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Reclamemos nuestros derechos como hijos de Dios.

En esta enseñanza veremos que a medida que andamos en vida nueva, tenemos la autoridad y el
denuedo de reclamar nuestros derechos, lo cual nos ayuda a movernos conscientes de lo que
podemos hacer hoy en día, teniendo nuestra mirada puesta en avanzar hacia la esperanza.

En esta enseñanza veremos dos aspectos importantes:

1.-Andemos en vida nueva: reclamemos nuestros derechos legales como hijos de Dios

2.- ¿Qué podemos hacer como hijo de Dios ya?

Comencemos con nuestro primer aspecto: 1.-Andemos en vida nueva: reclamemos nuestros
derechos legales como hijo de Dios. Al confesar Romanos 10:9,10 recibimos espíritu Santo, somos
hijos de Dios, y como hijos, tenemos el derecho legal de reclamar las promesas que Dios nos ha dado
en su Palabra. Es a medida que crecemos en esta consciencia, en este modo de pensar de acuerdo a la
posición legal que Dios logró en Cristo para nosotros, es como manifestamos poder en nuestro andar,
mostrando la vida nueva que Jesucristo vino a hacer disponible a todo hombre en este mundo.

Como hijo de Dios aprendemos a reconocer y reclamar nuestros derechos legales, estando por
encima de todo pensamiento de miedo e intimidación, todo pensamiento de derrota, de culpa, de
acusación, debido a una imagen negativa de nosotros mismos que fue formada por medio de este
mundo. Ahora, estando nosotros en este punto, podemos preguntarnos ¿Cuáles son esos derechos
que podemos reclamar como hijo de Dios?, ¿Cuáles son esos derechos que nosotros podemos
reclamar para tener este andar victorioso?, ¿Para tener este andar en vida nueva? En este primer
punto nos enfocaremos en un derecho muy importante, que marca el impacto que como hijo de Dios
podemos causar a nuestro rededor, este derecho es: nuestro poder legal de representación que
tenemos en el nombre de Jesucristo.

Ahora, podemos preguntarnos ¿qué es nuestro poder legal de representación?, Para nosotros ver
esto más claramente, voy a citarles del libro la Iglesia nueva y dinámica, escrito por nuestro
presidente fundador el doctor Victor Paul Wierwille en el capítulo 4 titulado: su poder legal de
representación, en la página 48 cito:
"uno de los poderes que tenemos ahora como hijo de Dios se llama el poder legal de representación,
¿qué es el poder legal de representación?, El derecho legal de representación es el derecho legal de
usar el nombre de la persona que le ha entregado el poder, lo único que limita este poder son los
recursos que hay detrás de ese nombre, si se le ha dado a la Iglesia el poder legal de representación,
ella tiene únicamente tanto poder como lo hay en el nombre de Jesucristo, si el nombre de Jesucristo
tiene poder, y ese nombre le ha sido dado a usted, entonces usted tiene el poder legal de
representación para ejercer en ese nombre, cualquier recurso que Cristo haya hecho disponible"

¡Qué grandiosa verdad está declarada aquí para nosotros! Nuestro poder legal de representación es
el derecho legal de usar el nombre de nuestro señor Jesucristo, ¡qué abundancia, que autoridad, que
cimiento sólido nos ha dado Dios para pensar de nosotros mismos, para nosotros andar, para
nosotros vivir!

Continuemos leyendo allí en el libro en la página 48, en la cita de Efesios:

"Efesios 1:18-23
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza,
La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales,
Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo
en este siglo, sino también en el venidero;
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
La cuál es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Todos los individuos en la Iglesia verdadera, el cuerpo de creyentes, pueden reclamar el poder en el
nombre de Jesucristo"

Tenemos a Cristo en nosotros hoy en día, y con esto tenemos toda la autoridad dada por Dios para
hablar y movernos en el nombre de nuestro señor Jesucristo, en medio de este mundo, por muy
imposible que parezca una situación o momento de su vida, nosotros podemos movernos con esa
autoridad y ese denuedo, podemos manifestar el poder y el amor de Dios por medio de nosotros
hablar en el nombre de Jesucristo, nosotros le representamos, es un derecho legal mis hermanos, no
se basa en cómo usted se sienta hoy o si está enfermo o si tuvo un mal día, dice que es un derecho
legal que usted y yo tenemos.

La voluntad de Dios es que nosotros crezcamos en esta consciencia, y que podamos deshacer toda
obra del adversario en nuestras vidas y en las vidas de otras personas, y esto es porque Dios nos
capacitó con todo su amor y poder en Cristo. Debemos creer y movernos conscientes que en el
nombre de Jesucristo hay poder.

Ahora, establezcamos esta verdad, y para ello vayan en sus biblias al Evangelio de Juan capítulo 14

Juan 14:13.14
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Tenemos esta misma autoridad, tenemos el potencial dado por Dios para que en ese nombre seamos
más que vencedores, con el propósito de nosotros continuar avanzando hacia nuestro norte, tierra
firme, la esperanza. Somos responsables de andar conforme a esta verdad, conforme lo que Dios hizo
en nosotros, conforme esta vida nueva, usted y yo somos responsables de edificar nuestro pensar, y
dirigir nuestro actuar conscientes de que somos lo que La Palabra de Dios dice que somos, que
tenemos lo que La Palabra de Dios dice que tenemos, y seremos lo que La Palabra de Dios dice que
seremos, y ella dice que somos hijos de Dios.

Ahora, con esta verdad de nuestros corazones, pasemos a nuestro segundo punto:

2.- ¿Qué podemos hacer como hijos de Dios ya?

Nuestro ministerio nos ha enseñado que La Palabra de Dios es creer ya, que la palabra es creer ya, y
para activar todo este poder que yace en nosotros, debemos hacer un esfuerzo intencional, y para
activar todo este poder que está en nosotros, debemos hacer un esfuerzo intencionado en un aspecto
muy importante, el cual es, renovar nuestras mentes a la palabra de Dios. Dios nos hizo sus hijos, nos
dio espíritu Santo y nos ha dado su palabra, ahora es nuestra responsabilidad por libre albedrío
trabajar con nosotros mismos, somos responsables, somos diligentes, somos determinados en enviar
la información de la palabra de Dios a nuestras mentes y vivirla. Por eso es que usted toma la decisión
de trabajar con usted mismo, porque usted quiere asumir su responsabilidad ante Dios, como dice
Santiago capítulo 1:21, usted es quien decide desechar, cambiar, de desechar toda inmundicia y
abundancia de malicia de su corazón, de su mente, usted decide cambiar a la vida nueva que Dios nos
ha hecho disponible, usted decide creer en el poder de Dios en Cristo en usted, y actuar conforme a
ello.

Por eso es que usted todo lo puede, Dios respalda nuestra creencia y determinación en querer
avanzar conscientemente en este camino, el hombre natural vive para el mismo, vive para sentirse
bien, para estar cómodo en esta presente vida, lo que es igual a un camino de injusticia e
insatisfacción y vacío. Dios nos rescató a nosotros de esta condición, Dios nos hizo libre, Dios nos dio
de su santo espíritu y nos dio la oportunidad de nosotros renovar nuestras mentes a esa realidad que
está en nosotros, esa es la voluntad de Dios, de que nosotros a medida que renovamos nuestras
mentes creamos su palabra, y manifestemos el amor, el poder que tenemos disponible como hijos de
Dios, esto es un derecho que nosotros podemos reclamar, tenemos poder en el nombre de Jesucristo,
y ante toda injusticia, nosotros podemos ejercer la autoridad de Dios supliendo la necesidades en la
vida de la gente y guiándolos junto con nosotros avanzar hacia la esperanza.

Usted podrá ser movido a compasión, y es con este corazón como usted podrá ser movido a
compasión ante la necesidad de un hermano o un desconocido, así es como usted podrá ayudar,
trabajar y servir a su hermano, a su esposa, su esposo con la motivación correcta de que él también
pueda manifestar esa libertad en Cristo que usted está saboreando, que usted está viviendo.
Nosotros representamos legalmente ese nombre, usted por medio de su servicio de amor a otro, está
haciendo justicia, usted está andando en las buenas obras que cumplen con el plan futuro del señor,
es una vida donde reconocemos el valor que tenemos.

Esta es la conciencia que cada día es necesario que edifiquemos mis hermanos, cada acción suya,
cada servicio, cada palabra que sale de su boca, manténgase consciente de a quien usted representa,
manténgase consciente de lo que Dios logró para usted en Cristo, por tanto, no acepte un pensar y un
actuar diferente a lo que usted representa, un hijo de Dios. Parece firme en la palabra que se le
enseña, en el camino que Dios le viene guiando, y muévase convencido de sus derechos legales como
hijo de Dios, trayendo sanidad y liberación a su vida y a la gente de Dios, guiándolos con este corazón
hacia tierra firme la esperanza. Continuemos dando lo mejor de nosotros mis hermanos,
representando y reconociendo el poder y la autoridad que tenemos como hijo de Dios por lo que
logró en Cristo por nosotros.

Dios les bendiga

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