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GOLDENBERG
La .relación
de · causalidad
en la
responsabilidad civil
1 ª reimpresión
.aDOo
EDITORIAL ASTREA
DE ALFREDO Y fuCARDO DEPALMA
BUENOS AIRES
1989
7
1° edición, 1984.
1• reimpresión, 1989.
© EDITORIAL ASTREA
DE ALFREDO Y RICARDO OEPALMA S.R.L.
Lavalle 1208 - Buenos Aires
L.
PALABRAS PRELIMINARES
L
7
L.
L
A causa de un clavo
la herradura se perdió,
a causa de In herradura
el caballo se perdió,
a causa del caballo
el jinete se perdió,
a causa del jinete
el mensaje se perdió,
a causa del mensaje
la batalia se perdió,
n causa de la batalla
la guerra se perdió,
a causa de In guerra
el Imperio se perdió,
A causa· de un clavo
el Imperio se perdi6.
L
.
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO PRIMERO
INTRODUCCIÓN.
CAPÍTULO JI
§ 6. Su planteo ................................................... - 19
§ 7. Crítica ................................·........................ 21
B) Teorías individuálizadoras.
L
·7
CAPÍTULO III
CAUSALIDAD Y AUTORÍA:
SU DIVERSO TRATAMIENTO
EN LAS ÓRBITAS CIVIL Y PENAL
CAPÍTULO IV
TRATAMIENTO NORMATIVO
DE LAS CONSECUENCIAS
DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS
EN EL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
CAPÍTULO V
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN
DE LAS CONSECUENCIAS
L
7
XX INDfCE GENERAL
CAPITULO VI
COCAUSACIÓN
C) Concausa
L
·7
CAPÍTULO VII
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN
B) La responsabilidad civil
por los actos ilícitos de omisión,
CAPÍTULO VIII
PRUEBA DEL NEXO CAUSAL
.
r--
CAPÍTULO PRIMERO
INTRODUCCIÓN
§ l. NOCIONES PRELIMINARES
1 Bu11ge, Mario, C,iusalülacl. .El princi pio ,le cau.�aliclad en la ciencia moderna,
3" ed., Ir. H. Rodríguez, Bs. As., Eudebu, 1972.
L_
2 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
§ 2. EL FENÓMENO CAUSAL
INTRODUCCIÚN 3
Determinar la o las causas de uno o varios sucesos
constituye la tarea de aprehensión cognoscitiva del fenó
meno causal.
La formulación de la teoría de la determinación cau
sal: "nada puede existir ni dejar de existir sin causa", o,
en otros términos, "todo efecto es generado por una cau
sa", debe ser entendida como método del conocimiento
humano, ya que como doctrina explicativa del mundo de
la na�uraleza y de sus mutaciones conlleva necesariamen
te el :reconocimiento de un primer fenómeno incausado,
un comienzo no causado pero que es la causa del todo, o
bien a una infinita regresión de causas y efectos (regressus
ad infinitum) 2•
La primera hipótesis, en cuanto importa la admisión
de la existencia de una primera causa incausada, cae evi
dentemente en contradicción con el postulado esencial del
sistema mismo que se intenta esclarecer.
El segundo criterio preserva, en c1;1mbio, la validez
del principio al no asignar 'un inicio a la causalidad, pero
desde el punto de vista gnoseológico resulta inoperante,
pues exige un retroceso continuo e interminable, q-ue nos
remonta a un pasado en su _mayor ·parte ignoto.
•�Las cadenas causales son válidas durante tramos li
mitados;· su validez es destruida más tarde o más tempra
no por la ramificación, la convergencia o la discontinui
dad. La continuidad es esencial para la causalidad; pero
2 Para Desearles lu causulidud es unu "vcrdut! eterna" r¡uc se rc,mme con la f,ir
mula: "de nada, no se sigue nada". La necesidad del nexo causal es también afirmada
por Spinoza: "dada una causa determinada, resulta neces�riamente un efecto; y, a la
inversu: sin ninguna causa determinada es imposible que el efecto se produzca"; "el co
nocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa y lo incluye" (Ética, libro
I, axiomas III y IV). A fin de soslayar la dificultad que apareja la nuciún de causali
dad a lo largo de la historia de la filosofía, en lugar de los conceptos de causo y efecto
se utilizan los de antecedente y consecuente, que no presuponen nada sobre la índole
del vinculo causal, y se limitan a registrar un hecho de experiencia: que un fonúmeno
dado es seguido por otro; que tul antecedente precede constantemente y según relación
constonle o tul consecuente.
4 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
§ 3. LA INVESTIGACIÓN CAUSAL
5 Este elemento o causa originaria ha sido par� Tales el agua, que se manifiesta
por medio de sus diversos estados, aunque se trata de �na sustancia única. Para
Anaximandro· dicho principio es intangible, indeterminado (lo que importa la admisión
implícita de una categoría de determinación), y lo sustenta en una· teoría de lo infini
to. Annxímencs ·por su parte formula una doctrina causal partiendo de un elemento
unitivo de naturaleza .física: el aire, que a través de sus diversos procesos vivifica al
universo. Acerca del origen del principio que examinamos, ver Bruera, Juan J., El
concepto filosófico jurídico de causalidad, pról. de S. Soler, Bs. As., Depalma, 1944,
"Sinopsis histórica del problema causal", p. 95 y siguientes.
6 · "Hay cuatro clases reconocidas de causas. Sostenemos que de ellas, una (la
causa formal), es la esencia o naturaleza esencial de la cosa (pues la 'razón' de una cosa
es en última instancia reducible a su fórmula y la 'razón' última es a la vez una caus11 y
un principio); otra (la causa material) es la materia o sustrato; la tercera (la causa efi
ciente) es el origen del movimiento; y la cuarta (la causa final) es la complementaria de
la anterior, es decir, el fin o 'bien'; pues éste es el objetivo-de todo proceso generador o
motor" (Aristóteles, Mctaj(sica, libro 1, cap. III, 93 a, b).
6 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
12 Orgaz, Alfredo, El daiio resarcible, 2" ed., Bs. As.; Omcba, 1960, p. 60 y
61. Cfr. Aguiar, Henoch D., Hechos y actos jurídicos, Bs. As., Tea, 1950, t. I, "La
voluntad jurídica", n" 91, p. 246.
13 De Cupis, Adriano, El daño, Ir. A. Martlnez Sarrión, Barcelona, Bosch,
1975, p. 248.
INTRODUCCIÓN 11
las ciencias naturales, sino de si una determinada con
ducta debe ser reconocida como fundamento jurídico sufi
ciente para la atribución de consecuencias jurídicas, o sea
de la relación de fundamento a consecuencia" 14•
El gran aporte de Kelsen consistió en esclarecer y fi
jar la distinción conceptual e incluso terminológica entre
la causalidad, entendida como conexión de elementos
dentro del sistema de la naturaleza, y la imputación (Zu
rechnung), que designa el enlace formal entre anteceden
te y consecuente expresado a través de reglas jurídicas.
Precisamente, la formulación de los principios mediante
los cuales la ciencia del derecho describe con pulcritud
su objeto, constituye una de las más importantes contribu
ciones realizadas por la "teoría pura" 15•
b) El problema de la univocidad del concepto causal.
Un arduo interrogante se plantea entonces: ¿transportar el
principio causal al plano de la juridicidad importa la con
sagración de una causalidad distinta, compuesta a nivel
gnoseológico -que sólo conc.ierne a nuestra experiencia de
las cosas y al conocimiento que de ellas tenemos, sin ser
un rasgo de los objetos mismos-, al margen de la finisecu
lar concepción elaborada en torno al concepto de causa? 16•
§ 5. CONCEPTO
El tema que estudiamos comenzó a ser objeto de un
examen metódico y sistemático a mediados del siglo pasa
do por obra de los estudiosos del derecho penal, aunque
la cuestión se venía planteando ya habitualmente en ma
teria de homicidio y lesiones, es decir, delitos materiales
(de daño efectivo) 22•
Pocos asuntos han dado lugar a una controversia tan
ríspida en el derecho comparado, y la profusa bibliografía
sobre la materia, especialmente de origen germánico, da
cuenta· de su vigencia actual.
Baste señalar que Jiménez de Asúa 23 cita al respecto
catorce teorías principales y muchas !intermedias, en un
verdadero despliegue· de casuismo que no ha disipado,
por cierto, los agudos interrogantes que genera la proble
mática que nos ocupa.
Los civilistas han ido a la zaga en este planteamiento
L
16 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
2•� Puig Brutau, José, Fumlame11tt1., de derecho civil, Barcelona, Bosch, 1956, t.
11, vol. 11, p. 684; Enncccl!ms - Lchmann, O/Jligacio11es, t. II, vol. I, p. 67; von Tuhr,
Andreas, TrattLdo de las obligtLcimres, tr. W. Roces, Madrid, Reus, 1974, t. I, p. 71 ;
Santos Briz, Jaime, La respt1mal,ilidad civil, 2" ed., Madrid, Monlccorvo, 1977, p. 195;
Colombo, Leonardo A., Culp a aquiliana (cuasidelitos), 2" ed., Bs. As., Ten, 1947, n"
58; De Gásperi, Luis - Morello, Augusto M., Tmtmlo de ·derecho civil, Bs. As., Tea,
1964, vol. IV, n" 1725 a- in.fine (se señulu que allí se truta en realidad de stallfÍllrds
jurídicos); SCBsAs, 27/11/.73, :IS, 1973-11-565 y ED, 53-305.
25 Planiol, Marce) - Ripett, Gcorg"s - Esmcin, Puul, Tmité pratique de ,lroit ci
vil frw,,ais, 2 ª ed., t. VI, p. 737, nnta 541.
j
1
TEORfAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 17
Nada se ha edificado. La ley no sabe qué decidir. El
juez resolverá: es sli · última conclusión" 26•
Pero aun admitiendo que esas posiciones traducen
más bien un llamado de alerta contra el exceso de sutileza
y abstracción que se ha incorporado al tema -por obra,· es
pecialmente de los juristas alemanes, al decir de Orgaz 27-
y el empleo- de criterios metajurídicos que han oscurecido
su inteligibilidad, tenemos que subrayar que constituye
tarea irrenunciable del .jurista 1a conceptualización y sis
tematización de todo conocimiento inherente a la ciencia
del derecho 28•
Orgaz afirma que aun ahora es posible advertir que
muchos de los que examinan el problema lo hacen con
marcado empirismo y sin penetración crítica, confundien-
26 Bibiloni, Juan A., Anteproyecto de reforma., a.l Código Civil argentino, Bs.
As., Abeledo, 1929, t. 11. p. 486. Más adelante y luego de citar a Planck, uno de los
autores del Código alemún, quien afirmara que el sentido jurídico determin�rú en �I
juez el límite, formula este �gudo reproche: ¡La regla legal, no es pues regla! (¡i:
492). Las severas críticas de Bibiloni, dice Alberto G. Spotu (El problema de la cau
sución en la responsabllidfld aquiliana, JÁ, 1942-H-972) t{u� constituido en nuestro me
dio un llamado de atención sobre el grave problema d� la relación causal. Ripert no
vacila en cxpresa_r que este problema "es tal vez.insoluble" (nota en "Dalloz", 1945,
J. 237).
27 "Quien lo sigue en su completo desarrollo -enfatiza- se ·éxpone a no sobrenadar
en ese proceloso mar de cavilosidades" (Orgaz·, El daño resarcible, p. 56). Por su par
le Soler (Derecho penal argentino, Bs: As., Ten, 1963, t. 1, p. 283, nota 10 in fine)
destaca que la bibliografía sobre este tenia asume proporciones teratológicas en Alema-
2. Gnldcnher�.
18 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
§ 6. Su PLANTEO
Esta tesis, expuesta en el año 1860 por el. penalista
alemán Maximiliano von Buri, marca el comienzo del tra
tamiento orgánico del problema de la relación de causali
dad 34.
Como lo indica su propia denominación, para ·dicha
teoría todas las condiciones son del mismo valor (equi
valentes) en la producción del daño (Aequivalenztheorie).
No cabe, por consiguiente, hacer distin�iones; todas son
indispensables, de modo que si faltase una sQla el suceso
no habría acaecido.
Cada condición -se afirma- origina la causalidad. de
las otras y el conjunto determina el everito causa causae
est causa causati. Como la- existencia de éste depende a
tal punto de ,cada una de ellas, si hipotéticamente se su-.
primiese alguna (condicio sine qua non) el fenómeno mis
mo desaparecería: sublata causa tollitur effectus.
En consecuencia -sostiene von Burí-, dada la indivi-
otras doctrinas explicativas, entre las que podemos .mencionar la negativa de Mayer, la
de lo causalidad típica de Beling, la de la valoración social de Nagler, la de la causa
jurídica de Mosca y otros, la de la causalidad como medio de precisar la acción (ver
Drapkin, A., Relación de causalidad y delito, Santiago, Cruz del ·sur, ]943), etcétera.
Para una detallada exposición de todas los teorías, ver, el valioso trabajo de Antolisei,
Francesco, ll rapporto di causalitd nel diritto penale, Padova, Dott, 1934 y la obra de
Marty, Gabriel, La rclation de cause a ejfet comme condition de la responsabilité civile
(étude comparative des conceptions allemande, anglaise etfran,;aise), en "Revue trimes
trielle de droit civil", !939, p. 690. y ss. Asimismo.el estudio de Spota, El problema
de la causación en la responsabilidad aquiliana, JA, 1942-11-972.
34 La formulación inicial aparece en Zur Lehre von der Tcilnahme a propósito de
un estudio sobre la participación criminal y posteriormente es desarrollada en diversos
trabajos (ver Soler, Derecho•penal argentino, t. I, p. 283, nota 12 ,y Spota, Alberto G.,
Tratado de·derecho civil, Bs. As., Depalma, 1957, t. I, vol. 36, nª 1787, p. 96,
nota 179.
L
20 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN. LA RESPONSABILIDAD CIVIL
§. 7. . CRÍTICA
Elevar al rango de causa de un daño a cada uno de
los numerosos hechos· antecedentes cuya concurrencia
armónica con las nuevas orientaciones del saber (ver Spota, El problema d,da causación
e11 la resporuabilidad aquiliana, JA, 1942-II-973, nota 7. y p. 979 y Tratado, t. 1, vol.
36, n" 1787 y noia 173; Jiménez de Asúa, Tratado, L III, n" 1105; Bodenheimer,
Etlgur, Teoría del derecho,. Ir.. V.
. Herrero,
. M éxico, Fondo de Cultura
. Económica, 1964,
p. 368).
37 Fue sostenida·por Martcau; ·Maz·eaud, Demogue, Lalou .y De Pagc .. La juris
pruden.cia francesa fue favorable a dicha .tesis, pero luego la rechuzó. Acerca de los
autores que han defendido la teoría en los distintos países, ver Jiménez de Asúa, Trata
do, t. 111, n". 1106 y Boffi Boggero, Luis María, Tratado de las obligaciones, Bs. As.,
Astrea, 1973, t. 2, § 537.
:m Peirano Facio, Jorge, Responsabilidad e:xtracontractual, Bogotá, Temis, 1979,
n" 233.
39 Binding, Karl, Die Normen 11nd ihre Übertretung, Leipzig, 1916, l. 11, lº, p.
22 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
479. Pnra Jiménez de Asúa (Tratado, l. 111, nº 1114), constituye unn exasperación del
concepto de causa.
40 Welzel, Hans, Derecho penal alemán. Parte general, 11" ed., tr. J. Bustos
Ramfrez y S. Yáñez Pérez, Santiago, Juddico, 1970, p. 67.
TEORÍAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 23
deriven del accionar del sujeto, pues no se admite inte
rrupción alguna del nexo causal. El casus no podría, en
consecuencia, invocarse como eximente.
Las críticas al desmesurado alcance conferido al
concepto de causa originan un replanteo de la doctrina
expuesta, que es enmendada en su versión original por la
introducción de un "factor correctivo" en el proceso cau
sal: la culpabilidad del agente.
Se entra así en otra etapa del desarrollo de la teoría
de la equivalencia de condiciones, por el intento de corre
gir la imputación del efecto en función de la incidencia de
la conducta del autor en el resultado final. A la imputa
ción objetiva (causalidad) se le agrega la imputación sub
jetiva al responsable (culpabilidad).
Con esta variante se restringe la propagación indefi
nida de la serie causal, suprimiendo sus consecuencias
más irritativas, pero a costa de desvirtuar la construcción
teórica elaborada, al superponer y confundir dos cuestio
nes de naturaleza muy diferente. Tal correctivo es ade
más totalmente inoperante en los casos de responsabilidad
objetiva 41•
Al referirse a las aplicaciones de la tesis que nos
ocup�, Spota afirma que ella puede, en derecho civil,
proyectar suficiente luz sobre ciertos problemas de la res
ponsabilidad. Menciona al respecto los actos ilícitos
cometidos por los dependientes en ocasión de esa depen
dencia, que vendría, así, a desempeñar el papel de una
condición necesaria (condicio sine qua non). Del mismo
modo, en materia de accidentes del trabajo, los infortu
nios que ocurren por el hecho o en ocasión de la labor de
sempeñada: cualquiera de ellas es causa del accidente del
41 Ver Altcrini, Atilio A., Responsabilidad civil, ·2" cd., Bs. As., Abeledo
Pcrrot, 1974, n" 180 y ss.; Orgaz, El daño resarcible, p. 64; Antolisei, // rapporto di
causalitci; Peirano Facio, Responsabilidad cxtracontractual, nº 233.
24, LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
B) Teorías individualizadoras
44 Ver Spotn, Tratado, t. I, vol. 36, n" 1788-1789 y sus remisiones; Peirnno Fa
cio, Responsabilidad extracontractual, nº 235; Llnmbfas, Jorge J., Los distintos tipos de
cau:;alidad jur{dicamenle relevantes, en "Estudios de derecho civil en homenaje a Héc
tor Lafnille", Bs. As., Depnlmn, 1968, p. 455; Busso, Eduardo B., Código Civil anota
do, Bs .. As., Edinr, 1949, t. 111, comentario n los arta. 520 a 522, nº 25; Mazenud,
Henri y Léon - Tune, André, Tratad:, teórico y práctico de la responsabilidad civil delic
t1tal y contractual, tr. L. Alcnlá-Zamora y Cnstillo, Bs. As., Ejen, 1963, t. 11-2,
n" 1667.
45 Orgaz, El daño resarcible, p. 66-67.
26 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
28 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
52 Binding, Die Normen und ihre Überlretung, t. 1, p. 112 y ss. y t. 11, lº; § 93,
p. 470 y ss. Ver Spota, Tratado, t. I_. vol. 36, nº 1789; Jiménez de Asúa, Tratado, t.
111, nº 1101.
53 Orgaz, El daño resarcible, p. 68-69 y nota 18. Llambías se· muestra partida
rio en principio de la ''ieorfa de la causa eficiente". · Al refutar las críticos formuladas
a dicha tesis expresa: "No. creemos que In réplica sen decisivo. · Adviértase que se tra
ta de averiguar cuál es fo causa de un daño concreto, que está a nuestra vista en el mo
mento de hacer el análisis. De ordinario no será difícil hacer In discriminación entre
las condiciones que, de hecho, se han conjugado para lo producción del daño, a fin de
poder aislar mentalmente a la que tenía por sí virtualidad bastante para originar el per
juicio: ésa habrá sido su causa eficiente; las otros, su causa ocasional, instrumental,
etcétera. Sólo por excepción, la discriminación será imposible de hacer, pero aun en-
L
30 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
!onces aparecerán, en el análisis racional, dos o más factores de paritaria eficacia pro
ductiva del daño, lo que llevará a concluir que todos esos factores son la causa eficiente
del resultado ocurrido" (Llambfos, Los diltintos tipos de causalidad jurídicamente rele
vantes, en "Estudios de derechó :civil en homenaje a Héctor Lnfoillc", ·p. 456-457, nota
13 y Tratado de derecho civil. Obligaciones, 3" ed., Bs. As., Perro!, 1978, t. I,
nº 289. Par¡i Peirano Facio el principio de la causa eficiente parece inspirar algunas
soluciones establecidas por el Código Civil uruguayo (Responsabilidad extracontractual,
nº 242).
54 La importante contribución de este autor es que introduce por vez primera el
concepto de regularidad: de acuerdo con su planteo, el agente sólo debe responder de
las consecuencias regulares de su acción. También se considera precursor al civilista
Zitelmann. Cifuentes señala que esta doctrina era llamada "regla de la vida"
(Cifuentes, Santos, en Belluscio, Augusto C. - Zannoni, Eduardo A., Código Civil y le
yes complementarias. Comentado, anotado y concordado, Bs. As., Astrea, 1982,
comentario ni. art. 901, t. 4, p. 52).
55 Goldenberg, Isidoro H., La extensión del resarcimiento (el nuevo art. 906 del
Cód. Civil), en "Estudios de derecho civil (En homenaje al doctor Luis Moisset de Es
punés al cumplir 20 años de docencia universitaria)", Bs. As., Universidad, 1980,
p. 483.
TEORIAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 31
dice que tanto civilistas como penalistas sostienen en su
país que debe aplicarse la 'causalidad adecuada', citando
entre los civilistas a Pereira Coelho, y en el terreno penal
las opiniones de Cavaleiro de Ferreira y Eduardo Correia
{ver Essaio sobre os pressupostos da responsabilidade civil,
Lisboa, 1968, p. 392 y nota 358).
"Sin embargo, los arts. 562 y 563 de ese cuerpo le
gal, que establecen el principio general en ·materia de in
demnización, el primero, y el nexo de causalidad, el se
gundo, no contienen una mención clara al principio de
'causalidad adecuada', al que sólo se llega por inferencias
de la doctrina.
"Por su parte, en la provincia de Quebec, en Cana
dá, su Código nada dice sobre la relación causal, y es la
jurisprudencia la que se ha .inclinado a resolver que entre
el hecho y el efecto dañoso debe existir un vínculo de
'causalidad adecuada'. Sobre ese punto el profesor Bau
douin sostiene que no deben tenerse en cuenta todas las
condiciones sine qua · non, sino 'solamente aquellas que,
por su existencia han vuelto objetivamente posible la rea
lización del perjuicio' (Responsabilité civile délictuelle,
Montreal, 1973, p. 149). En sentido similar se expide
Nadeaµ, diciendo que los tribunales no se conforman con
una causa sine qua non, sino que exigen la 'causa deter
minante (causa causans), directa o eficiente', con lengua
je que no es tan preciso, pero que alude a lo que nosotros
llamamos causalidad adecuada (ver Traité pratique de la
responsabilité civile délictuelle, Montreal, 1971,. p. 608,
nº 654)" 56•
56 Ver Goldenberg, La e%te11sió11 del resarcimiento (el nuevo art. 906 del Cód. Ci
vil), en "Estudios de derecho civil (En homenaje al doctor Luis Moisset de Espanés)".
La correspondencia que contiene los comentarios del profesor Moisset de Espanés
respecto de los trabajos reunidos en el libro homenaje y las controversias doctrinarias
con algunos de los autores se han agrupado en Estudios de derecho civil. Cartas y polé
micas, Córdoba, 1982.
32 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
34 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
rimental respe�to de los cursos causales que rigen la producción de los fenómenos natu
rales. El juicio de que una piedra arrojada ni aire volverá a caer descansa en: prime
ro, nuestrn conocimiento del hecho de que la piedra hn sido arrojada (conocimiento
antológica), y segundo nuestro eonoeimienlo de la ley de la naluraleza respecto u lu
fuerza de la gravedad (conocimiento gnamalógica). Respeelo u este íiltimo, la especial
versación del agente -por ejemplo, la de un científic- puede agravar así su responsa
bilidad por la� consecuencias del hecho (ver Gimbcrnat Ordcig, Enrique, Delitos ,·uali
ficaclos por el re.mltaclo y la causalidad, Madrid, Reus, 1966, ciiado por Hualde,
Dimas, Notas para el estudio de la relación ele carualidacl en el Código Civil argentillo,
en "Ilicitud e indemnización", p. 87, nota 33).
63 Conduce a lomar como modelo una suerte de superhombre, según la crllica de
Florian (Parte genera/e del cliritto penale, 4° ed., Milano, 1934, p. 607, n" 497).
64 Un episodio reaf-el célebre caso Thomns- recordado por Trüeger, demuestra
las incongruencias que resultarían de la aplicación de dicha tesis que implica la impu
tación de todas las consecuencias: "A los trabajadores del vapor Moscl del Lloyd se les
escurrió, en ocasión de cargar el huque, un barril que en apariencia contenía enviar, y
que había sido abandonado por el terrorista Thomas; el barril hizo explosión y murieron
más de cien personas, averiándose seriamente varios buques. Si aceptamos que a los
36 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
38 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
69 Núñcz, Ricardo C., Derecho penal argentino. Parte general, vol. I, Bs. As.,
Bibliognífica Argentina, 1959, p. 262, nota 170. Mezger, también la objeta, afirman
do que en rigor más que .una teoría de In causalidad es una teoría de la responsabilidad
(cit. por Jiménez de Asúa, Tratada, t. III, n" 1113 in fine).
70 Pcirnno Facio, Responsabilidad extracontractual, nº 241 in fine. En igual
sentido, von Thur, Tratado de las obligaciones, t. I, p. 70 y ss.; De Cupis, El dario,
p. 259.
TEORÍAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 39
como fuerza productora supercausal. Por eso, es erróneo
plantear el problema desde el punto de vista físico; el
mundo sobre el cual se proyecta la acción es un mundo
estructurado por el sujeto mismo, y no el ciegamente cau
sal de la naturaleza. El ser humano, sostiene Antolisei,
está provisto de conciencia y de voluntad, elementos con
los cuales contribuye decisivamente en sus relaciones
con el mundo exterior.
En la acción existe un elemento que no se encuentra
jamás en la causalidad: hay libertad. El poder del hom
bre, mecánicamente considerado, es mínimo con relación
a lo que alcanza en cuanto ser inteligente y volitivo, que
por su inteligencia y su voluntad pone a su servicio las
fuerzas naturales.
En ese sentido, en la acción se comprenden efectos y
elementos que la causalidad no contiene ni puede produ
cir. Soler nos recuerda el ejemplo propuesto por Bin
ding acerca de las incontables consecuencias originadas
por el manifiesto de Alejandro II de Rusia sobre la eman
cipación de los campesinos. No hay fuerza natural capaz
de producirlas, porque es un efecto que se exterioriza pri
mero en el mundo de los valores 71•
Se individualiza así, dice Núñez 72, el primer término
de la relación causal jurídico-penal: la conducta.
En lugar de la formulación clásica del problema
¿cuándo un hecho es causa de otro? o ¿cuándo una acción
es causa de un resultado?, el planteamiento correcto de la
cuestión -sostiene Soler- debe responder al interrogante
¿cuándo deberá considerarse a un sujeto autor de determi-
7:-l Ya Ihcring con su habitual agudeza habla señalado que la voluntad humana
marca el límite del imperio ele la naturaleza, en cuanto 110 se encuentra sometida a las
leyes de ésta. La voluntad escapa a la ley de causalidad; sólo la rige la ley de finali
dad. En el mundo físico la consecuencia sigue inexorablemente a la causa, mientras
que en el obrar humano el efecto se anticipa en la representación intelectiva del agente
(hecho querido o previsto) a la acción (causa) que conducirá a ese resultado. De ahí la
afirmación ele que toda voluntad humana es un principio de causalidad para el mundo
exterior (lhering, Rudolf von, El fin en el derecho, Bs. As., 1946, p. 11 y siguientes).
M Estus ufirmaciones motivaron que Núñez la designara doctrina de la "causali
dad racional'' (nota bibliográfica, }A, 72-21, sccc. bibliografía y Derecho pel!al argemi
no. Parte general, vol. l, p. 265, nota 177, donde expone la controversia con Soler
acerca de esa calificación).
75 Soler, Derecho penal argentino, t. I, p. 301.
TEORfAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 41
de causac10n. Y es lógico que así ocurra puesto que
ningún fenómeno, por sí solo, tiene ese intrínseco y mis
terioso poder causal; a menos que se tenga en vista el
caso de una conducta humana que capta un proceso físi
co natural para obtener el fin propuesto por el agente,
supuesto éste que se explica por la teoría de la acción hu
mana, pero no por la de la causa eficiente, que no distin
gue entre la acción del hombre y la fuerza causal ciega de
los fenómenos de la naturaleza, para determinar la efi
ciencia de la condición" 76•
En una línea conceptual afín, Carranza declara que
en el campo del derecho la causalidad no radica en la
mera cadena de precedentes físicos -como ocurre en las
ciencias de la· naturaleza-, sino que esa concatenación
material está interferida por el hombre -ser de libertad-,
que interviene como agente de los acontecimientos, influ
yéndolos con su conducta 77•
L
42 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
1tual, t. VI, p. 501, H). Cfr. Cifucntes, en Belluscio - Zannoni, Código Civil, comen
tado, anotado )' concorado, comentario al art. 901, t. 4, p. 47 in fine.
En el plano de la dogmática, una posición conceptual surgida en la doctrina ita
liana considera que la relación causal es ajena al problema de la extensión del resarci
miento o es hipotética (ver Mayo, Jorge A., en Belluscio - Znnnoni, Código Civil, co
mentado, anotado y concordado, comentario al art. 521, l. 2, p. 72.4).
79 "El siglo XIX fue In época del gran auge de las ciencias naturales y del positi
vismo. Por eso se explica ,¡ue von Liszt construyera la teorfa del delito a semejanza de
las clasificaciones en las ciencias naturales y que también incorporara el principio de la
causalidad, que tanta utilidad parecería tener en la explicación de los fenómenos físi
cos" (Bustos Ramírez y Hormazábal Malnrée, Significación social y tipificidad, en
"Doctrina Penal", jul.-sel. 1980, año 3, nº 11, p. 537, donde se efectúa una valiosa
exposición del pensamiento actual sobre el tema objeto de estudio). Ver también,
Welzel, Derecho penal alemán. Parte general, p. 66 y ss.; Jiménez de Asúa, Tratado,
t. III, nº 1110, "Posición de los que proclaman la crisis del 'dogma causal' "; Núñez, De
recho penal argentino. Parte general·, vol. I, p. 259, nota 164; Nino, Carlos S., Los
llmites de la responsabilidad penal, Bs. As., Astrea, 1980, p. 457 y siguientes.
TEORIAS SOBRE LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD 43
comparado, tales como la "previsión de un hombre razo
nable" (the foresight of a reasonable man), que utiliza la
jurisprudencia angloamericana; el principio de "causa efi
ciente" que se menciona en la doctrina italiana o el de la
"posibilidad real"· de que hablan algunos juristas soviéti
cos 80.
l
46 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
82 Ver Fontán Balestra, Carlos, Tratado de derecho penal. Parte general, 2"
ed., Bs. As., Abeledo-Perrot, 1970, t. I, p. 465 y siguientes.
83 Soler, Derecho penal argentino, t. I, p. 270.
CAUSALIDAD Y AUTORfA 47
culpabilidad o inculpabilidad que supone un juicio de va
lor sobre una acción dada. Lo que aquí se juzga es la
actuación del sujeto en sí misma, sin abrir opinión acerca
de su contenido espiritual.
La relación de causalidad, en cambio, supone esta
blecer el ligamen existente entre un acto y sus consecuen
cias. No interesa ya el substrato psíquico del obrar, sino
su repercusión externa. De este modo, puede mediar re
lación causal adecuada entre el hecho de un inimputable
y el daño por él ocasionado.
Como lo destaca certeramente Brebbia, la investiga
ción de la relación de autoría es siempre de carácter sub
jetivo, mientras que la relación de causalidad es de ca
rácter predominantemente objetivo, ya que se hace sobre
la base de la apreciación de la regularidad de las conse
cuencias 84•
La acción del agente constituye, de conformidad con
lo ya expuesto, el factor unificador que aglutina los diver
sos elementos imbricados en el proceso de imputación:
acto-sujeto-consecuencias, que desembocan en el instituto
de la responsabilidad civil.
Esta interrelación se traduce, por ejemplo, en. las
disposiciones contenidas en los arts. 902 y 909 in fine del
Cód. Civil, que serán después materia de nuestro estudio,
en los cuales las aptitudes y conocimientos especiales del
sujeto para aprehender las consecuencias posibles de los
hechos, es decir, la valoración anticipada del proceso cau
sal, tienen una decisiva influencia en orden a la estima
ción de la responsabilidad en que pudo haber incurrido.
Antes de establecer cuándo el individuo debe respon
der jurídicamente por un resultado, imputatio iuris, es ne
cesario precisar si tal consecuencia ha sido efectivamente
producida por su acción u omisión, es decir, hay que exa-
117 Antes <le proceder u imputar -señala Currara- r,s necesario que t,,ngu la <,crh··
zu del hecho, lo cual constituye In materia <lel delito. Priu., de re r¡uam de reo (Curra
ra, Frnncesco, Program.i de derecho criminal. Parle general, tr. J. J. Ortega Tum,s y
J. Guerrero, Bogotá, Temis, 1972, vol. J, § 8, p. 36. Asimismo Núiicz, Derecho pr.•11r1f
argentino. Parte general, vol. 1, p. 260 y siguientes.
88 Ver en tul sentido, CNCiv·, Sula F, 23/10/69, ll, 139-731.
89 Aceren de la necesidad de relación cuusul entre lu culpa y el daño, ver Josse
rand, Louis, Derecho -civil, tr. S. Cunchillos y Munterolu, Bs. As.-Barcelona, Ejcu
Bosch, 1950, t. 11, vol. I, n" 448-449; Mazeaud - Tune, Tratado, t. 11-2, n" 1417 ).
siguientes.
L
50 1.A RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
90 Ver Busso, Código Civil anotado, t. 111, comentorio n los· nrts. 520 a 522,
nº 33.
91 Goldenberg, Isidoro H., La unicidad de lo iUcito, Su problemática, en "Re
vista Jurídica de San Isidro", 1967, nº 1, p. 82 y ss. En cuonto a In equip!ll'nción
conceptual entre In culpa civil y la culpa penal, ver Jiménez de Asúa, Tratado, 2" ed.,
1963, t. V, nº 1662 y Soler, Derecho penal argentino, t. 11, p. 145 y siguientes.
CAUSALIDAD Y AUTORIA 51
ración no constituye una pena, sino el restablecimiento de
la situación alterada por el hecho dañoso 92•
b) Aspectos distintos relevantes. En la caracteriza
ción del ilícito civil el elemento "daño" adquiere 'particu
lar relevancia por el móvil indemnizatorio de este sector
del derecho. Tanto es así, que el art. 1067 del Cód. Ci
vil dispone que "no habrá acto ilícito punible para los
efectos de este Código, si no hubiese daño causado, u otro
acto exterior que lo pueda causar".
Esta punibilidad específica del orden civil ("para los
efectos de este Código", según reza el texto legal citado)
consiste precisamente en la obligación de reparar los que
brantos causados a terceros.
El daño es, por lo tanto, presupuesto de la responsa
bilidad civil, no de la ilicitud. Es "el primer elemento
de la responsabilidad" -al decir de Orgaz 93- en la consi
deración metódica no cronológica, ya que desde ese punJo
de vista es el último como consecuencia o resultado de la
acción antijurídica, pues si' no hay daño, es superfluo in
dagar la existencia o inexistencia de los otros componen
tes del acto ilícito.
La nota "daño" es, en cambio, ajena a la configura
ción del ilícito penal. El delito de abuso de armas, de
amenazas, los delitos de peligro, las tentativas, constitu
yen, entre otras figuras, prueba elocuente de ello.
Otra distinción esencial entre ambas categorías es
que .el ilícito penal está subordinado a un tipo específico
y concreto, predeterminado por la ley. Es el requisito de
tipicidad condensado en el célebre apotegma nullum cri
men, nulla poena sine lege, que en nuestro ordenamiento
jurídico posee jerarquía constitucional (art. 18, Const.
Nacional).
L
52 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
96 Ver Goldenberg, lsi<luro H., vqz Rt1sarcimiento del llano ocasionado por he
cho.< involuntarios, en "Enciclopedia.Jurídica Omebn", Apéndice 111, p. 807 y siguien
tes. Palmero, Juan Carlos, El doíio _involuntario. fndemniwci6n de equidad, Bs.
As., Astrea, 1973.
l
54, LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
56 LA RELACIÓN DE CAUSA�IDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
139-216; C2"CivCom La Plata, Sala 11, 8/3/68, ll, 133-615). Existe responsabili<lu<l
y el resarcimiento se debe igualmente, aun cuando el neto no sea culpable, si hay un
nexo de causalidad entre el acto (no culpable) y el <luño, hablándose en tal caso de res
ponsabili<la<l sin culpa u objetiva (ST ERíos, Sala del Trabajo, 29/8/78, JA, 1979-11-
72). A quien invoca haber sufrido un daño cuyo resarcimiento pretende, le correspon
de no solamente la prueba de su existencia, sino también la ele la relación ele cuusalidud
entre el perjuicio y el hecho generador de la responsabilidad (CNCiv, Sala A, 28/3/78,
U, 1978-D-853, sum. 46, cuso 3386). No basta haber sufrido 1111 daño para que éste
dé lugar a indemnizaci<'in. Es menester el nexo de causali<lud entre el efecto dañoso y
el hecho que suscita la responsabilidu<l. . No es suficiente que un hecho huya sido an
tecedente ele otro; es necesario que tenga por sí virtualidad de producir semejante re
sultado (Cl" Salta, Sala 11, 23/10/73, BJS, 1975-Xlll-63; CNCiv, Sula A, 24/11/69,
LL, 139-216). No procede la reparación del daño que carece de adecuada relación de
causalidad con el hecho ilícito que lo ocasionó (CNCiv, Sala D, 19/11/62, ll, 1 Í0-
225). Es neces11rio -que el nexo causal presente el carácter de univocidad, adecuación
e inmediación que la ley exige para anudar una responsabilidad al acontecimiento lesi
vo (CNCiv, Sala A, 22/11/79, Ll, 1980-8-13).
99 La mención del "daño" contenida en el art. 41, inc. l", Cód. Penal, sólo jue
ga como una circunstancia agravante en lo que respecta a la imposición de la pena.
CAPÍTULO IV
TRATAMIENTO NORMATIVO
DE LAS CONSECUENCLi\S
DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS
EN EL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
l
58 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
101 La definición del acto jur(dico contenida en el art. 944 del Cód. Civil en
cuanto afirma In exteriorización de la voluntad del sujeto dirigida a establecer relacio
nes jurídicas, responde certeramente a lo que tiempo después la doctrina moderna, es
pecialmente 111 germana e italiana, denomina "teoría del negocio jurídico" (Rechtsges
chiift y negozio giuridico, respectivamente). El rasgo distintivo de esta categoría
consiste eri que sus "cons�cuencias" advienen ex voluntate, como lo destaca el codifica
dor en 111 parle final de la referida nota a In Sección II del Libro II donde dice: "Hay
ciertos hechos que tienen especialmente el objeto de establecer entre las personas, re
laciones jurídicas, crear, modificar, transferir o aniquilar derechos, tales como los con
tratos, los actos de última voluntad, etcétera. Estos son hechos que designamos bajo
In calificación general de actos jur{dicos".
l
60 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
102 Freitas, A. Teixeira de, Con.solida,;áo das leis civis, ::J" cd., Ria de Janeiro,
1896, lntroducciún, p. 107, donde rechaza el método de legislar los hec,hos y actos en
la Parte general.
103 La Sección 111, "De lo� hechos", consta de: Título 1, "De los hechos en gene
ral"; Título 11, "De los modos de la existencia de los hechos" .(Cap_ítulo I, "De los he
chos voluntarios", Capítulo 11, "De los actos jurídicos", Cupítulo 111, "De los actos lf.
citos"); Título 111, "Del lugar de la existencia de los hechos", y Título IV, "Del tiempo
de la existencia de los hechos".
104 Freitas, Augusto Teixcira de, Código Civil. Esbo�o, Ria de Janeiro, 1860-
1865, p. 265 (Ir. Código Civil. Obrafundamental del Código Civil argentino, Bs. As.,
1909).
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS 61
cia uno de los monumentos más significativos de la histo
ria jurídica de América 105•
b) Innovaciones introdu,cidas por Vélez Sársfield.
Vélez Sársfield tuvo el indudable acierto de seguir en esta
materia las innovadoras ideas del jurisconsulto brasileño,
como lo expresa en la nota al ministro de Justicia doctor
Etluardo Costa de fecha 21 de junio de 1865, en oportu
nidad de remitir el primer Libro del Proyecto de Código
Civil.
No obstante ello, nuestro codificador se apartó de
Freitas al no destinar como éste un primer libro para re
gular la parte general del derecho civil. Los elementos
que la integran están dispersos en la Sección I del Libro I
(personas); Sección II del Libro 11 (hechos) y Título I del
Libro 111 (cosas).
La mencionada Sección II del Libro II está emplaza
da entre las obligaciones (Sección 1) y los contratos (en
general y sus distintas especies) {Sección 111).
Quizás esta ubicación de la causa generatriz -hechos
y actos jurídicos- entre las obligaciones y los contratos,
obedezca a la. íntima conexión de aquélla con el naci-'
miento de las obligaciones 106 y con el contrato, que al
tiempo de elaborarse el Código constituía la figura domi
nante en orden a la creación de nexos vinculatorios 1 m.
Es digno de destacar, como lo señala Moisset de Es
panés, que el plan de Vélez para la distribución de mate
rias, consistente en colocar cada uno de los elementos de
105 Nieto Blnnc, Ernesto E., Augusto Teixeira de Freitas, LL, 130-800, n" 25.
106 . "No se trota de los hechos como objeto de derecho, sino únicnmentc como
caus',l productora de derechos ... como fuente de un derecho" (nota de Vélez Súrsficld al
nrt. 896). . "Ln función de los hechos en In jurisprudencia es uno función eficiente"
(noto al epígrafe de In Sección 11). (El subrayado es nuestro).
107 Ello explica que más del 25 % del nrticulado de nuestro Código esté dedica
do a disciplinarlo, Sobre el particular, ver Goldenberg, Isidoro H., La volu,1tatl 1mila
tcral, pról. de Acdeel E. Salas, La Plata, Platense, 1975.
l
62 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA HESPONSABILIDAD CIVIL
l
64 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
113 Allí se expresa: "Nos abst.mcmos de definir, porque, como dice Freitas, las
definiciones son impropias de un código de leyes... En un trabajo legislativo sólo
pueden admitirse aquellas definiciones, i¡uc estrictamente conlcng,m una regla de con
ducta, o por la inmedfata aplicación de sus vocablos, o por su influencia en las dispo
siciones de una materia especial... Ella debe ser imperativa, y sea que mande o
prohíba, debe sólo expresar la voluntad del legislador... " (nota al art. 495, Cód. Civil).
Los códigos civiles modernos no contienen un precepto similar.
114 Ver las consideraciones que efectúa José A. Butclcr en el ap. IV del prólogo
a la obra de Aguiar (Hechos y actos jur{dicos, t. IV, 1), acerca de la coordinación de la
!corla alemana de "las condiciones" con la de la "causalidad psicológica", o criterio de
la "previsibilidad", contenida en el viejo Código de Prusia y trasladada íntegramente a
nuestro Código Civil.
j
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS 65
Llama la atención la ausencia de nota a dicho texto, pre
cisando la fuente de que se valió el codificador, contraria
mente a lo que ocurre con los artículos inmediatos (900 y
902), en los cuales se explicita el modelo seguido (Cód.
de Prusia, Parte l ª, Título 111, arts. 3° y 9°, respecti
vamente).
La doctrina, partiendo de la base de que V élez adop
tó sin mencionarlos los arts. 4,º a 6° del Landrecht, ha
hecho hincapié en la defectuosa versión que ha resultado
del trasvasamiento del original prusiano. Sin perjuicio
de que las diversas traducciones realizadas en nuestro
medio de dichas normas no son coincidentes 11 5, el princi
pal reparo que se formula al enunciado del art. 901, es
que lo "que acostumbra suceder" serían las consecuencias
y 110 el "hecho", tal como lo predica el dispositivo legal
<'ll <'Uestión. El verbo debe leerse, pues, en plural:
"ru·osturnbran".
Existe, sin embargo, un criterio discordante, que rei
\'i ndica la literalidad del precepto redactado por Vélez,
d<·spués de suministrnr la versión castellana de los tres .
artículos prusianos, rebatiendo en especial la opinión de
Scgovia a ese respecto. Para ello, hace un estudio com
parativo de aquéllos y de su pretendido equivalente ver
náculo, analizando también el problema en la doctrina
francesa, para concluir que la omisión de la fuente en
nuestro art. 901 fue deliberada, por el apartamiento del
modelo por el codificador 116•
11:; A I res pee In, confrontar las versiones de Varel u, Luis V., Cor1cortlm1cias y
Ji111da1111<11tn< rl,d Ctirligo Ci11il argc11tirw, Bs. As., 18i5, vol. 14, p. 57; del Instituto de
Dcrec-110 Civil de la Universidad ele Ccírdoba y la opinión de Segovia, Lisanclro, Explica-
1·iti11 y crítirn ,le/ C,írligu Civil arge11tÍlto mwtmlu, Bs. As., 1894, vol. 1, p. 236, notu 4
u su arl. 902 (en Acuña Anzon,na, E.<tudio.<, p. 45, nota 12; Alterini, Responsabilidad
,·il!il, notas :145 inJi111•, :-146 y 3<l7; Salva! - Lí,pez Olacircgui, Trata do. Parte g,mera/,
l. 11, n" 1599).
11<, Huulde, Nutr¡s fl(ITll el 1:st111lio de la relaciti11 de camalidad, en "Ilicitud e in
dcmnizacic'm". nota 51.
66 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA- RESPONSABILIDAD CIVIL
j
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS 67
El concepto de inmediatez supone que entre hecho y
resultado no haya interferencia alguna en el iter causal.
En este orden de ideas cabe señalar la opinión de Koch,
el gran comentarista del Código prusiano: "Inmediato es
lo que sin medio, sin intervención de una tercera cosa,
nace de sí mismo. Mediato, por contraposición, es lo
que tiene una causa que existe fuera de él. El § 5 da
otro concepto. Inmediato es, según él, lo que por cierto
medio, como causa actuante (el hecho), nace; y mediato
lo que por la accesión de una tercera cosa, como prnpaga
ción o causa auxiliar, se sigue más allá del primer impul
so. Pero en todo caso deben éste y· 1a consecuencia se
guida permanecer en la conexión de causa y efecto" 119•
Finalmente, tenemos que destacar que no se trata de
un concepto temporal de inmediatez. En el ejemplo de
Brebbia, si una persona coloca una bomba con un meca
nismo de acción retardada en el domicilio de otra, habrá
conexión lógica inmediata entre dicha acción y el daño
producido por el estallido del artefacto, cualquiera que
sea el tiempo en que éste ocurra 120• Constituye un efec
to "inmediato", en el sentido de que normalmente ese he
cho debía ocasionarlo según el curso natural y ordinario
de las cosas.
L
70 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
72 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
los hechos, o de uno de los actos licitas o ilícitos, de lns relaciones de familia, o
de 111s relaciones civiles".
í
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS 73
Al respecto, son de especial significación los arts.
520 y 521 (según la reformulación dispuesta por la ley
17. 711), que respectivamente instituyen:
"En el resarcimiento de los daños e intereses sólo se
comprenderán los que fueren consecuencia inmediata y
necesaria de la falta de cumplimiento de la obligación"
(art. 520, Cód. Civil).
"Si la inejecución de la obligación fuese maliciosa
los daños e intereses comprenderán también las conse
cuencias mediatas" (art. 521, Cód. Civil).
Interesa recordar el texto prístino del art. 521, no en
función- de la superada controversia en torno a la existen
cia del discutido adverbio "no" en dicho precepto 132, sino ·
por la recepción del criterio clasificatorio de daños "in
trínsecos" y "extrínsecos", que parece inferirse de la hoy
derogada norma del Código, que conserva aún relevancia
para nuestro estudio por su estrecha vinculación con el
art. 520 que persiste inalterado 133•
La distinción entre dafios intrínsecos y daños extrín-
J:i2 Pocas cuestiones han motivado un debate tan arduo en la doctrina nacional
!'orno determinar si el verdadero texto rle la segunda parle del nrl. 521 proyectado por
Vélt•z era el de la primera edición oficial del C,ídigo (la de Nueva York, año 1870) que
contenía el pasaje " ... y los que el acreedor ha sufrido en 1ms otros bienes", � el de las
edi<"iones posteriores que, por el conlrurio, figuraban con la interpolación de dicho nd
Hsrbio "... y no los que el acreedor ha sufrido en sus otros bienes". Todos los autores
�t• han ueupado del "enigma del art. 521" como lo calificara con acierto Lafaille (Trata
do ,/,, las ol,ligaci011e.�. vol. 1, n" 224). Para un examen detallado del problema, .ver en
especial Bibiluni, .41tte¡,royeclo, t. 11, p. 57 y ss. y el dictamen del doctor Enrique Mar
tíncz Paz, en Refomrn del Código Civil. Observaciortes y actas de la comisió11, Bs. As.,
Kraft, 1937, t. 1, p. 326; Llambías, los di.vtil!los tipos de causalidadjur(dicamente rele
varttes, en "Estudios de derecho civil en homenaje a Héclor Lafnillc", p. 4 71 y es.; De
Gúsperi - Morello, Trntado, vol. [, n" 595 y nula 43 a; Cabra! Texo, Jorge, Historia del
Código Civil argentino, Bs. As., Jesús Menéndez, 1920, p. 241 y ss.; Aguiar, Hechos y
actos jurídicos, t. IV, 1, p; 345, nota 22; Aherini, ResportSabilidad civil, nº 326 y ss.;
Busso, Código Civil artotado, l. 111, comentario n los nrts. 520 a 522, nº 61-64; Busta
mantc Alsinn, Teorta, n" 625 y ss.; Boffi Boggero, Tratado, t. 2, § 576; Ovejero, Da
niel, El da110 civil y su re¡,araciórt, JA, 53-65, sccc. doctrina, cap. IH.
133 El nrt. 521 constituía uno derivación del art. 520 como se desprende del que
era su párrafo inicial "aun cuando ... ".
L
l
1
secos arranca del derecho romano 134: los primeros son los
que recaen en el objeto mismo de la prestación propter
rem ipsam, mientras que los segundos alcanzan a otros
bienes del acreedor.
El problema que se plantea al intérprete es determi
nar si las normas especiales en los casos de incumpli
miento contractual contenidas en el precitado Título 111
de la Sección I, Libro 11, responden a un criterio diferente
en materia de relación causal del adoptado en el Título I
de la Sección II de ese Libro, y además cómo se ensam
blan aquéllas con las reglas generales estatuidas en los
arts. 901 a 906 del mismo cuerpo legal.
En otros términos, si existe un régimen autónomo en
cuanto a la medida de la reparación en materia contrac
tual o, en cambio, la categorización de las consecuencias
establecidas en los arts. 901 y ss. se proyecta también so
bre el sistema vertebrado en los arts. 520 y 521 del Cód.
Civil.
1 :14 Se lratu de un frugmenlo de Puulo citado en el Digesto (L. XIX, tít. I, fr. 21,
párr. 3") con relación al c:ontrato de compraventa y referido a la obligación de entregar
la cosa vendida. En lu eslimación de los daños y perjuicios -dice Paulo- se compren
derá "toda la utilidad del comprador", que consiste solamente en la misma cosa (quac
morlo circa rem ipsam consistit). De ahí se. parte para distinguir ·luego los daños circa
rem que eonsislen en la pérdida de la cosa que era el objeto de la prestación a cargo del
deudor, y en la pérdida de Ju utilidad que esa cosa había producido; y los daños e.%tra
rem que se identifican con el perjuicio sufrido en otros bienes del acreedor, y con las
utilidades que producen esos bienes; todo unido a la pérdida de la cosa debida. Los
primeros serian los daños intrínsecos y los segundos los extrínsecos. Bartolo proyectó
mús turde ese criterio clasificatorio ni ámbito extrncontractual.
CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS VOLUNTARIOS 75
1150. Los otros códigos -dice Vélez- copian al francés"
(y transcribe un pasaje de Marcadé). La nota correspon
diente al art. 521, a su vez, remite a Pothier -parte I,
cap. 2, art. 3 °-.
El art. 1016 del Proyecto de García Goyena 135, en su
primer apartado, expresa: "En el resarcimiento de los da
ños y perjuicios, sólo se comprenderán los que fueren
consecuencia inmediata y necesaria de la falta de cumpli
miento del contrato".
El art. 520 de nuestro Código reproduce dicho texto,
salvo la sustitución de los términos "perjuicios" por "inte
reses" y "contrato" por "obligación", de conformidad con
las ideas del codificador en cuanto a método que antes
señalamos.
Como fundamento de la regulación allí establecida,
García Goyen& en su comentario objeta la redacción del
art. 1150 del Código Napoleón, según la cual cuando nQ
ha mediado dolo se responsabiliza al deudor por los daños
e intereses "que han sido previstos o que han podido pre
verse al tiempo del contrato", manifestando: "La dificul
tad de estimar el cuánto del daño está íntimamente enla;,.
zada con la de fijar los límites de la responsabilidad; las
palabras del artículo francés para el caso de no haber
dolo, ·no dan una idea clara: ¿qué es lo que se previó o
pudo preverse? Cada contrayente dirá que él previó los
daños de diferente manera". Y agrega: "En el nuestro se
hallan reemplazadas por las de consecuencia inmediata y
necesaria, que parecen equivaler a las de la ley 21, párr.
3 °, tít. I, libro XIX del Digesto, utilitas quae circa ipsam
rem consistit".
L
76 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
78 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
§ 26. CONCLUSIONES
143 Los términos "nun cuando" y "comprenderán sólo" nllí contenidos, importan
consngrnr un límite 11 In extensión indefinida de los daños e intereses en In cadena
causal.
144 García Goyenn, Concordancias, t. 111, p. 51.
145 Znnnoni, Eduardo A., El da1io en Ja responsabilidad civil, Bs. As., Astrea,
1982. Con respecto al citado ejemplo de Pothier, afirma: "Notamos que Pothier
L
80 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
148 Charles Dumoulin, comentarista de las Costumbres; Domat, Jean, Les loi:t ci
viles dans leur ordre naturel, París, 1694; Pothicr, Oeuvres, t. II, § 159-172.
149 Alterini, enumera las siguientes disposiciones: arfs. 461, 507, 521, 537,
775, 857, 904, 905, 931 y ss., 954, 992, 1049, 1158, 1166, 1191, 1407, 1480, 1657,
1658, 2064, 2066, 2112, 2162, 2166, 2259, 2785, 3142, 3277, 3336 y 3350 (Respon
sabilidad civil, p. 249, nota 390).
L
6. Gul,lenher¡;.
CAPÍTULO V
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN
DE LAS CONSECUENCIAS
L
l
84 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
150 Aguiar señala que con relación a sus consecuencias, In situación espiritual
del agente hay que referirla n tres estados de conciencia, claramente definidos: 1) ni d e
s u conocimiento; 2 ) n i d e s u conocimiento posible, s i hubiese empleado l a debida aten
ción y conCJCimiento de In cosa, y 3) al de su falta de conocimiento, no obstante la aten
ción ;t diligencia desplegadas para alcanzarlo (Aguiar, Hechos y actos jurídicos, t. 11,
"Ados ilícitos. Responsabilidad civil l ", Bs. As., Tea, 1950, p. 239).
j
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 85
plimiento de las obligaciones asumidas -dolo contractual
º de la intención de dañar -dolo configurativo del delito
civil-); y entre el no haber previsto lo que se debió prever
y el concepto de culpa, por omisión de las diligencias
adecuadas que correspondieren a las circunstancias de
personas, tiempo y lugar.
El criterio de previsibilidad hay que juzgarlo, como
se dijo, en abstracto y tomando como parámetro de conj
ducta exigible lo que un hombre medio haya debido pre
ver actuando con la debida prudencia y diligencia 151•
Esta formulación se ve vigorizada por el enunciado
de la parte 1 ª del art. 909 (que reconoce como fuente los
arts. 24, y 25 del Cód. de Prusia), que dispone: "Para la
estimación de los hechos voluntarios, las leyes no toman
en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual
de una persona determinada".
Se ha señalado la manifiesta contradicción que exis
tiría entre dicho enunciado y la regla del art. 512, según
la cual, para apreciar la culpa del deudor, hay que tomar
en cuenta "las circunstancias de las personas" 152•
Salas rechaza que esa mención importe afiliar la nor:.
ma al sistema de apreciación in concreto, afirmando:
"Cuando el art. 512 se refiere a las personas, no alude a
sus calidades subjetivas; si así fuera, estaría concediendo
un beneficio a la torpeza: cuanto más torpe fuera el suje
to, menor sería su responsabilidad" y más adelante agre
ga: "¿ Qué quiere decir el Código cuando hace referencia
a las circunstancias de personas? Para nosotros sólo alu
de a las circunstancias externas, a las calidades adquirí-
151 Se trata de un· ,tandard: "La previsibilidad común", a través del cual debe
apreciarse el comportamiento que se juzga. Acerca de los standards jurídicos o "con
ceptos válvulas" según la caracterización de Wurzel, ver el estudio del Instituto de De
recho Civil del Colegio de Abogados de San Isidro, Análisis del artlculo 1198 del C6di
go Civil, punto 11, en "Revista Jurídica de San Isidro", octubre 1977, nº 12-13.
152 De Gásperi - Morcllo, Tratado, vol. 1, nº 598.·
L
86 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
das por el sujeto {por ejemplo, no se le puede exigir la
misma diligencia a un enfermero que a un médico), pero
no a las circunstancias subjetivas, a las modalidades pro
pias de cada persona" 153•
Alterini, al referirse al tema que estudiamos mani
fiesta: "No hay incongruencia entre predicar en el art.
909 la regla de consideración de un tipo promedio, y en el
art. 512 -al definir la culpa- la adopción de un criterio in
concreto; un supuesto es la causalidad {qué daño se impu
ta) y otro la culpabilidad (en razón de qué estado subjeti
vo del agente se le imputa)" 154•
No se trata, sin embargo, de categorías incomunica
das; prueba de ello es que para establecer si una. conducta
concreta es o no culposa, es menester confrontarla con la
"diligencia debida" (concepción in abstracto) 155•
La regla contenida en el párrafo inicial del art. 909
cede en los casos en que deben computarse las mayores
aptitudes o conocimientos del agente a fin de graduar el
alcance de su responsabilidad en el hecho, en cuyo caso
la valoración ha de hacerse ya en concreto. Estas cir
cunstancias particulares, que han de estimarse en función
de la previsibilidad media, viene a acentuar así dicha res
ponsabilidad.
Es el caso contemplado por el artículo 902 del Có
digo Civil, que establece una directiva de carácter gene
ral: "Cuanto mayor· sea el deber de obrar con prudencia
y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obli
gación que resulte de las consecuencias posibles de los
hechos" ..
l
intelectual y la condición especial de los sujetos, que fueron tenidas en mira por la otra
parte (Aguiar, Hechos y actos jurídicos, t. I, "La voluntad jurídica", p. 260).
88 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
165 Comp. Galli, Enrique V., adiciones a Salvat, Tratado de derecho civil argen
tino. Obligaciones en general, 6ª ed., Bs. As., Teu, 1952, t. l, nº 176 d.
166 Acuño Anzorena, Esiudios, p. 46.
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 93
deberá responder por las consecuencias "inmediatas y ne
cesarias". Ello significa, desde el punto de vista del al
cance del nexo causal, un límite a la pretensión indemni
zatoria, pero al mismo tiempo constituye una extensión
respecto de los efectos propios del negocio jurídico cele
brado, impuesta al sujeto por el ordenamiento a causa de
su conducta antijurídica.
En cuanto al concepto de consecuencia inmediata, ya
nos hemos detenido en su caracterización, señalando que
ella resulta del enlace directo entre el hecho antecedente
y el hecho consecuente, sin la intervención de un aconte
cimiento distinto (arg. art. 901, Cód. Civil).
La norma habla de "consecuencia inmediata y necesa
ria". Se impone, pues, precisar jurídicamente este últi
mo calificativo y si su inclusión en el texto del art. 520
importa establecer un nuevo requisito respecto del art.
903, que no contiene ese vocablo.
El adjetivo "necesaria" se tomó del Proyecto de Gar
cía Goyena y su significado en nuestro Código ha dado lu
gar a interpretaciones divergentes en la doctrina nacional.
Una opinión que atiende a la literalidad del término
{del latín necessarius: dícese de lo hecho en forma obliga
da, determinada, que se sigue inevitablemente a su cau
sa) identifica la consecuencia necesaria con la consecuen
cia fatal, en el sentido de que tiene que producirse
indefectible o forzosamente. Tal es el criterio que pre
conizó Aguiar, siguiendo a Freitas (art. 4,33, EsbOf;o),
para quien se trata de un acontecimiento que infalible
mente tiene que acontecer 167•
A nuestro juicio hay que descartar esa interpreta
ción, pues choca con el texto expreso del art. 901 y con
duciría a exonerar al deudor de las consecuencias que
regularmente suelen suceder· (es decir, que también po-
J
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 95
En suma, el concepto de consecuencia necesaria no
ha de entenderse aisladamente, sino conjuntamente con el
de consecuencia inmediata, tal como está en el art.
520. Según ello, el deudor responde por el daño que re
conoce precisamente en el incumplimiento obrado por él su
causa adecuada (consecuencia necesaria), según el curso
natural y ordinario de las cosas (y por ello se trata de una
consecuencia inmediata)" 170•
También Hualde, después de señalar que se adhiere
a la interpretación de Orgaz, formula una observación a
ella: "Si la consecuencia 'necesaria' no fuese causada por
la falta de cumplimiento, va de suyo que no le sería impu
table al deudor. El problema consiste en analizar cuál
puede ser esa otra causa de una consecuencia inmediata,
que no sea la falta de cumplimiento... Llegamos, así
-añade- a que la consecuencia inmediata es la que resul
ta del 'hecho-falta de cumplimiento' del deudor, dentro de
las circunstancias de la obligación, con lo cual, por elimi
nación, debemos concluir • que la 'necesariedad' de tal
consecuencia inmediata está ligada a que la misma no
pueda ser razonablemente evitada por el hecho o la omi""
sión del acreedor. Si el acreedor pudo, razonablemente,
evitar el daño -o un mayor daño- ocurrido como con
secuencia inmediata, pero no lo hizo, entonces esa conse
cuencia no era 'necesaria', y el art. 520 no la imputa al
deudor, a pesar de ser inmediata" 171•
· Para Boffi Boggero él Código ha querido restringir el
concepto de "inmediatas", exigjendo una conexión más
íntima entre el incumplimiento por mora o falta y el
7. Goldenberg.
98 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABrLIDAD CIVIL
L
100 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
180 Esta cuestión fue objeto de tratamiento en las VIII Jornadas Nacionales de
Derecho Civil celebradas en La Plata en setiembre de 1981 (ver Ponencias, tema 2,
Obligaciones. "Responsabilidad civil por los productos elaborados", p. 63 a 127, La
Pinta, Fundación Editora Notarial, 1981). En el punto X de la ponencia presentada
por quien escribe, se expresa: "La acción que pueda hacer valer quien adquirió In cosa
portadora del vicio contra et' fabricante es de naturaleza contractual y se funda en
la infracción del deber (de resultado) de seguridad o garantía. El resarcimiento debe
regirse en esos casos por las normas específicas contenidas en el Título 111 de la Sec
ción I del Libro 11, sin perjuicio de In aplicabilidad de las regios establecidas en los
nrts. 901 y ss., en materia de relación causal" (ver también Goldenberg, Isidoro H., La
responsabilidad civil por los productos elaborados, JA, 1982-1-746). Cfr. Bustamnnte
Alsina, Teorla, nº 1088 y_ ss., especialmente nº 1108 bis; Santos Briz, La responsabili
dad civil, p. 553; López Cnbnnn, Roberto M. y Lloverns, Néstor L., La responsabilidad
civil del industrial. Régimen de reparación de darlos causados por productos elaborados,
ED, 64-549; Llnmbías, Daños causados por producios elaborados, U, 1979-B-1093 y
ss.; Salema, Man:elo U., Responsabilidad del fabricante por productos elaborados. Ba
ses para una futura legislación, ED, 95-779; Trigo Represas, La responsabilidad civil
del fabricante en las Vil] Jornadas Nacionales de Derecho Civil, U, 1982-B-663 y ss.;
C11siello, Juan J., Responsabilidad civil por los produclos elaborados, LL, 1981-D-1192
y ss.; Stiglitz, Gabriel A., Publicidad comercial del producto elaborado. Responsabili
dad civil del empresario. Tutela del consumidor, LL, 1982-D-770. Garrido, Roque F.
y Andomo, Luis O., El art. 1113 del Código Civil. Comentado. Anotado, Bs. As.,
Hnmmurnbi. 1983, p. 431 y siguientes.
1
181 "La segunda parte del urt. 909 sanciona una excepción a la regla contenida
en la primera que, aunque en dicha excepción·no se legisla sobre el acto voluntario en
general, lo hace respecto de una de sus especies, cual serfa aquella para cuya valora
ción se tienen en cuenta afirmativamente los mi.smos factores que los excluyó en la consi
deración de aquél, o sea la condición especial y la facultad intelectual del que se
obliga: Lo que allí se repudió, aqul se consagró" (Agu iar, Hechos y actosjur(dicos, "La
voluntad jurídica", t. I, p. 254).
182 Llerena, Concordancias y comentarios, t. 111, p. 424.
183 Art. 1896: "Pueden ser mandatarios todas las personas capaces de contratar,
excepto para aquellos actos para los cuales In ley ha conferido atribuciones especiales a
determinadas clases de personas". Art. 1724: "Deben poner [los socios] en todos los
negocios sociales el mismo cuidado, y hacer las mismas diligencias que pondrlan en los
suyos". Art. 2202. "El depositario está obligado a poner las mismas diligencias en
la guarda de la cosa depositada, que en las suyas propias".
L
}02 LA RELACIÓN DE CAUSALrDAD EN LA RESPONSABlLrDAD CIVIL
184 Spota, Tratado, t. I, vol. 36, nº 1890. "La directiva para aprehender la ex
cusabilidad del error debe ser circunstancial y flexible de acuerdo con el slandard ju
rídico que emana del art. 512; es decir, con las particularidades del negocio jurídico,
la calidad de las personas que en él intervienen (v.gr., su condición de profesional, de
experto -arg. arts. 2170 y 2176-), y las demás circunstancias o modalidades del acto
jurídico" (nº 1918, b). Conforme a lo decidido por la CNCiv, Sala D, 12/8/52, (J1t,
1953-1-108), aun siendo inexcusable el error, se lo-debe equipnrar ni excusable cuando
ha sido conocido por In otra porte, yn que lo contrario importaría amparar la mala fe.
185 CNCiv, Sala A, 12/9/61, LL, 104-717.
í
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 103
artista en particular, o se encomienda una estatua a un
escultor de fama 186•
En resumen, esta disposición opera en aquellos ne
gocios jurídicos en que la valoración de la persona es de
cisiva, ya que determina la voluntad, como son los que
estipulan obligaciones de hacer en vista de los atributos,
conocimientos, especialización, habilidades, aptitudes,
moralidad o fama de uno de los contratantes (arts. 626 y
730, Cód. Civil).
Por ello, cuando la identidad personal de los sujetos
no constituye el elemento primordial del contrato, es im
procedente la invocación del error esencial como vicio
invalidante 187•
186 Mucl111do, José O., Exposicián y comentario riel Cádigo Cit>il, Bs. As., Lu
juuane, 1899, t. III, p. 141-142.
187 Ver Salval, Parte general, t. II, 11" 231 l.
Numerosos pronunciamientos judiciales han caructerizudu los principios <¡ue ri
gerda imputación de lus consccuen,!ias· inmediatas: El art. 520 del Cúd. Civil com·uer
rla con su fuente -el art. 1016 del Proyecto de Garcla Guyena- en cuanto dispone que
en caso <ll" incumplimiento de lu obligaclún el resarcimiento de los daños e intereses;
súlo comprenderá l•Js que fueran consecuencia inmediata y necesaria de aquélla
(CNCiv, Salu E, 23/4/59, LI,, 97-157). E! término "inmediuto" empicado en el art.
520, Cúd. Civil, debe entenderse en el sentido de un efecto directo, es decir, sin inter
vención de otro; y normul o no extraordinario o no e�t>cpcionul, o sea, q1re ucoslmnhn�
suceder segt'tn d curso onlinariu de las cosas. El término "necesario" usado en el art.
520 no tien" una significación n1ctaflsica ahsoh,tu, sino que uparcce cunnotaclo por una
nuciún de· relatividad referidu ul clamnificado. A pesar de su cuntingcnciu ontológica
(sucede normalmente pern puecl<: no acaecer) asume una cierta fisonomía ele necesidad
toda vez que inevitablemente lesiuna al sujeto pasivo del perjuicio a pesar del empeño y
la diligencia puesta por ésle para contrarrestarlo o evitarlo (C:i"CivCom Cba, 22/5/56,
LL, 84-202).
La privación del aporte económico de la víctimu a su familia, c!onstituye una con
secuencia inmediata de la muerte, pues entra dentro de lo que acostumbra suceder en
el orden naturul de las cosas; es lo corriente en las familius modestas y no es dable afir
mar que el daño beu resultante de In incidencia de otro hecho independiente, desde el
punto de vista de la relación de causalidad adecuada. Toda vez que el daño sufrido
0
L
104 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
natural y ordinario de las cosos (CNCiv, Solo C, 18/6/79, JA, 1979-IV-348). En mate
ria de responsabilidad contractual culposo el Tesorcimiento se limito o oquellol! daños
"que fueren consecuencia inmediato y necesaria de lo falta de cumplimiento de lo obli
gación" (ort. 520, Cód. Civil), entendiéndose por consecuencia inmediato de u,; hecho
la que acostumbro suceder "según el curso natural y ordinario de los cosos" (art. 901,
Cód. Civil) y por consecuencia necesaria de la inejecución aquéllo que reconozco en
ésta su causa adecuada, sin que aparezco como el resultado de un factor eventual que
.,'
interfiere en el desarrollo causal (CNFed, Solo II Civ y Com, 22/6/79, LL, 1979-D-5;
CCivComLob y Minería SRoso, 16/3/79, BJLP, 1981-28-49; CNCom, Salo A, 12/6/61,
LL, 104-5; CNCiv, Solo D, 19/9/74, ED, 61-592). Lo responsabilidad derivado del
incumplimiento de un controlo debe limitarse o los c;onsccuencios necesarias e inme
diatas, yo que, aunque integral dentro de lo posible, no puede exceder del perjuicio
realmente sufrido (CNCiv, Sala C, 22/8/56, LL, 84-362).
Cuando se trato de consecuencias inmediatas que acostumbran suceder según el
curso natural y ordinario de los cosas, lo ley presume de manero irrefragable que. su
autor los previó o pudo preverlos (C2ªCivCom Cho, 11/8/78, BJC, XXH-766). No
puede legítimamente postularse lo responsabilidad del incumplidor culposo por las di
ferencias de cambio producidas en la operación de importación en tonto dichas diferen
cias y los circunstancias que las provocan no aparecen como consecuencias inmediatos
y necesarias de la falta de oportuno cumplimiento de In prestación asumida (CNCom,
Sala C, l 7/10/80, LL, 1981-B-244). Siendo el médico demondndo, un especialista,
mayor es lo responsabilidad que asume porque dada su aptitud, puede estar en mejores
condiciones para advertir las consecuencias de un mal y donde existo un peligro poten
cial, mayores son las precauciones que debe tomar. Los normas contenidos en los
arts. 512, 902 y 909, Cód. Civil, sirven para juzgar lo conducta asumido en lo atención
del paciente, por cuanto si bien en principio no se asume unn obligación de resultado,
sino de medios tendientes o lograr un fin, es doble exigir ,na conducto diligente en
atención u los circunstancias del coso, que ordinariamente, puede conducir o lo cura
del enfermo (Cl ªCivCom Tuc, 6/6/79, JA, 1980-1-318).
La necesidad de poner remedio a los lesiones, sea cual fuere el tratamiento elegi
do o necesario, es consecuencia inmediato del accidente que las ocasiono y no mediato
(CNCiv, Solo C, 27/6/74, LL, 156-844, 31.845-S).
El vendedor que culposomente se encuentro en lo imposibilidad de escriturar,
sólo debe responder ante el comprador por los daños que fueron consecuencia inmedia
to y necesario de lo falta de cumplimiento de lo obligación, pero no por los efe_ctos me
diatos y ajenos al de su cumplimiento (CNCiv, Salo E, 8/7/69, LL, 137-55).
....!:...!--
RtGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 105
causales que suelen acaecer en situaciones similares
(arts. 901 y 904, Cód. Civil).
No se investiga la aptitud intelectiva o de compren
sión de un sujeto dado, ,sino que se confronta el acto con
la conducta genérica, jurídicamente exigible según la
previsibilidad de un hombre común, que actúa con la pru
dencia y solicitud que las circunstancias exijan.
Al referirse a estas consecuencias, afirma Spota:
"El criterio de la objekive nachtriigliche Prognose, o
sea, del pronóstico objetivo-retrospectivo, se halla tam
bién aquí consagrado. Es el curso regular de las cosas o
su curso natural y ordinario lo que prevalece, y no la pre
visibilidad subjetiva del daño mismo" 188•
La previsibilidad subjetiva, no obstante, es relevante
y extiende la trama causal de las consecuencias cuando
concurre una especial aptitud del sujeto (art. 902), o me
dia un designio específico de que se produzca el resultado
dañoso (art. 905, parte 2ª).
De la fórmula empleada por el art. 904 (cuya fuente
es el Landrecht prusiano: arts. 8 ° y 10 del citado Tít. III
de la Parte Primera), se infiere que para la atribución de
los efectos al autor del hecho es suficiente la previsibili
dad abstracta de tales consecuencias, las haya o no pre
visto realmente.
La primera parte de la citada norma en cuanto se
refiere a las efectivamente previstas, constituye, pues,
una disposición innecesaria, ya que está subsumida por el
enunciado final del artículo " ...haya podido preverlas".
En general, hay que tomar en cuenta la previsión de
un individuo corriente, atendiendo a la circunstancia de
que el acontecimiento diverso que se acopla al acto inicial
es habitualmente conexo a él como contingencia probable
y, por lo tanto, es previsible· a la luz de las reglas de la
200 Borda, Guillermo A., La reforma de 1968 al Código Civil, Bs. As., Perrot,
1971, n" 131. En este sentido se ha pronunciado la CNCiv, Sala D, 10/5/77, ED, 76-
572, voto del doctor Gnecco, declarando que la malicia (dolo calificado) requiere la in
tend6n de causar un daño.
20 1 La figura del dolo eventual, originada en la doctrina de los penalistas, y que
ha dado lugar a una rica bibliografía, consiste en que el sujeto, pese a representarse un
resultado como consecuencia de su conducta, aunque· no persiga esa finaHdad, no de
siste sin embargo de ella. Es, por lo tanto, la indiferencia como contenido subjetivo
de la acción, ante el efecto ilícito que el agente preveía como posible (ver Gimbernat
Ordeig, Enrique, Acerca del dolo eventual, en "Nuevo Pensamiento Penal", Bs. As.,
set. -dic. 1972, año 1, nº 3, p .. 355 y .sigmentes.
202 Mosset lturraspe, Jorge, en "V Jornadas de Derecho Civil. Ponencias", Ro
sario, 1971, t. I, tema 5, "Fijación de los Íineamientos generales del sistema de res-
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 111
-sostiene- debería quedar adscripto al régimen del art.
520. Objeta asimismo el criterio de aplicar igual rasero
al incumplimiento doloso que al simplemente culposo,
vulnerando los principios básicos que vertebran la teoría
de la obligación, de conformidad con el esquema acepta
do por nuestro Código Civil 203•
En cuanto a la apreciación que eqmpara la malicia
con la figura del dolo delictual {art. 1072, Cód. Civil), se
ría aplicable la observación de Llambías, de que cuando
el deudor obra con esa particular intención de dañar, el
acto de incumplimiento muda de especie: ya no será ese
tipo especial de·ilicitud con un régimen propio -dolo obli
gacional-, sino un ver9adero delito civil, que sitúa el he
cho dañoso en el régimen más severo de los delitos,
contemplado en los arts. 904,, 905, 1068, 1069, 1076,
1077, 1078 y 1079, Cód. Civil 204• Igual criterio pre
coniza Bustarnante Alsina, quien sostiene que no es ne
c·esario que el hecho sea a la vez un delito del derecho
criminal para aplicarle las normas que rigen los actos
ilícitos 205•
La ley reformatoria, al afirmar el principio de repara
ción integral, debió seguir el cauce de los modernos orde
namientos civiles, que prescinden de los elementos subje
tivos, ·centrando su óptica en la medida del daño sufrido
por el acreedor, si en el plano causal viene a ser una con
secuencia del incumplimiento del obligado 206•
Por el contrario, el art. 521 en su reformulación exi
ge como presupuesto subjetivo de imputabilidad de las
ponsnhilidad civil", puntos XVI y XVIT y Responsabilidad por daños, Bs. ·As., Ediar,
1971, t. I, n º 40.
203 Carranza, El dolo, p. 33.
204 Llamhías, Estudio de la reforma del Código Civil. Ley 17.711, p. 138
nota 140.
205 Bustamanle Alsina, Teoría, nº 641.
206 Código Civil alemán (arts. 249, 252 y 276); Código suizo de las Obligaciones
l
(arts. 42, 43 y 49) y Proyecto de· Reformas de 1936 (art. 569).
112 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
j
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 113
de consecuencias casuales (art. 901, parte 3 ª) es su inim
putabilidad, ya que son normal u objetivamente imprevi
sibles. Así lo consagra el art. 905, parte 1 ª, que recono
ce como antecedente el art. 11 del Landrecht: "Las
consecuencias pura.mente casuales no son imputables al
autor del hecho".
En efecto, ya hemos destacado que las consecuen
cias mediatas imponen responsabilidad cuando por acom
pañar regularmente al hecho generador son previsibles
para cualquier persona (art. · 904,).
Por lo tanto, la solución legal es• coherente al esta
blecer que las consecuencias mediatas que por constituir
una derivación imprevisible en el iter causal son anorma-
l
O. Goldcnberg.
114 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
116 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
L
118 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
los perjuiciós no son consecuencia inmediata de la conduela culposa del agente, porque
no suceden según el curso natural y ordinario de las cosas, sino consecuencia mediata
que aquél no previó, constituyen derivaciones imprevisibles a las que corresponde cali
ficar de fortuitas o casuales (arl. 901 in fine, Cúd. Civil) y están fuera de la categoría
de las indemnizables cuando el hecho originario súlo fue culposo (STCba, 23/12/76,
IJJC, XXI-22).
El responsable solamente se hace cargo de las consecuencias casuales cuando
obrú con dolo, o poniéndolas en las miras que tuvo al ejecutar el hecho (art. 905, Cód.
Civil) (CNCiv, Sala C, 3/11/76, LL, 1977-A-511). La responsabilidad del obrar doloso
del autor de delitos del derecho criminal --<¡ue son también delitos del derecho civil- se
extiende a las consecuencias inmediatas, mediatas, previsibles y aun a las casuales,
cuando éstas debieron resultar según la mira que tuvo al ejecutar el hecho, quedando el
condenado en sede penal obligado en la forma más amplia que el. derecho conoce a una
indemnización integral (CNCiv, Sala F, 15/7/77, ED, 77-362). Respecto de las con
secuencias "inmediatas" debe responderse en todo supuesto, pues la más elemental
discreción impone tomar en cuenta aquello que regularmente acaece (arg. arl. 903,
Cód. Civil); tocante a las "mediatas" cuando se hubieren previsto o hayan podido prever
se (arg. art. 904, Cód. Civil) y en cuanto a las "casuales", se responde sólo por excepción
(arg. art. 905, Cód. Civil) (CNCiv, Sala A, 25/10/77, LL, 151-464). Si bien la repara
ción en materia de delitos y cuasidelitos debe ser integral, halla un límite en lo dis
puesto por el art. 901 del Cód. Civil, o sea que se excluyen a falta de dolo las conse
cuencias puramente casuales que no son imputables al autor del hecho, sino cuando
debieron resultar según las miras que tuvo al ejecutarlo (CNEspCivCom, Sala I, 26/12/
80, BCNEC y C, 981-703, nº 10.549). Para que haya daño resarcible debe tratarse de
consecuencias inmediatas o mediatas previsibles; las casuales·, que no pueden prever-
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 119
según la cual la imputación de las consecuencias casuales
corresponde cuando el suceso (fortuito) ha sido perjudi
cial por causa del hecho (del agente) 220•
La expresión "hechos reprobados por las leyes"
había dividido a la doctrina en varias corrientes interpre
tativas en lo que se refiere al ámbito de aplicación de la
norma.
Se controvertía si tal enunciado contemplaba los
actos ilícitos en general, lo que los romanos llamaban
"casus dolo vel culpa determinatus" -caso fortuito deter
minado por dolo o culpa- (Salvat, Lafaille, Aguiar y Bibi
loni), o bien aludía sólo a los delitos (Llambías, Acuña
Anzorena). Otra apreciación (Orgaz) le asignaba el ca
rácter de regla general comprensiva de toda responsabili
dad, tanto aquiliana como convencional. Finalmente, un
criterio diferente (Hualde) estimaba que el precepto se di
rigía al hecho ejecutado de mala fe, con un fin ilícito,
concepto que sobrepasa el marco del delito civil (arg. art.
95 7, referido a la simulación ilícita) 221•
b) Innovaciones del nuevo dispositivo legal: la contro
versia doctrinaria. El texto legal que nos ocupa, en la
formulación dispuesta por la ley 17. 711 (art. 1°, inc. 46):
"En ningún caso son imputables las consecuencias remo
tas, que no tienen con el hecho ilícito nexo adecuado de
se, sólo son imputables cuando deben resultar de las miras del autor ni ejecutar el he
cho, y las remotas en ningún caso (arts. 520, 521, 901 " 906, Cód. Civil). Las afec
ciones que pudieran derivar pllra los parientes ele la víctima no son previsibles para el
autor del hecho; por lo tanto, no son resurcibles por no durse el caso previsto como ex
cepción por el art. 905, Cód. Civil (CNCiv, Sala C, 18/2/75, ED, 64-313). El se¡;uro,
las reiuciones con la aseguradora, el trámite para el cobro y la consi ¡;uiente demora, ya
sea por causa de la inacción de lll llctorn o del retardo de la aseguradora, son conse
cuencias casu!lles del accidente de tránsito, pues Falta la posibilidad de preverlas por
purte del culpable (CNCiv, Sala C, 6/11/76, ED, 68-442).
220 Respecto de las diversas traducciones efectuadas del artículo del Códi¡;o de
Prusia, ver Orgaz, El daño resarcible, p. 84, nota 41.
221 Prescindimos del examen detallado de la cuestión en virtud de que llctulll
mente carece de interés dogmático, remitiéndonos a las obras de los autores citados.
L
120 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
222 C!lbe recordar que el III Congreso Nllcional de Derecho Civil, en el despncho
al que hicimos referencia en la nota 208, habla aprobado la siguiente Recomendación:
"3°) La medida del resarcimiento se extiende n todo daño que guarda conexión causal
adecuada con el hecho generador de lll responsabilidad civil" (ver el relato de su miem
bro informante, Acdeel E. Sal_, ';' S,, 111 Congreso Nacional de Derecho Civil, t. 11, p. 62 8).
J
, _
223 Brebbia, Examen de la refonna del C1digo Civil y de su gcnesi.,, en "Revista
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 121
En la misma fuente encontramos la opinión de Salas,
quien manifiesta: "La llamada ley 17. 711 establece la
teoría de la causalidad adecuada, sin decirnos de qué se
trata; perq lo grave del caso es que dispone que el autor
del hecho no responde por las consecuencias 'remo
tas'... Esta frase es sólo producto del empirismo; nos
dice lo mismo que nos había dicho Pothier hace 200 años,
al afirmar que no se puede responder por las consecuen
cias demasiado alejadas, porque si no, la responsabilidad
sería muy grave" 224•
En una publicación posterior, este autor vuelve a
considerar. las "consecuencias remotas", señalando que se
· trata de una locución desafortunada, por carecer de un
sentido técnico preciso que no encuadra en ninguna de
las categorías legalmente establecidas y tampoco puede
vincularse esa expresión a la teoría de la "causa próxi
ma", incompatible con la de la "causalidad adecuada",
que recepta el nuevo art. 906. Concluye que se las debe
identificar con las consecuencias casuales (imprevisibles:
art. 901, parte. 3 °), a las que con mucho más acierto se
había referido Vélez Sársfield, so pena de desarticular
todo el siste.ma de nuestro Código 225•
"Determinar la significación del término 'remotas' en
el art'. 906, Cód. Civil, conduce, pues, a un dilema de
hierro: si se entiende por tal a las consecuencias que no
tienen una conexión adecuada con el hecho ilícito, se
confunden con las casuales, definidas en el art. 901, Cód.
Civil; si se ha reservado esa expresión para eventos sin
conexión alguna con un hecho antecedente, no puede ha-
n
del Colegio de Abogados de La Plata", º 21, "Refonnas inconvenientes desde el punto
de· vista de la estimación jurídica", p. 27-28.
224 Salas, La re,¡,onsabilidad civil contractual y cxtracontractual, en "Revista
del Colegio de Abogados de La Plata", jul.-dic. 1968, nº 21, p. 295.
225 Salas, La responsabilidad en la reforma del Código Civil, ]A,., doctrina 1969-
428. Cfr. Cifuentes, en Belluscio - Zonnoni, Código Civil, comentado, anotado y con
cordado, comentario al art. 901, t •. 4, p. 83.
122 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
blarse ya de consecuencias, que suponen siempre una re
lación (adecuada o no) entre un hecho antecedente y otro
consecuente. En este último caso la inocuidad de la
regla sería mayor todavía, toda vez que es evidente que
no pueden atribuirse a ningún sujeto eventos que no tie
nen conexión ninguna con su acción" 226•
En igual sentido Llambías señala que la llamada
causalidad remota no es, en verdad, causalidad, ya que el
hecho antecedente no tiene eficiencia causal respecto de
dicha consecuencia 227•
.
" ¿ Que, son, o cua'les son estas consecuencias remo-
tas? ¿Son, con otro nombre, alguna de las tres que ·defi- .
ne el art. 901? En caso afirmativo, y puesto que eviden
temente no pueden ser ni las inmediatas ni las mediatas
(previsibles), ¿son una subespecie de las casuales y, en
su caso, cuál es su concepto legal y su característica fren
te a las otras de su misma especie?" 228•
A fin de elucidar esta cuestión hay que tener en
cuenta que para nuestro Código consecuencias casuales o
fortuitas son las que resulten de una imprevisible deriva
ción de un hecho (art. 901 in fine).
"El nexo de causalidad no encuentra, lógicamente
considerado, ningún límite en el tiempo. Los efectos de
un .suceso, sea favorable o perjudicial, se comunican al
futuro e influyen, en mayor o menor proporción, todo el
curso ulterior de las cosas " 229•
Como agudamente lo señalan Mazeaud-Tunc, a medi
da que uno se aleja del perjuido inicial, el vínculo de
cam:alidad "se esfuma" poco a poco, hasta convertirse en
233 Leonfonti, A propósito del nuevo art. 906 del Código Civil, ED, 37-966, nº 26.
234 Bustnmnnte Alsinn, Teoría, nº 602 y 677.
235 Mosset Iturrnspe, Respomabilidad por darlos, t. I, nº 78 in fine y 80.
_J
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 125
art. 901 y ss. del Código, según el cual el fundamento de
la imputabilidad de las consecuencias de los hechos está
dado por la previsibilidad de quien los lleva a cabo, apre
ciada en abstracto, es decir, en sí misma, de conformidad
con el curso natural y ordinario de los sucesos y con inde
pendencia de la situación del autor respecto del acto.
No se trata aquí de una cercanía en el tiempo o en el
espacio, sino de establecer la adecuación entre un hecho
y un resultado, correlacionando en el vínculo ca:usal el
efecto con su causa generatriz.
"La reforma -dicen Garrido-Andorno- viene a esta
blecer que las consecuencias remotas, únicamente serán
imputables si tienen con el hecho ilícito, un nexo adecua
do de causalidad, con lo cual indudablemente se refirma
el criterio de la reparación integral en el supuesto de deli
tos y de cuasidelitos" 236•
El texto _originario del art. 906 consagraba una norma
imputativa de excepción por las consecuencias casuales,
cuando la acción culposa del agente -y a fortiori la dolo
sa- hubiera precedido al caso fortuito determinante del
resultado dañoso.
Por su emplazamiento constituía una directiva apli
c,-able a toda responsabilidad (nota al epígrafe de la Sec
ción II del Libro II del Código Civil) y la disposición
contenida en el art. 513 -"El deudor no será responsable
de los daños e intereses que se originen al acreedor por
falta de cumplimiento de la obligación, cuando éstos re
sultaren de caso fortuito o fuerza mayor, a no ser que el
deudor hubiera tomado a su cargo las consecuencias del
caso fortuito, o éste hubiere ocurrido por su culpa... "- re
sultaba de este modo un desenvolvimiento de la formula
ción general establecida por el codificador en el mentado
art. 906.
236 Garrido - Andorno, Reformas al Código Civil, comentario ni árt. 906, p. 151.
}26 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
_J
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 127
c) La cuestión en las Jornadas sobre Temas de Res
p onsabilidad Civil (Rosario, 1979). En las Jornadas
Sobre Temas de Responsabilidad Civil en Caso de Muerte
o Lesión de Personas, celebradas en la Facultad de Dere
cho de Rosario, Departamento de Derecho Privado, Área
Civil, durante los días 28 al 30 de junio de 1979, el Insti
tuto de Derecho Civil del Colegio de Abogados de San Isi
dro, presentó una ponencia sobre "Extensión y forma del
resarcimiento", que constituía el tema de estudio de la
Comisión nº 2, cuyo contenido transcribimos:
"a) No puede darse al actual art. 906 del Cód. Civil
un alcance más restrictivo que el que tenía el texto origi
nal de Vélez Sársfield.
"b) Frente a la reforma introducida por la ley
17. 711, no debe el intérprete prescindir de la elaboración
doctrinal realizada en torno del texto primitivo del art.
906, en cuanto éste consagraba la imputabilidad de las
consecuencias casuales, como hipótesis de excepción a la
regla general contenida en el art. 905, parte 1 ª, del Código.
"c) Pese a haber sido el precepto del art. 906 del
Cód. Civil, oportunamente calificado por la doctrina como
de abstrusa redacción, éste resultaba perfectamente inte
ligible cuando se lo interpretaba en el sentido siguiente:
son imputables las consecuencias casuales cuando el su
ceso ha sido perjudicial por causa del hecho.
"d) Al recibir consagración legislativa las ·conse
cuencias remotas' mentadas en el nuevo art. 906, que por
su máxima lejanía en la concatenación causal con respec
to al hecho generador son declaradas jurídicamente inim
putables, resulta evidente que st: parte del presupuesto de
que existen consecuencias casuales im putables; pues, de
otro modo, la nueva norma carecería de razón de ser.
"e) Además, el art. 905, en su segunda parte, esta
blece también una excepción a la regla de la inimputabili-
128 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
J
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 129
ner que la derogación in totum del antiguo art. 906 no ha
conmovido, sin embargo, el sólido régimen estructurado
por el Código en materia de extensión del resarcimiento.
Como acertadamente puntualiza Brebbia, si media
entre el hecho ilícito y el caso fortuito un nexo adecuado
de causalidad, las consecuencias dañosas tienen que ser
imputadas fácticamente al agente 240 •
Y prueba de ello es que la regla contenida en el art.
513 sigue vigente en todos los casos específicos previstos
en nuestra ley civil y que han permanecido inalterados:
v. gr., art. 789 -accipiens de mala fe de un pago inde
bido-; art. · 2203 -depositario que incurre en culpa o
mora-; art. 2269 -culpa o uso indebido de la cosa por el
comodatario-; arl. 2294 -negotiorum gestio imprudente o
negligente-; art. 24,35 -poseedor de mala fe-; art. 3426
-poseedor de mala fe de la herencia-; etcétera.
Pero la atribución de las consecuencias fortuitas im
puesta al agente no tiene razón de ser si se acredita que el
perjuicio se habría producido igualmente sin el hecho an
terior, principio explicitado con alcance general en el art.
892 in fine, y desenvuelto en los arts. 789, 2295, 2435 y ·
3426, Cód. Civil.
No hay que olvidar que dichos preceptos constituyen
excepciones al principio de la inimputabilidad de las con
secuencias puramente casuales (art. 905, parte 1 ª), que
sólo son de aplicación en el caso de que se demuestre
que el obrar culposo del sujeto ha sido la efectiva causa
del daño.
Si el caso fortuito hubiese sucedido de todos modos,
el menoscabo resultante no derivará entonces de su vincu
lación con el acto ilícito, como se infiere de los propios
textos legales implicados (" ...a no ser que el deterioro o
240 Brebbia, La relación de causalidad, n" 32. Cfr. von Tuhr, Obligaciones, l.
I, p. 64.
9. Goldenhcrg.
130 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
J
241 Goldenberg, La unicidad de lo ilfcito. Su problemática, en "Revista Jurídi
ca de Snn Isidro", 1967, nº l, p. 83.
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 131
na que encontró una cosa perdida conociendo o pudiendo
conocer quién era el dueño y no le diere aviso, pierde el
derecho a la recompensa aunque hubiera sido ofrecida por
el propietari'o, a cualquier compensación por su trabajo y
también al reintegro de las sumas invertidas 242•
e) La teoría que informa el actual artículo 906. En
cuanto a la filiación teórica a que responde el principio
receptado en el art. 906 (teniendo en cuenta las distintas
versiones doctrinarias que admite la teoría de la relación
causal adecuada -ver§ 10-), Borda afirma que como pau
ta para establecer si existe o no tal relación hay que apli
car la noción de previsibilidad consagrada en el art. 904,
bien entendida, no con referencia al autor del hecho, sino
a lo que una persona normal y prudente hubiera debido
prever, usando la diligencia, atención y conocimiento de
las cosas que sería dable exigir de ella 243•
Ello importa en rigor adscribir el texto que estudia
mos a la formulación objetiva enunciada por Thon, para
quien, como ya hemos señálado, el diagnóstico de proba
bilidad debe hacerse tomando en consideración lo que era
cognoscible, no ya para un individuo determinado, sino
en general para el hombre común.
Así lo sostuvimos en una publicación anterior, al
afirmar que el nuevo art. 906 aprecia la relación causal
adecuada según un cartabón objetivo: la previsibilidad de
un hombre medio respecto de las condiciones influyentes
en el resultado dañoso 244•
El planteamiento del fundador de la teoría, von
_I
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 133
j
consecuencias previsibles: art. 901, partes
1 ª y 2ª; art. 902; art. 904, parte 2".
APRECIACIÓN consecuencias imprevisibles: art. 901 infine;
EN ABSTRACTO art. 905, parte 1ª; art. 906; art. 514,
parte J U.
{
APRECIACIÓN consecuencias previstas: art. 904, parte 1 ª;
EN CONCRETO art. 905, parte 2ª; art. 514, parte 2ª.
l
136 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
:Mi El autor del Anleproyeclo formuló una crítica tan acerba como injusta, a
nuestro juiciu, del régimen estructurado por 'Vélez Sársfield, expresando: "El sistema
d., nuestro Código es, pues, aún más duro y persecutorio que el prusiano. Haya desig
nio o huya culpa, se responde por todo daño, previsto o imprevisto, y sin límite.
Hasta el fin de In cadena.. Hasta 11ue el juez se canse de buscar anillos para forjarla"
(,fotr.¡m,y,,i:to, t. 11. p. 495-496). Ver asimismo las razones q1ie invoca como fundu
nwnto de la supresión de los arts. 901 a 906 (Anteproyecto, t. 1, p: 99 y ss.). Bibiloni
prupuso en su reemplazo las normas siguientes: "Los daños e intereses causados por
culpa del deudor sólo comprenden los que se refieren n In prestación misma, y los pre
vi.-, u pudo preverlos en el momento de constituirse In obligación o en el de ejecutar el
hecho de culpa. Si fueron causados por dolo, comprenden los sufridos por el acreedor
en sus otros bienes aunque no pudieran preverse" (nrt. 18). "En sU$litución de los
,ut.,. 520 y 521. Aun cuando In incjccución de la obligación resulte del dolo del deu
dor, los daños e intereses sólo comprenderán los que fuesen cummdos por él, y sc11n
consecuencia inmediata y neces11ri11 de la falta de cumplimiento" (art. 19).
En materia de actos ilícitos el art. 6" dispone: "Se sustituye el art. 1069 por el
.,iguien/e: Pura la estimación del daño se aplicarán las reglas establecidas por los arts.
5 19 u 521. En los delitos sólo se tomarán .en consideración las consecuencias media
tas cuando debieron resultar según las miras que el uulor tuvo al ejecut11r el hecho. El
juez podrá moderar In indemnización y hasta dispensar de ella, cuando hubiere evidcn·
te desproporción entre la acción ejecutada con intención, o por culpa, y el daño efecti
vamente causado".
Respecto de lus objeciones u In legislación proyectada, ver Aguinr, Hechos yac
to., jurídicos, l. IV, 1, p. 428 y ss.; Spota, El problema de la causación en la responso.hi
lidad aquiliana, ]A, 1942-11-973, nota 1, Brebbia, La relación de causalidad, nº 43.
248 Este articulo corresponde ni 519 del Código, único que queda en pie del
Titulo 111, Sección I, Libro II. Con referencia u In discusión en el seno de Ju comisión
redactora, ver Reforma del Código Civil. Observaciones y actas de la Comisión, t. l.
RÉGIMEN DE IMPUTACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS 139
sentir, la supresión de normas tan defectuosas como los
arts. 520-521 y 905-906, o de carácter doctrinario, a la
manera del art. 901, lejos de ser inconveniente, es alta
mente beneficiosa cuando el nuevo art. 595 y sus correla
tivos permiten resolver los problemas que pudieran susci
tarse, sobre todo mediante el juego de los arts. 569 y
5 74- 575" 249•
Lo cierto es que no se puede desconocer la pro
cedencia de las objeciones formuladas por la doctrina.
Así, Brebbia manifiesta: "Esta ausencia de toda pauta
para establecer el alcance del vínculo causal, que sirve a
su vez, según se ha visto, para precisar la extensión del
resarcimiento, constituye un grave retroceso científico
con relación al Código Civil, al dejar librada por completo
tan escabrosa materia a las inspiraciones necesariamente
fluctuantes de la doctrina y de la jurisprudencia" 250•
b) El Anteproyecto de 1954. El Anteproyecto de.
1954, dirigido por el doctor Jorge J. Llambías disciplina la
materia en su art. 1075, cuyo tenor es el siguiente:
"La responsabilidad se extiende a las consecuencia!'?
inmediatas del hecho ilícito, así como a las consecuen
cias mediatas que previó o pudo prever el agente median
te el empleo de la adecuada atención y conocimiento del
estado de cosas. Sin embargo, el juez podrá moderar la
indemnización cuando mediase desproporción entre el
acto culposo y la magnitud del daño ocasionado.
Las consecuencias puramente casuales no serán im
putables al autor del hecho sino cuando resultaren según
las miras que tuvo al ejecutarlo, o cuando el efecto daño
so pueda atribuirse en cierta proporción al acto doloso co-
COCAUSACIÓN
§ 34. LA CUESTIÓN
_]
COCAUSACióN 143
Si se considera además que la norma que examina
mos no distingue entre pago voluntario o forzoso, se acen
túa aún más el desmedido rigorismo de la solución del
Código, que contradice la regla general en la materia (art.
717).
Cabe, por último, señalar que el Código Penal adop
ta un criterio opuesto en el art. 32: "El que por título
lucrativo participare de los efectos de un delito, estará
obligado a la reparación hasta la cuantía en que hubiere
participado".
El Proyecto de Reforma de 1936, de acuerdo con la
doctrina imperante en el derecho moderno, concede la ac
ción reversiva al autor que enjugó integralmente el
daño 256•
c) En materia de cuasidelitos. En la categoría de
los cuasidelitos la situación varía, pues aunque frente a la
víctima existe una única obligación indemnizatoria por
la integridad del perjuicio, el principio de la división de
la responsabilidad tiene pléna vigencia en las relaciones
entre los causantes del daño.
1) El agregado al artículo 1109. El párrafo agrega
do por la ley 17. 711 al art. 1109, que da por implícita la
existencia del vínculo de solidaridad de los coautores de
los hechos ilícitos que no son delitos 257, así lo establece
256 "Si varias personas se hubieren concerlndo para ejeculnr un ocio ilícito, que
darán solidariamente obligados u lo reparación del perjuicio producido por uquél, seun
ellos aulores, insligadores o cómplices.
Quien hubiere pagado In totalidad del doño, podrií repetir lo parte que fije pura
coda uno el juez, según In gravedad de In falta. Si ello no fuere posible, In división se
hará por cuolus iguales" (nrt. 867).
257 La Cámurn Nocional en lo Civil en el acuerdo plenario de 7/12/65 "Brczco de
Levy c/Gus del Eslndo" (LL, 120-774 y ]A, 1966-1-131) hnbin unificado su jurispruden
cia sobre el conflictivo tema de In solidaridad en materia cunsidelictunl, pronunciándo
se por quince volos contra tres en favor de In tesis solidnrisln declarando: "Ln responso
bilidnd de los conulores de un cuasidelito es solidaria". En el voto emilido en dicho
plenario, Llambíns había planteado como cuestión previa un deslinde conceptual enlre
lns nocioneR de coautor{a y participaci6n, afirmando que nquélln, que supone In asocia-
144 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
J
COCAUSACióN 145
al coobligado que· ha satisfecho íntegramente la presta
ción. La regla del art. 1082 -que enjuiciamos antes- no
es concebible siquiera en materia cuasidelictual 258•
Al comentar ese pasaje, Llambías declara: "Aunque
el nuevo texto del art. 1109, parte 2 ª, sólo habla de coa_u
tores y no de partícipes en el hecho culposo, lo que per
mitiría relacionar sólo con aquéllos y no también con
éstos, la solidaridad de que allí se habla, nos parece que
en el nuevo sistema la solidaridad del art. 1081 también
alcanza a estos últimos. Por lo pronto, esa conclusión se
impone por no haber para esos partícipes un régimen pro
pio, de donde se infiere que la regulación de su situación
. será la correspondiente a la de los partícipes en un delito
(arg. art. 1109, parte I 3 in fine)" 259•
Por ello reviste especial significación en el orden
cuasidelict�1al el estudio de las ciri::unstancias de hecho
configurativas del ilícito, ya que ellas permitirán estaQle
cer en definitiva la graduación de las responsabilidades
de cada uno de los partícipés del episodio dañoso.
Sobre el particular, hay que tener en cuenta las di-
del texto legal ha puesto fin a esa vexata quaestio de la solidaridad en m11teria cuaside
lictunl, que en su momento enfrentó a los más presrigio�os juristas de nuestro medio.
La solución cons·agradn responde a· una necesidad legislativa en materia de daños: use
gurnr el pleno res11rcimiento a la víctima, que tiene �xpresión en todos los cuerpos nor
mativos civiles de nuestro tiempo. En puridad, el problema se centra en el nexo cau
satorio y al respecto es útil transcribir un pasaje de Colombo al reseñar los argumentos
expuestos en favor de In tesis solid11rista: "la solidnridnd entre los corresponsables de
un cuasidelito deriva de Ju imposibilidad material de separar los efectos· de cada hecho
condiciún, que se convierte u�í en hecho-cnusa ... la solidaridnd será siempre de rigor,
porque la actuación colectivo de los culpables, sólidamente ligados por el hecho y por
el resultado del mismo, la impone necesariamente, dado que In lesión emerge de nctitu
des que, siendo individunles, pertenecen también al conjunto de los nutores, formando
un todo indivisible. Si no se puede dividir el motivo primigenio, menos ·podrá dividir
se la responsabilidad; no habría ninguna base para ello" (Colombo, Culpa aquiliana,
n" 228).
258 Las considernciones que formula Vélez en la nota al nrt. 1121, aunque en un
diverso mnrcu legal, son bien ilustrativos al respecto.
259 Llnmbfus, Estudio de la reforma del Ctídigo Civil. Ley 17. 711, p. 262,
noto 295.
JO. (;oldenherg.
l
1
ductns ellas han desempeñado un pope! i¡; uol en su realización, pues cada una ho con
currido o producir por entero el daño (Mnzeaud, Henri et León, Traité théarique et pra
tique de la responsabilité civile, delictuelle et contractuellé, 4ª ed, Éditions Montchres
llen, Paris. Cfr. i¡;unlmente Mnzeaud, Henri, León y Jean, Lecciones de derecho civil,
tr. L. Alcalá - Zamora y Castillo, Bs. As., Ejen, 1959-1965, t. 11, nº 586). Pero otros
autores, rechazando In tesis de lo equivalencia de lns condiciones, nie¡;an el concepto
de que cada culpa sen, en su totalidad, causa del daño, nle¡;ondo que una culpa ha
podido ser, se¡;ún los casos, su causa esencial o, por el contrario, una causa secun
daria (ver Mazenud - Tune, Tratado, t. 11-2, n" 1640). Santos Briz, después de ma
nifestar que In solidaridad de los responsables del neto ilícito se halla expresamente de
clarada en In mayoría de los códi¡;os civiles extranjeros, señala que el derecho de regre
so es regulado también en esos ordenamientos, expresando: "Pero como re¡;ln ¡;enero! no
se distribuye el importe del daño por mitad o por portes i¡;unles entre los distintos obli
gados, sino que unos (códigos de Austria, Italia, Brasil y Portugal), con norma dirigida
al tribunal, ordenan tener en cuenta In culpa poro distribuir la indemnización según su
gravedad y las consecuencias derivadns, y sólo en caso de duda permiten presumir
iguales todos las culpas y, por tanto, repartir por igual la suma indemnizntorin; en otros
códigos (suizo de obligaciones), el prudente arbitrio judicial determinará las cuotas de
cado uno de los deudores solicLttios" (La respomabilidad civil, p. 376).
262 CNCiv, Sala A, 12/9/72, ED, 46-402; íd., ld., 23/11/71, JA, 14-1972-301;
id., Sala B, 9/9/75, U, 1976-A-141; id., Sala C, 2/11/71, ED, 40-470; íd., id., 7/9/
71, ED, 44-983, nº 976; id., íd., 22/10/75, U, 1976-A-378; íd., Saln D, 11/5/72,
JA, 16-1972-11; íd., Sala E, 11/10/72, ED, 46-718; íd., Sala F, 6/7/71, ED, 41-
383; fd., id., 3/5/73, ED, 49-681; íd., fd., 29/9/70, ED, 36-106; fallos citados ED,
44-983, nº 977 a 999; íd., id., 28/6/73, ED, 51-758, n" 16; SCBsAs, 5/12/73, U,
153-245; CCivCom Bell Ville, 14/5/71, JA, reseñas 1973-608, nº 2; CCivComLab y
148 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Minas Santa Rosa, 4/4/74, ]A, reseñas 1974-88, n" 20; CApelCivCom Río Cuarto, 3/7/
78, CJ, XXVIII-J-187; CNEspCivCom, Sala V, 25/2/81, BCNEC y C, 981, nº 10.533.
-263 CNEspCivCom, Sala 11, 8/11/78, ED, 83-149; CNCiv, Sala E, 14/8/75,
]A, 29-1975-73 (en este fallo el tribunal expresa que In cosa sólo se desempeñó como
masa o instrumento); CNCiv, Sula C, 18/5/62, LL, 107-370 y JA, 1963-1-284; Id.,
Id., 15/11/67, LL, 133-949, 19.187-S; CNCiv, Sula D, 22/10/68, ED, 25-538.
264 CNCiv, Sala C, 10/4/69, LL, 136-372; íd., íd., 18/6/69, U, 137-539; íd.,
íd., 11/7/69, LL, 138-958, -23. 741-S y ED, 29-160; íd., íd., 13/4/72, ED, 43-515
y JA, 16-1972-262; íd., íd., 2�/10/75, LL, 1976-A-378; CNCiv, Sala B, ll/9/74,
U, 156-726; íd., Id., 9/9/75, U, 1976-A-141; CNCiv, Sala D, 10/2/71, LL, 146-677,
28.781-S. Pero si del juicio resulta In falta de responsabilidad de uno de los par
ticipes, no por ello In víctima, ajena al suceso, debe cargar con las costas del rechazo
de la acción contra aquél (CN"Civ, Sala F, 18/4/67, U, 128-334); en contra, CNCiv,
Sala A, 20/11/73, U, 153-314.
265 Cuzeaux - Trigo Represas, Derecho de las obligaciones, 2ª ed., t. 4, p. 359.
COCAUSACIÓN 149
bías, quien señala que la participación inocente no es
atributiva de responsabilidad; sólo la actuación culpable
es la que suscita la responsabilidad solidaria 266•
A nuestro juicio estos enfoques sacan la cuestión de
sus cauces legales específicos. Prueba de ello es la afir
mación de los autores citados en primer término, de que
en nuestro derecho positivo está vigente todavía el princi
pio de que no hay responsabilidad sin culpa 267• Lo que
aquí está en juego es que frente al factor de atribución
"riesgo" (art. 1113, párr. 2 ° in fine), Je cabe al partícipe
acreditar como causal liberatoria la "culpa... de un terce
ro por quien no debe responder" (art. 1113, párr. 2° in
fine).
Aunque no se nos oculta la objeción que podría for
mulársenos, de que por esa vía se llega a idéntico resulta
do, entendemos que ésta · es la apreciación doctrinal que
se ajusta rigurosamente a la preceptiva instaurada en ma
teria de responsabilidad extracontractual después de las
reformas realizadas por la ley 17. 711.
d) Diferencias con la "responsabilidad indistinta".
Debemos por último diferenciar la noción de autoría plu
ral, entendida como la actuación de dos o más sujetos en
la producción de un hecho ilícito, de la responsabilidad
indistinta que la ley atribuye a ciertas personas (responsa
bilidades indirectas o reflejas: arts. 1113, párr. 1° y ss. ),
aunque no hayan participado en la comisión de él. Exis
te en estas situaciones una "propagación" de la responsa
bilidad que, nacida en cabeza de un individuo se extiende
a otros distintos del autor directo 268•
272 Como, por ejemplo, si una persona es arrollada por uno de dos camiones que
cruzmi con corto intervalo (von Tuhr, Tratado de obligaciones, t. 1, p. 67-68).
2 73 Mosset lturrnspe señnln que no debe confundirse el "grupo" con cualquier
reunión accidental de personas, puesto que aun cuando no estén organizados, los gru
pos constituyen "unificaciones", "complejos", y "cohesiones" más o menos "cimenlu
das'', al decir de Gurvitch, que autorizan a definirlos -concluye- como "una unidad
colectiva real" (Daños causados por un miembro no ideniijicado de un grupo determina
do, en "Estudios sobre responsabilidad por dnños", t. 11, p. 311).
J
1
COCAUSACióN 153
un individuo del deber de reparar un mal que no ha cau
sado; desde el ángulo del derecho de la víctima la propo
sición se invierte: ¿el daño injusto inferido por la acción
de un grupo, debe ser soportado exclusivamente por
aquélla? 274•
Pertenece a la esencia de esta clase de responsabili
dad la no individualización del autor material del daño,
por lo cual, identificado éste, los demás integrantes del
grupo quedan exonerados de toda obligación. También
cabe a cada uno de los partícipes demostrar que no ha po
dido causar el hecho lesivo de conformidad con las cir
cunstáncias del caso en particular.
Lo que se impone como presupuesto inexcusable es
la prueba cabal de la participación del sujeto en la acción
riesgosa o culposa llevada a cabo por el grupo, aunque
ella en sí misma no sea reprensible (v.gr., el ejemplo de
los cazadores).
En cuanto al juicio de reproche a todos los integran
tes, éste se funda en la ciréunstancia de que la acción del
conjunto aprehendida como fenómeno unitario es la que
posibilita la consecuencia dañosa. Sin esa participación
grupal el resultado no habría acontecido; es, por ende,
condicio sine qua non. En opinión de Mosset Iturraspe,
el juicio de antijuridicidad se sustenta en el menosprecio
279 V Jornadas de Derecho Civil. Ponencias, t. I, y Ramella, Anteo E., Los li
neamiento s generales del sistema de la respowabilidad civil y las V Jornadas de Derecho
Civil, en "Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales", Santa Fe, 1978 (hay separata),
n" 120, 3° Serie, cap. IX. Reconoce como antecedente el artículo de Bustamante Al
sina, Jorge H., La responsabilidad colectiva en el resarcimiento de darios, U, 142-976 y
siguientes.
280 Al fundar nuestra posición en el plenario de las V Jornadas de· Derecho Ci
vil, nos adherimos aL despacho en el entendimiento de que es necesario crear un dispo
sitivo legal que contemple y asegure el resarcimiento de los perjuicios que deriven de
esas manifestaciones antisociales -v.gr., los daños provocados por las clásicas "palo•
tas"; los actos depredatorios cometidos en ocasión de espectáculos deportivos; las pe
dreas a· los trenes de pasajeros; etcétera-. Tales fueron las razones que nos impulsaron
a auspiciar la implantación de esta responsabilidad (ver Goldenberg, La rt!lponsabilidad
ci�il. Ensayo de si.stemati:ación, U, 156-1326, IX).
281 Actio de posilis vel swpensis y actio de effwis et deiectis (dafios causados por
cosas suspendidas o arrojadas respectivamente, que se equiparaban a un supuesto de
cuasidelito) -Dig., libro 44, 1ft. VII, ley 5, § 5-. -Existla asimismo una acción para
estas situaciones, creada por el pretor po� medio de un edicto, cuyo texto conserva Ul
pinno en el Digesto (libro IX, tlt. 3, leyes l y 5). Vélez, en In nota puesta al pie del
COCAUSACIÓN 157
padres de familia, inquilinos de la casa, en todo o en par
te de ella, en cuanto al daño causado a los que transiten,
por cosas arrojadas a la calle, o en terreno ajeno, o en te
rreno propio sujeto a servidumbre de tránsito, o por cosas
suspendidas o puestas de un modo peligroso que lleguen a
caer; pero no cuando el terreno fuese propio y no se halla
se sujeto a servidumbre de tránsito. Cuando dos o más
son los que habitan la casa, y se ignora la habitación de
donde procede, responderán todos del daño causado. Si
se supiere cuál fue el que arrojó la cosa, él solo será res
ponsable".
En cuanto al fundamento de la responsabilidad insti
tuida por dicha norma, la cuestión es objeto de controver
sia en la doctrina. Para Llambías, la razón de ser que
tiene la obligación de reparar un daño anónimo que se
origina en un lugar sometido a nuestra custodia, reside en
el descuido en el ejercicio de la autoridad doméstica res
pectiva: el daño ocurrido denuncia o pone de manifiesto
una culpa o negligencia en el cumplimiento de esa obliga
ción. Se trataiía -concluye- de u-na culpa revelada por
el modo de realizarse el daño: res ipsa loquitur 282•
Creemos que esa imputación de responsabilidad en
virtud de una culpa presumida puede ser valedera respec
to del · efectivo autor del perjuicio, pero no alcanza a
explicar el porqué de la incriminación a todos los que ha
bitan en el edificio.
En efecto, mal puede inferirse en esos casos la exis-
nrt. 1119, cito In Partido 7ª, tft. 15, leyes 25 y 26. Lo segundo porte de lo ley 25-
constituye un significativo antecedente de In responsnbilidnd que nos ocupa, al dispo
ner: "Et si morasen muchos homes en In casa donde fue echada In cosa que ficiese el
daño, quier fuese el daño suya o In toviesen lognda o emprestada, todos de so uno son
tenudos de pechar el daño si non supiesen ciertamente qunl ern aquel que fizo el daño;
pero si lo supiesen, él solo es tenudo facer In enmienda dél el non los otros".
282 Llambfns, Responsabilidad por cosas arrojadas o expuestas a caer, LL, 1975-
C-859. Compnrten la tesis de In culpa fo vigilando los autores mencionados por Llam
bíns en la nota 11 del citado nrtfculo.
71
§ 38. ENUMERACIÓN
287 El principio se remonta al derecho romano, que consagró una vieja regla de
Pomponio: Quod quis e:i; sua culpa damnum sentit, non inteligitur damr,um sentire (no se
COCAUSACIÓN 161
Así, la llamada "culpa de la víctima" puede confluir
con la del autor del ilícito; o con el riesgo (art. 1113,
párr. 2° , parte 2 ª); o con una culpa presumida por la ley:
daños causados "con las cosas" (art. 1113, párr. 2 ° , parte
1 ª); o puede también darse el caso de riesgo concurrente;
Estudiaremos en particular cada una de estas hipóte
sis de causa concurrens 288•
entiende que padece daño quien por su culpa lo sufre) -Dig., de regulis juris, libro L,
tít. XVII, ley .203- y lus leyes de Partidas: "El duño que orne recibe por su culpa,
a sí mismo deue culpar por ello". "La culpa del uno non deue empecer a otro que non
aya parte" (Pnrt. 7ª, tít. 34, leyes 22 y 18). Sobre el pnrticulur, Peirnno Facio expre
sa: "es claro que si el daño se debe por entero a la acción de la víctima siendo la activi
dad causal del ofensor sólo aparente, corresponde que este último sea totalmente exone
rado, y que todo el peso del daño caiga sobre el que materialmente ha sufrido el evento
dañoso; es ésta unn cónsecueneia necesaria de los principios cardinales de lu responsa
bilidacl cxtrncontractual, que hn sido siempre aceptndu por la jurisprudencia universal
(Responsabilidad extracontractual, n• 244).
288 El planteo correcto de la cuestión debe situarse en el marco del nexo causal,
aun cuando doctrinalmente sen trntnda como "concurrencia de culpas". Para un es
tudio pormenorizado del lema, ver Morcos, Soliman, Essai d'une·théorie générale sur les
causes légales d'exoneration de la rcsponsabilité civile contractuelle et délictuelle, tesis,
Le Cuire, Université Egyptienne, 1936.
289 No así tratándose de delitos, ya que en ellos la conducta de la víctima no
puede influir ni atenuar la responsabilidad del autor, por cuanto su intención de dañar
constituye In causa del acto ilícito (arts. 1072 y 1076, Cód. Civil) y, por lo tanto, es
justo que soporte integralmente la reparación yu que en tules hipótesis el dolo absorbe a
la culpa (ver Sourdnt, M. A., Traité général de la responsabilité, t. 1, p. 101, n" 108,
Paris, 1887). A principios de siglo Teisseire había formulado este principio, afirman
do que la culpa o el hecho de la víctima desaparecen frente al delito cometido por el
ofensor, porque el autor intencional se ha apropiado de la actividad de aquélla hacién
dola suya (Teisseire, M., Essai d'une théorie générale sur lefondement de la rcsponsabi
lité, p. 180, Aix, 1901, cit. por Peirllno Facio, Responsabilidad c.,:tracontractual, n"
244). En igual sentido, Planiol-Ripert expresan que lu culpa de la víctima no incide
en las consecuencias del delito, las que constituyendo el resultado buscado o querido
por el autor, con ella o sin ella, necesariamente se habrían producido (Traité, t. VI,
n" 570, nota 2).
ll. Goldenbcrg.
162 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
292 En los modernos códigos extranjeros, por el contrario, el cuso está expresa
mente contemplado.
Código Civil alemán, art. 254: "Cuando en la causución del daño huyo concurrido
culpa del perjudicado, lu obligación de inde�nizar, así como la cuantía de la indemni
zación, dependerá de las circunstancias, especialmente atendiendo a cuál de las partes
hu causado predominantemente el dnño. Lo mismo se tendrá en cuenta cuando la cul
pa del perjudicado huya consistido en no avisar al deudor del peligro de un duño ex
traordinario y elevado que el deudor no pudo conocer, o cuando aquél hayu omitido evi
tar o reducir el tlaño".
Código CiviÍ italiano, art. 1227: "Si concurre a ocasionar el daño el hecho culpo
so del acreedor, el resarcimiento disminuirá según la gravedad de su culpu y lu entidad
de las consecuencias de ello derivadas. No procederá resarcimiento por los daños que
el acreedor. habría podido evitar usando de la ordinaria. diiigenéia".
Código federal suizo de las Obligaciones, ar!. 44: "Si el perjudicado ha consentido
el daño o concurren circunstancias de lus que él responde que han contribuido a origi
nar o aumentar el d_año o a agravar la posición del agente, podrá el juez reducir el deber
de indemnizar e incluso hacerlo desaparecer.- También podrá el juez reducir la obliga
ción de indemnizar cuando, tratándose de daños no dolosos ni culposos, el obligado u
indemnizar se vería en situación de necesidad en cuso de tener que pagar todo In in
demnización".
Código Civil portugué.\, art. 570: "Cuando u In causución o agravación de los da
ños huyu concurrido un hecho culposo del perj�dicado, el tribunal, con base en In gra
vedad de las culpas de ambos partes y en los consecuencias que de ella� resultaran,
determinará si In indemnización debe ser totalmente concedida, reducida o excluido.
Si la responsabilidad se basura en uno simple presunción de culpo, la culpo del perju
dicado, u falto.de disposición en contrario, excluye In obligación de indemnizar".
293 Ver Cossio, Carlos, La plenitud del ordenamiento jurídico, Bs. As., Losada,
1947. Es de destacar que Aubry y Rau, citados por el codificador en lu·notu ni nrt.
1111, enseñaban que en caso de coexistencia de culpas lo procedencia de la indemni
znción así como también su cuuntfa debían ser resueltos por el juez (Cours de droit civil
franfais, 3" ed., Paris, 1856, t. 3, § 446, p. 548).
164 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
., •'\
_J
COCAUSACióN 165
eximente total o parcial de responsabilidad (art. 1113,
párr. 2° in fine), plantea la cuestión relativa a las perso
nas privadas de discernimiento (arts. 921 y 1070) y que
por carecer de voluntad no pueden incurrir en culpa, en
tendida como un error de conducta o una falta de pruden
cia. Obsérvese que dicha norma menciona "la culpa",
no "el hecho" de la víctima (el art. 1111, por su parte,
alude a la "falta imputable" a ella).
Sin embargo, si se encara la cuestión desde el punto
de vista causal, es indud�ble que la acción del que sufrió
el daño influyó decididamente en el advenimiento del in
fortunio, como en el ejemplo puesto por Orgaz del menor
o el insano que se lanza a la calle sorpresivamente al paso
de un vehículo, sin dar tiempo al conductor para evitar el
accidente. Para este autor, si la acción fue imprevisible
e inevitable, sería un caso· fortuito {art. 514,), que libera
ría de responsabilidad al agente, sin necesidad de hablar
incorrectamente de la "culpa" del inimputable 296• Idén
tica solución preconiza Bustamante Alsina 297•
Del examen del grado de causalidad de cada obrar se
inferirá en definitiva si la acción del inimputable fue la
causa única del evento o si la conducta objetivamente im
prudente o temeraria de éste se conjugó en una misma ac
tuación con un comportamiento culposo del autor. Sólo
en el primer supuesto, que por los intereses implicados
debe juzgarse -según la opinión de Orgaz 298- con un cri
terio más riguroso que el habitual, funcionará la eximente
del caso fortuito.
Cazeaux-Trigo Represas sostienen que en estos casos
la falta de imputabilidad no excluye la autoría si se cum
ple el requisito de la ilicitud del acto realizado por la víc-
caso como en el del artículo precedente, los capitanes son responsables hncin los due•
ños de los buques y del cnrgnme_nto dañadi,, salvo su acción, si hubiere lugar, .contra
los oficinles e individuos de In tripulación".
306 Aguinr, Hechos y actos jur(dico's, vol. 11, 1, p. 302 y ss.; Colmo, De las obli
gaciones en general, n• 115; Busso, Código Civil anotado, t. 111, comentario n los nrts.
511 y 512, n" 128; Peirano Fncio, Responsabilidad extracontractual, n" 245; De Gñsperi -
Morello, Tratado, vol. fv, p. 127; Mosset lturraspc, Responsabilidad por daños, t. lll,
n" 13, nota 65.
307 Orgaz, La culpa, p. 233 y La culpa concurrente y sus efectos jur(dicos, U,
52-72 y siguientes.
l
170 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
del daño por partes iguales o porciones viriles, basándose
en que a cada uno de los intervinientes en el suceso hay
que considerarlo responsable de él. Fue sostenida en el
derecho francés por los hermanos Mazeaud 308 arguyendo
que ambas faltas han sido en su totalidad causas del per
JU1c10. Para Mosset lturraspe es una solución salomóni
ca, que renuncia a la averiguación de las circunstancias
del evento dañoso, de cómo se produjo el daño 309•
b) Un segundo criterio, propuesto por Lalou, Demo
gue, Colin y Capitant y otros autores, postula el prorrateo
del daño, atendiendo a la gravedad de la culpa de cada
uno de los protagonistas: cuanto mayor sea su gravedad,
más amplia será su responsabilidad y, en consecuencia,
cargará con una porción superior del quebranto.
e) Por último, una tercera corriente, centrada en el
nexo de causacián, afirma que cada cual tiene que sopor
tar el daño en la medida en que lo haya producido, es de
cir, en la incidencia de su obrar sobre el acontecer del
evento.
En este orden de ideas, Colombo manifiesta que el
daño debe indemnizarse en la proporción en que ha sido
causado por cada uno de los participant.es en el hecho
ilícito, porque el nexo causal los liga estrechamente a ese
hecho, el cual no puede nacer sin que tal nexo se perfec
cione. Después de otras consideraciones concluye que
la solución propuesta toma como punto de partida dos hi
tos determinados: la importancia del daño y la relación
existente entre él y el acto cometido por cada uno de los
que lo causaron. De ello deduce el magistrado en qué
proporción haya de hacerse efectivo el resarcimiento 310 •
l
l
313 Ver Solvot - Acuño Anzorenn, Obligaciones, 2° ed., Bs. As., Ten, 1958, t.
IV, "Hechos illcitos", nº 2792, p. 140, nota 10 b.
314 Mosset lturraspe, Respomabilidad por •daños, t. 111, p. 67·, nota 65.
315 Machado, El Código Civil argentino interpre1ado por los tribunales de la Re
pública, Bs. As., Lajouane, 1904, t. 11, p. 208, noto 413. El Proyecto de Reformas
de 1936 consagró la fórmula siguiente: "Si lo culpo del damnificado contribuyó·a causar
el daño, la cuant!o del resarcimiento se disminuirá en esa proporción" (art. 869, parle
2ª). Colombo ha objetado su escasa claridad, ya que no puede saberse ni adivinarse
-afirmo- si esa proporción se refiere a la culpa o al dnño (Colombo, La indemnización
del daño, LL, 85-949).
.J
COCAUSACIÓN 173
específica, Santos Briz declara: "La actuación judicial
para determinar la participación del perjudicado en los
daños ha de atender en primer lugar a su intervención en
la causación de aquéllos y apreciar las circunstancias es
peciales en que se originaron, en cuanto de ellas pueda
deducirse la participación objetivamente contraria a la si
tuación fáctica, y en este sentido 'culposa'. No es posi
ble dividir en partes el resultado para adjudicarlas a la
causación de cada partícipe, ya que son responsables
conjuntamente. Un criterio flexible, como el del cita.do
§ 254 [en alusión al Código Civil alemán], permite al juez
una apreciación de conjunto de todas las circunstancias,
precisamente porque las distintas aportaciones a la causa
ción · no pueden separarse exactamente una de otras" 316•
g) La condena en sede penal y la culpa concurren
te. Finalmente, tenemos que destacar que de conformidad
con una reiterada jurisprudencia, la condena dictada en
sede penal no impide al declarado responsable alegar en
el juicio civil la culpa concurrente de la víctima, para ob
tener una disminución del resarcimiento a su cargo, pro
porcional a su efectivo grado de· participación en el resul
tado dañoso 317•
316 Santos Briz, La responsabilidad civil, p. 108. El art. 254 del Código Civil
alemán (ver nota 292), que responde ni criterio de In incidencia causal, ha ejercido una
marcada influencia en la doctrina y jurisprudencia españolas. Al respecto, ver Soto
Nieto, Francisco, La llamada "compen.sación. de culpas", en "Revista de Derecho Priva
do", Madrid, 1968, t. LII, p. 409.
317 CPazLetrCap, Sida 3•, 2/12/47, JA, 1948-111-4; STSFe, 25/6/43, LL, 31-131;
CApcl Mercedes, 9/4/54, ]A, 1954-111-358; Cl ºCivCom La Pinta, 26/8/47, JA, 1947-
IV-550; íd., Sala I, 23/6/55, LL, 79-189; CApel Rosario, 29/9/53, U, 73-423; CCiv2ª·
Cap, 30/6/48, LL, 51-617; CNCiv, Sala C, 28/3/58, U, 92-486; íd., Sala D, 17/10/60,
LL, 101-1; CNEspCivCom, Salo 1, 11/2/80, ED, 90-683, nº 52; íd., Sala Il, 29/9/78,
ED, 90-683, nº 53; íd., Sala III, 28/7/78, LL, 1978-D-675.
Nuestra jurisprudencia hu desarrollado con amplitud los principios que rigen la
responsabiliJad derivada del ilícito donde concurren In culpa del autor y de la victi
ma. Del extenso repertorio de fallos hemos seleccionado los que marcan los grandes
lineamientos teóricos que hemos señalado:
La causalidad bilateral o concurrente implica multiplicidad de causas que actúan
simultánea o sucesivamente y una de ellas está dada por el concurso del perjudicado;
-
de culpas entre In víctima y el agente del daño, éste debe ser obligado a reparar el per
juicio en In medida en que hu contribuido a causarlo. Es In teoría de In influencia
causal de cada culpa, que, en principio, aparece como la más udecuuda pura solucionar
con equidad los conflictos que plantea la culpa concurrente en cuanto al resarcimiento
del daño (CNCiv, Sala A, 14/2/78, ED, 80-445). Es más justo y razonable, cuando
media conjunción de dos culpas, que Ju imputación de la responsabilidad se realice te
niendo en cuenta la gravedad de ellas como elemento de causalidad, esto es, como cuu•
sa generadora del daño. Entre causalidad y responsubilidad debe existir una udecuuda
correspondencia (CNCiv, Sala D, 3/7/67, LL, 128-628). Cfr. CSJN, 25/9/72, JA, 17-
1973-421; CNCiv, Salo C, 29/7/74, JA, 24-1974-120; fd., Sala D, 3/7/67, JA, 1968-1-
238; fd., fd., 7/6/67, U, 128-652. En cuanto n In existencia de culpa concurrente se
ha expresado que quien demanda reparación de daños sufridos por causa de un acto
ilícito, debe demostrar el vínculo causal entre ese daño y el comportamiento del de
mandado, y si de los elementos de juicio ullegudos al proceso resulta que media causo
concurrente entre el obrar del autor del hecho y la victimo para lo producción del even
to, el juez así debe declararlo aunque no se lo hoyo alegado oportunamente (SCBsAs,
30/7/65, LL, 119-903; STMisiones, Sala 1, 26/2/70, BJM, 1970-1-18).
En lo concerniente a la distribución del daño se ha declurudo que si se demostró
que ambos intervinientes en el hecho dañoso son culpables y no existe motivo suficiente
para discriminar cuál de los culpas en juego fue mús eficiente en su producción, hu de
considerarse que los dos lo son por partes iguules (CNCiv, Sola A, 6/4/72, JA, 15-
1972-69; CFed Tuc, 27/12/76, RepJA, 1977-166, nº 3; C2"CivCom Ln Plata, Sala 11, 8/
4/67, LL, 129-925; íd., íd., 22/8/67, LL, 129-1034, 16.742-S; CNCiv, Sula F, 18/11/
63, U, 115-266). Por último, en otros pronunciumientos se ha declarado que el res
ponsable de los daños, solamente responde de los que le son atribuibles pero no de los
generados por el hecho del ucreedor, pues cuando éste los agrava se da un caso de con
currencia de culpu (CNCom, Salu A, 25/11/70, JA, 9-1971-574; CNCiv, Sala D, 19/12/
73, JA, 21-1974-478; íd., Sula B, 21/12/64, LL, 118-922, 12.193-S; id., Sala A, 25/
10/72, U, 151-464; íd., íd., 20/10/76, ED, 77-463; íd., Sala C, 3/11/76, U, 1977-
A-511).
318 Es mayoritaria la tendencia que califico de "cosn riesgos¡¡" al automóvil en
circulución, uplicúndose a su respecto la pl't!ceptiva del art. 1113, púrr. 2°, parte últi
ma. Existe una copiosu bibliografía sobre el temá, que hu sido udemás materia de
análisis y debate en diversos encuentros de juristas. En las I Jornadas Provinciales de
Derecho Civil celebradas en la ciudad de Mercedes (provincia de Buenos Aires) en
agosto de 1981, In comisión 1° trató "El articulo 1113 del Código Civil (supuestos de
responsabilidudes contemplados)" y con respecto a la cuestión que nos ocupa, "Duños
causados por automotores", se produjeron dos despachos: Postura A (Mayorla): "Estos
l
1
176 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
.1
.,abilidad del conductor en lo., accidentes de tránsito, en "Estudios", t. 1, p. 267 y ss.;
La responsabilidad por riesgo con motivo de la reforma del Código y el IV Congreso Na
1
cional de Derecho Civil, ]A, 1970-719, sece. doctr.; la recepción de la teor(a del riesgo
creado, Ll, 1979-D-713. En cuanto a la jurisprudeneiu, ése es también el criterio
prevaleciente: SCBsAs, 10/12/74, LL, 1975-B-ll y ED, 61-320; CJSulta, 26/3/74, JA,
reseñus 1974-338, nº 27; C4º CivCom Minas Paz y Trib Mendoza, 19/3/79, RepU,
XXXlX-618, nº 351; Cl ºCivCom Mercedes, 29/ll/77, LL, 1978-B-185; C2º CivCom
Mercedes, 21/9/72, U, 148-560; CCivCom Paraná, Sala 1°, 21/5/74, JA, 24-1974-
713, secc. prov.; Id., íd., 24/3/75, JA, 1976-1-779, nº 24; CNCiv, Sulu C, 10/11/76,
Ll, 1978-A-616, 34.507-S; Id., íd., 23/6/76, ED, 68-355; íd., Sala D, 26/2/75, LL,
1975-D-437, nº 1533; íd., íd., 3/II/67, Ll, 131-ll25, 17.820-S; íd., Snlu E, 10/9/74,
JA, 25-1974-42, índice, n" 33; íd., Sala F, 10/7/74, ED, 64-315; TColegCivCom SNi
colás, 21112/77, S. 979-XXIV-327; CNEspCivCom, Sala IV, 13/3/80, ED, 88-220; íd.,
Sala V, 22/8/78, JA, 1980-1-41; CNCiv, Sala C, 2/3/72, JA, 1978-11-110. En con!ra,
ver folios citados en nota 325.
319 CNCiv, Sala A, 10/10/75, JA, 1976-11-28; Id., Id., 6/2/76; U, 1976-B-343.
320 Bustamante Alsina, Teor(a, n" 694. En un pronunciamiento se hu dicho
1
1
.J J
COCAUSACIÚN 177
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en virtud
de la mecánica instaurada por el art. 1113 (párr. 2 º , parte
2 11 infine), la situación jurídica de ambos protagonistas es
muy diferente, ya que sobre el creador del riesgo gravita
una fltribución legal de responsabilidad y en consecuencia
para liberarse -total o parcialmente-, el ordenamiento
le impone inexcusablemente la obligación de acreditar la
causa ajena (en la especie, el hecho del propio afecta
do). De no producir esa prueba, responderá íntegra
mente por el factor imputativo "riesgo" :121•
que el peutón debe ser el mejor guardiún de su propia vida o ele su integridad física y
nu exponerse u situaciones riesgosus que pueden resulturle perjudiciales (CNCiv, Sula
C, 27/6/74, [,l, 1975-A-762, 32.043-S). Con respecto a la caracterización de la culpa
exclusiva ele la víctima, se ha declarado que pura que sea uplicahle lo preceptuado en
el art. 1111 del Cód. Civil es menester ·que exista culpahilidud por purte de la persol}a
que sufre el daño y que esa culpabilidud sea ei.:clusivamente suya (SCMza, Sula II, 10/
9/65, LL, 122-892; SCBsAs, 2317/63, AS, 1963-11-464).
:-121 Al damnificado en un accidente de tránsito sí,lo le corresponde acreditar el
hecho, e incumbe al causante del daño la prueba de descargo, vale decir, demostrar lu
responsabilidad de la víctima o de un tercero (CNCiv, Sala E, 7/8/7:'1,, LL, 153-449,
31.076-S). Cfr. CNCiv, Sala F, 13/4/73, LL, 153-134; íd., íd., 21/8/73, LL, 152-
167; CNEspCivCom, Sala III, 17/9/79, ED, 88-226, n" 59.
322 SCBsAs, 4/9/73, uc. 19.488, LL, 152-50; CNCiv, Sala A, 7/4/59, JA, 1959-
IV-211; Id., Id., 28/3/63, JA, 1963-III-504; Id., íd., 9/8/73, ED, 52-359; íd., Sala D,
19/5/61, JA, 1961-IV-630; íd., Sala C, 23/8/54, LL, 77-117.
12. Goldenberc.
. 1 78 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
1
Hay que tener presente que la comprensión de la
frase "daños causados con las cosas" supone necesaria
mente la referencia a un sujeto (el hombre) que se vale o
se sirve de ellas. La cosa cumple aquí una función ins
trumental, a diferencia de lo que ocurre con el "riesgo o
vicio", donde el perjuicio dimana de su propia aptitud da
ñosa, con total independencia de una autoría humana in
mediata 32:i.
Por ello, en el primer caso le bastará al dueño o
guardián demostrar su falta de culpa (pues la culpa se
J.lresume), mientras que en la segunda hipótesis (imputa
ción ajena a la culpa), sólo podrán exonerarse probando la
incausalidad, es decir, el "hecho extraño".
La prueba de la "no culpa" consiste en la demostra
ción de que el agente se comportó con la diligencia y pru
dencia adecuadas a fin de •evitar el daño. Se trata en
definitiva de una "obligación' de medios": conducirse cui
dadosamente de modo tal, que no causara perjuicio a los
terceros :124•
:12:1 Hespeclo de la dislinción conlenid11 ,en el agregado al arl. 1113 entre daños
d,•riva<los ,lel "riesgo o vicio de la cosa" y daños causados "con las cosas", ver Orgaz,
Alfredo, El dmfo "con" y "por" fos co.m.,, Ll, 135-1595;. Bianchi, Enrique T., Daiios:
..por d hecho del hombre" y "por el hecho de la cosa", ]A, 20-1973-262; Trigo Repre
sus, Félix A., /,a reJpon.mbili<lad e.'ttmcmllractual én la reforma del Código Civil, en
··Hevistu del Colegio de Abogados de La Plalu", n" 21, p. 303 y ss., cap. 8, Dueiio y
!fUllrdití11 e11 fo responsabili<lad civil por daños causados por automotores, ll, 1981-A-
691, y Re.1¡mnsabilidad por darios cau.mdo., por automotores y otros estudios, La Plata,
Lcx, 1977; Salas, la responsabilidad en la reforma, ]A, doctrina 1969-430 y Relaciones
entre el dueño y el guardián de la cosa inanimada da,íosa, en "Temas de responsabili
dud civil. En honor del ductor Augusto M. Morello", Lu Plata, Platense, 1981, p. 369
y ss.; Ramellu, Anlco E., El daño causado con la corn r el da,io cawada por el riesgo o
vicio de la cosa, Juris, 33-205 y ss.; Smith, Juan C., ltmites lógicos del riesgo creado,
/./,, 1981-8-969; Russo, Edu11rdo A., Definición teleológica en culpa aquiliana, U,
147-507; Guldenberg, Isidoro H., las recientes reformas en el ordenamiento civil argen
tino. la responsabilidad extracantractual, en "Crítica de legislación y jurisprudencia",
may.-nov. 1969, n" 6, p. 7 y ss.; Horvath, la responsabilidad objetiva, ]A, doctrina,
1970-562; Garrido, Roque F., Responsabilidad objetiva r riesgo creado, ]A, doctri
na, 1974-809.
324 Ver la valiosa nota a fallo de Trigo Represas, Félix A., "Casus" r falta de
culpa, LL, 1981-B-283.
<:.i
j
1 COCAUSACIÚN
325 CNCiv, Sula A, 11/10/74, ll, 1975-A-461; íd., íd., 6/8/76, ll, 1977-8-17;
íd., íd., 8/7/76, JA, 1977-11-183; Id., Id., 9/8/73, ED, 51-741; Id., Sula C, 31/8/76,
Li, 1978-A-630, n" 42 (ver voto del doctor Jorge H. Altcrinil; Id., Id., 23/6/76, ED,
68-358; íd., íd., 30/6/76, LL, 1976-D-276; íd., íd., 31/8/76, ll, 1978-A-630, n" 45-
46; íd., Sala E, 10/9/74, JA, 25-42, n" 33; Cl"CivCom Slsidro, Sula 2", 24/5/73, ED,
49-650 y ]A, 25-520, secc. prov.; CNEspCivCom, Sala IV, 15/8/79, RepED, 14-16, n"
19; Cl"CivCom Cba, 13/3/81, ll, 1982-B-247.
326 Orgnz, la culpa, p. 239; Bustum1mte Alsinu, Jorge H., El nuevo régimen de
la responsabilidad y el seguro de la respon.mbilidad civil, debate, RDCO, Bs. As., Dc
pulma, 1970, nño 3, p. 771,. y Teorta, nº 700 y 1071 ter; Borda, Obligaciones, 3" ed.,
t. 11, nº 1481; Meilij, Gustavo R., Efectos jur(dicos de lós accidentes de tránsito, Bs.
As., Ariel, 1978, nº 144 y ss.; Bueres, Alberto J., ponencia presentada a las I Jornadas
Provinciales de Derecho Civil {punto - 11), tema 1, "El art. 1113 del Código Civil";
Josscrand, Derecho civil, t. 11, vol. I, nº 550. Para un examen de la cuesti(m en el
derecho comparado, ver Santos Briz, la responsabilidad civil, cap. XIV "Responsabi-
l
l
180 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
j
COCAUSAClóN 181
¿Por qué abandonar el factor objetivo de atribución
sólo porque concurren riesgos?, interroga Kemelmajer de
Carlucci, concluyendo que el criterio de la neutralización
priva a la teoría del ri.esgo de su auténtico valor;-129.
En este orden de ideas, Mosset lturraspe declara que
la concurrencia de dos comportamientos riesgosos no
"neutraliza" la imputabilidad a ese título; como la concu
rrencia de dos conductas culposas no impide la aplicación
de los principios de la imputabilidad subjetiva 330•
Por su parte, Llambías sostiene: "La ley no ha con
templado expresamente la situación de los daños prove
nientes de riesgos recíprocos, con prescindencia de toda
culpa probada o presunta de ambas partes. En tal su
puesto, en que el daño ocurre por la sola gravitación de fa
intervención activa de las cosas que entraron en contacto,
cada damnificado podrá invocar lo dispuesto en el art.
1113, parte 2 11 , para pretender del otro la responsabilidad
del daño sufrido. Establecido el monto de cada indemni
zación, funcionará la compensación de ambas deudas hasta
el alcance de la menor, quedando como única obligación la
mayor por el excedente (conf. art. 818). Es el caso de
dos automóviles detenidos en una pendiente que por una
causa ignorada se ponen en movimiento y luego chocan
entre sí" 331•
Si se estudia la cuestión a la luz del fundamento de
la responsabilidad por riesgo creado introducida por la re-
l
182 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
184, LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
C) Concausa
§ 4,3, CONCEPTO
De acuerdo con la definición que da Núñez: "Existe
concausa o interferencia de un curso causal independiente
si el resultado proviene de un curso causal cuya génesis
es independiente de la condición puesta por el agente.
Tales son: a) la condición preexistente que desenvuelve
su propio curso causal no desarrollado por la acción del
agente; b) la condición concomitante que desenvuelve su
propio curi;;o causal con exclusión del efecto causal de la
conducta del agente; c) la condición superviniente que no
es una secuela del curso causal desenvuelto por la con
ducta del agente; d) la simple concurrencia de otro curso
causal eficiente que no excluye la d�l imputable al agen
te, si el resultado también se produjo con arreglo al curso
causal propio de ésta" ;¡37•
337 Núñez, Derecho penal argentino. Parte general, vol. I, p. 271 y ss. (y sus
COCAUSACIÓN 185
La incidencia de esta otra causa independiente que
se acopla al hecho primitivo, puede desviar o excluir el
curso de los efectos regulares de él.
l
186 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
341 Lo doctrino de lo condicio sine qua non no admite, por el contrario, la con
causalidad porque toma en cuenta todas las condiciones, en lugar del antecedente-cau
sal único en que se apoya la teoría de la causalidad adecuado. Para aquéllo, lo
concausa es uno condición como cualquier otro, yo que todos se consideran equivalen
tes en la cadena etiológica.que conduce al resultado (ver; en el § 7, las objeciones a
este criterio).
342 Por ejemplo, la hemofilia que padece la víctima de las lesiones, que actúo:
erf el proceso causal cumo factor desencadenante de su muerte, si dicha enfermedad era
del conocimiento del heridor (Brebbia, La relación de causalidad, p. 44, noto 39).
343 No se exige, para responsabilizar al autor del hecho ilícito por los perjuicios
188 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
345 Ver Colmo, De las obligaciones en general, n" 120 y ss.; Busso, Código Cúii{
anotado, comentario a los arts. 513 y 514, ·n" 14 y ss.; Lafaille, Tratado de las obliga
ciones, vol. 1, n" 193; Josserand, Derecho civil, t. II, vol. J, n" 451; Mazeaud - Tune,
Tratado, t. II-2, n" 1557; Bustamnntc Alsina, Teoría, n" 714; Snlvnt - Galli, Obligacio
nes, t. I, n" 144 y 144 a; Morcas, les causes légale.t cl'éxoneration, p. 221 y siguientes.
346 La ley 9688 de ncC'idcntes de trabajo, en su art. l", responsabiliza al em
pleador por los accidentes ocurridos a los operarios "por el hecho o en ocasión del
trabajo o por caso fortuito o fuerza mayor inherente al trabajo". A su vci, el urt. 4"
enumera entre las causales exonerntivas de responsabilidad In "fuerza mayor extraña al
trabajo" (inc. b). El art. IV, púrr. 3°, np. a de In Convención de Viena sobre respon
sabilidad civil por daños nucleares, ratificada por ley 17. 048, sancionada el 2/12/66,
decreta In irresponsabilidad del explotador cuando el daño nuclear es causado "por un
ilccidente nuclear que se deba directamente a conflicto armado, hostilidades, guerra
civil o insurrección". Es In solución prevaleciente en el derecho comparado. El ort.
505 del Cód. Civil de Portugal (Sección V, "Responsabilidad civil", Sub-Sección 11,
"Responsabilidad por riesgo" -Accidentes causados por vehículos-) bajo el epígrafe
"Exclusión de responsabilidad'' dispone que ella cesu cuando e_l accidente sen imputable
al propio lesionado o n un tercero o cuando "resulte de causo de fuerza mayor extraño al
funcionamiento del vehículo". Idéntica causal aparece consagrada en lo ley española
192 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
l
Con su habitual claridad, Orgaz declara que el caso
fortuito ajeno al riesgo o al vicio escapa a la finalidad de
la ley y continúa regido por las normas generales: éste ex
cusa de responsabilidad. Al exponer ese concepto, afir
ma: "Aunque la cosa presente riesgos o tenga vicios, si el
daño ha derivado de un caso fortuito sin relación alguna
con ellos, no hay fundamento ninguno para que la respon
sabilidad se mantenga: si la casa arruinada se viene abajo
en ocasión de un terremoto, que ha derribado también
edificios en buen estado, es indudable que el daño produ
cido por la destrucción de aquélla nada tiene que ver con
los vicios o los riesgos, y sí, exclusivamente, con la vio
lencia del terremoto" 347•
En virtud de lo expuesto, quedan marginados como
elementos interruptivos de la cadena causal no sólo los
riesgos o vicios propios de las cosas sino también la "cau
sa desconocida" del daño, que deja subsistente la respon
sabilidad al no poder el dueño ó guardián de la cosa de
mostrar la existencia de un/actor externo -hecho específi
co y positivo- motivador del infortunio 348•
de uso y circulación de vehículos a motor (art. 39); 111 ley alemana de 1957; la ley vene
zolana de In circulación de 1962; etcétera.
347 Orgnz. La culpa, p. 263-264.
348 Mosset lturrnspe, La responsabilidad por riesgo con motivo de la· reforma al
Código, JA, doctrina 1970-719 y Responsabilidad por daños, t. 1, nº 89, np. a.
_j
COCAUSACióN 193
Quien escribe elevó a la comisión la siguiente ponen
cia: "En los supuestos de daños provenientes de la cosa
misma (riesgo o vicio -art. 1113, Cód. Civil-), el proble
ma del casus se desplaza al nexo de causalidad. Por lo
tanto, el destinatario de la imputación legal de responsa
bilidad, sólo puede exonerarse acreditando la falta de
causación entre el riesgo o vicio y el perjuicio ocasiona-
d o"349
a) El problema de la exención parcial de responsabili
dad. Puede ocurrir que el caso fortuito gravite concu
rrentemente en la producción del daño ocasionado por el
riesgo o vicio de la cosa, pero sin desplazar la cadena
causal sino imprimiéndole una mayor intensidad al proce
so. Actuaría, pues, en estos casos como una concausa
no interruptiva, lo cual plantea el problema de establecer
en qué medida tal circunstancia influye en la responsabi
lidad de los agentes. La cuestión ha dado lugar a inter
pretaciones opuestas en orden a establecer si procede
o no en tales situaciones uria exención parcial de dicha
responsabilidad.
Una importante corriente doctrinal sostiene que el
caso fortuito externo puede alegarse para excusar total
mente la responsabilidad en virtud del principio general
contenido en el art. 513, pero no procede su invocación
como eximente parcial, dados los términos del nuevo texto
del art. 1113, que menciona exclusivamente la culpa de
la víctima o la de un tercero ajeno al dueño o guardián.
Sólo libera, por tanto, el caso fortuito externo que despla
ce íntegramente al riesgo en el iter causal 350•
349 Ver Caso fortuito y fuerza mayor: su funcionamiento en los casos de responsa
bilidad civil por culpa y responsabilidad objetiva, en "Temas de derecho civil", libro de
dicado ni desarrollo de las V Jornadas Sanrnfaelinns de Derecho Civil, con pról. del
doctor Luis Moisset de Espnnés, Bs. As. Universidad, 1980, p. 77-117.
350 Bustnmnnte Alsina, Teor{a, nº 1068; Trigo Represas, Responsabilidad por
daños causados por automotores, p. 41; Llnmbfos, Ley 17.711: reforma del Código Civil,
13. Goldenberg.
194 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
]A, doctrina 1969-53, nº 14-VI y Obligaciones, t. 111, nº 2311 (este autor acepta esta
solución sólo de lege lata, pues In considera injusta).
351 Ver Caso fortuito y fuerza mayor: su funcionamiento en las casos de respon
sabilidad civil por culpa y responsabilidad objetiva, en "Temas de derecho civil",
p. 91-92.
COCAUSACIÓN 195
ductor, habría en ese caso dos autores, dos causas y, en
alguna medida podría liberarse 352•
b) Las recomendaciones formuladas. Por su interés
doctrinario reproducimos íntegramente las recomendacio
nes de las V Jornadas Sanrafaelinas acerca del tema que
venimos estudiando:
"l.. El Código Civil argentino utiliza indistintamen
te los términos caso fortuito y fuerza mayor asignándoles
idénticos efectos.
Despacho a: El caso fortuito queda reducido al 'he
cho de la naturaleza'. Debe distinguirse, conceptual
mente, del hecho del Estado, el cual modernamente es
responsable de su obrar antijurídico y dañoso, y del he
cho del tercero, quien también es responsable (Mosset
hurraspe, Goldenberg, Garrido).
Despacho b: En sus efectos, el caso fortuito compren
de tanto el hecho del Estado, la acción del tercero, como
el de la naturaleza, aun cuando conceptualmente puedan
ser distinguidos (Brebbia, Compagnucci de Caso, Kemel
majer de Carlucci).
II. Despacho a: El caso fortuito o fuerza mayor inte
rrumpe el nexo de causalidad entre la conducta del agente
y el daño (Brebbia, Compagnucci de Caso, Kemelmajer
de Carlucci, Goldenberg).
Despacho b: El caso fortuito es, en rigor, un hecho
extraño; ello equjvale a decir que su 'autor' es otro. Fal
ta, en consecuencia, el presupuesto de la autoría y, por
ende, la relación de causalidad entre el daño y el presun
to responsable (Mosset Iturraspe, Garrido).
111. El caso fortuito como causa exonerativa de res
ponsabilidad debe revestir los siguientes requisitos:
1) Imprevisible e inevitable.
2) No debe obedecer a culpa del presunto· respon
sable.
3) Despacho a:. Extraneidad o exterioridad del hecho
(Mosset Iturraspe, Garrido, Kemelmajer de Carlucci, Gol
denberg).
Despacho b: El caso fortuito o la fuerza mayor reque
rirá el carácter de exterioridad, sólo en los supuestos de
responsabilidad objetiva. En la responsabilidad subjeti
va -fundamentada en la culpa- el caso fortuito puede ser
interno o externo (Brebbia, Compagnucci de Caso).
4,) Debe. mediar un nexo de causalidad adecuada en
tre el caso fortuito y el daño.
Aclaración conceptual de los doctores Mosset lturras
pe, Garrido, Goldenberg y Kemelmajer de Carlucci: en
puridad, más que hablar de 'causa exonerativa', 'eximen
te', o denominaciones similares que apuntan a una excusa
de la persona a quien se atribuye responsabilidad, se trata
del 'hecho extraño' y por tanto de la falta de los presu
puestos configurativos de la responsabilidad civil.
IV. En los casos de responsabilidad contractual,
corresponde distinguir entre las obligaciones de medio y
de resultado. En estas últimas, es insuficiente la prue
ba de la diligencia debida para exonerar de responsabili
dad, al deudor, por lo que éste deberá acreditar el caso
fortuito. El caso fortuito actúa sobre el contenido de la
prestación; volviendo su cumplimiento materialmente im
posible, con extiución de la obligación. No debe con
fundirse con la excesiva onerosidad sobreviniente.
V.. En· los casos encuadrados dentro del art. 1109,
en razón de que el damnificado debe acreditar la culpa
real del presunto responsable, el caso fortuito no adquiere
mayor relevancia, toda vez que la prueba de la culpa ex
cluye la existencia de éste.
COCAUSACIÓN 197
VI. En los casos de culpa presunta (arts. 1113,
párr. 2° , parte 1°, 1114, y ss., Cód·. Civil), la demostra
ción del caso fortuito destruye la presunción legal.
VII. En los casos de responsabilidad objetiva, tan
to contractual como extracontractual, el caso fortuito debe
ser extraño a la cosa o a la actividad sobre la que pesa
una presunción de responsabilidad.
VIII. Cuando concurrieren como concausas culpa
del agente y caso fortuito, el juez atenuará la responsabi
lidad del agente teniendo en cuent? la incidencia del fac
tor subjetivo en la producción del daño.
IX. Despacho a: Si el hecho dañoso causado por el
riesgo o vicio de la cosa concurre con el factum del caso
fortuito, debe imputarse la responsabilidad total al dueño
o guardián, no siendo en este supuesto el casus causal ex
culpatoria (Garrido, Compagnucci de Caso, Kemelmajer
de Carlucci, Goldenberg).
Despacho b: Cuando cqncurrieren c·omo concausas el
riesgo y el caso- fortuito, el juez atenuará la responsabili
dad del agente teniendo en cuenta la incidencia del riesgo
en la producción del daño (Brebbia, Mosset lturraspe)�
X. La carga de la prueba del caso fortuito incumbe
a quien la invoca, salvo las excepciones legales para ca
sos específicos". (Firman: Mosset lturraspe, Kemelma
jer de Carlucci, Goldenberg, Companucci de Caso, Garri
do, Brebbia.)
CAPÍTULO VII
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN
353 La doctrino de In ''occión esperadn", desenvuelta por Mezger y que según Ji
ménez de Asúo es In única cnpoz de dar respuesta sntisfoctorin a In cuestión en estudio,
hn sido-formulada por nquél diciendo: "Todo delito de omisión tiene su fundamento en
una acci6n esperada (enuartete Handlung); sin esa acción pensada, no hay omisión algu
na en sentido jurídico. Con ello logra la completa doctrina del delito de omisión su
firme sustento" (ver Jiménez de Asúa, Tratado, t. 111, nº 1066 y 1152).
354 "Desde el punto de vista de la causalidad, Knufmnnn, en realidad deshace el
problema, afirmando la perfecta identidad entre In causalidad por acción y In de omi
sión. En In comisión, In cuestión se planten diciendo: 'él ha obrado de determinada
manera -si no hubiera obrado ns!' ... mientras que, en In omisión, In misma cuestión se
formula ns!: 'él no ha obrado de determinada manera- si de tal modo hubiera obra
do'..." (cit. por Soler, Derecho penal argentino, t. I, p. 308, nota 9).
l
200 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
355 Nino, Cnrlos S., ¿Da lo mi.smo omitir que actuar? Acerca de la valoración
moral de los delitos por omi.sión, LL, 1979-C-801. Cfr. Jiménez de Asún, Tratado, t.
111, nº 1151; Grispigni, Filippo, Derecho penal, tr. De Benedelli, Bs. As., Depnlmn,
i948, vol. 11, p. 156-157; Bncignlupo, Enrique, Delitos impropios de omisión, Bs. As.,
Pnnedille, 1970.
356 Welzel, .Derecha penal alemán, p. 277.
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 201
dad. Cuando el individuo no hace nada está inactivo,
pero se puede estar inactivo sin incurrir en omisión. El
de inactividad es un concepto natural: mira el no hacer,
en sí mismo, como ausencia de movimiento corporal. El
de omisión es un concepto normativo, porque sólo tiene
sentido cuando la inactividad del individuo se mira con
referencia a una norma que demandaba una actividad" 357•
l
202 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
358 Este autor cuestiono lo posición de von Liszt, según lo cual lo omisión con
siste en no impedir voluntariamente el resultado, expresando: "en vez de hablarse de In
voluntariedad del neto omitido, hay que referirse a In posibilidad de haber querido el
neto esperado: si esa posibilidad no ha exútido, tampoco hubo omisión" (Soler, Derecho
penal argentino, t. 1, p. 306).
359 Fontán Bnlestrn, Tratado de derecho penal. Parte general, t. IV, p. 363 in
fine y 364.
360 Ver Bnigún, David, El delito de incumplimiento de los deberes de asistencia
familiar a través de la leor(a del delito, en "Nuevo pensamiento penal", 1974, año 3, p.
265 y siguientes.
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 203
En cambio, en la "omisión impropia" ella es sólo un
medio para alcanzar el resultado perjudicial querido por
el agente: v.gr., la madre que deja de suministrar alimen
tos a la criatura con la intención de darle muerte; el pro
fesional de la medicina que a fin de acabar con la vida del
enfermo, deliberadamente no conecta el pulmotor; el ba
ñero que al advertir que la persona a quien va a rescatar
es su enemigo personal, no le brinda auxilio dejándolo
perecer. El no hacer traduce aquí la voluntad dirigida a
la consecución de aquella finalidad.
En todos estos casos existe un efectivo acto de comi
sión, llevado a cabo a través de un proceder negativo; dé
ahí la denominación de "actos de comisión por omisión",
que indica claramente que se trata sólo de una modalidad
de los actos comisivos, cuyo régimen le es, por tanto, ple:.
namente aplicable.
Al contrario de lo que ocurre <;:on los ilícitos de pura
omisión, que se tipifican por la sola infracción a un deber
de actuar con prescindencia del propósito del agente, • en
las situaciones que examinamos la causalidad de la con
ducta está dirigida a la creación de un estado de hecho
que se traduce en el resultado comisivo. "Al obligado a
actuar se le puede imputar, en tales casos, la causación
del resultado, porque al omitir el acto que le era exigible,
desenvolvió el curso c�usal que lo produjo" 361•
Lo que en definitiva debe juzgarse es si un determi
nado efecto puede ser causalmente referido al comporta
miento positivo (la ejecución de un acto) o negativo (la no
realización de un acto) de una persona. En ambos casos
nos hallamos frente a una conducta con fuerza causal pro
ductora de un suceso reprobado por el ordenamiento jurí-
dico.
361 Núñez,. Derecho penal argentino. Parte general, vol. I, p. 276. Cfr.
Terán Lomns, Roberto A; M., Derecho penal. Parte general, Bs.As., Astrea, 1980, t.
1, nº 158, p. 275 y siguientes.
l
204 LA RELACIÓN DE CAUSALrDAD EN LA RESPONSABrLrDAD CIVIL
B) La responsabilidad civil
por los actos ilícitos de omisión
362 Puig Brutau, Fundamento.1 de derecho civil, t. 11, vol. 11, p. 671-672, nº 3 a
y notu 2.
1
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 205
ley prohíbe; omisiones, cuando no se hace lo que la ley
manda. Los actos lícitos son acciones no prohibidas por
la ley; los actos ilícitos siempre son acciones u omisiones
prohibidas".
Como lo señala Colombo, tanto el acto positivo como
el negativo (el primero, no obstante, con más frecuencia
que el segundo) pueden ser eficientes para herir al dere
cho ajeno, afirmando luego: "La actividad positiva, pues,
aparece en plano privilegiado, como una pantalla que sólo
por sus bordes deja ver, no siempre netamente, la real
contextura de los actos negativos" 363•
366 Llambfas, Jorge J., La responsabilidad civil por abstención, ED, 48-667.
367 Tejcrina, Wenceslao, Culpa por omuión, en "Temas de responsabilidad ci
vil", p. 82-83. Ver Bacigalupo, Delitos impropios de omisión, p. 129 y siguientes.
1
CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 207
Este último texto legal, pese a su emplazamiento en
el capítulo "De los delitos", contempla el caso de las omi
siones culposas, disponiendo: "Toda persona que por
cualquier omisión hubiese ocasionado un perjuicio a otro,
será responsable solamente cuando una disposición de la
ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omi
tido" 368• Así surge -afirma Llambías 369- del término
"ocasionado" que emplea el art. 1074. No es ocasionado
el daño causado con la intención de producirlo. Ocasio
nado es el daño que resulta de la ocasión, es decir, de la
oportunidad y circunstancia propia para la ocurrencia del
daño: es responsable de ese daño, quien por su culpa ha
creado la ocasión de la cual provino el daño (arg. art.
1109)" 370•
La palabra "ley", contenida en el artículo, hay que
entenderla aquí en sentido material, por lo cual compren
de toda conducta jurídicamente impuesta (v.gr., ordenan
zas municipales, decretos, resoluciones administrativas,
etcétera).
b) Obligaciones legales de obrar. En el Código Ci
vil encontramos frecuentes ejemplos de obligaciones lega
les de obrar (arts. 378, 431, 2103, · 2532, etcétera).
En materia de seguros, la ley 17.418 contiene pre-
373 Dig., libro 50, tít. 17, ley 121. Ver Chironi, G. P., La culpa en el derecho
civil moderno, 2 ª ed., tr. A. Posada, Madrid, Reus, 1928, t. I, nº 28, p. 97-98.
374 "Nadie puede obligar a otro a hacer alguna cosa, o restringir su libertad, sin
haberse constituido un derecho especial al efecto" (art. 910).
"Nadie puede obligar a otro a nhstenerse de un hecho porque éste pueda ser per
judicial al que lo ejecuta, sino en el caso en que una persona obre contra el deber prcs
cripto por las leyes, y no pueda tener lugar oportunamente la intervención de las autori
dades públicas" (art. 911).
375 Orgaz, La culpa, p. 111. Cfr. Plnniol - Ripert, Traité, t. VI, nº 507.
376 Machado, Exposici6n y comentario del C6digo Civil, t. 111, p. 354-355; Sol
vat, Tratado, t. IV, "Hechos ilícitos", n" 2711; Orgaz, La culpa, p. 111 y Los actos ilt
citos de omisi6n, U, 138-1055; Znvnln de González, Mntilde M., Responsabilidad civil
por actas illcitos de omisi6n, JA, 1980-111-796 y ss. Para Tejerina, cuando no exista
norma que mande cumplir el hecho omitido, In irresponsabilidad es el principio, la re-
14. Goldenberg.
210 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
381 Acuña Anzorena, Culpa por omisión y abuso del derecho, en "Estudios sobre
In responsabilidad civil", cap. VI, p. 122. Cfr. Mazeaud - Tune, Tratado, t. 1-2,
nº 528 y siguientes.
382 Ver Goldenberg, La unicidad de lo ilícito. Su problemática, en "Revista
jurídica de San Isidro", 1967, nº 1, cap. 111.
383 En tal sentido, la Corte de Casación francesa ha decidido "que una absten
ción puede ser culpable cuando constituye la inejecuci6n de una obligación de obrar, y
esa culpa no podrfa ser declarada ajena al daño si las precauciones omitidas fuesen ap
tas para excluir el peligro" (Civ 2 ª secc. civ., 18/5/55, "Dalloz", 1955-520, J. C. P.,
1955, 11, 8793, con nota de Esmein, "Gazette du Palais", 1955, 2, 32). Ese fallo
casó la sentencia de la Corte de Orléans del 17/1/49, "Dalloz", 1949, 502, con nota de
Ripert (citado por Llambfas, La responsabilidad civil por abstención, ED, 48-667, nota
8 in fine).
. CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 213
d) El problema de la distribución del daño. Esta
afirmación no significa, sin embargo, que deba imputarse
al autor de la omisión la totalidad del daño, ya que tal
conducta incidió concurrentemente y como coadyuvante
con los demás factores desencadenantes del perjuicio 384•
En la valoración retrospectiva de los hechos el juez
deberá ponderar esmeradamente la efectiva influencia de
la condición, de naturaleza omisiva o negativa, puesta por
el agente en la cadena causal.
e) Nuestra opinión. La regla contenida en el art.
1109, Cód. Civil, en cuanto sanciona la inobservancia del
deber general de conducirse con la prudencia, cuidado y
diligencia que impone la convivencia social, constituye el
sustento normativo de la interpretación doctrinal expues
ta, que compartimos, no sólo por ser la solución más va
liosa desde el punto de vista axiológico, ya que atiende a
un inexcusable principio de solidaridad humana, sino
porque creemos que es la que mejor armoniza el precepto
que estudiamos con el resto de las normas sobre responsa
bilidad civil, de acuerdo con las cuales el obrar culposo
nunca obtiene permiso legal, pues descalifica jurídica:.
mente la acción.
aunque no haya una ley o norma jurídica que imponga In obligación de realizar un acto
determinado. Si bien· generalmente s� alude á los actos jurídicos como actos positivos
del agente (netos de obrar), el no o_brar constituye también un hecho por igual que el
otro, pues tanto el neto ,positivo como.el ·n�gativo pueden perfectnniente ser eficientes
para herir el derecho ajeno (CNCiv, Sala D, 31/12/76, JA, 1978-111-283)._ Para hacer
responsable a una persona de los daños· producidos por su omisión,. no es necesario que
el mandato de cumplir el hecho omitido esté impuesto de una manera expresa por In
ley, bastando que lo sea de una manera implícita en la obligación general que se tiene
de obrar con prudencia y conocimiento de las cosas (1 • lnstPw: Cap, firme, 17/11/,59,
U, 102-740). En nuestro derecho tanto el acto ilícito positivo como el negativo se ri
gen por los mismos principios (CNCiv, Sala F, 20/12/66, LL, 127-371), En la omisión
y en la abstención suele haber tanta culpabilidad como en los actos positivos. Y sien
do así, siempre que se traduzca· en un perjuicio efectivo para otros, no deberá negarse
In indemnización correspondiente cuando In imputabilidad y el nexo causal sean inne
gables. El suceso ilícito se perfeccionará, la infracción al derecho ajeno será patente
y será entonces antijurídico negar las acciones indispensables para restablecer el equi
libro roto (CNCiv, Sala E, 27/9/68, LL, 139-772, 24.123-S). Aunque el arl_. 1074 del
Cód, Civil consigna que debe haber uná disposición legal que disponga la obligación de_
cumplir el hecho omitido, en la doctrina local contemporánea parece predominar la ten
dencia a reconocer que aunque con la acción u omisión no se viole un deber, es necesa
rio tener presente que una abstención puede generar una responsabilidad (CNCiv, Sala
F, 21/11/63, U, 115-3). Para hacer responsable n una persona por los daños produci
dos por su omisión, no es necesario que el mandato de cumplir el hecho omitido esté
impuesto de una manera expresa por la ley, bastando que lo sea de una manera im
plícita en la obligación general que se tiene de obrar con prudencia y conocimiento de
las cosas. Esas omisiones aunque no tienen el nombre de delitos hacen responsnble al
que por su culpn o negligencia causa un dnño n otro (SCBsAs, 20/5/80, ne. 28.890,
DJBA, 119-457).
r CAUSALIDAD EN LOS ACTOS DE OMISIÓN 217
Aquel fallo fue materia de una medulosa nota de Busta
mante Alsina 392•
Los antecedentes del caso son los siguientes: la víc
tima fue conducida a un sanatorio particular donde el pa
dre requirió la asistencia de un médico, quien dispuso
una intervención quirúrgica para extraer la bala del hipo
condrio derecho, para lo cual se le practicó en el quirófa
no una transfusión de sangre. Pero como aquél careciera
de dinero en efectivo para el depósito de los derechos que
exigía el reglamento interno de la clínica, el profesional
interrumpió su intervención, trasladando a la menor sin
su acompañamiento en una ambulancia al Hospital Regio
nal de San Martín, donde fue intervenida quirúrgicamente
y falleció once días después, a causa de un proceso infec
cioso que desembocó en una peritonitis.
Al fundar su memoria contra la sentencia civil con
denatoria de primera instancia, el facultativo centró sus
agravios en la/alta de relación causal entre su conducta y
el daño causado por la posterior muerte de la menor, afir
mando que si bien su proceder tipificó un delito de dere
cho criminal, no alcanzó a configurar un ilícito civil en
razón de no haber causado daño a terceros.
El tribunal de alzada rechazó tales argumentos, de
clarando que si el recurrente fue condenado en sede penal
por abandono de persona, no puede argüir válidamente.
que la sentencia recaída en el juicio civil que lo declara
responsable por. la muerte de la víctima, se sustenta en
un·a simple suposición del juez y que su conducta carezca
de nexo adecuado de causalidad con el deceso.
El anotador del fallo examina con rigor conceptual
todos los aspectos jurídicos implicados en el decisorio: la
naturaleza de la responsabilidad del profesional que esti-
392 Bustamanle Alsina, Jorge, Resporuabilidad del médico por omisi6n de asis
tencia, LL, 1980-A-408.
218 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
15. Col,lcnbcrfl.
226 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
402 Bustamante Alsina, ·Teor(a, nº 1130; Orgaz, La culpa, p. 186; Borda, Obli
gacio=, 3• ed., t. 11, nº 1432; Trigo Represas, La atensión del resarcimiento en la
responsabilidad objetiva, U, 1979-C-790.
403 Una particularidad del sistema creado por dicha ley es que en materia de
transporte aéreo la responsabilidad derivada de daños a las personas, mercaderfas y
equipajes, se encuentra tarifada según una escala cuyos valores se cotizan en base al
patrón monetario "argentino oro".
404 El nrt. IV, párr. 1° de la Convención de Viena (ver nota 346) establece cate
góricamente que la responsabilidad del ·explotador será objetiva. En este marco con-
PRUEBA DEL NEXO CAUSAL 227
la reforma al art. 1113 agregó con carácter general los da
ños causados por "el riesgo o vicio de la cosa".
Es una responsabilidad típicamente objetiva, que
para su constitución sólo requiere la prueba de la existen
cia de un daño en cuyo acaecimiento ejerció una influencia
causal decisiva el riesgo de la cosa o el vicio de que ella
adolecía, que le comunicó dañosidad.
En estas situaciones en que el perjuicio proviene de
la cosa misma, no cabe prueba exonerativa alguna de in
culpabilidad: sólo se acepta la demostración de la causa
extraña -culpa de la víctima o de un tercero por quien no
se tiene que responder o caso fortuito externo a la cosa-;
en consecuencia, no hay aquí responsabilidad porque no
hay causalidad.
ceptual, el art. 2311 del Cód. Civil, en su n ueva redacción dispuesta por la ley 17.711,
decreta en su párr. 2° que "las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a
la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de apropiación", por lo que rige a su
respecto la responsabilidad objetiva por "riesgo o vicio" (art. 1113).
405 Colmo, De las obligaciones en general, nº 130; Busso, Código Civil anotado,
t. 111, comentario a lo� arts. 513 y 514, nº 232 y ss.; Salvat - Galli, Obligaciones, vol.
1, n º 163 y SS.; Rezzónico, Obligaciones, t. I, p. 181.
228 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
406 Plll'D que el'caso fortuito o de fuerza mayor pueda ser invocado como eximen
te de responsabilidad, se requiere que sea la cause único del daño; pero no tiene este
carácter si ocurrió por culpe del agente, o si ésto concurrió con aquél en In producción
del evento dañoso. Lo primero resulte expresamente de los términos del art. 513 del
Código Civil, y se justifico, porque en tal supuesto el daño se origina no en el cuso for
tuito, sino en lo culpo del autor del hecho, que viene a ser as( la verdadera causa del
perJu1c10. Lo segundo es punto que otoñe a In relación de causalidad entre el hecho
de la persono y el daño producido como presupuesto necesario de lo responsabilidad,
consistiendo entonces el problema en establecer en qué medida lo culpa del ofensor es
susceptible de determinar su obligación de reparar cuando concurre con el acaecer de
un caso fortuito o fuerza mayor (SCBsAs, 13/8/57, ac. 856, AS, 1957-IV-165). Culpa
y caso fortuito son términos excluyentes (CNCiv, Sala O, 14/5/69, u,· 138-932,
23.6O2-S).. Aplicaciones de esta reglo son los pronunciamientos siguientes: CNCiv,
Sala C, 6/10/64, U, 117-754; CCiv2" Cap, 16/12/38, U, 13-15; CFed Cap, Sala Civ y
Com, 24/9/68, JA, 1969-1-222; CNCom, Sola A, 18/12/63, U, 115-29.
407 Ver Bonnecase, Julien, Suppléme11t al Traité théorique et pralique de droil ci
vil, en G. Baudry - Lacantinerie, París, Sirey, 1924, t'. 111, nº 269.
408 Vélez se inclinó en este punto por una solución opuesta a la-del precedente
galo, como lo explicita en lo nota puesta ni pie del urt. 1572: "El Código francés y sus
comentadores hocen uno derogación al derecho común, cargando con la prueba al de
mandado, y por esto crean uno presunción de derecho, que el incendio siempre es pro
ducido por culpa de los que habitaban lo casa, presunción desmentida mil veces por los
hl"chos, pues lo más común es que sea por algún accidente inculpable a las personos
que en ella se hallan". En nuestra doctrina, los intérpretes se han esforzado por estre
char el alcance de la regla contenido.en el art. 1572. As( Salva!, partiendo del princi
pio aceptio es strictüsima interpretationis, sostiene que el deudor para eximirse de res-
í
ponsabilidnd tendría que probar, no sólo el hecho del incendio, sino también que éste
había sido el resultado de un caso fortuito o fuen:n mayor (Obligaciones, t. I, nº 165).
Rezzónico, n su vez, afirma que In norma citndn, que considera caso fortuito el incendio
de In cosa arrendada, es una disposición de carácter especial y de excepción, que sólo
rige pnra In locación y no puede hacerse extensiva a otras hipótesis, como el fuego pro
pagado a las casas o cosas del vecino (Obligaciones, t. 1, p. 192). En igual sentido,
Busso expresa que In presunción en favor del deudor que establece el art. 1572, Cód.
Civil, constituye una excepción que no es lícito generalizar (Código Civil anulada, co
mentario a los arts. 513 y 514, n" 236). Éste es también el criterio jurisprudencia!
prevaleciente.
409 Ver el Informe del coordinador, doctor Roberto H. Brebbia. en el plenario de
las V Jornadas Snnrafaelinas de Derecho Civil, en "Temas de Derecho Civil", p. 80-88.
410 Enneccerus - Lehmnnn, Obligaciones, t. 11, vol. 1, p. 71 y nota 12. Ver
Cifuentes, en Belluscio - Zonnoni, Código Civil, comentado, anotado y concordada, co
mentario ni art, 901, t. 4, p. 53-55.
230 LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD EN LA RESPONSABIUDAD CIVIL
1
bre responsabilidad civil", Santos Briz declara: "La prue
ba prima facie o de primera impresión (Anscheinbeweis) es
de relevante importancia en los pleitos sobre actos ilícitos
extracontractuales. Significa que una cierta situación de
hecho corresponde, según la experiencia, a un curso cau
sal típico y determinado. Entonces puede considerarse
que la causa fijada ha producido cierto resultado y que la
alegación puede tenerse por probada. Corresponde este
concepto a la apreciación de la prueba y no significa una
inversión de la carga de probar, sino una mera facilitación
de prueba" 411•
El juicio de probabilidad confiere una segura guía al
intérprete, no sólo para la determinación del nexo causal
sino también, una vez establecido, a fin de precisar jurí
dicamente su alcance.
Estas directivas tendientes a encauzar el proceso del
razonamiento -como una suerte de tópica- permiten dotar
al juez de un amplio margen de· apreciación, no ceñido
por fórmulas o esquemas apriorísticos, en una materia tan
sutil y compleja donde la lógica de los hechos y el estudio
de todas las circunstancias y factores causales que inci
dieron en cada situación, contribuirán a responsabilizar o
no al autor de un hecho por determinadas consecuencias
que de él emanen.
Apoyándose én que la única prueba excusante es la
de una causalidad ajena al guardián, se sostiene que los
casos de responsabilidad objetiva se explican por una
"presunción de causalidad". Esta tesis es defendida por
Orgaz, quien en su libro La culpa aquilata la responsabili
dad por "riesgo y vicio de la cosa" y la "responsabilidad
por los animales" en el capítulo que lleva como epígrafe
"Presunciones de causalidad" 412•
L
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Lá fotocomposici6n y armado de esto edición
se realizó en EDITORIAL ASTREA, Lavalle 1208,
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de setiembre de 1989.
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