y
económica, cuya área urbana, funciones y actividades influyan fuera del límite
territorial de al menos uno de los Municipios, incorporando, a su área de influencia
directa a Municipios vecinos, con los que mantiene un alto grado de integración
socioeconómica, por lo que se conforma una unidad territorial de influencia
dominante y reviste importancia estratégica para el desarrollo nacional o del
Estado;
XCIII. Zonas: son las superficies de suelo en que se divide un Centro de Población o de
un Municipio, en las que está previsto un uso de suelo o aprovechamiento
predominante de la superficie total de cada zona, “2017, CENTENARIO DE LAS
CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura siendo
pudiendo existir usos del suelo complementario y compatible con el uso de suelo o
aprovechamiento predominante;
XCIV. Zonas de riesgo: son las superficies de suelo de un Centro de Población o de un
Municipio, identificadas como tales por los atlas de riesgos, que por su ubicación
representan peligro, debido a factores antropogénicos o naturales, que pueden
causar daños o perjuicios a las personas o a sus bienes;
XCV. Zonificación: la determinación de las áreas que integran y delimitan un territorio;
sus aprovechamientos predominantes y las Reservas, Usos y Destinos, así como
la delimitación de las áreas de Crecimiento, ́ Conservación, consolidación y
Mejoramiento;
XCVI. Zonificación Primaria: la determinación de las áreas que integran y delimitan un
Centro de Población; comprendiendo las Áreas Urbanizadas y Áreas Urbanizables,
incluyendo las Reservas de Crecimiento, las áreas no urbanizables y las áreas
naturales protegidas, así como la ́ red de vialidades primarias; y
XCVII. Zonificación Secundaria: la determinación de los Usos de suelo en un espacio
edificable y no edificable, así como la definición de los Destinos ́ específicos.
Capitulo Segundo Principios “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura

Artículo 4. La planeación, regulación y gestión de los Asentamientos Humanos y el


ordenamiento territorial, deben conducirse con apego a los siguientes principios de política
pública:

I. Derecho a la ciudad: garantizar a todos los habitantes de un asentamiento


humano el acceso a la vivienda, infraestructura, equipamiento y servicios
básicos, a partir de los derechos reconocidos por la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados internacionales suscritos
por México en la materia;
II. Equidad e inclusión: garantizar el ejercicio pleno de derechos en
condiciones de igualdad, promoviendo la cohesión social a través de
medidas que impidan la discriminación, segregación o marginación de
individuos o grupos. Promover el respeto de los derechos de los grupos
vulnerables y que todos los habitantes puedan decidir entre una oferta
diversa de suelo, viviendas, servicios, equipamientos, infraestructura y
actividades económicas de acuerdo a sus preferencias, necesidades y
capacidades;
III. Derecho a la propiedad urbana: garantizar los derechos de propiedad
inmobiliaria con la intención de que los propietarios tengan protegidos sus
derechos, pero también asuman responsabilidades especificas con el
estado y con la sociedad, respetando los derechos y limites previstos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y esta Ley. El
interés público prevalecerá́ en la ocupación y aprovechamiento del
territorio;
IV. Coherencia y racionalidad: adoptar perspectivas que promuevan el
ordenamiento territorial y el Desarrollo Urbano de manera equilibrada,
armónica, racional y congruente, acorde a los planes y políticas
nacionales; así como procurar la eficiencia y transparencia en el uso de ́
los recursos públicos; “2017, CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES”
Decreto Núm. 312 expedido por la LXXIV Legislatura
V. Participación democrática y transparencia: proteger el derecho de todas las
personas a participar en la formulación, seguimiento y evaluación de las
políticas, planes y programas que determinan el desarrollo de las ciudades
y territorio. Para lograrlo se garantizará la transparencia y el acceso a la
información pública de conformidad con lo dispuesto en la presente Ley y
demás legislación aplicable en la materia;
VI. Productividad y eficiencia: fortalecer la productividad y eficiencia de las
ciudades como eje del crecimiento económico, a través de la consolidación
de redes de vialidad y Movilidad Urbana, energía y comunicaciones,
creación y mantenimiento de infraestructura productiva, equipamientos y
servicios públicos de calidad. Maximizar la capacidad de las ciudades para
atraer y retener talentos e inversiones, minimizar costos y facilitar la
actividad económica;
VII. Protección y progresividad del Espacio público: crear condiciones de
habitabilidad de los Espacios Públicos, como elementos fundamentales
para el derecho a una vida sana, la convivencia, recreación y seguridad de
los ciudadanos, considerando las necesidades diferenciadas por personas
y grupos. Se fomentará el rescate, la creación y el mantenimiento de los
Espacios Públicos, los que podrán ampliarse, o mejorarse, pero nunca
destruirse o verse disminuidos. En caso de utilidad pública, estos espacios
deberán ser sustituidos por otros que generen beneficios equivalentes;
VIII. Resiliencia, seguridad urbana y riesgos: propiciar y fortalecer todas las
instituciones y medidas de prevención, mitigación, atención, adaptación y
Resiliencia que tengan por objetivo proteger a las personas y su “2017,
CENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES” Decreto Núm. 312 expedido
por la LXXIV Legislatura patrimonio, frente a los riesgos naturales y
antropogénicos; así como evitar la ocupación de zonas de alto riesgo;
IX. Sustentabilidad ambiental: promover prioritariamente, el uso racional de
recursos naturales renovables y no renovables, para evitar comprometer la
capacidad de futuras generaciones. Así como evitar rebasar la ́ capacidad
de carga de los ecosistemas y que el Crecimiento urbano ocurra sobre
suelos agropecuarios de alta calidad, áreas naturales protegidas o
bosques; y
X. Accesibilidad y Movilidad urbana: consiste en promover una adecuada
accesibilidad universal que genere cercanía y favorezca la relación entre
diferentes actividades urbanas, a través de medidas como la flexibilidad de
Usos del suelo compatibles y densidades sustentables, una red vial
operativa y funcional, la distribución jerarquizada de los equipamientos,
una efectiva movilidad urbana que privilegie las calles completas, el
transporte público, peatonal y no motorizado, generando incentivos a
quienes generen cercanía entre las viviendas y fuentes de empleo.
Consiste además en garantizar la accesibilidad a todas las personas sin
importar su edad, género, discapacidad, condición social, creencias,
opiniones y cualquier otra que de no tomar en cuenta atente contra la
dignidad humana. Artículo 5. Toda política pública de ordenamiento
territorial, desarrollo y planeación urbana y coordinación metropolitana
deberá́ observar los principios señalados en el artículo anterior, sin
importar el orden de gobierno de donde emana.

3.2.3.- DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS EN MATERIA DE URBANÍSTICA.

1. El urbanismo, tema-testigo de la problemática competencial en el Estado autonómico.


2. Distribución de competencias legislativas entre el Estado y las comunidades autónomas en
materia de urbanismo, vivienda y ordenación del territorio. STC 61/1997, 164/2001.

El urbanismo no es una competencia compartida entre el Estado y las comunidades


autónomas. A las comunidades autónomas les corresponde el modelo de ciudad y de
territorio; al Estado, la determinación de un marco común a través de elementos puntuales.
El artículo 47 de la CE, como referente material obligado para el legislador del urbanismo.
Las competencias estatales para incidir o condicionar el urbanismo: propiedad, expropiación y
responsabilidad.

La autonomía local y el urbanismo.

El vicio de incompetencia

El urbanismo, tema-testigo de la problemática competencial en el Estado autonómico La


conflictividad que ha experimentado la “cuestión urbanística” no hay que buscarla
exclusivamente en causas intrínsecas. Los sucesivos recursos de inconstitucionalidad no han
hecho sino aflorar algunos de los problemas inherentes al Estado autonómico, que, por de
pronto, exceden en mucho del urbanismo, para reproducirse en la sede de tantas otras
políticas sectoriales. El juego de las competencias estatales a que se refieren las reglas 1 y 18
del artículo 149.1 de la CE sobre sectores especiales de la competencia exclusiva de las
comunidades autónomas; el Derecho supletorio del Estado; los efectos de las declaraciones
de inconstitucionalidad de las leyes viciadas de incompetencia; el fenómeno de la sucesión de
leyes estatales y autonómicas en el tiempo, etc., son algunos de ellos.
La ausencia de una verdadera cámara de representación territorial; la actuación del Tribunal
Consti tucional como única instancia de arreglo de controversias competenciales; las
insuficiencias y silencios del título VIII de la Constitución; el esquematismo o simplicidad de la
LOTC en lo que hace a los efectos de la inconstitucionalidad, entre otros factores, parecen
guardar relación con esa problemática.

La arquitectura constitucional de nuestro Estado compuesto y el sistema de justicia


constitucional polarizan y encarnan, a nuestro juicio y por justa convención, algunas de las
claves fundamentales.
Distribución de competencias legislativas entre el Estado y las comunidades autónomas en
materia de urbanismo, vivienda y ordenación del territorio. STC 61/1997, 164/2001 2.1. El
urbanismo no es una competencia compartida entre el Estado y las comunidades autónomas.
A las comunidades autónomas les corresponde el modelo de ciudad y de territorio; al Estado,
la determinación de un marco común a través de elementos puntuales La competencia
legislativa sobre urbanismo ha sido atribuida a las comunidades autónomas, como se
desprende de la Constitución (artículos 148.1.3 y 149.1 de la CE) y de todos los estatutos de
autonomía.

El Estado ostenta algunos títulos que le permiten condicionar e influenciar la política


urbanística, sin que ello signifique, sin embargo, que se transforme en una materia
compartida, al modo propio de la secuencia “bases-desarrollo”. Al Estado no le incumbe, en
efecto, la regulación básica del urbanismo y a las comunidades autónomas su desarrollo,
como consecuencia de la suma de todos sus títulos en juego.

No es ese el reparto que se desprende del orden constitucional de distribución de


competencias. Sobre el esquema “bases-desarrollo” se ha articulado la distribución en
muchos casos, como en el medio ambiente, la sanidad, la Seguridad Social, contratos, función
pública, régimen minero y energético, etc. Pero no en todos. De la misma manera que al
Estado le han quedado reservadas ciertas materias (y no sólo las bases), con una técnica
similar se ha operado respecto de las comunidades autónomas en ciertos supuestos, aunque
ello no se traduzca tampoco en una exclusividad en sentido absoluto.

El hecho de que el Estado tenga atribuida la regulación exclusiva de ciertos elementos o


fragmentos con evidente proyección urbanística (en esencia, el diseño mínimo de la propiedad
urbana y su valoración) determina que la competencia autonómica deba cohonestarse con
aquélla. Así lo expresa la STC 61/1997: “la competencia autonómica exclusiva sobre
urbanismo ha de integrarse sistemáticamente con aquellas otras estatales que, si bien en
modo alguno podrían legitimar una regulación general del entero régimen jurídico del suelo,
pueden propiciar, sin embargo, que se afecte puntualmente a la materia urbanística
(establecimiento de las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el ejercicio del
derecho de propiedad urbana, determinados aspectos de la expropiación forzosa o de la
responsabilidad administrativa).

Pero ha de añadirse, a renglón seguido, que no debe perderse de vista que en el reparto
competencial efectuado por la CE es a las comunidades autónomas a las que se ha atribuido
la competencia exclusiva sobre el urbanismo, y por ende es a tales entes públicos a los que
compete emanar normas que afecten a la ordenación urbanística, en el sentido más arriba
expuesto.” Tres son las competencias estatales más importantes mediante las cuales puede el
Estado incidir legítima y puntualmente sobre el urbanismo: la propiedad urbana, tanto en su
vertiente jurídico-pública de delimitación de su contenido y su protección frente al poder
público, cuanto en su dimensión civil o de relaciones entre particulares; la expropiación
forzosa y los respectivos criterios de valoración, así como la responsabilidad administrativa.

Todas ellas giran en torno al urbanismo en sentido subjetivo, a los derechos y deberes
básicos de los ciudadanos, en esencia, en derredor de la propiedad en sentido amplio y su
sistema de garantías (indemnizatoria y de procedimiento). Hay otras competencias que
también podrán enmarcar, de algún modo, al urbanismo (y, por extensión, a la vivienda y
ordenación del territorio), aunque, aquí y ahora, en menor medida.

Entre éstas cabría destacar:


a) La competencia exclusiva del Estado sobre el procedimiento administrativo común, sin
perjuicio de las reglas de procedimiento especial cuya regulación compete a las comunidades
autónomas (como punto de partida, la sentencia destaca que es ésta una competencia
adjetiva que sigue a la sustantiva, aquí el urbanismo, por lo que las normas de procedimiento
especial, como las relativas al planeamiento, corresponde fijarlas a las comunidades
autónomas). Al fin y al cabo, procedimiento “común” no ha de ser entendido en un sentido
codificador, esto es, como un procedimiento único o como un conjunto de trámites de obligado
cumplimiento, cualquiera que sea la materia sobre la que verse.

b) Las competencias sectoriales con dimensión espacial o física, para cuyo ejercicio el Estado
podrá recurrir a la planificación territorial y a fórmulas de coordinación; lo cual, por otra parte,
supondrá un lógico condicionamiento de la estrategia territorial que las comunidades
autónomas pretendan llevar a cabo a través de su competencia en materia de ordenación del
territorio y urbanismo. Esos títulos sectoriales podrán atribuirle también competencias de
ejecución.

3.2.4.- PLANEACIÓN URBANÍSTICA.


El planeamiento urbanístico o planificación urbana es el conjunto de instrumentos técnicos y
normativos que se redactan para ordenar el uso del suelo y regular las condiciones para su
transformación o, en su caso, conservación. Comprende un conjunto de prácticas de carácter
esencialmente proyectivo con las que se establece un modelo de ordenación para un ámbito
espacial, que generalmente se refiere a un municipio, a un área urbana o a una zona con
escala de barrio.

La

planificación urbana está relacionada con la geografía, la arquitectura, la ingeniería en


transporte y la ingeniería civil en la medida en que ordenan espacios. Debe asegurar su
correcta integración con las infraestructuras y sistemas urbanos. Precisa de un buen
conocimiento del medio físico, social y económico que se obtiene a través del análisis según
los métodos de la geografía, la sociología y demografía, la economía y otras disciplinas. El
planeamiento urbanístico es, por tanto, una de las especializaciones de la profesión
de urbanista, aunque normalmente es practicado por arquitectos (mayoritariamente) y también
por geógrafos, ingenieros civiles y de transporte y otros profesionales, en los países en los
que no existe como disciplina académica independiente.
Sin embargo, el urbanismo no es solo el planeamiento, sino que precisa gestión lo cual
conlleva organización político-administrativa.
La planificación urbana se concreta en los Planes urbanísticos, instrumentos técnicos que
comprenden, generalmente, una memoria informativa sobre los antecedentes y justificativa de
la actuación propuesta, unas normas de obligado cumplimiento, planos que reflejan las
determinaciones, estudios económicos sobre la viabilidad de la actuación y ambientales sobre
las afecciones que producirá.
La planificación urbana establece decisiones que afectan al derecho de propiedad, por lo que
es necesario conocer la estructura de la propiedad y establecer cuál puede ser el impacto de
las afecciones a la propiedad privada sobre la viabilidad de los planes.

3.2.4.1.- ASPECTO ECONÓMICOS

Históricamente el desarrollo económico mlnifiesta una modificación de la estructura de la


producción en favor de las actividades secundarias y terciarias y en contra del sector
agropecuario. El sector secundario, usualmente el más dinámico, da lugar a un crecimiento
paralelo de las actividades comerciales y de servicio ya que están directamente relacionadas
con sus propios requerimientos y satisfacen las necesidades de su fuerza de trabajo. Las
características tecnológicas de la industria y la necesidad de tierra con fines de localización
fabril hacen que las actividades industriales tiendan a concentrarse en ciudades. De esta
forma surge la relación entre la industrialización y la urbanización de la sociedad.
Los procesos de industrialización y desarrollo urbano constituyen una unidad dialéctica de
causa-efecto de naturaleza recíproca y necesaria. En México, el capitalismo surge como
sistema social dominante a fines del siglo xix. Con la incipiente industrialización del país se da
la base material para su urbanización, proceso que se ve notablemente acelerado en el siglo
xx. El comercio, los servicios y el gobierno absorbían en 1900 el 57.5% del Producto Interno
Bruto (PIB). La agricultura, ganadería, silvicultura y pesca ocupaban el segundo lugar con el
25.8%. Finalmente, el sector secundario con sólo el 16.7% del PIB, completaba la imagen del
país que recién emergía como capitalista dependiente (Véase el Cuadro 1). Los ochenta años
transcurridos entre 1900 y 1980 muestran una clara modificación en la estructura productiva
nacional como reflejo del desarrollo económico relativamente acelerado, aunque social y
espacialmente desigual y con fuerte subordinación al capital extemo.

Los sectores primario y secundario han sufrido las más drásticas modificaciones. Las
actividades agropecuarias perdieron su importancia relativa en forma continua y, en el período
1921-1935, la agricultura experimentó incluso una disminución absoluta al bajar de 4 652
millones de pesos constantes a 4 282, con un decremento medio anual del 0.8%. De esta
forma, en 1940 su participación en el PIB total era del 19.4%.

A partir de esa fecha, aunque con crecimientos absolutos significativos, ha sufrido una
continua pérdida de importancia hasta alcanzar el 8.3% del PIB en 1980 (Véase Cuadro 1). La
agricultura ha llegado en la actualidad a ser un mero apéndice de la industria. El sector
secundario ha sido el más dinámico de la economía y, en general, tuvo un incremento
sistemático de su participación en lo que va del siglo. Prácticamente todas sus ramas
aumentan a un ritmo dos o tres veces mayor que la tasa global de crecimiento, sobresaliendo
la electricidad, el petróleo y la industria de transformación. De este modo, de absorber el
16.7% del PIB total nacional en 1900, pasó al 27.6% en 1940 y al 37.3% en 1980.

Finalmente, el terciario experimentó una tenue disminución alcanzando en 1970 el 51.3% del
total nacional. A nivel de ramas, es creciente la participación del gobierno siendo más ligera la
de la rama comercial que, con mucho, es la principal del sector. En contrapartida,
disminuyeron los servicios. En lo que va del siglo, por tanto, se revela nítidamente que México
ha sufrido una gran transformación y en la actualidad desde el punto de vista de su estructura
económica emerge como una nación esencialmente industrial. La modificación de la
estructura productiva ha tenido un impacto directo en el proceso de urbanización.

En 1900, de 13.6 millones de habitantes el 10.5% eran urbanos, esto es, que vivían en
localidades de más de 15 000 habitantes. Cuarenta años después el porcentaje se duplica,
alcanzando el 20% de la población total de 1940. A partir de este año la participación de la
población urbana aumenta en forma permanente, alcanzando el 44.9% en 1970. Según
proyecciones para 1980 y 1990 este porcentaje será de 52.8% y 60.6%, respectivamente
(Véase Cuadro 2). Dentro de este período el número de ciudades ha aumentado también en
forma ininterrumpida.

En 1900 sólo existían 33 ciudades que pasaron a 39 en 1921. Para 1940 se tenían 55, las que
más que se duplicaron en los veinte años siguientes hasta alcanzar 123 en 1960. En el
decenio 1960-1970 aparecieron 55 nuevas localidades urbanas para conformar una jerarquía
de 178 ciudades en 1970. Según proyecciones, el sistema urbano está constituido en 1980
por 258 y en 1990 lo conformarán 378 ciudades (Véase Cuadro 2). ¿Qué función fundamental
desempeña el aumento de ciudades para el desarrollo económico?

3.3.- EL ORDENAMIENTO ECOLÓGICO DEL TERRITORIO COMO INSTRUMENTO PARA


EL DISEÑO DE POLÍTICAS.

Ante la perspectiva de crecimiento futuro, y considerando la necesidad de salvaguardar la


riqueza biológica a la par de planear el desarrollo comunitario, se realizó un ejercicio de
planeación con los siguientes objetivos: mejorar la calidad de vida de las comunidades, a
través de la participación, la conciliación de intereses de los actores locales, así como de
estudios técnicos que respalden la toma de decisiones. Los objetivos específicos fueron:
elaborar un programa de ordenamiento ecológico del territorio; proponer un modelo de
desarrollo sustentable a escala comunitaria; contribuir al desarrollo sustentable a través de la
identificación de iniciativas locales susceptibles de convertirse en proyectos detonadores del
desarrollo sustentable.

Álamos es un municipio del estado de Sonora donde se ejerce una fuerte presión sobre los
recursos naturales con los que cuenta; carece de oferta de empleos bien remunerados, tiene
un grado de accesibilidad muy bajo, entre otros muchos aspectos, lo que lo convierte en uno
de los municipios de mayor marginación y rezago en el estado, en contraste, la riqueza
biológica que posee lo ubica como uno de los más importantes del país.
La economía del municipio tiene sustento en la cría y venta de ganado, la extracción de
productos forestales y la ocupación de los integrantes de las comunidades rurales en
jornaleros de los ranchos productores de ganado en gran escala. La agricultura se practica
para autoconsumo con alto grado de siniestralidad como resultado de las limitaciones
económicas prevalecientes. En el caso particular de los problemas que enfrenta la ganadería,
menciona carencia de prácticas productivas sustentables, desertificación y degradación de los
agostaderos, deficiente infraestructura productiva, estrecha cobertura financiera, insolvencia
financiera y cartera vencida, entre otras.
Aun cuando la ganadería extensiva se mantiene como la principal actividad económica en
esta zona, se realizan otras actividades productivas como la agricultura de temporal. Los
principales cultivos son el ajonjolí, sorgo forrajero, maíz, frijol y cacahuate. Esta actividad
enfrenta serias limitantes, además de las lluvias escasas y erráticas, la falta de créditos y
comercialización, haciéndola poco rentable y orillando a los productores a emigrar a las
grandes ciudades y a los valles en busca de trabajo.
La problemática socio-ambiental que se vive se caracteriza por ser compleja y heterogénea.
Compleja porque es el resultado de impactos causados por diferentes actividades económicas
a lo largo de su historia y heterogénea porque la manifestación de ellos ha sido variada en su
territorio. El municipio presenta fenómenos de deforestación, erosión, sobrepastoreo, pérdida
de biodiversidad y alteraciones del clima. Otros problemas que se presentan son la escasez y
disponibilidad de agua y la práctica de actividades ilícitas. Acompañando los aspectos
ambientales se encuentran los socioeconómicos que se traducen en la falta de empleo,
marginación y pobreza, así como la dificultad para el acceso en las partes altas del municipio.

El medio rural se ha poblado de múltiples actividades productivas no agrícolas, tales como la


producción de artesanías, el turismo rural, servicios ambientales y un sinnúmero de servicios
de apoyo a los anteriores, así como a la producción agropecuaria. Esto demuestra cómo la
población rural ha modificado sus estrategias de sobrevivencia, diversificando fuentes de
empleo e ingresos y, de paso, transformando también el perfil de los territorios rurales afirman
que el concepto de territorio concibe a una región desde la perspectiva de espacio, donde
confluyen las dimensiones ambientales, económica, social y político-institucional, así como
múltiples sectores que interactúan a través del tiempo.

En este contexto los mismos autores definen el desarrollo territorial como un proceso de
transformación productiva e institucional en un espacio rural determinado cuyo fin es reducir la
pobreza rural. Por una parte, los sectores productivos se deben concebir como los sujetos de
las acciones encaminadas a superar los rezagos socioeconómicos y articularse competitiva y
sustentablemente a mercados más dinámicos; por otra parte, el desarrollo institucional dirigido
a estimular y facilitar la interacción y concertación de los actores locales entre sí y entre ellos
con agentes externos relevantes.

Para el enfoque del desarrollo territorial requiere la definición, instalación y poder de gestión
de una nueva institucionalidad territorial que empodere a las comunidades, abriéndoles el
camino a la autogestión, la autonomía y la corresponsabilidad en el desarrollo de sus propias
realidades. Precisa que ese empoderamiento trasciende lo local, pues considera que el
territorio implica las relaciones existentes entre los diferentes niveles locales, regionales,
nacionales y globales, tan determinantes en el panorama globalizado del mundo actual. Estas
relaciones se van a constituir en redes de apoyo a las instituciones del territorio y van a
permitir avanzar hacia procesos de democratización más coherentes, que vayan más allá de
las formalidades del voto, la división de poderes y las políticas de demanda.
La perspectiva territorial del desarrollo rural sustentable busca formular una propuesta
centrada en las personas y afianzada en los puntos de interacción entre los sistemas
socioculturales y los sistemas ambientales. Así mismo, se asociada a iniciativas innovadoras
que se fundamentan en la articulación de capacidades locales y en las ventajas comparativas
de las comunidades.
El proceso de planeación de los recursos naturales puede ser definido como un mecanismo
que permite aprovechar los recursos con que se cuenta, propiciar la negociación de los
actores, invertir de manera efectiva y articular los esfuerzos de las distintas iniciativas que se
desarrollan en las comunidades, comarcas y municipios. Se materializa en planes, normas,
programas que son siempre resultados de una investigación real realizada en la evaluación de
los recursos naturales de una región, localidad, comunidad o territorio. plantea que, uno de los
mayores retos de la planeación de recursos naturales sigue siendo el ajustar las estrategias
de conservación y mantenimiento ecológico dentro de aquellas políticas de desarrollo rural y
programas en los que la conservación no es el objetivo central; es por ello que los recursos
naturales juegan un papel principal en los sistemas de vida de muchos países pobres, aún en
aquellos severamente modificados o degradados. Por su parte, señala que el nuevo tipo de
planeación debe contener las siguientes características: participativa, consensuada,
articuladora e integradora.
Actualmente, la connotación de territorio tiene que ver con los elementos materiales, bióticos y
abióticos que le son intrínsecos de manera natural; a su vez, se asume que este experimenta,
por efecto de la acción social, una transformación que le otorga una dimensión cultural y
simbólica. Al mismo tiempo, tiene un valor de uso y de cambio con lo cual se le asigna una
dimensión económica, que se encuentra asociada a los procesos de acumulación del capital
que en su interior se desarrollan Dolfus, 1976. Toda acción de ordenamiento territorial se
realiza sobre un espacio en el cual existe una organización resultada de la interacción
sociedad-naturaleza, a través del tiempo.
Una de las aportaciones relevantes de la nueva concepción de los procesos socio-
ambientales es la idea de concebir al territorio como recurso y factor de desarrollo y no solo
como soporte físico para las actividades y los procesos económicos. En función de que en la
nueva visión el desarrollo sustentable de una región implica una creciente conciencia
ecológica y de responsabilidad colectiva de respeto al medio ambiente, el ordenamiento
ecológico del territorio puede jugar un papel estratégico.

El ordenamiento ecológico jurídicamente en México se define como: Un instrumento de


política ambiental cuyo objeto es regular o inducir el uso del suelo y las actividades
productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente y la preservación y el
aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a partir del análisis de las tendencias
del deterioro y las potencialidades de aprovechamiento de los mismos (Ley General de
Equilibrio Ecológico y Protección del Medio Ambiente, Título Primero, Art. 3, fracción XXIII).
señalan que el ordenamiento ecológico es un instrumento de la política ambiental diseñado
para caracterizar, diagnosticar y proponer formas de utilización del territorio y de sus recursos
naturales, bajo el enfoque de uso racional, diversificado y participativo.

El ordenamiento se concibe como un proceso y una estrategia de planificación, de carácter


técnico-político con el que se pretende configurar, en el largo plazo, una organización del uso
y la ocupación del territorio, acorde con las potencialidades y limitaciones del mismo, las
expectativas y aspiraciones de la población y los objetivos sectoriales de desarrollo. Se
concreta en planes que expresan el modelo territorial de largo plazo que la sociedad percibe
como deseable y las estrategias mediante las cuales se actuará sobre la realidad para
evolucionar hacia dicho modelo.

El ordenamiento territorial es un proceso y una estrategia de planificación; con él se pretende


configurar, en el largo plazo, una organización del uso y ocupación del territorio acorde con las
potencialidades y limitaciones del mismo, las expectativas y aspiraciones de la población y los
objetivos sectoriales de desarrollo (económico, social, cultural y ecológico). Se concreta en
planes y/o programas que expresan el modelo territorial a largo plazo que la sociedad percibe
como deseable, y las estrategias mediante las cuales se actuará sobre la realidad para
evolucionar hacia dicho modelo.

El ordenamiento ecológico del territorio permitirá tener un instrumento de planeación para


regular emplazamiento de las actividades productivas, además de coadyuvara a promover el
desarrollo sustentable a partir de los usos del suelo y criterios ecológicos para el
aprovechamiento del territorio municipal, sentando las bases para la restauración y
recuperación de los recursos naturales, los cuales conformaran la plataforma del desarrollo
económico y social estableciendo uno de los lineamientos estratégicos de la política
ambiental. Los principios rectores o los soportes conceptuales y normativos en los que
descansa el ordenamiento ecológico y territorial, son los siguientes:
 Integralidad: porque concibe las estructuras territoriales bajo un enfoque holístico, es
decir, como un todo, cuyas partes o subsistemas, en materia biofísica, económica,
sociodemográfica, político-administrativa y urbano-regional, se encuentran en continua
interacción.
 Articulación: el ordenamiento incorpora las políticas de desarrollo sectoriales y los
respectivos instrumentos que aplican en el municipio, a fin de favorecer la coherencia
entre ellas.
 Participación: la participación de los actores sociales es un elemento indispensable del
proceso de ordenamiento, pues es un recurso que otorga legitimidad y propicia
viabilidad en su aplicación, al fortalecer el reconocimiento e importancia del punto de
vista de los actores locales, asegurando su corresponsabilidad en las decisiones que
permitan construir un futuro estratégico para el territorio municipal, así como en el
seguimiento y evaluación de las acciones correspondientes.
 Prospectiva: anticiparse al futuro, a través de la identificación de las tendencias de uso
y ocupación del territorio, y del impacto que sobre él tienen las políticas sectoriales y
macroeconómicas que actualmente se aplican, es un ejercicio fundamental para
materializar el futuro deseado. Para ello, se apoya en el diseño de escenarios sobre
los cuales se gestionará el desarrollo territorial local.
 Equilibrio territorial: la aplicación del ordenamiento debe reducir los desequilibrios
espaciales al interior de los municipios y mejorar las condiciones de vida de la
población, a través de una equitativa distribución de todo tipo de actividades, servicios
e infraestructura.
 Sostenibilidad ambiental: los ordenamientos deben buscar que el uso actual de los
recursos no comprometa ni la disponibilidad ni la calidad de los mismos para las
futuras generaciones.
 Adaptativo: el proceso de ordenamiento plantea un esquema flexible que permite
realizar ajustes para adecuar la propuesta de ordenamiento territorial a los cambios
experimentados por el territorio.
En cuanto a la participación comunitaria, afirma que resulta indispensable en cualquier
proceso de planeación de recursos naturales, difícilmente las iniciativas tomadas por la
comunidad pueden sustituir a la planeación formal (técnica, en este caso el ordenamiento
ecológico territorial) de extensas áreas. Sin embargo, la conjunción de ambas resulta útil a la
hora de los consensos en la solución de los conflictos que pueden surgir por diferentes
intereses.
La evaluación rural participativa (ERP) estima que la colaboración social es un ingrediente
fundamental para elaborar proyectos, impulsar un mejoramiento sustantivo en la calidad de
vida local y conservar los recursos naturales. El método de ERP derivó de la evaluación rural
rápida (ERR) y se utilizó por primera vez a comienzos de la década de los ochenta, afirman
que en la evaluación rural participativa la colaboración social es un ingrediente fundamental
para elaborar proyectos, impulsar un mejoramiento sustantivo en la calidad de vida local y
conservar los recursos naturales.
La práctica de la investigación e innovación participativas, entre los pequeños productores
agropecuarios, es un recurso interesante ya que aprovecha el conocimiento empírico que
tienen los productores, no solo de los recursos naturales con que cuentan y su manejo, sino
también de las potencialidades y los límites que impone el ambiente cultural, social y político
en que sus explotaciones están insertas.
Investigaciones llevadas a cabo sobre la aplicación del enfoque participativo en la
transferencia tecnológica y la innovación con pequeños productores para problemas
productivos concretos, han mostrado que los campesinos adquieren mayor confianza y se
involucran más rápido que en el modelo convencional, fomentando, además, la formación de
redes de comunicación entre campesinos y científicos para resolver problemas.

La investigación participativa puede contribuir al fortalecimiento de las capacidades locales,


generar más confianza en los participantes e incrementar conocimiento, así como su papel
consiste en la producción de información y a la experimentación con diferentes métodos y
enfoques que contribuyan a la generación de herramientas e iniciativas para el
empoderamiento.

Sin embargo, es importante mencionar que existen algunos procesos imperceptibles en la


escala que necesariamente requiere el ordenamiento de una región. Debe quedar claro que la
escala no permite visualizar todos los impactos que son reconocidos como muy importantes a
escala local, que podrían ser considerados prioritarios en un proyecto de desarrollo
sustentable regional, los cuales deben ser considerados en el diseño de programas de
desarrollo local.

En cuanto a los principios para diseñar un modelo de desarrollo comunitario sustentable, en


México, generalmente las comunidades rurales, debido a las condiciones de pobreza en las
que se encuentran, se ven obligados a realizar una explotación intensiva de sus recursos y a
utilizar en determinadas actividades predios que no tienen el potencial adecuado.
Por ello, se considera que las comunidades rurales dependen, en gran medida, de sus
recursos naturales, lo que demuestra su importancia para resguardarlos, ya que ellas pueden
operar como aliadas de la protección biológica y la diversidad genética in situ. Al hablar de
desarrollo sustentable implica tomar una posición al respecto, por lo que después de revisar el
trabajo de, se determina que el más adecuado para el objetivo que aquí se persigue es el
denominado modelo comunitario de desarrollo sustentable (MCDS), dado que, los principios
que constituyen son eclécticos.

El MCDS se basa en la recuperación y el fortalecimiento de las culturas tradicionales y las


economías de autosubsistencia, primero para satisfacer las necesidades básicas de las
mismas comunidades, y luego para producir un excedente para el mercado. El MCDS no es
un modelo global; es decir, no abarca todos los sectores de la sociedad, más bien, es un
modelo diseñado para las comunidades rurales. Si bien no hay un solo punto de referencia
que exponga todos estos principios de una manera exhaustiva, sí hay lecturas que presentan
el modelo de una manera coherente.

Desde el punto de vista ecológico-económico, la escala espacio temporal sobre la que se


mueve la comunidad constituye quizás la dimensión más adecuada para la planeación, dado
que los fenómenos biológicos, ecológicos y geográficos por un lado y los procesos productivos
primarios, por el otro lado, tienen lugar sobre estas graduaciones. Para ello señala que la
noción de comunidad sustentable descansa sobre los siguientes postulados.
 a) El usufructo ecológicamente adecuado de los recursos naturales locales, es decir,
un usufructo basado en la correcta discriminación de las unidades ambientales, el
reconocimiento de sus vocaciones productivas y su capacidad de sustentación, y el
uso eficiente de la energía. Solo así puede garantizarse una producción sostenida (o
permanente), basada en la renovabilidad natural de los sistemas ecológicos y
geográficos.
 b) La apropiación múltiple o multidimensional de la totalidad de los recursos naturales
que integran los medios de producción de la comunidad lo cual resulta de la
heterogeneidad de los espacios por apropiarse. Supone promover la multiplicidad y la
integración productiva y, por lo tanto, desechar toda forma de especialización como
estrategia de apropiación de los recursos.
 c) El usufructo equitativo de los recursos naturales locales basados en el reparto
igualitario del conjunto de las unidades eco geográficas. Debe tenderse a eliminar
cualquier forma abierta o velada de acaparamiento o concentración de los recursos.
 d) La autosuficiencia alimentaria energética, material y tecnológica de la comunidad
como objetivo prioritario de toda acción de desarrollo y como base para una política de
desarrollo regional.
 e) La generación de excedente en forma de productos requeridos por el conjunto de la
sociedad nacional y más allá de los mecanismos que por lo común impone la
economía del mercado.

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