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Luege ae superar todo lujo de vacllaciones y resistencias, exe papel fue desempefiado por la cochinilla, minGsculo insecto hemiptero del tamafo de una chinche que s© nutre del nopal o tunera y particularmente de la varledad o especie conoci¢a por apuntia coccinillifera, [a mas carnosa (3). El coccus ‘cacti se utilizé como materia prima tintérea por la industria sedera y textil que saturaba los mercados ultramarinos y ‘seropeos, al obtenerse de &1 dcide carminico (¥). La fuerte demanda briténica y francesa se abastecié en principio gracias a la produccién centroamericana, hasta que la oferta canaria entré en liza y la desplazé de modo efimers. Desde principios del siglo XVI la cochinlla era conocida en el Viejo Continente, Et insecto fue Importado en 1523 desde América, pero sus intentos de aclimatacin fracasaron por las negativas condiciones climatolégicas imperantes, Hacia fines det LXVIIL, la riqueza que su comercio reportana motivé que se generalizasen varios estuerzos por introducitla en diferentes regiones: El propio Nelson, en 1795, intent fomentar Ia ingustrla de la grana en Calcuta, Madrés y otros enclaves del Indico, sin que la fortuna 1e acompafase. De esta época datan, igualmente, los primeros cultives en tierras del mediodta expafiol. ‘Toierty se empefiarfa después por extenderle en las Antillas, logrande apenas una mediocre propagacién en Haiti. Los franceses pugnaron por emprender su produccién en Martinica y Guadalupe, como acto seguido en Argelia, quedando en ambos casos sus esperanzas defraudadas. En la tercera década del XIX, México y Honduras eran los principales centros productores, aunque st cfrculo alcanzase ya los territorios de Carolina del Sur, Cuba, Brasil ola isla ae Java (9). isten testimonios de una temprana aclimatacién del pardsito en Adeje, al sur de Tenerife, durante el decenlo ¢e 1780 (6). EL historiador liberal Millares Torres, no¢ ategura que en 1788 se crajeron tuneras de fruto colorado con énimo de fomentar la cela de la grana (7). Pero estos timidos eneayor no tendrian continuidac. Hancia que esperarse a 1820-25 para que ‘apareciesen en Tenerife las primeras pencas que iban a inaugurar un nuevo estadlo econémico, importadas desde Hondurss México, via Cédiz (8). Fue, pues, con el retorno de las Pax Britannica a los mares, tras el contlicivo paréntisis de las Guerras {dela Revolucién y cel Imperio, cuando Jos incustriales ingleses en primer lugar hicieron crecer la demanga ae Scido carminieo, unigndose la cochinila al legendario Palo de Campeche, al afi, la orenilla o la cércuma, tintes vegetales para animer las antasias de las manutacturas de sedas, algodones, panos y demés, diversificando el espectro de varieaades policromas que $¢ judizaba la imparable decadencia viticola y cuando la aepreciacin de nuestra barrilla en los mercados exteriores era un hecho irreversible, se empezé a expandir la grana en un contexto cada vez sumministraban a Londres o Liverpool. Ast, mientras se mis depresive, Resistencias « impulsos ilustrados La tunera crecfa de mancra espontines en los barrancos; las falaas de las montafas y otros lugares aormalmente incultos 2 las slas. Todo lo més, se empleaba para cercar 0 servir ae lingeros a las fincas eisticas, A pesar de ello, su fruto (nigo de tnaia, de pala o tune) era consumice por mucnas familias campesinas, ocupendo una parte de la dieta alimenticia por pequeta que fuese. Igualmente servia para alimentar 4 camellos y otros animales. De an{ que los labradores se resisteran ala crfa y propagaciGn de un insecto que, ademés, juzgaban tan perjusicial come la filoxera de las viflas. En el trienio 1822-24, fueron frecuentes las demandas entabladas entre vecinos porque la cochinilla de uno se fijava en los nopales del otro, reclamando este “lsimo la ceparacién ae los earls proaucidos (9). Hizo falta una campaa perseverante ce cistintas instituclones para vencer estos y otros costéculos. Desde que s€ ‘consoliaé la prensa periSdica, [as columnas de los semanarios se llenarian de articulos que aaban noticia de las primeras experiencias, con estudios y opservaciones sobre los sistemas de produccién empleados en México (10). La impresién oe ‘memorias,cartillas ¢ instrucciones (en particular las de Sabino Berthelot y Santiago ce la Cruz), can el destacado apoyo de 18s Sociedades Econémicas de Amigos del Pafs, contribuyeron a arrinconar las aversiones con que se recibié al renovador articulo (11), La batalla emprendida por os tarafos lustrados acabé por alcanzar el éxito. Una clrcunstancia fortuita vino a propiclar en Tenerife el trimnfo de la propaganda ilustrada, Las pertinaces sequias que sufcied el Archipiélago en la cécada ae los 30 y 40, arrostraron unas cotas de miseria especialmente graves én Jas focalidaces Gel sur, mis Sridas y deprimicas (12). Legiones de jornaleros nambrientos invadirfan con sus familiares las calles de Santa Cruz yy La Laguna, acogiéndose al amparo de Ia caricad piblics 0 privada, Ante esta coyuntura calamitosa, que llegé a reporter ia jan oe las cosechas de cereales durante tres alos seguidos, los grandes propletarios, absentistas o no, optaron por plegarse & ipstigaciones de la minorla més inguleta y de mentallaad mis avanzada. Es entonces cuando se emprende con lentitud una version sistemética y a gran escala del campo insular, pasindose allf de una agricultura extensiva de subsistencia y 1 para el mercado interior a una agricultura de exportacisn, intensivay de gran centabilidad, Desde el sur de Tenerife, ferbrene #© propagé paulatinamente hacia otras zonas de la isla y su consolisacién getiniiva Incentivard al rest, Anos is, Gran Canaria detenté la primacia, ues en el Bianio 1870-71 controla casi ia mitad de auestra produccién total (13). (Una voz tan autorizada como la del plonero Santiago ce la Cru, se encargé de advertr que Ia grana no exigfa “trabajos sos ni consderablesdispendios ni desveos" (14). Se trataba, en efecto, de un cultivo de bajos costos para la terratenencia I burguesia agromercantil, bien por dsponer de agua, por emplear mano de obca familiar o temporal, © por ceder en régimen arrendamientoy aparceria las explotaciones, como absentistas que eran muy amenude. En 1860, de ls 152 propictaris que fdvaban nopales en Géldar, 38 (ei 25%) resian fuera del municipio y explotaban 47,8 fanegacss, el 53,8% del total de las eras dedieadas a nopsles. Estos multifundista, sore todo vecinos de Las Palmas, controlaron asimlsmo la comercializacién | proaueto y colnciden con Jos grandes propletarios de agua del términe. Por otra parte, un 91% de los pequeios utiundistas residents, cultivadores directos, tenfan parcelasinferoces a una fanegada y el 86% de ellos menoces a los tres elemines. Con unos costes de produccién mucho més elevados por carecer se agua en su mayoria. El caso de Géldar tal vex Jue Ser paradigmético de la estructura oe la propiedad y oe los procesos de tranalo en os distros costeros, onde el Vintuncio campesinoalcanzé una celativa importancias en otros es seguro que el peso de ls terratenientes fue muy superior ‘ infimo el papel cel campesinado parcelista, realidad que sin cuda predomind en Fuerteventura y Lanzarote. De cualquier Jorma, lo certo es que en un sistema ge cultiva intensive dominaron los regimenes 6 tenencia y las relaciones sociales de peocuccén precapitalistas (13). EL Insecto s¢ aclimataba mejor en las zanas costeras, con mayores aisponibilidades nicricas y elevadas temperaturas todo ‘lao, pero su entronizacién también fue posible en el campo conejero y majorero y por encima de los 300-400 m, ae altius, en Jas zones medias y altas ce las restantes Islas, a pesar del peligro de muerte que amenazaba a las macres curante los Inviernos. En cegacto, una fanegada de terreno en Gran Canaria (5.503,6 m2.), era capaz ce producie en cada cosecha cinco ‘uintales de cochinilla (3,250 kg’), y la explotacién intensiva de un tuneral aamitia por términe mecio dos anuales y nasta tres 4i la estacign era suena (16). Las favoraples condiciones ecolégicas (reducidas amplitudes térmicas y escasa pluviometrta, particularmente en las costas), potenciaban a priori una répida expansi Asombra sobremanera, no obstante, el ampllo perioao de més ce seis lustros que, en estas condiciones, exigirfa al tivo renglén para empezar a adquirie carta de naturaleza en el paisaje rural y alguna siginificaciéa dentro ce nuestras ‘xportaciones, Ello es sumamente revelador y contrasta con el proceso que seguirfan platanos y tomates en las postrimerfas de la centucia, cuando el capital fordneo desempen funclones negeménicas. Side veras fue la economia insular la que protagonizé el despegue de la grana sin que interviniesen cecursos exteriores, Aicno fenémeno sélo puede explicarse atencienco a la escasez de capitales disponibles (ae ocigen agrarlo o mercantll, més La sportacién de las remesas indianas}, © cuestionanao serlamente el presunto cinamlsmo de las clases dominantes (17). Su nivel de geumulacién en esta Spoca ce crisis, como en otras anteriores o posteriores, probablemente no fue muy alto, més sf lo fuliciente como para permitir una mayor aceleracién en el desarrollo de una alternativa econémica tan ventajoss. Sobran testimonies come para fundamentar 1a creencia de que, sin el incentivo ce los puertos francos, el auge de la cochinlla hubiera soo inviable. Procuecién y cor unas referencias Los instrumentos de trabajo eran por lo general uy risticos y no todos los cosecheros disponian de estufas para matar la Cochinilla. Las téenicas de cultivo distaban de caracterizarse por su racionalidad o eficacia, realizindose con frecuencia la Semiliacién 0 Inoculacién del parésito an los nopales al afo (18), si bien era preciso aguardar dos o tres por lo menos. La Drictica de abonar las tierras, pete a las facilidades que Jas franquicias reportaban para la importacién de guanos, no te ‘Beneralizé hasta 1868-70 (199; e8 a partir de 1888 cuando la entrada de fertilizances alcanzaria guarismos oe consideracién, Vinculaca ya a plitanos y tomates. Por falta de conocimientas la produccién se basé mis sobre los tipos plateaca y negra, ce ‘enos sustancia colorante, que sobre Ja zacatilla, de mayor cotizacién. La siembra de guisantes, cebollas o habas en las ‘entrecalles de los plantios, no se ejercité ni con la frecuencia ni la atencién debicas, circunscribiéndose sobre todo al cultivo Poco remunerador de papas, cebada o centeno durante el primer aflo, Los mejores terranos de cereales y viflas se destinaron 634 la grana (21), sin que preocupase en demasta la civersiticacién de la agriculture; era légico, pues en Gula de Gran Canaria el valor de la cochinilla sobre el total de la produecién agraria llegaba en 1859 al 56,9%, siguiéndole el millo con un 19,9% (22). Contrariamente a lo que pudiera creerse, fue el mercado peninsular el que primero absorbi6 de forma abrumadoramente prloritaria el grueso de nuestras expoctaciones. A este punto, ignorado hasta hoy, nos ceferimos en la ponencia que con un grupo de licenciades de la U.NLE.D. cedactamos para el V Coloqulo canariowamericano (Las Palmas, octubre de 1982). A lo largo del decenio 1833-1842, que se corresponde con el ciclo inaugural de nuestras remesas exteriores, casi las 6/5 partes de la ccochinilla canarla se envlaron a Cééiz y otros puertos nacionales. La demanda extranjera, bisicamente inglesa, ofrece en este lapso unas exiguas cantidades y no sigue un proceso lineal ascendente, La oferta Islefa, pues, tardé en abrirse paso en los rmercados europeos y sobre todo en Londres, ante l total predominio de la hondurefa y mexicana. La cochinilla empezé a exportarse en 1831, cuando saldr‘an & libras como muestra desde Santa Cruz de Tenerife, al precio de 32)17 rven. cada una, Al ato siguiente se lleg6 a 120 apenas, de las que 96 fueron a la Peninsula y 24 al extranjero, bajando la cotizacién a 30 cvon, para descender 26,4 en 1835. El acceso al mercado peninsular fue favorecido por la real orden de 14 de enero de 1827, por la cual se declaré exenta nuestra grana de todo derecho de puertas en Céaiz y demés ‘emporios maritimos del reino, Elfin de este privlleglo acuanal en 1282 tcaeria consigo una baja con respecto al alo anterior y provocaria a solicitus que cursa la Junta de Comercio de Canarias para que se restableciese 1a exoneracién, como asf ‘acordaria el Ministerio de Hacienda el 21. de diciembre. El retorne a la inmunidad derogada al términe de la Regencia, podtfa ‘explicarnos después las 69.241 libras remitidas desde Puerto de Cabcas y Arracife a los puertos espafioles en el bienio 1884.45. ‘La demands extranjera, sin embargo, ocupaba ya el primer puesto, cesplazando a la nacional. ‘La cochinilla es, por estas fechas, un praducto cultivado eminentemente en Tenerife que se comercializa por excelencia ‘através de Santa Cruz. Casi las 3/4 partes de las exportaciones se sacan por allf entre 1833-82. Claro que, los comerciantes de festa plaza, canalizaron a buen seguro algtin monto de la produccién conejera y majorera, reproduciéndose tal vez la misma situacién que habia conocido la bacrila a niveles superiores. De cualquier forma, el cultive tardé en extenderse por las Islas corientales y la capital fue, asi, el puerto principal de la grana hasta la promulgacién de las franquicias comerciales Segin un Informe del cSnsul briténico Bartlett referido a la exportacién en 1886, por ella y por el Puerto de la Orotava se expide el 70,06% de las partidas, frente al 15,82 de Las Palmas, el 9,09 de Arrecife y el 5,13 de Puerto de Cabras. Es incuestionable el escaso volumen que las exportaciones tendrian en el mentado ciclo Inaugural. Los 3.272,73 quintales de la década de 1833-82, con cifras testimoniales en los primeros aos, contrastan sobremanera con los 900 enviados @ la capital pritdnica s6lo en 184%, El proplo Bartlett nos asegura que es en 1847 cuando Ia propagecién del insecto crecié rotablemente y se verificaron extensas plantaciones. Un cartel entre los compradores londinenses se pudo conquistar en 188, favoreciéndonos la politics arancelaria ivrecambista del ministro conservador sir Robert Peel. Las importaciones en Londres se cuscruplicaron en seis aflos (9.000 quineales en 1850), més para entonces ya se habla procucido una notable depreciacisn por saturaciGn de los mercades europe y el predominio en ellos correspondis a México y ante todo a Honduras (23). La enervante ralentizactén con que se extenderfa la grana en las [slas, nos Impidlé aprovechar las elevadas cotizaciones que en Inglaterra Imperaron hasta 1831, en que era utilizads para la elsboracién del carmin y demés pastas finas de pintura o et gobierno 1a adquirfa cirectamente para tetr los uniformes militares (24). Fueron al cabo circunstancias fortuitas y de orden extraeuropeo (al sobrevenir Ia epidemia de maleza que afecté = nuestros competidores centroamericanos y al canalizar éstos mayores voliimenes hacia el norte estadounidense), las que provocaron el éxito canario en Londres © Marsella y el apogeo productive que se cegistré desde 1855 en adelante, Le ‘aceleracién geométrica de questras exportaciones tiene lugar a partie de 1860 y llegé a la cifra-punta de 60.000 quintales un decenio después. Asi y todo, hasta 1865 procedia de América Central mas de un 55% de las Importaciones londinenses, por 10 {que la hegemonia isleta se constrife a un corto ciclo quincenal. Entre 1865-69, cuando Ia cochinilia represents el 90% del valor total de las exportaciones canarias, los Driténicos absorbleron al 73,2% de su cuantta y los franceses el 22,2 (25) La cochinulla hizo posible una considerable recuperacién demogritica y, como aijera Millares Torres, generé “los de oF0 que inunaadan campos y cludades" (26). Sin embargo, 0 fue el motor para un desarrollo econémico sostenido al tranformé de forma sustancial las etructuras tradicionales de la sociedad canaria. Gran parte de los capitales acumulados se transfirieron & acién civil; ue atecté a un total de 1.002 fincas risticas con la compra de tierras, fincas urbanas y aguas durante la desamortizs luna extensién de 38.982 Ha, en la adqulsicién de las cuales se invirtieron 15.207.035 rvon. Entre 1855 y 1869, I 63s desamortizados canalizarin un monto global ée 20.167.630 rvon., presenténdose hasta 1864 una clara correlacién entre el indice de ventas y el precio de la grana en Londres. Los aos més dlgidos serfan los de 1866-67 (27). La gran propiedad salié de ella més fortalecida que con la desamortizacién de 1836. 1A pesar del clima de euforia que se cespitS en aquellos afos, una de cuyas muestras fue la Exposicién provincial que en Las Palmas inauguré sus salones el 29 de abril de 1862, la balanza comercial siguis siendo deficitaria. Tampoco permitis. cochinilla la aparicién de una banca ausSetona, la creacién de un sistema de sociedades andnimas o la modernizacién de los ‘ransportes terrestres 0 maritimes. a gran crisis El crack de la cochinilla comenzé a gestarse desde que se descubrié un colorante quimico, la anilina, por destlacién de la nulla. Parking logeé el violeta en 1836 y, més tarde, Ligtfoot obtuvo el negro sobre algodSn. La Exposicién Universal de Londres divulgé después 1os colores magenta y solfering. Desde 1870 se asiste a un cambio de signo en la metedrica coyuntura bonancibie de la grana. La guerra franco-prusiane paralizé la normalidad comercial y bursitll europea y la depresién ‘econémica capitalista afecté terriblemente al sistema productive canario. La aplicacién a gran escala de las anilinas sintétieas, en este marco recesive, provocaria una baja de los precios que se verd agravada por el incremento det stocks en los mercados. El reinado de la cochinilla inicia eu declive a partit de 1871 y eae en un ocaso iremidlable tres afios después. Entre 1876 y 1884, Ia valanza comercial incrementaré en 6 veces su déficit. El nivel de empleo experimentaré una aréstica redueciSn, intensificéndose la presién de los grandes propietarios sobre el campesinado sin tierras para resarcirse de la merma, e sus ingresos. Muchos peque‘ios cosecheros, que habfan artendado parcelas a precios exorbitantes gracias a empréstitos onerosos, cayeron en Ia ina al no poder afrontar los crecids intereses que devengaben (28). Lo mismo les ocurriré a modestos parcelistas, adeudados hasta el limite de tener que abaratar sus fundos. ‘La magnitud de la crisis econémica quedaria perfectamente registrada en la evolucién demogrética. Durante el periodo Intercensal 1878-87 Ia poblacién canaria se estancé, con apenas una tasa de crecimiento del 0,379 anual. Las islas orientales, de mayor aridez, serén las més afectadss. Lanzarote y Fuerteventura pierden habitantes y el Gnico crecimiento grancanacio hace acto de presencia en la capital, centro de atraccién y refugio en momentos de estrecheces agrarias. El estancamiento se evidencia también en La Palma y Tenerife, salvo en a capital de la provincia. La Gomera, y en menor grado El Hierro, cescaparian a este bajén del ritmo poblacional (23). Con la primera gran crisis demogréfica de la época estacistica reaparecerd una utrida emigracién americana, ‘estructural "vélvula de ajuste" para la superacién de las contradiceiones econémicas y espita de cara a suavizar o eliminar las tensiones sociales. Aunque la expulsién de fuerza de trabajo excedentaria se orlent6 preferentemente hacia Cuba y Puerto Rico, fa legislacién gubernamental fue eliminando poco a poco los obstéculos que {renaban su desplazamiento a lat repéblicas continentales. A partir de 1853, es posiilidad se concedié particularmente a los canarios. El saldo migratorio fue negative para las Islas en 1881-90, favorable a las salidas en més ce 23.000 personas. De forma Individual © en pequetios grupos fnumerosos contingentes de emigrantes clandestinos utilizeban las colonias caribefas para saltar a Venezuela, Uruguay, etc, ‘ete. Entre 1878 y 1888, 11.424 islets entraron en tecritorio venezolane, fo que cepresenta un 43,77% del cémputo total de st Inmigeacién por entonces. Los méximes migratorios legales se sitJan en el quinquenio 1881-85 (30). ‘La depréciacign de la grana en los mercadas exteriores en mado algun acarrearfa un pronto final de su cultivo y comercializaciSn. Antes al contrario, cualquier sublda coyuntural de los precios (como sucedié en 877-78 y 1880-80, autoniticamente hacia renacer las esperanzas de la mayor parte de cosecheros y exportadores, renuentes a toda innovacién costosa y de resultados inciertos, deseotos en suma de mantenerse en el Srea de la libra. Todavia en 1882, a cochiilla supuso lun 84% del valor total de las exportaciones grancanarias, y en [886 un 53. El derrumbe definitive de las cotizaciones londinenses habria que posponerio a 1883-88 (31). Es a partir de entonces cuando puede hablarse del inicio de une inequivaca reducelin de la superficie destinada a plantios de tuneras, lo que en buena parte se nizo siguiendo las directrices briténicas tendentes ala aueva reconversisn de la agricultura exportadora. I, DONDE SE TRATA DE LA PREPARACION DE UN TUNERAL Disponer de un cantere en condiciones no requerfa culdados especiales ni excesives conocimientos. Desde muy antiguo, Jas runeras abundaron por los éridos y escarpados parajes de las Islas, sin que fueran cultivadas en ningiin momento. Los higos sllvestres, asi y todo, se consumfan frecuentemente en los medios risticos y el nopal increments su presencia en los lindes de las fincas 0 en sus proximidades. La planta era, pues, familiar al campesinado y éste sélo precisé aprender un conjunto de gencllas técnicas de cultivo para surarse al novel venero ce riqueza. Eleceign y sconciclonamiento del terreno Un buen plantio ce tuneras ten{a que estar expuesto al mediodla y abrigado de los vientos dominantes. Las tierras ‘especialmente aptas fueron aquellas llanas de composicién alealina, volednica y demés, siendo asimismo Gries las cascajosas. Apenas era preciso que estuviesen sueltas y ligeras, ya que las arcillosas retenfan demasiada humedad y las muy compacras Impeaian a las raices penetrar fcilmente. De cultivarse en riscos o laderas casi desnudos, no servian sino aquellos lugares de piedra cantera o almendado abierto, es decir, lo suficientemente agrietados como para permitir que por sus hendiduras pudiese arraigar la planta (32) Incluso en Jos terrencs lisos, s€ hacia necesario remover o sorrinar el suelo con aradas profundas. Una vez allanado y sireado, se trazaban surcos longitudinales de una tercia o mis de protundiaas, a una distancia ce alrededor ae 1,20 m. uno del ‘otro, La amplituc de estas calles a cordel debla ser mayor en los fundos ce regadfo. Si en el transcurso de la cava no se cconsegula penetrar Io suficiente mediante el arado, el surco tenfa que ahoncarse con la azaca. Acto seguido se echapa el bono, siende preferible al estiéecol comin el uso de guano superior, cazén de 12-10 kg. por fanega de secano (52,88 reas), ins de practicarse el riego (33). Esta iitima labor, come ya dijimos se generalizaria con extrema lentitud y no alcanzé jamés frances proporciones. Los nopales se plantanan en los meses de agosto y septiembre en la mayorfs ae las localicades isleias, aunque en los primeros tiempos se acostumbrs aguardar a que al otoflo estuviese ya avanzado. Los cosecheros elegian entonces una tunera rmacice de més de un afo de edad (36), lozana y con pencas vigorosas. Un plantén para tlerras de regacio podia contar con tres hojas por lo menos, recomendénaose que tuviesen una o dos a lo sumo en las ae secano, tanto en mediania como en costa (35)- Las palas eran arrancadas a mane, dslocindolas por la articulacién, © bien cortacas unos dos cm. por encima (36). Hecne ést0 se proceata a extenderlas horizontalmente soore el suelo, en un lugar no cemasiago himedo y en donde les diese bien el Soh Se ejaban ast expuestas durante un lapso que inicialmente fue Ge 15 a 20 afas, segin argumenté Santiago de la Cruz (pp- 2-3) para educirse después a 10 0 una semana, Mientras las pencas se oreaban y cicratizaban sus roturas, engureciéndose at exterior, habia que voltearlas dos 0 tres veces a fin Ge evitar su encorve. CCumplimentadas semejantes faenas, pasibase a aistribuir las alas en los correspondientes noyos, alertos en los surcos calles con un intervalo de dos varas entre sf, Debian enterrarse unos dos tercios de las mismas en la tierra, ordendncolas perpendicularmente en los sures, con los bordes nivelaces y una ae sus caras expuesta a la cireccién de los vientos dominantes ‘en la época de lluvia (37), Ya desce muy temprano se eecomendé la colocacién de norquetas en las penaientes y el veriticar ot plantfo inelinanco las pencas un poco hacia atrds (38). Leabores,riegos y abonos Hecho el plantio, se escarcanan las tierras a mano 0 se sachaban con la azada 0 con un escarailo pequefoy culdande de 0 levantar 0 cortar las raices: De estar bien preparaco y abonado el terreno, las pencas arraigaban con prontitud sin necesicad de regarlas inicialmente. En los predios més feraces de las medianias el regacio result6 innecesario, siempre que al invierno hubiese sico lo bastante Lluvioso, Unicamente se mojaban un poco las explotaciones, a los 20 6 30 afas, Luego de una estaciée ‘muy seca, De entlaquecer los plantones, en las costas convenia cegar las entrecalles durante las épocas oe més calor. ‘Travanaose ae fincas de regacio, una dula a las tres semanas era suficlente en condiciones normales para superar el inviernoy capitignoola al mes si se cetrasaban las lluvias. El rieg te aplicaba de ple © por decrame, cebienco ciscurri el agua por !a# 637 calles de Ia plantacién sin pasar de inmeaiato a la base del nopal. Cuanao 1a planta ea joven tenia que impede el empapar semasiago su drea circundante, pues oe lo contrario se pudria. A lo largo cel mes de diciembre se removia la superficie del plantio con una cava, Si se querfa abonarla, antes de esta operacién convenia disponer el abond a los pies oe Ja tunera, para que se mezclase después convenientemente. Para este menester se utilizana el gruno © palomino en cortas cantidades, asi como estiéecol de cochinos 0 reses en pactidas no muy attas. Los tunerales de secano se estercolaban al tercer 0 cuarto aio, anticipSndose © incluyeado una dula ce agua en los de regadi6 cuando no sobreventan pronto las luvias. Al principiar la primavera volvia a practicarse otra cava, a fin de arrancar las nierbas que habfan nacido en el interin. Entonces se atenofa especialmente a destelafiar Ia tunera y liquicar parésitos (la lamada cochinilla bastarda, por ejemplo), Darrigndola con una escobila fina u otro instrumento a propésito. Esta limpla habia de repeticse tantas veces como fuera reciso (39). La poda, por otra parte, resulté ser una operacién initil y cays en desuse. Ya que efa imperioso despencer en el ‘momento de recolectar la cochinilla, parecia supertiuo repetie esta tarea con antelacin (80) En las costas y zonas secas fue Imperativo regar durante el verano en una o dos ocasiones. El rlego, sin embargo, aebia economizarse en los términos més frescos y en las medianias, prescinalendo de adular tras de buenas invernacas aquellas ‘uneras de cuatro a cinco aflos que se mantuviesen frondosas. £1 exceto de agua secaba incluso a las ya maduras o 18s dejaba ‘esas y amarillas, Una exigencia elemental para el cosechero circunseribfase a saber distingur, al presentarse la reventazén, los botones 0 yemas que nabrian de dar origen a los frutos o higos chuinbos de aquellos ottos que se convertirian en nuevas nojas, Los rimeros tenfan una forma redondeaca © glooular, mientras los segundos ofrecian el aspecto de bastoncitot aplanacos. En caso {e uaa, unos pocos afas dastaban para que desapareciese, pocque éstos consumfan parte ae la savia que nutrirfa alas pencas y ‘18 misma grana en su momentos ademés, la cocninilta tenafa a golparse en eis si se les dejaba crecer, cayéndose 0 criéndose e peor conaicién. En el lapso curante el cual permanecian los nopales sin insectos, se scostumoré sembrar guisantes, cebollas u otros am oo ve m™ os) mujer, sino también los de los nifoe, constinuyende asf una oumerosa prole un verdadero Dienestar para sus padres", Uplaen, p. 43). EL Omnibus, Las Palmas, 7~ AEE cits WIV, pe 13H, “Los cotecneros tienen que interrumpir con frecuencia los trabajos de la semillacién y recoleccién de la grana par no tener personas que les ayucen en estas diversas operaciones. Las obras particulares y plblicas esperan a que se conciuya otra, para tomar los peones y oficiales que han trabajado en ella y utilizarios en las suyas. Muchos ramos de riqueza piblica estén sin explotar y muchas empresas paralizadas porque no hay, a ningin precio, brazos que en ellas trabajen’, EL Omnibus, fem, Infgem. Con antelacién puede leerse este significative fragmento, a propésito de la politica ce los navieros interesacos en omentar la salida de emigrantest "Cuando se les dice por los agentes Interesados en esta expeculacisn, que en Cuba un jornalero o una moza de servicio gana un duro diario, se cree que ese duro tiene all el mismo valor que en estas ilas, es Gecit, que con aquellos veinte rvon, puede adqultic los mismos objetos que aqui compra para su allmento y vestido y para pagar su naitacién, Un duro alli, tiene el mismo valor que una peseta entre nosotros. Mis pobreza les espera, {generaimente hablanda, a los que llegan alli con su familla, que a los que permanecen en el pais. Esto sin contar con el Clima, que se lleva siempre los dos tercios de la emigracién”. Testimenio de Magdalena Navarro Wood (Las Palmas, 29-IX-1983), procedente de Luisa Navarro Pérez, sia abuela ge la deciarante. M&s sencillo y remunersdor era, en criterio de Lea y Falcén (pp. 958-59), contar para este menester con vasijas cilindricas de barro que hiciesen unas 12 libras de grande Tapindolas Bien, morfan los Insectos en 24 horas, cecesitindose 141 doble de tiempo si fuese menor o no se llenase el depésito. La desventaja de este sistema centrabase en la lentitud con {que se secaban al sol las cochinillas, debiéndose aplicar un calor artifical moderado. LEON ¥ FALCON, p. 458. Los destinados a secaceros congregapan hasta una pelicula de grana de 1} 0 2 pulgadas de espesor, la cual se reducia a media en los de asemillar, CRUZ GONZALEZ, p. 7. Este mismo autor (p. 21) indicarfa tempranamente que, un cuarto dispositive centrado en el vapor, no era rentable por los levades costes que ccasionaba, a pesar de ser el mas répido. LEON ¥ FALCON, p. 459. Podia ser tambin de lienz0 0 alamore de 10 cm. de alto, como ocurrié en Gran Canaria. GRAU-BASSAS, p. 56. Como quiera que el contenido de las cajas inferiores se secaba antes que el de las mis alejadas det foco se calor, los operarios nabian de vatiae el orden de colocacién para que el trajin terminase al unisono. Igualmente podfan colgarse los sacos, para sacucirlos de abajo hacia arriba. La ceniza era preferible a picén voleSnico, pues al secarse el parésito se prendia a éste por su parte céncaba inferior y resultaba engorroso desprenderie, Al Sijar los precios, el comprador siempre consigeraba el peso de 10s elementos rixturados y la cocninilla perdia mucho valor si estaba muy adulteraca. Para apreciar la calidad del producto se repasaba Ja parte convexa con un pincel mojado en agus, consicerincose en correcto estado cuando no destefia. En la Memoria que presents en 1876 a la Sociedad Econémica de Las Palmas, Houghton aflema que la cochinilla negra cecniga en Londres no conten{a sino de dos a cuatro onzas de desechos por cada WT BP SP PPrPEeebhpirlbheHHEEEEES:S SE — 0 aw ca ) a w a6) a () ov on 130 libras, mientras que los desperdicios eran muy superiores en las ordinarias, CE, "Crénica det pais en EL Omnibus, 17-V-1862, p. 2 (tomade ge La Crénies de Lanzarote). Emples diene miquina en su propio domicillo y con provecho. Espinos invents otro ingenio para tostar el grano, que permitia a una mujer cubrir 100 fanegas en un ala, ademés de una tercera para separar el enobajo de la céscara de la wva, tras recibir la primera presién en el lag con ella, dos hombres bastaban para nacer el trabajo de veinte, al decir cel autor de la reselaque divulg6 los méritos de tan curso personaje. Ct. El Omnibus, 30-X-I867, p. 3 (tomado de El Guanche de Santa Cruz ae Tenerife) “Crénica del pais’, en idem, 31-XII-1858, p. 2 (carta del corresponcal en aquella isa, fechada el fa 26) "Memoria de la Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio", IV, ibfdem 6-VI-1863, ps2. "Las arenas", en La Aurora, Puerto oe Cabras, 7-Vi-1902, pe 2. EL Omnibus, 7-XI-1859, pI. Lo firman, entre otros, Temés Villalba, Antonio Gonzilez, Agustin Cabrera, Julién Diaz, Hilario Garcta, Antonio Cabrera, Jerénimo Francisco Batista, etc. El ayuntamiento atendié sus peticiones, matizando la que hacia referencia a rivilegiar las yuntas de labor en los abrevaderos piblicos en tiempos de sequia. Arch. Francisco Navarro Artiles, Puerto del Rosario Boletin Oticial de la Provincta, nim. 60, 19-V-1885, p. 2. Ope elt, 18 X, 9. 69 "El comisionado regio para la inspeccién de la Agricultura en esta Provincia. A los habltantes de la misma", en Boletin Oficial dela Provincia, kim. 183, 25-XI-1850, p be Ct por ejemplo Crénica de Lanzarote, 21-XII-1861, fondo, en donde se recuerda lo ocuride con vines, bartilla,orchilla y ‘musge, en un momento en que otra ce las caldas de los precios habia hecho cundit la alarma. EL7 de julio de 1861, Lépez Boras cedactarfa un informe para la R.S.E.A.P. de Las Palmas en el que, ante la baja ce la

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