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DE
INSTRUMENTOS DERIVADOS
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angel.vila@axpa.es
Primeras definiciones
Instrumento Derivado
Activo subyacente
1
- El precio spot del petróleo de determinada calidad, negociado en un mercado
líquido.
En el caso de una opción sobre un bono, el activo subyacente es el bono, pero la variable
observable que influye sobre el precio de la opción es el precio del bono, e igualmente
se puede decir cuando el subyacente es una acción o una divisa. Las variables
observables que influyen sobre el instrumento derivado, tanto si es una opción, un
forward o un futuro sobre los subyacentes citados son el precio de la acción, la tasa de
cambio (el precio de la divisa) y en general el valor de la variable definida como variable
subyacente en el derivado.
Cuando el subyacente es una tasa de interés, estamos ante una variable observable que
no es propiamente un activo. También es el mismo caso el de un índice bursátil que en
principio no representa ningún valor monetario, pero que convencionalmente se le
puede asignar. Por ejemplo, estableciendo en un contrato que el valor del índice elegido,
equivale a X unidades monetarias.
Importe nocional
2
permuta que intercambia intereses calculados con una tasa fija en dólares, por intereses
calculados en una tasa fija en euros)
Sería diferente el caso de una permuta de intereses (un swap) en la que se acuerda el
intercambio de tasas de interés y adicionalmente incluye el desembolso del nocional por
una de las partes con una obligación futura de reembolso para la otra parte, ya que en
este caso no se puede interpretar como “pequeño” el desembolso inicial; en este caso
el instrumento se compone de un préstamo y un derivado, la permuta de intereses, y se
deben registrar, valorar y contabilizar con arreglo a su naturaleza específica. Cuando los
derivados no se contabilizaban a su valor razonable, y no estaban registrados en el
balance, el caso anterior era una forma (incorrecta) de no registrar el préstamo en el
balance.
El riesgo de crédito transferido o mitigado está determinado por los eventos de crédito
recogidos en el contrato de la transacción. Los eventos más frecuentes son la quiebra,
los incumplimientos de pago de intereses y/o principal, las reestructuraciones
unilaterales de la deuda, el empeoramiento de las calificaciones crediticias y los
aumentos del spread de un instrumento de deuda negociado por encima de un nivel
prefijado.
3
Se consideran derivados de crédito, entre otros, las permutas de incumplimiento (credit
default swap), las permutas de la totalidad del rendimiento (total return swaps), las
opciones y los forward sobre el spread, los contratos primer incumplimiento (first to
default), segundo incumplimiento (second to default).
También existen instrumentos híbridos como las notas vinculadas a riesgo de crédito
(credit linked notes) y los bonos con colateral (collateralised debt obligations) que
combinan un instrumento de deuda tradicional con un derivado de crédito.
En esta definición es muy importante que los eventos de crédito estén perfectamente
definidos en el contrato y la forma en la que se puede observar que tales eventos de
crédito se han realizado.
Los derivados que surgen al identificar los flujos de liquidez en un determinado producto
estructurado se denominan derivados implícitos. La valoración del producto
estructurado depende crucialmente de la identificación de dichos derivados implícitos.
4
Una breve visión histórica de los derivados 1
Los orígenes.
Para que los derivados surjan como objeto de negociación es necesario que los activos
subyacentes sean fácilmente negociables, que estén disponibles en cantidades
suficientes y sujetos a variaciones en el precio. Estas variaciones (volatilidad) crean
oportunidades que, por supuesto, atraen a los especuladores y arbitrajistas pero
también permiten, a quienes lo deseen, cubrirse frente algún riesgo. Sin una volatilidad
suficiente y un mercado líquido para los activos subyacentes es muy improbable que se
hubiera iniciado la negociación de los instrumentos derivados.
Aun cuando el crecimiento de los derivados se intensificó durante las décadas de 1980
y 1990 la historia registra la existencia de este tipo de contratos desde el siglo XII, con el
inicio del uso de la letra de cambio y de ciertos contratos que prometían la entrega
futura de mercancías al comprador.
Entre 1537 y 1539, en los Países Bajos, se puso en marcha un marco legislativo que
proporcionó un relevante apoyo a las transacciones financieras y comerciales en ese
país. La concentración del comercio en las ciudades de Amberes y Ámsterdam dio lugar
a la aparición, durante la última parte del siglo XVI, de distintos colectivos de
comerciantes que negociaban precios futuros (el caso de la pimienta portuguesa y el
cobre húngaro están registrados). La negociación de contratos en Ámsterdam estaba
más orientada al grano y a los arenques. El caso de los contratos sobre arenques y el
aceite de ballena estaban ligados a la variabilidad de las capturas de pesca y al
considerable capital que se necesitaba para equipar los barcos, lo que incentivaba la
creación de mecanismos de gestión del riesgo 2.
1
Versión resumida del Capítulo 1 de “Derivados, Valor razonable, Riesgos y Contabilidad”, editado por
Pearson-Prentice Hall, autores: Ángel Vilariño, Jorge Pérez y Francisco García, en 2008.
2
Gelderblom O. y Jonker J. “Amsterdam, cuna de los actuales futuros y opciones, 1550-1659” En “Los
Orígenes de las Finanzas” Ed. Empresa Global. Madrid 2005.
5
El comercio marítimo proporcionaba a los holandeses fletes y seguros que favorecieron
las inversiones y las operaciones comerciales. El comercio con oriente dio lugar a la
creación de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales que en 1612 decretó que
sus acciones solo podían liquidarse en la Bolsa de Ámsterdam. Esta medida originó la
creación de un mercado de capitales en el que el riesgo y la especulación empezaron a
jugar un papel cada vez mayor. A mediados del siglo XVI José de la Vega, hijo de un
converso cordobés, describe, en un brillante castellano, un funcionamiento muy regular
del mercado de acciones, futuros y opciones en la Bolsa de Ámsterdam 3. Sus
descripciones ya distinguen los horarios de contratación, los corros, las operaciones “al
contado”, “a plazo”, “en firme” y las operaciones “con prima”.
3
De la Vega, J. “Confusión de Confusiones”. Ed. Bolsa de Madrid. Madrid 1986.
4
Het Financieele Dagblad, 1.09.2004.
6
El siglo XVIII. El primer mercado organizado de futuros
El primer mercado organizado de futuros se abrió en Japón a principios del siglo XVIII.
La principal mercancía distribuida a lo largo de Japón en aquella época era el arroz. Este
producto agrícola sufría, a menudo, fluctuaciones de precios dependiendo de una buena
o mala cosecha cada año. Los comerciantes de Dojima, ciudad cercana a Osaka,
diseñaron en 1730 un sistema moderno y estable de mercado a futuro, el primero en el
mundo. El mercado de futuros consistía en fijar de antemano el valor del arroz para
garantizar el precio a los agricultores.
Al igual que en Japón, los productos agrícolas fueron los grandes impulsores del
desarrollo de los mercados de futuros en EE.UU. Los granjeros tradicionalmente
llevaban sus cosechas al mercado una vez al año, creándose en esos momentos un
exceso de oferta que provocaba unos precios extremadamente bajos. En otros
momentos del año, la escasez de productos provocaba en las áreas urbanas unos precios
muy altos. Estas situaciones se complicaban, aún más, por el hecho de que las
posibilidades de almacenamiento de los productos agrícolas en las ciudades eran
inadecuadas, así como porque el transporte desde las áreas rurales era difícil. A
principios de 1800, aparecen los primeros contratos a plazo que trataban de cubrir el
riesgo causado por la volatilidad del mercado de productos agrícolas como el maíz, el
trigo y la soja. El más importante de los mercados agrícolas en los EE.UU. se aprobó en
Chicago mediante una ley especial del estado de Illinois en 1859 (Chicago Board Trade)
si bien existía una asociación privada que funcionaba informalmente desde 1848. Hoy
en día ofrece contratos de futuros para muchos activos subyacentes, entre ellos, avena,
soja, trigo, plata, bonos del Tesoro, letras del Tesoro, etc. En 1973, el Chicago Board
Trade abrió un nuevo mercado, el Chicago Board Options Exchage, con el objetivo
específico de negociar opciones sobre acciones cotizadas.
Los mercados de futuros del algodón y del café se autorizaron en Nueva York en 1870 y
1885 respectivamente. Ya en los años 1970, se fundaron otros mercados de futuros y
7
opciones en los EE.UU. El American Stock Exchange, y el Philadelphia Stock Exchange
comenzaron a negociar opciones en 1975 y el Pacific Stock Exchange en 1976. En los
años 1980 se desarrollaron los mercados sobre opciones en divisas, sobre índices
bursátiles y opciones sobre contratos de futuros.
El siglo XX.
El mundo académico: La hora de las matemáticas
A lo largo de la historia muchas personas y entidades han negociado con derivados (i.e.
opciones y futuros) pero desconocemos las bases en que se apoyaban para negociar el
precio de los contratos. ¿Cómo valoraban el precio de las opciones sobre los bulbos de
tulipán, del arroz o del maíz?; ¿Cómo estimaban qué importe extra sobre el precio de
contado hoy había que pagar para garantizarse un precio mañana?. Lo más probable es
que aquellos primeros comerciantes ignoraran una vez negociadas los cambios de valor
de las opciones adquiridas o emitidas porque la clave del valor está en el “precio de la
incertidumbre”, un concepto más comprensible en nuestros días que en los años de la
tulipanmanía.
Bachelier supuso que los precios verificaban la propiedad de que su variación sigue una
distribución normal de incrementos independientes y de varianza proporcional al
incremento del tiempo, lo que posteriormente se denominó, en el lenguaje del cálculo
estocástico, movimiento browniano aritmético. Una implicación de su hipótesis es la
posibilidad de que existan precios negativos, contingencia de la que Bachelier fue
consciente, pero que no abordó con una hipótesis alternativa.
5
La Tesis de Bachelier está editada en Louis Bachelier, “Théorie de la Spéculation” junto con la obra
posterior “Théorie Mathématique du Jeu”, Éditions Jacques Gabay, 1995. 210 pp.
8
de atención por el botánico inglés Robert Brown, que en 1828 describió el irregular
comportamiento que observaba, e intentó una explicación basada en “propiedades
vitales” de las pequeñas partículas de polen. Einstein 6 construyó un modelo físico-
matemático para explicar el fenómeno y contribuyó de forma decisiva a la hipótesis
atomista de la materia. Las hipótesis básicas del modelo eran que el desplazamiento de
las partículas entre dos instantes de tiempo era independiente de la posición anterior y
que la ley de probabilidad que rige el movimiento de la partícula solo depende de la
distancia temporal entre los dos instantes de tiempo, es decir las mismas hipótesis que
el modelo de Bachelier. La resolución de la ecuación en derivadas parciales, de tipo
parabólico, que sigue la función de densidad de probabilidad conduce a una ley normal.
En los años 50 se dio una nueva ola investigadora sobre la valoración de opciones y sobre
los modelos de comportamiento de los precios de los activos financieros. En estos
trabajos se hizo uso de los avances matemáticos en teoría de probabilidad y cálculo
estocástico y de la aportación original de Bachelier redescubierta por Samuelson debido
a una indicación, según se cuenta, recibida de Savage. En los trabajos de Samuelson 9,
Osborne 10 y Alexander 11 se abandonó la hipótesis de Bachelier sobre la variación de los
precios y se sustituyó por la hipótesis de lognormalidad de los precios, lo que implica
que es la variación relativa, y no la absoluta, la que sigue una distribución normal. Este
cambio impide que los precios sean negativos y se ha convertido en la hipótesis canónica
que actualmente se aplica en la mayoría de los modelos de valoración de opciones.
Este cambio de hipótesis permitió traducir los resultados de Bachelier al nuevo contexto
de lognormalidad con los trabajos de Kruizenga 12, Sprenkle 13 y Samuelson 14. Sin
6
Einstein, A. (1905): “On the Movement of Small Particles Suspended in Stationary Liquids Required by
the Molecular-Kinetic Theory of Heat”, Annalen der Physik 17 y Einstein, A. (1906): “On the Theory of
Brownian Motion” Annalen der Physik 19.
7
Wiener, N. (1923): “Differential-Space”, Journal Mathematics Physics, 2, 131-174.
8
Ito, K. (1951): On Stochastic Differential Equations, Memoir, American Mathematical Society, vol 4.
9
Samuelson (1955): “Brownian Motion in the Stock Market”, mimeo.
10
Osborne (1959): “Brownian Motion in the Stock Market”, Operations Research, 7, 145-173.
11
Alexander (1961): “Price Movements in Speculative Markets: Trends or Random Walks”, Industrial
Management Review, 2, 7-26.
12
Kruizenga (1956): “Put and Call Options: A Theoretical and Market Análisis”, Ph. D. Dissertation, M.I.T.
13
Sprenkle (1961): “Warrants Prices as Indicators of Expectations and Preferentes”, Yale Economic Essays,
1, 178-231.
14
Samuelson, P.A. (1965): “Rational Theory of Warrant Pricing”, Industrial Management Review
9
embargo todavía no se había conseguido un modelo de valoración generalmente
aceptado por los operadores del mercado. Fueron Black y Scholes15, por un lado, y
Merton 16, por otro, aunque en contacto en la fase previa a la publicación de sus
respectivos artículos, los que añadieron un elemento esencial en el modelo de
valoración de opciones: la condición de que una cartera compuesta por opciones y
acciones en proporción tal que su variación no depende de la variación del precio del
activo subyacente debe de tener el mismo rendimiento que el activo libre de riesgo. Esta
condición es esencial para la valoración de las opciones, y permite eliminar la dificultad
de estimar la denominada deriva del movimiento browniano que hipotéticamente rige
el comportamiento del precio del activo subyacente.
Los trabajos de Black, Scholes y Merton son mucho más que la solución al problema de
la valoración de un determinado tipo de opciones, porque han creado una metodología
de valoración de instrumentos contingentes (derivados y subyacentes). La mayoría de
las denominadas opciones exóticas, que son todas aquellas que se diferencian en algún
aspecto de las vanilla, se valoran bajo las mismas hipótesis del modelo de Black-Scholes.
Si en algunos casos, como las opciones asiáticas media aritmética de precios, no existe
solución cerrada para la determinación del precio o es muy trabajoso obtenerla, se
recurre a las técnicas de Monte Carlo para hallarla, pero las hipótesis de la variable o
variables aleatorias, en caso de varios subyacentes, y la condición riesgo neutral, son las
mismas que las del modelo canónico de Black-Scholes. Es cierto que han surgido
ampliaciones como la inclusión de la hipótesis de volatilidad estocástica o la existencia
de saltos en los movimientos de los precios de los activos subyacentes, pero a medida
que el modelo intenta ser más “sofisticado” o “realista” más dificultades existen para la
estimación robusta de los nuevos parámetros que se añaden al modelo original.
15
Black, F. y Scholes, M (1973): “ The Theory of options and corporate liabilities”, Journal of Poltical
Economy, mayo-junio.
16
Merton, R.C. (1973) “Theory of rational option pricing”, Bell Journal of Economics and Management
Science, 4, primavera.
17
Cox, J.C., Ross, S.A. y Rubinstein, M. (1979): “Option Pricing: A Simplified Approach”, Journal of Financial
Economics, 7, September, 229-263.
10
costes de aprendizaje, y tiene una gran aplicación práctica. De este modo los métodos
numéricos para valorar opciones y forward exóticos se han incorporado a las
metodologías de valoración por su gran flexibilidad y sencillez. Finalmente Harrison y
Kreps18 y Harrison y Pliska 19 demostraron en sendos trabajos la vinculación entre la
metodología de valoración de opciones desarrollada por Black, Scholes y Merton y la
teoría matemática de martingalas, proporcionando un enfoque operativo de una gran
fertilidad.
18
Harrison, J.M. y Kreps, D.M. (1979): “Martingales and arbitrage in multiperiod securities markets”,
Journal Economic Theory, 20, 381-408.
19
Harrison, J.M. y Pliska (1981): “Martingales and stochastic integrals in the theory of continous trading”,
Stochastic processes and their Applications, 11, 215-260.
20
Vasicek, A.O. (1977): “An equilibrium characterisation of the term structure”, Journal of Financial
Economics, 5, 177-188.
21
Uhlenbeck, G.E. y Ornstein, L.S. (1930): “On the theory of the brownian motion”, Physical Review, Vol.
36, September, 1.
22
Cox, J., Ingersoll, J. y Ross, S. (1985): “A theory of the term structure of interest rates”, Econometrica,
53, 385-408.
23
Jamshidian, F. (1989): “An exact bond option formula”, Journal of Finance, 44, nº 1, March, 205-209.
24
Hull, J.C. y White, A. (1990): “Pricing interest rate derivative securities”, Review Financial Studies, 3,
573-592.
11
los tipos de interés y el de Black, Derman y Toy 25. Estos modelos se implementan
mediante árboles binomiales o trinomiales y tienen la ventaja de la flexibilidad y la
dificultad de la estimación o calibración de los parámetros que rigen el comportamiento
estocástico de los tipos de interés futuros. Heath, Jarrow y Morton 26 focalizan su
atención en los tipos de interés forward instantáneos con lo que crean un modelo que
es ampliamente utilizado en la valoración de instrumentos financieros vinculados a tipos
de interés.
A finales de los 90, entraron en escena los denominados modelos de mercado que eligen
como variable del modelo los tipos de interés observables en el mercado, los tipos de
interés LIBOR, frente a las anteriores aproximaciones centradas en variables no
observables, los tipos de interés contado instantáneos y los tipos de interés forward
instantáneos. En esta aproximación se utiliza la hipótesis de que los tipos de interés
siguen una distribución lognormal, lo que permite obtener expresiones analíticas para
los derivados. Una ventaja es que se simplifican las tareas de calibración de los modelos.
Miltersen, Sandmann y Sondermann 27 obtuvieron fórmulas para las opciones sobre
bonos cupón cero, y para caps y floors. La amplia variedad de modelos existentes, de
los que hemos citado solo una muestra representativa, centrándonos en los que han
supuesto algún tipo de innovación relevante, prueba las dificultades de modelización
del subyacente: la estructura temporal de los tipos de interés. No existe una
metodología hegemónica como ocurre en el caso de las acciones, las divisas, los futuros
e incluso las mercancías.
25
Black, F., Derman, E. y Toy W. (1990): “A one-factor model of interest rate and its application to treasury
bond options”, Financial Analyst Journal, 46, January-February, 33-39
26
Heath, D., Jarrow, R. y Morton, A. (1992): “Bond pricing and the term structure of interest rates: a new
methodology for contingent claims valuation”, Econometrica, 60, 77-105.
27
Miltersen, K., Sandmann, K. y Sondermann, D. (1997): “Closd-form solutions for term-structure
derivatives with log-normal interest rates”, Journal of Finance, 52, 409-430.
12
modelos de programación dinámica sujetos a restricciones de tipo operativo y
medioambiental.
Derivados de crédito
En la década de los noventa surgieron con gran vigor los derivados de crédito. Ya existían
instrumentos que de forma limitada tenían la finalidad de mitigar o cubrir el riesgo de
crédito, pero su utilización estaba confinada a operaciones específicas. La historia de los
derivados corre en paralelo con la historia de los riesgos y tanto la crisis asiática como
la reforma de los criterios de Basilea pusieron en un primer plano la gestión del riesgo
de crédito. La caída de la Bolsa de Nueva York en octubre de1987 representó un enorme
incentivo para la investigación de los riesgos de mercado y la aparición de RiskMetrics
fue la respuesta de la industria, con una amplia repercusión posterior en las
metodologías y la regulación. Con la crisis asiática le llegó la hora al riesgo de crédito
planteándose muchos interrogantes sobre los sistemas de medición y de gestión
utilizados por las entidades y los reguladores.
28
Mercados de Estados Unidos.
13
primer, segundo o enésimo incumplimiento en una cartera de instrumentos de deuda,
y cambios en el spread de crédito. Ahora bien la definición contractual de lo que se
entiende por un evento de crédito es negociable entre las partes por lo que puede incluir
eventos no contemplados en los párrafos anteriores. Los derivados de crédito más
negociados son las permutas de incumplimiento (credit default swap), después siguen a
distancia otros, como el primer incumplimiento (first to default), y las permutas de
rendimiento total (total return swaps) y otros.
Los elementos y factores que influyen en la dificultad para la valoración de los derivados
de crédito son: la modelización del riesgo de crédito de los subyacentes que se utilizan
en los derivados de crédito es hoy objeto de amplios debates, y los modelos disponibles
se mueven, generalmente, entre una alta complejidad matemática 29, y grandes
dificultades tanto a la hora de estimar ciertos parámetros esenciales, como cuando se
pretenden contrastar con la evidencia empírica. Sin duda, desde hace algunos años se
ha generado un intenso esfuerzo de investigación, pero la complejidad del problema no
permite todavía disponer de modelos generalmente aceptados.
29
Schönbucher, P.J. (2003): Credit derivatives pricing models, Wiley.
14
intervalos de confianza de los parámetros estimados, producto de la escasa y no
homogénea información muestral.
Una novedad relevante a finales del siglo XX fue la creación de los fondos de
titularización: reagrupar activos financieros con el fin de reasignar riesgos y obtener
calificaciones crediticias más altas. Los fondos de titularización permiten a los bancos y
a grandes entidades obtener liquidez vendiendo su exposición a hipotecas inmobiliarias,
tarjetas de crédito y otros activos financieros y derechos de cobro (recibos por cobrar,
etc.). Hasta aquellas fechas las empresas realizaban estas operaciones mediante
operaciones de factoring, a través de las cuales vendían sus cuentas a cobrar, o derechos
de cobro de diversa índole, a compañías especializadas (denominadas factor). Así pues,
las titularizaciones son una versión moderna del factoraje. Animados por las altas
calificaciones crediticias otorgadas por las agencias de rating a los bonos de
titularización, los inversores comenzaron a comprar bonos que les permitan asumir los
riesgos asociados con cuentas a cobrar adeudadas a los bancos y otras compañías.
Una de las innovaciones más significativas del negocio de la titularización fueron las
Bonos con Colateral (Colateral Debt Obligation, o CDO por sus siglas en inglés). Las CDO
incorporan varios tipos de derivados de crédito que transfieren el riesgo de crédito de
las entidades originadoras de los derechos de cobro a los inversores en los bonos CDO.
Mediante estas operaciones, un banco transfiere a una entidad especifica (v.g. un fondo
de titularización) una cartera de activos de su propiedad (hipotecas, tarjetas de crédito,
etc.). La entidad específica procede a emitir títulos respaldados por los activos
transferidos y a dividir los títulos en porciones con distinto riesgo de crédito las cuales
son compradas por los inversores. En un CDO sencillo las porciones se agrupan en tres
clases: senior, intermedia y equity. La clase senior tiene un rendimiento superior a los
bonos del tesoro, pongamos, un 0,5% más, a continuación la clase intermedia, con un
rendimiento de quizás un 2% superior a los bonos del tesoro y la clase equity se paga en
última instancia después del pago completo de las clases anteriores con un rendimiento
no específico pero que puede ser alto (si los prestatarios de los activos transferidos
pagan) o cero (si los prestatarios de los activos transferidos incumplen). Las
calificaciones crediticias de los bonos “agregaban valor” a los activos transferidos, al
permitir a los inversores comprar sólo una parte de ellos, cosa que de otra forma no
podría haber hecho.
15
ofrecidos animaron a inversores dentro y fuera de los EE.UU. (hedge fund, fondos
europeos y japoneses entre ellos) a adquirir los CDO cuya valoración es muy incierta
(también para las entidades más sofisticadas) y cuya liquidez es muy sensible a los
cambios en el entorno económico. La subida de tipos de interés iniciada por la Reserva
Federal de los EE.UU. (informalmente FED) en 2005 hizo aumentar las cuotas de
intereses de los préstamos subprime referenciados a tipos interbancarios, y con ellas los
incumplimientos, lo que unido a una caída en el precio de los activos reales que servían
de garantía acentuó la percepción del riesgo.
16
entorno de sólidos beneficios empresariales y con una situación macroeconómica
relativamente favorable.
En la fecha en que este libro está escrito 30 (otoño 2007) no existe un diagnóstico preciso
de la magnitud del deterioro de las carteras hipotecarias subyacentes, ni de la magnitud
de la exposición al riesgo que se ha diseminado entre los inversores a través de los bonos
de titularización.
30
Ahora, agosto de 2015 ya sabemos bastante más. La Gran Crisis Financiera ha tenido lugar, y su huella
persistirá durante muchos años.
17
Mercados de derivados financieros31
Antecedentes internacionales
El tercero es el Chicago Board Options Exchange (CBOE) Fue creado por el CBOT pero
posteriormente adquirió personalidad jurídica propia y es gestionado por una entidad
independiente. Inició la operativa el 26 de abril de 1973, después de cuatro años de
planificación, con la negociación de opciones call sobre 16 acciones. En 1977 comenzó
la negociación sobre opciones put. A finales del año 2000 la negociación se extendía a
1200 opciones, además de opciones sobre los principales índices bursátiles. En 1989 se
comenzaron a negociar opciones sobre tipos de interés, tanto a corto plazo, 91 días,
como a largo plazo, 5, 10 y 30 años. En 1990 comenzó la negociación de los llamados
LEAPS 32: opciones sobre acciones, índices y tipos de interés a un plazo superior a los tres
años.
31
Extraído del Capítulo 5 del libro “Sistema financiero español”, editorial Akal, autor Ángel Vilariño, 2001.
32
Long-term Equity Anticipation Securities.
18
En la década de los ochenta, aproximadamente diez años después de su consolidación
en Estados Unidos, los contratos de futuros y opciones financieras llegan a Europa. Se
crearon mercados de forma gradual en los siguientes países: Holanda EOE (European
Opctions Exchange) y Reino Unido LIFFE (London International Financial Futures
Exchange) ambos en 1978, Francia MATIF (Marché a Terme International de France) en
1985, Suiza SOFFEX (Swiss Financial Futures Exchange) en 1988, Alemania DTB
(Deutsche Terminbourse) en 1990, Italia MIF (Mercado Italiano Futures) en 1993.
En todos los países en los que se han implantado mercados de productos derivados se
ha producido el crecimiento espectacular de los volúmenes de contratación, superando
en muchas ocasiones los volúmenes de los respectivos productos subyacentes que se
negocian en los mercados de contado.
Futuros financieros
19
Es importante mencionar que, aunque un contrato de futuros se puede negociar con la
intención de mantener el compromiso hasta la fecha de vencimiento, si se estima
oportuno puede cerrarse la posición negociando una posición de signo contrario. Es
decir, el que tiene una posición compradora, puede cerrarla, vendiendo el mismo
número de contratos a la misma fecha de vencimiento; igualmente, el que ostenta una
posición vendedora, puede cancelar el compromiso asumido, comprando un número
igual al de contratos vendidos y a igual fecha de vencimiento.
Cámara de Compensación
Una de las claves fundamentales del éxito de los mercados organizados de futuros y
opciones es la existencia de la cámara de compensación, o clearing house, en la
terminología anglosajona.
Las funciones de la cámara se pueden resumir en cuatro rasgos principales: actúa como
contrapartida de las partes implicadas, siendo comprador para el tomador de las
posiciones cortas y, vendedor para el de las posiciones largas; determina diariamente
los depósitos de garantía por posiciones abiertas, que son exigidos para operar y que
posteriormente se analizan; realiza la liquidación diaria de pérdidas y ganancias; y realiza
la liquidación al vencimiento de los contratos.
20
función del número y tipo de contratos comprados o vendidos. Para que dicha garantía
permanezca inalterable la cámara de compensación irá ajustándola diariamente por
medio de la actualización de depósitos y la liquidación diaria de pérdidas y ganancias.
Los miembros del mercado son básicamente de dos tipos: los que únicamente pueden
negociar, tanto posiciones propias como ajenas, y los que además de negociar también
pueden liquidar las posiciones con MEFF, realizando los ingresos y pagos pertinentes, y
algunos de este segundo grupo de miembros además pueden ser custodios de las
garantías establecidas a los participantes. Cualquier otro agente que quiera participar
en el mercado debe hacerlo a través de los que han sido oficialmente aceptados como
miembros.
a) Garantía inicial. Esta garantía tiene como objetivo prioritario cubrir el riesgo de
incremento de posición abierta, es decir el riesgo a corto plazo generado por un
Miembro del mercado y sus clientes desde el momento en que abre una posición hasta
el momento en que deposita la Garantía diaria.
El depósito del margen inicial es una reserva para el pago de las posibles pérdidas
causadas por los cambios adversos en los precios de los contratos mantenidos por el
cliente. En principio está determinado por el importe máximo que el mercado en que
negocia estima puede cambiar el valor del futuro en un día de negociación, dependiendo
fundamentalmente de la volatilidad y de un incremento relevante del precio.
Generalmente estos márgenes mínimos están sujetos a cambios que se comunican a
través de Circular teniendo un plazo de un mes a partir de la entrada en vigor de la
misma, para adaptarse a los nuevos requisitos exigidos.
21
cuenta del cliente a los cambios en el valor del futuro sobre una base diaria. Los
mercados utilizan el concepto de margen de mantenimiento, que es el saldo mínimo
permitido antes de exigirse fondos adicionales. De esta forma, si el valor de la posición
disminuye, lo que conlleva unas minusvalías, se reduce el saldo de la garantía inicial del
cliente. Cuando dicho saldo es menor que un mínimo preestablecido, el cliente debe
reponer el saldo hasta el inicial. Si no se cumple este requisito antes del siguiente día de
negociación, entonces la Cámara puede cerrar la posición de futuros al precio de
mercado. En dicho caso y cuando ello suponga beneficios, el cliente puede retirar los
fondos que excedan al margen final.
En condiciones normales las garantías por posiciones abiertas se exigen tanto para la
venta de opciones como para la compraventa de futuros. En el caso de la compra de
opciones no se requiere la aportación de garantías, porque el comprador de opciones
soporta el riesgo de incumplimiento del vendedor pero él no puede incumplir dado que
la prima la abona en el mismo momento de la contratación.
Una de las características más relevantes de estos mercados es que los productos
negociados presentan un alto grado de estandarización lo que añade muchas ventajas,
pues simplifica los procesos, incrementa los volúmenes de contratación y, por lo tanto,
la liquidez de los mercados.
22
La estandarización se refleja en los siguientes aspectos:
a) Las fechas de vencimiento de los contratos a lo largo del año están estandarizadas a
un número reducido. Como regla general en tipos de interés se suelen producir cuatro
vencimientos anuales, en marzo, junio, septiembre y diciembre. En renta variable se
establecen períodos mensuales, cotizándose los cuatro meses más próximos.
23
Tipología de las operaciones con Futuros
a) Cobertura. Las operaciones con derivados cuya finalidad es la cobertura tienen como
objeto fundamental la reducción o eliminación del riesgo derivado de la fluctuación de
los precios de los activos subyacentes. De forma general una posición larga o
compradora en el activo subyacente se cubre con una posición corta o vendedora en el
mercado de futuros. Recíprocamente, una posición corta en el subyacente supone
tomar una posición larga en el mercado de futuros, en el caso de que la estrategia
deseada sea la reducción parcial o total de riesgo de precio. Es decir, teniendo en cuenta
la primera situación, las pérdidas o beneficios que se deriven de la posición en el activo
subyacente serán compensadas (parcial o totalmente) según la posición tomada en
futuros, con los beneficios o pérdidas obtenidos en el mercado de futuros.
De forma resumida podemos decir que cuando se trata de realizar una estrategia de
cobertura debe combinarse la posición larga en el subyacente con la venta de futuros y
recíprocamente la posición corta en el subyacente con la compra de futuros.
Las actuaciones de arbitraje incluyen una extensa gama de operaciones cruzadas, entre
las que se incluyen como más representativas y habituales, los arbitrajes futuro-
contado, futuros-opciones, futuros y opciones de diferentes vencimientos y futuros y
opciones iguales o similares, pero cotizados en diferentes mercados.
24
El arbitraje es una operación de oportunidad que se suele producir durante períodos de
tiempo muy cortos, si es que se producen; para ello, los operadores deben actuar antes
de que la intervención de los restantes participantes elimine las oportunidades de
arbitraje. La realización de arbitrajes exige a las entidades financieras una organización
industrial para conseguir actuar con la rapidez y precisión necesarias.
Opciones financieras
Las opciones financieras son un tipo especial de activo financiero negociado hace
muchos años. Louis Bachelier 33 intentó, en 1900, obtener una fórmula de valoración,
convirtiéndose en el fundador de la moderna teoría financiera. Sin embargo un largo
paréntesis de setenta y tres años separa aquellos esfuerzos de las contribuciones
realizadas por Merton 34 por una parte y por Black y Scholes35 por otra, con lo que se
inició una nueva etapa de la teoría financiera.
Una opción es un activo financiero que incorpora de forma claramente definida, unos
determinados derechos a favor del comprador de la opción. Estos derechos pueden
tener un valor económico positivo, en determinados momentos de la vida de la opción,
o pueden tener un valor económico nulo. El contrato de cada opción establece de forma
precisa las características de los derechos, su plazo de vigencia, la forma de ejecución y
las liquidaciones o liquidación que deben efectuarse entre las partes, así como la forma
de calcular los importes.
33
Louis Bachelier: "Théorie de la spéculation", Annales. Scientifiques,17. Ecole Normal Supérieur. (1900),
p 21-86
34
Robert C. Merton: "Theory of rational option pricing". Bell Journal of Economics and Management
Science, spring 1973, p 141-183.
35
Fischer Black y Myron Scholes: "The Pricing of Options and Corporate Liabilities". Journal of Politica
Economy may-june, 1973, p. 637-654.
25
establecido. Si el derecho es de compra, la opción se llama opción de compra (call) y si
el derecho es de venta, la opción se llama opción de venta (put)
Tipos de opciones
La clasificación de las opciones se puede realizar desde distintos puntos de vista. Además
el desarrollo de este tipo de activos ha generado muy diversas modalidades según la
forma de definirse los derechos implícitos en el contrato.
Se llama clase de opciones a todas las opciones del mismo tipo (puts o calls) asociadas
al mismo activo subyacente. Se llama serie de opciones a los contratos con la misma
fecha de vencimiento e igual precio de ejercicio dentro de una misma clase. Una opción
se dice “at the money” si el precio del activo subyacente es igual al precio de ejercicio.
Una opción se dice “in the money”, en el caso de una call, si el precio del activo
subyacente es superior al precio de ejercicio. En el caso de una put, el precio del activo
subyacente es inferior al precio de ejercicio. Una opción se dice “out of the money”, en
el caso de una call, si el precio del activo subyacente es inferior al precio de ejercicio. En
el caso de una put, el precio del activo subyacente es superior al precio de ejercicio.
36
El aspecto fundamental, desde la perspectiva de riesgo, de un mercado organizado es la cobertura del
riesgo de crédito mediante la exigencia de garantías a los participantes. Otros aspectos esenciales son la
liquidación de posiciones diarias y la estandarización de los contratos.
26
estándar. También difieren en la posibilidad de incluir combinaciones de activos
subyacentes.
Las opciones exóticas han servido para la creación de nuevos productos financieros, bien
por sí mismas o combinadas con otros activos, han planteado nuevos problemas en el
ámbito de la gestión de los riesgos, y han incentivado el desarrollo de las técnicas de
valoración.
Los productos llamados de primera generación para la gestión del riesgo son los
instrumentos derivados básicos: contratos forward (o futuros) y opciones. Estos
instrumentos básicos facilitan las aplicaciones más tradicionales de transferir riesgo.
Además, estos instrumentos, junto con un mercado contado o físico en el activo
relevante, completan las oportunidades principales para separar y redistribuir los
riesgos de precio en instrumentos financieros.
27
Productos de tercera generación
37 Zhang (1998)
28
que haya ocurrido durante un tiempo especificado. En el caso de una call look-back
(put), el comprador puede elegir comprar (vender) el activo subyacente al precio más
bajo (más alto) que haya ocurrido en un periodo especificado (típicamente la vida de la
opción)
Opciones escalera, en las que el precio de ejercicio de la opción se ajusta
periódicamente, basado en la evolución subyacente del precio del activo. Una opción
escalera no es muy distinta de una opción look-back, llegando a ser idéntica a ésta, en
un caso límite de ajuste continuo.
Opciones dependientes del tiempo. Son opciones en las que el comprador tiene el
derecho a definir una característica específica, tal como el tipo de opción (put o call),
como una función del tiempo. El tipo más común de opción dependiente del tiempo es
la preferente u opción a elegir, que no se caracteriza inicialmente como una call o una
put hasta una fecha predeterminada, después del comienzo, pero no después del
vencimiento en la que el tenedor puede elegir si la transacción es de una opción call o
de una put.
Opciones dependientes de un límite. Son una clase especial de opciones en las que se
establece un mecanismo donde la opción se activa o desactiva como una función del
nivel del precio del activo subyacente. Se denominan opciones barrera y permiten
muchas combinaciones. Las opciones barrera son, de alguna forma, tanto límite
dependiente como senda dependiente.
Opciones multifactor. Tienen una función de pagos basada en diferentes activos, en
oposición a un único activo subyacente, como en el caso de una opción tradicional.
Existe una variedad de estructuras, que incluyen:
Opciones compuestas, que en esencia, son opciones sobre opciones donde el tenedor
tiene el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender otra opción
predeterminada a un precio previamente acordado.
Opciones cesta, donde el pago del contrato se refiere a la evolución de los precios de
una cesta de productos.
Opciones de intercambio, que dan al comprador el derecho a intercambiar una activo
por otro.
Opciones quanto, donde el contrato de la opción se denomina en una divisa distinta del
activo subyacente en el que se está expuesto o está siendo cubierto.
Opciones arco iris, donde la relación de pago se basa en la relación entre múltiples
activos , en oposición al precio de un activo singular. Estructuras típicas incluyen
opciones diferencial o opción lo mejor-de-dos-activos, o el mejor de varios, el máximo
y el mínimo.
Opción de pago modificado. Las opciones donde el pago especificado en el contrato
varía del rendimiento convencional.
Existe una variedad de estructuras, incluyendo:
29
Opciones digitales, donde el pago establecido en el contrato es discontinuo, con un
pago fijo predeterminado de una cantidad que se paga si el precio de ejercicio se
alcanza,
Opciones con primas contingentes, que implican que la prima de la opción se pague
según la evolución del precio del activo. En la estructura clásica de la opción prima
contingente, no se paga ninguna prima al comienzo de la transacción, adeudándose una
prima que llega a pagarse al vencimiento y sólo si la opción vence con beneficio potencial
Opciones potencia, donde el pago de la opción es un expresión que incluye algún tipo
de potencia 38 del rendimiento de una opción normal convencional.
Derivados de crédito
El riesgo de crédito transferido o mitigado está determinado por los eventos de crédito
recogidos en el contrato de la transacción. Los eventos más frecuentes son la quiebra,
los incumplimientos de pago de intereses y/o principal, las reestructuraciones
unilaterales de la deuda, el empeoramiento de las calificaciones crediticias y los
aumentos del spread de un instrumento de deuda negociado por encima de un nivel
prefijado.
38
Por ejemplo del tipo Max(Sn-E,0)
30
premium) al vendedor de protección por el derecho a recibir un pago condicional a la
realización del evento de default definido en el contrato
3) Evento de crédito. Se refiere a la caracterización, con toda precisión, del suceso que
es relevante para la correcta interpretación, valoración y ejercitación del contrato. Los
principales eventos de crédito son:
- Incumplimiento (que puede definirse a partir de un cierto umbral)
- Suspensión de pagos
- Quiebra
- Reestructuración de la deuda
- Caída del rating (a partir de un umbral determinado)
- Cambio en el diferencial del rendimiento interno respecto al rendimiento
interno de una referencia libre de riesgo especificada.
- Moratoria de pago
31
Derivados y crisis: Algunas experiencias internacionales recientes 40
Las crisis financieras han sido muy frecuentes en los últimos años. Eligiendo un período
convencional que se inicia en 1987, unos quince años, tenemos la siguiente cronología:
- 1987, octubre: crisis de la bolsa de Nueva York y repercusión mundial.
- 1990: estallido de la burbuja financiera de la Bolsa de Tokio. También hubo una
burbuja inmobiliaria que estalló con fuertes caídas de los precios inmobiliarios.
Crisis prolongada de la economía japonesa.
- 1990, agosto: guerra del Golfo.
- 1992, septiembre: crisis del Sistema Monetario Europeo y devaluaciones de la
peseta, lira y escudo. Salida de la libra esterlina del Sistema. En 1993 ruptura de
las bandas de cotización y ampliación.
- 1994: crisis de la deuda pública europea. Fuertes subidas de los tipos de interés
- 1994, diciembre: crisis del peso mexicano. Inicio de una fuerte crisis bancaria.
- 1997, agosto: inicio de la crisis asiática. Fuerte ruptura del régimen de tipos de
cambio. Devaluaciones, caídas generalizadas de los precios de las acciones y
fuertes tensiones de los tipos de interés. Estrangulamiento de la liquidez.
Deterioro de la calidad crediticia y crisis bancarias.
- 1998, agosto: moratoria de la deuda rusa. Huída a la calidad crediticia:
Desinversión en deudas privadas y soberanas de bajo rating. Refugio en bonos
de Estados Unidos.
- 1998, agosto y octubre: Rescate del hedge fund Long Term Capital Management.
Ruptura de las estrategias de arbitraje relativo. Cambio brusco en la
convergencia de los diferenciales. Fuerte apreciación del yen.
- 1999, enero: devaluación del real brasileño
- 2000, abril: estallido de la burbuja tecnológica.
- 2001, primer semestre: deuda argentina. Fuerte subida del riesgo país.
- 2001, septiembre: ataque terrorista a Nueva York y al Pentágono. Cambio del
escenario político mundial.
¿Qué relaciones existen entre estos episodios críticos, especialmente los de naturaleza
específicamente financiera, y los productos derivados? Muchos investigadores han
dedicado esfuerzos al problema de identificar y estimar relaciones de causalidad entre
40
Angel Vilariño, Conferencia en VI Congreso Nacional de Tesorería, Cartagena de Indias, 27 y 28 de
septiembre de 2001.
32
los derivados y las crisis financieras. Las conclusiones son ambiguas y como en otros
casos depende de la metodología utilizada para realizar los contrastes, de los datos
utilizados y de los episodios analizados. Yo soy muy escéptico respecto a la posibilidad
de contrastar con métodos econométricos una cuestión tan compleja, ya que contrastar
relaciones de causalidad en el ámbito económico no es una tarea fácil. Los sistemas
económicos son sistemas abiertos donde no es posible realizar experimentos
controlados y no disponemos de la posibilidad de analizar una crisis con derivados y sin
derivados, ya que los hechos económicos y financieros son únicos e irrepetibles. La
diferencia entre correlación y causalidad es crucial ya que existen variables que se
mueven a la vez sin que entre ellas exista ninguna relación de causa a efecto. El ejemplo
clásico, en la literatura econométrica, de la relación observada entre las cigüeñas de una
población, y el número de nacimientos, es una reflexión siempre válida para ponernos
en guardia frente a los peligros de establecer relaciones de causalidad a partir de
relaciones de correlación.
Lo que podemos aspirar es a tener un cierto marco de análisis conceptual que nos ayude
a entender mejor el problema y abandonar la pretensión de respuestas tajantes a
cuestiones tan complejas. En ese sentido me voy a referir a como pueden influir los
derivados en las crisis y para ello veamos rápidamente un resumen de las estrategias y
operaciones que permiten y facilitan los derivados financieros.
33
Una cuestión que parece obvia es que los derivados por si solos ni aumentan
necesariamente el nivel de riesgo, ni son la causa directa de las crisis. El nivel de riesgo
depende de las políticas de riesgo, es decir depende de las estrategias y de los objetivos
que los diferentes agentes adopten, y otra cuestión diferente es que los derivados
permiten: 1) instrumentalizar estrategias de alto apalancamiento y 2) hacer operativas
estrategias basadas, por ejemplo, en la apuesta a la devaluación de una divisa, en la
caída del precio de una acción o en la convergencia de los diferenciales de los tipos de
interés de instrumentos de deuda diferentes. Las estrategias anteriores pueden influir
sobre los mercados financieros mediante las señales que emiten, tales como altos
volúmenes de negociación, presión compradora o vendedora y operaciones de
financiación. Pero también los derivados se pueden utilizar para cobertura de riesgos y
emitir señales opuestas a las anteriores.
Otro episodio que conmocionó los mercados se produjo en 1998 con la crisis del Long
Term Capital Management. Aquí también existió la polémica sobre los derivados,
vinculada a las estrategias de inversión de los llamados hedge fund. Estos vehículos de
inversión tienen características muy especiales, ya que pueden apalancarse y acumulan
volúmenes de inversión muy considerables. El apalancamiento lo consiguen,
fundamentalmente, mediante la financiación vía repos, y mediante las posiciones en
derivados. Estas últimas ocupan un lugar central en las estrategias de inversión de los
hedge fund, ya que es la forma más eficiente de adoptar posiciones cortas y permite
simultanear posiciones en múltiples mercados que presenten algún tipo de correlación.
Una de las estrategias realizada por el Long Term Capital Management se basaba en las
expectativas de reducción de la prima de riesgo de los bonos privados, ya que existía
34
cierta evidencia de que la caída de los tipos de interés nominales de los bonos públicos
favorecía lo anterior, y más aún en el contexto de un ciclo económico expansivo. La
conjunción de la mejora de la calidad crediticia de las empresas y la ilusión monetaria
basada en cálculos en términos nominales eran las dos pilares subyacentes en la
estrategia. Los resultados de posiciones largas en los bonos privados y cortas en los
bonos públicos proporcionó altas rentabilidades al fondo en los años anteriores a 1998.
Pero la crisis asiática, primero, y luego la moratoria rusa, rompieron la tendencia, y la
llamada “huida a la calidad” con ventas masivas de los bonos privados y las compras de
los bonos públicos, aumentó bruscamente los diferenciales entre los tipos de interés de
los bonos privados y los bonos públicos. Aquí los derivados fueron un instrumento
importante para la implementación de las estrategias de alta rentabilidad y riesgo, pero
evidentemente no la causa de los quebrantos.
La segunda dirección de influencia es de las crisis hacia los derivados. El término crisis
en el ámbito financiero lo identificamos por la presencia de comportamientos en cierta
medida atípicos o poco frecuentes, y en definitiva por un cambio notable respecto a la
situación de no crisis (que no quiero denominar normal). Esos comportamientos atípicos
pueden resumirse en los siguientes aspectos:
Los hechos diferenciales que caracterizan los episodios críticos afectan a las hipótesis
realizadas, especialmente a la existencia de saltos y a los cambios en la volatilidad, y
pone en primer plano la identificación de los riesgos asociados a valores extremos y a la
variabilidad de la volatilidad (riesgo vega). También afectan a los cálculos de las
35
coberturas basados en pequeños movimientos y volatilidades variables pero estables,
ya que pueden estar utilizándose parámetros de sensibilidad basados en derivadas
parciales obtenidas de modelos muy erróneos. Afecta también a la posibilidad de cerrar
posiciones (vía liquidez) y afecta a las estrategias de cuasi arbitraje, basadas en la
estabilidad de las estimaciones de relaciones entre variables, que pueden romperse
bruscamente en los episodios críticos. Por supuesto se ven afectados los modelos de
riesgo, ya que en última instancia dependen de la bondad de los modelos de precios y
de las relaciones estadísticas entre ellos, expresadas generalmente mediante las
matrices de varianzas covarianzas.
- Cada vez los modelos son más complejos y al mismo tiempo resulta más difícil
realizar contrastes robustos de su validez.
Complejidad no es necesariamente sinónimo de mejor. La complejidad conlleva
que se pierde la intuición. Además los modelos son difíciles de contrastar y no
son universales.
- Cada vez los modelos incluyen más parámetros. Eso lleva a una
sobreparametrización, con mucha colinealidad entre los parámetros, es decir, no
es fácil estimar con precisión los parámetros y estos tampoco tienen en muchas
ocasiones una interpretación intuitiva. A veces los métodos de estimación
corresponden a situaciones asintóticas por lo que la aplicación de los resultados
a muestras finitas genera problemas adicionales de sesgo.
- La implementación práctica de los modelos más complejos y la estimación de los
parámetros exige muchos compromisos ad hoc (mucha cocina econométrica)
por lo que soluciones aparentemente muy sólidas desde el punto de vista teórico
36
se transforman a la hora de la práctica, en un compromiso voluntarista situado
entre el rigor y la discrecionalidad. Se entra de ese modo en el campo de la
“calibración” de los modelos.
Por todo ello y dado que las crisis y los episodios críticos seguramente que van a
formar parte de la realidad en un horizonte futuro, cobra más importancia tomar
conciencia de ciertos hechos y obrar en consecuencia.
1) Las finanzas no son una rama de la física o de la matemática aplicada. Esto afecta
a la gestión financiera desde el punto de vista de las metodologías y
herramientas que es necesario potenciar. Es imposible obtener algo así como
leyes universales del comportamiento de los precios, y de las relaciones entre
los precios de distintos activos. Modelos razonablemente válidos para una
muestra determinada son rechazados en otra muestra diferente. El mensaje no
es el rechazo de los modelos y de los métodos cuantitativos sino una llamada de
atención sobre su gran fragilidad.
2) Hay que tener muy presente dos tipos de riesgos que hay que añadir a la lista: el
riesgo de los modelos de valoración y el riesgo de los modelos de riesgo. Como
cualquier otro riesgo son la expresión de la posible discrepancia entre lo que dice
el modelo y lo que se manifiesta en los hechos.
3) La importancia de chequear habitualmente los modelos, estudiar las
divergencias entre lo esperado y lo realizado y en el caso de riesgos aplicar
metodologías de stress testing.
4) Más aún, el desarrollo de planes de contingencia, y la existencia de modelos
alternativos.
5) La importancia de una visión multidimensional para la gestión, en todas sus
facetas y en particular en la gestión de los riesgos. Necesidad de la combinación
de enfoques, y de metodologías, para el análisis, las decisiones y la cuantificación
de los riesgos. Creación de comités de expertos con una composición
multidisciplinar en macroeconomía, mercados financieros, productos
financieros, análisis político, análisis cuantitativo y estrategia.
6) Necesidad de disponer de una información muy cercana a los mercados.
7) La importancia de elaborar conclusiones con fluidez y actuar con gran rapidez
37
buscando los apoyos de los reguladores, consultores y académicos, pero no delegando
en ellos la responsabilidad de buscar las soluciones.
La comunicación debe ser fluida y precisa y para ello es necesario diseñar los canales de
comunicación adecuados. En unos mercados cada más globalizados y dotados de
instrumentos líquidos donde los precios cambian con rapidez, los gestores deben actuar
con gran celeridad, y para ello es imprescindible la coexistencia de normas rígidas y
canales de comunicación, ya que en la gestión de los riesgos las expectativas y el juicio
de las personas son aspectos muy relevantes. Hay que entender que los juicios
cualitativos y cuantitativos tienen mucha importancia, y la gestión del riesgo debe
entenderse como un proceso continuo en el que el factor humano juega un gran papel.
38
Introducción a los derivados de crédito
Introducción
Los derivados de crédito son instrumentos derivados cuya función de pago depende de
la calidad crediticia de un determinado emisor, concretada en un determinado bono, o
cesta de bonos, créditos o cualquier otra modalidad crediticia.
Una entidad financiera con posiciones largas sobre instrumentos de deuda, bonos y
préstamos, puede cubrir el riesgo de crédito mediante la negociación de un derivado de
crédito adoptando la posición de comprador de protección. El pago, periódica o de una
sola vez, de una prima sobre el nominal del contrato, le protege del incumplimiento del
emisor de los bonos o del incumplimiento del acreditado de los préstamos. En el caso
de producirse el evento de crédito la entidad percibe una determinada compensación
en los términos definidos en el contrato.
Una tercera motivación para que una entidad financiera contrate derivados de crédito
es la gestión de la cartera de crédito, dado que con los derivados puede modular el perfil
de riesgo de la cartera, tanto desde el punto de vista de la calidad crediticia de las
contrapartes (según sectores económicos y países) como desde el punto de vista de la
concentración de riesgo.
Las entidades que actúan como contrapartes ofertando la cobertura del riesgo de
crédito tienen un fuerte incentivo en el apalancamiento, fenómeno típico de los
instrumentos derivados. El vendedor de protección en un credit default swap recibe la
prima periódica pactada sin realizar ningún desembolso. Ha entrado en los rendimientos
y los riesgos del instrumento de deuda subyacente sin desembolsar el precio de los
bonos. Los hedge funds, las compañías de seguros, los fondos de capital riesgo y los
40
propios bancos han demostrado un fuerte apetito por estas operaciones en calidad de
vendedor de protección.
Los derivados de crédito son contratos complejos debido a que el fenómeno del crédito
también lo es. Existen muchas modalidades de instrumentos de deuda, y el
incumplimiento (default) no es un evento sencillo, pero en los contratos debe definirse
con precisión. La determinación del evento incumplimiento de las obligaciones
contractuales en un contrato de deuda se suele hacer depender de hechos observables
como la necesidad de que transcurra un determinado tiempo desde la fecha del
cumplimiento de la obligación o que se supere una determinada cantidad. Además, otro
tipo de incumplimientos pueden referirse al cambio unilateral de las condiciones de un
préstamo o de un bono. Por ejemplo la reestructuración de la deuda.
2) Sucesión. Una contingencia para la que debe existir solución es el caso de fusión o de
escisión de la entidad de referencia. El contrato debe establecer quién se hace sucesor
de la entidad de referencia inicial.
41
Reference credit asset
41
determina el grado de subordinación de los títulos que pueden ser utilizados para la
entrega por el comprador de protección, es decir, el comprador debe entregar títulos
de grado igual o superior al grado de la obligación de referencia. El comprador de
protección no está obligado a entregar, en caso de liquidación del contrato, los títulos
que tiene en cartera, porque incluso puede ocurrir que no tenga ningún título. El
derecho del comprador a elegir los títulos que entrega es una opción del tipo "lo más
barato" análoga a la que existe en los mercados de futuros sobre bono nacional. En
torno a los títulos entregables se han producido conflictos como el que protagonizaron
Nomura y Credit Suisse First Boston. Nomura realizaba operaciones de trading sobre
obligaciones convertibles emitidas por la sociedad Railtrack. Nomura entró en un
contrato CDS como comprador de protección teniendo como contraparte a Credit Suisse
Firtst Boston y el subyacente del contrato eran los títulos emitidos por Railtrack. En 2001
ocurrió el evento de crédito y al liquidar el contrato Credit Suisse First Boston no aceptó
las obligaciones convertibles que Nomura le entregaba. El conflicto terminó en los
tribunales aunque previamente Nomura vendió las obligaciones convertibles y compró
otros títulos emitidos por Railtrack que sí fueron admitidos por CSFB. La diferencia de
precio le supuso a Nomura 1,2 millones de libras esterlinas pero finalmente el juicio se
resolvió a su favor.
3) Evento de crédito. Se refiere a la caracterización, con toda precisión, del suceso que
es relevante para la correcta interpretación, valoración y ejercitación del contrato.
42
implica la liquidación de éste. La moratoria o repudio de la deuda. Este evento de crédito
es más propio de soberanos.
Los asset swap son instrumentos relativamente líquidos y, a veces, es más fácil negociar
el asset swap que el subyacente. Un asset swap puede utilizarse como activo subyacente
de una opción sobre el asset swap (asset swaption). El comprador de la opción tiene el
derecho a entrar en un asset swap package en una fecha futura determinada con un
spread de ejercicio determinado en el contrato.
43
2) Permuta de incumplimiento de crédito (credit default swaps), es un contrato definido
entre la contraparte A, comprador de protección, y la contraparte B, vendedor de
protección. La contraparte A abona a la contraparte B el importe resultante de
multiplicar el nominal del contrato por una prima definida en puntos básicos y base
anual. Los pagos de la contraparte A a la contraparte B se realizan mientras el contrato
esté en vigor hasta el vencimiento establecido o hasta que se produzca un evento de
crédito en los términos definidos en el contrato. Es frecuente que la periodicidad de los
pagos sea trimestral. En el caso de que ocurra uno de los eventos de crédito definidos
en el contrato, la contraparte B abona a la contraparte A una compensación que supone
la liquidación del contrato. En definitiva con el credit default swap el comprador de
protección transfiere al vendedor de protección el riesgo de crédito vinculado a un
determinado emisor, referido al conjunto de títulos que forman parte del universo de
obligaciones y para los eventos de crédito contemplados en el contrato. Pero no
transfiere todos los riesgos ya que el riesgo de precio, riesgo de mercado, no afecta a la
liquidación del contrato. Con otro derivado de crédito, el total return swap, se produce
la transferencia del riesgo de crédito y del riesgo de mercado.
4) Cuanto credit default swaps es una permuta de incumplimiento de crédito con una
modificación: la liquidación se realiza en la divisa diferente a la divisa funcional del
44
contrato. Se liquida y se pasa a la divisa del contrato a un tipo de cambio establecido. La
dificultad para qué creador de mercado realizó la cobertura afecta al precio y a la
liquidez de este instrumento.
Los pagos se netean y la referencia debe ser líquida para que pueda medirse bien los
cambios de precio.
6) Credit Linked Notes. Es un instrumento de deuda, un bono, que lleva adosado una
permuta de incumplimiento de crédito. El contrato CLN es un credit default swap (CDS)
empotrado en un bono con riesgo. El esquema es el siguiente: Una entidad tiene una
posición larga sobre un activo con riesgo de crédito. Emite unos bonos cuyo riesgo está
vinculado a dicho activo. La entidad paga los intereses siempre que no se produzca el
evento de default del activo subyacente y en el vencimiento el principal de los bonos.
En el caso de que el emisor de referencia protagonice un evento de crédito la entidad
emisora del CLN amortiza los bonos entregando al os inversores los bonos del emisor de
referencia con un importe nominal igual al nominal de los bonos emitidos.
En este caso, la entidad emisora de los bonos ha eliminado el riesgo de contraparte del
vendedor de protección y este tiene ahora dos riesgos: el del activo de referencia y el
riesgo de crédito del emisor. La remuneración de los bonos debe tener en cuenta este
doble riesgo. Emitido el bono a la par, el cupón del bono debe incluir la comisión del CDS
y el coste de financiación del emisor.
45
Los bonos del CLN pueden emitirse por la entidad o por un vehículo de propósito
especial situado en jurisdicción off-shore. En este caso la liquidez generada por la
emisión se invierte en títulos de la mejor calidad. Las motivaciones del inversor en CLN
están en la rentabilidad que puede ofrecer a los inversores y que pueden entrar en los
riesgos de activos que no están disponibles en el mercado. Como inconveniente suele
tener poco liquidez.
9.1) Operaciones a plazo sobre el spread de crédito. El comprador paga al vendedor una
liquidación positiva si el spread de crédito de un determinado instrumento de deuda en
el vencimiento del contrato es superior al spread de ejercicio pactado en el contrato.
9.2) Opciones sobre el spread de crédito. Este tipo de opciones se liquidan como las
opciones vanilla y tienen como subyacente el spread de un determinado bono.
46
mercado es superior a la prima pactada en el contrato. En ese caso el vendedor de la
opción tiene que aceptar entrar en el contrato como vendedor de protección recibiendo
la prima pactada en el contrato, inferior a la de mercado.
11) Constant maturity default swaps. Una permuta de incumplimiento con vencimiento
constante es un derivado de crédito híbrido entre el credit default swap y las permutas
de intereses vencimiento constante. Un CMDS es similar a un CDS salvo que en cada
fecha de pago se renueva la prima según la situación del mercado de CDS al plazo inicial
del contrato. El contrato determina un plazo de referencia, un plazo del contrato, un
factor de conversión y la frecuencia de renovación. La prima inicial, para el primer
periodo de pago, se determina multiplicando la prima cotizada para el CDS al plazo inicial
por el factor de conversión, y así sucesivamente en las posteriores revisiones. En las
siguientes fechas de pago se determina el spread multiplicando el factor de conversión
por el spread de mercado al plazo de referencia.
12) First to default. Este derivado de crédito se define por los seis elementos siguientes:
Existen k entidades de referencia de crédito. El típico First to Default tiene entre cuatro
y doce referencias. En segundo lugar existen k referencias de crédito correspondientes
a las k entidades de referencia. El nominal es el mismo para todas las referencias. En
tercer lugar el evento de default es el primer default de cualquiera de los créditos de
referencia. En cuarto lugar el contrato termina después del primer default o cuando se
llega al vencimiento sin default. En quinto lugar el comprador paga un spread sFtD que
se interrumpe si se produce el primer default y en sexto lugar en caso de default el
comprador recibe del vendedor 1 − R de la referencia de crédito que ha incumplido. En
el caso de entrega física tiene que ser de la entidad de referencia que ha protagonizado
el evento de default.
13) Second to default tiene las mismas características que el first to default salvo que si
ocurre el primer incumplimiento el contrato sigue en vigor y solo se liquida si ocurre el
segundo incumplimiento.
47
instrumentos de transferencia del riesgo de crédito y combinan generalmente tres
mecanismos comunes a todas las estructuras de titularización:
Una entidad financiera construye una cartera de referencia compuesta por préstamos
bancarios y/o instrumentos financieros de deuda negociables (bonos corporativos,
bonos soberanos, bonos de titularización,…) y/o derivados de crédito. A diferencia de
las titularizaciones tradicionales, que están referenciadas a carteras relativamente
homogéneas (hipotecas, tarjetas de crédito, créditos al consumo), sobre los que se
emiten los títulos, los CDO se basan en carteras de naturaleza heterogénea
correspondientes a un número no muy grande de emisores o contrapartes. La
desconexión entre el riesgo de crédito de la cartera y el riesgo de crédito del originador
de la estructura, mediante el recurso a un vehículo ad hoc (Special Purpose Vehicle –
SPV- u otra denominación según la legislación de cada país) que emite los CDO y gestiona
los activos subyacentes.
Existen tres formas habituales, Cousseran y Rahmouni (2005) de clasificar los CDO: La
primera según el objetivo de la transacción y se pueden distinguir entre CDO de balance
y CDO de arbitraje. La segunda según el modo de transferencia del riesgo de crédito de
la cartera subyacente. Puede ser desde la cesión de la cartera al vehículo emisor o bien
revestir una forma sintética cuando el vehículo contrata derivados de crédito, como
vendedor de protección, sobre los títulos de la cartera de referencia. La tercera según la
composición de la cartera subyacente. Los instrumentos subyacentes en los CDO son
préstamos bancarios, bonos corporativos, bonos soberanos de países emergentes y en
el caso de formas sintéticas, son derivados de crédito. Últimamente aparecieron los CDO
de CDO, o CDO cuadrado, cuando los títulos subyacentes son títulos de emisiones
previas de CDO.
48
Los CDO de balance corresponden a las titularizaciones de instrumentos situados en el
balance de la entidad cedente que origina el CDO y los instrumentos son préstamos
bancarios u obligaciones privadas. Con la emisión de los CDO se transfiere el riesgo de
crédito a una entidad jurídicamente distinta y en última instancia total o parcialmente a
los tenedores de los CDO. Las motivaciones para la originación de la estructura van
desde la liberación de fondos propios respecto a los requerimientos regulatorios, la
gestión de la cartera crediticia buscando diferente perfil de concentración y
diversificación de los riesgos hasta la reducción del coste de financiación.
También se han creado los CDO de tramo único (bespoke) generalmente de nivel
mezzanine y que son demandados por inversores especializados que desean productos
a medida en cuanto a la composición de la cartera subyacente y los límites inferior y
superior de la estructura de subordinación. Por último, al margen de la forma de
transferencia del riesgo, los CDO pueden diferenciarse según la composición de la
cartera subyacente. Si se trata de préstamos bancarios tenemos los CLO (collateralised
49
loan obligations) y en el caso de títulos corporativos son los CBO (collateralised bond
obligations). Si el CDO se apoya en derivados de crédito tenemos los CDO sintéticos
(collateralised synthetic obligations). También se distinguen los CDO por la naturaleza
de los bonos subyacentes según sean ABS o RMBS, y por último los CDO cuadrado
cuando los bonos subyacentes son CDO previamente emitidos.
La valoración de los derivados de crédito es una tarea de gran complejidad debido a los
cuatro factores principales:
Tercero: Existen al menos tres variables de estado, cuyo comportamiento influye sobre
el precio de un derivado de crédito. En primer lugar, y como se ha señalado en el
apartado a) es necesario disponer del comportamiento en el tiempo del riesgo de
crédito, o dicho de otra forma, la estructura temporal de las probabilidades de default.
En segundo lugar se necesita disponer de las tasas de recuperación dado el default. Esta
50
variable no ha sido objeto de tanta atención teórica como la primera, aunque existe
últimamente una mayor sensibilidad. Sin duda la opacidad es mayor en esa fase del
proceso, lo que quizás haya influido sobre ese olvido y sin embargo debe ser un
parámetro esencial en cualquier modelo. El problema está en la capacidad actual para
capturar el comportamiento de la eficacia de las recuperaciones mediante los procesos
estocásticos utilizados habitualmente. La tercera variable de estado es la estructura
temporal de los tipos de interés. Por un lado algunos derivados de crédito incluyen,
como hemos visto, condiciones contractuales que no son riesgo de crédito puro, sino
que se sitúan en el ámbito de los riesgos de mercado de instrumentos vinculados a los
tipos de interés. Por ese motivo, para valorar el derivado de crédito, es necesario
introducir alguna hipótesis sobre la estructura temporal de los tipos de interés. Pero aún
en el caso de un derivado de crédito puro, tal hipótesis es necesaria, dada las
interdependencias que pueden existir entre la estructura temporal de las probabilidades
de impago, las tasas de recuperación y el comportamiento temporal de los tipos de
interés.
La teoría de valoración se desarrolla en términos de valor esperado, pero los flujos reales
que se producen en un contrato están generalmente muy lejos de los valores
determinados por el concepto esperanza matemática. Si la operación de contratar un
credit default swap se repitiese muchas veces en idénticas condiciones y aceptamos por
un momento que las probabilidades de supervivencia utilizadas en el modelo de
valoración sean buenos predictores de las tasas de supervivencia observadas, entonces,
en ese caso, la media de los flujos de caja observados y los valores calculados mediante
la esperanza matemática serían muy próximos. Pero existen distintos motivos por los
que esto no va a ocurrir. En primer lugar, la entidad de referencia no se puede replicar
en miles, millones, de entidades iguales. Se trata de una entidad única que en el plazo
del contrato cumple sus obligaciones de pago o incumple. No existe repetición de la
experiencia. Un segundo factor a tener en cuenta es que las probabilidades de
supervivencia deben ser riesgo neutrales, es decir, obtenidas bajo la condición de que
la medida de probabilidad permite igualar el precio de un instrumento de deuda emitido
por la entidad de referencia a su valor esperado actualizado con el tipo de interés libre
de riesgo. Las probabilidades riesgo neutrales no coinciden con las probabilidades de
51
supervivencia objetivas o naturales, al margen de que la capacidad para determinar este
tipo de probabilidades es otro tema relevante. Como se ha expuesto en el capítulo 4 la
estimación de las probabilidades de supervivencia riesgo neutrales depende de la
estimación de la tasa de recuperación.
Un sencillo ejemplo aclara la diferencia entre los flujos esperados bajo la probabilidad
riesgo neutral y los flujos reales. Supongamos un credit default swap con nominal N =
10 millones de euros, con pagos trimestrales de la prima pactada S = 200 puntos básicos.
Bajo la hipótesis de que el incumplimiento se produce al tercer año y que la tasa de
pérdida dado el incumplimiento es 60 %, los flujos de caja recibidos por el vendedor de
protección habrían sido 300.000 euros frente a 6.000.000 de euros pagados.
52
Tipología de los riesgos de los instrumentos derivados42
Los riesgos más importantes a los que se enfrenta una entidad en la actividad de
instrumentos financieros derivados son:
a) Estratégico
b) Mercado
c) Liquidez
d) Contraparte
e) Operacional
f) Reputacional
Los derivados soportan, por lo tanto, los mismos riesgos que los restantes instrumentos
financieros (préstamos, cuentas a cobrar, depósitos, acciones, etc,) y en particular que
sus subyacentes. Sin embargo existen aspectos específicos de los derivados que exigen
una atención especial, tanto por los administradores, gestores, auditores y supervisores.
42
Extraído del Capítulo 5 de “Derivados, Valor razonable, Riesgos y Contabilidad” de Vilariño, A. Pérez, J.
y García, F. (2008)
53
c) Muchos derivados se negocian en mercados no organizados (OTC) en los que la
liquidez no está asegurada. La medición de los riesgos de mercado debe tener muy en
cuenta el factor de la liquidez para no incurrir en la infravaloración de los riesgos.
e) Según la utilización que realice una entidad de los derivados así serán más
importantes unos riesgos que otros, y a su vez así serán los requerimientos necesarios
que debe cumplir la entidad, para la correcta gestión de los riesgos. Por ello es muy
importante que los auditores y supervisores identifiquen con la mayor precisión que tipo
de utilización de los derivados realiza la entidad. Es muy diferente el caso de las
entidades creadoras de mercado asumiendo la función de emisores y dando liquidez al
mercado, del de los intermediarios con posiciones cerradas ganando en la actividad el
margen de intermediación o los riesgos soportados por usuarios finales que buscan
coberturas o que toman posiciones de negociación.
Riesgo estratégico
El riesgo estratégico consiste en la desviación negativa que puede darse entre los
beneficios esperados de la puesta en práctica de una determinada estrategia y los
resultados obtenidos. Los riesgos estratégicos maduran en un medio plazo dado que los
resultados no son inmediatos y cualquier estrategia digna de ese nombre necesita un
determinado tiempo para implementarse y que puedan observar resultados.
Riesgo de mercado
54
En los derivados sobre tipos de interés los principales factores de riesgos son los tipos
de interés cupón cero, los tipos de interés de las referencias utilizadas en el contrato,
las correlaciones entre los diferentes tipos de interés, pero también los desplazamientos
de las curvas de tipos y los cambios de la pendiente de la curva.
En los derivados sobre acciones y divisas los principales factores de riesgo de mercado
son los precios de los subyacentes y las correlaciones entre subyacentes. En el caso de
las opciones también son factores de riesgo los tipos de interés y los cambios en la
volatilidad del subyacente.
Riesgo de liquidez
El riesgo de liquidez está presente tanto en los mercados organizados como en los
mercados OTC pero la intensidad y modalidad es diferente. En los mercados organizados
es más acuciante la necesidad de disponer de liquidez para reponer márgenes y entregar
garantías, mientras que las tensiones y dificultades para abrir y cerrar posiciones es más
frecuente en los mercados OTC. Se denomina “riesgo de liquidez de fondeo” el riesgo
originado por las dificultades de financiación y “riesgo de liquidez de mercado” el riesgo
originado por las dificultades para comprar y vender derivados en las condiciones
habituales de precios e incluso la situación en la que los mercados se vacían de
contrapartes. Los gestores deben analizar, evaluar, limitar y controlar estos dos riesgos
de liquidez.
Las entidades que son creadoras de mercado en mercados OTC suelen gestionar
mediante coberturas dinámicas sus posiciones por lo que requieren un acceso constante
a los mercados de los subyacentes y a los mercados de financiación. En este caso los
riesgos de liquidez son muy altos y exigen una vigilancia muy activa.
El riesgo de liquidez de mercado puede originarse por algún cambio relevante de las
expectativas de los participantes en el mercado o porque los instrumentos cuya
transacción se quiere realizar son exóticos y cuentan con una oferta y demanda limitada.
En el caso de instrumentos estándar también puede darse el riesgo de liquidez cuando
los participantes desconfían fuertemente de la calidad crediticia de las contrapartes o
cuando algún incidente (v.g. incumplimiento de una liquidación, pérdidas elevadas de
algún participante del mercado, etc.) ha puesto en evidencia debilidades estructurales
del mercado o de las contrapartes. La evaluación de la calidad crediticia de cada entidad
55
realizada por el mercado es un factor de primer orden para el riesgo de liquidez de la
entidad.
Algunos mercados OTC dependen de unas pocas contrapartes que son los que
proporcionan liquidez. Basta que alguna de ellas modifique su percepción del riesgo
para que el mercado sufra un evento de liquidez. Es importante para los
administradores, gestores, auditores y supervisores analizar la concentración del
mercado para evaluar el impacto que tal concentración puede tener en la liquidez del
mercado. También el riesgo de liquidez puede manifestarse para un agente que tenga
una gran cuota de mercado e intente realizar una operación de gran tamaño. En ese
caso los precios son elásticos al tamaño de la operativa y los movimientos de precios
afectan al resto de los miembros del mercado.
Riesgo de contraparte
56
el primer caso, suponiendo que se cumplen los requerimientos de garantías y que éstas
están adecuadamente calculadas, el riesgo de contraparte se supone marginal. En el
segundo caso, mercados OTC, el riesgo de contraparte es relevante, aunque pueden
adoptarse convenios de aportación de garantías y de compensación de pérdidas. En el
caso de la aportación de garantías ha de verificarse su eficacia legal y financiera.
57
La determinación de límites para las operaciones con derivados no solo debe plantearse
por las contingencias de las variaciones de los precios sino también por el riesgo de
contraparte y para el riesgo de concentración. Los límites deben establecerse antes del
comienzo de la operativa, y las decisiones deben estar adecuadamente documentadas.
Se debe aplicar el principio de que cuánto más imprecisa sea la medición del riesgo más
conservador debe ser el criterio para establecer los límites.
Riesgos operacionales
i) Sistema de registro.
El diseño del sistema de registro de las operaciones con derivados es una pieza clave en
el ámbito del riesgo operacional. El desfase temporal entre el momento en el que se
realiza una operación y el momento en el que se registra en los diferentes sistemas de
la entidad es una fuente de riesgo operacional. Desde las situaciones más extremas en
las que las operaciones “no llegan” al área de control interno hasta las situaciones casi
óptimas en las que el registro es simultáneo para todas las áreas con responsabilidades
sobre la operativa de derivados (áreas de negocio, riesgos, control interno, auditoria,
contabilidad,…). Es muy relevante que el sistema de registro sea capaz de seguir la
evolución de la operación a lo largo del tiempo y mantener sin agregar operaciones que
tienen sentido individualmente como, por ejemplo, las estrategias de negociación o las
operaciones de cobertura. También es necesario el desarrollo de una contabilidad
interna para el seguimiento de los resultados de las operaciones de negociación, la
medición y el control de los riesgos y el cumplimiento de los límites.
58
respecto al comportamiento previsto, hacen entrar en crisis tanto los modelos de
valoración como los modelos de medición del riesgo de mercado.
Los límites son reglas operativas de enorme trascendencia. Deben fijarse con la máxima
implicación de los administradores y son, deben ser, leyes internas de obligado
cumplimiento. Por eso su determinación es un proceso complejo que incluye elementos
técnicos relacionados con los modelos de medición de riesgo, decisiones estratégicas
sobre el grado de exposición que se supone aceptable y una componente negociadora
interna para buscar el máximo consenso entre las partes implicadas (fundamentalmente
áreas de negocio y áreas de control). Los riesgos operacionales se refieren a eventos que
se derivan desde la ausencia de límites, errores en su determinación por defecto o por
exceso, incumplimientos, deficiencias en el control interno del seguimiento del
cumplimiento, falta de firmeza en la corrección de los incumplimientos, continua
renegociación interna de los límites y falta de precisión en la definición de los límites.
Los riesgos operacionales aparecen cuando existen errores, retrasos, lagunas en los
diferentes sistemas de información, o cuando los informes no son utilizados
adecuadamente o son realizados de forma burocrática y rutinaria. También existe el
riesgo de la falta de unicidad de la información, es decir distintos centros elaborando
información con datos diferentes sobre un mismo fenómeno.
v) Riesgos legales
59
es el de Nomura que realizaba operaciones de negociación sobre obligaciones
convertibles emitidas por Railtrack y había contratado un CDS con Credit Suisse First
Boston (CSFB) para cubrirse del riesgo de crédito. En 2001 la sociedad Railtrack fue
intervenida por problemas financieros. Se produjo el evento de crédito. Nomura quiso
entregar a CSFB obligaciones convertibles pero el vendedor de protección no las aceptó
y Nomura vendió las convertibles para comprar obligaciones de Railtrack con cupón fijo
y sin opción de conversión. Esto supuso a Nomura un quebranto de 1,2 millones de libras
esterlinas. Nomura llevó el caso a los tribunales (Alta Corte de Londres) y la sentencia le
resultó favorable. Otros casos de riesgo legal están situados en la interpretación fiscal
de los beneficios obtenidos mediante la utilización de opciones como remuneraciones a
los empleados (stock options)
Una fuente de riesgo operacional está en los errores que se pueden originar por
deficiencias en la formación y capacitación de las personas que llevan a cabo las tareas
de registro, operativa de mercado, comercialización, valoración, medición de riesgos y
contabilización de los derivados. La no adecuada comprensión de los instrumentos, los
contratos, los modelos de valoración y riesgo son una fuente importante de riesgo
operacional. También de forma más primaria el riesgo operacional está originado por la
ignorancia o minusvaloración de los riesgos a los que está expuesta la entidad en el
manejo de los derivados
Riesgo reputacional
La actividad realizada por un banco tanto con operaciones propias como con
operaciones con clientes es generadora de riesgo reputacional. En particular la
comercialización de productos estructurados que prometen a los clientes rentabilidades
por encima de los tipos de interés de mercado pero con riesgo de mercado es una fuente
de riesgo operacional. Si los eventos desfavorables se realizan la rentabilidad obtenida
60
por los clientes puede ser muy inferior a la esperada e incluso negativa, es decir con un
valor de la liquidación menor que la inversión inicial realizada. Estos resultados entre
clientes poco informados y formados pueden generar opiniones negativas contra la
entidad que dañan su reputación comercial. También las pérdidas sufridas por un banco
en el manejo de los derivados, tanto por riesgo de mercado o por riesgo operacional,
pueden minar la confianza de auditores, supervisores, analistas e inversores.
61
Derivados, una visión en el ámbito de la Gran Crisis Financiera 43
Gran parte de las críticas sobre el excesivo peso de las finanzas y los daños que la
especulación produce a la actividad económica se centran en los derivados. En muchos
casos se les considera los mayores responsables de las crisis y adquieren vida propia
como si fueran los sujetos de los hechos ocurridos. Sin duda los derivados son una pieza
importante en la compleja realidad de la especulación financiera pero darles esa vida
propia es, en cierta medida, crear un velo que oculta al verdadero sujeto, los
especuladores. El multimillonario inversor Warren Buffett ha creado escuela con la
archirepetida frase “los derivados son armas financieras de destrucción masiva”, cuando
en realidad el arma de destrucción masiva sería, en todo caso, el propio Warren Buffett
que, a pesar de la frase, utiliza ampliamente los derivados dentro de sus estrategias de
inversión. En cualquier caso, la correcta definición de un problema es esencial para
poder resolverlo y, en el caso de la crisis, el foco hay que ponerlo en los gestores, en sus
modelos de negocio, en sus políticas de riesgo, en el mejor o peor diseño de los
incentivos, en el entorno regulador y supervisor, y no dejar reducido el problema a la
existencia de unos instrumentos financieros “peligrosos”.
Los derivados pueden utilizarse con fines contrapuestos, como son la mitigación de un
determinado riesgo financiero, en ese caso se trata de una operación de cobertura, o
tomar o aumentar la exposición ante un riesgo financiero y, en ese caso, es una
operación especulativa. Las relaciones entre ambas posiciones son complejas y existe
un cierto grado de simbiosis entre las operaciones de cobertura y las de especulación,
dado que una posición de cobertura puede tener como contraparte una posición
43
Ángel Vilariño: Escrito para estas Lecturas en base a varios trabajos previos.
62
especulativa, y porque el que utiliza los derivados con fines de cobertura también puede
temporalmente realizar otras operaciones con fines especulativos, o las coberturas son
parciales y no totales. Esta combinación de funciones es, en gran medida, la explicación
de las dificultades a las que se enfrentan los reguladores cuando, a veces, rechazan la
autorización de estos instrumentos financieros, pero sucumben ante la presión de los
que consideran a los derivados como una mejora para la gestión de los riesgos
financieros.
Para analizar el papel de los derivados, es necesario integrarlos dentro una visión
general mediante el análisis de sus funciones en el contexto de los grandes cambios que
se han producido en las prácticas de los inversores. En los últimos 40 años, y más
aceleradamente en los últimos 20 años, se han creado nuevos mercados financieros y,
en particular, nuevos mercados para la negociación de instrumentos derivados, nuevos
instrumentos financieros, algunos con una enorme complejidad, y han tenido un
desarrollo sin precedentes las técnicas para la valoración de los derivados, creándose
una nueva rama denominada ingeniería financiera que cuenta con premios Nobel entre
sus creadores.
Los productos estructurados, con los que los bancos se han financiado masivamente,
son otro de los factores importantes para explicar el crecimiento de los derivados. Las
entidades financieras que emiten productos estructurados están expuestas, en
principio, a los riesgos de los derivados implícitos que forman parte de los instrumentos
emitidos. En un número importante de casos terminan cerrando los riesgos con
beneficios obtenidos de los suscriptores de las emisiones, porque contratan las
coberturas adecuadas con bancos de inversión y bancos comerciales. Estos son capaces
de asumir los riesgos en sus carteras diversificadas y también por la existencia de
63
técnicas que permiten generar coberturas internas mediante la construcción de
derivados sintéticos.
El enorme crecimiento de los derivados que arranca desde mediados de los años setenta
es, en cierta medida, consecuencia de los importantes cambios que se produjeron en
diversos ámbitos de la economía mundial. Al mismo tiempo, la irrupción de los derivados
y la creación de mercados en los que se negocian es también un factor de cambio que
interacciona con los otros factores.
1) Flotación de los tipos de cambio. Con la desaparición en 1973 del Sistema Monetario
Internacional basado en el patrón dólar-oro, aparece el riesgo de cambio y la posibilidad
de realizar beneficios especulativos negociando los precios de las divisas. El riesgo de
cambio se convierte en un factor de gran importancia para las operaciones de comercio
exterior. La desregulación financiera permitió la libertad de los movimientos de capitales
y con ello también toma cuerpo la exposición al riesgo de cambio de los activos
nominados en divisas diferentes a la divisa funcional de cada inversor. Se desarrolló el
mercado de contratos forwards sobre divisas y, en 1981, el Banco Mundial e IBM
realizaron uno de los primeros swaps de divisas, mediante la permuta de dólares contra
marcos alemanes y francos suizos.
64
bonos. Los bancos fueron grandes inversores en deuda pública, por varios motivos: i)
para operaciones de tesorería como un activo más del que podían obtener beneficios a
corto plazo, soportando riesgo de interés; ii) para realizar las operaciones repo de
financiación con pasivos que no computaban en el coeficiente de caja y les liberaba de
la obligación de mantener recursos en el banco central; iii) como inversiones de crédito,
con la convicción de carecer de riesgo de default, manteniendo los títulos en la cartera
de inversión al vencimiento. En los años ochenta, en muchos casos con la iniciativa de
los bancos, se crearon mercados organizados en los que negociar opciones y futuros
sobre tipos de interés a corto y largo plazo de la deuda pública.
65
flotación de la divisa potenció los mercados de cambios, casi siempre acompañado de
un mercado de contratos forward sobre la divisa, muchas veces liderado por los bancos
extranjeros. Los bancos comerciales, incluso de pequeño tamaño, crearon mesas de
tesorería, para intentar obtener beneficios operando a corto plazo en los nuevos
mercados, tanto nacionales como internacionales y en otros países. Por necesidades
internas de gestión las posiciones tenían que ser valoradas a precios de mercado, tanto
para conocer las ganancias o pérdidas potenciales, como para la medición de los riesgos.
Los futuros y opciones sobre tipos de interés, acciones, divisas, fundamentalmente, y
también en menor medida sobre petróleo y otras materias primas, se erigen en los
instrumentos más idóneos para las prácticas especulativas de los bancos de inversión,
bancos comerciales, sociedades de valores y hedge funds.
66
frecuente que los propios gestores tengan posiciones en los fondos y que reinviertan en
ellos las altas remuneraciones que reciben por la gestión.
Los hedge funds tienen diferencias significativas con otros vehículos financieros como
los fondos de inversión, que suelen estar muy reglamentados, con prohibiciones o
limitaciones para tomar posiciones cortas, y la utilización de derivados. Los hedge funds
carecen de dichas limitaciones y las únicas restricciones son autoimpuestas al
especializarse en determinados mercados y activos. Otra diferencia de gran calado con
los fondos de inversión está en el apalancamiento. Los gestores de los hedge funds
utilizan ampliamente los derivados en sus estrategias de inversión. El colapso del Long
Term Capital Management (LTCM) en 1998 puso en evidencia las interrelaciones y
conexiones que existían entre el LTCM y un numeroso grupo de contrapartes, dada la
importancia que los derivados negociados en mercados OTC (Over The Counter) tenía
dentro de la estrategia del hedge fund.
67
establecidas bajo hipótesis en muchos casos sin posibilidad de contraste y sin tampoco
posibilidad de contrastar los resultados obtenidos por los modelos de valoración. Existen
profundas diferencias entre el mundo físico y el mundo económico pero incluso hay
autores que han reescrito los modelos de valoración bajo el formalismo matemático de
la mecánica cuántica (Baaquie (2004) lo que puede dar mayor apariencia científica a la
teoría financiera.
Robert Merton y Myron Scholes recibieron el premio Nobel 45 de Economía en 1997 por
el descubrimiento de la fórmula de valoración de opciones que se conoce como Black-
Scholes, por el método general que se utilizó en el desarrollo de la fórmula y por la
influencia que habían ejercido sobre la industria financiera dado que “los contratos
derivados tenían una alta utilidad social al permitir redistribuir los riesgos” según el
discurso del presentador en la ceremonia de entrega del premio. Es significativo que una
año después, en agosto de 1998, el hedge fund LTCM dirigido por los dos laureados,
Merton y Scholes, estuvo a punto de quebrar y necesitó del apoyo de Greenspan y la
Reserva Federal de Nueva York, para organizar un rescate privado. Para cualquier
observador los hechos encierran una enorme enseñanza sobre la fragilidad de la
ingeniería financiera y el carácter complejo de los riesgos financieros difíciles o
44
En esencia, el movimiento browniano geométrico aplicado a la rentabilidad de un activo, define dicha
rentabilidad instantánea mediante la suma de dos componentes: la primera determinística y constante
proporcional a la variación infinitesimal del tiempo y la segunda aleatoria gobernada por una ley normal
de media nula y desviación típica proporcional a la raíz cuadrada de la variación infinitesimal del tiempo.
45
Realmente el nombre exacto del premio es The Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory
of Alfred Nobel
68
imposibles de domesticar cuando los inversores, flotando en el espacio vaporoso de los
éxitos pasados, olvidan las reglas de prudencia espoleados por la ambición de los
beneficios. La exposición de riesgo del LTCM en las fechas anteriores a la crisis, estaban
fuera de cualquier criterio de prudencia. El problema era que LCTM se había constituido
en una fuente de riesgo sistémico ante la mirada complaciente de sus contrapartes, de
los reguladores y de los supervisores dado que dos “genios”, dos Premio Nobel, lo
gestionaban. Un excelente análisis crítico se encuentra en (GAO, 1999)
Los derivados tienen una variedad de usos que es lo que explica su enorme crecimiento.
En primer lugar, para el diseño y la realización de operaciones de cobertura de riesgos
financieros específicos. Para un determinado riesgo financiero pueden utilizarse
distintos tipos de contratos derivados según las preferencias de los agentes, aunque
existe la limitación de que exista la contraparte correspondiente para cerrar la
operación. El riesgo de cambio se puede cubrir con forwards, futuros, opciones, swaps
de divisas o combinaciones de algunos de estos instrumentos dependiendo de la
naturaleza de la posición a cubrir. Análogamente el riesgo de precio de acciones puede
cubrirse con forwards, futuros y opciones, al igual que otros riesgos de precio. El riesgo
de interés se cubre con FRA, futuros y opciones sobre tipos de interés, con swaps de
intereses o con estructuras ad hoc combinando distintos instrumentos derivados. La
existencia de mercados OTC tiene una parte de su fundamento en la necesidad de
contratar operaciones a medida para cobertura de posiciones de riesgo. Dado el grado
de bursatilización y titularización que ha adquirido la riqueza financiera de los grandes
patrimonios y de los ahorradores, los derivados se presentan como una necesidad
imposible de eludir, lo que explica su autorización por los poderes públicos. Sin
embargo, existe una gran contradicción porque en muchos casos los gestores de los
fondos de inversión y los fondos de pensiones que canalizan los ahorros de rentas
medias no son especialmente proclives a la utilización de los derivados como elementos
de cobertura y son más las grandes empresas industriales y de servicios y los bancos los
que los utilizan en operaciones de cobertura, al margen de sus propias posiciones
especulativas o como contraparte especializada de las coberturas de otros.
En segundo lugar, los derivados se utilizan para tomar posiciones de riesgo sobre
determinados activos, índices o variables. Dado el crecimiento de los contratos
negociados es evidente que es esta la función principal en los mercados de acciones y
tiene una gran relevancia en los mercados de divisas, tipos de interés a corto plazo, tipos
de interés a largo plazo, materias primas y petróleo. Una característica esencial de los
derivados es que, en general, la inversión necesaria en el derivado es mucho menor que
la que habría que hacer en el activo subyacente para conseguir un rendimiento similar.
Además, otra gran ventaja para los inversores especulativos, es la facilidad para tomar
69
posiciones cortas, muchas veces muy difícil o imposible de hacerlo directamente en el
activo subyacente. Por último los derivados permiten tomar posiciones sobre carteras
mediante los contratos sobre índices46, que de hacerlo directamente exigiría un enorme
desembolso además de costes de transacción y administrativos, y también con la ventaja
de poder tomar con la misma facilidad posiciones cortas y largas.
Si los mercados financieros fuesen el reflejo práctico del teórico mercado competitivo
atomizado, sin agentes con poder de mercado, las posiciones especulativas serían
apuestas sin la posibilidad de influir sobre los precios. En ese caso el especulador estaría
asumiendo, con su apuesta, un determinado nivel de riesgo que le podría proporcionar
ganancias o pérdidas. Pero la realidad está lejos de esta imagen idílica, porque en los
mercados financieros existe un alto grado de concentración, y un grupo selecto de hedge
funds, sociedades de valores y grandes bancos de inversión y comerciales poseen poder
de mercado, es decir, articulan operaciones convergentes que tienen la facultad de
mover los precios en el sentido de sus intereses. El poder se lo da el enorme volumen
de inversiones que centralizan, tanto por sus posiciones propias como por las de los
clientes que gestionan. A esto hay que añadir la puesta en marcha de estrategias de
desestabilización, como ha ocurrido con los ataques especulativos contra la deuda
soberana europea en 2010.
46
Índices bursátiles, índices de credit default swaps.
70
“reputados” analistas lanzaban previsiones astronómicas sobre la evolución futura de
los precios. Dada la profusión de medios de comunicación digitales es imposible poner
freno al cúmulo de informaciones interesadas, que muchas veces son amplificadas por
intermediarios que colaboran, intencionadamente o no, en la intoxicación.
El problema es que las investigaciones de los hechos fraudulentos se suelen hacer tarde
y mal, con escasos o nulos recursos, por lo que al final siempre los informes terminan
con las conclusiones eclécticas de que no ha sido posible probar de forma tajante tal o
cual hecho fraudulento. En muchos casos se pretenden probar las conductas irregulares
con métodos estadísticos 47, por ejemplo, intentando contrastar si existe mayor
volatilidad por el uso de los derivados, sin que se realice una auténtica investigación con
las metodologías propias en otros ámbitos de la persecución de delitos. Un factor que
añade dificultad es la enorme opacidad en las prácticas especulativas, porque es
habitual la utilización de sociedades interpuestas para la realización de las operaciones.
47
Darrell Duffie intenta negar los efectos contra la estabilidad financiera de la especulación con derivados
de crédito aduciendo que él y Zhang no han encontrado ninguna relación empírica significativa entre los
importes de CDS sobre la deuda soberana de Grecia, Italia, Irlanda, España y Portugal y el coste de la
deuda. Duffie (2010).
71
transfiere riesgos a los tenedores de los instrumentos en una relación desigual desde el
punto de vista del binomio rentabilidad-riesgo.
Los forwards sobre divisas y los swaps también se suelen negociar con un valor inicial
nulo. Cuando cambian las condiciones de mercado, y se modifican los tipos de interés o
los tipos de cambio, y dependiendo de los plazos hasta vencimiento, el precio del
contrato ya no es nulo pero es, en general, una pequeña fracción del nominal, aunque
en valor absoluto puede representar un importe muy elevado. En los swaps los
porcentajes que representa el valor de mercado sobre el nominal son mayores que en
los forwards sobre tipos de interés y sobre divisas. En definitiva, lo que se quiere señalar
es la falta de relación unívoca entre el nominal y el valor del contrato, que es lo
relevante, dado que dicho valor es lo que se contabiliza como activo o como pasivo
según el signo positivo o negativo resultante en la valoración.
En el caso de las opciones la relación entre precio de mercado y el nominal del contrato
es muy variable y depende, fundamentalmente, de la volatilidad de la rentabilidad de la
variable subyacente y de la relación entre el precio del activo subyacente y el precio de
ejercicio. En general los precios de las opciones son un porcentaje mayor del nominal
que los contratos forwards y swaps.
En el caso de los credit default swaps el importe nominal tiene significado mayor que en
los anteriores contratos. Por una parte este contrato, como indica su nombre, es un
swap, lo que implica que la fecha inicial se negocia con precio nulo. Los cambios de las
condiciones de mercado, especialmente los precios de los bonos subyacentes, modifican
72
la prima, o spread, que es necesario pagar o recibir para cerrar el contrato inicial,
respecto a la prima pactada en la fecha inicial. De esa diferencia de primas resulta,
mediante un método valoración establecido, el valor razonable del contrato. Por
ejemplo, sea un credit default swaps negociado con precio nulo con una prima de 200
puntos básicos al plazo de cinco años y con un importe nocional de 10 millones de euros;
si la prima negociada sube a 300 puntos básicos el valor del contrato es
aproximadamente el 11% del nominal.
Sin embargo, si se produce cualquiera de los eventos de crédito que están definidos en
el contrato, éste se liquida y la pérdida para el vendedor de protección puede llegar al
100% del nominal aunque en promedio se sitúa en un rango entre el 40% y 60% del
nominal.
El segundo concepto que utiliza el BIS para medir la importancia económica de los
derivados es el valor bruto de mercado. Hay que partir de que el BIS obtiene la
información de una muestra muy amplia de las entidades que negocian derivados pero
no de la totalidad. El BIS define el valor bruto de mercado como la suma de las
valoraciones positivas y los valores absolutos de las posiciones negativas cuando la
contraparte no pertenece al conjunto de entidades de las que obtiene información. En
los contratos forwards, swaps y credit default swaps el valor de mercado puede ser
positivo o negativo, independientemente de la posición compradora o vendedora que
tenga la entidad en el contrato. Los contratos con valor positivo se contabilizan en el
activo del balance y los contratos con valor negativo se contabilizan en el pasivo. En el
caso de las opciones compradas el valor de mercado se contabiliza en el activo y el valor
de mercado de las opciones vendidas se contabiliza en el pasivo Lo que el BIS llama valor
bruto de mercado es la suma de todas posiciones activas más la suma de las posiciones
pasivas cuando la contraparte no pertenece al conjunto de entidades de las que obtiene
información.
73
En el cuadro 1 se presenta el volumen nominal y el valor bruto de mercado de los
contratos vivos en los mercados OTC en diciembre de 2014.
En el cuadro 2 se presenta la evolución del importe nominal y del valor de los contratos
OTC negociados, comparando los datos de 1998 con los del año 2010. El importe
nominal de los CDS alcanzó el máximo, 58 billones de dólares en diciembre de 2007, y
el valor de mercado fue máximo, 5 billones de dólares, en diciembre de 2008. A raíz de
la crisis se impuso el cierre de posiciones, muchas forzadas, como las realizadas en el
rescate de AIG.
48
Monetary and Economic Department (2010), BIS.
74
Cuadro 2 49. Evolución del importe nominal y el valor de los contratos OTC
Nominales y valores brutos en billones USD (1bll=10 9 USD)
Los datos presentados se pueden resumir en los puntos siguientes: i) Los derivados
utilizados para operaciones de cobertura de riesgos son un porcentaje importante de
los contratos negociados, dados los altos porcentajes que representan los swaps, típico
instrumento de cobertura, tanto en términos nominales como en términos de valor
bruto (cuadro 1), ii) Ha existido un fortísimo crecimiento de los derivados. En el caso de
los contratos negociados en mercados OTC la tasa anual acumulativa de crecimiento de
los montos nominales es 14.5% en el período 1998-2014, aunque en el período 1998-
2008 la tasa de crecimiento anual fue 23.2%. La crisis ha ralentizado el ritmo de
crecimiento. iii) La comparación de los derivados con otros activos para medir su
importancia relativa debe utilizar como concepto relevante el valor de mercado y no el
importe nominal. En el caso de los mercados organizados existe la dificultad de que, en
el caso de los futuros, los contratos se liquidan diariamente por lo que su valor de
mercado se anula tras la liquidación.
El nombre derivados de crédito vio la luz en 1992 creado por JP Morgan, pero fue en la
presente década cuando los derivados de crédito han crecido espectacularmente, y han
sido protagonistas en dos eventos significativos de la presente crisis: la quiebra de
Lehman Brothers y la evitada quiebra de AIG.
49
Monetary and Economic Department (2010)
75
también pueden ser préstamos, es decir, con pasivos con obligaciones de pago para el
emisor que este podría incumplir. Se determinan un conjunto de eventos de crédito, el
plazo del contrato y un importe nominal. El comprador y el vendedor pactan una prima,
o spread, que el comprador de protección debe pagar periódicamente al vendedor
durante el plazo establecido, salvo que se produzca alguno de los eventos de crédito, en
cuyo caso el contrato se liquida. Existen dos modalidades de liquidación; en la primera
el vendedor paga al comprador el importe nominal del contrato y recibe del comprador
bonos de la entidad de referencia cuyo importe nominal es el del contrato. En la segunda
modalidad de liquidación el vendedor de protección paga al comprador la diferencia
entre el importe nominal pactado en el contrato y el valor de mercado de los bonos del
mismo importe nominal. En resumen, el vendedor sufre la pérdida que supone la
diferencia entre el valor de mercado de los bonos y su valor nominal. Los eventos de
crédito habituales son: i) Incumplimiento (default) de las obligaciones contractuales del
emisor, bien sea de los intereses y/o el principal de la deuda o la reestructuración
unilateral de las condiciones de pago, con cambios en el plazo de amortización de la
deuda, modificaciones de los criterios para el cálculo de los intereses, cambios de las
divisas en la que está nominada la deuda u cambio de otras condiciones a favor del
emisor, ii) Suspensión de pagos y quiebra, iii) Rebaja del rating, iv) Cambios en el spread
de crédito, v) Moratoria y Repudio de la deuda y otros eventos más singulares.
En primer lugar nos encontramos con el caso de una entidad financiera con posiciones
largas sobre instrumentos de deuda, bonos y préstamos, puede cubrir el riesgo de
crédito mediante la negociación de un derivado de crédito adoptando la posición de
comprador de protección. El pago, de una sola vez o periódicamente, de una prima
sobre el nominal del contrato, le protege del incumplimiento del emisor de los bonos o
del incumplimiento del acreditado de los préstamos. En el caso de producirse el evento
de crédito la entidad percibe una determinada compensación en los términos definidos
en el contrato.
76
Otro factor impulsor de la contratación de derivados de crédito es el “ahorro” de
recursos propios ante los requerimientos de la regulación de exigir más capital por las
posiciones con mayor riesgo de crédito. Dicho ahorro se produce tanto si los
requerimientos de capital dependen del rating externo asignado al emisor de la deuda
por una agencia de calificación como si dependen del rating interno asignado por la
propia entidad. Esto lo consigue al contratar el derivado de crédito con una contraparte
de calificación crediticia muy superior a la del emisor de los bonos, o los préstamos,
detentados por la entidad.
Una tercera motivación para que una entidad financiera contrate derivados de crédito
es la gestión de la cartera de crédito, dado que con los derivados puede modular el perfil
de riesgo de la cartera, tanto desde el punto de vista de la calidad crediticia de las
contrapartes (según sectores económicos y países) como desde el punto de vista de la
concentración de riesgo.
Las entidades que actúan como contrapartes ofertando la cobertura del riesgo de
crédito tienen un fuerte incentivo en el apalancamiento, fenómeno típico de los
instrumentos derivados. El vendedor de protección en un credit default swap recibe la
prima periódica pactada sin realizar ningún desembolso. Ha entrado en los rendimientos
y los riesgos del instrumento de deuda subyacente sin desembolsar el precio de los
bonos. Los hedge funds, las compañías de seguros, los fondos de capital riesgo y los
propios bancos han demostrado un fuerte apetito por estas operaciones en calidad de
vendedor de protección.
77
Los derivados de crédito en la crisis financiera actual
Desde julio a septiembre de 2008 la empresa AIG se vio sometida a fuertes necesidades
de liquidez en parte originadas por la caída de sus calificaciones de crédito en mayo 2008
y en parte por las pérdidas registradas en sus inversiones en activos hipotecarios. Otro
factor de gran importancia fue la caída del precio de los CDO contra los que AIG había
vendido protección mediante CDS. La caída del valor de los CDO obligaba a AIG a
entregar colateral para cubrir el riesgo de contraparte. Se encontró ante la necesidad de
aportar más de 20.000 millones de dólares que no pudo conseguir en el mercado cuando
78
intentó ampliar el capital del grupo. Otras contrapartes exigieron más colateral ante la
caída de las calificaciones crediticias de AIG y la reducción de los precios de los bonos
subyacentes cuya protección había otorgado AIG en los contratos CDS como vendedor
de protección.
79
- La actual estructura de la regulación no está diseñada y no es adecuada para
disponer de agencias financieras interconectadas a lo largo de todo el mundo
cuando existe una alta exposición al riesgo sistémico.
- La innovación financiera ha creado nuevos y complejos productos que juegan un
papel sustancial en los negocios del sistema financiero y que no están
encuadrados dentro de las capacidades y normas del sistema regulatorio actual.
- El tamaño del mercado no es bien conocido porque no existe un registro central
mundial de las operaciones o registros nacionales interconectados. Lo que
existen son estimaciones de operaciones realizadas, valor de mercado y otros
parámetros realizadas por organismos como la British Bankers Association y el
BIS.
- Debido a la falta de transparencia del mercado de CDS se puede conseguir que
con un volumen pequeño de transacciones se eleve mucho la prima de un CDS y
lanzar el mensaje de la existencia de graves dificultades económicas de la
entidad de referencia. El hecho de que esta información pudiera utilizarse para
valorar el precio de la acción puede desencadenar un proceso de venta violenta
de los títulos de la empresa. En ese caso pueden realizarse estrategias con
posiciones cortas en la acción y largas en CDS desnudos50 que refuerzan la
presión bajista sobre la acción de la empresa. Como en otras ocasiones estas
operaciones son difíciles de probar por métodos puramente estadísticos y exigen
otro tipo de métodos de investigación.
Uno de los argumentos más utilizados para defender que no se impongan restricciones
a los mercados financieros, y en particular a los derivados, es que los precios
proporcionan información relevante sobre la realidad económica subyacente. Este es un
argumento que siempre se esgrime para defender todo tipo de innovación financiera y
también se esgrimió en el caso de los derivados de crédito.
50
Las posiciones cortas en las acciones las consiguen bien con ventas de futuros sobre las acciones o
tomando a préstamo las acciones y vendiéndolas. Las posiciones largas en los credit default swaps
consisten en tomar la posición de comprador de protección. El adjetivo desnudo hace referencia a que
no se poseen los bonos subyacentes a los que se refiere el término protección.
80
Sin embargo, las primas con las que se negocian los CDS se interpretan por muchos
participantes de los mercados, y por los influyentes medios de comunicación de noticias
económicas, como un índice fiable de la salud financiera del emisor de referencia. Los
mercados de CDS se han convertido en una referencia importante para tomar el pulso a
los mercados de crédito. Especialmente a partir de la quiebra de Lehman Brothers, se
ha popularizado la información sobre las cotizaciones de las primas de los CDS que de
forma mayoritaria se están utilizando como una medida o indicador fiable de la
solvencia de las entidades de referencia. También es frecuente que se publiquen
probabilidades de default, sin que se haga explícita la metodología utilizada para su
cálculo. En el mejor de los casos esas probabilidades implícitas de default se han
obtenido a partir de simples modelos en los que las probabilidades dependen de la tasa
de recuperación estimada, variable que presenta una gran incertidumbre, utilizando
como única información la prima cotizada en el mercado. En ningún caso se pueden
considerar esas pseudo probabilidades una buena previsión sobre los incumplimientos
futuros y sobre el riesgo de incumplimiento de la entidad de referencia.
La prima cotizada del mercado sólo refleja el consenso sobre un determinado contrato
que, como la mayor parte los derivados, no se mantiene hasta el vencimiento
contractual porque en muchos casos es utilizado como un instrumento de negociación
a corto plazo. La valoración de los contratos de CDS, que integra importantes primas de
liquidez junto a una compensación de la volatilidad de los spreads de crédito y la prima
obtenida mediante un modelo de valoración, mantiene una lejana relación con el spread
del bono subyacente. Pero por otra parte dicho spread tampoco es un buen indicador
de la probabilidad de incumplimiento del emisor. Los spreads de los bonos encierran
también fenómenos de liquidez, cambios de las preferencias de los inversores por otros
bonos, calificaciones de crédito de las agencias, inversión alternativa ante las
incertidumbres de la renta variable, expectativas ante cambios de la política monetaria
e influencia de los movimientos de las divisas en un contexto de inversores globalizados.
51
Hay que recordar que se trata de probabilidades riesgo neutrales, es decir, probabilidades calibradas
en un modelo en el que se supone que el precio del bono subyacente es igual a la esperanza matemática
de los flujos de liquidez que percibe contractualmente el bono. No existe evidencia de que dichas
probabilidades sean predictores eficientes de frecuencias de incumplimiento.
81
grupos de empresas o soberanos agrupados por las calificaciones de las agencias se
encuentra que las frecuencias observadas de incumplimiento son, en general, mucho
menores que las probabilidades de incumplimiento implícitas, a través de un
determinado modelo de valoración, en los spreads de los bonos o en los spreads de los
CDS. Además como los spreads de los CDS suelen ser mayores que los spreads de los
bonos la distancia con las frecuencias de incumplimiento observadas es mayor para los
CDS.
Las fluctuaciones de un día para otro de las primas de los CDS pueden ser muy
considerables, a veces excepcionalmente grandes, sin que muchas veces se hayan
producido cambios relevantes de la salud financiera de la entidad. Los cambios están a
veces inducidos por otros cambios de las primas de otras entidades de referencia.
Gráfico 1 52. Prima del CDS a cinco años sobre la deuda pública de España
250
200
150
100
50
0
14/12/07 14/04/08 14/08/08 14/12/08 14/04/09 14/08/09 14/12/09 14/04/10 14/08/10
Estos movimientos tienen mucho que ver con la estrechez del mercado lo que cuestiona
aún más el valor de las primas como indicadores de riesgo de incumplimiento de la
entidad de referencia. No es muy creíble que la probabilidad de incumplimiento pueda
duplicarse en muy poco tiempo, y posteriormente relajarse, cuando estamos hablando
de la salud financiera de un gobierno.
52
Banco de España
82
más de 150 puntos básicos. Si realmente estos valores tuvieran una relación precisa con
variables fundamentales, tales como déficit público, saldo de la deuda pública,
crecimiento del PIB no parece verosímil que se produzcan esos cambios tan bruscos. Es
mucho más razonable interpretar estos cambios como las variaciones de las posiciones
compradoras y vendedoras de operaciones a corto plazo con apertura y cierre de las
posiciones en un mercado estrecho dominado por las apuestas de los negociantes de
posiciones especulativas. Dichos cambios en vez de permitir un mejor conocimiento de
la realidad subyacente solo sirven para introducir volatilidad en las expectativas e
interactuar con los mercados de deuda pública influyendo sobre los precios de los bonos
subyacentes. Es necesario utilizar el concepto probabilidad de forma rigurosa cuando se
aplica a los fenómenos sociales, donde no es posible ni realizar pruebas repetidas ni
llevar a cabo el adecuado control de las variables que pueden interferir en los resultados.
En octubre de 1987 la bolsa de Nueva York sufrió una de sus mayores caídas, el índice
Dow Jones retrocedió 22,6%. En la explicación del fuerte descenso se alzaron voces que
situaban a los derivados como uno de los factores más importantes del derrumbe.
Durante los años noventa “la navaja afilada en manos del niño” hizo estragos y los casos
de Bank Negara, Kashima Oil, Metallgesellchaft, Showa Shell Sekiyu, Orange County,
Procter and Gamble, Gibson Greetings, Barings y Daiwa mostraron que con los derivados
se podían registrar pérdidas importantes. Estos episodios fueron objeto de investigación
con el objetivo de identificar los factores explicativos de los desastres. En algunos casos
la explicación de lo ocurrido se situó en la complejidad de operaciones, pero si se analiza
el tipo de contratos que mayoritariamente estuvieron presentes en los episodios
citados, no se encuentran instrumentos muy complejos sino que por el contrario los más
83
elementales como los forwards sobre divisas, futuros sobre petróleo y sencillas
permutas de intereses. Los argumentos más repetidos apuntaban hacia otro tipo de
causas, como los fallos de control interno que, o no existía, o se adaptaba con mucho
retraso respecto a la velocidad con la que los front offices generaban las operaciones, la
falta de políticas, procedimientos, sistemas de información, la falta de una estructura
adecuada de las empresas en cuanto al desarrollo de los sistemas necesarios y por
último, y no menos importante, una gran deficiencia en el conocimiento de los riesgos
de los derivados.
84
A raíz de la crisis financiera se han lanzado diversas propuestas de reforma. Respecto a
los derivados, dejando fuera del análisis otros temas, se propone la creación de una
cámara de garantías para los contratos negociados en mercados OTC, en algunos casos
la prohibición de los CDS desnudos y un aumento de las exigencias de capital para las
carteras de negociación en las que se encuentran registrados los derivados.
Estas medidas no modifican de forma radical la situación. Son propuestas positivas pero
de alcance limitado. Como se señalaba al comienzo de este artículo los derivados son
sólo una pieza, importante por supuesto, dentro de las prácticas especulativas que
dominan hoy en el mundo financiero. El tamaño y la interconexión de las posiciones de
riesgo hacen de estas prácticas un factor estructural de inestabilidad financiera, es decir,
un foco de riesgo sistémico que cada cierto tiempo se materializa en una crisis financiera
que azota a la economía mundial.
Referencias bibliográficas
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