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LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LA SUCESIÓN HEREDITARIA INDIVISA Y SUS

IMPLICACIONES EN EL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO TRIBUTARIO

La sucesión hereditaria y el patrimonio hereditario. Si resulta clara la existencia de un


derecho a nombre de un titular, y que ese derecho pueda en un momento dado
extinguirse o si por el contrario, sí continúa existiendo, cambie de titular ese cambio
generará el surgimiento de la sucesión hereditaria, en sentido lato, sea porque una
persona sustituye a otra en un determinado derecho o relación y se tiene la sucesión
particular o a título particular, o bien una persona sustituye a otra en la totalidad de sus
relaciones patrimoniales consideradas como una entidad compleja, teniéndose en
consecuencia la sucesión universal(1).

Con igual sentido, la denominación de sucesión se utiliza para referirse a distintas


situaciones que responden a la idea de un fenómeno temporal, el seguirse en el tiempo de
un hecho, cosa o persona que entra en lugar de otra(2): por su parte, la sucesión en su
perspectiva objetiva va a recaer necesariamente en un patrimonio sobre el cual el
sustituido o causante detentaba la titularidad o propiedad.

Por patrimonio se entiende todo el conjunto de las relaciones jurídicas de una persona
susceptibles de una valoración económica, es decir, relaciones jurídicas valorables:
derechos, activos y pasivos, y en la sucesión hereditaria tiene lugar en forma exclusiva la
sucesión universal (sucesores herederos, sucesores legitimarios) es decir, sucesión como
un todo(3); la noción de patrimonio igual está presente en la sucesión a título particular
(sucesores legatarios), la cual resultará en función de la masa de bienes que quedare
luego de deducidas las deudas(4); la sucesión hereditaria en su aspecto objetivo la
conforman, como venimos disertando, los bienes, activos, pasivos y deudas del causante,
y por tratarse de transmisiones por causa de muerte a la cual sobrevivirán los herederos o
causahabientes -relaciones subjetivas-, (sea por sucesión legítima o intestada y por
sucesión testamentaria) ambas relaciones confluirán en la comunidad hereditaria. La
comunidad hereditaria y la sucesión indivisa. Al materializarse la sucesión hereditaria con
la transmisión mortis causa de los derechos activos y pasivos que componen la herencia
del fallecido a la persona de los sobrevivientes o herederos y que esa sucesión será a titulo
universal cuando tenga por objeto un todo ideal, sin consideración a su contenido especial
ni al objeto de esos derechos(5), interesa determinar si estas relaciones objetivas y
subjetivas de sucesión deben necesariamente configurarse bajo la comunidad hereditaria;
en este sentido, los momentos o fases fundamentales que delimitan a la sucesión
hereditaria son: apertura, delación y adquisición. La apertura es el momento en el cual un
patrimonio queda sin titular como efecto civil de la muerte. La delación de la herencia o
legado es el momento en el cual determinada persona es llamada por el testamento o por
la ley para convertirse en el nuevo titular, sea por virtud de sucesión universal o particular.
(6) Pág. 41 Las referencias y notas al pie de página se encuentran al final del artículo La
adquisición es el momento en el cual dicho llamado pasa efectivamente a ser titular del
patrimonio, sea por sucesión universal o particular(7); es, precisamente ese lapso de
tiempo que transcurre entre el instante del fallecimiento de la persona (la apertura de su
sucesión) y la adjudicación definitiva o partición de la herencia, cuando habrá pluralidad
de herederos, en el cual, la titularidad particular de los bienes no se encuentra definida en
el dominio de un determinado heredero, sino que se encuentra en estado de indivisión o
sucesión indivisa(8), en ese periodo de tiempo de indivisión hereditaria obviamente
podrán generarse diversas relaciones tanto de herederos entre sí como de terceros, lo que
hará imprescindible la regulación de los derechos de todos los inmersos en esa comunidad
indivisa. En el derecho venezolano, ante el silencio del legislador sobre la naturaleza de la
sucesión o comunidad indivisa y sus efectos legales, deberán aplicarse de forma supletoria
las normas sobre la comunidad de bienes entre comuneros previstas en el Código Civil (9).

Teorías sobre la personalidad jurídica de la sucesión hereditaria

Como han afirmado numerosos autores y doctrinarios de esta materia, la calificación


positiva o negativa de los atributos de la personalidad jurídica de la sucesión hereditaria
indivisa será clave para entender las interrogantes referidas a su composición como ente
jurídico distinto de la persona de sus herederos o integrantes.

En este sentido, se han configurado diversas teorías que tanto afirman o niegan la
personalidad jurídica de la sucesión indivisa. Entre los que niegan rotundamente los
atributos propios de la personalidad jurídica encontramos a autores como Fornieles para
quien la comunidad hereditaria no es una persona moral porque la copropiedad entre los
herederos no reconoce ningún fin distinto al interés individual de éstos y carece de un
órgano que superponga a la diversidad de los herederos(10).

Por su parte, autores como Yorio asumen que la sucesión hereditaria tiene los atributos
de la personalidad jurídica, toda vez que la misma actúa por medio de sus órganos o
representantes, contrata, paga y adquiere múltiples obligaciones (11).

Existen otras teorías ecléticas que basan sus aseveraciones y consideraciones sobre el
problema en base a criterios tales como la personalidad discutida , la personalidad
restringida y la calificación de condominio de la sucesión indivisa; sobre ésta última
propone que el heredero es condómino, propietario de una parte ideal de los bienes de la
sucesión y según la cual, el estado de indivisión no es más que un condominio, esto es,
una copropiedad o concurrencia de varias personas con un derecho de igual naturaleza
sobre el mismo bien(12); no obstante esto, López del Carril nos señala igualmente las
diferencias entre el condominio y la comunidad hereditaria o sucesión indivisa entre las
cuales podemos citar en cuanto al contenido, la extensión y la administración. El
contenido del condominio afecta a cosas y nunca a bienes incorporales y en la comunidad
hereditaria se comprenden tanto bienes materiales como inmateriales, en cuanto a la
extensión en el condominio hay partes indivisas pero no existe la vocación actual o
eventual al todo, en la comunidad hereditaria existe vocación actual o eventual al todo ya
que se trata de una universalidad y en cuanto a la administración, en el condominio
prevalece la decisión de la mayoría en la administración y en la comunidad hereditaria uno
solo de los herederos no tiene por qué conformarse con la decisión de la mayoría de los
herederos, siendo el juez quien podrá dirimir las diferencias y nombrar si es el caso
administradores judiciales(13).

A mayor abundamiento de lo anterior, autores como Goyena Copello sostienen que el


condominio(14), se origina por contrato, por testamento o cuando la ley lo dispone,
mientras que la comunidad hereditaria se origina por el solo hecho de la muerte del
causante y la existencia de pluralidad de sucesores.

Tratamiento del problema en el Derecho Civil

¿Atribuyó el legislador civil venezolano la personalidad jurídica a la sucesión indivisa?

El Código Civil le confiere el carácter de persona jurídica y le atribuye capacidades en


cuanto a derechos y obligaciones a la Nación y Entidades políticas que la componen, las
iglesias de cualquier credo, universidades y en general, todos los seres o cuerpos morales
de carácter público, las asociaciones, corporaciones y fundaciones lícitas de derecho
privado, condicionando su personalidad jurídica una vez protocolizada su acta constitutiva
en la Oficina Subalterna de Registro del Departamento o Distrito respectivo(15), de
consiguiente, no considera formalmente a la sucesión indivisa como persona jurídica con
los atributos propios de la personalidad jurídica y como ratificación de esa carencia de
personalidad jurídica de la sucesión indivisa podemos citar las instituciones de la
aceptación de la herencia a beneficio de inventario y de la separación del patrimonio del
de cujus (el causante) y del heredero, las cuales desvirtúan toda posibilidad de calificación
de persona jurídica a la sucesión indivisa(16).

La personalidad jurídica de la sucesión indivisa y su efecto en el Derecho Tributario.

La situación es diferente sobre la calificación de atributos de personalidad jurídica a la


sucesión indivisa desde la perspectiva del derecho tributario; en este sentido que venimos
relatando cabe preguntarse ¿es la sucesión hereditaria indivisa la contribuyente de los
impuestos sobre transmisiones gratuitas o sobre sucesiones mortis causa?(17)
Obviamente la respuesta es negativa, ya que como afirmáramos arriba, el heredero recibe
de ese todo ideal o universal heredado una cuota parte o alícuota de ese patrimonio
sucesorio, cuota ésta que variará según sea la proximidad del parentesco que le unía a su
causante y a la distribución de la herencia bien sea testamentaria o legitimaria o bajo la
forma intestada(18), es decir, siguiendo los lineamientos de un orden de suceder; si
aceptamos que el impuesto sucesorio recae sobre cada cuota líquida que recibe el
heredero o legatario en su caso, tal forma de cálculo no convierte de forma automática a
la sucesión indivisa en una persona jurídica ni le otorga por ello atributos de la
personalidad jurídica per se, no obstante ello, es oportuno señalar que el Código Orgánico
Tributario dispone que los derechos y obligaciones del contribuyente fallecido serán
ejercidos o, en su caso, cumplidos por el sucesor a título universal, sin perjuicio del
beneficio de inventario y los derechos del contribuyente fallecido transmitidos al legatario
serán ejercidos por éste(19); asimismo, el citado texto normativo señala responsabilidad
tributaria solidaria a cargo del administrador sea judicial o particular de la sucesión, como
órgano que ostenta su representación, e igualmente no por ello debe interpretarse que la
sucesión representada en estado de indivisión adquiera personalidad jurídica propia(20).

Conclusiones.

En la perspectiva de nuestro derecho civil, la sucesión hereditaria indivisa no posee los


atributos de la personalidad jurídica ni le son conferidos por las normas del Código Civil
vigente y en la perspectiva del derecho tributario, sin perjuicio de los principios que
consagran su autonomía, la sucesión hereditaria carece de la subjetividad suficiente para
estar dotada de una capacidad tributaria y de atributos propios de la personalidad
jurídica.

Pág. 43 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1) Vittorio Polaco. De las Sucesiones, Ediciones


Jurídicas Europa América, Bosch y Cía Buenos Aires, 1982, Tomo i p 4.

(2) Capozzi, G Sucessioni e Donazioni, tomo primo, Ed Giuffré, Milano, 1983, cita de Ruibal
Pereira, Luz. Las Sucesiones en el Derecho Tributario Especial referencia a la Sucesión de
Empresa, Editorial Lex Nova, Valladolid, 1997, p 39.

(3)Polacco, Vittorio, ob cit, p 6. Autores como Aubry y Rau proponen la teoría de la


universalidad del patrimonio como conjunto de bienes de una persona conformado por
una universalidad jurídica (vid Egaña Manuel S, Bienes y Derechos Reales, Editorial
Criterio. Caracas 1974.

(4) Polacco, Vittorio, ob cit, p 6.


(5) Alferillo, Pas (13) cual E. Administración de la Sucesión, Ediciones Jurídicas Cuyo,
Argentina, 1999, p 18

(6) Sobre la delación o ius delationis puede consultarse a Jordano Fraga, Francisco. La
Sucesión en el Ius Delationis. Civitas., 1990.

(7) López Herrera Francisco. Derecho de Sucesiones, Ediciones Universidad Católica


Andrés Bello, Caracas, 2003, p 33.

(8) Alferillo, Pascual E ob cit, p 19.

(9) Código Civil Venezolano 1982 Artículos 759 a 770.

(10) Fornieles, Salvador. Tratado de las Sucesiones, Editorial Tea, Buenos Aires, cita de
Alferillo P, Administración de la Sucesion, ob cit, p 27; este autor ha reiterado que no
existe una entidad “sucesión” con personalidad jurídica distinta a la de los herederos,
porque a ello se oponen claras y precisas disposiciones legales en las que se ha
consagrado la identidad de la persona del causante y la de sus herederos. Véase su
Tratado de la Sucesiones, ob cit, p 607.

(11) Yorio A. La Sucesión y su personalidad jurídica en nuestro derecho. Buenos Aires,


1942, cita del Alferillo, P, on cit p 29.

(12) López del Carril, Julio, Derecho de las Sucesiones, Depalma, Buenos Aires, 1991, p
122. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

(13) López del Carril, Julio, ob cit, p 122; en este sentido, autores como Carlos Giuliani
Fonrouge y Susana Camila Navarrine , proclives a la tesis condominial , apuntan que la
sucesión indivisa no constituye una persona de existencia ideal o ficticia, ni es una
creación legal con personería independiente de los herederos, ni origina la formación de
una sociedad sino de un condominio. Vid su obra Imposición al Capital. Depalma Buenos
Aires, 1983, pp 99 y 100.

(14) Goyena Copello Héctor. Tratado de Derecho de Sucesión, Teoría General de la


Sucesión. Editorial La Ley. Buenos Aires, cita de Alferillo, P, ob cit, pp 34,35.

(15) Código Civil Venezolano 1982 Artículo 19. Actualmente no existe ni la calificación de
registros subalternos ni departamentos, en todo caso, debe cumplirse con los requisitos
señalados en la vigente Ley de Registro Público y del Notariado.

(16) Código Civil Venezolano 1982 Artículos 1023 y siguientes y 1049 y siguientes. Sobre
las teorías que afirman y niegan la personalidad jurídica sugerimos la lectura de Federico
Puig Peña. Introducción al Derecho Civil, Común y Foral. Ediciones Atenea, 1ª Edición
2008.

(17) Ley de Impuesto sobre Sucesiones, Donaciones y demás Ramos Conexos publicada en
la Gaceta Oficial No 5391 de fecha 22 de octubre 1999.

(18) Para mayores detalles de la generación del hecho imponible sucesorio, así como de
los sujetos pasivos y formas determinación del tributo de sucesión sugerimos consultar
nuestro Libro Temas de Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones de mi autoría publicado
en su 3ª Edición y 2ª Reimpresión 2011 Lizcalibros CA, igual ponemos a disposición
nuestra 4ª Edición digitalizada en el portal AULA SAPIENTIA II
www.valoislamotte2.blogspot.com

(19) Código Orgánico Tributario publicado en la Gaceta Oficial No 6507 de fecha 29 de


Enero de 2020 Artículo 24. NOTA: Este instrumento ha sido aprobado mediante un
Decreto calificado como ilegal e ilegítimo.

(20) Código Orgánico Tributario Artículo 28.5 Sobre estos tópicos sugerimos la lectura de
la autora PEREIRA LUZ RUIBAL, La Sucesión en Derecho Tributario. Especial referencia a la
sucesión de Empresa. Editorial Lex Nova, Valladolid, 1997. JUAN CARLOS COLMENARES
ZULETA Abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (1981) Especialista en
Derecho Tributario UCV Profesor jubilado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y P de la UCV
E-mail: joan.carlo00@gmail.com Pág. 44

Primer Abogado en Venezuela. En la localidad de El Tocuyo ciudad de Venezuela que en el


año 1.545 fue fundada por un Funcionario Real de la Corona de España, Juan de Carvajal
bajo el nombre de Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de El Tocuyo, nació el
hijo del Alférez Real José Antonio Gil de la Hita y María Dominga González Yepes, José
Tomás Gil de Yepes el día 07 de Marzo de Marzo de 1.728, quien fue el primer abogado
Civilista de Venezuela. José Gil cursa estudios en el Convento Nuestra Señora de los
Ángeles en su ciudad natal, se gradúa de bachiller en el año 1.746. Posteriormente estudia
3 años en el Seminario Tridentino para recibir las órdenes sacerdotales en el año 1.753; el
10 de Noviembre de 1.754 obtiene el título de Doctor en Sagrados Cánones y el 10 de
Octubre de 1.757 el título de Doctor en Ciencias Políticas. Tras una vida dedicada al
sacerdocio y al ejercicio del derecho en sí, fallece en su ciudad de El Tocuyo en el
año1.795 dejando tras de sí una trayectoria compleja como profesor de la cátedra de
Derecho Romano, como Vicario Juez Eclesiástico, como Cura Suprimido de la iglesia matriz
de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, Como Comisario de Cruzada y Síndico
del Convento de San Francisco de Asís.
LA ESTADÍA A DERECHO LUEGO DEL COVID-19 Informar a la población a cerca de los
riesgos para la salud que puede representar el COVID-19, así como las medidas que se
pueden tomar para protegerse, resultan claves para reducir las probabilidades de que las
personas se infecten y para mitigar la propagación de la nueva enfermedad por el
coronavirus. Si se facilita información precisa, pronta y frecuentemente, en un idioma que
las personas entiendan y a través de canales confiables, la población podrá tomar
decisiones y adoptar comportamientos positivos para protegerse a sí mismas y a sus seres
queridos de enfermedades como COVID-19, pues la información es el primer recurso que
permite a la población tomar decisiones informadas para cuidar su salud y prevenir
rumores y desinformaciones. En las últimas cinco semanas, ha habido un aumento casi
exponencial en el número de nuevos casos de COVID-19, que ya ha llegado prácticamente
a todos los países, territorios y zonas geográficas. El número de muertes se ha duplicado
con creces a lo largo de la última semana. En los próximos días se superará el millón de
casos confirmados y las 200.000 muertes. Si bien en África, América Central y América del
Sur se ha notificado un número relativamente menor de casos confirmados, se conoce
que el COVID-19 podría tener graves consecuencias sociales, económicas y políticas en
estas regiones. La cuarentena o confinamiento obligatorio, ha propiciado la iniciativa del
uso de las tecnologías, redes sociales y plataformas digitales para mantener tanto la
información sobre la evolución o reducción de la pandemia, así como los efectos
producidos en el ámbito de las relaciones laborales en el marco de la legislación del
trabajo de cada país y concretamente en Venezuela. Sin embargo, en esta ocasión se hará
un análisis al aspecto procesal laboral de las consecuencias de la suspensión de
actividades jurisdiccionales por un lapso superior a un mes a consecuencia del covid-19.
En este sentido, se ha sostenido en los diversos foros académicos, nacionales e
internacionales, sobre los efectos del covid-19 en las relaciones laborales, que dicha
pandemia debe considerarse como motivo de suspensión de la relación o contrato de
trabajo por causa fortuita, de fuerza mayor, o hecho ajeno no imputable a las partes.

Ahora bien, ésta realidad epidemiológica sobrevenida y de repercusión mundial, no sólo


incide en los aspectos de salud pública, sino también en las relaciones de trabajo tanto en
la parte sustantiva como en la adjetiva o procesal, es decir, cual es el efecto o incidencia
de la suspensión prolongada de la actividad jurisdiccional con ocasión de la declaración de
alarma por el Covid19, situación que será examinada a continuación. Inicialmente, existe
la cronología de los actos dictados por el Ejecutivo Nacional, así pues, en fecha trece (13)
de marzo de dos mil veinte se dicta el decreto ejecutivo Nº- 4.160 publicado en la G.O. Nº
6.519, mediante el cual se decreta el Estado de Excepción de Alarma para mitigar y
prevenir la epidemia de COVID-19, en todo el territorio nacional de emergencia. Lapso
prorrogado por igual período según decreto Nº 4.186 de fecha 12 de abril de 2.020
publicado en la G.O. extraordinario 6.528, dicho acto administrativo señala lo siguiente:
Artículo 1º. Se decreta el Estado de Alarma en todo el Territorio Nacional, dadas las
circunstancias de orden social que ponen gravemente en riesgo la salud pública y la
seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas habitantes de la República Bolivariana, a fin
de que el Ejecutivo Nacional adopte las medidas urgentes, efectivas y necesarias, de
protección y preservación de la salud de la población venezolana, a fin de mitigar y
erradicar los riesgos de epidemia relacionados con el coronavirus (COVID-19) y sus
posibles cepas, garantizando la atención oportuna, eficaz y eficiente de los casos que se
originen. UBENCIO MARTÍNEZ

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